You are on page 1of 16
lll Encuentro de la Red |AMIC Perspectivas actuales y reflexiones colectivas en torno a la migracién: identidades, trabajo, participacién politica y movilidad territorial Cérdoba, 15, 16 y 17 de julio de 2013 EVE: Migracién y mercados de trabajo Coordinadora: Ana Ciarallo Integrantes: Roberto Benencia, Verénica Trpin, Cecilia Jiménez y Ana Malimacci Mercados de trabajo y migracién. Intersecciones en la desigualdad. introduccién. La focalizacién de nuestra indagacién en tomo a la relacién entre migraciones y mercados de trabajo, nos remite a explorar las complejidades que atraviesan las trayectorias migratorias y laborales de los sujetos que se insertan como mano de obra en diversas actividades urbanas y rurales. ‘La posiblidad de pensar en términos de “interseccionalidades", en ‘tanto “sistema complejo de estructuras de opresién que son miltiples y simultaneas” (Crenshaw, 1995: 359), invita a analizar las relaciones de poder que vivencian los y las migrantes, y_ que producen formas especificas de subordinacién en el marco de contextos socio- econémicos y politicos determinados a la vez que habilitan posibles y especificas formas de resistencias. Sin embargo, esto no impide considerar en los estudios sobre mercados de trabajo, la activa participacién de los y las migrantes en la elaboracién de estrategias de reproduccién, el sostenimiento y fortalecimiento de redes y la negockacién permanente con otros sujetos e instituciones en el pais receptor. Pensar las migraciones en relacién a los mercados de trabajo. La movilidad de hombres y mujeres entre distintos Estados-nacién en direccién sur- norte, entre paises del cono sur 0 dentro de un mismo pals, cobra dia a dia interés en tanto es considerada como problema por diversos funcionarios, medios de comunicacién y, también, por el sentido comtin cotidiano E1 abordaje de los procesos migratorios adquirié renovado vigor desde las investigaciones sociales en las ultimas décadas. Retomar algunas de las propuestas de andlisis de la movilidad de hombres y mujeres y su relacién con las politicas del Estado, con circuitos teritoriales y con las diversas inserciones laborales y productivas de migrantes, constituye una puerta de entrada a la complejidad poblacional, espacial e identitaria que presentan los territorios. Diversas investigaciones brindan el marco desde el cual observar las porosidades de los Estados pensados como naciones en tertitorios delimitados y poner de relieve las marcaciones por el origen étnico-nacional, de clase y de género vigentes en los mercados de trabajo. En la actualidad las movilidades laborales tienen anciaje en modelos econdmicos y productivos que configuran posibilidades laborales para amplios contingentes poblacionales. Con el propésito de dar cuenta de estos procesos, la teoria de los mercados duales de Piore (1979) puso el centro de andlisis en el area receptora de las migraciones a través de un analisis macro de los factores estructurales. No obstante su estudio est basado en las migraciones internacionales, contribuyendo a un abordaje de la segmentaciin de los mercados en sociedades industriales avanzadas (Troin y Rodriguez, 2013). Esta teoria “pone en relieve un factor importante para que estas se produzcan a nivel internacional: la demanda estructural de mano de obra, que es inherente al ordenamiento econémico de las sociedades avanzadas contemporéneas" (Arango; 2003: 15). Sin embargo, si bien los segmentos ocupacionales se configuran siguiendo una légica dictada por la flexibilizaci6n laboral, la integracién de segmentos es selectiva y se rige por procesos de diferenciacion extraeconémicos fundados en factores de diferenciacién cultural, étnica, demogratica, de género y de condicién migratoria (Canales y Zlolniski, 2004). Para Sassen (2003) las migraciones representan el proceso principal a través del cual se establece la economia politica transnacional, a partir de los estigmas laborales mencionados anteriormente. En este sentido, Pedretio Cénovas (2005), considera que los flujos migratorios s6fo pueden comprenderse en el marco de la fragmentacién de las sociedades capitalistas, en las que es cada vez més frecuente la presencia de soctores subalternizados sobre los que la etnicidad opera como un marcador de posibilidades y de posiciones en {a distribucién de recursos. Por ello, las categorias migratorias no contienen a todos los sujetos de igual modo en la circulacién inter- fronteriza o dentro de un estado nacional. Estos estudios nos permiten entender el entrelazamiento de las formas mas informales y precatias de trabajo, con los saltos de escala seftalados por Glick Schiller para referirse a las modificaciones que puede acusar una localidad por el nivel de flujos que concentra en términos de recursos y agentes. Una escala estaria definida por la posici6n relativa y dindmica de los actores sociales, incluidos los que represenian (Glick Schiller, 2008): el modelo de acumulacién flexible moviliza flujos que reconfiguran la jerarquia desde lo global a localidades, dentro de un émbito de poder desigual” lo local. Asi se comprende, por ejemplo, el trabajo de las factorfas agricolas que se lanzan al mercado internacional, atin utilizando métodos semi-esclavistas de organizacién del trabajo. Las migraciones laborales se enmarcan en mercados de trabajo que re-configuran permanentemente la fragmentaci6n como modalidad de acumulacién: segtin Pedrefto conectandose cadenas globales de produccién, distribucién y consumo. Por otro lado, Quijano (2000) abre la mirada en toro al capitalismo como estructura mundial de poder que articula todas las formas historicas de trabajo, control y explotacién. Seguin este autor, en la dindmica del capitalismo mundial, colonial/modemo, los grupos sociales se clasifican y son clasificados "segtin tres lineas diferentes, pero articuladas en una estructura global comin por la colonialidad de! poder: trabajo, raza, género” (ibid.:368). Consideramos que esas clasificaciones que se entrecruzan en los mercados de trabajo con presencia de migrantes, permiten sostener una divisién del trabajo en la que el género y las pertenencias étnico-nacionales replican la colonialidad que atraviesa la propia dindmica del capitalismo: “la distribucién de las gentes en las relaciones de poder tiene, en consecuencia, el carcter de procesos de térica clasificacién, des-clasificacién y re-clasificacién social de una poblacién, os decir de aquelia articulada dentro de un patrén societal de poder de larga duracién” (ibid. 369), en el que la dominancia del hombre blanco se replica como parte de las relaciones productivas. La racializacién de los mercados de trabajo altamente tragmentados reflejan las marcas de la colonialidad en los términos propuestos por Quijano: la division del trabajo esta permeada por las herencias coloniales refundadas en las actuales dindmicas de capitalismo. 4Cémo poner en juego en las investigaciones sobre migraciones y mercados de trabajo el papel de las clasificaciones sociales que impregnan relaciones de poder marcadas por la colonialidad, el eurocentrismo y la heteronormatividad? Estas cuestiones constituyen parte de las inquietudes que movilizan a incorporar debates desde el feminismo y la decolonialidad. El género, la clase y las pertenencias étnico-nacionales, entre otras clasificaciones, pueden pensarse como capas que configuran los segmentos de! mercado de trabajo, y que tienen efectos potenciadores de la discriminacin en el mercado laboral. Se considera ademas que una clave pata comprender la segmentacién laboral es poner en relacién los puestos ocupados por inmigrantes y los ocupados por autéctonos, asi como intentar captar la evolucién en el tiempo de esas posiciones; desentrafiar las relaciones de las posiciones diferentes de los “establecidos" y los "recién llegados" (Elias, 2003) en histéricas, iélogo con complejas relaciones de poder a lo fargo de luchas Mujeres que Se considera un desafio revisar nuestras propias investigaciones sobre las tendencias que hegemonizan la presentacién del trabajo migrante en téminos masculinos, ademds de las migraciones laborales como centradas en los hombres u observando a las mujeres como “acompafiantes” familiares sin intervencién en la decisién de “migrar’. En este sentido Gaspard (2000) observa que en Occidente generalmente el rostro del inmigrante ha sido el hombre/obrero, mientras que Andrés Pedrefio Canovas completa este sefialamiento al considerar que: “durante un tiempo los estudios migratorios invisibiizaron a las mujeres, hasta que descubrieron la importancia de las relaciones de género en las migraciones" (2010:12). Por ello este autor retoma a Parella (2000), quien enfatiza la triple discriminacién laboral que padecen las mujeres: por razén de clase sox perspectiva multidimensional. género y etnia, alentando investigaciones con una Las causas de la invisibilizacién de las mujeres en el andlisis de fas migraciones fueron ampliamente analizadas a partir de los supuestos teéricos, no siempre explicitados, que orientaban las miradas y categorias analiticas de los/as investigadores sobre las migraciones, las relaciones de géneros, la division sexual del trabajo, las mujeres y la familia, Como primer aspecto, si fa nocién de migrante “en cualquier contexto que se estudie y con cualquier definicién que se aplique, remite siempre a “trabajadores libres’, engafiados a veces, obligados por las citcunstancias otras, pero que ejercitan un acto de voluntad” (Devoto, 2004:26), podemos inferir que la dificultad de incluir a las mujeres como migrantes puede relacionarse con las obstrucciones para pensarlas como “trabajadoras”, pero también, y sobre todo, como sujetos con “voluntad", como agentes activas de su vida social La representacién y caracterizacién de las mujeres como seres dependientes (al igual ifos/as, alienados/as, enfermos/as, entre otros sujetos) es caracteristica de la modernidad. Las acciones sociales de las mujeres en el Ambito piiblico no que jévenes, Flavio Daniel Abarzua PROF. DE GEOGRAFIA podian ser relevantes por no tratarse de sujetos “libres” y con autonomia, por estar recluidas al Ambito de la domesticidad. Estas concepciones han permeado el discurso cientitico modemo occidental, y los estudios migratorios no han sido la excepcién. Esta herencia se vislumbra en la comprensién de la migracién femenina como “dependiente’: las mujeres eran consideradas como parte integrante del proceso familiar de migracién y, dentro de él, ‘como acompafiantes de sus maridos, padres y/o hermanos. A partir de esta descripcién se significaba a los determinantes que ocasionaban su migracién y/o sus motivaciones como heterénomas, dependientes, secundarias y efecto de las determinaciones sufridas por “otros" masculinos, por lo que el movimiento no era considerado relevante en los anélisis migratorios. Los flujos de mujeres fueron considerados entonces como una secuela secundaria generada por el movimiento originario de varones, como el eslab6n sucesivo a la migracién de hombres en cadena, ‘Segtin Pessar (1999), también influy6 fa representacion de los varones como seres ‘mas aptos” para tomar rlesgos basados en intereses y la imagen de las mujeres como quardianas de la comunidad, la tradicién y la establlidad. La dificultad de representarse a las mujeres como “trabajadoras” activas y auténomas se sustenta, asimismo, en otros supuestos relativos al mismo proceso de migracién: fen primer lugar la importancia explicativa otorgada a la dimensién econémica; en segundo lugar, y el mas interesante para nuestro objetivo, la asimilacién de la nocién de trabajo con “lo productivo" asalariado y, por lo tanto, con lo masculine (Chant y Radcliffe, 1992; Gregorio Gil, 1997 & 2004). Se reflejan aqui concepciones dominantes sobre la diferenciacién sexual del trabajo y la division tradicional de roles: varones productivos (y actives) y mujeres reproductivas (dependientes) (Julié, 1998) en el contexto de una familia “moderna” corresidencial, nuclear y conyugal. En esta visién sobre el trabajo y lo productivo se comprenden tinicamente actividades asalariadas y no “cualquier tarea o actividad que Ja sociedad define como necesaria’, entendiendo por ello no sélo la produccién de objetos sino todas las tareas colidianas que han sido atribuidas a las mujeres en la modernidad occidental (Young, 1992). En nes de trabajo y productividad, los estudios “cldsicos” migratorios conservaron intactas las huellas de las consideraciones tradicionales. lo relative a las not Resumiendo, si las migraciones se comprendieran exclusivamente como migraciones laborales y lo productivo como funcién masculina por definici6n, se llega répidamente al corolario de que las mujeres no podian comprenderse como “verdaderas” migrantes y, aunque formaran parte de los movimientos, no eran relevantes para su estudio. Con mas de una década de trabajos realizados en diferentes latitudes y con objetivos dispares, es posible, y necesario, avanzar hacia una etapa de reflexién y balance sobre el estado y el alcance de las investigaciones. Como algunas de sus pioneras puede recuperarse a Pierrette Hondagneu Sotelo (2011), Laura Osos ‘Casas (2008) y Catarino y Morokovasik (2005). Tal como Io sefialan estas Ultimas investigadoras, parte sustancial de las estrategias que legitimaron la realizacién de las primeras investigaciones sobre mujeres migrantes, fue remarcar la contradiccién existente entre una sugerente presencia femenina en las migraciones, en términos cuantitatives, y la ausencia de las mujeres como sujetos activos de las mismas en las grandes teorias migratorias. En los Ultimos afios es justamente esta ausencia la que ha sido saldada en gran parte, habiéndose podido superar la etapa de denunciar silencios, olvidos y la invisibilidad de las mujeres migrantes. En la regién latincamericana, y en nuestro pais especificamente, de modo quizés no tan prolifico pero de igual importancia, también se ha instalado el tema superando el momento inicial de la denuncia cientifica. Se han producido Investigaciones, entre otras, sobre el efecto del género en las trayectorias migratorias (Caggiano, 2003; Courlis y Pacecca, 2010; Magliano, 2007; Rosas, 2010), las mujeres migrantes y el mercado de trabajo (Cacopardo, 2002, 2004; Maurizio, 2008), en su relacién con el trabajo doméstico (Buccalusca y Serulnicoff, 2005), el analisis histérico de las migraciones femeninas (Cacopardo, 2011) y las. vinculaciones con la trata de personas (Pacecca y Courtis, 2008). También debe destacarse la visi fad que alcanza la mujer migrante como actor social relevante en los discursos, recomendaciones y lineamientos de la agenda global y regional sobre migraciones (Magliano y Domenech, 2008). Sin duda, el propésito de los primeros trabajos se ha logrado: no pueden analizarse las migraciones contemporaneas sin hacer, al menos, referencia a la presencia de mujeres migrantes. Esta nueva etapa, habilita y requiere la elaboracién de nuevas preguntas, ya no sobre la invisibilidad de mujeres migrantes, sino por ef modo en que se han si \do”. Parte de la respuesta radica en la constatacién de que en los paises europeos y norleamericanos se produce un pasaje de la denuncia de la invisibilidad al discurso de la feminizacién de las migraciones (Oso Casas, 2008). El valor de los trabajos realizados sobre los tépicos relacionados con la feminizacién de tas migraciones es invalorable. Nos han mostrado a mujeres migrando, trabajando y manteniendo lazos familiares, redefiniendo las categorias clasicas sobre la migracién y los/as migrantes, ejerciendo ciudadanias y maternidades transnacionales, sosteniendo empresas informales, etc. Se trata, asimismo, de categorias cuyo origen radica, en los mejores casos, en profundas investigaciones empiricas. La influencia de esta definicién es considerable en el campo de los estudios migratorios latinoamericanos, especialmente en aquellos financiados por las agencias internacionales, que hacen propio este discurso y lo trasladan a contextos migratorios diversos. Consideramos que es en la forma que adauiere esta difusi6n donde radica un problema de importancia para quienes hacemos investigaciones en el contexto latinoamericano. En las Gillimas décadas son relevantes los estudios que ponen de relieve las parlicularidades de una feminizaci6n de las migraciones internacionales (Genta Rossi, 2009 y Pedone, 2010}. La incidencia fundamental de los trabajos sobre feminizacién de las migraciones radica en su capacidad disruptiva sobre las categorias clésicas construidas para comprender y explicar las migraciones internacionales. En este sentido es posible retomar los tépicos analtticos sobre los cuales trabajan los estudios sobre la feminizacién para pensar y analizar otros tipos de migraciones femeninas y masculinas. Nos referimos especialmente a la forma generizada en que se vinculan las dimensiones productivas y reproductivas en las migraciones, la construcci6n social de la maternidad y paternidad, la influencia de los cambios mundiales en la organizacién del mercado de trabajo (espectticamente aquellos vinculados a la generaci6n de nuevos circuitos feminizados del Nuevo orden mundial, como lo muestra Sassen, 2003) y las nuevas formas de organizacién familiar. Retomar asi las “intersecoionalidades” Involucra situarnos en disousiones referidas al género, entendiendo como Joan Scott (1996) que género no es sélo un concepto te6rico si no centralmente una perspectiva epistemolégica. El género sostiene que la asignacién de roles es producto de una construccién social histérica que fundamenta esta contiguracién entre dos géneros ~femenino y masculino- para quebrar el designio. de la naturaleza. La introducci6n de la ensién cultural instala “la posibilidad de sustraerse a lo inevitable e imaginar una historicidad diferente” (Gutiérrez, 2011: 24). Rita Segato sefiala que "los géneros constituyen una emanacién de posiciones en una estructura abstracta de relaciones fijada por la experiencia humana acumulada en un tiempo muy largo” (2003:57); esa estructura impone una ordenacién jerérquica y posiciones de poder diferencial Por su parte, los feminismos poscoloniales contribuyen a pensar los lugares asignados a hombres y mujeres denunciando el carécter etnocéntrico y universalizador “det sujeto del feminismo blanco, occidental y heterosexista. Sujeto que al estar definido desde la diferencia sexual de la mujer respecto al varén, homoganiza a las mujeres" (Pombo, 2011: 248). El anélisis de las trayectorias migratorias y laborales de hombres y mujeres implica considerarlos y consideratlas no desde una homogeneidad de género, sino como sujetxs multiples, productos de relaciones de clase y de género en permanente contradiccién, ditimidas desde experiencias que re-definen permanentemente sus posiciones sociales. En palabras de Maria Gabriela Pombo: “asi, ¢l desafio es leer estas intersecciones no sélo como cruces presentes en la corporeidad y trayectoria vital de cada migrante, sino como condicionantes estructurales de fas estrategias que ellas despliegan” (2011: 251). ‘Saskia Sassen (2003) realiza una importante contribucién en este sentido, al proponer entender el marco de la dinémica del capitalism de las tltimas décadas en sus formas concretas para captar sus efectos de género. Los procesos de acumulacién en los cuales se insertan las mujeres migrantes las ubican en la informalizacién, que roduce “flexibilidad, reduce las “cargas" de la regulacién y disminuye los costes, ‘especialmente los del trabajo”. (2003: 75). Sin embargo, para la autora, la degradacién ‘econémica mediante la informalizacién crea oportunidades y *reconfigura algunas de las jerarquias en las que encuentran de modo central las mujeres, tanto en el hogar como en el trabajo. Ese proceso se hace particularmente patente para las mujeres inmigrantes que vienen de pa(ses con culturas fuertemente masculinas” (ibid.: 76). Captar estas tensiones y cémo fueron resueltas por las y los migrantes marca un desatio para los estudios laborales. “Para Morokvasic (2005), la situacién de migrante constituye en realidad otra condicién mas de opresién de las mujeres en el mercado de trabajo” (Ariza, 2000:42). Sin embargo para Sassen, existen oportunidades construidas y negociadas por las mujeres en ol pais de destino, ya que suelen ser “més activas en la construccién y en el activismo comunitarios, y se posicionan de forma diferente a los hombres en relacién a la economia, en su sentido mas amplio, y al Estado. Son ellas quiénes probablemente tienen que lidiar con la vulnerabilidad legal de sus familias, con la dificil busqueda de servicios pilblicos y sociales” (2003: 77) Por otro lado, dar cuenta de las estructuras de poder que atraviesan las vidas de las mujeres involucra observar la complejidad de las estructuras de la violencia que sustentan el poder patriarcal (Radonich y Trpin, 2013). Rita Segato sostiene que el efecto violento hacia las mujeres “resulta del mandato maral y moralizador de reducir y aprisionar a la mujer en su posicién subordinada, por todos los medios posibles, recurriendo a la violencia sexual, psicolégica y fisica, o manteniendo la violencia estructural del orden social y econdmico en lo que hoy los especialistas estén describiendo coma “ieminizacién de la pobreza" (2003: 145). Esta autora sefiala ademas que la mujer se rehace a pesar de esas tramas, se rehace “como sujeto social y psiquico diferenciado, capaz de autonomia, (...) una parte de ella se adapla a la posicién que le es atribuida, mientras permanece un resto que no cabe enteramente (...) un deseo otro que no es el de la sumisi6n’ (Ibid.: 145). Otros aportes para pensar las desigualdades. Un tema que abre brechas entre quienes se definen adherentes a la teorfa de la interseccionalidad es el de la relacién existente entre diversas categorias (clase, género, etnia). Sobre este aspecto, nos parece sugerenie la postura de West y Fenstermarker (2010) que crifican lo que ellas llaman la “metéfora aditiva’ (las dimensiones se “suman’) y la “multiplicadora” (los efectos de estas tres variables puede multiplicarse, obteniendo en cada caso resultados dependientes de la valencia - positiva 0 negativa- de las variables mulliplicadas) por considerar que en ambas las variables todavia estén representadas como partes separadas. Centrando el anélisis sobre la fora en que personas concretas vivencian la opresién multiple, sostienen que ‘ninguna persona puede experimentar el género sin simulténeamente experimentar la raza y la clase, Mientras la raza, la clase y el género pueden verse como diferentes ejes de estructura social, las personas individuales los experimentan simulténeamente” (West y Fenstermarker 2010:174). De esta manera, por mas que exhiben diferentes caracteristicas y resultados descriptivos, el género, ta raza y la clase ~en definitiva todo aquello que la gente experimenta como categorias organizadoras de la diferencia social-~ son sin embargo comparables en tanto mecanismos de produ: ién de desigualdad social, Desde otras miradas y en relacién con las desigualdades, Sergio Caggiano (2008) identifica diversas formas de jerarquizacién social de exclusién y rechazo del “otro” que pueden manifestarse en tres dimensiones: como mecanismos de racismo, como fundamentalismo cultural 0 como restriccién de la ciudadan‘a. La persistencia de la racializacién se construye como proceso cognitive y valorativo sostenide y sostenedor de relaciones de poder en base al “dato biolégico”. Por otra parte, en las teorias primordialistas de etnicidad, la esencializacién de la cultura también opera como un determinismo legitimador de desigualdades sociales al segregar espacialmente las culturas y legitimar la exclusi6n de los extranjeros desde la linea argumental de cierto habitus nacional (Stoloke, s/f). Por Gltimo, las diferentes formas de cludadania restringida que pesan sobre los extranjeros a través de ciertos mecanismos de regulacién, sirven para confirmar la legitimidad del lugar social de otros y “la figura de los incluidos como excluidos reafirma la pertenencia de los incluidos" (Caggiano, 2008:42). Esta perspectiva permite visualizar los miltiples aspectos de la discriminacién contra los migrantes limitrofes que se manifiestan como una *retérica racista sin raza” y que intentan encubrir relaciones de desigualdad, ademés de elucidar cual es el “umbral de tolerancia" de los locales hacia los migrantes insertos. “exitosamente" Recuperando aportes de la geogratia critica, Eugeni Sanchez (1981) establece la premisa del espacio como variable dependiente entre ia relacién entre poder y espacio. En los diferentes espacios sociales, junto con el aprendizaje de los mecanismos de produccién se incorpora el aprendizaje de los mecanismos de aproplacién, que se expresan en el dominio sobre otros hombres en una civisién jerarquica que otorga ef poder a un grupo restringido dentro de una comunidad. Ast queda un grupo més amplio numéricamente que desarrolla el trabajo productive y un grupo mas restringido que desarrolla el trabajo improductivo y se apropia del excedente. En ocasiones, la presencia de migrantes no genera reacciones xendfobas explicitas por parte de los locales en la medida que estos nuevos sujetos permanecen invisiblizados ocupando los puestos més precarizados de! mercado laboral, pero en la medida que van adquiriendo ‘una presencia” (Sassen, 2007) que se manifiesta en aspectos organizativos, en allanzas con el Estado o en el acceso a recursos y espacios que tradicionalmente ocupaban los ‘nativos’, empiezan a aparecer experiencias de abierta xenofobia hacia estos grupos subalternizados. Una de las consecuencias més nefastas del prejuicio es la reduccién de la condicién humana al considerar al migrante como mercanefa subordinada que se define a través de actitudes raciales y etnocéntricas. El uso flexible de la fuerza de trabajo en determinados nichos no cublertos por los autéctonos se apoya en la minorizacién y discriminacién de los trabajadores y trabajadoras vulnerables. El concepto de “minorizacién” permite explicar cémo algunos atributos tales como la edad, el sexo o la ma, ya que al naturalizar las diferencias sociales, conforman un sistema de exclusién y dominacién que esta en sintonia con ia expansién del capitalismo (Balloar y Wallerstein, 1991 citado por Benencia, 2004), condicién étnica aparecen no solo como diferencia sino como es dames Scott (2000) invita a pensar que una manera de descubrir la cialéctica entre igualdad y desigualdad en los espacios colectivos consiste en observar la dinémica que se produce en la frontera que separa a los diferentes grupos y que se expresan como mecanismos sutiles a modo de ‘techos de cristal” que establecen ios tipos de 10 incertidumbre muy a menudo estan mezcladas en la experiencia de la precariedad como experiencia de fragilizacién de las propiedades sociales. Conclusiones Una estrategla que justifica las desigualdades se sustenta en los dispositivos simbélicos que presentan los intereses particulares de un grupo como si fueran universales, es decir, cuya satisfaccién redunda en el benetficio de toda la sociedad. Aqui entran todos los discursos que naturalizan la desigualdad o la consideran inevitable. Pata que estos discursos resulten eficaces, es fundamental convencer a los demés que la porcién de ta riqueza aproplada es una recompensa legitima a los lugares sociales sedimentados en la conformacién histérica. Estos procesos simbélicos tienen repercusiones decisivas sobre los mecanismos de apropiacién/expropiacién y pueden dar lugat a comportamientos discriminatorios y tener efectos de segmentacién en el mercado de trabajo, asi como organizar la distribucién de recursos en los grupos familiares, arupos sociales y organizaciones. la fronteras y diferencias ayuda a comprender mejor la dinamica de la desigualdad. Asi istencia en la capacidad que tienen los procesos simbélicos para generar como diversos dispositivos simbélicos generan, reproducen y refuerzan las desigualdades, hay muchos otros que los acotan 0 los cuestionan, y que son fundamentales para la construccién de la equidad. Por otra parte, con fuerte infiuencia en el campo de estudio sobre migraciones y género, el andiisis intersecclonal ayuda a visualizar de qué manera convergen distintos tipos de discriminacién (Anthias, 1998), insistiendo en que “las estructuras de clase, racismo, género y sexualidad no pueden tratarse como «variables independientes» porque la opresién de cada una esté inscrita en las otras —es constituida por y es constitutiva de la otras.” (Brah, 2004: 138). En relacién con contextos nacionales y locales, segiin esta autora, las interconexiones entre racismo, géneto y clase son relaciones histéricamente contingentes y situadas en un contexto especttico, Son extensos los debates que se centran en los interrogantes acerca de los cambios que el “hecho migratorio" produce en los sujetos, especialmente en las mujeres que migran por trabajo, en tanto “la variedad de experiencias laborales encietra una diversa capacidad de repercusién sobre la situacién de la mujer migrante” (Ariza, 2000:48). Sin embargo, resulta pertinente estar atentxs en no sobre-significar el hecho migratorio como un necesario paso pata el “empoderamiento” de las mujeres, calificando su pasado como opresive y tradicional en oposicién a las relaciones “mas 2 flujos que permiten esas fronteras y qué distancias marcan, Se resalta la diferencia ‘como tolerable en tanto no modifique el orden de las cosas. Catherine Walsh (citado por Dfaz y Villareal, 2008) sostiene que la diversidad como estrategia discursiva es utlizada para soslayat la conflictividad inherente a proyectos de vida diferentes, apelando a la existencia y aceptacién de lo diverso, pero solo concebide como variaciones de lo mismo. En este sentido, deja intacto el “yo hegeménico” de la enunciacién y coadyuva a la desigualdad impidiendo que la diferencia se constituya en relacién igualitaria. Durante mucho tiempo, en las ciencias sociales el estudio de la desiguaidad estuvo dominado por el individualisme metodolégico que explicaba las disparidades a partir de las diferentes dotaciones que cada persona tenia para participar en los mercados de trabajo. Para salir de esta visin encubridora se reaulere entender la construccién social de los mercados de trabajo, ya que el acceso a los recursos no depende de las caracteristicas individuales sino fundamentalmente de los dispositivos institucionales que operan en funcién de la pertenencia étnica, de las relaciones de género y de otros dispositivos de clasiticacién y jerarquizacién, asi como de aspectos estructurales que forman el contexto en que los individuos utilizan sus recursos (Reygadas, 2008). La denegativa al reconocimiento se ejerce como preluicio social y moral. Ana Femndez (2009) se pregunta sobre cémo pensar la diferenci descuirir las caracteristicas culturales de una comunidad subaltema sino de elucidar Jos dispositivos biopoliticos que construyen esas identidades de esa manera y no de otra. Hacer visibles las miltiples redes de dominios y sujeciones, y de resistencias & Ya no se trata de Invenciones de los subalternos y de los dominantes en las construcciones de sus identidades como diferencias desigualadas. Las formas de descalificacién social antepanen un estigma producido por un atributo particular y en consecuencia el sujeto precario siempre se encuentra desplazado en relacién con su inscripcién en un lugar particular. El desprecio social y la denegatoria de reconocimiento amenazan con anular o volver inciertas las propiedades sociales, las disposiciones para la accién y los acuerdos verbales de los sujetos estigmatizados. Las operaciones de calificacién y descaiificacién que caracterizan a las ‘vidas ordinarias” (Le Blanc, 2007) hacen directa referencia a los poderes fundamentales de la vida humana como son el poder de decir, el poder de actuar, el poder de reunir la propia vida en un relato inteligible y aceptable, el poder de “creerse capaz de” como propiedades sociales mfnimas sin las cuales no se sustenta la vida y asi queda expuesta al riesgo de la deshumanizacién. La denegatoria de reconocimiento y la u modernas” en lugar de destino, Como investigadorés/as sostenemos el propésito de “recuperar las voces de las mujeres y sus experiencias para elaborar un andlisis que la complejidad constitutiva que caracteriza la vida de estas mujeres" (Bidaseca y Vazquez Laba, 2010:4). Los principales descubrimientos y aportes que generan las investigaciones desoculte” en tensién con el universalismo etnocéntrico “ sobre fa feminizacién'de la migracién en Europa circulan en las agendas de investigacién internacionales, muchas veces de modo descontextualizado generando una suposicién reificada sobre los contenidos obligatorios que debe presentar un trabajo sobre las migraciones y los géneros. Sin embargo, esta complelidad constitutiva, z86lo cobra sentido desde la perspectiva de género? {Qué otras expresiones de las estructuras de poder atraviesan las trayectorias laborales y migratorias? ¢Qué marcaciones constituyen las vidas de los y las migrantes en los lugates de destino? El modo hegemé 0 en que se ha visibilizado a las mujeres migrantes en el discurso de la feminizacién, descuida entre otras dimensiones, el andlisis del movimiento migratorio de las mujeres con proyectos migratorios familiares. Se omite asf un terreno rico en tensiones para analizar las vinculaciones entre la esfera familiar y laboral, la productiva y la reproductiva, lo que ha sido una de las mayores promesas del pensamiento critico feminista. En las figuras e imagenes hegeménicas Incluidas en las politicas de los Estados, organizaciones intemacionales, agenclas de investigacién y circultos de divulgacién, han quedado opacados los proyectos mmigratorios de las mujetes que migran en contextos familiares pero que no por ello ‘subsumen la totalidad de su movimiento al deseo de “reunirse" con su familia. Bibliogratia. Arango, J., (2003). "La explicacién teérica de las migraciones: luz y sombra”. En Revista Migracién y desarrollo. Numero 1. México. Ariza, M., (2000). ‘Las mujeres frente a la emigracién masculina. Nuevas construcciones de lo femenino. Género y migracién femenina: dimensiones analicas y desafios metodolégicos” en Bassols, D. y BazAn C. (eds.), Migracién y relaciones de género en México. México, GIMTRP, A.C. IA/UNAM. Benencia, R. (2004). "Trabajo y prejuicio. Violencia sobre inmigrantes bolivianos en la agricultura periférica de Buenos Aires’, Revista Remi. Vol 20, N°1; 97-118. Bidaseca, K. y Vazquez Laba, V. (2010). “Feminismos y (des)colonialidad. Las voces de las mujeres indigenas al sur’. [En linea). Buenos Aires, disponible en htto:/es. sorlbd.com/doc/59692783/-bidaseca-y-Vazquez-Laba-Feminismos-Del-Sut [acceso el dia 15 de junio de 201 1. a Caggiano, S. (2008). "Racismo, fundamentalismo cultural y restriccién a la ciudadania: formas de regulacién social frente a inmigrantes en Argentina’. En Novick, Susana {comp.), Las migraciones en América Latina. CLACSO Coediciones, Buenos Aires, 31- 53. Canales, A. y Zlolniski, C., (2004) "Comunidades transnacionales y migracién en la era de la globalizacién’. (disponible en pagina web] www.comminit.com, consultado el 26 de junio de 2013. Crenshaw, K. (1995). “Mapping the margins: intersectionality, identity politics, and violence against women of color", en Crenshaw et al. (eds). Critical race theory. New York New Press. Diaz, R. y Villareal, J. (2009). “Interculturalidad y participacién en la Provincia de Neuquén: aportes para una critica del ‘desarrollo’ en la perspectiva del pueblo originario mapuce". En Heras, Ana Inés y David Burin (coord. editoriales) Trabajo, desarrollo, diversidad, Editorial CICCUS, Buenos Aires, Elias, N. (2003). “Ensayo acerca de las relaciones entre establecidos y forasteros”, en REIS, NP 104 (pp. 219-251). Femandez, A. (2009). "Las diferencias desigualadas: muttiplicidades, invenciones politicas y transdiscipiina’. Revista Némadas N° 30, Universidad Central, Colombia: 22-33. Gaspard, F. (2000). Las nuevas fronteras de [a desigualdad. Hombres y mujeres en el mercado de trabajo. Barcelona, lcaria Genta Rossi, N. (2009). “Lo personal es global: antiguas dinamicas para un mundo globalizado". [En linea}. Quito, FLACSO, —_disponible en bttpy/www.flacsoandes.org/dspace/handle/10469/53 [acceso el dia 5 de mayo de 2011}. Glick Schiller, N. (2008). “Nuevas y viejas cuestiones sobre la localidad: teorizar ta migracién transnacional en un mundo neoliberal", en Solé et al (Coord.) Nuevos retos del transnacionalismo en el estudio de las migraciones. Madrid: Ministerio de Trabajo Inmigracién. Gutiérrez, M. (comp.). (2011). Voces polifénicas. Itinerarios de los géneros y las sexualidades. Buenos Aires, Godot. Le Blanc, G. (2007) Vides ordinarias. Vidas precarias. Sobre la exclusién social. Editorial Nueva Visién. Buenos Aires. Parella, S. (2000). “El trasvase de desiqualdades de clase y etnia entre mujeres de servicios de proximidad”. Papers, 60. Pedone, C. (2010). "Mas alld de los estereotipos: desafios en tomo al estudio de las familias\ migrantes. Introduccién” en Grupo Interdisciplinario de Investigador@s Migrantes (coord.), Familias, jovenes, nifios y niflas migrantes. Rompiendo estereotipos. Madrid, IEPALA Editorial Pedrefio Canovas, A. (2011). “La condicién inmigrante del trabajo en las agriculturas globalizadas” en Lara Flores, S. (comp.), Los “encadenamientos migratorios" en espacios de agricultura intensiva. México, Miguel Angel Porria. Pedrefio Cnovas, A. (2005). “Sociedades etnotragmentadas’, en Pedrafio Cénovas, ‘A. y Heméndez Pedrefio, M. (coords.), La condicién inmigrante. Exploraciones e investigaciones desde la Regién de Murcia. Murcia: Universidad de Murcia. “ Piore, M. (1978). Birds of Passage: Migrant Labour and industrial Societies. Cambridge University Press, Cambricge. Pombo, M. (2011). ‘La organizacién del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en mujeres migrantes procedentes de Bolivia: posibles lecturas desde el feminismo poscolonial, en Bidaseca, K. y Vazquez Laba, V., (2011). Feminismos y poscolonialidad. Descolonizando e| feminismo desde y en América Latina. Buenos Aites, Godot, Quijano, A. (2000). “Colonialidad de! poder y clasificacién social", en Journal of World- system research, VI, 2, sumer-fall 342-386 Radonich, M. y Trpin, V. (2018). “Mujeres migrantes en territorios rurales en el Alto Valle de Rio Negro’. En Karasik, G. (comp.). Segunda publicacién RED IAMIC. Buenos Aires, CICCUS. En prensa. Reygadas, L. (2008). La apropiacién. Destejiendo las redes de la desiqualdad. Editorial Anthropos. México D.F. ‘Sanchez, J. (1981). La geografia y ef espacio social dei poder. Amelia Romero Editor. Barcelona, Sassen, S. (2003). Contrageogratfas de la giobalizacién. Género y ciudadania en los circuitos transfronterizos. Traficantes de Suefias. Madrid. Sassen, S. (2007). Una sociologia de la globalizacién. Katz Editores. Buenos Aires. Scott, J. (1996). “El género: Una categoria util para el andlisis histérico”. En Lamas, M. (comp.). El género: la construcoién cultural de la diferencia sexual. México, PUEG Scott, J. (2000). Las dominados y el arte de /a resistencia. Editorial Era. México. Segato, R. (2003). Las estructuras elementales de la violencia, Ensayos sobre género entre la antropologia, el psicoandlisis y los derechos humanos. Buenos Aires, Prometeo/Universidad Nacional de Quilmes. Stolcke, Verena (s/f) “La nusva retérica de la exclusi6n en Europa’, disponible en pagina web www.cholonautas.edu.pe [consultado el 2 de diciembre de 2012] Tipin, V., y Rodriguez, D. (2013). "Mercado de trabajo y movilidad de las poblacién en tomo al turismo. Tendencias recientes en Villa Pehuenia, Provincia de Neuquén’. Ponencia presentada en V Jomadas de Historia de la Patagonia. UNPSJB. 5

You might also like