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Diseño Instruccional Del Taller - Unidad de Duelo
Diseño Instruccional Del Taller - Unidad de Duelo
psicológicas
2. Justificación
Por un lado, al aplicar el Test de Empatía Cognitiva y Afectiva (TECA) se obtuvo que
dentro del campo cognitivo en la escala de Adopción de Perspectivas un 10% de los psicólogos
se ubican en puntuaciones extremadamente bajas, el 50% en puntuaciones bajas y un 40% en
puntuaciones medias; y en la escala de Comprensión Emocional el 60% de los psicólogos se
ubican en puntuaciones medias y el 40% en puntuaciones bajas. Según el manual del test se
esperaría que las puntuaciones fuesen altas, sin embargo, estos resultados muestran que en este
grupo se presenta una tendencia media-baja dentro del campo cognitivo de la empatía, lo que
podría indicar una menor facilidad para comprender los estados mentales de los otros, afectando
la comunicación y las relaciones con las demás personas.
Por otro lado, dentro del campo emocional se obtuvo que, en la escala de Estrés Empático,
un 10% de los psicólogos se ubicó en puntuaciones extremadamente bajas, el 50% en
puntuaciones bajas, el 30% en puntuaciones medias y el otro 10% en puntuaciones altas; y en
la escala de Alegría Empática el 60% de los psicólogos se ubicó en puntuaciones medias y el
40% en puntuaciones bajas. El manual del test resalta la importante obtener puntuaciones bajas
en estas dimensiones a razón de que, la implicación emocional extrema del terapeuta con el
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paciente puede perjudicar el proceso y llegar a ser iatrógena; es así como estos resultados
indicarían que se presenta una tendencia media-baja dentro de la empatía emocional, lo que
podría asociarse a personas con menor facilidad para conmoverse y una mayor facilidad para
distinguir sus necesidades y emociones de las de los demás.
A partir de esta información se consideró propicio abrir un espacio de sensibilización frente
a la importancia general de la empatía dentro del quehacer psicológico para el equipo de
psicólogos de la Unidad de Duelo San Vicente que además permita optimizar específicamente
los campos de la empatía cognitiva
b. Fase de construcción inicial y de recolección de datos: Esta parte está compuesta por
tres actividades:
Reflexión individual: Se plantea la lectura del caso “Molly: Un caso imposible
en el punto de mira” del libro “Psicoterapia de casos imposibles”. Luego,
analizar y responder las siguientes preguntas: ¿Cómo establecerías el primer
contacto con la niña desde tu rol como psicólogo? ¿Qué preguntas le harías?
¿Cómo darías cuenta de la empatía durante este proceso? (5-10min)
Reflexión por subgrupos: Formar grupos de 3 integrantes (un grupo queda de
4), socializar las respuestas del punto anterior, y partir de allí, construir una
representación escenográfica sobre el primer acercamiento que tendrían con la
niña. Para el sociodrama, se debe contar con el papel de Molly y del psicólogo,
y tener una duración máxima de 10 min. Al final del performance, un
participante del subgrupo narrará cómo llegaron a la construcción de la escena
y qué aspectos tuvieron en cuenta del caso. Además, se le informa al grupo en
general, de la importancia de estar atentos ante las intervenciones dramáticas de
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d. Cierre
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Resaltar que, a pesar de que la empatía es considerada como parte inherente del
psicólogo, es una actitud que requiere realizarse de manera consciente y activa,
ya que en ocasiones, se ve obstaculizada por procesos burocrático en los cuales
los psicólogos están implicados, y más aun considerando que este constructo
hace parte de los elementos claves para las intervenciones psicológicas, y es
reconocido por la American Psychological Association (APA), como una de las
variables con mayor relevancia empírica en la explicación del éxito en los
encuentros psicológicos (Muñoz Aguirre, 2019), teniendo además, un efecto
ocho veces mayor que la corriente teórica o las técnicas (Montoya Luna et al.,
2020).
4. Referencias
Azzollini, S., Bail Pupko, V., Becerra, L., & Viudal, V. (2017). Perfil de voluntarios para la
asistencia en emergencias y catástrofes: la empatía y el entrenamiento en primera atención
psicológica. Anuario de Investigaciones de La Facultad de Psicología UBA, 24, 137–143.
Cacciatore, J., Thieleman, K., Killian, M., & Tavasolli, K. (2015). Braving Human Suffering:
Death Education and its Relationship to Empathy and Mindfulness. Social Work Education,
34(1), 91–109. https://doi.org/10.1080/02615479.2014.940890
Davis, M. H. (1980) A multidimensional approach to individual differences in empathy. Catalog
of Selected Documents in Psychology, 10 , 85, (pp.1-17)
Duncan, B. L., Hubble, M. A., & Miller, S. D. (2003). Psicoterapia con casos “imposibles”.
Tratamientos efectivos para pacientes veteranos de la terapia. Paidós Ibérica.
Gutiérrez, G. (2002). El taller reflexivo (1st ed.). Editorial Universitaria Pontificia Bolivariana.
Montoya Luna, C. P., Salinas Giraldo, H. P., & Ramírez Hurtado, N. (2020). Importancia de la
empatía en la adherencia desde el enfoque cognitivo conductual con niños y niñas.
Universidad Católica de Pereira.
http://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/3563617
Muñoz Aguirre, C. C. (2019). Preocupación Empática en Psicólogos. Universidad Internacional
SEK, 1–9.
Suriá Martínez, R., Navarro Ferris, J. C., & Samaniego, J. A. (2021). Dimensiones de Empatía en
Estudiantes de Psicología. European Journal of Child Development, Education and
Psychopathology, 9(1), 1–11. https://doi.org/10.32457/ejpad.v9i1.1405
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5. Anexos
Anexo 1: “Molly: Un caso imposible en el punto de mira” (Duncan et al., 2003).
Molly, una maravillosa niña precoz de 10 años de edad, fue enviada a tratamiento por su
madre. Los padres de Molly estaban divorciados. Ella dormía en la cama de mamá y tenía
problemas para adaptarse a su nuevo apartamento, a su nueva escuela y a sus nuevos amigos.
En uno de sus ingresos en una clínica de salud mental, Molly fue identificada como procedente
de una “familia disfuncional”. Se le diagnosticó un «trastorno de ansiedad por separación» y se
la envió a un grupo de habilidades sociales para niños que tenía lugar un día a la semana.
Después de unas cuantas semanas en el grupo, la madre informó de que Molly tenía
pesadillas. Los terapeutas del grupo respondieron añadiendo unas cuantas sesiones individuales.
Para su tratamiento, se establecieron los siguientes objetivos: 1) hacer comprender a Molly que
podía controlar su conducta y mostrarse más responsable de sus actos, 2) calmar sus miedos
acerca del traslado y la adaptación a una nueva escuela y amigos, 3) separar a Molly del conflicto
familiar y 4) ayudarle a volver a su propia habitación para dormir
El terapeuta indagó sobre las impresiones que tenía Molly de la relación de sus padres y la
animó a, que no se implicase en ella. Después de seis meses de asistir al grupo y recibir tratamiento
individual se constató una escasa mejoría. La madre de Molly pensó que quizá podría ayudar el
que el terapeuta fuese una mujer.
El equipo terapéutico accedió a la petición de la madre y una terapeuta se hizo cargo del
caso. Debido a que Molly le preguntó a su terapeuta si alguna vez se había sentido fea, se
supuso que Molly tenía problemas de autoestima. La terapia individual se centró entonces en
plantear juegos para ver qué «temas podían salir a la luz. La terapeuta también sospechaba que
podía haber habido abusos sexuales. Sus objetivos para el tratamiento de Molly eran: 1) explorar
si había sufrido abusos sexuales y 2) investigar los sentimientos de Molly acerca de su padre.
Todavía preocupada por la falta de progreso de su hija, la madre pidió autorización para
buscar un terapeuta fuera de la clínica. El personal del centro decidió que convenía llevar a cabo
una evaluación psiquiátrica. En ella se determinó que Molly todavía dormía en la habitación de su
madre y que persistían sus quejas somáticas y su aversión hacia la escuela. Se le prescribió
imipramina para aliviar su ansiedad de separación. No hubo cambios.
Molly, después de un año de tratamiento (de dos sesiones semanales) y ahora bajo
medicación, se había convertido, a la edad de 10 años, en un caso imposible.
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