XII. La inhibicién en la degradacién.
de la vida amorosa en el hombre. “Freezado”.
Nieves: Buenas tardes, vamos a dar comienzo a la clase de hoy.
Les presento a Marcela Mas, ella es psicoanalista, es participante del
ICBA, es docente de la catedra de psicopatologia II de la Facultad
de Psicologfa de la UBA, y también forma parte de la Institucién
“Uno Salud Mental”.
Marcela: Luciano consulta a los veintisiete anos refiriendo como mo-
tivo de consulta: * El desborde de horarios y por otro lado la frialdad. Mis
relaciones con la gente son frias y distantes.” Luciano es médico, al igual
que su padre y su tio, Al momento de la consulta se encontraba finali-
zando la residencia. Plantea dos niveles de frialdad, uno en el trabajo y
otro con las mujeres.
En lo laboral, entiende que es una pérdida de tiempo dar las explicacio-
nes a los familiares cuando fallece algin paciente. Respecto de las mujeres,
dice perder rdpidamente el interés “...si pasa algo enseguida.” Se compara
con el personaje de “El lado oscuro del corazén” en el punto del descarte de
las mujeres luego de haberse acostado con ellas. Seguin dice, no puede evitar
sentir la molestia al dia siguiente. Esto es, que hagan preguntas o planteos.
Luciano vive con un amigo desde que su padre lo echara de la casa
a causa de una fuerte discusién en la que el padre toma partido por su
actual esposa. Lleva dos anos peleado con su padre.
Al preguntarle por su madre, dird que ésta se suicidé cuando él tenia
cinco anos, luego de una ingesta de psicotrépicos. El suicidio de la madre
acontece en el contexto de la separacién del matrimonio.280 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
Se interesa en la muerte de su madre en la época en la que estaba estu-
diando psiquiatria y le pide al padre el certificado de defuncion para saber
cual habia sido el diagnéstico de su madre. Esto generé una pelea con su
padre, quien le reproché que no le creyera cémo habia muerto. Comenta
que su padre le prohibié que la llamara mamd después de todo lo que ella
habia hecho. También se prohibié todo contacto con la familia materna.
Menciona su interés en especializarse en medicina legal 0 en emer-
gentologia. De la primera dice: “Sé que los muertos no me llenarian
como médico, ademds no quiero aparecer en una zanja. A veces no
conviene decir lo que viste.”
Al preguntar respecto de la emergentologia dice que quiere saber qué
hacer cuando alguien se descompone, y agrega: “Mi mamd se tomé tres-
cientas pastillas y nadie supo qué hacer”. Se sorprende al escucharse.
Respecto de su prictica como médico, se queja de no poder usar los con-
sejos del padre, indicando que éste siempre ha sido un ejemplo a seguir.
Comenta que si él discutia con su hermana, el padre le hacia leer libros
de historia para que comprendiera lo estéril de las peleas. Afirma no haber
dado nunca problemas de nino y recuerda una sola vez en la que llamé al
padre de noche. En esa ocasién se desperté llorando luego de un sueno y su
padre le recomendé que no viera peliculas de terror.
Al indagar sobre el sueno, dice que cree haberlo sonado varias veces
entre los seis y ocho anos, sélo recuerda que aparecta una mujer con ti-
nica blanca sin rostro, como una muerta que se sentaba en su cama. Las
asociaciones lo conducen a hablar de un periodo de temores nocturnos,
que aparecen poco tiempo después de la muerte de su madre.
Al tiempo trae dos suenos que relata en la misma sesién:
Primer sueno: “ Me encargaban que investigue los restos de la bata-
Ua entre Lavalle y Rosas. Yo me enojo porque después de pasado tanto
tiempo, zqué voy a encontrar alli?
Segundo sueno: “ Venia viajando en el colectivo y escuchaba a al-
guien amenazando al chofer. Era un gordo grandote que le empieza a
pegar. Yo veia todo y el policia que estaba en el colectivo lo agarra al
gordo y me mira a mi y me amenaza con cortarme el cuello. Me bajoINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 281
del colectivo en la segunda Rivadavia. No sabia donde era. Aparece una
mujer con la cara cubierta que me dice que habia estado conmigo antes.
Se saca la capucha y me lleva con gente y me acompana para volver a
mi casa. Me despierto angustiado.”
Asocia el primer sueno con investigar sobre su madre, puesto que
tiene muchas cosas borradas de su infancia. Comenta angustiado que su
hermana le ha mostrado fotos de su madre y que no puede reconocerla.
Respecto del segundo sueno, se detiene en senalar que la mujer que se
descubre la cara era blanquita de ojos claros, que se acercaba desintere-
sadamente para ayudarlo a volver a su casa.
En relacién a la pelea que relata en el sueno, dice que siempre que
intercede entre la hermana y el padre, sale perjudicado. Afirma que
desde hace dos anos evita tener contacto con el padre y que se siente
desilusionado porque su padre eligié a la esposa en lugar de elegir a sus
hijos. Agrega que su padre se amolda a la mujer con la que esté, y que
salvo la segunda esposa, las otras eran bastante locas.
Se enoja al recordar que su padre en la pelea le dijo que ojald su
mujer fuese su madre: “;Qué mds quiere? ;No le basté con borrar todo
rastro de mi vieja, también quiere borrar la historia?”
En relacién con la frialdad, dice notar un patrén selectivo, puesto que
ya no le ocurre en el trabajo. Dice quedar * freezado ante el reclamo
de las mujeres. Aceptar el reclamo implicaria involucrarse en la relacién.
Se sorprende de lo rdpido que las mujeres enloquecen de amor sin que él
reconozca alguna participacién en ello. Le resultan poco cretbles las re-
acciones de las mujeres, considerdndolas reacciones quimicas que luego se
agotan. Entiende la efusién como exageracién, ya que no hay coherencia
entre lo que le dicen y lo que hacen.
Esta falta de coherencia lo lleva a hablar de la decepcién que siente
en relacién con los cambios en la imagen del padre, cambios que le di-
ficultan reconocer en él al que siempre admiré.
A raiz del aumento de consultas, Luciano manifiesta sus “ganas de
quemar la guardia”. Al interrogar esto dice que es una manera de anular
el conflicto: que se lo consuman las llamas, hacerlo desaparecer. Las llamas
conducen a un recuerdo infantil en el que jugaba con los amigos a prender282 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
fuego en un terreno frente a su casa. Este recuerdo es posterior al suicidio
de la madre. Luego asocia con su deseo de hacer que las mujeres desapa-
rezcan, indicando que eso ha pasado repetidas veces en su vida: primero
con su madre, luego con la segunda esposa del padre. Se sorprende al decir
que ese mecanismo no es suyo.
Comenta otro sueno: “ Soné que se morta mi viejo, en el velatorio es-
taba su mujer callada sin decir nada. Yo no queria entrar porque estaba
muy enojado con la mujer. Cuando entro, la mujer de él estaba delante
del cajén, blanca, pdlida, callada, sin actitud de pelea. Yo por costumbre
no voy a ver el caddver, pero igual voy y él no estaba. No era su cara, era
como las pajas de la escoba cubriendo una cara.”
La primera asociacién que hace con este sueno es que la muerte
de la que se trata es la del padre que ha admirado. En relacién con la
palidez de la mujer del padre, asocia con el espectro que imaginaba de
su madre. Agrega: “ La frase que él siempre me decia, “ Ojald fuese tu
madre *, estaba metida en el sueno, estaba la mujer de él con la imagen
fantaseada de mi mamd.
Se reprocha no haber ido al velatorio de su madre ni a su tumba.
Recuerda que en una ocasién acompané a su hermana hasta el cemen-
terio pero no entré para evitar conflictos con su padre.
Posteriormente, a raiz de algunos fallidos, vuelve a hablar desu ma-
dre, esta vez diciendo que no tiene recuerdos interactuando con ella. Dice
que lo que sabe de ella es a través de su hermana mayor o de su padre.
Dando los detalles de lo que la hermana le contara de su madre, recuerda
una escena en la que él acompané a la madre en una de sus actividades.
Al senalarle que estd incluido en el recuerdo, me pregunta entre risas si le
estoy pasando el Norton (programa de recuperacién de archivos).
1. Enfriar lo femenino
Nieves: Luciano llega a la consulta atravesado por un significante
que les propongo considerar en un primer tiempo como un nombre de
la inhibicion, que es este significante frialdad, ya que el enfriamiento,INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 283
el congelamiento, el freezado, son operaciones de detencién del mo-
vimiento; volveremos sobre este punto. Si bien en un primer tiempo
este significante remite a la inhibicién, me parece que luego, a lo largo
de los encuentros con la analista, va a ir tomando la consistencia de un
sintoma analitico, de modo que hay una metamorfosis de la funcién
de este significante en la estructura, de la que intentaré dar cuenta.
Es posible aislar en el discurso de Luciano dos episodios que lo
llevan a consultar, ambos ligados a la muerte. Por un lado, muere
un paciente de su misma edad, y por otro lado, estd la cuestién de
la diferencia que él tiene con el padre respecto de dar explicaciones
a los familiares cuando muere un paciente, lo que él considera una
pérdida de tiempo. Es decir, que ambas cuestiones que lo traen a
consulta tienen una relacién directa con la muerte.
El primer episodio hace presente la muerte en el eje narcisista,
que es el nivel en el que él se ubica (en la medida en que estamos
hablando de una estructura sostenida en la inhibicién —cuestién que
desarrollaré luego).
Por otro lado, en la cuestién con el padre, relativa a dar explica-
ciones a los familiares de los pacientes que fallecen, se pone en juego
un limite al que esté llegando el sujeto en su posicién de rechazo
del pasaje por la palabra. No dar explicaciones a los familiares de
un muerto resuena en la misma via de no tener que escuchar los
planteos o las preguntas de las mujeres, se trata del rechazo de esa
dimensién del Otro de la palabra. En efecto, inmediatamente trae
esta cuestién de su rdpida pérdida de interés en las mujeres si se
acuesta en el primer encuentro, pérdida de interés que se centra en
no soportar que le hagan preguntas 0 planteos.
Ahi podemos ubicar entonces un rechazo de la palabra, que en
este caso esta situado estrictamente en el campo del amor. El rechaza
la palabra que hace a la dimensién del amor, que es la palabra que le
pide una mujer a un hombre en el encuentro amoroso, al estilo del
personaje de “El lado oscuro del corazén”, que apretaba un botén y
la mujer salfa despedida de la cama, de modo que una vez termina-
do el acto sexual ella caia por un agujero.284 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
En otra via, inmediatamente se hace presente una situacién en.
la que él se encuentra en una posicién de rivalidad imaginaria con
la mujer del padre, él y la mujer del padre quedan enfrentados en el
eje a-a’, y el padre como un tercero, como un gran Otro que elije
a su mujer en lugar de a él. Lleva dos afios distanciado con el padre
porque tuvo una pelea en la cual el padre tomé partido por su actual
esposa. De modo que es él 0 ella, o el hijo o la mujer. La escena se
juega en el nivel especular, pero esta vez. es él quien queda excluido,
a diferencia de lo que hace con las mujeres —son ellas las que caen
por el agujero— , es él que es echado de la casa del padre.
IT. La muerte como partenaire
A raiz de una pregunta de la analista, Luciano relata el suicidio
de su madre, por una ingesta de psicotrdpicos, cuando él tenia cin-
co afios. Es fundamental sefialar que este suicidio se produce en el
contexto de la separacién del matrimonio, de modo tal que la even-
tual locura femenina de amor, que va a atravesar de algiin modo la
yersién que tiene Luciano de lo femenino, parece hacerse presente
traumdticamente en el suicidio de la madre, tempranamente, en un
momento de constitucién de la posicién del sujeto, que es a los cin-
co afios. Este suicidio de la madre es un trauma que marca a fuego
al sujeto, anudando de un modo muy profundo la pareja obsesiva
del sexo con la muerte.
Por otra parte, la respuesta del padre como hombre al acto de esta
mujer que se suicida enloquecida de amor es una respuesta de odio
hacia ella, prohibiéndole a sus hijos tanto llamarla mamd como todo
contacto con la familia materna. La diferencia entre la posicién de Lu-
ciano respecto de su hermana es que él acata, se somete a este mandato
paterno, mientras que la hermana no. En esta respuesta al mandato
paterno también podemos ubicar una posicién tipicamente obsesiva:
el sometimiento al Otro, que encarna la ferocidad de un superyé que
pretende borrar las huellas del pasaje de esa mujer por la existencia.INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 285
Luciano elige la misma carrera que el padre, es médico como él, y
en el momento en el que est interrogandose acerca de su especiali-
zacién surge una pregunta més fundamental, que es la pregunta por
excelencia de la neurosis obsesiva, esa pregunta que en el Seminario
IIT Lacan propone formular de la siguiente manera: zestoy vivo o estoy
muerto?! Esta pregunta referida a la muerte toma la forma de la duda
entre la especializacién en medicina legal y en emergentologia. En.
ese punto plantea que los muertos no lo Ilenarfan como médico, que
no quiere aparecer en una zanja, que quiere saber qué hacer cuando
alguien se descompone. Se sorprende al encontrarse nuevamente ha
blando del suicidio de la madre, de las trescientas pastillas que se ha-
bia tomado, y de la ausencia de respuesta por parte de los médicos.
Hay un efecto de sorpresa por esta emergencia, propia de la aso-
ciacién libre, en cl momento en que esté preguntandose zvoy a ser
médico para llenarme de muertos?, mi eleccién, es para la vida o es para
/a muerte? En este momento podemos ubicar claramente el inicio del
despliegue de su pregunta neurética, y entonces se hace presente un
objeto que va a encabezar todo el relato de este caso, que es el objeto
mirada. En este momento se hace presente —presencia que se inten-
sificaré cada vez mds— la muerte como un partenaire que lo mira.
De modo que la muerte se hace presente como mirada: “No quiero
aparecer en una zanja, ... a veces no conviene decir lo que viste”.
Al mejor estilo obsesivo, él estaba hablando de su carrera, que
no tenia nada que ver con la madre, y de pronto se hace presente la
madre. De modo que en esta pregunta, zestoy vivo o estoy muerto?,
también estd la pregunta de qué hacer con el deseo de muerte, ya
que la madre se habia tomado nada menos que trescientas pastillas
y su pregunta era qué hacer en estos casos?, como si el superyé le
ordenara poder hacer con esa enormidad, con la contundencia de
ese deseo de muerte.
1 Lacan, J. El
Pag. 257.
Seminario. Libro IIT. Las psicosis. Ed. Paidés. Buenos Aires, 1984.286 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
II. Historizacién, histerizacién.
En este punto hay una intervencién que es fundamental, un Ila-
mado a la historizacién, podriamos decir con Lacan un llamado a la
histerizacién. Lacan juega con el equivoco entre historia e histeria,
que me parece que en este caso es crucial, porque la historia es un
eje fuerte del andlisis de Luciano, una suerte de columna de la es-
tructura de Luciano. Veremos también que asi como el significante
(frialdad muta alo largo del anélisis, el significance historia también
lo hace. Hay una historia a construir, un llamado a la historia, un
llamado a Ja histeria, un llamado al anilisis.
La respuesta obsesiva no se hace esperar. Luciano viene a la sesién
siguiente diciendo que ha pensado que lo que le sucedié nada tiene
que ver con la muerte de su madre. Estamos frente al mecanismo
obsesivo de la anulacién. La sesién pasada se sorprendié hablando
de la muerte de su madre, y ahora viene negando esa asociacién,
anulando el acontecimiento de la sesién anterior.
Como respuesta a este llamado a la historizacién, Luciano afirma
no tener recuerdos infantiles: no voy a poder seguir por este camino, dice
su yo. Afirma no haber desarrollado una neurosis infantil, no haber
tenido problemas de nifo, “...sa/vo una sola vez”. Ahi est la posicién
obsesiva, el mecanismo de la inhibicién: no hay ningtin conflicto.
Freud plantea que la inhibicién evita el desarrollo de angustia, y
eso evita la necesidad de operar alguna represién, evita todo conflicto;
es lo que él dice, que no vivid ningtin conflicto, que estaba bien inhibi-
do, salvo una sola vezen la cual llamé al padre de noche. Hubo una tinica
vez en la que se dejé oir el llamado al padre, que también atraviesa
todo el caso. Llamé Ilorando al padre, luego de un suefio, y la respuesta
del padre fue dormirlo y recomendarle no ver més peliculas de terror,
de modo que lo manda nuevamente al suefio de la inhibicién. No lo
interroga acerca de ese punto de angustia, sino que le hace una reco-
mendacién, de cémo seguir durmiendo, que parece tener su eficacia.
De todos modos Luciano recuerda ese suefio, que cree haber so-
fiado varias veces entre los seis y los ocho afios, es decir, poco tiem-INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 287
po después de la muerte de la madre: “Aparecéa una mujer con tiinica
blanca, sin rostro, como una muerta, que se sentaba en mi cama”. Asocia
entonces justamente con la muerte de la madre, de modo que aquello
que él buscaba anular insiste. Habia comenzado la sesién diciendo que
esto que le pasa nada tiene que ver con la muerte de su madre, y al rato
yaesté hablando nuevamente de la muerte de la madre. Esta mujer sin
rostro, que se hace presente en el suefio, es su madre, pero también es
la muerte, que situamos con Lacan como el partenaire del obsesivo?.
IV. La emergencia de la mirada
Con el mecanismo de condensacién propio del suefo, esa ima-
gen hace presente en una conjuncién tinica lo femenino, la muerte y
la mirada, ya que se trata de una mujer sin rostro.
Lacan plantea que la mirada se hace presente como negatividad en
el campo de la visién, por eso los ejemplos que da Lacan de emergen-
cia de la mirada son los ojos de un ciego, el ojo de una paloma muerta,
podriamos decir también una mujer sin rostro. Alli donde desfallece
la visién se hace presente ese punto siniestro, angustioso, de la mirada.
Ahi est el partenaire fantasmatico de Luciano, que es la muerte, que
toma la forma de ese objeto pulsional que es la mirada; en lo que se
aproxima al suefio de transferencia del Hombre de las Ratas, en el cual
suefia que Freud quiere casarlo con su hija, y en el lugar de los ojos de
esta hija lo que se hace presente son dos excrementos. Se trata de esa
presencia de la mirada en el partenaire femenino, y que en “Funcién y
campo de la palabra...” justamente Lacan no duda en nombrar como
“...la muerte que lo mira -al Hombre de las Ratas en ese suefio— con
sus ojos de bettin”? En este suefio de Luciano podriamos decir que la
muerte lo mira desde ese agujero, desde esa ausencia de rostro.
2 Lacan, J. “Funcién y campo de la palabra y el lenguaje en psicoandlisis”, en
Escritos 1. Es
3 Ibid.
lo veintiuno. Buenos Aires, 1985. Pig. 291.288 | NIEVES SORIA DAEUNCHIO
En medio de su inhibicién, Luciano recurre al padre. Durante
ese perfodo entre los seis y los ocho afos— para conciliar el sueho
necesitaba dejar las puertas del placard cerradas y la luz encendida,
en un recurso a la imagen, al campo de la visién (posibilitado por la
luz), como un recurso para ocultar la mirada; por otra parte, antes
de dormir, lefa los libros que el padre le daba. Nuevamente el recur-
so al padre le posibilita dormir frente a lo que podria ser el horror
de la presencia de esa mirada mortifera que remite al trauma de la
muerte de la madre. Es interesante que se trataba en todos los casos
de libros de historia
La historia oficial se va entrelazando con la historia subjetiva, la
historia del padre con la historia del sujeto, al punto que la dimen-
sién histérica insiste en sus suefios: Lavalle, Rosas, Rivadavia. En
efecto, los libros de historia resultan ser un recurso para el padre
mismo, de modo que en este recurso al padre que opera Luciano
hay una respuesta del padre que lo orienta siempre en la via de la
neurosis obsesiva, en la via de la inhibicién, en la via del suefo, en la
via de la racionalizacién. Para muestra basta un botén: cada vez que
se peleaba con su hermana, el padre le hacia leer un libro de historia
para que comprenda lo estéril de las discusiones. Se trata del recurso
ala razén —es el mismo tipo de intervencién que la recomendacién
de no ver més peliculas de terror ante el punto de angustia del nifio
Iorando a causa de una pesadilla. Podriamos decir que la voz del
padre es la voz de la raz6n, que le funciona como un recurso que va
a tomar la via de la racionalizacién propia de la estructura obsesiva.
Es muy interesante cémo la historia, a través del objeto /ibro de
historia, que es el objeto que el padre le transfiere simbélicamente al
hijo para poder enfrentar los acontecimientos de su vida, es llevada a
la transferencia analitica, de modo que Luciano empieza a aparecer
en las sesiones con un libro de historia. Del padre a Luciano, de
Luciano a la analista, el significante historia comienza a mutar. Lu-
ciano siempre hace un breve comentario al finalizar la sesién acerca
del libro de historia que esta leyendo, y es la oportunidad para una
intervencién de la analista que le dice: ;Cudl serd la historia que estdsINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 289
interesado en conocer?, abriendo la dimensién de otra historia, 0 en
todo caso, de la posibilidad de hacer su propia versién de su historia:
2Vos decis que es la de mi mama?
V, El camino de los suenos
Es un momento de entrada en anilisis, ya que se verifica en el
siguiente movimiento que la asociacién libre lo lleva a una pregunta
por la madre, luego viene el intento de anular eso, la insistencia, y
ahora este punto en el que él ya empieza a apropiarse de esta insis-
tencia, de este deseo de saber. Se trata de un giro en la posicién del
sujeto, ya que a continuacién no hay un nuevo intento de anula-
cién, sino que se producen formaciones del inconsciente.
En efecto, Luciano trae suefios, es decir que se pone en la via de
trabajar eso que se abrié —por eso ubico ahi una rectificacién subje-
tiva y una entrada en andlisis. Ya no quiere volver a anular, sino que
se interna en el campo del anilisis, se interna en el trabajo con el
inconsciente, especialmente con los suefios.
Primer suefio: “Me encargaban que investigue los restos de la batalla
entre Lavalle y Rosas, yo me enojo porque después de pasado tanto tiempo
qué voy a encontrar alli”. Estd la cuestién del resto, él tiene que inves-
tigar los restos, en esos restos podemos ubicar la dimensién del obje-
to. Por otro lado esté la batalla; él siempre esta en batalla con alguien,
especialmente con la mujer del padre —que es su rival especular hasta
cierto momento del andlisis, en el que deja de serlo. Y también esta
el enojo, que marca bastante la posicién subjetiva de Luciano, quien
parece vivir enojandose, lo que también es propio de la neurosis ob-
sesiva. El obsesivo es un enojén, un enojén mas o menos consciente.
Hay algunos que se enteran que son enojones cuando ya tienen la
presién por los cielos, o cuando tienen el primer infarto; y hay otros
que ni se enteran, sino que se enteran los demas (risas).
Segundo suefio: “Venta viajando en el colectivo y escuchaba a al-
guien amenazando al chofer. Era un gordo grandote que le empiezan a290 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
pegar, yo veia todo aqui se hace presente nuevamente la mirada-, y
un policta que estaba en el colectivo lo agarra al gordo y me mira a mi, y
me amenaza con cortarme el cuello. Me bajo del colectivo en la segunda
Rivadavia, no sabia donde era, y aparece una mujer con la cara cubier-
ta que me dice que habia estado conmigo antes -nuevamente la mujer
sin rostro, es muy interesante, se saca la capucha, me lleva con gente,
y me acompana para volver a mi casa. Me despierto angustiado.”
Se trata de un suefio de angustia, y la diferencia entre el primer
suefio y el segundo es la presencia de la mirada. En ese punto de la
presencia angustiosa de la mirada se despierta; se trata de la mirada
de la muerte: obviamente esta mujer sin rostro que ya estuvo antes
con él es la madre. Por otro lado, en este suefio también esté la
batalla, la rivalidad con el otro: el gordo que se pelea con el chofer,
el policia que le quiere cortar el cuello. Esta la rivalidad en una re-
lacién asimétrica, en la que hay alguien que es el que comanda: el
chofer es el que conduce, el policia es el que tiene la autoridad; se
trata allf de la rivalidad del obsesivo con el padre.
Hay una falta de orden, ya que el policfa —que es quien tiene que
poner orden— le quiere cortar el cuello, por lo que el régimen de la
ley no est4 operando, no esta regulando el goce. Es en este punto
de desregulacién que surge la mirada de la muerte como punto de
angustia, que lo despierta. Podrfamos decir que ahi donde la ley
paterna no est operando, es el punto en el que surge la mirada que
angustia y despierta. Habiamos dicho justamente que la operacion
paterna lo mandaba a dormir, por el contrario, aqui esta el punto de
despertar —ah{ donde falla la autoridad, donde falla el orden.
Es muy interesante en este segundo suefio cémo el trabajo analiti-
co sobre el inconsciente lo hace dar un paso, ya que Luciano se baja de
esa pelea. Luciano efectivamente se baja de la pelea, lo que se verificard
en el suefto siguiente, en el que ya la mujer del padre no aparece mas
como una rival. De modo que este suefio esté hablando de un cambio
de posicién subjetiva, de una salida de ese eje de rivalidad narcisista.
EI se baja de ahi, va a buscar su destino, a buscar su deseo, ya que no
sabe dénde esta. También estd ese significante segunda Rivadavia.INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 291
Marcel
: Es una referencia a mi consultorio.
Nieves: Ah, bueno. No sabia que la segunda Rivadavia tenia que
ver con tu consultorio, es mds que interesante entonces, porque se
baja ahi. De modo que se baja de la pelea cuando empieza a ana-
lizarse, es eso lo que esta diciendo. Y lo interesante es este no saber
dénde es, ya que empezar a analizarse es internarse en un camino
que no se sabe muy bien a dénde va, que no se sabe qué es, ya que
se trata de salir de los lugares conocidos (lo cual no es poco para un
obsesivo que esta siempre necesitado de asegurarse de pisar sobre
tierra firme, de andar por terrenos conocidos, y si es posible, ya
tiene el plano de antemano, ya sabe cémo va a ir, cémo va a volver,
y que no le vaya a pasar nada en el camino...).
“No sabia dénde era” habla de poder animarse a bajar de la pelea
y entrar en esa zona incégnita del andlisis, donde no se sabe bien
dénde se est parado, y entonces ahi aparece la mujer con la cara
cubierta, que recorta el punto de angustia. Pero lo interesante es que
la mujer se saca la capucha, entonces ahi podemos ubicar cierto de-
velamiento de lo femenino que empieza a operarse cuando él se va,
cuando se baja de la pelea. Cuando él deja de pelearse con la mujer,
encarnada en la mujer del padre, entonces se opera cierta aproxima-
cién a lo femenino, que es también un acercamiento a la analista
mujer —cl bajarse en la segunda Rivadavia le abre cierta dimensién.
de esclarecimiento de eso que aparece velado, oculto, y junto con
este rostro que se saca la capucha, adviene cierta claridad.
Una de las asociaciones con este primer suefio abre la via de la
investigacién sobre su madre. La entrada en el andlisis se produce
en este camino de investigacién que abre la pregunta obsesiva (estoy
vivo o estoy muerto?), que queda anudada con el deseo de muerte de
la madre y con la pregunta —en ultima instancia— por lo que quiere
una mujer.
En ese camino se encuentra la versién que da el padre de la
muerte de la madre, que le dice que se habia muerto como quien
dice “pasame la sal”. El padre quiso borrar o anular las huellas de292 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
la existencia de esta mujer, le prohibe que la nombre como madre,
que tenga contacto con la familia materna, y también le quita toda
trascendencia al acto suicida de esta mujer.
En esta via también insiste la dimensién de la mirada, ya que
él comenta angustiado que su hermano le ha mostrado fotos de su
madre y que no puede reconocerla. La imposibilidad de reconoci-
miento en el plano de la imagen, en el plano del espejo, hace surgir
el punto de angustia y allf se opera la emergencia de la mirada.
VI. La analista como partenaire
Respecto del segundo suefio, esta la cuestién de que esa mujer que
se descubre la cara era blanquita de ojos claros y se acercaba desinte-
resadamente para volver a su casa. Teniendo en cuenta la blancura y
la claridad de la piel de Marcela, no podemos menos que ubicar en.
esa figura a la analista. Y es interesante esto de volver a su casa, ya que
Luciano se va de su casa echado por el padre, pero en una posicién
subjetiva de oposicién a la mujer del padre, en ese enfrentamiento
con lo femenino en el que se encontraba. Ahora se trata de poder
volver, a través de la transferencia, de la dimensién del amor abierta
en la relacién con una mujer. Asi como salié de su casa por enfrentar-
se con una mujer, es también por una mujer que puede volver. Una
mujer le permite volver. Se trata de volver para poder salir sin ser
echado de ahi, para salir por sus propios medios. ;Por qué digo esto?
Porque justamente en el suefio siguiente est la figura de la mujer del
padre, pero por fuera de la dimensién de la pelea.
Hay una doble vertiente del enojo de Luciano con el padre. Por
un lado, estaba ese enojo por la modalidad de exclusividad que ha-
bia tomado la relacién del padre con esta mujer: “Eligié a su mujer
en lugar de a sus hijos’, “... se amolda a la mujer con la que esté”, y que
‘Salvo la segunda esposa las otras eran bastante locas” -nucvamente la
cuestién de la locura femenina como inquietante. Es ah{ que se abre
la otra vertiente, en la que no se juega ya este punto infantil por elINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 293
que el padre elige a una mujer en lugar de a dl, sino que se trata de
una falta del padre, que consiste en querer borrar todo rastro de la
madre, en querer borrar esa historia.
Ambas vertientes confluyen en esa frase del padre, que en una
pelea le dice: “Ojald que mi mujer fuese tu madre’. Alli opera la in-
tervencién de la analista, que le pregunta si es posible borrar toda la
historia —como pretende el padre-, y ahi surge este recuerdo de jugar
a las cosquillas con la madre. Se trata de un recuerdo que trae el
cuerpo y que trae la dimensién del goce corporal en la cosquilla. Si
recuerdan, Freud definfa justamente a la cosquilla como un sustitu-
to, via represién, del acto sexual, como un desplazamiento del goce
erético. De modo que en este recuerdo podemos ubicar el nticleo
del edipo, de ese goce que puede obtener un nifio con su madre,
un goce desplazado, ciertamente, a un lugar que no va a ser la zona
genital. Las cosquillas se revelan como un equivalente erético del
encuentro sexual con la madre. Y la intervencién de la analista es
“No todo se ha borrado”.
Un primer efecto de este trabajo analitico es que la cuestién de
la frialdad sale de la zona laboral —ya no le ocurre en el trabajo— y
queda centrada en el punto de que se trata, que es la relaci6n con
las mujeres. De modo que el andlisis opera un desplazamiento de la
frialdad. Luciano queda freezado ante el reclamo de las mujeres, es
la posicién del obsesivo ante el desco femenino: queda freezado, in-
hibido. En esa inhibicién se opera la degradacién del deseo a la de-
manda, de modo que las mujeres para el obsesivo son personas que
reclaman, y en la medida que son personas que reclaman para el ob-
sesivo, terminan siendo personas que reclaman obviamente (risa),
el asunto queda sin salida. Luciano se sorprende de lo rapido que las
mujeres enloquecen de amor —nuevamente la cuestién de la locura
de amor-, sin que él reconozca ninguna participacién en ello.
Entonces, la frialdad como la respuesta a la locura amorosa fe-
menina. La inhibicién, el enfriamiento como la detencién de ese
movimiento del deseo femenino que aparece como un sin limite y
que ademas, en este caso singular, en relacién con este trauma del294 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
suicidio de la madre, este sin limite queda estrictamente ligado con la
muerte. ;Cémo parar ese movimiento que puede llevar a la muerte?
VII. La degradacién del deseo a la demanda
En ese punto se despliega la versién fantasmatica que tiene Lu-
ciano de lo femenino: las reacciones de las mujeres son reacciones
quimicas, que luego se agotan sin que él sea el catalizador, por lo
cual son poco creibles; sus efusiones son exageraciones, no hay co-
herencia entre lo que dicen y lo que hacen. De modo que las muje-
res se empecinan en romper con el esquema obsesivo, no? (risa).
Marcela: Ademés, cada vez que hablaba de eso me pedia discul-
pas... (risas)
Nieves: Claro. No lo digo por vos, pero... (risas) Por otro lado,
podemos decir claramente que es una versién médica de lo femeni-
no. Una versién médica, una versién del padre.
‘A continuacién se despliega cierto aspecto de la posicién obse-
siva desplegado por Lacan en distintas oportunidades, cuando re-
laciona la posicién del obsesivo con el desarrollo hegeliano de la
dialéctica del amo y del esclavo, El obsesivo es el esclavo que est
esperando la muerte del amo, y Luciano esté esperando la muerte:
Jas cosas tienen un final, no hace nada mds que esperar a que culminen:
esta esperando el final.
También se hace presente esa mujer que engafa, la tinica de la
que él se enamoré, que lo engaié. Encontramos all una aproximz
cién a la versién que da el padre de la madre, “con todo lo que hizo
esta mujer”, una version maligna de lo femenino.
Entonces sobreviene el desdoblamiento de la mujer, propio de
la degradacién de la vida amorosa en el hombre. Luciano empieza
a salir con dos mujeres, poniéndose de relieve el contrapunto entre
la mujer frla e independiente y su contrario, la mujer demandante yINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 295
sumisa. La mujer fria se hace presente como un partenaire, en espejo
con él, esta mujer fria e independiente que no hace reclamos, pero
que evidentemente tampoco despierta su deseo, ya que Luciano ne-
cesita estar también con la otra, la demandante, la fogosa —la que
no es frfa y por eso mismo podrfa terminar enloquecida por amor, y
vaya a saber qué hace, ;no?
En este tramo del andlisis se anudan las figuras del padre y la
dama, estas dos figuras que Lacan ubica como indisociables una de
la otra en el fantasma obsesivo*. Finalmente la incoherencia de las
mujeres desemboca en la incoherencia del padre. Lo que a Luciano
se le presenta como el punto de incoherencia del padre es que haya
cambiado tanto por una mujer, de modo que ella hace manifie
ta una incoherencia en esa posicién racionalista del padre. En este
punto lo femenino se presenta como un agujero en el edificio edipi-
co paterno que Luciano tiene como referente.
En ese punto hay una intervencién que apunta a la mirada del
padre como velo a su deseo: “Mientras se pregunte qué le vio a esta
mujer evita preguntarse sobre lo que a él le pasa con las mujeres”. Esta
interpretacién apunta a un rasgo de identificacién con el padre,
ya que si bien Luciano trata de hacer todo lo contrario al padre,
nota que busca, como él, mujeres en inferioridad de condicione:
La identificacién con el padre se juega exactamente en el punto de
degradacién de lo femenino.
A continuacién Luciano habla de quemar la guardia, de anular el
conflicto. Nuevamente el recurso de la anulacién, que es uno de los
dos mecanismos de formacién de sintomas que distingue Freud en la
obsesién, que en este momento del andlisis se pondrd en relacién con
la destruccién de lo femenino. En efecto, Luciano pasa de “quemar la
guardia’, “anular el conflicto’, “que se lo consuma las llamas’, “hacerlo
desaparecer” a un recuerdo infantil en el que prenden fuego un terreno
4 Lacan, J. “Funcién y campo de la palabra en psicoanilisis”, en Escritos 1, Ed.
Siglo Veintiuno. Pag. 290 y “Variantes de la cura tipo”, /bid. Pag. 341. Buenos
Aires, 1985.296 | NIEVES SORIA DAEUNCHIO
frente a su casa con los amigos, lo que asocia con el suicidio de la madre.
Asi como el padre querfa borrar la existencia de esa madre, él a su vez.
quiere quemar, hacer desaparecer esa figura, obedeciendo al mandato
superyoico paterno. Destruir a la madre es destruir también lo feme-
nino. Si hay algo a lo que se dedica concienzudamente el obsesivo es a
destruir el deseo femenino, por eso quiere que la mujer sea una madre,
que se amolde a situarse respecto de él en el plano de la demanda.
VII, La caida de una identificacion
Es muy interesante cémo en ese punto, en un momento muy
importante del analisis, se produce la caida de esa identificacién
con el padre. Asocia todo este tema con su desco de hacer que las
mujeres desaparezcan, asocia con esto que habja trafdo de la pelicula
“El lado oscuro del corazén”, el hacer que las mujeres desaparezcan
luego del encuentro sexual, indicando que eso habfa pasado repe-
tidas veces en su vida, primero con su madre, luego con la segunda
esposa del padre. Es un momento de sorpresa, Luciano se sorprende
diciendo que ese mecanismo no es suyo sino del padre.
Se opera la caida de la identificacién cuando el sujeto verifica
que estaba tomado por ese mecanismo de anulacién del padre, que
se hacia ofr en el mandato del padre de no nombrarla a la madre
como tal y demds. Y trae un suefio —que de alguna manera verifica
esta desidentificacién y este cambio de posicién del sujeto—: suena
que se moria el padre. “En el velatorio estaba su mujer callada, sin decir
nada, yo no querta entrar porque estaba muy enojado con la mujer,
cuando entro la mujer de él estaba delante del cajén, blanca, pdlida,
callada, sin actitud de pelea. Yo por costumbre no voy a ver al caddver
ahi estd la mirada —, pero igual voy y él no estaba, no era su cara, era
como las pajas de la escoba cubriendo su cara.”
Hay muchas cuestiones interesantes en este suefio, la mas intere-
sante de todas es que Luciano la primera asociacién que hace es que
se trata de la muerte del padre que admiraba. Se trata de la muerteINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 297
del padre ideal, que verifica esta caida de esta identificacién. Por
otro lado, como dije varias veces, en este suefo se verifica que la mu-
jer no esta ya en el lugar del rival. Esta figura femenina condensa a la
madre, a la mujer del padre y a la analista —que es blanca y pdlida.
‘También es interesante el desplazamiento de la mirada. Antes la
que aparecia sin rostro era la mujer y ahora es el padre el que aparece
sin rostro, en el lugar del rostro hay pajas de escoba. En el punto de
caida de la imagen del padre ideal se hace presente la mirada.
Ahora Luciano puede reprocharse el sometimiento al padre. Se
reprocha no haber ido al velatorio de la madre ni a su tumba, haber
acompafiado a la hermana hasta el cementerio pero no haber entrado
para evitar conflictos con el padre. En este momento surge un inte-
rés por la madre, una recuperacién de recuerdos con la madre. Este
interés por la madre lo lleva directamente a un interés nuevo por las
mujeres, que se pone en juego claramente en la transferencia, y la
posibilidad del encuentro con el padre desde otro lugar. Comienza
a frecuentar al padre, y eso de volver a casa —que estaba en el suehio—
empieza a pasar. No se hablaba con el padre desde hacia dos afios,
ahora empieza a frecuentarlo, sin la sensacién de incomodidad que
tenia antes, compartiendo con él comentarios que hacen a la profe-
sién, de modo que puede encontrarse con su padre desde otro lugar,
como par del padre, ya no desde la posicién de hijo que reclama.
Esta nueva posicién subjetiva abre a otro abordaje de lo femeni-
no. Luciano le dice a la analista: “Antes no me interesaba mucho por
nadie, estaba un rato y listo, ;no me habras descongelado mucho?”. De
modo que el interés por la madre lo lleva a un nuevo interés por las
mujeres. La operacién del andlisis es una operacién de descongela-
miento, que perturba la defensa de la inhibicién —habfamos definido
al congelamiento como inhibicién-, y un efecto de historizacién
que se produce en el marco de la transferencia. Cuando Luciano
dice: “No me habras descongelado mucho?”, ya podemos definir al
significante frialdad como un sintoma analitico.298 | NIEVES SORIA DAFUNCHIO
IX. El nudo de Luciano
Les propongo que en este caso el lapsus estructural del nudo se
produce entre imaginario y real.
Lapsus
Lapsus
El momento del suicidio de la madre de Luciano, cuando él
tiene cinco afios, que es el trauma infantil en torno al cual se arma
la estructura de Luciano, es un momento en el cual justamente
quedan los tres registros sueltos, en ese instante la angustia no esta
operando como sefal, no estd anudando, sino que es un punto de
desanudamiento. La operacién con la cual responde Luciano en este
momento como defensa es la inhibicién.
——> Enfriamiento
(queda suelto lo reel:INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 299
EI recurso al padre le ofrece una via racional como para poder
entrar en el suefio, alejndolo de ese punto angustioso de despertar
de la angustia, que mediante el recurso de la anulacién lo gufa en la
via de la inhibicién.
Lo que se verifica entonces en este caso, si ustedes miran bien, es
que lo real queda suelto. La inhibicién anuda, situamos aqui el en-
Sriamiento o \a frialdad, entre imaginario y simbélico, que seria algo
asi como hay que tener la cabeza fria, anular, pero es un mecanismo
que en este caso deja suelto a lo real.
En este real que queda suelto vamos a ubicar la emergencia de
la mirada, que va a surgir en ciertos momentos, por ejemplo en esos
suefios repetitivos —entre los seis y los ocho afios-, y luego en el
momento previo a la consulta, con el episodio de la muerte de este
paciente de su misma edad, y también en relacién con toda la pro-
blematica con la muerte y las explicaciones a los familiares y demas,
podemos ubicar un encuentro con esto que quedaba suelto con la
operacién de inhibicién, y que es lo que lleva a Luciano al andlisis.
De modo que les propongo que se trata de una estructura ob-
sesiva que tiene ese punto de falla —que remite al trauma del sui
dio materno. Ese punto de falla, ese punto de angustia, que deja la
oportunidad para un andlisis en este sujeto.
I
Emergencia
de la mirada
R
Intervencién: Pero entonces, jno estan anudados borromeanamen-
é
te?300 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO
Nieves: Si, el real esta suelto, pero los otros dos si estan anudados
borromeanamente por la inhibicién. No es una estructura obsesiva
en la que se logre el encierro completo en un caparaz6n, ya que estd
la mirada ahi. El sujeto se mantiene a distancia, pero hay ciertos
momentos de emergencia de la mirada. Por eso, si bien en la mayo-
ria de los casos de neurosis obsesiva ubico el lapsus estructural entre
imaginario y simbélico, en este caso lo sittio entre imaginario y real,
ya que el suicidio de la madre acontece en un momento de constitu-
cién del sujeto, de modo que tiene que vérselas con este real.
Hay algo de ese real que no queda tratado por la defensa de la
inhibicién, y que tiene momentos de emergencia, momentos en los
que el sujeto se encuentra con eso. Pero no me parece que haya un
cambio —es mi hipétesis— en la defensa o en el anudamiento del
sujeto, sino que ya tempranamente él recurre a la inhibicién —que
es el mismo mecanismo con el que llega al andlisis—, y no ha habido
un cambio en eso.
No ha habido un pasaje —como ocurre en otros casos de la
angustia a la inhibicién, o de la inhibicién al sintoma, sino que
siempre estuvo sostenido en el enfriamiento, en la anulacién y de-
més. Pero a su vez esa defensa siempre fue fallida, de modo que
hay puntos de encuentro con esa angustia, por ejemplo, en esos
momentos de la infancia en los que necesité recurrir al padre, y
también ahora, que en vez de recurrir al padre, recurre a la analista
—porque ademis esté peleado con el padre. Pero no me parece que
haya un cambio en el anudamiento, sino que hay un encuentro con
esto que quedaba suelto, con esto que su defensa no lograba domes-
ticar, por decirlo de algtin modo.
El cambio en el anudamiento lo ubicaria recién como efecto de
la entrada en anilisis, con la histerizacién.INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 301
R ' Ss
Histerizacion
Aqui si, en el andlisis, ubico un anudamiento borromeo de los
tres registros, sin que ninguno quede suelto. Ahora la frialdad -en
vez de estar al servicio de la inhibicién— va a ser un sintoma que va a
permitir desplegar una pregunta, hacer un trabajo analitico, y tratar
el goce en juego en la angustia en relacién con la mirada. Por eso se
trata de una duplicacién de lo simbélico operando entre simbélico y
real. Como esta operacién si anuda estos tres registros, hay una clara
mejorfa, hay un efecto terapéutico bastante répido; no sé cuanto
tiempo de anilisis llevé todo esto, pero da la impresién de que no
haya Ilevado mucho tiempo...
Marcela: No, aproximadamente seis siete meses.
Nieves: De modo que claramente se produce un re-anudamien-
to, un cambio en el anudamiento, que implica un desarmado de la
defensa obsesiva, de la inhibicién, de la anulacién, y de todo lo que
a él lo venta sostenido hasta ese momento. El sintoma de la frialdad
como una duplicacién de lo simbélico, pero spor qué ubico al sin-
toma entre imaginario y real, y no entre simbélico ¢ imaginario?,
porque este sintoma analitico esté tratando ese goce en juego —que
quedaba suelto antes~ que era el punto de angustia de la mirada.302 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO
Por eso sin duda se verifica en este caso un apaciguamiento de la
mirada, por un lado, en la salida del sujeto de la posicién de rivalidad
con el otro -y en especial con las mujeres-, y por otro lado, en la
caida del padre ideal, en la salida de la posicién de sometimiento a la
mirada del padre, al mandato superyoico, que le permiten empezar a
mirarle el rostro a lo femenino, enfrentarse con esto que en el arreglo
o en el anudamiento anterior quedaba suelto.
Por eso hay un efecto terapéutico tan claro, tan notable, de
alivio, de apaciguamiento, que le permite empezar a interesarse por
las mujeres, rearmar desde otro lugar la relacién con el padre, dejar
de pelearse con la mujer del padre, dejar de pelearse con el otro, y
entrar en una dimensién amorosa en la transferencia con la analista,
lo cual no es poco para un obsesivo.
Intervencién: Tengo una pregunta que no es del caso, sino més
general. Pensando, como vimos en otros casos, como estabiliza un
sintoma analitico, o la relacién con el analista, la transferencia, que
anuda y estabiliza la estructura, cual serfa la salida posible en el fin
del andlisis. Recuerdo uno de los casos que trabajamos, en el que el
sujeto necesitaba interrumpir el tratamiento en determinado mo-
mento, cémo pensar esas salidas respecto del nudo:
Nieves: El trabajo que les propongo este afio tiende a interrogar a
la estructura neurética en sf misma, y no tanto a interrogar la expe-
riencia analitica. Este seminario es un poco modesto en ese sentido,
porque apunta a introducir algunos rudimentos respecto de cosas
que estoy pensando y que quiero compartir con ustedes
No vamos a entrar en la cuestién del final de andlisis, que es
un tema muy interesante, pero me parece que seria un desperdicio
querer contestarte esa pregunta en tan poco tiempo, es algo para
interrogar y desplegar. Hay sujetos que no est4n nunca realmente
alojados en la transferencia, se trata de casos en los cuales el sujeto
nunca termina de instalarse, donde falta, desaparece. En esos casos
no podemos ubicar esta dimensién de anudamiento fuerte que siINHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 303
podemos ubicar, por ejemplo, en el caso de hoy o en otros que
vimos.
En el caso al que vos te referias, el del adolescente que hacia
remo, él tenfa una cuestién que resolver, estaba postergando resol-
ver un conflicto, y lo resuelve operdndose —se trata de un aconte-
cimiento de cuerpo que lo saca del anilisis, pero que también le
permite resolver algo que estaba sin resolver en otro lugar. De modo
que, por un lado, puede ocurrir que el sujeto no esté alojado, que
no esté en la transferencia, pero si estd alojado, algiin movimiento
puede llevarlo, por alguna razén, a separarse del analista. En esos
casos hay algo, o bien del lado de una contingencia de la vida del
sujeto, o bien de algiin efecto del trabajo analitico que lleva al suje-
to a ese punto. Habitualmente llega un momento en que el anali-
zante ya no necesita sostenerse en el analista, que puede prescindir
de ese anudamiento.
Intervencién: Pero previamente a la entrada en andlisis, muchas
veces la angustia conlleva una urgencia que lleva al andlisis, pero
una vez que se arma la neurosis de transferencia, se consigue cierta
estabilidad, mds o menos garantizada, que permancce, y no me pa-
rece que sea algo tan abrupto como lo que pasa antes de la angustia
que lleva al analisis.
Nieves: Seguramente no se trata de algo tan abrupto, pero cuando
hay andlisis, esa estabilidad tiene sus vaivenes, ya que el andlisis va
provocando justamente todo el tiempo nuevos trayectos, obligando
a desprenderse de posiciones previas. De modo que eso que aparece
en el nudo asf como tan anudado, en este caso —por ejemplo— sigue
los vaivenes de la relacién entre simbélico y real, donde hay un en-
cuentro con algo que est suelto todo el tiempo, y ahi estamos en el
campo de la angustia propia de la experiencia del andlisis.
Hay un momento en el que deja de ser necesario el analista,
lo que no quiere decir que pueda volver a serlo en un momento
posterior, por eso creo que habria que ver si se puede hablar de fin304 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO
de anilisis en el sentido de una terminacién definitiva, pero sf de
momentos en los cuales se puede prescindir del analista, en los que
hay tramos que terminan,
Intervencién: Otra pregunta que tengo, también general, es que
vamos viendo los pasajes de un anudamiento a otro, y en un anilisis
muchas veces se pasa por el mismo lugar y es como que pareciera que se
retrocede, que no es lineal. ;Se puede pensar en volver a un anudamien-
to? :O lo que quedo atrds quedé atrds, y se pasa a otra cosa nueva?
Nieves: Lo que pasa es que en las vueltas de la repeticién nunca
se vuelve del todo al mismo lugar. Lacan plantea que la repeticién
implica lo nuevo, cada vez es nueva, cada vez es diferente. En ese
punto tendriamos que decir que siempre es un nudo distinto. Qui-
zs el nudo borromeo tal como lo estamos utilizando, con cuerdas y
no con toros, no alcanza para dar cuenta de la riqueza de todos esos
movimientos que se producen.
Cuando hay acto analitico no hay posibilidad de volver a lo
anterior, cuando el sujeto consiente en realizar un andlisis, no hay
retorno a lo anterior. Sf el sujeto podré —en algtin momento quizds—
rearmarse neuréticamente ¢ interrumpir el andlisis, pero no va a vol-
ver a un punto anterior. Por ejemplo, Luciano no va a poder volver
a borrar a su madre ni borrar su historia, aunque deje el andlisis es
imposible que vuelva a ese punto.
Esa es la caracteristica que tiene el acto, que produce un sujeto
nuevo. Este es un tema muy interesante, que seguramente voy a
trabajar més adelante, porque hay otras cosas que quiero trabajar
antes. El afio préximo intentaré abordar justamente desde los nudos
las cuestiones que quedan por fuera de estos abordajes que estamos
haciendo, que son las cuestiones relativas al amor y a la diferencia
sexual, ya que el nudo en si mismo es asexuado.
El seminario de referencia va a ser el XX/, y trabajaremos sobre
Nudos del amor. Les hablé de un suefio que tuve —me expuse a uste-
des como analizante, con todo lo que implica la divisién subjetiva—INHIBICION, SINTOMA Y ANGUSTIA / 305
y les conté ese suefio porque es mi inconsciente lo que me mueve en.
este trabajo que hago con ustedes, asi que el afio que viene tampoco
me voy a meter con el final de andlisis.
el afto siguiente... (risas)
Luego veré qué suefio para
Clase del 6 de noviembre de 2008.
Aporte de Ezequiel Weitzman al nudo de Luciano.
A continuacién figura la propuesta de un participante del semi-
nario, Ezequiel Weitzman, para el nudo de Luciano, que presenta
una diferencia respecto del nudo propuesto por Nieves.
I
Reparacién entre
ne
Lapsus
del nudo Tomsk
|
(Inhibicién)
R
Reparacién enue Ly R Lapsus del nudo306 / NIEVES SORIA DAFUNCHIO