Lévy argumenta que el desarrollo de las tecnologías
de la información y comunicación ha potenciado la inteligencia colectiva, al proporcionar herramientas y plataformas que facilitan la participación y colaboración de múltiples personas. Estas tecnologías permiten la creación de redes y comunidades virtuales en las que se comparten conocimientos, ideas y recursos, dando lugar a la construcción de un conocimiento colectivo.
Además, Lévy destaca que la inteligencia colectiva
se nutre de la diversidad, ya que la participación de individuos con diferentes perspectivas y conocimientos enriquece la toma de decisiones y favorece la innovación. Asimismo, resalta que la inteligencia colectiva puede mejorar la democracia, al permitir la participación ciudadana y la creación de espacios de diálogo y deliberación.