lll Encuentro de la Red |AMIC
Perspectivas actuales y reflexiones colectivas en torno a la migracién: identidades,
trabajo, participacién politica y movilidad territorial
Cérdoba, 15, 16 y 17 de julio de 2013
EVE: Migracién y mercados de trabajo
Coordinadora: Ana Ciarallo
Integrantes: Roberto Benencia, Verénica Trpin, Cecilia Jiménez y Ana Malimacci
Mercados de trabajo y migracién.
Intersecciones en la desigualdad.
introduccién.
La focalizacién de nuestra indagacién en tomo a la relacién entre migraciones y
mercados de trabajo, nos remite a explorar las complejidades que atraviesan las
trayectorias migratorias y laborales de los sujetos que se insertan como mano de obra
en diversas actividades urbanas y rurales.
‘La posiblidad de pensar en términos de “interseccionalidades", en ‘tanto “sistema
complejo de estructuras de opresién que son miltiples y simultaneas” (Crenshaw,
1995: 359), invita a analizar las relaciones de poder que vivencian los y las migrantes,
y_ que producen formas especificas de subordinacién en el marco de contextos socio-
econémicos y politicos determinados a la vez que habilitan posibles y especificas
formas de resistencias.
Sin embargo, esto no impide considerar en los estudios sobre mercados de trabajo, la
activa participacién de los y las migrantes en la elaboracién de estrategias de
reproduccién, el sostenimiento y fortalecimiento de redes y la negockacién permanente
con otros sujetos e instituciones en el pais receptor.
Pensar las migraciones en relacién a los mercados de trabajo.
La movilidad de hombres y mujeres entre distintos Estados-nacién en direccién sur-
norte, entre paises del cono sur 0 dentro de un mismo pals, cobra dia a dia interés en
tanto es considerada como problema por diversos funcionarios, medios de
comunicacién y, también, por el sentido comtin cotidianoE1 abordaje de los procesos migratorios adquirié renovado vigor desde las
investigaciones sociales en las ultimas décadas. Retomar algunas de las propuestas
de andlisis de la movilidad de hombres y mujeres y su relacién con las politicas del
Estado, con circuitos teritoriales y con las diversas inserciones laborales y productivas
de migrantes, constituye una puerta de entrada a la complejidad poblacional, espacial
e identitaria que presentan los territorios. Diversas investigaciones brindan el marco
desde el cual observar las porosidades de los Estados pensados como naciones en
tertitorios delimitados y poner de relieve las marcaciones por el origen étnico-nacional,
de clase y de género vigentes en los mercados de trabajo.
En la actualidad las movilidades laborales tienen anciaje en modelos econdmicos y
productivos que configuran posibilidades laborales para amplios contingentes
poblacionales. Con el propésito de dar cuenta de estos procesos, la teoria de los
mercados duales de Piore (1979) puso el centro de andlisis en el area receptora de las
migraciones a través de un analisis macro de los factores estructurales. No obstante
su estudio est basado en las migraciones internacionales, contribuyendo a un
abordaje de la segmentaciin de los mercados en sociedades industriales avanzadas
(Troin y Rodriguez, 2013). Esta teoria “pone en relieve un factor importante para que
estas se produzcan a nivel internacional: la demanda estructural de mano de obra, que
es inherente al ordenamiento econémico de las sociedades avanzadas
contemporéneas" (Arango; 2003: 15). Sin embargo, si bien los segmentos
ocupacionales se configuran siguiendo una légica dictada por la flexibilizaci6n laboral,
la integracién de segmentos es selectiva y se rige por procesos de diferenciacion
extraeconémicos fundados en factores de diferenciacién cultural, étnica, demogratica,
de género y de condicién migratoria (Canales y Zlolniski, 2004).
Para Sassen (2003) las migraciones representan el proceso principal a través del cual
se establece la economia politica transnacional, a partir de los estigmas laborales
mencionados anteriormente. En este sentido, Pedretio Cénovas (2005), considera que
los flujos migratorios s6fo pueden comprenderse en el marco de la fragmentacién de
las sociedades capitalistas, en las que es cada vez més frecuente la presencia de
soctores subalternizados sobre los que la etnicidad opera como un marcador de
posibilidades y de posiciones en {a distribucién de recursos. Por ello, las categorias
migratorias no contienen a todos los sujetos de igual modo en la circulacién inter-
fronteriza o dentro de un estado nacional.
Estos estudios nos permiten entender el entrelazamiento de las formas mas informales
y precatias de trabajo, con los saltos de escala seftalados por Glick Schiller para
referirse a las modificaciones que puede acusar una localidad por el nivel de flujos queconcentra en términos de recursos y agentes. Una escala estaria definida por
la
posici6n relativa y dindmica de los actores sociales, incluidos los que represenian
(Glick Schiller, 2008): el modelo
de acumulacién flexible moviliza flujos que reconfiguran la jerarquia desde lo global a
localidades, dentro de un émbito de poder desigual”
lo local. Asi se comprende, por ejemplo, el trabajo de las factorfas agricolas que se
lanzan al mercado internacional, atin utilizando métodos semi-esclavistas de
organizacién del trabajo.
Las migraciones laborales se enmarcan en mercados de trabajo que re-configuran
permanentemente la fragmentaci6n como modalidad de acumulacién: segtin Pedrefto
conectandose cadenas globales de produccién, distribucién y consumo. Por otro lado,
Quijano (2000) abre la mirada en toro al capitalismo como estructura mundial de
poder que articula todas las formas historicas de trabajo, control y explotacién.
Seguin este autor, en la dindmica del capitalismo mundial, colonial/modemo, los grupos
sociales se clasifican y son clasificados "segtin tres lineas diferentes, pero articuladas
en una estructura global comin por la colonialidad de! poder: trabajo, raza, género”
(ibid.:368). Consideramos que esas clasificaciones que se entrecruzan en los
mercados de trabajo con presencia de migrantes, permiten sostener una divisién del
trabajo en la que el género y las pertenencias étnico-nacionales replican la
colonialidad que atraviesa la propia dindmica del capitalismo: “la distribucién de las
gentes en las relaciones de poder tiene, en consecuencia, el carcter de procesos de
térica
clasificacién, des-clasificacién y re-clasificacién social de una poblacién, os decir de
aquelia articulada dentro de un patrén societal de poder de larga duracién” (ibid. 369),
en el que la dominancia del hombre blanco se replica como parte de las relaciones
productivas. La racializacién de los mercados de trabajo altamente tragmentados
reflejan las marcas de la colonialidad en los términos propuestos por Quijano: la
division del trabajo esta permeada por las herencias coloniales refundadas en las
actuales dindmicas de capitalismo.
4Cémo poner en juego en las investigaciones sobre migraciones y mercados de
trabajo el papel de las clasificaciones sociales que impregnan relaciones de poder
marcadas por la colonialidad, el eurocentrismo y la heteronormatividad? Estas
cuestiones constituyen parte de las inquietudes que movilizan a incorporar debates
desde el feminismo y la decolonialidad.
El género, la clase y las pertenencias étnico-nacionales, entre otras clasificaciones,
pueden pensarse como capas que configuran los segmentos de! mercado de trabajo, y
que tienen efectos potenciadores de la discriminacin en el mercado laboral. Seconsidera ademas que una clave pata comprender la segmentacién laboral es poner
en relacién los puestos ocupados por inmigrantes y los ocupados por autéctonos, asi
como intentar captar la evolucién en el tiempo de esas posiciones; desentrafiar las
relaciones de las posiciones diferentes de los “establecidos" y los "recién llegados"
(Elias, 2003) en
histéricas,
iélogo con complejas relaciones de poder a lo fargo de luchas
Mujeres que
Se considera un desafio revisar nuestras propias investigaciones sobre las tendencias
que hegemonizan la presentacién del trabajo migrante en téminos masculinos,
ademds de las migraciones laborales como centradas en los hombres u observando a
las mujeres como “acompafiantes” familiares sin intervencién en la decisién de
“migrar’. En este sentido Gaspard (2000) observa que en Occidente generalmente el
rostro del inmigrante ha sido el hombre/obrero, mientras que Andrés Pedrefio Canovas
completa este sefialamiento al considerar que: “durante un tiempo los estudios
migratorios invisibiizaron a las mujeres, hasta que descubrieron la importancia de las
relaciones de género en las migraciones" (2010:12). Por ello este autor retoma a
Parella (2000), quien enfatiza la triple discriminacién laboral que padecen las mujeres:
por razén de clase sox
perspectiva multidimensional.
género y etnia, alentando investigaciones con una
Las causas de la invisibilizacién de las mujeres en el andlisis de fas migraciones
fueron ampliamente analizadas a partir de los supuestos teéricos, no siempre
explicitados, que orientaban las miradas y categorias analiticas de los/as
investigadores sobre las migraciones, las relaciones de géneros, la division sexual del
trabajo, las mujeres y la familia,
Como primer aspecto, si fa nocién de migrante “en cualquier contexto que se estudie y
con cualquier definicién que se aplique, remite siempre a “trabajadores libres’,
engafiados a veces, obligados por las citcunstancias otras, pero que ejercitan un acto
de voluntad” (Devoto, 2004:26), podemos inferir que la dificultad de incluir a las
mujeres como migrantes puede relacionarse con las obstrucciones para pensarlas
como “trabajadoras”, pero también, y sobre todo, como sujetos con “voluntad", como
agentes activas de su vida social
La representacién y caracterizacién de las mujeres como seres dependientes (al igual
ifos/as, alienados/as, enfermos/as, entre otros sujetos) es caracteristica
de la modernidad. Las acciones sociales de las mujeres en el Ambito piiblico no
que jévenes,Flavio Daniel Abarzua
PROF. DE GEOGRAFIA
podian ser relevantes por no tratarse de sujetos “libres” y con autonomia, por estar
recluidas al Ambito de la domesticidad.
Estas concepciones han permeado el discurso cientitico modemo occidental, y los
estudios migratorios no han sido la excepcién. Esta herencia se vislumbra en la
comprensién de la migracién femenina como “dependiente’: las mujeres eran
consideradas como parte integrante del proceso familiar de migracién y, dentro de él,
‘como acompafiantes de sus maridos, padres y/o hermanos. A partir de esta
descripcién se significaba a los determinantes que ocasionaban su migracién y/o sus
motivaciones como heterénomas, dependientes, secundarias y efecto de las
determinaciones sufridas por “otros" masculinos, por lo que el movimiento no era
considerado relevante en los anélisis migratorios. Los flujos de mujeres fueron
considerados entonces como una secuela secundaria generada por el movimiento
originario de varones, como el eslab6n sucesivo a la migracién de hombres en cadena,
‘Segtin Pessar (1999), también influy6 fa representacion de los varones como seres
‘mas aptos” para tomar rlesgos basados en intereses y la imagen de las mujeres como
quardianas de la comunidad, la tradicién y la establlidad.
La dificultad de representarse a las mujeres como “trabajadoras” activas y auténomas
se sustenta, asimismo, en otros supuestos relativos al mismo proceso de migracién:
fen primer lugar la importancia explicativa otorgada a la dimensién econémica; en
segundo lugar, y el mas interesante para nuestro objetivo, la asimilacién de la nocién
de trabajo con “lo productivo" asalariado y, por lo tanto, con lo masculine (Chant y
Radcliffe, 1992; Gregorio Gil, 1997 & 2004). Se reflejan aqui concepciones dominantes
sobre la diferenciacién sexual del trabajo y la division tradicional de roles: varones
productivos (y actives) y mujeres reproductivas (dependientes) (Julié, 1998) en el
contexto de una familia “moderna” corresidencial, nuclear y conyugal.
En esta visién sobre el trabajo y lo productivo se comprenden tinicamente actividades
asalariadas y no “cualquier tarea o actividad que Ja sociedad define como necesaria’,
entendiendo por ello no sélo la produccién de objetos sino todas las tareas colidianas
que han sido atribuidas a las mujeres en la modernidad occidental (Young, 1992). En
nes de trabajo y productividad, los estudios “cldsicos” migratorios
conservaron intactas las huellas de las consideraciones tradicionales.
lo relative a las not
Resumiendo, si las migraciones se comprendieran exclusivamente como migraciones
laborales y lo productivo como funcién masculina por definici6n, se llega répidamente
al corolario de que las mujeres no podian comprenderse como “verdaderas” migrantes
y, aunque formaran parte de los movimientos, no eran relevantes para su estudio.Con mas de una década de trabajos realizados en diferentes latitudes y con
objetivos dispares, es posible, y necesario, avanzar hacia una etapa de reflexién y
balance sobre el estado y el alcance de las investigaciones. Como algunas de sus
pioneras puede recuperarse a Pierrette Hondagneu Sotelo (2011), Laura Osos
‘Casas (2008) y Catarino y Morokovasik (2005). Tal como Io sefialan estas Ultimas
investigadoras, parte sustancial de las estrategias que legitimaron la realizacién de
las primeras investigaciones sobre mujeres migrantes, fue remarcar la contradiccién
existente entre una sugerente presencia femenina en las migraciones, en términos
cuantitatives, y la ausencia de las mujeres como sujetos activos de las mismas en
las grandes teorias migratorias. En los Ultimos afios es justamente esta ausencia la
que ha sido saldada en gran parte, habiéndose podido superar la etapa de
denunciar silencios, olvidos y la invisibilidad de las mujeres migrantes.
En la regién latincamericana, y en nuestro pais especificamente, de modo quizés
no tan prolifico pero de igual importancia, también se ha instalado el tema
superando el momento inicial de la denuncia cientifica. Se han producido
Investigaciones, entre otras, sobre el efecto del género en las trayectorias
migratorias (Caggiano, 2003; Courlis y Pacecca, 2010; Magliano, 2007; Rosas,
2010), las mujeres migrantes y el mercado de trabajo (Cacopardo, 2002, 2004;
Maurizio, 2008), en su relacién con el trabajo doméstico (Buccalusca y Serulnicoff,
2005), el analisis histérico de las migraciones femeninas (Cacopardo, 2011) y las.
vinculaciones con la trata de personas (Pacecca y Courtis, 2008). También debe
destacarse la visi
fad que alcanza la mujer migrante como actor social relevante
en los discursos, recomendaciones y lineamientos de la agenda global y regional
sobre migraciones (Magliano y Domenech, 2008).
Sin duda, el propésito de los primeros trabajos se ha logrado: no pueden analizarse
las migraciones contemporaneas sin hacer, al menos, referencia a la presencia de
mujeres migrantes. Esta nueva etapa, habilita y requiere la elaboracién de nuevas
preguntas, ya no sobre la invisibilidad de mujeres migrantes, sino por ef modo en
que se han
si
\do”. Parte de la respuesta radica en la constatacién de que
en los paises europeos y norleamericanos se produce un pasaje de la denuncia de
la invisibilidad al discurso de la feminizacién de las migraciones (Oso Casas, 2008).
El valor de los trabajos realizados sobre los tépicos relacionados con la
feminizacién de tas migraciones es invalorable. Nos han mostrado a mujeres
migrando, trabajando y manteniendo lazos familiares, redefiniendo las categorias
clasicas sobre la migracién y los/as migrantes, ejerciendo ciudadanias y
maternidades transnacionales, sosteniendo empresas informales, etc. Se trata,asimismo, de categorias cuyo origen radica, en los mejores casos, en profundas
investigaciones empiricas.
La influencia de esta definicién es considerable en el campo de los estudios
migratorios latinoamericanos, especialmente en aquellos financiados por las
agencias internacionales, que hacen propio este discurso y lo trasladan a contextos
migratorios diversos. Consideramos que es en la forma que adauiere esta difusi6n
donde radica un problema de importancia para quienes hacemos investigaciones en
el contexto latinoamericano.
En las Gillimas décadas son relevantes los estudios que ponen de relieve las
parlicularidades de una feminizaci6n de las migraciones internacionales (Genta Rossi,
2009 y Pedone, 2010}. La incidencia fundamental de los trabajos sobre feminizacién
de las migraciones radica en su capacidad disruptiva sobre las categorias clésicas
construidas para comprender y explicar las migraciones internacionales. En este
sentido es posible retomar los tépicos analtticos sobre los cuales trabajan los estudios
sobre la feminizacién para pensar y analizar otros tipos de migraciones femeninas y
masculinas. Nos referimos especialmente a la forma generizada en que se vinculan
las dimensiones productivas y reproductivas en las migraciones, la construcci6n social
de la maternidad y paternidad, la influencia de los cambios mundiales en la
organizacién del mercado de trabajo (espectticamente aquellos vinculados a la
generaci6n de nuevos circuitos feminizados del Nuevo orden mundial, como lo
muestra Sassen, 2003) y las nuevas formas de organizacién familiar.
Retomar asi las “intersecoionalidades” Involucra situarnos en disousiones referidas al
género, entendiendo como Joan Scott (1996) que género no es sélo un concepto
te6rico si no centralmente una perspectiva epistemolégica. El género sostiene que la
asignacién de roles es producto de una construccién social histérica que fundamenta
esta contiguracién entre dos géneros ~femenino y masculino- para quebrar el designio.
de la naturaleza. La introducci6n de la
ensién cultural instala “la posibilidad de
sustraerse a lo inevitable e imaginar una historicidad diferente” (Gutiérrez, 2011: 24).
Rita Segato sefiala que "los géneros constituyen una emanacién de posiciones en una
estructura abstracta de relaciones fijada por la experiencia humana acumulada en un
tiempo muy largo” (2003:57); esa estructura impone una ordenacién jerérquica y
posiciones de poder diferencial
Por su parte, los feminismos poscoloniales contribuyen a pensar los lugares
asignados a hombres y mujeres denunciando el carécter etnocéntrico y
universalizador “det sujeto del feminismo blanco, occidental y heterosexista. Sujetoque al estar definido desde la diferencia sexual de la mujer respecto al varén,
homoganiza a las mujeres" (Pombo, 2011: 248).
El anélisis de las trayectorias migratorias y laborales de hombres y mujeres implica
considerarlos y consideratlas no desde una homogeneidad de género, sino como
sujetxs multiples, productos de relaciones de clase y de género en permanente
contradiccién, ditimidas desde experiencias que re-definen permanentemente sus
posiciones sociales. En palabras de Maria Gabriela Pombo: “asi, ¢l desafio es leer
estas intersecciones no sélo como cruces presentes en la corporeidad y trayectoria
vital de cada migrante, sino como condicionantes estructurales de fas estrategias que
ellas despliegan” (2011: 251).
‘Saskia Sassen (2003) realiza una importante contribucién en este sentido, al proponer
entender el marco de la dinémica del capitalism de las tltimas décadas en sus
formas concretas para captar sus efectos de género. Los procesos de acumulacién en
los cuales se insertan las mujeres migrantes las ubican en la informalizacién, que
roduce “flexibilidad, reduce las “cargas" de la regulacién y disminuye los costes,
‘especialmente los del trabajo”. (2003: 75). Sin embargo, para la autora, la degradacién
‘econémica mediante la informalizacién crea oportunidades y
*reconfigura algunas de las jerarquias en las que encuentran de modo
central las mujeres, tanto en el hogar como en el trabajo. Ese proceso se
hace particularmente patente para las mujeres inmigrantes que vienen de
pa(ses con culturas fuertemente masculinas” (ibid.: 76).
Captar estas tensiones y cémo fueron resueltas por las y los migrantes marca un
desatio para los estudios laborales. “Para Morokvasic (2005), la situacién de migrante
constituye en realidad otra condicién mas de opresién de las mujeres en el mercado
de trabajo” (Ariza, 2000:42). Sin embargo para Sassen, existen oportunidades
construidas y negociadas por las mujeres en ol pais de destino, ya que suelen ser
“més activas en la construccién y en el activismo comunitarios, y se
posicionan de forma diferente a los hombres en relacién a la economia, en
su sentido mas amplio, y al Estado. Son ellas quiénes probablemente
tienen que lidiar con la vulnerabilidad legal de sus familias, con la dificil
busqueda de servicios pilblicos y sociales” (2003: 77)
Por otro lado, dar cuenta de las estructuras de poder que atraviesan las vidas de las
mujeres involucra observar la complejidad de las estructuras de la violencia que
sustentan el poder patriarcal (Radonich y Trpin, 2013). Rita Segato sostiene que el
efecto violento hacia las mujeres
“resulta del mandato maral y moralizador de reducir y aprisionar a la mujer
en su posicién subordinada, por todos los medios posibles, recurriendo a la
violencia sexual, psicolégica y fisica, o manteniendo la violencia estructuraldel orden social y econdmico en lo que hoy los especialistas estén
describiendo coma “ieminizacién de la pobreza" (2003: 145).
Esta autora sefiala ademas que la mujer se rehace a pesar de esas tramas, se rehace
“como sujeto social y psiquico diferenciado, capaz de autonomia, (...) una parte de ella
se adapla a la posicién que le es atribuida, mientras permanece un resto que no cabe
enteramente (...) un deseo otro que no es el de la sumisi6n’ (Ibid.: 145).
Otros aportes para pensar las desigualdades.
Un tema que abre brechas entre quienes se definen adherentes a la teorfa de la
interseccionalidad es el de la relacién existente entre diversas categorias (clase,
género, etnia). Sobre este aspecto, nos parece sugerenie la postura de West y
Fenstermarker (2010) que crifican lo que ellas llaman la “metéfora aditiva’ (las
dimensiones se “suman’) y la “multiplicadora” (los efectos de estas tres variables
puede multiplicarse, obteniendo en cada caso resultados dependientes de la valencia -
positiva 0 negativa- de las variables mulliplicadas) por considerar que en ambas las
variables todavia estén representadas como partes separadas. Centrando el anélisis
sobre la fora en que personas concretas vivencian la opresién multiple, sostienen
que ‘ninguna persona puede experimentar el género sin simulténeamente
experimentar la raza y la clase, Mientras la raza, la clase y el género pueden verse
como diferentes ejes de estructura social, las personas individuales los experimentan
simulténeamente” (West y Fenstermarker 2010:174).
De esta manera, por mas que exhiben diferentes caracteristicas y resultados
descriptivos, el género, ta raza y la clase ~en definitiva todo aquello que la gente
experimenta como categorias organizadoras de la diferencia social-~ son sin embargo
comparables en tanto mecanismos de produ:
ién de desigualdad social,
Desde otras miradas y en relacién con las desigualdades, Sergio Caggiano (2008)
identifica diversas formas de jerarquizacién social de exclusién y rechazo del “otro”
que pueden manifestarse en tres dimensiones: como mecanismos de racismo, como
fundamentalismo cultural 0 como restriccién de la ciudadan‘a. La persistencia de la
racializacién se construye como proceso cognitive y valorativo sostenide y sostenedor
de relaciones de poder en base al “dato biolégico”. Por otra parte, en las teorias
primordialistas de etnicidad, la esencializacién de la cultura también opera como un
determinismo legitimador de desigualdades sociales al segregar espacialmente las
culturas y legitimar la exclusi6n de los extranjeros desde la linea argumental de cierto
habitus nacional (Stoloke, s/f). Por Gltimo, las diferentes formas de cludadania
restringida que pesan sobre los extranjeros a través de ciertos mecanismos deregulacién, sirven para confirmar la legitimidad del lugar social de otros y “la figura de
los incluidos como excluidos reafirma la pertenencia de los incluidos" (Caggiano,
2008:42). Esta perspectiva permite visualizar los miltiples aspectos de la
discriminacién contra los migrantes limitrofes que se manifiestan como una *retérica
racista sin raza” y que intentan encubrir relaciones de desigualdad, ademés de
elucidar cual es el “umbral de tolerancia" de los locales hacia los migrantes insertos.
“exitosamente"
Recuperando aportes de la geogratia critica, Eugeni Sanchez (1981) establece la
premisa del espacio como variable dependiente entre ia relacién entre poder y
espacio. En los diferentes espacios sociales, junto con el aprendizaje de los
mecanismos de produccién se incorpora el aprendizaje de los mecanismos de
aproplacién, que se expresan en el dominio sobre otros hombres en una civisién
jerarquica que otorga ef poder a un grupo restringido dentro de una comunidad. Ast
queda un grupo més amplio numéricamente que desarrolla el trabajo productive y un
grupo mas restringido que desarrolla el trabajo improductivo y se apropia del
excedente. En ocasiones, la presencia de migrantes no genera reacciones xendfobas
explicitas por parte de los locales en la medida que estos nuevos sujetos permanecen
invisiblizados ocupando los puestos més precarizados de! mercado laboral, pero en la
medida que van adquiriendo ‘una presencia” (Sassen, 2007) que se manifiesta en
aspectos organizativos, en allanzas con el Estado o en el acceso a recursos y
espacios que tradicionalmente ocupaban los ‘nativos’, empiezan a aparecer
experiencias de abierta xenofobia hacia estos grupos subalternizados.
Una de las consecuencias més nefastas del prejuicio es la reduccién de la condicién
humana al considerar al migrante como mercanefa subordinada que se define a través
de actitudes raciales y etnocéntricas. El uso flexible de la fuerza de trabajo en
determinados nichos no cublertos por los autéctonos se apoya en la minorizacién y
discriminacién de los trabajadores y trabajadoras vulnerables. El concepto de
“minorizacién” permite explicar cémo algunos atributos tales como la edad, el sexo o la
ma, ya que al
naturalizar las diferencias sociales, conforman un sistema de exclusién y dominacién
que esta en sintonia con ia expansién del capitalismo (Balloar y Wallerstein, 1991
citado por Benencia, 2004),
condicién étnica aparecen no solo como diferencia sino como es
dames Scott (2000) invita a pensar que una manera de descubrir la cialéctica entre
igualdad y desigualdad en los espacios colectivos consiste en observar la dinémica
que se produce en la frontera que separa a los diferentes grupos y que se expresan
como mecanismos sutiles a modo de ‘techos de cristal” que establecen ios tipos de
10incertidumbre muy a menudo estan mezcladas en la experiencia de la precariedad
como experiencia de fragilizacién de las propiedades sociales.
Conclusiones
Una estrategla que justifica las desigualdades se sustenta en los dispositivos
simbélicos que presentan los intereses particulares de un grupo como si fueran
universales, es decir, cuya satisfaccién redunda en el benetficio de toda la sociedad.
Aqui entran todos los discursos que naturalizan la desigualdad o la consideran
inevitable. Pata que estos discursos resulten eficaces, es fundamental convencer a los
demés que la porcién de ta riqueza aproplada es una recompensa legitima a los
lugares sociales sedimentados en la conformacién histérica. Estos procesos
simbélicos tienen repercusiones decisivas sobre los mecanismos de
apropiacién/expropiacién y pueden dar lugat a comportamientos discriminatorios y
tener efectos de segmentacién en el mercado de trabajo, asi como organizar la
distribucién de recursos en los grupos familiares, arupos sociales y organizaciones.
la
fronteras y diferencias ayuda a comprender mejor la dinamica de la desigualdad. Asi
istencia en la capacidad que tienen los procesos simbélicos para generar
como diversos dispositivos simbélicos generan, reproducen y refuerzan las
desigualdades, hay muchos otros que los acotan 0 los cuestionan, y que son
fundamentales para la construccién de la equidad.
Por otra parte, con fuerte infiuencia en el campo de estudio sobre migraciones y
género, el andiisis intersecclonal ayuda a visualizar de qué manera convergen distintos
tipos de discriminacién (Anthias, 1998), insistiendo en que “las estructuras de clase,
racismo, género y sexualidad no pueden tratarse como «variables independientes»
porque la opresién de cada una esté inscrita en las otras —es constituida por y es
constitutiva de la otras.” (Brah, 2004: 138). En relacién con contextos nacionales y
locales, segiin esta autora, las interconexiones entre racismo, géneto y clase son
relaciones histéricamente contingentes y situadas en un contexto especttico,
Son extensos los debates que se centran en los interrogantes acerca de los cambios
que el “hecho migratorio" produce en los sujetos, especialmente en las mujeres que
migran por trabajo, en tanto “la variedad de experiencias laborales encietra una
diversa capacidad de repercusién sobre la situacién de la mujer migrante” (Ariza,
2000:48). Sin embargo, resulta pertinente estar atentxs en no sobre-significar el hecho
migratorio como un necesario paso pata el “empoderamiento” de las mujeres,
calificando su pasado como opresive y tradicional en oposicién a las relaciones “mas
2flujos que permiten esas fronteras y qué distancias marcan, Se resalta la diferencia
‘como tolerable en tanto no modifique el orden de las cosas. Catherine Walsh (citado
por Dfaz y Villareal, 2008) sostiene que la diversidad como estrategia discursiva es
utlizada para soslayat la conflictividad inherente a proyectos de vida diferentes,
apelando a la existencia y aceptacién de lo diverso, pero solo concebide como
variaciones de lo mismo. En este sentido, deja intacto el “yo hegeménico” de la
enunciacién y coadyuva a la desigualdad impidiendo que la diferencia se constituya en
relacién igualitaria.
Durante mucho tiempo, en las ciencias sociales el estudio de la desiguaidad estuvo
dominado por el individualisme metodolégico que explicaba las disparidades a partir
de las diferentes dotaciones que cada persona tenia para participar en los mercados
de trabajo. Para salir de esta visin encubridora se reaulere entender la construccién
social de los mercados de trabajo, ya que el acceso a los recursos no depende de las
caracteristicas individuales sino fundamentalmente de los dispositivos institucionales
que operan en funcién de la pertenencia étnica, de las relaciones de género y de otros
dispositivos de clasiticacién y jerarquizacién, asi como de aspectos estructurales que
forman el contexto en que los individuos utilizan sus recursos (Reygadas, 2008).
La denegativa al reconocimiento se ejerce como preluicio social y moral. Ana
Femndez (2009) se pregunta sobre cémo pensar la diferenci
descuirir las caracteristicas culturales de una comunidad subaltema sino de elucidar
Jos dispositivos biopoliticos que construyen esas identidades de esa manera y no de
otra. Hacer visibles las miltiples redes de dominios y sujeciones, y de resistencias &
Ya no se trata de
Invenciones de los subalternos y de los dominantes en las construcciones de sus
identidades como diferencias desigualadas.
Las formas de descalificacién social antepanen un estigma producido por un atributo
particular y en consecuencia el sujeto precario siempre se encuentra desplazado en
relacién con su inscripcién en un lugar particular. El desprecio social y la denegatoria
de reconocimiento amenazan con anular o volver inciertas las propiedades sociales,
las disposiciones para la accién y los acuerdos verbales de los sujetos estigmatizados.
Las operaciones de calificacién y descaiificacién que caracterizan a las ‘vidas
ordinarias” (Le Blanc, 2007) hacen directa referencia a los poderes fundamentales de
la vida humana como son el poder de decir, el poder de actuar, el poder de reunir la
propia vida en un relato inteligible y aceptable, el poder de “creerse capaz de” como
propiedades sociales mfnimas sin las cuales no se sustenta la vida y asi queda
expuesta al riesgo de la deshumanizacién. La denegatoria de reconocimiento y la
umodernas” en lugar de destino, Como investigadorés/as sostenemos el propésito de
“recuperar las voces de las mujeres y sus experiencias para elaborar un andlisis que
la complejidad
constitutiva que caracteriza la vida de estas mujeres" (Bidaseca y Vazquez Laba,
2010:4). Los principales descubrimientos y aportes que generan las investigaciones
desoculte” en tensién con el universalismo etnocéntrico “
sobre fa feminizacién'de la migracién en Europa circulan en las agendas de
investigacién internacionales, muchas veces de modo descontextualizado generando
una suposicién reificada sobre los contenidos obligatorios que debe presentar un
trabajo sobre las migraciones y los géneros.
Sin embargo, esta complelidad constitutiva, z86lo cobra sentido desde la perspectiva
de género? {Qué otras expresiones de las estructuras de poder atraviesan las
trayectorias laborales y migratorias? ¢Qué marcaciones constituyen las vidas de los y
las migrantes en los lugates de destino?
El modo hegemé
0 en que se ha visibilizado a las mujeres migrantes en el discurso
de la feminizacién, descuida entre otras dimensiones, el andlisis del movimiento
migratorio de las mujeres con proyectos migratorios familiares. Se omite asf un
terreno rico en tensiones para analizar las vinculaciones entre la esfera familiar y
laboral, la productiva y la reproductiva, lo que ha sido una de las mayores promesas
del pensamiento critico feminista. En las figuras e imagenes hegeménicas Incluidas
en las politicas de los Estados, organizaciones intemacionales, agenclas de
investigacién y circultos de divulgacién, han quedado opacados los proyectos
mmigratorios de las mujetes que migran en contextos familiares pero que no por ello
‘subsumen la totalidad de su movimiento al deseo de “reunirse" con su familia.
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