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4 CONS, UAT TE a0 LUIS NAVARRO GARCIA (Editor) JOSE DE SAN MARTIN Y SU TIEMPO UNIVERSIDAD Fundacion de SEVILLA ELM SEVILLA, 1999 EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS EN VENEZUELA (Siglo XVIII y visperas de la independencia) CARMEN MENA GARCIA Universidad de Sevilla LA CONDICION DE EXTRANJERIA Pese a todas las leyes prohibitorias, la presencia de extranjeros en los territorios bajo dominio éspafiol nunca pudo ser evitada. Resultaba difi- cil cuando no imposible- evitar que los foréneos acudiesen, desde todos los pafses europeos, al panal de la rica miel, de las riquezas de las Indias y fandamentalmente de los beneficios que reportaba su comercio. La ten- tacién era demasiado grande para sucumbir ante las trabas legales, y con el transcurso de los aftos numeroso extranjeros, haciendo uso de toda clase de artimafas, llegaron a los dominios americanos, se establecieron alli, casaron con mujeres criollas, adquirieron tierras, ganados y bienes de todo tipo, y se convirtieron en americanos «ilegales», espaldas mojadas por el inmenso Atléntico. La realidad se impuso y la Corona espafiola no tuvo ms remedio que aceptarla articulando los imedios legales necesarios para buscar una salida honrosa y, de paso, obtener unos sustanciosos ingresos para el Erario péblico, siempre tan necesitado de fondos’ 1. Merecetenerse en cuenta, entre los trabajos més generale los siguentes: Konetzke, Richard “Leglslacion sobre emigraciin de exranjros en América dante In época colonials, en Rela Internacional de Soclogt, I, nim. 11-13, Madrid, 1845; Dominguez Company, Francisco: «La *. A fines del siglo XVIII todavia algiin que otro portugués, como Manuel de Matos, corregi- dor de San José de Nueva Barcelona, conservaba ese sentimiento de proxi midad, de vinculo al reino espafiol cuando declaraba entre sus méritos, con notable desconocimiento: «Y ser nacido en Portugal, curyos naturales son tenidos y reputados en Es- pafia por esparioles por el enlace que hay entre las familias de ambas nacio- nes, le obligan a concurrir ante S. M. para que se digne otorgarle carta de naturatezan, Naturalmente la Cémara de Indias, mejor informada que el portugués solicitante, no considers su alegato, por no haber lugar a ello, pero si favo en cuenta que a pesar de no cumplir los 20 aftos de residencia prescritos para obtener la naturalizacién, «la ley 13, titulo 27, lib.9 recomienda se di- simule con las composiciones de aquellos extranjeros que haciendo mucho tiempo que pasaron a Indias, hubiesen servido en las alteraciones y estén casados y con hijos, circunstancias que se dan en este hombre». 42. Carta de naturaleza a Nicol Traverse, natural de Génova y residents en la provincia de CAiz ‘AGI, Indiferente General, 1597 48, Ley Xl, tt. XXVEL, Ub. TX de la Recoplactén. 44 Solicitud de cara de maturaleza de Manuel de Matos. Madrid, 16 de octubre de 1799, AGI, Indiferente General, 1536 344 CARMEN MENA GARCIA Br esa coyuntura se encontraban, desde Iuego, muchos fordneos Ha- biam casado en América y formado una familia demochond con ello su voluntad de integrarse a la vida y a las costumbres espafiolas, y de vin- eal, as{ que muchos de ellos buscaron esposa en el Tugar elegido para char races, entroneando incluso con los apellidos més envidiados de su cr rn game sucede en el caso del flamenco Luis de la Moses earns Tas princi tPcias con dofia Juana Alvarez de Bastardo, “una dame ae Ins principales familias de Nueva Barcelona” y por segunda vez con una Borzina de esta “con el mismo ilustre apellido y familia”. @ der genovés Bemardo Llanos, casado con dofa Ana del Casillo, veana te Caracas, y Pires ajar 2 “tna de las familias més ilustres de la chudad’s aunque Ta cocpcieron consigo a sus mujeres, como Nicolas de Berge, encacie wee Ia gscovesa Margarita Short, o Antonio de Alteman, sede con una Baditana, De los 35 casos revisados, sélo en 9 los solictanies xo declaran Solteros o bien silencian su estado civil, tal vez porque ne lee interesaba estes eran arena’ dato, si es que habfan abandonado a sus mujeres, ¢ bien gstgs eran extranjeras. Si asf ocurrfa, -sospecho que con frecuencia, como Ta mayoria de los extranjeros que tramitaron su naturalizacién Hevaban muchos afios residiendo en Indias. Si confiamos en sus testimonios, se cons- mnaa un Promedio de 22 afios -recordemos que la ley exigia 20 whee ae per- Tepes win On la tierra- computando desde la fecha en que el extranjero dice celona de Cumané, Junto con la nacionalidad y el patrén familiar, otra cuestién de interés ‘ae queda de relieve en nuestra muestra es la actividad desarroliaan Por EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 345 los extranjeros en Venezuela. En el listado que hemos confeccionado en el cuadro 2, figuran 14 comerciantes, de los cuales 5 se reconocen dedicados al tréfico de esclavos y uno es minorista (articulos de mercerfa y comesti- bles), aunque sospechamos que la cifra real seria mayor puesto que tam- bién lo es el ntimero de los que pidieron licencia para comerciar, seguramente porque ya lo hacian por su cuenta y de forma ilegal. Entre ellos encontramos importantes figuras relacionadas con la trata, como Edward Barry y Mark Young, merecedores de un comentario més exten- so, Pero también a quien declara dedicarse sélo al comercio “interior”, como el corso Felipe Carrega, habiendo logrado amasar un importante capital de més de 35.000 pesos, que incluia doce esclavos y tres casas en Cumand. Significativa resulta, asimismo, la presencia de quienes declaran ser agricultores y ganaderos; algunos incluso importantes hacendados. Asi debe ser considerado Esteban Floris Dumond, francés avecindado en Caracas, quien declaré en los afos treinta un capital de més de veinte mil pesos en arboledas de cacao y esclavos. El veneciano Jorge Sanchez habfa reunido, durante los treinta afios que Hevaba afincado en Maracaibo varias hacic das, cuyo valor superaba los 8.000 pesos. Otros, como Miguel Fremon, abas- tecfa con sus reses a la mayor parte de la ciudad de Coro, Grandes, exportadores de algodén y azsicar encontramos establecidos a fines de la centuria en la isla de Trinidad. Muchos de estos ~tanto comerciantes como hacendados- actéan a su vez como prestamistas, facilitando dinero a los pequefios agricultores para la compra de aperos de labranza, semillas y ‘otros titiles necesarios para la labor del campo. Su comportamiento en este sentido es subrayado como un mérito muy valioso en sus testimonios. Hay que tener presente que atin en visperas de la independencia, la escasez de numerario y la falta de mecanismos de crédito -un mal crénico en el pats, en palabras de Manuel Lucena- afectaba muy seriamente al medio rural venezolano®. La integracion de los extranjeros en los lugares elegidos para estable- cerse y la tolerancia que muestran las autoridades venezolanas queda suficientemente probada a través de los numerosos casos en los que se declara el desemperio de oficios de responsabilidad, ya sean municipales, en el ejército, relacionados con la Iglesia, e incluso al servicio de la Com pafiia Guipuzcoana. A veces involucrados en Ia administracién de justi cia: alcalde ordinario, corregidor, justicia mayor. Y no pocas compaginaban muy diversas actividades, convirtiéndose en poderosos hombres de nego- ios, a la vez que ampliaban su radio de influencias como un escudo pro- tector que los salvaguardaba de cualquier amenaza. Un exponente claro de lo que decimos nos lo ofrece -por citar sélo un ejemplo- el portugués 48, Depons asegura que un ®! Sin embargo, el arquetipo més interesante, a nuestro entender, de esta prictica de naturalizacién con carécter colectivo lo hallamos aplicada en la isla de Trinidad. 51, Cara de naturaeza Juan Bautista de Robles San Lorenzo el Real, 18 de marzo de 1716. AGL, Indiferente General, 1596. [EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 351 a) El caso de la isla de Trinidad? En el mapa politico mundial, las islas del Caribe se asemejan a piezas de ajedrez que son intercambiadas por las principales potencias europeas en los numerosos conflictos internacionales que se suceden a lo largo del siglo XVI. La isla de Trinidad pertenece a la regién hispanica del Caribe y, en parte también del Orinoco. Trinidad era la puerta de un vasto conti- nente situado a sus espaldas. Eso quiere decir que para controlar la parte del continente conocido como Tierra Firme, e indudablemente esa gran boca de entrada, que era la desembocadura del Orinoco, Trinidad debfa ser sostenida a toda costa. Su valor estratégico marc, sin duda, el desti- no de la isla a través de la historia. Un destino que la vinculaba al con- tinente, mientras que numerosos factores contribufan a mantenerla separada, marcando su permanente aislamiento. De este modo, muy apaz- tada de los circuitos econémicos regionales, carente de recursos econémi- cos y con una poblacién muy escasa, Trinidad aparecia indefensa, presa facil para el voraz apetito de las potencias rivales de Espafia que mero- deaban muy cerca, Durante la segunda mitad del siglo XVII, en el reinado de Carlos I, el problema de la repoblacién se dejaba sentir en los reinos espafioles. Para entonces se toma conciencia de que «la prosperidad de América depende de la poblacién»™ y por tanto se patentiza la necesidad de fomentar el aumento de la misma repoblando, al mismo tiempo, los flancos més desguarnecidos. Se debaten proyectos para colonizar las tierras virgenes de Puerto Rico y América del Sur con 6.000 colonos de Alemania y Flandes y finalmente se opta por aplicar el plan en las tierras desérticas y estéri les de Sierra Morena bajo la supervisién de Olavide y Campomanes. Al igual que en Espafa estos proyectos van a aplicarse en algunos de los territorios més neurélgicos de los dominios americanos", como es el caso de Trinidad y de Guayana®. 52. Ha merecido le stencin de Jesse A. Noel Trinidad, province de Venezuela, Historie dela Adminstscén Espole de Triad, Fuentes para la Historia Colonial de Veneracla, nim. 108, Caracas, 1972 asf como de Linda Newson: enmigrantes extranjeres en la América eepafla el expesimentocolonizador dela isla de Trinidad, en Revista de Histor de América, nim. 87, ‘México, enero-junio, 1979, pigs. 79-105. Juan M. Morales Alvarez tambien tata, ainque con ‘menos detenimiento, el proyecto colonlzador de Trinidad: Los extrajers, pags. 382-588, 53, Morales Padrén, Francisco: cDescubiaiento y papel de Tiinidad en Ia peetraion continental, en Anuario de Estudios Americanos, XIV, Seo, 1957 y «Trinidad ome siglo XVUs, en Antari de studies Americanos, XI, Soil, 1950. ‘54 Son palabras de Pabio de Olavide. Vase: Fourneaux, Marcelin: Pablo de Oli ou Afencendo (2725-1785) Paris, 1989. La edicinespattcla: Pablo de Olvie, el afrancesde, Sevilla, 1990, pig 131 55, Bata politica de repoblacin también se leva a la préctica en la banda oriental de Uruguay, asf como en Texas y Florida 56, Sobre Is empresa repcbladora de Guayana, a cargo del ntendente Abalos, véase: Cal Martinez, Consuelo: La defense del integridad tervtvial de Guayuna en tiempo de Carlos I. Fuentes para Ja Historia Colonial de Venezuela, nim. 12, Caracas, 1979 asf como Ramos, Demetro: Lin | | 952 (CARMEN MENA GARCIA En 1765 la poblacién de la isla y provincia venezolana de Trinidad ape- nas sobrepasaba los 2.500 habitantes, de los cuales unos 1.200 estaban re- gistrados como indios convertidos. La isla que carecia de recursos econdmicos era demasiado pobre para beneficiarse del nuevo plan de Co- mercio Libre introducido por Espafia afios mas tarde. Y para colmo, junto con Guayana, permanecia siendo uno de los bastiones mas vulnerables de los dominios espafioles. E13 de septiembre de 1776 -casi al mismo tiempo que se desencadena Ja guerra de independencia de los EE.UU-, es nombrado un nuevo gober- nador de Ia isla de Trinidad -Manuel Félquez- y viene con una Instruccio- nes que contenfan un programa de reformas socio-econ6micas de indudable importancia para el futuro de la isla. Al gobernador se le encomend6 como principal tarea atraer hacia Trinidad, tan cuidadosamente como pudiera, a todos aquellos colonos franceses que vivian bajo el gobierno inglés de las Antillas, especialmente en Grenada, que habia dejado de ser francesa como resultado del Tratado de Paris, al final de la guerra de los Siete Afios”. Con este fin, fue autorizado a admitir extranjeros catélicos de cualquier nacio- nalidad, con excepciGn -claro est4- de los de Inglaterra, Holanda y Dina- marca, que eran considerados enemigos de Espafia, concediendo a todos los. que quisieran establecerse en la isla con sus esclavos negros indudables ventajas de todo tipo -incluidas las comerciales- que no vamos a comentar aqui para no extendernos demasiado. Més adelante, (en 26, mayo, 1779), cen respuesta a la peticién formulada por un nuevo gobernador llegado a la isla de Trinidad, los privilegios concedidos a los colonos franceses, fue- ron hechos extensivos también a los irlandeses, casi todos practicantes de 1a religi6n cat6lica. Habia irlandeses diseminados por todas las Antillas (se calculaba que en total casi 10.000 irlandeses vivian en las Antillas con casi 35.000 esclavos negros). Si éstos optaban por marchar a Norteamérica, a Georgia, a Florida 0 a Luisiana, en donde estaban siendo captados, eso reforzaria el poder de esa joven naciGn republicana que habia surgido en el norte. Se establecié una especie de competicién para ver quién conseguia captar a més colonos. Finalmente la Corona, con Galvez a la cabeza, apro- bé la inmigracién de colonos, tanto franceses como irlandeses, no s6lo a Trinidad, también a todas las escasamente pobladas regiones de la Inten- dencia de Venezuela. Las Reales Instrucciones de 1776 son la base para comprender el ver- dadero aleance y significado de una nueva y fundamental legislacién que va a ser dictada para la isla de Trinidad 4 afios més tarde: nos referimos a la que se conoce como La Real Cédula de Poblamiento, dictada el 24 de noviembre de 1783". La importancia de este documento estriba en que plan de inmigracin y libre comerco defendido por Gunilla en In Guayanas, en Anuar de Estudios Americans, XV, Sevilla, 1958. 457. En el verano de 1779 fue de nuevo capturada por Francis, '58, Fueron completadas después por las Intriccines de 24 de jullo de 1784, [EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 353 concedifa una naturalizacién colectiva a todos los colonos extranjeros que fueran catdlicos y desearan establecerse en Trinidad, aunque eso sf con una serie de condiciones, tales como: haber residido 5 afios de forma ininto- rrumpida en la isla, con el compromiso de permanecer para siempre en ella, y presentar partida de bautismo para acreditar su fe cat6lica. Todos los inmigrantes extranjeros, eran considerados ante todo como personas politicamente sospechosas, por eso otro de los requisitos consistia en pres- tar juramento de fidelidad y vasallaje a la Corona espaftola -ante el go- bemador de la isla- comprometiéndose a defender el territorio contra las invasiones de los enemigos 0 las posibles revueltas de los esclavos. A.cambio, se concedia a los futuros colonos, ademés de la ciudadania espafiola para ellos y sus hijos con facultad para desempefiar cargos pt- blicos y militares, importantes concesiones de tierras, en mayor cantidad mientras més negros llevasen consigo; exenciones de impuestos; beneficios ‘comerciales (poder comerciar con los puertos franceses donde existiesen cénsules espafoles, por ej). Por altimo, también los negros y castas de color quedaban beneficiados con concesiones de tierras y aunque en me- nor proporcién que los blancos (justo la mitad) la medida suponfa en aquel momento una concesin bastante liberal. Atraidos por estos reclamos, a la isla acudieron numerosas familias extranjeras, irlandeses y sobre todo franceses, muchos de los cuales eran ricos cultivadores que Ievaron consigo numerosos esclavos y un impor- tante capital. Para 1797 resulta muy dificil definir a la isla como una co- Ionia espafiola dado que la mayoria de su poblacién estaba compuesta por extranjeros de origen, aunque naturalizados, a consecuencia de las medi- das comentadas. Basicamente, blancos y gente de color de habla france- sa, mds un pequefio mimero de espafoles y de personas, blancas y de color, de habla inglesa, procedentes de las Antillas Menores y muy espe- cialmente de Grenada, De una poblacién de poco més de 3.000 personas en 1777, el tamafio de la colonia habia experimentado un crecimiento espectacular llegando hacia 1796 a més de 16.000. Se trataba, desde luego de una poblacién cos- mopolita, pero sobre todo de origen francés, que llevaba en su germen un peligro latente. En primer lugar, el efecto inmediato de la Revolucién Francesa en las islas francesas del Caribe fue la emigracién a Trinidad de muchos pobla- dores que nunca pensaron en establecerse permanentemente en la colonia, 59, Bl captalo 5 de la Real Cécila de Poblamiento estabeci lo siguiente: «Pasados ls cinco pprimeros aos del establecimiento de Ios colonos en la isla, y obligindose entonces © Dermanccer perpetuamente en ella, se les concedersn todos los derechos y prvilegios de ‘aturalizacién, igualmente que alos hijos que hayan levado ols hibiesen nacido en lana isle para que Sean admitdos, por consiguiente en los empiens hanofcos de repablca y de Jas mies, seg los talentos y circunstancias de cada ust, 354 (CARMEN MENA GARCIA sino que buscaban un refugio temporal con la esperanza de regresar algu- hha vez. a sus antiguas posesiones, 0 a la metrépoli en el momento propi- cio. Y junto a este grupo de franceses, de tendencia realista, acudieron a la isla no pocos republicanos franceses, un grupo més pequefio, pero muy compacto, integrado fundamentalmente por gente de color (mulatos y nogros puros), que habfan obtenido la libertad por los nuevos conceptos igualitarios de la Revolucion Francesa®. En 1797 Trinidad, que habfa experimentado en muy pocos afios un desarrollo econémico y poblacional sin precedentes en su historia, fue atacada por los ingleses y conquistada®. El nuevo plan colonizador apli- cado por la Corona espafiola en la isla, que reflejaba un cambio radical de actitud respecto a la inmigracién extranjera, no fue suficiente para evitar su pérdida. Ese mismo afio, muchos de los extranjeros all{ establecidos marcharon a otros poblaciones de la América hispana, especialmente sal- taron a la Tierra Firme, a las otras provincias venezolanas. b) La concesién de una naturalizacién tinica y diferente para los habitantes de la isla de Trinidad En la documentacién consultada son numerosas las referencias a colo- nos extranjeros que se habian afincado en la isla de Trinidad y beneficia~ do de los privilegios concedidos por la Corona espafiola, entre ellos el de Ja naturalizaci6n, para luego, una vez. que la isla cayé en poder de los ingleses, abandonarla definitivamente estableciéndose en diversas provin- cias de la gobernacién venezolana. Una vez en su nuevo lugar de residen- cia, pese a que ya habfan sido aceptados como ciudadanos espafioles, decidieron algunos de ellos solicitar carta de naturaleza para asi no ser molestados por las autoridades de los distritos en los que decidieron emprender una nueva vida. Que la Real Cédula de Poblamiento otorgada (©, Véase Sanz Tapia, Ange: «Refugjatos de ia Revolucion Francess en Venezuela (1788-1795, en Revista de Indias, XLVI, nim. 1B1, Madrid, 1987. Harwich Valin, Nikita: +La revolution ‘rancase chez les premitres historiens vénérulen, en Cahiers des Amnigues Latics, nds 10, aris, 1990 Como 2 ddiado a L“Amérique Latine fac Ia Revolution rangise); Lavi, Javier: sgRevolucin francesa 0 miedo a la negrtsd?, Venezuela, 1790-1800ven Eacsvtud y Derechos Humans, La lucha pore Meri el negro ene siglo XIK. Edin a carga de, Slane y A. Gudea madrid, CSIC, 1990; Figure, Jsts A: El Oriente venazolano y el Caribe francés: dele pcr de indepencencianorteameriana hasta la revolacién francesa», en Temp y Expacio, nde i Caracis, 1988. 6, Vease Pérez Aparicio, Josefa «Périda de ia isla de Trinidad. Anuario de Estudos Americanos, XXII Sevilla, 1965. Segin Mercedes M. Alvarez, ala cesi6n de Trinidad a Inglaterra da infintamente los inteeses comerciales de Expafa y favored el de los britinios, porque se ‘stablecié un comercio considerable entre Venezuela y la islasinglesas de lng Antilne Bl _gobernador dela isla de Tina favoreia el trefco a tal punto que hasta le seis para expec «en los fardos de las mercancias carta, proclamas, bro, paequinessediciogos cen el ent de sublevar la provincia venezolans, bajo ln perepectiva de lograr el comercio Uibre, La ‘conguista de Trinidad tenfa fines de conguista polities y de conquist comercial, Comercio y comercintes, pag, 80. EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 355 ‘en 1783 para los colonos extranjeros de la isla de Trinidad no proporciona- ba individualmente un reconocimiento explfcito de la ciudadania espafio- la, mediante el correspondiente documento acreditativo, parece evidente a juzgar por las reclamaciones efectuadas por los mismos agraciados afios més tarde. En efecto, en los expedientes de naturalizacién revisados para los antiguos colonos de ‘Trinidad, se indica la necesidad de testimoniar tal condicién, aportando documentos fehacientes, tales como el expedido por el gobernador de la isla de que el peticionario habia prestado juramento de fidelidad y vasallaje al monarca espafiol, asi como la partida de bautismo para confirmar que el extranjero era catélico. La Cémara de Indias tuvo ademés muy en cuenta aquellos casos en los que el extranjero habfa aban- donado la isla, antes de ser capturada por los ingleses, no cumpliendo, por tanto su promesa «de subsistir en ella perpetuamente». Pero aparte de es- tos, ninguno més, lo que prueba nuestra sospecha, Hemos encontrado 9 casos de extranjeros que se afincaron inicialmente como colonos en la isla de Trinidad en los afios comprendidos entre 1783 y 1795 y avecindados posteriormente en diversas provincias de la Tierra Firme, de ellos 5 franceses (uno de la Baja Navarra), 2 irlandeses, un in- glés y un portugués. Entre ellos, destacan tres importantes comerciantes negreros: Edward Barry, Mark Young y William White, a los que dedica- remos nuestra atencién. Del primero de ellos, cl itlandés Edward Barry*, sabemos que obtuvo de la Corona espafiola en 1783 un importante contrato para abastecer a Trinidad y al resto de los dominios espafioles de las Antillas de «suficien- tes esclavos negros», cerrando personalmente en la corte, a donde se des- plaz6 en 1795, un nuevo contrato para introducir en aquellas provincias ‘un minimo de 4,000 negros, en el término de 10 afios, segiin qued6 refle- jado en la Real Orden de 16 de diciembre de 1795. La disputa entre Barry y el comerciante inglés, Philip Langton, principal agente en la isla de la firma de Liverpool «Dawson and Baker, quien operaba casi con exclusi- vidad hasta entonces en Trinidad, se saldé por la Audiencia de Caracas y luego por el Consejo de Indias a favor del irlandés, dejéndole via libre ‘para incrementar su exitoso negocio®. Barry, avecindado como un colono més en Trinidad, en donde se vanagloriaba de haber instalado el mejor ingenio de azticar, domin6 por algunos afios el comercio de la isla, sen- tando alli una poderosa base de la trata negrera. No obstante, este tlti- mo contrato no tuvo efecto, tras la ocupaci6n de Trinidad por los ingleses. 62, Su nacionalidad de origen queda confirmads en el expediente para la naturalizacin que 6] mismo tramit con el nombre castellanizado de Eduardo Bars. Jesse A. Noel, quien sport una sbundante informacién sobre las actividades de este traficante, lo considera errineamente Inglés. Trinidad , pig 117, Limonta se reiere a Barzy como scomerciant jamaicanow, Libro de 1 Rezie Gener, pg, 32. 69, Toda las crcunstancas del argo conflicto son anallzadas con mayor detalle por Noel, Trinidad, pigs 156 y 356 CARMEN MENA GARCIA Por entonces, Barry se encontraba fuera de la isla, seguramente en Ingla- terra gestionando sus asuntos, de manera que a su regreso decidié insta- arse en Caracas y allf solicit6 carta de naturaleza, que finalmente obtuvo el 13 de agosto de 1800, con facultad expresa de poder comerciar en In- dias, cosa que ya venia haciendo desde mucho tiempo atrés. Cuando es- taba a punto de conseguir una nueva contrata para la introduccién de esclavos en la capitania general de Venezuela, en 1803, el irlandés fa- Meci6, Entre los nuevos colonos de Trinidad se encontraba este otro irlandés que merece también un breve comentario: Mark Young, 0 Moisés Marcos ‘Young, tal y como figura en los documentos que envié a la corte afios mas tarde para solicitar la correspondiente carta de naturaleza. En ellos decla- aba ser catdlico y procedente de Grenada de donde haba marchado en 11785 con sus negros, géneros de comercio y otros bienes personales para acogerse a los beneficios de la Cédula de Poblacién. Young compagind durante algunos afios la explotacién de su hacienda sobre el rfo Careni, dedicada al cultivo de algodén y azticar con la trata negrera, formando sociedad con la firma Barry. En 1787 se desplaz6 a la corte para -segtin su propia declaracién- «renovar la contrata 0 asiento de negros, cuya in- troduccién en aquella isla habia corrido a su cargo». Un afio mas tarde Jo hallamos en Inglaterra negociando asuntos también relacionados con la trata, Las cosas no debieron irle del todo bien, pues en 1790, nada mas regresar a Trinidad, liquid6 su sociedad con Edward Barry y se estable- Gi6 por su cuenta, creando la firma «Young and Jyson»“, En 1796 volvi6 de nuevo a la corte y allf le cogi6 el cambio de soberanfa de la isla, por lo que no pudo regresar a ella. En 1803 lo encontramos en Espafia tramitan- do su naturalizacién con el deseo de establecerse en Cuba 0 en la provin- ia de Caracas. En los ocho afios que habfan transcurrido no parece haber perdido el tiempo este irlandés, antes, por el contrario, siguié implicado en el tréfico negrero y en el mundo de las finanzas, llegando a firmar en 1801 una contrata con la corona espafiola en la que «para evitar la intro- ducci6n de oro y plata en los dominios ingleses, ofrecié asegurar letras de casas acteditadas en Londres en cambio de efectivo que en virtud de rea- les Grdenes debia entregarse en las tesorerias de La Habana, Veracruz y Buenos Aires» 64. Una interesante sintsis sobre la compleiastuacién de la trata en Venezuela en el peludio de Ja independenciaofrece Mantel Lucena «La sociedad de la provincia de Caracas a comienzos dal siglo XDG, en Anuario de Estudos Americans, XXXVI, Seville, 1980; pigs. 184185 (65. Noc rebsje a Mark Young ala condicign de vempleado» y no socio ~como el ismo declaré- dela Girma Bary. Trinidad, pg U9. Guardamos cleras reerves sobre la sineridad de sus ‘Aeclaracones y creemos que posiblemente el nlandés exageré su papel en la compafia para censalzar sus méitos en la corte. 66, Ente los principales exportadores de azscar dela isla Sigura en 179 Ia firma «Young and Taysone que creemos s ia misma «Young y Jysons. Noe, Trinidad, pag, 126 [EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANTEROS 357 ‘CUADRO 3 EXTRANJEROS PROCEDENTES DE LA ISLA DE TRINIDAD NOMBRE ORIGEN FECHADE ——_RESIDENCIA ENTRADA __ POSTERIOR Guillermo White {sla de San Cristobal (nglaterza) 1783 Caracas Pedro Reman, Franda 1763 Cumané Pedro Larrande y Urdabura Baja Navarra Grancia) esp, 1783 Guayana Eduardo Barr Inlande 1783; Caracas Nicolis Bergé Francia 1785 Camané Moisés M. Young anda 1785 ——_ Manuel de Matos Portugal 176 ‘Nueva Barcelona “Honorato Pinetel Francia 1789 Guayana’ Feo. Liberot Clotier Francia 1798 Cuman ——<—_—_— Ft El ultimo de nuestros personajes, el inglés Guillermo White, posible- mente estuvo relacionado con los dos anteriores aunque no podemos ase- gurarlo. Comerciante negrero, como Barry y Young, procedia de la isla briténica de San Cristobal, de donde salt6 a la de Trinidad en 1783. De los tres era el tinico que consta estar casado, concretamente con dofia Marfa Manuela Estévez, natural y vecina de Caracas. Y fue precisamente su es- posa quien formulé en su nombre la demanda de naturalizecién ante la corte, aportando un completo memorial respaldado por una carta del gobernador de Caracas, don Pedro Carbonell. En él se informa de que el inglés se dedicaba al tréfico negrero, «como comisionado de otros comer- ciantes extranjeros, teniendo en Trinidad la base de sus operaciones. Des- pués de unos afios se trasladé a Caracas en donde cas6 y tuvo tres hijos. Mis tarde, durante uno de sus viajes a Londres estallé la guerra con In. glaterra y después de haber sido tomada la isla por los ingleses, decidié regresar a Trinidad, sin atreverse a volver a Caracas a reunirs¢ con su mujer € hijos por temor a ser capturado. Su solicitud fue denegada; el informe del fiscal se mostraba abiertamen- te en contra de conceder el beneficio de la naturaleza espafola a White, puesto que no habia permanecido durante cinco afios y de forma ininte. rrumpida en la isla, tal y como prescribfa la oédula de Poblacién para los colonos de Trinidad; ademés era evidente que, al tratarse de un ciudada- no briténico, y mientras continuara la guerra con Inglaterra habia que ser extremadamente cautelosos, «por debérsele mirar siempre con el recelo que inspira sus conexiones con vasallos ingleses». Con recelo fue tratado también el francés Honorato Pimentel, el tini- co, entre los casos analizados, al que no slo se le denegé su peticion de obtener la naturaleza espafola, sino que se decreté su inmediata expul- sién de las Indias y la confiscacién de todos sus bienes, 358 CARMEN MENA GARCIA APENDICE Expedientes de solicitudes de naturalizacién por extranjeros en Venezuela, tramitados en el siglo XVIII y comienzos del XIX (AGI, Indiferente General, 1536 y 1537) 1. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias 4 Juan Bautista de Robles, genovés, vecino de la ciudad de Maracaibo, San Lorenzo el Real, 18 de marzo de 1716, En 1685 Juan Bautista de Robles llegé a las Indias como soldado en el sao de cargo de don Ignacio Pérez.Caro que fue de registro a la Eopanla, Se avecindd en Santo Domingo y aif cas6 con dona Lorenca Gencaivg Jiménez, natural de la misma ciudad. Tras el fallecimiento de sat esposa, se Tiarché aa ciudad de Maracaibo en donde contrajo segundas nupune con Lorenza Garcia Chacin, natural asimismo de aquella ciudad, y all reeitne Tis de 20 afios, ocupando diversos cargos, como Sindico de las Misiones da obtuvo plaza de capitan de infanterfa en la compaiia espafiola del Presidio ge Maracaibo que le fue concedida por el gobernador y capitan general ce Maracaibo, Pedro Esmaile de Lobato, por nombramiento de 13 fe abl de 1708 y 5 de mayo de 1710, Por hallarse enfermo e imposibilitado para servis Se pyche oficio,tuvo que hacer renuncia del mismo. E] nuevo sebernador de Maracaibo, don Francisco de la Rocha Ferrer le otorg6 «licence ara po- dex vender vuestras mercancias de ropas”, pero en ella nose le rece noct, ol Ravio de registro referido y aunque ast lo explicé al gobernador no sirwso pom Rada, procediendo este a embargarletodos sus bienes muebles yraices ve tenfa en la ciudad y fuera de ella, ademés de otras diligencias Sirvi6 con 800 pesos que entregé de contado en la Real Tesoreria i EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 359 2. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias a Bartolomé Dugeto, natural de Génova. Aranjuez, 8 de abril de 1739 El genovés se habia enrolado como marinero en CAdiz, en 1705, en la fragata In Chata, a cargo de Pedro Serrano. Casi a punto de finalizar su singladura, el barco fue invadido e incendiado «por los enemigos» a cor- ta distancia del Puerto de La Guaira. Por fortuna, Dugeto logré salvar la vida y buscé trabajo en el citado puerto conduciendo las lanchas que lle- ‘vaban hasta los barcos los cargamentos de las mercancias que eran envia- das a Espafia. En 1725 cas6 con una espafiola, de la que tuvo dos hijos y fund6 su familia en el citado lugar en donde tenia casa y bienes raices, por valor de 4.000 ducados. Més tarde el comandante Martin de Lardizabal Jo emple6 como «capitan a guerra» en los valles de Carba y Chuspa para defender «la Corta» y combatir el contrabando. Obtuvo su carta de natu- raleza con facultad para comerciar en Indias, a cambio de un servicio a la Real Tesoreria de 200 pesos de a 15 reales y 2 maravedis de vellén cada 3. Carta de Tolerancia para Nicolés Tachén, cirujano francés, vecino de Caracas (4, septiembre, 1718) Natural de la villa de Mont de Marsan (Francia), era hijo de Bernardo ‘Tachén y de Juana de Urivecirros. Viaj6 a Venezuela en 1708 como médi- co del Asiento de negros y se estableci6 en Caracas donde ejercié su ofi- cio de cirujano y adquirié una notable posicién econémica: diversas casas y haciendas de caiia de azticar y ganado en el sitio de Coche, y otra de ‘cacao en el valle de Tuy. Cuando Ievaba diez afios afincado en Caracas, solicits carta de natu- ralizacién que no le fue concedida por no cumplir con algunos de los re- quisitos exigidos por la ley, tales como «no estar casado, ni tener cuatro mil ducados de bienes rafces, ni habitaciOn de veinte afios, que es lo que disponen las leyes...». ‘Obtuvo, en cambio carta de Tolerancia (Real Cédula, 4, septiembre, 1718) lo que le permitié seguir residiendo en el pais. Mis adelante, contrajo matrimonio con dofia Maria Feliciana de Cas- ‘0, posiblemente caraquefta, de cuya uni6n -segtin aseguré- «no tuvimos sucesi6n alguna». Redact6 su testamento en 16 de abril de 1748 y entre sus tiltimas voluntades solicitaba ser sepultado en el convento de San Francisco”, (67. Leal, Libros y Bibiateces, pig, 164-167. 360 CARMEN MENA GARCIA 4. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias @ Manuel Pereira de Lira, natural de Portugal. San Lorenzo, 30 de octubre de 1749, Hacia més de cuarenta afios que estaba avecindado en Santiago de Leén de Caracas, habiendo contrafdo matrimonio en 1716 con dofia Isabel Arias Portero. Dedicado a curar a los enfermos de la ciudad sin interés ningu- no, sirvi6 con sus armas y municiones en cuantas ocasiones se ofrecieron, por causa de lo cual fue nombrado en ese mismo afio de 1716 por el go- bernador de la provincia como capitin de guerra y justicia mayor de Guarenas, Guarrire, Picayrigua y otros. No tiene dinero; s6lo su casa y una corta arboleda que le dejé su mujer (ha fallecido?), gravado todo con cen- sos y cargas. A pesar de “no haber hecho constar rigurosamente todas las calida- des y requisitos que previenen las leyes para obtener carta de naturale- za" Se le concede la gracia en atencién a lo referido y porque ha servido ‘con 50 pesos provinciales de a 12 reales cada uno que ha entregado en la depositarfa de mi Consejo. 5. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias a Pedro Borges Ruth, irlandés, vecino de Caracas. Sevilla, 17 de septiembre de 1732. EI peticionario era natural de la provincia de Linster en Irlanda. Pas6 a Caracas en 1711 y alli casé, cuatro afios més tarde, con dofia Teodora Carras, natural de ia citada ciudad. Certificaba disponer de un capital de més de 16.000 pesos y haber asistido con sus armas a todas las situacio- nes de peligro en defensa de la Corona. Se le concede carta de naturaleza para que “pueda siempre vivir, resi- dir, comerciar, navegar, tratar y contratar en las Indias, islas y Tierra fir- me del mar oceano, transportando por su persona y la de sus agentes y factores ropas, efectos y mercaderias de licito y libre comercio que fuere suyo propio o de encomiendas de personas que gocen igual de privilegio, pero no de sujeto o género que estuviere prohibido y que desde los rei nos de Indias lo pueda hacer a estos de Espafia por si sus agentes o fac- tores con la misma conformidad y con las propias exenciones y franquezas que lo hacen los demés vasallos mfos que tratan y comercian en ellas...” No consta cufinto entregé de servicio: “y declaro haberse satisfecho por parte del mencionado Pedro Juan Borges Ruth lo que debfa al derecho de la media anata”. EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANTEROS EN. 361 6. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias @ Bernardo Llanos, natural de Génova y vecino de la ciudad de Caracas. Balsain, 16 de julio de 1723. Dice que habiendo venido de tierna edad a estos Reinos y mantenién- dose siempre en ellos hasta que pas6 a la ciudad de Caracas, en donde se halla avecindado de mas de once afios a esta parte, y casado con dofia Ana de! Castillo, una de las familias ilustres de la ciudad, con la que tiene un hijo, y posee bienes muebles y raices, y ademis sirve a SM. en cuantas ocasiones son necesarias con sus armas y persona. Obtiene finalmente car- ta de naturaleza con la condicién de que «no ha de poder tratar ni comer- ciar en las ocasiones de galeones ni flotas...» por cuya gracia sirvi6 con 400 pesos de a ocho reales de plata que entregé por don Miguel Gastén de Inrare. 7. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias a Gaspar de los Reyes, natural de Portugal y avecindado en el puerto de La Guaira. Aranjuez, 2 de junio de 1737. ‘Natural de Villa Real en el Reino de Portugal, ha servido més de vein- titrés afios avecindado en el puerto de La Guaira y alistado en las milicias, acudiendo a todos los llamamientos de guerra. Al presente, cuenta con 55 afios de edad y muchos achaques por lo que desea ser naturalizado. Se le responde que en vista de lo dispuesto por las leyes 31 y 32 del ttulo 27, libro 9 de la Recopilacién, a pesar de que no cumple con los requi- sitos de estar casado, ni poser bienes rafces, sino haber residido en la Guaira mis de veintitrés afios y servir en las milicias, se Je exime por las referidas ircunstancias y dado que ha entregado en la Real Tesoreria 300 pesos de a ocho reales de plata cada uno, se le concede Carta de Naturaleza de estos Reinos y que pueda tratar y contratar con los de Indias. 8. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias para Miguel Fremon, natural de Nantes (Francia) y vecino de Coro en la provincia de Venezuela. Aranjuez, 23 de junio de 1756. Pasé hace més de cuarenta afios a aquella provincia ; se cas6 el 12 de julio de 1721 con Margarita Garcfa, natural del pueblo de Morbi, jurisdic- Gi6n de la ciudad de Coro, de cuyo matrimonio tuvo once hijos vivos y un nieto; disfrutaba de bienes rafces de més de 6.000 pesos de valor; se dedicaba al cultivo de la tierra (hacendado) y a criar ganados mayores y menotes (ganadero) con los que se abastecia la mayor parte de la ciudad de Coro, habiendo servido anteriormente en aquel pueblo de cirujano, sin 362 CARMEN MENA GARCIA que jams se os haya embarazado vuestra residencia hasta que hace 3.0 4 afios con motivo de haberse expedido una orden que decretaba la expul- sién de todos los extranjeros, encontrandose por entonces con més de 60 afios y con su familia y bienes expresados, se le hizo saber la citada or- den. Asi que solicita carta de naturaleza y que pueda tratar y contratar en Indias como otros espafioles, No consta cudnto aboné por este servicio 9. Carta de Naturaleza, con facultad para comerciar en Indias, 4 Antonio Rolinchén, francés, vecino de la villa de San Carlos de Austria, San Lorenzo, 24 de noviembre de 1735. El peticionario era, segtin sus propias declaraciones, natural de Leén (Lion) en el Reino de Francia. Hacfa dieciocho afios que residia en San Car- Jos de Austria; ali habia contraido matrimonio en dos ocasiones: la uma con Marfa Micaela Grimén y la otra con dofia Maria de Castro Jiménez, ambas naturales de aquella provincia. Con ambas tuvo seis hijos. Habfa amasado tun capital de més de 4.000 ducados. Trabajaba como mayordomo de a f&- brica de la iglesia parroquial de la referida villa de San Carlos. Se le concede carta de naturaleza para poder tratar en las Indias. No consta con lo que sirvié: “y declaro haber satisfecho lo que se debia por este servicio del derecho de la media annata».. 10. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias y ejercer su oficio a Pedro Bigot, francés, de profesion cirujano y boticario, avecindado en Caracas. Buen Retiro, 14 de abril de 1737 Este boticario-cirujano era natural de Rochefort y estaba avecindado en Caracas desde 1723. Tres afios més tarde casé con dofia Teresa Nicolasa de Aponte y Quirés, natural de Caracas de quien tuvo dos hijos. Desem- Pefié los oficios de cirujano y boticario con tienda abierta, en virtud de Su titulo despachado por los Médicos de Cémara y Marina de la ciudad de Nantes y con el consentimiento del gobernador y cabildo de Caracas. Fl Comandante general de la Provincia de Venezuela en cumplimiento de una Real Cédula ordenando expulsar a todos los extranjeros en el tér- mino de 60 dias, habia publicado un bando en 1736 comunicando la cita- da disposicién y pasando a ejecutarla. De resultas de lo cual, Pedro Bigot tuvo que dejar Venezuela y viaj6 a Espafia, dejando atrés a su mujer -quien no se habia atrevido a embarcarse por estar embarazada- a sus hijos y bie- nes: casas, esclavos y botica. Y en consideraci6n de no ser justo que viva separado de su mujer, hijos y familia, con abandono de su hacienda, des- pués de estar avecindado 14 afios en Caracas, solicité la naturalizacién. [EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 363 Se le responde que dado que cumple los requisitos de las leyes 31 y 32, tit, 27, lib. 9 y que s6lo le faltan 6 afios para cumplir los 20 de residencia que pide la citada ley, por la péblica utilidad que resulta de su permanen- cia en la ciudad de Santiago de Leén de Caracas en el ejercicio de botica- rio y ciryjano, ademés de que por la ley 10 del mismo titulo y libro esta dispuesto que la expulsién de extranjeros que residan en Indias no se en- tienda en cuanto a los que sirven oficios mecénicos ttiles a la reptiblica, porque la principal prohibicién comprende a los tratantes y a los que vi- ven de vecindad en pueblos maritimos, afiadiéndose a esto la buena vida y costumbres religiosas del referido Bigot, como lo certifican todos los pre- lados de las religiones de Caracas, se le concede que pueda residir y prac- ticar su oficio en Indias y asimismo naturaleza de estos reinos para tratar y comerciar con caudales propios y no de otros extranjeros... y trasladar a ellos sus ropas, efectos y mercaderfas y todo lo demés que fuese suyo pro- pio de licito y libre comercio, pero no de persona o género que estuviere prohibido y que de los Reinos de las Indias lo pueda hacer a estos de Es- aia por sus agentes y factores en la misma... conforme lo hacen los de- més vasallos mios que tratan y comercian con cllas». No consta haber abonado ninguna cantidad: “Y declaro no deberse maravedis algunos al derecho de la media annata por no haber interveni- do servicio pecuniario por esta gracia”. UH. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias a Juan Cerezo, genovés, vecino de Caracas. Aranjuez, 2 de junio de 1737 Natural de Farnesio en la repiblica de Génova, Juan Farnesié habia Megado a Caracas en 1725, Alli casé con doa Eugenia Hernandez del Castillo, natural de Canarias, con la que tuvo cinco hijos. Durante diecio- cho afios habia realizado frecuentes viajes de Cédiz a las Indias en em- barcaciones espafiolas y concretamente en 1722 lo hizo en los navios de la Compafifa de Francisco Melero y Alonso Ruiz Colorado. Finalmente se asent6 en Caracas, siendo comandante general de Venezuela Martin Lardizabal. Declar6 poser cuatro mil ducados de plata en unas casas de tapia, esclavos y otros bienes. Habida cuenta de que a Cerezo le faltan s6lo seis afios para cumplir los veinte prescritos por la ley, se le dispensa de esta circunstancia en aten- cién al servicio prestado de 300 pesos de a 8 reales de plata, se le conce- de carta de naturaleza para que pueda tratar y contratar en Indias. 364 (CARMEN MENA GARCIA 12. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias g Esteban Floris Dumond, francés, vecino de Caracas. Aranjuez, 2 de junio de 1737, Natural de Procodies (sic) en el Reino de Francia, Esteban Floris resi- dia en la ciudad de Caracas desde hacia diez afos. En 1733 habia contreidy Farimonio con la caraquefta, dofa Feliciana Pifate, con Ia que tuvo dos hijos, Declaré tener una caudal de més de veinte mil pesos en tierras, arboledas de cacao y esclavos. Bl comandante de Venezuela, Martin de Lardizébal, inform6 favorable- Feng sobre el extranjero. Esa circunstancia mas el servicio de 500 pesos de a 8 reales de plata, que entreg6 a la Real Tesoreria, debié favored co JetGlon & Pesar de que no cumplta los veinte afios de residencia en aque- lla tierra y ni siquiera Uevaba casado diez afios, circunstancias de les que fue eximido, obteniendo finalmente Carta de Naturaleza para poder to. merciar en las Indias, 13. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias 4 Raimundo Buzeta, irlandés, residente en Caracas. Madrid, 1 de agosto de 1752. Consta que abandon6 Irlanda con 12 0 13 aftos y marché a la ciudad de Cédiz en donde fue educado en la religién catdlica, allf se mantera algtin tiempo “agregado a los navios que estaban a cargo del conde lo Clavijo, con quien hizo varios viajes a América hasta que en 1729 decidis Guedarse on Caracas dedicdndose por espacio de 20 afios a algunas comi. Stones y la mayor parte del tiempo al expendio de Bulas de la Santa Cra, fabricado dos casas en Caracas, cuyo valor excede los 4.000 ducados Conees ademas que defendié a la corona como soldado miliciano en las tos oer, Sores due los ingleses invadieron el puerto de la Guaira en 1739 y 1742 , Se le concede carta de naturaleza con la facultad de poder comevcier cp Indias, siempre que se trate de caudales propios y no de extranjeros yde SomaTGo licito, eximiéndole de pagar el servicio pecuniario correspondiente € incluso de la media annata. 14, Carta de Naturaleza a Santiago Luis de la Mosca y Acosta, flamenco, residente en Nueva Barcelona (Cumand). Aranjuet, 23 de junio de 1784. Era natural de la ciudad de Gante en los Estados de Flandes. En 1731 embares en uno de los navios de la Real Compania Guipuzcoana y se i EL PROBLEMA DE LA NATURALIZACION DE EXTRANJEROS 365 establecié en la ciudad de Nueva Barcelona, en la gobernacién de Cumand. Durante los cincuenta y cuatro afios que levaba residiendo permanente- mente en el citado territorio, se dedicé siempre “al honroso ejercicio de labrador” y més tarde también a la ganaderia en los Llanos, habiendo conseguido un importante capital. Contrajo matrimonio, a los seis afios de su llegada con dona Juana Alvarez de Bastardo, una dama de las princi- pales familias de la localidad; fallecida ésta, Santiago Luis de la Mosca contrajo segunda nupcias con otra sefiora del mismo ilustre apellido y familia, sobrina carnal de aquella, sin haber tenido hijos de ninguno de Jos dos matrimonios. Ha desempefiado los empleos de alcalde ordinario de la Santa Hermandad y regidor en la villa de Aragua siempre con nota- ble celo y aprovechamiento, tal y como se demuestra en la informacién judicial que debidamente presente. Debido a su avanzada edad, el sefior de la Mosca tema pasar a otra vida en cualquier momento sin poder dejar todos sus bienes a su mujer y familia, por carecer de la naturalizaci6n . En consecuencia de todo Io cual obtuvo Carta de Naturaleza en la que se hacia constar que “con este nuevo honor y como vasallo mio, pudieseis disponer libremente de vuestro caudal y dedicaros con mayor razén y sin sobresalto ni cuidado alguno a mi real servicio y de esa repablica. Se anota haber satisfecho lo correspondiente al real derecho de la Media Annata de 200 pesos fuertes que ingres6 en la Real Tesoreria. 15, Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias a Juan de Carrera, natural de Bayona en el Reino de Francia y residente en Caracas, Buen Retiro, 2 de abril de 1748. ‘Cuando Juan de Carrera presenté ante la Cémara su solicitud, hacia mis de catorce afios que residfa en Caracas. Alli habia legado en 1732 y alli cas6 afios més tarde con la dama caraquefa dofia Maria Josefa Ruiz de Aguirre. Trabajaba en la Compafifa Guipuzcoana de Caracas como te- nedor de libros de la factorfa det Puerto de la Guaira. Afirmaba poseer entre sus bienes seis esclavos, una casa y algunos bienes muebles de cier- ta consideracién. Pese a que en su solicitud no presentaba justificacién alguna para com- probar la veracidad de su exposicién, se le concedié carta de naturaleza or la que desembols6 300 pesos provinciales. 16. Carta de Naturaleza con facultad para comerciar en Indias 4 Pedro Manco, francés, avecindado en Caracas. El Buen Retiro, 19 de agosto de 1750. Pedro Manco era natural de la ciudad de Bayona; habia Iegado en 1733 a la ciudad de Santiago de Leén de Caracas a donde pasé en el navio de

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