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NOTA PRELIMINAR

El presente volumen reúne una selección de textos que tienen como objetivo
servir de referencia y ayudar al estudiante a profundizar los conceptos
desarrollados en clase.

Estos textos han sido escritos por profesores peruanos y extranjeros, y su


selección obedece a criterios que no sólo toman como referencia el contenido del
Código Civil peruano, sino también aspectos que a nivel del Derecho Comparado
han merecido profundo análisis.

En ese entender, se debe hacer una salvedad, en el sentido que si bien es cierto
existen comentarios a diversas figuras reguladas por la ley peruana, también es
verdad que esta selección de trabajos analiza realidades jurídicas de otros países,
las mismas que por su valía merecen ser tomadas en cuenta para ser analizadas y
tenerlas como marco teórico referencial para el estudio y aplicación de la
normativa nacional.

Sin duda, el desarrollo doctrinario en esta materia, no sólo en nuestro país, sino
también en los lugares que poseen una tradición jurídica similar a la nuestra, es
cada vez mayor, y el estudiante de Derecho no puede vivir ajeno a estos debates.

Así, en este volumen los alumnos podrán encontrar opiniones de autores clásicos,
quienes, pese a que han publicado sus obras hace décadas, mantienen plena
vigencia, pero, al mismo tiempo, encontrarán recientes trabajos de profesores que
enfocan sus comentarios refrescando las doctrinas tradicionales.

La carrera de Derecho supone un constante y dedicado esfuerzo en donde no


basta que el estudiante preste atención a lo que se desarrolle en clase, sino que
también resulta imperativo que de manera particular el alumno lea, revise y
analice textos que lo ayuden a profundizar los conocimientos adquiridos en la
Universidad. Esta selección de textos tiene como objeto ello: servir de material
bibliográfico básico para un mejor entendimiento de la materia estudiada.

Prof. Jhoel Chipana Catalán


PRIMERA PARTE
LA LIBERTAD DE CONTRATAR

Manuel de la Puente y Lavalle


Doctor en Derecho
Profesor de Derecho Civil
Pontificia Universidad Católica del Perú
Miembro del Comité Consultivo
THEMIS - Revista de Derecho

En su libro titulado "The End of History", publicado


en el verano de 1989, el Profesor Francis Fukuyama
ha proclamado elfin de la historia. Según Fukuyama,
con la transformación de Europa Oriental y de la
Unión Soviética y el subsecuente desmantelamien-
to de las economías centralmente planeadas se ha
producido "una descarada victoria del liberalismo
económico y político" que él considera anuncia el
final de la historia, en el sentido de que la decisiva
lucha entre los derechos colectivista y liberal y los
sistemas de mercado ha terminado, al menos en el
nivel de las ideas o ideologías. Fukuyama tiene una
algo mezclada reacción ante esta perspectiva, pre-
viendo una blandura, homogeneidad y materialis-
mo en los estilos de vida y los valores que él asocia
con la ausencia de debate fundamental sobre alter-
nativas de paradigmas políticos y económicos.
Con independencia de las controversias que pueda
suscitar el fenómeno que los ideólogos liberales Se ha afirmado que este liberalismo ha sido recogido
denominan "fin de la historia", es indudable que por nuestra Constitución Política de 1993, en el senti-
actualmente vivimos un marcado predominio del do de que ella está orientada a re actualizar los ideales
liberalismo económico y político. Se afirma así que liberales que estuvieron en boga en el siglo XVIII.
nuestra Constitución de 1993 recoge los aires libe-
rales tan en boga en estos días; y que muestra de ello En el campo de los contratos este retorno al libera-
es su artículo 62, que diviniza los contratos -en lismo estaría plasmado en su artículo 62, según el
tanto acuerdo de voluntades libres e iguales- al no cual la libertad de contratar garantiza que las partes
permitir que sean modificados por normas legales pueden pactar válidamente según las normas vi-
posteriores. En este contexto, el reconocido jurista gentes al tiempo del contrato. Los términos contrac-
Manuel de la Puente y Lavalle analiza la libertad de tuales no pueden ser modificados por leyes u otras
contratar -o libertad de configuración- dentro de la disposiciones de cualquier clase. Los conflictos de-
legislación peruana, e incide en los cambios intro- rivados de la relación contractual sólo se solucionan
ducidos por el polémico artículo 62 de la Constitu- en la vía arbitral o en la judicial, según los mecanis-
ción. Las conclusiones del autor son claras: la mos de protección previstos en el contrato o con-
norma constitucional establece una excepción al templados en la ley.
principio de aplicación inmediata de la ley en el
caso de los contratos, por lo que deviene en Conviene analizar por separado cada uno de estos
inaplicable el artículo 1355 del Código Civil. tres conceptos, debiendo tomar en consideración

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para ello la existencia de dos sistemas que, si bien De acuerdo con la segunda explicación, conocida
inspirados en razones similares, tienen distintas como teoría normativista, la autonomía privada es
proyecciones. Por un lado está el liberalismo que es concedida a la persona por expresa delegación del
un ideario que exalta el concepto de libertad indivi- ordenamiento jurídico, el cual, para no entorpecer el
dual y social, por oposición al intervencionismo que tráfico económico-jurídic_o, confía a los particulares
propicia la intervención del Estado en el campo de la autorregulación en sus intereses, dentro de los
las relaciones humanas. Por otro lado se encuentra cauces que señala dicho ordenamiento.
el individualismo que considera que la voluntad
individual es la fuente única de la obligación jurídi- Personalmente considero que la tesis normativista
ca, cuya contraparte es el normativismo que sostie- responde mejor a la naturaleza de la autonomía
ne que la autonomía de la voluntad nace de una privada. No encuentro razón de peso alguna que
delegación del orden jurídico. Generalmente, aun- justifique que la libertad individual tenga en sí la
que no siempre, los liberalistas son individualistas
potencialidad suficiente para crear relaciones obli-
y los intervencionistas son normativistas.
gatorias, porque precisamente esa misma libertad
permitiría al hombre deshacer lo que creó.
El primer concepto contenido en el artículo 62 de la
Constitución es la declaración de que la libertad de
contratar garantiza que las partes pueden pactar La primera parte del artículo 62 de la Constitución
válidamente según las normas vigentes al tiempo del respalda, en mi opinión, la teoría normativista al
contrato, que constituye una nueva versión de lo establecer que los contratantes pueden pactar váli-
dispuesto por el artículo 1354 del Código Civil, de damente según las normas vigentes al tiempo del
acuerdo con el cual las partes pueden determinar contrato.
libremente el contenido del contrato, siempre que no
sea contrario a norma legal de carácter imperativo. En efecto, se reconoce que la libertad de contratar
está limitada por lo que dispone el ordenamiento
Se reconoce así el principio de la libertad de contra- jurídico al momento de celebrarse el contrato, de tal
tar, más propiamente llamada libertad de configu- manera que existe un marco jurídico, diseñado por
ración interna, que garantiza la libertad que tienen este ordenamiento, que las partes no pueden sobre-
los contratantes para determinar entre sí el conteni- pasar. Es cierto que los contratantes gozan de la
do del contrato que han convenido en celebrar. libertad de configuración interna, en el sentido de
que pueden pactar lo que más convenga a sus
Es preciso distinguir esta libertad de la libertad de respectivos intereses, pero esta libertad no es incon-
conclusión del contrato, según la cual las partes dicional, como lo sería según la teoría individualista,
tienen la libertad de elegir cómo, cuándo y con sino que sólo puede ejercitarse dentro del campo
quién contratan, que no ha sido discutida sino por que le permite el ordenamiento jurídico.
los partidarios de la llamada contratación forzosa,
en virtud de la cual el ordenamiento jurídico impo-
Supongamos que las partes desean celebrar un con-
ne a las partes la obligación legal de contratar.
trato de locación de servicios. El artículo 62 de la
Constitución les permite estipular todos los térmi-
El problema de la libertad de configuración interna
nos y condiciones que convengan, dándoles la po-
está íntimamente vinculado al principio de la auto-
testad de modelar el contrato a su gusto, pero no
nomía privada, que reconoce a los hombres la sobe-
ranía para vincularse obligatoriamente entre sí, den- podrán, por ejemplo, convenir que el plazo del
tro de los cauces del ordenamiento jurídico. contrato sea mayor de seis años si se trata de servi-
cios profesionales y de tres años en el caso de otra
Se han dado dos explicaciones al principio de la clase de servicios, por prohibírselo el artículo 1768
autonomía privada, que están plasmadas magis- del Código Civil.
tralmente en sendas conferencias dictadas por André
Rouast y Enmanuel Gounot en la "Semanas Sociales Si el artículo 62 de la Constitución siguiera la teoría
de Francia" en el año 1938. individualista, reconociendo que la voluntad hu-
mana es la única fuente de la obligatoriedad del
Según la primera explicación, los derechos subjeti- contrato, concedería a las partes la libertad de con-
vos de los hombres no derivan de un derecho obje- tratar, sin cortapisa alguna. Precisamente al estable-
tivo, sino de la esencia misma del hombre, por lo cer que las partes pueden pactar válidamente según
cual éste es totalmente autónomo para regular sus las normas vigentes al tiempo del contrato, está
intereses, que es lo que justifica la autonomía priva- disponiendo que no podrán pactar válidamente en
da. Es la teoría llamada individualista. contra de dichas normas.

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Es posible, por lo tanto,llegar a la conclusión de que den determinar libremente el contenido del contra-
la primera parte ¡:!el artículo 62 de la Constitución to, siempre que no sea contrario a norma legal de
observa, como lo hace el artículo 1354 del Código carácter imperativo.
Civil, la tesis normativista.
Una de las reglas de interpretación de la ley es que,
La segunda parte de dicho artículo establece, como en la duda, ella debe interpretarse en el sentido que
se ha visto, que los términos contractuales no pue- pueda tener algún efecto y no en aquel según el cual
den ser modificados por leyes u otras disposiciones no tendría ninguno.
de cualquier clase.
Como el artículo 1355 del Código Civil no tendría
Se introduce así una gran novedad con relación a lo efecto propio alguno si se entendiera que sólo es
dispuesto por el artículo 1355 del Código Civil, aplicable a los contratos por celebrarse, desde que
según el cual la ley, por consideraciones de interés ésto ya está establecido por el artículo 1354 del
social, público o ético, puede imponer reglas o esta- mismo Código, debe interpretarse en el sentido de
blecer limitaciones al contenido de los contratos. tener algún efecto, que es el de aplicarse a los
contratos ya celebrados.
Este artículo ha sido entendido en el sentido que las
reglas y limitaciones se aplican no sólo a los contra- d) Si los contratantes saben que, por razón del
tos por celebrarse sino también a los ya celebrados. artículo 1355 del Código Civil, las reglas y limitacio-
Las razones que justifican este razonamiento son las nes que imponga la ley en el futuro se aplicarán a los
siguientes: contratos ya celebrados, no obstante lo cual cele-
bran el contrato, están aceptando esta contingencia.
a) La historia del artículo 1355 revela que el Ello determina que uno de los efectos previstos al
legislador fue abandonando su criterio inicial de celebrar el contrato es tal aplicación.
que las reglas y limitaciones sólo eran aplicables a
los contratos a celebrarse, con lo cual se revela su Es razonable, pues, admitir que las reglas y limita-
propósito que sean aplicables también a los ya ciones a que se refiere el artículo 1355 del Código
celebrados. Civil son aplicables tanto a los contratos celebrados
antes de dictarse la ley que las impongan como a los
b) Esta opción guarda coherencia con el sistema contratos celebrados después.
civil peruano, pues el artículo III del Título Prelimi-
nar del Código Civil dispone que la ley se aplica a las Cuando se discutía en el Congreso Constituyente
consecuencias de las relaciones jurídicas existentes, Democrático el que después fue el artículo 62 de la
con lo cual se está aceptando la teoría de la aplica- Constitución, se advirtió a su Comisión de Consti-
ción inmediata de la ley, que no significa darle tución que una declaración de rango constitucional
fuerza ni efectos retroactivos. contenida en la segunda parte de dicho artículo en
el sentido de que los términos contractuales no
En tales condiciones, como el contrato constitutivo pueden ser modificados por leyes u otras disposi-
- crea una relación jurídica patrimonial, toda ley im- ciones de cualquier clase, daría lugar a que los
perativa dictada con posterioridad al mismo se jueces, por respeto al principio de la jerarquía de las
aplica a las consecuencias de dicha relación, con lo normas, se vieran obligados a preferir el proyectado
cual se explica por qué las reglas y limitaciones artículo constitucional sobre el artículo III del Título
impuestas por la ley son aplicables a los contratos ya Preliminar y el artículo 1355 del Código Civil, lo que
celebrados, sin que esto signifique, por indicación determinaría un indeseable desconcierto en la ad-
expresa del citado artículo III del Título Preliminar, ministración de justicia. Además, habría lugar a la
que la ley tenga efectos retroactivos. acción de inconstitucionalidad contra estos artícu-
los, lo que sería aún menos deseable.
Pierde así sustento el argumento de que la aplica-
ción de las reglas y limitaciones establecidas por la Pese a esta advertencia, el Congreso Constituyente
ley a los contratos ya celebrados importa admitir el Democrático aprobó el artículo 62 con el texto pro-
principio de la retroactividad de la ley. yectado, aduciéndose que el principio de la libertad
de contratar declarado por la nueva Carta Magna,
e) Si el artículo 1355 del Código Civil fuera apli- que garantiza que las partes puedan pactar válida-
cable únicamente a los·contratos por celebrarse y no mente según-las normas·vigentes al tiempo del
a los ya celebrados, dicho artículo sería totalmente contrato, justifica que los contratos así pactados no
innecesario pues el artículo 1354 del mismo Código puedan ser modificados por leyes posteriores a su
ya dispone, como se recuerda, que las partes pue- celebración.

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Producido el enfrentamiento entre la Constitución y tiempo de hacerlo, quedar gobernados por lo pacta-
el Código Civil, cuya consec}.lencia es la prevalencia do en él, teniendo como únicos límites tales normas.
de la primera sobre el segundo, conviene determi-
nar dentro de qué línea doctrinal se encuentra la Ello supone, de un lado, un Estado infalible, que
segunda parte del Artículo 62 de la Constitución. nunca se equivoca al dictar las normas aplicables
a los contratos, que prevé todo lo previsible en
Se ha afirmado que dicho artículo, al reconocer la materia contractual, inclusive los cambios que van
llamada santidad del contrato, no permitiendo que a producirse por razones históricas, políticas o
sea modificado por normas legales posteriores, tie- económicas. Por otro lado, el Estado quedaría
ne un contenido similar, aunque expresado con encerrado dentro de su propia supuesta infalibili-
distintas palabras, al artículo 1134 del Código dad, pues sería impotente para corregir lo que
Napoleón, según el cual las convenciones legalmen- debería ser corregido. Dictada una pauta sobre el
te formadas tienen fuerza de ley entre aquéllos que contenido de los contratos, nada podría hacer el
las han hecho. No pueden ser revocadas sino por su Estado para enmendarla, pese a las injusticias a
mutuo consentimiento o por las causas que la ley que pudiera dar lugar, porque ninguna norma
autoriza. legal posterior a la celebración del contrato podría
tener efecto alguno.
La expresión "fuerza de ley" no debe ser compren-
dida como que los contratos tienen, a semejanza de Sin embargo, éstas serán las consecuencias de la
la ley, carácter normativo y que obligan por tener tal aplicación estricta de la segunda parte del artículo
carácter, sino que es simplemente una figura retóri- 62 de la Constitución. El contrato cobra una santi-
ca, una metáfora, para enfatizar que los contratos, dad que no tenía en la Constitución de 1979, según
pese a ser manifestaciones de la voluntad humana, la cual, la ley regula el ejercicio de la libertad de
constituyen un lazo que actúa con una fuerza que contratar para salvaguardar los principios de justi-
guarda semejanza con la de la ley. cia y evitar el abuso del derecho; y que no tenía
tampoco en el Código Civil de 1936 ni en el de 1984.
Entendido así el artículo 1134 del Código Napoleón
ha sido considerado como la más pura expresión del Para evitar estas consecuencias y no verse encarcela-
liberalismo que surgió en Francia con motivo de los do por la intangibilidad del contrato, la única salida,
ideales que inspiraron la Revolución, que se plas- no aconsejable por cierto, sería que el Estado asumie-
maron en dos conceptos: la libertad jurídica y la ra la ímproba tarea de cubrir mediante leyes todo el
igualdad jurídica. universo contractual, no dejando nada, o lo menos
posible, a la libertad de configuración interna.
A la luz de estos conceptos se construyó una teoría
según la cual el adecuado juego de ambos tenía Personalmente no participo de la posición que ha
como consecuencia necesaria la justicia contractual, tomado la segunda parte del artículo 62 de la Cons-
desde que los acuerdos de dos voluntades libres e titución, pues soy partidario de un intervencionis-
iguales no podían ser una fuente de injusticia, pues mo estatal sensible y prudente, que permita alcan-
de ser así no lo habrían celebrado. Se afirmó, por zar lo que, con mayor o menor propiedad, se ha
ello, que "quien dice contractual dice justo". denominado la socialización del contrato, expre-
sión que nada tiene que ver con la doctrina del
Para quienes sostienen que la segunda parte del socialismo, pues como dice Bidart Campos, lejos de
artículo 62 de la Constitución representa realmente significar un curso hacia la colectivización de los
una nueva versión del artículo 1134 del Código Civil medios productivos, aspira a desfraccionar la rique-
francés, con todos los efectos que le son propios, se za mal acumulada y a descomprimir el poder econó-
habría dado un paso decisivo hacia el liberalismo mico.
contractual, produciéndose un vuelco de 180 grados.
Confío en que una actuación inteligente de la juris-
Así como el Código Napoleón permitía a los intere- prudencia y una bien inspirada y convincente opi-
sados quedar contractualmente gobernados por una nión de la doctrina puedan limitar los alcances, que
regulación creada por ellos para satisfacer sus inte- considero excesivos e imprudentes, de la segunda
reses y necesidades, poniendo como únicos límites parte del artículo 62 de la Constitución. Mientras
los principios del orden público y las buenas cos- esto no se logre debemos acatar, sin paliativos, que
tumbres, de la misma manera la segunda parte del los términos contractuales no pueden ser modifica-
artículo 62 de la Constitución permite a quienes han dos por leyes u otras disposiciones que no estén
celebrado un contrato según las normas vigentes al vigentes al tiempo de celebrarse el contrato.

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Esperemos que no sea éste el fin de la historia de la ferir el primero, de confrm1d~u ,_·on lo dispuesto
libertad de contratar, según el pronóstico del Profe- por el artículo 138 de la mismd Constitución.
sor Fukuyama.
Se presenta así un raro cao.o d...: .,<.>exist,.:r;lld de la
Empero, se ha quedado aún en el tültero la respues- teoríaliberalist,, (que pwdarn,1 L, u' " < ,,j¡fj, ·.,[>¡ !icL
1 i

ta al interrogante formulado anteriormente respec- del contrato) con la teoría del normativismo \LJLh:
to a qué lú1ea doctrinal, el voluntarismo (que es concede al Estado la pote~aJ de dt-il~gr ·..'11 io~
distinto del liberalismo) o el normativismo (que es particulares la libertad de conlr,ltD.r).
diferente al intervencionismo) sigue la segunda parte
del artículo 62 de la Constitución. La tercera parte del artículo 62 de la Cunstltucióu
dispone que los conflictos derivados de la relaci,'m
Parecería a primera vista que la prohibición consti- contractual sólo se soluciomu ten l¡¡ \ Í<> a rbitrc!l u en
tucional de modificar por leyes los términos con- la judicial, según los mec<lt';'-rnus de pntc·c'ul>n
tractuales, al reconocer de este modo la santidad del previstos en el contrato o ccntenq'Ll.JDc; c'n L1 h;y.
contrato, se orienta hacia la teoría tradicional de la
autonomía de la voluntad que deriva la fuerza Respecto a los mecanismos de prnte(ción prc\ i•.t..J.;
obligatoria del contrato de la libre voluntad. Sin en el contrato poco cabe decr ruc~ i:·lius Jepcnck-
embargo, nada impide que dentro de la teoría rán de la previsión de las p.u ;":· guJc~db por lo~,
norma ti vista el Estado, pese a su poder de imponer meditados consejos de su~ dSCSLlres kg<tles.
reglas y establecer limitaciones al contenido de los
contratos, se autolimite este poder renunciando a la En cuanto a los mecanismos de protección contem-
facultad de modificar un contrato ya celebrado. plados en la ley, entiendo que ~e ha querido han·r
referencia a la lesión y a la exc~1 va or1eru:oídad deL
prestación, que son las dos instituciones que, como
La disposición de la segunda parte del artículo 62 de
excepción al principio de la obligatoriedad del con-
la Constitución, según la cual los contratos no
trato, buscan establecer un equilibrio contractual
pueden ser modificados por leyes posteriores a su
que no ha existido en la primera y que se ha rolo en
celebración, no constituye, de por sí, un índice infa-
la segunda.
lible sobre el sustento doctrinal de la libertad de
contratar consagrada por nuestra Carta Magna,
Sabemos que el artículo 1361 del Código Civil esta-
desde que puede sustentarse indistintamente en la
blece que los contratos son obligatorios en cuanto se
doctrina tradicional o en la teoría normativista. Sin
haya expresado en ellos. Dentro del contexto de este
embargo, el hecho mismo de ser la propia Constitu- artículo la norma contenida en él no debe ser enten-
ción la que otorga a la libertad de contratar el dida como que el contrato crea obligaciones, sino en
sentido de garantizar que los términos contractua- el sentido de que genera un efecto obligatorio que ata
les no pueden ser modificados por leyes, pone de a las partes, conminándolas a cumplir el contrato.
manifiesto que esta garantía existe porque la Cons-
titución expresamente la impone (tan es así que Pues bien, tanto la lesión como la excesiva onerosidad
establece una normatividad distinta que la de la prestación escapan a la regla de la obligatorie-
precedentemente consagrada por el Código Civil) y dad del contrato en aras de alcanzar la justicia
no simplemente se limita a reconocer su existencia, contractual.
con lo cual nos encontramos dentro del campo de la
teoría normativista. Mediante la celebración de todo contrato -sea unila-
teral o con prestaciones a cargo de ambas partes- se
En estas condiciones, la Constitución de 1993 no busca, o debe buscarse, la existencia de un equilibrio
tiene en materia contractual un corte marcadamente conceptual entre los respectivos intereses de las
voluntarista, que haga de la voluntad humana una partes. No se trata de un equilibrio entre las presta-
ley de sí misma, sino que cabe afirmar que, al conce- ciones que son el contenido de la relación jurídica
der a los particulares la garantía de pactar libremen- patrimonial nacida del contrato ni, menos aún, una
te según las normas vigentes al tiempo del contrato equivalencia, en el sentido de igualdad en el valor
se encuentra en esta materia en la misma línea patrimonial, entre dichas prestaciones, sino de un
norma ti vista que el Código Civil. Esto no significa, equilibrio de los intereses que las partes desean
sin embargo, que no exista incompatibilidad entre la satisfacer mediante la celebración del contrato.
segunda parte del artículo 62 de la Constitución y el
artículo 1355 del Código Civil, por lo cual, dado el En el caso de la lesión el equilibrio contractual no
principio de jerarquía de las normas declarado por el existe, se ha perdido en el momento mismo de la
artículo 51 de la Constitución, los jueces deben pre- celebración del contra:to, debido a que una de las

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partes, aprovechándose de la necesidad apremiante por acontecimientos extraordinarios e imprevisi-
de la otra, impone una relación jurídica en la cual bles ocurridos después, que determinan que la pres-
existe una desproporción evidente entre las presta- tación a cargo de una de las partes se convierta en
ciones. excesivamente onerosa.

Como remedio a la existencia de la lésión, el ordena- También a diferencia de la lesión, el remedio en el


miento jurídico peruano concede al contratante le- caso de la excesiva onerosidad de la prestación es que
sionado la posibilidad de la acción de rescisión del se reduzca la prestación que se ha convertido en
contrato destinada a dejarlo sin efecto desde el excesivamente onerosa o se aumente la contrapresta-
momento de su celebración ción, a fin de que cese la excesiva onerosidad. Si ello
no fuera posible por la naturaleza de la prestación,
Si nosotros aplicáramos con toda su pureza el prin- por las circunstancias o si lo solicitara el demandado,
cipio de la santidad del contrato, debería proscribirse se decidirá la resolución del contrato, o sea dejarlo sin
1
el instituto de la lesión. Uno de los detractores de efecto desde el momento en que se produce el acon-
este instituto dice así: "El jurista debe medir con tecimiento extraordinario e imprevisible, aun cuan-
calma y meditar sobre si, en trance de conjurar la do sin afectar las prestaciones ejecutadas.
lesión de los patrimonios, no provoca la lesión
enormísima del orden jurídico, alcanzado de tal En cambio, a semejanza de la lesión no existe incom-
modo en su estabilidad por la convulsión de todo el patibilidad entre la aplicación del remedio contra la
régimen en que se apoyan los acuerdos volunta- excesiva onerosidad de la prestación y lo dispuest9
rios". Estas y otras razones motivaron que el Profe- en la segunda parte del artículo 62 de la Constitu-
sor Max Arias Schreiber, autor del Anteproyecto de ción, pues la inclusión de aquella en el Código Civil
las Disposiciones Generales de los Contratos, opi- de 1984 determina que ya estuviera vigente al
nara inicialmente que se desechara la consagración promulgarse la Constitución, por lo cual queda
de la lesión en el que después fue el Código civil de comprendida entre las normas legales que fijan el
1984, aunque después, con la honradez intelectual marco dentro del cual se puede ejercitar la libertad
que le caracteriza, cambió de opinión y defendió de contratar concedida por la primera parte de
decisivamente la introducción de esta institución. dicho artículo.

Pese a que la segunda parte del artículo 62 de la El análisis que se acaba de hacer respecto a los
Constitución recoge el principio de la santidad del efectos que ha tenido lo dispuesto por el artículo 62
contrato, lo hace en términos tales que no crea un de la Constitución sobre lo preceptuado por el artí-
conflicto con lo preceptuado en la tercera parte del culo 1355 del Código Civil pone de manifiesto que
mismo artículo, en lo que se refiere a la lesión. se ha dado un gran paso, unos dirán hacia adelante
y otros dirán hacia atrás, respecto a la situación de la
En efecto, dicha segunda parte impide modificar un contratos ya celebrados. Según la Constitución, los
contrato en virtud de normas legales posteriores a términos de los contratos ya celebrados no pueden
su celebración, pero respeta las limitaciones im- ser modificados por normas legales posteriores a su
puestas por normas legales vigentes al tiempo del celebración. De acuerdo con el artículo 1355 del
contrato. Como la posibilidad de rescisión del con- Código Civil ello era posible.
trato por lesión está prevista en el Código Civil de
1984, que se encuentra vigente desde antes de que Surge un nuevo problema, no previsto por los cons-
rigiera el artículo 62 de la Constitución y, conse- tituyentes, relacionado con la existencia del artículo
cuentemente, de la celebración de los contratos III del Título Preliminar del Código Civil.
amparados por este artículo, tal posibilidad se apli-
ca a estos contratos. De acuerdo con este artículo, la ley se aplica a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídi-
En los que respecta a la excesiva onerosidad de la cas existentes, no teniendo fuerza ni efectos retroac-
prestación la situación es similar. tivos, salvo las excepciones previstas en la Constitu-
ción Política del Perú. Se consagra así el principio de
A diferencia de lo que ocurre en el caso de la lesión, la aplicación inmediata de la ley, según el cual la
tratándose de la excesiva onerosidad de la presta- nueva ley regula las consecuencias de un hecho
ción existe un equilibrio contractual al momento de pasado, que se realizarán bajo su imperio considera-
celebrarse el contrato, pero este equilibrio se ve roto das por sí mismas.

1
RISOLIA, Marcü Aurelio, "Soberanía y crisis del contrato";Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1958, pág. 179.

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Resulta de esta manera que, aplicando el artículo en Fukuyama, manifestando que, aun si fuera cierto
referencia a la relqción jurídica creada por un con- que la sociedad se entrega a un liberalismo econó-
trato, esta relación quedará modificada por las nor- mico y a una economía de mercado, subsisten mu-
mas legales dictadas con posterioridad a la celebra- chas cuestiones perturbadoras y potencialmente
ción de dicho contrato, creándose así un conflicto divisivas.
con la segunda parte del artículo 62 de la Constitu-
ción que, como se ha visto repetidamente, dispone Entre estas cuestiones destaca que la óptima distri-
que los términos contractuales no pueden ser modi- bución y utilización de los productos requiere que
ficados por normas legales posteriores. las divergencias entre costos privados y costos so-
ciales sea minimizada y que las divergencias entre
2
Afirma Rubio que el artículo III del Título Prelimi- beneficios privados y beneficios sociales sea tam-
nar del Código civil está diseñado como una norma bién minimizada, lo cual sólo es posible mediante
complementaria del principio de aplicación de las una adecuada colaboración entre los interesados,
lP''E'S en el tiempo que se refiere no sólo al Código que un liberalismo exagerado deja de propiciar.
Civil, ni sólo a las normas de Derecho Privado, sino Como un ejemplo de esta colaboración menciona el
a todas las leyes. paradigma que la doctrina norteamericana conoce
como el Dilema del Prisionero, que relata de la
Tenemos, pues, que estando al principio de que la siguiente manera:
ley especial posterior coexiste con la ley general
anterior, la cual pasa de ser una regla absoluta para Dos sospechosos de haber cometido un crimen son
3
convertirse en regla limitada por excepciones; la tomados en custodia y separados en cuartos dife-
segunda parte del artículo 62 de la Constitución rentes, donde no se podían comunicar uno con el
coexistiría con el artículo III del Título Preliminar, el otro. El fiscal está seguro de que ellos son culpables
cual no se aplicaría a los contratos. de un crimen específico, digamos robo a mano
armada, pero no tiene adecuada evidencia que ase-
De todas maneras no deja de llamar la atención que, gure que iban a ser condenados en juicio. El mani-
tratándose de los contratos, se establezca una excep- festó a cada prisionero por turno que tenía dos
ción al principio de la aplicación inmediata de la ley, alternativas: confesar el crimen que la policía estaba
que la doctrina reconoce como la teoría preferible en segura que habían cometido, o no confesar. Si am-
materia de superposición de las leyes. bos no confesaban, el fiscal sostendría que fueran
condenados por un delito menor, tal como posesión
Como conclusión de lo anteriormente expuesto ilegal de armas de fuego, y ambos recibirían una
puede afirmarse que el artículo 62 de la Constitu- sentencia menor, por ejemplo, un año de prisión. Si
ción contiene tres principios que son: l. la garantía ambos confesaban haber cometido el mayor cargo,
que otorga la libertad de contratar; 2. la inmutabili- serían procesados, pero el fiscal recomendaría me-
dad del contrato por razón de normas legales dicta- nos que la sentencia más severa, y él esperaba que
das con posterioridad a su celebración; y 3. la solu- cada uno de ellos recibiría una pena de ocho años de
ción de los conflictos derivados de la relación con- prisión. Sin embargo, si uno confesaba, esto es,
. tractual mediante los mecanismos de protección proporcionaba evidencia del crimen, y el otro no; el
previstos en el contrato o contemplados en la ley. De que confesara recibiría un tratamiento indulgente,
ellos solamente el segundo constituye una novedad quizá tres meses en prisión, mientras el otro recibi-
con relación al Código Civil, que determina una ría la más severa sanción prevista por la ley -diez
aproximación al liberalismo. años en prisión-.

Antes de terminar esta exposición quiero volver a Obviamente, la solución más favorable para ambos
su principio, o sea al pronóstico del Profesor prisioneros es no confesar, con lo cual recibirían un
Fukuyama sobre el fin de la historia. Con posterio- año de prisión. Sin embargo, cada uno encaraba la
ridad al enunciado de dicho pronóstico, Michael J. tentación de confesar para recibir la sentencia ligera
4
Trevilcock ha escrito un libro que lleva como título (tres meses en prisión) por proporcionar evidencia
"The Limits of Freedon of Contract'', publicado en a la fiscalía. Si cada uno razonaba de esta manera,
1993, en el cual desafía la sombría predicción de ambos terminarían confesando y recibirían 8 años

RUBlO CORREA, Mardal, "Titulo Preliminar", Fondo Edito~ale la P.U.Cp;, Lima,J986, pág; 20. ,,
' COVIELLO, Nicolás, "Doctrina general de Derecho cívÚ'\l]nióry :npogr~flc1i EditoralHspn~Amc¡,Méx 1938, pág. 105.
·····< . . . ·:. ··:· ·.. · :: .. ::·::,- .
' TREBILCOCK, Michat!l J., "The limits offteedomD{contmct",H¡¡rvaidúniversit1"Press,Cambhdge;I993, pág. 10.

THEMIS
13
de prisión, que es la solución menos favorable entre miembros de cada tribu tienen incentivos sustancia-
las varias alternativas. Los analistas teóricos prede- les para preferir robar antes que negociar desde que
cían que, si bien no inevifablemente, habría una robar presupone más bajos costos que negociar,
fuerte tendencia a que esta solución sea la que donde algo debe darse como un quid pro qua. Sin
resulte elegida. embargo, si los miembros de ambas tribus razonan
similarmente cada tribu perdería su tiempo imagi-
Según Trevilcock, siempre existe un riesgo signifi- nando estrategias de ataque y los miembros de la
cativo de que las estrategias de defección individua- otra tribu imaginarían estrategias defensivas, resul-
lista primen sobre las estrategias de cooperación. En tando que no se produciría maíz ni carne, pues las
un contexto de derechos de propiedad, el autor energías de ambas tribus estarían absorvidas por
considera el siguiente ejemplo: actividades ofensivas y defensivas. Esto ejemplifica
la aplicación del Dilema del Prisionero a un conflic-
"Asumamos que en una sociedad pre-legal, donde to de derechos de propiedad, donde hay un signifi-
los individuos y grupos existen en un llamado esta- cativo riesgo de que surja la solución del joint welfare
do natural, la Tribu A cultiva maíz en un valle y en minimizing.
un valle vecino la Tribu B produce carne. Asuma-
mos también que la tierra del Grupo A es inadecua- "Para reducir las probabilidades de que surja una
da para producir algo distinto de maíz y que la tierra solución de esta clase, los miembros de cada tribu
de la Tribu B es inadecuada para producir algo deben primero reconocer los exclusivos derechos
distinto a carne. Supóngase que los miembros de la de propiedad de la otra tribu sobre sus tierras. Aun
Tribu A hubieran preferido variar su dieta de vez en en un estado natural, dado que las partes encaran a
cuando comiendo tanto carne como maíz y que, menudo el prospecto de repetidas interacciones con
similarmente, los miembros de la Tribu B hubieran cada otra, el Dilema del Prisionero se resolvería por
preferido algo de maíz tanto como carne. En estos sí solo, con el eventual reconocimiento de que la
términos, surge la pregunta sobre cómo puede estrategia del joint welfare maximizing surgiría. Sin
lograrse la transferencia de maíz de la Tribu A a la embargo, en sociedades contemporáneas que com-
Tribu By la transferencia de carne de la Tribu B a la prenden mucho mayor número de miembros, y más
Tribu A Las dos opciones básicas son negociar o relaciones impersonales y efímeras, el resolver el
robar. Una estrategia cooperativa indicaría clara- Dilema del Prisionero resultaría ser más intimidante
mente negociar; una estrategia defectiva propicia- en muchos contextos, y el sistema legal formal tiene
ría robar. La cuestión es ¿surgirá un resultado co- que jugar un mayor rol central para prevenir la
operativo? Obviamente, en un camino corto, los externalización de costos o beneficios".

THEMIS
14
Contrato inválido 101

Contrato inválido

Rómulo Morales Hervias*

1. Introducción

El contrato nulo y el contrato viciado son patologías del contrato. Fisiológi-


camente, el contrato válido es eficaz, aunque también un contrato válido
puede convertirse en ineficaz. Aquí ya no estaremos hablando de la invali-
dez sino de la ineficacia en sentido estricto. En realidad, la ineficacia en
sentido amplio incluye la invalidez y la ineficacia en sentido estricto.
«La invalidez comprende cualquier defecto originario de los actos de
autonomía privada que implica a veces la inidoneidad para producir efec-
tos, otras veces la precaria estabilidad de los mismos».1
Ahora exclusivamente hablaremos de la invalidez y, en particular, de la
nulidad y de la anulabilidad.
«El derecho positivo no conoce una categoría del acto o del contrato válido,
la cual es por eso mismo una creación doctrinal. La noción de invalidez nace y
se desarrolla en dependencia directa con la afirmación y el desarrollo de la teoría
del negocio jurídico».2 En efecto, la categoría de la invalidez nace «en estricta
conexión con la teoría del negocio jurídico, como calificación reservada al hecho
jurídico concreto [fattispecie] que se presenta como negocio».3

*
Abogado. Magíster por la Universidad di Roma «Tor Vergara». Profesor honorario de la
Universidad Particular de Chiclayo. Profesor de Derecho Civil en la Pontificia Univer-
sidad Católica del Perú y en la Universidad de Lima.
1
PERLINGIERI, P. y R. FAVALE. «Patologia nella fase genetica dei contratti». En Manuale di
diritto civile. Nápoles: Edizioni Scientifiche italiane, 1997, p. 408.
2
MAZZONI, Cosimo Marco. «Invalidità» (Diritto privato). En Enciclopedia giuridica. Vol.
XVII. Roma: Istituto de la Enciclopedia Italiana, Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato,
1989, p. 1.
3
ROPPO, Vincenzo. Il contratto. Milán: Giuffrè Editore, 2001, p. 734.
102 Rómulo Morales Hervias

Existen dos caminos para analizar las patologías negociales4 y, en parti-


cular, las patologías contractuales.

El primer camino es aparentemente cómodo. Es fácil acceder cuando se parte de la


premisa que la patología negocial, no es un fenómeno que se refiere a los conceptos,
sino a la solución de los problemas prácticos. El legislador no tiene, o mejor no debe
tener, algún condicionamiento dogmático que impida la obtención de sus objeti-
vos de orden social o la valoración de los intereses en juego. El segundo es más difícil
y compromisorio, para emprender la obra requiere una toma de posición sobre el
modo de entender la relación entre investigación doctrinal y elección legislativa, y
sobre la misma razón de ser de la ciencia jurídica5.

Optamos por el segundo camino. ¿Existe una compatibilidad entre las


categorías jurídicas de los denominados «contrato nulo» y «contrato vicia-
do» con las normas jurídicas que regulan las causales de nulidad y de anu-
labilidad?
Un contrato es válido cuando existe «correspondencia estructural entre
el hecho jurídico concreto [fattispecie] subordinado al juicio y la previsión
normativa que fija las características del contrato».6 En cambio, la «ausencia
de correlación entre el hecho y la previsión normativa dará lugar a la invali-
dez».7 Por ejemplo, el contrato es nulo si su finalidad es ilícita. La licitud es
una cualidad que toda finalidad del contrato debe tener. El ordenamiento
jurídico califica de nulos a aquellos contratos que contengan finalidades
ilícitas.
«Contrato» significa «acuerdo idóneo para producir el efecto correspon-
diente»; «contrato nulo» es un sintagma que añade, a la mención del con-
trato, la mención inidoneidad para producir el efecto. «Contrato nulo» es,
visiblemente, una «contradicción» por que el jurista «llama con un solo
nombre el contrato válido y el contrato nulo».8

4
Sobre patología del negocio: TRABUCCHI, Alberto. Istituzioni di diritto civile. Editado por
Giuseppe Trabucchi. 41.a ed. Padua: CEDAM, 2004, p. 149: «Son, en verdad, todos los
casos en los cuales la desviación de las reglas de vida del negocio lleva un defecto que
puede ser mortal. Algunos vicios, más o menos graves, se hallan en la constitución del
acto, otros se manifiestan por el contrario en la vida sucesiva, en su funcionamiento».
5
UGAS, Anna Paola. Il negozio giuridico come fonte di qualificazione e disciplina di fatti.
Vol. 60. Serie I (Giuridica). Pubblicazioni della Facoltà di Giurisprudenza. Turín: Giappi-
chelli Editore, 2002, p. 254.
6
SACCO, Rodolfo. «Il contratto invalido». En Il contratto. T. II. 3.a ed. Turín: UTET, 2004, p. 494.
7
Ib., pp. 523-524.
8
Ib., p. 498. Comparte este criterio: FILANTI, Giancarlo. «Nullità» (Diritto civile). Enciclopedia
giuridica. Vol. XXI. Roma: Istituto de la Enciclopedia Italiana, Istituto Poligrafico e Zecca dello
Stato, 1990, p. 3: «En conclusión, la uniformidad del significado del «negocio nulo» responde
a una equivocada exigencia de racionalización del lenguaje del legislador».
Contrato inválido 103

La regulación jurídica de los contratos nulos y viciados se basa en determi-


nar que la nulidad es un «vicio más grave» y que la anulabilidad es un «vicio
menos grave».9 La «nulidad implica la improductividad automática y general
de los efectos. Por el contrario del acto anulable se suele decir que produce
precariamente sus efectos típicos, pero puede ser reducido en nulidad por un
hecho sucesivo (que normalmente será el pronunciamiento judicial precedi-
da de la demanda del legitimado)».10 La «violación del interés colectivo se
presentará como desorden inaudito, un vicio gravísimo, mientras la lesión del
interés individual figurará como vicio más leve, una imperfección».11

El vicio gravísimo implicará, además de la estimación de oficio, la no convali-


dabilidad, la imprescriptibilidad del remedio (aquello es más que obvio). Y será
merecedor de una respuesta apropiada, o sea la respuesta más gravosa entre aquellas
que figuran en el repertorio de los instrumentos legales: la nulidad absoluta. El
vicio leve implicará la sanción ligera: la provisionalidad, la removibilidad de los
efectos jurídicos del acto.12

Entonces las diferencias entre nulidad y anulabilidad se sintetizan en


cuatro elementos (prescriptibilidad, relatividad, sanabilidad, apreciabili-
dad de oficio) que «aparecen recíprocamente ligados uno del otro, si existen
los cuatro juntos, o faltan todos los cuatro».13

9
SACCO, Rodolfo. Op. cit., p. 495.
10
Ib., p. 522.
11
Ib., p. 523.
12
Ib., pp. 523-524.
13
Ib., p. 528. Conforme a esta posición: TRIMARCHI, Pietro. Istituzioni di diritto privato. 15.a ed.
Milán: Giuffrè Editore, 2003, pp. 231-238. Esta posición pragmática de establecer las
diferencias entre nulidad y anulabilidad ha sido tomada en cuenta en nuestra doctrina
salvo en cuanto a la apreciabilidad de oficio: ESPINOZA ESPINOZA, Juan. «La autonomía
privada: Sus limitaciones frente a las leyes imperativas y al orden público». En Los princi-
pios contenidos en el Título Preliminar del Código Civil peruano de 1984. Análisis doctrina-
rio, legislativo y jurisprudencial. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2003, p.
278: «Por ello, la diferencia entre el acto jurídico afecto de nulidad y el anulable no estriba
en que uno no produce efectos jurídicos y el otro sí sino en las siguientes cuestiones: a) El
plazo de prescripción del acto afectado de nulidad es de diez años y el del acto anulable
es de dos años (artículo 2001, inciso 4), b) La legitimación para pedir la declaración
judicial de nulidad del acto jurídico la tienen las partes afectadas, el que tiene legítimo
interés y el Ministerio Público. En el caso de la anulabilidad, la legitimación solo la tiene
la parte afectada (artículo 230 del Código Civil), c) En el acto afectado de nulidad cabe la
conversión legal (como es el caso de los artículos 703 y 1829 del Código Civil); en el acto
anulable, la confirmación (artículo 230 del Código Civil)».
104 Rómulo Morales Hervias

Los artículos 21914 y 22115 del Código Civil peruano (en adelante CC)
regulan la invalidez del contrato. Legislativamente, el contrato es nulo por
falta de acuerdo, incapacidad absoluta, objeto física o jurídicamente impo-
sible o indeterminable, fin ilícito, simulación absoluta, ausencia de forma-
lidad prescrita bajo sanción de nulidad, causal de nulidad expresa y causal
de nulidad virtual. El contrato es viciado por incapacidad relativa, error,
dolo, violencia moral y por causal de anulabilidad expresa. Como se puede
observar, se colocan desordenadamente causales que se refieren a la nulidad
y a la anulabilidad sin precisar los criterios diferenciadores.
Parecería que el legislador peruano siguió un camino simplista conforme
lo expuso en su momento Luigi Cariota-Ferrara. La invalidez «tiene lugar
todas las veces que falta uno de los requisitos de validez» y, en resumen, «se

14
Artículo 219 del Código Civil del Perú.- El acto jurídico es nulo:
1. Cuando falta la manifestación de voluntad del agente.
2. Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo dispuesto
en el artículo 1358.
3. Cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable.
4. Cuando su fin sea ilícito.
5. Cuando adolezca de simulación absoluta.
6. Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
7. Cuando la ley lo declara nulo.
8. En el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca sanción
diversa.
[Artículo 1418 del Código Civil italiano. Causas de la nulidad del contrato.- El contrato
es nulo cuando es contrario a normas imperativas, salvo que la ley disponga lo contrario.
Producen la nulidad del contrato la falta de alguno de los requisitos indicados por el
artículo 1325, la ilicitud de la causa, la ilicitud de los motivos en el caso indicado por el
artículo 1345 y la falta en el objeto de los requisitos establecidos en el artículo 1346.
El contrato también es nulo en los demás casos establecidos por la ley]
15
Artículo 221 del Código Civil del Perú.- El acto jurídico es anulable:
1. Por incapacidad relativa del agente.
2. Por vicio resultante de error, dolo, violencia o intimidación.
3. Por simulación, cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho de tercero.
4. Cuando la ley lo declara anulable.
[Es incomprensible calificar al contrato disimulado como anulable. El derecho del ter-
cero no es un requisito de validez. Otros códigos regulan la anulabilidad con mejor
técnica legislativa:
Artículo 1425 del Código Civil italiano. Incapacidad de las partes.- El contrato es anula-
ble si una de las partes era legalmente incapaz para contratar. Es igualmente anulable,
cuando concurren las condiciones establecidas en el art. 428, el contrato estipulado por
una persona incapaz de entendimiento y de voluntad. También:
Artículo 1427 del Código Civil italiano. Error, violencia y dolo.- El contratante cuyo
consentimiento hubiere sido dado por error, u obtenido con violencia, o propiciado
mediante dolo, puede demandar la anulabilidad del contrato, según las disposiciones
siguientes].
Contrato inválido 105

tiene invalidez cuando falta un requisito legal o voluntario de validez».16 En


su momento, Renato Scognamiglio dijo que esta concepción

parte de un círculo vicioso, en el fondo, cuando la invalidez se deduce, como


hace la doctrina predominante, de la ausencia o vicio de un elemento esencial, o
—y aquí la cosa es aun más clara— de un requisito de validez. A pesar de las
apariencias, la fórmula «elemento esencial» no puede conducir a ningún resulta-
do satisfactorio: basta señalar que el máximo esfuerzo realizado por la doctrina
para identificar dichos elementos consiste en poner en evidencia su relevancia
para la validez. La otra fórmula, «requisito de validez», está aun más estrictamente
ligada a las vicisitudes de la noción de invalidez: de hecho, ella indica aquel
requisito cuyo defecto implica que el negocio sea inválido. De ello se deriva que
no se realiza ningún progreso cuando, para definir nuestra figura, se recurre al
requisito de validez; por el contrario, y como se señalaba antes, así se incurre en
una tautología propiamente dicha.17

Los conceptos de contrato nulo y de contrato viciado deben tener conteni-


dos claros de entendimiento para los operadores jurídicos. Revisaremos las
principales teorías de la invalidez desarrolladas por la doctrina y propon-
dremos una nueva lectura de las patologías del contrato. Según la teoría de
la invalidez que se siga, se tendrá un concepto de negocio jurídico.

En la teoría de la invalidez y más en general de la patología negocial, se repropone


con urgencia la solución del problema de la naturaleza del acto negocial. Se confir-
ma una vez más una razón de la necesidad de ir más allá de la categoría del acto
jurídico. Esta última no sólo no explica la vinculación entre el acto negocial y los
efectos, pero ni siquiera la disciplina y el sistema de las normas que concierne al
negocio.18

Compartimos tal aseveración. La categoría del «acto jurídico en sentido


estricto» es insuficiente para explicar la teoría de la invalidez. La buena
comprensión que se tenga de la invalidez dependerá mucho del concepto
de negocio jurídico que se adopte. Cada operador jurídico debería manejar
un marco teórico adecuado a fin de poder aplicar coherentemente la teoría
de la invalidez a la praxis.

16
CARIOTA FERRARA, Luigi. Il negozio giuridico nel diritto privato italiano. Nápoles: A.
Morano Editore, 1948, p. 335.
17
SCOGNAMIGLIO , Renato. Contributo alla teoria del negozio giuridico. 2. a ed. Nápoles:
Casa Editoriale Dott - Eugenio Jovene S.N.C., 1969, p. 357. También, véase: id., Contri-
bución a la teoría del negocio jurídico. Edición, traducción y notas de Leysser L. León.
Lima: Editora Jurídica Grijley, 2004, pp. 461-462.
18
UGAS, Anna Paola. Op. cit., p. 254.
106 Rómulo Morales Hervias

2. Validez, invalidez, eficacia e ineficacia del contrato

El artículo 14019 del CC establece normas de producción que son «reglas


del ordenamiento, es decir, que prevén y disciplinan un particular modo de
incluir reglas de derecho, al acto de autorreglamentación de los privados».20
«Cuando un acto de autonomía privada presenta todos los requisitos, que la
ley prevé como necesarios, por que tal tipo de acto puede valer como fuente
de auto-disciplina, nosotros decimos que aquél acto es válido: o, que es en sí
idóneo para producir sus específicos efectos jurídicos».21 El acto debe co-
rresponder al modelo establecido por la norma legal.
Entonces, «la validez indica la regularidad del contrato. El contrato vá-
lido es el contrato que responde a las prescripciones legales. Por el contrario
la eficacia del contrato se refiere a la producción de sus efectos. De esta
diversidad de nociones se concluye que la validez no implica necesariamen-
te la eficacia del negocio».22 El concepto de validez no se contrapone al de
eficacia. La eficacia supone validez del contrato, pero no solamente validez,
sino, además, idoneidad funcional.
Pero no todo contrato válido es eficaz. El caso típico es un contrato
celebrado bajo una cláusula de condición suspensiva. El contrato es válido
pero es ineficaz provisionalmente hasta que se produzca el hecho futuro e
incierto previsto por las partes. Otro ejemplo es el contrato válido pero
ineficaz provisionalmente hasta su ratificación. Si un copropietario arrienda
un bien sin la participación de los otros copropietarios, el contrato es válido
pero ineficaz porque el copropietario que arrendó unilateralmente carece de
legitimación, pero los otros copropietarios pueden ratificarlo.23

19
Artículo 140 del Código Civil del Perú.- El acto jurídico es la manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Para su validez se
requiere:
1. Agente capaz.
2. Objeto física y jurídicamente posible.
3. Fin lícito.
4. Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
20
ZATTI, Paolo. «I fatti e gli atti giuridici». En Lineamenti di diritto privato. 10.a ed. Padua:
CEDAM, 2005, p. 120.
21
ZATTI, Paolo. Op. cit., p. 120.
22
BIANCA, Massimo. Diritto Civile, Il contratto. Vol. II. Nuova ristampa con aggiornamento.
Milán: Giuffrè Editore, 1998, pp. 496-497.
23
En la siguiente norma, el legislador regula imperfectamente la legitimación como si
fuera un requisito de validez y se hace mención al consentimiento en lugar del asenti-
miento. En todo caso, los otros copropietarios pueden celebrar un negocio jurídico de
ratificación del contrato en que ellos no participaron. En ese caso, debemos entender
que el contrato será eficaz por la ratificación de los otros copropietarios: Artículo 1669
del CC.- El copropietario de un bien indiviso no puede arrendarlo sin consentimiento de
Contrato inválido 107

La eficacia del contrato es la productividad de los efectos jurídicos (mu-


taciones jurídicas o cambios de situaciones jurídicas subjetivas). «La efica-
cia indica la productividad de los efectos jurídicos. El contrato es eficaz
cuando produce sus efectos jurídicos. En general el efecto jurídico es una
mutación jurídica, es decir el cambio de una situación de derecho».24
Desde una perspectiva estática, el contrato es fuente de situaciones jurí-
dicas subjetivas o fuente de la modificación, regulación o extinción de una
situación jurídica subjetiva.
Desde una perspectiva dinámica, el contrato se sitúa ante la situación
jurídica subjetiva modificada, regulada o creada, y se verifica de qué modo
el contrato —que ha sido su fuente— continúa siendo eficaz, idóneo, para
que, a través de dicha situación, alcance los fines prácticos que llevaron a las
partes a celebrar el contrato.
Por tanto, el contrato será plenamente eficaz no solo cuando configura
idóneamente una situación jurídica subjetiva, sino, además, cuando la si-
tuación jurídica subjetiva, idóneamente constituida, realiza plenamente las
finalidades de las partes.
Así, la ineficacia es la improductividad de los efectos del contrato. La
ineficacia puede ser provisional por una situación de incertidumbre que
puede convertirse en una situación de plena eficacia del negocio. La inefica-
cia definitiva indica una situación definitiva en el sentido de la improduc-
tividad de los efectos por razones estructurales y funcionales.
Un contrato puede ser ineficaz porque carece de virtualidad para confi-
gurar idóneamente una determinada situación jurídica subjetiva o porque,
aun cuando ha configurado esa situación idóneamente, ella deja de consti-
tuir una regulación de los intereses prácticos que determinaron a las partes
a celebrar el contrato. La existencia de estas dos perspectivas supone aceptar
que hay ciertos supuestos en que la ineficacia es inherente al contrato en
razón de defectos o vicios constitutivos, en tanto que hay otros supuestos en
que la ineficacia sobreviene en razón de que las estipulaciones del contrato,
intrínsecamente idóneas, dejan de constituir, para los sujetos, una regula-
ción de intereses idónea para su realización.
El contrato válido «está provisto de todos los requisitos de la ley pero
hay ausencia de eficacia porque hay un defecto en una circunstancia diversa
de los constitutivos del negocio, externa respecto a ellos, la cual está subor-
dinada a la producción de los efectos jurídicos».25 Así, un contrato válido

los demás partícipes. Sin embargo, si lo hace, el arrendamiento es válido si los demás
copropietarios lo ratifican expresa o tácitamente.
24
BIANCA, Massimo. Op. cit., p. 494.
25
SACCO, Rodolfo. Op. cit., p. 505.
108 Rómulo Morales Hervias

puede convertirse en ineficaz si sobreviene una causal sobreviviente de in-


cumplimiento grave de las obligaciones. El acreedor ya no tendrá interés en la
ejecución de las prestaciones y, por eso, podrá ejercer su derecho para resolver
el contrato por el grave incumplimiento de las obligaciones del deudor.
La invalidez es la irregularidad jurídica del contrato que implica la inefi-
cacia definitiva.

[La] invalidez es en efecto una calificación de irregularidad del contrato mientras la


ineficacia se refiere al momento efectual, indicando en general la no productividad
de los efectos jurídicos. En sentido estricto la ineficacia se entiende como ineficacia
provisoria, designando una situación de incertidumbre que puede llegar a la plena
eficacia del contrato. Por el contrario la ineficacia definitiva indica una situación ya
definitiva en el sentido de la improductividad de los efectos.26

Por eso, la invalidez no implica necesariamente la ineficacia del contra-


to. «El contrato nulo es definitivamente ineficaz. El contrato anulable, por el
contrario, es eficaz, y esto es productivo de sus efectos, hasta que no inter-
venga una eventual sentencia de anulación».27
El ordenamiento jurídico reconoce a los privados

el poder de realizar declaraciones negociales (autonomía privada), en tanto atribuye a


tales declaraciones valor y efectos jurídicos en tanto se enmarquen dentro de los
límites que el ordenamiento mismo establece para la actuación de la autonomía
privada. Si tales límites son sobrepasados o violados o inobservados, la sanción que se
impone a la actividad del privado que buscaba los efectos jurídicos es la invalidez.28

En ese mismo sentido, se ha dicho que la invalidez es una sanción que


implica «la inidoneidad del acto a conseguir los efectos que está dirigido».29
Cuando «un acto no tiene todos los requisitos establecidos por la ley, o
presenta un vicio (un defecto) en uno de los requisitos, debemos concluir
que no es en sí idóneo para producir sus efectos. Esta conclusión viene
expresada diciendo que el acto es inválido».30
También se ha definido a la invalidez como un supuesto de defecto es-
tructural al no existir una coligación estructural porque «el hecho jurídico

26
BIANCA, Massimo. Op. cit., p. 574.
27
Ib.
28
TORRENTE, Andrea y Piero SCHLESINGER . Manuale di diritto privato. 17.a ed. Milán:
Giuffrè Editore, 2004, p. 249.
29
PARADISO, Massimo. Corso di istituzioni di diritto privato. Turín: Giappichelli Editore,
2001, p. 351.
30
ZATTI, Paolo. Op. cit., p. 121.
Contrato inválido 109

concreto [fattispecie] no es intrínsecamente apto para la producción de efec-


tos jurídicos».31

3. Concepción orgánica de la invalidez

Según la concepción orgánica del negocio jurídico y del contrato, la invali-


dez debe basarse en

las patologías de las «condiciones» subjetivas de libertad y conocimiento (capacidad


y vicios de la voluntad) en que se halla el autor del negocio jurídico; mientras la
nulidad es una sanción que se refiere a las patologías referidas a la reglamentación de
intereses que el negocio jurídico expresa (ilicitud, inmoralidad o completitud de los
elementos estructurales esenciales).32

Por doctrinas orgánicas, «se entienden aquellas que ven en el contrato


como un quid de orgánico. En ellas, El contrato, como el negocio, es cual-
quier cosa que nace, se desarrolla y extingue, como conjunto de elementos,
esenciales y menos esenciales, acompañados de determinadas «cualidades»
(el objeto debe ser posible, lícito y determinado y/o determinable)».33
Giovanni Battista Ferri descubre que la fuente directa de la regulación
de la nulidad y de la anulabilidad del Código Civil italiano es el Código
Civil alemán. Este descubrimiento ha sido valorado por la doctrina recien-
te.34 Para entender el sentido de las normas, nos informa sobre el significa-
do de los referidos conceptos. Este descubrimiento es perfectamente aplica-
ble a nuestro CC porque el legislador peruano importó las normas del Có-
digo italiano en materia de derecho de los contratos. Las conclusiones a las
que arriba el profesor deben tenerse en cuenta en nuestro sistema jurídico.

Para el legislador alemán, aparece central el rol llamado a desarrollar por la voluntad
en la construcción del negocio jurídico, el cual expresa una reglamentación de

31
GAZZONI, Francesco. Manuale di diritto privato. 10.a ed. Aggiornata e con riferimenti di
dottrina e di giurisprudenza. Nápoles: Edizioni Scientifiche Italiane, 2003, p. 961.
32
FERRI, Giovanni Battista. «Introduzione alla invalidità». En Adolfo di Majoi, Giovanni
Battista y Massimo Franzoni (eds.). Il contratto in generale, Trattato di Diritto privato. Vol.
XIII. T. VII. Turín: Giappichelli Editore, 2002, pp. 16-17. Id. «Appunti sull´invalidità del
contratto (dal codice civile del 1865 al codice civile del 1942)». En Studi sull´autonomia
privata dei privati. Turín: UTET, 1997, pp. 119-120.
33
DI MAJO, Adolfo. «La nullità». En Adolfo de Majoi, Giovanni Battista Ferri y Massimo
Franzoni (eds). Il contratto in generale. Trattato di Diritto privato. Vol. XIII. T. VII. Turín:
Giappichelli Editore, 2002, p. 42.
34
VENOSTA, Francesco. Le nullità contrattuali nell´evoluzione del sistema. Vol. I: Nullità e
inesistenza del contratto. Milán: Giuffrè, 2004, p. 65 (nota 141).
110 Rómulo Morales Hervias

intereses, que se objetiviza a través de una declaración de voluntad o un comporta-


miento voluntario, realizados por uno o más sujetos. Haciendo reserva de tal defini-
ción, las patologías (en la forma de nulidad e impugnabilidad-anulabilidad) asu-
men relevancia en dos direcciones: aquella referente a la regla y aquella referente,
por así decirlo, a la «condición» en que puede hallarse el sujeto que a tal regla le ha
dado vida. Las patologías destinadas a incidir sobre la regla (ilicitud, inmoralidad,
ausencia de forma y absoluta ausencia de la voluntad que necesariamente está
destinada a incidir sobre la existencia misma de la regla) conducen a la nulidad del
negocio; por el contrario aquellas que se refieren a la «condición» en que puede
hallarse el sujeto y que, más precisamente, inciden sobre la plena libertad y sobre el
pleno conocimiento de su querer (error vicio, error obstativo, dolo y violencia
moral) implican la impugnabilidad-anulabilidad.35

El Código Civil italiano recogió estos conceptos y, por eso, la nulidad


como sanción busca

salvaguardar los principios y los valores sobre los cuales se funda el ordenamiento
jurídico estatal y la sociedad en que se expresa, como es evidente, como se refieren
los negocios ilícitos o inmorales, pero no es menos evidente también en el caso de
nulidades derivadas de la ausencia, en la estructura del negocio, de aquellos ele-
mentos que el ordenamiento estatal considera fundamentales, para que una regla
privada tenga aquella necesaria evidencia estructural que le permita producir efec-
tos, sobre el plano del sistema del ordenamiento estatal. Por el contrario, a través de
la sanción de anulabilidad, vienen evidenciadas (y, consecuentemente, se da la
posibilidad de sancionar) los desequilibrios que son determinados entre los intere-
ses de los privados, negocialmente regulados; desequilibrios derivados del hecho
que la regla negocial, seguidamente de un vicio o de una condición de incapacidad
de uno de los contratantes, no ha sido, en concreto, expresión de una voluntad en
grado de asumir valoraciones y decisiones plenamente conscientes y autónomas.36

La sanción de nulidad es coherente con el carácter de «reglas de juego» de las


normas privatísticas. La nulidad, en efecto, se resuelve en un rechazo de tutela, no
modifica la posición real de los sujetos, no constituye un instrumento de dirección
de la autonomía privada, pero expresa solamente la posición de una prohibición:
aquello de realizar resultados en contraposición con los cánones reglamentarios y los
principios del ordenamiento

y junto

a las normas concernientes a las reglas de juego contractual, las condiciones prima-
rias de reconocimiento de la autonomía privada, se coloca en el sistema del código

35
FERRI, Giovanni Battista. Il negozio giuridico. 2.a ed. Padua: CEDAM, 2004, pp. 269-270.
36
Ib., pp. 273-274.
Contrato inválido 111

otro grupo de reglas que garantizan la regularidad del juego, en particular la regula-
ridad del procedimiento de formación del acuerdo, a fin que un sujeto —parte de
una relación contractual— se halle vinculado a un contrato que no ha efectivamen-
te querido.37

Las reglas del juego y la regularidad del juego no son otra cosa que el
reglamento de intereses y las condiciones del sujeto. El contrato nulo es
aquel contrato incompatible con las reglas de juego o por ilicitud o por
ausencia de elementos y requisitos. El contrato viciado es aquel contrato
incompatible con la regularidad del juego, que tiene un vicio en las condi-
ciones del sujeto por ausencia de libertad y de conocimiento.
Estos conceptos de nulidad y de anulabilidad no fueron recibidos ple-
namente por la doctrina ulterior y, por el contrario, se desarrolló una con-
cepción social de la invalidez que no sobresale precisamente por su claridad
a fin de aplicarla a la realidad.

4. Concepción social de la invalidez

[El] negocio y/o el contrato se reconoce no tanto como la expresión o la manifesta-


ción de una regla individual sino de un conjunto económico-social, del cual se
requiere el reconocimiento por parte del ordenamiento. En tal caso, la nulidad no
es más la consecuencia lógico-deductiva (de la ausencia) de la regla y/o de la condi-
ción del sujeto sino es un instrumento de control acerca del carácter digno de los
intereses que los sujetos intentan perseguir por la vía del ordenamiento. De la
nulidad el ordenamiento es árbitro en cuanto ya no está vinculado y/o limitado de
deber respetar el contenido individual-voluntario de la regla negocial. La nulidad-
límite es ahora la calificación más apropiada de un instrumento que tiene la fun-
ción de control de la autonomía privada.38

De conformidad con esta concepción, la nulidad se convierte en un


«instrumento para limitar la libre disposición de las partes, para garantizar
más justamente las relaciones sociales y dirigir la circulación y el aprovecha-
miento de los bienes según esquemas programados y perseguidos por el
sistema». 39

37
B ARCELLONA, Pietro y Carmelita CAMARDI. Le istituzioni del diritto privato. Nápoles:
Jovene Editore, 2002, p. 198.
38
DI MAJO, Adolfo. Op. cit., p. 47.
39
TOMMASINI , Raffaele. «Invalidità» (Diritto Privato). En Enciclopedia del Diritto. T. XXII .
Varese: Giuffrè Editore, 1972, p. 876.
112 Rómulo Morales Hervias

Así surge la concepción social de la invalidez.


La teoría de la invalidez tuvo una construcción importante por parte de
Emilio Betti en el marco de una concepción social de la invalidez. Las anor-
malidades del negocio jurídico estaban clasificadas en defectos de presu-
puestos de la autonomía privada, deficiencia del elemento objetivo del ne-
gocio y vicios del elemento subjetivo del negocio.

[La] ausencia o vicio de presupuestos de validez del negocio jurídico puede afectar:
a) la capacidad de las partes, y más exactamente, a su aptitud genérica para dar vida
a un negocio de tipo contemplado y provocar los efectos jurídicos; b) la legitima-
ción o competencia de las partes en orden a los intereses concretos que pretenden
regular; c) idoneidad del objeto de tal negocio.40

Por el contrario, la deficiencia del elemento objetivo del negocio jurídico


se refiere a la formalidad, al contenido y a la causa.41 Pueden «producirse
vicios del negocio que se refieran a la forma, cuando no haya sido empleada
una adecuada, o por no observar la forma solemne prevista por el tipo del
negocio en cuestión».42
En cuanto al contenido es «el que depende, o de una insuficiente formu-
lación del precepto de autonomía privada, o de una falta de correlación con
alguno de los tipos de actos admitidos por la conciencia social para la autorre-
gulación de intereses privados».43

[Los] vicios concernientes a la causa son aquellos que pueden afectar al negocio,
cuando, pese a realizarse en forma adecuada y regular, y ofrecer un contenido
preceptivo que se incluya en el cuadro de los tipos admitidos, se le haga servir a un
fin o interés de carácter ilícito, es decir, reprobado por normas prohibitivas o contra-
rio al orden público o a la buena costumbre (cod. civ. 1343), o bien cuando existan
defectos de la causa típica idónea para justificar la tutela del Derecho.44

Betti incluyó los supuestos de ilicitud moral de la causa, de ilicitud


jurídica de la causa y de simulación.
Por último, los vicios del elemento subjetivo del negocio se refieren «a)
al acto, una voluntad hacia el acto mismo; b) al contenido, una conciencia
suficiente para justificar la estimación social del acto como vinculante; c) a

40
BETTI, Emilio. Teoria generale del negozio giuridico. 2.a ed. Editado por Giuliano Crifò.
Nápoles: Edizioni Scientifiche Italiane, 2002, p. 366.
41
Ib., pp. 369-409.
42
Ib., p. 370.
43
Ib., p. 371.
44
Ib., p. 372.
Contrato inválido 113

la causa, una determinación causal de la voluntad dirigida a ella».45 Los


supuestos de estos vicios son el error en la declaración, error en la determi-
nación causal, el dolo y la violencia moral.
Concluyó Betti46 diciendo que es «nulo el negocio que, por deficiencia
de algún elemento esencial correspondiente a la configuración requerida, es
inidóneo para dar vida a aquella nueva situación jurídica que el derecho
vincula al respectivo tipo legal en conformidad con la función económico-
social que le es característica». En «general se puede decir que la anulabili-
dad se presenta cuando falte un presupuesto de validez, o bien, cuando un
elemento esencial del negocio está precisamente viciado; mientras que se
tiene nulidad sólo cuando un elemento constitutivo del negocio está pro-
piamente ausente o deficiente en la configuración de la ley requerida».47
El pensamiento de Betti influyó en la doctrina italiana sucesiva. Se ha
dicho que el contrato es nulo «a) cuando hay ausencia de un elemento esen-
cial [acuerdo de las partes, la causa, el objeto y la forma requerida para la
validez del acto]; b) cuando es ilícito, vale decir contrario a normas impera-
tivas, al orden público y a la buena costumbre».48 La anulabilidad del con-
trato es prevista esencialmente en dos situaciones: «1) en los casos de inca-
pacidad legal, debida a la minoría de edad, interdicción, inhabilitación, así
como en los casos de incapacidad natural» y «2) [a]sí como en presencia de
un vicio del consentimiento: error, dolo y violencia».49 De allí que la invalidez
indica «la existencia de un defecto originario del acto (y aquí, en especial, del
contrato), y esto es la ausencia o el vicio de un elemento que el legislador juzga
esencial para que el acto (o el contrato) sea idóneo para producir consecuencias
jurídicas».50
En el marco de la misma teoría bettiana, entre nosotros Lizardo Taboada
estableció que en el «caso del negocio jurídico nulo estamos en presencia de
un negocio que no se ha llegado a formar válidamente por carecer de algún
elemento, presupuesto o requisito, o por tener un contenido ilícito que
atenta contra los fundamentos del sistema jurídico, es decir, el orden públi-
co, las buenas costumbres y las normas imperativas».51 Hay falta de mani-

45
Ib., p. 409.
46
Ib., p. 462.
47
Ib., p. 463.
48
GALLO, Paolo. Istituzioni di diritto privato. 2.a ed. Turín: Giappichelli Editore, 2003, p.
300.
49
Ib., p. 305.
50
ZATTI, Paolo. Op. cit., p. 465.
51
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Acto jurídico, negocio jurídico y contrato. Lima: Editora
Jurídica Grijley, 2002, p. 317. Siguiendo el esquema de Tabeada, PALACIOS MARTÍNEZ,
Eric. La nulidad del negocio jurídico. Lima: Jurista Editores, 2002, p. 127, divide en dos
114 Rómulo Morales Hervias

festación de voluntad cuando el sujeto emite privado de discernimiento por


una causa pasajera, cuando se emite con propósito no vinculante, cuando se
emite bajo violencia física sobre el sujeto y cuando el sujeto es absoluta-
mente incapaz.52 El negocio jurídico simulado es nulo tanto en simulación
relativa como simulación absoluta.53 También el negocio jurídico es nulo
por ilicitud de la causa54 cuando su objeto sea física o jurídicamente impo-
sible o cuando sea indeterminable,55 cuando no revista la formalidad pres-
crita bajo sanción de nulidad56 y cuando la ley lo declare nulo.57 La nulidad
virtual o tácita del negocio jurídico se producirá «cuando atente contra el
orden público o las buenas costumbres, o cuando sea contrario a normas
imperativas, si otra sanción no se deduce de la ley».58

Por el contrario, en el caso de los negocios jurídicos anulables no se trata de un acto


que carezca de algún elemento o presupuesto, o cuyo contenido sea prohibido,
sino de negocios que cumplen la mayor cantidad de sus aspectos estructurales, pero
que tienen un vicio en su conformación que supone la ausencia de determinados
requisitos, razón por la cual tampoco son válidos.59

En estos tres casos,

grupos las causales de nulidad: «Así, por un lado se deben considerar las causales que
responden a una defectuosidad del supuesto de hecho en que consiste el negocio jurídi-
co, o, en otros términos, las causales que se refieren a poner de relieve algún defecto en
los componentes de la estructura negocial (quedando para un examen posterior si los
componentes ausentes o afectados, y que generan la nulidad, pueden subsumirse en uno
o más grupos de ellos, es decir, si son presupuestos, elementos o requisitos) […] En un
segundo grupo se pueden agrupar las causales que se refieren a la ilicitud del negocio
por contravención a las normas imperativas, en forma expresamente sancionada o en
forma virtual». La nulidad es analizada como sanción por ESCOBAR ROZAS, Freddy.
«Causales de nulidad absoluta». En Código Civil comentado. T. I. Lima: Gaceta Jurídica,
2003, pp. 913-914: «La invalidez negocial presupone la existencia de un “juicio de
conformidad” en virtud del cual se concluye que el negocio no cumple con las “direc-
trices” establecidas por el ordenamiento jurídico. El fenómeno indicado (“incumpli-
miento de las directrices”) se presenta cuando por lo menos alguno de los «elementos»
(manifestación de voluntad, objeto y causa) o de los “presupuestos” (sujetos, bienes y
servicios) del negocio no presenta alguna de las condiciones o características exigidas
por el ordenamiento jurídico. La invalidez viene a constituir una sanción que el ordena-
miento jurídico impone al negocio que presenta “irregularidades”».
52
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Op. cit., pp. 433 y 445.
53
Ib., pp. 340-341 y 446-447.
54
Ib., p. 447.
55
Ib., pp. 335 y 433.
56
Ib., p. 341.
57
Ib., pp. 341-342.
58
Ib., pp. 342 y 448.
59
Ib., p. 318.
Contrato inválido 115

error, dolo y violencia moral o intimidación, resulta claro que estamos frente a
causales de anulabilidad, por tratarse de actos jurídicos en los cuales ha existido una
voluntad correctamente declarada, sólo que por haber sido dicha voluntad anor-
mal o viciosamente formada, corresponde a la víctima la opción de confirmar el acto
o solicitar judicialmente su declaración de nulidad.60

La nulidad dependería de la violación de una norma que protege un inte-


rés general y la anulabilidad dependería de la violación de una norma que
protege un interés individual de la parte. La nulidad supone

a) la ineficacia total y original del negocio. b) La imposibilidad de que el negocio sea


«saneado». c) La naturaleza declarativa de la sentencia (o laudo) que compruebe su
existencia. d) La posibilidad de que el juez (o el árbitro) la declare de oficio. e) La
imprescriptibilidad de la acción para que sea declarada. f) La posibilidad que terce-
ros con interés puedan accionar para que sea declarada.61

Scognamiglio criticó duramente esta teoría social de la invalidez diciendo


que

la doctrina imperante habla de elementos «esenciales» o «constitutivos», cuya au-


sencia implica nulidad-inexistencia o irrelevancia del negocio: ella, en resumen,
aprecia su relevancia jurídica desde el punto de vista, negativo, de la consecuencia
de la ausencia de los mismos. Por lo tanto, cuando se afirma que la invalidez consiste
en el defecto o en el vicio de los elementos constitutivos [...] no se afirma, en lo
sustancial, nada nuevo para efectos del conocimiento de dicha figura. Y si se habla
de elementos esenciales para la existencia (e inexistencia) del negocio (según la
tendencia que distingue inexistencia e invalidez), se descarta a priori la posibilidad
de arribar, por este camino, a establecer la noción de invalidez, y por lo tanto, ni
siquiera se plantea la cuestión antes señalada.62

Así las cosas,

el camino de la identificación de una categoría de elementos relevantes para la


validez no sólo no permite lograr comprender la esencia del fenómeno; en realidad,
la referencia misma que se hace a tales elementos parece estar privada de fundamen-
to jurídico. Nuestro ordenamiento no prevé, en efecto, ni siquiera implícitamente,

60
Ib., p. 344.
61
ESCOBAR ROZAS, Freddy. Op. cit., pp. 914-915.
62
SCOGNAMIGLIO, Renato. Contributo alla teoria del negozio giuridico. Op. cit., p. 357
(nota 42). También, véase: id. Contribución a la teoría del negocio jurídico. Op. cit., p.
461 (nota 42).
116 Rómulo Morales Hervias

una categoría de elementos homogéneos de cuya ausencia pueda depender la


invalidez.63

5. Concepción normativa de la invalidez

Es evidente que la concepción social de la invalidez ha prevalecido, pero


estimamos que la teoría que describiremos a continuación es más clara que
la anterior.
A diferencia de las otras teorías,

mediante la nulidad el ordenamiento reafirma la supremacía de las normas que


limitan la autonomía privada y, por ello, se puede diversamente sostener que la
nulidad constituye la solución de un conflicto entre normas de fuente publicística
(como la ley) y normas de fuente privada (como el contrato), del mismo modo
como acaece en el conflicto de normas de fuente publicística (leyes constitucionales
y leyes ordinarias, normas de leyes y normas reglamentarias) cuando la norma de
grado inferior sea ilegítima por contrariedad a la norma de grado superior.64

La patología consistente en la anulabilidad tiene como función tutelar


la libertad de decisión de quien efectúa el acto de autonomía, y el ordena-
miento

se hace cargo de tutelar la persona en el ejercicio responsable de su autonomía. En


otros términos, el instituto de la anulabilidad, en razón del complejo sistema nor-
mativo que la disciplina, sirve para salvaguardar en línea de máxima el libre ejercicio
de la autonomía privada, a diferencia del instituto de la nulidad que sirve para
hacer respetar los límites impuestos por la ley a la autonomía privada.65

Así, la invalidez más que sanción es un mecanismo de protección jurídica.66


La invalidez pasa a ser entendida como un mecanismo de tutela y ya no
como sanción. En efecto, la «técnica, si se quiere, es aquella de la conforma-
ción de poderes que el ordenamiento atribuye a los privados para alcanzar los
efectos deseados. La ausencia de la observancia de las reglas de conformación

63
SCOGNAMIGLIO, Renato. Contributo alla teoria del negozio giuridico. Op. Cit., p. 357.
También, véase: id. Contribución a la teoría del negocio jurídico. Op. cit., p. 462.
64
MAJELLO, Ugo. «La patologia discreta del contratto anullabile». Rivista di Diritto civile,
fascículo 4, 2003, p. 337, Padua.
65
MAJELLO, Ugo. Op. cit., p. 352.
66
SCALISI, Vincenzo. «Invalidita e inefficacia. Modalità assiologiche della negozialità».
Rivista di Diritto Civile, n.º 2, marzo-abril, año XLIX, 2003, p. 208, Padua.
Contrato inválido 117

impide el logro de los efectos».67 De esta forma, la nulidad «es un reme-


dio68, pero no es una sanción punitiva».69
«La verdad es que las normas sobre la invalidez negocial, regulan no un
hecho (jurídico) sino la producción de una norma y excluyen la existencia
de una norma jurídica (no de un hecho jurídico, esta última operación
totalmente inútil)».70
En verdad, este nuevo concepto de invalidez tiene relación con el poder
que tienen los particulares de crear reglas para ellos mismos a través del
negocio jurídico.

Si el privado no fuera dotado de autoridad normativa, ni siquiera podría ser desti-


natario de las normas que regulan la producción, así el legislador estaría impedido
a priori de la tarea de incidir sobre este aspecto y guiar de tal modo la actividad de
los privados. Sólo admitiendo una fuerza causal del privado sobre el negocio al
legislador puede precisamente «disciplinar la fase de producción» y perseguir
mediatamente ella específicas finalidades. La fuerza causal del privado sobre la regla
negocial, no constituye por ello un postulado dogmático, ni una exigencia ideoló-
gica, sino un principio de racionalidad y de oportunidad, porque solo sobre tal
presupuesto el ordenamiento puede interferir sobre la actividad de producción de
normas privadas.71

Sobre el poder de los particulares de crear reglas se ha dicho que la


«autonomía comienza cuando el ordenamiento pone a disposición del par-
ticular uno o más procedimientos, en mayor o menor medida expeditos y
fáciles de actuar, con cuya adopción el particular logra crear la regla jurídi-

67
DI MAJO, Adolfo. «Tutela risarcitoria, restitutoria, sancionatoria». En Enciclopedia giuri-
dica. Vol. XXXI. Roma: Istituto de la Enciclopedia Italiana, Istituto Poligrafico e Zecca
dello Stato, 1990, p. 16.
68
Los remedios contractuales son «instrumentos ofrecidos por la ley para resaltar el defec-
to que el contrato presenta, y para obtener, sobre esta base, la cancelación de sus
efectos. La idea de «remedio» —es decir de instrumento de protección de un interés,
actualmente o potencialmente lesionado— se relaciona a lo siguiente: si el remedio no
se concreta, los efectos del contrato conservarán plena fuerza vinculante, y esto sería
un resultado lesivo de cualquier interés merecedor de protección, porque son efectos
derivados de un contrato defectuoso: el remedio sirve para evitar este resultado injusto
o de cualquier modo no deseado, y por eso sirve para proteger el interés lesionado del
defecto del contrato»: ROPPO, Vincenzo. Istituzioni di diritto privato. Bolonia: Monduzzi
Editore, 1994, pp. 517-518. Asimismo, los remedios contractuales «son los medios ofre-
cidos por la ley para poner de manifiesto el defecto que el contrato eventualmente
presenta, y para determinar —en razón del defecto mismo— la cancelación o la revi-
sión de los efectos contractuales»: id. Il contratto. Op. cit., p. 726.
69
SACCO, Rodolfo. Op. cit., p. 525.
70
UGAS, Anna Paola. Op. cit., p. 297.
71
Ib., p. 258.
118 Rómulo Morales Hervias

ca».72 Este planteamiento ha sido replicado indicando que la autonomía de


los particulares «comienza mucho más allá (y mucho antes) de la verifica-
ción, en los hechos, de esta compatibilidad».73 Para entender el rol de la
autonomía privada y de la compatibilidad, es necesario referirnos al con-
cepto de negocio jurídico.
Giovanni Battista Ferri74 propone una hipótesis sobre el negocio como

acto vinculante de regulación privada de intereses, que asume «relevancia» positiva


para el ordenamiento estatal cuando los valores de los cuales es portador sean
compatibles con los valores expresados por el ordenamiento. Se ha afirmado que la
relación entre negocio y ordenamiento estatal, si se aprecia bien, constituye una
expresión de la relación entre libertad (representada por el negocio) y autoridad
(expresada por el ordenamiento estatal); es decir, de la relación entre un sistema de
valores (el negocio) expresión de intereses específicos, circunscritos y personales, y
un sistema de valores (el ordenamiento estatal) que es expresión de una visión
general y totalizadora de la realidad social, donde el negocio se inserta como un
mínimo fragmento. Las tareas que se imponen ambos sistemas son, por lo tanto,
profundamente diversas, sea desde un punto de vista cualitativo como desde el
punto de vista cuantitativo.

Y agrega que

no obstante la rigidez del sistema estatal, los particulares pueden, en concreto, y de


todas formas, regular «negocialmente» sus propios intereses; pueden, por lo tanto,
hacer referencia a aquella capacidad vinculante que, por naturaleza, es expresada
por dicha regulación, aunque tal capacidad vinculante sea de menor grado que
aquella que el Estado puede, ciertamente, asegurar, pero con perjuicio para su plena
autonomía.75

Entonces, el negocio jurídico tiene «su valor como manifestación de


autonomía que, en los hechos, la realidad (con mayor amplitud ciertamen-
te) le confiere».76

72
SACCO, Rodolfo. «Il fatto, l´atto, Il negozio», con la colaboración de Paola Cisiano. En
Trattato di diritto civile diretto da Rodolfo Sacco. Turín: UTET, 2005, p. 106.
73
FERRI, Giovanni Battista. Il negozio giuridico tra libertà e norma. 5.a ed. Rimini: Maggioli
Editore, 1995, p. 85. Id. El negocio jurídico. Traducción y notas de Leysser L. León. Lima:
Ara Editores, 2002, p. 157. Id. Il negozio giuridico. Op. cit. p. 70.
74
FERRI, Giovanni Battista. Il negozio giuridico tra libertà e norma. Op. cit., pp. 83-84. Id.
El negocio jurídico. Op. cit., pp. 154-155. Id. Il negozio giuridico. Op. cit., p. 69.
75
FERRI, Giovanni Battista. Il negozio giuridico tra libertà e norma. Op. cit., p. 85. Id. El
negocio jurídico. Op. cit., p. 156. Id. Il negozio giuridico. Op. cit., p. 70.
76
FERRI, Giovanni Battista. Il negozio giuridico tra libertà e norma. Op. cit., p. 86. Id. El
negocio jurídico. Op. cit., p. 158. Id. Il negozio giuridico. Op. cit., p. 71.
Contrato inválido 119

Para Giovanni Battista Ferri, el negocio jurídico es la expresión de un


autónomo sistema de valores. El concepto de autonomía será fundamental
para comprender su pensamiento. El negocio no es un hecho, es un valor; y
este valor encuentra su eficacia o su validez, no ya en la adecuación previa
de los valores contenidos en el ordenamiento jurídico, sino en un análisis ex
post de compatibilidad con dichos valores. Según el profesor, el sentido del
encuentro entre ordenamiento estatal y negocio no es tanto aquel de plegar
el valor-negocio a los valores propios del ordenamiento estatal, sino más
bien aquel de constatar el grado de compatibilidad entre el valor expresado
en la regla social con aquel expresado por las normas del ordenamiento. Por
ello, se propone una hipótesis sobre el negocio jurídico como acto vincu-
lante de privada reglamentación de intereses que asume positiva «relevan-
cia» para el ordenamiento estatal cuando los valores, del cual es portador,
sean compatibles con los valores que el ordenamiento expresa (juicio de
compatibilidad entre el «negocio-valor» y el «valor-norma»del ordenamien-
to estatal). El negocio jurídico es jurídico, aunque no exista compatibilidad
con los valores del ordenamiento estatal. En ese caso estaremos ante un
negocio jurídico existente pero inválido.
En resumen, mediante

la identificación del negocio como norma se explica perfectamente cómo el negocio


puede definirse productivo de los efectos a diferencia de los actos y de los hechos:
éstos últimos en efecto no son normas pero solamente hipótesis de hecho [fattispecie].
La construcción del negocio como norma tiene también el mérito de dar cuenta de
la relevancia del negocio para la configuración de los efectos: la presencia del diseño
programático está perfectamente en armonía con su naturaleza normativa: tanto
que, en manera independiente de la consideración del rol desarrollado por el nego-
cio en la producción de los efectos, ella lleva de por sí solamente a hipotetizar la
naturaleza normativa del negocio. En efecto, no hay duda que la presencia de un
programa de efectos (para producirse) sea atribuible más fácilmente a la noción de
norma que a la del hecho.77

En realidad el negocio como fenómeno jurídico ejecutado es solo aquel que produ-
ce efectos jurídicos. Antes de ser fenómeno jurídico es realidad material, de la cual
se puede valorar la correspondencia o no al hecho jurídico [fattispecie] abstracto.
Entonces se puede asumir del negocio una noción más genérica de aquella técnica,
y aquello al fin de hacerlo objeto de juicio eventualmente también negativo por
parte del ordenamiento.78

77
GAETANO SCOCA, Franco. Contributo sul tema della fattispecie precettiva. Pubblicazioni
della Facoltà di Giurisprudenza, n.º 18. Perugia: Università di Perugia, 1979, pp. 156-
157.
78
UGAS, Anna Paola. Op. cit., p. 297.
120 Rómulo Morales Hervias

Es claro que la validez implica el modo de los privados de crear ellos


mismos sus normas, y la invalidez el modo en que el ordenamiento jurídico
valora y califica las normas creadas por los particulares.
Entonces debemos considerar «el contrato nulo no ya como hecho jurí-
dico concreto [fattispecie] incompleto o anómalo, sino como un modo de
ser del contrato que se conecta a la imposibilidad jurídica de producir efec-
tos, significa vincular el efecto de impedir la eficacia del contrato única-
mente a la violación de una norma limitativa de la autonomía privada».79
El contrato nulo será aquel contrato que no produce normas conforme a
los límites establecidos por el ordenamiento jurídico por ilicitud de la cau-
sa, ausencia de acuerdo, indeterminación o imposibilidad jurídica y física
del objeto, ausencia de formalidad obligatoria y ausencia de capacidad de
obrar absoluta según el CC.
En cambio, las «causas generales de anulabilidad conciernen principal-
mente a circunstancias que ponen en duda que el contrato refleje una co-
rrecta valoración de la conveniencia del negocio por parte de cualquier con-
tratante. Ellas consisten en efecto principalmente en la incapacidad (legal o
natural) y en los llamados vicios de la voluntad».80
El contrato viciado o anulable es aquel contrato carente de las condi-
ciones de libertad y de conocimiento a fin de lograr consolidar la prohibi-
ción del abuso de una situación de disminución de la voluntad81 en los
casos de incapacidad de obrar relativa, error, dolo y violencia moral según
el CC.

6. Nulidades «especiales»

Seguidamente describiremos las nulidades «especiales» y verificaremos


si se adaptan a las causales de nulidad y de anulabilidad del CC.
Las nulidades de «prohibición» tienen la naturaleza jurídica de «cláusu-
las normativas generales»82 y «representan una técnica de legislación, que se

79
MAJELLO, Ugo. Op. cit., p. 338.
80
Ib., p. 348.
81
CORSARO, Luigi. L´abuso del contraente nella formazione del contratto, Studio prelimi-
nare. Perugia: Università di Perugia, 1979, p. 122.
82
LEÓN, Leysser L. «La reforma del Código Civil vista en serio» En Normas Legales. Doctri-
na, Jurisprudencia, Actividad jurídica. Vol. II. Trujillo: Editora Normas Legales, 2003, p. 23:
«Los estudiosos italianos —que se han interesado por esta técnica desde mediados del
decenio 1960-1970— consideran que las “cláusulas normativas generales” (Generalklause-
ln, en plural) —prefiero esta traducción castellana a calcar la italiana clausole gene-
rali— son “normas incompletas” o “fragmentos de normas” que “imparten al juez un
Contrato inválido 121

concreta en una remisión legal al juez a criterios sociales o metajurídicos


nominados para la resolución de un supuesto planteado». La técnica legis-
lativa de la «cláusula normativa general» es demasiado vaga y crea induda-
blemente incertidumbre jurídica.
Un ejemplo de «nulidad de prohibición» está regulado en el artículo 6
del decreto ley 26122 —Ley sobre Represión de la Competencia Desleal—,
que dice lo siguiente: «Se considera acto de competencia desleal y, en con-
secuencia, ilícito y prohibido, toda conducta que resulte contraria a la bue-
na fe comercial, al normal desenvolvimiento de actividades económicas y,
en general, a las normas de corrección que deben regir en las actividades
económicas».
Así las cosas, la nulidad de «prohibición» del artículo 6 del decreto ley
26122 contiene un concepto indeterminado como la «buena fe comercial».
La nulidad de «protección» es «una forma de nulidad alternativa a
aquella de la nulidad-sanción y más vecina a la nulidad-remedio (a favor del
contratante)». 83
Sobre este tipo de protección el artículo 9 de la ley para la reglamenta-
ción de las condiciones generales del contrato (AGB-GESETZ) de 9 de
diciembre de 1976 decía lo siguiente:

(Cláusula general).-
(1) Las cláusulas de las condiciones generales del contrato son ineficaces si perjudi-
can desproporcionadamente al adherente en oposición con las reglas de la buena fe.
(2) Se debe suponer en la duda una desventaja desproporcionada, si una cláusula.
1. No es compatible con los principios fundamentales de la reglamentación legal
que ha derogado,84 o,
2. Limita derechos u obligaciones fundamentales, que resultan de la naturaleza del
contrato, de modo tal de poner en peligro la obtención de la finalidad del contrato.85

criterio, una directriz para la búsqueda de la norma de decisión: son una técnica de
formación judicial de la regla a aplicar al caso concreto, sin un modelo de decisión
preconstituido por una hipótesis normativa abstracta” (MENGONI, 1985 [1987]: p. 10; a
quien siguen GUARNERI, 1998: p. 403, y D’AMICO, 2003: p. 336)».
83
DI MAJO, Adolfo. Op. cit., p. 130.
84
El legislador peruano tomó como base este numeral de la norma alemana: «Artículo
1399 del Código Civil peruano.- En los contratos nominados celebrados por adhesión o
con arreglo a cláusulas generales de contratación no aprobadas administrativamente,
carecen de eficacia las estipulaciones contrarias a las normas establecidas para el
correspondiente contrato, a no ser que las circunstancias de cada contrato particular
justifiquen su validez.
Lo dispuesto en el párrafo anterior no es de aplicación cuando las partes se hubieran
sometido a un reglamento arbitral».
85
Tomando como antecedente la norma alemana, el profesor Carlos CÁRDENAS QUIRÓS.
«Las cláusulas generales de contratación y el control de las cláusulas abusivas». Ius Et
Veritas, año VII , n.º 13, 1996, pp. 31-32, Lima) formuló una propuesta normativa al
122 Rómulo Morales Hervias

Esta ley alemana califica de ineficaz al contrato con cláusulas generales si


existe una situación de desequilibrio. Este tipo de contrato debe adecuarse
a los principios fundamentales de la reglamentación legal y no debe enervar
los derechos y las obligaciones fundamentales que resultan de la naturaleza
del contrato; para ello, debe tenerse en consideración la finalidad del con-
trato. El concepto de «buena fe» tuvo en Alemania aplicaciones en varios
institutos como la excesiva onerosidad de la prestación y la responsabilidad
prenegocial.
En el mismo sentido e influenciado por la ley alemana, se reguló, para
toda la Comunidad Europea, una directiva de protección a la parte adherente
en un contrato estandarizado. Los artículos 3 y 4 de la Directiva 93/13/CEE
del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contra-
tos celebrados con consumidores, describen las cláusulas abusivas:

Artículo 3.-
1. Las cláusulas contractuales que no se hayan negociado individualmente se con-
siderarán abusivas si, pese a las exigencias de la buena fe, causan en detrimento del
consumidor un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las
partes que se derivan del contrato.
2. Se considerará que una cláusula no se ha negociado individualmente cuando
haya sido redactada previamente y el consumidor no haya podido influir sobre su
contenido, en particular en el caso de los contratos de adhesión.
El hecho de que ciertos elementos de una cláusula o que una cláusula aislada se
hayan negociado individualmente no excluirá la aplicación del presente artículo al
resto del contrato si la apreciación global lleva a la conclusión de que se trata, no
obstante, de un contrato de adhesión.
El profesional que afirme que una cláusula tipo se ha negociado individualmente
asumirá plenamente la carga de la prueba.
3. El Anexo de la presente Directiva contiene una lista indicativa y no exhaustiva
de cláusulas que pueden ser declaradas abusivas.

artículo 1398 del Código Civil («En los contratos celebrados por adhesión y en las
cláusulas generales de contratación no aprobadas administrativamente, no son válidas
las estipulaciones que establezcan, en favor de quien las ha redactado, exoneraciones
o limitaciones de responsabilidad; facultades de suspender la ejecución del contrato, de
rescindirlo o de resolverlo, y de prohibir a la otra parte el derecho de oponer excepcio-
nes o de prorrogar o renovar tácitamente el contrato»): «Son nulas las estipulaciones
insertas en las cláusulas generales de contratación que se opongan, en perjuicio del
adherente, a la buena fe. Se presumen opuestas a la buena fe las cláusulas que atribuyan
al predisponente una situación desproporcionadamente ventajosa considerando el tipo
contractual de que se trate, que injustificadamente contradigan o se aparten de los
principios inspiradores de las normas legales aplicables al contrato; o que modifiquen o
limiten los derechos y obligaciones de los contratantes, de modo que se impida que el
contrato alcance el fin para el que fue celebrado».
Contrato inválido 123

Artículo 4.-
1. Sin perjuicio del artículo 7, el carácter abusivo de una cláusula contractual se
apreciará teniendo en cuenta la naturaleza de los bienes o servicios que sean objeto
del contrato y considerando, en el momento de la celebración del mismo, todas las
circunstancias que concurran en su celebración, así como todas las demás cláusulas
del contrato, o de otro contrato del que dependa.
2. La apreciación del carácter abusivo de las cláusulas no se referirá a la definición
del objeto principal del contrato ni a la adecuación entre precio y retribución,
por una parte, ni a los servicios o bienes que hayan de proporcionarse como
contrapartida, por otra, siempre que dichas cláusulas se redacten de manera clara
y comprensible.

Esta norma establece el carácter abusivo de una cláusula contractual se-


gún la naturaleza de los bienes o servicios, las circunstancias y cláusulas
contractuales relacionadas.
La norma alemana indicó los criterios de las cláusulas vejatorias cuando
se quebrante las reglas de la buena fe y se produzca una «desventaja despro-
porcionada». Esto último se produce cuando el contrato con condiciones
generales haya derogado las normas del CC y ponga en peligro la finalidad
del contrato. La directiva europea establece que son cláusulas abusivas las
que se opongan a la buena fe y las que produzcan un desequilibrio impor-
tante entre derechos y obligaciones.
El Código Civil italiano86 siguió los parámetros de la directiva, pero in-
cluyó a los contratos coligados.

86
Por el artículo 25 de la ley 52 del 6 de febrero de 1996 se incorporaron las siguientes
normas al Código Civil italiano de 1942:
«Primer párrafo del artículo 1469bis. Cláusulas vejatorias en el contrato entre comer-
ciante profesional y consumidor.- En el contrato celebrado entre el consumidor y el
profesional (professionista), se consideran vejatorias las cláusulas que, aun en caso de
buena fe, determinan para el consumidor un significativo desequilibrio de los derechos
y obligacio­nes que derivan del contrato.
Artículo 1469ter. Determinación del carácter vejatorio de las cláusulas.- El carácter
vejatorio de una cláusula es evaluado teniendo en cuenta la naturaleza del bien o del
servicio objeto del contrato y haciendo referencia a las circunstancias existentes al
momento de su celebración y a las demás cláusulas del contrato mismo, o de otro con el
cual esté coligado o del cual dependa.
La evaluación del carácter vejatorio de la cláusula no atiene a la determinación del
objeto del contrato, ni a lo adecuado de la contraprestación de los bienes y de los
servicios siempre que tales elementos sean individualizados de manera clara y com-
prensible.
No son vejatorias las cláusulas que reproducen disposiciones legales o que repiten
disposiciones o aplican principios contenidos en convenciones internacionales de las
cuales sean partes contratantes todos los Estados miembros de la Unión Europea o la
Unión Europea.
No son vejatorias las cláusulas o los e1ementos que hayan sido objeto de tratativa
individual.
124 Rómulo Morales Hervias

La Ley de Modernización del Derecho de las Obligaciones de 2002 ha


modificado normas importantes del Código Civil alemán. Particularmente,
hay una modificación que resume los criterios desarrollados anteriormente:

§ 307. Control sobre el contenido.


(1) Las cláusulas insertas en condiciones generales de contratación resultarán inefi-
caces si, en infracción de los preceptos de la buena fe, perjudican de manera inade-
cuada a la contraparte del estipulante. Un perjuicio inadecuado puede resultar
también de la redacción poco clara y comprensible de la cláusula.
(2) En la duda, se debe considerar que existe un perjuicio inadecuado en el caso en
la cual una cláusula.
1. No se concilie con la idea que inspira la disciplina legal a la cual deroga, o bien.
2. Limite derechos o deberes esenciales resultantes de la naturaleza del contrato en
medida tal que pueda perjudicar la obtención de la finalidad del contrato.
(3) Lo dispuesto por los párrafos 1° y 2°, además de los §§ 308 y 309, serán
aplicables solamente respecto a las cláusulas contenidas en condiciones generales de
contratación mediante las cuales se acuerden reglas que deroguen o integren las
normas legales. Otras cláusulas pueden ser ineficaces según la aplicación conjunta
de lo dispuesto por el párrafo 1, períodos 1 y 2.

Las cláusulas de los contratos predispuestos deben tener una redacción


clara y comprensible. No hay duda de que esta referencia tiene que ver con
las condiciones del sujeto en cuanto a su libertad y a su conocimiento.
Así las cosas, estamos en una causal de anulabilidad y no de nulidad o
de ineficacia.

En particular, la protección del contratante débil no permite adoptar el instru-


mento de la nulidad, en su concepción clásica, porque el contratante débil
podría ser dañado, si otro, económicamente más aguerrido, decidiese dejar sin
efecto el contrato. De aquí los intentos del legislador, especialmente en ocasión
de la leyes especiales, de construir una nulidad, con finalidades protectivas,
con legitimación exclusiva a favor del solo contratante débil, para que el otro
no pueda a su vez paralizar el contrato o invoque la invalidez aquellas cláusulas
con invalidez.87

En el contrato celebrado mediante suscripción de modelos o formularios predispuestos


para regular de manera uniforme determinadas relaciones contractuales, pesa sobre el
profesional la carga de probar que las cláusulas, o los elementos de la cláusula, aunque
hayan sido unilateralmente predispuestos, han sido objeto de tratativa específica con el
consumidor».
87
GIOIA, Gina. «Nuove nullità relative a tutela del contraente debole». Contratto e impre-
sa, diálogo con la jurisprudencia civil y comercial, dirigido por Francesco Galgano, año
XV, vol. 1, 1999, p. 1334, Padua.
Contrato inválido 125

Por eso, se ha dicho muy acertadamente de la nulidad que no es una

categoría monolítica, que no depende de una carencia estructural del hecho jurídi-
co concreto [fattispecie], que no siempre presupone la exigencia de tutelar intereses
generales de orden público, pero que al contrario depende únicamente de la viola-
ción de un límite colocado a la autonomía privada y es por eso disciplinada en
manera articulada en razón del límite violado, determinando como efecto constan-
te el poder de substraerse a la obligatoriedad del contrato nulo de quien tenga
interés, a menos que —en consideración del límite violado— el ordenamiento
considere a alguno de los contratantes no dignos de beneficiarse de tal poder.88

Las causales de invalidez de protección no son en realidad nulidades «sino


anulabilidades llamadas sin razón nulidades».89
La nulidad de los pactos sociales, de los acuerdos societarios y de los
acuerdos de las juntas generales de accionistas es otro tipo de nulidad «es-
pecial» según la doctrina.
¿Podremos aplicar los conceptos de contrato nulo y de contrato viciado
a los actos societarios? Analizaremos las causales si efectivamente se refieren
a la nulidad y a la anulabilidad.
La nulidad de los pactos sociales está regulada en el artículo 3390 de la
Ley General de Sociedades aprobada por ley 26887 (en adelante LGS).
Una vez inscrita la escritura pública de constitución, la nulidad del pacto
social solo puede ser declarada 1) por incapacidad o por ausencia de con-
sentimiento válido de un número de socios fundadores que determine que
la sociedad no cuenta con la pluralidad de socios requerida por la ley; 2)
por constituir su objeto alguna actividad contraria a las leyes que interesan

88
MAJELLO, Ugo. Op. cit., p. 355.
89
SACCO, Rodolfo. Op. cit., p. 527.
90
La fuente normativa es la Ley de Sociedades Anónimas española aprobada por real
decreto legislativo 1564/1989:
«Artículo 34. Causas de nulidad.
1. Una vez inscrita la sociedad, la acción de nulidad sólo podrá ejercitarse por las
siguientes causas:
a) Por resultar el objeto social ilícito o contrario al orden público.
b) Por no expresarse en la escritura de constitución o en sus estatutos sociales la
denominación de la sociedad, las aportaciones de los socios, la cuantía del
capital, el objeto social o, finalmente, por no respetarse el desembolso mínimo
del capital legalmente previsto.
c) Por la incapacidad de todos los socios fundadores.
d) Por no haber concurrido en el acto constitutivo la voluntad efectiva de, al
menos, dos socios fundadores, en el caso de pluralidad de éstos, o del socio
fundador cuando se trate de sociedad unipersonal.
2. Fuera de los casos enunciados en el párrafo anterior no podrá declararse la inexis-
tencia ni la nulidad de la sociedad ni tampoco acordarse la anulación».
126 Rómulo Morales Hervias

al orden público o a las buenas costumbres, sin perjuicio de lo dispuesto en


el artículo 410; 3) por contener estipulaciones contrarias a normas legales
imperativas u omitir consignar aquellas que la ley exige; y 4) por omisión
de la forma obligatoria prescrita.
Es claro que la incapacidad se refiere a la condición del socio; la ausencia
de consentimiento es una causal de ausencia de falta de manifestaciones de
voluntades; y el objeto social91 es ilícito por contravenir el orden público y
las buenas costumbres. También el pacto social es nulo cuando las estipula-
ciones contrarias a normas imperativas,92 cuando se omiten las estipulacio-
nes que la ley exige y cuando se omite la forma obligatoria prescrita. Todas
estas causales se aplican perfectamente al artículo 219 del CC, salvo la re-
gulación de la violación de normas imperativas y de las omisiones de inser-
tar estipulaciones exigidas por la ley.
La nulidad de los acuerdos societarios está regulada en el artículo 3893
de la LGS. Los acuerdos societarios son nulos si se omiten las formalidades
de publicidad prescritas; si son contrarios a las leyes que interesan al orden
público o a las buenas costumbres, y a las estipulaciones del pacto social o
del estatuto; o si lesionan los intereses de la sociedad en beneficio directo o
indirecto de uno o varios socios. También son nulos los acuerdos adoptados
por la sociedad en conflicto con el pacto social o el estatuto, así cuenten con
la mayoría necesaria, si previamente no se ha modificado el pacto social o el
estatuto con sujeción a las respectivas normas legales y estatutarias.

91
GENTILE, Giulio. «Dall\invalidità delle società personali all\invalidità degli enti associa-
tivi». Rivista del Diritto Commerciale e del Diritto Generale delle Obbliggazioni, n.os 7-
9, julio-agosto-septiembre, 2004, p. 767, Padua: Si la «sociedad tiene objeto ilícito no es
que las ilicitudes sean necesariamente de los particulares actos de gestión eventualmen-
te extraños al cumplimiento de la actividad (ilícita) los cuales, si son dignos de protec-
ción, son necesariamente protegidos».
92
La violación de normas imperativas no ha sido legislada dentro de las causales de
nulidad del Código Civil, salvo una referencia en el artículo 1354 (Las partes pueden
determinar libremente el contenido del contrato, siempre que no sea contrario a norma
legal de carácter imperativo).
93
Ley General de Sociedades 26887:
«Artículo 38.- Nulidad de acuerdos societarios
Son nulos los acuerdos societarios adoptados con omisión de las formalidades de publi-
cidad prescritas, contrarios a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres, a las estipulaciones del pacto social o del estatuto, o que lesionen los
intereses de la sociedad en beneficio directo o indirecto de uno o varios socios.
Son nulos los acuerdos adoptados por la sociedad en conflicto con el pacto social o el
estatuto, así cuenten con la mayoría necesaria, si previamente no se ha modificado el
pacto social o el estatuto con sujeción a las respectivas normas legales y estatutarias.
La nulidad se rige por lo dispuesto en los artículos 34, 35 y 36, salvo en cuanto al plazo
establecido en el artículo 35 cuando esta ley señale expresamente un plazo más corto
de caducidad».
Contrato inválido 127

Los acuerdos que vulneran el orden público y las buenas costumbres es


un supuesto de acto ilícito regulado en el numeral 8 del artículo 219 del
CC. Es evidente que las omisiones de publicidad prescritas no se asemejan
estrictamente a las formalidades obligatorias reguladas en el numeral 6 del
artículo 219 del CC. Tampoco cabe aplicar la nulidad a los acuerdos socie-
tarios si lesionan los intereses de la sociedad en beneficio directo o indirecto
de uno o varios socios. En todo caso, aquí estamos en un campo diferente
de la invalidez. Si los acuerdos societarios lesionan los intereses de la socie-
dad y del socio, estamos en el campo de la responsabilidad pero de ninguna
manera en el ámbito de la invalidez.
Lo interesante de la norma que estamos comentando es que se indica
que los acuerdos societarios son nulos si se contraponen a las estipulaciones
del pacto social o del estatuto, o si su contenido está en conflicto con el
pacto social o el estatuto, así cuenten con la mayoría necesaria, si previa-
mente no se ha modificado el pacto social o el estatuto con sujeción a las
respectivas normas legales y estatutarias. Es claro que aquí estamos otorgan-
do calidad de norma jurídica a las estipulaciones del pacto social, a los
pactos sociales y al estatuto. Las normas jurídicas sucesivas (los acuerdos
societarios) serán nulas si son contrarias al pacto social y al estatuto. Estas
causales no están expresamente reguladas en el artículo 219 del CC, pero es
evidente que esta causal se entiende mejor siguiendo la concepción norma-
tiva de la invalidez.
La nulidad de las juntas generales de accionistas se determinará si violan
normas imperativas y si incurren en las causales previstas en el artículo 38
de la LGS y en el CC conforme lo establece el artículo 150 de la LGS.94
Los acuerdos de las juntas generales son impugnables. En el primer párrafo
del artículo 139 de la LGS,95 se establece que la impugnabilidad de los acuerdos
de la junta general procede cuando su contenido sea contrario a la LGS, se
oponga al estatuto o al pacto social, o lesione, en beneficio directo o indirecto
de uno o varios accionistas, los intereses de la sociedad. Además, se dice que los
acuerdos que incurran en causal de anulabilidad prevista en la LGS o en el CC
también serán impugnables en los plazos y formas que señala la ley.

94
Ley General de Sociedades 26887:
«Artículo 150.- Acción de Nulidad, legitimación, proceso y caducidad
Procede acción de nulidad para invalidar los acuerdos de la junta contrarios a normas
imperativas o que incurran en causales de nulidad previstas en esta ley o en el Código Civil.
Cualquier persona que tenga legítimo interés puede interponer acción de nulidad contra
los acuerdos mencionados en el párrafo anterior, la que se sustanciará en el proceso de
conocimiento.
La acción de nulidad prevista en este artículo caduca al año de la adopción del acuerdo
respectivo».
95
Ley General de Sociedades 26887:
128 Rómulo Morales Hervias

No es difícil indicar que la norma anterior confunde impugnación con


nulidad. Los acuerdos de las juntas generales que contravengan la LGS y el
estatuto deben ser nulos conforme a la racionalidad del artículo 38 de la
LGS. Será materia de responsabilidad, y no de invalidez, si estos acuerdos
lesionan, en beneficio directo o indirecto de uno o varios accionistas, los
intereses de la sociedad.
De esta manera, se ha expresado que existe un «evidente error de siste-
mática jurídica que ha generado la posibilidad de que un mismo supuesto
pueda ser considerado como causal de impugnación y nulidad al mismo
tiempo, así como que tenga distintos plazos de caducidad y distintos suje-
tos activos facultados para iniciar ambos tipos de acción».96 Así las cosas, no
es posible aseverar qué efectos jurídicos son aplicables a los hechos jurídicos
regulados en los artículos 38, 139 y 150 de la Ley General de Sociedades.
Se ha indicado que «podemos hablar de una nulidad societaria, con
características especiales ajenas a la nulidad civil, que se adecua al espectro
de las sociedades y que permite que la Ley regule de manera efectiva el
mismo, alejando el fantasma absorbente del entorno civilista».97

«Artículo 139.- Acuerdos impugnables


Pueden ser impugnados judicialmente los acuerdos de la junta general cuyo contenido
sea contrario a esta ley, se oponga al estatuto o al pacto social o lesione, en beneficio
directo o indirecto de uno o varios accionistas, los intereses de la sociedad. Los acuerdos
que incurran en causal de anulabilidad prevista en la Ley o en el Código Civil, también
serán impugnables en los plazos y formas que señala la ley.
No procede la impugnación cuando el acuerdo haya sido revocado, o sustituido por otro
adoptado conforme a ley, al pacto social o al estatuto.
El Juez mandará tener por concluido el proceso y dispondrá el archivo de los autos,
cualquiera que sea su estado, si la sociedad acredita que el acuerdo ha sido revocado o
sustituido conforme a lo prescrito en el párrafo precedente.
En los casos previstos en los dos párrafos anteriores, no se perjudica el derecho adquirido
por el tercero de buena fe».
La fuente normativa es la Ley de Sociedades Anónimas española aprobada por real
decreto legislativo 1564/1989:
«Artículo 115. Acuerdos impugnables.
1. Podrán ser impugnados los acuerdos de las juntas que sean contrarios a la Ley, se
opongan a los estatutos o lesionen, en beneficio de uno o varios accionistas o de
terceros, los intereses de la sociedad.
2. Serán nulos los acuerdos contrarios a la ley. Los demás acuerdos a que se refiere el
apartado anterior serán anulables.
3. No procederá la impugnación de un acuerdo social cuando haya sido dejado sin
efecto o sustituido válidamente por otro. Si fuera posible eliminar la causa de impug-
nación, el Juez otorgará un plazo razonable para que aquélla pueda ser subsanada».
96
ABRAMOVICH ACKERMAN, Daniel. «La problemática de la impugnación y nulidad de
acuerdos en la Ley General de Sociedades». THEMIS, Revista de Derecho, n.º 47,
2003, p. 252, Lima.
97
VEGA VELASCO, Jorge. «Impugnación y nulidad de los acuerdos societarios». En Oswaldo
Contrato inválido 129

Conforme a ello, se ha expresado equivocadamente que «sería aconsejable


que nuestra doctrina o, mejor aún, nuestra judicatura, construya una teoría
propia de la nulidad y anulabilidad de los actos societarios, que se distinga de
la generalidad de actos jurídicos, a fin de que sirva de soporte para edificar
una coherente teoría de la impugnación de los acuerdos societarios».98
La doctrina peruana ha reconocido que «un acuerdo societario, al mar-
gen de los mecanismos que se emplean para formar la voluntad de la socie-
dad, no deja de ser un negocio jurídico, y como tal se encuentra sujeto a las
normas generales sobre nulidad y anulabilidad del mismo».99
La teoría de la invalidez no es una teoría estática ni invariable ante las
nuevas formas de protección de nuevos intereses. Consideramos que los
intereses de la sociedad y de los socios deben ser protegidos conforme a los
parámetros diseñados por la concepción normativa de la invalidez.

7. Conclusiones

• La invalidez es un remedio de extinción o de modificación de los efec-


tos jurídicos para proteger los intereses lesionados de una parte por la
violación de los límites aplicables a los contratos o por la ausencia de
libertad y de conocimiento en una parte.

• La nulidad es un mecanismo de protección jurídica para solucionar un


conflicto entre normas de fuentes públicas y privadas. La nulidad no
es una sanción. Por el contrario, es una tutela jurídica otorgada cuando
el contrato viola los límites impuestos por el ordenamiento jurídico a
la autonomía privada.

• La anulabilidad es un mecanismo de protección jurídica para cautelar


la libertad y el conocimiento de una parte que participó en la celebra-
ción del contrato en una situación de disminución de voluntad.

• Las nulidades «especiales» (de «prohibición», de «protección» y de los


«actos societarios») deben subsumirse en las causales de nulidad y de
anulabilidad según la concepción normativa de la invalidez.

Hundskopf Exebio (coord.). Tratado de Derecho mercantil. T. I: «Derecho Societario».


Lima: Gaceta Jurídica, 2003, p. 549.
98
TORRES CARRASCO, Manuel Alberto. «El derecho de impugnación de los acuerdos socie-
tarios». En Oswaldo Hundskopf Exebio (coord.). Op. cit., p. 580.
99
ELÍAS, Enrique. Derecho societario peruano, Ley general de Soeiedades del Perú. T. I.
Trujillo: Editorial Normas Legales, 2000, p. 396.
Contribución a la teoría de los
contratos conexos
Rómulo Morales Hervias
Profesor de Derecho Civil de la Pontificia
Universidad Católica del Perú
y Universidad de Lima.

Sumario: l. Introducción.- 2. Causa típica y causa atípica.- 3. Licitud de la causa concreta. 4. Merecimiento
o dignidad de tutela del interés concreto.- S. Requisitos de la causa concreta.- 6. Causa mixta y causa concreta.
7. Hacia una teoría causalista de los contratos conexos.- 8.- Conclusiones.

l. Introducción

Los contratos conexos constituyen un conjunto la teoría bettiana de la función económico social'. La
de contratos con causa concreta autónoma que cumplen pregunta que formulamos es la siguiente. ¿Cuál es el
una operación económica unitaria o un resultado criterio jurídicamente relevante para determinar los
económico único. Varios contratos pueden estar efectos jurídicos de los contratos conexos? El presente
vinculados entre sí por haber sido celebrados en estudio responderá a la pregunta estableciendo que el
cumplimiento del programa de una operación económica criterio es el de la causa concreta del contrato3 • La causa
global; en tal situación hay una cadena de contratos que concreta es finalidad concreta (finalidad práctica, razón
confluyen en un mismo objeto. En esta línea de ideas, concreta, razón práctica, función práctica, función
las XVI Jornadas Nacionales de Derecho civil (Buenos económica individual, interés concretamente perseguido,
Aires, 1997) consideraron que una "finalidad interés que la operación contractual está dirigida a
económica" común de las partes puede ser satisfecha satisfacer o síntesis de los intereses) y es el fundamento
mediante contratos distintos; y que su conexidad es objetivo de los efectos jurídicos (fuerza jurídica de la
"fundamento para imputar obligaciones de las partes, constitución de situaciones jurídicas subjetivas) como
entre sí, y respecto de terceros"'. La disciplina de los consecuencia del proceso de objetivación de los
contratos conexos se presenta por ejemplo en los intercambios de bienes y servicios entre los particulares.
contratos de crédito de consumo, en los contratos Este concepto de causa del contrato se diferencia
predispuestos y en los contratos atípicos (leasing, claramente del concepto de causa entendida como función
underwriting, factoring, franchising, engineering, económica social. Técnicamente este concepto confunde
esponsorizacwn y fideicomiso entre otros). la causa y el tipo. Por el contrario, si los operadores
Conceptualmente se ha propuesto determinar los jurídicos utilizan un concepto diferente de causa podrán
contratos conexos mediante un criterio compatible con determinar con claridad el resultado económico concreto

(1) ALTERINI, Aníbal Atilio, Contratos civiles. comerciales y de consumo, Teor(a general, Abeledo-Perrot S.A. E. e 1., Buenos Aires,
1998, p. 194.

(2) LORENZETII, Ricardo Luis, Derecho contractual, Nuevas formas contractuales, Contratos de larga duración, Contratos de crédito
y financieros, Leasing, Fideicomiso, Primera edición, Palestra Editores S.R.L., 2001, p. 23: "Por último, aparece la celebración
masiva de vínculos que dan lugar a uniones de contratos en las que los objetivos económicos no se alcanzan mediante un contrato,
sino de varios utilizados estratégicamente en función de un negocio o en redes que forman sistemas, presentándose la necesidad de
un concepto de "finalidad económica supracontractual".

(3) MORALES HERVIAS, Rómulo, La causa del contrato en Corso di Perfezionamento e di Magíster in "Sistema jurídico romanístico,
unificación del derecho y derecho de la integración (con especial atención al derecho de los contratos), Centro de Estudios Jurídicos
Latinoamericanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Estudios de Roma "Tor Vergata" (Universidad de Roma !1),
Roma, 1999, p.p. 205-215.

DERECHO & SOCIEDAD 19 Dl!ll


Rómulo Morales Hervias
de diferentes contratos típicos o atípicos y por y la legislación especial han sustituido en la práctica a
consiguiente podrán determinar sus reglas, su vigencia la fuente legal. El tipo contractual no solamente está
y su eficacia. referido al Código Civil. El centro de la contratación
(contrato paritario o discrecional y contrato predispuesto)
2. Causa típica y causa atípica se ha reducido por otro centro: la utilización real de los
contratos atípicos. Por ejemplo, la problemática de la
Las modernas manifestaciones contractuales regulación legal de los contratos de consumo es uno de
son producto de situaciones que necesitan una regulación los temas centrales de discusión para los especialistas
de normas imperativas comunes. La causa concreta del en el Derecho de los contratos. La contratación moderna
contrato es el instrumento conceptual útil para la es mucho más compleja. Por eso, la teoría general del
adecuación de las nuevas situaciones conceptuales y la contrato debe contemplar los nuevos supuestos de hecho
regulación imperativa. Para ello, debemos reformular mediante los datos que permiten concretar la abstracción
las nociones de tipo y de tipicidad. El tipo es primaria que supone el tipo conctractual. Para solucionar
fundamentalmente descriptivo, es una creación abstracta la problemática de la regulación legal de los contratos
y formal que realiza el legislador de unas determinadas atípicos se han planteado varias soluciones.
finalidades reconocidas (funciones económico-sociales).
En efecto, es la fórmula legal que permite averiguar la a) Abandonar el recurso de la tipificación en favor
tipicidad de las funciones económico-sociales. El tipo de un instrumento más dúctil: aquél de la
es el supuesto de hecho de la norma jurídica pública. El distinción entre obligaciones de medio y de
tipo no es la causa concreta establecida por los privados, resultado. No obstante las críticas avanzadas
en tanto que la tipicidad pertenece a tal finalidad. sobre el plano dogmático, esta distinción es
preponderantemente acogida por la doctrina
La tipicidad es la característica que tiene una francesa y es frecuentemente utilizada por la
causa concreta en razón de estar adecuada a un tipo jurisprudencia como el medio lógico para
contractual, es decir es la adecuación de tal causa a un resolver las controversias contractuales
tipo. Es decir, es el resultado de la verificación de si la concernientes a los problemas de
causa concreta y lo descrito en el tipo, coinciden. Al responsabilidad 5 •
proceso de verificación se denomina juicio de tipicidad.
En realidad, las partes, los abogados, el árbitro o el juez b) Siguiendo la misma línea en referencia a los tipos
comprueban la tipicidad comparando la causa concreta de prestaciones, se ha indicado que la tipicidad
con la individualización típica, para ver si se adecua o opera en dos momentos o etapas sucesivas de
no a la misma. Si la causa concreta presenta la concreción: índices generales y especiales. Los
característica de tipicidad, es una finalidad "típica". índices generales representan una primera
Típica es la causa concreta que presenta la característica concreción del tipo, pues son aquellos datos
específica de tipicidad (atípica el que no presenta). Esto jurídicos que se atribuyen a los elementos del
no quiere decir que la causa concreta es igual a la contrato con carácter primario, y que son objeto
finalidad "típica"; sólo quiere decir que existe una de regulación jurídica. La suma de dichos datos,
coincidencia. La causa concreta es típica cuando es o uno solo de ellos (en ocasiones) nos conducirá
compatible con el catálogo de contratos típicos y atípica a la definición o descripción de cada tipo
cuando los particulares crean tipos negociales y cambian contractual en especial 6 . A diferencia de los
los tipos existentes 4 • índices generales que son, normalmente, siempre
datos jurídicos de concreción los índices
En general, los tipos contractuales diseñados por especiales, precisamente por ese actuar en un
la codificación europea y latinoamericana son segundo plano, son datos o cualidades
insuficientes para regular las nuevas situaciones de la originariamente extrajurídicas, de carácter social
realidad económica. La autonomía privada, la costumbre o económico que, acogidos en la ley, devienen

(4) CARNELUTTI, Francesco, Teoria generale del diritto, Ristampa della terza edizione emendata e ampliata di 1951, Scuola di
specializzazione in diritto civile dell'Universita di Camerino a cura di Pietro Perlingieri, Edizioni Scientifiche Italiane, 1998, p. 232:
"El principio constructivo consiste en la formación de los tipos jurídicos, los cuales corresponden a supuestos de hecho y preceptos
genéricos, según una clasificación de la masa de los actos como resulta de la experiencia; los particulares tipos se prestan después a
una progresiva especificación mediante la unidad de los requisitos y de los efectos tfpicos de requisitos y efectos extratípicos".
{5) DI NOVA, Giorgio, ll tipo contrattuale, Casa Editrice Dott. Antonio Milani-CEDAM, Padova, 1974, p. 43.
(6) GETE-ALONSO Y CALERA, María del Carmen, Estructura y Función del Tipo Contractual, Bosh, Casa Editorial, S.A., Barcelona,
1979, p.p. 42-43.

~~~~ DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
jurídicos cualificando, a su vez, a los índices (sea ésta directa, por remisión, completa o incompleta),
fundamentales. El índice especial, de esta manera, o sea: eleva a la conducta que se acopla al tipo primario
sólo sirve para diferenciar a dos tipos de contratos -el contrato- a la categoría de jurídica y la hace eficaz.
que tengan los mismos índices generales; nada Contrariamente es negativa cuando recogiendo al tipo
añaden o suman a éstos, sino solamente la contractual y describiéndolo, sin embargo, se le priva
cualificación 7 • de vida en el mundo jurídico, prohibiendo su realización
en Jo sucesivo 10 • Siendo coherentes debemos considerar
e) Tipificación por áreas, de acuerdo a las como casos de tipicidad contractual negativa los
necesidades que los contratos en esas áreas celebrados supuestos de ineficacia estructural y funcional 11 •
tiendan a satisfacer. No es Jo mismo tipificar para el Entonces, estableceremos dos supuestos de ineficacia
proceso de producción que hacerlo para el de distribución estructural de la causa 12 •
o el de consumo. Tipificar contratos que se celebran entre
empresas que hacerlo con aquéllos que se celebran entre 3. Licitud de la causa concreta
empresas y consumidores o sólo entre los consumidores 8 .
La licitud de la causa es que el interés concreto
d) Regulación de un "tipo mínimo", menos del contrato sea compatible con las normas imperativas,
exhaustivo y detallista pero más efectivo para enfrentar orden público y buenas costumbres. Por el contrario, la
los cambios. La intensa evolución y creatividad de los ilicitud de la causa concreta se sanciona con la nulidad
particulares ha puesto en crisis los modelos extensos, que es un supuesto de ineficacia estructural porque deja
abarcativos, propios de los códigos civiles del siglo sin efectos al contrato por un defecto inherente a los
pasado, para establecer nociones generales en elementos y requisitos del contrato. La generalidad de
determinados grupos de contratos, pero dejando un la doctrina y de la legislación consideran que la causa
amplio campo a la autonomía privada9 • concreta no puede contravenir las normas imperativas,
el orden público y las buenas costumbres.
Concordamos en parte con la poslcJOn de
Lorenzetti en la necesidad de regulación de "tipos legales La primera categoría se refiere a las normas,
mínimos", pero confiriendo un rol esencial a la causa según Mirabelli 13 contienen verdaderas y propias
entendida como concreta (finalidad económico prohibiciones de actividad o límites prohibidos de la
individual). Las particularidades de los diferentes tipos autonomía negocia!, y son, sin embargo normas
contractuales serán establecidos por los elementos del excepcionales y, como tales, de estricta interpretación.
contrato pero será determinante considerar la causa de Asimismo, la noción generalmente acogida de orden
cada contrato en particular. público se refiere a los principios fundamentales sobre
Jos cuales se apoya el ordenamiento jurídico del Estado
Para ello, debemos rediseñar la teoría de las y a los intereses generales de la colectividad, que éste
ineficacias contractuales con la ayuda de la teoría del reconoce tutela, principios deducibles de las normas
tipo. Así, la tipicidad contractual es positiva cuando positivas (imperativas), aunque no estén expresamente
acogido el tipo contractual, le dota de una regulación formulados. Aunque se trata de una noción

(7) GETE-ALONSO Y CALERA, Op. Cit, p. 49.


(8) MOSSET !TURRAS PE, Jorge, Los Contratos Atípicos, en Revista Jurídica Argentina La Ley, Sociedad Anónima, Buenos Aires, 1989,
Tomo 1989-B, p. 1000.
(9) LORENZETTI, Ricardo Luis, Contratos modernos: ¿conceptos modernos?, Nuevos aspectos de la teoría del tipo contractual mínimo,
Problemas contractuales típicos, Finalidad supracontractual y conexidad, en Revista Jurídica Argentina La Ley, Sociedad Anónima,
Buenos Aires, 1996, Tomo 1996-E, p. 855.
(10) GETE-ALONSO Y CALERA, Op. Cit, p.p. 29-3G.
( 11) ZANONI, Eduardo A, Ineficacia y Nulidad de los Actos Jurídicos, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires. 1986,
p. 126: " ... una cosa es privar de efectos al negocio por defectos que son inherentes a él, es decir que atañen a su estructura, y otra( .. )
la privación de efectos por cicunstancias extrínsecas que tienden a evitar que la pervivencia de la voluntad negocia! contribuya a obtener
un resultado contrario a derecho, o que no responda al interés práctico de los sujetos del negocio".
(12) No trataremos el supuesto de ineficacia funcional más común que afecta a la causa concreta y la doctrina lo denomina teoría de la
imprevisión o de la excesiva onerosidad de la prestación. Esta teoría opera mediante la resolución ante el acaecimiento de circuntancias
externas a la estructura y están en función de los intereses particulares que el contrato realiza. En otras palabras, el acaecimiento de
un imprevisible cambio de circunstancias al momento de la celebración del contrato de ejecución duradera y objetivamente posible de
ser cumplida, provocará la sanción de la resolución. Justificamos su no tratamiento porque corresponde al tema de la ejecución del
contrato.
(13) MIRABELLI, Giuseppe, De/le Obbligazioni dei contratti in genera/e (artt. 1321-1469), en Commentario del Codice Civile, Libro
IV, tomo secondo (titolo II), terza edizione interamente riveduta e aggiornata, UTET, 1980, p.p. 163-164.

DERECHO & SOCIEDAD 19 181


Rómulo Morales Hervias
esencialmente variable y elástica, todavía está en el doctrina sobre el sentido del segundo párrafo del artículo
ámbito del ordenamiento y de éste puede deducirse a 1322 17 del Código Civil italiano y en particular sobre el
través de un mero procedimiento interpretativo. requisito del merecimiento de un determinado interés
susceptible de tutela por el ordenamiento. El sentido de
Más variable y más vaga es, por el contrario, la esta norma ha sido materia de varias interpretaciones en
noción de buena costumbre, con la cual se remite, no a la doctrina.
normas positivas, sino a normas étícas, extrajuríd1cas.
Asimismo, Mirabelli 14 refiere que las dos expresiones Así, Costanza 18 dice que la necesidad de un
"orden público" y "buena costumbre" 15 , aunque indican exámen sobre el llamado merecimiento del interés
nociones diferentes, están ligadas, en la fórmula perseguido no es más una medida del sujeto particular,
legislativa, en una endíadis 16, y son lógicamente conexas sino una medida de grupo. El merecimiento no será
la una de la otra, en el ámbito de la noción de la licitud; referida ni al interés económico público como en una
las normas éticas, referibles a la buena costumbre, que óptica totalitaria, ni el interés individual del particular,
son tratadas por la conciencia social, que son recibidas pero será referida a la colectividad de empresarios-
y sanciOnadas por el ordenamiento, deben concordar con productores y de consumidores-usuarios, entre los cuales
los fines y los intereses que el ordenamiento mismo se desarrollan las relaciones de aquél determinado típo,
persigue, así que no podría ser considerado contrario a y en consideración también a los fines de la
la buena costumbre una actitud que satisfaga intereses programación económica redactada a nivel central y
tutelables por el ordenamiento, aunque sean reprobados local. Luego se afirmó que el juicio de merecimiento de
por la opinión pública. Por el contrario, no parece que tutela jurídica de la autonomía privada es identificable al
un negocio pueda ser considerado contrario, a un tiempo, juicio de la licitud 19 • Se dice que los dos aspectos están
al orden público y a la buena costumbre; si se verifica la estrechamente compenetrados 20, y pueden parcialmente
contrariedad del primero, y permanezca irrelevante el coincidir, así que, en conclusión, su valoración puede
otro término. proceder de un único examen 21 •

4. Merecimiento o dignidad de tutela del interés Urciuoli 22 expresa que si se revisa en el mismo
concreto juicio de conformidad al orden público -generalmente
entendido como complejo de los principios informadores
El interés merecedor de tutela es otro supuesto a del ordenamiento- en la expresión de una valoración en
considerar. Aquí entramos en la discusión que hace la positivo de los reglamentos contractuales, se considera

(14) MIRABELLI (1980), Op. Cit, p. 164.


(15) Existe otro supuesto de la "irrepetibilidad de las prestaciones exigidas por la ilicitud de la causa ilícita en la modalidad de contrariedad
a la buena costumbre". El artículo 2035 del Código civil italiano especifica que no hay repetición de lo pagado en virtud de una
finalidad que ofenda a la buena costumbre.
(16) DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, Real Academia Español, Vigésima Primera Edición, Madrid, 1992, Tomo I, p. 829:
"Figura por la cual se expresa un solo concepto con dos nombres coordinados".
( 17) Segundo párrafo del artículo 1322 del Código Civil italiano.- Las partes pueden también concluir contratos que no pertenezcan a los
tipos que tienen una disciplina particular, con tal que vayan dirigidos a realizar intereses merecedores de tutela según el ordenamiento
jurídico. CODE EUROPEAN DES CONTRACTS, AVANT-PROJET, Academie des privatistes europeens, Coordinateur Giuseppe
Gandolfi, Dott. A. Giuffre Editare, 1998, p. 57. En el preámbulo de este proyecto se dice que esta fórmula es demasiado vaga y
susceptible de interpretaciones y aplicaciones arbitrarias.
(18) COSTANZA, Maria, Natura normativa delle condizioni generali di contralto, en Le condizioni generali di contralto, a cura di C.
Massimo Bianca, Facolta di Giurisprudenza deli'Universita di Roma, Istituto di Diritto privato, Dott. A. Giuffre Editare, 1979, Volume
primo, p.p. 161-162.
(19) Cass., 20 Aprile 1943, n. 937, en Rep. Foro /t., 1943-1945, voce Obbli. e Contra., n. 39; Cass., 26 Febbraio 1944, n. 121, en Giur.
Compl. Cass. Civ. p. 84; Cass., 6 Luglio 1961, n. 1693, en Foro /t., 1961, I, c. 1446 ss. SACCO, Rodolfo, ll Contralto, en Trattato
di Dirilto Civile !t. Diretto da Vassalli, Torino, 1975, Nota 4 de la página 572. GUARNERI, Attilio, Meritevolezza dell'interesse e
utilita sociale del contralto, en Rivista di Dirilto Civile, Fondata da Walter Bigiavi, Casa Editrice Dott. Antonio Milani-CEDAM,
Anno XL, Settembre-Ottobre, N" 5, Padova, 1994, Nota 51 de la página 811 :"En los límites de lo lfcito y de lo moral es permitida
a las partes en materia contractual una esfera de amplia libertad y autonomía; y por esto, cualquier convención, aunque no sea
susceptible de una específica denominación, tiene siempre fuerza obligatoria entre las partes cuando el vínculo, establecido, no
encuentra obstáculo en leyes prohibitivas". Y aún: "No es necesario que el contrato se identifique con una de las figuras típicas
disciplinadas por la ley, ya que, a falta de un esquema preestablecido las normas generales sobre las obligaciones admiten, a condición
de que recurra a la licitud de la causa, a la voluntad de las partes de manifestarse libremente".
(20) CFr. Cass., 13 Maggio 1980, n. 3142. En: Rep. Foro /t., 1980. voce Contralto in Genere. n. 56. GUARNERI, Op. Cit, Nota 54 de
la página 812. <<Es admitido a las partes dar vida asimismo a los negocios atípicos con tal que sean merecedores de tutela y 110 por eso
en contraposición con la ley, el orden público y la buena costumbre".
(21) Cass., 5 Luglio, 1971, n. 2091, en Foro /t., I, e, 2195 ss. GUARNERI, Op. Cit, Nota 54 de la página 812.
(22) URCIUOLI, Maria Antonietta, Liceita della causa e meritevolezza dell 'essere nella prassi giurisprudenziale, en Rassegna di Diritto
Civile, Diretta da Pietro Perlingieri, Edizioni Scientifiche Italiane. Edita con la collaborazione scientifica della Scuola di
Perfezionamento in Diritto Civile deli'Universita di Camerino, 3" numero, Napoli, 1985, p. 770.

111!1 DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
inconsistente toda distinción entre merecimiento y licitud. de esquemas. Aquél se resuelve no de conformidad
Por eso la sustancial identificación de los juicios de licitud (todavía) a una serie de normas imperativas en sentido
y de merecimiento ha tenido tanta trascendencia en la estricto, de carácter, por así decirlo, reglamentario, sino
jurisprudencia italiana 23 • sobre todo de conformidad a todas aquellas normas
inderogables de carácter, por así decirlo, procedimental
Cataudella24 dice que es verdad que en los contratos y formal del reconocimiento al instrumento pactado
nominados los tipos "presuponen ya hecha la valoración como instrumento jurídico. Dice Gazzoni 27 que por eso
y por eso son presupuestos merecedores de tutela las no es posible introducir criterios del ordenamiento sino
relaciones contempladas en los tipos", pero el exclusivamente criterios que impliquen una averiguación
encuadramiento del contrato concreto en un esquema sobre la concreta finalidad de los privados contratantes.
típico, que presupone sólo la individualización en él de Se trata precisamente de comprender cuál es el alcance
las notas formales que caracterizan el tipo, vale sólo para del juicio de merecimiento "según el ordenamiento
determinar la "idoneidad estructural" del contrato para jurídico", ya que la expresión parecería postular un juicio
realizar intereses merecedores de tutela, no su idoneidad sobre la base de parámetros referidos, más que a los
en concreto. privados, a la ley. En verdad, afirma Gazzoni 28 , el juicio
se resuelve en un juicio de idoneidad del orden privado
Gazzoni 25 afirma que el merecimiento opera a para derogar el esquema de la tipicidad legal. Expresando
nivel de tipo y a nivel de causa, porque en esta fase que cuando el legislador del código italiano de 1942
debe sólo valorarse si el esquema abstracto es aceptable dispuso que el interés de los contratantes fuese merecedor
o inaceptable sobre el plano jurídico y es claro que la de tutela no ha entendido poner un problema de
averiguación no debe ser cumplida en presencia de un verificación de la utilidad social de los fines perseguidos,
contrato típico, que s~ encuadra a un esquema de modo que derivase una tácita y efectiva
predeterminado por el legislador. Profundizando más el funcionalización, sino entendió explícitamente reforzar
tema, Gazzoni 26 expresa que el juicio del merecimiento un principio ciertamente fundamental para los fines de
del interés aparece cualitativamente diverso respecto a la concesión de tutela: el principio, es decir que no
aquél de licitud. Mientras este último tiene la función cualquier interés privado es protegido sino solamente
de salvaguardar el ordenamiento jurídico de la presencia aquél que no sea indiferente jurídicamente, de modo que
de acuerdos comprometidos cuyos contenidos están en resulte cierta y segura la voluntad de vincularse según
oposición con sus propios cánones reglamentarios, con reglas no exclusivamente morales y sociales. Entonces,
el objeto de eliminar una evidente contradicción (unidad el esquema ideado por los privados es eventualmente
de criterio valorable, que es precisamente aquél inidóneo no porque sea asocial, sino porque la hipotética
elaborado por el ordenamiento jurídico, y como tal, se futilidad es síntoma e indicio de una ausencia real, seria
pone de su parte y no de la parte de los privados), el otro y definitiva voluntad jurídica de las partes. Concluye
juicio (aquél del merecimiento) tiene diverso alcance GazzonF 9 que no se puede excluir que el juez declare
no centrándose en la defensa de los principios inidóneo el nacimiento del vínculo jurídico (y por eso
fundamentales del ordenamiento, pero sobre todo en la no merecedor de tutela) del contrato atípico. Así, el juez
valoración de la idoneidad del instrumento elaborado debe deducir el efectivo propósito de los contratantes
por los privados para crear un modelo jurídico de de someterse a la reglamentación jurídica en base al
reglamentación de los intereses, ante la ausencia de una análisis objetivo de los eventos contractuales,
tipificación legislativa, entendida en la mera prescindiendo, así, de toda declaración respecto de las
predisposición de una cierta serie (más o menos variable) partes.

(23) Cass., 13 maggio 1980, n. 3142 in Rep. Foro it., 1980, voce Contralto in genere, c. 601, n. 56: es admitido a las partes dar vida
también negocios atípicos a condición de que sean merecedores de tutela y no estén en contra de la ley, el orden público y la buena
costumbre. Citada en la nota 62 por URCIUOLI. Op. Cit. p. 765. Cass., 5 luglio 1971, n. 2091, in Foro it.,l971, l. c. 2190: el
reglamento negocia! además de deber estar conforme a los preceptos de las leyes, al orden público y a la buena costumbre debe
también corresponder "a la necesidad que el fin intrínseco del contrato sea socialmente apreciable y como tal merecedor de tutela".
A la licitud de la causa, se ampara, como condición necesaria del reconocimiento jurídico, "de la atribución de eft:ctos jurídicos a la
finalidad empírica de las partes", el ulterior presupuesto de la utilidad para la sociedad de los intereses perseguidos. Citada en las
notas 67 y 68 por URCIUOLI. Op. Cit. p.p. 766-767.
(24) CATAUDELLA, Antonio, Su/ contenuto del contratto, Studi di Diritto civile diretti da Rosario Nicolo e Francesco Santoro-Passarelli,
Facolta di Giurisprudenza dell'Universita di Roma, Dott. A. Giuffre Editore, Milano.1966, p. 320.
(25) GAZZONI, Francesco, Manuale di diritto privara, VII edizione aggiornata, Edizioni Scientifiche ltaliane, Napoli, 1998, p. 771.
(26) GAZZONI, Francesco, Atipicita del contratto, giuridicita del vinco/o e funzionalizzazione degli interessi, en Rivista di Diritto
Civile, Casa Editrice Dott. Antonio Milani-CEDAM, Anno XXIV, Parte prima, Padova, 1978, p. 62.
(27) GAZZONI ( 1978), Op. Cit, p. 66.
(28) !bid, Loe. Cit. p. 69.
(29) !bid, Loe. Cit. p.p. 72-73.

DERECHO & SOCIEDAD 19 IIBI


Rómulo Morales Hervias
En la misma línea de Gazzoni, Dattilo30 señala problema del merecimiento; ya que la reglamentación
que el rol fundamental, también pero no exclusivo, de los intereses, para ser relevante, puede no ser
atribuido a la causa sobre el plano cognoscitivo en la merecedor (como acontece en el negocio ilícito, donde
individualización del tipo parece ofrecer un criterio la regla es relevante, para ser juzgada no merecedor de
menos incierto. Además. esto no excíuye la subsistencia tutela). Cua~do por el contrario, una regíamentación de
del ulterior y fundamental momento valorativo de la intereses no sea relevante (porque, por ejemplo es
causa, sobre el perfil del merecimiento del mterés, pero incompleta), la constatación de tal irrelevancia excluye,
evidenciando la prioridad lógica y cronológica del ya de por sí, la posibilidad de un JUicio, en términos de
momento cognoscitivo de la identificación del interés, merecimiento 32 • Esta objeción de Giovanni B. Ferri es
que connota y unifica los elementos de la estructura, impecable pero hay que estar atentos que no objeta que
respecto a aquél valorativo del interés rmsmo. Bn otros la causa juega un rol fundamental en los JUicios de licitud
términos, las síntesis unitaria de la estructura no puede y de merecimiento. La objeción va por otro camino.
ser encontrada y explicada exclusivamente a través de
la misma estructura, pero puede ser buscada en el En efecto, si seguimos el criterio de Gazzoni
contexto funcional expresivo de un mteres (o valor). Es sobre el JUICIO de merecimiento de tutela, el elemento
decir, para un sector de la doctrina además del juício de analizable sería la manifestación de la voluntad. Es decir,
licitud existe el juicio de merecimiento del interés. La si un contrato no es merecedor de tutela por la falta de
causa juega un rol trascendental en ambos juicios. El seriedad en contratar será mexistente por la falta de la
primero es un jUicio que valora la causa concreta de manifestación de la voluntad. Entonces, esta objeción
conformidad con los cánones del ordenamiento jurídico. es importante pero no quiere decir que el juicio de
En cambio el segundo es un juicio de relevancia, es decir merecimiento es inútil. Todo lo contrano y el mismo
busca la abstracta idoneidad del esquema utilizado por Profesor de la Universidad La Sapwnza lo explica.
los particulares al derogar el esquema típico legal Propugna que el merecimiento es licitud pero eso no
mediante la seriedad de vinculación a un concreto significa que el segundo párrafo del artículo 1322 del
contrato. Esta seriedad debería ser útil individualmente. código civil italiano de 1942 es un inútil duplicado del
artículo 1343 13 . Por el contrario dice el jurista que el
Giovanni B. Ferri 11 objeta las anteriores segundo es una integración del primero, desde el
posiciones diciendo que una vez que se constata la momento que el primero afirma la exigencia de
seriedad del compromiso de los contratantes, todavía merecimiento y el segundo individualiza los criterios
no está resuelto el problema del merecimiento del de este merecimiento. Para llegar a esa conclusión parte
conjunto de intereses por el cual el compromiso se ha de una premisa 34 : los criterios para valorar el juicio de
alcanzado. Si falta la seriedad y la existencia del merecimiento del interés que las partes intentan realizar
compromiso, es decir si las partes han acordado sin a través del contrato, se individualizan en las normas
seriedad o por juego, el contrato será nulo, si no imperativas, en el orden público y en la buena costumbre
inexistente, y el conjunto de intereses "regulado", aún (artículo 1343 ); y por eso, merecimiento del interés
antes de ser valorado en términos de merecimiento, será significa licitud del interés. En tal senttdo, el principio
también nulo o inexistente porque es incompleto el del segundo párrafo del artículo 1322 (prescindiendo
supuesto de hecho: desde el momento que falta la de lo normado en el artículo 1323 35 ) expresamente hace
voluntad de su reglamentación. En sustancia el problema referencia sólo a los contratos atípicos, y no individualiza
de la relevancia es precedente, autónomo y no una exigencia circunscrita a éstos últimos. Esto porque
coincidente con aquél del merecimiento. En efecto, por el fenómeno de la tipicidad contractual considera siempre
un lado, una reglamentación de intereses para ser el momento organizativo de los intereses privados y no
valorable en términos de merecimiento debe tener una aquél de su valoración, por el cual por el contrario parece
relevancia para el ordenamiento jurídico, de otro lado, indiscutiblemente aludir el juicio del merecimiento de
una vez constatada la relevancia, no se resuelve el los intereses. De tal manera que para Giovanni B. Ferri

(30) DATTILO, Giovanni. Tipicitá e realtá nel diritto dei contra/ti. en Rivista di Diritto Civi/e, Parte prima, Casa Editricc Dott. Antonio
Milani- CEDAM, Anno XXX, Padova, 1984. p.p. 795-796.
(31) FERRI, Giovanni Baltista. Saggi di diritto civile. Secunda edizione, Ristampa riveduta e corretta, Maggioli Editore- Rimini, 1994,
p. 429-430.
(32) FERRI. Giovanni B. (1994). Op. Cit. p. 431.
(33) Artículo 1343 del Código Civil italiano.- La causa es ilícita cuando es contraria a las normas imperativas, al orden público o a las buenas
costumbres.
(34) FERRI, Giovanni B. (1994), Op. Cit, p.p. 438-439.
(35) Artículo 1323 del Código Civil italiano.- Todos los contratos, aunque no pertenezcan a los tipos que tienen una disciplina particular,
quedan sometidos a las normas generales contenidas en este título.

1m DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
el juicio de merecimiento es aplicable tanto a los esto porque en realidad estuvo en el espíritu del grupo de
contratos típicos y atípicos pero con una función diversa trabajo esta idea. Esto se demuestra con la propuesta de
al juicio de licitud. Antunes Varela 38 al formular en el artículo 26 que "el
contenido del contrato es útil cuando corresponda a un
Este juicio de merecimiento se conecta interés aunque no sea patrimonial digno de la protección
estrictamente con las etapas de la interpretación y de la por el derecho". Concordamos con tal propuesta que no
calificación del contrato particular. Su admisión es fue acogida en su totalidad. En todo caso, el juicio de
relevante en la medida que se discipline adecuadamente merecimiento de tutela es un mecanismo de tutela de la
a la causa. Aunque su aparente no regulación en muchos autonomía privada diferente al juicio de licitud. No es
códigos civiles no significa su inexistencia. Tenemos un control que inutiliza a la autonomía privada. Todo lo
un ejemplo gráfico de ello. Gandolfi 36 fue autor de la contrario. Este juicio la fortalece y le otorga a los
propuesta del artículo 26 del proyecto preliminar del particulares una garantía de tutela de sus intereses. El
código europeo de los contratos de 1998 al considerar temor que se le tiene a este juicio es injustificado.
que el contenido del contrato es útil. Expresó que la Roppo 39 dice a la indiscutible exigencia de conformidad
referida norma más que la función atribuida al artículo a la ley, al orden público, a la buena costumbre de la
118 del código civil alemán 37 , debe admitirse para operación que realiza desplazamientos de riqueza entre
determinar que el contrato tenga un contenido sujetos, el contrato constituye en el sistema una técnica
positivamente valorable de realización de intereses
según una medida de utilidad privados: exigencias de
social. Afirmó que podría por interna coherencia del
eso anteponerse a la palabra "En sustancia el problema sistema de disciplina del
"útil" el abverbi0 de la relevancia es tráfico contractual
"socialmente" sin ser requieren por eso además
radicalmente diverso el precedente, autónomo no y del indispensable control de
concepto anglosajón de la concidente con aquel del la licitud una ulterior forma
consideration. Agrega que un de control, dirigida a
cierto control debe otorgarse merecimiento. garantizar los concretos
a los jueces en presencia de efectos económicos del
ciertas relaciones que, contrato.
aunque no sean ilícitas, pueden ser anormales, sobre el
perfil social, tener un contenido vejatorio como se dice Este juicio de merecimiento tiene antecedentes
en Italia. Pensamos que al no haberse puesto la expresión históricos claros. El antecedente más claro está en la idea
"socialmente útil", el proyecto preliminar del código de Aristóteles 40 de la justicia correctiva o commutativa.
europeo de los contratos admite sin quererlo la noción de Para un sector de la doctrina41 está especie de justicia se
causa en la noción de contenido. Y la utilidad no es otra aplicaría a la idea de sinalagma entendida como "justo
cosa que el juicio de merecimiento del interés que para correctivo de los equilibrios en el orden social". Siguiendo
nosotros es el interés particular del contrato. Afirmamos esta lógica, la doctrina sustenta que Aristón (D.2.14.7 .2)42

(36) CODE EUROPEAN DES CONTRACTS, AVANT-PROJET, Op. Cit, p. 140.


(37) Artículo 118 del Código Civil alemán.- Una declaración de voluntad no pensada seriamente que es emitida en la esperanza de que la
falta de seriedad no será conocida, es nula.
(38) CODE EUROPEAN DES CONTRACTS, A V ANT-PROJET, Op. Cit. p. 185. El artículo 26 propuesto tiene una clara influencia del
artículo 1174 del Código Civil italiano de 1942 (La prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser susceptible de
valoración económica y debe corresponder a un interés, aunque no sea patrimonial, del acreedor). FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón, La
obligación: Apuntes para una dogmática jurídica del concepto, en 'TIIEMIS, Revista de Derecho editada por alumnos de la Facultad de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, Segunda Época, N° 27-No 28, 1994, p.p. 49-50.
(39) ROPPO, Enzo, Causa típica, motivo rilevante, contralto illecito, (nota a cass. 3 aprile 1970, n. 896), en Foro italiano, 1971, fase. 9
(settembre), anno XCVI, Volume XCIV, p. 2381.
(40) ARISTÓTELES, Eth. Nicom. 5,2,12-13. citado por GALLO, Filippo, Synallagma e conventio nel contralto, Ricerc·a degli archetipi
del/a categoría contrattuale e spunti per la revisione di impostazioni moderne, Corso di diritto romano, G. Giappechelli editorc,
Torino, Tomo 11, 1995, p.p. 103-104.
(41) GALLO (1995), Op. Cit. Tomo 11, p.p. 103-105.
(42) <<U! piano; Comentarios al Edicto, libro IV.- Pero si la cosa no pasare a otro contrato, y subsistiere, sin embargo, la causa, respondió
acertadamente Aristón a Celso, que había obligación; por ejemplo, te di una cosa, para que me dieses otra: di, para que hagas algo;
esto es <en Griego> un contrato, y de aquí nace una obligación civil. Y por ello opino que con razón fue Juliano reprendido por
Mauriciano en esto: te di a Stico, para que manumitas a Pánfilo; lo manumitiste; Stico fue vindicado. Juliano escribe que se ha de dar
por el Pretor la acción del hecho; aquel dice, que basta la acción civil de cosa incierta, esto es, la praescriptis verbis; pues hay un
contrato, que Aristón llama <en Griego> synallagma, de donde nace esta acción>>. (D. 2.14.7.2).

DERECHO & SOCIEDAD 19 IIEil


Rómulo Morales Hervias
había entendido la función reequilibradora como elemento Oñate47 (1567-1646). Para Gómez la causa era requisito
integrador del sistema contractual aplicable a la "categoría esencial para todos lo contratos, en cuanto elemento
de convenciones sinalagmáticas atípicas" de las cuales la indicador de la intención de querer obligarse. Y para Oñate
ejecución de una prestación correlativa ponía la exigencia la obligación civil derivaba del ordenamiento, que
del reequilibrio con el reconocimiento de la acción por valoraba el acto para "constatar si efectivamente era la
incumplimiento de la prestación. Entonces, la causa sería voluntad de crear la obligación; y esto a través de un
la datio inicial (justificación o razón que justifica el examen de las circunstancias y de las presunciones en
surgimiento de la obligación) en el sentido que participa juego". Como lo podemos comprobar, Connan, Gómez
de la finalidad de la com•entio y se convierte en un y Oñape se referían al merecimiento de tutela
elemento del negocio concluido 4 -'. Esta causa en los considerando relevante la voluntariedad la cual fue
contratos innominados se basaba en la ejecución de una totalrneme ajena al pensamiento de Aristón.
de las prestaciones pero en el sentido de elemento y
fundamento del contrato tal como fue el sistema de la Domat"1Kafirmaba que se puede del mismo modo
contratación romana. El Derecho tutelaba situaciones que cambiar las obligaciOnes naturales y ordinarias de las
no necesariamente estaban tipificadas. convenCiones; y aumentarlas y disminuirlas, y también
derogadas. Así, en los contratos de venta, depósito,
Franc,:ois Connan 44 ( 1508-1551) se alejó de las sociedad y otros, las leyes han regulado, en alguna
ideas de Aristón al identificar sinalagma con causa de la manera que uno podrá ser responsable por su culpa o
obligación en el sentido de conceptualizarla como por su neglicencia, pero uno puede asumir o más o menos
conjunto de prestaciones correlativas y de igual valor el cuidado y la diligencia, siempre y cuando se halla
deducidas en el contrato. La causa sólo se aplicaba a los convenido. Así el vendedor, a pesar de estar naturalmente
contratos mnominados realizándose en aquella datio vel obligado a la garantía, puede exonerarse de toda otra
factum que, acompañando al acuerdo, hacía surgir el evicción excepto por hecho propio. Y tales convenciones
vínculo contractual. Pero hay un dato que se omite al tienen su fundamento en la equidad sobre sus "motivos
estudiar las ideas de este jurista. El carácter objetivo de la particulares" de los contratantes. Este vendedor, por
causa como elemento de control externo de la obligación, ejemplo, está exonerado de la garantía, porque vende a
no restringió la libertad de las partes, que era exaltada menor precio. La expresión de la "equidad sobre sus
cuando no se tenían en cuenta las palabras pronunciadas motivos particulares" tiene una connotación clara a la
por las partes u otros elementos elementos exteriores sino idea de causa concreta. El Derecho romano establecía
que se consideraba la voluntad (animus) de obligarse45 • un sistema de contratación uniforme tanto para los
contratos nominados como los innominados en base a
La idea primigenia de "merecimiento" de Connan la causa (D.2.14.7.2) (D.2.14.7.4) 1''. Esta idea también
fue tomada por Antonio Gómez 46 (156!) y Pedro de se reflejó en la Partida V, Titulo Vl, Ley V) 0 •

(43) GALLO (1995), Op. Cit, Tomo II, p.p. 113-114.


(44) CONNAN. Fran<;:ois, Cmnmenrariorwnjuris civi/is libri decem, Ex officina typographica Antonii Tivano, I edizione 1553. Neapoli,
1724, 2 t, citado por BIROCCHI, Ita lo, Causa e categoria genera/e del contralto, Un problema dogmatico nella culrura privaristica
delf'erá moderna, l. ll cinquecento, Il Diritto nclla storia, Collana coordinata da Umberto Santarelli 5, G. Giappichelli Editare,
Torino, 1997, p. 116.
(45) CONNAN, Fran~ois, Commentariorum juris civilis !ibri decem, Lib. V, cap. I, n. 11, 324, citado por BIROCCHI, Op. Cit, p. 129.
(46) GÓMEZ, Antonio, Commentariorum variarumque resolutionum iuris civilis communis el regii tomi tres, De contractibus, proemium,
ediz. Venetiis, Ad candentis Salamandrae insigne, 1572, II, Cap. XI, n. 3, 244 rb, citado por BIROCCHI, Op. Cit, p. 252.
(47) OÑATE, Pedro, De contractibus, I, trat. 1, disp. I, sect. VI, n. 80, 1646, p. 18, citado por BIROCCHI, Op. Cit, p. 283.
(48) DOMAT, Jean, Le leggi civili nel ordine natura/e, Eseguita sulla traduzione di Napoli, rettificata in vari luoghi dal Dottor Giuscppe
Andrea Zuliani, Aggiuntavi una di lui analisi sulle Leggi Civili dello Statuto Veneto, Prima edizione Veneta, Venczia, MDCCXCIII,
Tomo Primo. Prima Parte, Libro Primo, Titolo I, Sezione IV, p.p. 243-244. En contra: POTHIER, Robert Joseph. Traltato delle
obb/igazioni, Sccondo le regale tanto del foro della coscienza quanto del foro civile, Con l'indicazione de'cambiamenti fatti dal
Codicc civilc franccse, del Sig. Bernardi cx-legislatore, capo dclla divisione civile al ministero del Gran Giudice, Edizione seconda,
Notahilmcnte emendata e corrctta: Colla giunta di alcune annotazioni, e dclle citazioni corrispondcnti al nostro Codice civile,
Naroli, Tipografía di Gio: Battista Scguin, 1819, Volumc I, p. 21: "Son inútiles para nosotros las divisiones de los contratos que hizo
el derecho romano en contratos nominados e innominados; en contratos de buena fe y de estricto derecho".
(49) SANTO RO, Raimondo, La causa del/e convenzioni atipiche, en Causa e contralto nella prospetliva storica-comparatistica, Palcnno,
7-8 giugno 1995, a cura di Letizia Vacca, Unionc Tipografico-Editrice Torincse, Torino, 1997, p. 130. «Uiriano; Comentarios al
Edicto, libro IV.- Pero cuando no subsiste ninguna causa, es sabido que entonces por la convención no puede constituirse obligación.
Por consiguiente, el nudo pacto no produce obligación, pero produce excepción>>. (0.2.14.7.4). PALMA, Antonio, Note critidze su/
conccllo de causa, en Roma e America, Diritto Romano Comune, Rivista di Diritto dellíntegrazione del Diritto in Europa e in
America Latina, Atti del Congreso lntemazionale "Laformazione del sistema giuridico latinoamericano: Codicie giuristi", Centro
di Studi Giuridici Latinoamericani del consiglio Nazionale dellc Ricerche e Centro Interdisciplinare di Studi Latinoamericani dcll
Úniversita di Roma "Tor Vergata", N" 12, Mucchi Editore, Roma, 2001, p. 324.
(50) GARCÍA GARRIDO, Manuel, Causa corllracrual en el Derecho inlennedio: influencia de glosadores y canonista.\· en las partida;· v el

DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
Contemporáneamente se ha retomado el discurso esferas jurídicas. Es claro que, sobre este plano, la causa
aristoniano. Bessone51 señala que el análisis del contrato no es más elemento formal integrante del supuesto de
debe basarse en la economía misma del particular contrato, hecho y condicionante de la validez del acto, pero opera
entendida como punto de equilibrio entre las prestaciones sobre el plano de la concreta capacidad del negocio
y síntesis de las obligaciones, cargas o riesgos privado para determinar la producción de los efectos
contractualmente asumidos. Como dice el jurista, todo jurídicos y sobre la justificación de las atribuciones
contratante asegura la coherencia del contrato sobre el patrimoniales producidas en fase ejecutiva, garantizando
plano de su entera economía individual en la medida que la estabilidad.
adquiere la certeza de ver satisfechos sus intereses,
soportando el costo de su realización. Y asume el riesgo Desde Aristón hasta Bessone y La Porta se puede
de una eventual diferencia entre efectos de contrato y su construir una fundamentación coherente sobre el juicio
programa económico general en la medida que deja otros de merecimiento de tutela. Es evidente que, cuando se
intereses desprovistos de tutela, decidiendo no pagar el trata de individualizar a través de la causa, el ámbito de
precio necesario para garantizar la realización. los intereses apreciables, no ayuda la noción objetiva de
causa, siendo necesaria una concreta verificación de
Por eso, el principio de la tolerancia del riesgo de aquello que ha constituido objeto de contratación entre
la iniciativa económica tiene fundamento en la justicia las partes y aquello objeto de recíproca asunción de costos
sustancial para salvaguardar el equilibrio de los intereses y de riesgos. Es necesario delimitar la llamada economía
del particular contrato. Esta justicia sustancial no es otra del contrato y del negocio 55 •
que la justicia correctiva. En efecto, los principios de la
justicia commutativa, fundados sobre la igualdad, Entonces, el juicio de merecimiento de tutela del
admitían el instrumento jurídico del contrato por la interés privado sería el juicio de compatibilidad de la causa
sustancia económica del conjunto negociaP 2 . El sinalagma concreta con el principio de la equitativa reciprocidad de
de antigua ascendencia griega se traducía como los intereses (equilibrio contractual mínimo entre las
commercium y concretamente se afirmaba la tendencia a particulares prestaciones) que es una expresión de la
remitir a las partes la determinación del nivel de equilibrio función reequilibradora de Aristón. Si vinculamos el
de los respectivos intereses53 . análisis de los sentidos normativos del código civil y de
la constitución de un ordenamiento jurídico, este juicio
En el mismo sentido de Bessone, La Porta 54 será la compatibilidad de la causa concreta con los
expresa que la causa como sostén finalístico del contrato- principios constitucionales en el sentido de que la iniciativa
reglamento de intereses privados asume relevancia económica privada debe estar acorde al principio de
sustancial, terminando por connotar de manera solidaridad política, económica y social 56 . Este principio
determinante el equilibrio de las prestaciones originadas pone como rol central a la personalidad humana con los
del contrato e identificando con claridad el propósito deberes de solidmidad política, económica y social. Esta
último, objetivo, de la negociación, justificando la interpretación está acorde con un sistema de derecho civil
eficacia del contrato y el grado de permanencia de los armonizado según los principios constitucionales 57 •
efectos de los mismos productos en las respectivas

ordenamiento de Alcalá, en Causa e contralto nella prospettiva storica-comparatistica, Palermo, 7-8 giugno 1995, a cura di Letizia
Yacca, Unione Tipografico-Editrice Torincsc, Tonno, 1997, p. 185. Partida V, Titulo VI, Ley Y: "Contratos innominatos en latin
tanto quiere dczir en romance, como pleytos o posturas, que los omes ponen entre si, e que no han nomes señalados ... En esta razon
dezimos, que quando alguna de las partes fizo lo que deuia, que puede demandar a la otra, que! compla lo que le deuia fazer e los
menoscabos".
(51) BESSONE; Mario, Presupposizioni, "causa" típica del negocio, economía del contralto e /'equivoco de/le formule su/la pretesa
"rilevanza" del motivo, en Rivista del diritto commerciale e del diritto genera/e delle obbligazioni, Parte Seconda, Fascicolo 3-4
(maggio-giugno), Anno LXXVII, Casa Editrice Dr. Francesco Vallardi, Milano, 1979, p. 154; BESSONE, Mario, Adempimento e
rischio contrattuale, Annali della Facoltii di Giurisprudenza di Genova, Callana di monografie 22, Seconda ristampa inalterata,
Dott. A. Giuffre Editare, S.p.A., Milano, 1998, p.p. 275-277.
(52) BIROCCHI, Op. Cit. Nota 108 de la página 134.
(53) BIROCCHI, Op. Cit. p. 301.
(54) LA PORTA, Ubaldo, ll problema delta causa del contralto, l. La causa edil traferimento dei diritti, G. Giappichclli Editare, Torino,
1999, p. 46.
(55) DI MAJO, Adolfo, Causa del negozio giuridico, en Enciclopedia Giuridica, Istituto della Enciclopedia Italiana della Enciclopedia
Italiana, Fondata da Giovanni Treccani S.P.A. Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato, 1988, Yolume VI, p. 9.
(56) BlANCA, C. Massimo, Diritto Civile, Il Contralto, Nuova ristampa con aggiornamento, Dott. A. Giuffre Editare, S.p.A., Milano, 1998,
Volume III, p. 432: "La causa, es decir, no puede reputarse merecedora de tutela cuando el interés perseguido no resulta conforme a las
exigencias de las comunidades relevantes según parámetros constitucionales".
(57) PERLINGIERI, Pietro, .11 dirillo civile nella lega/ita costituzionale, Edizioni Scientifiche Italiane S.p.a., Napoli, 1984, p. 218-219.

DERECHO & SOCIEDAD 19 llliil


Rómulo Morales Hervías
5. Requisitos de la causa concreta nota una erosión de las tareas que el código asume por
sí mismo. Tantas materias permanecen fuera. Hay por
Recapitulando los requisitos de la causa son dos: esto una atenuación de la centralidad del código en la
la licitud y el merecimiento o dignidad de tutela. vida civilística de un país dado; hay una atenuación de
la generalidad de las fórmulas; hay una reducción del
La causa debe ser lícita en el sentido de ser nivel de rango asignado al código en las fuentes. Y
compatible con las normas imperativas, el orden público aquello es asimismo más importante, el código se abre a
o las buenas costumbres. las cláusulas generales, las cuales se retuercen contra él
Las normas imperativas son normas que y dan lugar a tantas pequeñas codificaciones
contienen verdaderas y propias prohibiciones de jurisprudenciales.
comportamiento o límites prohibidos de la autonomía
privada, y son, normas excepcionales y, como tales, de En efecto, el juicio de merecimiento es en realidad
estricta interpretación. una cláusula general que rebasa los supuestos de hecho
del código civil para enjuiciar la operación económica
El orden público se refiere a los prinCipios particular. Es una forma de ejercer un derecho curial que
fundamentales sobre los cuales se apoya el ordenamiento va más allá de los supuestos de hecho típicos
jurídico del Estado y los intereses generales de la contractuales regulados en el código civil. Por eso
colectividad, que éste reconoce tutela, y son principios Sacco59 dice que hay un derecho hecho por los jueces,
deducibles de las normas positivas (imperativas), aunque más relevante hoy de lo que fue ayer, y que las cláusulas
no estén expresamente formulados. Esta noción puede generales dan amplio espacio, ofreciendo al juez una
deducirse mediante de los magnífica palestra donde
criterios de la interpretación ejercitarse para crear
y de la integración del derecho. El juicio de
contrato.
"El juicio del merecimiento merecimiento es un
es un instrumento útil para instrumento útil para lograr
Las buenas costum- encontrar el sentido de la
bres son las normas éticas
lograr entrar el sentido de la validez y de la eficacia del
que son tratadas por la validez del reglamento reglamento contractual.
conciencia social o las
normas de la moralidad
contractual" Los juicios de
social, recibidas y licitud y de merecimiento
sancionadas por el tienen efectos prácticos
ordenamiento, las cuales deben ser compatibles con los importantes en las legislaciones especiales. Por ejemplo,
intereses que el ordenamiento mismo persigue. la legislación comparada sobre defensa al consumidor.

También la causa debe ser digna de tutela o El artículo 9 de la ley para la reglamentación de
merecedora de tutela. Aquí el requisito consiste en aquél las condiciones generales del contrato (AGB-GESETZ)
juicio de reequilibrio para justificar la razón de las de 9 de diciembre de 1976 dice lo siguiente:
atribuciones patrimoniales. Este juicio opera mediante
la compatibilidad de la causa con el principio de la "(Cláusula general).-
equitativa reciprocidad de los intereses (equilibrio
contractual mínimo entre las particulares prestaciones) (1) Las cláusulas de las condiciones generales del
que es una expresión de la función reequilibradora. contrato son ineficaces si perjudican
También este juicio opera en relación a la eficacia y la desproporcionadamente al predisponente en
estabilidad de las prestaciones. oposición con las reglas de la buena fe.

Estos dos juicios o requisitos son instrumentos que (2) Se debe suponer en la duda una desventaja
permiten no un control sino una adecuada protección a la desproporcionada, si una cláusula.
autonomía privada. Como dice el Profesor Sacco58 se

(58) SACCO, Rodo1fo, 1 codici civili de/l'ultimo cinquantennio, en Rivista di Diritto Civile, Fondata da Wa1ter Bigiavi, Casa Editrice
Dott. Antonio Mi1ani, Anno XXXIX, Maggio-Giugno, N" 3, Padova, 1993, p.p. 315-316.
(59) SACCO (1993), Op. Cit. p.p. 315-316.

DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
l. No es compatible con los principios fundamentales 2. La apreciación del carácter abusivo de las
de la reglamentación legal que ha derogado, o, cláusulas no se referirá a la definición del objeto
principal del contrato ni a la adecuación entre
2. Limita derechos u obligaciones fundamentales, precio y retribución, por una parte, ni a los
que resultan de la naturaleza del contrato, de modo servicios o bienes que hayan de proporcionarse
tal de poner en peligro la obtención de la finalidad como contrapartida, por otra, siempre que dichas
del contratd0 ". cláusulas se redacten de manera clara y
comprensible".
Esta ley alemana describe la situación de
desequilibrio en los contratos predispuestos cuando Esta norma establece el carácter abusivo de una
existe una posición predominante de la parte cláusula contractual según la naturaleza de los bienes o
predisponen te en detrimento de la parte adherente. Esta servicios, las circunstancias y cláusulas contractuales
situación se reequilibra con los juicios de licitud relacionadas. Pero en realidad, el sentido de este carácter
(principios fundamentales de la reglamentación legal) y abusivo debe apreciarse en la finalidad del contrato tal
de merecimiento (derechos u obligaciones fundamentales como lo establece la ley alemana.
que resultan de la naturaleza del contrato), teniendo en
consideración la finalidad del contrato. Como se puede apreciar esta norma admite sin
dudas los juicios de licitud y de merecimiento en materia
En el mismo sentido e influenciado por la ley de cláusulas vejatorias 61 • Por el contrario, las legislaciones
alemana, se reguló para toda la Comunidad Europea una especiales posteriores no regularon con claridad tales los
directiva de protección a la parte adherente en un contrato juicios. El primer párrafo del artículo 37° de la ley
predispuesto. El artículo 4 de la Directiva 93/13/CEE argentina de defensa del consumidor N° 24.240 y sus
del Consejo, de S de abril de 1993, sobre las cláusulas modificaciones, establece que sin perjuicios de la validez
abusivas en los contratos celebrados con consumidores, del contrato, se tendrán por no convenidas 62 : (a) las
sanciona lo siguiente: cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten
la responsabilidad por daños; (b) las cláusulas que
"l. Sin perjuicio del artículo 7, el carácter abusivo importen renuncia o restricción de los derechos del
de una cláusula contractual se apreciará teniendo consumidor o amplíen los derechos de la otra parte; (e)
en cuenta la naturaleza de los bienes o servicios las cláusulas que contengan cualquier precepto que
que sean objeto del contrato y considerando, en imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio
el mor:1ento de la celebración del mismo, todas del consumidor. Alterini 63 afirma que la noción de
las circunstancias que concurran en su cláusulas contractuales que se tienen por no convenidas
celebración, así como todas las demás cláusulas implica claramente a la teoría de la inexistencia. Así lo
del contrato, o de otro contrato del que dependa. contempla el proyecto argentino de código civil

(60) Tomando como antecedente la norma alemana, el jurista peruano formuló una propuesta normativa: CÁRDENAS QU!RÓS, Carlos,
Las cláusulas generales de contratación y el control de las cláusulas abusivas, en !US ET VER!TAS, Revista editada por Estudiantes
de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Año VII, N" !3, Lima, 1996, p.p. 31-32: "Son nulas las
estipulaciones insertas en las cláusulas generales de contratación que se opongan, en perjuicio del adherente, a la buena fe. Se
presumen opuestas a la buena fe las cláusulas que atribuyan al predisponente una situación desproporcionadamente ventajosa
considerando el tipo contractual de que se trate, que injustificadamente contradigan o se aparten de los principios inspiradores de las
normas legales aplicables al contrato; o que modifiquen o limiten los derechos y obligaciones de los contratantes, de modo que se
impida que el contrato alcanze el fin para el que fue celebrado".
(61) ESPINOZA ESPINOZA, Juan, Las cláusulas vejatorias en los contratos estipulados unilateralmente, en THEMIS, Segunda Época.
Publicación trimestral editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, N" 38, 1998,
p. 160: "Frente a la predominante posición de acuñar el término de "cláusulas abusivas", proponemos utilizar el de "cláusulas
vejatorias", por cuanto en nuestra tradición jurídica el término abuso, suele asimilarse al abuso del derecho, cuyo contenido conceptual
es el de un principio general del Derecho".
(62) Esta expresión tiene como antecedente el segundo párrafo del artículo 35 de la Ley No 78-23 de 10 de enero de 1978 (Francia):
"Tales cláusulas abusivas, estipuladas en contraposición con las disposiciones que preceden, son consideradas como no puestas".
(63) ALTER!Nl, Aníbal Atilio, Contratos civiles, comerciales y de consumo, Teoría general, Abeledo-Perrot S.A. E. e I., Buenos Aires,
1998, p. 358

DERECHO & SOCIEDAD 19 llfD


Rómulo Morales Hervias
unificado con el código de comercio de 1998 (artículo como la del Brasil 65 , Costa Rica 66 y España 67 •
968 64 ). Esta solución no cabría en otras legislaciones Independientemente de las soluciones legislativas sobre

(64) ARTÍCULO 968.- Estipulaciones prohibidas en los contratos predispuestos. En los contratos predispuestos se tienen por no convenidas
las estipulaciones que, por si solas o combinadas con otras:
a) Desnaturalizan las obligaciones de las partes.
b) Limitan la responsabilidad del predisponente por daños al proyecto de vida.
e) Limitan la responsabilidad del predisponen te por daños patrimoniales sin una adecuada equivalencia económica.
d) Importan renuncia o restricción a los derechos del no predisponente, o ampliación de los derechos del predisponente, que resultan
de normas supletorias.
e) Obligan al no predisponente a pagar intereses, si su tasa excede sin justificación y desproporcionadamente el costo del dinero para
deudores en operaciones similares. En tal caso se los tiene por no convenidos en la demasía, y se aplica el artículo 723 para los
pagados en exceso.
(65) Artículo 51 de la Ley N" 8.078- Código de Defensa del Consumidor. (modificada por la Ley N" 9.298, de 01.08.96): Sao nulas de
pleno direito, entre outras, as cláusulas contratuais relativas ao fomecimento de produtos e servi~os que:
I- impossibilitem. exonerem ou atenuem a responsabilidade do fornecedor por vícios de qualquer natureza dos pródutos e servi¡;os
ou impliquem renúncia ou disposi¡;ao de direitos. Nas rela~oes de consumo entre o fornecedor e o consumidor-pessoa jurídica, a
indeniza¡;iio poderá ser limitada, em situw;:oes justificáveis;
II - subtraiam ao consumidor a op¡;ao de reembolso da quantia já paga, nos casos previstos neste código;
III - transfiram responsabilidades a terceiros;
IV - estabele¡;am obriga~oes consideradas iníquas, abusivas, que coloquem o consumidor em desvantagem exagerada, ou sejam
incompatíveis com a boa-fé ou a eqüidade;
V- (Vetado).
VI - estabele¡;am inversiio do ónus da prava em prejuízo do consumidor;
VII - determinem a utiliza¡;iio compulsória de arbitragem;
VIII- imponham representante para concluir ou realizar outro negócio jurídico pelo consumidor;
IX - deixem ao fornecedor a op~iio de concluir ou nao o contrato, embora abrigando o consumidor;
X- permitam ao fornecedor, direta ou indiretamente, varia~ao do pre<;o de maneira unilateral;
XI - autorizem o fornecedor a cancelar o contrato unilateralmente, sem que igual direito seja conferido ao consumidor;
XII - obriguem o consumidor a ressarcir os custos de cobran<;a de sua obriga<;iio. sem que igual direito lhe seja conferido contra o
fornecedor;
XIII - autorizem o fornecedor a modificar unilateralmente o conteúdo ou a qualidade do contrato, após sua celebra¡;ao;
XIV - infrinjam ou possibilitem a viola<;iio de normas ambientais;
XV - estejam em desacordo com o sistema de prote¡;iio ao consumidor;
XVI - possibilitem a renúncia do direito de indeniza<;iio por benfeitorias necessárias;
§ I o Presume-se exagerada, entre outros casos, a vantagem que:
1- ofende os princípios fundamentais do sistema jurídico a que pertence;
II- restringe direitos ou obriga<;oes fundamentais inerentes a natureza do contrato, de tal modo a amea~ar seu objeto ou o equilíbrio
contratual;
III- se mostra excessivamente onerosa para o consumidor, considerando-se a natureza e conteúdo do contrato, o interesse das partes
e outras circunstancias peculiares ao caso.
§ 2" A nulidade de urna cláusula contratual abusiva nao invalida o contrato, exceto quando de sua ausencia, apesar dos esfor¡;os de
integra¡;iio, decorrer ónus excessivo a qualquer das partes.
§ 3o (Vetado).
§ 4o É facultado a qualquer consumidor ou entidade que o represente requerer ao Ministério Público que ajuíze a competente a<;iio
para ser declarada a nulidade de cláusula contratual que contrarie o disposto neste Código ou de qualquer forma niío assegure o justo
equilíbrio entre direitos e obriga¡;oes das partes.
(66) Artículo 39 de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor, N° 7472. La eficacia de las condiciones
generales en los contratos de adhesión está sujeta al conocimiento efectivo de ellas por parte del adherente o a la posibilidad cierta de
haber tenido ese conocimiento con una diligencia ordinaria.
Son abusivas y absolutamente nulas las condiciones generales de los contratos de adhesión, civiles y mercantiles, que:
a) Restrinjan los derechos del adherente, sin que tal circunstancia se desprenda con claridad del texto.
b) Limiten o extingan la obligación a cargo del predisponente.
e) Favorezcan, en forma excesiva o desproporcionada, la posición contractual de la parte predisponente o importen renuncia o
restricción de los derechos del adherente.
d) Exoneren o limiten la responsabilidad del predisponente por daños corporales, cumplimiento defectuoso o mora.
e) Faculten al predisponente para rescindir unilateralmente el contrato, modificar sus condiciones suspender su ejecución, revocar o
limitar cualquier derecho del adherente, nacido del contrato, excepto cuando tal rescisión, modificación, suspensión, revocación o
limitación esté condicionada al incumplimiento imputable al último.
f) Obliguen al adherente a renunciar con anticipación a cualquier derecho fundado en el contrato.
g) Impliquen renuncia, por parte del adherente, a los derechos procesales consagrados en el Código Procesal Civil o en leyes
especiales conexas.
h) Sean ilegibles.
i) Estén redactadas en un idioma distinto del español.
Son abusivas y relativamente nulas, las ·cláusulas generales de los contratos de adhesión que:
a) Confieran, al predisponente, plazos desproporcionados o poco precisos para aceptar o rechazar una propuesta o ejecutar una
prestación.

11111 DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
el tipo de sanción en las cláusulas abusivas 68 , hay una romano, medioeval y contemporáneo. Desde el Derecho
nota importante que cabe comentar. La expresión de la romano quiritaoo, la jurisprudencia romana se ocupaba
ley argentina "las cláusulas que desnaturalicen las sobretodo en el campo de los negocios jurídicos, del
obligaciones" tiene una vinculación con las expresiones problema de la tipificación, es decir de la construcción y
de las leyes brasileña (inciso IV del artículo 51) y de la diferenciación de los diversos tipos negociales, de
española (numerales 1 y 2 del artículo 10 bis). la invención y formulaciones de reglas jurídicas
conformes a la naturaleza de los particulares tipos de
La ley brasileña alude al juicio de merecimiento 'negocios; en la construcción de tipos negociales. Para todo
al atribuir la calidad de obligaciones abusivas a aquellas tipo de negocio existían formularios fijos, diligentemente
que no sean compatibles con la buena fe v la equidad. elaborados por la jurisprudencia cautelar que
De la misma manera la ley española refiere al juicio de expenmentados en una ininterrumpida praxis negocia] y
merecimiento cuando hace referencia al carácter abusivo mejoradas por repetidas correcciones, habían demostrado
de las cláusulas, condiciones y estipulaciones cuando su utilidad. Apenas se presentaba un nuevo tipo de
las cláusulas subsistentes determinen una situación no negocio, la jurisprudencia cautelar se preocupaba
equitativa en la posición de las partes que no pueda ser inmediatamente de incorporarlo en una determinada
subsanada. Para ello presupone un desequilibrio situación regulada y partiendo de su individualidad causal,
importante de los derechos y obligaciones de las partes construía el contenido típico y elaboraba un formulario
que se deriven del contrato. Al igual que la Directiva correspondiente. Al final de la república la formulación
93/13/CEE el carácter abusivo de una cláusula se de los libros de fórmulas no era considerada más como
apreciará teniendo en cuenta la naturaleza de los bienes tarea de los juristas y, en sustancia, de los aspectos más
o servicios, las circunstancias concurrentes en el comunes del uso negocia] se servían sólo por medio de la
momento de su celebraci.Jn, así como todas las demás interpretación del negocio jurídico 69 . Asimismo. los
cláusulas relacionadas del contrato. dogmas bizantinos de la natura actionis y de la natura
contractus70 presentan el tipo de acción y del contrato
6. Causa mixta y causa conexa como flexible, modificable de conformidad a las
circunstancias del caso. Es verdad que se mantienen
La particularidad de la operación económica adherentes al principio que todo negocio jurídico concreto
siempre fue considerada relevante tanto en los derechos así como toda acción concreta deben corresponder lo más

b) Otorguen, al predisponente, un plazo de mora desproporcionado o insuficientemente determinado, para ejecutar la prestación a 'u
cargo.
e) Obliguen a que la voluntad del adherente se manifieste mediante la presunción del conocimit:nto de otros cuerpos normativos, que
no formen parlé mtegral del contrato.
d) Establezcan indemnizaciones, cláu ;u las penales o interes<:S dcsproporcion1;h~'· en celación con los daños para resarcir por el
adherente.
En caso de incompatibilidad, las condiciones particulares de los contratos de adhesión deben prevalecer sobre las generales. Las
condiciones generales ambiguas deben interpretarse en favor del adherente.
(67) Artículo 10 bis de la Ley General para la defensa de los consumidores y usuarios, N° 26/1984, de 19 de julio.
l. Se considerarán cláusulas abusivas todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente qué en contra de las exigencias
de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que
se deriven del contrato. En todo caso se considerarán cláusulas abusivas los supuestos de estipulaciones que se relacionan en la
disposición adicional de la presente Ley.
El hecho de que ciertos elementos de una cláusula o que una cláusula aislada se hayan negociado individualmente no excluirá
la aplicación de este artículo al resto del contrato.
El profesional que afirme que una determinada cláusula ha sido negociada individualmente, asumirá la carga de la prueba.
El carácter abusivo de una cláusula se apreciará teniendo en cuenta la naturaleza de los bienes o servicios objeto del contrato y
considerando todas las circunstancias concurrentes en el momento de su celebración, así como todas las demás cláusulas del
contrato o de otro del que éste dependa.
2. Serán nulas de pleno derecho y se tendrán por no puestas las cláusulas, condiciones y estipulaciones en las que se aprecie el
carácter abusivo. La parte del contrato afectada por la nulidad se integrará con arreglo a lo dispuesto por el artículo 1258 del
Código Civil. A estos efectos, el Juez que declara la nulidad de dichas cláusulas integrará el contrato y dispondrá de facultades
moderadoras respecto de los derechos y obligaciones de las partes, cuando subsista el contrato, y de las consecuencias de su
ineficacia en caso de perjuicio apreciable para el consumidor o usuario. Sólo cuando las cláusulas subsistentes determinen una
situación no equitativa en la posición de las partes que no pueda ser subsanada podrá declarar la ineficacia del contrato.
3. Las normas de protección de los consumidores frente a las cláusulas abusivas serán aplicables, cualquiera que sea la Ley que las
partes hayan elegido para regir el contrato, en los términos previstos en el artículo 5 del Convenio de Roma de 1980, sobre la
Ley aplicable a las obligaciones contractuales.
(68) El código civil holandés (artículo 233) sanciona con anulabilidad.
(69) BETII, Emilo, La tipicita dei negozi giuridici romani e la cosidetta atipicita del diritto moderno, en Diritto, Metodo, Ermeneutica,
Scritti scelti, a cura di Giuliano Crifo, Giuffre Editore, Milano, 1991, p.p. 328-329.
(70) BIROCCHI, !talo, Causa e categoría genera/e del contralto, Un problema dogmatico nella cultura privatistica dell'eta moderna, l.
11 cinquecento, Il Diritto nella storia. Callana coordinara da Umberto Santarclli 5. G. Giappichelli Editare, Torino, 1997, p. 57.

DERECHO & SOCIEDAD 19 1m


Rómulo Morales Hervias
posible a un tipo particular, determinado por la ley, sin considerarán la una independiente de las otras,
embargo se concede a las partes tamb1én la posibilidad indiVIdualidad y eficacia propias, por eso se debe
de producir amplias modificaciones. Hasta que tales distinguir la hipótesis en que cualquier declaración viene
modificaciones son compatibles con la natura contractus en consideración como un distinto negocio JUrídico, por
o con la natura actiones, el negocio jurídico y el cual a la pluralidad de declaraciones corresponde una
respectivamente la acción no cesan de tomar la multiplicidad de negocios, de aquélla en que las varias
denominación clásica, sólo que se transforman en declaraciones resultan combinadas entre sí, para dar vida
inevitables conexidades y combinaciones71 . a un negocio jurídico unitario. En esta última h1pótesis,
se tiene un soto negocio, complejo o mixto, caracterizado
Los contratos son los instrumentos para alcanzar por la umficac1ón del elemento causal; en la primera
la causa concreta. Los privados pueden perseguir sus hipótesis, por el contrario, se tiene un conjunto de negocios
causas concretas combmando varios contratos. Existen que pueden ser conexos funcionalmente o también
contratos distintos con una o varias causas concretas o ocasionalmente 74 •
funciones econom1co-individuales pero existirá una
causa concreta como elemento determmante para Bianca'' señala que en una u otra h1pótes1s (fusión
verificar la pluralidad de contratos. Habrán supuestos o concurrencia de cauS'as) el contrato rn1xto es entend1do
de contratos diferentes con sus respectivas causas corno un contrato único, siendo única la causa o la
concretas vinculados entre sí o contratos únicos conexos prestación.
pero pertenecientes a distintos tipos.
Sacco 76 indica que SI ind1viduaiJzamos los
La estructura del contrato se caracteriza esquemas contractuales a lo que corresponde lo quendo;
fundamentalmente por la atribución normativa a los se comprueba que las partes han combinado los
particulares de poder normativo para crear normas elementos fusionando en conjunto las causas típicas en
jurídicas privadas 72 • Esta estructura se configura por medio una única causa. Si se deduce que las prestaciones,
de los componentes contractuales (elementos y requisitos). íntimamente y orgánicamente mezcladas, son
Uno de los elementos estructurales es la causa concreta la preordenadas al logro de una misma finalidad contractual
cual es una noción distinta pero vinculada con el tipo en sentido objetivo; se constata que el contrato es atípico;
contractual. Es decir, la causa concreta y el tipo son dos y se somete al reglamento del tipo prevalente. Un
definiciones totalmente distintas: la causa concreta es un contrato así descrito es llamado por la JUrisprudencia
elemento del contrato que cumple dos roles: es la función italiana "complejo" o "m1xto". A veces el contrato
económica individual y es la justificación objetiva de las complejo es diferente del contrato mixto porque el
consecuencias jurídicas. En cambio, el tipo del contrato segundo admitiría un carácter más marcadamente
es el conjunto de operaciones jurídicas (funciones unitario. Concluye Sacco d1ciendo que la umdad deí
económico-sociales) suscepti bies de calificación por parte contrato depende del hecho de que las partes lo han
del ordenamiento para la constitución, la regulación o la querido como unitario.
extinción de situaciones jurídicas subjetivas. La causa
concreta es mixta y conexa dependiendo de la Roppo 77 expresa que el contrato complejo es un
configuración de contratos mixtos 73 y conexos. contrato atípico cuyo acuerdo de las partes as1gna un
reglamento que (no corresponde a un t1po legal, pero)
Para ello, debemos recurrir a la jurisprudencia contiene todos los elementos esenciales de dos tipos
italiana: en el caso de más declaraciones contextuales, se legales, combinados entre si para formar una única

(71) BETII (1991), Op. Cit, p. 341.


(72) MORALES HERVIAS, Rómulo, Estudios sobre teoría general del negocio jurídico, Primera edición, ARA Editores E.LR.L, Lima,
2002, p.p. 206-208.
(73) MÜHLENBRUCH, Doctrina pandectarum § 344; HOENIGER, Gemischte vertrdge, p. 4, citados en BETI! ( 1991 ), O p. Cit, p. 343.
Dicen que los contratos mixtos tuvieron antecedente en el derecho común mediante la teoría de los elementos. Concordamos con tal
aseveración pero también fue un antecedente el derecho romano al otorgar poder a los privados para incluir en el contenido contractual
particularidades diferentes a los tipos.
(74) Cass: 17.11.83, n. 6864, Massimario giustizia civile, 1983, Citada en RAPPAZZO. Antonio, 1 contratti collegati, Serie a cura di
Paolo Ccndon: 11 Diritto privato oggi, Dott. A. Giuffre Editore, S.p.A, Milano, 1998. p. 15.
(75) BlANCA, C. Massimo, Diritto Civile, 11 Contralto, Nuova ristampa con aggiornamento. Dott. A. Giuffre Editare, S.p.A., Milano, 1998,
Volume III, p. 451.
(76) SACCO, Rodolfo, La Qualijicazione, en Trattato di Diritto Priva/o, Obbligazioni e Contmtri, Diretto da Pietro Rcscigno, Unione
Tipografico-Editrice Torinese, Torino, 1990, Volume 10, Tomo Secondo, p.p. 462-463.
(77) ROPPO. Enzo, Contralto, en Digesto delle Discipline Privatistiche, Sezione civile, Sotto gli auspici dell'académic intcrnazionale de
Droit Comparé e dell'Associazione Italiana di Diritto Comparato. Unione Tipografico-Editrice Torinese (UTET), 1989, Volume IV
(Cont-Cost), p. 120.

lllfJ DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
operación contractual. El contrato mixto a su vez, es un serían disciplinados sobre la base de la referencia al tipo
contrato atípico en que se combinan algunos elementos correspondiente (llamada teoría de la combinación).
(más preciso prestaciones) propios de dos tipos de Gazzoni dice que esta última teoría, aparece más
contratos. respetuosa de la especificidad de la realidad económica
creada por los privados. Roppo 82 indica que a los
Se puede advertir que tanto Bianca, Sacco contratos mixtos y complejos se aplican la disciplina
y Roppo identifican causa y prestación. En otra posición del tipo legal o de la prestación típica "prevalente"; y
diferente, GazzonF 8 manifiesta que un determinado además, pero sólo en cuanto no sea compatible con ella,
supuesto de hecho en un primer tiempo puede ser la disciplina de otro tipo legal o de otra prestación típica
calificado como mixto pero a medida que se manifiesta (criterio de la absorción, atemperado con el criterio de
una cierta reiteración y por ello una cierta tipicidad la combinación). En base a nuestras premisas, la teoría
jurisprudencia! el contrato viene calificado como atípico de la absorción sería más compatible con la causa concreta
para después acaso convertirse en típico con la (función económica individual) y la operación jurídica
intervención del legislador. Añade que sobre el plano (función económica social). La teoría de la combinación
reconstructivo el contrato mixto es configurado como será aplicable a otra clase de contrato.
el resultado de la combinación de una pluralidad de
esquemas que se fundan y se condicionan Sobre los contratos conexos, Bianca 83 asevera que
recíprocamente. Tales esquemas no son por eso en general más contratos se dicen conexos en cuanto
susceptibles de autónoma y separada consideración, subsiste entre ellos un nexo de interdependencia. La
porque pierdan su individualidad. conexidad se dice voluntaria cuando es prevista
específicamente, cuando aquella resulta del específico
Pensamos por el coP.trario que los contratos mixtos propósito de las partes de subordinar la suerte de un
o complejos constituyen una disciplina unitaria de uno o contrato a aquélla del otro. Se dice funcional cuando
de otro. Esta disciplina se determinará por la resulta de la unidad de la función perseguida, o sea cuan-
preponderancia de las diferentes funciones de una o de do las varias relaciones contractuales tienden a realizar
otra figura contractual: es una unificación o universitas un fin práctico unitario. En tal caso finaliza Bianca, las
de actos, por que la pluralidad se combina con la unidad79 • particulares relaciones persiguen un interés inmediato
Por ejemplo, para establecer el criterio de prevalencia de que es ins~umental respecto al interés final de la opera-
los elementos del contrato de obra o de los elementos de ción.
la compraventa se debe tener en cuenta el interés que han
puesto las partes: si las partes tuvieron interés en Sacco84 dice que en los contratos funcionalmente
intercambiar un bien contra una suma de dinero, debe y teleológicamente conexos (e interdependientes), las
reconocerse que es la compraventa; es representable el partes pueden querer contratos distintos, y al mismo
contrato de obra, por el contrario, si el interés originario y tiempo pueden subordinar la eficacia de uno a la efica-
fundamental de las partes es aquél de cumplir y de recibir cia del otro, o pueden también querer que ellos depen-
una obra 80 • dan el uno del otro. La comprobación relativa es res
facti, pero la calificación viene enturbiada a través de la
La disciplina del contrato mixto o complejo debe sola mención añadida relativa a la causa (las causas son
basarse en una teoría determinada. Gazzoni 81 describe plurales y distintas, pero conexas).
sintéticamente dos teorías. Según algunos la disciplina
del contrato en mención sería aquel tipo contractual Roppo 85 dice que los contratos son "conexos",
prevalente (llamada teoría de la absorción). Según otra en el sentido que su operatividad conjunta es necesaria
posición, por el contrario la disciplina sería total en el para realizar la operación programada por las partes,
sentido que varios rasgos particulares de la operación operación que con cualquiera de los contratos, por sí

(78) GAZZONI, Franc~sco, Manua/e di diritto privato, VII edizione aggiomata, Edizioni Scientifiche ltaliane, Napoli, 1998, p. 773.
(79) CARNELUTII, Francesco, Teoria generale del diritto, Ristampa della terza edizione emendata e ampliata di 1951, Scuola di
specializzazione in diritto civile deli'Universita di Camerino a cura di Pietro Perlingieri, Edizioni Scientifiche Italianc, 1998, p. 350.
(80) Cass. 26.4.84, n. 2626, Massimario giustizia civile, 1984. Citada en: RAPPAZZO, Op. Cit. p. 15.
(81) GAZZONI, Op. Cit, p. 774.
(82) ROPPO (1989), Op. Cit. p. 120.
(83) BlANCA (1984). Op. Cit. Volume III, p.p. 454-455.
(84) SACCO (1990). Op. Cit, Volume 10, Tomo Secando, p. 463.
(85) ROPPO (1989), Op. Cit. p. 120.

DERECHO & SOCIEDAD 19 liD


Rómulo Morales Hervias
solo, no sería suficiente actuar. Cada contrato tiene su fusión de esquemas típicos diversos, mientras la
propia razón justificativa, su propia causa: a la luz de conexidad negocia) se expresa a nivel funcional, ponien-
ésta deberá valorarse su validez y su eficacia. do en relación e influenciando las relaciones jurídicas
que nacen de los particulares contratos, los cuales están
Se ha dicho que existe también una razón justifi- y quedan tipológicamente y causalmente autónomos y
cativa -una causa86 - de la total, conjunta operación pro- distintos. Distingue según si la conexidad se presenta
gramada por las partes, y tal causa se identificaría preci- como necesaria (si es innata a la misma función desa-
samente con las razones que han inducido a las partes a rrollada por el negocio) o como voluntaria (si estableci-
hacer dos (o más) contratos entre sí conexos, cualquiera da por los privados entre negocios de por sí perfecta-
de los contratos no se justifica por sí solo pero justifica mente autónomos). Serían negocios conexos necesarios
la existencia del otro, porque entre ambos son los ele- los negocios preparatorios (por ejemplo, el negocio de
mentos necesarios de una operación unitaria. Bianca y apoderamiento es presupuesto para la conclusión del
Roppo dan importancia a la vinculación de interdepen- contrato mediante el representante), negocios
dencia y Sacco a la relación de subordinación. Pensa- modificativos, negocio de determinación, negocios
mos que en los negocios jurídicos conexos hay una plu- revocatorios, negocios de desistimiento, negocios
ralidad coordinada de contratos en los que cada uno res- resolutorios, negocios accesorios (como los negocios de
ponde a una causa concreta autónoma, aun cuando en garantía), la convalidación del negocio anulable, la con-
conjunto configuren una relación de interdependencia firmación del testamento y de la donación nulos y la
pero no una relación de subordinación. En efecto, en la ratificación del negocio concluido con el fa/sus
conexidad entre contratos cualquier contrato mantiene procurator. Y son ejemplos de negocios conexos vo-
su propia individualidad y autonomía asimismo son luntarios la transferencia de un inmueble y la cesión de
queridos y concebidos como conectados entre sí por un la empresa, el intercambio o el arrendamiento conexo a
nexo de recíproca interdependencia87 • la concesión de uso del mobiliario (la llamada habita-
ción amueblada) o de los contratos recíprocos cuando
Según, Galgano, en los negocios jurídicos los mismos sujetos son partes de dos contratos con po-
conexos existe una dualidad o pluralidad de funciones siciones contractuales invertidas (por ejemplo: dos com-
conectadas entre sí por una relación de interdependen- praventas de las cuales los sujetos son en una vendedo-
cia. Cada contrato conservará su propia disciplina pero ra y en una adquirente). Asimismo, las partes pueden
debidamente coordinada con las otras disciplinas. Ver- reforzar la conexidad negocia!, estableciendo la exclu-
bigracia, en el caso de los contratos de utilización de sión de la facultad de desistimiento en orden al contrato
ordenadores, la conexión puede establecerse entre más funcionalmente subordinado a otro, como en el caso en
de dos contratos: el contrato sobre el hardware, el con- que, tratándose de casa-hotel, el reglamento de los co-
trato sobre el software, el contrato de mantenimiento y propietarios excluya el desistimiento de los copropieta-
el de asistencia 88 • rios del contrato de obra de los servicios a tiempo inde-
terminado para el funcionamiento o el goce de las par-
Gazzoni 89 dice que a veces la operación econó- tes hoteleras (restaurante, piscina, piano-bar), conexo al
mica es realizada por los privados a través de una plura- contrato de adquisición de una particular unidad inmo-
lidad de negocios estructuralmente autónomos pero biliaria. Bianca, Sacco, Roppo, Galgano y Gazzoni asig-
conexos, en el sentido que los destinos de uno influencian nan a la causa la calificación de los negocios jurídicos
los destinos del otro en términos de validez y eficacia, complejos y conexos.
siendo único el interés perseguido por los privados sea
a través de pluralidad de los contratos, los cuales simul En consecuencia, la causa se convertiría en un
stabunt, simul cadent (juntos estaban, juntos caen), aun- criterio normativo para la calificación de la mixtura y
que sea tengan distintas causas, pero preordenadas a una de la conexidad de los contratos en virtud del principio
finalidad práctica unitaria. Por consiguiente el contrato de unidad estructural que define el negocio jurídico (y
mixto se manifiesta a nivel de supuesto de hecho, es el contrato en particular) como una totalidad autónoma
decir de individualización del tipo, como producto de la de relaciones internas. Dentro de este conjunto organi-

(86) SANTORO PASSARELLI, Francesco, Doctrine Generali del Diritto Civili, Ristampa della nona edizione, Casa Editoriale Dott,
Eugenio Jovene S.N.C., Napoli, 1997, p. 215: "Función fundamental".
(87) DI MAJO, Adolfo. La causa del contralto. En: La Disciplina generale dei contratti dalle istituzioni di Dirirto Privara. A cura di
Mario Bessone. Quarta edizione. Giappichelli Editore. Torino. 1997. p. 623.
(88) GALGANO, Francesco, El Negocio Jurídico, Traducción realizada por Francisco de P. Blasco Gaseó y Lorenzo Prats Albentosa de
la Primera Edición Italiana, Tiran! lo blanch, Valencia, 1992, p. 115.
(89) GAZZONI, Op. Cit. p.p. 774-776.

11111 DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
zado no hay término o elemento suelto, cada término voluntario (artículo 1814 del código civil peruano), el
está en relación con otro o en relación con la totalidad contrato de depósito necesario (artículo 1854 del código
que lo constituye. Una unidad estructural implica una civil peruano) y el contrato de secuestro (artículo 1X57
coherencia. Metodológicamente la coherencia se refie- del código civil peruano).
re a llevar a cabo un conjunto de operaciones ordenadas
que permitan establecer las relaciones (relacionar un tér- La función ele colaboración gestoría es aquella
mino con término o un término con la totalidad) hasta función que se expresa mediante el encargo de actos
agotar el objeto que se interpreta 90 • jurídicos en sentido estricto y negocios jurídicos como
el contrato de mandato (artículo 1790 del código civil
Por el contrario, la función del contrato constituye peruano), el contrato de suministro (artículo 1604 del
la producción de las consecuencias jurídicas como las código civil peruano), el contrato de locación de servicios
funciones económicas sociales típicas de algunos (artículo 1764 del código civil peruano), el contrato ele
contratos tipificados en el código civil: obra (artículo 1771 del código civil peruano) y el contrato
de hospedaje (artículo 1713 del código civil peruano).
La función de cambio de la titularidad es aquella
función que se expresa mediante la modificación en la La función de previsión (prevención de riesgos)
titularidad de la propiedad de una cosa (bien material) o es aquella función que previene riesgos como el contrato
de un derecho (bien inmaterial) a cambio de un precio de renta vitalicia (artículo 1923 del código civil peruano).
como el contrato de compraventa (artículo 1529 del
código civil peruano). La función de recreación es aquella función que
tiene como finalidad el entretenimiento como d juego y
La función rle apuesta (artículo 1942 del
cesiones de titwlaridades es código civil peruano).
aquella función que se "La función del contrato constituye la
expresa mediante la cesión La función ele
de titularidades como la producción de las consecuencias gratuidad es aquella
cesión de derechos (artículo jurídicas como las funciones función que atrihuye a una
1206 del código civil
peruano) y la cesión de
económicas sociales típicas de algunos parte un patrimonio
determinado a título
posiCIOn contractual contratos tipificados en el gratuito como el contrato de
(artículo 1435 del código código civil". donación (artículo 1621 del
civil peruano). código civil peruano), el
contrato de cornodato
La función de transferencia de la facultad de (artículo 1728 del código civil peruano) y el contrato de
uso es aquella función que transfiere la titularidad de la renta vitalicia (artículo 1923 del código civil peruano).
facultad de uso como el contrato de arrendamiento
(artículo 1666 del código civil peruano). Y la función extintiva es aquella func1ón que tiene
por finalidad extinguir controversias jurídicas como la
La función financiera es aquella función que transacción (artículo 1302 del código civil peruano).
se expresa mediante el aprovechamiento económico del
dinero (finalidad especulativa) como el contrato de Por tanto, el nacimiento, la regulación y la
mutuo (artículo1648 del código civil peruano). extinción de situaciones jurídicas subjetivas cal ificad<Js
por el ordenamiento jurídico se refieren a las operaciones
La función de garantía es aquella función que prácticas (funciones individuales) y a las oreraciones
brinda seguridad respecto del cumplimiento de otro jurídicas (funciones económicas sociales como partes
contrato como el contrato de fianza (artículo 1868 del integrantes del supuesto de hecho de las normas jurídicas
código civil peruano) y la promesa del hecho ajeno públicas). La función o el tipo contractual es la
(artículo 1470 del código civil peruano). determinación del conjunto de todas las vicisitudes de
las situaciones jurídicas subjetivas calificadas por el
La función de custodia es aquella función que Derecho positivo o del conjunto de las funciones
se expresa mediante la entrega de cosa ajena para su económicas sociales tipificadas legalmente.
guarda y conservación como el contrato de depósito

(90) ARANA COURREJOLLES, Carmen, La Interpretación del Acto Jurídico, Cultural Cuzco S.A. Editores, Lima, 1992, p. l ~9 y p. 192.

DERECHO & SOCIEDAD 19 11m


Rómulo Morales Hervias
7. Hacia una teoría causalista de los contratos e) El intérprete, una vez confirmada la presencia
conexos de dos o más contratos, cada uno de los cuales
dotado de una propia individualidad, y constatada
El supuesto de hecho concreto que debemos la presencia de una conexidad jurídicamente
determinar consiste en dos o más contratos distintos pero relevante entre ellos debe evaluar cuáles son los
autónomos normativamente. efectos sobre el plano de la disciplina 94 • La
Para determinar si hay contratos conexos conexidad negocia! determina una
debemos tener en cuenta tres fases hermenéuticas interdependencia entre los contratos con las
sucesivas: precisas consecuencias sobre el plano de la
disciplina jurídica, al punto que la patología de
a) En primer lugar, es necesario verificar si se está un contrato acaba por determinar, más o menos
en presencia de una pluralidad de negocios, directamente, la patología del otro 95 • Finalmente,
autónomos e independientes, dotados de una la tercera fase es determinar la existencia de
propia causa91 • Entonces, la primera fase es interrelación de las vicisitudes de un contrato a
determinar la existencia de una pluralidad de otro sobre el plano de los efectos jurídicos, es
contratos diferentes en cuanto existan causas decir, se requerirá la existencia de una
concretas autónomas. dependencia funcional entre todos los contratos.

b) Una vez consolidado que el interés no puede ser Utilizaremos un ejemplo ficticio.
alcanzado a través del recurso a un único negocio,
pero sólo con el concurso de más supuestos de Labeón Leasing S.A., interpone demanda
hecho cada una de las cuales productoras de acumulativa objetiva originaria de resolución de contrato
efectos propios pero coordinados para la y accesoriamente de restitución de dinero e
realización de una función común, se pasa a la indemnización, contra Aristón Sociedad de
segunda fase del procedimiento hermenéutico, Responsabilidad Limitada para que se resuelva el
esto es, a la caracterización de una conexidad que contrato de compraventa celebrado por ambos y como
sea jurídicamente relevante 92 • La conexidad consecuencia de ello que le restituyan la suma de US$
jurídicamente relevante se establece en Jos 450,000.00 más sus intereses legales, así como para que
intereses concretos del reglamento contractual le indemnice con la suma de US$ 200,000.00 por los
sobre la base de criterios objetivos. Esta daños causados ante la imposibilidad de ejecutar el
conexidad permite más bien entender la lógica contrato de arrendamiento financiero. Sucede que
del reglamento contractual para someter a ella aproximadamente dos meses después de celebrado el
situaciones y eventos no expresamente previstos. contrato de compraventa éste fue tachado por el señor
Y por otra parte demuestran cómo un juicio de Registrador de los Registros Públicos de Pisco debido a
tipo objetivo implica un juicio en términos de que el apoderado de la demandada, gerente general y
precios, de costos y riesgos de la operación. En además participacionista, no estaba facultado para
otras palabras implica recursos y análisis transferir los activos de su representada. En efecto,
económicos de los fenómenos jurídicos del Labeón Leasing S.A. ya había cancelado el precio del
contrato en concreto 93 • De esta manera, la inmueble pactado en el contrato, se había suscrito el
segunda fase es determinar la existencia de un contrato de Leasing y además se había hecho entrega
nexo funcional unitario en el sentido de formal del inmueble a la demandada, y por ello solicitó
determinar el programa de una operación a Aristón Sociedad de Responsabilidad Limitada que
económica global. cumpla con perfeccionar la transferencia del bien objeto

(91) DI NANNI, Cario, Colegamento negoziale e funzione complexa, en Rivista di Diritto Commerciale. En: Rivista di diritto commerciale
e del diritto generale delle obbligazioni. Parte prima. Casa editrice Dottor Francesco Villardi. Milano. 1977. Anno LXXV. p.p. 302-
304.
(92) MARIANI, Paola, 11 colegamento negoziale nel diritto privato, en Rivista di diritto privato, N° 2, Anno III, Aprile-Giugno, Ipsoa
Editare s.r.l., Milano, 1998, p. 254.
(93) FERRANDO, Gilda. 1 contratti collegati, en Nuova Giurisprudenza civile commentata. Parte Seconda. Rivista bimestrale delh.: nuove
leggu civili comentate a cura di Guido Alpa e Paolo Zatti. Anno Il. Cedam. Padova. 1986. p.p. 271-272.
(94) MARIANI, Op. Cit, p.p. 255-256. En la nota 20 indica lo siguiente: "Se piensa por ejemplo en la circunstancia que un contrato pueda
modificar el propio régimen de duración en cuanto conexo a otro; o bien, se piensa en la posibilidad de utilizar excepciones en sede
de ejecución que encuentran la propia fuente en otro contrato. En cuanto a los efectos propios de la conexidad, se trata del problema
relativo a la influencia que cada contrato ejercita sobre los otros, y en particular si la ineficacia un contrato justifica la ineficacia de
los otros".
(95) MARIANI, Op. Cit, p.p. 257.

lltti DERECHO & SOCIEDAD 19


Contribución ala teoría de los contratos conexos
de compraventa. Sin embargo, Aristón Sociedad de representada, no es menos cierto que de la secuencia de
Responsabilidad Limitada, abusando de su buena fe y hechos y actos jurídicos que se han sucedido. demuestra
habiendo recibido el pago del precio del inmueble hizo una manifestación de voluntad tácita de haberles
caso omiso a sus requerimientos. En efecto, el 25 de transferido el inmueble: a) Aristón Sociedad de
enero de 2000 ambas partes celebraron un contrato de Responsabilidad Limitada recibió US$ 450,000.00 por
compra venta mediante el cual Aristón Sociedad de concepto del pago del precio del bien materia de compra
Responsabilidad Limitada transfirió el inmueble ubicado venta, b) Con dicho monto (US$ 450,000.00) Aristón
en la avenida Fermín Tanguis No 201 del distrito y Sociedad de Responsabilidad Limitada canceló diversas
provincia de Pisco, departamento de Jea, que corre obligaciones que mantenía pendientes frentes a sus
inscrito en la ficha No 7180 del Registro de la Propiedad acreedores. e) Aristón Sociedad de Responsabilidad
Inmueble de la Región Los Libertadores Wari- Oficina Limitada celebro un contrato de arrendamiento
de Pisco, a cambio del pago de US$ 450,000.00 Dólares financiero, a través de un representante debidamente
Americanos. Cabe señalar que dicho contrato se elevó a facultado, d) Labeón Leasing S.A. efectuó la entrega
escritura pública el día 17 de febrero de 2000. De acuerdo formal del inmueble materia del contrato de
a Jo pactado en la cláusula tercera. el precio del inmueble arrendamiento financiero, y d) Aristón Sociedad de
se canceló mediante cheques de gerencia a la orden del Responsabilidad Limitada cedió a Labeón Leasing S.A.
Banco Wiese Sudameris, a la orden de la Caja de los derechos derivados ele la póliza de seguros contratada
Pensiones Militar Policial, a la orden de la Caja de con la empresa Generali Perú Compañía de Seguros y
Pensiones Militar Policial, a la orden de la empresa Shell Reaseguros.
del Perú S.A. y a la orden de Aristón Sociedad de
Responsabilidad Limitada. Aristón Soc1edad de En el ejemplo hay dos contratos (compraventa y
Responsabilidad Limitad:~ cumplió con hacer entrega arrendamiento) que son conexos en cuanto a sus
del bien. En consecuencia, hubo pago de precio y entrega estructuras y a sus funciones. En realidad, ambos
de bien. Sin embargo, al momento de inscribir el contrato contratos son autónomos concretamente pero hay una
de compra venta en los Registros Públicos de Pisco, el conexidad que se explica cuando Aristón SoCiedad de
título fue observado puesto que el gerente general de la Responsabilidad Limitada recibiÓ un dinero como
empresa demandada no reunía los poderes suficientes consecuencia del contrato ele compraventa sin perder el
para transferir dicha propiedad. Posteriormente, uso del bien pero en calidad de arrendamiento. La
habiéndose hecho entrega del inmueble y pagado su finalidad concreta unitaria de Jos contratos es el
precio, mediante contrato de !casing de 03 de marzo de financiamiento sin perder el uso del bien necesario para
2000, elevado a Escritura Pública el 18 de marzo de el funcionamiento de la empresa. Es decir, el dinero
1999, Labeón Leasing S.A. otorgó a Aristón Sociedad recibido por el contrato de compraventa tuvo la calidad
de Responsabilidad Limitada el bien en arrendamiento de financiamiento más que el simple pago de una
financiero quien expresamente se obligó "a suscribir cantidad de dinero como contraprestación. Esto es
cuanto documento sea necesario para que Labeón posible por la conexidad entre el acto de transferencia
Leasing S.A. pueda acreditar la propiedad que le del derecho real de propiedad del bien y la concesión
corresponde sobre el bien" conforme se aprecia de la del bien en arrendamiento, mediante el pago de rentas
cláusula sexta de dicho contrato. Como contraprestación periódicas. La transferencia del derecho real de
por el arrendamiento financiero se acordó, en la cláusula propiedad del bien es considerado en términos
décimo tercera, que la Aristón Sociedad de estrictamente económicos como un financiamiento
Responsabilidad Limitada se obligaba al pago de 83 garantizado por el bien cedido. También, la problemática
cuotas mensuales de US$ 7,000.00 Dólares Americanos de la invalidez o la ineficacia de los contratos en el
a las cuales se les agregaría el Impuesto General a las ejemplo deberá evaluarse en el marco de los contratos
Ventas. Sin embargo, y pese a que Aristón Sociedad de conexos.
Responsabilidad Limitada ocupa y usufructúa el
inmueble de propiedad de Labeón Leasing S.A. hasta la Por consiguiente, el concepto de causa concreta
fecha no ha cumplido con cancelar ni una sola cuota del expresa un rol de mínima y fundamental garantía del
arrendamiento. Labeón Leasing S.A. expresa que si bien programa de los contratantes, en el sentido que el interés
el representante legal de Aristón Sociedad de perseguido sea idóneo para realizar un grado apreciable
Responsabilidad Limitada no cuenta con la facultad de funcionalidacl 96 como en la doctrina y en la disciplina
expresa para transferir los activos de propiedad de su de los contratos conexos.

(96) SCOGNAMIGLIO, Claudio, ll problema della causa: La prospettiva del diritto privato europeo. en Roma e America, Diritto Romano
Comune, Rivista di Diritto dellíntegrazione del Diritto in Europa e in Ame rica Latina, Atti del Congreso lnternazionale "Laformazione del
sistema giuridico latinoamericano: Codicie giuristi", Centro di Studi Giuridici Latinoamericani del consiglio Nazionale delle Ricerche e
Centro Interdisciplinare di Studi Latinoamericani dellÚniversitadi Roma "Tor Vcrgata", N" !2, Mucchi Editare, Roma, 2001, p. 336.

DERECHO & SOCIEDAD 19 llil


Rómulo Morales Hervias
8. Conclusiones iniciativa económica privada. Entonces, el con-
trato es invál1do o ineficaz cuando su causa no sea
8.1. Las partes pueden determinar libremente el d1gna de tutela según el ordenamiento jurídico si
contenido del contrato dentro de los límites otra sanción no se deduce del ordenamiento jurí-
impuestos por las normas imperativas, el orden dico.
público y las buenas costumbres. Las partes
pueden también concluir contratos que no 8.5. Los contratos que están vinculados entre sí por
pertenezcan a los tipos que t1enen una disciplina haber s1do celebrados en cumplimiento del pro-
particular, con tal que vayan dmgidos a reahzar grama de una operación económ1ca global (causa
intereses merecedores de tutela segun eí concreta umtaria) son mterpretados los unos por
ordenamiento jurídico. med1o de los otros. y atnbuyéndoles el sentido
apropiado al conjunto de la operación y a las cau-
8.2. El contrato es merecedor de tutela cuando sas concretas autónomas.
corresponda a un interés di¡:mo de la protección
por el ordenamiento jurídico aunque no sea 8.6. Las partes en el e¡erciciu de su autonmma pnvada
patrimonial. pueden dar v1da a d1versos contratos,
conservando su indJVIdualidad prop1a en cuanto
8.3. La causa es ¡] ícita cuando es contraria a las a su causa concreta va su disc1plma. que reahcen
normas imperativas. al orden púhllco o a las una función de resultado concreto umtanamente
buenas costumbres. Entonces, el contrato es nulo perseguido. Asimismo, los contratos conexos
cuando su causa sea ilícita, es decir, cuando están en una relación de recíproca dependencia
vulnere el orden púhhco o las buenas costumbres, entre uno y otros, en el sentido de que son
o cuando sea contrario a normas imperativas o contratos condicionados no solamente en su
prohibitivas. ejecución (eficacw funcional) sino también en
su validez (eficacia estructural) por ser mterde-
8.4. La causa es merecedora de tutela cuando es com- pendientes en su unidad teleológíca. r!>~.~J
patible con los principios constitucionales de la

DERECHO & SOCIEDAD 19


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THEMIS 51
Revista de Derecho

LA BUENA FE CONTRACTUAL

Shoschana Zusman T.*

¿Debe exigirse la buena fe en la celebración


de contratos? De ser el caso, ¿debe ser
considerada como una regla o mas bien como
una excepción?

A través del presente artículo la autora hace


un interesante análisis del concepto de la
buena fe así como de sus posibles implicancias,
al mismo tiempo que nos lleva a tomar
conciencia del importante rol que dicha
institución debe desempeñar en el
ordenamiento jurídico.

Shoschana Zusman T.

*
Abogada. Profesora de Destrezas Legales en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 19
THEMIS 51 I. LA PROBLEMÁTICA DE LA BUENA FE destacados autores ingleses que plantean una serie
Revista de Derecho
de reflexiones sobre las diversas ideologías que
En el siglo I AC, Cicerón planteaba el hoy famoso acertijo pretenden explicar la naturaleza del contrato y su
del trigo de Rodas. La historia es la siguiente: durante repercusión sobre el concepto de buena fe. Dichas
una hambruna en Rodas, un comerciante vendió un reflexiones servirán de base para formular algunas ideas
cargamento de trigo a precios exorbitantes, ocultando a destinadas a lograr que jueces y tribunales peruanos,
sus compradores que estaban por llegar a Rodas dos tanto civiles, como administrativos y arbitrales,
grandes embarcaciones de trigo. El acertijo sugiere varias comiencen a utilizar dicho concepto sin temor a salirse
preguntas: ¿debió el comerciante revelar a sus de la letra del contrato. Para ello, comenzaremos
compradores que estaban por llegar las dos preguntándonos si exigir buena fe en el contrato es o
embarcaciones? ¿o era legítimo que mantuviera dicha no necesario, teniendo en cuenta que la aceptación
información oculta? ¿por qué? ¿en virtud de qué habría del concepto no es unánime. A continuación,
tenido que dar esa información? ¿no atentaba eso contra consignaremos algunas definiciones sobre la buena fe,
su propio interés? pero, por otra parte ¿era legítimo que con la finalidad de apreciar la falta de coincidencia
se aprovechara de la hambruna del pueblo de Rodas? ideológica entre las mismas y terminaremos
preguntándonos por los límites de la auto-restricción
Estas y otras preguntas son las que conducen al que impone la buena fe. Finalmente, expondremos
concepto de buena fe. los ejemplos de actuaciones de mala fe del “Catálogo
de conductas de mala fe” de Robert Summers4,
A diferencia del sistema inglés que no acepta la algunos fallos emblemáticos expedidos por cortes
necesidad de exigir buena fe en el contrato, los inglesas, consignados por Adams y Brownsword en
sistemas del Derecho Continental1 la requieren de su obra Key Issues in Contract, y dos laudos arbitrales
manera expresa. El Código Civil peruano no es una expedidos por tribunales peruanos, en cuyos procesos
excepción e impone la buena fe en la negociación, se discutió el concepto de buena fe. El artículo
celebración, cumplimiento e interpretación de los terminará sustentando la necesidad de utilizar la buena
contratos2. No obstante, ninguna norma del Código fe como herramienta primordial de administración de
define, siquiera de manera aproximada, el concepto justicia y propondrá algunas ideas que permitan
de buena fe. Porque, ¿qué es la buena fe? ¿la trascender la parquedad del Código Civil, apuntando
conciencia interna de una actuación correcta o la a que dicho concepto se aplique más y mejor.
imposición de estándares externos? Y, en este último
caso, ¿existen estándares universales o se trata de los II. ¿ES NECESARIA LA EXIGENCIA DE BUENA FE?
específicamente vigentes en una comunidad? De otro
lado, ¿aplica la definición de buena fe a la negociación, No todos los autores consideran necesaria su exigencia.
celebración, interpretación y cumplimiento o sólo a Adams y Brownsworth detectan la existencia de tres
alguno de esos supuestos? Asimismo, ¿cuáles son los tendencias al respecto: la teoría de la “repugnancia”;
límites de la buena fe? ¿hasta qué punto deben la teoría “pragmática”; y, la teoría de la exigencia de
sacrificarse los legítimos intereses de una parte para buena fe.
que la otra obtenga lo que pretende, como plantea el
acertijo de Cicerón? Finalmente, ¿cuáles son los efectos Como su nombre lo indica, la teoría de la
de la buena fe? ¿únicamente la ineficacia del contrato, “repugnancia” rechaza la necesidad de exigir buena
como señala Manuel de la Puente3? ¿o también la fe en el contrato. Consideran sus seguidores que
declaración de eficacia, que es precisamente lo exigirla atenta contra el modelo clásico de contrato,
opuesto? Como puede verse, el asunto no es tan conforme al cual, al celebrarse y ejecutarse un contrato,
sencillo. Y no lo es, porque se trata de un concepto de cada parte busca maximizar su propio interés. El
una amplitud tal, que puede alojar a casi cualquier contrato tiene, entonces, naturaleza cofrontacional y
ideología. Y hay varias, sobre todo cuando la redacción mientras no se cometa fraude o engaño ni se
es tan parca como la del Código Civil peruano. establezcan falsos presupuestos, es legítimo que cada
contratante persiga su propio interés de la manera más
Planteadas así las cosas, me propongo en el presente amplia. Como señalan Adams y Brownsworth5, “a un
artículo divulgar el trabajo de Adams y Brownsword, nivel doctrinario, la visión clásica (del contrato) es que

1
Los sistemas de Derecho Continental son los derivados del Código Civil Francés y el BGB.
2
Artículos 1362 y 168 del Código Civil.
3
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. “El Contrato en general”. Volumen XI. Primera Parte. Tomo II. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú.1996. p.45.
4
SUMMERS, Robert. “The general duty of good faith-its recognition and conceptualization”. En: Cornell Law Review 810,03. 1982.
20 5
ADAMS, John y Roger BROWNSWORD. “Key Issues in Contract”. Gran Bretaña. 1995. p. 297.
la ley establece un marco regulatorio para las Shylock: Decidme, ¿por qué tendría que hacerlo? THEMIS 51
Revista de Derecho
transacciones, dentro del cual los contratantes pueden
negociar buscando su propio interés, aún cuando Portia: (Luego de ponderar la misericordia y de pedírsela
tomen ventaja sobre la ignorancia o vulnerabilidad de directamente a Shylock) (...). Así, pues Shylock, aunque
la otra parte (...). De manera correspondiente, en un justicia sea lo que reclamáis, considerad que a ninguno
nivel práctico, para el modelo clásico, los contratantes de nosotros bastará la justicia para salvarnos. Todos os
operan como despiadados maximizadores de sus suplicamos piedad y es la súplica misma la que nos
propios beneficios, explotando cualquier oportunidad, enseña a ser piadosos. Si hablo tanto es para instaros a
dentro de la ley, que les permita incrementar su interés moderar la justicia de vuestra demanda. Mas, si persistís
propio (...)”. (Subrayado agregado). en ello, esta severa corte de Venecia, fiel a la ley, deberá
pronunciar sentencia contra este mercader.
No se crea, sin embargo, que la teoría de la
“repugnancia” es una postura descabellada y sin límites, Shylock: ¡Que mis actos caigan sobre mi cabeza! Exijo
propia de un capitalismo salvaje. Todo lo contrario, ésta la ley, la pena y el cumplimiento del contrato.
encuentra un sólido fundamento en la seguridad jurídica
y en el principio de santidad del contrato, motor que Portia: ¿Es que no podéis pagar la deuda?
impulsa el desarrollo del mercado, pues permite a los
agentes predecir las consecuencias de sus actos con un Bassanio: Sí, yo la pago en su nombre a este tribunal y
importante grado de certidumbre. Pero, además de ello, la duplico. Y si no fuera suficiente, me comprometo a
la teoría clásica tiene una base realista. Así, si se observa pagarle diez veces más y, como aval, ofrezco mis dos
el juego de dos niños, se apreciará que, casi sin manos, mi cabeza y mi corazón. Y si esto no fuese
excepción, tratan instintivamente de obtener lo mejor suficiente, será evidente, entonces, que la maldad se
para sí. ¿Cabe entonces esperar algo distinto de dos impone a la sensatez. Os ruego que por una sola vez
contratantes? ¿No es acaso contrario a la naturaleza sometáis la ley para hacer un gran bien con un pequeño
humana? Asimismo, es de la esencia del concepto de mal y detener la obstinación de este demonio cruel.
“competencia” –pilar del desarrollo del mercado– la
destrucción del rival hasta expulsarlo del mercado, Portia: No es posible. No hay poder en Venecia que
siempre que no se infrinjan ciertas reglas básicas. Si la pueda alterar lo que dicta la ley. Constaría como
competencia es, entonces, una guerra (casi) sin cuartel precedente y se producirían en el Estado todo tipo de
¿por qué debemos exigir que el contrato sea altruista? abusos siguiendo este ejemplo. No es posible”6.
Si es legítimo destruir a un rival, ¿por qué no es
igualmente legítimo destruir a un co-contratante que El contrato es, pues, ley entre las partes. Y la razón de
también puede ser visto como un rival? dicho rigor es evitar abusos y arbitrariedades, como

Shoschana Zusman T.
señala Portia al final del extracto citado.
La seguridad jurídica y los dilemas que genera, es un
tema central de “El Mercader de Venecia”. Así, cuando, Pero, además de lo anterior, se sostiene que la teoría de
ante el Dux de Venecia, Shylock exige a Antonio que la “repugnancia” es la única que guarda coherencia
cumpla con el contrato y que le entregue la libra de su con la regla de la separación entre la moral y el Derecho.
carne que se comprometió a entregar en caso de no Se señala, en ese sentido, que la buena fe es un concepto
pagar su deuda, se produce el siguiente diálogo: cuyo contenido es puramente moral y, por tanto, ajeno
al Derecho. De otro lado, lo que es moral (o inmoral)
“Portia: La demanda que intentáis es de extraña para unos, no lo es para otros. Hay plazas comerciales,
naturaleza y, sin embargo, de tal naturaleza legal, que por ejemplo, donde el engaño es tolerable, lo que
la ley veneciana no puede impediros proseguir. (A conduce a la práctica del regateo, pues se asume que
Antonio): Y vos, estáis bajo sus garras, ¿no es verdad? el precio propuesto por el vendedor ha sido
sobredimensionado con el objeto de llegar a un precio
Antonio: Según él dice, sí. que, en otra plaza comercial, sería el inicialmente pedido.
Asimismo, la usura es, para algunas plazas comerciales,
Portia: ¿reconocéis haber hecho ese trato? perfectamente moral, en tanto que para otras es objeto
del mayor de los repudios.
Antonio: Sí, lo reconozco.
Finalmente, para los seguidores de la teoría de la
Portia: Entonces Shylock debe mostrarse misericordioso. “repugnancia” (y, con ello, del modelo clásico de

6
El Mercader de Venecia. Edición del Grupo Shakespeare dirigida por Manuel Angel Conejero Dionís Bayer. 21
THEMIS 51 contrato) la introducción del requerimiento de buena del requisito de buena fe disminuirán los costos de
Revista de Derecho
fe atenta contra el principio de libertad contractual, transacción, pues no hay necesidad de que el contrato
pues impone a las partes contratantes una restricción haga una previsión exhaustiva de todos los casos de
que no tienen por qué aceptar. mala fe para que el juez pueda condenar la actuación
de mala fe mediante la sola apreciación de los hechos.
La teoría pragmática, por su parte, surge con el objeto
de mitigar en algo el rigor de la teoría de la Pues bien, con independencia de la simpatía o rechazo
“repugnancia”. Según sus seguidores, los sistemas que pueda despertar una u otra teoría, lo cierto es que
jurídicos pueden vivir perfectamente sin necesidad de hay dos aspectos que resultan incuestionables (i) que la
introducir la buena fe como requisito del contrato, siendo regla de la buena fe restringe la búsqueda del interés
suficiente con incorporar un catálogo de reglas de propio, a un nivel que va más allá de las restricciones
comportamiento que emanen del sentido moral de una mínimas impuestas por el modelo clásico de contrato (el
comunidad. Y dichas reglas, al ser específicas, no llevarán engaño, el fraude y la incorporación de presupuestos
a resultados imprevistos y excesivos como sí ocurriría falsos); y que (ii) en la práctica, los jueces no pueden dejar
con un concepto tan amplio, abstracto y ambiguo como de lado la exigencia de buena fe, viéndose forzados a
es el de buena fe. Señalan, asimismo, que los jueces incorporar dicho requisito a través de ficciones tales como
nunca dejarán de repudiar la mala fe y que lo más la de “términos implícitos” o, en el caso del “Mercader
saludable, en términos de seguridad jurídica, es de Venecia”, de la sentencia que ordena a Antonio cumplir
establecerla caso por caso, de manera que las su contrato, entregando a Shylock una libra de su carne,
transferencias de propiedad –principal preocupación de aunque, “sin derramar una gota de sangre”.
los regímenes de libre mercado– tengan un suficiente
grado de certeza. A la luz de esta postura, la Expuestas las tres teorías y su vinculación con los
jurisprudencia inglesa ha fijado ciertas reglas emanadas modelos de contrato, corresponde precisar el concepto
de la buena fe, aplicables a casos particulares. Se ha de buena fe.
señalado en relación a la resolución del contrato, por
ejemplo, que quien incumple demuestra una falta de III. ¿QUÉ ES LA BUENA FE?
compromiso con el contrato (incumplimiento calculado);
que quien incumple crea preocupación en relación a su Consignemos textualmente algunas definiciones de
diligencia (incumplimiento por negligencia); que quien buena fe y apreciemos si son o no equivalentes.
incumple pone en riesgo a la parte inocente; y, que es
previsible que la parte inocente no pueda seguir Díez Picazo8 define la buena fe como “un standard de
cumpliendo debido al incumplimiento de la otra. conducta arreglada a los imperativos éticos exigibles
de acuerdo a la conciencia social imperante. Eso quiere
Por último, la tesis de la incorporación de la buena fe decir que (...). 1° los contratos han de ser interpretados
como requisito del contrato, es, según sus seguidores, presuponiendo una lealtad y una corrección en su
no solo moral, sino racional, pues permite a los jueces misma elaboración, es decir, entendiendo que las partes
fallar de acuerdo a la moral, sin necesidad de buscar al redactarlos quisieron expresarse según el modo
circunloquios ni de crear nuevos conceptos que, como normal propio de gentes honestas y no buscando
el de “términos implícitos”7, permitan que la buena circunloquios, confusiones deliberadas u oscuridades;
fe, expulsada por la puerta, reingrese por la ventana. 2° la buena fe, además de un punto de partida ha de
En relación a la falta de predecibilidad que ocasionaría ser también un punto de llegada. El contrato debe ser
la introducción de la regla de buena fe, señalan los interpretado de manera que el sentido que se le
seguidores de esta teoría que, también introduciendo atribuya sea el más conforme para llegar a un
la buena fe, las partes sabrán a qué atenerse y se desenvolvimiento leal de las relaciones contractuales y
comportarán según esta regla explícita. Y eso, porque para llegar a las consecuencias contractuales conforme
el problema no está en la exigencia de buena fe, sino a las normas éticas” (subrayado agregado).
en cómo actuará la jurisprudencia ya que los problemas
surgen generalmente por la actuación arbitraria de la Por su parte Erich Danz9, antiguo comentarista del BGB,
jurisprudencia y no por causa de la ley. Finalmente, señala que buena fe significa “confianza, seguridad y
para los defensores de esta teoría, con la introducción honorabilidad basadas en ella, por lo que se refiere,

7
Los “términos implícitos” son una creación de la jurisprudencia inglesa destinada a mitigar el rigor de los contratos, entendiendo como
implícitamente establecidas por las partes, ciertas reglas de buena fe. ADAMS y BROWNSWORD reportan entre los casos en los que se trató el
problema de la buena fe como uno de “términos implícitos” los siguientes: Luxor (Eastbourne) Ltd. versus Cooper; Bournemouth and Boscombe
Athletic Football Club v. Manchester United Football Club y Liverpool City Council versus Irwin.
8
DÍEZ PICAZO, Luis. “Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial”. Volumen 1. Madrid: Tecnos. 1983. p. 263.
22 9
DANZ, Erich. “La interpretación de los negocios jurídicos”. Madrid: Revista de Derecho Privado. 1955. p.194.
sobre todo, al cumplimiento de la palabra dada; algunas tendencias del modelo clásico de contrato, que THEMIS 51
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especialmente la palabra fe, fidelidad, quiere decir que toleran una exigencia moderada de buena fe. De otro
una de las partes se entrega confiadamente a la lado, algunos textos citados aluden directamente a
conducta leal de la otra en el cumplimiento de sus estándares comerciales (Díez Picazo y el CCU), mientras
obligaciones, confiando en que ésta no la engañará”. que otros (la mayoría) omiten pronunciarse sobre la
Incorpora Danz, asimismo, el criterio de “normalidad” necesidad de recurrir a modelos o paradigmas,
de la actuación de los contratantes, señalando que “la manteniéndose de todas formas la duda de si la buena
buena fe prohíbe dar por querido lo que es usual o fe se “deduce” de un estándar de conducta del
general querer.(...) el hombre cree y confía que una “hombre honrado universal” o de un estándar de
declaración de voluntad producirá sus efectos usuales, conducta de “hombre honrado ubicado en una
los mismos efectos que ordinaria y normalmente ha comunidad”. De otro lado, salvo la definición del UCC,
surtido en casos iguales (...)” (subrayado agregado). que alude directamente a la buena fe en la negociación
del contrato, ninguna de las definiciones consignadas
Para Manuel de la Puente10, “la buena fe es un elemento distingue entre la buena fe en la negociación y en el
de la relación humana que se ha incorporado al Derecho, cumplimiento, lo que obliga a concluir que, o los
pero que éste no ha recibido tal como es sino dándole tratadistas no se han planteado el problema, o han
precisiones técnicas, lo cual ha determinado que se optado por considerar que su tratamiento es común
convierta en un concepto jurídico. En otras palabras, la (cosa que no es correcta, como se verá). Existen, pues,
buena fe no es una creación del legislador, que ha diferencias en las definiciones propuestas, las cuales
preestablecido su contenido, sino la adaptación de un denotan no solo éticas distintas, sino maneras distintas
principio inherente a la conducta de los hombres en la de ver y entender el contrato: el formalismo, en un
esfera más amplia de sus relaciones. (…). El mismo autor extremo y el realismo, en el otro y, dentro de éste
consigna, seguidamente, una serie de definiciones sobre último, el liberalismo y la protección del mercado, en
la buena fe: “(...) Se dice, así, que la buena fe es la un extremo y la protección al consumidor, en el otro.
“ausencia de dolo o mala fe” (BONFANTE), la “honesta
convicción” (WINDSCHEID), la “honradez” (TUHR), la Procederemos ahora a preguntarnos si la buena fe en
“voluntad sincera, leal y fiel” (GORPHE), la “sinceridad y la negociación y la buena fe en el cumplimiento del
lealtad” (GHESTIN), el “deber de asistencia, de contrato son o no conceptos equivalentes.
colaboración, de cooperación, de ayuda mutua y, al límite,
de amistad y fraternidad” (CORNU), la “ausencia de fines
ulteriores ocultados a la contraparte y que le son dañinos” IV. ¿SON EQUIVALENTES LA BUENA FE EN LA
(MICCIO), la “obligación de obrar como hombre honrado NEGOCIACIÓN Y LA BUENA FE EN EL
y consciente” (PLANIOL y RIPERT) (subrayado agregado). CUMPLIMIENTO?

Shoschana Zusman T.
En lo que se refiere al Derecho Anglosajón, el Uniform Como hemos señalado, el Código Civil exige la buena fe
Commercial Code (UCC) sección 2-103 (1) (b) define en cada una de las fases del contrato, aunque no establece
la buena fe como “la honestidad y la observancia de si la buena fe en la negociación tiene diferencias con la
estándares comerciales razonables de negociación justa buena fe en el cumplimiento e incluso en la interpretación.
en el comercio” (subrayado agregado). Se trata, sin embargo, de situaciones distintas que tienen
efectos distintos. Así, como señalan Adams y
Como puede apreciarse de las citas anteriores, la buena Brownsword11, “en el primer sentido (el de buena fe en
fe se define a través de diversas expresiones: lealtad, la negociación), la buena fe denota una particular
confianza, comportamiento normal o usual, sinceridad, (inocente) actitud, es decir, una actitud libre de sospechas,
ingenuidad, ausencia de fines ulteriores, deber de una buena fe en el sentido de corazón puro y mente
asistencia y de colaboración, y razonabilidad. No todas vacía...En el segundo sentido (el de buena fe en el
las definiciones son, sin embargo, coincidentes porque, cumplimiento) (...) la buena fe no tiene nada que hacer
por ejemplo, el “deber de asistencia y fraternidad”, con una actitud inocente (...) (sino) denota decencia,
que solo es reconocido por un autor (Corfu), responde corrección y razonabilidad en el cumplimiento (...) y está
a una idea de contrato muy alejada del modelo clásico- unida a la idea de un término implícito que requiere
confrontacional. Los demás autores, en cambio, no cooperación de una parte con la otra, de manera que
parecen llegar tan lejos, limitándose a señalar ciertos ninguna quede privada de sus expectativas razonables”
valores como la lealtad y la confianza que, a diferencia (subrayado agregado). Pero, además de las diferencias
de la “asistencia y fraternidad”, sí son compatibles con señaladas por Adams y Brownsword, existe otra, que es

10
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. Cit. p. 24.
11
ADAMS, John y Roger BROWNSWORD. Op. Cit. p. 213. 23
THEMIS 51 fundamental: al negociar un contrato, nada une a las limitar los propios intereses es un sinsentido, porque,
Revista de Derecho
partes, salvo el interés común de celebrarlo. ¿Por qué, ¿cuál interés se prioriza? ¿el de la otra parte? ¿y por
entonces, tendrían éstas que restringir sus legítimas qué no el propio? ¿es acaso el derecho del otro más
aspiraciones, al punto de “deber asistencia y fraternidad” importante que el de uno mismo? Por eso, los
una a la otra, como señala Corfu? ¿No son acaso las seguidores de esta teoría consideran que, lo que en el
partes libres de retirarse de una negociación? En cambio, fondo se propone con la exigencia de buena fe, es
al ejecutar un contrato, existe ya un vínculo jurídico entre una inaceptable visión altruista del contrato, que atenta
éstas que les impone considerar las legítimas expectativas contra su naturaleza individualista y confrontacional.
de su contraparte, cuyos intereses –ahí sí– están
respectivamente obligadas a respetar12. Puede decirse por Pero, aun si se tratara de un modelo altruista de
eso, que la diferencia entre ambos órdenes de buena fe – contrato, al exigirse la buena fe a los dos contratantes,
la buena fe en la negociación y en el cumplimiento13– es, se establece un balance que coloca a ambas partes en
por encima de todo, una diferencia de grado, pues, si una situación equivalente a la que se produciría si la
bien, ambas suponen una auto-restricción en la búsqueda buena fe no fuera exigida. Se señala también que, en
del propio interés, la presencia de la libertad contractual todo caso, es mejor adoptar un modelo altruista de
en la fase de negociación y no en la de cumplimiento, contrato que uno que permita la ilimitada persecución
hace que el requerimiento de buena fe sea, en la primera del propio interés, pues en este último caso, se crearían
fase, menos estricto que el que se exige en la segunda. situaciones de abuso e injusticia que resultarían
intolerables para cualquier sociedad civilizada. Y,
Pero, además de ser distintos en su naturaleza y grado, además, no se trata propiamente de “altruismo” sino
los dos órdenes de buena fe son distintos en sus efectos, de dar el mismo peso a los intereses de la otra parte
porque la mala fe en la ejecución puede llevar a la que a los de uno mismo o, de manera más precisa, de
ineficacia del contrato, privando así al contratante respetar los legítimos intereses de la otra parte, lo que
deshonesto de beneficiarse del mismo, mientras que implica, necesariamente, la auto-imposición de
la mala fe en la negociación no podría –vis a vis– obligar restricciones en la persecución del interés propio. Se
a la parte deshonesta a celebrar el contrato, porque – dice por eso que, aunque el concepto de legítimo
ahí sí– la libertad de contratar se impone sobre la buena interés es difícil de precisar, puede considerarse que el
fe y solo procederá el reclamo de daños y perjuicios interés de una parte es legítimo, en tanto sea
fundados en la culpa in contrahendo, cuya vía es, como compatible con el interés de la otra.
se sabe, la responsabilidad extracontractual.
¿Cómo establecer, entonces, los límites a la persecución
No son, pues, lo mismo, la buena fe en la negociación del interés propio?; ¿cuán egoísta se permite ser?;
que la buena fe en la ejecución. No obstante, en ambos ¿dónde se pone, pues, la valla?
momentos del contrato se formula una misma
pregunta: ¿hasta qué punto debe una parte priorizar La respuesta a dichas preguntas depende del
el interés de la otra? o, lo que es lo mismo, ¿cuánto es paradigma de conducta deseable adoptado por una
necesario renunciar a la búsqueda del propio interés comunidad. Porque, como hemos señalado al referirnos
para cumplir con el requerimiento de buena fe? al engaño, al regateo y a la usura, los modelos de
Preguntémonos, entonces, ¿cuál es el límite de la auto- honestidad, razonabilidad y lealtad de una plaza
restricción impuesta por la buena fe? comercial –es decir, los requerimientos de buena fe–
no necesariamente coinciden con los de otra. Y todo
V. ¿HASTA DÓNDE DEBE LLEGAR LA AUTO- indica que hay un mayor grado de tolerancia frente a
RESTRICCIÓN? ¿BUENA FE COMO EXCEPCIÓN ciertas prácticas –“criolladas”, que les dicen– en
O COMO REGLA? sociedades menos desarrolladas que en sociedades más
desarrolladas, donde la “criollada” es, sencillamente,
Esta pregunta está en la base de la problemática de la inadmisible, entre otras razones, por el valor que se
buena fe y del contrato, y su respuesta depende de la concede a la palabra dada. Lo cual no significa
posición que se tenga sobre la naturaleza del contrato. desconocer que la manera de hacer negocios en, por
ejemplo, Wall Street, es muchas veces más agresiva y
Los partidarios de la tesis de la “repugnancia” más de mala fe que cualquier “criollada”14. Así y todo,
responden a dicha pregunta señalando que afectar o no puede dudarse de que la cultura de la confianza

12
La distinción que se propone lleva a la curiosa conclusión de que la buena fe en la negociación se parece más a la buena fe en la adquisición de
la propiedad –que también implica creencia, ingenuidad y confianza– que a la buena fe en el cumplimiento.
13
No nos referimos a la buena fe en la interpretación con identidad propia porque se trata de un principio de interpretación que obliga a analizar
la conducta de las partes antes, durante y después de la suscripción del contrato.
24 14
Prueba de lo señalado son los casos de entrega de información falsa al mercado por parte de grandes empresas (id est casos Enron y Parmalat).
está en directa relación con el desarrollo, lo que significa perseguir su propio interés, sino, simplemente, que THEMIS 51
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que, a más desarrollo, menos tolerancia a la mala fe y, cada una respete los legítimos intereses de la otra. Se
a la inversa, a menos desarrollo, más tolerancia a la habla así del “mutuo beneficio” del contrato (Byles);
mala fe. Y eso tiene que ver con el grado de de la “racionalidad” de la buena fe y de la “moralidad”
institucionalidad y, en particular, con sus respectivos del concepto en el marco de los estándares de la
sistemas judiciales: disuasivos los del mundo sociedad (Eisenberg).
desarrollado y poco o nada disuasivos los del mundo
subdesarrollado. Llegado a este punto, conviene “bajar a la realidad” y
dar cuenta de las tendencias (a veces opuestas) de la
La buena fe responde, pues, a un determinado modelo jurisprudencia inglesa sobre la buena fe, exponiendo
de comunidad y de contrato15. Y, como concepto para ello dos casos que fueron vistos por tribunales
“relativo” que es, Adams y Brownsword plantean dos arbitrales en el Perú, donde se plantearon dos puntos
distintos “ideales” de buena fe que reflejan dos de vista distintos sobre la importancia de la exigencia
tendencias sobre la naturaleza del contrato: la buena de la buena fe.
fe como excepción y la buena fe como regla. La primera
adhiere al modelo confrontacional, que es propio de VI. ALGUNOS CASOS EMBLEMÁTICOS DE
sociedades con una marcada tendencia al mercado y MALA FE
al individualismo, mientras que la segunda –la buena
fe como regla– adhiere a un modelo de cooperación, VI.1 Según el “Catálogo de conductas de mala
propio de sociedades con tendencia al control estatal fe” de Summers
y a la protección del consumidor. Ambas posiciones
pueden, por cierto, ser llevadas al extremo: la primera, Como hemos señalado, Robert Summers es uno de
al capitalismo salvaje, que no reconoce otra cosa que los principales exponentes de la tesis de la buena fe
no sea la voluntad de los particulares como fuente como excepción. De ahí que se haya ocupado de hacer
creadora de Derecho y la segunda, a la “publicización” un catálogo de supuestos típicos de mala fe, que
del contrato, donde la injerencia del Estado en la puedan servir como excepciones a la regla de
contratación es tan intensa, que puede llegar a diluir persecución del interés propio.
la distinción entre el Derecho Público y Privado, como
ocurrió con el Código italiano de 1942 cuando VI.1.1 Mala fe en la negociación
introdujo concepciones colectivistas y de economía
planificada y controlada16, que “pusieron de lado” la Son supuestos de mala fe en la negociación los
iniciativa individual. siguientes: mostrar una intención de no cerrar el
contrato (iniciar negociaciones únicamente con el

Shoschana Zusman T.
Cada una de las nociones de buena fe tiene, por objeto de que la otra parte no las inicie con un tercero);
supuesto, adeptos y detractores. Los partidarios de la abusar del derecho de retirarse de la negociación (en
“buena fe como excepción” –Summers por ejemplo– los casos de alzas o bajas intempestivas de precios);
consideran que la única manera de definir un concepto celebrar un contrato a sabiendas que el cumplimiento
(lo que es) es mediante la definición de su opuesto (lo será imposible (información privilegiada sobre la
que no es), por lo que la buena fe se define por quiebra inminente de la empresa) o ser reticente, es
exclusión, es decir, enumerando los supuestos de mala decir, omitir revelar a la otra parte ciertas características
fe. Por eso, la buena fe es una excepción y funciona, del bien que podrían desalentarla a celebrar el contrato
como señala Summers, a modo de “estándar mínimo, (no revelar al comprador que el caballo tiene una lesión
más que un alto ideal”17. Los partidarios de la “buena en la rodilla que le impide competir).
fe como regla” (id est Byles, Burton, Eisenberg), en
cambio, consideran que el contrato surge en VI.1.2 Mala fe en el cumplimiento
situaciones en la que A tiene lo que B quiere y B tiene
lo que A quiere o que A y B quieren lo mismo, pero no Evadirse del espíritu del contrato (interpretaciones
pueden lograrlo sin cooperar el uno con el otro. Lo forzadas de cláusulas mal redactadas); cumplir sólo con
cual no supone, ni mucho menos, que dejen de lo sustancial y no con lo accesorio (en un contrato de

15
Algunos consideran, sin embargo –concretamente los ius naturalistas– que el concepto de buena fe es universal. Nosotros discrepamos con
dicha posición.
16
Señalaba Messineo hace más de 5 décadas, que el contrato se guía por el principio de socialidad, que supone “la preeminencia de los intereses
generales sobre los intereses particulares”, lo que, a todas luces, apunta a la “publicización” del contrato que corresponde a un sistema político
que apunta a convertir en público, aquello que nació como privado. MESSINEO, Francesco. “Doctrina general del contrato”. Tomo I. Buenos
Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América. p. 21.
17
Summers Robert en ADAMS y BROWNSWORD. Op. Cit. p. 219. 25
THEMIS 51 construcción, negarse a ejecutar ciertos trabajos debía, cosa que el acreedor aceptó. La Corte decidió
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implícitamente considerados); abuso en determinar el que el deudor había actuado de mala fe y que el
incumplimiento (incumplimientos nimios o sin acreedor debía recibir la diferencia.
importancia); interferir en el cumplimiento de la otra
parte (otorgar un mandato y privar al mandatario del (ii) Alaska Packers Association versus Domenico: Se
objeto del mismo, transfiriendo el bien); solución trataba de la contratación de unos pescadores de
abusiva de disputas (haciendo interpretaciones salmón en Alaska quienes, poco antes de que se iniciara
antojadizas de las cláusulas del contrato, a fin de tomar la pesca, pidieron un aumento de salario. La Corte
ventajas sobre la otra parte para lograr la consideró que había “renegociación oportunista” de
renegociación); remedios oportunistas (renegociar el los pescadores al pedir el aumento en un momento en
contrato imponiendo condiciones mucho más que cambiar de personal era muy difícil, considerando
onerosas); y, finalmente, abuso del poder de que la temporada de pesca era bastante corta.
terminación del contrato.
(iii) Goebel versus Linn: En este caso, el proveedor
VI.2 En la jurisprudencia inglesa solicitó un reajuste de precio, debido a que le era
imposible suministrar al comprador cierta cantidad de
VI.2.1 “Jugando al mercado” (Playing the market) hielo al precio comprometido, debido a una inesperada
ola de calor, que hizo que los precios subieran
(i) Arcos versus Ronansen: Se trataba de un contrato de drásticamente. La Corte consideró que la renegociación
suministro de madera donde, debido a un atraso muy del contrato no fue oportunista, para lo cual tomó en
poco significativo, los compradores decidieron resolverlo consideración la situación económica en la que quedó
por incumplimiento. No obstante, parecía que su intención el proveedor de hielo debido a la ola de calor.
era “escapar” del contrato, debido a que los precios de
la madera estaban cayendo y podían conseguirla en el (iv) The Atlantic Baron: Este es un caso en el que el
mercado a un precio bastante más bajo. En este caso, la armador demandó un reajuste de precio por la
Corte, acogió la teoría de la “repugnancia” y sostuvo devaluación de la moneda. La discusión se centró en
que los compradores tenían derecho a desvincularse del determinar si la devaluación era una situación que
contrato, puesto que había habido incumplimiento y eso estaba fuera del control del armador, decidiendo la
era suficiente para ponerle fin. Corte que no, porque la ausencia de una cláusula que
lo cubriera de una devaluación, era indicativa de que
(ii) Docker versus Hyam: Se trataba de la venta de un éste había asumido dicho riesgo.
producto manufacturado “a satisfacción del
comprador”, donde éste lo rechazó en varias VI.2.3 Términos implícitos
oportunidades. La Corte consideró que el comprador
“era el juez del contrato” y que, si bien le estaba Bournemouth and Boscombe Athletic Football Club
prohibido actuar deshonestamente, no le estaba versus Manchester United Football Club: Se trataba de
prohibido actuar irracionalmente. la transferencia de un jugador del club Bournemouth
al Manchester. La transferencia se pactó en 175,000
(iii) Rockland Utililities Inc. versus Amerade Hess Corpn: libras esterlinas más 25,000 libras esterlinas, pagaderas
Se trataba de un contrato de suministro de gasolina siempre que el jugador metiera 20 goles en
celebrado por un plazo de cinco años, donde se pactó campeonatos de primera. Antes de que el jugador
un precio fijo. Los montos mensuales de suministro, metiera los 20 goles, cambió la directiva del Manchester
sin embargo, quedaron sujetos a las necesidades del y el club vendió al jugador al club West Ham United
comprador, quien mes a mes podía variar las por 170,000 libras esterlinas. El club Bournemouth
cantidades. El precio de la gasolina bajó y el comprador alegó la mala fe del Manchester y el incumplimiento
comenzó a hacer pedidos inusualmente grandes, lo de un “término implícito” de dar un tiempo prudencial
que motivó que la Corte diera por finalizado el contrato, al jugador para que pudiera meter los 20 goles. La
debido a la mala fe del comprador. En este caso, la Corte no acogió la demanda, señalando que
Corte acogió la teoría de la buena fe como regla. Manchester no había actuado de mala fe.

VI.2.2 Renegociación oportunista VI.2.4 Reticencia

(i) Headley versus Hackley: Headley debía a Hackley (i) Banque Financiere de la Citè S.A. versus Westgate
6000 libras esterlinas por la compra de unos troncos. Insurance Co Ltd: Se trata de un caso en el que el
Pasado un tiempo, el deudor se percató que el acreedor demandado no reveló al demandante un hecho
tenía un apuro económico y le ofreció pagar 4000 libras importante cuando negociaron el contrato. La Corte
26 esterlinas en lugar de las 6000 libras esterlinas que le fue tolerante con la reticencia del demandado,
señalando que la ley no puede controlar la corrección cosa que fue rechazada por éste por razones formales THEMIS 51
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en el cumplimiento de los contratos y que si bien la y tampoco pudo hacerlo en el Banco de la Nación,
revelación de ese hecho hubiera evitado pérdidas al porque éste no recibía depósitos referidos a procesos
demandante, no era procedente reabrir una arbitrales. La resolución de los contratos de
negociación ya cerrada. arrendamiento –que, además, activaba cláusulas
penales de US$ 500,000 cada una– creaban un
(ii) The Good Luck: En este caso se produjo también verdadero problema al Hermano A, no sólo por el
reticencia. La Corte consideró que el contrato es de monto de las cláusulas penales, sino porque –lo más
naturaleza confrontacional y que las partes no tienen importante– el inmueble arrendado le servía de paso
por qué revelar hechos, ni siquiera en el caso que sean para ingresar a sus propias instalaciones y crear un
relevantes para la otra parte. ingreso alternativo resultaba sumamente oneroso. La
discusión se centró en la mala fe y en el abuso del
(iii) Smith versus Hughes: La Corte consideró que un derecho del Grupo frente al Hermano A, al intentar
granjero vendedor de avena no tenía obligación de resolver el arrendamiento por razones poco relevantes
revelar a su comprador –un entrenador de caballos– ya que –alegaba el Hermano A– lo que los motivaba
que la avena que le estaba ofreciendo no estaba en era el deseo de venganza porque éste le había puesto
buen estado. El razonamiento de la Corte se basó en fin al contrato de licencia. El Tribunal no acogió dicho
que el entrenador había examinado la avena y pudo planteamiento y adoptó una posición formalista,
haber apreciado por su cuenta si estaba en buen o mal señalando que la demora en la contratación de la póliza
estado. Era, pues, su responsabilidad. de seguro no había podido ser justificada por el
Hermano A, aun cuando la renovación del seguro
VI.3 Dos laudos expedidos por tribunales cubría el riesgo y se abstuvo de pronunciarse sobre la
peruanos falta de pago de la renta porque era suficiente con la
ocurrencia de una sola causal para que el contrato
VI.3.1 El caso del Grupo Económico Familiar quedara resuelto. Durante la discusión entre los
árbitros, se pusieron en debate dos posiciones
Se trataba de un grupo de empresas de propiedad de claramente contrastantes: una formalista que,
una familia (padre y hermanos), donde todos trabajaban. invocando la seguridad jurídica, sólo reconocía la letra
En un momento, uno de los hermanos (el Hermano A) del contrato, y otra, mas bien, realista, que postulaba
decidió que lo más conveniente era separarse del grupo la necesidad de apreciar los motivos del Grupo para
económico familiar (el Grupo), porque –sostenía– era él resolver el contrato de arrendamiento, sosteniendo que
quien trabajaba para el resto. El Hermano A logró si los motivos eran –como el árbitro suponía– la
convencer al resto y se acordó la separación. Para dicho venganza, debía negársele la resolución. Esta última

Shoschana Zusman T.
fin se suscribieron los siguientes contratos: (i) uno de posición no fue acogida por el Tribunal, por considerar
permuta, donde el Hermano A permutaba con el Grupo que la investigación no podía alcanzar a los motivos.
acciones de distintas empresas, a fin de individualizar la Pero la reflexión puede ir todavía más allá. Así, era claro
propiedad de cada uno; (ii) un contrato de licencia de que existía un desbalance a favor al Grupo en toda la
uso de nombre comercial, donde se reconocía al Grupo transacción, lo que podía llevar a pensar que el
ingresos por franquicia equivalentes al 5% de las ventas Hermano A había suscrito los contratos con el ánimo
del Hermano A; y, (iii) un contrato de arrendamiento de “firmo y luego peleo”, lo cual podría ser un supuesto
que garantizara indefinidamente al Grupo los ingresos de mala fe consistente en contratar con el ánimo de
por arrendamiento y derecho de paso por las rescindir. Pero, ¿actuó el Hermano A de mala fe? ¿no
instalaciones del Grupo. es, mas bien, lógico pensar que su actuación fue
legítima al firmar “lo que sea” porque, era la única
Cuatro meses después de suscribirse los contratos, el manera de lograr la separación? porque ¿era justo tener
Hermano A decidió poner fin unilateralmente el que trabajar para toda la familia? ¿no hay, entonces,
contrato de licencia, alegando que ya no necesitaba abuso? Pero, ¿interesa quién trabaja más a efectos
usar el nombre comercial. Esa alternativa había sido societarios, donde lo único que cuenta es el número
prevista en el contrato, aunque ocasionaría el pago de de acciones? Si el Hermano A trabajaba más, debió
US$ 350,000 como cláusula penal. Pocos días después pedir un aumento de sueldo, pero no necesariamente
de la resolución del contrato de licencia, el Grupo dio la separación ¿qué es, entonces, lo moralmente
unilateralmente por resuelto el contrato de correcto y qué no?
arrendamiento, alegando que el Hermano A no había
contratado un nuevo seguro, sino, renovado el anterior VI.3.2 El caso de la Consultora
y que había dejado de pagar 2 meses y 15 días de
renta adelantada. El Hermano A, sin embargo, había En el mes de diciembre de 1999, una empresa
intentado consignar la renta impaga ante el Tribunal, consultora (la Consultora) celebró con un banco con 27
THEMIS 51 problemas financieros (el Banco) un contrato de había sido pactada y que, en todo caso, la operación
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asesoría financiera para la valorización del Banco y para no era consecuencia de la actividad de la Consultora,
la estructuración de una operación financiera que porque se había efectuado después del vencimiento
implicaba la incorporación de un socio estratégico. El del contrato de asesoría y, además, era de naturaleza
plazo del contrato era de 3 meses renovables por totalmente distinta a la incorporación de un socio
acuerdo entre las partes. Las partes acordaron un estratégico, que era lo que se había acordado con la
honorario fijo ascendente a US$ 50,000.00. Consultora. Para el primer árbitro, había mala fe en el
Adicionalmente, se pactó un honorario de éxito, con Banco por no haber dado noticia a la Consultora de la
el siguiente texto: “En caso que, por razón de la asesoría nueva operación, mientras que para el segundo árbitro,
financiera de la Consultora llegara a incorporarse un la mala fe era de la Consultora, al pretender cobrar un
socio estratégico al Banco, la Consultora deja honorario que no le correspondía por no haber gestado
establecido que en el marco de las condiciones que se la operación. En conclusión, pues, para el primer árbitro,
pactarán con dicho socio, la Consultora le cobrará por el contrato implicaba colaboración y, por tanto, existía
los servicios prestados el monto de US$ (...). Al monto la obligación implícita de notificar a la Consultora sobre
resultante se le añadirá el IGV, así como el pago que el la adquisición del bloque patrimonial; para el segundo
socio estratégico hará a la Consultora en aplicación de árbitro, en cambio, la obligación de colaborar no podía
éste acápite, el cual se realizará al momento de cierre llegar al extremo de considerar obligada a una persona
de la transacción” (subrayado agregado). que ni siquiera sabía que le correspondía cursar la
notificación, dado que, para ésta, el contrato de
La Consultora comenzó a ejecutar el contrato de asesoría había vencido y la operación de reorganización
asesoría y el Banco le pagó el honorario fijo pactado. no era consecuencia del trabajo de la Consultora. Este
No obstante, a pesar de que dicha empresa organizó segundo árbitro acogió, como puede apreciarse, la tesis
una licitación para ubicar un socio estratégico, no pudo del contrato como búsqueda del propio interés. El
lograrlo. árbitro dirimente tomó una posición intermedia,
otorgando a la Consultora una indemnización
Pues bien, unos meses después de fracasada la significativamente menor que la solicitada, acogiendo
licitación, se expidió un Decreto Supremo que permitió en la argumentación del laudo la tesis del contrato
que el Estado apoye económicamente el salvataje de como colaboración extrema, pero expresando a través
empresas bancarias. La expedición de dicha norma de la reducción de la indemnización, sus reservas a
permitió que el Banco acordara realizar una operación dicho planteamiento.
de reorganización, mediante la cual se aportaría un
bloque patrimonial integrado por ciertos activos y VII. ¿QUÉ HACER EN EL PERÚ?
pasivos de su propiedad a una institución financiera.
Lo expuesto hasta ahora permite concluir que la
Efectuada dicha operación, la Consultora exigió al exigencia de buena fe en los contratos, sea como regla
Banco –y no a la institución adquirente, como se o como excepción, es necesaria. Mas aun: es
estipulaba en el contrato de asesoría– el pago del indispensable si lo que se quiere es contar con un
honorario de éxito, alegando que la operación se había sistema de contratación no solo seguro, sino también
efectuado como consecuencia de su trabajo y que, por justo. La letra del contrato, pues, puede crear
lo tanto, le correspondía recibir dicho honorario. Y que inequidades y es bueno que éstas sean “corregidas”
–como ocurrió– si el adquirente aducía su calidad de por los jueces.
tercero, correspondía al Banco pagar ese honorario. El
Banco le respondió que no existía estipulación alguna Pero, aun cuando la incorporación de la buena fe es
que lo obligara a efectuar dicho pago, y que la racional y moralmente correcta y, a pesar de que el
operación no era consecuencia de los servicios Código Civil la exige en todas las fases del contrato, la
prestados por la Consultora, porque no se trataba de figura tiene poca aplicación en el Perú.
la incorporación de un socio estratégico, sino de una
reorganización patrimonial. Una primera razón de su poca aplicación es el
predominio del pensamiento formalista en la
La discusión en el Tribunal se centró en la buena fe. Un comunidad jurídica peruana. Ello es perfectamente
árbitro sostenía que, aun cuando eso no se había explicable, desde que nos hemos formado (y seguimos
pactado en el contrato, era obligación del Banco formando a nuestros alumnos) bajo el criterio de que
informar a la institución adquirente del bloque “lo mejor es limitar la discrecionalidad de los jueces”.
patrimonial la existencia de un compromiso de pago a Por eso, desde la perspectiva de los juzgadores, existe
la Consultora y que, si no lo hizo, debía asumir la una explicable animadversión a la figura por el temor
responsabilidad del pago con la Consultora. Otro de que, introduciéndola, puedan terminar modificando
28 árbitro sostenía, en cambio, que dicha obligación no el contrato.
Una segunda razón de la poca aplicación de la buena tienen una importancia secundaria frente a la THEMIS 51
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fe es la predilección del razonamiento jurídico del importancia del Derecho y que, dado ese carácter, las
Derecho Continental por la abstracción. Esa pruebas sobre los mismos, deben obtenerse después
abstracción domina la técnica de redacción normativa, de hacer el planteamiento jurídico? No importa si
donde la “regla de oro” es el “sistema” y la no luego no “calzan” exactamente, porque la discusión
repetición. En esa línea de pensamiento, si la regla central es netamente jurídica.
general de buena fe ya ha sido incorporada, no hay
necesidad de definirla (pues la definición es restrictiva) ¿Qué hacer, entonces, para incentivar la utilización de
y mucho menos de reiterarla a propósito de supuestos la buena fe?
específicos, donde, no obstante, podría favorecerse
su aplicación. Esa es, en el sistema continental, la La primera responsabilidad compete a nuestras
buena técnica jurídica, no importa si la abstracción facultades de Derecho, que tienen el deber de
del concepto lo convierte en inaplicable. Alguna vez “relativizar” el valor que hoy se concede a la teoría
he escuchado decir al profesor Roberto Mac Lean, formalista y comenzar a tratarla como una manera
con gran sabiduría, que el Derecho se ha convertido de ver el Derecho, que no es, ni mucho menos, la
en un intrincado sistema de reglas complejas e única. Eso no quiere decir, por supuesto, que la
inentendibles y que eso ha llevado a que la seguridad jurídica pase a segundo plano. Todo lo
administración de justicia pierda su esencia, que es, contrario, ésta tiene la mayor relevancia, pero esa
sencillamente, resolver problemas entre las personas: importancia no excluye que en determinados casos
A le debe a B y no le quiere pagar; C pretende una puedan elegirse pociones más flexibles si amerita
reparación por haber sufrido un accidente; J y K preocuparse más por la justicia que por la seguridad
quieren divorciarse; el vecino M ha invadido el terreno jurídica. Lo mismo deben hacer las Facultades de
de Y; X ha incumplido el contrato de mala fe, etcétera. Derecho con la predilección a la abstracción y
comenzar a fomentar una mirada más “humana” de
Una tercera razón de la poca utilización de esta figura la justicia, es decir, más concentrada en su misión de
es la escasa importancia que los juristas formados en resolver problemas entre personas, como bien
el sistema continental conceden a los hechos. Así, planteaba el profesor Mac Lean.
por ejemplo, la teoría del Acto Jurídico plantea una
serie de “verdades” que obligan a los jueces a alejarse Compete también a las facultades de Derecho,
de los hechos. Baste mencionar la regla de que el fomentar la importancia del estudio y del análisis de
intérprete no puede investigar la “voluntad interna” los hechos de un caso, con lo cual se podrá acceder a
sino la “voluntad declarada” (sin que se sepa con las intenciones y, con ello, a la buena o mala fe. La
certidumbre cuál es cuál); o la regla de que los indiferencia frente a la importancia de los hechos, no

Shoschana Zusman T.
“motivos” no interesan en los contratos, mientras que es, sin embargo, un problema que sólo se produce en
la “causa” sí (sin que pueda determinarse su el Perú. Por el contrario, la propia doctrina anglosajona
diferencia); o la idea de que la interpretación es un reclama, igualmente, mayor atención a los hechos. Así,
procedimiento puramente objetivo (es decir, se refiere por ejemplo, en Essential Lawyering Skills, Krieger y
a un “texto”), y no analiza las “intenciones” de las Neumann señalan lo siguiente: “Durante el proceso
partes (siendo así que la búsqueda de “la común de representación del cliente, uno maneja hechos.
intención” tiene que ver con la voluntad de las partes). Cuando un cliente acude donde el abogado
Y, como queda claro en el caso de la empresa familiar, –independientemente de si lo hace para pedir una
esas “verdades” no permiten hacer justicia porque indemnización por un accidente, para interponer un
no cabe “penetrar” en la mente de las personas para reclamo sobre un contrato o para comprar una
analizar qué los motivó a actuar y acoger o repudiar propiedad (...)– el cliente entrega al abogado hechos y
actitudes que merecen (o no) protección. Existe, pues, no teorías legales. Al preparar el caso, el abogado
una tremenda restricción impuesta por la teoría del dedicará más tiempo a los hechos que a la investigación
Derecho Civil Continental de aproximarse legal. En la mayor parte de las negociaciones, los
abiertamente a los hechos y, más concretamente, a abogados se concentran mucho más en los hechos que
las intenciones, deseos y pensamientos de las partes. en la ley aplicable (...) En juicio los testigos declaran
Si, en el antes expuesto caso de la empresa familiar, sobre hechos (...) Lamentablemente, pasamos poco
el Tribunal hubiera desestimado la venganza como tiempo en las escuelas de Derecho, analizando temas
razón de terminación del contrato, habría llegado, de cómo investigar, organizar y presentar hechos (....).
tal vez, a una mejor composición de los intereses de Las teorías sobre interpretación se centran
las partes. Pero, de manera totalmente explicable, el exageradamente en la lectura de textos y las diversas
Tribunal no quiso llegar tan lejos y se mantuvo fiel a estrategias de interpretación aportan reglas para
la letra del contrato. De otro lado, ¿quién no ha entender dichos textos (....) entender los hechos, se
escuchado decir a colegas procesalistas que los hechos escapa como una parte del proceso poco interesante, 29
THEMIS 51 poco estimulante o irrelevante. Una vez en la práctica, atrás” y comenzar incorporando la buena fe como
Revista de Derecho
los abogados deben desarrollar “en el trabajo” las excepción, como paso previo a la aplicación de la buena
habilidades para investigar los hechos, organizar los fe como regla, estableciendo, como ha hecho
hechos y diseñar una teoría persuasiva sobre los Summers, un catálogo de conductas de mala fe en
hechos”18 (subrayado agregado). relación a temas clave tales como la culpa in
contrahendo, la reticencia, la resolución abusiva del
Finalmente, en relación al Código Civil y su eventual contrato y la renegociación oportunista. Eso permitirá
reforma, parece claro que su parquedad es un a los jueces –a falta de una jurisprudencia
obstáculo, si se considera que existe un temor sistematizada– contar con reglas claras, precisas y
reverencial a la letra del contrato, una predilección por sencillas, que permitan incorporar la buena fe en los
los conceptos abstractos y que se concede poca aspectos esenciales de los contratos, sin el temor a
importancia a los hechos. Y si a eso se añade la falta modificarlos. Dicho tratamiento puede ser temporal,
de institucionalidad y, en general, el subdesarrollo – esperando un desarrollo jurisprudencial que permita
más tolerantes con la mala fe–, seguiremos con un pasar a la buena fe como regla. Con esto, la
Código Civil altamente moral, pero de escasa administración de justicia se aproximará al ideal de
aplicación. Por eso y aunque parezca paradójico, al justicia y seguridad jurídica, y perderá el temor
reformar el Código sería recomendable “dar un paso reverencial a las formas y a los conceptos abstractos.

18
30 KRIEGER, Stephan y Richard K. Jr. NEUMANN. “Essential Lawyering Skills”. Aspen Publishers. 2003. p. 129.
SEGUNDA PARTE
Los efectos de la
oferta contractual
Hugo Forno Flórez
Abogado. Profesor de derecho civil en la Pontificia universidad
Católica del Perú

1. LA LEGITIMACIÓN DEL DESTINATARIO Y EL privada, pueda ejercer también su poder negocia! bajo
EFECTO VINCULANTE DE LA OFERTA. la forma de una aceptación dando lugar a la celebración
de un contrato, y por tanto a un reglamento de intereses
La oferta de contrato es aquella declaración de jurídicamente· relevante.
voluntad que el proponente dirige a otro u otros, No nos parece pues inoportuno poner de
sometiendo a su consideración la celebración de un relieve que a estas alturas de la evolución del
determinado contrato en términos tales que para que pensamiento jurídico, la figura del poder ha adquirido
éste se celebre es suficiente -pero necesaria- la nítidos contornos que permiten su neta distinción
aceptación del destinatario, sin que sea menester una respecto del derecho subjetivo en general y del derecho
nueva declaración del oferente. Así pues, la oferta debe potestativo en particular13 l. Es verdad que, de un lado,
ser apreciada como una fase esencial dentro del el contenido del poder jurídico consiste en una facultad
procedimiento de formación del contrato. En ella, el de obrar para la realización de un interés de su titular-
proponente fija el contenido preceptivo del eventual lo que lo asemeja al derecho subjetivo en general-; es
futuro contrato y se somete a la decisión que adopte el verdad también, que se trata de una situación jurídica
destinatario -a quien dirige la oferta- en torno a la subjetiva de ventaja que puede calificar como
celebración del mismo(! l. Dentro de este orden de ideas, autosuficiente en el sentido que el titular del poder
conviene puntualizar que la formulación de una oferta consigue la realización de su interés ejerciendo
constituye el ejercicio de un poder jurídico en sentido directamente el poder14 l; y, en fin, es verdad que, como
técnico -el poder negocia!-, es decir de aquella situación ya se dejó dicho, el poder opera modificando la realidad
jurídica subjetiva de ventaja (activa) que permite a su jurídica -características, las dos últimas, que lo
titular realizar actos -obrar- que modifican la realidad asemejan al derecho potestativo, típica especie de
jurídica12 l. Estas apreciaciones nos permiten inferir que derecho subjetivo-. No obstante ello, el objeto del
el efecto esencial de la oferta es legitimar a su poder jurídico es abstracto y no concreto como lo es el
destinatario para que éste, actuando su autonomía objeto del derecho subjetivo en general y del derecho

( 1) RAVAZZONI, Alberto. La Formazione del contratto. Tomo!: Le Fasi del procedimento. Milano: Giuffre, 1973. p. lOS.
(2) FERRI, Luigi. La autonomía privada. Trad. Luis Sancho Mendizábal. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1969. p.284. ZATTI,
Paolo y COLUZZI, Vittorio. Lineamenti di Diritto Privato. Padova: CEDAM, 1989. p.66. Voz Potere Giuridico. En: Lessico di
e:·
(/)
Diritto Civile. BlANCA, Massimo; PATTI, Guido; PATTI, Salvatore. Milano: Giuffre, 1995. p.597. ro
.-+
(3) Con razón FERRI (Op.cit.; p.280) ha afirmado enfáticamente que la noción de poder jurídico surge claramente sólo de su más
neta distinción de la figura del derecho subjetivo. ct5
.......
;:::¡:
(4) El poder jurídico, como todas las situaciones jurídicas subjetivas de ventaja autosuficientes (como el derecho de propiedad, OJ
(/)
por ejemplo) no requiere de la actuación de ninguna situación jurídica subjetiva de desventaja correlativa, para la realización
del interés que le sirve de presupuesto; está correlativa y funcionalmente coordinado a una situación jurídica subjetiva de
desventaja (como también es el caso del derecho potestativo), sólo que ésta es sólo es una situación inactiva -denominada
sujeción- que no requiere actuación alguna de su titular, y que permite nada más someter a dicho titular a la modificación de 183
la realidad jurídica provocada como consecuencia del ejercicio del poder.
Hugo Forno

potestativo en particular. Esta característica de la no puede provocar el efecto de formar el contrato entre
abstracción (o generalidad) es de tanta trascendencia éste y TicioC 8l. Ahora bien, la oferta con ser conocida
que provoca la distinción anotada y le da al poder por el destinatario y legitimarlo para aceptarla provoca
jurídico una identidad y configuración propias. Por lo que el proponente quede sometido durante un plazo
demás, el poder jurídico, que es inherente a todo sujeto determinado -o determinable- a la decisión del
de derechos, es vitalicio; no puede ser enajenado o destinatario en torno a la celebración del contrato,
gravado; no se extingue por prescripción o por sometimiento que se configura como una situación de
caducidad es). sujeción que grava sobre el proponente y que es
Conviene puntualizar también, que la oferta no correlativa del poder de aceptación del destinatario. En
provoca la creación de un poder jurídico en el resumen, al formular una propuesta el oferente ejerce
destinatario -cuyo ejercicio estaría constituido por la su poder negocia! y queda sujeto a la decisión del
declaración de aceptación-, como se ha afirmado por destinatario de celebrar el contrato, a quien legitima
algunoC 6 l. La declaración de aceptación, en efecto, para que ejerza su poder negocia! bajo la forma de
constituye el ejercicio del poder negocia! perteneciente aceptación.
al propio aceptante. No es difícil advertir cuán interesante resulta y
Ocurre que la misma concepción del sistema cómo es que adquiere innegable relevancia práctica el
jurídico y por tanto de la autonomía privada determina establecer si quien ha formulado una propuesta con
que, frecuentemente, la alteración de la realidad jurídica los efectos esenciales que hemos puesto ya de
mediante la creación de preceptos o reglas sólo puede manifiesto, no tiene la posibilidad de dejarla sin efecto
ser obra de más de un sujeto y, por lo tanto, se requiere o si, por el contrario, puede retractarse de ella -y al
del ejercicio conjunto de dos o más poderes negocia! es. hacerlo eliminar la legitimación conferida al
Este es el caso del contrato(?). En tal hipótesis, la oferta destinatario-, evitando que éste pueda ejercer
constituye el ejercicio del poder negocia! del oferente eficazmente su poder de aceptación frente al oferente;
que a la vez legitima al destinatario de la oferta para en este último caso la duda por despejar consiste en
que ejerza su poder negocial-mediante la aceptación- determinar hasta qué momento puede el proponente
dando lugar a la modificación de la realidad jurídica revocar su ofertaC 9 l. Es pertinente anticipar que la
en virtud de la celebración del contrato poniendo con cuestión relativa a la revocabilidad o no de la oferta
él en existencia un reglamento de intereses. La involucra dos tipos de problema sustancialmente
legitimación en este caso viene a significar que la diferentes entre sí; el primero relativo a una cuestión
aceptación como manifestación concreta del poder de política legislativa concerniente a la conveniencia o
negocia! que en abstracto tiene todo sujeto, sólo puede no de admitir la posibilidad de revocación de la oferta;
ser actuada por el destinatario de la oferta pues es a y, el otro, de carácter más bien dogmático, referente al
éste a quien el proponente autoriza a provocar efectos mecanismo jurídico (naturaleza) mediante el cual se
negociales en su esfera jurídica, efectos que consisten instrumenta la decisión de política legislativa que se
en el sometimiento conjunto a un reglamento de haya adoptado.
intereses. En tal sentido, si la oferta de Ticio ha sido En cuanto al primer problema, es claro que para el
dirigida a Mevio, la aceptación que formule Sempronio legislador se presenta, en abstracto, un conflicto de

(S) El poder negocia! del que la oferta (y también la aceptación) es una manifestación, así como el poder de disposición y el poder
de adquisición, son algunos ejemplos de este tipo de situación jurídica subjetiva de ventaja.
(6) Lo afirma BlANCA, Massimo. Diritto Civile. Vol.III. JI Contratto. Milano: Giuffre, 1984. pp.226-227, y aunque lo distingue del
derecho potestativo, no resulta clara en el contexto del texto citado la concepción del autor acerca del poder.
(7) En los casos de negocios jurídicos unilaterales, es claro que basta el ejercicio del poder negocia! de un sujeto para provocar la
alteración de la realidad jurídica.
(8) No puede dejar de advertirse que la legitimación como concepto jurídico no está todavía nítida y unívocamente perfilado en la
doctrina. A veces se le usa como sinónimo de poder de obrar o de poder de disponer; otras veces se le emplea para indicar el
límite de la actividad negocia! de los particulares, refiriéndose entonces al poder negocia!. Para un análisis interesante y sintético
de los diversos enfoques que se ha dado a la legitimación, ver: RESCIGNO, Pietro. Voz: Legitimazzione. En: Digesto del/e Discipline
Privatistiche, sezione civile. Voi.X. Torino: UTET, 1993. pp.518 y ss.
184
(9) PACCHIONI, Giovanni. Diritto Civile Italiano. Parte Seconda. Vol.II. Dei contratti in genera/e. Padova: CEDAM, 1939. p.120.
Los efectos de la oferta contractual

intereses entre el proponente y el destinatario pues el formulada sin indicación del plazo se otorgaba
primero aspirará a no quedar atado por su oferta para indefinidamente, de manera que para evitar su
poder cambiar de opinión y arrepentirse después de perpetuidad la forma natural de eliminarla era
haberla formulado; mientras que el destinatario mediante la posibilidad de revocación por parte del
aspirará a disponer de un plazo durante el cual el proponente 112 J. Se consideraba por lo demás, que
oferente no pueda arrepentirse de modo tal que el mientras el contrato no se hubiera formado no surgía
destinatario tenga la posibilidad de ponderar la oferta vínculo alguno de suerte que no podía admitirse que
que ha recibido y, eventualmente, aceptarla dentro del el proponente estuviera vinculado a su oferta. La
referido plazo. El legislador, antes de disponer la segunda teoría, por el contrario, afirma que la oferta
norma, evalúa, valora Jos intereses en conflicto puesto debe ser irrevocable pues es atendible el interés del
que el acogimiento de uno importará el sacrificio del destinatario en tener la posibilidad de meditar sobre la
otro y viceversa 110 J. Después de tomar su decisión -y conveniencia de aceptarla o no, contando con la
este es el segundo problema- debe instrumentar la seguridad de que al menos dentro de un lapso la oferta
realización del interés acogido -interés que servirá de se mantendrá vigente. Se trata, como es evidente de
presupuesto-, atribuyendo a su titular una situación un argumento práctico de seguridad jurídica 1UJ que
jurídica subjetiva de ventaja, y asignando una de persigue aliviar la inseguridad que padece el
desventaja al sujeto del interés sacrificado. Del análisis destinatario de la oferta y otorgar así mayor estabilidad
de estos dos tipos de problemas nos ocuparemos en lo al tráfico jurídico. Ahora bien, el legislador alemán
que s1gue. sufrió en alguna medida la influencia de la corriente
Con relación al primero, la doctrina moderna, para francesa y atemperó su posición acercándola en vía de
la que el tema no ha sido ajeno, plantea como casi excepción a la tesis de la revocabilidad de la oferta. Así,
siempre, dos soluciones contrarias. Para presentarlas el parágrafo 145 del BGB ha sancionado la vinculación
en orden a su antigüedad, la primera mantiene que el del oferente a su propuesta, pero permite la posibilidad
proponente puede cancelar su oferta en todo momento de que el propio oferente excluya la vinculación en cuyo
antes de que sea aceptada. Esta solución que parece caso la propuesta es revocable 114 l. A su turno, la tesis
tener raíces romanas(IIJ es de origen francés. acogida por el legislador alemán ha removido en alguna
Inicialmente tenía una explicación más bien de índole medida la posición francesa que, según Josserand,
técnica, que respondía a un estudio todavía poco admite jurisprudencialmente dos atemperaciones que
desarrollado de ciertos institutos jurídicos. En efecto, la aproximan al derecho alemán. En virtud de la
en los albores del Code, que por lo demás no contempla primera, la oferta pura y simple no es vinculante, pero
solución alguna al problema, se entendía que la oferta si se emite por un plazo debe ser mantenida por su

( 1O) A estos intereses en conflicto y a su valoración es a lo que Betti se refiere cuando señala en texto magistral que la investigación
científica debe puntualizarse sobre el problema práctico que el derecho positivo, entendido cual disciplina de la vida de relación,
ha resuelto mediante la disposición de normas que representan la solución de un conflicto de intereses considerados
contrapuestos y comparativamente valorados en su típica entidad social, pues el derecho objetivo no es un conjunto de
normas abstractas arrancadas de la vida social a la cual se sobreponen casi como un orden que la trasciende y que se le impone
desde arriba: más bien, el derecho encuentra su fundamento, la razón de su existencia en la misma vida humana de relación, en
aquel conjunto de relaciones que vinculan a los hombres en el desarrollo de la actividad de cada uno, relaciones que conciernen
a intereses típicos frecuentemente en conflicto, algunas veces paralelos, pero recíprocamente limitados, siempre intereses como
quiera que sea, de los cuales el intérprete no puede prescindir en el estudio de los institutos jurídicos y de las normas justamente
porque en éstas están reflejados aquéllos como entidades sociales históricamente determinadas (Teoría Genera/e Del/e
Obbligazioni. Tomo l. Milano: Giuffre, 1953. pp.9-10).
(11) DE LA PUENTE, Manuel. Estudios Sobre el Contrato Privado. Tomo l. Lima: Cultural Cuzco, 1983. p.185; PUIG BRUTAU, José.
Fundamentos de Derecho Civil. Tomo !1. Vol.!. Barcelona: Bosch, 1978. p.l90.
(12) SACCO, Rodolfo. Trattato di Diritto Privato. Voi.IO. Obbligazioni e contratti. Tomo II. Diretto da Pietro Rescigno. Torino:
UTET, 1983. p.82.
(13) ENNECCERUS, Ludwig. Tratado de Derecho Civil. Tomo l. Vol.II. Primera parte. Trad. Pérez González y Alguer. Barcelona:
Bosch, 1981. p.258. VON TUHR, Andreas. Tratado de las Obligaciones. Tomo l. Traducido por W. Roces. Madrid: REUS, 1934.
p.l37.
(14) El parágrafo 145 del BGB, expresa que "quien propone a otro la conclusión de un contrato está vinculado a la oferta, a no ser 185
que haya excluido la vinculación".
Hugo Forno

autor durante todo ese plazo. Por la segunda cuando la decisión expresada bajo la forma de
atemperación, si la propuesta no vinculante se cancela aceptación se perfeccione debe encontrar una
injustificadamente, puede comprometer la concorde declaración vigente del otro sujeto, es decir,
responsabilidad -precontractual- del proponenteOs) que corresponda a una decisión actual de él 08 l. Negar
(culpa in contrahendo). la posibilidad de revocar la propuesta importa admitir
El derecho italiano contemporáneo no ha sido un que el contrato deja de ser el resultado de una común
actor pasivo en la evolución del pensamiento jurídico decisión de establecer el reglamento contractual
en este aspecto y aunque no puede decirse que la cuando el proponente, antes de que el contrato se
cuestión ha estado libre de polémica, el Codice de 1942 forme, no está ya de acuerdo en celebrar el contrato,
ha reafirmado -como regla general- el principio de la y no obstante, éste se forma mediante la aceptación.
revocabilidad de la propuesta incluso cuando se Se ha sostenido que la revocabilidad de la propuesta
concede un plazo para la aceptación, desechando el no puede deducirse del principio expuesto según el cual
principio alemán según el cual debe haber un término para que el contrato se forme debe persistir la decisión
durante el cual el oferente está vinculado a la propuesta, de las partes en torno a su celebración° 9 l. Similar
para permitir al destinatario la seguridad de que podrá objeción se formula por quienes sostienen que el
considerar el emitir su aceptación sin temor a ver problema de la vinculación del oferente depende de la
desaparecer la oferta en el intento< 16 l. posición que se adopte en torno a la discusión entre la
Sin embargo, las razones de política legislativa que teoría de la voluntad y la teoría de la declaración. De
sustentan la orientación del legislador italiano no son la Puente se pregunta si entre el momento en que se
las mismas que manejaba la doctrina francesa. En ofrece y el momento en que se declara la aceptación
efecto, la libertad de revocación de la oferta encuentra cambia la voluntad del oferente, puede decirse que el
sustento en la configuración de la autonomía privada contrato continúa siendo la expresión de un acuerdo
y en la propia esencia del contrato. El ordenamiento de voluntades< 2o) y agrega que para quienes sostienen
jurídico establece un sistema de regulación de los la teoría de la declaración, la respuesta debe ser
intereses privados individuales, que permite a los indudablemente afirmativa; en cambio para quienes
particulares establecer (y someterse) a sus propios son prosélitos de la teoría de la voluntad se presenta
reglamentos, para lo cual proporciona los una situación más difícil.
instrumentos que posibilitan la creación de los El problema de la fuerza vinculante de la propuesta
referidos reglamentos<l7). El acuerdo -de no debe observarse desde este ángulo. Además, las
declaraciones- de dos o más partes, es en opinión de teorías de la voluntad y de la declaración nada aportan
la más autorizada doctrina y de nuestro propio código, al dilema entre revocabilidad e irrevocabilidad, y
elemento esencial de todo contrato (que es, a su turno, adquieren relevancia más bien a propósito de una
el instrumento de actuación de la autonomía privada divergencia entre la voluntad interna de un sujeto y
por antonomasia). Entonces la tesis de la la declaración o exteriorización de esa misma
revocabilidad de la oferta se apoya en que la decisión voluntad interna, de manera que el problema se
de las partes de celebrar el contrato debe ser una plantearía si entre la voluntad de no contratar
decisión continuada, actual, vigente al momento de (posterior a la formulación de la oferta) y la
la formación del vínculo negocia!, de manera que exteriorización de esa voluntad de no contratar existe

( 15) JOSSERAND, Louis. Derecho Civil. Tomo II. Vol. l. Traducido por Santiago Cunchillos y Manterola. Buenos Aires: EJEA-Bosch,
1950. pp.42-43; GHESTIN, Jacques. Traité de Droit Civil. Tomo II. Paris: Librairie Générale de Droit et de Jurisprudence, 1988.
pp.228-229.
(16) SACCO, Rodolfo. Op.cit.; p.83.
( 17) La síntesis de los elementos esenciales de estos mecanismos constituye el negocio jurídico, que desde este punto de vista es
considerado como el acto de actuación de la autonomía privada.
( 18) Cfr. ALBADALEJO, Manuel. Derecho Civil. Tomo II. Vol.!. Barcelona: Bosch, 1983. p.398; MICCIO, Renato. 1Diritti di Credito.
Vol.II. Parte 11. JI Contratto. Torino: UTET, 1977. p.l42; SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario de Codice Civile. Dei Contratti
in Genera/e. A cura di Scialoja e Branca, Zanichelli, Soc. Bologna-Roma: Foro Italiano. p.122.
(19) FERRI, Luigi. Lezioni sul Contratto. Bologna: Zanichelli, 1987. p.71.
186
(20) DE LA PUENTE, Manuel. Op.cit.; Tomo. l. p.195.
Los efectos de la oferta contractual

una discrepancia 12 'l. La cuestión relativa a si una opinión se conjuga mejor con los principios que informan
voluntad de no contratar, interna, no declarada debe la contratación privada; pero no se siguió en esto al
tomarse en cuenta o no a los efectos de determinar si maestro y se ha consagrado una regla inconveniente pero
el contrato continúa siendo un acuerdo relevante a sobre todo confusa.
los efectos de la formación del contrato, no se resuelve En efecto, el artículo 1382 contiene un precepto de
ni depende de la posición que se adopte frente a las carácter general y una excepción con tres variantes; su
teorías de la voluntad o de la declaración pues la texto es el siguiente: "La oferta obliga al oferente, si lo
voluntad no declarada se denomina reserva mental y contrario no resulta de los términos de ella, de la naturaleza
carece de relevancia jurídica. Si por ejemplo el de la operación o de las circunstancias del caso': La norma
destinatario de una oferta, dentro del plazo de eficacia de carácter general es que la oferta es irrevocable 124 l. La
de ésta, tiene la voluntad de aceptar pero nada declara, excepción es que la oferta no es vinculante si ello resulta
nada aportan aquí las teorías de la voluntad y de la de sus propios términos (primera variante), de la
declaración y nadie -ni los más acérrimos defensores naturaleza de la operación (segunda variante) o de las
de la teoría de la voluntad- podría sostener que se ha circunstancias del caso (tercera variante).
formado el contrato. Si la voluntad de aceptar se Adviértase desde luego que no es posible compartir
hubiera declarado y hubiese discrepancia entre lo el comentario que, con la colaboración de Cárdenas,
declarado y lo querido, sólo entonces cobrarían formula Arias-Schreiber al respecto, quien interpreta
importancia las mencionadas teorías. que la excepción a la regla general es que la declaración
Consecuentemente, la discusión debe situarse en no tenga el carácter de oferta. "Puede suceder -indica
el ámbito de las voluntades declaradas y preguntarse si Arias-Schreiber- 125 ) que quien ofrece algo a un
es admisible que un sujeto, antes que se forme el destinatario, le manifiesta que ello no significa una
contrato, puede, mediante una declaración de voluntad propuesta o que y según lo dicho, de la naturaleza de la
(recepticia o no, según corresponda), privar de eficacia expresión (entendemos que decir operación) o de las
a la oferta que ha formulado. Entonces, planteada la circunstancias concretas, no ofrezca ese carácter. Así
cuestión correctamente, la revocabilidad de la lo dispone la parte final del artículo 1382" (el énfasis
propuesta se sustenta en la posibilidad de que, por las es agregado).
razones ya anotadas, el oferente emita una declaración La parte final del artículo 1382 no establece que la
de no estar de acuerdo en celebrar el contrato, lo que declaración del proponente no tiene naturaleza de una
determinaría que no exista un acuerdo de declaraciones verdadera oferta, aun en cualquiera de las tres variantes
que configura el consentimiento, que es elemento excepcionales. La parte final del citado dispositivo dispone
esencial del contratd22l. que sí hay oferta pero que ésta no es vinculante en
Nuestro Código civil vigente, siguiendo al de 1936, cualquiera de los tres casos contemplados. Entonces, una
que a su vez adoptó la tesis alemana plasmada en el BGB, sana interpretación de la parte final de la norma permite
toma un derrotero opuesto en su artículo 1382 y priva a afirmar que hay oferta pero no vincula al proponente
los sujetos, por regla general, de la posibilidad de cuando así se infiere de su tenor o de la naturaleza de la
arrepentirse. Hubiera sido aconsejable que se adoptara la operación o de las circunstancias del caso.
solución italiana, o sea la natural revocabilidad de la Es entonces importante que esta disposición se
propuesta con la posibilidad otorgada a su autor de interprete no sólo en forma correcta sino, además, del
renunciar a ese derecho de revocación formulando la modo más flexible que se pueda.
oferta en términos irrevocables. Esta, por lo demás, fue la Ahora bien, detengámonos por un momento en el
tesis sugerida por de la Puentei 23 l y la que en nuestra segundo problema que poníamos de relieve líneas atrás,

(21) ALBALADEJO, Manuel. El Negocio Jurídico. Barcelona: Bosch, 1958. p.l52; STOLFI, Giuseppe. Teoría del Negocio Jurídico.
Trad. Jaime Santos Briz. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1959. p.l31.
(22) Cfr. ALBALADEJO, Manuel. Derecho Civil. Tomo II. Vol. l. Barcelona: Bosch, 1983. p.398; FERRI, Luigi. Lezioni ... Op.cit.; p.71.
(23) DE LA PUENTE, Manuel. Estudios ... Op. cit.; Tomo l. p.l96.
(24) Ya veremos porqué el término "oferta obligatoria" resulta impropio.
187
(25) ARIAS SCHEREIBER, Max. Exégesis. Tomo l. Lima: Studium, 1986. p. 134.
Hugo Forno

esto es en el análisis del instrumento jurídico mediante se configura como una situación de sujeción. Ahora
el cual el legislador regula la cuestión relativa a la fuerza bien, cuando la ley decide en base a las consideraciones
vinculante de la oferta. En una primera etapa de la de política ya esbozadas, que es atendible el interés del
evolución del problema de la vinculación del oferente, proponente consistente en permitirle que se arrepienta
ante la insuficiencia del desarrollo de los diferentes tipos de su oferta antes de que se forme el contrato, entonces
de situaciones jurídicas subjetivas, se pensó que la le atribuye una situación jurídica subjetiva de ventaja
irrevocabilidad de la oferta se instrumentaba mediante que le procure la realización de tal interés. Esta
el recurso a la obligación, de modo que siendo la oferta situación jurídica subjetiva de ventaja constituye un
una declaración unilateral de voluntad, la discusión se verdadero derecho potestativo, pues permite al
centró en la capacidad de la voluntad unilateral para proponente directamente la extinción de la oferta y de
engendrar obligaciones(Zól. Los antiguos tratadistas los efectos jurídicos con ella provocados, con el solo
franceses e italianos negaban que la voluntad de un ejercicio de su derecho. A su turno, se crea
individuo fuera por sí sola fuente de obligaciones y correlativamente en el destinatario una situación
deducían de allí que tampoco podía ser obligatoria la jurídica subjetiva de desventaja, que lo sujeta sin
oferta, desde que ésta era tan sólo una declaración remedio a la decisión del oferente en torno a la
unilateral de voluntadml. Por eso, el efecto de la revocación.
irrevocabilidad natural de propuesta quiso ser Por el contrario, cuando el ordenamiento jurídico
explicado afirmando que toda propuesta contiene en sustentado en los postulados -reales o incluso ilusorios
realidad dos ofertas; la primera se refiere al contrato como en este caso- de la seguridad del tráfico jurídico
que se propone y la segunda a una oferta de mantener prefiere vincular al declarante a su propuesta, no le
la propuesta por un plazo. Se sostuvo que esta segunda asigna el derecho de revocar la oferta y lo mantiene
propuesta era de tal naturaleza que se reputaba irremediablemente sometido, salvo los casos de
aceptada por el destinatario tan pronto como tomaba excepción ya vistos, al poder de aceptación del
conocimiento de ella(28 J. De inmediato se aprecia que destinatario. En este caso, como es evidente, el oferente
esta explicación no es más que una ficción jurídica que carece de un derecho que le permita provocar la
no responde a los dictados de la realidad y que extinción de la oferta, derecho que sería indispensable
pretendía elaborar toscamente y de cualquier manera si se considera que la extinción de la oferta comportaría
una fórmula convencional de donde emanara el efecto una alteración en la esfera jurídica del destinatario.
irrevocable de la oferta para superar el obstáculo que Como puede observarse, la imposibilidad de
representaba la impotencia de la declaración unilateral revocar una oferta no configura una obligación en
para servir como fuente de compromisos vinculantes. sentido técnico aunque así se sostenga por algunos
Pero el problema de la validez de las promesas tratadistas, y por eso es impropio hablar de "oferta
unilaterales y el de la vinculación del oferente son temas obligatoria"( 29 J. En rigor, la posibilidad de revocar la
que se mueven en planos conceptuales distintos así que oferta se sustenta en un derecho potestativo del oferente
de la solución del primero no se podía extraer la -y en una correlativa situación de sujeción del
solución del segundo. destinatario-, y entonces la hipótesis contraria, es decir
La explicación es otra. Como hemos ya advertido, la de la irrevocabilidad de la misma se explica por la
la formulación de una oferta legitima al destinatario ausencia de tal derecho. En efecto, en los casos en que
para que ejerza su poder negocia! mediante la el ordenamiento jurídico admite la posibilidad de que
aceptación, y somete al proponente a la decisión del el oferente revoque la oferta formulada al destinatario,
primero en torno a la celebración del contrato, lo que está permitiendo que aquél pueda alterar la esfera

(26) DE LA PUENTE, Manuel. Op.cit.; Tomo I. p.193. Esta tesis es todavía sostenida por algunos, especialmente dentro del contexto
del derecho francés; ver las referencias en GHESTIN, Jacques. Op.cit., p.230.
(27) PACCHIONI, Giovanni. Op.cit.; p.120.
(28) CARBONNIER, Jean. Derecho Civil. Tomo II. Vol.II. Trad. Zorrilla. Barcelona: Bosch, 1971. p.84; COLIN, A. y CAPITANT, H.
Curso Elemental de Derecho Civil. Trad. Revista General de Legislación y Jurisprudencia. Tomo III. Madrid: Reus, 1960. p.598.
188 (29) Cfr. GRAZIANI, Cario Alberto. Trattato dí Dírítto Prívato. Diretto da Pietro Rescigno. Vol.9. Obblígazíoní e Contrattí. Tomo
Primo. Torino: UTET, 1986. p.644; FERRI, Luigi. Lezíoní ... Op.cit.; p.74.
Los efectos de la oferta contractual

jurídica de éste para lo cual le asigna un derecho del otro, la sujeción, que es otro tipo de situación
subjetivo denominado derecho potestativo y grava al jurídica subjetiva de desventaja y el derecho
destinatario con una situación de sujeción. En los casos potestativol 311 que es la correlativa situación jurídica
en que el ordenamiento no permite la revocación de la subjetiva de ventaja 02 >. En efecto, el derecho de crédito
oferta, no asigna al oferente y al destinatario las -que es a su vez un tipo de derecho subjetivo, pero no
indicadas situaciones jurídicas subjetivas. el único- es una situación jurídica subjetiva de ventaja
No se puede continuar sosteniendo pues que la porque está concebido para procurar a su titular la
irrevocabilidad de la oferta consiste en una obligación satisfacción de un interés considerado jurídicamente
-de mantener la oferta durante cierto tiempo o de no relevante y que le sirve de presupuesto. Como todo
revocarla- a cargo del proponente, porque a parte del derecho subjetivo, el crédito es una situación de ventaja
hecho que no cabe el incumplimiento de la "obligación" activa porque confiere a su titular una facultad de obrar
de no revocar la oferta ya que la revocación de una en los términos que más adelante esbozaremos. Sin
propuesta irrevocable carece de trascendencia embargo, el tipo de interés de que se trata no permite
jurídicau 01 , tal supuesta obligación ningún deber de ser realizado con el puro obrar del titular del derecho,
conducta o prestación le impone al proponente, quien puesto que tal realización requiere necesariamente de
más bien se encuentra en un supuesto de no poder la cooperación de la conducta de otro sujeto; por eso,
revocar. Apreciando los fenómenos en su exacta el derecho de crédito no es una situación de ventaja
dimensión, resulta claro que la irrevocabilidad de la autosuficiente. En consecuencia el ordenamiento prevé
oferta o su fuerza vinculante significa que el proponente la creación de una situación jurídica subjetiva en aquel
no tiene la facultad ( rectius el derecho) de revocar la otro sujeto, situación que es de desventaja en tanto que
oferta, pero en ningún modo convierte al proponente coloca a su titular en una situación de necesidad
en deudor ni crea un derecho de crédito en el consistente en realizar la conducta (prestación) que
patrimonio del destinatario. Aunque no es materia de satisfará el interés del acreedor; en tanto que consiste
estas líneas, acaso sea aconsejable mencionar muy de en una necesidad de obrar, se trata de una situación
paso que la doctrina moderna se ha encargado de subjetiva de desventaja activa. La facultad de obrar
esbozar con suficiente nitidez la diferencia entre la que el crédito le confiere al acreedor consiste en
deuda o deber como situación jurídica subjetiva de pretender y por tanto en exigir al deudor la realización
desventaja y el correlativo derecho de crédito como de la conducta que satisfará el interés de aquél. La
situación jurídica subjetiva de ventaja, de un lado; y, coordinación de estas dos situaciones jurídicas

(30) GRAZIANI, Carla Alberto. Op.cit.; p.644; FERRI, Luigi. Lezioni ... Op.cit.; p.74.
(31) Por ello, no puede en modo alguno ser compartida la temeraria afirmación de Monroy según, la cual el derecho potestativo se
perdió en el panorama de la doctrina sin dejar huella de su paso, y por ello, hoy es sólo un exquisito dato teórico ( MONROY
GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo l. Bogotá: Temis-De Belaunde & Monroy, 1996. p.261). Lo cierto es que el
derecho potestativo es una alta conquista alcanzada sobre la base de una brillante elaboración de los pensadores civilistas
alemanes de fines del siglo pasado, que no sólo ha hecho fortuna y se ha extendido a toda la doctrina europea y latina, sino que
puede hoy ser considerado como uno de los tipos más conocidos de derecho subjetivo. La literatura que puede consultarse es
vastísima; véase a modo de ejemplo MESSINA, Giuseppe. Sui Cosidetti Diritti Potestativi. Studi in Onore di Cario Fadda.
Vol. VI. Na poli, 1906. pp.279 y ss.; también en Scritti Giuridici. Vol. V. Milano: Giufrre, 1948. pp.3 y ss. TRABUCCHI, Alberto.
Instituciones de Derecho Civil. Tomo l. Trad. Luis Martinez-Calcerrada. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1967. p.60.
TORRENTE y SCHLESINGER. Manuale di Diritto Privato. Milano: Giuffre, 1994. p.62; TRIMARCHI, Pietro. Istituzioni di
Diritto Privato. Milano: Guiffre, 1983. p.63; SANTO RO PASSARELLI, Francesco. Doctrinas Generales del Derecho Civil. Trad.
Luna Serrano. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 1964. p.71; GALGANO, Francesco. Diritto Privato. Padova:
Cedam, 1983. p.22; ZATTI y COLUSSI. Lineamenti di Diritto Privato. Padova: Cedam, 1989. p.75; GUARNERI, Atilio. Voz: e:·
Diritti Soggettivi (categorie di). Digesto delle Discipline Privatistiche, sezione civile. Vol. V. Torino: UTET, 1989. p.452; BRECCIA, (/)
BIGLIAZZI GERI, NATOLI, BUSNELLI. Derecho Civil. Tomo l. Vol. l. Trad. Fernando Hinestrosa. Bogotá: Universidad Externado ([)
..-+
de Colombia, 1992. p.416; RESCIGNO, Pietro. Voz Obbligazioni (nozioni). En: Enciclopedia del Diritto. Vol.XXIX. Milano:
Giuffre, 1979. pp.139 y 144. <i5
-..,
(32) El derecho subjetivo y la relación jurídica han dejado de ser considerados (primero aquél y luego ésta) los fenómenos centrales ;::¡:
Q)
en base a los cuales se estructura el derecho privado. Sin desconocer su manifiesta relevancia dentro de tal estructura, han (/)

cedido ese rol protagónico a las situaciones jurídicas subjetivas dentro de las cuales se cuenta como uno de sus tipos al derecho
subjetivo. Para una visión sintética pero profunda de la situación jurídica subjetiva ver: BRECCIA, Umberto; BIGLIAZZI
GERI, Lina; NATOLI, Ugo; BUSNELLI, Francesco Donato. Derecho Civil. Tomo l. Vol.!. Traducción: Fernando Hinestrosa. 189
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1992. pp.329 y ss..
Hugo Forno

subjetivas configura la relación obligatoria. presume que el destinatario ha tomado conocimiento


Por su parte, el derecho potestativo es también una de ella tan pronto como llega a su dirección y deberá
situación jurídica subjetiva de ventaja en tanto que probar, si fuera el caso, que no ha podido conocer la
confiere a su titular una facultad en procura de la declaración por causa que no le es imputable.
realización de un interés propio jurídicamente
relevante. Tal facultad consiste en la posibilidad de
obrar de manera que también se trata de un derecho
subjetivo. Pero como el interés que sirve de presupuesto La imposibilidad de revocar una
al derecho potestativo se realiza mediante la alteración oferta no configura una obligación
de la realidad jurídica de otro sujeto, el ordenamiento en sentido técnico aunque así se
reconoce dicha alteración como consecuencia del obrar sostenga por algunos tratadistas, y
del titular del derecho, de manera que éste puede por eso es impropio hablar de
satisfacer su propio interés directamente mediante el "oferta obligatoria". En rigor, la
ejercicio de su propio derecho; por eso se dice que el posibilidad de revocar la oferta se
derecho potestativo es autosuficiente. En este orden sustenta en un derecho potesta-
de ideas, no se requiere que otro sujeto desarrolle un tivo del oferente -y en una
comportamiento para satisfacer el interés del primero,
correlativa situación de sujeción del
sólo se requiere el reconocimiento por parte del
ordenamiento de la alteración de su esfera jurídica
destinatario-, y entonces la
como consecuencia del ejercicio del derecho por parte hipótesis contraria, es decir la de la
de su titular. En consecuencia la situación jurídica irrevocabilidad de la misma se
subjetiva de desventaja que se crea en el sujeto pasivo, explica por la ausencia de tal
no le impone deber alguno sino que lo somete derecho
inexorablemente a sufrir dicha alteración en el caso en
que el titular del derecho decida ejercerlo y
efectivamente lo haga; por esta razón esa situación se
La razón que explica la disposición del artículo 1384
denomina de sujeción(33l.
es consecuente con el carácter recepticio de la oferta,
Nuestro legislador no meditó sobre este aspecto y
de acuerdo con el cual la oferta no produce efectos
utiliza promiscuamente ambas expresiones; los
mientras no sea conocida por el destinatario. En este
artículos 1382, 1384, 1388 del Código civil se refieren
sentido, aun cuando la oferta se haya emitido como
a la oferta obligatoria y el artículo 1383 habla de la
vinculante, si la declaración que elimina ese rasgo -
fuerza vinculante de la oferta.
porque crea el derecho potestativo de revocación-llega
Ahora bien, también es posible, de acuerdo a
antes o simultáneamente, la oferta nunca produjo los
nuestro código (artículo 1384), que la propuesta
efectos vinculatorios.
emitida con carácter vinculante pueda ser convertida
Ahora bien, si de su propio texto, de la naturaleza
en revocable. Para ello se requiere que antes o al menos
de la operación o de las circunstancias del caso puede
simultáneamente a la recepción de la propuesta, el
deducirse que la propuesta válida y perfectamente
oferente ponga en conocimiento del destinatario su
formulada no tiene fuerza vinculante o si llega a tiempo
declaración por medio de la cual se reserva el derecho
la declaración a que se refiere el artículo 1384 ya
de revocar la propuesta. El artículo 1384, que
comentado, el proponente puede impedir la formación
contempla esta posibilidad, exige que tal declaración
del contrato mediante una declaración -que constituye
-
L/")
llegue a conocimiento del destinatario de la oferta
(antes o contemporáneamente a la recepción de la
el ejercicio de su derecho potestativo- de revocación
de la oferta. Lamentablemente nuestro código no ha
oferta), pero es evidente que para esta declaración, que
regulado de una manera clara la revocación de la oferta
por lo mismo es de carácter recepticio, es de aplicación
aunque algunas disposiciones hay que pueden arrojar
la presunción que prevé el artículo 1374, así es que se

190
(33) SANTORO-PASSARELLI, Francesco. Op.cit.; p.73. TRABUCCHI, Alberto. Op.cit.; Tomo l. p.56.
Los efectos de la oferta contractual

algo de luz sobre el particular. que el carácter negocia! de la retractación de la


Antes de revisarlas, sin embargo, cabe advertir que propuesta está suficientemente probado por el hecho
la doctrina no es pacífica en cuanto a si la declaración que ella consiste en una declaración de voluntad con
de voluntad mediante la cual el proponente priva de la cual se disuelve lo querido! 40 l. En opinión del jurista
eficacia a la oferta es desde un punto de vista técnico italiano, no es suficiente para quitar a la revocación su
una revocación o una figura distinta. En primer contenido negocia! la circunstancia que la propuesta
término debe distinguirse el caso en el que la ya emitida y dirigida al destinatario no haya producido
declaración del oferente cancelando la oferta llega al todavía el efecto querido, vale decir, la conclusión del
destinatario antes que ésta (o simultáneamente). Aquí, contrato. De la misma opinión es Mirabelli, quien
dado el carácter recepticio de la oferta, ésta no ha indica que revocándose la propuesta se imposibilita
provocado todavía efectos jurídicos y por ello más que definitivamente la formación del contrato de modo que
de una revocación se trata en realidad de un retiro! 34l. aunque la propuesta no sea un negocio jurídico, sí lo
De este supuesto debe distinguirse aquel que se presenta es su retractación( 4 'l.
cuando la oferta pretende cancelarse después de haber En cambio, según Scognamiglio, debe excluirse la
llegado a conocimiento del destinatario. Se observa naturaleza negocia! de la retractación de la oferta. Para
que algunos autores propugnan una noción lata del llegar a esta conclusión se basa en lo que él denomina
concepto revocación, entendiendo por tal el retiro el criterio de la economía de los medios jurídicos (y en
facultativo de un acto jurídico efectuado o provocado la lógica) según el cual la retractación de la propuesta
por el autor del acto, con el objeto de impedir el constituye un acto jurídico de la misma naturaleza que
surgimiento de una nueva situación jurídica o de ésta, aunque de signo contrario de manera que si la
restablecer aquella previamente existente( 35 l. Pero una propuesta no constituye un negocio jurídico no puede
noción de tal amplitud es, al parecer de otros autores, revestir un valor distinto y mayor el acto destinado a
producto de una confusión de dos fenómenos diversos, eliminarla(42l. Sin entrar a examinar la validez general
confusión a la que se ha llegado en razón de la del llamado "criterio de economía de los medios
semejanza de efecto de tales fenómenos y que consiste jurídicos", y sin estar convencidos del todo que la
en el aniquilamiento de un acto de autonomía proposición según la cual cada acto debe ser de
privada(3 6 l. Según estos doctrinarios la revocación naturaleza idéntica que su acto contrario pueda ser
verdadera y propia extingue un negocio jurídico ya elevada a la jerarquía de principio general de derecho,
surgido, por declaración del sujeto o de los sujetos que creemos que el enfoque desde donde debe resolverse a
le han dado existencia(37l. La revocación en este sentido la cuestión es distinto. La noción más autorizada entre
incide y extingue un negocio jurídico existente. No los especialistas acerca del negocio jurídico es aquella
puede dejar de advertirse que según una atenta doctrina que lo entiende como un supuesto de hecho por virtud
y del propio Mirabelli( 38 l "la teoría de la revocación en del cual su autor o autores disponen un reglamento de
el derecho privado adolece hasta ahora de una intereses jurídicamente relevante. Por consiguiente, si
suficiente sistematizaciód 39l". la cancelación de la propuesta es producto de la regla
Íntima vinculación con el aspecto que se acaba de establecida por el oferente mediante la declaración de
tratar tiene el concerniente a la naturaleza negocia! o revocación, no parece que pueda descartarse la
no de la revocación de la propuesta. Miccio entiende naturaleza negocia! de este acto.

(34) RAVAZZONI, Alberto. Op.cit.; Tomo I. pp.l90 y ss.


(35) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.66; SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario ... Op.cit.; p.l22.
e(/)
(36) SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario ... Op.cit.; p.l22.
(J)
(37) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.67. Cfr. SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario ... Op.cit.; p.l23. r-+

(38) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.66. e§


--.
;::::¡:
(39) RAVAZZONI, Alberto. Op.cit.; Tomo I. pp.l85 y ss, describe con bastante detalle los distintos casos para los que se utiliza el OJ
concepto de revocación. (/)

(40) MICCIO, Renato. Op.cit.; Vol.II. Parte Il. p.l43.


(41) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; pp.67 -68.
191
(42) SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario ... Op.cit.; p.l24.
Hugo Forno

Ahora bien, la primera duda que enfrenta la queda revocada cuando el destinatario de ella toma
doctrina consiste en establecer hasta qué momento conocimiento de la revocación antes que el oferente tome
puede revocar la oferta el proponente y cómo funciona conocimiento de la aceptación.
la revocación. A pesar de que, como ya se ha dicho, Puede ocurrir que el aceptante de una oferta
nuestro legislador no se ocupó de una manera directa emprenda de buena fe la ejecución del contrato luego
del problema, la solución puede deducirse de la de haber expedido su aceptación, pero antes que la
interpretación de varios dispositivos. aceptación llegue a noticia del oferente el aceptante toma
En primer término el artículo 13 74 del Código civil conocimiento de la retractación de aquél. Cuando
nos permite interpretar 1411 que la declaración de hablamos de buena fe queremos referirnos a la
revocación es de carácter recepticio, o sea que en tanto suposición (errónea) en el aceptante que el oferente ya
que es dirigida a una persona determinada -el conoció la aceptación y ya se formó el contrato, es decir
destinatario de la oferta- sólo produce el efecto que le a la llamada buena fe subjetiva. Parece que el aceptante
es propio desde que es conocida por éste. En fin, se debería gozar de alguna protección frente a este peligro
considera conocida desde que llega a destino, salvo que que sin embargo nuestro código no le concede, a
el destinatario pueda acreditar que no estuvo en aptitud diferencia del legislador italiano que reservó para ello la
de conocerla por causa que no le es imputable. segunda parte del primer párrafo del artículo 1382 que
De consiguiente, no basta emitir e incluso obliga al oferente, en tal hipótesis, a indemnizar al
despachar la declaración de revocación, la oferta queda aceptante en los gastos y las pérdidas sufridas por éste al
cancelada sólo en el momento en que el destinatario haber iniciado la ejecución del contrato. Es cierto que
de ella ha tomado conocimiento (real o presunto). en el código italiano tiene mayor sentido una disposición
La revocación puede hacerse en todo momento antes como la citada pues por un lado, en la ley italiana la
que la oferta sea aceptada. Esto se colige claramente de la oferta es naturalmente revocable y, por otro lado, la
parte final del artículo 1384. Pero qué significado tiene la revocación de la oferta surte sus efectos desde que se ha
expresión: "antes que la oferta sea aceptada': Ante todo enviado al destinatario de la oferta, opinión que
no significa que baste sólo la emisión de una declaración comparte casi unánimemente la doctrina a pesar del
de aceptación; ni siquiera significa que la declaración de texto del artículo 1334 del código italiano 144 l. Sin
aceptación sea despachada al oferente. Según el artículo embargo, estas razones que parecerían reforzar tal norma
1373 la aceptación perfecciona el contrato cuando es en el código italiano, son un espejismo que se desvanece
conocida por el oferente, regla que encuentra sentido en cuando nos aproximamos a ellas en busca de una
el carácter recepticio que en general tiene la aceptación y diferencia que en este aspecto pudiera aconsejar un trato
del cual sólo por excepción prescinde la ley (artículos 1380 disímil. Por lo que se refiere al primer punto, estamos
y 1381). Ese carácter recepticio es el que nos permite en la hipótesis de una oferta que por excepción se ha
determinar con precisión el momento final de la emitido con el carácter de revocable, de manera que
revocación, o sea que ésta puede realizarse hasta el instante ninguna diferencia concreta existe. En cuando al
anterior a aquel en que el oferente conoce (real o segundo aspecto tampoco es trascendente para estos
presuntamente) la aceptación. En conclusión, la oferta efectos pues el fundamento de la responsabilidad1 45 l se

(43) Al artículo 1374 del Código civil le falta un complemento en lo que concierne a las declaraciones que menciona, con excepción
de la de aceptación cuyo complemento es el artículo 1373 del Código civil.
(44) Cfr. MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.68; SACCO, Rodolfo. Obbligazioni e Contratti. Op.cit.; p.86; FERRI, Luigi. Lezioni. Op.cit.;
p.71; SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentario ... Op.cit.; p.126; BARASS!, Lodovico. La Teoria Genera/e Del/e Obbligazioni.
Vol.II. Le Fonti. Milano: Giuffre, 1964. p.104. Cfr. incluso bajo el imperio de los códigos italianos abrogados, PACCHIONI,
Giovanni. Op.cit.; p.l23. Ravazzoni, apartándose de la orientación mayoritaria en Italia, comparte la opinión expresada en el
texto en el sentido que la revocación no surte efecto desde que se envía al destinatario de la oferta, y más bien sólo produce
efecto si es conocida por el aceptante antes que la aceptación sea conocida por el oferente ( Op.cit.; Tomo l. pp.204 y ss.).
(45) Somos conscientes de que se trataría de un supuesto -pero ciertamente no el único- de responsabilidad por un daño causado
por un acto (la revocación) autorizado por el ordenamiento jurídico; ni siquiera se trata de un supuesto ordinario de
responsabilidad precontractual desde que no se exige que el oferente revoque la propuesta de mala fe (caso en el cual sería
evidente su responsabilidad a la luz de la norma que contiene el artículo 1362 del Código civil). Se trataría de una norma que
192 vendría así a valorar el interés del destinatario de la oferta que ha sido sacrificado al haberse prestado reconocimiento al interés
del oferente en la revocación.
Los efectos de la oferta contractual

encuentra en proteger al aceptante de un perjuicio que observado, al momento en que la declaración llega a
pueda ocasionar la ejecución de buena fe de un contrato conocimiento del destinatario de la propuesta. Estos
no concluido todavía, antes de conocer la revocación de efectos, que se traducen en la extinción de la propuesta,
la oferta, situación que puede presentarse por igual se verifican de manera instantánea e irreversible lo cual
también en nuestro derecho. significa que a partir de entonces no puede revivir la
Un comentario aparte merecen los casos oferta mediante una revocación de la revocación y sólo
ciertamente excepcionales, en que la aceptación no se podrá concebirse, aun en tal supuesto, una nueva
configura como una declaración recepticia. El primer propuesta en similares términos que la propuesta
supuesto viene dado por el artículo 1380 del Código revocada. En cambio, es perfectamente configurable
civil según el cual la aceptación consiste en una mera el retiro de la revocación entendiendo por tal la
conducta, en el inicio de la ejecución de la prestación a declaración de cancelación de la revocación que llega
cargo del aceptante, cuando ello obedece a la propia al destinatario antes o conjuntamente con la
voluntad del proponente, o a la naturaleza de la declaración de revocación.
operación o a los usos. En esta hipótesis es evidente Antes de concluir esta parte de la exposición,
que la eventual revocación de la oferta debe llegar a tenemos que manifestar nuestra disidencia con
noticia del destinatario antes que haya emprendido la respecto a las conclusiones que, con la colaboración
ejecución de su prestación. Puede presentarse aquí con de Cárdenas y otros, manifiesta Arias-Schreiber en
mayor facilidad que en los casos normales, alguna duda materia de la fuerza vinculante de la oferta en nuestro
sobre si la revocación fue o no oportuna. Por ello código. A propósito del inciso 3 del artículo 1385( 48 >,
algunos maestros sugieren la conveniencia de que la Arias-Schreiber comenta que el inciso citado "consagra
revocación llegue antes o simultáneamente a la el principio de la libertad de revocación". Luego agrega
propuesta, como si en estos casos la llegada de las que "de acuerdo con este inciso, la oferta, en tanto no
declaraciones tuviera, en todo caso, fecha indubitable. haya sido aceptada puede quedar sin efecto, desde que
El segundo caso de excepción está representado por por sí misma no consiste sino en una manifestación de
el artículo 1381 del código que atribuye al silencio el voluntad y no genera por su naturaleza, un vínculo de
valor y significado de una declaración de aceptación derecho inmutable, salvo el caso excepcional de que
siempre que así lo siguiera la costumbre o si ha habido haya sido formulada con carácter irrevocable':
como antecedente una invitación a ofrecer. Aquí debe En primer lugar debe replicarse que el inciso 3 del
predicarse como regla general que como el contrato se artículo 1385 no consagra el principio de la libertad de
forma no con el arribo de la propuesta sino después de revocación sino la posibilidad de retirar la oferta.
un instante que permite al destinatario, si quisiera, Consecuentemente, no es que la oferta pueda quedar sin
rechazar la propuesta -recuérdese que la norma efecto en "tanto no haya sido aceptada" sino que puede
mentada indica que se reputa concluido el contrato si ser retirada si esta declaración llega a conocimiento del
la oferta no fue rehusada sin dilación-, la revocación destinatario "antes o simultáneamente a la recepción de
puede tener lugar después del arribo de la propuesta y la oferta".
antes que transcurra ese lapso. En segundo lugar, el caso excepcional no consiste
Por lo que toca a la forma que ha de adoptar la en que la oferta pueda formularse con carácter
revocación, el código no exige ninguna especial, por lo irrevocable sino, al contrario, que siendo por regla
que rige para esta declaración la libertad de forma general irrevocable, excepcionalmente puede
incluso cuando la revocación concierna a una formularse con carácter revocable.
propuesta de contrato solemne( 46 J a menos que las Finalmente no alcanzamos a comprender cómo
partes hayan previsto una formalidad determinada para Arias-Schreiber y sus colaboradores pueden afirmar que e
(/)
el acto de revocación(47>. el código ha descartado la teoría de la irrevocabilidad de ro
.......
La revocación produce sus efectos, como ya se ha la oferta; que ha primado en el legislador el criterio de
ct5
-..
;:::¡:
Q.)
(/)
(46) Cfr. MICCIO, Renato. Op.cit.; Vol.II. Parte 11. p.l44; FERRI, Luigi. Lezioni Op.cit.; p.72; SACCO, Rodolfo. Obbligazioni e
Contratti. Op.cit.; p.87; MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; pp.69-70.
(47) Cfr. MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.70.
(48) ARIAS SCHEREIBER, Max. Op.cit.; p.l38. 193
Hugo Forno

que para formar el contrato se requiere una voluntad la norma que contiene el artículo 1402 del código, que
continuada, que debe ser constante hasta el momento la opción por ser un contrato genera una obligación
mismo de la aceptación; y, que se ha mantenido así la (de mantener o no retirar la opción), obligación que
tradición del código anterior y de otros más antiguos, no surgiría para el proponente por cuanto la propuesta,
basada en el principio de la libertad de la ofertat 49l. como declaración unilateral, no genera obligaciones.
Arias-Schreiber, autor original del artículo, parece En el contrato de opción ninguna obligación surge para
haber olvidado el artículo 1383 del nuevo código y el quien otorga la opción pues el objeto del contrato
artículo 1330 del código de 1936. consiste en vincular a un sujeto a su declaración
(oferta), o sea que se configura para éste una situación
de sujeción y para la otra parte un correlativo poder
2. DIFERENCIA ENTRE OFERTA IRREVOCABLE Y
negocia! en los términos que ya hemos expuesto en el
OPCIÓN.
rubro anterior a propósito de la fuerza vinculante de
La diferencia más evidente entre la oferta la ofertat 52 l. Que el contenido del contrato de opción
irrevocable y la opción ciertamente se encuentra sea una propuesta, queda suficientemente demostrado
ubicada en su estructura. Hoy es pacíficamente por el hecho que no se requiere para la formación del
admitido que la opción tiene naturaleza de contrato contrato definitivo una nueva declaración de quien
simple y autónomo' 50 l o sea, es un negocio jurídico de confiere la opción sino que tan sólo basta la declaración
estructura bilateral; la oferta irrevocable, en cambio, de aceptación del optante. Opinar diversamente
es un acto negocia! constituido por una declaración comportaría desconocer la individualidad propia del
unilateral de voluntad. Sin embargo, esta diferencia de contrato de opción que por contener el íntegro del
orden estructural no origina a su turno una diferencia contenido del contrato definitivo se confundiría con
de contenido entre los efectos provocados por ambos éste. También implicaría mantener que en el caso de
institutost 51 l. El contenido de la opción es, en efecto, la opción, el contrato definitivo no se forma mediante
una oferta cuya aceptación se somete al optante. Así, una oferta y una aceptación sino que existe una nueva
mientras en la oferta la irrevocabilidad se produce por forma de contratar constituida de un lado por una
la renuncia del oferente a la facultad de revocar (en declaración bilateral (la opción) unida a una
aquellas legislaciones en que la propuesta es declaración unilateral (el ejercicio de la opción), lo cual
naturalmente revocable) o en virtud de la ley que no no puede admitirset 53 l. Resulta significativo que el
confiere tal derecho, salvo que el declarante se lo reserve código italiano haya regulado la opción entre las
en el caso concreto (en legislaciones como la nuestra disposiciones relativas a la oferta de contrato.
en que la propuesta es naturalmente irrevocable), en No puede pues apreciarse una diferencia en cuanto
la opción en cambio la fuente de la legitimación para a los efectos de ambos institutost 54 l desde que persiguen
el ejercicio del poder negocia! y la situación de sujeción la misma finalidad. Es fácil comprender entonces cómo
mediante los que se instrumenta la irrevocabilidad se entre las dos hipótesis que analizamos sólo puede
producen precisamente en virtud del contrato. encontrarse las diferencias que derivan de su estructura,
No puede señalarse como diferencia, al amparo de más no de su contenido o efectost 551 • Pero estas

(49) Loc.cit.
(SO) Hasta no hace mucho, se dudaba que la opción fuese un contrato autónomo y simple. Para unos, como Giovanni Pacchioni,
se trataba de un contrato perfecto pero sometido a la condición suspensiva (mixta) de que se produjera la aceptación por parte
del beneficiario. Para otros no se trataba de un contrato perfecto sino en etapa de formación que requería, como condicio iuris
lf) la aceptación del beneficiario. Hoy se han superado estas viejas concepciones y se admite que la opción es un contrato perfecto,
.......
puro y autónomo, lo cual no quiere decir que accidentalmente no pueda ser sometido a condición por las partes contratantes
(MIRABELLI, G. Op.cit.; pp.81 y ss). Su naturaleza contractual, por otro lado, se deduce para nosotros de los artículos 1419 y
siguientes del Código civil.
(51) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.82.
(52) FERRI, Luigi. Lezioni... Op.cit.; p.IOI; BlANCA, Massimo. La Vendita e la Permuta. En: Trattato dí Diritto Civile Italiano. A cura
dí Filíppo Vasalli. Vol. VII .. Tomo l. Torino: UTET, 1972. p.l46.
(53) SCOGNAMIGLIO, Renato. Commentarío... Op.cit.; p.l45.
(54) FERRI, Luigi. Lezíoni ... Op.cit.; p.lOI.
194
(SS) MICCIO, Renato. Op.cit.; Voi.II. Tomo l. p.l53.
Los efectos de la oferta contractual

diferencias son de indudable relevancia jurídica y que la regla general es que la oferta produce efectos
utilidad práctica de manera que no puede pensarse irrevocables. Parece entonces indispensable que el
como corolario de cuanto hemos expuesto hasta ahora destinatario disponga de un plazo dentro del cual
que carece de sentido haber legislado en materia de pueda él ejercer tal poder, lo cual significa que la oferta
opción si en su contenido o efectos la figura puede del debe contener un plazo dentro del cual pueda el
todo ser reemplazada por la propuesta irrevocable. destinatario aceptarla y al término del cual la oferta
a) La primera diferencia de importancia que deja de tener existencia.
encontramos en orden a la diferente estructura de las El plazo de la oferta puede ser establecido por el
instituciones es que mientras la irrevocabilidad de la propio oferente según se deduce sin dificultad del tenor
propuesta se consolida apenas es conocida por el del artículo 1375 del código. Cuando el plazo ha sido
destinatario de ésta, en la opción el efecto se produce establecido por el oferente se habla del plazo fijo el cual
cuando llega la aceptación del destinatario a puede ser determinado o determinable. Manuel de la
conocimiento del proponente del contrato de opción< 56l. Puentel 601 explica que el plazo es determinado si se
b) La segunda distinción consiste en que es indica el instante en que produce su expiración ya sea
perfectamente posible pactar una prestación recíproca porque se señale el año, mes, día y hora ya sea porque
a la concesión de la opción, reciprocidad que no puede se exprese el tiempo que debe transcurrir para que el
existir en el caso de la propuesta irrevocable 1571 • vencimiento se produzca. Lo primero ocurre si se
e) Una ulterior diferencia se observa en que expresa, por ejemplo, que el plazo expira a las 8:00 a.m.
mientras una modificación de la oferta irrevocable por del día 7 de diciembre de 1997; lo segundo si se señala
parte del destinatario originaría la extinción de aquella que el plazo concluye dentro de 72 horas contadas a
y el surgimiento de una nueva propuesta, dada la partir de este instante. El plazo es determinable, en
naturaleza contractual de la opción en nada quedaría cambio, cuando aun sin haberse expresado la
ésta afectada por una declaración de modificación de oportunidad de su vencimiento se proporciona un
la misma, pues la opción permanecería vigente durante índice referencial cuya aplicación permite establecer
el plazo por el cual se confirió (siempre que no supere con precisión el momento del vencimiento o cuando
el plazo legal, artículo 1423) a menos que se produzca se deja librada la fijación del plazo a un tercero 1611 •
de otro modo la extinción de la relación jurídica o la Debe agregarse que el plazo establecido por el
renuncia del optan te a su derechd 58 l. proponente no tiene que ser congruente con la
d) Finalmente puede apuntarse también como naturaleza del negocio que se ofrece, si no lo es la oferta
una distinción entre la opción y la propuesta irrevocable caduca igualmente a su vencimiento, sin que el
que la primera y no la segunda puede ser materia de destinatario pueda impugnarlo; la aceptación emitida
cesión 1591 • dentro de un plazo razonable, acorde con las
circunstancias, pero vencido el plazo otorgado por el
proponente, es ineficaz. Lo mismo ocurre cuando el
3. PLAZO DE LA OFERTA.
plazo no es posible como sucedería si se expresa que la
Se ha repetido ya en varias ocasiones que la oferta oferta debe ser aceptada no más tarde que ayer. En tal
legitima al destinatario para que ejerza su poder de caso debe considerarse que la propuesta carece de
aceptación, lo cual significa que el destinatario puede eficacia jurídica 1621 pero en ningún caso creemos que
formar el contrato mediante su declaración de pueda pretenderse que la oferta es eficaz y se transforma
voluntad (unida a la oferta). Se ha explicado también en una de plazo indeterminado.

(56) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.83.


(57) MIRABELLI, Giuseppe. Op.cit.; p.83; GALGANO, Francesco. Op.cit.; p.220.
(58) BlANCA, Massimo. Diritto Civile. Vol.III. Il Contratto. Milano: Giuffre, 1984. p.269; PEREGO, Enrico. 1 Vincoli Preliminari e JI
Contratto. Milano: Dott. A. Giuffre Edito re, 1974. p.l52.
(59) GALGANO, Francesco. Op.cit.; p.220; BlANCA, Massimo. JI Contratto ...Op.cit.; p.271.
(60) DE LA PUENTE, Manuel. Estudios_Op.cit.; Tomo l. p.183.
(61) Loc.cit.
195
(62) !bid.; Tomo l. p.l84.
Hugo Forno

proponente y el destinatario, y en atención a la


naturaleza, magnitud y complejidad del contrato que
se ofrece, de tal manera que el destinatario disponga
de un plazo no menor pero tampoco mayor que aquel
que razonablemente le permita evaluar la conveniencia
o inconveniencia de contratar en los términos
ofrecidos. Es evidente que todo requiere de una
apreciación razonable que, en el caso de discrepancia
deberá ser hecha por el juez.
El inciso 2 del artículo 1385 se ocupa de la oferta
hecha entre ausentes. La oferta caduca en este caso
cuando transcurre infructuosamente el tiempo
suficiente para llegar la respuesta a conocimiento del
oferente. Este plazo al igual que el referido por el inciso
1 del que ya hemos hablado, es determinable por el
juez, en caso de discrepancia pero en todo caso con
recurso al criterio establecido por la norma.
El precepto señala, en efecto, que el tiempo que
ha de considerarse a los efectos de la comunicación
es aquel que tome el medio utilizado por el
proponente al remitir su oferta. Consideramos que
Finalmente, el cómputo de los plaws debe realizarse esta solución no es del todo adecuada pues peca de
con arreglo a las normas que proporciona el artículo incompleta. Obsérvese que el artículo 1378 fulmina
183 del Código civil. con ineficacia la aceptación que no observe la forma
El plazo de la oferta es indeterminado cuando no exigida por el proponente, así que podría ocurrir que
ha sido establecido por el proponente o cuando el que la forma exigida por el oferente para la aceptación
ha establecido no es determinado o determinable. En demandara un mayor tiempo que el medio utilizado
estos casos, la ley se encarga de proporcionarnos las por éste, lo cual significaría que de no seguirse esa
reglas que permiten llenar la omisión o el defecto de forma la aceptación sería ineficaz por disposición del
la oferta. El inciso 1 del artículo 1385 del Código civil, artículo 1378; pero de seguir las instrucciones del
prevé el caso de la oferta formulada entre presentes. proponente, la oferta caducaría por ser extemporánea.
Según dicha disposición, la oferta caduca si no Imagínese que Ticio envía a Cayo un fax formulándole
contiene plazo fijo y no es "seguidamente aceptada". una propuesta que no contiene plazo determinado o
Este precepto nos parece acertado si se interpreta de determinable pero exigiendo que la aceptación se haga
una manera coherente y flexible. Lo primero que hay por correo certificado. Si Cayo acepta la oferta
que indicar con respecto a él es que no establece un mediante fax, de conformidad con el artículo 1378la
plazo determinado; n1 siquiera un plazo aceptación no tiene efectos. Si la aceptación se
objetivamente determinable en el sentido ya produce por carta, la oferta caduca por aplicación del
explicado. Y no puede ser de otra manera porque es inciso 2 del artículo 1385, considerando que el correo
imposible establecer una regla objetiva, rígida, que es un medio muchísimo más lento que el utilizado
haría inaplicable la solución a todos los casos por Ticio (fax). Consecuentemente para sortear este
concretos que pueden presentarse. eventual inconveniente, debe interpretarse, en
"Seguidamente" significa inmediatamente, al armonía con el artículo 1378, que la oferta caduca si
momento, en el instante. Sin embargo, esta expresión se hizo sin conceder plazo determinado o
no debe interpretarse literalmente en todos los casos. determinable a una persona con la que el oferente no
Debe entenderse que la norma contempla un plazo está en comunicación inmediata y hubiese
acorde con las circunstancias en que se hallan el transcurrido el tiempo suficiente para llegar la

196
Los efectos de la oferta contractual

respuesta a conocimiento del oferente por el medio dispone el destinatario es el mínimo razonable para
de comunicación exigido en la oferta o en su defecto considerarla y responder por el mismo medio de
por el mismo medio utilizado por éste. Podría comunicación. Por ejemplo, si el proponente comunica
también interpretarse para llegar al mismo resultado su oferta por fax (medio que produce la transmisión
que cuando el oferente exige una forma específica para de la comunicación, digamos en tres minutos), el
despachar la aceptación y no indica plazo, el oferente tiempo que toma ese medio de comunicación es tan
está concediendo tácitamente un plazo mínimo breve que nunca podría aceptar el destinatario pues de
determinable consistente en el que se requiera para aplicar literalmente la norma el plazo debería
cumplir con tal exigencia. entenderse vencido con sólo leer la oferta. En supuestos
Dentro del mismo orden de ideas, si el proponente como éste debe entenderse que el plazo de que dispone
utiliza un medio de comunicación para formular su el destinatario es el mínimo razonable para que se
oferta cuya duración no permite la aceptación dentro entere de la propuesta y proceda a transmitir su
de ese plazo, debe entenderse que el plazo del que aceptación de inmediato.~
THEMIS 49
Revista de Derecho

UNA TEORÍA DEL CONSENTIMIENTO CONTRACTUAL*

Randy E. Barnett**

No basta la simple promesa para crear un deber


exigible legalmente, hace falta algún otro
factor. La pregunta que hace el autor del
presente artículo es ¿cuál es ese otro factor?

Para responder a la pregunta planteada en el


párrafo anterior, el autor describe y critica las
principales teorías desarrolladas por la doctrina
que intentan explicar el elemento definidor de
la exigibilidad de una promesa. Luego de
realizado este análisis, concluye que la teoría
del consentimiento contractual, en el marco
de un sistema de titularidades, es la que
responde a esta pregunta de una manera más
completa y precisa.

*
El presente artículo fue publicado originalmente en el Columbia Law Review 86. 1986. p. 269 bajo el título: “A consent theory of contract”. La
traducción y publicación se hacen bajo expresa autorización de Randy E. Barnett y del Columbia Law Review. La traducción fue realizada por
Federico de Cárdenas Romero, miembro de la Comisión de Contenido de THEMIS, bajo la supervisión –para el cuerpo del artículo– del doctor
Eduardo Sotelo Castañeda, ex miembro del Consejo Directivo de THEMIS. Profesor de Derecho Tributario de la Pontificia Universidad Católica del
Perú. Master en Derecho por la Universidad de Chicago. Master en políticas públicas y administración pública por la London School of Economics.
**
Al escribir este artículo Randy E. Barnett era Assistant Professor of Law del Illinois Institute of Technology, Chicago Kent College of Law. En la
actualidad es Austin B. Fletcher Professor of Law en la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston. 47
THEMIS 49 INTRODUCCIÓN aceptaremos las respuestas que tal teoría sugiera para
Revista de Derecho
los casos que se encuentran en el margen, donde
“El simple hecho de que un hombre prometa algo a nuestras intuiciones son menos seguras.
otro no crea ningún deber legal ni hace posible utilizar
remedio legal alguno frente a su incumplimiento. Para En el capítulo I del presente artículo, evaluaremos las
ser exigible, la promesa debe de estar acompañada cinco teorías más populares de las obligaciones
por algún otro factor... La pregunta que surge es ¿cuál contractuales. Cada una de estas teorías captura
es ese otro factor? ¿Qué hecho o hechos deben correctamente algún aspecto de la obligación
acompañar a la promesa para hacerla exigible?”1 contractual. Sin embargo, la falta de consenso actual
con relación al fundamento correcto de la obligación
Buscamos en la teoría legal para que nos diga cuándo contractual sugiere que cada una de esas
el uso de la coacción contra un individuo es aproximaciones encierra debilidades importantes. Las
moralmente justificado2 . Nos dirigimos a la teoría teorías pueden ser agrupadas en tres tipos distintos:
contractual, en particular, para que ésta nos diga cuales teorías basadas en las partes, teorías basadas en –
son los compromisos interpersonales que el Derecho estándares– criterios o principios y teorías basadas en
debería hacer exigibles. Sin embargo, la actual teoría procesos. Por lo menos, parte de la debilidad de cada
contractual no nos proporciona una respuesta teoría proviene de las deficiencias inherentes a su tipo.
satisfactoria a esta pregunta. Las cinco teorías o El propósito de este análisis comparativo será
principios más conocidos de la obligación contractual, demostrar la necesidad de una aproximación más
es decir, la teoría de la voluntad, la teoría de la amplia que pueda capturar lo que tienen de verdadero
confianza, la teoría de la justicia, la teoría de la estas teorías al mismo tiempo que evitar sus errores.
eficiencia y la teoría de la negociación, tienen
limitaciones bastante básicas. Una teoría del En el capítulo II, la teoría del consentimiento
consentimiento contractual evita estas dificultades al contractual3 será descrita y aplicada a los problemas
mismo tiempo que explica la obligación contractual identificados en el capítulo I. La teoría del
de una manera plausible y coherente. consentimiento postula que la obligación contractual
no puede ser completamente comprendida a menos
Las teorías son mecanismos de solución de problemas. que sea vista como parte de un sistema más amplio
Evaluamos el éxito de una teoría en particular si ésta de titularidades legales. Tal sistema, basado en la
resuelve el problema que originó la aparición de esta moral4 , especifica la esencia de los derechos que los
teoría. Empero, no podemos evaluar el éxito de una individuos pueden adquirir y transferir y los
teoría particular, en el vacío. Ninguna teoría, en mecanismos por los cuales pueden hacerlo.
cualquier disciplina, desde la física pasando por la Propiamente entendido, el Derecho contractual es la
biología hasta la filosofía, es capaz de resolver todos parte de un sistema de titularidades que identifica
los problemas existentes dentro de su disciplina. Lo aquellas circunstancias en las cuales dichas
que podemos hacer es comparar las teorías que titularidades son válidamente transferidas de persona
compiten entre sí y analizar cuál de ellas maneja mejor en persona mediante su consentimiento. El
el problema. consentimiento es el componente moral que
diferencia una transferencia de derechos enajenables
Nuestro criterio para comparar teorías incluye al menos válida de una inválida.
tres factores: (a) la cantidad de problemas conocidos
que la teoría resuelve igual o mejor que sus La teoría del consentimiento contractual explica por
competidoras, (b) la importancia de los problemas que qué generalmente adoptamos un acercamiento
la teoría maneja satisfactoriamente, y (c) la capacidad “objetivo” a la intención contractual y por qué nos
de la teoría para resolver problemas futuros. Al evaluar desviamos de este acercamiento en ciertas situaciones.
teorías legales, mientras mejor explique una teoría en Más aún, una teoría del consentimiento valida la
particular los casos en los cuales podemos estar seguros exigibilidad de algunos compromisos para los cuales
del resultado correcto, con mayor confianza no ha tenido lugar ninguna negociación de intercambio

1
CORBIN, L.A. “Corbin on Contracts”. 1963. p. 490. Véase, también, EISENBERG. “The Principles of Consideration”. En: Cornell Law Review 67.
1982. p. 640 (“Una promesa, como tal, no es legalmente exigible. La primera gran pregunta en el Derecho contractual es qué clase de promesas
deberían ser exigibles”).
2
El punto de vista que da a la moral un rol importante en la teoría legal se discute en las notas 109-111 infra y en el texto que las acompaña.
3
Discutí por primera vez la teoría del consentimiento contractual en: BARNETT, Randy. “Contract Scholarship and the Reemergence of Legal
Philosophy”. En: Harvard Law Review 97. 1984. Donde también traté de plasmar el desarrollo reciente de la filosofía legal en un contexto
histórico con la finalidad de explicar el resurgimiento de la filosofía normativa, en general, y de las teorías de las titularidades, en particular.
4
La teoría que se presenta en este artículo se basa en los requerimientos normativos de la moral. Pueden revisar las notas 109-128 infra y el texto
que las acompaña. Sin embargo, los lectores que prefieren una perspectiva positivista podrían querer considerar el requerimiento del consentimiento
48 sólo como un medio para entender el pasado y el presente de las decisiones judiciales y para reconciliar doctrinas aparentemente conflictivas.
–como, por ejemplo, aquellos sustentados por la La voluntad, la confianza, la justicia, la eficiencia y la THEMIS 49
Revista de Derecho
“consideración nominal”– y, por tanto, rescata estos negociación son mejor entendidas como
útiles acuerdos legales del incierto estatus en el que preocupaciones centrales del Derecho de los contratos.
se encuentran en el actual Derecho de los contratos. Se requiere de una teoría de la obligación contractual
Al proporcionar una prueba de exigibilidad clara y de que proporcione un marco que especifique cuándo
sentido común que evita a los jueces la necesidad de una de estas preocupaciones debe ceder ante la otra6 .
distinguir la confianza “razonable” de la “no Una teoría que se base exclusivamente en una única
razonable” para determinar si se ha formado un preocupación o en una combinación indeterminada
contrato, la teoría del consentimiento permite a las de ellas, no podrá explicar la correcta relación entre
partes calcular mejor quién asume el riesgo de confiar tales preocupaciones. En el capítulo II explicaré cómo
y, por ende, facilita la confianza en los compromisos una teoría de los contratos basada en el consentimiento
interpersonales. Finalmente, una descripción de la proporciona este marco requerido.
obligación contractual desde una teoría del
consentimiento, explica y justifica las defensas A. Teorías basadas en las partes contractuales
históricamente reconocidas de la obligación
contractual. Las teorías aquí descritas como basadas en las partes
contractuales son aquellas que se concentran en
I. EVALUANDO LAS TEORÍAS ACTUALES DE LA proteger a una de las partes en la transacción. Una
OBLIGACIÓN CONTRACTUAL denominación más precisa (aunque menos funcional)
sería la de “teorías basadas en una de las partes”. Las
Cinco teorías son las más utilizadas para explicar cuáles teorías de la voluntad se preocupan, principalmente,
compromisos merecen ser exigidos y cuáles no: la teoría de proteger a quien promete y las teorías de la
de la voluntad, la teoría de la confianza, la teoría de la confianza se ocupan de proteger a quien recibe la
justicia, la teoría de la eficiencia y la teoría de la promesa. El excesivo énfasis que las teorías de la
negociación5 . Estas teorías de la obligación contractual confianza y de la voluntad ponen, respectivamente,
ejemplifican, actualmente, tres tipos de teorías en una de las partes en particular crea problemas
contractuales. Las teorías de la voluntad y de la irresolubles para estas aproximaciones.
confianza son del tipo de teorías basadas en las partes
contractuales. Las teorías de la eficiencia y de la justicia 1. Teorías de la voluntad
se basan en juicios de valor estándares. La teoría de la
negociación está basada en el proceso. Al menos Estas teorías sostienen que los compromisos son
algunas de las debilidades de cada una de estas teorías exigibles porque quien promete ha tenido la
son características propias de su tipo. Por esta razón, “intención” o ha elegido obligarse por su compromiso.
cada tipo de teoría será considerado por separado en “Según la visión clásica, el derecho de los contratos
este artículo. permite expresar y otorga protección a la voluntad que
las partes han tenido ya que la voluntad es algo que
Las críticas que se presentan en este capítulo no son por sí misma merece respeto” 7 . Bajo esta
todas las que existen ni particularmente novedosas. aproximación, el uso de la fuerza contra quien
Randy E. Barnett
En la discusión se identificarán los principales incumple la promesa está moralmente justificado
problemas que diferentes teóricos han reconocido en porque esta persona autorizó el uso de la fuerza por
cada teoría. El objetivo aquí no es refutar ninguna de el previo ejercicio de su voluntad. Quien promete no
estas aproximaciones. Por el contrario, el objetivo será puede quejarse del uso de la fuerza en su contra puesto
demostrar que ninguna de ellas proporciona una teoría que al comprometerse quiso que tal fuerza pueda ser
totalizadora de la obligación contractual. utilizada8 .

5
Cuando una explicación de la obligación contractual se enfoca exclusivamente en uno de estos factores, ese factor puede ser identificado como
el que forma la base de una teoría distinta, como en la “teoría de la voluntad”. Cuando dos o más factores son combinados pueden ser
identificados más como principios, como “el principio de la confianza” o como el centro de preocupación de una teoría más general de la
obligación contractual.
6
EISENBERG. Nota 1 supra. pp. 642-643 (favorece una concepción expansiva de la obligación contractual “que reconoce la exigibilidad de las
promesas sobre la base de varios elementos y dirige la investigación a determinar esos elementos, a la vez que moldea los principios que los
reflejan en una manera apropiada”).
7
COHEN. “The Basis of Contract”. En: Harvard Law Review 46. 1933. pp. 553-575.
8
Ver FRIED, C. “Contract as Promise”. 1981 (“Un individuo está moralmente vinculado a mantener su promesa porque ha invocado intencionalmente
una convención cuya función es la de dar una base, base moral, a otro que espera el cumplimiento de la promesa”) (énfasis añadido).
BURROWS. “Contract, Tort and Restitution: A Satisfactory Division or Not?”. En: Law Q. Review 99. 1983. pp. 217-258 (“Es la aceptación de
una obligación lo vital; no es suficiente haber creído que los hechos eran reales o haber declarado que uno tiene la intención de cumplir ya que
en esas situaciones la voluntad no se ha comprometido en sí misma a realizar algo”). Kronman categoriza al profesor Fried como un “teórico de
la voluntad”. Ver KRONMAN, Anthony T. “A New Champion for the Will Theory”. En: Yale Law Review 91. 1981. p. 404. Para observar una
comparación entre la teoría de la voluntad del profesor Fried y la teoría del consentimiento se pueden revisar las notas 146-147 infra y el texto
que las acompaña. 49
THEMIS 49 Las teorías de la voluntad basan su fuerza moral en la exigibilidad si es que el contrato continúa
Revista de Derecho
noción de que los deberes contractuales obligan ya favoreciéndolo, pero si es que ya no le es favorable,
que son asumidos libremente por aquellos a quienes podrá evitar el contrato mostrando evidencia de una
se les requiere cumplirlos. Consecuentemente, la distinta intención subjetiva11 .
exigibilidad no está moralmente justificada sin un
compromiso genuino formulado por quien es la Debido a que la aproximación subjetiva se basa en
persona que será sujeta a sanción legal. Esta posición evidencia que es inaccesible para el destinatario de la
lleva casi naturalmente a indagar sobre el contenido promesa y, menos aún, para terceros, una indagación
mental de quien promete al momento de realizar el subjetiva de las intenciones debilitaría la seguridad de
compromiso –el llamado punto de vista “subjetivo”. las transacciones al reducir considerablemente la
Después de todo, la teoría difícilmente podría basarse confianza en los compromisos contractuales12 . Por eso,
en la voluntad si la obligación no fuera elegida por el no es sorprendente que, pese a la lógica de la obligación
individuo sino impuesta por la ley. basada en la “intención”, el acercamiento objetivo haya
prevalecido largamente 13 . El componente moral
Ha sido largamente admitido que un sistema de subjetivista, en el que una teoría de la intención se
exigibilidad contractual no podría ser desarrollado si basa para justificar la exigibilidad legal, entra
es que éste se adhiriese a una teoría de la voluntad inevitablemente en conflicto con la necesidad práctica
que requiriera una investigación subjetiva sobre la de un sistema de reglas basado en gran medida en
intención imputada de quien promete9 . Donde no se contenidos mentales objetivamente manifestados.
pueda discernir el intento o la voluntad subjetiva real Mientras que las manifestaciones objetivas de una
de las partes no existe problema práctico alguno, pues persona generalmente reflejan sus intenciones
asumiremos que corresponde a las intenciones subjetivas, un teórico de la voluntad debe explicar la
objetivamente manifestadas. Pero en aquellos casos exigibilidad de un acuerdo objetivo respecto del cual
en los que la intención subjetiva pueda ser comprobada es posible demostrar que el entendimiento subjetivo
de alguna manera y ella resulte contraria a la conducta de una de las partes difiere de su conducta
manifestada objetivamente, la intención subjetiva objetivamente manifestada.
deberá prevalecer si es que la integridad moral y lógica
de una teoría de la voluntad quiere ser preservada. Algunos teóricos de la voluntad resuelven
incómodamente este conflicto concediendo que otros
Por cierto, cualquier preferencia legal por la intención “intereses” –por ejemplo, la confianza– pueden
subjetiva del promitente decepcionaría a la parte que prevalecer sobre la voluntad14 . Al permitir que los
ha actuado confiando en la apariencia de la intención individuos se vinculen mediante promesas que nunca
legalmente vinculante10 . Permitir una investigación quisieron hacer exigibles, esta concesión priva a la teoría
subjetiva sobre la intención del promitente puede de la voluntad de gran parte de su fuerza. Requerir
facultar, también, a que éste resquebraje fraudulentamente que la voluntad subjetiva de quien promete ceda
acuerdos que de otra forma serían perfectamente siempre, o casi siempre, a la confianza que deposita el
claros, con tan sólo generar o preservar evidencia destinatario en la manifestación objetiva de
extrínseca de intenciones ambiguas o en conflicto. Tal asentimiento de quien promete, debilita la afirmación
estrategia constituiría una opción de facto para el que expresa que la obligación contractual se
promitente. El promitente podrá insistir en la fundamenta en la voluntad del individuo15 y fortalece

9
Ver COHEN. Nota 7 supra. pp. 575-578. BURROWS. Nota 8 supra. p. 258.
10
HUME, David. “An Inquiry Concerning the Principles of Morals”. Edición de C. Hendel. 1957. Si la dirección secreta de la intención, infiere todo
hombre con sentido común, pudiera invalidar un contrato entonces, ¿dónde está nuestra seguridad? Un académico de la metafísica podría pensar
que donde la intención es un requisito, si ésta no tuvo lugar, ninguna consecuencia debería seguir y ninguna obligación podría ser impuesta.
11
Un ejemplo interesante en el cual una Corte sospecha de una estrategia similar, “The Mailbox Rule”, puede verse en: Cohen v. Clayton Coal Co.
86 Colo. 270, 281. p. 111. (1929).
12
Noten que ni el problema de la confianza ni el problema del fraude se darán cuando el promitente, quien manifiesta la intención de vincularse
legalmente, busca evadir responsabilidad mostrando que el destinatario de la promesa no comprendió “subjetivamente” que las acciones del
promitente daban a entender otra cosa. Esto proporciona algunas oportunidades de fraude permitiendo que el promitente evada su responsabilidad
al poder probar que el destinatario comprendió perfectamente la conducta tal como fue la intención subjetiva del promitente y que, por
consiguiente, no pudo confiar en las manifestaciones que éste hizo. Sin embargo, tal examen “subjetivo” rara vez se permite bajo una aproximación
convencional objetiva. Ver: Embry v. Hargadine, McKittrick Dry Goods Co., 127 Mo. App 383, 385, 105 S. W. 777, 779 (1907). Como discutiremos
más adelante, ver notas 156-170 infra y el texto que las acompaña, esta posición se encuentra en perfecta armonía con la teoría del consentimiento
contractual.
13
Véase Ricketts v. Pennsylvania R.R., 153 F.2d 757, 760-761 (2d Cir. 1946); “Restaments (second) of Contracts” S 2 comment b (1979);
FARNSWORTH. “Contracts”. p. 114. 1982.
14
Véase FRIED, C. Nota 8 supra. pp. 58-63 (Reconociendo que una falla en el acuerdo subjetivo priva al contrato de su fuerza moral sobre la
intención, pero aseverando que esta se puede recuperar sobre la base de otros principios como la “justicia”, “el incentivo al debido cuidado” o
por la preocupación de “la administración”).
15
Véase BURROWS. Nota 8 supra, p. 258; HUME. Nota 10 supra. p. 30 n.5 (“La expresión que se trajo como subordinada a la voluntad, se
50 convirtió pronto en la parte principal de la promesa…”).
la visión de que las obligaciones contractuales pueden “confianza razonable”20 . Sin embargo, estos adjetivos THEMIS 49
Revista de Derecho
ser correctamente impuestas a las partes aun si no lo dependen de criterios de evaluación –usualmente
desean16 . La incapacidad de las teorías de la voluntad vagos– que no están relacionados con la confianza en
para explicar adecuadamente la exigibilidad de las sí misma porque, sea justificada o no, razonable o no,
manifestaciones objetivas de la intención permite, la confianza está presente de todas maneras.
también, explicar en parte el continuo interés en las
teorías de la obligación contractual basadas en la Más aún, el que una persona haya confiado
confianza. “razonablemente” en una promesa depende de
aquello que la mayoría de la gente haría o debería hacer
2. Teorías basadas en la confianza en ciertas circunstancias. Tal evaluación no se puede
hacer independientemente de la regla legal que rige
Las teorías que explican la obligación contractual como en la comunidad de que se trate, porque lo que la
un esfuerzo por proteger la confianza que el mayoría de las personas haría por confiar en una
destinatario de una promesa dispensa en la promesa promesa depende mucho de la percepción que ellas
de otro tienen la aparente virtud de explicar por qué tengan acerca del carácter exigible o no de la promesa.
las personas pueden quedar obligadas por el significado Una teoría de la confianza, por lo tanto, no hace más
común de sus palabras, al margen de sus intenciones que plantear la pregunta que se supone debería
individuales. De esta forma, se ha vuelto cada vez más responder: ¿es ésta una promesa que debería ser
común afirmar que la confianza en una promesa crea exigible?
la obligación contractual17 . Una teoría de la confianza
se basa en la intuición de que, dentro del Derecho de El análisis no difiere si nos preguntamos si el promitente
los contratos, debemos ser responsables por nuestra conocía o tenía razones para conocer que su promesa
conducta asertiva cuando ella genera una confianza podría inducir a otros a actuar motivados en su
“previsible” o “justificable” en otros, de una manera confianza21 , aun cuando esta formulación debilita la
muy parecida a cuando, bajo las reglas de la preferencia que la teoría basada en la confianza tiene
responsabilidad extracontractual, somos sujetos a por los intereses del destinatario. A diferencia del
responsabilidad por las consecuencias dañinas de contenido de la predicción requerida en el análisis de
nuestros actos18 . lo previsible bajo las reglas de la responsabilidad
extracontractual –las consecuencias físicas que
Las teorías de la confianza, sin embargo, enfrentan provienen de las acciones físicas– el contenido de la
una dificultad, en apariencia, insuperable. Como lo predicción que se requiere en el análisis de previsibilidad
describió Morris Cohen en 1933: “Claramente, no en el Derecho de los contratos es las acciones de una
todos los casos de daños producidos por haber persona auto-consciente. La predicción acerca de que
confiado en la conducta o la palabra de alguien serán una promesa pueda generar razonablemente confianza
accionables y la teoría que analizamos no nos da pista en el destinatario o en una tercera persona dependerá,
alguna sobre cómo distinguir un caso del otro”19 . El inevitablemente, de si éstos creen que su confianza
defecto señalado ha llevado necesariamente al empleo resultará legalmente protegida. Luego, la regla legal
de frases tales como “confianza justificada” o misma no podría formularse basándose en tal
Randy E. Barnett
16
Véase ATIYAH, P. “The Rise and Fall of Freedom of Contract”. 1979; FEINMAN. “Critical Approaches to Contract Law”. En: UCLA Law Review
30. 1983. pp. 829-834 (“El Derecho contractual es como la responsabilidad extracontractual y la “judicial action“ es como la “legislative
action“, todas necesariamente desarrollan juicios de política pública al imponer responsabilidad legal”). Véase, EISENBERG. “The Bargain
Principle and Its Limits”. En: Harvard Law Review 95. 1982. pp. 741-758 (comparando con el análisis que hace Atiyah sobre las obligaciones
basadas en la confianza).
17
Mientras que la literatura está llena de sugerencias sobre “el principio de la confianza”, una teoría de la confianza contractual comprehensiva
nunca ha sido presentada sistemáticamente. Tal aproximación subyace claramente en el trabajo de Gilmore. Pueden revisar GILMORE. “The
Death of Contract”. 1974. pp. 71-72. Atiyah parece apelar una teoría de la confianza a pesar que también reconoce que “la creación y extinción
voluntaria de derechos y responsabilidades” debería quedar como uno de los “pilares básicos del derecho de las obligaciones”. ATIYAH, P. Nota
16 supra. p. 779; ver también FEINMAN. “Promisory Stoppel and Judicial Method”. En: Harvard Law Review 97. 1984. pp. 678-717 (“El
principio de la confianza” socava las doctrinas clásicas del Derecho contractual); HENDERSON. “Promisory Stoppel and Traditional Contract
Doctrines”. En: Yale Law Review 78. 1969. pp. 343-344 (las reglas del “Promisory Stoppel” crean un contrato afectado por el principio de la
confianza”).
18
GILMORE, G. Nota 17 supra. p. 88 (“podemos tomar el hecho que los daños contractuales se han vuelto indistinguibles de los daños en la
responsabilidad extracontractual para reflejar una instintiva y casi inconsciente sensación que los dos campos, separados artificialmente, están
gradualmente convirtiéndose en uno solo”).
19
COHEN. Nota 7 supra. p. 579
20
EISENBERG. Nota 1 supra. pp. 656-659; HENDERSON. Nota 17 supra. p. 345.
21
“Restatement (Second) of Contracts” S 90 (1). 1979. La sección 90 califica las recuperaciones basadas en la confianza en la etapa de la
formación del contrato, al requerir tanto una “razonable” expectativa sobre la confianza y la imposición de sanciones sólo si “la injusticia” no
puede ser de otra manera evitada y, en el nivel de los remedios, al limitar el remedio “como lo requiera la justicia”. Sin embargo, tradicionalmente,
el método legal emplea el análisis teorético y doctrinal (esto es consistente con las nociones subyacentes de justicia) para descubrir dónde se
encuentra la justicia en el caso concreto. BARNETT. “Why we Need Legal Philosophy”. En: Harvard Law Review 8 & Pub. Pol. 1985. pp. 6-10. La
sección 90 obviamente desvía esta cuestión. Mientras puede haber sido la víctima de un delineamiento demasiado cauto, ninguna formulación
precisa que haya sido expuesta parece poder tomar su lugar. 51
THEMIS 49 predicción, sin introducir una circularidad práctica en 3. El problema de las teorías basadas en las partes
Revista de Derecho
el análisis22 .
Estas dificultades nos revelan que las teorías basadas
Más aún, si una promesa se define a la manera del en la confianza tienen mucho en común con las teorías
Restatement (Second) of Contracts, como “una basadas en la voluntad. Ambas teorías deben recurrir
manifestación de la intención de actuar o no actuar de a definiciones sobre la exigibilidad contractual que no
una manera específica de modo tal que permita derivan ni de la confianza ni de la voluntad, sino más
comprender al destinatario que una promesa ha sido bien están basadas en otros principios fundamentales
hecha”23 , entonces, parecería que todo promitente que, sin embargo, son dejados sin articular. Al no poder
debería razonablemente esperar que su promesa distinguir adecuadamente entre los compromisos que
induzca a la confianza del destinatario. Si esto es así, deben ser legalmente protegidos y aquellos que no,
“el verdadero problema no sería si el promitente debe ambas teorías no han podido cumplir su objetivo
esperar que el destinatario confíe, si no debe más bien fundamental. Consecuentemente, los casos
saber hasta qué punto la confianza del destinatario contractuales reales deben resolverse de manera ad
resulta razonable”24 . Pero, esto nos lleva nuevamente hoc utilizando conceptos tan vagos como
a las dificultades para discernir en qué consiste una “razonabilidad” o “políticas públicas” o empleando
confianza “razonable”. criterios que aunque claros son tan formalistas como
el criterio de la considerationI .
Al proporcionar un criterio excesivamente expansivo
de la obligación contractual, cualquier teoría que base Cada una de estas teorías se enfoca en la protección
esta obligación en una confianza dañina –o en de una de las partes de la transacción contractual:
detrimento del destinatario– deja de lado la pregunta las teorías de la voluntad se enfocan en el respeto
básica que debe ser resuelta por la teoría contractual: de la intención del promitente, mientras las teorías
¿cuáles son aquellas acciones que induciendo de la confianza centran su atención en corregir el
potencialmente a la confianza de otro tienen daño que se pueda causar al destinatario de la
consecuencias legales y cuáles no? Las acciones que promesa. Como resultado, ninguna de las dos teorías
una persona realiza confiando en un compromiso no puede evaluar satisfactoriamente esa calidad
se encuentran justificadas –ni, por ende, legalmente interrelacional que caracteriza el proceso contractual.
protegidas– por el simple hecho de haber confiado. La El Derecho de los contratos existe para facilitar las
confianza en la palabra de otro se encuentra legalmente transacciones entre las personas. Para dicho
protegida, más bien, por circunstancias aún no propósito, no existe razón obvia para preferir de
definidas25 . modo automático a una de las partes por sobre la
otra. Si bien las intenciones subjetivas y los costos
En resumen, antes que tener derecho para el uso de la de confiar son importantes para una correcta
exigibilidad legal debido a que estuvo justificado confiar, comprensión de la obligación contractual, hay algo
una persona se encuentra justificada para confiar en mucho más básico que se pierde en estas teorías de
aquellos compromisos que la ley hará exigibles. Las la obligación contractual cuyo centro de atención
teorías basadas en la confianza, por lo tanto, deben se coloca en sólo una de las múltiples preocupaciones
recurrir a un criterio distinto de la propia confianza para fundamentales.
diferenciar entre actos de confianza justificados y los
que no lo son. Dicho criterio todavía tiene que ser Irónicamente, aunque ambas teorías asumen una
identificado. Más adelante se explica26 que la teoría del posición moralista bastante marcada –protegiendo
consentimiento proporciona ese criterio. la “autonomía” o remediando los “daños”–,

22
Este parece ser un ejemplo de lo que George Fletcher caracterizó como una “paradoja del pensamiento legal”. Véase, FLETCHER. “Paradoxes in
Legal Tought”. En: Columbia Law Review. 1985. p. 1263. Si esto es así, se resolvería sólo encontrando una base independiente de exigibilidad
en la cual se pueda distinguir la confianza legalmente protegida de la que no lo está. (“Cuando una paradoja está encubierta podemos restaurar
la consistencia en nuestra estructura legal... encontrando o construyendo una distinción... que disuelva la paradoja”).
23
“Restatement (Second) of Contracts” S 2. 1979. Noten que la definición sobre la promesa que hace este Código difiere de la definición de
“Consentimiento” ofrecida más adelante. Notas 121, 143 y 144 infra y el texto que las acompaña. Allí el consentimiento está limitado a una
particular clase de compromiso –el compromiso legalmente vinculante.
24
EISENBERG. Nota 1 supra. p. 659.
25
No obstante esta debilidad, el creciente reconocimiento de la restitución basada en la confianza ejemplificada por el S 90 del “Restatement
(Second) of Contracts” puede haber sido, después de realizar un balance, más provechosa que perjudicial para la libertad contractual. La
restitución basada en la confianza proporciona una válvula segura que permite un desfogue para los casos que envuelven una confianza no
negociada y, por lo tanto, permite que la negociación que se produce en el mercado sobreviva. Véase FARNSWORTH. Nota 13 supra. S 2.19.
p.89 (“La doctrina de la consideración, al fallar en proporcionar una base satisfactoria para proteger tales promesas, pudo haber traído gran
presión para reformar la doctrina sino hubiera sido por el creciente reconocimiento de la confianza como un mecanismo alternativo para la
restitución”).
26
Ver notas 192-197 infra y el texto que las acompaña.
52 I
Nota del traductor: La palabra “consideration” será traducida en adelante como consideración.
ninguna proporciona un adecuado marco moral que La eficiencia económica es vista por algunos miembros THEMIS 49
Revista de Derecho
explique la exigibilidad legal de los contratos. Ambas pertenecientes a esta escuela como la maximización
teorías fallan en este aspecto porque intentan de cierto concepto de riqueza o bienestar social: “el
explicar la obligación contractual en un vacío teórico. término eficiencia se refiere a la relación entre los
En la teoría política y legal de carácter liberal, beneficios agregados y los costos agregados de una
identificar las titularidades o los derechos de situación… En otras palabras la eficiencia se refiere al
propiedad de los individuos en la sociedad facilita el tamaño de la torta”28 . De acuerdo con este punto de
carácter interrelacional de la vida social. Las teorías vista tanto las normas como las prácticas legales son
que se enfocan exclusivamente en la voluntad de evaluadas según aumenten o disminuyan el tamaño
los promitentes o en la confianza de los destinatarios de esta torta29 .
fallan al utilizar este marco conceptual. Por eso, no
nos sorprende que los intentos para explicar las En su variación menos categórica, una evaluación
obligaciones contractuales entre las personas pierdan económica de las normas no constituye una teoría
sentido cuando dichos intentos ignoran los propiamente dicha de la obligación contractual. Más
fundamentos de las relaciones legales bien, el análisis económico del Derecho es visto,
interpersonales. simplemente, como una indagación científica “liberada
de valores” destinada a la descripción o a la explicación
B. Teorías basadas en estándares de las consecuencias resultantes de una norma o de
un esquema en particular30 . Visto de esta manera, el
Las teorías basadas en estándares son aquellas que análisis económico no es una teoría que compita con
evalúan la sustancia de una transacción contractual las teorías de la obligación contractual, sino más bien
para ver si está conforme con un estándar de uno de los muchos criterios para evaluar teorías legales
evaluación que la teoría especifica como primario. Dos concurrentes.
de dichos estándares que han recibido amplia
aceptación son la eficiencia económica y la justicia El análisis económico también puede ser visto como
sustantiva. una teoría normativa del Derecho31 , esto es, hacer de
la eficiencia económica el mejor o el único criterio de
1. Teorías de la eficiencia análisis en el Derecho32 . Sin embargo, como quiera
que el análisis económico estándar parte de asumir
Una de las más conocidas teorías legales basadas en que algunos acuerdos son exigibles33 , las teorías
estándares es la aproximación de la eficiencia asociada normativas de la eficiencia no son capaces de
a la escuela del “análisis económico del Derecho”27 . proporcionar una distinción entre un compromiso

27
Para una breve discusión sobre el rol que esta escuela ha jugado al provocar un reciente desarrollo jurisprudencial ver BARNETT. Nota 3 supra.
pp. 1229-1233.
28
POLINSKY, A. “An Introduction to Law and Economics”. 1983; COOTER y EISENBERG. “Damages for Breach of Contract”. En: California Law
Review 73. 1985. pp. 1432-1460 (“Los economistas dicen que un contrato es eficiente si sus términos maximizan el valor que puede ser creado
por el intercambio contemplado”). Randy E. Barnett
29
COLEMAN. “Efficiency, Utility and Wealth Maximization”. En: Hofstra Law Review 8. pp. 509-512. 1980 (“Los economistas al proponer el
análisis económico del Derecho emplean al menos cuatro nociones de eficiencia: (1) eficiencia productiva, (2) el Óptimo de Pareto, (3) la
superioridad de Pareto y (4) la eficiencia Kaldor-Hicks”).
30
Ibid. pp. 548-549. Una rama de esta forma de ver la economía, llamada “economía positiva”, juzga la eficacia de una explicación económica por
su habilidad de generar hipótesis que puedan ser verificadas por un análisis científico. Para explicaciones sobre esta metodología véase FRIEDMAN.
“The Metodology of Positive Economics”. En: “Essay in Positive Economics”. 1953; POSNER, Richard. “Economic Analysis of Law”. Segunda
edición. 1977. pp. 12-13 y pp. 17-19. Para ver aplicaciones sobre la metodología pueden revisar POSNER y LANDES. “Legal Change, Judicial
Behavior and Diversity Jurisdiction”. En: Journal of Legal Studies 9. 1980. p. 367; PRIEST. “Selective Characteristics of Litigation”. En: J. Legal
Studies 9. 1980. p. 399. Si buscan una crítica sobre la metodología pueden revisar O´DRISCOLL. “Justice, Efficiency and the Economic Analysis
of Law: A Comment on Fried”. En: Journal of Legal Studies 9. 1980. p. 355; RIZZO. “Can There Be a Principle of Explanation in common Law
decisions?: A Comment on Priest”. En: Journal of Legal Studies 9. 1980. p. 423.
31
COLEMAN. Nota 30 supra. p. 549; POSNER, R. “A Reply to Some Recent Criticism of the Effciency Theory of the Common Law”. En: Hofstra
Law Review 9. 1981. p. 775 (“La rama normativa de la teoría afirma que el promover la asignación eficiente de los recursos... es lo que los jueces
deberían tratar de hacer al tomar las decisiones en los casos”). Sin embargo, POSNER. Op.cit., p. 779 (Posner niega que el análisis normativo sea
el “interés primario”).
32
POSNER, R. Nota 30 supra; POSNER, R. “The Economics of Justice”. 1981. Algunos analistas normativos encubren esta distinción al afirmar que
otras preocupaciones, por ejemplo, distributivas son normativamente importantes. Pueden ver, por ejemplo, CALABRESI. “About Law and
Econmics: A Letter to Ronald Dworkin”. En: Hofstra Law Review 8. 1980. p. 553; CALABRESI y MELAMED. “Property Rules, Liability Rules and
Inalienability: One View From the Cathedral”. En: Harvard Law Review 85. 1972. p. 1089 [traducción al español disponible en THEMIS-Revista
de Derecho 21. 1992. pp. 63-86]. También pueden revisar DWORKIN. “Why Efficiency? A Response to Professors Calabresi and Posner”. En:
Hofstra Law Review 8. 1980. p. 563 (discutiendo la coherencia de mezclar la eficiencia con preocupaciones redistributivas en un análisis
normativo).
33
Lo que estos economistas algunas veces llaman “transacciones de mercado” son de hecho contratos. Pueden ver, por ejemplo, COASE. “The
Problem of Social Cost”. En: 3 J. L. & Econ. 1. 1960. p. 15 (“El argumento se ha desarrollado hasta este punto bajo el presupuesto... que no
hubo costos envueltos en la ejecución de las transacciones mercantiles”). Ver CHEUNG. “Transaction Cost, Risk Aversion and the Choice of
Contractual Arrangements”. En: J. L. & Econ. 12. 1969. p. 23 (“toda transacción envuelve un contrato”); FURUBOTH y PEJOVICH. “Property
Rights and Economic Theory: A Survey of Recent Literature”. En: J: Econ. Literature 10. 1972. pp. 1137-1141 (“El modelo estándar competitivo
imagina un sistema especial donde una gama particular de derechos de propiedad privada gobierne el uso de los recursos y donde los costos
contractuales del intercambio, fiscalización y protección sean igual a cero”). 53
THEMIS 49 exigible y uno que no lo es34 . En un mundo sin costos de eficiencia de los intercambios voluntarios
Revista de Derecho
de transacción, afirman, el comportamiento económico (Derecho contractual) está típicamente enfocado en
individual aseguraría que, por medio de intercambios tópicos distintos de la fuente misma de la obligación
mutuamente ventajosos de titularidades, éstas sean contractual, tales como los remedios apropiados u
libremente transferidas hacia su uso más valioso35 . Un otros mecanismos de exigibilidad39 , y asumen, en
mundo hipotético como el descrito, en el que se vez de demostrar, la exigibilidad de todos los
presupone que todos los intercambios de titularidades compromisos voluntarios40 . La forma de reconocer
legales son exigibles, no puede explicarnos, sin más, compromisos voluntarios que deben ser exigidos
por qué o cuándo algunas promesas son exigibles y frente a simples promesas sociales inexigibles, es un
otras no. tema generalmente no discutido.

En un mundo con costos de transacción positivos36 , Además, algunas teorías normativas de la


los economistas que emplean un modelo de eficiencia41 generan problemas adicionales. Si vamos
“competencia perfecta” intentan evaluar el grado a exigir sólo aquellos acuerdos del mundo real que
en el que dichos costos impiden la circulación de los incrementen la riqueza general de la sociedad42 ,
recursos a sus usos más valiosos y las formas en que entonces puede afirmarse o asumirse que un
las normas y los remedios legales, incluyendo observador neutral (por ejemplo, un juez-
aquellos que definen la gama de titularidades, economista) tendrá acceso a esta información, es
pueden ser modificados a fin de minimizar dicha decir, que sabrá reconocer cuáles acuerdos
“ineficiencia”37 . Un análisis de este tipo, basado en incrementan la riqueza y cuáles no43 .
detectar las desviaciones de las titularidades iniciales
y de los intercambios libres de costo respecto de una Dos problemas surgen a partir de esta asunción o
norma de eficiencia base, debe de sustentarse, en afirmación. El primero concerniente a su validez.
última instancia, en no más que una asunción de ¿Pueden, efectivamente, los observadores adquirir
que tales intercambios voluntarios que buscan información sobre intercambios que incrementen la
economizar son en algún grado exigibles. Así, el riqueza con independencia de las preferencias
análisis económico se centra típicamente en los manifestadas por los participantes en el mercado? Aún
problemas de los intercambios forzosos del mundo más importante, ¿puede un sistema legal
real (responsabilidad extracontractual) en un prácticamente basar sus decisiones en tal
esfuerzo por dar solución legal a estas transacciones información? Se ha argumentado de una manera
ocurridas fuera del mercado y aproximarlas lo más persuasiva que tal conocimiento, simplemente, no se
cerca posible a una solución de mercado38 . El análisis encuentra disponible independientemente de la

34
Claro que uno podría tratar de definir “transacciones de mercado” tan estrechamente que el concepto de contrato quedaría excluido. KRONMAN
y R. POSNER. “The Economics of Contract Law”. 1979 (“Uno puede hablar sobre el principio o sistema de intercambio voluntario por algún
tiempo antes de que se vuelva necesario considerar el rol de los contratos y el Derecho contractual en facilitar el proceso”). Sin embargo, Una
definición tan restringida no se encuentra garantizada. De hecho, no es claro que el mecanismo de mercado tendrá su supuesto efecto productor
de eficiencia, sin considerar de forma mucho más amplia a todos los acuerdos, sean exigibles o no, como “intercambios de mercado”. Pueden
revisar POSNER. “Gratuitous Promises in Economics and Law”. En: Journal of Legal Studies 6. 1977 pp. 411-412 (“La aproximación tomada aquí
dice que la promesa gratuita, a la larga compromete al promitente a cumplir con determinado curso de acción... creando utilidad para el
promitente a través de la utilidad que le genera el cumplimiento prometido”); pueden ver también las notas 48-49 infra y el texto que las
acompaña.
35
CHEUNG. “The Structure of Contract and The Theory of a Non- Exclusive Resourse”. En: J. L. & Econ. 13. 1970. pp. 49-50. COASE. Nota 33
supra. p. 15; POSNER. Nota 32 supra. p. 60 (“El término “valor” en economía se refiere generalmente al valor de intercambio...”).
36
COASE. Nota 33 supra p. 15. Para efectuar una transacción en el mercado es necesario descubrir quién podría ser la contraparte, informar a las
personas con las que se busca negociar, establecer en qué términos, conducir las negociaciones a buen puerto, diseñar y redactar el contrato,
fiscalizar el cumplimiento de lo pactado, etc. Estas operaciones normalmente son tan costosas, suficientemente costosas como para evitar que
se den muchas de las transacciones que se llevarían acabo en un mundo en el cual el sistema de precios funcionara sin costo.
37
POSNER, R. Nota 32 supra. p. 70; CALABRESI y MELAMED. Nota 32 supra. p. 1097.
38
POSNER, R. Nota 30 supra. p.11.
39
REA. “Nonpecuniary Loss and Breach of Contract”. En: Journal of Legal Studies 11. 1982. pp. 35-36.; MACNEIL. “Efficient Breach of Contract:
Circles in the Sky”. En: Va. Law Review 68. 1982. pp. 947-968. El modelo económico no proporciona una base para concluir a priori sobre la
eficiencia del cambio de propietario en algún momento de la transacción. Además, el cambio de propietario, una titularidad legal, no puede ser
separada analíticamente (excepto para analizar los costos de transacción y la clase de cuestiones puestas en relieve por Calabresi y Melamed) de
los remedios contra el incumplimiento contractual.
40
Véase nota 33 supra y el texto que la acompaña.
41
POSNER. Nota 32 supra. pp. 88-115 (discutiendo sobre la base “ética y política de la maximización del bienestar”). Otros economistas utilizarían
un criterio Paretiano más restrictivo de eficiencia. Ver COLEMAN. “Efficiency, Exchange, and Auction: Philosophic Aspects of the Economic
Approach to Law”. En: California Law Review 68. 1980. pp. 221-231.
42
POSNER. Nota 34 supra. p. 415 (“la pregunta de si es económico para la sociedad el reconocer una promesa como exigible requiere una
comparación sobre la utilidad de la promesa para el promitente con el costo social de hacer exigible esa promesa”).
43
POSNER. Nota 32 supra. p. 62 (“El teórico insistiría que el valor relevante es incognoscible si es que no ha sido revelado en una actual transacción
mercantil, pero yo creo que en muchos casos las cortes pueden hacer una presunción lo suficientemente razonable como para hacer una
asignación que maximice el bienestar”). p. 79 (“La comparación inter-personal de utilidades es un anatema para el economista moderno porque
no existe sistema métrico que logre hacer tal comparación. Sin embargo, la comparación inter-personal del valor, en un sentido económico, es
54 factible, aunque difícil, incluso cuando el valor no está siendo comparado en un mercado explícito”).
producción de información en los mercados reales44 . influir adecuadamente en nuestra evaluación normativa THEMIS 49
Revista de Derecho
Si no está disponible, entonces, no es capaz de de tales reglas o principios, especialmente cuando estos
proporcionar criterios útiles que ayuden a distinguir efectos son considerados conjuntamente con los
las promesas exigibles de las que no lo son45 . efectos que tales reglas o principios tendrían en la
autonomía privada o “voluntad” y en la “confianza”.
Asumiendo, sin embargo, que tal conocimiento sí se Más obvio aún, la eficiente asignación de recursos
encuentra disponible, si tenemos el acceso directo a puede requerir de un mercado compuesto de
información suficiente para conocer si ciertos intercambios consensuales que revelen y transmitan
intercambios incrementan la riqueza o no, entonces, información sobre preferencias personales y
¿por qué preocuparnos por el Derecho contractual? oportunidades económicas que de otra manera sería
¿Por qué no simplemente contar con una autoridad imposible obtener48 . Un análisis económico sugeriría,
central que use este conocimiento para transferir por lo tanto, que el consentimiento mostrado juega
titularidades independientemente del acuerdo entre las un rol importante en el Derecho contractual, en la
partes, sabiendo, además, que la necesidad de celebrar medida en que la eficiente asignación de recursos es
acuerdos genera costos de transacción? O ¿por qué una actividad social que debe ser facilitada por el
no dejar que los jueces utilicen este conocimiento para sistema legal49 . Desde esta perspectiva, los “costos de
ratificar “robos eficientes” –esto es, dar a los ladrones transacción” creados por el requerimiento de
la opción de obtener la titularidad sobre propiedad que consentimiento no son peores, desde el punto de vista
tomaron de otras personas sin su consentimiento–, a de la eficiencia, que cualquier otro costo de producción.
condición de que el ladrón pague el valor de los daños Los costos de negociar para obtener el consentimiento
que el juzgado le imponga, equivalentes al valor que de otro pueden constituir recursos bien utilizados, ya
la propiedad tenía para la víctima46 ? La asunción que tales negociaciones sirven para revelar información
consistente en la disponibilidad de la información valiosa.
impide a los economistas normativos responder que el
mercado es necesario para proveer tal información47 . Allí donde los costos de negociación involucrados en
lograr consentimiento se vuelvan tan altos que impidan
Las observaciones que da la teoría económica sobre realizar intercambios considerados deseables por los
los efectos que ciertas reglas o principios contractuales observadores, se pueden extraer por lo menos tres
tienen en la asignación eficiente de recursos pueden conclusiones. Cada una, no obstante, abunda en contra

44
DEMSTEZ. “Some Aspects of Property Rights”. En: Journal of Law and Economics. 1966. pp. 61-68; RIZZO. “The Mirage of Effiency”. En:
Hofstra Law Review 8. 1980. pp. 641-651; COLEMAN. “The Normative Basis of Economic Analysis: A Critical Review of Richard Posner´s The
Economics of Justice”. En: Stanford Law Review 34. 1982. pp. 1105-1109. El trabajo seminal en esta área fue realizado por Ludwig von Mises
y F. A. Hayek. Ver, por ejemplo, MISES, Ludwing von. “Socialism”.1951 pp. 137-142 (discutiendo por qué “los mercados artificiales” no son
posibles); HAYEK. “The Use of Knowledge in Society”. En: Individualismo y Orden Económico.1948. pp. 77-78 (“El problema económico de la
sociedad no es solamente un problema de cómo asignar los recursos… Es más bien un problema sobre cómo asegurar el mejor uso de los
recursos conocidos para todos los miembros de la sociedad, al final su importancia relativa sólo es conocida por esos individuos”). GRAY. “Hayek
on Liberty”. 1940 (explicando la tesis de Hayek sobre que “la imposibilidad del socialismo… deriva de la negación de las funciones epistemológicas
de las instituciones del mercado y sus procesos”). LAVOIE. “Rivalry and Central planning”. 1985. pp. 48-77 (describiendo la contribución de Randy E. Barnett
Mises al “debate sobre los cálculos socialistas” en 1930).
45
Por supuesto, después de que un intercambio forzoso ha ocurrido, ya sea extracontractual o contractual, la corte puede no haber tenido más
alternativa que asignar un valor de la mejor forma que pudo. Véase, por ejemplo, MURIS. “Cost of Completion or Diminution in Market Value:
The Relevance of Subjective Value”. En: J. Legal Studies 12. 1983. p. 379 (discutiendo la compensación de la medida de los daños subjetivos que
resultan del incumplimiento contractual). Ver, también, nota 38 supra y la nota 130 infra y el texto que las acompaña. Sin embargo, aquí no se
discute sobre la mejor manera de rectificar los intercambios forzosos, sino más bien, porqué y cuáles intercambios voluntarios son legalmente
vinculantes. Por eso, es apropiado preguntarse por la eficiencia normativa propugnada sobre cuándo una corte, facultada para utilizar el análisis
de eficiencia, puede “reemplazar las condiciones del mercado” al reconocer intercambios con valor agregado. No hay evidencia que esto sea
posible y, por lo tanto, tampoco hay buenas razones para seguir pensándolo. Ver: nota 44 supra y el texto que la acompaña.
46
Algunos analistas económicos pueden estar acercándose peligrosamente a una posición de “robo eficiente” al argumentar la legitimación del
“rompimiento eficiente” del contrato. Para una explicación de la posición de “rompimiento eficiente” pueden ver POLINSKY, A. Nota 28 supra.
pp. 29-32; POSNER, R. Nota 30 supra. pp. 88-93. Para una confrontación pueden ver MACNEIL. Nota 39 supra (criticando el análisis del
rompimiento eficiente a partir de una perspectiva de titularidades).
47
Ver nota 43 supra y el texto que la acompaña. Un economista puede argumentar que se pueden realizar ajustes en el valor marginal en contra de las
instituciones de mercado. Véase, por ejemplo, POSNER. Nota 32 supra. p. 111. Esta posición ha sido criticada por RIZZO. Nota 44 supra. pp. 651-654.
Las teorías normativas también pueden ser criticadas por una excesiva confianza en lo “objetivo” como oposición al concepto “subjetivo” del
costo. Ver, por ejemplo, RIZZO. Nota 44 supra. p. 646 (“La dificultad de medir, lo que tenemos razón en creer que son variantes relevantes, no
es, sin embargo, un argumento para descuidarlas; por el contrario, demuestra las limitaciones esenciales del criterio de la maximización de la
riqueza”). Para una explicación sobre la diferencia entre los dos conceptos de costo, ver BUCHANAN, J. “Cost and Choice”. 1969. pp. 1-26;
THIRLBY. “The Subjective Theory of Value and Accounting Costs”. En: L.S.E “Essays on Cost”. Edición de James Buchanan y Thirlby. 1981. p.
137.
48
Ver nota 44 supra y el texto que la acompaña. CHEUNG, S. “The Theory of Share Tenancy”. 1969. p. 64 (“La competencia conglomera el
conocimiento de todos los potenciales propietarios –el conocimiento de arreglos contractuales alternativos y usos de los recursos; y la transferencia
de los derechos de propiedad asegura que el conocimiento más valioso será utilizado”). DEMSETZ. Nota 44 supra. p. 65 (“Insistiendo que el
consentimiento voluntario tiende a producir información cuidadosa cuando muchos costos y beneficios sólo son conocidos por los individuos
involucrados”).
49
La teoría política incluida en el análisis económico normativo ha sido cuestionada por Ronald Dworkin. Ver DWORKIN. “Is Wealth a Value?”. En:
Journal of Legal Studies 9. p. 191. 1980; DWORKIN. Nota 32 supra. Otro análisis crítico puede ser revisado en “Symposium on Efficiency as a
Legal Concern”. En: Hofstra Law Review 8. 1980. p. 811. 55
THEMIS 49 de hacer exigibles las transferencias involuntarias. deben ser exigibles, a menos que se proceda a probar
Revista de Derecho
Primero, en ausencia de una demostración que la eficiencia económica es la meta exclusiva del un
consensuada de preferencias, no tenemos cómo saber orden legal. El intento por proporcionar una teoría
realmente si el intercambio vale la pena –es decir, si normativa de la maximización de la riqueza, por lo
contribuye a incrementar la riqueza o no50 . En segundo menos en el área del Derecho contractual, es
lugar, la ineficiencia de las instituciones legales del fundamentalmente fallido53 . En resumen, mientras que
gobierno, que elevan innecesariamente los costos de el requerimiento de consentimiento se encuentre
transacción, podría ser la principal responsable de fundamentalmente apoyado en argumentos basados
convertir las transacciones consensuales en en la eficiencia, la justificación normativa de una teoría
prohibitivamente caras. De ser ello así, la “falla del del consentimiento contractual deberá basarse en
gobierno” y no la “falla del mercado” sería la criterios mucho más generales.
responsable por impedir el intercambio y la respuesta
apropiada sería eliminar la verdadera fuente de la 2. Teorías basadas en la justicia sustantiva
ineficiencia 51 . Por último, cuando los costos de
negociación hacen que los acuerdos consensuales Otra escuela de pensamiento basada en estándares
resulten un mecanismo muy caro para obtener intenta evaluar la sustancia de una transacción para
información vital sobre el valor, existen diversas vías ver si ésta es “justa”54 . Las teorías basadas en la justicia
alternativas para generar tal información sin tener que sustantiva tienen una larga tradición que data por lo
negociar –por ejemplo, formando una nueva compañía menos desde los teóricos cristianos del “justo precio”
o “firma” fusionando una compañía con otra, o en el medioevo55 y, tal vez, desde Aristóteles56 . Su
combinando varios productos dentro de un solo encarnación moderna en el Derecho Contractual se
paquete52 . encuentra en las discusiones decimonónicas sobre la
“adecuación o suficiencia de la consideración”57 , y más
En este análisis, el consentimiento demostrado es visto recientemente, en el tratamiento de la “ausencia de
como un elemento que juega un rol importante en consciencia”58 .
cualquier esfuerzo por lograr una eficiencia económica
o una asignación de recursos que sea eficiente. Sin Una teoría de la justicia sustantiva asume que es posible
embargo, las nociones de eficiencia por sí solas, no hallar un estándar de valor a partir del cual la sustancia
logran explicar por completo por qué ciertos acuerdos de cualquier acuerdo puede ser objetivamente

50
Esto es verdad por dos razones que se relacionan. La primera es el problema epistemológico que se presenta por la ausencia de consentimiento. Ver
nota 44 supra y el texto que la acompaña. La segunda –que se deriva de la primera– es el efecto que la escasez de bienes tiene en el análisis de
eficiencia. Los costos de transacción incluyen acuerdos negociados (cotizaciones de mercado) y la obtención de exigibilidad legal (costos administrativos).
Ambos pueden ser vistos como componentes de información y seguridad en una transacción dada. Tales costos serán positivos en un mundo donde
prima la escasez. Supongamos que ellos exceden la ganancia potencial de un contrato y que, por consiguiente, este no se lleva a cabo. ¿Es esta una
situación “no óptima” a comparación de la situación en donde los costos de cualquier otro factor de escasez utilizado –como la tierra o el trabajo–
evitan una transacción?. DEMSETZ. “Information and Efficiency: Another view point”. En: Journal of Law and Economics 12. 1969. pp. 1-4. (“Hacer
tal afirmación es negar que la escasez es relevante para la optimización, una extraña posición para un economista”).
51
CHEUNG. Nota 33 supra. p. 42 (“Los costos de transacción también dependen de los acuerdos legales alternativos. Por ejemplo, la variada
efectividad de la exigibilidad legal o el grado de corruptibilidad de las cortes afectarán los costos de transacción en el mercado”). COASE. Nota
33 supra. p. 28 (“La clase de la situación en la cual los economistas consideran una pronta intervención correctiva del Estado es, de hecho, muy
a menudo el resultado de las mismas acciones del Estado”). DEMSETZ. “The Exchage and Enforcement of property Rights”. En: Journal of Law
and Economics 7.1964. pp. 11-17 (“El valor de lo que está siendo intercambiado depende crucialmente en los derechos de acción sobre la
mercancía física y en cuán económicamente son exigidos estos derechos”).
52
COASE. “The Nature of the Firm”. En: Economica 4. 1937 pp. 386-391; DEMSETZ. Nota 51 supra. p. 16.
53
Para ver las críticas al análisis económico normativo que exceden del Derecho contractual, COLEMAN. “Economics and the Law: A Critical
Review of the Foundations of the Economic Aproach to Law”. En: Ethics 94. 1984. p. 649; COLEMAN, nota 44 supra.
54
EISENBERG. Nota 16 supra. p. 754 (“El nuevo paradigma (de la “ausencia de consciencia)” crea un marco teórico que explica la mayoría de los
límites que han sido o deberían haber sido puestos sobre... el principio (negocial), basado en la calidad de la negociación”).
Esta aproximación sobre la justicia sustantiva debería distinguirse de aproximaciones que se enfocan en si el proceso contractual es justo o
injusto. Ver EPSTEIN. “Unconscionability: A Critical Reappraisal”. En: Journal of Law and Economics 18. 1975. p. 293 (distinguiendo el procedimiento
de la unconscionability sustantiva); LEFF. “Unconscionability and the Code: The Emperor´s New Clause”. En: U. Pa. Law Review 115. 1967. p.
485.
55
ELY, R. “Outlines of Economics”. Quinta edición. 1930. p. 827. Sin embargo, la teoría medieval del precio justo podría haber sido, actualmente,
más subjetiva y orientada al mercado de lo que muchos autores modernos asumen. DEMPSEY. “Just Price in a Functional Economy”. En:
American Economic Review. pp. 471-486. 1935 (más subjetiva); DE ROOVER. “The Concept of Just Price: Theory and economic Policy”. En:
Journal of economic History. pp. 418-434. 1958 (más orientada al mercado).
56
ARISTÓTELES. “Nichomachean Ethics”. Edición de Ostwald Trans. 1962. p. 125.
Entonces, Si (1) la igualdad proporcional es establecida entre los bienes, y (2) se produce una reciprocidad, el intercambio justo del que hablamos
se realizará. En cambio, si no existe proporcionalidad, el intercambio no es igual y justo, y la asociación de las dos voluntades no se mantendrá
unida.
La duda que nos expresa el texto sobre si esto llevó a Aristóteles a una argumentación sobre “el precio justo” refleja el hecho que de repente
sólo estaba tratando de explicar aquí los intercambios por medio de transacciones tal y como un economista actual, en vez de asignar
normativamente la “justicia” del intercambio. Por supuesto, tal distinción es extraña al sistema aristotélico.
57
Richardson v. Barrick, 16 Iowa 407, 412 (1864). T.P. Shepard & Co. V. Rhodes, 7 R.I. 470 (1863).
58
“Restatemant (Second) of Contracts” S 208 Comentario c. 1979 (Teóricamente es posible para un contrato ser opresivo si le analiza como un
56 todo, incluso si no existe debilidad en el proceso de negociación...”).
evaluada59 . Este criterio tiene aún que ser articulado y que pretende discernir entre cuáles compromisos THEMIS 49
Revista de Derecho
sustentado60 . En la ausencia de tal criterio, las teorías merecen ser tutelados por el ordenamiento legal y
de la justicia sustantiva caen en una o dos cuáles no66 . En suma, la aproximación según la justicia
aproximaciones incompletas. Por un lado, estas teorías sustantiva no proporciona ni estándares significativos
tienden a concentrar toda su atención en una pequeña ni resultados predecibles. Rasgos como la
porción de compromisos –aquellos que se piensa que indeterminación extrema y su enfoque en casos
son tan “extremos” que “ofenden la conciencia” de aberrantes, inherentes a un principio basado en la
los tribunales61 . Esta teoría considera que la mayoría justicia sustantiva, impiden que esta aproximación
de acuerdos del mundo real son presuntamente provea una explicación que abarque todo lo que la
exigibles62 . Por el otro lado, estas teorías tienden a teoría de los contratos requiere sea explicado sobre la
convertirse en teorías basadas en procesos –ya sea de obligación contractual.
búsqueda de asimetrías de información o, también
denominado, “poder desigual de negociación”63 . 3. El problema de las teorías basadas en estándares

La primera de estas respuestas trata de encontrar casos Todas las teorías basadas en estándares enfrentan dos
extremos de violaciones de un criterio que no puede problemas, uno evidente y otro que se muestra de
ser articulado –o por lo menos que no puede ser manera más sutil. El primero, que ya ha sido discutido,
descrito para la mayoría de las transacciones64 , mientras es identificar y sustentar el estándar apropiado
que la segunda representa salirse totalmente de la mediante el cual se puedan distinguir los compromisos
aproximación según la justicia sustantiva. Por lo tanto, exigibles de los que no lo son. El segundo problema
en el mejor de los casos, una aproximación según la procede del hecho que las teorías contractuales basadas
justicia sustantiva intenta enfrentarse a un problema en estándares son tipos de lo que Robert Nozick ha
cualitativo recurriendo sea a una evaluación cuantitativa llamado principios “modelados” de justicia distributiva:
o procesal, pero sin revelar lo que se mide –es decir, la
naturaleza de la injusticia65 . “Un principio distributivo es modelado si específica que
una distribución debe variar de acuerdo con una cierta
Sin embargo, lo más importante para esta discusión es dimensión natural, o con una suma ponderada de
el hecho que la aproximación teórica según la justicia dimensiones naturales o con un ordenamiento
sustantiva no llega a enfrentar directamente el lexicográfico de dimensiones naturales...
problema central y más común de la teoría contractual:
¿qué acuerdos conscientes deben ser exigidos y cuáles Casi todo principio de justicia distributiva sugerido está
no? Esto, después de todo, es o debería ser, el punto modelado: a cada cual de acuerdo con su mérito moral,
de partida de una teoría útil de la obligación contractual con sus necesidades, con su producto marginal, con

59
Cohen notó este problema con lo que él llamó la “teoría de la equivalencia contractual”. Ver COHEN. Nota 7 supra. p. 581 (Debido a las
dificultades de medición, el Derecho moderno “profesa el abandono del esfuerzo de sistemas más primitivos que exigían la justicia material en
el contrato. Las partes contractuales deben determinar ellas solas qué es lo justo”). Como un asunto puramente descriptivo, la idea que el
intercambio ocurre porque los bienes son “equivalentes” o de igual valor cautivó a los economistas por siglos. Por lo menos hasta que se
demostró la falsedad de este argumento. Ver notas 55-56 supra y el texto que las acompaña. De hecho, el intercambio ocurre porque ambas
Randy E. Barnett
partes perciben “ex ante” al bien o servicio ofrecido por el otro como de más valor que lo que están dispuestas a intercambiar por el. Ver
MENGER, C. “Principles of Economics”. Transcripción de J. Dingwall y B. Hoselitz. 1981. p. 180.
60
De acuerdo con una teoría subjetivista del valor económico, tal criterio es imposible de desarrollar. Ver, por ejemplo, MISES. “Human Action”.
1963. pp. 94-98, 242 y 354 (discutiendo la imposibilidad de medir el valor de intercambio porque el valor es subjetivo). Ver también, BUCHANAN,
J. Nota 47 supra. pp. 23-26 (un breve rastreo de la historia del “subjetivismo económico de los últimos días de los austríacos notables Mises y
Hayek”).
61
Para la evolución de la concepción “consciente” del equitable relief. Pueden ver JOHNSON. “Unconscionability and the Federal Chancellors: A
Survey of U.C.C Section 2-302 Interpretations in the Federal Circuits During the 1980´s”. En: Lincoln Law Review 16. 1985. pp. 21-56. pp. 341-
342.
62
EISENBERG. Nota 16 supra. p. 754 (“Este nuevo paradigma no reemplaza el principio de la negociación, el cual está basado en sólidos fundamentos
y continúa rigiendo para el caso normal”). Ver también EPSTEIN. “The social consequence of Common Law Rules”. En: Harvard Law Review 95.
1982. pp. 1717-1748 (“Seguramente toda transacción hecha en un mercado organizado a precios competitivos no debe ser cuestionada, el
sostener que uno de estos intercambios es sospechoso sería tirarse abajo todas las transacciones idénticas”). Incluso una crítica severa de la
libertad contractual concuerda que este es un aspecto de la actual doctrina de la “ausencia de consciencia”. Véase, KENNEDY. “Distributive and
Paternalist Motives in Contract law and Tort Law: With special Reference to compulsory terms and Unequal bargaining power”. En: Md Law
Review 41. 1982. pp. 563-621.
63
FARSWORTH, E. Nota 13 supra. S 4-24. pp. 314-316.
64
El profesor Eisenberg, por ejemplo, confina su análisis a la identificación de circunstancias o “normas” que, si se presentan, pedirían la justicia
del resultado contractual en cuestión. Él discute la explotación desde una posición de angustia, la incapacidad para realizar transacciones, la
susceptibilidad a una persuasión injusta y la ignorancia en el precio. EISENBERG. Nota 16 supra. pp. 754-785. Eisenberg sospecha de circunstancias
sutiles para discernir la calidad de la “injusticia” de la negociación sustantiva la cual está buscando reglamentar. En una teoría del consentimiento,
las circunstancias que describió serán analizadas como posibles aplicaciones de defensas para evitar que deterioren el significado moral normal
del consentimiento. Ver notas 210-214 infra y el texto que las acompaña.
65
EPSTEIN. Nota 54 supra. p. 306 (“Es difícil de saber qué principios identifican el “término justo”, y por la misma razón qué hace tan difícil de
determinar el “precio justo””). MISES, Ludwig von. Nota 60 supra. pp. 727-730 (discutiendo sobre la naturaleza y las deficiencias de las teorías
del “precio justo”).
66
Ver nota 1 supra y el texto que la acompaña. 57
THEMIS 49 cuánto esfuerzo se trata o con la suma ponderada de obligaciones exigibles y luego evaluar si una determinada
Revista de Derecho
todos los criterios anteriores y así sucesivamente”67 . transacción siguió el procedimiento correspondiente. La
teoría más conocida dentro de esta categoría es la
El problema que crea este tipo de teorías modeladas llamada teoría negocial de la “consideración”.
de la justicia –incluyendo las teorías basadas en alguna
noción de eficiencia– es que requieren de una constante 1. La teoría negocial de la consideración.
intervención de las preferencias individuales. “Aun
igualando el nivel de todas las posesiones, dicha El origen de la doctrina moderna de la consideración
igualdad sería automáticamente quebrada debido a puede ser rastreado desde el nacimiento de la acción
los distintos grados de habilidad, cuidado o industria de incumplimiento73 . Cuando la asunción voluntaria
de los seres humanos”68 . Entonces, para mantener el de la obligación comenzó a ser vista como la base de
modelo se requiere o que se les impida a las personas la exigibilidad contractual, a nadie se le ocurrió sugerir
vincularse mediante los contratos que deseen o que con seriedad que todo acuerdo demostrable podría o
las autoridades “continua o periódicamente interfieran debería ser legalmente exigible. El número de acuerdos
para quitar recursos a ciertas personas a quienes otras celebrados a diario es tan numeroso que por motivos
escogieron, por alguna razón, transferirlos”69 . tanto prácticos como de principios se debe distinguir –
además de hacerlo por razones probatorias74 – entre
Tales interferencias son, por lo menos presuntamente, acuerdos exigibles y los que no lo son.
sospechosas. Algunas veces tales interferencias pueden
incluso ser objetadas de acuerdo con el estándar La doctrina de la consideración fue ideada para establecer
particular que se está utilizando para justificar su esta distinción75 . De ordinario, allí donde la consideración
intervención. Por ejemplo, podría demostrarse que la se encuentre presente, el acuerdo será exigible. Más
ineficiencia es el resultado final de intervenciones hechas significativo aún, donde no exista consideración, inclusive
para obtener la “eficiencia” que, de este modo, limitaba cuando el acuerdo sea claro y no presente ambigüedades,
las preferencias individuales70 . Un sistema en el que los se considerará que no hay cabida para la exigibilidad. En
jueces puedan –en la ausencia de fraude, coacción, o el siglo XIX “la teoría negocial de la consideración” fue
algún otro defecto demostrable en el proceso de promovida por algunos –entre los que resaltan Holmes y
formación– reconsiderar la sabiduría de las partes podría Langdell– como una forma de responder al problema
crear más injusticia sustantiva que la justicia que busca consistente en a cuáles acuerdos brindar protección legal.
dar 71 . Más fundamental todavía, una teoría de los Hoy en día probablemente sea la teoría de la
derechos podría bien sustentar la conclusión de que tales consideración la predominante y se encuentra en la
interferencias resultan injustas y equivocadas72 . sección 71 del Restatment (Second) of Contracts:

C. Teorías basadas en procesos (1) Para que exista consideración, deben negociarse una
actuación o una promesa recíproca.
Las teorías que se basan en procesos se alejan del
enfoque centrado en alguna de las partes contractuales (2) Una actuación o promesa recíproca se considera
y también del enfoque que busca la sustancia misma negociada cuando es solicitada por el promitente
del acuerdo, para concentrarse en la manera mediante como intercambio por su propia promesa, y es
la cual las partes alcanzan un acuerdo. Este tipo de teorías realizada por el destinatario como intercambio de
propone procedimientos apropiados para establecer la promesa de aquél76 .

67
NOZICK, Robert. “Anarchy, State and Utopia”. 1974. pp. 156-157.
68
HUME, D. Nota 10 supra. p. 25.
69
NOZICK. Nota 67 supra. p. 163. Para observar su discusión sobre “cómo la libertad altera los patrones”. NOZICK, R. “Anarchy, State and
Utopia”.1974. pp. 160-164.
70
GRAY, J. “Indirect utility and Fundamental Rights”. En: Soc. Phil & Pol´y. Primavera de 1984. pp. 73-85 (“Si la política utilitarista directa es
contraproducente, debemos aceptar problemas prácticos en ello, y no hay nada que decir sobre que esto no incluirá los problemas distributivos
impuestos por principios que confieren un gran peso en los derechos morales de los individuos”). Ver también, ALEXANDER. “Pursuing the
Good –Indirectly”. En: Ethics 95. 1985. p. 315 (más adelante elaboraré esta posición).
71
EPSTEIN. Nota 54 supra. p. 315 (“Cuando la doctrina de la unconscionability es usada en su dimensión sustantiva... sólo sirve para desfigurar el
derecho privado de contratar, de tal forma que sólo produce más daño que beneficio social”).
72
NOZICK, Robert. Nota 67 supra. p. 168 (“Desde el punto de vista de la teoría de la legitimidad o titularidad, la redistribución es, sin ninguna
duda, un problema serio que envuelve, como efectivamente lo hace, la violación de los derechos de las personas”). MACK. “In Defense of
Unbridled Freedom of Contract”. En: American Journal Econ. & Soc. 40. 1981. p. 1 (cada persona debería tener la libertad de entrar en un
contrato y de insistir en el cumplimiento de los derechos derivados de él). Ver también las notas 93-120 infra y el texto que las acompaña.
73
FARNSWORTH, E. Nota 13 supra, S 1.6. pp.19-20.
74
Estas reglas que permiten a las cortes y a terceros en la transacción evaluar la legitimidad de las demandas hechas entre las partes contratantes.
Por ejemplo, el estatuto de fraude o una regla que regule el uso de la evidencia verbal. Véase, por ejemplo, U. C. C S S 2-201, 2-202. 1977.
75
SIMPSON, A. “A History opf the Common Law of Contract”. 1975; EISENBERG. Nota 1 supra. p. 640 (en respuesta a la pregunta qué clase de
promesas deberían ser protegidas “tradicionalmente esto ha sido absorbido bajo la doctrina de la “consideración”).
58 76
Restatement (Second) of Contracts S 71 (1), (2). 1979.
Esta aproximación intenta distinguir el carácter mutuo una opuesta dificultad. Si la doctrina de la consideración THEMIS 49
Revista de Derecho
de lo que induce a celebrar la transacción de los motivos es estructurada de modo tan amplio capturará
y actos de ambas partes para llegar a la transacción. crecientemente acuerdos “sociales” que no intentaron
Lo importante no es aquello por lo que se negocia sino dotarse de exigibilidad legal –por ejemplo, promesas de
que la promesa o la actuación de cada persona está ayuda financiera entre miembros de una familia82 . Así,
inducida por la promesa o actuación de la otra. cualquier concepto expandido de la consideración
amenaza con menoscabar la función tradicional de la
Las dificultades que presenta la doctrina de la doctrina: diferenciar de una forma predecible entre los
consideración dependen del punto de vista desde el cual acuerdos exigibles y los que no lo son y así permitir a los
se analice el concepto. Si se interpreta restrictivamente privados planear y evitar que el peso de la coerción legal
esta teoría, entonces, toda clase de acuerdos “serios” recaiga sobre acuerdos hechos de manera informal o
serán interpretados como carentes de consideración. En “social” en los cuales no se contempló ninguna sanción
su reciente trabajo sobre la consideración, Charles Fried legal por su incumplimiento83 .
enumera cuatro tipos de casos –promesas para mantener
abierta una oferta, para liberar de una deuda, para Por lo tanto, cada estrategia destinada a enfrentar los
modificar una obligación y para retribuir favores pasados– problemas generados por la doctrina de la
en los que, tradicionalmente, los destinatarios han tenido consideración causa, de distintas formas, serios estragos
grandes dificultades para obtener remedios legales por en una teoría coherente de la obligación contractual.
el incumplimiento debido a la ausencia de una Con una definición restringida como aquella vinculada
consideración negociada77 , aunque, generalmente, se a la negociación, promesas serias merecedoras de
concede que las partes puedan haber querido vincularse protección se quedan sin ella. Con una fórmula
legalmente por lo que la exigibilidad debería ser extensiva, las promesas informales que fueron pensadas
aplicable78 . A esto se pueden añadir las promesas no fuera del ámbito de la coerción legal estarían dotadas
negociadas para asumir las obligaciones de otro79 , para de sanciones legales en caso de incumplimiento. El
transmitir la tierra, para donar a entidades de caridad y problema más evidente con la teoría negocial es que
las promesas de fiadores y dentro del seno familiar80 . al parecer ha errado demasiado yendo en la dirección
de la sub-exigibilidad84 . Sin embargo, esta teoría sufre
En cada uno de estos casos, una promesa es hecha y de un modo fundamental por su característica de ser
después rota. Luego, el afectado busca basar su acción una teoría basada puramente en procesos.
en esta promesa rota que en muchos de estos casos
fue hecha de una forma seria y sin ambigüedad. En 2. El problema de las teorías basadas en procesos
cada situación, sin embargo, no existió negociación y,
por lo tanto, no hubo consideración en la promesa. El problema con estas teorías no es solamente su
necesidad de encontrar un balance entre sobre y sub-
Casos como estos invitan a que jueces y otras personas exigibilidad. Tales balances no pueden ser
intenten expandir el concepto de la consideración más completamente evitados en un sistema que basa sus
allá del marco de la negociación81 . Sin embargo, cualquier decisiones en reglas y principios de aplicación general85 .
intento de capturar estos y otros casos se enredará en El verdadero problema con las teorías que se basan en
Randy E. Barnett
77
FRIED, C. Nota 8 supra. p. 28.
78
Que la exigibilidad sea considerada deseable en esos casos está evidenciada por estatutos que han sido promulgados muchas veces para
proporcionar una base sobre la responsabilidad. Ver, por ejemplo, U.C.C S 2-205 y el comentario 2. 1977 (La oferta de una firma se hace
vinculante para “dar efecto a la intención deliberada de un mercantilista...”).
79
U.C.C S 3- 408 y el inciso 2. 1977.
80
FARNSWORTH, E. Nota 13 supra. S 2. 19. pp. 90-91.
81
Un ejemplo bien conocido sobre dónde el requisito de la negociación fue ajustado hasta llegar a un punto de ruptura es el caso Allegheny College v.
National Chautagua County bank, 246 N.Y 369, 159 N.E 173 (1927) (sosteniendo que en la promesa del “College” de constituir un fondo conmemorativo
había consideración por una promesa de hacer un “regalo” al “College”). FARNSWORTH, E. Nota 13 supra. S 2.19. p. 91. Caracteriza el análisis de la
consideración como “tenue” en este caso. Esto debido a la presencia de formalidades y a la relación de la consideración “moral” ya que la teoría del
consentimiento hubiera logrado los mismos resultados. Ver las notas 176-181 infra y el texto que las acompaña. Aquí nuevamente, se aprecia que
ciertos términos de la promesa podrían indicar una intención que sería revocable. Ver Allegheny College, 246 N.Y. p. 372, 159 N.E. p. 174 (“Esta
promesa será válida sólo en la condición de que se cumpla con mi voluntad, no obstante, primero deberá ser cumplida”). Tales dificultades de
interpretación son previsibles en un régimen legal que inciertamente exija promesas formales, pero no negociadas ya que las partes no pueden estar
seguras sobre la forma en que la voluntad cumplirá su propósito. Ver notas 166-181 infra y el texto que las acompaña.
82
Richards v. Richards, 46 Pa. 78, 82 (1863) (Exigir tales seguros sería “excesivamente perjudicial para la libertad de las relaciones sociales”).
83
COHEN. Nota 7 supra. p. 573 (“Ciertamente, alguna libertad para cambiar de opinión es necesaria para un libre intercambio entre aquellos que
carecen de omnisciencia”). FULLER. “Consideration and Form”. En: Columbia Law Review 41. 1941 pp. 799-813. (“Existe una real necesidad de
un campo para las relaciones humanas que esté libre de restricciones legales, de un campo donde el hombre pueda, sin responsabilidad,
eliminar las garantías que alguna vez dio”). (Cita omitida).
84
EISENBERG. Nota 1 supra. p. 642.
85
Ver, por ejemplo, Aristóteles. Nota 56 supra. p. 141 (“Toda ley es universal, pero hay algunas cosas sobre las cuales no es posible expresarse
correctamente en términos universales”); HART, H.L.A. “The Concept of Law”. 1961 p. 125 (“La incertidumbre en los límites es el proceso a pagar
por el uso de términos clasificados como generales en cualquier forma de comunicación referida a cuestiones de hecho”). Es posible, sin embargo,
que una aproximación presunta a la forma de hacer leyes minimice este tipo de error, Ver notas 162-164 infra y el texto que las acompaña. 59
THEMIS 49 procesos, como la teoría negocial de la consideración, acuerdos, de otro modo “correctos”, no deberían ser
Revista de Derecho
es que éstas ponen obstáculos insuperables en la forma exigibles.
de minimizar tales dificultades de la exigibilidad
contractual. Los dos problemas mencionados, sin embargo, no son
exclusivos de las teorías basadas en procesos. Como
Primero, al concentrarse exclusivamente en el vimos anteriormente90 , las teorías basadas en las partes,
procedimiento que justifica la exigibilidad contractual, como las de la voluntad o la confianza, tienen problemas
las teorías basadas en los procesos esconden los valores para explicar ciertos acuerdos “excepcionales” que son
sustantivos en los cuales se debe basar cualquier exigibles sin utilizar los principios sobre los cuales éstas
elección entre procesos. Al encubrir estos valores, las se basan. Las teorías basadas en principios como la
teorías basadas en procesos terminan tratando su voluntad, confianza o eficiencia tienen tantos problemas
mecanismo procesal elegido como un fin en vez de como las teorías basadas en los procesos para explicar,
hacerlo como medio. De este modo, cuando el por qué ciertos acuerdos son inexigibles debido a
procedimiento adoptado ocasiona, inevitablemente, excepciones –llamadas de “política pública”– a sus
problemas de correlación entre medios y fines, una respectivas normas sobre la obligación contractual.
teoría basada en procesos que esté divorciada de su
finalidad no puede explicar por qué tal divorcio existe A pesar de las debilidades inherentes a las teorías
ni qué hacer para remediarlo. Esta debilidad inherente basadas en procesos, éstas presentan ventajas
a las teorías basadas en los procesos también afecta la significativas sobre las teorías basadas en las partes y
teoría negocial de la consideración86 . las basadas en estándares. Debido al empleo de un
criterio neutro para determinar la exigibilidad
La teoría de la negociación, ideada para limitar la contractual, una teoría basada en procesos puede
aplicación de la acción por incumplimiento87 , falla en proteger de mejor manera tanto la intención
asegurar la exigibilidad de ciertas categorías razonables contractual como la confianza de las dos partes
y bien definidas de acuerdos “serios”, pero no contractuales en comparación con las teorías que
negociados88 . Entonces, cuando se pide a las cortes priorizan a una de las partes sobre la otra, siempre que
exigir el cumplimiento de tales compromisos la teoría identifique características del proceso contractual que
principal de la consideración a la cual adhieren no normalmente corresponden a la presencia de intención
pueden dar cuenta de estas “excepciones” al normal o de confianza sustantiva. Al identificar criterios de
requerimiento de negociación, a menos que apele a exigibilidad judicialmente útiles, las teorías basadas en
conceptos más fundamentales que el de negociación. procesos pueden sortear las dificultades de una
Irónicamente, el surgimiento de la acción por indeterminación extrema de la que adolecen las teorías
incumplimiento –la razón que hizo necesaria una basadas en estándares91 . En resumen, estas teorías
doctrina de la consideración– se dio gracias a la suministran de mejor modo las reconocidas ventajas
dificultad que tenía el sistema de entonces, basado en que brinda un sistema de leyes de aplicación general,
procesos, para analizar la exigibilidad de promesas tales como facilitar la planificación de los privados y
informales, pero hechas seriamente89 . ayudar a asegurar un trato igualitario a personas que
se encuentren en similares situaciones. Probablemente
Segundo, una teoría exclusivamente basada en sean estas ventajas las que han permitido a una teoría
procesos no puede por sí misma explicar por qué ciertas basada en procesos, como la teoría de la negociación,
clases de compromisos no son ni deberían ser exigibles. sobrevivir a pesar de sus frecuentes detractores.
Por ejemplo, es ampliamente reconocido el hecho que
los acuerdos para realizar actuaciones ilícitas no Las grandes ventajas administrativas de las teorías
deberían de ser exigibles. De modo similar, los contratos basadas en procesos sugieren que la mejor
sobre esclavitud son considerados per se inexigibles. aproximación que se puede hacer de la obligación
Sin embargo, si estos últimos acuerdos se hicieran de contractual es una que preserve un aspecto
conformidad con las “reglas de juego”, una teoría que procedimental del Derecho contractual, sin dejar de
mirase sólo a las reglas de juego para decidir cuestiones reconocer que esos procedimientos dependen, en
sobre la exigibilidad no podría responder por qué tales última instancia, de principios sustantivos

86
EISENBERG. Nota 1 supra. p. 642 (“Tal aproximación… tiende a suprimir la creatividad judicial y la reconceptualización”).
87
Ver notas 73 supra y el texto que la acompaña.
88
Ver notas 77-80 supra y el texto que las acompaña.
89
SIMPSON, A. Nota 75 supra. pp. 136-196 (discutiendo sobre las dificultades de exigir contratos informales anteriores al desarrollo de la acción
de incumplimiento).
90
Notas 9-16 y 19-25 supra y el texto que las acompaña.
60 91
Notas 31-45 y 44-66 supra y el texto que las acompaña.
fundamentales de Derecho que, ocasionalmente, Las partes constitutivas de una teoría de las titularidades THEMIS 49
Revista de Derecho
afectan este análisis procedimental de dos formas. son, en esencia, las mismas que las categorías
Primero, estos principios pueden sugerir mejoras tradicionales del Derecho privado. El tema de la
específicas en los procedimientos que regulan la adquisición inicial de titularidades sobre los recursos
formación del contrato y que son apropiadas en el caso se aborda primariamente en el Derecho que regula la
en que los procedimientos previamente adoptados propiedad, la responsabilidad civil extracontractual se
hayan creado problemas identificables de sub- preocupa por la protección y límites correctos sobre el
exigibilidad. Segundo, estos principios pueden servir uso de los recursos y en el Derecho contractual se
para privar de normalidad, en cuanto a su significación encarga de la transferencia de los derechos entre sus
moral, a ciertos acuerdos que son procedimentalmente titulares 96 . Cada una de estas categorías contiene
inmaculados y, de este modo, disminuir los problemas principios rectificadores en caso de incumplimiento de
identificables de sobre-exigibilidad92 . Una teoría del las obligaciones legales97 .
contrato basada en el consentimiento es una
aproximación que cumple con estas características. No es nada nuevo ver al Derecho contractual como
parte de una teoría más general de las titularidades
II. UNA TEORÍA DEL CONTRATO BASADA EN EL individuales que específica cómo los recursos pueden
CONSENTIMIENTO ser correctamente adquiridos (Derecho de propiedad),
usados (responsabilidad civil extracontractual) y
A. El contrato y la teoría de las titularidades: la transferidos (Derecho contractual)98 . Por cierto, el
importancia central del consentimiento actual desarrollo histórico de estas categorías legales
no ha podido armonizar perfectamente con las
1. Titularidades como fundamento de la obligación distinciones conceptuales que nos sugiere una
contractual aproximación basada en titularidades. Sin embargo,
esta aproximación ha sido desde mucho rechazada
La función de una teoría de las titularidades basada en como una forma de resolver algunos de los problemas
los derechos individuales es definir los límites dentro más debatidos en la doctrina y teoría contractuales.
de los cuales los individuos pueden vivir, actuar y buscar
la felicidad, libres de interferencias por la fuerza de De acuerdo con una aproximación según las
otros93 . Una teoría de las titularidades especifica los titularidades, los derechos pueden ser concedidos
derechos que los individuos poseen o pueden poseer; incondicionalmente a otro (una donación) o su
nos señala qué puede ser materia de apropiación y transferencia puede estar condicionada a un
quién es su propietario; circunscribe los límites determinado acto o a una transferencia recíproca a
individuales de la libertad humana94 . Cualquier teoría cargo de la persona a la cual se transfiere el bien (un
coherente de la justicia basada en los derechos intercambio). La preocupación del Derecho
individuales debe, por lo tanto, contener principios que contractual recae sobre la manera en la cual estos
describan cómo se adquirieron inicialmente esos derechos se transfieren o se enajenan. Además, la
derechos, cómo se transfieren de persona en persona, exigibilidad de todos los acuerdos está limitada por
cuál es la sustancia y los límites de los derechos la capacidad que tienen estos derechos de ser
Randy E. Barnett
correctamente obtenidos y cómo deben remediarse las transferidos de una persona a la otra. Si un derecho
interferencias con tales titularidades95 . es genuino o puede ser legítimamente transferido es

92
La relación entre las críticas procedimentales y los principios subyacentes es análoga a la distinción que hace Ronald Dworkin entre reglas y
principios. Ver DWORKIN, Ronald. “Taking Rigths Seriously”. 1977. pp. 22-39. En ese proceso las reglas contractuales serían exigibles por
principios más fundamentales y tales principios servirían, también, para definir los límites exteriores de las reglas.
93
La literatura de la titularidad de los derechos es vital y creciente. Yo describo algunos de los factores que la hicieron desarrollarse en BARNETT.
“Nota 3 supra. pp. 1225-1233. Una bibliografía útil es NICKEL. “The Nature and Foundation of Rigths”. En: Crim. Just. Ethics. Otoño de 1982.
p. 64. Para un seguimiento del análisis económico de los derechos de propiedad ver FURUBOTH y PEJOVICH. Nota 33 supra.
94
FURUBOTH y PEJOVICH. Nota 33 supra. p. 1139 (“El sistema prevaleciente de derechos de propiedad en la comunidad puede ser descrito…
Como la gama de relaciones sociales y económicas que definen la posición de cada individuo con respecto a la utilización de los recursos
escasos”. (cita omitida).
95
NOZICK. Nota 67 supra. pp. 150-153 (Dando una definición tripartita de la justicia que consiste en la justicia en la adquisición, transferencia y
rectificación).
96
EPSTEIN. “The Static Conception of the Common Law”. En: J. Legal. Studies 9. 1980. pp. 253-255.
97
Otra categoría posible de restitución, la cual especifica circunstancias no cubiertas por el contrato o por la responsabilidad civil cuando la
compensación por las transferencias de recursos no gratuitos puede darse. FRIEDMANN. “The Restitution of Benefits Obtained Trough the
Appropriation of Property or the Commission of a Wrong”. En: Columbia Law Review 80. 1980. p. 504.
98
Varios comentaristas se han referido recientemente a estos antecedentes históricos. SIMPSON, A. Nota 75 supra. Simpson proporciona un
análisis más riguroso sobre la historia de este enfoque, cómo operó y caducó. Pueden revisar también ATIYAH, P. Nota 16 supra. p. 89 (“En los
comentarios de Blakstone... contrato y sucesión son vistos como modos por los cuales se transfieren títulos de propiedad”). HORWITZ, M. “The
Transformation of American Law 1780-1860”. 1977. p. 162 (Como resultado de la subordinación del contrato a la propiedad, los juristas del
siglo XVIII formularon una teoría de títulos para el intercambio contractual según la cual un contrato servía para transferir el título de la cosa
específica materia del mismo”). 61
THEMIS 49 un tema en el cual el Derecho contractual no puede de subsiguientes intercambios eficientes101 . Las muchas
Revista de Derecho
bastarse por sí mismo sin tener que recurrir a las brechas en estas teorías contractuales articuladas son,
referencias que nos da la teoría de las titularidades en la práctica, probablemente llenadas por nuestra
que le subyace, esta es el área de la teoría legal que intuición compartida sobre estos derechos individuales
nos específica qué derechos poseen los individuos y fundamentales. Conseguir que este concepto relacional
de qué manera los obtuvieron. De esta manera, la se haga explícito nos ayuda a aclarar lo que continúa
explicación sobre la naturaleza obligatoria de los siendo un confuso entendimiento de la obligación
acuerdos contractuales se deriva de nociones más contractual.
fundamentales de titularidades y de cómo éstas son
adquiridas y transferidas. Como la Parte I demostró, una buena comprensión de
la obligación contractual y de sus límites requiere que
El objeto de la mayoría de los acuerdos que transfieren apelemos a algo más fundamental que los conceptos
derechos son titularidades indiscutiblemente de voluntad, confianza, eficiencia, justicia o
enajenables. En esos casos las reglas del Derecho negociación. Se necesita de un marco o teoría que sea
contractual son suficientes para explicar y justificar capaz de ordenar estas preocupaciones fundamentales,
una decisión judicial. Sin embargo, en casos raros, que muestre el lugar en el cual cada “principio” debe
como en acuerdos que se refieran a cuestiones como ubicarse con respecto a los otros. Reconocer la
la esclavitud o que requieran la violación del derecho necesidad de tal investigación sitúa a los teóricos
de alguna persona, la dependencia del Derecho contractuales en el terreno de la teoría de las
contractual de la teoría de los derechos resultará titularidades o de los derechos. La legitimidad de los
crucial para identificar los principales problemas sobre principios contractuales que determinan qué
la sustancia de los acuerdos voluntarios. Por ejemplo, transferencias de derechos son válidas depende de la
los acuerdos para transferir derechos no naturaleza de la titularidad individual y de la extensión
enajenables99 –derechos que por alguna razón no se de los derechos que han sido o serán adquiridos por
pueden transferir–, o los acuerdos para transferir las partes en una transferencia. El proceso de una
derechos que por alguna razón no se pueden obtener, transferencia contractual no puede comprenderse en
no harían, sin más, válidos ni exigibles los su totalidad sin considerar cuestiones fundamentales
contratos100 . como son la naturaleza y fuentes de las titularidades
individuales y los medios por los cuales son adquiridas.
Si bien las actuales teorías de la obligación contractual
han omitido reconocer, explícitamente, esta relación 2. La función asignativa y distributiva de los derechos
de dependencia, tal noción puede, algunas veces, individuales
encontrase implícita. Por ejemplo, es difícil de entender
cómo la teoría basada en la “voluntad” del individuo Todo concepto de derechos individuales debe asumir
o en la rectificación del “daño” causado por la un contexto social. Si el mundo se encontrara habitado
confianza, pueda tener algún sentido sin asumir un por una sola persona, tendría sentido hablar de las
marco de derechos individuales básicos. Uno no tendría acciones de esta persona como “buenas” o “malas”.
que preocuparse sobre la “voluntad” expresada por Tal juicio moral podría, por ejemplo, mirar si tal persona
un individuo o por algún perjuicio causado por la ha elegido o no vivir lo que podría ser denominado
confianza generada a menos que esa persona tenga “una buena vida”102 . Sin embargo, no tiene sentido
un derecho pre-contractual a “obligarse” o un derecho alguno hablar de los derechos de esta persona. Como
a ser protegida por ciertas clases de daño. Las teorías una corte señaló: “A menos y hasta que una persona
basadas en la eficiencia también dependen de una serie se relacione con otras, o con bienes, o con derechos,
titularidades (usualmente asumidas) que formen la base no tiene obligación de actuar con relación a ellos, y

99
Elaborar la importante distinción entre derechos enajenables y no enajenables requeriría una discusión más general de la teoría de los derechos
de lo que es posible detallar aquí. Ver BARNETT. “Contract Remedies and Inalielable Rights”. En: Soc. Phil & Pol´y. Otoño de 1986. Puden ver
también KRONMAN. “Paternalism and the Law of contracts”. En: Yale Law Review 92. 1983. p. 763 (discutiendo sobre las implicaciones de la
teoría contractual y la distinción entre derechos enajenables y no enajenables). Un número reciente de escritos sobre el tema de los derechos
enajenables refuerza su significado para la teoría legal y moral. Ver FEINBERG, J. “Rights, Justice and the Bounds of Liberty”. 1980. pp. 238-246;
MEYER, D. “Inalienable Rights: A Defense”. 1985; VEATCH, H. “Human Rights: Fact or Fancy?”. Capítulo 3. 1986; EPSTEIN. “Why Restrain
Alienation?”. En: Columbia Law Review 85. 1985. p. 970; KUFLIK. “The Inalienability of Autonomy. En: Phil. & Pub. Affs. 1984. p. 271;
MCCONNELL. “The Nature and Basis of Inalienable Rights”. En: Law & Phil 3. 1984. p. 25; ROSE-ACKERMAN. “Inalienability and the Theory of
Property Rights”. En: Columbia Law Review 85. 1985. p. 931.
100
Otras bases de la obligación son posibles al lado de la obligación contractual, sin embargo, tales obligaciones son reconocidas bajo la responsabilidad
civil y la restitución.
101
DEMSETZ. “Toward a Theory of Property Rights”. En: American Economic Review 57. 1967. p. 347 (Los economistas suelen tomar el cúmulo de
derechos de propiedad como dato y se preguntan por una explicación de las fuerzas que determinan el precio y el número de unidades de un
bien que estos derechos atacan”).
62 102
VEATCH, H. “For an Ontology of Morals”. 1971 (Una crítica a la teoría ética contemporánea desde una perspectiva aristotélica).
esto es cierto aunque la obligación sea denominada de la propiedad 107 . Para esta discusión solamente THEMIS 49
Revista de Derecho
legal, moral o razonable”103 . resulta relevante reconocer que ciertas asignaciones
de derechos a la posesión y al uso de recursos son un
Desde el momento en el que los individuos viven tan pre-requisito ineludible para la supervivencia humana
cerca unos de otros de forma tal que compiten por el y para la satisfacción de sus necesidades.
uso de recursos naturales escasos, se debe encontrar
una manera de “asignar” tales recursos. Es decir, debe Aunque la titularidad sobre los recursos puede
reconocerse algún esquema que especifique como los adquirirse directamente de la naturaleza mediante el
individuos deben adquirir, usar y transferir recursos. trabajo individual, en una sociedad compleja serán
Ciertos factores de la existencia humana hacen que usualmente adquiridos de otras personas 108 . De
ciertos principios de asignación sean “ineludibles”. Por acuerdo con una aproximación según las titularidades,
ejemplo, es un requerimiento humano fundamental el Derecho de los contratos es un cuerpo de principios
que los individuos adquieran y consuman recursos generales y reglas muy específicas cuya función es
naturales, aun cuando tal actividad resulte muchas identificar los derechos de individuos dedicados a
veces inconsistente con un uso similar que otros hacen transferir titularidades y, por tanto, indicar cuándo la
de los mismos recursos. fuerza física o legal puede usarse legítimamente para
preservar tales derechos y rectificar cualquier
“Derecho de propiedad” es el término usado interferencia injusta en el proceso de transferencia.
tradicionalmente para describir la titularidad adquirida
por una persona para usar y consumir recursos –tanto 3. El Consentimiento como el componente moral de
la persona individual como sus posesiones externas– una transacción contractual
libre de la interferencia física de otros104 . Que esta
posesión y uso de los recursos sea por “derecho” Las áreas de las obligaciones morales y de las
sugiere que cualquier intento de interferencia física con obligaciones legales no se corresponden totalmente109 .
tal posesión o uso puede ser objeto de resistencia Una obligación moral es algo que debemos hacer o
mediante el uso de la fuerza si es necesario 105 . dejar de hacer. Una obligación moral que no sea a la
Adicionalmente, si alguien interfiere con una vez una obligación legal válida sólo podría ser
distribución legítima de recursos, tal violación puede legítimamente garantizada por medios voluntarios. Esto
ser rectificada mediante la redistribución de los quiere decir que uno puede tener la obligación moral
recursos106 . Algunos derechos de propiedad pueden de hacer algo pero, a menos que haya también una
ser exclusivos y otros no tanto. No hay necesidad de obligación legal válida, uno no podría ser legítimamente
especificar aquí el marco exacto de una correcta teoría forzado por otro a realizarla. Una obligación moral es

103
Garland v. Boston & M. R. R., 76 N. H. 556, 557, 86 A. 141, 142 (1913). La corte puso los puntos de discusión sobre los deberes de cuidado: “La
regla del cuidado razonable, bajo las circunstancias, no puede limitar la conducta de Robinson Crusoe como fue situada primariamente, pero a
penas él vio las huellas en la arena la regla comenzó a tener vitalidad”. Id. 563, 86 A. 141. Pueden revisar también DEMSETZ. Nota 101 supra.
p. 347 (“En el mundo de Robinson Crusoe los derechos de propiedad no tienen rol alguno”).
104
Ver, por ejemplo, FURUBOTH y PEJOVICH. Nota 33 supra. p. 1139 (“Los derechos de propiedad no están referidos a las relaciones del hombre Randy E. Barnett
con las cosas, sino más bien, sancionan relaciones de conducta entre los hombres que eligen entre las cosas que existen y regulan su uso”). Hoy
en día, la expresión “derechos de propiedad” tiende a limitarse sólo a los derechos referidos a recursos externos. Sin embargo, tradicionalmente
y en el sentido que se utiliza en el texto –la jurisdicción moral y legal de una persona comprendía tanto su cuerpo como los recursos externos.
Ver, por ejemplo, LOCKE, J. “An Essay concerning the True Original Extent and End of Civil Government, in Two Treatises of Civil Government”.
Capítulo V S 27. 1690. (“Todo hombre tiene una “propiedad” en su propia persona”). Esta concepción de propiedad estuvo tan arraigada que
algunos abolicionistas radicales en el siglo XIX se referían a la esclavitud como el crimen de “robar hombres”. Ver, por ejemplo, FOSTER, S. “The
Brotherhood of Thieves, or a True Picture of the American Church and Clergy”. 1843. p. 10. Citado en “The antislavery Argument”. Editado por
W. & J. Pease. 1965. p. 138. Esta extendida visión de los derechos de propiedad también prevaleció en la Edad Media. Véase MCGOVERN.
“Private Property and Individual Rights in the Commentaries of the Jurists, A.D. 1200-1550, in Essayss in Memory of Schafer Williams”. (título
tentativo). Editado por S. Bowman y B. Cody.
105
NOZICK, Robert. “Philosophical Explanation”. 1981. p. 499 (“Un derecho es algo por el que cada uno puede demandar o exigir su cumplimiento”).
FURUBOTH y PEJOVICH. Nota 33 supra. p.1139 (“La asignación de los derechos de propiedad especifican las normas de comportamiento con
respecto a las cosas que toda persona debe observar en su interacción con los demás o soportar el costo de la no observancia”).
106
NICKEL. “Justice in Compensation”. En: Wm. & Mary Law Review 18. 1976. pp. 379-382 (“La compensación protege la justa distribución y los
derechos que envuelve al evitar, en lo posible, acciones que distorsionen tal distribución”).
107
He desarrollado este tema más extensamente en otros textos. Ver BARNETT. “The Justice of Restitution”. En: Am. J. Juris. 25. 1980. p. 117
(defendiendo la justicia de la rectificación restitutiva). BARNETT. “Pursuing Justice in a Free Society: Part One –Power vs. Liberty”. En: Crim. Just.
Ethics. Verano/otoño de 1985. p. 50 (Discutiendo la fuente y contenido apropiado de una teoría de los derechos de propiedad). BARNETT.
“Restitution: A New Paradigm of Criminal Justice”. En: Ethics 87. p. 279. 1977 (se discuten los méritos de varias aproximaciones a la rectificación).
BARNETT. Nota 21 supra. pp. 6-15 (se discuten las clásicas nociones liberales sobre la ley y los derechos). Barnett. “Public Decisions and Private
Rights”. En: Crim. Just. En: Ethics. Verano/otoño de 1984. p. 40 (Discutiendo la metodología de una aproximación sobre los derechos de
propiedad).
108
BAIRD y JACKSON. “Information, Uncertainty and the Transfer of Property”. En: J. Legal. Studies 13. 1984. p. 299 (“Algunos de nosotros,
quienes somos propietarios actualmente, la hemos reducido a lo que llamamos propiedad privada luego de su estado de naturaleza. No importa
qué teoría justifica los derechos iniciales de propiedad, nuestro disfrute de la propiedad se sostiene en nuestra habilidad para adquirirla de algún
otro”).
109
FULLER, L. “The Morality of Law”.1969. pp. 1-2. NOZICK, Robert. Nota 105 supra. p. 503 (“La filosofía política… Es principalmente una teoría
sobre qué comportamiento legítimo puede ser exigido y, por la naturaleza de la estructura institucional que se encuentra y sostiene estos
derechos exigibles… de ninguna manera la filosofía política o el campo estatal debilitan el campo de la moral deseable o del deber ser moral”). 63
THEMIS 49 una obligación legal sólo si es que puede ser exigida respetados, ningún individuo o grupo necesita, para que
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por el uso o la amenaza de la fuerza legal110 . Esta sus derechos se encuentren moralmente investidos, de
dimensión agregada de la fuerza requiere justificación consentimiento para apropiarse de recursos que no
moral. La tarea principal de la teoría legal es, por tanto, pertenecen a nadie o para usar dichos recursos115 .
identificar circunstancias en donde la imposición legal
se encuentra moralmente justificada111 . Similarmente, los principios que rigen la transferencia
de derechos deberían distinguirse de los principios que
Las teorías sobre las titularidades buscan realizar esta rigen el uso de los recursos. La responsabilidad
tarea usando un análisis moral para derivar derechos extracontractual se encarga de las obligaciones que
legales individuales, esto es, demandas que puedan surgen de la interferencia con los derechos de otros. El
ser exigidas de forma justificada112 . La teoría de la agresor que interfiere con los derechos de otro (en vez
obligación contractual es la parte de una teoría de las de obtener una transferencia válida de esos derechos
titularidades que se centra en la responsabilidad que hacía sí mismo) es responsable debido a tal interferencia,
surge de la interferencia indebida en las transferencias y no debido a que haya consentido ser juzgado por sus
válidas de un derecho. Hasta que tal interferencia no acciones que perjudicaron los derechos de otros. Se
sea corregida –mediante el uso de fuerza de ser podría decir que el agresor ha “cedido” (por oposición
necesario– la distribución de los recursos causada por a enajenar o transferir) el derecho a los recursos que
tal interferencia es injusta. La justicia consiste en corregir proveerá para compensar a la víctima de los daños116 .
esta situación para que la distribución de los recursos
esté conforme con las titularidades113 . En contraste con lo dicho, el Derecho contractual se
encarga de la exigibilidad de las obligaciones que surgen
Para identificar el componente moral que distingue las de la transferencia válida de titularidades que ya alguien
transferencias válidas de las inválidas, es necesario poseía, y esta diferencia es la que hace al consentimiento
separar primero los principios morales que rigen la un pre- requisito moral para la obligación contractual.
legítima adquisición y uso de recursos de aquellos que Las reglas que rigen la enajenación de los derechos de
rigen su transferencia. Los derechos son el medio por el propiedad mediante su transferencia, cumplen la misma
cual la libertad de acción e interacción se hace posible y función que las reglas que rigen su adquisición y aquellas
se regula en la sociedad114 . Así este derecho que tenemos que especifican su propio contenido: hacer posible la
para adquirir recursos que no han sido previamente libertad de acción e interacción de las personas117 . La
propiedad de nadie y para usar aquellos que adquirimos libertad de acción e interacción se encontraría seriamente
no debe estar sujeto al permiso que otros nos puedan impedida, y posiblemente destruida, si a los legítimos
dar. Aunque la aceptación social pueda ser una necesidad propietarios de los derechos, que no han ocasionado
práctica para que los derechos sean legalmente daño alguno, se les pudiera privar de ellos mediante la

110
En el rol que la coerción debería jugar en el pensamiento jurisprudencial, ver NANCE. “Legal Theory and the Pitoval Role of the Concept of
Coercion”. En: University of Colorado Law Review 57. 1985. p. 1.
111
Se puede distinguir entre una obligación legal positiva, que un sistema particular exigirá (sin importar si debiera o no debiera hacerlo) y una
obligación legal válida, la cual es una obligación que es moralmente apropiada exigir. Véase, por ejemplo, HART, H.L.A. “Positivism and the
Separation of Law and Morals”. En: Harvard Law Review 71. 1958. p. 593. FULLER. “Positivism and Fidelity to Law –A Reply to Professor Hart”.
En: Harvard Law Review 71. 1958. p. 630. Para una excelente discusión sobre esta distinción vease MURPHY, J. y J. COLEMAN. “The Philosophy
of Law: An Introdution to Jurisprudence”. 1984. pp. 7-68. En esta sección, el último significado es el que estamos usando.
112
Ver nota 105 supra y el texto que la acompaña.
113
En algunas circunstancias raras, sin embargo, la protección de las holdings puede ser un argumento en contra de tal redistribución. La doctrina
de la posesión de mala fe, por ejemplo, sugiere que la justicia de algunas holdings de recursos que no han sido obtenidas por medios justos
podrían no generar derechos de prescripción. BALLANTINE. “Title by Adverse Possession”. En: Harvard Law Review 32. 1918. pp. 135-136.
Similarmente, una vez que ha pasado el plazo legal desde la apropiación inicial del bien “tomado”, y que el original poseedor sin título y el
propietario original (o sus herederos) no puedan reclamar la propiedad (por ejemplo, por haber fallecido), entonces, una persona que se
encuentre en posesión inocente del bien puede argumentar la posesión de un buen título. SHER. “Ancient Wrongs and Modern Rights”. En:
Phil. & Pub. Affs. 10. 1980. p. 3 (discutiendo los problemas de rectificar injusticias del pasado) (En ausencia de una víctima identificable, el
receptor inocente de la propiedad que fue originalmente mal adquirida podría reclamar tener un mejor derecho al título..., como lo sugiere este
argumento. Teniendo el marco de los derechos de propiedad por un lado y los límites externos del Derecho contractual por el otro, llegamos a
un análisis que se encuentra más allá de la finalidad de este artículo).
114
BARNETT. “Pursuing Justice”. Nota 107 supra. pp. 56-63.
115
El hecho que la sociedad no reconozca un derecho no puede, por sí mismo, significar que normalmente este derecho no existe. Véase DWORKIN.
Nota 92 supra. 1977. pp. 184-185.
“En la práctica es el Estado quien tiene la última palabra en materia de los derechos individuales, porque la policía hará lo que sus oficiales y las
cortes digan. Pero esto no quiere decir que el punto de vista del Estado sea necesariamente el correcto. Cualquiera que considere que hombres
y mujeres tienen únicamente los derechos morales que un Estado elige garantizar, se arriesga a encontrarse un día con que ellos no tengan
ninguno. Requerir el consenso social para una legitimidad moral en la adquisición de los derechos iniciales puede dar lugar a una “teoría del
consentimiento” de los derechos de propiedad. Véase ROSE. “Possession as the Origin of Property”. En: University of Chicago Law Review 52.
1985. pp. 73-74 (“Según esta teoría, el propietario original obtuvo su título a través del consentimiento del resto de la humanidad...”).
116
FEINBERG, Joel. Nota 99 supra. pp. 239-240 (distinguiendo entre derechos enajenables y no enajenables). KUFLIK. Nota 99 supra. p.275 (“Decir
que la autonomía no puede ser enajenada no significa que en circunstancias especiales esta no pueda perderse. Una persona puede perder, a
través de una mala conducta, lo que hubiera estado mal transferir a través del consentimiento o un acuerdo”).
64 117
BARNETT. “Pursuing Justice”. Nota 107 supra. pp. 56-63.
fuerza legal sin su previo consentimiento118 . Más aún, sean mutuamente satisfactorias… Tal comunidad dará THEMIS 49
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el requisito moral consistente en el consentimiento obliga a sus miembros rienda suelta para que estos desarrollen
a que los otros tomen en cuenta los intereses de los sus capacidades particulares, y las usen para llevar
propietarios de los derechos, cuando busquen obtener acabo sus planes para su mayor beneficio. Esta actividad
los derechos que éstos poseen119 . Wallace Matson es El Bien para el Hombre”120 .
describe minuciosamente la perspectiva de la justicia
desde la cual se hace del consentimiento el componente Consecuentemente, el consentimiento del titular de
moral de la transferencia contractual: derechos, a quedar legalmente obligado 121 es el
componente moral que distingue, dentro de un
“La justicia es... dar a cada uno lo que le corresponde. sistema de titularidades, la transferencia de derechos
Lo que corresponde a un hombre es aquello que ha enajenables válida de la inválida122 . Sugerir que el
adquirido por su propio esfuerzo, y que no ha tomado consentimiento se encuentra en el corazón del
de otros sin consentimiento. Una comunidad en donde Derecho contractual no es nada nuevo123 . Lo que
esta concepción se encarna será una comunidad en la no está ampliamente reconocido es que la obligación
cual sus miembros deciden no interferir en el esfuerzo contractual surja como consecuencia del
legítimo que cada uno realiza para obtener sus metas consentimiento a una transferencia de titularidades
individuales, y deciden también ayudarse unos a otros y que, por lo tanto, sea dependiente de una teoría
hasta el punto en el que las condiciones para hacerlo de las titularidades 124 . Sin embargo, sí es

118
BAIRD y JACKSON. Nota 108 supra. pp. 299-300 (“Las reglas legales deben confrontar los problemas asociados con la transferencia de propiedad
de un individuo a otro. Generalmente, cuando somos dueños de una propiedad, queremos asegurar nuestro control sobre ella –que no existirá
un nuevo “propietario” sin que medie nuestro consentimiento”).
119
DEMSETZ. Nota 44 supra. p. 64 (“Un sistema de derechos de propiedad que requiere del anterior acuerdo entre estos propietarios antes de que puedan
someterse a alguna tarea particular asegura que estos costos serán tomados en cuenta (por otros)”). Es bastante parecido a lo que Joel Feinberg notó:
“Tener un derecho implica la posibilidad o “libertad” de ejercerlo o no en el momento en que uno lo elija. Esta libertad es otro aspecto de la propiedad
de los derechos que nos ayuda a explicar porqué se les valora tanto. Cuando una persona tiene un derecho discrecional y ha entendido completamente
el poder que su posesión le da puede, si así lo elige, hacer sacrificios por motivo de otros, como dar voluntariamente lo que le pertenece de pleno
derecho, hacer un regalo al que no estaría obligado y perdonar a otros por el daño que le hayan ocasionado retirando la demanda por compensación
de daños o simplemente aceptando de nuevo su amistad o su amor... Sin los deberes que los otros tienen hacia uno (en correlación con los deberes
que tú tienes con los demás) no tendría sentido la noción de liberalidad hacia los demás, ayudando a los otros cuando uno tiene el derecho de no
hacerlo, esas son precisamente las conductas “durante y más allá del deber”. FEINBERG, Joel. Nota 99 supra. pp. 156-157.
120
MATSON. “Justice: A Funeral Oration”. En: Soc. Phil. & Pol´y. Otoño de 1983. pp. 94-112. Luego contrasta esta concepción de la justicia con otra:
“La otra concepción sostiene que la justicia es la satisfacción de las necesidades de cada uno tan lejos como sea posible en el mismo grupo de
experiencias placenteras. La visión sobre la vida humana que subyace aquí nos dice que la vida cuenta con dos fases separables, producción y
consumo, la fase de consumo es aquella en la que El Bien reposa; no existe razón alguna por la cual un individuo debiera tener más o menos de
este Bien que otro individuo; y el problema de cómo asegurar la producción requerida es meramente técnico. Una sociedad basada en esta
concepción debe de estructurarse como una jerarquía autoritaria, en orden a resolver los problemas de producción y para administrar justicia.
Por eso la he llamado Justicia de arriba hacia abajo...”.
Para un ejemplo de la justicia de “arriba hacia abajo” aplicada al Derecho contractual, véase KRONMAN. Nota 124 infra.
121
A diferencia de la “voluntad” o la “Intención”, la palabra “consentimiento” puede ser utilizada tanto subjetivamente para describir un estado
mental como objetivamente para describir un acto inter-relacional. El diccionario de la lengua “Webster” nos da la siguiente definición:
Consentimiento: 1. a) acordar (hacer algo). b) dar permiso, aprobación o asentimiento (a alguien que propone algo). 2. Un acuerdo de opinión o sentir.
Noten que el primer significado para ambos tanto el verbo consentir como el sustantivo consentimiento conciernen a un acto objetivo, mientras
el segundo significado concierne a un estado mental. El nombre “teoría del consentimiento contractual” juega entre la ambigüedad del
“consentimiento” objetivo-subjetivo. Mientras el enfoque de una teoría del consentimiento puede, a veces variar, de la objetividad a la subjetividad,
Randy E. Barnett
ver notas 154-161 infra y el texto que la acompaña, el título sigue siendo apto, aún cuando pueda estar referido al nivel objetivo. La teoría hace
referencia a una manifestación de consentimiento y no a una manifestación de cualquier otra intención. Para clarificar el asunto, “asentimiento”
será usado aquí como significado de la intención subjetiva de vincularse legalmente, y “consentimiento” será utilizado generalmente como
significado de la intención objetiva manifestada de estar vinculado legalmente, ver notas 133-153 infra y el texto que las acompaña.
122
DEMSETZ. Nota 44 supra. p. 62 (“Un sistema adecuado de derechos de propiedad requiere del previo consentimiento de los propietarios antes
que su propiedad pueda ser afectada por otros”).
123
ATIYAH, P. “Promises, Morals and Law”. 1981. p. 177 (“Prometer puede ser reducido a una especie de consentimiento, ya que el consentimiento
es una fuente más amplia y quizá aún más básica de la obligación”). GREEN. “Is an Offer Always a Promises?”. En: Ill. Law Review 23. 1928. pp.
95-96 (“Cuando somos lo suficientemente sofisticados como para tener ideas sobre propiedad, societarias o legales, ideas de Derecho,
distinguiéndolas de las ideas sobre las situaciones de facto, una oferta para vender puede ser simplemente una expresión de consentimiento o
voluntad por la cual pasará el propietario siempre y cuando acepte la oferta...”).
Si prometer es una instancia especial de consentimiento bien podría ser que la concepción tradicional de los contratos como concernientes
exclusivamente al problema de las promesas exigibles pueda haber cegado la profesión en lo que se refiere al rol teórico fundamental del consentimiento.
Para un ejemplo de la típica insistencia moderna de la naturaleza promisoria de los contratos véase FARNSWORTH, E. Nota 13 supra.
La segunda limitación sugerida por esta definición es la que la que confina al Derecho contractual exclusivamente a las promesas. Está claro que
también se refiere a los intercambios que se relacionan con el futuro ya que una “promesa” es el compromiso de un a persona sobre su futura
conducta. Ejemplos de intercambio que no incluyen tal compromiso (por ende, que no envuelven un contrato en este sentido) son la transacción
de trueque... y la venta al contado... Porque no se da ninguna promesa en ambos intercambios, no hay contrato.
Porque una teoría del consentimiento implica más que la exigibilidad de las promesas, los términos más apropiados para describir a las partes
contratantes podrían ser ”transferente” y “transferido”. Sin embargo, por conveniencia, los términos convencionales “promitente” y “destinatario”
seguirán siendo utilizados aquí.
124
CHEUNG. Nota 33 supra. p. 23 (“Las transacciones que se producen en el mercado traen consigo transferencias absolutas o parciales de
derechos de propiedad entre las partes contratantes individuales”). EVERS. “Toward Reformulation of the Law of Contracts”. En: Journal of
Libertarian Studies 1. 1977. p. 3 (describiendo la “teoría de la transferencia de titularidades” de los contratos basándose en los derechos de
propiedad). KRONMAN. “Contract Law and Distributive Justice”. En: Yale Law Review 89. 1980. pp. 472-473 (“Contratos realizados para el
intercambio de propiedad”). MACNEIL. “Relational Contract: What We Do and Do not Know”. En: Wis. Law Review pp. 483-523 (“Las
relaciones de intercambio... presuponen alguna idea de propiedad...”). Para un reciente intento de emplear el concepto de propiedad para
explicar el derecho a la restitución y algunos temas sobre los daños contractuales, véase FRIEDMANN. Nota 97 supra. 65
THEMIS 49 comúnmente sostenida y plausible la concepción de Una teoría de la voluntad basa la obligación contractual
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propietario que señala que ser dueño de recursos le en el hecho que una obligación fue libremente
da a uno el derecho de poseer, usar y disponer de asumida. Como ha sido señalado en el Capítulo I, una
ellos libre del uso de la fuerza o la amenaza de usarla teoría que basa la obligación contractual en la
por otros125 . existencia de una “voluntad de quedar obligado” está
fuertemente presionada para justificar obligación
En una sociedad moderna, la cadena entre la contractual en la ausencia de un verdadero ejercicio
adquisición inicial de recursos y su consumo final puede de la voluntad. Es difícil de aceptar por qué uno se
ser larga y complicada. Aun cuando no dejen de existir encuentre legal o moralmente comprometido a
controversias, una transferencia válida de derechos cumplir un acuerdo que no se tuvo realmente intención
debe estar condicionada a la realización de algún acto de realizar y, aún así, seguir una teoría que basa el
del titular de los derechos, incluso para aquellos que compromiso en su cualidad intencional. Este
reconocen la legitimidad de los derechos de propiedad componente subjetivo crea tensión entre una teoría
en principio, sobre el modo correcto de adquirir de la voluntad y la ineludible necesidad de los
recursos126 y la manera correcta de utilizarlos127 . La individuos en sociedad, y aquellos que tratan de
función asignativa que una teoría de las titularidades administrar un sistema legal coherente que confíe en
está, en parte, diseñada para cumplir sugiere que el las apariencias –confiar en el comportamiento de los
consentimiento es el medio por el cual se transfieren individuos que aparentemente manifiestan su
los derechos128 . asentimiento129 a una transferencia de titularidades.

En suma, la exigibilidad legal se encuentra moralmente En contraste a una teoría de la voluntad, el


justificada debido a que el promitente realiza reconocimiento que una teoría del consentimiento hace
voluntariamente ciertos actos que comunican su de la dependencia que tiene la obligación contractual
intención de crear una obligación legalmente exigible de un análisis de derechos, es capaz de explicar la
mediante la transferencia de derechos enajenables. relación normal objetiva-subjetiva que existe en el
Dentro de una aproximación basada en las titularidades, Derecho contractual. El concepto de derechos o de
la obligación contractual, a diferencia de otros tipos titularidad es un concepto social cuya principal función
de obligación legal, tiene como base dicho es especificar los límites en los cuales los individuos
consentimiento. pueden operar libremente para alcanzar sus propios
fines y, por ende, proveer la base para una actividad
B. Una definición de consentimiento interpersonal que sea cooperativa. Los abogados
tienden a concentrarse en la función que las nociones
1. El consentimiento y la teoría objetiva de los contratos de titularidad juegan para especificar los remedios
correctos para un comportamiento incorrecto, pero
A primera vista, una teoría contractual basada en el dada la justicia incierta de cualquier remedio legal130 ,
consentimiento puede parecer para algunos una una función vital de un sistema bien definido de
versión de la teoría de la voluntad. Entender las titularidades es evitar las disputas. Además, mientras
diferencias fundamentales entre ambas aproximaciones que no es inusual la argumentar que para evitar
ayudará a apreciar las virtudes comparativas de la teoría disputas se debe elevar los costos de una mala conducta
del consentimiento. y, por lo tanto, disuadir a las “malas” personas131 , se

125
Ver, por ejemplo, KRONMAN. Nota 124 supra. p. 472. Esta idea no es nueva, ver AQUINAS, T. “Summa Theologica”. Reimpreso en: “20 Great
Books of the Western World”. 1952. p. 311 (“El poder de los privados es ejercido sobre las cosas que poseen, y consecuentemente sus tratos
conjuntos para resguardar tales cosas dependen de su propia voluntad, por ejemplo, comprando, vendiendo, regalando y así en adelante”).
126
Ver, por ejemplo, BECKER, L. “Property Rights: Philosophic Foundations”. 1977. pp. 32-56 (asignando críticamente la labor de la adquisición de
la propiedad). EPSTEIN. “Possession as the Root of Title”. En: Ga. Law Review 13. 1979 p. 1221 (Defendiendo “la primera posesión” como el
modo para adquirir la propiedad). ROSE. Nota 115 supra (distinguiendo el trabajo, el consentimiento y las teorías de la primera posesión en la
adquisición de propiedad y discutiendo sus respectivos méritos).
127
Para una visión general véase COLEMAN. “Moral Theories of Torts: Scope and Limits”. Parte I. En: Law & Phil 1. 1982. p. 371 (Asignando las
teorías morales competentes a la responsabilidad civil). COLEMAN. “Moral Theories of Torts: Their Scope and Limits”. Parte II. En: Law & Phil 2.
1983. p. 5.
128
Sin embargo, véase la nota 113 supra.
129
Véase, nota 121 supra.
130
BARNETT. “Resolving the Dilemma of the Exclusionary Rule: An Application of Restituve Principles of Justice”. En: Emory Law Journal 32. 1983.
pp. 937-979 (“Una de las tragedias de la justicia es la necesidad de objetivar el valor de los derechos valorados subjetivamente cuando los
derechos son expropiados y no media ninguna negociación”).
131
La visión del Derecho como “el hombre malo” se hizo famosa gracias al juez Holmes:
“Si quieres conocer el Derecho y nada más, tienes que mirarlo como un hombre malo, al que sólo le importan las consecuencias materiales que
tal conocimiento le permite predecir, no como un hombre bueno, quien actúa, no importa si se encuentra dentro del Derecho o fuera de él, sino
por las vagas sanciones de su consciencia”. HOLMES. “The Path of the Law”. En: Harvard Law Review 10. 1897. pp. 457-459. Otros que
emplean la visión del “hombre malo” son POSNER. Nota 30 supra. pp. 164-172; BECKER. “Crime and Punishment: An Economic Approach”.
66 En: J. Pol. Econ. 76. 1968. p. 169.
soslaya frecuentemente que la perspectiva según las reaccionamos de esta manera sólo porque no estamos THEMIS 49
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titularidades debe adoptar una óptica de la ley según acostumbrados a pensar que de la transferencia de
un “buen hombre” tan seriamente como toma la óptica derechos surja una obligación contractual. La relación
de un “mal hombre”132 . entre reglas legales y la teoría de las titularidades se
entiende mejor en el campo del derecho de propiedad,
Los límites de la discreción individual definidos por un en el cual la función definidora de límites de los
sistema claro de titularidad o legitimidad, sirven para derechos necesita de una aproximación objetiva.
asignar la autoridad sobre la toma de decisiones entre Ninguna teoría seria sugeriría que las personas
los individuos. Por ende, se comunica información vital adquieren inicialmente el derecho a recursos (sin dueño)
a todos los que desean evitar disputas y respetar los simplemente porque creen subjetivamente que lo han
derechos de otros, en la medida en que conocen cuáles hecho. Más bien, los derechos sobre objetos que
son estos derechos133 . De este modo, se evitan los carecen de dueño son adquiridos mediante la
conflictos potenciales entre personas que, de otro realización de un acto demostrativo y significativo con
modo, competirían por el control de algún recurso. relación a tales objetos. Dependiendo de la teoría de
Por lo tanto, una teoría sobre las titularidades exige la adquisición que se acoja, y las convenciones que se
que los límites de los dominios protegidos sean adopten, el acto que se requiere podría ser el poseer o
determinables no sólo por los jueces que deben resolver señalizar el recurso, transformarlo, o llenar un petitorio
las disputas surgidas, sino también, y quizá de manera e inscribirlo en una oficina de registro134 . Cada una de
más importante, por las propias personas que han sido estas convenciones manifiesta objetivamente la
afectadas antes de que ocurra cualquier disputa. propiedad de un recurso que carecía antes de dueño o
que había sido abandonado, comunicando a otros una
En el Derecho contractual, este requerimiento de demanda inconfundible para poseer, controlar y utilizar
información o de “definición de límites” significa que la el recurso135 .
aprobación de enajenar derechos debe manifestarse de
cierta forma por una de las partes a la otra, para así El análisis para el Derecho contractual es similar.
servir como criterio para la exigibilidad. Sin una Requerir el consentimiento de quien es titular del
manifestación de aprobación accesible a todas las partes derecho como condición para una transferencia válida
afectadas, ese aspecto de un sistema de titularidades de derechos, es absolutamente vital para el régimen
que rige la transferencia de derechos no podría cumplir de titularidades por las razones ya expuestas en los
su principal función. Al momento de la transacción, habrá párrafos anteriores136 . Pero, que uno acuerde una
fracasado en identificar claramente y comunicar a ambas transferencia de derechos bajo tal régimen,
partes (y a terceros) los límites legítimos que deben ser generalmente no depende de la opinión subjetiva que
respetados. Sin tal comunicación, las partes involucradas uno tenga sobre el significado de palabras o de la
en una transacción (y los terceros) no podrían determinar conducta libremente elegida, sino del significado
con precisión lo que constituye una conducta legítima y ordinario que a cada una de estas atañe. El lenguaje
lo que constituye un compromiso en el cual pueden en sí mismo –el modo en el que la aceptación hacia
confiar. Ocurrirán, por lo tanto, disputas que se podrían una transferencia se manifiesta– es tan convencional,
haber evitado, y las incertidumbres inherentes al proceso como aquellas convenciones que gobiernan las
Randy E. Barnett
de transferencia desalentarán la confianza. adquisiciones de derechos. Si la palabra “sí”
normalmente significa sí, entonces una creencia
Si este imperativo del sistema de titularidades puede subjetiva y no revelada que afirme que “sí” significa
dar inicialmente la impresión de ser ad hoc, “no”, es generalmente irrelevante para un régimen

132
Al enfocarse exclusivamente en las sanciones impuestas por la conducta ilegal, la visión del “hombre malo” subestima la función epistemológica
de los principios generales y las reglas de Derecho. Principios y reglas apropiados proporcionan información vital a las “buenas” personas (y a su
consultor legal) que buscan evitar la violación de los derechos de otros sin estar fijándose en la severidad de las penalidades que pueden traer
con su conducta. Véase HART, H.L.A. nota 85 supra. pp. 86-88 (distinguiendo el aspecto “interno” del aspecto “externo” de las reglas obligatorias);
HAYEK, F. “Law, Legislation and Liberty”. 1973. pp. 35-123. (defendiendo el uso de reglas y principios en contra de las recientes críticas poco
constructivas).
133
ROSE. Nota 115 supra. pp. 78-79 (“La posesión, ahora, empieza a verse más como algo que requiere una clase de comunicación, y la original
demanda sobre la propiedad parece más una clase de discurso, con una audiencia compuesta por todos los otros que puedan estar interesados
en demandar el objeto en cuestión”).
134
Véase, por ejemplo, BAIRD y JACKSON. Nota 108 supra. pp. 301-311 (discutiendo las ventajas y desventajas de varias convenciones utilizadas
para registrar y transferir intereses en la propiedad real y en la personal.
135
Ver ROSE. Nota 115 supra. p. 77 (“El principio del acto claro sugiere que el common law define los actos de posesión como una clase de
declaración. Como Blackstone dijo, los actos deben ser una declaración de una intención de apropiación”). (cita omitida). HELMHOLZ. “Adverse
Possession and Subjective Intent”. En: Wash. U.L.Q. 61. 1983. pp. 331-357 (Las cortes “normalmente otorgan el título al poseedor de buena fe,
al que no se lo dan es al poseedor que sabe lo que está haciendo en el momento en que entra a la tierra en disputa”). La tendencia de la doctrina
de la posesión de mala fe discutida por Helmholz puede ser análoga en esas circunstancias a la teoría del consentimiento contractual, discutida
en la notas 154-160 infra y el texto que la acompaña, donde la presunta significación del asentimiento objetivo puede ser vencida por la prueba
del entendimiento subjetivo del destinatario de la promesa.
136
Ver Notas 109-128 supra y el texto que las acompaña. 67
THEMIS 49 de asignación de titularidades. Sólo la confianza general determinar el significado “objetivo” de ciertos
Revista de Derecho
en una conducta asertiva y objetivamente verificable términos140 .
permite que el sistema de titularidades cumpla su
función definitoria de los límites en la asignación. ¿Cuál es el significado exacto transmitido por el
promitente al destinatario que una corte debe identificar
Además, una teoría legal que tratase de basar la para que concluya que se ha producido un compromiso
correcta adquisición, uso o transferencia de los recursos contractual? Si el consentimiento es concebido como
solamente en intenciones subjetivas no sería capaz un asentimiento “objetivo” o “manifiesto”, entonces,
proveer una gama coherente de derechos o ¿qué es lo que debe afirmarse para que surja una
titularidades. No es posible evitar que unas intenciones obligación contractual? No basta con que uno manifieste
subjetivas entren en conflicto con las de otro. Por esta un compromiso o promesa para abstenerse o para
razón, en la medida en que una teoría trate de derivar realizar un acto. Tal manifestación no sería nada más
derechos de tales intenciones, producirá “derechos” que una promesa141 . La teoría contractual busca el factor
que necesariamente entrarán en un conflicto “extra” que, si se encuentra presente, justificará la
irreconciliable con los demás. Una teoría de este tipo exigibilidad legal de un compromiso o promesa.
necesitaría, entonces, apelar a otros principios para
resolver estas conflictivas demandas de “derechos”, y Una teoría de las titularidades especifica que el
sin embargo, por tal apelación, una tal teoría legal consentimiento para una transferencia de derechos es
evidenciaría que no era del todo una teoría sobre este factor extra142 . El consentimiento requerido es una
derechos137 . manifestación de la intención de enajenar algún
derecho143 . En un sistema de titularidades, en la que
La función de una teoría de derechos es definir los las transferencias de derechos manifiestas justifican la
límites de lo permitido a la acción humana138 y la de protección legal de los acuerdos, cualquier tipo de
resolver demandas en conflicto139 . Por eso, una teoría manifestación implica necesariamente la intención de
coherente de los derechos los asignará sobre la base quedar “legalmente vinculado”, de adherir al
de factores que minimicen la probabilidad de que se compromiso asumido. Por eso, la frase “la
generen demandas conflictivas. En este sentido las manifestación de la intención de estar legalmente
conductas objetivamente manifestadas, que vinculado”144 captura ordenadamente lo que una corte
usualmente reflejan intenciones subjetivas, nos debería tratar de encontrar antes de declarar que una
proporcionan una base mucho más sólida para la obligación contractual ha sido creada145 .
obligación contractual que la que nos brinda las
intenciones subjetivas. La evidencia de una intención Charles Fried sostenía que el promitente incurre en
subjetiva extrínseca a la transacción, y que no estaba a una obligación moral porque invoca intencionalmente
disposición de la otra parte, es relevante, de darse el una convención social cuyo propósito es causar en
caso, sólo en la medida en que ayuda a las cortes en los demás una expectativa de cumplimiento de lo

137
Bajo una teoría de los derechos, estos derechos deben ser reconciliables. NOZICK, Robert. Nota 67 supra. p. 166 (“Los derechos individuales
pueden ejercerse a la vez, cada persona puede ejercer sus derechos como mejor le parezca”). Esto ha sido elaborado por STEINER. “The
structure of a set of Compossible Rights”. En: J. Phil 74. 1977. p. 767 (describiendo los requerimientos lógicos que un sistema de derechos trae
consigo para el ejercicio compatible de los derechos designados). En el rol que este requerimiento formal juega en la formulación de los
derechos sustantivos véase BARNETT. “Pursuing Justice”. Nota 107 supra. pp. 58-60.
138
Ver Notas 93-94 supra y el texto que las acompaña.
139
FEINBERG, Joel. Nota 99 supra. p. 152 (“No todas las demandas puestas como válidas en realidad lo son; y sólo las válidas pueden reconocerse
como derechos”). Sigue en la p. 155 (“Tener un derecho es tener una demanda contra alguien cuyo reconocimiento como válida es determinada
por algunas clases de reglas o principios morales”); STEINER. Nota 137 supra. p. 768 (“El encargado de adjudicar, entre dos personas cuyas
acciones se obstruyen mutuamente y en la que cada una puede mostrar que sus acciones están dentro del rango permitido para una demanda
por un derecho, concluirá... al menos, que una de las dos demandas por ese derecho debería ser inválida”).
140
Ver, por ejemplo, Kabil Dev. Corp. v. Mignot, 279 Or. 151, 157-158, 566 P. 2d 505, 508-509 (1977) (Discutido en EISENBERG. “The Responsive
Model of Contract Law”. En: Stanford Law Review 36.1984. pp. 107-1119. n.36).
141
Ver, por ejemplo, “Restatement (Second) of Contracts” S 2 (1979) (“Una promesa es una manifestación de la intención de actuar o
abstenerse de actuar de una manera específica, esto hecho para justificar el entendimiento del destinatario en que un acuerdo se ha
celebrado”).
142
Ver notas 117-128 supra y el texto que las acompaña.
143
Tal manifestación de la intención de enajenar derechos puede ser directa o indirecta. El objeto de una transferencia contractual directa de
derechos es la de transferir derechos enajenables –por ejemplo, el derecho de posesión. El objeto de una transferencia contractual indirecta
de derechos es asegurar que alguien más ejercitará sus derechos no enajenables –por ejemplo, el derecho a trabajar— de una forma
particular al requerir una transferencia de derechos enajenables (por ejemplo, daños dinerarios) si no hay cumplimiento. Ver nota 99 supra.
Nota 218 infra. GREEN. Nota 123 supra. p. 95 (distinguiendo entre una “oferta auto-ejecutiva” y una “oferta para hacer o impedir hacer
algo”).
144
GREEN. “Is an Offer always a Promise?”. En: Ill. Law Review 23. 1928. pp. 301-302 (usando la frase, “una expresión de voluntad o consentimiento
para ser respondida”). LORENZEN. “Causa and Consideration in the Law of Contracts”. En: Yale Law Review 28. 1919. pp. 621-646 (“Los
acuerdos que son físicamente posibles y legalmente permisibles deberían, en principio, ser exigibles si la intención de las partes fue la de asumir
relaciones legales”).
145
Por supuesto, un requerimiento adicional de la obligación contractual en un sistema de titularidades es que los derechos transferidos sean
68 válidos y enajenables. Ver notas 99-100 supra y el texto que las acompaña.
prometido 146 . En contraste, una teoría del extrínseca a la transacción. En el momento de la THEMIS 49
Revista de Derecho
consentimiento especifica que el promitente incurre formación, tal evidencia extrínseca no está disponible
en una obligación contractual cuya exigibilidad legal para la otra parte que presencia lo que pareció ser o
resulta moralmente justificable al manifestar su no un asentimiento a una transferencia de derechos.
asentimiento a la exigibilidad legal y, por tanto, Por definición, desde que esta información no se
invocar la institución del contrato. En las encuentra disponible para la otra parte en el momento
circunstancias descritas por Fried, el promitente en que se manifiesta el asentimiento, su posterior
puede tener una obligación moral para hacer lo que utilización por una corte (siguiendo una aproximación
prometió. Pero, sin algo más, no tendrá una subjetiva) contradice la función que brinda el
obligación legal y el destinatario de la promesa no consentimiento al definir claramente y comunicar los
tendrá derecho legal a su cumplimiento147 . Sólo se límites de una conducta legítima en el momento de
incurrirá en una obligación contractual de la transacción 150 . Una verdadera aproximación
cumplimiento cuando el promitente manifieste al subjetiva de la intención contractual admitiría esta
destinatario de su promesa su intención de estar evidencia en comparación con una aproximación
legalmente vinculado. La base de la obligación objetiva, que la descartaría.
contractual no es el prometer per se. La base del
contrato es el consentimiento. El hecho que un consentimiento objetivo
generalmente tenga preeminencia sobre un
Resulta paradójico adherir nos a una noción asentimiento subjetivo no amenaza el interés-libertad
“objetiva” de consentimiento que se base que los derechos formulados han querido proteger.
justamente en esas palabras y hechos de las personas Nadie sostiene que una aproximación objetiva a los
que comúnmente se entienden reflejan su derechos de adquisición o de uso de los recursos sea
asentimiento subjetivo a quedar legalmente inconsistente con el interés-libertad que un esquema
vinculados, no obstante ellas puedan no haber de derechos privado intenta conseguir. Por el
querido comunicar su significado común 148 . Un contrario, estas aproximaciones a los derechos de
análisis del consentimiento tiene interés genuino en adquisición o uso de los recursos tienen ventaja
la real intención de las partes, sin embargo, nunca precisamente porque respetan y protegen los derechos
tenemos acceso directo al subjetivo contenido y intereses de libertad de los otros, cuyos planes y
mental otros individuos. Por esta razón, siempre expectativas estarían severamente limitados si no
debemos aprehender el significado de los términos tuvieran la titularidad para confiar en la apariencia
comparando (1) la conducta de las personas con sus de las cosas y tomar la conducta asertiva de otros a
palabras, (2) o su conducta y sus palabras en un su valor facial151 .
contexto con las mismas conducta y palabras en otro,
(3) o la conducta y palabras de una persona con las Lo mismo sucede en el Derecho contractual. Los
de otra persona149 . Incluso en una teoría subjetiva, actos volitivos –palabras o hechos– que manifiestan
la evidencia de asentimiento subjetivo debe ser en asentimiento a una transferencia de titularidades
cierto grado manifiesta, aunque sea expresado en supuestamente obligan al actor con prescindencia
el testimonio de un testigo o en algún tipo de de su intención subjetiva. Esta teoría contractual de
Randy E. Barnett
documento auto-emitido. “responsabilidad objetiva” apela precisamente al
reconocimiento de los derechos legítimos y los
Por esa razón, la única diferencia en el tratamiento intereses en la libertad de los demás152 . Hace más
de la evidencia de la intención subjetiva entre las de cuarenta años, Lon Fuller notó que un Derecho
aproximaciones objetiva y subjetiva del contrato se de los contratos que busque asegurar un campo para
refiere a la evidencia de la intención subjetiva que es la autonomía privada tiene una calidad “bipartita”

146
FRIED, C. Nota 8 supra. p. 16.
147
CORBIN, L. A. Nota 1 S 110 supra. p. 490 (“Para ser exigible, la promesa debe de ir acompañada por otro factor”).
148
Similarmente, no se considera paradójico que, generalmente, el sistema legal criminal se rehuse a permitir que los veredictos del jurado sean
censurados por evidencia de inocencia no presentada durante el juicio.
149
Esta lista puede no ser exhaustiva.
150
Aunque el destinatario puede confiar correctamente en la manifestación objetiva si este no confía de hecho en esta manifestación no serviría el
propósito vinculante definitorio para protegerla legalmente. Ver notas 156-160 infra y el texto que las acompaña.
151
La correlativa notioe es el concepto legal que se opuso a la actual notificación. Pueden revisar POMEROY, J. “Equity Jurisprudence” S 842. p.
292. Symons. Quinta edición. 1941. (“Si la ignorancia de la ley fuera generalmente permitida como alegato, podría darse una inseguridad con
respecto a los derechos legales, no habría certeza en las investigaciones judiciales y no habría finalidad en litigar”). (Pie de página omitido).
152
EPSTEIN. “A theory of Strict Liability”. J. Legal Studies 2. 1973. pp. 151-169.
“La doctrina de la responsabilidad objetiva sostiene que la prueba de que el demandado causó un daño crea: (a) la presunción (a favor del
demandante) porque (bajo esta doctrina) la prueba de que el daño no fue recíproco es suficiente para alterar el balance y establecer a una persona
como ganadora y a la otra como perdedora. No hay espacio para considerar, como parte del caso prima facie, alegaciones como que el demandado
no quiso ocasionar el daño al demandante o que pudo evitar el daño con un cuidado razonable. Esta decisión es o el demandante o el demandado”. 69
THEMIS 49 y que esta calidad da origen a una teoría objetiva transferir derechos enajenables y legítimamente
Revista de Derecho
del contrato153 . adquiridos. El difícil trabajo que enfrenta un sistema
legal basado en las titularidades incluye determinar qué
En una teoría del consentimiento, entonces, los constituye un título “válido” y qué actos constituyen
contratos son interpretados con atención en honrar la un “consentimiento”. Sólo cuando estos conceptos se
real intención de las partes. Sin embargo, cuando la encuentren correctamente definidos podemos
intención subjetiva de una de las partes no ha sido “esperar” que el sistema legal actúe de una manera
manifestada a la otra, sólo una interpretación suficientemente predecible de tal forma que haga
“razonable” u objetiva del compromiso podrá nuestra confianza “razonable” o “justificada”.
establecer claramente los límites requeridos por una
aproximación según las titularidades. 2. Los límites correctos de la aproximación objetiva

No hay nada de nuevo ni de revolucionario en la Una teoría del consentimiento también explica los
preocupación que tiene el Derecho de los contratos límites de una aproximación objetiva –por qué la
en la protección de la confianza de los destinatarios interpretación objetiva de los actos de una de las partes
de una promesa. Una de las principales funciones de llevará, a veces, a probar una diferente comprensión
la institución de los derechos de propiedad es proteger subjetiva de una o ambas de las partes154 .
legalmente ciertas expectativas de los titulares de los
derechos para que éstos puedan confiar en el uso Para detectar la presencia de consentimiento, lo que
continuo de ciertos recursos. Por ejemplo, el propietario importa es el significado que generalmente se le
de un terreno confía en el título que posee cuando atribuye a alguna palabra emitida o a una conducta
invierte en construir una casa o una fábrica sobre él, que indique asentimiento –un significado al cual ambas
ya que espera que su título sea honrado por el sistema partes tienen acceso. En el derecho de los contratos,
legal en un futuro. También confía en su título cuando el significado generalizado se convierte en significado
parte de vacaciones ya que espera que su propiedad le presunto155 . La presunción puede ser rebatida, aunque
siga perteneciendo cuando regrese. no tomando como referencia la intención subjetiva del
promitente en cumplir con los actos a los cuales ha
En una teoría del consentimiento, la confianza en los consentido, sino mediante la comprobación de
hechos o en las palabras de otro se “justifica” sólo (1) cualquier significado especial que la conducta de las
cuando, y en la medida que, el significado de tales partes descubra que poseen en común, negando, por
hechos o palabras tienen un significado comúnmente ende, la función social de lo que se acepta como
entendido dentro del contexto relevante o cuando se significado general156 , o también mediante la prueba
puede demostrar que ambas partes les han querido aportada por el promitente demostrando que el
dar un significado especial en la transacción y (2) destinatario no puede realmente entender que el
cuando este significado indique un consentimiento para significado querido era el significado “razonable”157 .

153
Distinguiendo su concepto de “autonomía privada” de la teoría de la voluntad, Fuller observó que:
El principio de autonomía privada, entendido propiamente, no es de ninguna manera inconsistente con una interpretación “objetiva” de los
contratos. Sin duda, yendo más lejos, podríamos decir que la llamada teoría de la interpretación objetiva en su más extrema aplicación se hace
comprensible sólo en los términos del principio de autonomía privada... esta teoría descansa sobre la necesidad de promover transacciones
seguras. Pero las transacciones seguras presuponen que, anteriormente, se den “transacciones”, en otras palabras, actos de las partes privadas
los cuales tienen una función de creación legal y de alteración de derechos.
FULLER. “Consideration and Form”. En: Columbia Law Review 41. 1941. pp. 799-808. Por supuesto, las transacciones seguras es sólo una de
muchas funciones efectuadas por la institución de los derechos. Véase, también, RAZ. “Book Review”. Harvard Law Review 95. 1982. pp. 916-
936.
El test objetivo de la formación de los contratos no es una contradicción a la visión sobre el propósito del Derecho contractual, la cual es la de
apoyar la práctica de asumir obligaciones voluntarias. Por el contrario, está requerido para ello. Paradójico como suena, es en el orden de
proteger la práctica del abuso y de la falsificación que el Derecho reconoce la validez de los contratos que no son obligaciones voluntarias.
154
EISENBERG. Nota 140 supra. pp. 1117-1127 (discutiendo cuáles límites deberían de ser colocados apropiadamente en la aplicación de la
aproximación objetiva).
155
“Restatement (Second) of Contracts” S 201 literal a (1979) (“Las palabras son usadas como símbolos convencionales del estado mental, con
significados estandarizados basados en prácticas habituales o consuetudinarias. A menos que se muestre una intención diferente, el lenguaje es
interpretado de acuerdo con el significado general que prevalezca”).
156
Ver, por ejemplo, Weinberg v. Edelstein, 201 Misc 343, 345, 110 N.Y.S 2d 806, 808 (Sup. Ct. 1952) (Una corte no puede “confiar en las
definiciones de un simple diccionario”, por el contrario, debe determinar el significado de acuerdo “a las prácticas y costumbres comerciales”).
“Restatement (Second) of Contarcts” S 201 comentario a. 1979. (“Sin embargo, las partes que utilicen términos estandarizados en un diferente
sentido corren el riesgo que su acuerdo sea mal interpretado en un litigio”).
157
Permitir al promitente discutir si el destinatario de la promesa ha, de hecho, confiado en el significado objetivo es bastante consistente con la
función de definir los límites vinculantes que tiene el Derecho contractual en una teoría del consentimiento. Asumiendo que el promitente
puede probar tal alegación, la confianza, la cual está diseñada para proteger la aproximación objetiva, es inexistente, y permitir tal prueba
proporcionaría pocas posibilidades de fraude. En este sentido, la teoría del consentimiento forma parte de la interpretación convencional de la
teoría objetiva. Ver, por ejemplo, Embry v. Hargadine, McKittrick Dry Goods Co., 127 Mo. App. 383, 392, 105 S.W. 777, 780. 1907 (sosteniendo
que el demandado es responsable del incumplimiento contractual si una persona razonable hubiera comprendido que éste aceptó la oferta del
70 demandante y el demandante, de hecho, así lo entendió).
No se “justifica” que el destinatario de una promesa explicar tanto por qué optamos por hacer generalmente THEMIS 49
Revista de Derecho
confíe en el significado ordinario de las palabras o exigible la manifestación objetiva del consentimiento
hechos del promitente cuando se puede probar que cuando ésta difiere de la intención subjetiva, así como
un significado especial fue el entendido por ambas las excepciones en las que la evidencia de una intención
partes. De modo similar, hacer exigible un significado o voluntad subjetiva prevalecerá.
“razonable” no cumple ningún propósito constructivo
cuando no coincide con lo que el destinatario realmente C. Determinando la obligación contractual dentro
entendió158 . La función determinadora de límites159 de de la teoría del consentimiento
un análisis de los derechos simplemente no requiere
que tal confianza sea protegida o que tal significado 1. La presunción natural del consentimiento
sea exigido160 .
Richard Epstein ha sugerido que los principios legales
Esto también explica por qué el mal uso de un término usados para determinar la obligación pueden ser
particular por una parte A quien no era consciente de comprendidos de mejor manera si se les considera
su significado ordinario no obligaría a A si fuese posible como presuntivos en la naturaleza162 . Esto significa que
demostrar que B –la otra parte– pudo advertir este error los principios legales que intentan describir de forma
de las circunstancias de la transacción 161 . La general las obligaciones que resultarán de ciertas
comprobación de este hecho mostraría que la función acciones, no deberían ser aplicados de una manera
determinadora de límites normal que rige toda “absoluta”. Más bien, los principios legales deben
aproximación objetiva designada para proteger a partes establecer un “caso prima facie” de obligación legal
en la posición de B habría sido satisfecha por el real que describa la conexión normal o presunta entre actos
conocimiento que B tenía del significado empleado por específicos y sus consecuencias legales163 . Cualquier
A. Una teoría del consentimiento, por lo tanto, explica presunción de ese tipo sobre la obligación puede, sin
tanto por qué las partes son libres de apartarse del embargo, ser “refutada” si se prueba la existencia de
significado ordinario de las palabras o hechos, sea otros factores que son reconocidos generalmente por
intencional como inadvertidamente, como por qué el sistema legal por socavar el significado normal del
prevalecerá el significado “objetivo” ordinario si no caso prima facie. Tales respuestas o “excepciones” al
pudiese probarse ese alejamiento por ambas. caso prima facie son en sí mismas sólo presuntamente
aceptables. Estas pueden a su vez ser refutadas aún
Las personas generalmente se valen de palabras y por otros factores alegados por la persona que busca
acciones convencionales para comunicar sus alivio. En este sentido, los principios o elementos que
intenciones con un grado considerable de precisión. determinan la obligación legal vienen en “etapas”164 .
Por esta razón, la mayoría de los casos decididos
mediante una aproximación objetiva basados en el En una teoría del consentimiento, en la ausencia de la
significado ordinario y natural de las palabras u otras afirmación de una excepción válida, la prueba del
conductas asertivas diferirán sólo en raras consentimiento para realizar una transferencia de
circunstancias, de aquellos decididos aplicando una derechos enajenables (más su incumplimiento), es
aproximación subjetiva. La mayoría de casos ofrecerían legalmente suficiente para obtener sentencia por
Randy E. Barnett
soluciones iguales mediante las dos aproximaciones. incumplimiento de contrato. El consentimiento es prima
Pero, a diferencia de la teoría basada en la voluntad, la facie vinculante debido a su conexión usual con el
teoría del consentimiento –debido a que está basada asentimiento subjetivo (protegiendo, de ese modo, el
en nociones fundamentales sobre titularidades– puede interés basado en la confianza del promitente) y debido

158
FARNSWORTH, E. Nota 13 supra. S 7.9. pp. 483-492.
159
Véase, notas 139-140 supra y el texto que las acompaña.
160
FARNSWORTH, E. Nota 13 supra. S 7.9. p. 484 (“Sin embargo, desde que un contrato involucra a dos partes, la búsqueda de significado
comienza con el significado dado por ambas al lenguaje contractual; cada una necesita del asentimiento de la otra”). U.C.C S 1-201 (3). 1978
(“Un acuerdo” significa la negociación de las partes fundada en su lenguaje o por implicación de otras circunstancias incluyendo el curso del
trato o los usos del mercado o el curso del cumplimiento provisto en este acto”).
161
“Restatement (Second) of Contracts” S 153 (1979) (especificando cuando el error de una de las partes hace que un contrato sea anulable).
162
EPSTEIN. “Pleadings and presumptions”. En: University of Chicago Law Review 40.1973. p. 556 (describiendo la operación de las etapas de los
alegatos en el análisis legal); EISENBERG. Nota 1 supra. p. 641 (“Poniendo el problema en el lenguaje del procedimiento civil, los principios que
indican la exigibilidad de las promesa deberían determinar cuándo el incumplimiento de una promesa dada hace surgir una demanda legal. Las
cuestiones que conciernen la calidad de las promesas individuales deberían ser pasibles de defensas”).
163
Una aproximación que construye reglas legales presumiblemente aplicables –el caso prima facie– basadas en circunstancias normales y luego
permite ciertas defensas basadas en circunstancias “anormales” que elimina las propiedades del caso prima facie (aunque no la elimina totalmente)
serviría para minimizar el problema de la “textura abierta” de las reglas generales que se notó. Nota 85 supra y el texto que la acompaña.
164
EPSTEIN. “Defenses and Subsecuent Pleas in a System of Strict Liability”. En: Journal of Legal Studies 3. 1974. p. 165 (ofreciendo una amplia
descripción sobre esas circunstancias que refutan la presunción normal incluida en el caso prima facie de responsabilidad civil en la cual una persona
será estrictamente responsable por los daños que cause). EPSTEIN. Nota 152 supra. pp. 166-174 (habiendo intencionalmente causado daño a otro,
A es prima facie responsable por la lesión, pero si A alega exitosamente una defensa válida, B puede no estar legitimado para un juicio). 71
THEMIS 49 a que las personas usualmente tienen acceso sólo a las para escapar de estas (y otras) barreras procesales que
Revista de Derecho
intenciones manifiestas de otros (protegiendo, de ese impedían la exigibilidad de las promesas informales.
modo, el interés basado en la confianza del destinatario
y de otros, así como la “seguridad de las Como ya se ha dicho anteriormente169 , sin embargo,
transacciones”). En las dos secciones siguientes se el surgimiento de esta acción como la principal acción
discutirá el caso prima facie del consentimiento y el rol de la exigibilidad contractual requirió del desarrollo de
que juegan las excepciones al consentimiento en esta una limitación doctrinal a la exigibilidad de los
teoría. compromisos –esto es, la doctrina de la
consideración170 . Este desarrollo eventualmente derivó
2. Estableciendo el caso prima facie del consentimiento en el ascenso de la teoría negocial de la consideración,
la cual tuvo como consecuencia no deseada el crear
Hay dos maneras de manifestar la intención de una problemas doctrinarios para la exigibilidad de
persona de vincularse legalmente. La primera es compromisos formales ahí en donde no había
“encauzar” deliberadamente el comportamiento de negociación por la consideración. A pesar de su antigua
uno mediante el uso de la formalidad legal165 de tal historia, los acuerdos formales, tales como aquellos bajo
forma que explícitamente se transmita un cierto sello, fueron vistos como “excepciones” al
significado –el de tener una intención de estar requerimiento “normal” de la consideración.
legalmente vinculado– a otro. Este es el mecanismo Expresiones tales como “un sello importa
formal para consentir. La segunda manera es consideración” o es “un substituto de la consideración”
transmitiendo tal significado de forma indirecta o se volvieron comunes171 .
implícita a través de otro tipo de comportamientos.
Este es el mecanismo informal para consentir. A pesar de tales casos y replanteamientos172 , las
promesas formales han tenido un lugar incierto en el
a. Consentimiento formal Derecho contractual173 debido a que carecían de un
fundamento teórico. En un clima de opiniones
Durante una parte considerable de la historia del dominado por nociones como “negociación” y
common law, el modo principal para crear aquello que “confianza inducida”, en donde no hay negociación
hoy consideramos como obligación contractual, fue ni una confianza demostrable que sustenten la
tomar un acuerdo mediante la forma de un escrito exigibilidad, la presencia de una formalidad significativa
sellado166 . Las acciones que se basaban en promesas podría no ser suficiente para satisfacer a una corte174 .
informales eran afectadas por la excepción de apuesta, Ni siquiera los renombrados escritos contractuales de
lo que menoscababa seriamente la habilidad del Lon Fuller175 pudieron cambiar el estatus de orfandad
destinatario para obtener la exigibilidad 167 . El del contrato formal.
surgimiento de la acción de cumplimiento puede
entenderse como la forma en la cual los jueces del Una teoría del contrato basada en el consentimiento
common law respondieron a presiones competitivas168 otorga el sustento teórico ausente en los contratos

165
FULLER. Nota 153 supra. p. 801 (el uso de la formalidad legal “ofrece un marco legal en el cual la parte puede ajustar sus acciones o, para
cambiar la figura, esta ofrece canales para la expresión legal efectiva de la intención”).
166
SIMPSON, A. Nota 75 supra. pp. 88-90.
167
Ibid. pp. 137-144.
168
HELMHOLZ. “Assumpsit and Fidei Laessio”. En: Law Q. Rev. 91. 1975. p. 406 (describiendo la competencia entre las cortes del “common law”
y las cortes del clero en la exigibilidad de las promesas informales).
169
Notas 73-75 supra y el texto que las acompaña.
170
El “Statute of Frauds”, de 1677, fue otra de tales limitaciones. Ver SIMPSON, A. Nota 75 supra. pp. 599-600.
171
Ver, por ejemplo, In Re Conrad´s Estate, 333 Pa. 561, 563, 3 A. 2d 697, 699 (1938); Aller v. Aller, 40 N. J. L. 446 (1878). Ver CRANE. “The Magic
of the Private Seal”. En: Columbia Law Review 15. 1915. pp. 24-26 (“Los libros frecuentemente hablan sobre el sello para describir a la
consideración, pero el estatuto correcto de la regla es que un instrumento sellado no requiere de la consideración”) (pie de página).
172
“Restatement (Second) of Contracts” S 95 (1979) (especificando las condiciones necesarias para que el escrito sellado sea vinculante sin que
medie la consideración).
173
FRIED, C. Nota 8 supra. pp. 28-29 (“La tendencia de considerar a la técnica del sello como una reliquia anacrónica, su estrechez y la naturaleza
episódica de las excepciones estatutarias dejaron a la doctrina de la consideración como la norma a seguir”).
174
Es difícil de determinar cuánto de este declive se debe a razones teóricas y cuánto debido al significado incierto de ciertas formalidades que
supuestamente constituían sellos. Observen la opinión del canciller Kent en Warren v. Lynch, 5 Johns. 239, 245-246 (N.Y. 1810) (“Hacer un
garabato con un lápiz no es un sello y no merece atención alguna... Denominar a un papel como instrumento no lo hace uno, si se desea el
requisito de la formalidad... La política de esta regla consiste en dar solemnidad a la ejecución de importantes instrumentos, por medios en los
cuales la atención de las partes sea más certera y efectivamente fijada, y para disminuir la posibilidad de fraude”).
Con las leyes de Nueva York de 1892, ch. 677 S 13 (“El sello privado de una persona... sobre algún instrumento o escrito debería consistir en...
la palabra sello o las letras “L.S” al costado de la firma”). Ver también EISENBERG. Nota1 supra. pp. 660 (describiendo la erosión de los
“elementos de rito y personificación”). FULLER. Nota 153 supra. pp. 823 (cuestionando que “con nuestras rutinarias e institucionalizadas
formas actuales de hacer negocio, una ‘formalidad general’ puede alcanzar el objetivo que la formalidad intenta conseguir”).
175
FULLER. Nota 153 supra. pp. 822-823 (“Las decisiones que subyacen el uso de formalidades mantendrán su relevancia mientras un hombre
72 realice promesas a otro”).
formales y explica su lugar adecuado en un bien satisfacen una función canalizadora así como también, THEMIS 49
Revista de Derecho
articulado Derecho de los contratos. El uso voluntario y quizás de mejor manera, que como lo hace un sello
de una reconocida formalidad por parte del promitente o alguna otra formalidad179 . La regla actual que dice
le manifiesta al destinatario una intención de quedar que la falsedad de tal declaración permite que una corte
legalmente vinculado de la forma menos ambigua declare nula una transacción debido a la falta de
posible. Como señaló una corte: consideración180 es, por lo tanto, contraria a una teoría
consensual del contrato181 .
“Si una parte ha expresado total y absolutamente su
intención en un escrito sellado y entregado, con la b. Consentimiento informal
sanción más solemne conocida por nuestro Derecho,
¿qué cosa debería impedir su ejecución si es que no El consentimiento para transferir derechos puede ser
hay fraude o ilegalidad?”176 . expreso o encontrarse implícito. Los contratos
formales que expresan el consentimiento para la
Los contratos formales deben constituir un caso transferencia de derechos enajenables no presentan
“sencillo” de exigibilidad contractual, pero para las ningún problema para la teoría del consentimiento.
teorías predominantes que requieren de una En cambio, la exigibilidad de compromisos informales,
consideración negociada, de una confianza inducida en donde la evidencia de intenciones legalmente
o inclusive de “eficiencia” económica, sería muy difícil vinculantes es más oscura, ha incomodado durante
explicar porqué 177 . Por el contrario, en una teoría siglos al Derecho contractual182 . Ante tales acuerdos,
basada en el consentimiento no hay necesidad de una las cortes deben inferir el asentimiento a quedar
negociación subyacente o de una confianza legalmente vinculados de las circunstancias o
demostrable para que tal compromiso sea propiamente “consideraciones”183 o “causa”184 que indujeron las
exigible. acciones de las partes.

Lo mismo es cierto –como lo ha reconocido (i) La negociación como evidencia de consentimiento


nuevamente Lon Fuller– para las consideraciones
nominales y para falsas declaraciones de una En el marco de una teoría del consentimiento, la
consideración 178 . Una teoría del consentimiento consideración negociada, juega un rol canalizador185 .
reconoce que una expresión de las partes, evidenciada El hecho que una persona haya recibido algo de valor
de modo adecuado, que muestre que existe la en respuesta a una “promesa” podría, en efecto,
“consideración” puede cumplir la función canalizadora indicar que esta promesa ha sido una expresión de la
de las formalidades, sea que exista o no en los hechos intención de transferir derechos 186 . Más aún, en
una consideración negociada para el compromiso. Si algunas circunstancias en donde las transferencias
es bien conocido que la frase “en retribución a la buena gratuitas son inusuales, recibir un beneficio en
y valiosa consideración” significa que uno intenta estar respuesta de una promesa debe servir como aviso
vinculado legalmente, entonces, estas palabras objetivo para el promitente de que tal promesa ha sido

Randy E. Barnett
176
Aller v. Aller, 40 N. J. L. 446, 451 (1878). Pueden ver también “Handbook of the National Conference of Commissioners on Uniform State Laws
and Proceedings 194”. 1925 (“No veo por qué un hombre no debería poder hacerse responsable si desea hacerlo”) (declaración de S. Willinston).
177
Por ejemplo, cuando no hay consideración separada para realizar una oferta irrevocable por un cierto periodo de tiempo, una teoría de la
negociación de la consideración tendría un problema al explicar la exigibilidad de tales “ofertas de la firma” como son reconocidas por U.C.C S
2-205 (1977), ya que éstas no requieren ni consideración ni una confianza para obtener exigibilidad.
178
FULLER. Nota 153 supra. p. 820 (“El motivo correcto para mantener estas decisiones parecería ser que la decisión que subyace el uso de
formalidades está aquí satisfecha por el hecho que las partes se han tomado el trabajo de difundir su transacción bajo la forma de un intercambio”).
179
EISENBERG. Nota 1 supra. pp. 660-661 (“Puede asumirse tranquilamente que las partes que falsamente difunden una promesa no negociada
como una negociada lo hacen con el propósito expreso de hacer su promesa legalmente exigible”).
180
Ver Restatement (Second) of Contracts S 71 literal b. 1979. Ver, por ejemplo, Schnell v. Nell, 17 Ind. 29, 32 (1861) (“La consideración de un
centavo es, plenamente, en este caso, meramente nominal y esa es toda su intención”). Shepard v. Rhodes, 7 R.I 470, 475 (1863) (La consideración
de un dólar fue “una mera consideración nominal”). (Énfasis en el original).
181
Pueden ver el “Restatement (Second) of Contracts” S 87 (1) (a). 1979 (calificando la prohibición del S 71 que permite relaciones de significativa
consideración para comprender la oferta de una “firma” como exigible, como un contrato de opción).
182
LORENZEN. Nota 144 supra. p. 646 (criticando los límites colocados por el derecho anglo-americano en las formas por las cuales “la intención
de asumir una obligación” puede demostrarse).
183
En este uso arcaico de la palabra “Consideración”, véase SIMPSON, A. Nota 75 supra. p. 321 (“Los alegatos sobre las acciones contra el
incumplimiento siempre han incluido temas de incentivos”).
184
Para un posible paralelo entre la consideración y el concepto civilista de “causa”, ver MASON. “The Unility of Consideration: A Comparative
View”. En: Columbia Law Review 41. 1941. pp. 825-831. LORENZEN. Nota 144 supra. p. 646 (“No existe realmente una “doctrina” que pueda
definir la causa”).
185
“Restatement (second) of Contracts” S 75. 1979 (“A partir del principio que dice que la negociación es vinculante es ampliamente entendido y
reforzado, en muchas situaciones por la costumbre y convenciones, el hecho que la negociación… tiende a satisfacer la función preventiva y
canalizante de la forma.
186
ATIYAH, P. Nota 123 supra. p. 184 (“[Una] muy común justificación para tratar una promesa como vinculante es que esa promesa es evidencia
de la existencia de alguna otra obligación que debía el promitente. Al hacer una promesa explícita, el promitente concede o admite la existencia
y la extensión de la obligación pre-existente”). 73
THEMIS 49 interpretada por la otra parte como legalmente resultados que correspondan de manera notable con
Revista de Derecho
vinculante187 . la práctica cotidiana. Para evitar confusiones y errores
innecesarios es importante, sin embargo, entender el
Aunque la existencia de negociación o alguna otra marco teórico191 .
motivación para una transacción puede ser buena
evidencia del tipo de acuerdo alcanzado, en una (II) La confianza como evidencia de consentimiento
teoría del consentimiento la ausencia de
consideración no excluye la aplicación de sanciones Una teoría del consentimiento también identifica
legales si es que otros indicios de consentimiento se aquellas circunstancias en que la presencia de
encuentran presentes. Para regresar a los ejemplos confianza es un sustituto adecuado del requerimiento
dados por Fried 188 , si es que puede probarse que tradicional de la consideración. Si la función primaria
una de las partes consintió voluntariamente quedar de la consideración es servir como medio en el cual
vinculada legalmente a mantener abierta una oferta se manifiesta el asentimiento de encontrarse
de transferencia de derechos, o a cancelar una legalmente vinculado, y no como un requerimiento
deuda, o a modificar una obligación o a pagar por de un caso prima facie de la obligación contractual,
favores pasados, entonces, estos compromisos son entonces, se vuelve menos complicado afirmar la
exigibles (en la medida en que se cumplan otros equivalencia entre confianza y consideración192 . Los
requerimientos contractuales tales como la gastos realizados por el destinatario de una promesa
aceptación). sobre la base de su confianza en las palabras y
conducta del promitente pueden servir como prueba
Donde negociar es la norma –como lo es en las tanto de la naturaleza de la transacción como de la
transacciones que implican ventas– hay poca necesidad existencia de consideración, especialmente cuando la
de que la ley requiera pruebas explícitas de la intención confianza es o debería ser conocida por el
de vinculación legal como puede ser una formalidad promitente193 .
adicional189 o inclusive la prueba de la existencia de
una negociación. En tales circunstancias, si se puede Supongamos que A hace una promesa sustancial a
probar la existencia de un acuerdo para vender entre B –por ejemplo, una promesa para transmitir tierras.
partes no relacionadas, presumiblemente ha habido La promesa es clara, pero ambigua en lo que se
una manifestación de la intención de quedar refiere al efecto legal perseguido. ¿Pretende A
legalmente vinculado. Por esta razón, resulta encontrarse obligado y sujeto a la exigibilidad legal
totalmente coherente con una teoría del si incumple, o está simplemente estableciendo su
consentimiento la restricción del Código Comercial visión actual de sus intenciones futuras?
uniforme, que señala que “[un] contrato hecho para Supongamos ahora que B comunica a A la intención
la venta de bienes puede ser hecho de cualquier manera de confiar de modo sustancial en la promesa de A –
que sea suficiente para demostrar un acuerdo, por ejemplo, construyendo una casa en el terreno–
incluyendo la conducta de ambas partes que reconozca y que A no se pronuncia. Supongamos, además, que
la existencia de tal contrato”190 . B comienza a construir y observa que A contempla
sin decir nada. Parecería que en tal circunstancia la
En un sistema legal inspirado en una aproximación ambigua intención legal de A ha sido esclarecida.
según el consentimiento, el reconocimiento de que la Pues al permanecer silencioso ante una confianza
“consideración” es sólo evidencia presunta del tan sustancial que B no habría actuado sin el
consentimiento, y que ese consentimiento puede ser compromiso legal de A –A no podría asumir
demostrado por otros medios, puede obtener razonablemente que B intenta obsequiarle la casa–

187
Los deberes, si hay alguno, que la recepción de un beneficio no gratuito imponen en el receptor están mucho más allá de lo pretendido por este
artículo, excepto en el hecho de notar que tal recepción puede manifestar la intención del receptor de estar legalmente vinculado a un acuerdo
contemporáneo.
188
Ver Nota 77 supra y el texto que la acompaña. Noten que en la mayoría de estos casos, las formalidades adecuadas estuvieron presentes para
indicar que hubo consentimiento.
189
Ver FULLER. Nota 153 supra. p. 806 (La función canalizadora de la formalidad “no tenía cabida en donde las actividades del hombre ya estaban
divididas en definitivas y claras categorías de negocios... Es por esta razón que las transacciones importantes sobre las acciones y productos en
el mercado pueden ser llevadas cabo de forma segura de la manera más informal”). Sin embargo, la formalidad puede ser requerida si así fuera
la costumbre de intercambio o si la transacción era particularmente larga o inusual en algún otro aspecto.
190
U.C.C S 2-204. 1977.
191
FULLER. Nota 153 supra. p. 824. Concluye: “Un ataque original a estos problemas nos llevará a unas conclusiones sustancialmente equivalentes
a las que resultan de la actual formulación de la doctrina de la consideración. Lo que necesita ser abolido no es la doctrina de la consideración
sino la concepción del método legal que asume que la doctrina puede comprenderse y aplicarse sin referirse a los fines para los que sirve.
Cuando queremos definir de nuevo la doctrina de la consideración en términos de la política que la delinea, el problema de adaptarla a nuevas
condiciones se resolverá por sí mismo”.
192
Véase, por ejemplo, ATIYAH, P. Nota 123 supra. pp. 184-189.
74 193
Ibid. pp. 192-195 (discutiendo el valor evidente de la confianza en una promesa).
A ha puesto de manifiesto una intención de quedar especial significado de los términos de arte legales y THEMIS 49
Revista de Derecho
legalmente vinculado194 . de las formalidades que han sido libremente empleadas
por las partes198 ; o, c) algún otro significado especial
De este modo, el silencio del promitente al observar que haya sido comprendido mutuamente por las
una confianza sustancial en la promesa por parte del partes 199 . En cualquier caso, éste es el tipo de
destinatario puede manifestar el asentimiento del investigación en la cual todos nosotros estamos
promitente al destinatario 195 . En una teoría del rutinariamente involucrados día a día cuando nos
consentimiento, si el consentimiento es probado, comunicamos200 .
entonces, la exigibilidad está garantizada, incluso en
ausencia de una negociación o de alguna formalidad. Al proporcionar un criterio más claro para la exigibilidad,
disponible para las partes, la teoría del consentimiento
Como hemos discutido anteriormente196 , cuando se incentiva a actuar con información. Una vez que el
trata de discernir la confianza “razonable” (o prudente) estándar legal de exigibilidad contractual se conoce
en una promesa, no se puede extraer una conclusión consentido, ¿a quién corresponde decir qué conducta
que sea independiente de lo que advertimos como es entonces “razonable” o prudente? Podría ser
exigible en esa misma promesa, lo cual nos hace prudente o no confiar en un compromiso que se sabe
regresar nuevamente a la pregunta sobre la exigibilidad inexigible, dadas otras cosas que el destinatario puede
con la que empezamos este trabajo. Una teoría basada conocer del promitente. Esto no es materia que debiera
únicamente en la confianza no puede, en consecuencia, decidir una corte. Sin embargo, debe quedar claro que
dar respuesta satisfactoria a este tema. Por el contrario, una teoría del consentimiento podría identificar
en una teoría del consentimiento, la confianza se aspectos de la obligación contractual que una teoría
encuentra legalmente protegida (y, por lo tanto, de negociación ignoraría y, por lo tanto, podría proteger
considerada como justificada) sólo si se trata de una mejor y facilitar la confianza: bajo la teoría del
confianza en una intención manifiesta de vincularse consentimiento uno no requiere haber confiado en una
legalmente197 . La confianza en un compromiso que negociación para ser protegido.
no llega a ser una intención manifiesta de quedar
legalmente obligado no se encuentra legalmente Una vez que se ha determinado que la confianza se
protegida y todo riesgo queda en cabeza del encuentra protegida porque (y, por lo tanto, cuando)
destinatario. está basada en el consentimiento, una corte de justicia
puede decidir cuánto de esa confianza debe ser
La única evaluación de “razonabilidad” que es protegida –esto es, ¿cuál es la extensión de la
requerida en una teoría del consentimiento de la responsabilidad por las consecuencias producidas por
obligación contractual es una evaluación sobre el el incumplimiento de una obligación admitida como
significado “razonable” –o probable– de las palabras exigible?201 La aproximación estándar es adoptar una
y conducta del promitente. A pesar de lo difícil que tal evaluación sobre la “predictibilidad” 202 de la
búsqueda interpretativa del significado pueda ser, no responsabilidad que se parece mucho al juicio de
se encuentra plagada por el mismo tipo de circularidad prudencia o predictivo utilizado para evaluar la
que encontramos en una evaluación de la “confianza existencia de una obligación basada en la confianza:
Randy E. Barnett
razonable”. La interpretación del significado en un ¿qué podría haber esperado razonablemente un
contexto contractual implica determinar a) el significado promitente que hiciera el destinatario movido por su
no jurídico habitual de las palabras como; o, b) el confianza en el contrato? Bastante de este mismo

194
Ver, por ejemplo, Greiner v. Greiner, 293 P. 759 (Kan. 1930). Seavey v. Drake, 62 N.H. 393 (1882). Roberts-Horsfield v. Gedicks, 94 N.J Eq. 82,
118 A. 275 (1922). En cada uno de estos casos, el promitente mantuvo silencio sobre la confianza sustancial en una promesa para traspasar un
terreno. Las cortes otorgaron una compensación a pesar de la falta de consideración negociada.
195
MCCORMICK. “Evidence”. S 270. p. 799. Tercera edición. 1984 (“Si una declaración es hecha por otra persona en la presencia de una de las
partes de la acción, conteniendo aseveraciones de hechos los cuales, de ser falsos, la parte negaría naturalmente de inmediato. Esta falla al
hablar ha sido tradicionalmente admitida en contra de la parte”). (pié de página omitido).
196
Ver Notas 20-25 supra y el texto que las acompaña.
197
Esto está sujeto a la calificación que las cortes exigirán acuerdos subjetivos donde estos sean probados. Ver nota 156 supra y el texto que la
acompaña.
198
Una formalidad ideal es un acto que es tan extraño que no tiene un significado “normal” más que el que le da la ley, de tal manera que ninguna
persona “razonable” que no trate de darle el efecto legal podría cumplir con el acto. Prender una vela y luego derramar su cera en un
documento para imprimir un sello era un acto de lo más extraño. Cuando un documento “sellado” podía ser ejecutado al imprimirse en él las
letras “L.S” después de la firma, el acto, obviamente, perdía este carácter. Ver nota 174 supra
199
Este significado incluirá cualquier uso especial utilizado en una comunidad particular. Ver, por ejemplo, Weinberg v. Edelstein, 201 Misc. 343,
345. 110 N. Y. S. 2d 806, 808 (Sup Ct. 1952).
200
HART, H.L.A. Nota 85 supra. p. 123 (“Los términos generales serían inútiles para nosotros como medio de comunicación a menos que fueran...
familiares, generalmente casos poco debatidos”).
201
EISENBERG. Nota 1 supra. p. 651 (“[l]a determinación sobre qué clases de promesas deberían de ser exigidas legalmente está estrechamente
relacionada conque varias de estas promesas deberían de ser exigibles efectivamente”). (pies de página omitidos).
202
Por ejemplo, Hadley v. Baxedale, 9 Ex. 341, 355, 156 Eng. Rep. 145, 151 (1854). 75
THEMIS 49 problema sobre la responsabilidad existe en lo que se Sin embargo, en tanto las partes puedan decidir
Revista de Derecho
analizó anteriormente respecto al tema de la libremente excluir la responsabilidad absoluta por todo
obligación203 . En este caso, como en el anterior, lo que daño consecuente que sea previsible, la adopción de
la mayoría de las personas hará depende de su una teoría del consentimiento en esta área ejercerá
percepción sobre cuál es la regla legal que se ocupa menos presión que su adopción en el nivel de la
del alcance de la responsabilidad y, por lo tanto, tal obligación. La mayoría de las partes sabe que se está
predicción no puede, por sí misma, determinar la regla vinculando mediante un contrato y, si es así, que
legal. pueden prever y de hecho prevén cláusulas que limitan,
a través del consentimiento, las consecuencias por las
Así como la teoría del consentimiento se encarga del que pueden ser responsables. Por el contrario, si la
problema de la obligación empleando el criterio del teoría del consentimiento no es empleada para evaluar
“consentimiento de la obligación”, ésta también la existencia de una obligación, las partes que no saben
manejará el problema del alcance de la responsabilidad que están contratando no siempre podrán, o no podrá
empleando el criterio del “consentimiento de la fácilmente, evadir una obligación que les puede ser
responsabilidad”. Ésta es básicamente la misma impuesta.
respuesta que esbozó el juez Holmes en el caso Globe
Refininig Co. Vs Landa Cotton Oil Co. 204 y fue En suma, la consideración negociada y la confianza no
denominada test del “asentimiento tácito”205 . negociada son equivalentes al punto que la existencia
de alguna de ellas en una transacción podrá manifestar
Mientras algunos han objetado la frecuente naturaleza las intenciones de una o de las dos partes de vincularse
ficticia de tal consentimiento “tácito”206 , la fuente de legalmente. De cualquier forma, la ausencia de
este problema no yace en la teoría del consentimiento. consideración negociada o de confianza no impediría
Este problema yace, en realidad, en el centenario la exigibilidad de la transferencia de titularidades que
rechazo judicial para hacer exigibles las cláusulas pueda ser probada de alguna otra forma, por ejemplo,
expresas que especifican la extensión de la mediante un documento formal escrito o mediante una
responsabilidad cuando tales cláusulas difieren del prueba idónea de un compromiso verbal suficientemente
estándar de daños que las cortes aplicarían por su libre de ambigüedades209 .
propia cuenta207 . Bajo este marco legal, ¿por qué las
partes imbuidas de racionalidad económica negocian 3. Excepciones al contrato: refutando el caso prima
dicha cláusula a menos que no discrepen radicalmente facie de consentimiento
con ese marco legal y estén buscando una forma de
evitarlo? Al reconocer el derecho que tienen las partes El consentimiento, tanto formal como informal, es
para consentir el alcance de la responsabilidad, a la necesario para distinguir un caso prima facie de
vez que el de la obligación, podemos anticipar que el obligación contractual. Esto significa que, en ausencia
ficticio asentimiento “tácito” será suplantado por los de una excepción “afirmativa” al caso prima facie de
acuerdos reales –implícitos o expresos– cuando las la obligación contractual, la intención manifiesta de
partes se encuentren en desacuerdo con la regla marco una de las partes de transferir derechos enajenables
establecida por las cortes208 . justificaría la exigibilidad de tal compromiso. Las

203
Ver notas 19-25 supra y el texto que las acompaña.
204
U.S. 190. pp. 540-545. 1903 (el conocimiento de una limitación de responsabilidad “debe de hacerse saber a la parte que se afecta, de modo
tal, que la parte beneficiada con tal limitación pueda razonablemente creer que la persona con la que está contratando ha aceptado el contrato
con esa especial condición inherente al mismo”). Ver British Columbia Saw-Mill Co. V. Nettleship, 3 L.R.-C.P. 499,509 (1868). Ver también Hooks
smelting co. V. Planters Compress., 72 ark. 275, 286-87, 79 S.W. 1052, 1056 (1904) (empleando el test del asentimiento tácito). HOLMES, O.
“The Common Law”. Editado por M. Howe. 1963. pp. 236-237 (“La notificación, incluso en el momento de estar realizando el contrato, de las
circunstancias especiales a partir de las cuales existirá un daño especial por la ruptura del contrato, no es suficiente a menos que la asunción de
ese riesgo haya sido tomada como justa en el contrato “). MCCORMICK, C. “A Handbook on the Law of Damages” S 141.1935. pp. 578-579.
205
FARNSWORTH, E. Nota 13 supra. S 12.14. p. 875. (describiendo el test del asentimiento tácito, algo que ha sido rechazado por la mayoría de
jurisdicciones). U.C.C. S 2-715 comentario 2. 1977 (“El test del “acuerdo tácito” para recuperar los daños consecuenciales es rechazado”). Sin
embargo, Murrow v. First Nat´l Bank, 261 Ark. 568, 550 S.W.2d 429 (1977) (reteniendo el test dl asentimiento tácito).
206
MCCORMICK, C. Nota 204 supra, S 141. p. 580 (“Se aumenta la ficción de una promesa tácita a la ficción original de la “Contemplation”…”).
207
Véase “Liquidated Damages Recovery Under the Restatment (Second) of Conttracts”. En: Cornell Law Review 67. pp. 862-866. 1982 (“Donde
el daño actual del incumplimiento contractual fue pequeño o inexistente, algunas cortes usan principios equitativos para evitar exigir una
cláusula de liquidación de daños”) (cita omitida). Pueden revisar también SIMPSON, A. Nota 75. pp. 118-125 (describiendo el declive de la
conditioned penal bond).
208
POLINSKY, A. Nota 28 supra. p. 25 (el Derecho contractual proporciona una amplia gama de términos que minimizan los costos de transacción
al ir acomodando la intención de las partes). POSNER, R. Nota 30 supra. p. 69 (Una de las funciones económicas del Derecho contractual es la
de “reducir la complejidad de los costos de transacción al proporcionar una gama de términos normales que, en la ausencia del Derecho
contractual, tendrían que ser expresamente negociados por las partes”).
209
No se está sugiriendo aquí que tales medidas que tienen una función de evidencia –como un statute of frauds, una regla de parol evidence, o
ciertos requerimientos formales– sean inapropiadas en una teoría del consentimiento. LORENZEN. Nota 144 supra. p. 644 (el Derecho puede
“requerir ciertas formalidades para prevenir el fraude, como una garantía, tanto como le sea legalmente posible proporcionarlas para que el
contrato represente la seria y deliberada intención de las partes. Sin embargo, se admite que está voluntad de las partes de asumir relaciones
76 legales debería tener algún control”).
excepciones tradicionales al contrato pueden ser no refleja la retirada hacia una teoría subjetiva de la THEMIS 49
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entendidas como describiendo circunstancias que, de voluntad. Sigue siendo cierto que la manifestación
probarse han existido, privan a la manifestación de objetiva de la intención de estar legalmente vinculado
asentimiento de su moral normal y, por lo tanto, de su es suficiente para hacer surgir un compromiso exigible.
significado legal. Estas excepciones pueden ser La única calificación es que tal manifestación objetiva
agrupadas en tres grupos, cada uno de los cuales debe haber sido voluntaria214 .
menoscaba el caso prima facie de consentimiento de
diferente manera. Una teoría del consentimiento explica tanto la recepción
moderna de la teoría objetiva en los casos prima facie
El primer grupo de excepciones –coacción, de obligación contractual como las excepciones
misrepresentation, y (posiblemente) unconscionability210 – tradicionales contra los casos prima facie, los cuales
describe circunstancias en las que la manifestación están basados en circunstancias que, de alguna manera
de una intención de quedar legalmente obligado ha significativa, contradicen la normal naturaleza
sido obtenida indebidamente por el destinatario de voluntaria del consentimiento. Cuando se prueba que
la promesa. La manifestación de asentimiento ha sido tales circunstancias han existido ni siquiera un
obtenida por coacción del destinatario211 o ha estado asentimiento manifiesto de quedar legalmente
basada en la desinformación provocada por este obligado justifica su exigibilidad.
destinatario 212 . El segundo grupo –incapacidad,
minoría de edad, toxicomanía– describe atributos del CONCLUSIÓN: LA TEORÍA DEL CONSENTIMIENTO
promitente que indican su falta de habilidad para EN PERSPECTIVA
expresar un asentimiento con algún tipo de
significado. El tercer grupo –error, impracticabilidad Una teoría del consentimiento de la obligación
comercial, frustración– se deriva de la imposibilidad contractual considera ciertos acuerdos como
de expresar en un acuerdo todas las posibles legalmente vinculantes porque las partes disponen de
contingencias que pueden afectar el cumplimiento. ciertos derechos en la transacción y manifiestan su
Cada uno describe aquellos eventos (a) cuya no asentimiento para que esos derechos sean transferidos.
ocurrencia fue, posiblemente, una verdadera aunque Esta aproximación captura con precisión lo que está
tácita asunción sobre la cual se basó el consentimiento en juego cuando los individuos buscan intercambiar o
y (b) por los cuales el destinatario debería cargar con conferir titularidades que han adquirido o que van a
el riesgo en caso ocurrieran213 . Cada tipo de excepción adquirir. Esta teoría provee una explicación coherente
difiere por el modo como erosiona el normal y tanto de la preferencia tradicional del common law
presumible significado del consentimiento. Pero toda por una interpretación objetiva de los contratos como
excepción válida a un contrato describe las de sus excepciones.
circunstancias generales en las que la apariencia de
asentimiento tiende a carecer de su normal significado Una teoría del consentimiento nos dice que una
moral. muestra de consentimiento es suficiente (prima facie)
para obtener exigibilidad y que las excepciones que
Estas excepciones tradicionales a los contratos nos muestran circunstancias que afectan la significación
Randy E. Barnett
funcionarían en una teoría del consentimiento, como moral del consentimiento objetivo se encuentran
lo hacen actualmente, para preservar la real garantizadas. Una teoría del consentimiento también
voluntariedad de la transferencia de derechos en esos nos proporciona un enfoque sobre la insatisfacción
raros casos donde el consentimiento ha sido moderna por la doctrina de la consideración, mientras
indebidamente coaccionado o donde creamos pone en mejor perspectiva la reconocida necesidad de
reconocer otras circunstancias, como la exigir algunos compromisos gratuitos y de proteger
desinformación, que vician la presencia del algunos actos de confianza que no fueron negociados.
consentimiento. Sin embargo, esta negativa a hacer ¿Qué con los cinco “principios” del contrato discutidos
exigibles algunos casos de aparente consentimiento en la Parte I? La teoría del consentimiento especifica la

210
Para un análisis de unconscionability que se haría en esta categoría de defensas pueden revisar EPSTEIN. Nota 54 supra. LEFF. Nota 54 supra.
211
PHILLIPS. “Are Coerced Agreements involuntary”. En: Law & Phil 3. p. 133. 1984 (distinguiendo los acuerdos coercitivos e involuntarios).
212
EPSTEIN. “Privacy, Property Rights and Misrepresentetations”. En: Ga Law Review 12. 1978. pp. 455-466 (“Palabras falsas… socavan la
voluntariedad de la conducta de un individuo…”).
213
En este tercer grupo de defensas, el consentimiento no ha sido inducido impropiamente por el destinatario de la promesa, y la persona que está
dando el consentimiento sí era capaz de eso. Esto, en parte, puede ayudarnos a explicar porqué las cortes son tan receptivas a los argumentos
del destinatario diciendo que el promitente asumió el riesgo del error, la impracticabilidad o la frustración contractual. Ver FARNSWORTH. Nota
13 supra. S S 9.3-.4, 9.6.7. pp. 659-694.
214
COHEN. Nota 7 supra. p. 578: “El desarrollo de un sistema legal... debe delinear alguna distinción entre los actos voluntarios e involuntarios...
El conjunto del Derecho contractual moderno, puede argumentarse, debería responder a la necesidad de una mejor discriminación en el
cuidado del carácter intencional de los actos. La ley del error, la coacción y el fraude contractual sería ininteligibles a parte de tal distinción. 77
THEMIS 49 mejor manera de relacionar estos elementos vitales del ¿Cómo calza la teoría del consentimiento dentro de la
Revista de Derecho
Derecho contractual. De este modo, nos ayuda a tipología de las teorías contractuales sugeridas en la
determinar a qué principio o preocupación se le debería Parte I? La teoría del consentimiento contractual es
dar prioridad en diferentes situaciones. una teoría sobre titularidades, por lo cual basa la
obligación legal en los derechos de las partes.
La preocupación que posee la teoría del consentimiento Contrariamente a las teorías basadas en una de las
con respecto al tema de la voluntad y autonomía partes, la teoría del consentimiento acentúa la función
individual se refleja en la manera en la cual es interrelacional del Derecho contractual. El criterio de
determinado el consentimiento –la teoría busca que la exigibilidad, es decir, la intención manifiesta de quedar
manifestación de una intención sea legalmente legalmente obligado, respeta los intereses de ambas
vinculante. Por lo tanto, la exigibilidad contractual, partes. Un corolario del requisito de manifestación es
normalmente, reflejará la voluntad de las partes. Sin que el significado de la conducta del promitente sea
embargo, a diferencia de una teoría de la voluntad, la interpretado desde la perspectiva de destinatarios
teoría del consentimiento explica la exigibilidad de una (razonables) de tal promesa. Requerir que sea la
manifestación de asentimiento que es contraria a la intención de quedar legalmente obligado la que deba
real intención de una parte. La teoría del ser manifiesta protege la autonomía de los promitentes.
consentimiento, al igual que la teoría basada en la
confianza, protege legalmente la confianza del Además, una teoría del consentimiento reconoce que
destinatario en el consentimiento del promitente las preocupaciones sustantivas que surgen en el nivel
incluso, en ciertas circunstancias, en que el promitente de las titularidades –por ejemplo, una distinción entre
no tuvo subjetivamente la intención de vincularse. La derechos enajenables e inajenables– pueden afectar la
teoría del consentimiento difiere de la teoría de la exigibilidad de ciertos compromisos. Una aproximación
confianza al ofrecernos un criterio útil, independiente consensual evita esa clase de investigación sustantiva
de la confianza misma215 , mediante el cual distinguir en –y también, la interferencia con- los arreglos
la confianza legalmente protegida de la que no lo está. contractuales ordinarios tal como lo demandan las
teorías basadas en la sustancia. Finalmente, una teoría
La teoría del consentimiento facilita una eficiente del consentimiento apoya el reconocimiento tradicional
distribución de los recursos mediante la protección legal de que ciertos procesos, como la negociación o el uso
de los intercambios consentidos. Tales intercambios de sellos, hacen surgir una presunción muy fuerte de
consensuales producen información vital que de otra exigibilidad. A diferencia de una teoría basada en los
manera no se habría conocido sobre el valor, permitiendo procesos, la teoría del consentimiento especifica
que los recursos se asignen al usuario que los valora más. claramente su dependencia en las nociones
Sin embargo, la teoría del consentimiento desaprueba subyacentes de titularidades, que permiten que un
las transferencias no consensuales sin perjuicio de la sistema legal pueda elegir qué procesos reconocer y
alegada “eficiencia” de tales transferencias. Una teoría saber cuándo los requerimientos procedimentales
del consentimiento también evita la indeterminación deberían ser obviados.
extrema de la aproximación basada en la justicia
sustantiva, ya que logra proteger el concepto de justicia Al describir la aceptación de las nuevas teorías
(que no es un fantasma) –justicia procesal– mediante su científicas, Thomas Kuhn ha anotado que el hecho que
confianza en los principios generales formulados sobre las nuevas teorías no puedan responder inicialmente
la formación y elusión del contrato. todas las preguntas que se plantean impide que no
puedan suplantar a las viejas teorías216 . En lugar de
Finalmente, aunque la teoría del consentimiento eso, las nuevas teorías son aceptadas porque nos
reconoce que, bajo ciertas circunstancias, las partes explican verdades conocidas y porque resuelven previas
pueden manifestar asentimiento a la transferencia de anomalías problemáticas y proveen prometedoras
derechos mediante la negociación e incurriendo en nuevas áreas a la investigación217 . Por estos criterios,
confianza dañina no negociada, ella también reconoce la teoría del consentimiento debería ser considerada
una relación de dependencia existente entre la teoría una aproximación potencialmente valiosa para explicar
contractual y la teoría de las titularidades. En ese la obligación contractual.
sentido, la teoría del consentimiento evita los peligros
que surgen al basar completamente la obligación Sin embargo, la teoría debe ser aún ampliada y
contractual en la confianza o en la negociación. elaborada antes de poder ser evaluada a plenitud. Por

215
Pueden revisar las notas 197-200 y el texto que las acompaña.
216
KHUN, T. “The Structure of Scientific Revolutions”. Segunda edición. 1970. pp. 157-159.
78 217
Ibid. p. 169.
ejemplo, el reconocimiento de que la obligación del contrato” es producto de una desilusión y de un THEMIS 49
Revista de Derecho
contractual sea dependiente de una noción más abandono tanto de la teoría contractual basada en la
profunda de titularidades individuales promete una voluntad como fuente distinta de la obligación
explicación de porqué algunos derechos pueden por contractual, como de la teoría negocial de la
naturaleza ser no enajenables y, por lo tanto, porqué consideración como el medio de distinción formal
algunos acuerdos consensuales podrían ser inexigibles. entre los ejercicios exigibles e inexigibles de la
Esta comprensión puede también ayudarnos a voluntad, la “resurrección del contrato” es un
determinar qué forma de remedios contractuales – reconocimiento de la función propia del Derecho
daños monetarios o ejecución específica– es apropiado contractual como mecanismo de transferencia
si un contrato se incumple218 . conceptualmente dependiente de nociones más
fundamentales como las titularidades individuales. Un
El propósito de este artículo no ha sido terminar con mejor entendimiento de la obligación contractual
la discusión sobre la teoría y doctrina de los contratos, debería finalmente resultar en reglas y principios
sino permitir que la discusión en curso sobre la contractuales que faciliten la importante necesidad
obligación contractual salga de su largo callejón sin social de realizar y confiar en compromisos exigibles.
salida y comience a navegar por una ruta más Éstas y otras promesas de la teoría del consentimiento
productiva. Si el movimiento que propugna la “muerte esperan por un desarrollo futuro.

Randy E. Barnett

218
Pueden revisar BARNETT. Nota 99 supra (discutiendo cómo una teoría del consentimiento contractual y una apropiada distinción entre derechos
enajenables y no enajenables nos sugieren que las reglas que rigen la elección de los remedios deberían variar dependiendo de cuál de los tres
tipos de contratos ha sido incumplido: un contrato para recursos externos, un contrato por servicios personales o un contrato para servicios
empresariales). 79
Freddy Escobar Rozas(*)(**)(***)

El error en los contratos (justificaciones


impuras para la modificación de las reglas de anulación)(****)

«TODAS LAS PERSONAS ENFRENTAN DE UN MODO U OTRO, GANANDO O


PERDIENDO, ESTAS PRESIONES. DEL SIMPLE HECHO DE OBSERVAR LA VIDA
MISMA PODEMOS CONCLUIR QUE LA EXISTENCIA DE PRESIONES NO IMPIDE
LA TOMA DE DECISIONES POR PARTE DE LAS PERSONAS, NI CONSTITUYE EN
GENERAL UNA EXCUSA PARA QUE LOS ACTORES SOCIALES DEJEN DE
CUMPLIR SUS COMPROMISOS».

1. Introducción
Las personas comenten errores. Y muy seguido. Las condiciones que
posibilitan la existencia de equívocos son muy diversas: desde falta de
información o capacidad para evaluar las diferentes opciones
disponibles hasta interferencias irracionales producidas por
manipulaciones en la forma de presentar los datos que han de ser
evaluados en el proceso de toma de decisiones.

Desde una perspectiva económica, una promesa efectuada


erróneamente no garantiza la existencia de una «reasignación eficiente»

(*) Miembro del Comité Consultivo de ius et veritas. Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú y profesor de
Análisis Económico del Derecho, Contratos y Teoría Legal en la misma universidad. Master en Derecho por Harvard Law
School.
(**) A Matías, con la esperanza de poder ofrecerle, algún día, un mundo más libre y más justo.
(***) Los profesores Stephen J. Morse (University of Pennsylvania) y Richard Nolton (Massachusetts Institute of Technology)
me han brindado su valiosa ayuda en la exploración de los aspectos psicológicos y filosóficos del error. Bárbara Castro,
Janfer Crovetto, Hugo Forno, Christoph Kern y Mario Reggiardo han tenido la gentileza de revisar los borradores de este
trabajo y enriquecerlo con sus agudas observaciones. Mi más sincera gratitud a todos ellos.
(****) Legal interpretation takes place in a field of pain and death (…) Legal interpretive acts signal and occasion the imposition
of violence upon others: A judge articulates her understanding of a text, and as a result, somebody losses his freedom, his
property, his children, even his life. Interpretations in law also constitute justifications for violence which has already
occurred or which is about to occur. When interpreters have finished their work, they frequently leave behind victims
whose lives have been torn apart by these organized, social practices of violence. Neither legal interpretation nor the
violence it occasions may be properly understood apart from one another. This much is obvious, though the growing
literature that argues for the centrality of interpretive practices in law blithely ignores it. Robert Cover

28 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

«LA ESCUELA TRADICIONAL


PARTE DE UNA VISIÓN ONÍRICA
DE LAS COSAS, EN LA QUE
BRILLA POR SU AUSENCIA UN
ELEMENTO CENTRAL DE LA
VIDA REAL: LA TOMA DE
DECISIONES BAJO PRESIÓN. EN
EFECTO, EN LA VIDA REAL
TODAS LAS PERSONAS ESTÁN
EXPUESTAS A TODO TIPO DE
PRESIONES, ALGUNAS
EVITABLES OTRAS
INEVITABLES, ALGUNAS
ACEPTABLES OTRAS
INACEPTABLES, ETCÉTERA».

definitiva al promitente, en tanto que todo


«compromiso» con los proyectos del
promisario (2) admite excusas cuando la
de recursos(1), en tanto que la falla del promitente impide condición de fin en sí mismo del primero
considerar, de manera apriorística, que aquel valora menos resulta en juego.
que la otra parte el recurso que está transfiriendo (o,
inversamente, que valora más que la otra parte el recurso A pesar de que existen razones suficientes
que está adquiriendo). Desde una perspectiva moral, por otro para justificar la existencia de una regla legal
lado, una promesa efectuada erróneamente no ata de manera que permita la anulación de todo contrato

(1) La justificación económica de la promesa no descansa en la confianza que su destinatario tenga en ella, ni en los
beneficios o daños que este último puede recibir o sufrir en caso de cumplimiento o incumplimiento, respectivamente,
pues nada garantiza que los factores descritos (confianza, beneficio y daño) estén presentes o que generen un
desplazamiento de recursos que hacia los usos alternativos más productivos. Desde una perspectiva liberal (welfare
economics), la justificación económica de la promesa descansa en el hecho que aquella provoca la circulación de
recursos escasos y, por ende, asegura el uso alternativo más eficiente de dichos recursos. En tal sentido: FANSWORTH,
Allan. Contracts. New York: Aspen Publishers, 2004. pp. 6 y 7.
(2) La justificación moral de la promesa no descansa en la confianza que su destinatario tenga en ella, ni en los beneficios o
daños que este último puede recibir o sufrir en caso de cumplimiento o incumplimiento, respectivamente, pues los factores
descritos, esto es, confianza, beneficio y daño, pueden no presentarse. Por lo demás, su relevancia depende de justamente
del presupuesto en discusión: ¿es la promesa vinculante? Desde una perspectiva liberal, la justificación moral de la promesa
ha de ser hallada en la decisión libre de «comprometerse» a realizar una acción que facilite los proyectos del promisario y,
por tanto, que reconozca a este último como un fin en sí mismo. En tal sentido: FRIED, Charles. Contract as Promise. A
Theory of Contractual Obligation. Cambridge-London: Harvard University Press, 1981. pp. 11-13.

29 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
celebrado con error, sobre la base de una serie de a cumplir su promesa, consistente en pagar
consideraciones formales, entre las que sobresale el precio, alegando que no estuvo
nítidamente la preocupación por la «seguridad jurídica»(3), plenamente consciente de lo que hacía al
ciertos ordenamientos, entre los que se encuentra el momento de prometer.
nuestro(4), limitan notablemente la posibilidad de que el errans
se libere (a través de la acción de anulación) de la promesa En segundo lugar, las personas cometen
efectuada. errores porque no están preparadas para
descifrar la información relevante disponible
En las líneas que siguen intentaré demostrar que el criterio o, por lo menos, porque no están preparadas
adoptado por el Código Civil para permitir la anulación de los para hacer tal cosa en lapsos relativamente
contratos celebrados con error es económicamente ineficiente cortos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando X,
y moralmente reprobable. A partir de ello, sugeriré la adopción después de un arduo día de trabajo, va a un
de un criterio alternativo, el cual, por lo demás, no es extraño supermercado con la intención de comprar
al Derecho comparado. una crema de belleza que su esposa desea
usar. Ante las innumerables filas de cremas
2. Causas de las equivocaciones y otros artículos de belleza, X decide
comprar la crema A, sin entender el
Las personas se equivocan por muchas razones. He aquí significado del término «exfoliante». Una vez
algunas de ellas. En primer lugar, las personas cometen entregada la crema a su destinataria, X
errores porque no tienen información relevante disponible. recibe una extensa y minuciosa explicación
Como quiera que el acceso a dicha información es acerca del significado de los términos
generalmente costoso, las personas, dadas sus restricciones «humectante» y «exfoliante». Al día
dinerarias y temporales, normalmente no invierten lo suficiente siguiente, X devolverá el producto a primera
para adquirir la información que les permita tomar decisiones hora, alegando que confundió el tipo de
racionales y eficientes. Esto ocurre, por ejemplo, cuando X crema que deseaba adquirir.
decide comprar un terreno para construir un edificio de diez
pisos, creyendo que las normas de zonificación permiten tal En tercer lugar, las personas cometen
cosa, cuando en realidad dichas normas solo permiten construir errores sistemáticos provocados por
edificios de hasta cinco pisos. Descubierta la brecha entre la «cortocircuitos» de irracionalidad(5). Estos
realidad y la representación mental de la misma, X se negará cortocircuitos impiden que incluso en

(3) «La fórmula del Código italiano es una conquista de la legislación actual desde el punto de vista práctico, ya que tiende
a la seguridad jurídica. La seguridad del acto jurídico es un aspecto característico de nuestros días. Una sociedad en la
medida de lo posible debe buscar la estabilidad del acto jurídico y es esa la razón que ha tenido el legislador italiano
cuando exige que el acto (sic) sea conocible por el otro agente. Con esto, lo que se está buscando es limitar el área de
acción de error, de permitir que el acto jurídico en la medida de lo posible se mantenga válido y que solo se declare nulo
cuando el error ha sido cognoscible por el otro agente». Son las palabras de Max Arias-Schreiber, uno de los autores del
código vigente, en cita efectuada por Guillermo Lohmann. Veáse: Autores Varios. Código Civil Comentado. Tomo I. Lima:
Gaceta Jurídica, 2003. p. 868.
(4) El Código Civil de 1984 ha recogido sustancialmente la normatividad contenida en el Código Civil italiano de 1942 en
materia contractual. Este último cuerpo normativo consagró positivamente la denominada «teoría de la confianza»,
según la cual el errans no puede invalidar el contrato cuando la otra parte no tomó conocimiento (ni pudo hacerlo) de la
existencia del error. En nuestro caso, tal teoría ha sido consagrada en el artículo 201 del Código Civil.
(5) A pesar de que se trata de un tema controversial, es posible afirmar que la racionalidad requiere, cuando menos, la
presencia de dos factores: juicio completo y juicio transitivo. El primero supone que el agente puede identificar y valorar,
de menos a más, todas las opciones que se le presentan. El segundo supone que el agente es (lógicamente) coherente
en su elección y que, por tanto, si prefiere X sobre Y, e Y sobre Z, preferirá X sobre Z. A pesar de la existencia de un

30 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

operaciones relativamente sencillas las personas opten por desde perspectivas diferentes(7). Una vez
las alternativas que el modelo racional sugiere(6). Esto ocurre, descubierta la contradicción, X no
por ejemplo, cuando X responde de manera contradictoria reconocerá a ambas preferencias como
dos preguntas que describen el mismo problema, solo que verdaderas(8).

mainstream, es necesario reconocer que las nociones y modos de racionalidad son diversos (racionalidad por reducción,
racionalidad por comparación, racionalidad por agregación, etcétera). Dos estudios sumamente interesantes sobre la
materia se encuentran en: SEN, Amartya. Rationality and Freedom. Cambrigde-London: The Belknap Press of Harvard
University, 2002. pp. 10 y siguientes; CALVO, Raúl. Uso de Normas Jurídicas y Toma de Decisiones. Barcelona: Gedisa,
2003. pp. 43 y siguientes.
(6) El modelo neoclásico asume que los sujetos tienen información relevante, tienden a maximizar su utilidad y poseen
suficiente capacidad cognitiva para resolver problemas de optimización relativamente sencillos. Los modelos institucional
y neo-institucional han demostrado, entre otras cosas, que los sujetos no siempre tienen información relevante. Por otro
lado, dos ganadores del premio Nobel de Economía, Herbert Simon (1978) y Daniel Kahneman (2002), han demostrado
que los sujetos no actúan racionalmente. El primero, un pionero en el campo de la inteligencia artificial, descubrió,
mientras trataba de instruir a una computadora a «razonar» acerca de ciertos problemas, que los sujetos muchas veces
no tienden a maximizar sus beneficios sino simplemente a satisfacer, con soluciones imperfectas, sus necesidades. En
esta línea, en el mundo convivirían maximizers con satisficers. El segundo, por su parte, demostró (con la invalorable
participación de Amos Tversky) que las personas violan sistemáticamente los postulados básicos del modelo racional
(incluso cuando enfrentan problemas sencillos) y, lo que es más importante, que la manera de presentar los mismos
hechos o problemas influye de manera decisiva en la toma de decisiones (a pesar de que esto resulta ilógico). Una
descripción crítica de los modelos de decisión racional (self-interest model y present-aim model), así como una propuesta
alternativa a los mismos (adaptive rationality) se encuentran en: FRANK, Robert. Departures from Racional Choice: With
and Without Regret. En: The Law and Economics of Irracional Behavior. Francesco Parisi y Vernon Smith (Editores).
California: Stanford University Press, 2005. pp. 13 y siguientes.
(7) Supongamos que el país está preparándose para combatir la epidemia de una inusual enfermedad, que según cálculos
científicos matará a 600 personas. El gobierno ha propuesto dos programas alternativos para combatir dicha epidemia.
Asumamos que el estimado científico de las consecuencias de dichos programas es como sigue: (i) si el programa A es
adoptado, 200 personas serán salvadas; y, (ii) si el programa B es adoptado, existe 1/3 de probabilidad que 600 personas
sean salvadas y 2/3 de probabilidad que nadie se salve. ¿Qué programa escogería usted? Esta fue una pregunta formulada
por Amos Tversky y Daniel Kahneman a un grupo estudiantes de Psicología de Stanford y British Columbia. Los estudiantes
de estas universidades contestaron de la siguiente manera: el 72% eligió el programa A y el 28% eligió el programa B. La
misma pregunta fue formulada a otro grupo de estudiantes de esas universidades, solo que con una variante. En este caso
se les pidió a los estudiantes asumir que el estimado científico de las consecuencias de los programas preparados por el
Estado era el siguiente: (iii) si el programa C es adoptado, 400 personas morirían; y, (iv) si el programa D es adoptado,
existe 1/3 de probabilidad de que nadie muera y 2/3 de probabilidad de que 600 personas mueran. ¿Cuál fue el resultado?
El 22% eligió el programa C y el 78% eligió el programa D. Ahora bien, como se podrá advertir, no existe diferencia alguna
entre los programas A y C, ni entre los programas B y D. No obstante ello, las preferencias son contradictorias a los dictados
de la racionalidad (el programa A fue preferido por el 72%, mientras que el C por el 22%; a su turno el programa B fue
preferido por el 28%, mientras que el D por el 78%). Este experimento ha sido reproducido en diversos cursos dictados en
la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, con similares resultados. La exposición completa del experimento
y la lectura que las respuestas sugieren se encuentran en: TVERSKY, Amos y Daniel KAHNEMAN. The Framing of Decisions
and the Psychology of Choice. En: Science. Volumen CCXI, 1981. pp. 453-458.
(8) Existe un debate sumamente interesante con relación a cuál debe ser la actitud del Estado frente al problema de los
errores sistémicos causados por la conducta irracional. Algunos sostienen que el Estado debe aprobar normas que
ayuden a los individuos a superar sus errores sistémicos. Bajo esta óptima, las normas que obligan a los proveedores de
bienes y servicios a revelar más y mejor información encontrarían justificación. Otros sostienen en cambio que el Estado
debe aprobar normas que impidan a los individuos cometer los errores en cuestión. Bajo esta óptima, las normas que
prohíben las apuestas o los juegos en casinos encontrarían justificación. A pesar de que en este trabajo no me es posible
explicar con detalle las razones de mi postura, creo que en este caso no hay razón moral o económica alguna que
justifique el paternalismo estatal. En efecto, si los únicos afectados con las decisiones irracionales son los agentes que

31 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
Por supuesto que las causas descritas no son excluyentes. invalidez del contrato en cuestión. El
También es posible que los errores se expliquen en simples remedio no está, pues, en discusión. ¿Qué
actos de torpeza, tanto al razonar como al hablar o escribir(9). es lo que está en discusión? La justificación
del remedio. Veamos qué afirma al respecto
3. Dimensión psicológica y filosófica la escuela tradicional:
de las equivocaciones
«(…) en el caso de la violencia moral el
Los abogados suelen justificar la invalidez contractual por sujeto obra con su voluntad -y de ahí por
error, engaño y coacción moral alegando que en todos estos qué la manifestación sea atribuible a él, a
casos la voluntad se encuentra «viciada». Semejante visión más de material, también psicológicamente-
ha sido incluso adoptada legislativamente. Para muestra un pero encontrándose en una condición de
botón: el Título VIII del Libro Segundo del Código Civil tiene grave perturbación psíquica por efecto de
el siguiente encabezado: «vicios de la voluntad». la amenaza de un mal grave. El ‘escoge’
estipular el negocio (o estipularlo en
Desde una perspectiva psicológica y filosófica, sin embargo, determinadas condiciones), pero obra de
la explicación descrita es absurda. En efecto, incluso en el ese modo para evitar una posible
caso extremo, el de la coacción moral, no existe una sola desventura. Entre dos decisiones, ninguna
razón que sustente la idea de que el agente coaccionado de las cuales corresponde a una formación
padece un «vicio» volitivo. Para facilitar la demostración de libre de su querer, opta por aquella que le
la validez de esta afirmación, trabajemos con un ejemplo parece menos perjudicial (…)»(11).
sencillo: imaginemos que X amenaza con dispararle a Y si
es que no suscribe un contrato económicamente La cita glosada corresponde a un texto escrito
desventajoso para este último; imaginemos, además, que por Lina Bigliazzi Geri, Umberto Breccia,
ante tal situación, Y decide suscribir el contrato en cuestión Francesco D. Busnelli y Ugo Natoli. A pesar
y, por tanto, sufrir ciertas pérdidas dinerarias. de que nadie puede dudar de las condiciones
y prestigio de estos autores, uno puede
El sentido común nos dice que un contrato como el descrito preguntarse si aquellos estuvieron realmente
no debería ser protegido por el Estado(10). Los sistemas conscientes de lo que dejaron sentado por
legales suelen seguir, por lo menos en cierta medida, los escrito al justificar la invalidez del contrato
dictados del sentido común. De hecho en este caso, al amparo celebrado bajo violencia moral. En efecto, no
de cualquier sistema legal occidental, Y podría demandar la es posible entender cómo, en caso de

las toman, entonces no es aceptable la prohibición de la realización de las actividades que motivan las decisiones en
cuestión. La protección de la libertad individual, del autodeterminismo moral y de la eficiencia del mercado general es
más importante que las anomalías producidas por los errores sistémicos. Por consiguiente, la única actitud aceptable es
la propugnada por los que consideran que el Estado solo debe colaborar para que sean los propios individuos los que
eviten cometer los errores indicados. Véase al respecto: GEORGAKOPOULOS, Nicholas. Principles and Methods of
Law and Economics. Cambridge: Cambridge University Press, 2005. pp. 59 y siguientes; POSNER, Eric. Probability
Errors: Some Positive and Normative Implications for Tort and Contract Law. En: The Law and Economics of Irracional
Bahavior. Francesco Parisi y Vernon Smith (Editores). California: Stanford University Press, 2005. pp. 457 y siguientes.
(9) Esto último es lo que ocurre con el denominado «error obstativo».
(10) Es pertinente hacer notar que no toda coacción es reprobable y que existen situaciones en las cuales la coacción es
positiva para el coaccionado, al otorgarle alternativas que de otro modo no hubiera tenido. Una magnífica exposición
sobre el tema se encuentra en: BAR-GILL, Oren y Omry BEN-SHAHAR. Credible Coercion. En: Texas Law Review.
Número 83, 2004-2005. pp. 717 y siguientes.
(11) BIGLIAZZI GERI, Lina y otros. Derecho Civil. Traducido por Fernando Hinostrosa. Tomo I. Volumen II. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 1992. p. 848.

32 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

violencia moral, el agente obra con su voluntad pero al mismo forzados a tomar decisiones que de otro
tiempo «escoge» (¿opta intencionalmente o no?) una decisión modo no hubieran tomado: ¿continuarán
que no corresponde a una formación libre de su querer. Desde habitando la misma zona?, ¿tomarán
una perspectiva psicológica, la persona actúa voluntariamente préstamos para reconstruir sus casas?), del
o no. Es imposible que una decisión voluntaria no corresponda mercado (después de la devaluación del tipo
a una formación libre del querer(12). de cambio, muchos exportadores se verán
forzados a tomar decisiones que de otro
Volviendo a nuestro ejemplo, notamos que Y, sujeto modo no hubieran tomado: ¿seguirán
coaccionado, actúa de manera totalmente intencional y exportando los productos que cosechan?,
perfectamente racional, pues escoge conservar la vida, esto ¿reducirán personal?), del Estado (después
es, opta por dejar ir lo menos valioso en las circunstancias de la reducción de aranceles, muchos
dadas: el dinero(13). No existe, por consiguiente, problema empresarios industriales se verán forzados
volitivo alguno en su caso. Su decisión es informada, a tomar decisiones que de otro modo no
consciente e intencional, de modo que no puede ser hubieran tomado: ¿seguirán produciendo
considerada anómala desde el punto de vista volitivo(14). bienes localmente?, ¿se aliarán con
transnacionales para no perder sus cuotas
La escuela tradicional parte de una visión onírica de las cosas, de mercado?), del grupo social (después la
en la que brilla por su ausencia un elemento central de la crisis del partido político, muchos dirigentes
vida real: la toma de decisiones bajo presión. En efecto, en y militantes se verán forzados a tomar
la vida real todas las personas están expuestas a todo tipo decisiones que de otro modo no hubieran
de presiones, algunas evitables otras inevitables, algunas tomado: ¿expulsarán a ciertos miembros?,
aceptables otras inaceptables, etcétera. Las presiones ¿abandonarán el país?), etcétera. Todas las
provienen de todos lados: de la naturaleza (después del personas enfrentan de un modo u otro,
terremoto, muchos pobladores de la zona afectada se verán ganando o perdiendo, estas presiones. Del

(12) Probablemente la justificación propuesta por los autores indicados sea una consecuencia más de la idea generalizada
de que en el Derecho privado los problemas son meramente «técnicos». Si uno se adhiere a esa idea y parte de la
premisa que el elemento volitivo es central en materia contractual, entonces llegará por deducción lógica a negar validez
de los contratos en los que ese elemento falte, cualquiera sea el significado legalmente atribuido al mismo. Una interesante
explicación de por qué los problemas legales no son meramente «técnicos» se encuentra en: KENNEDY, Duncan. The
Political Stakes in «Merely Technical» Issues of Contract Law. En: European Review of Private Law. Número 7, 2001. pp.
7-28.
(13) Literalmente: MORSE, Stephen J. The Non-Problem of Free Will in Forensic Psychiatry and Psychology. En: Behavioral
Sciences & the Law. Número 25, 2007. p. 207.
(14) A este respecto, son ilustrativas las palabras de MACKIE: «Más difícil es el problema de la coacción y la necesidad, el de
la obligación por amenazas y peligros. En el sorprendentemente moderno ejemplo aristotélico, si un tirano tiene en su
poder al hijo o a los padres de un hombre y amenaza con torturarlos o matarlos a menos que el hombre haga algo que de
otro modo estaría muy poco dispuesto a hacer, y el hombre se aviene a la exigencia, ¿puede decirse que su acción es
intencional? La misma cuestión se nos plantea si el capitán de un buque arroja la carga al mar para evitar que la nave
zozobre en una tormenta. En cualquiera de estos casos, el agente ha de hacer frente a un cierto número, por lo general
par, de alternativas (…) El agente no escoge ni acepta intencionalmente este conjunto de alternativas: simplemente se le
imponen. Sin embargo, sí que adopta intencionalmente una alternativa antes que la otra. Sería por tanto cierto decir que
el capitán arroja intencionalmente la carga, o que el hombre hace intencionalmente lo que el tirano exige (…) Mi conclusión
es que el único tipo de obligación que hace que un acto no sea intencional es la simple compulsión o impedimento físico:
eso es lo único que hace que un acto no sea en absoluto un acto del agente en cuestión. Cualquier otra cosa como la
coacción, los peligros, la tentación y similares solo conseguirán, a lo sumo, complicar la descripción bajo cuyos parámetros
sea más relevante y menos descaminado decir que la acción es intencional». Véase: MACKIE, J. L. Ética. La invención
de lo bueno y de lo malo. Traducido por Tomás Fernández. Barcelona: Gedisa, 2000. pp. 233-235.

33 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
simple hecho de observar la vida misma podemos concluir circunstancias no hubiese tomado. Si hemos
que la existencia de presiones no impide la toma de de admitir una diferencia entre ambos casos,
decisiones por parte de las personas, ni constituye en general esa solo puede ser de carácter valorativo.
una excusa para que los actores sociales dejen de cumplir En efecto, mientras que en el primer caso el
sus compromisos. Obviamente, las personas no desean estar sentido común nos dice que el ordenamiento
sometidas a presiones externas, no desean tener que optar debe proteger a Y porque no es «justo»
entre alternativas que hubieran sido irrelevantes para ellas (moralmente inaceptable, económicamente
en caso que dichas presiones no hubiesen surgido(15); pero ineficiente, etcétera) que X lo amenace de
una vez que esas presiones se presentan, las personas las muerte física, en el segundo caso ese mismo
enfrentan y toman las decisiones que consideran más sentido común nos dice que el ordenamiento
apropiadas dadas las circunstancias. La idea de no asumir no debe proteger a Y porque no es «injusto»
responsabilidad alguna (legal, moral o social) a raíz de las (moralmente neutro, económicamente
decisiones tomadas por la necesidad de enfrentar presiones eficiente, etcétera) que X lo amenace de
externas es, desde una perspectiva sociológica, irreal. muerte comercial. Desde la perspectiva
tradicional, sin embargo, en ambos casos
Tomando toda esta consideración, volvamos una vez más a existiría un problema volitivo, una voluntad
nuestro ejemplo. ¿Qué pasaría si Y decide celebrar el contrato viciada, en tanto que la decisión de Y estaría
perjudicial, no para evitar su muerte física a manos de X, sino dirigida a evitar una «desventura mayor» y,
para evitar su muerte comercial a manos de este último? por tanto, no correspondería a una
Imaginemos que X e Y compiten en la industria P y que este «formación libre de su querer».
último tiene mejor tecnología y mayores recursos que el primero.
Imaginemos que X desea comprar el negocio de Y, pero a un Es verdad que la escuela tradicional,
precio menor que las utilidades esperadas de Y (esto es, que siguiendo el sentido común, dirá que en el
las utilidades que Y ganaría de continuar operando su negocio segundo caso la violencia moral no es causa
bajo las condiciones presentes). Imaginemos finalmente que X de anulación del contrato debido a que la
le hace saber a Y que de no concretarse la compra propuesta, amenaza no es ilegal(16). Pero es verdad
aquel invertirá una cantidad importante de recursos para reducir también que, por un mínimo de coherencia
sustancialmente el tamaño de la participación de este último en lógica, dicha escuela no negará la existencia
el mercado (lo que puede provocar su desaparición en la de un «problema volitivo».
industria P). En este escenario, ¿qué alternativa tiene Y? O
rechaza la oferta y se arriesga a dejar de operar en la industria Como indiqué, sin embargo, en ninguno de
P, o acepta la oferta y se conforma con recibir un precio menor los casos existe problema volitivo alguno. En
a las utilidades esperadas. ambos casos el sujeto entiende las
circunstancias, sopesa las alternativas que
Ahora bien, ¿en qué se diferencian ambos casos? existen y decide, esto es, actúa
Obviamente no en los aspectos estructurales de la situación, intencionalmente. No obstante ello, nuestra
pues en ambos casos X amenaza a Y, por lo que este último actitud hacia ambos casos es distinta, pues
debe tomar una decisión (la «menos perjudicial») que en otras están en juego diferentes valores morales y

(15) Siendo esto cierto, hay que notar que a veces las personas desean reducir su libertad y sus opciones debido a que solo
de esa manera pueden maximizar su utilidad (la idea de «tener menos» es «tener más» se explicaría en la tendencia de
descontar futuros beneficios y costos, no de manera exponencial -como lo sugiere el modelo racional-, sino de manera
hiperbólica). Para una detallada explicación del fenómeno: ELSTER, Jon. Ulises Desatado. Estudios sobre Racionalidad,
Precompromiso y Restricciones. Traducido por Jordi Mundó. Barcelona: Gedisa, 2002, pp. 15 y siguientes.
(16) «(…) es necesario que el mal amenazado sea injusto (…) La violencia no es injusta cuando se amenaza hacer valer un
derecho (…)». Véase: BIGLIAZZI GERI, Lina y otros. Op. cit.; Tomo I. Volumen II. p. 851.

34 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

económicos. Así, estamos de acuerdo que en el primer caso función de nuestras propias representaciones
el contrato sea inexigible y que en el segundo caso el contrato o interpretaciones de la realidad), por que,
sea exigible. La divergencia, entonces, es de carácter en suma, es natural que ello ocurra como
valorativo: condenamos una amenaza, pero aceptamos la otra. consecuencia del ejercicio del libre albedrío.
Empero, desde una perspectiva psicológica y filosófica no
existen diferencias entre ambos casos. Por lo tanto, la Como afirma Holton(19), la elección constituye
justificación de las reacciones del ordenamiento ante casos un «acto de experiencia», esto es, un acto
de violencia moral no puede ser hallada en un «vicio volitivo». en el que experimentamos el fenómeno de
Tal cosa simplemente no existe. decidir qué es lo que vamos a hacer, dadas
las circunstancias del caso. Ese acto
Lo señalado respecto de la coacción moral es, sin duda, requiere que interpretemos las situaciones,
aplicable al caso del error y del engaño. En efecto, desde una que identifiquemos las opciones disponibles
perspectiva psicológica y filosófica(17), el errans siempre actúa y que, en función de nuestras intenciones
voluntariamente, en tanto que su comportamiento es (que son el resultado de nuestras creencias
consecuencia directa de su intención de tomar la mejor opción y deseos), escojamos la opción que nos
disponible según su entendimiento o interpretación(18). El hecho parezca mejor(20). La manera como vemos
que la decisión sea tomada en función de una premisa falsa las cosas forma parte (junto a nuestras
no implica la existencia de anomalía alguna que afecte la creencias, deseos y emociones) del marco
libertad o la voluntad. El sujeto que forma un estado mental X de razones que impulsan nuestras
y que actúa conforme a dicho estado mental es un sujeto libre acciones (21) . Ahora bien, el hecho que
que obra voluntariamente. El equívoco, como no puede ser de nuestra interpretación de las situaciones sea
otra manera, es parte del juego, es parte de la experiencia (desde cierto ángulo) correcta o incorrecta,
vital de decidir. Conociendo nuestra limitación cognitiva y verdadera o falsa, no determina que nuestra
nuestra vulnerabilidad emocional, sería extraño representar al decisión sea voluntaria o involuntaria (22).
error como «algo que interfiere con nuestra libertad y nuestra Como sugiere Hume(23), si la persona actúa
voluntad». Nos equivocamos precisamente por que somos conforme a las determinaciones de sus
libres, por que podemos decidir si hacemos esto o aquello (en razones, entonces esa persona actúa

(17) El profesor Holton me hace notar, con toda razón, que existe una tendencia filosófica que sostiene que la equivocación
elimina toda posibilidad de sostener la existencia de una decisión libre. En esta línea, por ejemplo, Kant afirma que
cuando uno acepta una promesa falsa, uno no acepta libremente dicha promesa porque uno no es consciente de la
naturaleza de lo que está aceptando. Sin embargo, como el mismo profesor Holton señala, la ignorancia o equivocación
es solamente eso: ignorancia o equivocación. El hecho que define la libertad de acción descansa en la intención del
sujeto, que siempre tiene como punto de partida su entendimiento correcto o incorrecto acerca de las opciones que
puede tomar.
(18) En tal sentido: HOLTON, Richard. The Act of Choice. En: Philosophers’s Imprint. Número 3. Volumen VI, 2006. p. 7.
(19) Ibid.; p. 20.
(20) La interpretación requerida, obviamente, es compatible con la condición de ignorancia: si tuviéramos el Libro de la Vida
y supiéramos de antemano qué es lo que vamos a hacer, no experimentaríamos el fenómeno de decidir en la forma en
que lo hacemos en la vida real. Por consiguiente, la interpretación errada es solo parte del juego de la decisión libre y
voluntaria.
(21) SCHICK, Frederic. Hacer Elecciones. Una reconstrucción de la Teoría de la Decisión. Traducido por Marcela Zangaro.
Barcelona: Gedisa, 1999. p. 30.
(22) Las personas toman decisiones en función de la forma en la que interpretan las opciones que tienen. En efecto, las
interpretaciones particulares que cada uno realiza determinan que las distintas opciones se alejen o se acerquen a los
valores subjetivos propios. Tan pronto alguna opción cercana a dichos valores es percibida como la mejor, la decisión es
tomada. El papel que la interpretación de las opciones juega en la toma de decisiones es el que explica, por ejemplo, por

35 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
libremente. El pobre fundamento fáctico de las razones en instrumentos permiten satisfacer la
cuestión no resta voluntariedad a la acción. necesidad de «autorregular intereses
(disponibles) propios»(25). Un economista,
Lo indicado en las líneas precedentes me anima concluir que la por su parte, afirmaría que las personas
idea canónica de que el contrato celebrado con error debe ser celebran contratos porque estos
anulado debido a que en tal caso el errans sufre un vicio instrumentos permiten satisfacer la
volitivo(24), es una idea equivocada (por lo que debe ser anulada necesidad de reasignar los recursos
de nuestra mente). escasos a los usos alternativos más
eficientes y, por tanto, la necesidad de
Sin perjuicio de ello, ha de quedar claro que el hecho de obtener un estado de bienestar superior(26).
negar la existencia de un problema volitivo en los casos de Un filósofo moral, finalmente, afirmaría que
error, engaño o coacción moral, no implica que debamos las personas celebran contratos porque
aceptar la validez de los contratos celebrados en esas estos instrumentos permiten satisfacer la
condiciones. Si encontramos buenas razones (nivel necesidad de crear vínculos de respeto y
valorativo) para negar protección legal a esos contratos, colaboración entre los miembros de una
entonces el sistema legal debe declararlos, en alguna forma, comunidad y, por tanto, la necesidad de
inválidos o ineficaces. tratar a tales miembros como fines en sí
mismos(27).
4. Relevancia de las equivocaciones
Analicemos un ejemplo para comprobar la
¿Por qué las personas celebran contratos? Un abogado veracidad de estos últimos dos enfoques.
afirmaría que las personas celebran contratos porque estos Imaginemos que yo heredo un terreno en

qué los médicos alemanes que se ofrecieron como voluntarios para trabajar en los campos de concentración aceptaron
seleccionar a los presos que debían vivir y a los que debían morir, o por qué Macbeth decidió asesinar al Rey Duncan.
Como sabemos, los médicos de la SS no estaban inicialmente de acuerdo con el proceso de las selecciones y se
negaban a participar en la toma de decisiones. En lo que respecta a Macbeth, este siempre había odiado la traición. ¿Por
qué entonces tanto esos médicos como Macbeth acabaron seleccionando prisioneros y asesinando, respectivamente?
La respuesta tiene que ver con la interpretación de las opciones. Los médicos de la SS seguían condenando la mala
praxis, pero luego de cierto proceso mental llegaron a interpretar que los procesos de selección de los presos era una
forma de lograr la purificación de la raza. Por otro lado, Macbeth seguía despreciando la traición, pero luego de un
proceso mental llegó a interpretar que el asesinato del Rey Duncan era una forma de mostrar valentía. Como es claro, en
ambos casos los valores se mantuvieron intactos, lo que cambió fue la interpretación de la conexión entre las opciones
disponibles y los valores subjetivos involucrados. Al inicio esas opciones estaban conectadas con valores que impedían
actuar (evitar la mala praxis, no actuar cobardemente). Luego, sin embargo, esas opciones pasaron a estar conectadas
con valores que impulsaban a actuar (coadyuvar a la purificación de la raza, actuar valientemente). Para un detallado
análisis sobre los componentes de la decisión: Ibid.; pp. 55 y siguientes.
(23) Citado por Ibid.; p. 36.
(24) Esta explicación canónica puede ser hallada en cualquier texto sobre la materia. A modo de ejemplo: «(…) para ser válido
y producir, por tanto, sus efectos, el negocio jurídico debe constar no solo de una voluntad y de una manifestación, sino,
además, de una voluntad libremente emitida (sic) (…) nosotros hemos iniciado la delimitación conceptual del error
estableciendo como premisa que se trata de una divergencia inconsciente entre la voluntad interna o real y la voluntad
declarada (sic). Y ya ha quedado precisado que el error es ausencia de conocimiento, y también conocimiento equivocado.
Es conveniente precisar, entonces, que el error como vicio solo afecta a la voluntad y no a su manifestación (sic)».
Véase: VIDAL, Fernando. El Acto Jurídico en el Código Civil Peruano. Lima: Cultural Cuzco, 1989. pp. 325 y 329.
(25) En este sentido: ROPPO, Vincenzo. Il Contratto. Milano: Dott. A. Giuffrè, 2001. p. 330.
(26) En este sentido: COOTER, Robert. The Cost of Coase. En: Journal of Legal Studies. Volumen XI, 1982. pp. 17 y siguientes.
(27) En este sentido: MARKOVITS, Daniel. Contract and Colaboration. En: Yale Law Journal. Número 113, 2004. p. 1445.

36 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

alguna parte de Cuzco. Como quiera que yo ya no vivo en ese El nivel de respaldo estatal no tiene que ser,
lugar del país, es claro que tendré muy pocos incentivos para empero, absoluto. En efecto, en ciertas
explotar directamente el terreno en cuestión. Es muy probable, circunstancias la protección contractual
sin embargo, que existan muchas personas que sí tengan esos absoluta, representada por la ejecución
incentivos (pensemos en un vecino que desea sembrar maíz forzada, puede constituir una
o construir un albergue para turistas). Por tanto, si Y está «sobreprotección» y, por tanto, generar más
dispuesto a ofrecerme una suma de dinero que para mí sea costos que beneficios. En este sentido, la
«atractiva», seguramente celebraremos un contrato, pues para protección estatal requerida puede
mí será más valioso el dinero que el terreno (con el primer perfectamente limitarse a otorgar un remedio
recurso puedo pagar la deuda hipotecaria que mantengo con indemnizatorio(28).
un banco local), mientras que para Y será más valioso el terreno
que el dinero (con el primer recurso puede generar ganancias Bajo ciertas situaciones, sin embargo, el
que superen el retorno que el mercado financiero ofrece por el Estado no debe respaldar los contratos
segundo recurso). Pero no solo ambos estaremos mejor; la celebrados (cuando la transacción es ilícita,
sociedad en su conjunto también lo estará. En efecto, al pagar por ejemplo). Una de esas situaciones es la
mi deuda hipotecaría facilitaré la realización de nuevos que envuelve al error. En efecto, desde un
préstamos hipotecarios por parte del banco, compraré cosas punto de vista económico existen dos
que antes no podía comprar, etcétera. Por otro lado, al cosechar razones por las cuales los contratos
maíz u operar el albergue para turistas, Y generará nuevos celebrados con error no deben ser exigibles.
empleos, dinamizará el comercio de la zona, etcétera. Al final
del día, esa pequeña transacción contribuirá a generar riqueza La primera razón tiene que ver con los
para la sociedad y mayores ingresos (vía impositiva) para el resultados ineficientes que dichos contratos
Estado. El contrato, pues, habrá permitido que dos recursos presumiblemente producirán. En efecto, si
(terreno y dinero), tal vez asignados fortuitamente, sean yo compro una casa pensando en utilizarla
reasignados racionalmente a usos alternativos más valiosos, como establecimiento comercial y luego
generando de este modo una mejora general en la sociedad. descubro que las normas municipales
impiden llevar mis planes a cabo, la
Por otro lado, el contrato habrá permitido también que dos transacción celebrada resultará perjudicial
extraños dejen de serlo, se comprometan a colaborar para mis intereses y, por tanto, carecerá de
mutuamente para el logro de sus objetivos y, por tanto, se traten justificación económica. Veamos un ejemplo
recíprocamente como fines en sí mismos. para demostrar esto.

Habida cuenta que tanto desde la perspectiva económica Imaginemos que A es propietario de la casa
como desde la perspectiva moral los contratos generan X y que valora ese recurso en 100.
bienestar, es claro que el Estado debe respaldarlos a través Imaginemos que yo valoro esa casa en 150.
del sistema legal. De este modo, el mecanismo de control Bajo este supuesto, A estará dispuesto a
social que legitima la acción coactiva del Estado estará venderme la casa X a cualquier precio por
incentivando a que los agentes reasignen voluntariamente encima de 100, mientras que yo estaré
los recursos escasos para generar mayor eficiencia, se dispuesto a comprarla a cualquier precio por
comprometan voluntariamente con los objetivos de los demás debajo de 150. Si celebramos un contrato y
y dejen de ser extraños o indiferentes. cumplimos nuestras obligaciones, ambos

(28) El debate sobre qué remedio contractual es el más óptimo tiene larga data. Afirmando las bondades de la ejecución
forzada: SCHWARTZ, Alan. The Case for Specific Performance. En: The Yale Law Journal. Número 2. Volumen LXXXIX,
1979. pp. 271-306. Sosteniendo la posición contraria: SHAVELL, Steven. Specific Performance versus Damages for
Breach of Contract: An Economic Analysis. En: Texas Law Review. Número 4. Volumen LXXXIV, 2006. pp. 831-876.

37 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
estaremos notoriamente mejor que antes, en tanto que cada Estado aprueba una norma que niega
uno tendrá en sus manos el recurso que más valora (A valora relevancia legal al error contractual, los
más el precio, digamos 110, y yo valoré más la casa X). agentes, conscientes de que las
equivocaciones generan pérdidas,
¿Por qué valoré la casa X en 150? Básicamente por que para presumiblemente tomarán precauciones
mí esa casa era ideal para el uso alternativo o el objetivo que para no errar, lo que, en principio, será
tengo en mente: operar un restaurante. Ahora bien, ¿qué pasa saludable. Sin embargo, dada la aversión al
si descubro que no podré usar la casa X para operar un riesgo que las personas experimentan
restaurante? Inmediatamente, le asignaré un valor distinto: 75. respecto de las posibles pérdidas (30) ,
Si hubiese sabido de antemano que las normas municipales aquellas invertirán demasiado en tomar
no permitían operar restaurantes en la zona donde se precauciones, frustrando la celebración de
encuentra ubicada la casa X o, en otras palabras, si no hubiese acuerdos mutuamente beneficiosos.
cometido un error de interpretación de la situación, la Veamos un ejemplo para demostrar esto.
transacción nunca se habría llevado a cabo, pues mientras A
hubiese estado dispuesto a vender la referida casa a cualquier A, propietario de la casa X, valora ese
precio por encima de 100, yo solo hubiese estado dispuesto a recurso en 100. Yo, interesado en adquirir
comprarla a cualquier precio por debajo de 75. la casa en cuestión, la valoro en 150. Bajo
este escenario, la posibilidad de que A y yo
El descubrimiento del error genera el descubrimiento de la celebremos un contrato mutuamente
pérdida que la transacción me ocasiona (150 - 75 = 75). beneficioso es alta, pues ambos tenemos
Consciente de la situación, obviamente intentaré vender la casa un amplio margen de negociación: cualquier
X a algún agente del mercado, para retornar de este modo a número entre 101 y 149 constituirá un
la situación anterior, que era mejor que la que tengo ahora. «precio aceptable».
Sin embargo, existe un problema: el retorno a la referida
situación es, por un lado, incierto (¿quién puede asegurar que Ahora bien, ¿qué ocurre si el sistema legal
lograré reasignar el recurso a 150?); y, por otro lado, costoso establece que el error carece de toda
(intentar vender una casa es costoso en términos de tiempo y relevancia? Conscientes de que las
dinero). Se trata, por tanto, de una solución dudosa desde la equivocaciones generan pérdidas, tanto A
perspectiva de la eficiencia(29). Si la opción de emplear el como yo invertiremos dinero para obtener
mercado (para retornar a la situación más ventajosa) es poco información acerca de la mayor cantidad de
atractiva, podemos entonces pensar en otra: la intervención detalles subjetivamente relevantes de la
legal. operación (A tratará de averiguar si tengo
patrimonio suficiente, si usualmente cumplo
La segunda razón tiene que ver con las excesivas con pagar mis deudas, etcétera; mientras
precauciones que las personas tomarían para evitar cometer que yo trataré de averiguar si la casa X está
equivocaciones trascendentales en caso que dichas en buenas condiciones, si no existen vicios
equivocaciones no tuviesen relevancia legal. En efecto, si el ocultos, si no existen terceros con mejores

(29) En este sentido: SHAVELL, Steven. Foundations of Economic Analysis of Law. Cambrigde-London: The Belknap Press of
Harvard University, 2004. p. 330; KRONMAN, Anthony y Richard POSNER. The Economics of Contract Law. Boston-
Toronto: Little, Brown and Company, 1979. p. 114.
(30) En este sentido: TVERSKY, Amos y Daniel KAHNEMAN. Op. cit.; p. 456; POLINSKY, Mitchell. An Introduction to Law and
Economics. New York: Aspen Publishers, 2003. p. 57. La tendencia (natural) de las personas de sentir aversión al riesgo
cuando se trata de comprar ganancias y pérdidas, fue notada por Adam Smith casi 200 años antes que Kahneman y
Tversky formularan la teoría prospectiva del comportamiento humano. Véase: ASHRAF, Nava y otros. Adam Smith,
Behavioral Economist. En: Journal of Economic Perspectives. Número 3. Volumen XIX, 2005. p. 132.

38 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

derechos, etcétera). En ese esfuerzo, es probable que ambos Una perspectiva «conservadora» sostiene
incurramos en costos duplicados (reputación individual, por que si la promesa consiste en comprometerse
ejemplo). Asumamos que los costos individuales de tomar a colaborar con el promisario para que este
precauciones ascienden a 30. En este escenario, último logre alcanzar sus fines, el
¿celebraremos el contrato? La respuesta es negativa. En incumplimiento del promitente supondría
efecto, mientras A solo estará dispuesto a vender la casa X desconocer dichos fines y, por tanto, actuar
por cualquier precio por encima de 130, yo solo estaré en una forma que el promisario seguramente
dispuesto a comprar esa casa por cualquier precio por debajo no compartiría. Por consiguiente, no cumplir
de 120. Los costos de transacción habrán frustrado en este con lo prometido implicaría tratar al
caso la realización de una transacción mutuamente promisario, no como un fin en sí mismo, sino
beneficiosa. como un simple medio, cosa inaceptable a la
luz del imperativo categórico kantiano(33). Bajo
Para reducir los costos en cuestión y de ese modo posibilitar esta perspectiva, el contrato celebrado con
la realización de la transacción indicada, es preciso crear error tendría que ser necesariamente
incentivos que busquen la revelación de la información que cumplido (a pesar de que genere un resultado
resulta relevante para la generalidad de agentes. Uno de esos económicamente ineficiente)(34).
incentivos es, qué duda cabe, la negativa legal de otorgar
valor a los contratos celebrados con error. En efecto, si los Una perspectiva «liberal», por su parte,
contratos en cuestión carecen de protección legal, entonces sostiene que si bien la promesa consiste en
las partes interesadas en celebrar transacciones mutuamente comprometerse a colaborar con el
beneficiosas revelarán la información que resulte necesaria promisario para que este último logre
para evitar equivocaciones (relevantes) y, consecuentemente, alcanzar sus fines, el incumplimiento del
situaciones de desprotección legal de las operaciones promitente no supondría desconocer dichos
deseadas(31). fines si es que el promisario recibe los
recursos necesarios para estar en la
Analicemos ahora el asunto desde un punto de vista moral. situación en la que hubiese estado en caso
Bajo distintas consideraciones(32), es posible sostener que la de cumplimiento de la promesa(35). Bajo esta
promesa efectuada voluntariamente debe ser cumplida, a no otra perspectiva, el contrato celebrado con
ser que exista una causa (inmoralidad o imposibilidad del acto error no tendría que ser necesariamente
prometido) que justifique la ruptura por parte del promitente. cumplido.

(31) En este sentido: SHAVELL, Steven. Op. cit.; p. 331.


(32) Estas consideraciones comprenden desde la tenaz defensa de la «Fórmula de la Humanidad» (Kant) hasta la idea de
incentivar la práctica social de efectuar promesas (Rawls). Véase: CRASWELL, Richard. Contract Law, Default Rules,
and the Philosophy of Promising. En: Michigan Law Review. Número 88, 1989. pp. 489 y siguientes.
(33) En tal sentido: MARKOVITS, Daniel. Op. cit.; pp. 1445 y 1446.
(34) En tal sentido: Ibid.
(35) «Promising is a human institution -albeit a moral one- in which human beings invoke mutual trust and mutual respect to
accomplish the human purposes of one or both of them. To be sure, if the seller (or the law) simply blew the disappointed
buyer off by telling him that the gadgeteer valued his production more -as might happen by the Kaldor-Hicks test of
efficiency when only potential and not actual compensation justifies a change- then the buyer could rightly complain that
his trust has been abused, that he has been used to procure an advantage to others. But if he is in business and he is
given USUS$ 0.50 to buy the same widgets on the open market, it is no morality but magical thinking to argue that he has
some justified ground of complaint». Véase: FRIED, Charles. The Converge of Contract and Promise. En: Harvard Law
Review. Número 3. Volumen CXX, 2007. p. 802. En el mismo sentido: RAZ, Joseph. Promises in Morality and Law. En:
Harvard Law Review. Número 2. Volumen XCV, 1982. pp. 916 y siguientes.

39 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
Las promesas limitan, qué duda cabe, nuestras opciones, En ese escenario, X se pregunta si está
pues una vez que nos comprometemos a colaborar con el moralmente compelido a advertir a Y acerca
promisario, no podemos simplemente arrepentirnos y a tratar del error. Luego de reflexionar, X decide
a este último en un modo incompatible con sus proyectos. La cumplir su obligación moral. Al notar, gracias
limitación de nuestra libertad nos coloca, pues, a disposición a la acción de X, que el contrato iba a
del promisario. Sin embargo, nuestro compromiso con el generarle una pérdida grave, Y decide
promisario no puede ser absoluto. Si el cumplimiento de culminar las negociaciones. Bajo este
nuestra promesa nos coloca en una situación de peligro, es escenario, ¿tendrá X algún reclamo moral
claro que no estamos moralmente compelidos a honrar contra Y? La respuesta es clara: no. Ahora
nuestra palabra. Si por la circunstancia de peligro decidimos bien, ¿qué pasaría si X no advierte el error
no cumplir lo prometido, nos tratamos a nosotros mismos de Y? ¿Qué pasaría si luego de celebrado el
como fines y no como objetos. Por otro lado, actuando de contrato Y logra darse cuenta de su propia
esta manera no tratamos al promisario como objeto, pues equivocación? Bajo este otro escenario,
este último, compelido por el imperativo categórico, tiene que ¿sería inmoral que Y rompa su promesa si
reconocer que uno de sus fines es preservar la vida de los es que deja totalmente indemne a X? En
demás. En este sentido, nuestra abstención es compatible absoluto. Si la moral compele a socorrer a Y,
con la condición del promisario de fin en sí mismo(36). aun a costa de la frustración de la transacción
deseada y, por ende, del sacrificio de la
Siguiendo la línea trazada, pienso que el error es una excusa ganancia esperada, la moral no puede
moral válida, más aun si el promitente compensa al promisario. oponerse a que este último se socorra a sí
En efecto, a pesar de que el error no supone la existencia de mismo, más aun cuando ofrece respetar
problema volitivo alguno, es claro que aquel genera una pérdida dicha ganancia. Por consiguiente, la ruptura
al promitente. Evitar esa pérdida sin afectar al promisario no de la promesa no puede ser inmoral cuando
es algo que vaya en contra del imperativo categórico kantiano, no daña al promisario(38).
pues el promisario ha de tener en cuenta que el promitente es
también un fin en sí mismo y que, por tanto, debe poder evitar 5. Regulación local
o contrarrestar la pérdida generada por una incorrecta
interpretación de las cosas(37). Para entender la racionalidad El Código Civil establece que el error es
moral de esta excusa, imaginemos la siguiente situación: en causa de anulación del acto jurídico cuando
el curso de negociaciones bastante avanzadas, X advierte que es esencial, determinante y conocible. El error
Y está cometiendo un error serio. De mantener dicho error y es esencial cuando recae sobre aspectos de
celebrar el contrato, Y sufrirá una pérdida económica grave. la operación que el legislador considera

(36) Evidentemente, excusas como la descrita no afectan la valiosa práctica social de efectuar promesas; al contrario, la
fortalecen, pues, al saber de antemano que la moral no exige sacrificios desproporcionados, las personas no tendrán
motivos para mostrar actitudes de aversión a los compromisos morales.
(37) Sin perjuicio de esto, es interesante hacer notar que los filósofos son conscientes de que la ley no necesariamente tiene
que seguir los dictados de la moral. En materia contractual, por ejemplo, a pesar de que algunos consideran que la
moralidad de la promesa reclama el otorgamiento del remedio de la ejecución forzada ante el incumplimiento de lo
prometido, la mayoría admite que, por otro tipo de consideraciones, la ley otorgue como remedio general el indemnizatorio.
Para una visión «conservadora»: SHIFFRIN, Seana Valentine. The Divergence of Contract and Promise. En: Harvard
Law Review. Volumen CXX, 2007. pp. 709 y siguientes; MURPHY, Liam. Contract and Promise. En: Harvard Law Review.
Volumen CXX, 2007. pp. 10-18. Para una visión «liberal»: FRIED, Barbara. What’s morality got to do whit it? En: Harvard
Law Review. Volumen CXX, 2007. pp. 53-61.
(38) En tal sentido: SHAVELL. Steven. Is Breach of Contract Immoral? En: Emory Law Journal. Número 2. Volumen LVI, 2006.
p. 453.

40 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

vitales (cualidad del objeto del acto, motivo del acto, etcétera)(39). quererlo, subsidiando las actividades
El error es determinante cuando, según la apreciación general, productivas. La existencia de este subsidio
su existencia es la causa que provoca la celebración del acto. determinaba que los productores no
Finalmente, el error es conocible cuando, actuando incorporaran en el precio el total de los costos
diligentemente, la otra parte puede darse cuenta de la de producción. Esto a su turno determinaba
existencia del equívoco(40). que el nivel de demanda superase el punto
óptimo (desde una perspectiva de equilibrio)
A la luz de lo dispuesto por el código en cuestión; si (i) una y que, por tanto, la sociedad enfrentara el
parte se equivoca sobre un aspecto vital de la operación; (ii) problema de la sobreproducción.
la equivocación es la causa de la celebración del contrato; y,
(iii) pero la otra parte no puede, actuando diligentemente, Para eliminar este problema, Pigou propuso
advertir la existencia del problema, no hay acción de una fórmula sencilla: «internalizar» los
anulación. Esto significa que el contrato celebrado produce costos marginales sociales (o las
todos sus efectos y resulta respaldado por el Estado, a pesar externalidades negativas). En términos
de que no exista garantía alguna de que las partes están legales, la propuesta de Pigou consistía en
resignando los recursos a usos alternativos más eficientes(41). obligar a los agentes privados (i) a pagar
una indemnización a los terceros que
6. Pigou versus Coase asumían, sin quererlo, los «costos
marginales sociales»; o, (ii) a pagar
Arthur Cecil Pigou, fundador de la «Economía del Bienestar», impuestos especiales al Estado cuando la
contribuyó notablemente a la Economía y al Derecho, al notar, operación de la herramienta indemnizatoria
entre otras cosas, que los costos de producción no eran fuese muy costosa (debido, por ejemplo, al
normalmente cubiertos por los agentes privados. Según este alto número de víctimas). Sea por la vía
economista inglés, por diversas razones los referidos agentes indemnizatoria o por la vía impositiva, los
solo cubrían una parte de los costos de producción de los agentes privados terminarían por
bienes y servicios («costos marginales privados»). La otra parte internalizar, según Pigou, la totalidad de sus
de esos costos («costos marginales sociales») era cubierta costos de producción y por producir dentro
por la sociedad, de modo que esta última terminaba, sin de los niveles de equilibrio óptimo(42).

(39) No toda equivocación debe ser legalmente relevante. Si aceptáramos la relevancia legal de cualquier equivocación, las
personas tomarían precauciones excesivas y, por tanto, gastarían demasiado para evitar perjuicios que son de poca
importancia (error en el cálculo, error de derecho, etcétera). La idea es, pues, encontrar un punto de equilibrio, de modo
que las personas tengan incentivos para actuar eficientemente, esto es, para invertir en precauciones solo cuando ello
tenga sentido desde una perspectiva costo-beneficio («esperado», dadas las probabilidades del caso).
(40) La exigencia local de que la otra parte actúe diligentemente es curiosa, pues a la parte que se equivoca y genera todo el
problema no se le exige cuidado alguno. Muchos ordenamientos imponen el requisito de la excusabilidad del error para
impedir que la equivocación (por muy esencial y determinante que sea) provoque la anulación del contrato cuando el
errans ha estado en condiciones razonables de evitarla. Lamentablemente nuestras normas sobre error omiten incluir
esta exigencia. Sin embargo, al amparo del principio de buena fe contractual, consagrado en el artículo 1362 del Código
Civil, es perfectamente posible sostener que si el errans pudo evitar la equivocación a un costo razonable, la acción de
anulación deja de estar disponible.
(41) El código peruano contiene una norma sumamente particular, según la cual «la anulación del acto por error no da lugar
a indemnización entre las partes». No se necesita mayor reflexión para notar que dicha norma es inmoral e ineficiente.
Para una descripción de la funesta historia del artículo 207 del Código Civil de 1984: ESCOBAR, Freddy. Apuntes sobre
la responsabilidad por ineficacia contractual. En: Themis. Número 49, 2004. pp. 154 y siguientes.
(42) Véase: BLAUG, Mark. Teoría Económica en Retrospectiva. Traducido por Eduardo L. Suárez. México: Fondo de Cultura
Económica, 2001. pp. 652 y siguientes.

41 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
Ronald Coase, fundador de la «Nueva Economía mientras que la teoría de la declaración aboga
Institucional», premio Nobel de Economía (1991) y artífice por la validez del contrato bajo el argumento
del surgimiento de la escuela de pensamiento legal más de que el error representa un problema
importante de los últimos cien años (el Análisis Económico «interno» del errans y, por tanto, irrelevante
del Derecho), vio las cosas desde otra perspectiva. En un de cara al valor «seguridad jurídica». Por su
trabajo fundacional(43), este economista inglés sostuvo que parte, la teoría de la responsabilidad aboga
las externalidades negativas no eran causadas por unos por la invalidez del contrato bajo el argumento
agentes en perjuicio de la sociedad. Desde una perspectiva de que el errans debe ser «sancionado» por
causal, las externalidades en cuestión no eran otra cosa que su negligencia; mientras que la teoría de la
la consecuencia natural de aceptar la interferencia recíproca confianza aboga por la validez del contrato
de todos los actores sociales. Por tanto, al no existir un solo bajo el argumento de que la parte inocente
causante, el problema del costo social no podía ser resuelto debe ser «protegida» por su confianza(44).
imponiendo obligaciones indemnizatorias o impositivas a
determinado agente, pues este era tan causante como la Ninguna de estas teorías ha tomado en cuenta
«víctima». Para Coase, el problema del costo social debía que el error genera daños a las partes y al
solucionarse a través del otorgamiento de derechos de mercado, ni que ambos daños son irreparables.
propiedad, esto es, de derechos que permitieran excluir y, En efecto, si el contrato se anula a pedido del
por tanto, evitar las interferencias recíprocas. La errans, la otra parte sufre un daño. Si este daño
determinación de quién debía ser el titular de tales derechos es indemnizado, entonces el errans lo
dependía, según Coase, de comparar los costos y beneficios internaliza y experimenta el perjuicio. Si el
marginales de cada opción. contrato no se anula, entonces el errans sufre
un daño. Si por alguna razón ese daño es
¿Cuál es la lección que nos deja la historia del problema del indemnizado, entonces la otra parte lo
«costo (marginal) social»? Para mí, una bastante obvia: las internaliza y experimenta el perjuicio. Por otro
soluciones legales cambian radicalmente en función de la lado, la pérdida experimentada por el errans o
perspectiva (interpretación) que se tenga respecto del por la otra parte genera efectos subsecuentes
problema. Pigou creyó que el problema del costo social era que son nocivos para el mercado. Esos efectos
causado por un agente y sobre la base de ese entendimiento nocivos comprenden desde la subutilización del
(¿erróneo?) confió en un remedio determinado: imposición recurso materia del contrato hasta la necesidad
de obligaciones indemnizatorias y tributarias. Coase creyó de incurrir en costos de transacción adicionales
que el problema en cuestión era causado por la interferencia para colocar dicho recurso en manos que
recíproca de los agentes que concurren en el mercado y sobre garanticen un uso alternativo más eficiente.
la base ese entendimiento (¿erróneo?) confió en un remedio
totalmente distinto: la asignación de derechos de propiedad. Como se podrá advertir, no hay forma alguna
de escapar de la tragedia (económica)
En el caso del error, las visiones de los civilistas han sido creada por el error. Si nos dejamos guiar por
Pigouvianas. En efecto, las teorías elaboradas para justificar la las ideas tradicionales, según las cuales el
invalidez o la validez del contrato celebrado con error, descansan problema del error es unilateral («falta de
en la idea de que el problema es «unilateral» (en el sentido de voluntad», «seguridad», «culpa» y
que tiene una sola dimensión). La teoría de la voluntad, por «confianza»), nuestra visión será limitada y,
ejemplo, aboga por la invalidez del contrato bajo el argumento por tal razón, la solución que propongamos
de que el error supone la falta de consentimiento del errans; jamás logrará un estado de bienestar

(43) The Problem of the Social Cost. En: The Journal of Law and Economics. Volumen III, 1960. pp. 1 y siguientes.
(44) Para una descripción tradicional del problema del error: PIETROBON, Vittorino. El Error en la Doctrina del Negocio
Jurídico. Traducido por Mariano Alonso Pérez. Madrid: Revista de Derecho Privado, 1971. pp. 1-45.

42 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

superior. En cambio, si asumimos que el error genera un «(…) EN EL CASO DE LA


problema que al final del día afecta a todos (a las partes y al
mercado), nuestra visión será, cuando menos, completa. Con VIOLENCIA MORAL EL SUJETO
un poco de esfuerzo y apertura de mente, podremos encontrar OBRA CON SU VOLUNTAD -Y DE
una solución más justa. AHÍ POR QUÉ LA
7. Rosita Segunda MANIFESTACIÓN SEA
ATRIBUIBLE A ÉL, A MÁS DE
Supongamos que X e Y celebran un contrato de compraventa
de una vaca (Rosita Segunda). X, dedicado al negocio de
MATERIAL, TAMBIÉN
comercialización de ganado, pensaba que Rosita Segunda PSICOLÓGICAMENTE- PERO
era infértil. Por esa razón, decidió venderla a US$ 100 (precio ENCONTRÁNDOSE EN UNA
al que normalmente se venden las vacas infértiles de similares
características). Y, por su parte, no tenía idea acerca de la CONDICIÓN DE GRAVE
fertilidad o infertilidad de Rosita Segunda. El simplemente PERTURBACIÓN PSÍQUICA POR
quería comprar una vaca con fines recreativos: tener más
EFECTO DE LA AMENAZA DE UN
animales en su casa de campo. Al momento de entregar a
Rosita Segunda los ayudantes de X se percatan que aquella MAL GRAVE. EL ‘ESCOGE’
se encuentra preñada. Ante tal situación, X se arrepiente de ESTIPULAR EL NEGOCIO (O
haber celebrado el contrato y trata de encontrar argumentos
para no desprenderse de Rosita Segunda, dado que una vaca
ESTIPULARLO EN
fértil está valorada por el mercado en US$ 800. DETERMINADAS CONDICIONES),
PERO OBRA DE ESE MODO
Bajo las reglas del Código Civil peruano, ¿qué podría hacer
X? Habida cuenta que su error (esencial y determinante) no PARA EVITAR UNA POSIBLE
fue ni podía ser conocido por Y, es claro que no tendrá a su DESVENTURA. ENTRE DOS
disposición la acción de anulación. Ahora bien, ¿es aceptable
que X se encuentre obligado a entregar a Rosita Segunda
DECISIONES, NINGUNA DE LAS
por el precio pactado? CUALES CORRESPONDE A UNA
FORMACIÓN LIBRE DE SU
El problema que la pregunta planteada encierra se reduce a
lo siguiente: ¿debemos permitir que X asuma una pérdida QUERER, OPTA POR AQUELLA
inesperada y que Y obtenga una ganancia inesperada? Si QUE LE PARECE MENOS
las partes hubiesen contratado teniendo información completa PERJUDICIAL (…)»
acerca de las características de Rosita Segunda, la diferencia
entre el valor de mercado y el precio pactado sería legalmente
irrelevante, pues para las partes este último representaría
sus preferencias individuales. Como quiera, sin embargo, que ganancia de US$ 700. En efecto,
la transacción fue realizada sin que una de las partes racionalmente se puede presumir que, una
estuviese consciente de las características del bien, la vez enterado de la existencia de la diferencia
pregunta planteada cobra sentido. de precios (de mercado) de vacas fértiles e
infértiles, Y venderá a Rosita Segunda (a
Si consideramos que por seguridad jurídica o por alguna otra US$ 800) y, con parte del precio obtenido,
razón el contrato no debe anularse, entonces estaremos comprará una vaca infértil (a US$ 100).
permitiendo que Y obtenga algo que nunca buscó: una Reemplazar a Rosita Segunda generará

43 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
para Y una ganancia inesperada de US$ 700. Obviamente, de resolver el contrato sin el consentimiento de
X será quien cubra esa ganancia. X. Pero si antes de que la casa esté construida,
Y decide que no la quiere y le notifica tal cosa a
Como la situación descrita no parece satisfactoria, es más X, ¿tiene este último el derecho de incrementar
que seguro que X tratará de impedir que la misma finalmente la pérdida de Y? No en justicia. Si se produce
se produzca. ¿Pero qué podría hacer? Ante la imposibilidad una ruptura contractual como la descrita, X tiene
de anular el contrato, X venderá a Rosita Segunda a un tercero derecho a reclamar el pago de los gastos
de buena fe, procediendo a realizar la entrega respectiva. realizados hasta la fecha de la comunicación
Ante el incumplimiento doloso, Y seguramente demandará enviada por Y, más la totalidad de la ganancia
el pago de una indemnización. ¿A cuánto ascenderá la que hubiera obtenido en caso que el contrato
misma? Probablemente a no más de US$ 50, asumiendo se hubiese cumplido. X, sin embargo, no tiene
que esa cantidad representaría el mayor costo de encontrar derecho a seguir ejecutando el contrato, pues
una vaca que cumpla las funciones meramente ornamentales de este modo incurre en más gastos y, por tanto,
que Y buscaba en Rosita Segunda. agrava la responsabilidad que Y debe asumir
como consecuencia de su decisión de romper
8. Rockingham County vs. Luten el contrato. La justicia no puede amparar que
Bridge Co. X agrave, sin beneficio alguno, la pérdida de Y.

El 7 de enero de 1924, el Condado de Rockingham otorgó a La corte resolvió el caso obligando al


Luten Bridge Co. la buena pro para construir un puente en Condado de Rockingham a pagar una
una zona campestre de North Carolina. El 3 de marzo de ese indemnización por incumplimiento
mismo año, el Condado de Rockingham envió a Luten Bridge contractual. Dicha indemnización, sin
Co. una comunicación escrita en la que indicaba (i) que las embargo, solo cubrió (i) los gastos
labores de construcción del puente debían cesar de manera realizados por Luten Bridge Co. hasta la
inmediata debido a que carecía de sentido tener un puente fecha del repudio del contrato (supongamos
en una zona básicamente campestre; y, (ii) que cualquier labor 50); y, (ii) el 100% del margen de ganancia
realizada en adelante no sería retribuida. A pesar de haber de Luten Bridge Co. (supongamos 20). En
recibido la comunicación indicada, Luten Bridge Co. decidió consecuencia, el Condado de Rockingham
continuar la construcción del puente. Ante la negativa del redujo su pérdida al no tener que pagar la
Condado de Rockingham de pagar el total de la retribución totalidad de la contraprestación pactada
pactada en el contrato, Luten Bridge Co. inició un proceso (supongamos 100 = 80 por costos + 20 por
judicial. margen de ganancia).

La corte reconoció que el Condado de Rockingham no tenía 9. Cambiando las reglas de


derecho a resolver unilateralmente el contrato y que, por la anulación
consiguiente, la comunicación enviada a Luten Bridge Co.
constituía un incumplimiento contractual. No obstante ello, ¿Qué tienen en común los casos de Rosita
la corte consideró que esta última compañía no tenía Segunda y Rockingham County vs. Luten
justificación alguna para continuar con la ejecución del Bridge Co.? A pesar de que tanto X como el
contrato si es que ello incrementaba la pérdida del Condado Condado de Rockingham decidieron
de Rockingham. incumplir, es claro que ambos se
equivocaron. En efecto, X tomó la decisión
El argumento empleado por la corte en cuestión se puede resumir de vender a Rosita Segunda sobre la base
de la siguiente manejar: si X se obliga contractualmente a construir de una interpretación errónea de la realidad:
una casa para Y, este último no tiene, por supuesto, el derecho la infertilidad de la susodicha. Por su parte,

44 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

el Condado de Rockingham tomó la decisión de encargar la pérdidas cuando la estrategia elegida es la


construcción de un puente sobre la base de una interpretación del incumplimiento (47) , uno puede
errónea de la realidad: los beneficios de su uso iban a ser preguntarse por qué no es posible hacer lo
mayores a su costo de construcción(45). mismo a través de la acción de anulación.

¿Por qué el Condado de Rockingham prefirió incumplir el Hemos notado que el error siempre genera
contrato en lugar de demandar la anulación por error? una pérdida para el errans y esa pérdida
Probablemente por que hacer esto último hubiese sido más puede ser mayor o menor en función de si el
costoso y complicado, cuando no riesgoso (de hecho, bajo contrato se ejecuta o no se ejecuta. En esta
reglas como las nuestras una acción de anulación no habría línea, si garantizamos que la otra parte reciba
prosperado debido a que la equivocación no fue conocible). la ganancia que hubiese obtenido en caso
de ejecución, ¿por qué no dejamos que el
Como es obvio, los abogados pueden elegir una u otra errans anule el contrato cuando tal cosa
estrategia para que los casos de sus clientes tengan mayores reduzca su pérdida? En mi opinión, no existe
probabilidades de éxito. En los casos analizados, parece claro argumento económico o moral que justifique
que las estrategias de X y del Condado de Rockingham son una actitud negativa hacia la posibilidad de
correctas debido a que el sistema legal responde que el errans reduzca su pérdida mediante
positivamente a la idea normativa de limitar la responsabilidad la anulación del contrato. Si la otra parte
de la parte que incumple(46). Tomando en consideración esto recibe la ganancia que hubiese recibido en
último, esto es, que el sistema legal permite reducir las caso de ejecución, resulta injusto negarle al

(45) El Condado de Rockingham pudo haber considerado (erróneamente) que los pobladores de la zona iban a utilizar el
puente con bastante frecuencia, por lo que la obra sería beneficiosa en términos de agregado social.
(46) La responsabilidad contractual no puede ser ilimitada. Si queremos tener un sistema de mercado que funcione, entonces
tenemos que facilitar la celebración de contratos y asegurar la actuación oportuna de remedios apropiados ante los
supuestos de incumplimiento. ¿Qué pasaría si decidimos que los contratantes sean responsables por todos los daños
que la otra parte sufra como consecuencia del incumplimiento? Por su natural aversión al riesgo de perder, así como por
su natural falta de control de la cadena productiva y comercial, los agentes dejarían de celebrar ciertos contratos o, en el
mejor de los casos, tratarían de excluir la responsabilidad ilimitada a través de algún pacto. Obviamente, en ambos
casos el mercado quedaría afectado, pues tanto la frustración de acuerdos mutuamente beneficiosos como la concreción
de dichos acuerdos a grandes costos de negociación reducen las ganancias sociales totales. Cuando el propio mercado
demande la asunción de responsabilidad ilimitada, los agentes voluntariamente adoptarán esa fórmula. El razonamiento
es diferente si se trata, no de transacciones realizadas en el mercado, sino de accidentes. Nosotros no queremos que se
produzcan accidentes y que las personas y sus bienes queden afectados como consecuencia de la actuación imprudente
o riesgosa de los agentes. Para lograr que estos últimos tomen las precauciones adecuadas o realicen las actividades
riesgosas solo cuando el beneficio sea mayor al costo social total esperado, tenemos que obligarlos a responder, en
principio, por todos los daños que ocasionen. Si no hacemos tal cosa, los agentes que no toman precauciones adecuadas
o que realizan actividades riesgosas estarían recibiendo un subsidio (debido a que no estarían internalizando la totalidad
de sus costos). Esto, evidentemente, generaría, además de una situación inmoral, una situación de ineficiencia
(sobreproducción). Pecan de ingenuos, por tanto, quienes piensan que la responsabilidad civil debe ser «unificada»
debido a que tanto en materia contractual como en materia extracontractual aquella surge como consecuencia de la
violación de un deber («específico» en el primer caso y «genérico» en el segundo). Como resulta obvio, las ideas
dogmáticas respecto de la naturaleza jurídica de las cosas no tienen valor alguno para propósitos de política legal. La
determinación del alcance de un régimen legal de responsabilidad no puede depender de la idea «mágica» de que en
toda circunstancia es posible identificar el binomio «deber-responsabilidad», sino de la idea «impura» de lo que (en
términos económicos o morales) resulta mejor para la sociedad en términos de agregado (más contratos, menos
accidentes).
(47) En nuestro caso, el deber de mitigar los daños está contemplado en el artículo 1327 del Código Civil.

45 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
errans la posibilidad de liberarse. En un intento por defender debe poder exigir a la otra parte el pago de
el status quo se podría sostener que habida cuenta que los una indemnización que lo coloque en la
costos de transacción son bajos, las partes preferirán resolver situación que hubiese tenido en caso de no
el contrato en lugar de ejecutarlo dado que será racional y celebración del contrato (reliance). El
mutuamente beneficioso reducir la pérdida en lugar de fundamento de esta indemnización ha de ser
agravarla. En esta línea, no sería necesario modificar las reglas encontrado en la necesidad de generar un
de la anulación dado que las propias partes encontrarán la incentivo para que la otra parte evite la pérdida
alternativa más beneficiosa a través de la negociación que genera el error cuando ello sea posible
(mercado). A pesar de que el argumento es atractivo, dos hacerlo a un costo inferior al beneficio
cuestionamientos pueden ser efectuados. Primero, es posible esperado (esto es, el monto de la pérdida
que los costos de transacción sean significativos, de modo multiplicado por la probabilidad de que se
que la idea de que las partes negociarán y adoptarán un produzca el error).
acuerdo mutuamente beneficioso resulte ilusoria. Segundo,
es posible que la otra parte adopte una actitud oportunista y c) Si la otra parte no se percató del error ni pudo
sujete la liberación del errans a la división de las «ganancias» hacerlo actuando diligentemente, entonces el
(esto es, a la división del beneficio que supone reducir la errans debe pagar una indemnización a dicha
pérdida). Como quiera que esto último colocaría a la parte parte(48), de modo que esta última se encuentre
inocente en una situación más beneficiosa que la que hubiese en la situación que hubiese tenido en caso de
tenido en caso de ejecución contractual, no hay razón alguna ejecución del contrato (expectancy)(49).
para legalizar el riesgo del comportamiento oportunista. Por
lo expuesto, creo firmemente que para evitar los efectos d) El errans no debe poder anular el contrato
nocivos del error, las reglas de anulación adoptadas por el cuando su equivocación tenga la condición de
Código Civil deben ser modificadas. inexcusable (esto es, cuando haya podido evitar
el error tomando precauciones razonables o,
A continuación, resumo las líneas básicas de una regulación en términos económicos, eficientes). Del mismo
más justa: modo, el errans no debe poder anular el
contrato si los daños que la otra parte sufre no
a) El errans debe poder anular el contrato al margen de si la pueden ser reparados con dinero(50).
otra parte se percató o no del error (o de si pudo hacerlo o no
actuando diligentemente). La aplicación de estas reglas presumiblemente
generará el siguiente escenario:
b) Si la otra parte se percató del error (o si pudo hacerlo actuando
diligentemente), entonces el errans no debe pagar a) Las partes tendrán incentivos para tomar
indemnización alguna a dicha parte. Por el contrario, el errans precauciones razonables a fin de evitar la

(48) Con esta regla, el errans ya no tendría que probar que la otra parte conoció o pudo conocer la equivocación. Más bien
esta última tendría que probar que la anulación del contrato daña sus intereses. Este cambio en la carga de la prueba no
debe ser considerado nocivo, pues, en términos generales, es más fácil probar la existencia de daños propios que la
posibilidad de que otro note la equivocación actuando razonablemente. En esta línea, el hecho que la parte inocente no
logre probar la existencia de daños no debe ser causa de preocupación, ya que probablemente ese hecho se deba a que
simplemente la anulación no genera perjuicio alguno a la parte en cuestión. De todos modos, es posible establecer una
serie de presunciones legales que auxilien a la parte inocente en la tarea de probar la existencia de daños. Así, podemos
presumir que la ganancia que la otra parte hubiese obtenido ascendía, cuando menos, al monto que dicha parte invirtió
en los actos preparatorios del cumplimiento frustrado por la anulación.
(49) En esta situación, el derecho contractual de la parte inocente resulta protegido por una regla de responsabilidad.
(50) En esta situación, el derecho contractual de la parte inocente resulta protegido por una regla de propiedad.

46 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


El error en los contratos (justificaciones impuras para la modificación
de las reglas de anulación)

existencia de errores. Si el criterio de diligencia es Una segunda variable que el errans


correctamente empleado (51), entonces solo el least-cost considerará es la comparación entre el
avoider internalizará la pérdida(52). resultado esperado de disminuir su pérdida
a través de un proceso judicial y el resultado
b) Si el error pudo ser evitado solo por el errans, entonces esperado de hacer lo mismo a través del
este último internalizará la pérdida si, dados los siguientes mercado. Si los siguientes números son
números(53), no toma un nivel de precaución moderado: ciertos, el errans tendrá otro buen motivo
anular el contrato:
N/P C/P P/E P/EE CST
Ninguno 0 20% 20 20 Proceso Judicial (beneficio esperado =
Leve 4 12% 12 16 reducción de la pérdida):
Moderado 6 8% 8 14
Alto 12 6% 6 18 Costo de litigar + [80% anular y pagar una
indemnización de 100 + 20% no anular y
Donde: N/P = nivel de precaución, C/P = costo de precaución, absorber la pérdida de 300(54)]
P/E = probabilidad del error, P/EE = pérdida esperada del
error y CST = costo social total.
«TODAS LAS PERSONAS
Si el error pudo ser evitado por el errans o por la otra parte, ENFRENTAN DE UN MODO U
entonces esta última internalizará los efectos negativos de la OTRO, GANANDO O
anulación del contrato si, dados los siguientes números, no
toma el nivel de precaución leve. PERDIENDO, ESTAS
N/P C/P P/E P/EE CST
PRESIONES. DEL SIMPLE
Ninguno 0 20% 20 20
HECHO DE OBSERVAR LA VIDA
Leve 5 7% 7 12 MISMA PODEMOS CONCLUIR
Moderado 9 6% 9 15
Alto 13 5% 13 18 QUE LA EXISTENCIA DE
PRESIONES NO IMPIDE LA
c) Si el errans actúa diligentemente (esto es, si toma el nivel
de precauciones adecuado) y a pesar de ello se equivoca, TOMA DE DECISIONES POR
entonces aquel anulará el contrato cuando eso tenga sentido. PARTE DE LAS PERSONAS, NI
Asumiendo que la otra parte tiene derecho al pago de una
indemnización, una primera variable que el errans considerará CONSTITUYE EN GENERAL UNA
es la comparación entre la referida indemnización y la pérdida EXCUSA PARA QUE LOS
que la ejecución del contrato ha de ocasionarle. Si aquella
(asumamos 100) es menor que esta última (asumamos 300), ACTORES SOCIALES DEJEN DE
entonces el errans tendrá un bueno motivo anular el contrato. CUMPLIR SUS COMPROMISOS».

(51) Lo que ocurre cuando se asigna apropiadamente el nivel de precaución requerida en función del costo y el beneficio
esperado (que es el resultado de multiplicar la magnitud del beneficio con la probabilidad de que el mismo ocurra).
(52) El criterio del least-cost avoider solo es aplicable cuando la pérdida puede ser evitada por cualquiera de los agentes
(causante-victima, etcétera).
(53) Estos números han sido arbitrariamente asignados. En cada caso, habrá que determinar, usando la data disponible y, de
ser el caso, aplicando simples pruebas de simulación, los factores de la fórmula.

47 ius et veritas
Freddy Escobar Rozas
100 + [80% (100) + 20% (300)] por tanto, de una propuesta «impura», extraña a los dictados
100 + [80 + 60] de la lógica deductiva que, para bien o para mal, Leibniz nos
100 + 140 = 240 regaló al redactar el Codex Leopoldus.

Mercado (beneficio esperado = reducción de Probablemente, la propuesta en cuestión no sea siquiera


la pérdida): sopesada por el mainstream local. Desde ya anticipo que los
defensores del Código Civil dirán que se trata de una
Costo de vender + [20% vender a un precio propuesta que traiciona la cultura jurídica peruana (¿?),
más alto y solo perder 100 + 80% vender al mientras que los defensores del método dogmático, algo
precio que pagué y perder 300] familiarizados con el lenguaje de la globalización, dirán que
60 + [20% (100) + 80% (300)] se trata de un legal transplant.
60 + [20 + 240]
60 + 260 = 320 En otro trabajo (56) he explicado cómo el Bürgerliches
Gesetzbuch (BGB) permite que el errans anule su
d) El errans siempre tendrá disponible la declaración negocial al margen de si la otra parte conoció
alternativa de la negociación. Es razonable o pudo conocer la existencia de la equivocación.
suponer que solo acudiría a la acción de
anulación del contrato cuando la Para poner las cosas más difíciles a los defensores del status
negociación no pueda llevarse a cabo quo, ofrezco ahora una traducción libre de la Sección 122
(debido a sus altos costos) o cuando falle del BGB:
(debido al comportamiento oportunista de la «(1) Si una declaración es nula bajo la sección 118 [falta de
otra parte)(55). La facultad legal de anular el seriedad], o anulable bajo las secciones 119 [error] y 120
contrato servirá como remedio residual ante [transmisión incorrecta], la persona declarante debe, si la
una falla del mercado. declaración fue hecha a otra persona, pagar una
indemnización a esta última (…) por los daños que sufra como
10. Palabras finales consecuencia de haber confiado en la validez de la
declaración, pero sin exceder el monto total del interés que
La propuesta descrita en líneas precedentes tenga en la validez de la declaración.
tiene una orientación muy clara, que
responde, como no puede ser de otra (2) El deber de pagar la indemnización no será exigible si la
manera, a una visión propia (¿errónea?) parte dañada conocía la razón de la nulidad o de la
sobre el rol que el sistema legal debe cumplir anulabilidad o si no conoció dicha razón como consecuencia
dentro de un modelo político liberal. Se trata, de su actuar negligente».

(54) Este porcentaje arbitrario representa la probabilidad de perder el proceso por error o corrupción judicial.
(55) En tal sentido: AYRES, Ian y Eric RASMUSEN. Mutual and Unilateral Mistake in Contract Law. En: Journal of Legal
Studies. Número 22, 1993. pp. 309 y siguientes.
(56) Véase nota (41).

48 ius la revista, nº 35, Tu referente jurídico


Las cláusulas generales de contratación y
el control de las cláusulas abusivas
Carlos Cárdenas Quirós
Abogado. Profesor de Derecho Civil en
la Pontificia Universidad Católica del
Perú y en la Universidad de Urna.

1. HUMANIZACIÓN DEL CONTRATO. y cumple bajo el signo de la libertad. Si los dos contra-
tantes no están en igualdad de fuerzas, el más potente
Se asume que sobre la base de la autonomía encuentra en el contrato una victoria sumamente fácil.
privada expresada a través de la libertad contractual o Impulsado por el interés, que es el móvil más frecuente
de configuración (posibilidad de fijar los términos y de las acciones humanas, sacrifica el bien ajeno para su
condiciones de un contrato) y la libertad de contratar propia satisfacción>><3>.
(posibilidad de decidir si se contrata o no y con quién), El principio de la autonomía privada ha sido
las partes generalmente acuerdan con plena libertad los cuestionado como medio idóneo para la realización de
términos de un contrato<!). la justicia. Sin embargo, puede reconocerse con Jordano
El principio de la autonomía privada no ha Fraga que: «No se trata tanto de que haga crisis la
sido nunca absoluto. Ni siquiera en Francia, que lo autonomía de la voluntad (que sigue siendo idea central
consagró legislativamente en el artículo 1134 de su del Derecho privado) cuanto el modo en que se conce-
Código Civil, se ha aplicado irrestrictamente. Por ello, bía sobre la base de los prejuicios liberales»<4>.
Federico de Castro y Bravo sostiene con razón la exis- Ahora bien, el ordenamiento jurídico tiene sen-
tencia de límites inmanentes o intrínsecos de la au tono- tido solamente como cauce a través del cual la persona
mía de la voluntad<2>. puede realizar sus ideales, intereses, fines y aspiracio-
Ripcrt afirma que «el error del liberalismo en nes. En ese marco, el contrato aparece como uno de los
su doctrina misma es decir que todo contrato se forma medios de realización de la persona en la vida social<5>.

(1) Messineo diferencia con claridad la libertad contractual de la libertad de contratar al explicar que: «Mientras el término antitético de la
libertad contractual es la preparación unilateral de cláusulas, o la sujeción de las partes a las normas legales imperativas (o a las normas
corporativas), o bien la prohibición de concluir contratos innominados, cuando se quieran realizar intereses no merecedores de tutela, o bien
aun la prohibición de recurrir a la autodisciplina, fuera de los casos admitidos por la ley, el término antitético de la libertad de contratar-es
sólo la obligación de contratar(...) Libertad de contratar es, pues, la libertad de estipular o no estipular: el contrato es un acuerdo y, por tanto,
algo a que uno no puede ser obligado; es 'ley entre las partes', pero sólo después que ha sido estipulado. Por! o tanto, la libertad de contratar
se explica ya con la mayor amplitud en todo el campo contractual; y es la regla: donde ella no obre y donde falte la espontaneidad del actuar
de las partes, queda excluida la figura del contrato». MESSINEO, Francesco. Doctrina general del contrato. Tomo l. Ediciones Jurídicas
Europa-América, Buenos Aires, 1986, págs. 18-19.

(2) DE CASTRO Y BRAVO, Federico. Las condiciones generales de los contratos y la eficacia de las leyes. Civitas, Madrid, 1985, pág.62. Cfr.
También del mismo autor: «Notas sobre las limitaciones intrínsecas de la autonomía de la voluntad>>. En: Anuario de Derecho Civil, Madrid,
1982, págs. 987 y SS.

(3) RIPERT, Georges. El régimen democrático y el Derecho Civil moderno. José M. Cajica Jr., México, 1951, pág. 148.

(4) JORDANO FRAGA, Francisco. La responsabilidad contractual. Civitas, Madrid, 1987, pág. 323.

(5) Cfr. DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos del Derecho patrimonial. Volumen l. Civitas, Madrid, 1993, pág. 126.

rus ET VERITAS No. 13 19


En opinión de Santos Briz, «el enfoque de lo contratos-tipo, los contratos normativos, etc.
social dentro del Derecho de Obligaciones en general En estas circunstancias, como expresan Stiglitz
ha de partir de una visión del Derecho fundamental- y Stiglitz, el principio de la libertad contractual, funda-
mente personalista (lo cual no quiere decir en modo do en la igualdad formal de los individuos, «... si bien
alguno individualista), en la cual la conciliación y ar- reconocía a todos idéntico poder jurídico, consentía a la
monía de los fines individuales y sociales se realice émpresa, económicamente más potente, determinar
sobre la base del reconocimiento, el respeto y el rango unilateralmente, en su propio beneficio, el contenido y las
preferente que en la jerarquía de los valores corresponde circunstancias del negocio. Con ello, perseguir en modo
a la persona humana>>c6>. 1egítimo' sus intereses y desviar hacia el público el mayor
Por todo ello, si bien la persona está en aptitud número posible de riesgos, pero siempre dentro de límites
de realizar sus aspiraciones, objetivos e intereses a compatibles con aquellas leyes del mercado>>c9>.
través de la contratación, debe hacerlo necesariamente
en armonía con las aspiraciones, objetivos e intereses de 3. LAS CLÁUSULAS GENERALES DE CONTRA-
los otros. TACIÓN Y SU REGULACIÓN EN EL PERÚ.
Dentro de esta perspectiva, el contrato se con-
vierte en un medio de cooperación social y se produce No obstante que para designar a la figura es
lo que cabe calificar como la «humanización del contra- correcto referirse indistintamente a «cláusulas», «con-
to>>. Ello implica concebir el contrato como un medio diciones>> o «estipulaciones generales de contratación>>,
integrador, armonizador, cooperador de las relaciones encontrándose más difundido el uso del vocablo «con-
sociales, no como vehículo de explotación, de imposi- diciones>>, resulta preferible utilizar la expresión «cláu-
ción, de abuso, de una parte sobre otra. sulas>>, a fin de evitar los inconvenientes de la polisemia,
A este respecto, afirma con acierto Wayar que esto es, la pluralidad de significados que se atribuye a la
«el contrato cumple una función social. Más aun, es un palabra «condiciones>>.
instrumento para la cooperación social, de tal suerte Las cláusulas generales de contratación son
que no puede servir de medio para la satisfacción de disposiciones generales y abstractas que integrarán la
intereses egoístas o puramente individuales, cuando oferta de una serie indefinida de contra tos indi vid uales
con ello se vulnere el interés social>P>. Por su parte, y que adquirirán fuerza vinculante sólo una vez cele-
Mosset Iturraspe sostiene que «el contrato no puede ser brados los correspondientes contratos.
el reino del egoísmo, del puro interés individual, sin El Código Civil del Perú de 1984 se ocupa
poner en grave riesgo el bien común y la paz social>>cs>. específicamente de la materia en sus artículos 1392 a
1401.
2. LA CONTRATACIÓN EN MASA. Dichas normas se encuentran incluidas en
el Título II -El consentimiento- de la Sección
El capitalismo y el desarrollo económico y Primera -Contra tos en general- del Libro VII -Fuentes
social que trajo consigo dieron lugar a la formación de de las obligaciones- del Código. Sus fuentes legislativas
la gran empresa y con ella al surgimiento de modalida- inmediatas de inspiración fueron, fundamentalmente,
des de contratación acordes con el gran movimiento el Proyecto de Código Civil holandés y el Código Civil
comercial de nuestros días y con el poder económico de italiano.
los empresarios. Aparece así, para facilitar el comercio Dos de los artículos citados, el 1398 y el 1399,
de bienes y servicios a gran escala, la denominada han sido objeto de modificación, como resultado de lo
contratación en masa, traducida en la existencia de establecido por la Primera Disposición Modificatoria
figuras como los contratos de hecho, los celebrados por del Código Procesal Civil que entró en vigencia el28 de
adhesión, las cláusulas generales de contratación, los julio de 1993.

(6) SANTOS BRIZ, Jaime. La contratación privada. Montecorvo, Madrid, 1966, pág. 32.

(7) WAYAR, Ernesto C. Compraventa y permuta. Astrea, Buenos Aires, 1986, pág. 514.

(8) MOSSET ITURRASPE, Jorge. Justicia contractual. Ed.iar, Buenos Aires, 1977, pág. 79.

(9) STIGLITZ, Rubén S. y STIGLITZ, Gabriel A. Contratos por adhesión, cláusulas abusivas y protección al consumidor. Depalma, Buenos Aires,
1985, pág. 2.

20
3.1. Definición. de las cláusulas generales de contra- Dado que las CGC se incorporan a la oferta, de
tación. modo que la aceptación de ésta comprende la de las
CGC, su naturaleza es puramente contractual, por lo
El Código Civil define las cláusulas generales que cabe afirmar que el Código Civil peruano ha segui-
de contratación (en adelante CGC), como «aquellas do ese planteamiento y no el que estima que tienen
redactadas previa y unilateralmente por una persona o naturaleza normativa.
entidad, en forma general y abstracta, con el objeto de
fijar el contenido normativo de una serie indefinida de 3.2. CGC aprobadas o no aprobadas administrati-
futuros contratos particulares, con elementos propios vamente.
de ellos» (artículo 1392).
El Código Civil distingue dos tipos de CGC,
sobre la base de haber sido o no objeto de aprobación
administrativa, lo que importa la existencia, en aquellos
casos, de un control de naturaleza preventiva, el que sin
embargo no es obligatorio, salvo en el caso previsto por
es posible ni conveniente
~~No el artículo 1394. Se trata, naturalmente, de cláusulas
privadas en ambos supuestos.
otorgar a los empresarios un a) Las CGC aprobadas administrativamente:
Éstas se incorporan automáticamente a todas
poder ilimitado para prerredactar las ofertas que se formulen para contratar con arreglo a
a su total y libre arbitrio el ellas (artículo 1393).
Como señala Manuel de la Puente y Lavalle,
contenido de un contrato'' «este artículo descansa en dos consideraciones. La pri-
mera es que el predisponen te que somete las cláusulas
generales que ha redactado a la aprobación administra-
tiva, está dispuesto a que éstas sean revisadas a fin de
comprobar su idoneidad para regular todos los contra-
tos que celebre a base de ellas. Esta idoneidad se mani-
fiesta, a su vez, en dos aspectos; su aptitud para regular
La definición comprende los rasgos funda- un tráfico de masas, con clientes anónimos cuyas nece-
mentales que caracterizan a las CGC. Así, la predispo- sidades, consideradas como las necesidades de una
sición o preformulación, que supone su redacción pre- generalidad de terceros, deben ser satisfechas adecua-
via y unilateral por una persona o entidad, no necesa- damente; y su equidad, en el sentido que se encuentran
riamente por el estipulan te mismo, si bien éste asume la debidamente protegidos los derechos de ambas partes,
responsabilidad de la preformulación. La generalidad, especialmente los de los consumidores.
en cuanto las CGC se formulan sin tener relación con un Se supone que las autoridades administrativas,
contratante específico. La abstracción, pues las CGC conocedoras de las actividades que van a ser reguladas
son diseñadas de forma independiente, sin tener en por las CGC, están en aptitud de velar por estos dos
cuenta una relación jurídica específica. Y la uniformi- aspectos. Se alcanza así paralelamente la rapidez del
dad, en tanto las CGC serán comunes a una serie tráfico y la eliminación del abuso.
indefinida de contratos particulares. La segunda consideración consiste en que las
El Código ha omitido considerar la CG, después de haber sido depuradas para merecer la
inmutabilidad como característica inherente a las CGC aprobación administrativa, son convenientes para re-
y, como se verá más adelante, ello sucede porque gular los contratos particulares que desea celebrarse a
admite la posibilidad de que determinadas cláusulas base de ellas, por lo cual se incorporan a las ofertas que
no se aplicarán a un contrato particular (artículos 1395 se formulen para celebrar tales contratos»00>.
y 1400). El Poder Ejecutivo debe señalar la provisión de

(10) DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil. Biblioteca
para leer el Código Civil. Volúmen XI. Primera parte. Tomo III. Pontificia Universidad Católica del Perú. Fondo Editorial. Lima, 1991,
págs. 148-149.

IUS Ef VERITAS No. 13 21


bienes y servicios que deben ser contratados con arre- de dichas cláusulas y destruir la eficacia de este tipo de
glo a CGC aprobadas por la autoridad administrativa contratación. En efecto, si se admite la posibilidad de
(artículo 1394). suprimir la inclusión de algunas cláusulas, por común
Hasta la fecha no se ha dictado norma alguna acuerdo entre las partes, se está abriendo la puerta para
indicando cuáles son esos bienes y servicios. negociar cualesquiera de las cláusulas, con lo cual la
Sí lo contemplaba, en cambio, el Proyecto de agilidad de la contratación masiva, que descansa preci-
Ley de Protección al Consumidor elaborado en 1989 samente en la aceptación o rechazo íntegro de las CGC,
por una comisión designada por el Ministerio de Justi- sin admitir la discusión de las mismas, se vería destruida
cia. En efecto, su artículo 31 establecía la obligatoriedad por completo»0 n.
de la contratación sobre la base de CGC aprobadas Adicionalmente, no parece tener sentido la
administrativamente, para el suministro o prestación aprobación administrativa, con los propósitos señala-
de los siguientes servicios: dos al comentar el artículo 1393, y que permite la
a) Productos que se expenden en supermercados y incorporación automática de lasCGC a todas las ofertas
grandes almacenes de venta de mercaderías al por que se formulen para contratar con arreglo a ellas, si
menor. resulta factible dejar de lado algunas por acuerdo de las
b) Agua. partes, aun en el caso del artículo 1394.
e) Teléfono, télex y facsímil. Todo ello conduce a reconocer que tiene razón
d) Energía eléctrica. el autor citado<12), cuando agrega que «la recta com-
e) Combustibles. prensión del artículo 1395 lleva a considerar que su
f) Operaciones b(lncarias. aplicación determina que un contrato que debía cele-
g) Transporte público de pasajeros, carga y correspon- brarse con arreglo a CGC aprobadas adminis-
dencia. trativamente se convierta en un contrato paritario, desde
En el mismo artículo se señalaba que por De- que si las partes pueden convenir que determinadas
creto Supremo podían modificarse los bienes y servi- cláusulas (teóricamente pueden ser todas) no se in-
cios que figuraban en la lista precedente. corporen a la oferta, es que están admitiendo que las
El Decreto Legislativo No. 716 sobre protección cláusulas que sí se incorporan lo hacen por voluntad de
al consumidor de 7 de noviembre de 1991 no se pronun- ellas (las partes) al no excluirlas».
cia sobre el asunto. En este tipo de CGC, la obligación de pago a
No obstante lo establecido en el artículo 1393, cargo del cliente se genera de pleno derecho con el
las partes pueden convenir en que determinadas cláu- consumo del bien o la utilización del servicio, aun
sulas no se incorporen a la oferta en el contrato particu- cuando no haya formalizado el contrato o sea incapaz
lar que ellas celebran (artículo 1395). (artículo 1396).
Se sostiene que esta regla está inspirada en el Se expresa en la exposición de motivos de este
principio de la autonomía de la voluntad y en el hecho artículo que «ocurre con frecuencia que el usuario de un
de que, no siendo las CGC de orden público, es factible servicio público lo emplea sin conocer la tarifa existente
el pacto en contrario respecto de ellas. y puede también suceder que el usuario sea un incapaz
Empero, si se afirma la inmutabilidad como un absoluto. Como no se puede desconocer que en los
rasgo característico de las CGC, lo establecido en el servicios masivos la voluntad juega un rol peculiar y
artículo 1395 aparece como manifiestamente que los usuarios adquieren la obligación como conse-
discordante. De acuerdo con la inmutabilidad, las CGC cuencia de su conducta, y como tampoco la situación de
constituyen un todo único e irrevisable, por lo que su los incapaces puede ser ignorada, el artículo 1396 se ha
modificación está totalmente descartada. puesto en lo que doctrinariamente se conoce como
En este orden de ideas, resulta correcto afirmar 'contrato de hecho o conducta social típica', partiendo
que «permitir a las partes convenir la no incorporación siempre de la premisa que se trata de contratos ofreci-
de determinadasCG en la oferta de un contrato celebra- dos con arreglo a CGC aprobadas por la autoridad
do con arreglo a ellas, como lo hace el artículo 1395 del administrativa>>.
Código Civil, es precisamente negar la inmutabilidad b) Las CGC no aprobadas administrativamente:

(11) lbidcm, pág.163.

(12) lbidcm, pág.164.

22
Se incorporan a la oferta de un contrato parti- que estén a su alcance para concretar ese conocimiento.
cular cuando sean conocidas por la otra parte o haya La violación de esa carga de diligencia, por no haber
podido conocerlas usando una diligencia ordinaria obrado con la diligencia ordinaria requerida, determi-
(artículo 1397, primer párrafo). nará que opere la consecuencia prevista en el primer
Si las CGC han sido puestas en conocimiento párrafo del artículo 1397.
del público mediante su adecuada publicidad, se pre- En cuanto al segundo párrafo del artículo en
sume que la contraparte las ha conocido (artículo 1397, cuestión, la presunción que recoge, de acuerdo con la
segundo párrafo). exposición de motivos del Código Civil, es una iuris et
El conocimiento por la contraparte de las CGC, de iure, «pues el hecho de la divulgación así lo sugiere».
en el caso previsto por el primer párrafo del artículo De la Puente y La valle, por fundadas conside-
1397 puede producirse de alguna de las maneras si- raciones, es de opinión contraria04 >. Así, señala en pri-
guíen tes<13>: mer lugar que las presunciones absolutas o iuris et de
Cuando figuran en el mismo texto de la oferta iure no son admitidas en el Derecho moderno, por
o en un documento adjunto a ella. considerarse que antes que auténticas normas jurídicas,
Cuando se indica al cliente dónde están redac- son ficciones legales.
tadas las CG con arreglo a las cuales se va a celebrar el Agrega que, aun admitiendo la distinción entre
contrato y el cliente tiene efectivo acceso a ellas. las presunciones iuris tantum y iuris et de iure, las pri-
Cuando el predisponen te y la contraparte han meras constituyen la regla y corresponde a la ley esta-
celebrado anteriormente contratos con arreglo a las blecer que la prueba en contrario está prohibida u otra
mismas CG y conste inequívocamente del nuevo con- fórmula similar para que la presunción iuris et de iure, que
trato que se quiere someterlo a estas cláusulas. es la excepción, opere.
Cuando las CG que rijan determinadas opera- Indica a continuación que el artículo 1397 no
ciones mercantiles han llegado a ser usos del comercio, señala nada al respecto, por lo que puede entenderse
es decir, derecho consuetudinario con valor de fuente que se trata de una presunción iuris tantum.
del Derecho. Finalmente, explica que «responde al sentido
La parte final del primer párrafo del artículo del artículo que si, pese a la adecuada publicidad dada
1397 que se refiere a la posibilidad de conocimiento de por el predisponente a sus CGC, el cliente acredita que
las CGC por la contraparte usando de una diligencia no pudo conocerlas (estadía en el extranjero, enferme-
ordinaria, impone a dicha contraparte una carga de dad, etc.), dichas cláusulas no se incorporan a la oferta
diligencia que es correlativa a la carga de conocibilidad de su contrato particular. No debe olvidarse que nos
del predisponente. encontramos frente a CG no aprobadas administra-
Al predisponen te le corresponde difundir ade- tivamente, para las cuales rige la regla de que el cono-
cuadamente sus CGC, de modo que se tenga noticia de cimiento determina la incorporación>>.
su existencia, y hacerlas conocer específicamente a la
contraparte, permitiéndole su acceso a ellas. 3.3. Invalidez de estipulaciones.
No debe perderse de vista que constituye dere-
cho de los consumidores recibir de los proveedores El artículo 1398 sanciona con invalidez deter-
toda la información necesaria para tomar una decisión minadas estipulaciones contenidas en los contratos ce-
o realizar una elección adecuadamente informada en la lebrados por adhesión y en las CGC no aprobadas
adquisición de productos o servicios. Asílo establece el administrativamente, que se estiman vejatorias.
Decreto Legislativo No. 716 sobre protección al consu- El artículo señala que no son válidas las estipu-
midor en su artículo 5, inciso 6. laciones que establecen en favor de quien las ha redac-
A la contraparte, en cambio, le corresponde tado:
conocer las CGC usando de una diligencia ordinaria. Exoneraciones o limitaciones de responsabili-
Esto significa, por ejemplo, que si las CGC se encuen- dad:
tran a su disposición porque el predisponente le ha Facultades de suspender la ejecución del con-
brindado acceso a ellas, debe realizar todos los actos trato, rescindido o resolverlo.

(13) SANTOS BRIZ, Jaime. Citado por: DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. Op.cit., págs. 183-184.

(14) DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. Op.cit., págs. 191-192.

IUS ETVERITAS No. 13 23


Facultades de prohibir a la otra parte el derecho traer como consecuencia la ineficacia de las estipulacio-
de oponer excepciones. nes impuestas por la parte fuerte en esta negociación»05>.
Facultades de prorrogar o renovar tácitamente Y concluye sosteniendo que «en realidad, los
el contrato. artículos 1398, 1399 y 1401 del Código Civil deberían
Como puede apreciarse, la enumeración es regir para todos aquellos casos en que existe un
notoriamente incompleta y por la redacción del artículo desequilibrio evidente entre las partes durante la nego-
debe ser considerada taxativa, si bien, por supuesto, no ciación contractual».
está excluida la interpretación extensiva. Sí lo está, en Precisa mencionarse que el texto original del
cambio, la aplicación analógica, en concordancia con el artículo 1398 también consideraba vejatoria la estipula-
artículo IV del Código Civil, según el cual, «la ley que ción que fijaba cláusulas compromisorias y
establece excepciones o restringe derechos no se aplica sometimiento a arbitraje. Esta indicación ha sido supri-
por analogía». mida con la modificación introducida por la Primera
Disposición Modificatoria del Código Procesal Civil.
La supresión es inconveniente si se considera
que constituye un derecho fundamental de la persona
el acceso al juez natural, lo que significa que, en princi-
pio, la solución de las controversias corresponde a los
jueces y tribunales comunes. El arbitraje tiene como
efecto sustraer el asunto controvertido del conocimien-
to del órgano jurisdiccional del Estado.
El propósito de la modificación posiblemente
ha sido el de alentar los arbitrajes, pero ello no debe
procurarse a cualquier costo.
Si el sometimiento al arbitraje resulta de una
manifestación libre, reflexiva y consciente, en el marco
de un equilibrio negocial de las partes, no hay ningún
inconveniente. Empero, no puede descartarse la impo-
sición de esa vía, en el caso de las CGC, para beneficio
del predisponente, quien estará en aptitud de definir el
tipo de arbitraje, el lugar en que se desarrollará y aun el
procedimiento al que estará sometido.

Según advierte acertadamente Manuel de la 3.4. Ineficacia de estipulaciones.


Puente y La valle, «no cabe duda de que la declaración
de invalidez de estas estipulaciones, obedece a un pro- El artículo 1399 precisa que en los contratos
pósito de evitar abusos por parte de los prerredactantes, nominados celebrados por adhesión o con arreglo a
protegiéndose así a la parte débil en la negociación CGC no aprobadas administrativamente, no tienen
contractual. Pero esta norma, inspirada en el artículo eficacia las estipulaciones contrarias a las normas esta-
1341 del Código Civil italiano, resulta algo postiza en la blecidas para el correspondiente contrato, salvo que las
regulación de las CGC ya que, en realidad debió ser circunstancias de cada contrato particular justifiquen
comprensiva de todos aquellos contratos en que existe su validez.
un marcado desequilibrio entre las posiciones de las De acuerdo con este texto, resulta que las CGC
partes durante la negociación contractual. De igual no aprobadas administrativamente no prevalecen so-
manera que el desequilibrio contractual en la etapa de bre las normas imperativas y dispositivas previstas
la celebración del contrato y en la de su ejecución dan para los contratos típicos. Como se señala en la exposi-
lugar, respectivamente, a la rescisión por lesión y a la ción de motivos, «se da en este numeral el caso singular
resolución por excesiva onerosidad de la prestación, así de que dispositivos que tienen un valor puramente
mismo el desequilibrio en la etapa de la negociación, supletorio se apliquen como si fuesen de orden impera-
cualquiera que sea la modalidad del contrato, debe tivo>>.

(15) DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. «Las cláusulas generales de contratación y la protección al consumidor». En: Thémis- Revista de
Derecho, Segunda Época, No. 31, 1995, págs. 19-20.

24
En otras palabras, la ausencia de aprobación presos, bastando que las partes firmen el documento
administrativa elimina la posibilidad de pactar en contra- para que el contrato quede celebrado (contratos-tipo).
rio de las normas dispositivas de los contratos típicos. En este sentido, la referencia al artículo 1397 es erró-
Esto se explica en razón de que «el legislador, nea<m.
al dictar, una por una y todas en conjunto, las normas No obstante, la fórmula es inconveniente pues
dispositivas de un contrato típico, busca diseñar el desvirtúa el carácter inmutable de los contratos por
contrato ideal que, en su concepto, proteja armoniosa- adhesión.
mente los intereses de las partes tomando en considera-
ción la finalidad del contrato, de tal manera que las 3.6. Interpretatio contra stipulatorem.
partes puedan confiar en que existe una regulación
supletoria de su voluntad común que ha sido elaborada Finalmente, el artículo 1401 recoge el principio
precisamente para velar por la justicia contractual»o 6>. según el cual las estipulaciones insertas en las CGC o en
Al no mediar la aprobación administrativa con formularios redactados por una de las partes, se inter-
los alcances propuestos oportunamente, conviene con- pretan, en caso de duda, en favor de la otra.
servar, en principio, ese conjunto de normas supletorias El antecedente inmediato de este artículo es el
que suponen el diseño del contrato ideal al que se ha artículo 1370 del Código Civil italiano que lleva por
hecho referencia. epígrafe, «Interpretación contra el autor de la cláusula».
En todo caso, como en determinadas circuns- Su texto dice: «Las cláusulas insertas en las condiciones
tancias puede justificarse la prevalencia de las CGC generales del contrato o en módulos o formularios
sobre las normas establecidas para el correspondiente predispuestos por uno de los contratantes se interpre-
contrato, debe admitirse por excepción que el tan, en la duda, a favor del otro>>.
predisponente establezca cláusulas diferentes de las El artículo 1401, al igual que su antecedente, se
normas dispositivas, siempre que medie causa justifi- refiere a dos supuestos: el de las estipulaciones insertas
cada. Así, por ejemplo, si la cláusula es más conveniente en las CGC y el de las estipulaciones insertas en formu-
para la contraparte que la norma supletoria. larios redactados por una de las partes. Este último caso
La Primera Disposición Modificatoria del Có- alude a las ofertas de los contratos-tipo por adhesión.
digo Procesal Civil ha agregado un párrafo a este La regla hace responsable al predisponente en
artículo, en el que se señala que lo dispuesto en el caso de que las estipulaciones redactadas por él sean
párrafo anterior no es de aplicación cuando las partes se oscuras o ambiguas, es decir, cuando la estipulación se
hubieran sometido a un reglamento arbitral. presta a duda.
No se perciben las razones que han podido Surge sin embargo el interrogante de qué ocu-
justificar esta inclusión ni resulta posible esclarecer sus rre en el caso de que esa oscuridad o ambigüedad no sea
alcances. imputable al predisponente. Parece justificado pensar
que en tal hipótesis no debiera responsabilizársele por
3.5. Cláusulas agregadas al formulario. la duda existente aplicándose la estipulación en favor
de la contraparte. El artículo, empero, no plantea distin-
El artículo 1400 señala que en los casos del ción alguna.
artículo 1397 (que se refiere a las CGC no aprobadas
administrativamente que se incorporan a la oferta 4. EL CONTROL: UN LÍMITE PARA LAS RELA-
cuando son conocidas o pudieron ser conocidas em- CIONES JURÍDICAS.
pleando una diligencia ordinaria), las cláusulas agrega-
das al formulario prevalecen sobre las de éste cuando El ser humano se desenvuelve necesariamente
sean incompatibles, aunque las últimas no hubiesen en un mundo de relaciones con otros hombres, en
sido dejadas sin efecto. coexistencia con otros hombres (ser-con-otros), en con-
El supuesto al que se refiere este artículo no es tinua interferencia intersubjetiva. Cada uno de ellos
propiamente el de las CGC, sino el de los contratos por procura realizar su propio destino personal en ejercicio
adhesión cuyas ofertas se redactan en formularios im- pleno de la libertad, libertad que no privilegia sólo los

(16) DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. El contrato ... Op.cit., pág. 224.

(17) Cfr. lbidern, pág. 235.

IUS Ef VERITAS No. 13 25


derechos y su ejercicio, sino que también impone debe- de los acontecimientos económiro-sociales que, aun per-
res. Ambos, derechos y deberes, forman parte de las maneciendo desde cierta perspectiva en el cuadro tradi-
relaciones jurídicas. cional del DerechoCivil,reconocen una mayor acentuación
La libertad del hombre es posible sólo en la de sus límites internos en homenaje a nuevas exigencias
confrontación de la propia unidad con la unidad del de solidaridad y sociabilidad afirmadas cada vez con
otro, en la realización del serindividual con el ser social. mayor intensidad>><21 >.
Por ello, expresa Buber que «en la realidad, se da Dentro de este marco, es preciso, a fin de
siempre 'el hombre con el hombre'. La categoría 'entre' coadyuvar a la integración de las relaciones sociales,
es tan primaria como el yo y el tú y, por eso, nos controlar la utilización de mecanismos que puedan
aproximamos a la respuesta de la pregunta ¿qué es el convertirse en medios de explotación, instrumentos de
hombre? si acertamos a comprenderlo como una opresión, de una parte sobre otra. Precisamente por
dialógica, en cuyo 'estar dos en recíproca presencia' se ello, es que resulta una necesidad, establecer restriccio-
realiza y se reconoce cada vez el encuentro del 'uno' con nes y controles en situaciones como las que plantean las
el'otro'»08>. Igualmente expresa Ortega y Gasset que: CGC, donde no debe perderse de vista, «la particular
«antes de que cada uno de nosotros cayese en la cuenta posición de sujeción en que se encuentra (la parte débil)
de sí mismo había tenido ya la experiencia básica de que frente al predisponente>><22 >.
hay los que no son 'yo', 'los otros'>> 09>. Sobre este particular, expresa Jordano Fraga
Por todas estas razones el actuar libre de las que: «No se discute que en el actual desarrollo del
personas tiene que tener necesariamente límites en capitalismo moderno, las CG desplacen al contrato
consideración de su propia naturaleza social. Como individual evitando el regateo y la discusión
expresan Diez-Picazo y Gullón: «Para que los seres parsimoniosa de los antiguos mercados, (... ) simple-
libres puestos de esta manera en relación puedan ayu- mente se precisa, sentada la actual utilidad y conve-
darse mutuamente y no estorbarse nunca en el desarro- niencia de esta forma de contratación, que ello no debe
llo de su actividad, es necesario que una línea invisible suponer el sacrificio de los clientes, ni el que los empre-
de separación determine los límites dentro de los cuales sarios, en uso de un poder ilimitado -limitación del
el desenvolvimiento paralelo de los individuos encuen- poder que actualmente el Derecho desconoce en todos
tra seguridad e independencia. La regla que fija tales sus ámbitos- puedan conformar a su gusto, sin conside-
límites y garantiza esa libertad se llama Derecho. Bajo ración de las normas legales, el contenido de los contra-
este punto de vista, cada relación de derecho se nos tos. La cuestión de las CG no versa, pues, sobre su
parece como una relación de persona a persona, deter- conveniencia -que nadie discute en las actuales circuns-
minada por una regla jurídica, la cual asigna a cada uno tancias- o su permisividad (ni su indiscriminada conde-
un dominio en el que su voluntad reina independiente- na), sino sobre la necesidad de su control, de establecer
mente de otra voluntad extraña>><20>. límites para su validez>><23>.
En esa perspectiva, es satisfactorio comprobar,
en palabras de Rezzónico, «que la autonomía reconoci- 5. FORMAS DE CONTROLAR EL ABUSO.
da al individuo en las codificaciones del siglo XIX como
potestad de au todeterminarse para la regulación de sus La mayor ventaja de la utilización de CGC es la
intereses, se ha visto modificada por el enriquecimiento de facilitar el comercio empresarial. Sin embargo, fren-
científico proveniente de las nuevas formas jurídicas y te a esto,la doctrina y la jurisprudencia<24>son unánimes

(18) Citado por: ALZAMORA VALDEZ, Mario. Introducción a la ciencia del Derecho. Lima, 1980, pág. 22.

(19) ORTEGA Y GASSET, José. El hombre y la gente. Madrid, 1980, pág. 135.

(20) DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Sistema de Derecho Ovil. Volúrnen l. Sexta edición. Tecnos, Madrid, 1988, págs. 220-221.

(21) REZZÓNICO, Juan Carlos. Contratos con cláusulas predispuestas. Astrea, Buenos Aires, 1987, pág. 332.

(22) JORDANO FRAGA, Francisco. Op.cit., pág. 383.

(23) Ibídem, págs. 385-386.

(24) Se expresa en la exposición de motivos del anteproyecto de ley española sobre condiciones generales de la contratación que: «Corno señala

26
al señalar el grave problema del abuso en que puede pueden tornarse tan anticuadas como los Códigos; que
incurrir la parte que prerredacta la cláusula, abuso que normalmente son oscuras; y que no puede justificarse la
como expresa Di Iorio, «... resulta consecuencia del irresponsabilidad impuesta<27l.
predominio de una de las partes que le permite condu- Expresa De Castro y Bravo que: «Las CG se
cir toda la operación e imponer cláusulas que derogan articulan en forma de Códigos de también creciente
los principios generales establecidos por la ley, reem- volumen y compilación. Las asesorías de las grandes
plazándolos por cláusulas opresivas, contrarias al prin- empresas aguzan su ingenio para descargar a sus casas
cipio de buena fe, que terminan por afectar la equiva- de cualquier responsabilidad, a la vez que procuran
lencia de los intereses bilaterales»<25>. encadenar al cliente de modo y forma que la voluntad
Las CGC constituyen casi siempre el soporte del empresario sea soberana para decidir sobre cual-
de los contratos por adhesión. Señala Salandra «que quier contingencia posterior a la perfección del contra-
cuando se predispone un esquema de contratos por to. El hallazgo de una nueva cláusula, que astutamente
adhesión, no se puede ordinariamente comprender refuerce la prepotencia del empresario, será copiada y
todos los elementos de cada contrato que se deberá agregada en seguida en el texto de las condiciones
cumplir en base a él. Se deberá dejar al individuo la generales de las demás empresas. De modo que la
facultad de fijar libremente algunas. Así un banco extensión de estas condiciones se hace mayor, a la vez
dejará al cliente la libertad de la suma a depositar; una que se disminuyen las facultades del cliente. La misma
empresa ferroviaria dejará al viajero la elección del forma objetiva y abstracta de su redacción ha facilitado
tren, de la clase o del lugar del destino; una fábrica de el empleo corriente de las CG. Se ha observado que
automóviles dejará al comprador la elección del tipo de condiciones, de las que se avergonzaría un comerciante
máquina que desea, aun cuando todas las otras condi- de proponerlas individualmente, se disimulan en el
ciones contractuales sean fijadas precedentemente. Así fárrago de reglas articuladas, escritas de modo esotéri-
es que en la mayor parte de los contratos por adhesión co, se excusan como propias de una rama de la industria
deberá distinguirse una parte general del contenido o del comercio, si han sido compiladas por una asocia-
contractual -predispuesta- relativa a las condiciones ción; así, doblemente anónimas, todos los empresarios
generales comunes a todos los contratos similares, y se aprovechan de ellas, aunque a nadie agrade aparecer
una parte especial-que se acordará vez por vez- re la ti va como su autor. Los tratadistas, incluso aquellos que
a las condiciones particulares del caso singular>><26>. defienden que las condiciones generales tienen valor de
Los empresarios aducen que las cláusulas re- fuente de Derecho objetivo, no ocultan, y hasta lo des-
gulan aspectos técnicos; que los Códigos han quedado tacan como carácter distintivo de ellas, que son instru-
anticuados; que las cláusulas buscan claridad y unidad mentos de opresión y causa de desigualdad jurídica
en la interpretación y aplicación de los contratos; y, que para los contratantes. No defienden su justicia o legiti-
la limitación de la responsabilidad del empresario se midad, sino que afirman su legalidad. Tampoco los
compensa con una disminución del precio y la posibi- representantes de los intereses de las empresas niegan
lidad de que el cliente contrate un seguro. Ante esto, se la existencia de cláusulas malas e injustas, sino que
ha respondido que la crítica no condena las cláusulas, sostienen su general eficacia, al ser aceptadas o firma-
sino que pretende que se les controle; que las cláusulas das por el cliente. La situación, así creada, se nos presen-

la Resolución (76) 47 del Comité de Ministros del Consejo de Europa de 16 de noviembre de 1976, el proveedor se encuentra, por Jo general,
en una posición más fuerte que el consumidor para negociar; dispone a menudo de recursos económicos y de conocimientos técnicos
superiores; se beneficia a menudo del apoyo del organismo del que depende para establecer documentos contractuales estandarizados, etc.
Estas circunstancias, en las que las empresas desarrollan normalmente su actividad, pueden, como añade la misma Resolución, colocar a
la otra parte contratante en una situación de inferioridad perjudicial a sus intereses por Jo que se hace necesario establecer, en la medida de
Jo posible, el equilibrio de Jos contratantes dentro del marco de la autonomía de la voluntad>>. MINISTERIO DE JUSTICIA. COMISIÓN
GENERAL DE CODIFICACIÓN. SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA. Centro de Publicaciones, Madrid, 1984, pág. 7.

(25) DI IORIO, Alfredo J. <<Las cláusulas generales de contratación en el Código Civil peruano y en el ordenamiento jurídico latinoamericano>>.
En: Revista Peruana de Derecho de la Empresa, No. 18, Lima, 1986, pág. 84.

(26) Citado por: MORELLO, Augusto M. y STJGLITZ, Rubén S. «El contrato por adhesión a condiciones generales>>. En: Revista del Colegio de
Abogados de La Plata, No. 41, La Plata, 1981.

(27) Cfr. DE CASTRO Y BRAVO, Federico. Op.cit., págs. 18-19.

IUS Ef VERITAS No. 13 27


ta, en un primer momento, como una desconexión entre negociación y consumo a nivel de masas, emplaza la
la ley positiva y la justicia>><28>. cuestión de la tutela del consumidor, en la
No es posible ni conveniente otorgar a los instrumentación de un verdadero 'control social sobre
empresarios un poder ilimitado para prerredactar a su la actividad privada'. La meta consiste en compatibilizar
total y libre arbitrio el contenido de un contrato. Las CG las finalidades perseguidas por la empresa con las
son beneficiosas cuando existe competencia en el mer- necesidades colectivas. Es decir, lograr su
cado entre las empresas que las prerredactan. De este encauzamiento en dirección a propósitos no exclusiva-
modo, los clientes podrán elegir las que resulten más mente individuales, sino también sociales>><32>.
convenientes para sus intereses. El problema más grave El control del abuso en las CGC se presenta en
se presenta cuando existen situaciones de monopolio dos situaciones distintas:
de una sola empresa o de varias que actúan bajo la
misma dirección. En este caso, nos encontraremos 5.1. Cuando las cláusulas ya integran un contrato in-
siempre con contratos por adhesión que se celebran dividual.
sobre la base de CGC, que pueden resultar sumamente
peligrosos para el consumidor29>. En realidad, se pre- 5.1.1. Control judicial.
senta en estos casos una aceptación forzada, ya que al
consumidor no le queda otro camino que el contratar o Los contratos que se celebran sobre la base de
el prescindir del servicio'30>. Como expresa García CGC se rigen por sus reglas particulares, así como por
Amigo, << ... lo que ocurre es que en caso de monopolio las generales que son aplicables a todos los tipos de
tal aceptación no es libre desde un punto de vista contratos. En el caso del ordenamiento positivo perua-
fáctico, pues la libertad supone en el fondo una posibi- no podrá invocarse el abuso del derecho, la lesión, la
lidad de elegir entre dos cosas diversas, mientras que el excesiva onerosidad de la prestación, siempre y cuando
monopolio es, por definición, la ausencia de elección se presenten los requisitos que configuran estas institu-
porque es única la posibilidad de elegir -mono=uno-: en ciones.
otros términos, que no hay elección>><3n. La intervención judicial, como expresan Morello
Por estas razones concuerdo plenamente con y Stiglitz, <<debe considerar la presencia en estos casos
Stiglitz y Stiglitz cuando señalan que: <<El respeto de lo de una 'menor voluntad común', para conducir el es-
'humano', en el marco de los fenómenos de producción, fuerzo en restablecer el equilibrio contractual destruido

(28) Ibidem, págs. 54-55.

(29) Opina al respecto García Amigo que« ... el gran peligro de la utilización de condiciones generales radica no tanto en sí mismas, cuanto en
el hecho de que se impongan uniformemente por una empresa que goce de una posición de monopolio o cuasi-monopolio de hecho, es decir,
cuando las condiciones generales son el medio técnico de realizar jurídicamente o facilitar por lo menos una actividad monopolística en el
mercado. En efecto, mientras las condiciones generales no sean monopolísticas la acción de la concurrencia obliga a que los propios
empresarios procuren ofrecer sus productos en las condiciones más favorables a los clientes, en la lucha por la conquista del mercado y poder
colocar así sus productos; o, en todo caso, los clientes pueden acudir a otros empresarios que ofrezcan los mismos productos en condiciones
diferentes, o al menos con precios distintos; por el contrario, las condiciones generales de contrato monopolísticas o de una empresa que goce
de una posición dominante en el mercado son realmente impuestas a la clientela de los propios servicios y productos, la cual deberá aceptar
los contratos en las condiciones deseadas por la empresa -y ésta deseará las que le sean más favorables o tendrá que renunciar a la cosa o
servicio, ya que dicha empresa controla el mercado en virtud del monopolio; ahora sí que es apropiado hablar de contratos de adhesión, en
el cual el cliente o lo toma -como el empresario quiere- o lo deja -y se queda sin el servicio o producto que deseaba: take-it-or-leave-it>>. GARCÍA
AMIGO, Manuel. ,,Sobre la naturaleza jurídica de las condiciones generales de los contratos>>. En: Revista de Derecho Privado, Tomo LXIX,
Madrid, 1965, pág. 732.

(30) Es interesante hacer notar, como lo hace JORDANO FRAGA (Op.cit., pág.384), que Ossorio Morales («Crisis en la dogmática del contrato».
En: Anuario de Derecho Civil, 1952, págs.1182-1183), «ya ponía de manifiesto que en la contratación de adhesión no existe en realidad en
muchos casos ni la libertad de decir sí o no, pues se trata de negocios jurídicos que necesaria m en te han de ser realizados, ya que de lo contrario
se tendría que renunciar a viajar, a utilizar el fluido eléctrico, o el gas, o los servicios de un banco, o de una compañía de seguros. En todos
estos casos, quien celebra uno de estos contratos está en el fondo disconforme con las condiciones que se le imponen; si pudiera hacerlo,
no contrataría, o lo haría en condiciones distintas. De suerte que es consustancial en tales negocios un cierto vicio del consentimiento que,
sin embargo, no los invalida».

(31) GARCÍA AMIGO, Manuel. Op.cit., pág. 733.

(32) STIGLJTZ y STIGLITZ. Op.cit., pág. 8.

28
en un contrato caracterizado por el sometimiento de dones generales (impresas) que las contradigan o alte-
una parte a otra que concentra todo el podernegocial>><33>. ren su sentido, aun cuando estas últimas no fueren
Ha expresado Otero Lastres que «entre las derogadas convencionalmente. Es que las condiciones
principales medidas que se han propuesto en el dere- particulares contienen de ordinario las convenciones
cho comparado para tutelar debidamente el interés de que fueron objeto de tratativas y discusión por los
los consumidores frente a las CG de aquel carácter contratantes, por lo que deben considerarse como deli-
(ilícito o abusivo), cabe destacar las siguientes: fomento berada modificación de las condiciones generales, que
de la competencia; creación de condiciones-tipo por por lo común reflejan la voluntad de una sola de las
comisiones especializadas; introducción de la obliga- partes, a la que la otra adhiere sin mayor reflexión>><35>.
ción de obtener autorización previa; constitución de un Conviene reiterar que el artículo 1400 no se
ombudsman de los consumidores; autocontrol por parte refiere propiamente a las CGC sino a los contratos por
de las asociaciones; incremento del derecho imperativo adhesión cuyas ofertas se redactan en formularios im-
y fortalecimiento del control judiciai>><34>. presos, siendo suficiente que las partes firmen el docu-
El control judicial puede estar dirigido a solu- mento para que el contrato quede celebrado (contratos-
cionar dos tipos de problemas: tipo).
a) En caso de presentarse cláusulas ambiguas, La fórmula, como quedó expresado anterior-
oscuras o contradictorias. mente, desvirtúa el carácter inmutable de los contratos
Se deberán aplicar las reglas generales y parti- por adhesión.
culares de interpretación, según sea el caso. Cuando hay duda sobre la interpretación de las
Concretamente, a propósito de las CGC y como estipulaciones insertas en las CGC o en formularios
se ha mencionado anteriormente, el Código Civil pe- redactados por una de las partes.
ruano establece lo siguiente: Según lo señalado por el artículo 1401 se inter-
Cuando no han sido aprobadas adminis- pretan en favor de quien no las redactó en aplicación del
trativamente y se presenta incompatibilidad entre las principio in dubio contra stipulatorem<36 >que significa que
cláusulas del formulario y las agregadas a éste. en la duda se está contra el estipulador o prerredactante,
Prevalecen las agregadas, aun en el caso de que o que la duda favorece al que no las redactó, ya que
las del formulario se hubieren dejado sin efecto (artícu- quien formula las cláusulas del contrato tiene el deber
lo 1400). Señalan Morello y Stiglitz que: «Es regla con- de expresarse claramente.
sagrada, la de la prevalencia de las condiciones particu- El artículo 1401 constituye una excepción a lo
lares (manuscritas o mecanografiadas) sobre las condi- prescrito por el artículo 169 del Código Civil en el

(33) MORELLO, Augusto M. y STIGLJTZ, Rubén S. Op.cit., pág. 66.

(34) Citado por: MORELLO y STIGLITZ. Op.cit., pág. 71.

(35) Ibídem, pág. 68.

(36) A esta norma la inspira el mismo principio del artículo 1288 del Código Civil español que prescribe que: «La interpretación de las cláusulas
oscuras de un contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese ocasionado la oscuridad>>. Se trata de una regla de interpretación contra
proferentem, que al decir de Lacruz, representa <<una carga adicional para el redactor unilateral del contrato, y correlativamente una ventaja
para quien lo suscribe sin haber intervenido en su redacción» (Citado por: PUIG BRUTA U, José. Fundamentos de Derecho Civil. Torno !l.
Volúmen l. Barcelona, 1978, pág. 251).
La interpretación constituye así un mecanismo de control indirecto o encubierto a decir de Jordano Fraga. <<Con la idea del control indirecto
o disimulado, se alude a la utilización para el control del contenido contractual predispuesto (y, por tanto, para la tutela de la parte adherente)
de instrumentos que en sí mismos no atañen directamente al control de la libertad contractual. En otras palabras, se trata de la utilización
para la consecución de una cierta finalidad (el impedir el abuso de la libertad contractual) de instrumentos que, por su propia naturaleza,
son extraños a la misma. Entre estos instrumentos de control indirecto o encubierto es de señalar, particularmente, el recurso a la
interpretación corno instrumento de control del contenido contractual predispuesto, en modo de hacer en él la relectura más favorable al
adherente. De este modo resulta que ciertos cánones o criterios hermenéuticos de vigencia general en el ámbito contractual, cuando se
utilizan en el ámbito específico de la contratación en masa, adquieren un significado peculiar y propio de instrumentos de control de la
voluntad del predisponente y, correlativamente, de defensa de la 'parte débil'» (JORDANO FRAGA, Francisco. págs. 375-376). En
contraposición, el denominado con troJ directo <<se caracteriza corno una intervención (directarnen te) dirigida a limitar la libertad contractual,
y a hacerlo, empleando los instrumentos destinados precisamente a ese fin Oa ley, la moral y el orden público)» JORDANO FRAGA,
Francisco. Op.cit., pág. 375.

IUS ET VERITAS No. 13 29


sentido de que: «Las cláusulas de los actos jurídicos se Las reglas más amplias de esta conducta honesta son las
interpretan las unas por medio de las otras, atribuyéndose milenariashonestevivere,alterum non laedere,suum cuique
alasdudosaselsentidoqueresultedelconjuntodetodas». tribuere»<38>.
No puede dejar de mencionarse que, al no Los contratos en general también pueden ser
haberse normado específicamente sobre la interpreta- revisados judicialmente cuando su contenido es contra-
ción de las expresiones que en una CGC tengan varios rio a las normas de carácter imperativo. El artículo 1354
sentidos, se aplicará la regla genérica del artículo 170, del Código Civil establece el derecho de las partes para
debiendo entenderse dichas expresiones en el más ade- determinar libremente el contenido del contrato, siem-
cuado a la naturaleza y al objeto del acto. pre que no sea contrario a alguna norma de carácter
b) En caso de presentarse cláusulas leoninas o imperativo. Toda norma de este tipo es de interés
abusivas. general y se debe tener en cuenta el artículo V del Título
Se puede ofrecer al juez la facultad de revisar Preliminar que sanciona con nulidad el acto jurídico
cualquier cláusula y declarar su invalidez en la medida contrario a las leyes que interesan al orden público o a
en que resulte atentatoria contra el principio general de las buenas costumbres.
la buena fe. Esta posibilidad de revisión puede darse tanto
A este respecto, cabe mencionar que el Proyec- en el caso de cláusulas aprobadas administrativamente
to de Regulación de las Condiciones Generales del como en el de las no aprobadas administrativamente.
Contrato, presentado por la Comisión encargada de su
redacción por el Gobierno de Israel en 1959, «confiere al 5.1.2. Control administrativo.
juez unos poderes excepcionales -que no tiene en los
negocios normales- de revisión de las cláusulas onero- Es el que se realiza a través de la Administra-
sas, pudiendo anular tales cláusulas o limitar sus efec- ción Pública con la finalidad de que ésta verifique el
tos o liberar total o parcialmente al adherente del víncu- cumplimiento de las normas que en relación con esta
lo contractual en la medida en que lo considere justo y modalidad de contratación han sido dictadas. Di Iorio
conveniente. Por cláusulas onerosas entiende las que pone como ejemplo de este tipo de control el que realiza
implican una explotación por parte de la empresa en Argentina la Inspección General de Justicia sobre las
predisponente de su posición privilegiada o de su sociedades que captan el ahorro público'39 >.
relación de fuerzas frente al adherente»<37l.
Es posible sostener la facultad de revisión de 5.2. Cuando las cláusulas no han sido incorporadas
los contratos en el ordenamiento jurídico peruano so- todavía a un contrato individual.
bre la base de lo señalado en el artículo 1362 del Código
Civilqueestableceque:<<Loscontratosdebennegociarse, Es de desear que este tipo de control sea el que
celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y prospere. Se requiere de prevención antes que de san-
común intención de las partes>>. ción. Es preferible anticipar la aparición del mal que
El actuar de buena fe, en función de la equidad, buscar remediarlo cuando éste ya se ha presentado.
constituye la solución a alcanzar en la ejecución honesta Como bien expresan Morello y Stiglitz: «Razones de
de todo contrato. Si el Derecho es el arte de lo bueno y seguridad, de confiabilidad e inclusive de economía,
de lo justo ello se explicita a través de la buena fe que, aconsejan no transitar una costosa y aleatoria contro-
como indica Espert Sanz, <<es la confianza de que todo versia judicial, toda vez que es más útil para el interés
el que forme parte, se mezcle, otorgue, intervenga o se particular y para el general que cubre todas las líneas de
obligue, en una relación jurídica, en un acto jurídico, se contrataciones seriadas o idénticas, disponer antes de
conducirá en orden al mismo, tal y como usualmente lo que se consume la relación jurídica con medios
hacen en el mismo orden de cosas los hombres honra- expeditivos que impidan la aparente juridicidad de
dos, los buenos varones, los honestos padres de familia. cláusulas de ese linaje>><4D>.

(37) GARCÍA AMIGO, Manuel. Op.cit., pág. 715.

(38) ESPERTSANZ, Vicente. La frustración del fin del contrato. Tecnos, Madrid, 1968, pág. 118.

(39) DI IORJO, Alfredo J. Op.cit., pág. 88.

(40) MORELLO y STIGLITZ. Op.dt., pág. 72.

30
5.2.1. Control legislativo. que defina cuándo las CGC son nulas e incluso presu-
miendo su invalidez en determinados casos, haciendo
El control legal se hace necesario porque lo que recaer sobre el predisponente la carga de la prueba de su
empezó como una excepción, es decir, como la posibi- conformidad con las exigencias de la buena fe. La ley
lidad de renunciar en materia privada a acciones o reglamentaria deberá enumerar, con carácter puramen-
beneficios concedidos por la ley, se tornó en regla, de te enunciativo, esto es, de modo simplemente
modo tal que las cláusulas de renuncia se volvieron ejemplificativo, abierto, las cláusulas abusivas.
cláusulas de estilo (vol untas hominis facit cessarevoluntatis En caso contrario, se correría el riesgo de que se
legis)<4n. sostenga la validez de cláusulasefectivamenteabusivas,
Como se ha referido anteriormente, el Código sólo por no estar consideradas explícitamente en el
Civil peruano, en su artículo 1398, establece que en los listado.
contratos celebrados por adhesión y en las CGC no En este orden de ideas, la regla general a la que
aprobadas administrativamente, no son válidas las es- se hace referencia podría tener el siguiente texto:
tipulaciones que establezcan en favor de quienes las ha «Son nulas las estipulaciones insertas en las
redactado, exoneraciones o limitaciones de responsabi- cláusulas generales de contratación que se opongan, en
lidad; facultades de suspender la ejecución del contra- perjuicio del adherente, a la buena fe.
to, de rescindido o de resolverlo o de prohibir a la otra
parte el derecho de oponer excepciones o de prorrogar
o renovar tácitamente el contrato.
Anteriormente se ha dejado constancia de que
se trata de un listado manifiestamente incompleto que, " ... regulación de las CGC en las
por lo demás, tiene carácter taxativo.
Para abordar la regulación de las cláusulas leyes de defensa de consumidores y
abusivas o vejatorias han sido planteadas las siguientes usuarios es inconveniente por ser
opciones:
a) Establecer una cláusula general o norma abier- discriminatoria, por cuanto las
ta que involucre, con gran amplitud, las diversas posi- cláusulas abusivas afectan no sólo a
bilidades de estipulaciones vejatorias.
b) Enumerar puntualmente las CGC que tienen los consumidores propiamente
carácter abusivo. dichos, sino también a las empresas
Participo de la opinión de que «es difícil optar
por una de las dos posiciones extremas( ... ). La primera no encuadradas en la categoría de
tiene la ventaja de permitir un juego más libre del consumidores, con menor
arbitrio judicial, pero el peligro des~ imprecisión, daría
lugar a una gran inseguridad. La segunda adolece de
poder económico ...,,
una rigidez que no está a tono con la creatividad cada
vez mayor que informa la contratación moderna, pero
pone coto a las acciones de invalidez de las cláusulas,
agilizando esta contratación>><42 >. Se presumen opuestas a la buena fe las cláusu-
Ante ello, tal vez la solución más aconsejable las que atribuyan al predisponente una situación
sea que el Código Civil contemple una regla general desproporcionadamentcventajosa considerando el tipo

(41) El artículo 1341, segundo párrafo, del Código Civil italiano exige la aprobación por escrito, entre otras, de las cláusulas limitativas de
responsabilidad. Sobre este particular expresa Jordano Fraga que <<la doctrina ha puesto ya largamente de manifiesto la insuficiencia del
remedio legislativo de la específica aprobación por escrito de las cláusulas lesivas como instrumento de protección de la parte débil en la
contratación en masa. Insuficiencia incluso en el plano formal de la cognoscibilidad del contenido de la cláusula lesiva( ... ), pues la 'doble
aceptación' corre el riesgo de convertirse en algo inmediato o automático por parte del adherente>> (JOROANO FRAGA, Francisco. Op.cit.,
pág. 381).
Aquí se presenta lo que Juan Carlos Rezzónico (Op.cit., pág. 599) denomina adecuadamente como «proteccionismo ingenuo». En efecto,
la aprobación por escrito de las cláusulas limitativas de responsabilidad, es simplemente un «recurso formal>> que no elimina los riesgos
inherentes a la condición adversa del no predisponen te.

(42) Cfr. DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. El contrato ... Op.cit., págs. 216-217.

rus ET VERITAS No. 13 31


contractual de que se trate; que injustificadamente con- opinión de Rezzónico, en el sentido de que «no parece
tradigan o se aparten de los principios inspiradores de que una tipificación cuidadosa, sin exceso legislativo,
las normas legales aplicables al contrato; o que modifi- conduzca a un atascamiento en el desenvolvimiento del
quen o limiten los derechos y obligaciones de los con- comercio o la industria. Sólo que el legislador habrá de
tratantes, de modo que se impida que el contrato alcan- cuidar, con referencia a cada país y su circunstancia, de
ce el fin para el que fue celebrado. no sobrepasar el nivel admisible de imperatividad,
La carga de la prueba en contrario recae en el aunque cuidando siempre de resguardar la justicia
predisponente. contractual. En lo demás, se trata de armonizar el
Corresponde a la ley de la materia señalar, en conjunto o elenco legal de cláusulas con una disposi-
particular, los casos en que determinadas cláusulas ción central asentada sobre la buena fe que sirva de
generales de contratación son nulas». orientación y complemento. En otras palabras, los in-
La propuesta se inspira en los anteproyectos convenientesde un procedimiento casuístico han de ser
españoles de Ley sobre condiciones generales de con- superados por el establecimiento de una norma abierta-
tratación, en sus versiones de julio de 1983 (artículo 8), eje, que cree un mecanismo directivo, pero a la vez
noviembre de 1987 (artículo 8) y 1991 (artículo 7), así subsidiario»<43>.
como en los artículos 16 del Decreto Ley No. 446/85 de En el mismo orden de razonamiento que el
25 de octubre sobre cláusulas contractuales generales artículo 1398 se ubica el artículo 1399 del Código Civil
(Portugal) y 9 de la AGB-Gesetz alemana. cuando establece que: «En los contratos nominados
En cuanto a la enumeración concreta de las celebrados por adhesión o con arreglo a cláusulas gene-
cláusulas abusivas, parece lo más aconsejable confron- rales de contratación no aprobadas administrati-
tar, comparativamente, los distintos textos legislativos vamente, carecen de eficacia las estipulaciones contra-
que se ocupan del tema a fin de definir cuáles conven- rias a las normas establecidas para el correspondiente
dría considerar específicamente, cuyo empleo puede contrato, a no ser que las circunstancias de cada contrato
resultar más común en el tráfico contractual, respetan- particular justifiquen su validez».
do las particularidades de cada país y sus condiciones Una cuestión importante vinculada con el pro-
sociales, económicas y políticas. blema del control legislativo es el de la incorporación de
Entre las cláusulas a tener en cuenta para esa las cláusulas a la oferta de un contrato en particular a
enumeración, pueden ser mencionadas las siguientes: celebrarse y el del conocimiento requerido por parte de
las que exoneran o limitan la responsabilidad del quien no las ha redactado del contenido de tales CGC.
predisponen te; las que invierten la carga de la prueba Algunas legislaciones se inclinan por el conoci-
en perjuicio de la parte adherente; las que imponen miento pleno; otras prefieren su incorporación automá-
compulsivamente la utilización del arbitraje o que des- tica a la oferta cuando han sido aprobadas o revisadas
vían al adherente de la competencia del juez al cual previamente por la autoridad administrativa; y hay,
corresponde considerarlo naturalmente sometido; las finalmente, las que permiten la incorporación de cual-
que establecen como ley aplicable al contrato una ley quier cláusula, presumiendo el conocimiento que se ha
extranjera, sin existir factor de conexión que lo justifi- tenido de la misma por su adecuada publicidad.
que; las que autorizan al predisponente a resolver o El Código Civil peruano utiliza una fórmula
rescindir unilateralmente el contrato, salvo tratándose mixta. Si las CGC han sido aprobadas previamente por
de contratos de duración y siempre que medie un la autoridad administrativa, se incorporarán automáti-
preaviso cursado con anticipación razonable; las que lo camente a todas las ofertas que se formulen para contra-
facultan a suspender la ejecución del contrato, prorro- tar con arreglo a ellas (artículo 1393), sin perjuicio de
garlo o renovarlo; las que lo autorizan a modificar que las partes puedan convenir expresamente que de-
unilateralmente la prestación convenida; las que modi- terminadas cláusulas no se incorporarán a la oferta en
fican la obligación de saneamiento en perjuicio del el contrato particular que ellas celebran (artículo 1395).
adherente; las que contemplan penalidades irrisorias La situación es distinta cuando las CGC no han sido
de cargo del predisponente; y las que restrinjan de aprobadas administrativamente. En este caso, se incor-
cualquier manera el derecho del adherente para resol- poran a la oferta de un contrato en particular cuando
ver el contrato por causas imputables al predisponen te. han sido conocidas por la contraparte o ha podido
Sobre este aspecto, es importante considerar la conocerlas usando de una diligencia ordinaria. Se pre-

(43) REZZÓNICO, Juan Carlos. Op.cit., pág. 456.

32
sume el conocimiento cuando han sido publicitadas sobre cláusulas contractuales generales) y Holanda (Ley
adecuadamente (artículo 1397). de 18 de junio de 1987), entre otras.
5.2.2. Control administrativo u homologación. En el último caso encontramos a España (Ley
General para la Defensa de los Consumidores y Usua-
Se presenta cuando las CGC son sometidas rios -Ley No. 26/1984, de 19 de julio-, artículo 10),
previamente a aprobación por la autoridad administra- México (Ley Federal de Protección al Consumidor de 22
tiva correspondiente. de diciembre de 1992, artículos 85 a 90, incluidos en el
El Código Civil peruano también se refiere a Capítulo X referido a los contratos por adhesión), Argen-
este sistema de control (artículos 1393 a 1396 inclusive) tina (Ley de Defensa del Consumidor de 22 de septiembre
tal como se ha explicado anteriormente<44>. de 1993, vigente a partirdel15deoctubrede 1993,artículos
37 a 39) y Brasil (Código de Defensa del Consumidor -Ley
6. SEDE DE REGULACIÓN DE LAS CLÁUSULAS No. 8078de 11 de septiembre de 1990-,artículos46a54).
GENERALES DE CONTRATACIÓN:¿ CÓDIGO A los efectos de determinar si la regulación de
CIVIL? ¿CÓDIGO DE COMERCIO? ¿LEYESPE- las CGC debe estar en los Códigos -Civil o Comercial-,
CIAL? ¿LEY DE PROTECCIÓN AL CONSUMI- en leyes dedicadas específicamente a la materia o en las
DOR? que se ocupan de la defensa del consumidor, resulta
preciso advertir que las cuestiones que de ellas se deri-
Para abordar esta cuestión, es preciso dejar van no conciernen exclusivamente al ámbito del Dere-
constancia de que en la legislación comparada es posi- cho Privado, sino que transcienden a otros ámbitos, aun
ble advertir hasta cuatro tendencias a propósito de la al Derecho Público.
sede de regulación de las CGC. Ello puede servir de explicación al hecho de
Así, algunos países se ocupan de la materia en que en los últimos tiempos la materia ha sido objeto de
sus Códigos Civiles. Otros lo hacen en sus Códigos de regulación por la legislación especial, con excepción del
Comercio. También encontramos que ciertos países lo caso del Perú, donde el Código Civil delinea con ampli-
hacen en leyes dedicadas específicamente a la materia. tud los aspectos más saltantes de la institución, por
Finalmente, otros se refieren al asunto en sus leyes de encima de eventuales reservas que puedan merecer
protección al consumidor. algunas de sus disposiciones.
En el primer caso encontramos a Italia (Código El ejemplo del Código Civil peruano puede
Civil de 1942, artículos 1341, 1342 y 1370), Etiopía servir de guía para definir la sede de regulación de las
(Código de 1960, artículos 1686 y 1738, 2) y Paraguay CGC. No puede desconocerse que el tema de las CGC
(Código Civil de 1985, con vigencia desde 1987, artícu- tiene aspectos en permanente evolución. Así, por ejem-
los 691 -si bien referido a las cláusulas restrictivas de plo, el relativo a las cláusulas consideradas abusivas,
carácter leonino en los contratos por adhesión- y 713), vejatorias o sorpresivas, que son sancionadas con nuli-
entre otros, además de los Códigos Civiles del Perú y dad y cuyo listado se incrementa continuamente. Estas
Bolivia (artículo 518). cuestiones no deben ser materia de una referencia
En el segundo caso puede citarse a Honduras pormenorizada en los Códigos, cuyo sentido de perma-
(Código de Comercio de 1950, artículos 726 a 728), nencia obliga a regular el asunto desde una perspectiva
además de Bolivia, si bien su artículo 817 se ocupa de generalidad, derivando a la ley especial su desarro-
estrictamente de los contratos por adhesión cuyas ofer- llo puntual.
tas constan en formularios impresos (contratos-tipo). En otras palabras, el tema de lasCGC puede ser
En el tercer caso tenemos, entre otros, a Israel objeto de regulación general en el Código Civil. Allí
(Ley No. 5725/1964 de 12 de febrero, modificada en deberá constar una definición del instituto; la distinción
1969), Alemania (Ley para la Regulación del Derecho entre las cláusulas aprobadas y no aprobadas
de las Condiciones Negociales Generales- Gesetz zur administrativamente y sus efectos (siempre y cuando se
Regelung des Rechts der Allgemeinen Geschiiftsbedigungen- estime conveniente tal diferenciación); las reglas de
Ilamada «AGB-Gesetz» o «AGBG», de 9 de diciembre interpretación pertinentes; y una regla general sobre la
de 1976), Inglaterra (Unfair Contract Terms Act de 1 de nulidad de las cláusulas abusivas o vejatorias.
febrero de 1978), Suecia (Ley Prohibitiva de Cláusulas La ley especial, que tendría carácter reglamen-
Contractuales Abusivas de 1971, modificada en 1973) tario, se encargaría de desarrollar pormenorizadamente,
Portugal (Decreto Ley No. 446/85 de 25 de octubre por ejemplo, los casos en que las CGC requieren de

(44) Vid. K, 3.2.

IUS ET VERITAS No. 13 33


aprobación administrativa; las formas de controlar los exclusivamente para una grande, en función de sus
abusos del predisponente; los cauces procesales para directivas. En todos los casos se constata la disminución
hacer efectivos esos mecanismos de control; la autori- de la contratación libre a través de dos posibilidades: a)
dad administrativa competente a la que corresponde empresas desiguales; b) empresas y consumidores»<45>.
acudir para denunciar los abusos; la legitimación, sea Por ello, la regulación de las CGC en las leyes
individual o colectiva -defensa de intereses difusos-, dedefensadeconsumidoresyusuariosesinconvenien-
para cuestionar las cláusulas abusivas; las sanciones a te por ser discriminatoria, por cuanto las cláusulas
aplicarse y sus efectos respecto a las CGC consideradas abusivas afectan no sólo a los consumidores propia-
vejatorias; y, last but not least, una enumeración pura- mente dichos, sino también a las empresas no encua-
mente enunciativa, a título ejemplificativo (numerus dradas en la categoría de consumidores, con menor
apertus) de las cláusulas consideradas abusivas, que por poder económico -pequeños y medianos empresarios-,
tal razón carecerían de validez. que no pueden enfrentar eficazmente la posición predo-
Conviene aclarar que la ley reglamentaria, cu- minante del predisponen te en la celebración, por ejemplo,
yos alcances estarán determinados por la realidad so- de contratos con entidades bancarias y financieras.
cial, económica y política del país en que se aplicará, En el Perú, la Comisión de Protección al Consu-
deberá ser una que esté dedicada exclusivamente a las midor ha resuelto diversos casos declarando improce-
CGC. No es aconsejable que el asunto forme parte de una dentes denuncias presentadas por empresas que han
ley de defensa de los consumidores, porque, como se alegado presuntas infracciones a la ley de la materia, lo
explica en el punto siguiente, el tema de las CGC no se que pone de manifiesto la inconveniencia de ocuparse
agota en la esfera del llamado «Derecho de Consumo». de las CGC en las leyes de defensa de consumidores y
usuarios.
7. LAPROTECCIÓNFRENTEALASCLÁUSULAS Para ello se ha tenido en cuenta que el Decreto
ABUSIVAS Y CLÁUSULAS GENERALES DE Legislativo No. 716 sobre protección al consumidor,
CONTRATACIÓN: ¿DEBE LIMITARSE A LOS define a los consumidores o usuarios (artículo 3, inciso
CONTRATOS CON CONSUMIDORES O EX- a) como <<las personas naturales o jurídicas que adquie-
TENDERSE A TODOS LOS CONTRATOS CE- ren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales pro-
LEBRADOS CON ARREGLO A ELLAS? ductos o servicios>>.
La Comisión ha considerado que el término
No puede negarse que el tema de las CGC está <<consumidor final>> no se entiende como aquella perso-
profundamente vinculado con el de la defensa de los na natural o jurídica que utiliza los bienes y servicios
consumidores. Asílo corroboran las leyes de protección que adquiere para transformarlos en otros bienes y
al consumidor más recientes, a las que se ha hecho servicios que posteriormente vende en el mercado, sino
referencia anteriormente, que se ocupan de las CGC. como el último eslabón en la cadena de producción-
Sin embargo, el campo de las CGC excede, sin consumo. (Es de advertir que el Decreto Legislativo No.
duda, la relación entre proveedores y consumidores, 716 no contiene una norma como la del parágrafo 3 del
pues ellas son usadas con mucha frecuencia, por ejem- artículo 1 de la ley española de defensa de los consumi-
plo, en el tráfico jurídico entre empresas, donde unas se dores y usuarios, que descarta la consideración como
encuentran en situación de inferioridad, sin que pue- consumidores o usuarios de quienes, <<sin constituirse
dan quedar comprendidas en la calidad de consumido- en destinatarios finales, adquieran, almacenen, utilicen
res finales y en la protección que brinda la ley corres- o consuman bienes o servicios con el fin de integrarlos
pondiente. en procesos de producción, transformación,
A este respecto, Rezzónico, se refiere a <<la comercialización o prestación a terceros>>).
aparición de relaciones de dependencia entre las em- Empero, la Comisión ha estimado que lo dicho
presas, de manera que empresas jurídicamente inde- no descarta que eventualmente una empresa pueda
pendientes dependen, económicamente, en cuanto a su constituirse en consumidor final de un bien o servicio si
. poder de decisión, de empresas más poderosas. Ello es que lo adquiere no para transformarlo en nuevos
aparte de las 'empresas proletarias': según el plan de bienes y servicios, sino para consumirlo como último
producción, pequeñas o medianas empresas trabajan eslabón de la cadena de producción-consumo.

(45) REZZÓNICO, Juan Carlos. Op. cit. , pág. 32.

34
En el expediente No. 72-93-C.P.C., referido a competencia para conocer los hechos materia de la
una denuncia por incremento de intereses respecto de denuncia por no enmarcarse los denunciantes dentro
diversos contratos de préstamo celebrados por varias del concepto «consumidor final».
empresas con una entidad financiera, la Comisión sos- Si, como se aprecia, existen operaciones que se
tuvo que, «en el caso del crédito, éste constituye un celebran precisamente con arreglo a CGC, las cuales
servicio prestado por una institución financiera a las quedan excluidas de la protección que se brinda a los
empresas denunciantes, las que lo utilizan para el desa- consumidores, resulta indispensable que el tema de la
rrollo de sus actividades económicas, siendo precisa- defensa contra las cláusulas abusivas no se circunscriba
mente el crédito un recurso inherente al proceso de sólo a los contratos con consumidores, sino que se
producción de bienes y servicios». extienda, en general, a todos los que se concluyen sobre
Por ello, la Comisión consideró que carecía de la base de CGC. 2!!?>

IUS ET VERITAS No. 13 35


TERCERA PARTE
Algunas reflexiones sobre la regulación de la

D OC TR I N A
ANIRTCOD
forma contractual en el código civil de 1984

DERECHO
LITIGIOS
PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES

Marco Antonio Ortega Piana


Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Lima y de la Carrera de Derecho Corporativo de la Universidad ESAN.

SUMARIO:
I. Introducción.
II. Marco conceptual general.
III. Perfeccionamiento Constitutivo.
IV. Marco normativo aplicable al Perfeccionamiento Contractual.
V. Pacto sobre Perfeccionamiento Constitutivo real.
VI. Pacto sobre Perfeccionamiento Constitutivo formal o solemnidad
convencional.
VII. Modificaciones a los contratos sujetos a determinada forma.
VIII.A modo de conclusión.
ADVOCATUS 36

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 123
RESUMEN:
En el presente artículo, el autor compartirá algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el Código Civil Peruano de
1984, postulando que, en algunos aspectos muy puntuales, se justifica una precisión de los respectivos enunciados legislativos.
Palabras clave: Derecho Civil, Código Civil, Contratos, Perfeccionamiento Contractual.

ABSTRACT:
In the following article, the author will provide an analysis regarding the regulation of the contractual form in the Peruvian Civil Code of
1984, postulating that, in certain key aspects, precisions of the legislative texts are justified.
Keywords: Civil Law, Civil Code, Contracts, Completion of Contract.

I. INTRODUCCIÓN sobre qué y por qué modificar al señalado cuer-


po normativo, habiéndose presentado propues-
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

El presente trabajo representa el pago de una tas de múltiples contenidos y diversos calibres,
deuda, y como dice el refrán, “No hay plazo que no las que deberán ser debidamente evaluadas
se cumpla, ni deuda que no se pague”. Hace ya un para decidir si se justifica realmente modificar
buen tiempo, gracias a la oportunidad brindada o no las reglas establecidas, o sobre si sería
por ADVOCATUS, tuve la oportunidad de publicar suficiente aplicar al actual texto legal lo que
un trabajo sobre la forma contractual1; empero, algún profesor de Derecho denomina una “sana
por el mérito de la investigación que obliga interpretación”, siguiendo la más autorizada
permanentemente el ejercicio de la docencia, doctrina sobre la materia. Y es que deberíamos
por el intercambio de opiniones con distintos tener presente que lo ideal sería sólo plantear
colegas y alumnos, y de manera fundamental modificaciones necesarias, indispensables para
por la propia insatisfacción respecto de ciertos prevenir conflictos, sobre la base de lo que se
aspectos expuestos en su oportunidad, no solo aprecia en el debate académico nutrido de la
corresponde precisar, sino rectificar, algunos de información proveniente de la realidad misma,
sus postulados y conclusiones, sin perjuicio de de la experiencia jurisdiccional.
proponer algunas reflexiones adicionales.
Atendiendo a lo expresado, este trabajo está
Por ello, atendiendo a la gentil invitación de orientado a compartir algunas reflexiones
ADVOCATUS, he estimado necesario no extender sobre la regulación de la forma contractual
por más tiempo el pago del débito referido, en el Código Civil de 1984, postulando que en
confiando siempre que el presente trabajo sea algunos aspectos muy puntuales se justifique
finalmente de utilidad para quienes tengan probablemente una precisión de los respectivos
interés en el derecho contractual. enunciados legislativos.

Sin perjuicio de lo expresado, que representa II. MARCO CONCEPTUAL GENERAL


una justificación personal, debe también des-
tacarse que, encontrándose nuevamente el Có- Todo contrato es un acuerdo de voluntades,
digo Civil de 1984 bajo un proceso de reforma, pero no corresponde a cualquier acuerdo de vo-
conviene releer muchas de sus disposiciones luntades. La voluntad coincidente debe poseer
para determinar las acciones a seguir. En ese contenido patrimonial, y de manera específica,
ADVOCATUS 36

proceso de reforma han surgido muchas voces debe ser de naturaleza obligacional, conforme

1. ORTEGA PIANA, Marco Antonio. “Algunos comentarios sobre la formalidad contractual”. En: ADVOCATUS N° 13. Lima:
2005, pp. 169-187.

124 Marco Antonio Ortega Piana


lo sanciona expresa y puntualmente la norma- transfiere por sí misma derecho real alguno —

D OC TR I N A
ANIRTCOD
tiva en materia de objeto contractual2. titularidad que está caracterizada por una opo-
nibilidad erga omnes—, sino que compromete
Ya hemos tenido oportunidad de expresar3 que a transferirlo, de tal manera que, conforme al
dicha exigencia legislativa se sustenta básica- diseño legislativo de 1984, que es además con-
mente en dos razones: la primera de ellas es sistente con la legislación civil anterior, estamos DERECHO
LITIGIOS
que el contrato es un instrumento para el in- adscritos al régimen del título y modo, más allá PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
tercambio o tráfico patrimonial, representando de la innegable discusión existente sobre cuál
un vehículo para fines de colaboración entre los sería el modo en materia inmobiliaria.
agentes. Lo que interesa a la parte que contrata
es lograr algo de su contraparte, hay un interés El contrato genera una relación jurídica espe-
conductual, por lo que el establecimiento del cífica, obligacional, de la cual se derivará en su
respectivo vínculo obligacional debe permitir oportunidad la respectiva transferencia de pro-
que el compromiso prestacional pueda ser efec- piedad: relación causa–efecto. En tal virtud, para
tivamente demandado, derivándose una serie quienes postulan en nuestro medio la existencia
de consecuencias legales en caso de incum- de un sistema dual, obligacional —en materia
plimiento —relativo o absoluto—, las mismas mobiliaria— y traslativo —en materia inmobilia-
que están referidas en los artículos 1219 y 1428 ria— para fines de la transferencia convencional
—primer párrafo— del Código Civil. de propiedad, correspondería releer el artículo
949 del Código Civil en función a los anteceden-
El contrato crea, regula, modifica o extingue tes que dieron origen a su redacción, teniendo
relaciones crediticias en las que resulta indis- en consideración el principio de relatividad con-
pensable la acción u omisión de una de las tractual y el carácter autosatisfactivo —eficacia
partes —sujeta al débito— para satisfacer el absoluta— que debe presentar todo derecho real
interés de su contraparte —titular del crédito. para que sea considerado como tal. Una propie-
Así, por elemental exclusión, los acuerdos pa- dad que no resulta oponible corresponderá a un
trimoniales no obligacionales no son contratos, derecho relativo, más no a uno absoluto.
pero ello no significa que carezcan de relevancia
o protección jurídica, siendo convenios sujetos Por una elemental cuestión de pertinencia, no
a reglas distintas, como es el caso de la opción. corresponde desarrollar dicho tema en el pre-
sente trabajo, remitiéndonos no sólo al texto
La segunda de las indicadas razones, que legislativo sino a las explicaciones proporcio-
pareciera haber sido olvidada, o de la cual se nadas por los profesores Arias Schreiber y De la
pretende prescindir por una supuesta falta de Puente, responsables de la redacción del Código
concordancia legislativa al compulsar las reglas Civil de 1984 sobre la materia, las mismas que
de derechos reales con las del derecho de con- están consideradas, entre otras, en el trabajo
tratos, es que los contratos sólo pueden generar anteriormente señalado. Podremos compartir
efectos obligacionales, no siendo posible que o no dichas explicaciones, pero no podemos
generen por sí mismos efectos reales. En otras definitivamente ignorarlas.
palabras, destacándose que lo señalado opera
en especial tratándose de los contratos de cam- Volviendo a nuestro tema, con relación a este
bio, la celebración del respectivo negocio no acuerdo de voluntades patrimonial de natu-
ADVOCATUS 36

2. Artículo 1402 y siguientes del Código Civil de 1984. Conforme a ello, no es casual que la regulación de contratos,
tanto parte general como parte especial, conste en el Libro VII del Código Civil: Fuentes de las Obligaciones.
3. Cfr: ORTEGA PIANA, Marco Antonio. “Objeto contractual y transferencia de propiedad”. En: Forseti N° 2. Lima: 2014,
pp. 10-46. Disponible en: <http://www.forseti.pe/revista/2014-numero-2>, y AA.VV., “Estudios críticos sobre el
Código Civil – Análisis crítico y actual sobre sus bases dogmáticas y de su aplicación práctica”. Lima: 2014, Gaceta
Jurídica, pp. 423-471.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 125
raleza necesariamente obligacional surge la se está o no frente a un acuerdo contractual,
cuestión sobre cómo se entiende celebrado. La sobre la base que la posibilidad de contratar
cuestión no radica en cuándo se entiende cele- no corresponde a un derecho natural, sino
brado, porque en función a la naturaleza recep- que es un derecho derivado, reconocido por el
ticia de las declaraciones volitivas formativas de ordenamiento, atendiendo a las consecuencias
un contrato, el mismo queda celebrado cuando que se desprenderán del mismo, estimándose
la declaración del aceptante es finalmente co- beneficiosas para la sociedad. Como bien se
nocida por el oferente, conforme lo sanciona el ha afirmado, las partes tienen capacidad auto-
artículo 1373 de nuestro Código Civil. Nuestra rreguladora, normativa, en la medida que le es
inquietud está orientada más bien a cómo se en- otorgada por la ley4.
tiende formado o generado el consentimiento.
Es el ordenamiento jurídico el que define, positi-
Y para ello debe considerarse que el ordena- va o negativamente, la capacidad para contratar,
miento tamiza lo que se entiende por consen- el consentimiento y los contenidos negociales,
timiento, en función a diversas consideraciones sirviéndose excepcionalmente de normas im-
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

respecto de las cuales las partes están subor- perativas o inderogables, algunas de las cuales
dinadas, ya que se contrata sobre la base de la interesan inclusive al orden público.
autonomía privada, esto es, del poder negocial
reconocido por el ordenamiento a los agentes, Conforme a ello, la ley establece que todo
atendiendo a la existencia de un interés me- contrato demanda formativamente de un con-
recedor de tutela, lo cual a su vez les permite sentimiento, la cuestión será qué se entiende
vincularse y autorreglamentar sus intereses por consentimiento, y si las partes tienen algún
patrimoniales. protagonismo en dicha definición.

Debe además considerarse que, de concluirse III. PERFECCIONAMIENTO CONSTITUTIVO


que no se ha formado finalmente el consenti-
miento, no se estará en un escenario de inva- Para determinar cómo se genera el consenti-
lidez —a título de nulidad—, sino ante uno de miento, debe tenerse presente que el derecho,
inexistencia, dado que el acuerdo de voluntades como toda obra humana, ha evolucionado en el
constitutivo del contrato no se ha generado. tiempo, ya que al ser una disciplina ordenadora
debe sintonizar con la realidad, con las necesi-
La noción de perfeccionamiento constitutivo dades del tráfico. Ya ha quedado ampliamente
o formativo permite entender la manera en superada la exigencia de acuerdos solemnes, casi
que debe ser expresada la voluntad para que rituales, para que pueda concluirse en la celebra-
genere el efecto jurídico representado y desea- ción contractual5. Atendiendo a que el contrato
do por las partes: el contrato, como fuente de es simplemente un instrumento, que correspon-
obligaciones. Es la ley la que determina cuándo de al acuerdo en sí, más allá de los efectos que se

4. “Recordemos que según esta teoría la autonomía privada, o sea el poder reconocido a las personas de crear
relaciones jurídicas obligatorias entre sí, no tiene su origen en la libertad humana sino en el ordenamiento jurídico.
Es este ordenamiento el que, teniendo en principio la potestad de regular todas las relaciones jurídicas, se abstiene
de ejercer parte de esa potestad —la relacionada con la regulación de las relaciones jurídicas patrimoniales entre
los particulares—y la delega —entendiendo el verbo delegar en su acepción de concesión de atribución— a estos
particulares para que ellos la ejerzan libremente dentro de determinados límites. Respetados estos límites, la autonomía
ADVOCATUS 36

privada es absoluta, en el sentido que las relaciones jurídicas creadas a su amparo son obligatorias” . DE LA PUENTE
Y LAVALLE, Manuel. “El Contrato en General – Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código Civil”, Tomo I.
Lima: Palestra Editores, 2011, p. 231.
5. “Ha sido señalado muchas veces que los Derechos primitivos fueron fundamentalmente formalistas. Las mentalidades
primitivas no comprendieron la fuerza obligatoria de la voluntad. Por ello la creación de especiales obligaciones o
vínculos contractuales se ligaba siempre con fórmulas mágicas o rituales y con especiales ceremonias de valor religioso

126 Marco Antonio Ortega Piana


desprendan de su celebración, y siendo que es un para que pueda generar los correspondientes

D OC TR I N A
ANIRTCOD
vehículo para lograr el intercambio económico efectos jurídicos. Esta regla formativa implica, por
de bienes y servicios, se admite modernamente consiguiente, desde una aproximación legal, que
que el contrato queda celebrado —como re- el consentimiento puede ser jurídicamente algo
gla general— por la exteriorización del simple más que un simple acuerdo de voluntades. Es el
acuerdo de voluntades, apreciándose así la caso cuando se subordina la celebración negocial DERECHO
LITIGIOS
coincidencia volitiva entre oferente y aceptante. a la necesaria observancia de una formalidad, PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
Ello corresponde al principio formativo general esto es, a una exigencia de forma específica, dado
de la consensualidad contractual. que la ley demanda que la voluntad común sea
declarada necesariamente por las partes bajo
Dicha regla bien puede ser enunciada —como cierta forma o manera, la misma es exigida bajo
tantos conceptos jurídicos— de manera positiva sanción de nulidad.
o negativa, como anverso y reverso de una misma
moneda. Lo primero corresponde a lo ya señala- Adviértase que tenemos al frente a tres catego-
do: para que se tenga por celebrado al contrato, rías negociales: existencia / inexistencia, validez
resulta suficiente el solo acuerdo de voluntades, / invalidez y eficacia / ineficacia. Para que exista
para cuyo efecto las partes pueden expresarse todo contrato debe mediar un acuerdo de vo-
de la manera que estimen por conveniente, de luntades, ambos se identifican ontológicamen-
forma expresa —escrita u oral— o tácita. Lo se- te; ese acuerdo es el consenso o consentimiento,
gundo es lo mismo, pero desde otra perspectiva: entendiéndose como tal a la simple coinciden-
la celebración del contrato no demanda que las cia volitiva, salvo que se exija de algo más para
declaraciones volitivas formativas deban obser- admitir su configuración.
var una forma específica. Esta regla corresponde
a la denominada libertad de forma. De haberse generado el respectivo consen-
timiento, el mismo será válido en la medida
Pero se trata de la regla general, porque existe que se cumpla con los respectivos requisitos,
una excepción, asociada a la noción misma de evitándose así incurrir en causal de invalidez
la autonomía privada en materia negocial: la ley. sea a título de nulidad o anulabilidad. Sobre
El ordenamiento reconoce a las partes el poder el particular, recuérdese que somos histórica-
negocial de contratar, de autorregular sus inte- mente tributarios del derecho francés, por lo
reses para fines del intercambio económico, de que estamos a la regla conforme a la cual no
obligarse, pero las partes no deben cruzar las hay nulidad —sea absoluta o no— sin sanción
fronteras establecidas, siendo que la ley se ha legal. La invalidez afecta la eficacia del negocio,
reservado la posibilidad de exigir que, en algunos la afecta estructuralmente, negándola —nuli-
casos, la voluntad de las partes sea declarada, dad— o retirándola —anulabilidad—.
exteriorizada, de determinada manera para que
se tenga como existente y, en consecuencia, en la Por último, existiendo un válido acuerdo de
medida que sea además una declaración válida, voluntades, el mismo será eficaz, surtirá efectos,

o semi-religioso. Este esquema puede encontrarse en el Derecho Romano primitivo —nexum, sponsio, stipulatio—. El
Derecho Romano, sin embargo, evolucionó constantemente hacia fórmulas cada vez más espiritualizadas, llegando a
admitir, como sabemos, la categoría del contrato consensual y dotando de una cierta eficacia a los pactos. Sin embargo,
el formalismo primitivo no llegó a desaparecer del todo. Las formalidades orales fueron poco a poco sustituidas por
formas escritas y, acaso, el formalismo que al principio tuvo un carácter constitutivo fue lentamente pasando a ser un
ADVOCATUS 36

formalismo con valor probatorio.


(…)
En la Baja Edad Media, sin embargo, y especialmente en las ciudades, las necesidades del tráfico comercial impusieron
una liberación de la contratación respecto de las rígidas formas anteriores y llegó a consagrarse el llamado contrato
consensual romano-italiano, que fue jurídicamente recibido en toda Europa”. DIEZ-PICAZO, Luis. “Fundamentos del
Derecho Civil Patrimonial”. Madrid: Editorial Civitas, 1996, p. 251.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 127
más allá que la exigibilidad total o parcial de lo “Si entendemos que la forma es, al decir
convenido sea inmediata o diferida. de Geny, “el elemento exterior y sensible
destinado a encuadrar las circunstancias
Si no se ha alcanzado el consentimiento, es ma- inmateriales de la naturaleza de los actos”
nifiesto que no se ha celebrado contrato alguno; o la caracterizamos, con Barbero, como el
conforme a ello, resultará impertinente referir- “modo naturalmente idóneo, cualquiera
nos a las categorías de invalidez o ineficacia. que sea, como se hace la manifestación
Empero, podría ser que se hubiese alcanzado negocial”, es evidente que todos los negocios
un acuerdo, pero por incurrir en un defecto for- deben ofrecer una forma pues de lo contrario
mativo, por carencia de un requisito estructural, su intención no sería reconocible. De donde
esencial, aquél carezca de todo efecto propio la dicotomía formales y no formales, sobre la
o directo6, o sea susceptible de perderlos, de base de este concepto, pierde todo sentido”.
manera que el acuerdo sea nulo, o anulable.
Y a continuación prosigue el señalado civilista
Existe abundante literatura jurídica sobre este argentino:
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

tema del perfeccionamiento constitutivo. Nos


vamos a referir a dos conocidos autores. Vidal7 “Pero el problema es otro: la distinción se
sostiene que, en determinado sentido, todo funda en una acepción más restringida y
acto jurídico —y el contrato lo es— demanda de más concreta del vocablo forma, puesto
voluntad, pero que también corresponde a que que a veces no cualquier modo es relevante
la misma sea exteriorizada de alguna manera, para que la manifestación consiga su efecto;
expresa o tácitamente, para que sea conocida se agrega entonces un matiz de exigencia
y despliegue efectos jurídicos, ya que no hay particularizada. Se denominan negocios
actos sin forma, de manera que en ese sentido formales a aquellos cuya solemnidad es
se está ante actos de forma prescrita y actos taxativamente prefijada por la ley —forma
de forma voluntaria. Bajo el mismo enfoque, dispuesta o tasada—, no formales a aquellos
Mosset8 expresa: cuya exteriorización es libre y que pueden,

6. MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías y remedios del contrato, Jurista Editores, Lima, 2011, p. 202. En efecto, el
referido autor afirma: “La invalidez expresa un juicio negativo de valor, de disconformidad, entre el acto de autonomía
privada, como valor, y el orden jurídico, también como valor. Invalidez es disvalor del acto de autonomía privada. De
la invalidez resulta normalmente la ineficacia, siempre que la incompatibilidad valorativa entre el acto de autonomía
privada y el orden jurídico sea tal que el orden jurídico rechace que el acto de autonomía privada produzca sus efectos
jurídicos propios”. Ahora bien, generándose la dicotomía de efectos jurídicos propios o no, merece destacarse que el
acto jurídico nulo puede generar efectos colaterales o meramente fácticos, como sería el caso de una restitución de
lo que hubiese sido ejecutado en su oportunidad, al carecerse de un título sustentatorio válido. Sobre esto último,
merece considerarse que “(…) resultaría erróneo afirmar que el negocio nulo equivale a la “nada jurídica”. En efecto, es
absolutamente indispensable poner de manifiesto que el acto de autonomía privada afectado de nulidad produce ciertos
efectos jurídicos reflejos, secundarios o marginales que, desde luego, no resultan equiparables a las consecuencias finales
que despliegan los negocios válidos y eficaces en sentido estricto. En otros términos, tal como lo ha advertido ya un sector
de la doctrina nacional, el negocio nulo es jurídicamente relevante en la medida que produce efectos derivados del hecho
mismo de su celebración o ejecución”. VÁSQUEZ REBAZA, Walter. “La inexistencia del negocio jurídico. ¿Duplicación inútil,
hipótesis de escuela o genuina categoría operativa?”. En: Revista Jurídica del Perú, tomo 141. Trujillo: Editorial Normas
Legales, 2012, p. 172.
7. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. “El Acto Jurídico”. Lima: Pacífico Editores, 2016, p.131. El profesor Vidal va a destacar,
ADVOCATUS 36

de manera complementaria, que “La voluntad interna, una vez formada por el discernimiento, la intención y la
libertad, debe exteriorizarse y, por eso, viene a ser el sustrato de la voluntad manifestada. La voluntad interna, también
llamada voluntad real, aún (sic) cuando esté conjugada por el discernimiento, la intención y la libertad, no es suficiente
para la formación de la voluntad jurídica y darle validez al acto jurídico que se quiere celebrar, pues este requiere de la
exteriorización de la voluntad interna mediante la manifestación” Op. cit., p. 134.
8. MOSSET, Jorge. “Contratos”. Buenos Aires: Rubinzal – Culzoni Editores, 1998, p. 85.

128 Marco Antonio Ortega Piana


por lo tanto, realizarse en cualquiera “de las contrato sólo adquirirá eficacia una vez suscrita

D OC TR I N A
ANIRTCOD
que el uso social considera instrumento de la correspondiente escritura pública.
manifestación admisible e inequívoca”9 (el
subrayado es nuestro). Por necesidades comerciales, y bajo el imperio
de una orientación filosófica que sustentó final-
Sobre la base que sólo tiene significado jurídi- mente la formación del principio decimonónico DERECHO
LITIGIOS
co aquello que es exteriorizado, declarado, los de la autonomía de la voluntad, en que se privi- PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
contratos quedarán celebrados, perfeccionados legiaba una irrestricta libertad de las personas, la
constitutivamente —más allá que pretendan regla general de perfeccionamiento constitutivo
crear, regular, modificar o extinguir relaciones contractual es mediante consentimiento simple.
obligatorias—, según sea que se exija o no que la Y es que en general, en determinado contexto
voluntad común sea expresada de cierta manera. histórico, la voluntad individual era definitiva-
mente el eje del derecho civil patrimonial.
Así, al consentimiento contractual, en términos
legales, podemos clasificarlo como simple o El consentimiento simple corresponde a los
como calificado. denominados contratos consensuales, en que
el consentimiento o consenso es suficiente para
Conforme ya hemos expresado, la regla general su celebración. Téngase presente, celebración,
es que el derecho reconoce al acuerdo de volun- no ejecución, que es otro tema. La compraven-
tades más allá de la forma en que sea expresado; ta es el contrato consensual por excelencia,
es así que el contrato puede ser celebrado bajo pero comparten la misma naturaleza múltiples
el régimen de libertad de forma, aplicándose contratos, entre otros, el arrendamiento, la
las distintas maneras de expresar la voluntad, prestación de servicios, la franquicia, el auspicio
reconocidas en el artículo 141 de nuestro o “esponsorización”, etc., se encuentren legisla-
Código Civil. Así, por ejemplo, un contrato de tivamente tipificados o no.
compraventa puede ser celebrado verbalmente,
así como también por escrito, o que una sola de Otro tema es si se está ante una válida cele-
las dos declaraciones formativas —sea la oferta bración, para cuyo efecto hay que realizar un
o la aceptación— conste por escrito; asimismo, descarte, ya que se requiere determinar si se ha
la forma escrita puede ser estimada o graduada incurrido o no en una causal de nulidad o anula-
libremente, pudiendo constar las declaraciones bilidad, escenario en el cual el ordenamiento no
mediante simple documento o por escritura reconocerá que el acuerdo volitivo despliegue
pública. En todo caso, nada impide admitir que efectos propios, sea a título de nulidad o de
el contrato de compraventa quede celebrado anulabilidad, atendiendo a la gravedad de la
conductualmente, mediante la ejecución de afectación al sistema jurídico10.
comportamientos concluyentes, susceptibles
de ser valorados de una determinada y cierta Frente a la indicada regla general, la regla de
manera, e inclusive mediante la asignación de excepción es que el derecho establezca que la
valor al silencio. Bajo este régimen de libertad declaración de voluntad sólo será existente y, por
de forma, siempre en el marco de la autonomía consiguiente, productora de efectos merecedores
privada, las partes pueden subordinar los efec- de tutela jurídica, en la medida que cumpla con
tos del negocio, sea de manera total o parcial, a la forma exigida de manera necesaria y no con-
la observancia de una determinada forma; por tingente o prescindible, por lo que la voluntad
ejemplo, pueden establecer que el respectivo común deberá expresarse ineludiblemente de
ADVOCATUS 36

9. MOSSET, Jorge. Op. cit., p. 85. La referencia a los negocios no formales es la que entendemos por consensuales o
informales. Los negocios formales son los sujetos a solemnidad.
10. MORALES HERVIAS. Rómulo. Op. cit., p. 205.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 129
una determinada manera. Forma de la declara- Si la forma solemne se confunde con la decla-
ción se confunde, se identifica, con la declaración ración de voluntad de las partes, en rigor, la
misma; conforme a ello, ante la inobservancia de inobservancia de la solemnidad derivaría en
la forma necesaria exigida, se entenderá que no inexistencia antes que en invalidez, porque
ha habido declaración de voluntad por las partes, esta última categoría presupone un acto ce-
menos consenso, por lo que no se habrá generado lebrado12; empero, nuestro Código Civil, zanja
relación contractual alguna. la cuestión estableciendo que la inobservancia
de la forma legalmente exigida bajo sanción
De acuerdo a esta regla bajo comentario, el de nulidad es causal de invalidez a título de
contrato sólo estará celebrado, válidamente nulidad. Roma locuta, causa finita. En nuestra
celebrado, en la medida que las partes —ambas, opinión, ello genera confusión al dimensionar-
al ser un acto plural— declaren su voluntad de se los alcances de las normas bajo comentario.
una determinada o específica manera, la misma No puede ser nulo lo inexistente, sólo puede
que es exigida bajo sanción de nulidad, esto serlo aquello que existe, dado que la nulidad
último para destacarse que no se trata de una es finalmente la negación de pleno derecho
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

forma meramente probatoria y, por consiguiente, de efectos para algo que ha sido celebrado
prescindible. Por ejemplo, la ley11 establece que en oposición a reglas esenciales del ordena-
el contrato de donación inmobiliaria se celebra miento. Además, si el negocio fuese nulo, lo
mediante declaraciones contenidas en una escri- cual presupondría existencia, a través de esta
tura pública, bajo sanción de nulidad; ergo, si las última se estaría asumiendo que ya hubo con-
partes exteriorizan su voluntad bajo una forma sentimiento, aunque el mismo no haya sido
distinta, no se genera consentimiento alguno en suficiente, siendo que esto último derivaría en
el plano jurídico, por lo que no se producen los admitir —indirecta e impropiamente— que
efectos que se habrían representado las partes. La el contrato ya se habría formado, dado que
declaración de voluntad debe, tiene que, expre- contrato no es sino consentimiento. Estimamos
sarse necesariamente conforme a la respectiva que este problema de categorías jurídicas, más
formalidad, la misma que es documental. allá de lo que enuncie en particular nuestro
Código Civil, bien puede ser salvado —para
Este tipo de perfeccionamiento constitutivo fines genéticos—.
no es frecuente, pero se mantiene ante deter-
minados negocios —conviene recordar que La inobservancia de la forma necesaria no es
MOSSET hace referencia precedentemente a que conlleve nulidad, por haberse omitido
una solemnidad taxativamente prefijada—. seguir —para fines de la declaración común—
Este perfeccionamiento genético excepcional la forma establecida por ley bajo sanción de
corresponde a los denominados contratos nulidad, sino que deriva en inexistencia, siendo
formales o sujetos a forma negocial ad solem- que la referencia a la exigencia legal de una
nitatem o ad substantiam. Si ambas partes no determinada forma bajo sanción de nulidad se
observan la solemnidad correspondiente, no se realiza únicamente para diferenciarla de una
habrá logrado el consentimiento, por lo que no forma que fuese simplemente probatoria. Es
despliega efectos lo inexistente. una referencia por exclusión, atendiendo a que
si no se indica que se está ante una forma ad
Dos breves comentarios. solemnitatem, se entendería que es meramente
ADVOCATUS 36

11. Artículo 1625 del Código Civil de 1984.


12. ESPINOZA ESPINOZA, Juan. “Acto Jurídico Negocial. Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial”. Lima: Gaceta
Jurídica, 2008, pp. 495-498. El autor destaca que la inexistencia es la falta de configuración del negocio o acto, a
diferencia de la invalidez que presupone un negocio o acto que adolece de cierta patología —estructural— que deriva
en que no genere los efectos jurídicos representados, los ya referidos efectos propios del negocio, sea por falta de
elementos esenciales o por presentar vicios de la voluntad.

130 Marco Antonio Ortega Piana


ad probationem13. En materia de formación del consentimiento de las partes, excepto aquellos en

D OC TR I N A
ANIRTCOD
consentimiento, entendemos que la ausencia que debe observarse la forma señalada por la ley
de una declaración tal como lo pudiese exigir la bajo sanción de nulidad”, lo cual reconocería que
ley, conlleva a que no se haya generado el con- la regla general de perfeccionamiento genético
senso, elemento formativo esencial del negocio; es el consentimiento simple, salvo que se exija
en consecuencia, al no haber jurídicamente de un consentimiento calificado, observándose DERECHO
LITIGIOS
un acuerdo volitivo, el pretendido contrato es una solemnidad. PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
simplemente inexistente.
¿Debe modificarse el artículo 1352 del Código
Al postular que la solemnidad es la declaración Civil? Estimamos que no se justifica. Ello además
misma de voluntad, no resulta consistente lo implicaría modificar un conjunto de artículos
expresado en el artículo 1352 de nuestro Código de dicho cuerpo normativo cuyo texto denota
Civil: “Los contratos se perfeccionan por el consenti- que habría el entendimiento que declaración
miento de las partes, excepto aquellos que, además, de voluntad y forma esencial corresponden a
deben observar la forma señalada por la ley bajo conceptos distintos15, lo cual no es así necesa-
sanción de nulidad”, dado que la palabra “además” riamente. En lo personal, confiamos en el buen
sugiere que al consentimiento —que ya estaría criterio interpretativo jurisdiccional antes que el
generado— se le exigiría un requisito adicional legislativo; la legislación —civil, en particular—
para formar al contrato, pero que ya hay consen- no debe ser objeto de modificaciones adjetivas,
timiento. Los alcances de este artículo han sido sino sólo para materias o temas sustanciales,
objeto de múltiples comentarios en los diversos cuando se llega a un punto en que la seguridad
intentos de reforma del actual Código Civil. jurídica así lo requiera.

Postulamos que el consentimiento sólo se ge- Si realizamos una breve comparación pode-
nera, legalmente, si se satisface la solemnidad; mos advertir que los denominados contratos
por ello nos referimos a un consentimiento consensuales están bajo el régimen del con-
calificado. Empero, no puede negarse que el sentimiento simple, y corresponden a la regla
Código Civil en diversas partes de su articulado general de perfeccionamiento contractual, lo
diferencia entre la manifestación de voluntad cual obedece a razones de celeridad para fines
—entiéndase declaración— y la necesidad de del tráfico16, según ya ha sido indicado. Las par-
observar de manera necesaria cierta forma, tes pueden expresar su coincidencia volitiva de
bajo sanción de nulidad. Recuérdese que el la manera que estimen más conveniente a su
lenguaje legislativo no es, ni tiene que ser, uno interés. Por el contrario, los contratos formales,
académico o científico14, de manera que bien o solemnes, están bajo el régimen del consenti-
puede entenderse que la norma en cuestión se miento calificado, y corresponden a la regla de
refiere a que “Los contratos se perfeccionan por el excepción del perfeccionamiento contractual,

13. Artículo 144 del Código Civil.


14. “En el léxico jurídico pueden distinguirse tres planos de análisis. El primero es el lenguaje natural u ordinario, que
es el de la expresión usual, habitual, cotidiana o corriente de la sociedad. El segundo es el lenguaje de los hombres
dedicados a la ciencia jurídica, que es un lenguaje característico que aspira a expresar con la mayor precisión posible
las construcciones propias del derecho. El tercero es el lenguaje legislativo, es decir, el lenguaje del legislador, que si bien
no debe ser ajeno al rigorismo semántico del jurista, tampoco debe apartarse demasiado del sentido de los vocablos
ADVOCATUS 36

encarnado en la comunidad”. ALTERINI, Jorge, CORNA, Pablo María, ANGELANI, Elsa Beatriz y VÁSQUEZ, Gabriela
Alejandra. “Teoría General de las Ineficacias”. Buenos Aires: La Ley, 2000, p. 2.
15. Es el caso, entre otros, del artículo 140, atendiendo en particular a su inciso 4, así como el caso del artículo 219,
incisos 1 y 6.
16. Se aprecia la innegable influencia del derecho comercial; los negocios requieren ser celebrados de la manera más
célere posible, por lo que la sola palabra es suficiente, sin perjuicio que puedan generarse formas probatorias.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 131
lo cual se sustenta en la necesidad de acreditar Así, por ejemplo, si se celebra una donación
el consenso negocial de cierta manera, y no de inmobiliaria —lo cual exige de escritura pública,
otra, necesidad que se asocia a la seguridad jurí- bajo sanción de nulidad, conforme al artículo
dica17. Tratándose de la solemnidad contractual 1625 de nuestro Código Civil—, si de manera
las partes están sujetas a una carga, en el sentido posterior se declara la nulidad del indicado
que sólo pueden expresar su coincidencia voliti- instrumento público, ello afectará insubsana-
va de la manera o forma documental establecida blemente al pretendido negocio celebrado, ya
por ley bajo sanción de nulidad, lo cual corres- que las declaraciones de voluntad no habrían
ponde a una regla de naturaleza imperativa y, sido rendidas mediante escritura pública; al no
por lo tanto, inderogable, por lo que carecen de haber declaraciones, no habrá consenso alguno.
libertad de forma. Conforme ya hemos señalado, en rigor, se trata
de un tema que trasciende de la invalidez, es un
En el marco de los contratos consensuales, en tema de inexistencia. En consecuencia, el docu-
que cualquier forma seguida será meramente mento, la minuta, que dio origen a la escritura
probatoria, no aplica la denomina “nulidad re- pública de donación inmobiliaria, carece de va-
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

fleja” referida de alguna manera, negativamente, lor, no evidencia consentimiento, porque enten-
en el artículo 225 del Código Civil de 1984 —“No demos que para el ordenamiento el consenso
debe confundirse el acto con el documento que sir- recién se configurará con la escritura pública.
ve para probarlo. Puede subsistir el acto aunque el
documento se declare nulo”—. Así, por ejemplo, Asimismo, en el marco de los contratos consen-
si se celebra una compraventa, siendo que la suales, en que se está a la regla de la libertad de
respectiva minuta es finalmente elevada a escri- forma, la celebración contractual puede demos-
tura pública, si de manera posterior se declara trarse de cualquier manera idónea y pertinente,
la nulidad de esta última, ello no debe afectar pudiéndose exigir inclusive que se otorguen
al negocio celebrado, sino únicamente a lo que formas probatorias específicas —sujeto esto
era una forma probatoria. La compraventa fue a que existe una obligación de otorgarlas, sea
celebrada válidamente, pudiéndose recurrir a legal o convencional—. Así, por ejemplo, cele-
la minuta para demostrar su celebración, o a brada verbalmente una compraventa inmobi-
cualquier otro medio probatorio que sea idóneo liaria, el comprador puede ulteriormente exigir
y pertinente. Cosa distinta ocurre tratándose de que, sobre la base del contrato ya celebrado, se
los contratos formales, en los que por definición le otorgue una escritura pública, para que su
sí opera la “nulidad refleja”, conforme a la cual derecho esté documentado de mejor manera
la nulidad del continente —documento— se o para fines de una inscripción registral de ser
extiende al contenido —negocio—. el caso, de manera que pueda publicitar ade-

17. La solemnidad se extiende en nuestra legislación a tres supuestos documentales: simple forma escrita, forma
escrita de fecha cierta y escritura pública, la dimensión del negocio vinculará cada una de ellas. Tratándose de la
donación inmobiliaria, que corresponde a una liberalidad que deriva en una transferencia gratuita de propiedad,
se demanda de escritura pública bajo sanción de nulidad, quizá más por tradición casi inmemorial que por una
efectiva consideración económica del valor del bien comprometido. Como bien señala doctrina autorizada, la
escritura pública no sólo permite autenticar la identidad y la declaración de voluntad del otorgante, sino que
permite preservar su contenido en el tiempo, considerando el registro notarial correspondiente; siendo además
que la configuración de la donación como contrato formal implica —en los hechos— generar un espacio temporal
deliberativo para que el donante pueda representarse las consecuencias del acto a ser celebrado, dado que la
ADVOCATUS 36

suscripción de la minuta o de cualquier documento previo no lo compromete, quedando sólo obligado cuando
es otorgada la escritura pública, completándose la suscripción con la intervención del notario público. “La razón
política de esta imposición por parte del ordenamiento jurídico, estriba, como es sabido, en la exigencia de que las
partes se vean forzadas por la necesidad del uso de la forma solemne, a reflexionar sobre la importancia económica
del acto que van a realizar al estipular el contrato y se decidan a ello después de un maduro examen; es, por tanto, un
medio indirecto de defensa de las partes contra su propia ligereza posible”. MESSINEO, Francesco. “Doctrina General
del Contrato”. Tomo I. Buenos Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América, 1986, p.151.

132 Marco Antonio Ortega Piana


cuadamente la transferencia de propiedad, o el valor al silencio, lo cual no es definitivamente

D OC TR I N A
ANIRTCOD
derecho a la misma. posible tratándose de los contratos formales,
porque en estos últimos ambas declaraciones
Cosa completamente diferente ocurre tra- formativas de voluntad —oferta y aceptación—
tándose de los contratos formales, en los que deben expresarse observando necesariamente
declaración y forma necesaria se confunden, ya la forma documental legal exigida bajo sanción DERECHO
LITIGIOS
que satisfacer el requisito de forma esencial evi- de nulidad, llámese simple forma escrita, forma PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
dencia jurídicamente la formación del acuerdo escrita con fecha cierta o escritura pública, las
volitivo. Así, por ejemplo, si se pretende haber cuales corresponden no sólo a declaraciones
celebrado una donación inmobiliaria mediante expresas sino escritas o documentales.
la suscripción de una minuta —desconocien-
do que la ley exige de escritura pública, bajo Conforme a ello, debemos destacar que siendo
sanción de nulidad—, invocándose al artículo la consensualidad formativa la regla general de
1352 del Código Civil que hace mención al con- perfeccionamiento constitutivo contractual, el
sentimiento de las partes, de manera posterior Código Civil vigente se coloca en dicho supuesto
el supuesto donatario carecerá de legitimidad al regular la contratación en general, por lo que
para demandar el otorgamiento de la escritura muchas de sus disposiciones resultan ajenas a los
pública, dado que esta última “hace” al contrato contratos solemnes, como son los casos, entre
mismo, forma jurídicamente el consentimiento, otros, de los artículos 137818, 138019, y 138120.
no siendo posible que se otorgue efectos vin-
culantes a un documento que carece de valor Por último, al lado de los contratos consensuales
legal, ya que de lo contrario terminaría afectan- y formales tenemos también a los denominados
do la propia libertad de contratar del supuesto contratos reales, los mismos que son diferentes
donante. Es más, el artículo 1412 del Código —pese al parecido de su denominación— a los
Civil no legitimaría a la señalada exigencia, dado contratos con efectos reales. Téngase presente que
que sólo puede compelerse la observancia de la clasificación de los contratos en consensuales,
una determinada forma probatoria. formales y reales se relaciona al perfeccionamiento
constitutivo, a la existencia del negocio.
Y sin que por ello se pretenda agotar las diferen-
cias de tratamiento jurídico entre ambas cate- Debe diferenciarse entre contratos reales —per-
gorías de contratos, tratándose de los contratos feccionamiento constitutivo, tema de formación
consensuales —libertad de forma— es posible del consentimiento— y contratos con efectos
que se alcance el consentimiento inclusive reales —perfeccionamiento operativo, tema
mediante una aceptación tácita, o reflejada de eficacia del consentimiento ya formado. Los
mediante comportamientos concluyentes, o contratos con efectos reales —o traslativos— se
por haberse acordado asignar determinado oponen a los contratos con efectos personales

18. Siendo que el contrato es consensual, esto es que se celebra bajo libertad de forma, nada impide que el oferente
exprese al destinatario de la oferta que su eventual aceptación sólo tendrá valor y efectos en la medida que sea
declarada de una determinada manera, la que será fijada libremente. Si el contrato fuese formal, ambas partes
deberían necesariamente declarar su voluntad de la misma forma solemne.
19. La denominada aceptación tácita es conductual o derivada de un comportamiento concluyente que permita
la representación indubitable de la voluntad; no se trata de una forma documental y no corresponde a una
ADVOCATUS 36

solemnidad, debiéndose además considerar que en materia de contratos formales, ambas partes deben observar
por igual la forma necesaria o solemne.
20. El silencio corresponde a una declaración de voluntad sólo cuando la ley o el pacto así lo establecen; en rigor, el
silencio es la falta de declaración, por lo que no puede aplicar a la formación de los contratos formales, porque los
mismos demandan ineludiblemente que ambas partes expresen su voluntad observando una forma documental
necesaria.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 133
—u obligacionales—, correspondiendo a una celebración que el acuerdo de voluntades se
clasificación asociada fundamentalmente a la materialice mediante la entrega del bien en
eficacia de los contratos de cambio, sobre cuán- que recae el contrato (…). Debe tenerse pre-
do se verifica la traslación de propiedad, lo cual sente que en el contrato real la entrega no es
presupone que el respectivo contrato haya sido la ejecución del contrato, sino uno de los dos
válidamente celebrado. elementos formativos de este —el otro es el
consentimiento—, de tal manera que la falta
En razón de la regulación expresa y puntual de uno de ellos, cualquiera que sea, da lugar
sobre el objeto contractual, atendiendo a los di- a la inexistencia del contrato”22 (el subrayado
versos tipos legales de los contratos de cambio, es nuestro).
y considerando la identidad de las titularidades
reales, que no están sujetas a relatividad alguna, Se aprecia, conforme al texto reproducido, que el
nuestro Código Civil no admite la categorización maestro De la Puente sostiene, a diferencia nues-
de contratos con efectos reales o traslativos, tra, que el consentimiento formativo se requeriría
descartando que el solo consenso permita una siempre, siendo que además se necesitaría de la
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

efectiva transferencia de propiedad. El contrato entrega para que recién se entienda celebrado el
obliga, es la causa de la transferencia, pero no es contrato, para que adquiera existencia.
la transferencia misma, y ello porque estamos
adheridos al sistema del título y modo, sea en Es la misma visión que habría tenido el legis-
materia mobiliaria como inmobiliaria21. lador nacional cuando al redactar el artículo
1352 del Código Civil, al referirse a los contratos
Los contratos reales también están sujetos con- formales, señala que éstos requieren, “además”
ceptualmente al régimen del consentimiento del consentimiento, la observancia de la forma
calificado, por más que no estén reconocidos señalada por ley bajo sanción de nulidad, de
en la legislación nacional, siendo que para la manera que también habría un doble requisito
generación del consentimiento se requiere ne- para fines de existencia. Consideramos que no
cesariamente de una determinada actuación, de se justifica postular un sistema de “doble requi-
manera puntual, de la entrega material de la cosa sito” para los contratos reales —y formales—,
sobre la cual versan. No es que la falta de entrega dado que el derecho define lo que se entiende
corresponda a un tema de invalidez, de nulidad por “consentimiento”. En algunos casos, consen-
del contrato, sino que la falta de entrega impide timiento será el solo acuerdo —consentimiento
la formación del consentimiento, por lo que ante simple—, en otros, ello se evidenciará por una
la inexistencia del negocio debe concluirse que suscripción documental o por una entrega de
no hay generación de los efectos jurídicos reser- cosa —consentimiento calificado, contratos
vados para la válida celebración de un contrato. formales y reales, respectivamente. Conforme a
ello, de no observarse la exigencia del consen-
Conforme a ello, el contrato real sólo se entiende timiento simple o calificado, se estará por igual
celebrado, formado el consentimiento, cuando ante una inexistencia negocial, no hay contrato,
una de las partes entrega a la otra la cosa sobre la no es que sea inválido, nulo.
cual recae el acuerdo, entrega que corresponde-
ría a una aceptación materializada, como última Además, si asumimos el régimen del “doble requi-
declaración formativa, presuponiendo una oferta. sito” entendemos que estaríamos ante un proble-
ma práctico: la legislación que regula el carácter
“En consecuencia, puede definirse el con- real no sanciona con nulidad la inobservancia
ADVOCATUS 36

trato real como aquél que requiere para su de la entrega. Por ejemplo, el artículo 1573 del

21. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit. Tomo II, pp. 22-25.
22. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit. Tomo I, p. 141.

134 Marco Antonio Ortega Piana


Código Civil de 1936 establecía “Por el mutuo una perativa, sino que al ser estructuradora en ma-

D OC TR I N A
ANIRTCOD
persona entrega a otra cierta cantidad de dinero o teria de formación volitiva negocial, postulamos
de cosas que se consumen por el uso, con obligación que es una auténtica regla de nuestro orden
de la segunda de devolver otro tanto de la misma público contractual. La ley acepta la existencia
especie y calidad”; conforme a ello, de no mediar de contratos consensuales y formales, la niega
entrega, no había consenso, no había contrato, se tratándose de los contratos reales. DERECHO
LITIGIOS
estaba definitivamente ante un caso de inexisten- PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
cia antes que de invalidez. El sistema del “doble Otro tema será si las partes, en el marco de la
requisito” parte de la premisa que ya se contaría autonomía privada, pueden acordar un consen-
con el consentimiento, requiriéndose de algo timiento calificado o no, esto es, si pueden some-
más, y esto último puede derivar en conflictos. terse a una solemnidad de fuente convencional.
No tenemos duda que puede haber “consenti-
miento”, pero en sentido coloquial, en el plano del IV. MARCO NORMATIVO APLICABLE AL
lenguaje común, pero no en el plano del lenguaje PERFECCIONAMIENTO CONTRACTUAL
estrictamente jurídico, porque en el marco de los
contratos formales y reales, el consentimiento Nos interesa destacar, como marco normativo
—y la correlativa existencia negocial— sólo se general del presente trabajo, las siguientes dis-
genera con la suscripción documental y con la posiciones de nuestro Código Civil, en materia
entrega de la cosa, respectivamente. de acto jurídico:

Mientras en los contratos consensuales, ambas “Artículo 143.- Cuando la ley no designe
partes pueden declarar su voluntad, manifestan- una forma específica para un acto jurídico,
do su absoluta coincidencia, de manera libre, sin los interesados pueden usar la que juzguen
necesidad de una específica forma, y mientras en conveniente.”
los contratos formales, la forma es la voluntad
misma, de manera que las partes deben declarar La norma en cuestión hace referencia a la
su respectiva voluntad de una misma y específica denominada libertad de forma, esto es, que
manera, según la forma establecida por ley bajo el agente o los agentes pueden exteriorizar su
sanción de nulidad, tratándose de los contratos voluntad de la manera que mejor lo estimen:
reales no se trata que ambas declaraciones radi- expresa o tácitamente. Si aplicamos esta regla
quen en la entrega de cosas, sino que se requiere general de acto jurídico a contratos, bien pue-
que una de las partes exteriorice su voluntad de afirmarse que, salvo que la ley establezca la
de contratar mediante la entrega de la respec- celebración sujeta a una determinada forma
tiva cosa, lo cual corresponderá a su aceptación bajo sanción de nulidad, las partes pueden
respecto de la oferta generada previamente, celebrar al contrato bajo la forma que estimen
atendiendo a que la aceptación es la última de- conveniente. Tanto en materia de acto jurídico
claración prenegocial y deriva, una vez conocida como de contratos la regla es la misma: preva-
por el oferente, en el cierre formativo del negocio. lece formativamente la sola voluntad, salvo que
Sin entrega no hay, no existe contrato, no es que la ley establezca cosa distinta.
el contrato sea inválido o ineficaz.
“Artículo 144.- Cuando la ley impone una
Nuestro actual Código Civil reconoce en su artículo forma y no sanciona con nulidad su inobser-
1352 la celebración de contratos consensuales y vancia, constituye sólo un medio de prueba
formales, habiéndose descartado la configuración de la existencia del acto.”
ADVOCATUS 36

de los reales, siendo muy sencilla la respectiva


razón: la entrega de la cosa evidencia ejecución, Ingresamos al campo de la forma prescrita —
presupone un acuerdo, no es el contrato. que corresponde al concepto de formalidad—,
la cual siendo de carácter documental, puede
Conforme analizaremos más adelante, la regla ser simplemente probatoria —relativa— o
del artículo 1352 del Código Civil no sólo es im- consustancial —absoluta— al acto: Formalidad

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 135
o exigencia de forma para fines ad probationem “Artículo 1352.- Los contratos se perfeccio-
o ad solemnitatem, respectivamente. nan por el consentimiento de las partes, ex-
cepto aquellos que, además, deben observar
La forma probatoria no afecta la identidad la forma señalada por la ley bajo sanción de
del respectivo acto, o contrato, el mismo que nulidad.”
seguirá siendo consensual, esto es, que la sola
declaración permite la formación del respecti- Conforme a este artículo, tratándose del per-
vo acto. De haber una exigencia de forma no feccionamiento constitutivo de contratos, sean
esencial, bien podemos referirnos a negocios nominados o innominados, típicos o atípicos, se
consensuales relativos. Dicha subcategoría de reconoce como regla general la existencia de los
consensualidad se opone a la de los negocios contratos consensuales y, como regla excepcio-
consensuales absolutos, que son aquellos en nal, de los contratos formales. Tratándose de los
que la ley no establece una determinada for- contratos consensuales, impera la libertad de
ma para fines de la formación de la voluntad: forma; y, tratándose de los contratos formales,
irrestricta libertad de forma. Así, por ejemplo, la declaración de voluntad se confunde con la
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

en atención al artículo 1098 del Código Civil, exigencia legal de una determinada forma, la
el acuerdo, convenio o contrato hipotecario misma que a su vez está establecida bajo san-
es un negocio consensual relativo; en cambio, ción de nulidad, generándose identidad entre
conforme al artículo 1529 del Código Civil, la declaración de voluntad —contenido— y
la compraventa es un negocio consensual el correspondiente documento —continente.
absoluto. Conforme ya hemos referido, la exigencia que
la voluntad común de las partes se exprese de
Lo establecido en el artículo 225 del Código una determinada forma, bajo sanción de nuli-
Civil —“No debe confundirse el acto con el docu- dad, no debería llevarnos a asumir que en caso
mento que sirve para probarlo. Puede subsistir el contrario se genera nulidad, siendo más bien
acto aunque el documento se declare nulo”— es que el efecto es la inexistencia23; conforme a
consistente sistemáticamente con el artículo ello, la referencia a una forma bajo sanción de
144 bajo comentario. En efecto, de admitirse nulidad es simplemente para que sea manifiesto
que una determinada forma es simplemente que no se trata de una forma probatoria, que
probatoria, la nulidad del respectivo documento presuponga existencia.
—sea una sola forma escrita, con fecha cierta,
o una escritura pública, que son las maneras Los contratos consensuales pueden ser abso-
referidas en la ley— no significará la nulidad del lutos o relativos; los primeros carecen en su
acto o negocio celebrado, el mismo que podrá regulación de la indicación de cualquier forma
probarse por otros medios. En ese contexto, la con relación a su celebración, por lo que ello
indicada invalidez no afectará en un ápice a la queda sujeto a lo que estimen irrestrictamente
existencia negocial. las partes; los segundos, están sujetos a una
forma, pero sin que su inobservancia sea san-
El artículo 144 del Código Civil no se opone a lo cionada con nulidad, tratándose de una simple
establecido en su artículo 143, ya que en ambos forma probatoria, por lo que el contenido no se
casos se está bajo la regla de libertad de forma, identifica necesariamente con el continente. En
sea absoluta o relativa. oposición, los contratos formales están sujetos a
una solemnidad, declaración y forma —cuya in-
De manera complementaria, ya en el ámbito observancia se sanciona con nulidad— se con-
ADVOCATUS 36

particular de contratos, interesa destacar las si- funden, se identifican; de no observarse la forma
guientes disposiciones de nuestro Código Civil: legal establecida, se generaría nulidad, aunque

23. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit. Tomo II, p. 144.

136 Marco Antonio Ortega Piana


reiteramos que, en rigor, antes que invalidez es Lo que regula el artículo 1352 del Código Civil es

D OC TR I N A
ANIRTCOD
inexistencia, ya que para el ordenamiento no se ciertamente el perfeccionamiento constitutivo
habría generado acuerdo volitivo alguno. contractual: Todo contrato demanda de consenso
o consentimiento, el cual puede ser simple o califi-
Si nos remitimos a los artículos 140, inciso 4, cado. El simple significa que la declaración volitiva
y 219, incisos 1 y 6, del Código Civil se aprecia puede expresarse de la manera que mejor lo es- DERECHO
LITIGIOS
una redacción concordante con el artículo timen los interesados. El calificado corresponde a PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
1352 bajo comentario general, ya que se una suerte de ficción jurídica: el “consentimiento”
separa lo relativo a la manifestación —decla- que ya se habría producido en los hechos no es tal
ración— de voluntad de la observancia de la para el derecho, el consentimiento sólo se verifica-
forma prescrita bajo sanción de nulidad. En rá jurídicamente en la medida que los interesados
términos latos ello es correcto; el tema radica se expresen de la forma documental que establece
en evaluar si resulta sostenible afirmar que el imperativamente la ley, forma que es identificada
acto, el contrato, es nulo por inobservancia de porque es regulada bajo sanción de nulidad; si no
forma solemne. ¿No es que la forma solemne lo hacen, el pretendido negocio será inexistente,
es esencial?, ¿sin la observancia de la forma porque la voluntad común para ser reconocida
esencial debe entenderse que la declaración debe ser exteriorizada necesariamente de cierta
existe, pero que no despliega efectos?, ¿o es forma, y no de otra.
que debe asumirse que simplemente no hay
declaración, que no hay acuerdo de voluntades Insistimos en la tesis ya expresada. La referencia
en materia contractual? normativa a la forma exigida bajo sanción de
nulidad, no implica que en caso de inobservan-
Postulamos que, en términos estrictos, la de- cia el respectivo negocio sea inválido, sino que
claración de voluntad, el consentimiento, en se trata de una referencia a determinada forma
algunos casos —contratos formales o sujetos a para distinguirla, para excluirla, respecto a cual-
solemnidad— sólo se genera de observarse la quier otra forma que pudiese ser exigida pero
forma esencial —sancionada con nulidad, para sólo con carácter probatorio. Lo fundamental
diferenciarla en el texto legislativo de la que es es que la inobservancia de la forma solemne
simplemente probatoria. De no acatarse dicha significará que para el ordenamiento no se
forma, la voluntad no ha sido declarada para la ha generado consentimiento, el que se habría
ley, por lo que no se constituye el acuerdo de formado en los hechos carece simplemente de
voluntades: inexistencia contractual. relevancia o significado formativo.

Admitir lo contrario, implicaría admitir indirecta- Para finalizar, como bien sabemos, en materia
mente situaciones que estimamos inaceptables. jurídica hay muchos desencuentros que pueden
Por ejemplo, de acuerdo al artículo 2001, inciso ser más aparentes que sustanciales. La clasifica-
1, del Código Civil, la acción de nulidad prescribe ción formativa propuesta de contratos consen-
a los diez años. La inexistencia, que es la ausen- suales y formales, podría también enunciarse
cia de negocio, no produce, no puede producir, como de contratos consensuales y solemnes,
efecto alguno, siendo imprescriptible24, por lo previa mención que existe un rubro de contra-
que siempre podrá invocarse que no se generó tos formales, sólo que la forma de estos últimos
contrato alguno porque no se alcanzó o logró puede ser probatoria o sustancial; si se trata de
jurídicamente el consentimiento, no es que éste una forma únicamente probatoria, el contrato
se logró y quedó “pendiente” satisfacer el —se- será siempre consensual; pero si se trata de una
ADVOCATUS 36

gundo— requisito de suscribir un documento forma esencial, el contrato será solemne. Es


como forma solemne. cuestión de palabras, no de conceptos.

24. VÁSQUEZ REBAZA, Walter. Op. cit., pp. 163-188.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 137
“Artículo 1411.- Se presume que la forma que venida por las partes por escrito bajo sanción
las partes convienen adoptar anticipadamen- de nulidad, estas pueden compelerse recípro-
te y por escrito es requisito indispensable para camente a llenar la formalidad requerida.
la validez del acto, bajo sanción de nulidad.”
La pretensión se tramita como proceso su-
Esta norma no tiene antecedentes en nuestra marísimo, salvo que el título de cuya forma-
legislación civil. Si nos quedamos en el plano lidad se trata tenga la calidad de ejecutivo,
meramente literal, de alguna manera legitimaría en cuyo caso se sigue el trámite del proceso
a las denominadas solemnidades convencio- correspondiente”.
nales, esto es, a las formalidades necesarias
establecidas por las propias partes contratantes, Interesa en particular el primer párrafo de la
y no por la ley. Para fines de asociar esta norma norma reproducida, conforme al cual la posibi-
—de carácter contractual— con las precedente- lidad de compelerse recíprocamente el cumpli-
mente enunciadas, debemos considerar que la miento de una forma sólo es posible tratándose
categoría de actos jurídicos solemnes —sujetos de aquellos contratos en que la forma no se
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a una forma ad solemnitatem— corresponde a identifica constitutivamente con la declaración


la clasificación de los contratos formales —en de voluntad, esto es, procede tratándose de
cuanto a su perfeccionamiento constitutivo—, los contratos consensuales y que estén sujetos,
por lo que estos últimos podrían ser tanto de a su vez, a una formalidad de carácter ad pro-
fuente legal como convencional. bationem —contratos consensuales relativos.
Ofendería gravemente a la autonomía privada,
Ante dicha lectura resultaría válido cuestionar- significaría prescindir de la libertad de contratar,
se si la noción de autonomía privada —que si es que se admitiese que, tratándose de los
sustenta al moderno derecho contractual— es contratos formales —en los que forma solemne
tan amplia que permita o tolere que las partes y consentimiento se identifican—, resulta posi-
—que carecen por sí mismas de un rol norma- ble compeler el cumplimiento de la respectiva
tivo, dado que el mismo les es delegado por el forma, prescrita bajo sanción de nulidad, ya que
ordenamiento— pueden convenir requisitos de ello implicaría en los hechos obligar a contratar.
validez, causales de nulidad. Debe tenerse pre-
sente que, según ya ha sido referido preceden- Pero el primer párrafo también llama la atención
temente, en materia de nulidad —más allá que porque excluye de la exigencia de forma proba-
sea absoluta o relativa— se está bajo el principio toria a aquellos contratos sujetos a solemnidad,
de reserva legal. Conforme se desarrollará, para sea ésta dispuesta legalmente o por acuerdo; lo
intentar desentrañar los alcances de la norma, cual legitima a sostener que habría una repre-
y estructurar una respuesta al cuestionamiento sentación legislativa en el sentido que las partes
propuesto, resultará necesario partir de una gozan de libertad para regular el tema de la
premisa: todo contrato es una autorregulación formación del consentimiento, sobreentendién-
de intereses, por lo que debería asumirse que dose que el ejercicio de dicho poder negocial no
las partes bien pueden definir cuándo sus decla- debe contravenir normas imperativas.
raciones implican que quedan comprometidas,
y con qué alcances, siendo además necesario “Artículo 1413.- Las modificaciones del con-
recurrir a las nociones de inexistencia e invalidez trato original deben efectuarse en la forma
negocial. Ellas harán las veces de estrella polar, prescrita para ese contrato”.
nos ayudarán para llegar a puerto, o para repre-
ADVOCATUS 36

sentarnos que hemos llegado a buen puerto. Por último, este artículo, que tantas veces se
invoca en la práctica, está relacionado a la forma
“Artículo 1412.- Si por mandato de la ley o que debe observarse en el escenario de modifi-
por convenio debe otorgarse escritura pública caciones contractuales, correspondiendo deter-
o cumplirse otro requisito que no revista la minar si su aplicabilidad se limita a los contratos
forma solemne prescrita legalmente o la con- formales o, si puede hacerse extensiva inclusive

138 Marco Antonio Ortega Piana


a los consensuales, sujetos a determinada forma Un contrato no sólo es un acuerdo de volun-

D OC TR I N A
ANIRTCOD
ad probationem. tades de contenido patrimonial de naturaleza
obligacional, sino que —atendiendo a su tras-
En función a las normas legales transcritas, se cendencia para fines del tráfico— el mismo es
generan —al menos— tres grandes inquie- objeto de regulación legislativa, tanto en lo que
tudes sobre las que pretendemos reflexionar se refiere a su formación como a su extinción. La DERECHO
LITIGIOS
en el presente trabajo: Primera, ¿pueden las ley es la que define, o tolera, cuándo se genera PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
partes, en el marco de la autonomía privada, el válido acuerdo de voluntades, siendo también
convenir un perfeccionamiento constitutivo la que establece la manera en que se extingue
real, obviando —de existir— la tipificación del la correspondiente relación jurídica, regulando
respectivo negocio como consensual o formal? por ejemplo lo relativo a la resolución como
Segunda, ¿pueden las partes, sobre la base de remedio específico cuando se materializa el
la autonomía privada, acordar que un contrato riesgo natural que se asume al contratar, esto
consensual, sea absoluto o relativo, adquiera es, cuando se verifica el incumplimiento, siendo
carácter formal?, ¿cómo entender entonces los que en ese contexto la resolución sólo se podrá
alcances del artículo 1411 del Código Civil de generar de seguirse uno de los tres procedi-
1984, así como de su artículo 1412? Y tercera, mientos regulados legislativamente, siendo su
¿pueden las partes, siempre bajo el régimen nota común la necesidad que el acreedor o
de la autonomía privada, modificar un contra- parte fiel comunique al deudor o parte infiel su
to siguiendo una forma distinta a la prescrita pérdida de interés en mantener el vínculo.
para fines de su celebración, cuando la inob-
servancia de la misma no está sancionada con Atendiendo a lo anterior, cabe cuestionarse sí,
nulidad? en autonomía privada, en ejercicio de su poder
negocial reconocido por el ordenamiento, las
Si al responder dichas interrogantes se advierte partes pueden convenir que el contrato a ce-
que se está frente a un problema de regulación lebrar será real, esto es, que solo se entenderá
legislativa, se justificaría definitivamente una celebrado en la medida que la cosa sobre el cual
modificación de las normas pertinentes del recae sea efectivamente entregada, identificán-
actual Código Civil, teniendo en consideración dose consentimiento con entrega.
que las normas deben presentar, en la medida
de lo posible, el tenor más preciso para evi- Adviértase que, en rigor, al ser la entrega un asun-
tar interpretaciones que desnaturalicen sus to de ejecución contractual, que presupone un tí-
alcances, máxime cuando muchas veces nos tulo o negocio que justifique dicha entrega, ante
sentimos tentados a asumir interpretaciones la falta de esta última correspondería que la parte
literales, textuales antes que contextuales. fiel del contrato resuelva por incumplimiento,
En otros casos, por más que se advierta que derivándose de ello los efectos propios de toda
la redacción de la respectiva norma legal no resolución: liberatorio, reintegrativo y reparato-
es la más feliz, puede ser que se concluya que rio, lo cual implica que la parte fiel tendría que
el problema no es de tal magnitud que justi- evidenciar que, ejerciendo el correspondiente
fique una modificación legislativa, posición derecho potestativo, opta por la extinción del
que implica un voto de confianza implícito en contrato, por lo que mientras ello no ocurra, el
que los operadores jurídicos posean criterio contrato seguiría vigente por más que hubiese
suficiente para aplicar correctamente el texto una afectación al interés del acreedor.
legal que pudiese ser controvertido, máxime
ADVOCATUS 36

cuando el problema puede ser apasionante Lo primero a considerar es si existe prohibición


académicamente pero de escasa trascendencia legal para lo que se pretende. La respuesta
al no conocerse de jurisprudencia significativa. —preliminarmente aparente— es negativa. El
artículo 1352 del Código Civil regula el perfec-
V. PACTO SOBRE PERFECCIONAMIENTO cionamiento constitutivo señalando que los
CONSTITUTIVO REAL contratos son consensuales, salvo que sean

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 139
formales, pero omite referirse a los contratos así denominarlo, un segundo requisito de vali-
reales, por lo que no prohíbe expresamente su dez, pactan más allá de lo que la ley demanda.
celebración. Siendo que resultaría lícito realizar En el ejemplo propuesto se parte de la premisa
todo aquello que no está prohibido, nada impe- que “sin perjuicio” de observarse la correspon-
diría que las partes pudieran entonces convenir diente solemnidad, porque se entendería que al
el carácter real en la formación del contrato. provenir de una exigencia imperativa, no podría
enervarse su cumplimiento. El tema es que las
Tomemos el ejemplo de una compraventa, el partes estarían pactando más allá de la norma
cual es el contrato consensual por excelencia, imperativa, interpretándola como si regulase
consensual absoluto ya que la ley no lo asocia una exigencia mínima.
con una determinada forma. De convenirse du-
rante la negociación el carácter real del contrato, Conforme se aprecia, el carácter real neutrali-
las partes se estarían representando que sólo zaría de manera absoluta la aversión al riesgo
de mediar la efectiva entrega del bien se habría del acreedor de la respectiva cosa, porque de
celebrado el contrato. De no mediar entrega, el no recibirla, no se habría celebrado contrato
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

vínculo no se habría formado y, por consiguien- alguno. Tratándose del caso específico de la
te, no serían exigibles las respectivas obliga- compraventa, a través de este pacto dicho
ciones. La ventaja del pacto radicaría en que se acreedor se evita invocar una resolución por
evitaría la asunción del riesgo de un eventual incumplimiento, ya que al no haber celebrado
incumplimiento por el vendedor, siendo que el contrato alguno, no tiene precio que pagar, no
precio sería pagado por el comprador sobre la hay necesidad de generar una declaración sobre
base de haberse recibido ciertamente el bien y pérdida de interés que justifique la extinción
generado —con ello— el vínculo que permite del contrato. Tratándose de la donación, si
concluir que el pago del precio es debido. No se bien la resolución será inviable jurídicamente
generaría la actual disociación entre comprador por tratarse de un contrato unilateral, el pacto
y propietario; bajo un esquema de celebración permitiría que el donatario adquiera del bien
real, el comprador —como regla general— sería mismo y no un crédito con relación a aquél, cuyo
propietario por el sólo mérito de haber recibido cumplimiento por el donante sea contingente.
el bien, pudiendo oponer su derecho al menos
desde la perspectiva del modo posesorio. De Sin embargo, estimamos que no son jurídica-
hecho, por el pacto formativo real se estaría mente viables los pactos propuestos.
modificando el tipo de la compraventa —artí-
culo 1529 del Código Civil: “Por la compraventa Si bien no está prohibida expresamente la
el vendedor se obliga a transferir la propiedad de celebración de contratos reales, ello se deriva
un bien al comprador y este a pagar su precio en implícitamente del propio enunciado del artí-
dinero”— ya que este pasaría a ser uno conforme culo 1352 del Código Civil vigente. Si bien en
al cual “Por la compraventa el vendedor entrega el doctrina —y en legislación comparada— se ad-
bien y, salvo pacto distinto, transfiere su propiedad mite que los contratos pueden celebrarse como
al comprador, quien se obliga a pagar su precio consensuales, formales y reales, la ley nacional
en dinero”. sanciona que los contratos son consensuales,
salvo que sean formales, de manera que resulta
Asimismo, tomemos el ejemplo de una dona- evidente —a nuestro juicio— que la formación
ción inmobiliaria. Sin perjuicio de observar la real ha quedado proscrita, por lo que está im-
exigencia legal de celebración mediante escri- plícitamente prohibida, ya que la regla general
ADVOCATUS 36

tura pública —artículo 1625 del Código Civil de formativa —contratos consensuales— sólo
1984—, en el marco de la autonomía privada, admite una excepción —contratos formales—.
las partes convendrían que la donación además
sólo se entendería celebrada de haber mediado, Bien podemos afirmar que del propio tenor del
por parte del pretendido donante, la entrega del artículo 1352 del Código Civil no se reconoce a
respectivo inmueble. Las partes convienen, por los contratos reales, porque la entrega del bien

140 Marco Antonio Ortega Piana


no corresponde a un tema de celebración sino ¿Por qué tiene relevancia citar a ambos autores

D OC TR I N A
ANIRTCOD
de ejecución contractual, lo que presupone la nacionales? Porque el actual tenor del artículo
previa y válida celebración de un acuerdo de 1352 del Código Civil no sufrió prácticamente
voluntades de carácter contractual. La posición modificaciones relevantes en el largo proceso
del legislador peruano ha sido clarísima en este de elaboración de este último, durante los casi
tema, es así que Arias Schreiber25 manifiesta, en veinte años que duró el proceso, tanto bajo la DERECHO
LITIGIOS
su emblemática obra Exégesis, que en materia denominada “Comisión Reformadora”27 como PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
formativa de contratos: bajo la “Comisión Revisora”28. La nota común
fue regular un perfeccionamiento constitutivo
“Se ha dado, pues un paso trascendental al sujeto a la consensualidad, salvo que aplicase
implantarse el sistema de la consensualidad, la solemnidad.
eliminando la entrega o tradición, como regla
general. El acto de la entrega debe entender- Además, no debe olvidarse el fundamento del
se, en consecuencia, no como un elemento artículo 1352 en cuestión atendiendo a su an-
constitutivo o formal sino como parte del tecedente legislativo: Código Civil de 1936, en
mecanismo en el cumplimiento de lo prome- el cual se admitía que los contratos podían ser
tido” (el subrayado es nuestro). regulados como consensuales, formales y rea-
les, como era, por ejemplo, el caso del mutuo,
Siendo que la referencia del autor a un “elemen- tratándose de los contratos reales. El legislador
to constitutivo o formal” lo entendemos como de 1984 estimó que el tema de la entrega de la
“elemento constitutivo o formativo”, ya que cosa sobre la cual recae el acuerdo negocial no
lo formal es estrictamente documental. De la es un tema de celebración sino de ejecución,
misma manera, De la Puente26 no sólo suscribe presupone un contrato. Por lo tanto, resultaría
una posición acorde con la supresión de los inconsistente que la voluntad del particular
contratos reales, sino que además considera que prevalezca frente a la del legislador. Resultaría
ello facilita la contratación moderna, evitando absurdo que mediando una proscripción de for-
inclusive la necesidad de celebrar un doble mación real, se admitiese que las partes pueden
acuerdo para un mismo negocio: contrato con- convenir un contrato real. Las partes no pueden
sensual preparatorio y contrato definitivo real. ir más allá del límite legal, no pueden traspasar

25. ARIAS SCHREIBER, Max. “Exégesis”. Tomo I. Lima: Gaceta Jurídica Editores, p. 101.
26. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit. Tomo I, p. 144.
27. La “Comisión Reformadora” fue creada mediante Decreto Supremo 95 del 1 de marzo de 1965, expedido durante
el primer gobierno constitucional del presidente Fernando Belaúnde. A los miembros de dicha comisión se les
encargó el estudio y revisión del Código Civil de 1936, esto es, cuando el mismo no había cumplido ni siquiera
treinta años de vigencia. Entre sus miembros más renombrados tenemos, en un primer momento, a Carlos
Fernández Sessarego, José León Barandiarán, Rómulo Lanatta Güilhem, Héctor Cornejo Chávez y Max Arias-
Schreiber Pezet, siendo que de manera posterior se integran Felipe Osterling Parodi, Jorge Avendaño Valdez,
Lucrecia Maisch Von Humboldt, Manuel de la Puente y Lavalle y Fernando de Trazegnies Granda, entre otros. Si
bien el encargo inicial fue proponer modificaciones al Código Civil de 1936, sus miembros optaron finalmente
por elaborar y proponer un texto sustitutorio, un nuevo código civil. Los trabajos de esta comisión se extenderán
hasta 1981, cuando se presenta al Poder Ejecutivo —segundo gobierno constitucional del presidente Fernando
Belaúnde— el respectivo proyecto, que bien puede ser denominado como “primer proyecto”.
ADVOCATUS 36

28. La “Comisión Revisora” fue creada por Ley 23403, promulgada en mayo de 1982, y tenía precisamente por objeto
revisar el denominado primer proyecto o proyecto elaborado por la “Comisión Reformadora”. Entre sus miembros
más destacados figuraban Javier Alva Orlandini, Roberto Ramírez del Villar, César Fernández Arce y Jack Bigio
Chrem. Su competencia fue complementada mediante Ley 23756, promulgada en diciembre de 1983. Los
trabajos de esta comisión se extenderán hasta julio de 1984, cuando se presenta al Poder Ejecutivo el respectivo
proyecto —que bien puede ser llamado como “segundo proyecto”, elaborado sobre la base del primer proyecto—,
el mismo que será finalmente promulgado como ley de la república.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 141
las fronteras del poder negocial que les ha sido permitirlo en materia de contratación atípica, de
reconocido. La regla es non plus ultra, no que manera especial tratándose de contratos inno-
puedan actuar plus ultra. minados; y no resultaría consistente porque en
dichos casos se estaría postulando que, sujeto
De otro lado, el artículo 1352 del Código Civil de a la voluntad de las partes, la entrega puede
1984 no es una norma de naturaleza supletoria, identificarse con el consentimiento mismo, y
sujeta en su aplicación a lo que estimen las par- no que la entrega presupone consentimiento.
tes, sino que se trata de una norma imperativa
en sentido lato, interesando inclusive a nuestro De otro lado, la propuesta misma del maestro
orden público contractual: los contratos quedan carece, desde nuestra perspectiva, de una
celebrados por el mérito del solo consenso, orientación concluyente. Nada impide que en
salvo aquellos en que dicho consenso debe el marco de un contrato consensual —referido
evidenciarse satisfaciendo la correspondiente por De la Puente— o formal, la entrega sea
exigencia documental, enunciada bajo san- inmediata; es más, esa es la regla atendiendo
ción de nulidad. Hay reserva legal, dentro de al principio de oportunidad del pago. Desde el
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dichos márgenes, sobre la manera de formar momento en que puede acreditarse la entrega,
los contratos; en consecuencia, atendiendo a los de extinguirse el vínculo contractual, correspon-
márgenes de maniobra que poseen las partes derá la restitución.
para ejercer su autonomía privada, entendemos
que las modalidades de perfeccionamiento for- Por último, siendo que el artículo 1353 del
mativo no son una materia que haya quedado Código Civil vigente establece que las reglas
sometida al criterio irrestricto de las partes. generales sobre contratación previstas en la
Sección Primera del Libro VII —Fuentes de las
No obstante lo anterior, causa extrañeza lo expre- Obligaciones— del Código Civil se aplican a
sado por DE LA PUENTE29 al realizar sus comen- todos los contratos de derecho privado, inclu-
tarios al artículo 1352 del Código Civil de 1984: sive a los innominados —entendiéndose por
tales a los atípicos, conforme a la terminología
“Debo hacer una consideración final. La su- empleada en la redacción del Código Civil de
presión de la categoría de los contratos reales 1984, lo cual comprende tanto a los contratos
no significa que no sea posible celebrarlos nominados no tipificados legislativamente
como contratos atípicos, pues muchas veces como a los innominados—, y siendo que de
resultará conveniente que la entrega del bien acuerdo a dichas reglas el perfeccionamien-
se haga en el momento de celebrar el contrato to constitutivo contractual es, en principio,
consensual, para que quede evidencia de ella consensual, salvo que sea formal, habiéndose
y justifique el derecho a la restitución”. suprimido el perfeccionamiento real, no resulta
aceptable postular que en autonomía privada
Y causa extrañeza, por distintas razones. La las partes puedan regular un perfecciona-
primera de ellas se relaciona al sustento de miento constitutivo diferente, por más que el
por qué la categoría de los contratos reales fue respectivo negocio no se encuentre tipificado.
suprimida en 1984, dado que se asumió que
la entrega de un bien presupone un título, un Somos de la opinión que el artículo 1352 del
acuerdo, un contrato ya celebrado, más allá de Código Civil de 1984, así como lo es también
la oportunidad en que se verifique la respectiva su artículo 1374, o su artículo 1363, entre otros,
entrega, sea inmediata o diferida. Conforme a corresponden a reglas que interesan a nuestro
ADVOCATUS 36

ello, no resultaría consistente proscribir el carác- orden público contractual y, por consiguiente,
ter real tratándose de los contratos típicos, pero son reglas imperativas, inderogables.

29. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit, p. 145.

142 Marco Antonio Ortega Piana


En síntesis, no resulta aceptable, bajo un concepto celebración de un contrato, se presume que

D OC TR I N A
ANIRTCOD
malentendido de autonomía privada irrestricta, dicha forma ha sido querida para la validez
postular que las partes puedan acordar el carácter del acto” (el subrayado es nuestro).
formativo real para un contrato consensual, menos
para uno que se encuentra regulado como formal, Conforme se aprecia, la Comisión Reformadora
ya que esto proviene de norma imperativa. Las se limitó a reproducir, palabras más, palabras DERECHO
LITIGIOS
partes pueden acordar subordinar la eficacia del menos, el texto del Codice. PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
negocio —ya celebrado— a la entrega, pero no
pueden subordinar su existencia. Por su parte, el artículo 1376 del segundo pro-
yecto del actual Código Civil, elaborado por la
VI. PACTO SOBRE PERFECCIONAMIENTO Comisión Revisora, disponía lo siguiente:
CONSTITUTIVO FORMAL O SOLEMNIDAD
CONVENCIONAL “Se presume que la forma que las partes con-
vienen adoptar anticipadamente y por escrito
Hemos señalado precedentemente que el artí- es requisito indispensable para la validez del
culo 1411 del Código Civil no tiene antecedente acto, bajo sanción de nulidad” (el subrayado
en nuestra legislación, siendo que el legislador es nuestro).
de 1984 tomó la fórmula legislativa italiana y,
desde su propia perspectiva, la complementó, El último texto reproducido es lo que se conver-
señalando que la forma en cuestión es un requi- tirá finalmente en ley de la República.
sito de validez, “bajo sanción de nulidad”.
Al realizar un sumario recorrido por los ante-
¿Pueden las partes pactar expresamente una cedentes del artículo 1411 del Código Civil
solemnidad para la formación del consenti- de 1984 se aprecia que la Comisión Revisora
miento, de manera que identifican necesa- habría superado la propuesta de la Comisión
riamente voluntad común con forma docu- Reformadora, añadiendo al respectivo texto
mental?, ¿ello implica que las partes regulen la referencia final a la “sanción de nulidad”. Sin
lo relativo a la validez del negocio, ya que embargo, si se revisa el proyecto elaborado por
establecerán que deben observar cierta for- la Comisión Reformadora, uno puede encon-
ma “bajo sanción de nulidad”? La norma bajo trarse que esa referencia ya había sido prevista
comentario puede generar diversas aproxima- de una u otra manera.
ciones interpretativas, de allí la conveniencia
de delimitar sus alcances. Así, el artículo 1388 del primer proyecto dispo-
nía lo siguiente:
El artículo 1352 —Formas convencionales— del
Código Civil italiano de 1942 establece lo siguiente: “Son requisitos del contrato:
El consentimiento de las partes;
“Si las partes han convenido por escrito que
adoptarán una determinada forma para la 1) La causa;
celebración futura de un contrato, se presume
que la forma se establece para la validez del 2) El objeto; y
mismo” (el subrayado es nuestro).
3) La forma, cuando resultare prescrita por
En nuestro medio, el artículo 1431 del primer la ley bajo sanción de nulidad o haya sido
ADVOCATUS 36

proyecto del actual Código Civil, elaborado convenida para la futura celebración del
por la Comisión Reformadora, disponía lo contrato” (el subrayado es nuestro).
siguiente:
De otro lado, el artículo 1432 del primer proyec-
“Si las partes hubieran convenido por escrito to disponía lo siguiente, tratándose de la forma
adoptar determinada forma para la futura del contrato:

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 143
“Si por razones de conveniencia o por mandato Lo que sería cuestionable es que, en el enten-
de la ley debe otorgarse escritura pública o cum- dimiento legislativo, la formación del contrato
plirse otro requisito que no revista la formalidad estaría sujeta a un régimen de “doble requisito”,
a que se refiere el inciso 4) del artículo 1388, las ya que se requeriría tanto de consentimiento
partes que han celebrado el contrato pueden como de observancia de forma solemne, sin
compelerse recíprocamente a llenar la formali- perjuicio que el texto invitaría a sostener que la
dad requerida” (el subrayado es nuestro). ley legitimaría a las partes para convenir solem-
nidades, esto es, declaraciones expresas, escritas
Conforme a este artículo del proyecto de la Co- —más allá de su graduación—, bajo sanción de
misión Reformadora, al señalarse —por remisión nulidad, de manera que en razón de esto último
legislativa— que la observancia de la forma no ellas terminarían definiendo lo que es válido o
puede ser exigida cuando proviene de una pres- no, con lo cual el principio de reserva legal en
cripción legal bajo sanción de nulidad o que hu- materia de nulidad quedaría deshecho.
biera sido acordada para fines de la celebración del
contrato, se está admitiendo que la solemnidad La norma nacional no debería ser entendida
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

puede ser de fuente legal o convencional. desde dicha perspectiva.

Se puede apreciar, por lo tanto, que el concepto No debe olvidarse que un concepto es la existen-
de perfeccionamiento constitutivo formal de cia —e inexistencia— y otro lo relativo a la validez
fuente convencional no era ajeno al criterio —o invalidez. En el marco de la autorregulación
de la Comisión Reformadora, la que se habría de intereses no tenemos duda que las partes
representado que la solemnidad formativa del pueden definir cuándo se entiende celebrado
contrato podía ser tanto de fuente legal como un contrato, cuándo se alcanza o logra el con-
de fuente convencional. Si bien el artículo 1388 sentimiento —sujeto a ciertas limitaciones, dado
del primer proyecto no fue considerado en el que los pactos no pueden contrariar, en general,
Código Civil vigente, lo cierto es que el artículo a las reglas imperativas—, pero en función a la
1432 del primer proyecto sí fue recogido, co- reserva legal en materia de nulidad, las partes
rrespondiendo en gran medida al actual artículo carecen de competencia para regular la validez,
1412 del Código Civil de 1984. para establecer lo que es nulo o anulable.

Conforme a ello, cuando la Comisión Revisora Una sola precisión adicional. Las partes pue-
establece —en el artículo 1376 del segundo den definir cuándo se entiende celebrado el
proyecto— una presunción de solemnidad contrato, cuándo se entiende formado el con-
contractual, dado que opera “(…) para la va- sentimiento, pero dentro de los márgenes de
lidez del acto, bajo sanción de nulidad”, si bien maniobra dispensados por el ordenamiento:
pareciera que fue más allá de lo que se habría contratación consensual o contratación formal,
representado la Comisión Reformadora en el más no contratación real.
artículo 1431 del primer proyecto —”(…) dicha
forma ha sido querida para la validez del acto”—, El artículo 1352 del Codice, al regular la forma
en realidad no fue así, porque el añadido de contractual, establece una presunción de obser-
“bajo sanción de nulidad” era consistente con lo vancia de la forma convencional para la “validez”
propuesto por la Comisión Reformadora, ya que del contrato, siendo que en dicho código no se
en varios artículos del primer proyecto —entre aprecian normas semejantes a lo establecido en
ellos, los artículos 1388 y 1432— se evidencia los artículos 1388 y 1432 del primer proyecto en
ADVOCATUS 36

la representación que, bajo la autonomía pri- cuanto a las pretendidas solemnidades conven-
vada, era posible que las partes condicionasen cionales. Es más, el artículo 1325 del Codice, que
la celebración del contrato al cumplimiento de regula los requisitos del contrato —y que habría
una solemnidad, a la observancia de una forma servido de antecedente para el artículo 1388
necesaria, entendiéndose por tal a la forma bajo del primer proyecto de nuestro Código Civil—,
sanción de nulidad, no a la forma probatoria. establece lo siguiente:

144 Marco Antonio Ortega Piana


“Los requisitos del contrato son: ¿Cuál es el régimen del contrato sucesivamen-

D OC TR I N A
ANIRTCOD
te estipulado en forma diferente de la pacta-
1) El acuerdo de las partes; da? Primeramente, manda la voluntad de las
partes. Estas pueden haber convenido que la
2) La causa; forma pactada —por ejemplo, la escritura—
trascienda en el terreno de la prueba: en tal DERECHO
LITIGIOS
3) El objeto; y caso, el futuro contrato no podrá probarse PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
por testigos, sino solo en vía documental.
4) La forma, cuando resulta prescrita por la (…) O bien pueden haber convenido que la
ley bajo sanción de nulidad” (el subraya- forma transcienda en el plano sustancial y
do es nuestro). sea constitutiva de los efectos contractuales:
y entonces el defecto de forma impedirá la
No figura una sola palabra o referencia a la po- producción de los efectos.
sibilidad que la forma esencial pueda provenir
del pacto, de la autonomía privada; empero, la Si la voluntad de las partes consta, no surge
cuestión radica si puede afirmarse jurídicamen- problema —en particular no surge problema
te que las partes están impedidas de subordinar respecto a la admisibilidad de un pacto sobre
el nacimiento del consenso a la observancia de la forma que sea en realidad un pacto sobre la
una forma solemne, porque así convenga a su prueba,— y más precisamente limitativo de
interés en particular. Postulamos una respuesta los medios de prueba; esta es materia en línea
negativa, no hay impedimento. de principio disponible, como confirma el ar-
tículo 1469-bis, inciso 18. Surgen problemas
El término “validez” —mencionado en el artícu- cuando las partes pactan una forma, sin decir
lo 1352 del Código Civil italiano, antecedente a que fin. En tal caso es necesario distinguir
del artículo 1411 de nuestro Código Civil— es según que el pacto sobre la forma haya sido
polisémico, por lo que se abre un abanico de celebrado por escrito, o no.
interpretaciones sobre los efectivos alcances
del artículo bajo comentario. Si el pacto reviste forma escrita, “se presume”
que la forma pactada “haya sido deseada
Comentando los alcances de la norma italiana, para la validez” del futuro contrato —artículo
ROPPO30 expresa lo siguiente, que merece po- 1352—.
nerle atención:
Al respecto, se plantean dos problemas. El
“El vínculo de forma puede derivar, en lugar de primero se refiere a las consecuencias de la
la ley, de la autonomía privada. En primer lugar, violación, y por consiguiente al sentido a
de un ejercicio unilateral de autonomía privada: atribuir al término “validez”. Gran parte de la
el oferente puede ex artículo 1326, vincular la doctrina rechaza tomarlo al pie de la letra, ne-
eficacia de la aceptación al uso de una forma gando que el contrato celebrado sin la forma
determinada. Pero también de su ejercicio pactada sea nulo tout court, y prefiriendo ca-
consensual, y esto es, de un pacto sobre la for- lificarlo, de caso en caso, solo como relativa-
ma: las partes pueden convenir “adoptar una mente nulo, o como ineficaz, o incluso como
determinada forma para la futura celebración no celebrado. Por su parte, la jurisprudencia
de un contrato” —artículo 1352—. muestra un comportamiento esquizofrénico:
por un lado, da una lectura “fuerte” del pacto,
ADVOCATUS 36

El problema central del pacto sobre la forma deduciendo la nulidad absoluta, apreciable
se refiere a las consecuencias de su violación: de oficio, del contrato no conforme; por el

30. ROPPO, Vincenzo. “El contrato”. Lima: Gaceta Jurídica, 2009, pp. 242-244.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 145
otro, la debilita enormemente admitiendo la La tesis de la procedencia de la anulabilidad, con
posibilidad de su revocación también tácita, la posibilidad de una subsanación, no nos resul-
con un comportamiento concluyente de las ta convincente. La reserva legal corresponde a
partes que podría consistir en el hecho mismo una regla de la cual no podemos sustraernos
de (…) violarlo estipulando el futuro contrato tan fácilmente.
sin la forma pacticia.
Más allá que nuestro Código Civil exprese en la
La tesis de la nulidad absoluta parece exce- parte final de su artículo 1411 algo que ni siquiera
siva. Más razonable es la de una nulidad re- fue expresado por el legislador italiano, esto es,
lativa y subsanable: cada parte puede hacer la sanción de nulidad en caso de inobservancia
valer la nulidad del contrato no conforme, de la forma, como efecto convencional, resulta
pero ningún tercero aunque interesado cuestionable admitir que las partes pueden
puede invocarla, ni el juez puede apreciarla convenir una forma sustancial y subordinar la
de oficio; y las partes pueden subsanarla. validez del negocio a su cumplimiento, dado que
Pero, en cuanto a la subsanación, es excesi- la determinación de la validez es de fuente legal.
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

va la tesis que da valor de comportamiento


concluyente indicativo de la voluntad de Pero si enfocamos el tema desde la perspectiva
revocar el pacto —y por consiguiente fuerza de la existencia, la cuestión será diferente.
subsanante del contrato no conforme— a la
mera celebración de este último: la voluntad Si nos encontramos en un tema de formación del
de revocar el pacto —en cuanto contraria consentimiento, deberíamos asumir que la cate-
al contenido de un documento anterior— goría comprometida es existencia / inexistencia
requiere, en línea de principio, prueba do- antes que validez / invalidez. Conforme a ello, la
cumental, y puede ser probada por testigos ley presume que las partes pueden haber esta-
solo dentro de los límites del artículo 2723; blecido que el negocio sólo se entenderá cele-
o bien la subsanación puede resultar de un brado si es que declaran su voluntad de una y no
comportamiento concluyente “fuerte” como de otra manera, y como se trata de una exigencia
la ejecución del contrato no conforme” (el de forma, de forma necesaria, se entiende que la
subrayado es nuestro). referencia a una forma bajo sanción de nulidad es
a título de exclusión, en el sentido que no se trata
De acuerdo al referido autor italiano, comen- de una forma probatoria. Bajo la presunción bajo
tando los alcances del artículo 1352 del Código comentario, la forma necesaria correspondiente
Civil italiano —que corresponde al artículo 1411 debe ser bajo sanción de nulidad —formalidad
de nuestro Código Civil—, el pacto sobre forma ad solemnitatem— descartándose que sea bajo
puede limitarse a una cuestión meramente funcionalidad probatoria, ello fue lo que habría
probatoria, o radicar en una materia sustancial, sido explicitado por el legislador nacional.
siendo que en este último caso la jurisprudencia
italiana estaría dividida en identificar la conse- Y si se está bajo una presunción, que implica
cuencia por inobservancia de la forma: nulidad tomar como cierto lo que es incierto, no habría
y anulabilidad, inclinándose el autor respecto objeción alguna en que las partes acuerden pre-
a esta última. viamente, de manera expresa, clara y puntual,
subordinar la existencia del consentimiento, la
No tenemos duda que la anulabilidad de un acto formación de la voluntad común, a la observan-
jurídico se asocia a la afectación de un interés cia de una forma necesaria. Y dado que subordi-
ADVOCATUS 36

particular, a diferencia de la nulidad que se aso- nan la formación del contrato, y no sus efectos,
cia a intereses generales; el problema radicaría se entiende que se estaría ante una formalidad
en cómo compatibilizar la tesis de la invalidez a ad solemnitatem antes que ad probationem.
título de anulabilidad con la regla de la reserva
legal tratándose de las causales de invalidez, sea Conforme a ello, las partes no regulan, ni se
nulidad absoluta o relativa. acogen a una regulación, de validez negocial, no

146 Marco Antonio Ortega Piana


ingresan a determinar lo que es nulo o no, sino celebrado es válido y eficaz entre las partes ma-

D OC TR I N A
ANIRTCOD
que regulan la formación del consentimiento, teriales comprometidas, esto es, de un lado, el
la existencia o no del negocio. copropietario celebrante —que ha preterido a
los demás copropietarios—, como arrendador y,
Atendiendo a que el término “validez” es polisé- de otro lado, el arrendatario; empero, se trata de
mico, si nos quedáramos en el texto legislativo un contrato ajeno o inoponible frente a los demás DERECHO
LITIGIOS
italiano, podríamos asumir que la figura bajo copropietarios, quienes asumen per se la condición PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
comentario está asociada a la regulación con- de terceros, ya que no están comprometidos con
vencional de una formalidad meramente ad la celebración del contrato, no la han asentido.
probationem, de manera que la forma pactada
sirva para probar o acreditar la celebración del En función de su interés —propiedad indivisa—
negocio, para que despliegue efectos. Empero, respecto del bien arrendado, en caso los copro-
siendo que el legislador nacional introdujo pietarios preteridos expresen su asentimiento
la precisión “bajo sanción de nulidad”, queda al arrendamiento ya celebrado, se entiende que
descartada la forma probatoria, quedando en dejarán de ser terceros y adquirirán la condición
el ámbito de la solemnidad, asociada —en las de parte material como arrendadores; de no
circunstancias— a la existencia del negocio. manifestarse dicho consentimiento, el contrato
celebrado subsiste —y vincula a quienes lo cele-
Insistimos, la gravedad de la reserva legal en braron, surtiendo efectos entre ellos— pero pue-
materia de invalidez no permite sostener que la de afectarse su eficacia porque su celebración ha
inobservancia de la forma deriva en nulidad, por entrañado un acto que afecta a los copropietarios
lo que dicha inobservancia derivará en una pre- no participantes, quienes pueden demandar el
sunción de inexistencia o de ineficacia, salvo que desalojo, ya que para ellos el arrendatario carece
las propias partes se hubiesen representado opor- de un título justificante de la posesión que le hu-
tunamente cosa distinta y puedan demostrarlo. biese sido entregada por el copropietario arren-
dador. Por consiguiente, el uso de las categorías
Sin perjuicio de lo expresado, debe considerarse de contrato válido o inválido no son enfocadas
que el Código Civil refiere el término validez, váli- finalmente desde una perspectiva de negocio
do, como sinónimo de generación de efectos, de jurídico, sino en un sentido menos riguroso: el
manera que el acto tiene valor, adquiere efectos. contrato tiene o no valor, significado, efectos,
tratándose —en el ejemplo propuesto— de
Es el caso del artículo 1669 del Código Civil, aquellos que no han declarado voluntad.
conforme al cual “El copropietario de un bien
indiviso no puede arrendarlo sin consentimiento A mayor abundamiento, el artículo referido
de los demás partícipes. Sin embargo, si lo hace, indica que los copropietarios preteridos, que
el arrendamiento es válido si los demás copropie- son jurídicamente terceros, pueden ratificar el
tarios lo ratifican expresa o tácitamente”. negocio ajeno, con lo cual adquieren la condi-
ción de parte material del respectivo contrato.
Hay, al menos, dos posibles lecturas sobre sus En materia de acto jurídico se ratifica un acto
alcances. La primera de ellas, nutrida esencial- válido, de manera que pueda surtir efectos res-
mente de la literalidad, implica que en caso el pecto de quien lo ratifica —por consiguiente,
copropietario de un bien indiviso lo entregue en antes era un acto que le resultaba inoponible
arrendamiento, sin contar con el asentimiento de o ineficaz. El artículo 1669 del Código Civil, al
los demás copropietarios, el contrato celebrado referirse a la necesidad de una ratificación, está
ADVOCATUS 36

es inválido. Por consiguiente, para que el con- implícitamente destacando que el contrato
trato sea válido se requiere que todos los demás celebrado por uno de los copropietarios del
copropietarios expresen su consentimiento. Una bien indiviso, con preterición de los demás co-
segunda lectura, va más allá de la literalidad, y propietarios, es válido pero ineficaz tratándose
postula que no estamos ante un tema de invalidez de estos últimos, salvo ratificación —consenti-
sino de ineficacia; por consiguiente, el contrato miento— de estos últimos.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 147
La ausencia de dicho consentimiento no encua- entiende —y se enuncia en el Código Civil de
dra en las causales de nulidad o anulabilidad 1984— que la forma debe ser bajo sanción de
establecidas en el Código Civil, siendo que no nulidad. La referencia al requisito de generar
hay nulidad —absoluta o relativa— sine lege. una determinada forma bajo sanción de nuli-
dad, no implica que las partes regulen validez
Retomando lo ya expresado, hay un conjunto o invalidez, sino que descarta que la respectiva
de normas contenidas en el Código Civil vigente forma pueda ser entendida como meramente
que pueden releerse en el sentido expuesto, contingente; se trata de una forma necesaria, sin
esto es, leyendo como eficacia —o ineficacia— ella no se generará el consentimiento común.
lo que está enunciado como validez —o invali-
dez. El artículo 1099 es otro ejemplo, en línea a Encontrándonos ante una presunción resulta
lo señalado tratándose del artículo 1699. El tema manifiesto que no debería olvidarse que la regla
bien merece un mayor y detenido desarrollo. general de formación contractual es la consen-
sualidad, siendo la excepción la solemnidad.
El artículo 1411 del Código Civil, tal como está
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

redactado, genera problemas interpretativos Como consecuencia de lo previsto en el artí-


porque, de haberse convenido por escrito du- culo 1411 del Código Civil, las partes podrían
rante la negociación que el respectivo contrato pactar solemnidades convencionales. La
constará, por ejemplo, por escritura pública, esta cuestión radica en cuándo y cómo hacerlo.
última forma adquiriría el carácter de solemni- Sobre la base que la regla general es que el
dad, cuya inobservancia derivaría en nulidad. perfeccionamiento formativo contractual es
Sin embargo, la validez negocial no es un tema consensual, y que la forma solemne contractual
sujeto a la autonomía privada; la ley, sólo la ley fijada legalmente corresponde a normas impe-
y nada más que la ley, es la que define lo que rativas, la posibilidad de pactar solemnidades
es nulo o no, lo que es anulable o no31. Por ello, convencionales estaría reservada únicamente
debe entenderse que lo que regula la norma es para los contratos consensuales. Así, podría
lo relativo a la formación del consentimiento, a convenirse que el arrendamiento sólo existirá
la existencia del negocio. si el respectivo acuerdo de voluntades consta
por documento de fecha cierta o por escritura
Tratándose de ciertos contratos, las partes pue- pública; pero si no se pacta nada sobre la mate-
den acordar —de manera escrita y previa— que ria, se aplicará supletoriamente el Código Civil
su celebración quede subordinada a que la y, en ese orden de ideas, el contrato quedará
voluntad común se exprese de una determi- constitutivamente perfeccionado por el sim-
nada manera, y como se trata de un tema de ple acuerdo de voluntades. El pacto no será
existencia, que derivará en una ulterior válida evidentemente procedente tratándose de con-
celebración y eficacia negocial, la respectiva for- tratos formales, dado que conforme ya ha sido
ma no puede ser probatoria —esta presupone señalado precedentemente, no resulta posible
formación del negocio—, razón por la que se modificar la forma solemne fijada legalmente

31. Desde la perspectiva de la dogmática jurídica, entendemos que lo relativo a la sanción de invalidez negocial es un
tema sujeto a reserva legal, siendo que, sobre la base que un negocio exista, las partes sólo son conceptualmente
competentes para pactar sobre su eficacia. Además, siendo la nulidad un remedio por la afectación estructural de
un interés que trasciende al de los particulares, de naturaleza general, por afectar a la sociedad misma, resultaría
ADVOCATUS 36

absolutamente cuestionable que las partes —ejerciendo su poder negocial que denota intereses particulares—
pudiesen convenir, o someterse a la presunción relativa, sobre la validez o, expresado de otra manera, sobre la
nulidad. La validez está sujeta al principio de legalidad, conforme a la tradición del derecho civil francés a la cual
estamos adscritos, por lo que las partes no pueden regular aquello que se encuentra en el ámbito de la reserva
legal, carecen simplemente de poder negocial, este no les ha sido reconocido para ello. Otro tema es que las
partes puedan establecer, o puedan acogerse a una presunción, sobre cuándo se entiende celebrado el contrato,
cuándo se entiende formado el consentimiento.

148 Marco Antonio Ortega Piana


bajo sanción de nulidad, ya que se está ante la prueba en contrario que impida asumir que el

D OC TR I N A
ANIRTCOD
una regla imperativa. acuerdo sobre forma es sobre una solemnidad?
Sería, por ejemplo, el caso cuando se acredita que
Por ello es que el artículo 1411 del Código Civil la forma convenida es de carácter simplemente
exige de un acuerdo “previo”, un acuerdo origi- probatorio, siendo que su conducta contractual
nado antes que nazca —legalmente— aquello es concluyente en el sentido que se aprecia el DERECHO
LITIGIOS
que se desea que nazca en una oportunidad reconocimiento al nacimiento del contrato, aun PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
distinta, posterior, un acuerdo que se sustentaría cuando no se había cumplido con la observancia
en la libertad misma de contratar o no. de la forma identificada en su oportunidad. De no
afectarse la existencia negocial, se podría enten-
Pero no bastaría el acuerdo previo sino que der que se está ante una simple forma probatoria,
además sería necesario que se pueda acreditar. asociada a una ineficacia temporal mientras la
Siendo que la posibilidad de solemnidades misma no sea satisfecha.
convencionales estaría dirigida a los contra-
tos —supletoriamente— consensuales, en Un último comentario que tenemos sobre este
los que al existir libertad de forma se pueden tema está relacionado al poder negocial de las par-
perfeccionar constitutivamente de manera tes para regular que su declaración común deba
verbal, para efecto de probar lo contrario, esto observar una determinada forma, bajo sanción
es, que el simple acuerdo de voluntades aún de nulidad, como requisito de existencia negocial.
no determinaría la génesis contractual, debería
mediar preferentemente una prueba objetiva, Sobre el particular, Ferri sostiene lo siguiente:
de carácter documental, por ello la ley exige que
el acuerdo previo se acredite por escrito como “Las partes pueden convenir por escrito que
forma probatoria privilegiada —artículo 144 del adoptarán determinada forma para la futura
Código Civil—, aunque a nuestro entender ello celebración de un contrato; la forma para el
no significa que la forma escrita sea el único me- futuro contrato puede ser querida con carác-
dio probatorio, ya que no se trata de una forma ter ad substantiam o ad probationem. Dado
en que sancione con nulidad su inobservancia. que, como se ha señalado antes, las normas
que prescriben ad substantiam formas de-
Por último, el artículo 1411 del Código Civil es- terminadas son inderogables, las partes sólo
tablecería una presunción relativa sobre solem- pueden establecer que el contrato debe reves-
nidad convencional. Una presunción significa tir una determinada forma cuando la ley no
que se asume como cierto aquello respecto de prescriba ninguna; o bien pueden establecer
lo cual se carece de certeza, pero se trata de una que sea adoptada la escritura pública, cuan-
asunción de certeza de carácter relativo porque do para la ley sea suficiente el documento
permite la prueba en contrario —aunque no se privado. Esto significa que las partes pueden
indique expresamente en el texto de la norma derogar la normativa legal sobre las formas
bajo comentario—. La regla general en materia con el sólo hecho de volverla más onerosa, es
de presunciones legales es su carácter relativo; decir, con la adopción de formas más garan-
la excepción, es que sean absolutas, lo cual tizadas o más solemnes que las dispuestas en
debe estar enunciado en la respectiva norma, la ley, pero jamás siguiendo el procedimiento
impidiendo la prueba en contrario. inverso, es decir, disminuyendo la solemni-
dad”32 (el subrayado es nuestro).
Bajo la lectura que el artículo 1411 regula a las
ADVOCATUS 36

solemnidades convencionales, que deben ser Si bien podría entenderse literalmente que el
acordadas previamente y por escrito, ¿cuál sería indicado autor señala que la solemnidad con-

32. FERRI, Luigi. “Lecciones sobre el Contrato (Curso de Derecho Civil)”. Lima: Editora Jurídica Grijley E.I.R.L., 2004, pp. 131-132.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 149
vencional resulta procedente si representa una nuestro Código Civil, la inferencia es que el
mayor onerosidad o seguridad respecto a la requisito de validez exigido por el numeral 4 de
solemnidad legalmente prevista —así, podría su artículo 140 es el de la forma prescrita con
convenirse que la fianza sólo existirá en la medi- carácter ad solemnitatem, en cuanto precisa
da que se otorgue una escritura pública, siendo que, además de los otros requisitos enumera-
insuficiente la forma escrita simple, que es la dos, se requiere también de la “observancia de
formalidad esencial legal conforme al artículo la forma prescrita bajo sanción de nulidad”.
1870 del Código Civil—, consideramos que ello
sería contradictorio con su propia opinión en el Si se atiende a un supuesto apodíctico en
sentido que las normas que prescriben formas cuanto a que no existe acto jurídico sin for-
sustanciales, esenciales o solemnes son indero- ma, pues esta —sic— es el aspecto exterior
gables —ya que poseen carácter imperativo. En- de la manifestación de voluntad, que viene a
tendemos que el texto reproducido no se refiere ser su continente, la conclusión, además, no
a las solemnidades propiamente dichas sino a las puede ser otra que la de la forma prescrita en
simples formas probatorias —que también las el numeral 4 del artículo 140 es una forma
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

señala la ley, al igual como lo pueden hacer las constitutiva, que no puede faltar, porque sin
partes—, esto es, no se refiere a la formalidad ad ella no existirá el acto jurídico y, en buena
solemnitatem —contratos formales—, sino a la de cuenta, es este también el sentido y la función
carácter ad probationem —contratos consensua- de la forma ad solemnitatem.
les relativos—, de manera que si la ley establece
que la forma a respetarse es la escrita, o la escrita Toda forma no es, pues, requisito de validez,
de fecha cierta —como medios privilegiados de aunque si es un elemento de existencia, ya que
prueba—, nada impediría conceptualmente que sin la forma no existe acto jurídico alguno”.
las partes puedan acordar que el medio idóneo
de prueba será una escritura pública. Son las propias partes las mejores intérpretes
de aquello que convinieron en su oportunidad;
En síntesis, en el marco de los contratos con- ello requiere poner suma atención a los hechos,
sensuales, sujetos a libertad de forma, las a las actuaciones de las partes, como manera de
partes pueden convenir formas probatorias exteriorización de la voluntad.
—subordinando, en principio, la eficacia ne-
gocial— o solemnes —afectando la existencia, VII. MODIFICACIONES A LOS CONTRATOS
subordinando la formación del consentimien- SUJETOS A DETERMINADA FORMA
to—, siendo que la ley refiere a una presunción
sobre el particular, presunción que debe ser En materia contractual, con relación a la apli-
interpretada y aplicada con prudencia, para no cación del artículo 1413 del Código Civil, la
afectar la regla general de perfeccionamiento experiencia y las propias discusiones en clase, y
constitutivo consensual. como señalamos en trabajos anteriores, pueden
presentarse al menos cinco situaciones distintas:
El profesor Vidal33, con relación a la denomina-
da solemnidad de actos jurídicos, reconocien- Uno, Otto y Max celebran un contrato de do-
do previamente que puede ser prescrita legal- nación inmobiliaria y, encontrándose vigente
mente o de generación voluntaria, expresa dicho vínculo, deciden modificar ciertos aspec-
puntualmente lo siguiente en nuestro medio: tos contractuales. ¿Deben de observar alguna
forma en particular? Debemos considerar que
ADVOCATUS 36

“Establecida la distinción que de la forma hace

33. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. Op. cit., p. 198. Podrá discreparse sobre si la exigencia de una formalidad sustancial
proviene de reglas que interesen al orden público, pero se concuerda plenamente en que la exigencia de una
forma con fin específico, sancionado con nulidad en caso de inobservancia, es dar existencia al negocio, para que
la voluntad sea generada de manera conforme al ordenamiento, sea concomitantemente válida.

150 Marco Antonio Ortega Piana


la donación inmobiliaria es un contrato formal mobiliaria es calificada para todo efecto, siendo

D OC TR I N A
ANIRTCOD
o que exige de una formalidad ad solemnitatem. que la regla enunciada se aplica tratándose por
igual de una solemnidad legal o convencional,
Dos, Otto y Max celebran por escrito un contrato ya que en ambos casos la declaración de vo-
de suministro oneroso y, encontrándose vigente luntad sólo se entiende exteriorizada cuando
el referido contrato, acuerdan modificar determi- se cumple con la forma pertinente. El tema no DERECHO
LITIGIOS
nados aspectos del mismo. ¿Deben de observar merece mayor comentario. Resulta obvio que PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
alguna forma para generar su voluntad común? el artículo 1413 del Código Civil, reproducido al
Debemos considerar que si bien estamos ante un inicio del presente trabajo, no puede referirse a
contrato consensual, el mismo, de ser el caso, está esta hipótesis de trabajo. En derecho, las cosas
sujeto a una formalidad probatoria. se modifican, o se extinguen, de la misma ma-
nera en que se generan.
Tres, Otto y Max celebran un comodato y de-
ciden que el mismo, para todo efecto proba- Tratándose del segundo caso surge la cuestión.
torio, constará por escritura pública, siendo de Si la ley establece que la forma escrita —que es
manera sobreviniente que deciden modificar una de las tres formas previstas legalmente en
el contrato. ¿Deben de observar alguna forma? materia contractual— es un medio para probar
Debemos considerar que si bien estamos ante la existencia del acto, específicamente el medio
un contrato sujeto a una formalidad legal ad preferido para acreditar existencia y contenido,
probationem, las partes han acordado una for- conforme postulamos en la parte pertinente del
malidad probatoria más onerosa: una escritura presente trabajo, resulta manifiesto que dicha
pública y no un simple documento. formalidad debería ser observada para fines
de dejar constancia de las modificaciones acor-
Cuatro, Otto y Max celebran un arrendamiento, dadas, siendo que en caso pudiese acreditarse
el mismo que luego es elevado a escritura pú- dichas modificaciones por otros medios, lo que
blica y, encontrándose también vigente dicho será preferido es lo escrito. En caso que las partes
vínculo, acuerdan determinadas modificacio- no observasen la señalada formalidad, ello no sig-
nes, ¿Deben cuidar de observar alguna forma nificará que no pueda demostrarse la existencia y
en especial? Aunque el arrendamiento es un contenido de la modificación contractual a través
contrato consensual absoluto, las partes habrían de otros medios, conforme ya hemos analizado.
acordado, de hecho, una formalidad convencio-
nal ad probationem. En ese orden de ideas, lo sancionado en el artí-
culo 1413 del Código Civil adquiere relevancia
Y cinco, por último, nuestros tantas veces men- en el escenario que, de generarse un concurso
cionados Otto y Max celebran una compraventa, de medios probatorios, se prefiera lo que está
con carácter verbal y, encontrándose vigente por escrito. El legislador recomienda, por lo
dicho vínculo acuerdan ciertas modificaciones, tanto, que las modificaciones acordadas consten
¿Deben cuidar de observar alguna formalidad también por escrito, conforme al artículo 1605
en especial? Debemos considerar que estamos del Código Civil.
ante un contrato consensual, ante un consen-
sual absoluto, celebrado bajo la más amplia Forma preferida o recomendada, no es forma
libertad de forma. necesaria; una cosa es optar por un determina-
do medio probatorio, y otra cosa es asumir que
No tenemos duda alguna que, en el primer no existe tal concurso, porque la voluntad sólo
ADVOCATUS 36

caso, existiendo de por medio el concepto de puede declarada de una sola manera para que
formalidad consustancial, las modificaciones se reconocida por el ordenamiento.
contractuales tienen que observar los mismos
requisitos exigidos para la válida celebración El tercer caso es esencialmente la misma situa-
contractual. En ese orden de ideas, la declara- ción objeto del segundo caso, sólo que posee un
ción de voluntad con relación a una donación in- elemento particular: las partes han acordado una

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 151
formalidad más gravosa a la legalmente prevista. tada, con la misma forma observada tratándose
No tenemos duda que ello es jurídicamente posi- del contrato original.
ble por la naturaleza probatoria de la formalidad,
distinto sería el caso de la formalidad esencial. El problema radica en que, conforme se desprende
de la redacción del artículo 1413 del Código Civil,
Conforme hemos analizado precedentemente, pareciera que la conclusión contenida en el párra-
dado que el carácter ad solemnitatem se deriva de fo anterior no es la adecuada. Nos explicamos, el
una norma imperativa, no resulta posible pactar señalado artículo establece que las modificaciones
válidamente cosa distinta: “Las partes pueden del contrato original deben cumplir con la misma
volver formales negocios que por ley no lo son, en forma “prescrita” para este último. Al respecto, el
uso de la autonomía de la voluntad (…). Pero no término “prescrita” se asocia a una expresa dispo-
podrán, en cambio, dejar de lado las solemnidades sición legal —conforme se aprecia de la redacción
dispuestas por el legislador ad substantiam, por del artículo 1412 del Código Civil, en la que el
estar de por medio un interés público”34. legislador claramente distingue entre formalidad
“prescrita” legalmente y formalidad “convenida”
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

En dicho sentido, si la ley establece como for- por las partes—; en ese orden de ideas, en el
malidad probatoria la simple forma escrita, y caso analizado, dado que el arrendamiento no
las partes acuerdan que esa forma escrita sea es un contrato consensual relativo —sujeto a la
una escritura pública, consideramos que lo que observancia de una determinada forma con fines
predomina es la voluntad de las partes y, en probatorios—, llegaríamos a la conclusión que, si
ese orden de ideas, dado que ellas mismas han el contrato presenta una forma probatoria conven-
identificado como medio de acreditación de cional, la misma no requiere observarse para fines
existencia y contenido del contrato a la escritura de sus modificaciones.
pública, esta debería ser preferida para el caso
propuesto por una razón de consecuencia. Esta- No obstante, de acuerdo a la Exposición de Mo-
mos, en pocas palabras, ante un tema de aplica- tivos elaborada por quienes fueron miembros
ción de norma supletoria, siendo que en el caso de la denominada “Comisión Reformadora” del
propuesto por no haber “laguna contractual” Código Civil, se indica expresamente cosa distin-
no corresponde pretender que prevalezca la ley ta, ya que al comentar los alcances del artículo
respecto a la propia declaración de las partes. 1413 del Código Civil, Arias Schreiber expresa:
“Tomemos como ejemplo el arrendamiento de un
Por lo tanto, las modificaciones pactadas deberían inmueble. Si las partes estipularon que el contrato
constar para fines probatorios en escritura pública, fuese formalizado por escritura pública, cualquier
forma que será preferida en caso de un conflicto modificación del mismo deberá ceñirse a esta for-
de medios probatorios, aunque se estará finalmen- ma para que tenga validez”35. En otras palabras, el
te al querer de las partes sobre la materia, ya que artículo 1413 se aplicaría no sólo para contratos
en cualquier caso no estamos ante solemnidades. consensuales relativos sino inclusive para los
contratos consensuales puros, en que las partes,
Conforme al cuarto caso, las partes habrían sobre la base de la libertad de forma, acordaron
acordado de hecho una formalidad probatoria expresarse de una determinada forma y no otra.
tratándose de lo que, en principio, es un contra-
to consensual puro; en ese orden de ideas, las Suscribimos lo expresado por el desaparecido
modificaciones deberían cumplir, por la misma profesor Arias Schreiber. En efecto, el pacto so-
razón de consecuencia anteriormente comen- bre formalidad puede ser expreso o tácito; pue-
ADVOCATUS 36

34. MOSSET, Jorge. Op. cit., p. 260.


35. ARIAS SCHREIBER, Max. “Exposición de Motivos y Comentarios – Contratos en general”, en: REVOREDO DE DEBAKEY,
Delia, “Código Civil, tomo VI (Exposición de Motivos y Comentarios)”. Lima: Okura Editores S.A., 1985, p. 73.

152 Marco Antonio Ortega Piana


de ser que en el documento contractual —de tendida contextualmente como eficacia, como

D OC TR I N A
ANIRTCOD
existir— las partes no expresen un ápice sobre el “valor” en la acepción de generación efectos.
tema, pero convienen que el contrato presente Habría una presunción implícita de ineficacia;
determinada forma —escritura pública, en el empero, ello no impide que pueda recurrirse,
caso propuesto—, por lo que se estaría ante una en el universo de medios probatorios, a alguna
forma de carácter ad probationem, dado que no manera o forma de probar la eficacia negocial. DERECHO
LITIGIOS
se aprecia naturaleza esencial. Desde ese punto PROCESALES
COMERCIAL
Y ARBITRALES
de vista, dado que la forma probatoria entraña Por último, tratándose del quinto caso, somos
generar un medio privilegiado de acreditación de la opinión que tratándose de contratos con-
del negocio, en razón que el contrato original sensuales puros, que se perfeccionan constitu-
consta de determinada forma, la misma debería tivamente por el simple acuerdo de voluntades,
considerarse para fines de cualquier modifica- por lo que es legalmente suficiente el acuerdo
ción con el objeto de solucionar preventivamen- verbal, las modificaciones pueden realizarse
te cualquier posible conflicto entre los distintos observándose cualquier forma, cualquier forma
medios probatorios del acuerdo modificatorio documental, sin restricción alguna, por lo que
de los cuales podría hacerse uso. no tiene que cumplirse necesariamente con la
primigenia. Conforme a ello, un contrato ver-
Sobre este particular, merece destacarse que, bal puede modificarse por escrito y viceversa;
en el caso propuesto, si bien la formalidad ad un contrato celebrado bajo una determinada
probationem no tiene origen legal, sí posee ca- forma documental puede modificado por otra
rácter convencional, siendo que más allá de la de distinta dimensión, etc., salvo desde luego
fuente estamos siempre ante una formalidad no que las partes hubiesen acordado determina-
esencial, meramente probatoria. En ese orden dos condicionantes para generar la eficacia en
de ideas, estimamos que convendría precisar en cuestión, en el marco de la autonomía privada.
el texto del artículo 1413 del Código Civil, que la
forma del contrato original puede ser legalmen- Atendiendo a lo expresado, cabe cuestionarse
te prescrita o convencionalmente acordada36. Se sobre si se justifica o no realizar alguna precisión
ganaría en claridad. normativa el al artículo 1413 del Código Civil,
¿convendría precisar en el texto que la forma del
Un último comentario respecto a lo expresado contrato original puede ser legalmente prescrita
por Arias Schreiber en la cita anteriormente o convencionalmente acordada?, la respuesta
reproducida. Indica que cualquier modificación puede positiva, como ya hemos afirmado se
del contrato original deberá ceñirse a la forma ganaría en claridad; empero, ¿es necesario?,
probatoria del contrato original “para que tenga respuesta negativa.
validez”. Discrepamos si se lee el texto “tex-
tualmente”. La inobservancia de la formalidad En ese contexto mantienen vigencia las palabras
probatoria no deriva en invalidez, porque de lo De la Puente37, contenidas significativamente en
contrario no estaríamos ante un tema de for- la parte final de su magna obra “El contrato en
malidad ad probationem sino ad solemnitatem. general”, cuando nos expresa:
Retomamos lo ya explicado precedentemente
en el sentido que el lenguaje puede ser lato o “No quiero terminar esta obra sin expresar
estricto, y siendo que el término “validez” es una preocupación que me desasosiega. Pese
polisémico, esa “validez” puede, y debe, ser en- a considerar que la Sección Primera del Libro
ADVOCATUS 36

36. Resulta pertinente remitirnos a los antecedentes del artículo 1413 del Código Civil, en el sentido que la ponencia
original hacía referencia a “forma prescrita —legalmente— o utilizada — por acuerdo expreso o tácito”. Cfr: DE LA
PUENTE, Manuel. Op. cit. p. 477.
37. DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. Op. cit. Tomo III, pp. 667-668.

Algunas reflexiones sobre la regulación de la forma contractual en el código civil de 1984 153
VII del Código civil constituye un excelente Encontrándose en proceso de revisión el Código
conjunto de disposiciones que de manera Civil, con la posibilidad de introducir modificacio-
coherente profundiza con responsabilidad nes, viene a la memoria lo que en alguna oportu-
la problemática de la contratación moder- nidad me expresó un reconocido abogado, en el
na, debo reconocer que como toda factura sentido que la “cereza del pastel” para todo jurista
humana, adolece de defectos que afean la era resolver controversias, porque en esa oportu-
obra legislativa. Frente a estos incuestiona- nidad aplicaría su conocimiento y experiencia, de
bles defectos, existe una corriente de opinión manera que “diría” derecho, aunque también reco-
que, no obstante su loable mérito en desta- nocía que era una gran tentación, porque es una
carlos, se orienta a corregirlos mediante la función que demanda de especial responsabilidad
modificación o supresión de las normas jurí- y preparación, por lo que no debería ejercerse si se
dicas correspondientes. Pienso que debemos carece de especialización y disposición. De igual
afrontar una realidad. Los Códigos no son manera, la “cereza del pastel” para una carrera do-
una secuencia de disposiciones colocadas cente sería desempeñarse como legislador, pero la
caprichosamente unas al lado de las otras, gran tentación es priorizar nuestro ego respecto de
Revista editada por alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima

sino un todo orgánico en que cada una de lo que debe evaluarse para concluir serenamente
sus normas, especialmente las que integran si es necesaria o no una modificación legislativa, a
cada Sección, responde a un plan integral que la luz de la experiencia jurisdiccional.
las vincula íntima y ordenadamente, de tal
manera que el cambio o supresión de una de Por ello, la invocación “Et ne nos indvcas in tenta-
ellas rompe la armonía del conjunto. Como tionem” adquiere singular significado.
los Códigos no pueden sustituirse rápidamen-
te, pues son redactados con una vocación de VIII. A MODO DE CONCLUSIÓN
permanencia, pienso que el camino adecuado
es tomar una actitud más positiva e intentar La autonomía voluntad no es irrestricta, no es-
la interpretación de la norma cuestionada tamos sujetos al denominado voluntarismo, hay
utilizando especialmente los medios o ele- materias que no pueden ser materia de autorregu-
mentos lógico y sistemático, para otorgarle su lación, pese a que el ordenamiento reconozca que
verdadero sentido a través de su relación con las partes son las grandes e inmediatas protagonis-
las demás en su conjunto. Sólo así lograremos tas del intercambio económico en una economía
conservar nuestro Código de acuerdo a la social de mercado; en consecuencia, al analizar
concepción que lo inspiró, adecuando medita- lo relativo a la formación del consentimiento, y a
damente su espíritu a la constante evolución la manera en que este se expresa para dar origen
del Derecho, sin restarle coherencia y unidad. a la relación jurídico patrimonial de naturaleza
Es admirable, en este sentido, la jurisprudencia obligacional, debemos tener en consideración
que las partes carecen de poderes negociales para
francesa que ha logrado actualizar el viejo
regular la validez del acto celebrado o por cele-
Código Napoleón, sin necesidad de recurrir a
brar, aunque nada impide que sí puedan hacerlo
cambios legislativos superables.
tratándose de su existencia y eficacia.
Únicamente si se detectan verdaderos Conforme a ello, no resulta viable jurídicamente
errores conceptuales innatos, que resulten promover la celebración real de contratos, más sí
insalvables de otro modo, será menester aceptar la celebración formal de fuente voluntaria,
tomar el duro camino de la modificación ya que la misma se encuentra finalmente autoriza-
radical. De igual manera, esa medida de- da y regulada por una presunción legal que debe
ADVOCATUS 36

berá tomarse si el devenir nos depara tales aplicarse restrictivamente para no afectar la regla
cambios ideológicos en la noción del De- general de formación contractual consensual.
recho contractual que la reestructuración
de su manifestación positiva sea inevitable Ello debe contextualizar nuestra lectura e inter-
para adecuarse a la nueva realidad” (el pretación del Código Civil de 1984 en materia
subrayado es nuestro). de forma contractual.

154 Marco Antonio Ortega Piana


LA UTILIDAD DEL CONTRATO DE OPCION EN EL
CODIGO CIVIL DE 1984

Miguel Torres Méndez

Una de las nuevas modalidades de contratación que introduce


positivamente el vigente Código Civil peruano es el llamado Con-
trato de Opción. Dicho ordenamiento civil califica este contrato
como contrato preparatorio dedicándole varias normas a su regu-
lación.

Este contrato consiste, de acuerdo a la definición contenida


en el artículo 1419° de este Código, en que una de las partes que-
de vinculada a su declaración de celebrar en el futuro un contrato
definitivo y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no.

El objeto del presente trabajo consiste en investigar la utili-


dad que conlleva esta modalidad contractual que pudo dar motivo
a su legislación en el vigente Código Civil. Como se sabe, toda ins-
titución jurídica que es regulada positivamente debe ser útil. Es
decir, debe servir para algo. Esta utilidad tiene que darse en esta
institución jurídica para que el Código Civil de 1984 la haya incor-
porado positivamente. Pues de lo contrario, dicha regulación legal
no tendrá justificación alguna por no responder a los fines del De-
recho.

JAIME GUASP explica este fundamental principio de los fi-


nes del Derecho de la siguiente manera: ''Los fines del Derecho res-
ponden, pues, no a la pregunta del "por qué", sino a la del "para
qué" de cualquier institución jurídica" ( 1). Este mismo autor con-
cluye sobre los fines del Derecho señalando que: "Cabe, en conse-
cuencia, designar correctamente a los fines jurídicos, como los pro-
pósitos del Derecho mismo. En principio, una relación o conjunto
de relaciones jurídicas se hace siempre para algo: y prescindiendo

(1) Guasp, Jaime. "Derecho". Madrid 1971, pág. 342.

289
del para qué de la materia social que la integra, hay un para qué de
la forma que recoge esa materia social y que la convierte o trans-
forma en necesaria, que es el propósito del resultado jurídico to-
tal" (2). Para el caso materia de estudio, la legislación del contrato
de opción debe servir para algo (ser útil), porque de lo contrario
no respondería a los fines del Derecho, en este caso del Derecho
Civil peruano regulado en su correspondiente Código.

Como se puede apreciar, lo que en suma vienen a ser los fines


del Derecho no es otra cosa que la finalidad de la norma jurídica.
Así, LUIS RECASENS SICHES, ilustre teórico del Derecho, señala
respecto a dicha finalidad lo siguiente: "Hoy casi todos los teóricos
de lo jurídico están de acuerdo en que la finalidad es el motivo que
estimula la creación de todo Derecho, y afirman que no hay norma
jurídica que no deba su origen a un fin, a un propósito, esto es, al
intento de satisfacción de una necesidad práctica" ( 3). Para luego
seguir afirmando: "En fin, la finalidad, el propósito, consiste en
producir en la realidad social unos determinados efectos, los efec-
tos que son deseados por considerarlos valiosos: justos, convenien-
tes, adecuados" ( 4).

Pero para poder saber cuál es la utilidad de esta figura con-


tractual, considero que es conveniente precisar primero la naturale-
za jurídica de esta institución toda vez que muchos autores con-
funden esta modalidad contractual con la oferta de carácter obli-
gatorio o irrevocable. Es decir, consideran equivalentes al contrato
de opción y la oferta de tal naturaleza. Así, JAIME SANTOS BRIZ
señala por ejemplo lo siguiente: "Si estructuramos la oferta contrac-
tual como una declaración de voluntad vinculante para el que la
fórmula por un cierto plazo, durante el cual puede aceptarla o no
la persona quien va designada, prácticamente hemos descrito el de-
nominado contrato de opción" (5). Asimismo, MANUEL DE LA

(2) Ibid,pág. 342.

(3) Recaséns Siches, Luis. "Introducción al Estudio del Derecho". México


1970. pág. 121.

(4) lbid, pág. 121.

(5) Santos Briz, Jaime. "La Contratación Privada". Madrid 1966, pág. 119.

290
PUENTE Y LA VALLE afirma lo siguiente: "En realidad, el contra-
to de opción tiene como efecto el que una de las partes formule a
la otra una oferta de contrato, de tal manera que, en este sentido
no cabe distinguir entre oferta de contrato y contrato de opción,
tan es así que se ha sugerido en este trabajo designar el segundo
con el nombre de contrato de ofertar" (6).

Como puede apreciarse, tal equivalencia y equiparación se de-


be a que tanto el contrato de opción como la oferta irrevocable
producen los mismos efectos jurídicos. Es decir, producen efectos
jurídicos idénticos.

Sobre el particular, considero que, como puede comprobarse,


la única diferencia pero de total importancia, es que el contrato de
opción, como tal, es un acuerdo de voluntades y la oferta irrevoca·
ble, como tal a su vez, es sólo una declaración unilateral de volun-
tad. Es decir, en pocas palabras, tal única diferencia estriba en que
la primera institución jurídica es un contrato y la segunda no. Y
esto se debe pues a que, como puede apreciarse, el primero es un
acto jurídico plurilateral y el segundo un acto jurídico unilateral.

LG• diferencia pues, es una diferencia de estructura . .Es decir,


son dos supuestos de hecho diferentes (acuerdo de volunLadesjde-
claración unilateral de voluntad) los que codiguran a esta,; dos ins-
tituciones jurídicas. Poseen pues dos "fatti~pecie" diferentes como
dirían los italianos.

Tal diferencia la concibe y la explica bien LUIS DIEZ-PICAZO


de la siguiente manera: "Desde el punto de vista de su finalidad, el
contrato de opción guarda una cierta semejanza como ya vimos
con la oferta irrevocable, pero se diferencia de ella en que en la
oferta hay sólo una declaración unilateral de voluntad, la del ofe-
rente, y por consiguiente una única vinculación, la suya, mientras
que en la opción hay un negocio bilateral, que obliga a ambas par-

291
tes y puede, por tanto, determinar para el beneficiario unos espe-
cíficos deberes, como es, en su caso, el pago del premio" (7).

Es importante en consecuencia aclarar y remarcar bien esta


importante diferencia que descubre de esta manera la naturaleza
jurídica de esta institución en el sentido de que se trata o es un
contrato. N o cabe, por lo tanto, igualar o equiparar jurídicamen-
te a este contrato con la oferta obligatoria. El hecho de que ambas
instituciones produzcan los mismos efectos jurídicos no significa
o quiere decir que éstas sean iguales o las mismas jurídicamente.

Ahora bien, la determinación de la naturaleza de esta institu-


ción no se agota en señalar que se trata de un contrato, sino que
es necesario además señalar qué caracteres revisten a esta institu-
ción jurídica como contrato. Tal necesidad se hace en realidad im-
periosa por cuanto existe también una errada confusión en gran
parte de la doctrina contractualista sobre uno de los caracteres de
este contrato. Esta errada confusión consiste en señalar que el con-
trato de opción es "unilateral" entendiendo este término en refe-
rencia al número de partes que intervienen en la celebración del
contrato. RODOLFO SACCO pone en evidencia esta errada confu-
sión, integrándose en ella, de la siguiente manera: "La opción es
definida por todos como un contrato unilateral. Deberá, pues, per-
feccionmse cuando se perfeccione la declaracjón;::. 1a cual se sujeta,
sin necesidad de aceptación por parte del opcionista" (8).

Resulta obvio darse cuenta que esta apreciación es totalmente


equivocada, por cuanto de la denominación misma de "contrato
unilateral" -entendiéndose este término en referencia al número
de partes- ésta resulta totalmente contradictoria ya que, como es
de elemental conocimiento, todo contrato sólo puede darse entre
más de una parte, es decir, necesariamente tiene que ser entre dos
o más partes, es jurídicamente imposible que un contrato pueda
celebrarse entre sólo una parte. Por tal razón, es completamente
sabido que parte de la esencia del contrato es que éste es un acto
jurídico "plurilateral" como ya anteriormente se ha mencionado.

(7) Diez-Picazo, Luis. "Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial". Tomo I


Madrid 1979,pág. 217.

(8) Sacco, Rodolfo "Il Contratto". Torino 1975, pág. 710.

292
Por ser esta situación de la "unilateralidad" del contrato de
opción jurídicamente imposible, es menester, en consecuencia, co-
rregir este error con su necesaria y correspondiente aclaración que
descubra y demuestre su inexactitud así como la situación que ha
de ser la exacta y correcta.

En primer lugar, es necesario indicar que el contrato en el


cual para su perfeccionamiento sólo es necesario la voluntad del
optante es, evidentemente, el contrato definitivo y no el de opción
que es el contrato preparatorio de aquél. Esto si bien viene a ser
una verdad de perogrullo, aun así es necesario remarcarla por cuan-
to hay quienes no perciben bien esta distinta situación incurriendo
en otra errónea e indebida confusión. Tal es el caso, precisamente, de
RODOLFO SACCO. Dicho autor, como puede apreciarse en el últi-
mo texto doctrinario que se ha citado, llega a afirmar, después de
definir al contrato de opción como contrato unilateral, que este
contrato se perfecciona -vale decir se celebra- cuando se perfec-
ciona la declaración a la cual se sujeta, sin necesidad de aceptación
por parte del opcionista. En realidad, nada es más inexacto en cuan-
to al contrato de opción, aquí RODOLFO SACCO incurre en un
grave error. En el contrato de opción, como en todo contrato, es
necesario el concurso de las voluntades de todas las partes contra-
tantes y no se perfecciona con la sola voluntad de una de ellas.
En un contrato de opción entre sólo dos partes contratantes por
ejemplo, tal contrato se perfeccionará con la declaración del op-
cionista u oferente de querer conceder una oferta irrevocable, por
un determinado período de tiempo, de celebrar en el futuro un
contrato definitivo al optante o beneficiado con la oferta, y con la
declaración de éste aceptando que le otorguen dicha concesión.
Es pues, necesario el concurso de las dos voluntades, por cuanto si
la persona a quien se desea otorgar esa concesión no desea que se
la otorguen, simplemente rechazará dicha oferta; con lo cual, no se
habrá celebrado el contrato de opción.

Por lo tanto, el contrato de opción no se perfecciona pues


con la voluntad de una sola de las partes. Esta situación se presen-
ta más bien, como se ha seññalado anteriormente, en la celebra-
ción del contrato definitivo, por cuanto, como se sabe, en virtud
del contrato preliminar o preparatorio de opción, el optante ha

293
quedado habilitado para por su sola voluntad, celebrar el contrato
definitivo.

Ahora, esta situación llevaría a pensar que en el caso del con-


trato definitivo éste sí sería entonces un contrato "unilateral" o de
una sola parte, por cuanto si para su perfeccionamiento sólo basta
la declaración de voluntad del optante, esto en consecuencia, su-
puestamente querría decir que el contrato definitivo se estaría ce-
lebrando con la intervención de una sola parte. Pero en realidad
dicha situación no quiere decir tal cosa, por cuanto como se sabe
muy bien eso no puede darse jurídicamente. Lo que pasa en reali-
dad es que la declaración de voluntad del opcionista u oferente
para la celebración del contrato definitivo ya ha sido emitida an-
ticipadamente en el contrato de opción y no se necesita, en conse-
cuencia, que la declare nuevamente en la celebración del contrato
definitivo.

Y la demostración de esta situación se puede apreciar clara-


mente porque ella se encuentra en el consentimiento contractual.
Como se sabe, el contrato se forma cuando se produce el consenti-
miento contractual y éste consiste en la coincidencia de la oferta
y la aceptación. Esto quiere decir que todo contrato debe formar-
se con la conjunción o coincidencia de oferta y aceptación. De ahí
deriva el hecho de que el contrato sea un acto jurídico plurilateral,
porque para que se produzca la coincidencia de oferta y acepta-
ción necesariamente tiene que haber, por lo tanto, por lo menos
dos voluntades. En consecuencia, tanto en el contrato de opción
como en el contrato definitivo debe producirse esta coincidencia
de oferta y aceptación o consentimiento contractual. El contrato
de opción, como ya se ha señalado anteriormente, se forma con
la oferta del concedente u opcionista consistente a su vez en que-
rer conceder u otorgar una oferta de carácter irrevocable a favor
del optante para la celebración de un contrato definitivo, y con la
aceptación del optante sobre dicha concesión. Ahora, una vez for-
mado o celebrado este contrato, -el contrato de opción-, resul-
ta obvio darse cuenta que con este contrato ya surge o se produce
la oferta irrevocable de celebrar el contrato definitivo por parte
del opcionista, y ésta es ya, en consecuencia, la declaración de vo-
luntad de esta parte -el contrato definitivo-. El opcionista ha
emitido entonces su voluntad anticipadamente para la celebración
del contrato definitivo tal como ya se había indicado antes.

294
Pues bien, como ya hay oferta para la celebración del contrato
definitivo, sólo falta entonces la aceptación de ella para que llegue
a producirse el consentimiento contractual y se perfeccione así el
contrato definitivo. Y dicha aceptación, obviamente, depende úni-
ca y exclusivamente del optante; en tal medida, con su sola y ente-
ra voluntad podrá celebrar o no el contrato definitivo. Por eso es
que se llega a afirmar que el contrato definitivo se perfecciona
con la sola voluntad del optante. Pero, como ha 4uedado demos-
trado en base a todo lo expuesto, eso no quiere decir que el con-
trato definitivo se celebre con la intervención de una sola parte y
sea pues, en ese sentido, "unilateral". El contrato definitivo, como
todo contrato, se perfecciona con la participación o con las volun-
tades de todas las partes contratantes. El hecho de que en el per-
feccionamiento de dicho contrato oferta y aceptación no coinci-
dan simultáneamente sino que anticipadamente se formule la ofer-
ta y estando ésta vigente el optante pueda con su sola voluntad
perfeccionar el contrato con la aceptación, no quiere decir pues
que este contrato sea perfeccionado "unilateralmente". Intervie-
nen, pues, en la formación de este contrato tanto la voluntad del
opcionista como la del optante y no la de uno solo.

Esta es entonces la verdadera situación que acontece en el


perfeccionamiento del contrato definitivo. El optante, para la cele-
bración de este contrato, ya no necesita nuevamente del concurso
de la voluntad del opcionista porque dicho concurso ya ha sido da-
do pues en la oferta que se formula en el contrato de opción. Tal
situación la describe GIUSEPPE T AMBURRINO de la siguiente
manera: "El destinatario de la opción no tiene necesidad de com- ··
peler a la otra parte para que preste su consentimiento en el con-
trato definitivo, ya que con su simple aceptación el contrato es-
tá, ... " {9). De igual forma, MANUEL DE LA PUENTE Y LA VA-
LLE dice al respecto lo siguiente: " ... ,de tal manera que el contra-
to definitivo se celebrará cuando se acepte la oferta que se formula
mediante el contrato de opción" (10).

(9) Cita de Fernando Fueyo, "Derecho Civil". Tomo V, Vol. II-2, Santiago
de Chile, 1963, pág. 39.

(10) De la Puente y Lavalle, Manuel. "Estudios del Contrato Privado". Tomo


I, Lima 1983, pág. 437.

295
Habiendo ya resuelto esta errónea confusión, se puede ahora
ya señalar los verdaderos caracteres que revisten a esta institución
jurídica del contrato de opción. Tres son los principales caracteres
de este contrato, caracteres que se infieren de la descripción dada
en el artículo 1419° del Código Civil de 1984. En primer lugar, es
preparatorio; es decir, se celebra para en el futuro celebrar otro
contrato. En ese sentido el contrato de opción es preparatorio de
otro contrato, el definitivo. Asimismo, este contrato tiene la prin-
cipal característica de que una de las partes queda vinculada a su
declaración de celebrar en el futuro un contrato definitivo y la
otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no tal como exacta-
mente lo describe el artículo 1419° del vigente Código Civil. Y, en
tal virtud, el contrato de opción puede ser tanto de prestaciones re-
cíprocas como de prestación unilateral. Será de prestaciones recí-
procas si existe, por haberse pactado así, a cargo del optante una
contraprestación recíproca de la prestación del opcionista que es
la oferta irrevocable. Y será de prestación unilateral si simplemen-
te no existe contraprestación alguna a cargo del optante.

Esta es, en consecuencia, la verdadera naturaleza jurídica de


esta institución, la de ser un contrato, de carácter preparatorio,

Esta es, en consecuencia, la verdadera naturaleza jurídica de


esta institución, la de ser un contrato, de carácter preparatorio,
mediante el cual una de las partes queda vinculada a su declara-
ción de celebrar en el futuro un contrato definito (oferta irrevoca-
ble) y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no, pudien-
do ser en tal virtud tanto de prestaciones recíprocas como de pres-
tación unilateral.

Ahora que ya se ha precisado y determinado bien la naturale-


za jurídica de esta institución, corresponde ahora sí entonces de-
terminar la utilidad de la misma en el Código Civil Peruano.

Como puede apreciarse de su naturaleza jurídica, la caracte-


rística principal de esta institución, es decir, la situación que más
la caracteriza, es la consistente en que una de las partes queda vin-
culada a su declaración de celebrar en el futuro un contrato defini-
tivo y la otra tiene el derecho exclusivo de celebrarlo o no. JOSE
PUIG BRUTA U describe esta principal característica en los siguien-

296
tes términos: "La parte que se compromete a permanecer vinculada
durante algún tiempo queda enfrentada con otra que está en liber-
tad para dejar perfeccionado el contrato o para desistir de hacerlo
durante el tiempo señalado. Esto es lo que propiamente caracteri-
za a la opción ... " ( 11 ). Y esta situación no es otra cosa que la for-
mulación de una oferta de carácter irrevocable por parte del opcio-
nista. En tal medida, se debe concluir pues, como ya resulta obvio
darse cuenta, que el contrato de opción tiene por finalidad la for-
mulación, por parte del opcionista, de una oferta irrevocable a fa-
vor del optan te. O dicho en términos técnicamente jurídicos: el
objeto del contrato de opción es la obligación, por parte del opcio-
nista, de formular una oferta irrevocable a favor del optante.

En tal virtud, surge entonces de inmediato la formulación de


la siguiente pregunta: ¿tiene algún sentido y utilidad el contrato
de opción en las legislaciones civiles en las que se ha adoptado el
régimen de obligatoriedad o irrevocabilidad de la oferta? La res-
puesta, obviamente, aplicándose el razonamiento lógico jurídico,
es negativa. No tiene ningun sentido y utilidad del contrato de op-
ción en aquellos ordenamientos civiles que han adoptado dicho
régimen, porque, como resulta obvio darse cuenta de acuerdo al
objeto o finalidad de este contrato, los mismos efectos jurídicos
que se consiguen con un contrato de opción se pueden conseguir
con la mera formulación de una oferta.

La demostración de esta situación es por demás totalmente


evidente, pues si se tiene que la finalidad del contrato de opción es
la formulación de una oferta irrevocable y que de acuerdo al régi-
men que se ha adoptado la oferta es de por sí irrevocable, resulta
evidente darse cuenta entonces que en ambos casos los efectos ju-
rídicos que se 'producen son los mismos. Estos son, en el contrato
de opción como se aprecia, los efectos que produce la oferta irre-
vocable surgida de este contrato (vinculación del oferente de cele-
brar el contrato ofertado y el derecho exclusivo del destinatario de
la oferta de celebrarlo o no); y, en la oferta irrevocable, los efectos
que produce la oferta de tal naturaleza (vinculación del oferente
de celebrar el contrato ofertado y el derecho exclusivo del destina-

(11) Puig Brutau, José. "Fundamentos de Derecho Civil". Tomo II, Vol. II.
Barcelona 1956, pág. 51.

297
tario de la oferta de celebrarlo o no). En consecuencia, se puede
apreciar claramente que en ambos casos los efectos jurídicos son
los mismos, pues son los efectos que producen la oferta de carácter
irrevocable u obligatoria, sin que esto signifique que ambas institu-
ciones sean lo mismo, cosa que ya se ha demostrado al inicio de
este trabajo. En tal medida, pues, queda bien demostrado que los
mismos efectos jurídicos que se consiguen con un contrato de
opción se pueden conseguir con la formulación de una oferta, por-
que ambas instituciones producen los mismos efectos jurídicos.
Dicho lo cual, la mejor manera en que se ha de concluir este razo-
namiento es repitiendo las mismas palabras con las que RODOLFO
SACCO se pronuncia al respecto: "Y ahora no se comprende más
la copresencia de estas dos instituciones en un solo ordenamiento"
(12).

En efecto, no resulta coherente que en un mismo ordena·


miento civil se regulen a la oferta irrevocable y al contrato de op-
ción.

El contrato de opción, en consecuencia, sólo tiene sentido y


utilidad en aquellos ordenamientos civiles en los que se ha adopta-
do el régimen de la no obligatoriedad de la oferta o libre revoca-
ción de ella. Pues sólo en estas legislaciones con este contrato se
podrán alcanzar efectos jurídicos distintos a los alcanzados o
producidos con la oferta, revistiendo estos efectos, por lo tanto,
una gran utilidad. Esta situación, al igual que la creada adoptándo-
se el régimen contrario' (obligatoriedad de la oferta) resulta ser to-
talmente lógica y evidente por cuanto resulta ser la situación inver-
sa. Lógicamente, si adoptándose el régimen de la obligatoriedad de
la oferta el contrato de opción resulta inútil y sin sentido porque
los mismos efectos que se consiguen con este contrato se pueden
conseguir con una simple oferta, resulta evidente advertir entonces
que todo lo contrario resulta adoptándose el régimen opuesto, el
régimen de libre revocación o no obligatoriedad de la oferta. En
este régimen, el contrato de opción sí reviste una gran utilidad
porque, como se sabe, la finalidad de este contrato es la formula-
ción de una oferta de carácter irrevocable. En tal sentido, median-
te este contrato se conseguirá que el oferente formule su oferta de

(12) Sacco, Rodolfo. "Il Contratto". Torino 1975, pág. 710.

298
esa manera, irrevocablemente; es decir, se obtiene que el oferente
se obligue a mantener su oferta sin poder y tener derecho a revo-
carla, como normalmente hubiera podido hacer en vista que la
oferta es de por sí libremente revocable por haberse adoptado di-
cho régimen.

En los ordenamiento.s civiles en los que se ha adoptado el ré-


gimen de la libre revocabilidad de la oferta entonces, el contrato
de opción sí es muy útil y si resulta coherente su regulación, por
cuanto sirve de mucho para el destinatario de la oferta, ya que éste
obtiene seguridad respecto a la vigencia de la oferta que le han
otorgado en virtud de tal contrato, seguridad que no la tiene con la
simple formulación de una oferta a su favor ya que ésta puede ser
libremente revocada perdiendo en consecuencia su vigencia.

Habiéndose ya explicado y demostrado esta carencia de senti-


do y utilidad del contrato de opción en las legislaciones civiles que
han adoptado el régimen de la obligatoriedad de la oferta, se debe
señalar entonces, inexorablemente, que en tal caso se encuentra el
vigente Código Civil Peruano. Pues, como se sabe, dicho Código
Civil ha adoptado el régimen de la obligatoriedad de la oferta. Así
lo establece en su artículo 1382 que prescribe textualmente lo si-
guiente: "La oferta obliga al oferente, si lo contrario no resulta de
los términos de ella, de la naturaleza de la operación o de las cir-
cunstancias del caso". Tal régimen es confirmado, asimismo, por el
propio legislador en la exposición de motivos correspondiente en
los siguientes términos: "El artículo bajo comentario sanciona la
obligatoriedad de la oferta, ... " (13).

La regulación del contrato de opción en el vigente Código


Civil peruano, en consecuencia, no resulta coherente, por lo cual,
deviene en principio en una institución inútil y carente de sentido.

Ahora, resulta sumamente sorprendente, que el legislador


llegue a sostener lo contrario en su exposición de motivos en la
que incluso expone un ejemplo. Se procederá en seguida a repro-

(13) Arias Schreiber, Max. "Exposición de Motivos y Comentarios". En: Re-


voredo de Debakey, Delia. "Código Civil · Exposición de Motivos y Co-
mentarios". Tomo VI, Lima 1985, pág. 42.

299
ducir textualmente las argumentaciones del legislador, para luego
pasar a demostrar su inexactitud. Sostiene el legislador lo siguien-
te: "La utilidad del contrato de opción es notoria. Existen, en
efecto, circunstancias en que no es posible o conveniente celebrar
un contrato definitivo, pero sí resulta provechoso dejar sembrada
la posibilidad de que se concrete, en la hipótesis de que así lo deci-
da quien tiene el derecho de ejercitarlo. Así, es contrato de opción
aquél por el cual "A" le otorga a "B" el derecho de adquirir un
inmueble determinado, al precio que se pacta, dentro de un plazo
establecido y que no exceda del límite fijado por el artículo 1423.
Dentro de estas circunstancias puede suceder que:

a. "B" decida ejercitar la opción en el plazo previsto, con lo que


queda perfeccionada la compraventa; y,
2. "B" deje vencer el plazo de la opción sin ejercitarla o antes de
ello renuncie a dicho ejercicio. En uno u otro caso, "A" que-
dará libre de disponer a su criterio del inmueble que fue mate-
ria de la opción y "B" no tendrá obligación de responder fren-
te a "A" por no haber ejercitado la opción o dejado vencer el
plazo" ( 14).

Pero, como se puede apreciar, es evidente y sumamente claro


que esa conveniencia que señala el legislador de dejar sembrada la
posibilidad de que se contrate en aquellas circunstancias en que no
es posible o conveniente celebrar de una vez un contrato se obtie-
ne o alcanza igualmente, en el vigente Código Civil peruano, con la
simple formulación de una oferta. Así, en el ejemplo dado por el
legislador, "A" podrá igualmente mediante una oferta otorgarle a
"B" el derecho de adquirir un inmueble determinado, por un pre-
cio determinado y dentro de un plazo que se establece también,
resultando en este último punto mucho más ventajoso por cuanto
la oferta puede formularse por cualquier plazo no existiendo lí-
mite para ello.

Resulta claro entonces que esta conveniencia que señala el


legislador (de dejar sembrada la posibilidad de que se contrate en
aquellas circunstancias en que no es posible o conveniente celebrar
de una vez un contrato) se puede obtener igualmente con la for-

(14) Ibid., págs. 80 y 81.

300
mulación de una simple oferta, sin que sea necesario en consecuen-
cia la celebración de un contrato de opción, debiéndose esto a que
la oferta, para el vigente Código Civil peruano, es de carácter obli-
gatorio.

Asimismo, las dos posibilidades que señala el legislador que


pueden darse celebrándose un contrato de opción, pueden darse
igualmente con la formulación de una simple oferta. Analizando
una por una tenemos lo siguiente:

l. "B" decide aceptar la oferta en el plazo previsto, con lo que,


obviamente, queda perfeccionada la compraventa; y,

2. "B" deja vencer el plazo de la oferta sin aceptarla o antes de


ello renuncia a dicha oferta, es decir, la rechaza. En uno u
otro caso, "A" quedará libre de disponer a su criterio del in-
mueble que fue materia de la opción y "B" no tendrá obliga-
ción de responder frente a "A" por no haber aceptado la
oferta o dejado vencer el plazo.

Queda bien demostrado entonces la inexactitud de lo seña-


lado por el legislador en cuanto a la notoriedad de la utilidad del
contrato de opción. Todo lo contrario, lo que resulta notorio es la
inutilidad de este contrato de acuerdo a todo lo explicado y de-
mostrado.

Es más, la notoriedad de dicha inutilidad se encuentra en rea-


lidad bien acentuada debido a que la mencionada conveniencia que
esgrime el legislador (que no es otra cosa que los efectos que pro-
duce una oferta obligatoria) resulta más ventajosa si se obtiene me-
diante una oferta que mediante un contrato de opción, ya que ésta
puede formularse por cualquier plazo no existiendo límite para
ello como sí lo hay en el contrato de opción. Y sobre todo porque
también resulta más económico obtener esta conveniencia median-
te una simple oferta que mediante un contrato de opción. En efec-
to, con una oferta, para que ella se dé, simplemente habrá pues
que formularla sin que ello implique los gastos y tributos que ori-
gina la celebración de un contrato, sobre todo porque generalmen-
te, para efectos de probanza, éstos se celebran por escrito. Esta
ventaja económica resulta más trascendente aún en el caso en que
el destinatario de la oferta llegue a aceptar y se celebre con ello el

301
contrato ofertado. Efectivamente, en el caso de la oferta si el des-
tinatario de ésta llega a aceptarla el resultado de esto es la celebra-
ción de un contrato; a diferencia del contrato de opción en el que
si el optante llega a aceptar la oferta irrevocable el resultado de
esto es la celebración de otro nuevo contrato. En otras palabras,
se puede apreciar que en ambos casos se llega al mismo resultado,
pero que en el caso de la oferta para alcanzar ese resultado se ha
necesitado la celebración de un solo contrato, mientras que en el
caso del contrato de opción se ha necesitado la celebración de dos
contratos. Lo que implica pues que con una oferta habría un solo
gasto y tributación, mientras que con un contrato de opción habrá
doble gasto y tributación.

De acuerdo a todo lo obtenido hasta el momento en todo


este estudio y análisis, se debe llegar a concluir que el contrato de
opción de acuerdo a los motivos que tuvo el legislador para regu-
larlo no ofrece ninguna utilidad dentro del vigente Código Civil
peruano. Y habiéndose ya demostrado muy bien que los motivos
que esgrime el legislador no son exactos, con lo cual carecen de
justificación alguna, es evidente apreciar entonces que su legisla-
ción según esos motivos no tiene pues justificación.

Ahora, al no tener justificación por esos motivos la legisla-


ción del contrato de opción en el Código Civil de 1984, se está
suscitando entonces la situación que se ha precisado en el inicio de
este trabajo en el sentido de que esta institución no responde a los
fines del Derecho Civil peruano regulado en éste su correspondien-
te Código.

En efecto, y un último análisis demostrará la validez de esta


conclusión, si se tiene que el Código Civil de 1984 ha adoptado el
régimen de la obligatoriedad de la oferta, es porque se ha querido
alcanzar con ello la finalidad o el fin que ello conlleva, el cual es,
que el oferente quede vinculado a su oferta. Con lo cual, para el
Derecho Civil peruano, para que se consiga esa finalidad, bastará
pues con formular una oferta. Por lo tanto, se puede apreciar cla-
ramente que uno de los fines del Derecho Civil peruano es que se
obtenga la vinculación del oferente con una simple oferta, sin que
se requiera en consecuencia de otra institución jurídica más com-
pleja. Razón por la cual, al regularse el contrato de opción en este
mismo Código, ello significa que para alcanzar también la obliga-

302
toriedad de la oferta, exista también otra institución jurídica más
compleja (pues ella demanda un acuerdo de voluntades), lo cual
contradice pues a uno de los fines del Derecho Civil peruano, el
cual es en este caso, como se ha demostrado, que se obtenga dicha
obligatoriedad con una simple oferta.

Se puede apreciar claramente entonces, que la legislación del


contrato de opción en el Código Civil de 1984 no responde a los
fines del Derecho Civil peruano, sino por el contrario los contra-
dice.

Sin embargo, resulta que si bien el contrato de opción no res-


ponde, como se ha demostrado, a este determinado fin del Dere-
cho Civil peruano; a la postre, sólo por una eventual situación ju-
rídica, este contrato sí llega alcanzar a tener una utilidad. Dicha
eventual situación jurídica es la posibilidad que consagra el vigente
Código Civil peruano de inscribir en el Registro de la Propiedad
Inmueble los contratos de opción. Tal posibilidad se encuentra re-
gulada en el inciso 2) del artículo 2019 de dicho Código Civil.

La utilidad que se obtiene entonces con esta situación consis-


te en que, como se sabe, la inscripción confiere al acto inscrito
efectos de erga omnes, es decir, el acto inscrito puede ser oponible
a terceros. Así pues, el contrato de opción inscrito, por el cual está
latente la celebración de un contrato definitivo que va a versar so-
bre un bien inmueble; podrá ser oponible frente a terceros que ha-
yan contratado sobre ese mismo inmueble. Esto quiere decir que
si el contrato de opción -que ha sido inscrito- de compraventa de
una casa por ejemplo, por el cual el propietario opcionista le ofre-
ce irrevocablemente por el plazo de 6 meses la venta de dicha casa
al optante, de aceptar la oferta el optante; y, por lo tanto perfec-
cionarse la compraventa, es éste el único acto válido y eficaz no
afectándole ningún acto que se haya constituido con anterioridad.
De suceder esto, no tendrán pues validez alguna los actos por los
cuales se afecte de alguna manera ese inmueble y que pudieran
haber desconocido o perjudicado el contrato definitivo resultante
del contrato de opción que fue inscrito.

La utilidad que llega a ofrecer el contrato de opción, en con-


secuencia, consiste en la posibilidad de inscripción de éste en el
Registro de la Propiedad Inmueble, inscripción por la cual el con-

303
trato puede ser oponible frente a terceros por conferirle ésta efec-
tos erga omnes. Utilidad que no se obtiene con una oferta.

Ahora bien, como se puede apreciar, esta utilidad que llega a


ofrecer el contrato de opción sólo la puede ofrecer cuando este
contrato es preparatorio de la celebración de un contrato defini-
tivo que va a versar sobre bienes inmuebles; y no, obviamente,
cuando el contrato definitivo va a versar sobre bienes muebles. Di-
cho en términos técnicamente jurídicos: el contrato de opción
sólo ofrece esta utilidad cuando el objeto de la prestación materia
de la obligación que va a crear el contrato definitivo sean bienes
inmuebles. En tal medida, la utilidad que ofrece este contrato es
sólo parcial. Es decir, se da sólo limitadamente, porque sólo sirve
para una sola clase de bienes, los inmuebles. La utilidad sería plena
y total, obviamente, si se diera para toda clase de bienes y no para
sólo una clase de ellos.

Por razón de todo lo expuesto y demostrado, cabe en conse-


cuencia finalizar este trabajo concluyendo que la única utilidad
que ofrece el contrato de opción en el Código Civil de 1984 es la
posibilidad, cuando el objeto de la prestación materia de la obliga-
ción que va a crear el contrato definitivo sean bienes inmuebles, de
inscribir dicho contrato en el Registro de la Propiedad Inmueble;
razón por la cual, dicha utilidad es sólo parcial. Utilidad que asi-
mismo, como se puede apreciar, no fue precisamente la que tuvo
o invocó el legislador para incorporar esta institución en el vigente
Código Civil Peruano. De esta manera, fuera de esta única, even-
tual y parcial utilidad, el contrato de opción dentro del Código Ci-
vil de 1984 no ofrece en realidad ninguna utilidad.

304
LA CLÁUSULA RESOLUTORIA EXPRESA
Jhoel Chipana Catalán1

Sumario:

1. Concepto
2. Requisitos
2.1. Estar ante un contrato con prestaciones recíprocas
2.2. Subsistencia de prestaciones por ejecutar
2.3. La “parte fiel” y la “parte infiel”
2.4. Existencia, en el contrato, de una cláusula resolutoria expresa
2.5. La comunicación
2.6. La resolución opera sin necesidad de la intervención de un juez o árbitro
2.7. La importancia del incumplimiento lo determinan las partes
3. Funcionalidad de la cláusula resolutoria expresa y su relación con la resolución
por vencimiento del plazo esencial
4. ¿Cláusula resolutoria patológica?
5. El aspecto registral
6. El aspecto procesal
7. La cláusula resolutoria expresa y su relación con otras figuras. ¿Cómo lo
entiende la jurisprudencia nacional?
8. Una mirada al Derecho Comparado
9. Diferencia con el receso

1. CONCEPTO

El artículo 1430 del Código Civil, regula la figura de la cláusula resolutoria expresa
en los siguientes términos:

Artículo 1430.- “Puede convenirse expresamente que el contrato se


resuelva cuando una de las partes no cumple determinada prestación a
su cargo, establecida con toda precisión.
La resolución se produce de pleno derecho cuando la parte interesada
comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria”.

Resulta claro que “la resolución afecta no el contrato, sino directamente y sólo sus
efectos: hace el contrato ineficaz, sin tocar la validez. En otras palabras, la
invalidez atañe al contrato como acto; la resolución como relación”.2 De esta
manera, “la resolución designa la extinción del contrato por un evento que impide
la relación; así, la resolución puede ser definida, sin más, como la disolución de la
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Magíster en Derecho por la Universidad de
San Martín de Porres (USMP). Es socio de Chipana & Moreno Abogados, profesor de Derecho Civil y
Arbitraje en la USMP, árbitro inscrito en el RNA-OSCE, y miembro fundador de Arbitration360°.
www.chipanamoreno.com
2
ROPPO, Vincenzo. El contrato. Eugenia Ariano Deho (trad.). Lima: Gaceta Jurídica, 2009, p. 859.
relación contractual”.3

Dentro de la legislación nacional se regulan no sólo el concepto, sino también los


efectos, de la figura de la resolución contractual en dos preceptos legales: el
artículo 1371 y el artículo 1372. Debe quedar claro, sin embargo, que lo se resuelve
es la relación obligacional4 y no el contrato propiamente dicho.

Así las cosas, dentro de las diversas clasificaciones que la doctrina ha esbozado
para analizar esta figura, se tiene una que parte por dividir las clases de resolución
en aquéllas que son judiciales y las que son extrajudiciales, siendo el caso del
artículo 1430 del Código Civil un tipo de resolución extrajudicial. Asimismo, para
otra clasificación, existen las resoluciones que se pueden realizar sin que el propio
contrato las regule (pues allí son de aplicación supletoria las normas del Código
Civil), y aquéllas que exigen una regulación expresa en el propio contrato,
perteneciendo a este último grupo la figura regulada en el artículo 1430.

En torno a la naturaleza de este mecanismo resolutorio, la Exposición de Motivos


del Código Civil ha señalado que “no se trata, como afirman algunos autores, de
una sanción impuesta a quien no satisface sus obligaciones. En realidad, es una
manera de liberar a quien ha cumplido el contrato, sin que incurra por ello en
responsabilidad”.5 Asimismo, se ha sostenido que “el objetivo de esta cláusula es
crear una prevención psicológica en el deudor, a fin de que no incurra en un
particular tipo de incumplimiento”.6

En doctrina7 se señala que la cláusula resolutoria expresa parece hacer innecesaria


la interpelación, es decir, el requerimiento al que hace referencia el artículo 1429
del Código Civil,8 pues de manera antelada las partes han integrado en el contrato
una cláusula especial, en la cual declaran que, si una de ellas no cumple con la
prestación determinada a su cargo, el contrato quedará resuelto automáticamente,
de pleno derecho. Así, a diferencia de la intimación a cumplir, que reposa

3
BIANCA, Massimo. Derecho Civil. El contrato. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2007, p.
754.
4
Cfr. ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Contratos - Parte
general. 2ª edición. Lima: Normas Legales, 2011, tomo I, p. 198.
5
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max. Código Civil. Exposición de Motivos y Comentarios. Delia Revoredo
Marsano (Comp.). 2ª edición. Lima: Thomson Reuters, 2015, tomo VI, p. 123.
6
NAVARRETTA, Emanuela. Citada por MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías y remedios del contrato.
Lima: Jurista Editores, 2011, p. 269.
7
Cfr. ROMERO ZAVALA, Luis. Derecho de los Contratos en el Código Civil Peruano. Teoría General de
los Contratos. Libro VII del Código Civil. Sección Primera (artículos 1351 al 1425). Lima: Editora
FECAT, 1999, tomo II, p. 69.
8
Código Civil:
Artículo 1429.- “En el caso del artículo 1428 la parte que se perjudica con el incumplimiento de la otra
puede requerirla mediante carta por vía notarial para que satisfaga su prestación, dentro de un plazo no
menor de quince días, bajo apercibimiento de que, en caso contrario, el contrato queda resuelto.
Si la prestación no se cumple dentro del plazo señalado, el contrato se resuelve de pleno derecho, quedando
a cargo del deudor la indemnización de daños y perjuicios”.
totalmente en la voluntad unilateral de la víctima del incumplimiento, en nuestro
caso el mecanismo resolutorio se funda en la acorde previsión de las partes.9

Como veremos, una de las particularidades de la denominada “cláusula resolutoria


expresa” (conocida también como “pacto comisorio”) es que, como su propio
nombre lo indica, tenga que estar estipulada de manera clara en el contrato, a través
de una cláusula que cumpla con determinados requisitos que más adelante
señalaré. Ello significa que una parte no podrá resolver un contrato en virtud de lo
establecido por el artículo 1430 del Código Civil, si es que dicho contrato no posee
una cláusula resolutoria expresamente incluida en él.

En ese sentido, debe existir un acuerdo expreso entre las partes, a efectos de que
se permita resolver el contrato recurriendo a esta figura, a diferencia de lo que
sucede con las otras maneras de resolver un contrato y que se encuentran
contenidas en los artículos 1428 y 1429 del Código Civil (y en otras normas de
dicho Código), pues para que éstas se puedan aplicar no es necesario que en el
contrato se haga referencia a las mismas, debido a que ellas serán de aplicación
supletoria a todos los contratos.10

Sin duda, el mecanismo resolutorio contenido en el artículo 1430 del Código es la


forma más eficaz, directa y potente para resolver un contrato, ya que al ser
extrajudicial y no prever la exigencia del otorgamiento de plazo alguno para que
la parte que no cumple sí lo haga, se está ante una resolución inmediata, bastando
para ello el envío de una comunicación (que deberá contener determinada
información) a la parte que ha incumplido.

En doctrina se discute la naturaleza de la resolución contractual, en el sentido de

9
Cfr. ROPPO, Vincenzo. El contrato. Op. cit., p. 884.
10
A estos efectos, es importante recordar lo establecido por el artículo 1356 del Código Civil, que establece:
Artículo 1356.- “Las disposiciones de la ley sobre contratos son supletorias de la voluntad de las partes,
salvo que sean imperativas”.
diferenciarla11 de la condición resolutoria12 (que “es aquella cláusula que, al
cumplirse, produce la revocación o ineficacia de la obligación o institución, con la
consecuencia de reponer las cosas en el estado que tenían antes del acto o contrato
donde fue inserta”13), pues en la figura objeto de estudio estamos ante un derecho
potestativo. Así, Forno14 sostiene que “la resolución por incumplimiento es un
mecanismo de tutela puesto en interés del acreedor como una alternativa a su
derecho al cumplimiento y por ello se configura frecuentemente como un derecho
potestativo cuya actuación debe quedar librada a su entero arbitrio”.

Lo señalado tiene sentido cuando estamos frente al artículo 1430 del Código Civil,
pero existirán casos en donde la resolución operará de pleno derecho (dejando de
ser un derecho potestativo), como es el supuesto del artículo 1431 del Código
Civil,15 que establece que cuando la prestación deviene en imposible de ser
cumplida sin culpa de las partes, el contrato queda resuelto “de pleno derecho”, es
decir, allí no existirá voluntad alguna en cabeza de la parte fiel para ejercer derecho
alguno, puesto que es la propia ley la que hace que la resolución contractual opere.

Es claro, por lo demás, que este mecanismo resolutorio se puede pactar a favor de
ambas partes del contrato o únicamente a favor de alguna de ellas. Ello estará

11
De la Puente y Barboza (DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel y Eduardo BARBOZA BERAÚN. “Cláusula
resolutoria expresa y condición resolutoria”. En Incumplimiento contractual. Lima: Jurivec, 2016, pp. 208
y 209) enumeran las diferencias:
- La condición resolutoria opera en todos los actos jurídicos, mientras que la cláusula resolutoria expresa
sólo puede presentarse en contratos con prestaciones recíprocas.
- La condición resolutoria se funda en un hecho futuro e incierto que puede incluso depender de la
voluntad del deudor, mientras que la cláusula resolutoria expresa se activa ante el incumplimiento de
un deudor imputable.
- En caso se verifique la condición resolutoria, los efectos no se dan automáticamente, ya que se requiere
un pronunciamiento del juez que declare la ineficacia del acto jurídico. En cambio, la cláusula
resolutoria expresa sólo requiere de la comunicación del acreedor ejercitando su derecho.
- Los efectos de la condición resolutoria son irretroactivos, mientras que los de la cláusula resolutoria
expresa son parcialmente retroactivos, pues éstos se retrotraen al momento en que se verifica la causal
que motiva la resolución.
- La condición resolutoria no califica como incumplimiento en caso se verifique en la realidad. En
cambio, en la cláusula resolutoria expresa puede surgir una obligación resarcitoria por daños y
perjuicios.
12
Código Civil:
Artículo 173.- “Pendiente la condición suspensiva, el adquiriente puede realizar actos conservatorios.
El adquirente de un derecho bajo condición resolutoria puede ejercitarlo pendiente ésta, pero la otra parte
puede realizar actos conservatorios.
El deudor puede repetir lo que hubiese pagado antes del cumplimiento de la condición suspensiva o
resolutoria”.
13
CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Buenos Aires: Editorial
Heliasta, 1989, tomo II, p. 270.
14
FORNO FLORES, Hugo. “El plazo esencial y la tutela resolutoria”. En Estudios sobre el contrato en
general. VV/AA. Leysser León (trad.). Lima: ARA editores, 2004, p. 998.
15
Código Civil:
Artículo 1431.- “En los contratos con prestaciones recíprocas, si la prestación a cargo de una de las partes
deviene imposible sin culpa de los contratantes, el contrato queda resuelto de pleno derecho. En este caso,
el deudor liberado pierde el derecho a la contraprestación y debe restituir lo que ha recibido.
Empero, las partes pueden convenir en que el riesgo esté a cargo del acreedor”.
determinado en las causales que permitirán iniciar este mecanismo resolutorio,
pues usualmente se tiene como causal de resolución a la inejecución de
determinada prestación, la misma que recaerá en alguna de las partes. Por lo
demás, tener una cláusula resolutoria expresa que sólo faculte a una de las partes
a resolver a través de ese mecanismo, no significa que se deje a la otra parte sin la
posibilidad de resolver el contrato, en vista de que dicha parte tendrá los otros
mecanismos resolutorios a su disposición (principalmente, los contenidos en los
artículos 1428 y 1429 del Código Civil).

2. REQUISITOS

A continuación, voy a comentar los requisitos que se deben presentar para que este
tipo de resolución contractual opere, teniendo como base el contenido del ya citado
artículo 1430 del Código Civil:

2.1. Estar ante un contrato con prestaciones recíprocas

En primer lugar, debemos estar ante contratos con prestaciones recíprocas. Es


decir, ante negocios jurídicos en los que las partes sean acreedores y, a su vez,
deudores de una prestación entre sí. El típico ejemplo será el de un contrato de
compraventa, en donde una parte es acreedora del precio y, a su vez, deudora del
bien objeto de la venta; y la otra parte es acreedora del bien y deudora del precio.

Cabe anotar que este requisito debe encontrarse en todos los tipos de resolución
contractual y no sólo en el que es materia de análisis.

Por otro lado, queda claro que este remedio no podría operar, por ejemplo, en un
contrato de donación pura y simple, puesto que allí no existen prestaciones
recíprocas.

2.2. Subsistencia de prestaciones por ejecutar

Las prestaciones del contrato, o al menos una de ellas, no deben haberse ejecutado.
En este caso, podremos estar ante contratos con prestaciones cuya ejecución ha
sido diferida por acuerdo de las partes, o prestaciones que tengan la naturaleza de
ser ejecutadas de manera periódica o continua. Ello se explica debido a que es la
inejecución de esa prestación que aún subsiste la que va a gatillar la activación del
mecanismo resolutorio contenido en el artículo 1430 del Código Civil.

2.3. La “parte fiel” y la “parte infiel”

En doctrina se denomina “parte fiel” a aquélla que se encuentra facultada a resolver


el contrato porque es la perjudicada con el incumplimiento de su contraparte.
Empero, se debe precisar que para que la “parte fiel” pueda resolver el contrato,
deberá encontrarse al día en la ejecución de las prestaciones que tiene a su cargo
(ser fiel en su cumplimiento), pues, de lo contrario, no tendrá legitimidad para
activar el mecanismo resolutorio, debido a que ella misma también se encuentra
en situación de incumplimiento.16

Por otro lado, la denominada “parte infiel” es aquélla que ha incumplido con su
prestación, facultando con dicho acto a la otra parte a que pueda resolver el
contrato. En este punto, se debe precisar que el incumplimiento de esta parte debe
obedecer a causas imputables a ella misma (es decir, dolo o culpa), ya que, si ello
no es así, se abriría la posibilidad para que dicha parte pueda alegar alguna causa
que la exima de responsabilidad por la inejecución de su obligación.

2.4. Existencia, en el contrato, de una cláusula resolutoria expresa

En el contrato debe encontrarse incluida una cláusula resolutoria expresa, pero ella
debe cumplir con algunos requisitos que paso a mencionar.

En primer lugar, se debe hacer referencia expresa a las causales que van a originar
la resolución de pleno derecho, es decir, detallar —con toda precisión— el
incumplimiento de qué prestación va a originar la resolución17.

En este punto es recomendable que se enumeren dichas causales, a efectos de poder


identificarlas e invocarlas de manera clara cuando alguna de ellas se presente.

Asimismo, resulta importante que se tenga en cuenta que no podrán considerarse


como causales que permitan la resolución contractual, aquéllas que sean genéricas,
ambiguas, latas, laxas o generales, pues de lo que se trata es de que exista absoluta
certeza de que el incumplimiento de una prestación previa y claramente
determinada en el contrato, es el que originará la facultad resolutoria en la parte
que no está en situación de incumplimiento. En ese entender, frases como “el
incumplimiento de cualquier prestación contenida en este contrato”, o “el
incumplimiento de alguna prestación contenida en este acto jurídico”, entre otros,
no servirán para los efectos que prevé el artículo 1430 del Código Civil, pues
dichas frases no señalan de manera expresa cuál será la causal por la que se podría
resolver el contrato utilizando dicho mecanismo.

Por otra parte, también se presenta en la práctica las denominadas cláusulas por

16
Sobre este particular, la jurisprudencia nacional ha señalado que: “(…) para el ejercicio legítimo de esta
cláusula se requiere que la parte que haga uso de ella haya cumplido a su vez con sus obligaciones; en
consecuencia, para determinar si resulta legítimo el ejercicio de la cláusula resolutoria expresa, se requiere
verificar el cumplimiento e incumplimiento de las obligaciones de ambas partes (…)”. (Casación N.° 2522-
1997-Lima, de fecha 31 de agosto de 1999, emitida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia de la República).
17
En este mismo sentido: TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Teoría general del contrato. Lima: Instituto Pacífico,
2012, tomo II, p. 1196.
referencia, es decir, aquéllas que en su texto no mencionan expresamente la causal
que originaría la aplicación del artículo 1430, sino que tienen textos como “el
incumplimiento de la prestación contenida en el numeral X de este contrato”.

Si bien es cierto que se podría señalar que estas cláusulas sí cumplen con el
objetivo de lo que persigue una cláusula resolutoria expresa, en la práctica éstas
podrían ser cuestionadas porque —según quienes optan por dicha posición— estos
supuestos no establecen expresamente la causal de resolución, sino que de manera
referencial desvían la causal a otra cláusula, con lo que, en realidad, no se está ante
esa característica de “mención expresa” que exige este mecanismo resolutorio.

Sin perjuicio de este argumento, a mí me parece que el mayor problema con este
tipo de cláusulas por referencia es que muchas de ellas nos van a llevar a una
cláusula que puede contener varias prestaciones, cayendo en esa generalidad que
este mecanismo resolutorio quiere evitar. Además, podríamos encontrarnos ante
un caso en el que en esa cláusula (a la que la cláusula resolutoria expresa me lleva)
puedan existir prestaciones importantes y secundarias, y se proceda a la resolución
por el incumplimiento de una prestación secundaria, con lo que la finalidad de este
mecanismo resolutorio se estaría desvirtuando, puesto que el sentido de resolver
un contrato es que se haya incumplido la ejecución de una obligación esencial.

Por lo demás, Sacco18 advierte que la cláusula debe contener referencias


específicas a las obligaciones cuya infracción producirá la resolución. Si ella
comprende todas las obligaciones impuestas por el contrato a cargo de una de las
partes, genéricamente indicadas, se entiende como cláusula de estilo19 y se tiene
por no puesta.

Sin embargo, y contrariamente a la posición que asumo en este tema, existe quien
señala que “en este ámbito la autonomía de la voluntad es soberana, pues no se
enfrenta con ninguna norma de orden público que pueda recomendar su limitación.
Así, mientras la cláusula no deje lugar a duda que las partes han querido reservarse
con ellas la facultad de resolver el contrato de pleno derecho, una referencia al
incumplimiento de las obligaciones o a la inejecución de las prestaciones en
general hubiera sido suficiente para que tal cláusula fuera susceptible de producir
plenos efectos”.20 En esa misma línea también se ha indicado que “parece ilógico
que no se respete la libertad contractual de las partes, ya que si los contratantes
desean pactar, y así lo declaran expresamente en el contrato, que éste se resolverá
de pleno derecho cuando se incumpla cualquiera de las obligaciones, no queda la
menor duda de que ambas partes están acordando libre y voluntariamente que el

18
Cfr. SACCO, Rodolfo. “La resolución por incumplimiento”. En Estudios sobre el contrato en general.
Por los sesenta años del Código Civil Italiano (1942-2002). Lima: ARA Editores, 2003, p. 910.
19
En este mismo sentido: MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías y remedios contractuales. Op. cit., p.
270.
20
FORNO FLORES, Hugo. “Resolución por incumplimiento”. En Temas de Derecho contractual. Manuel de
la Puente y Jorge Muñiz (Directores). Lima: Cultural Cuzco, 1977, p. 117.
incumplimiento de una obligación, sea principal o accesoria, importante o no, dará
lugar a la resolución del contrato”.21

Discrepo con estas opiniones por una razón muy importante que se suma a la
interpretación y aplicación textual del artículo 1430 del Código Civil (que
menciona que “puede convenirse expresamente”), ya que, si se optara por permitir
hacer referencia de manera general a un incumplimiento, se permitiría resolver el
contrato por la inejecución de cualquier prestación (sea ésta importante, o no). Con
ello se estaría desnaturalizando la funcionalidad de esta forma de resolver el
contrato, ya que la misma tiene como finalidad el que las partes hayan previsto su
uso para supuestos de incumplimientos contractuales que revistan relevancia y
que, por tal razón, sean específicos. Además, se estaría yendo en contra del
principio de conservación del acto y también se estaría abriendo la puerta para un
ejercicio abusivo de un derecho de resolver el contrato lo cual traería consigo, qué
duda cabe, un actuar de mala fe de la parte que lo resuelva (lo cual contravendría
el contenido del artículo 1362 del Código Civil22).

Los casos pueden ser diversos, como por ejemplo aquél en el que un acreedor
resuelve el contrato debido a que su deudor no ha terminado con la construcción a
la que se obligó quedándose en un 99% de ejecución de la obra. Si se aceptara la
tesis descrita en el párrafo anterior, ese acreedor podría resolver este contrato, pero
yo me pregunto ¿tiene sentido este proceder? ¿Cuál es la funcionalidad no sólo
jurídica, sino más bien económica de resolver un contrato que ya ha sido ejecutado
en un 99%? ¿No sería mejor que el acreedor reclame los daños por la demora en
la ejecución de la obligación y permita a su deudor entregar el 100% aunque sea
con ese retraso?

Para evitar supuestos como el descrito es que considero que las causales para
proceder a resolver el contrato en los términos del artículo 1430 deben encontrarse
expresamente mencionadas en la cláusula resolutoria. Además, el sentido común
nos dice que las partes van a incluir en ella únicamente prestaciones importantes,
dejando de lado aquéllas que revistan poca relevancia económica, de ahí que la
tesis que sostengo logre la funcionalidad que esta figura persigue: resolver
directamente el contrato cuando se haya verificado la presencia de una causal
expresamente acordada por las partes.

Teniendo en cuenta lo señalado, un ejemplo de cómo es que no se debería redactar


una cláusula resolutoria expresa, lo tenemos en el siguiente modelo:

Cláusula X.- “Cláusula resolutoria expresa


21
SOTO COAGUILA, Carlos. “Cláusula resolutoria expresa y cláusulas de estilo”. En Incumplimiento
contractual. Lima: Jurivec, 2016, pp. 221 y 222.
22
Código Civil:
Artículo 1362.- “Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y
común intención de las partes”.
Queda expresamente convenido que el contrato se resolverá de pleno
derecho, al amparo del artículo 1430 del Código Civil, cuando alguna
de las partes incumpla alguna de las prestaciones a las que se ha
obligado en el presente contrato”.

En el citado ejemplo, la generalidad es clara, de tal manera que si es que una parte
quiere valerse del contenido de esta cláusula para resolver el contrato según el
mecanismo contenido en el artículo 1430 del Código Civil, cuando el tema sea
analizado por un juez o árbitro, es probable que se determine que dicha resolución
no se ha realizado de manera válida, debido a que la puerta (es decir, la cláusula
del propio contrato) que abría a dicho mecanismo resolutorio adolece de un vicio,
pues no cumple con uno de sus requisitos esenciales: establecer con total claridad
la causal que va a originar la resolución.

En ese entender, este tipo de cláusula sería de estilo y con ella se hace referencia a
la figura de la resolución en general, razón por la cual, si se quiere resolver ese
contrato, habrá que activar los mecanismos contenidos en los artículos 1428 o 1429
del Código Civil, relativos a la resolución judicial y a la resolución extrajudicial,
respectivamente.

Por otro lado, un modelo válido de cláusula resolutoria expresa que sí cumple con
los requisitos que la ley señala y sí podría generar una resolución extrajudicial
válida, si es que ésta se realiza de manera adecuada, sería el siguiente:

Cláusula X.- “Cláusula resolutoria expresa


Queda expresamente convenido que el contrato se resolverá cuando:
1. El comprador no entregue el bien en el plazo de dos meses, contado
a partir de la suscripción del presente contrato.
2. El vendedor no pague el precio pactado dentro del plazo de un mes,
contado a partir de la suscripción del presente contrato.
La resolución operará de manera automática cuando la parte
perjudicada con el incumplimiento comunique a la contraparte su
decisión de resolver el contrato en virtud de la presente cláusula
resolutoria expresa y al amparo del artículo 1430 del Código Civil”.

Como se aprecia, en este modelo sí se identifican con absoluta claridad las causales
que podrían originar la resolución contractual.

Asimismo, en el modelo de cláusula resolutoria expresa se establece que la


potencial resolución contractual se realizará al amparo de esa cláusula y de lo
establecido en el artículo 1430 del Código Civil.

Por otro lado, es recomendable señalar quién es el que gozará de esa facultad, pues
puede ocurrir que el diseño contractual prevea que sólo una de las partes podrá
acceder a dicho mecanismo resolutorio, de manera que la titularidad de esa facultad
debe estar establecida de manera clara. En el modelo citado, la facultad resolutoria
la tienen ambas partes, pero nada obsta para que sólo una de ellas tenga expedito
su derecho para proceder a resolver el contrato a través de ese mecanismo

Resulta claro, por lo demás, que es común que en los contratos se establezcan
causales de resolución directa por el incumplimiento de determinadas prestaciones,
de forma que bastará identificar quién es el obligado a dicha prestación para, de
ahí, entender quién es el que tiene la facultad de resolver el contrato en los términos
de dicha cláusula.

Finalmente, no está demás señalar que las partes que hayan celebrado un contrato
que no incluya una cláusula resolutoria expresa, podrán suscribir una adenda en
donde sí la regulen, a efectos de valerse de este mecanismo en el futuro.

2.5. La comunicación

Quien resuelva el contrato deberá comunicarlo, es decir, la parte interesada (fiel)


deberá comunicar a la otra parte (infiel) que quiere valerse de la cláusula
resolutoria. En ese sentido, no debe entenderse que basta que el incumplimiento (o
la causal de resolución) se produzca para que, de manera automática, el contrato
quede resuelto, sino que en todos los casos se requerirá el envío de una
comunicación que manifieste una voluntad de resolver el contrato, la misma que
podrá realizarse desde que la contraparte se encuentre en situación de
incumplimiento, esto es, desde que el plazo para que ejecute su prestación haya
vencido, pues, de lo contrario, si es que se envía alguna comunicación antes de que
dicho plazo venza, ésta no servirá para resolver el contrato, sino que únicamente
estaremos ante una manifestación de voluntad sin consecuencias jurídicas y será
un mero recordatorio de que el plazo para la ejecución de la prestación está
próximo a cumplirse.

En ese entender, Barbero23 señala que el incumplimiento como tal no despliega


por sí el efecto resolutorio, sino que deja subsistir siempre la facultad de la opción,
en la otra parte, entre el cumplimiento o la resolución. Dicha facultad sólo
desaparece con la efectiva elección realizada por medio de la declaración de
servirse de la cláusula. De este modo, para dicho autor, el efecto resolutorio se
encuentra propiamente ligado a esa declaración que sustituye a la sentencia.

Para estos efectos, se deberá tener en cuenta la aplicación del artículo 141 del
Código Civil,24 pues allí se regulan las formas de manifestación de voluntad,

23
Citado por DE LA PUENTE, Manuel. El contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro
VII del Código Civil. Lima: Palestra Editores, 2001, tomo II. p. 443.
24
Código Civil:
Artículo 141.- “Manifestación de voluntad
siendo que ésta puede ser expresa o tácita. Así, la manifestación de voluntad
contenida en la comunicación de la resolución contractual puede ser de cualquiera
de estas formas, siempre que se entienda de manera indubitable que el remitente
quiere resolver el contrato en los términos del artículo 1430 del Código Civil.
Empero, reconozco que traerá algunos problemas prácticos el estar ante un caso en
el que se pueda emitir manifestación de voluntad tácita para resolver el contrato en
estos términos, pues allí podrían originarse cuestionamientos a esa “voluntad
tácita” del sujeto. Por ello es recomendable que, en todos los casos, la voluntad de
resolver sea expresa.

Otro aspecto relacionado a la comunicación reside en la equivocada idea que, para


enviarla, de manera previa se debe intimar en mora al deudor, pues “como la
intimación en mora, cuando ésta no es automática, es lo que da valor jurídico al
incumplimiento, lo que lo hace nacer para la vida del Derecho, el incumplimiento
precisado en el pacto comisorio (cláusula resolutoria expresa) no cobraría realidad,
sino por medio de la constitución en mora a la parte infiel, que es lo que la colocaría
en condición de incumplidora”25. Nada más equivocado. Ello, porque “la cláusula
resolutoria expresa no tiene como eje ni base el interés en mantener la relación ante
el incumplimiento, sino, por el contrario, se fundamenta en la situación de
desinterés del acreedor en continuar dentro de ella en caso su deudor incumpla
prestaciones específicas, por lo que esta cláusula gira en torno a la resolución
automática (una vez comunicada al deudor) en cuanto ocurra el incumplimiento
establecido por las partes en pacto expreso y en base a la autonomía privada”.26

No debe olvidarse que cuando estamos frente a la mora del deudor, la prestación
aún es querida por el acreedor, de ahí que intime a su contraparte a que cumpla.
Empero, en el caso de la resolución regulada por el artículo 1430 del Código Civil,
el acreedor quiere liberarse y poner fin a la relación obligacional, de ahí que no
tenga sentido intimar en mora a su deudor.

Ahora bien, la norma es clara al no establecer alguna formalidad que la


comunicación debe cumplir. No estamos ante un caso como el planteado en el

La manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando se realiza en forma oral, escrita,
a través de cualquier medio directo, manual, mecánico, digital, electrónico, mediante la lengua de señas o
algún medio alternativo de comunicación, incluyendo el uso de ajustes razonables o de los apoyos
requeridos por la persona.
Es tácita cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o conductas reiteradas en la historia
de vida que revelan su existencia.
No puede considerarse que existe manifestación tácita cuando la ley exige declaración expresa o cuando el
agente formula reserva o declaración en contrario”.
(Artículo modificado por el artículo 1 del Decreto Legislativo N.° 1384, publicado el 4 de septiembre de
2018).
25
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. 2ª edición. Lima: Palestra, 2007, tomo II, p.
457.
26
JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. “La intimación en mora como requisito para resolver una relación
obligatoria. ¿Se extiende a la cláusula resolutoria expresa?”. En Incumplimiento contractual. Lima: Jurivec,
2016, p. 232.
artículo 1429 del Código Civil, en donde la norma claramente establece que se
deberá enviar una carta notarial. En nuestro caso, la norma señala que esa voluntad
de resolver se deberá “comunicar” y yo entiendo que esa referencia resiste la más
amplia variedad de supuestos, desde cartas manuscritas simples hasta correos
electrónicos o, incluso, una comunicación verbal.

Sin perjuicio de ello, y desde un punto de vista práctico, es recomendable que una
resolución contractual de esta naturaleza sea realizada a través del envío de una
carta notarial. Ello, debido a que esta alternativa otorga la fecha cierta que será
fundamental tener de nuestra parte, a efectos de que posteriormente la contraparte
no cuestione no sólo la existencia de dicha comunicación, sino también la fecha en
que ésta fue notificada.

Por lo demás, si bien la norma es general y dentro de su supuesto cabría una


comunicación verbal, es claro que para efectos probatorios resolver un contrato
verbalmente en virtud de una cláusula resolutoria expresa sería lo mismo que no
resolver contrato alguno, pues la contraparte podría, sin mayor esfuerzo, negarse a
reconocer que ha tomado conocimiento de dicha resolución. Sin embargo,
precisamos que teóricamente sí es posible resolver un contrato de manera verbal,
en los términos establecidos en el artículo 1430 del Código Civil.

En este punto quiero poner de manifiesto que la resolución se produce de plano,


con la sola notificación de la comunicación. Aquí hay otra diferencia con el
mecanismo resolutorio contenido en el artículo 1429 del Código Civil, ya que en
él se exige que quien va a resolver otorgue un plazo mínimo de quince días, a
efectos de que su contraparte tenga la posibilidad de cumplir. En el caso del
artículo bajo estudio, no existe tal plazo, por lo que la resolución operará de manera
inmediata una vez que la comunicación que la contiene sea notificada.

Por otra parte, en torno al contenido de la comunicación, es recomendable que ésta


tenga, cuanto menos, la siguiente información:

- La fecha.

- La identificación del destinatario (que es la parte que ha incumplido con la


prestación que tenía a su cargo).

- La identificación de la causal que origina la resolución y que está contenida


en la cláusula resolutoria expresa del contrato.27

27
Se discute si esta referencia debe incluirse en la comunicación que se vaya a cursar, por cuanto se afirma
que bastará con que se haga mención a un incumplimiento, sin más. Esta es la posición que asume el IV
Pleno Casatorio Civil (Casación N.° 2195-2011-Ucayali), que establece que “bastará con que el juez, que
conoce del proceso de desalojo, verifique el cumplimiento de la formalidad de resolución prevista por la
ley o el contrato, sin decidir la validez de las condiciones por las que se dio esa resolución”. (El subrayado
es mío).
- Señalar con absoluta claridad que dicha causal se ha presentado en la
realidad, es decir, que se ha incumplido con esa prestación.

- Invocar la resolución del contrato en virtud de dicha cláusula resolutoria


expresa y al amparo del artículo 1430 del Código Civil.

- Notificar de manera adecuada dicha comunicación, es decir, que sea


enviada al domicilio contractual de la parte que ha incumplido.

- Consignar los datos de identificación y el domicilio del remitente.

Es claro que esta comunicación debe caracterizarse por su precisión y debe evitar
consignar información que nada tenga que ver con su verdadero objetivo, esto es,
resolver el contrato.

Cabe anotar que esta comunicación no tiene la naturaleza de ser una constitución
en mora, sino simplemente una notificación de resolución contractual. Por lo
demás, si la comunicación no se da, es como si la parte que tiene derecho a hacerla
mantenga en suspenso dicha potestad; el contrato no se disuelve y el derecho y el
deber de ejecución de los contratantes subsisten.28

Un caso que merece comentario se produjo cuando un reconocido exjugador de


futbol de la selección nacional negó que se haya resuelto su contrato, debido a que
la comunicación de resolución contractual (que debió originar que tenga la calidad
de poseedor precario y, por ende, faculte el desalojo) nunca le fue notificada.

Los hechos más resaltantes de dicho caso, que sirven para poder entender el tema
tratado en este subacápite, los resumo a continuación:

- El juez de primera instancia declaró infundada la demanda, señalando que


de la certificación notarial se aprecia que la carta notarial no fue entregada
al destinatario, pues al realizarse la diligencia e ir a la dirección que
correspondía, se presentó una persona manifestando que el señor Nolberto
Solano ya no domiciliaba en el inmueble. Por tal motivo, de acuerdo a la
regla 5.1 del Cuarto Pleno Casatorio Civil, el juez refirió que no podía
existir posesión precaria si la resolución extrajudicial no se realizó de
manera adecuada.

Considero que por un aspecto práctico y que refleja un actuar de buena fe de la parte fiel, ésta deberá
identificar cuál es la prestación que no se ha ejecutado y que le permite resolver el contrato directamente.
Además, ello servirá en un momento posterior, en el que se evalúe la legalidad de dicha resolución, máxime
si en la cláusula resolutoria expresa existen varias prestaciones previstas como causales de resolución. Así,
creo que no sólo debe hacerse mención al incumplimiento, sino que además se debe mencionar en qué
causal recae el mismo.
28
Cfr. MESSINEO, Francesco. Doctrina general del contrato. Lima: Ara Editores, 2007, p. 726.
- Apelada la sentencia, la Sala Civil revocó el fallo de primera instancia y,
reformándolo, declaró fundada la demanda de desalojo al sostener que
Nolberto Solano consignó en el contrato un domicilio ubicado en el distrito
de La Molina, Lima. Así, al verificarse que la carta notarial fue diligenciada
a esa dirección, el contrato de compraventa se debía tener por resuelto y,
consecuentemente, correspondía señalar que había una posesión precaria.

- Nolberto Solano interpuso recurso de casación. La Corte Suprema amparó


el recurso y, actuando en sede de instancia, declaró infundada la demanda
de desalojo por ocupación precaria. Ello, debido a que si bien no se puso en
duda la existencia de una cláusula resolutoria expresa en el contrato, para la
Corte Suprema sí se generaron inconvenientes para determinar la validez de
la comunicación notarial por medio de la cual se dejó sin efecto el contrato.
La Sala aseveró que de la certificación de la carta se podía advertir que, al
momento del diligenciamiento en la dirección indicada, “se presentó una
persona sin identificarse, manifestando que el señor Nolberto Solano ya no
se encuentra domiciliando en el inmueble”, situación que no permitió la
entrega del documento. Por lo tanto, la Corte concluyó que, al no haber
certeza plena sobre la correcta comunicación de la resolución extrajudicial,
la demanda de desalojo por ocupación precaria no podía prosperar.

De los hechos narrados se puede apreciar que, en realidad, no se cuestiona la


existencia de una cláusula resolutoria expresa en el contrato celebrado entre las
partes, ni mucho menos se cuestiona el contenido de la comunicación enviada por
la parte fiel.

El tema pasa por analizar la existencia de la notificación de la comunicación en


virtud de la cual la parte fiel resuelve el contrato, pues esa resolución (si se hubiera
realizado) modificaba la situación jurídica del exjugador, quien asumía la calidad
de poseedor precario porque su título feneció por habérsele resuelto el contrato.

Sobre el particular, se debe recordar que es responsabilidad de las partes el


contenido de la información que consignan en los contratos que celebran. En ese
sentido, el exjugador es responsable por el domicilio que ha fijado en el contrato
que ha suscrito, y el hecho de que se haya mudado, o no viva más en dicho
inmueble, no justifica el que no se le pueda remitir comunicaciones. En estos casos
será de plena aplicación el contenido del artículo 40 del Código Civil.29

29
Código Civil:
Artículo 40.- “El deudor deberá comunicar al acreedor el cambio de domicilio señalado para el
cumplimiento de la prestación obligacional, dentro de los treinta (30) días de ocurrido el hecho, bajo
responsabilidad civil y/o penal a que hubiere lugar.
El deudor y los terceros ajenos a la relación obligacional con el acreedor, están facultados para oponer a
éste el cambio de su domicilio.
La oponibilidad al cambio de domicilio se efectuará mediante comunicación indubitable”.
Ahora bien, en el caso en el que la parte infiel no se encuentre en el domicilio,
hubiera sido suficiente con que se realice una notificación por debajo de la puerta,
a efectos de que la resolución que la parte fiel realizó sea válida. Ello, debido a que
el primer párrafo del artículo 1374 del Código Civil, que establece que “cualquier
declaración contractual dirigida a determinada persona se considera conocida en
el momento en que llega a la dirección del destinatario, a no ser que este pruebe
haberse encontrado, sin su culpa, en la imposibilidad de conocerla”, sería de plena
aplicación. Lo reitero, no es responsabilidad de la parte fiel el que el exjugador
esté o no en el domicilio contractual que consignó, ya que lo único que importa es
que se le notifique a dicha dirección la comunicación que contiene la resolución
contractual.

Empero, y de la información que se tiene, no queda claro si es que, al margen de


que el destinatario no se encontraba en dicho domicilio, la carta fue o no fue dejada
en dicha dirección.

Así, si la carta fue dejada en el domicilio (pese a que se haya probado que el
exjugador ya no vivía allí), resulta claro que la misma sí tendría los efectos que
busca, esto es, resolver el contrato.

Sin embargo, si es que la carta no fue dejada en el domicilio, entonces no podría


aplicarse el ya citado primer párrafo del artículo 1374 del Código Civil, justamente
porque no hubo notificación, con lo que no se habría producido una resolución en
los términos del artículo 1430 del Código Civil. Ello es así por la sencilla razón de
que la comunicación nunca se realizó, es decir, hubo una intención de notificarla,
pero ello efectivamente no ocurrió. De esta forma, no se habría cumplido con lo
que la norma exige de manera clara, esto es que haya una comunicación por la que
la parte interesada ponga en conocimiento de su contraparte que quiere valerse de
la prerrogativa de resolver el contrato.

Con todo, para efectos de una comunicación válida y eficaz, se debe tener muy en
cuenta los domicilios que las partes han consignado en el contrato, así como las
normas que regulan su cambio y su oponibilidad.

Otro tema que gira en torno a la comunicación de la resolución del contrato, se


encuentra relacionado a si ésta puede ser realizada a través de una invitación a
conciliar. Esta interrogante fue resuelta en la sentencia de vista del 14 de octubre
de 2016, expedida por la Segunda Sala Civil de Lima (Expediente N.° 1441-2014),
en la que se señaló que “si bien la resolución no ha podido operar automáticamente,
ésta se ha verificado con la notificación de la invitación a conciliar”.30

30
En ese mismo sentido (de aceptar la resolución en virtud de una invitación a conciliar) se pronuncia la
Casación N.° 4238-2014-Lima Este, de fecha 10 de marzo de 2016, emitida por la Sala Civil Permanente
de la Corte Suprema de Justicia de la República.
Si bien es cierto que algunos de los efectos de la invitación a conciliar tienen
naturaleza procesal (como requisito para plantear una demanda), también es cierto
que no siempre se va a iniciar una litis. Por ello es que considero que si es que en
la invitación a conciliar se menciona claramente que el contrato se ha resuelto de
pleno derecho por la inejecución de determinada prestación, dicho documento sí
podría servir para resolver un contrato en los términos del artículo 1430 del Código
Civil.

2.6. La resolución opera sin necesidad de la intervención de un juez o árbitro

La resolución del contrato opera por voluntad de la parte que ejercita ese derecho,
es decir, nada tiene que ver en este supuesto la intervención del juez o árbitro, pues
quien resuelve no son ellos, sino la parte fiel.

Sin embargo, creo que es importante detenernos en el análisis de cuándo esa


resolución es válida y cuándo es eficaz, pues en la doctrina se discute el momento
en que ello ocurre. Así, existen las siguientes alternativas:

a) La resolución es válida y eficaz en el momento en que se produce la


inejecución de la prestación contenida en la cláusula resolutoria expresa.

b) La resolución es válida en el momento en que se produce la inejecución de


la prestación contenida en la cláusula resolutoria expresa, pero es eficaz
cuando la parte infiel la conozca.

c) La resolución es válida y eficaz en el momento en el que la parte infiel la


conozca.

d) La resolución es válida cuando la parte fiel emite su manifestación de


voluntad de resolver el contrato y es eficaz cuando la parte infiel la conozca
(si ambas partes se encuentran en comunicación directa; artículo 1373 in
fine), o le sea notificada dicha comunicación (si estamos en un caso de
contrataciones entre ausentes, donde se aplicaría el artículo 1374 del Código
Civil).

Considero que el cuarto supuesto es el correcto, en vista de las siguientes


consideraciones:

- Supuesto a): este supuesto es negado por el propio artículo 1430 del Código
Civil, en vista de que dicho precepto legal hace referencia a que el contrato
queda resuelto de pleno derecho cuando se comunica la voluntad
resolutoria.
- Supuesto b): se debe considerar que en el lapso que existe entre el
incumplimiento y la notificación de la voluntad resolutoria, puede ocurrir
que la parte fiel no emita voluntad alguna, o decida resolver el contrato
mediante el artículo 1429 del Código Civil, o incluso intime en mora al
deudor. En todos estos casos no se podría sostener que existe una resolución
válida pero ineficaz, ya que se aprecia una voluntad distinta del acreedor
que nada tiene que ver con resolver el contrato al amparo del artículo 1430.

- Supuesto c): esta alternativa omite tener en cuenta que existe un proceso de
manifestación de voluntad en la parte fiel que va a iniciar el camino
resolutorio. En efecto, se pueden identificar tres momentos: la inejecución
de la prestación, la emisión de la manifestación de voluntad contenida en la
comunicación por la que se va a resolver el contrato y la notificación de
dicha comunicación. Queda claro que con la sola inejecución de la
prestación no hay resolución, pero tampoco podría decirse que cuando la
comunicación es notificada hay una resolución que sea válida y eficaz,
puesto que no se tiene en cuenta la formación de la voluntad de la parte fiel
y la comunicación de dicha voluntad, que son dos momentos distintos.

- Supuesto d): creo que ésta es la alternativa correcta que, además, ha


adoptado el Código Civil, puesto que la inejecución de la prestación
constituye un presupuesto para que el actor pueda emitir manifestación de
voluntad en una comunicación que tenga como finalidad resolver el
contrato. Así, considero que es recién con la existencia de una voluntad de
resolver el contrato que nos encontraremos ante una resolución contractual
válida, la misma que será eficaz únicamente cuando la parte infiel la
conozca o le sea notificada, según sea el caso.

Tener claro el momento en el que la resolución contractual es válida y eficaz es


importante, pues es a partir de él que se van a generar todas las consecuencias
liberatorias que trae consigo esta figura.

2.7. La importancia del incumplimiento lo determinan las partes

Es importante tener en cuenta que la magnitud o importancia del incumplimiento


no se discute en los casos de una resolución que se produce por la aplicación de
una cláusula resolutoria expresa.

Ello, debido a que el valor de la predeterminación del supuesto de incumplimiento


lo determinan las partes en el acuerdo contenido en la cláusula, de tal manera que
nada tiene que evaluar el juez o árbitro sobre el particular, pues hacerlo importaría
una intervención ilegal en el contenido del contrato celebrado.

Naturalmente, creo que dentro del diseño contractual que las partes vayan a
elaborar, será probable que únicamente se establezcan como causales de resolución
al amparo del artículo 1430 del Código Civil, supuestos de especial importancia y
no prestaciones menores que abran la puerta a este mecanismo resolutorio. Así,
debe quedar claro que esto siempre debe ser acordado por las partes, pues la ley31
nada dice sobre el particular.

En ese sentido, De la Puente32 ha sostenido que “la resolución de pleno derecho es


una medida excepcional, que sólo debe ser aplicable para el caso de aquellas
prestaciones que las partes consideran de importancia determinante para la
celebración de un cierto contrato, de tal manera que su incumplimiento
(inejecución) lesiona gravemente los intereses que motivaron tal celebración. No
cabe pensar que todas las prestaciones pactadas en un contrato tienen esta
importancia determinante, pues la experiencia de la contratación pone de
manifiesto que ello no es así. No debe desconocerse, desde luego, que muchas
prestaciones consideradas secundarias, cobran especial interés en las
circunstancias particulares de cada contrato, pero de allí a afirmar que todas las
prestaciones, sean a cargo de una de las partes o de ambas, son determinantes hay
un abismo”.

Como se puede apreciar, son varios los elementos que se deben tener en cuenta y
que tienen que presentarse en el caso concreto para estar ante una resolución
válidamente realizada al amparo de lo establecido por el artículo 1430 del Código
Civil.

No debe olvidarse que una vez activado este mecanismo resolutorio no debería
pensarse en la posibilidad de activar ni iniciar otro, o mezclar entre sí distintos
tipos de resolución que regula la ley. Es importante analizar cuidadosamente los
pros y contras de resolver un contrato, ya que, una vez activado el camino de la
resolución, cualquier otra acción que se tome podría traer serios riesgos.

3. FUNCIONALIDAD DE LA CLÁUSULA RESOLUTORIA EXPRESA Y SU RELACIÓN


CON LA RESOLUCIÓN POR VENCIMIENTO DEL PLAZO ESENCIAL

Dadas las características que posee la resolución bajo estudio, es importante tener
en cuenta que su funcionalidad radica en la posibilidad de resolver un contrato

31
Por ejemplo, la “Convención de las Naciones Unidas sobre los contratos de compraventa internacional
de mercaderías”, sí establece la posibilidad de resolver un contrato por un incumplimiento esencial:
Artículo 49
1) El comprador podrá declarar resuelto el contrato:
a) si el incumplimiento por el vendedor de cualquiera de las obligaciones que le incumban conforme al
contrato o a la presente Convención constituye un incumplimiento esencial del contrato; (…)”.
Artículo 64
1) El vendedor podrá declarar resuelto el contrato:
a) si el incumplimiento por el comprador de cualquiera de las obligaciones que le incumban conforme al
contrato o a la presente Convención constituye un incumplimiento esencial del contrato; (…)”.
32
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Op. cit., tomo II, p. 446.
bastando para ello la notificación de la comunicación que posee dicha intención.

Al tener ese grado de efectividad, es claro que su previsión obedece a


incumplimientos que resultan importantes para las partes que han suscrito un
contrato previendo dicho mecanismo. Queda claro, sin embargo, que esa
“importancia” es completamente subjetiva, ya que son las propias partes quienes
van a decidir la inejecución de qué obligación es la que va a permitir resolver el
contrato. Así, a diferencia de otros mecanismos resolutorios, donde se puede entrar
a analizar la importancia del incumplimiento y en donde existe un estándar
objetivo para medirla, en el caso bajo estudio esa importancia la determinan las
partes, quedando excluido todo análisis que sobre ella se pueda realizar.

En ese sentido, ese derecho potestativo para resolver el contrato que posee la parte
fiel, le va a permitir no sólo resolver el contrato, sino también optar por otras
alternativas que el propio contrato o la ley le otorgan, como sería el caso de
otorgarle un plazo adicional al deudor para que cumpla a través de la celebración
de una adenda, intimarlo en mora, resolver el contrato en virtud de los artículos
1428 o 1429, solicitar judicialmente la ejecución de la prestación, o, simplemente,
no realizar acción alguna; entre otras.

Esta efectividad se asemeja, en algunos aspectos, a la figura de la resolución


contractual por vencimiento del plazo esencial, la misma que no se encuentra
regulada en nuestro Código Civil,33 pero que sí lo menciona, por ejemplo, el
Código Civil italiano en su artículo 1457:

Artículo 1457.- “Plazo esencial para una de las partes


Si el plazo fijado para la prestación de una de las partes debe
considerarse esencial en interés de la otra, ésta, salvo pacto o uso en
contrario, si pretende exigir su ejecución a pesar del vencimiento del
plazo, deberá comunicar ello a la otra parte dentro de tres días.
En su defecto, el contrato se entiende resuelto de pleno derecho aun
cuando no se hubiera pactado expresamente la resolución”.34

33
En el año 2019, el Grupo de Trabajo de Revisión y Mejora del Código Civil, constituido por Resolución
Ministerial N.° 0300-2016-JUS, presentó su Anteproyecto de Reforma del Código Civil peruano de 1984,
en el que se propuso incluir la figura de la resolución por vencimiento del plazo esencial en los siguientes
términos:
Artículo 1429-A.- “Resolución por vencimiento del plazo esencial
En el caso del artículo 1428, la parte que se perjudica con el incumplimiento de la otra, puede resolver el
contrato, sin necesidad de intimación, cuando el plazo previsto para el cumplimiento haya sido esencial
para el acreedor.
Para tal efecto, será necesario que éste comunique su decisión de resolver el contrato”.
34
También lo regula, entre otros, el Código Civil japonés:
Artículo 542.- “Derecho de resolución por retraso en el cumplimiento de prestación con plazo
Si el objeto del contrato, por su propia naturaleza o por voluntad de las partes, exigiera que el cumplimiento
se efectuara en un momento concreto o dentro de un plazo determinado y la parte obligada no cumplirá en
el tiempo previsto, la contraparte podrá resolver de inmediato el contrato sin necesidad de efectuar el
requerimiento a que se refiere el artículo anterior”.
Como se aprecia, este mecanismo resolutorio exige (aparte de todos los requisitos
que todo supuesto de resolución necesita) la existencia de un plazo esencial ya
vencido (o por vencerse, cuando se tiene conocimiento de que la prestación no se
va a ejecutar) y la comunicación de la parte perjudicada para resolver el contrato.
Sin embargo, al margen de que éste podría considerarse un tipo de resolución
mucho más específico que no sólo toma en cuenta determinada prestación, sino el
plazo para ejecutarla, creo que a la misma solución se podría llegar pactando una
cláusula resolutoria expresa.

En efecto, nada impide que las partes puedan incluir en su cláusula resolutoria
expresa la referencia a que determinada prestación posee un plazo esencial para
que sea ejecutada, y vencido el mismo sin que se cumpla la parte fiel puede
proceder a resolver el contrato. La efectividad, en ese caso, sería exactamente la
misma que la que se logra a través de una resolución por vencimiento de plazo
esencial.

Así, no compartimos la opinión de quienes señalan que “nuestro elenco de


mecanismos resolutorios se encuentra incompleto, por lo que a efectos de resolver
aquellos casos en donde el momento en que deba recibirse la prestación es tan
importante como la prestación misma, resulta necesario incorporar en nuestro
Código Civil el mecanismo de la resolución por vencimiento del plazo esencial”,35
puesto que, como mencioné, lo mismo se puede conseguir diseñando de manera
adecuada una cláusula resolutoria expresa, en los términos del artículo 1430 del
Código Civil.

Sin embargo, debo reconocer que un argumento que sí resulta atendible para
incluir en nuestro Código una figura de este tipo, radica en que su aplicación al
caso concreto se daría sin necesidad de que se haya pactado, puesto que sería de
aplicación supletoria, cosa que no ocurre con la cláusula resolutoria expresa. Pero
lo reitero, si es que las partes poseen una adecuada asesoría que entienda la
importancia en la oportunidad de la ejecución de determinada prestación, incluirán
una cláusula resolutoria expresa que nos permitirá conseguir exactamente lo
mismo.

4. ¿CLÁUSULA RESOLUTORIA PATOLÓGICA?

Un caso muy interesante se resolvió en la Casación N.º 2299-2012-Lima, en el que


la Corte Suprema analizó qué figura debería primar cuando en el contrato se
menciona a la figura de la rescisión, pero una de las partes, alegando dicho

(El artículo 541 establece que: “Si una de las partes no cumple su obligación, la otra parte podrá requerirle
el cumplimiento fijando para ello un plazo razonable y resolver el contrato si, transcurrido el mismo, no
cumple”).
35
Cfr. RONQUILLO PASCUAL, Jimmy. La resolución de los contratos. Gaceta Jurídica: 2018, p. 193.
extremo, procede a resolver (y no a rescindir) dicho contrato. En otras palabras,
¿esa “resolución contractual” es válida pese a que en el contrato se había redactado
el término “rescisión”?

Algunas consideraciones esbozadas en la citada sentencia se pueden resumir de la


siguiente manera:

- En torno al contrato de compraventa suscrito por la sociedad demandante


con el recurrente, ninguna de las partes ha cuestionado que no se haya
querido suscribir el referido contrato, ni ha expresado que el programa
contractual allí detallado no haya sido al que se comprometieron. Por
consiguiente, siendo que se trata de un hecho no controvertido, se tiene que
ese acto jurídico fue el que, de común intención y buena fe, negociaron,
celebraron y deben ejecutar las partes, pues tal es el mandato que emana de
lo prescrito en el artículo 1362 del Código Civil.

- Si bien es cierto no existen problemas con respecto a la estructura propia


del contrato, sí los hay con respecto a su funcionamiento, en tanto la
sociedad demandante ha alegado que un hecho posterior a la celebración
del acto jurídico perjudica su operatividad. Se alega, entonces, un caso de
ineficacia funcional, y siendo que el impasse es posterior a la celebración
del contrato, se está ante un problema de resolución contractual, dado que
éste implica dejar sin efecto un contrato válido por causal sobreviniente a
su celebración, conforme lo dispone el artículo 1371 del Código Civil.

- Es verdad que en el contrato de compraventa suscrito por las partes no se


hace mención a la resolución, sino a la rescisión contractual, pero sobre tal
punto debe mencionarse que no son las denominaciones que dan las partes,
sino su naturaleza, la que califica al contrato.

- En esa perspectiva, se tiene que la cláusula tercera del referido contrato de


compraventa señala que: “la falta de pago de dos letras consecutivas, o
alternadas, originarán la rescisión del contrato”. Si bien dicha estipulación
menciona el término “rescisión”, a criterio del Tribunal Supremo (en uso
del principio de irrelevancia del nomen juris, por el cual los contratos son
lo que son y no lo que las partes dicen que son) el concepto jurídico que se
está utilizando es el de “resolución”, desde que la compraventa se deja sin
efecto por hecho sobreviniente (el no pago de dos letras), que es
precisamente la forma en que es definida la resolución en el artículo 1371
del Código Civil. Por el contrario, la rescisión es siempre un hecho coetáneo
a la celebración del acto jurídico (como en el típico caso de la lesión
contractual), circunstancia que aquí no ocurre, de manera que se descarta
que las partes hayan querido hacer referencia a dicho instituto.
- Con la cláusula tercera del contrato al que se ha hecho referencia, se diseña
una forma de resolución convenida por las partes. Se trata de una
designación específica de prestaciones no cumplidas, a lo que debe
agregarse que mediante un documento actuado en el proceso se informa a
la parte demandada que se va a hacer uso de la cláusula resolutoria. En tal
sentido, se cumple con los requisitos consignados en el artículo 1430 del
Código Civil para resolver el contrato y, en consecuencia, resuelto éste, se
originan las consecuencias establecidas en el numeral 1372 del acotado
cuerpo legal que son las que precisamente han sido establecidas en la
sentencia recurrida.

La citada Casación pone de manifiesto la plena vigencia de un principio del


derecho que reza que, dentro de todo negocio jurídico, lo que prima es el contenido
y no el nombre que se le quiera dar a dicho acto o a parte de él (por ejemplo, a
alguna cláusula). De hecho, dicho principio se encuentra consagrado en nuestro
Código, en su artículo 168.36

Es clara la posición de la Corte Suprema, que ha hecho bien en delinear la forma


en cómo debe entenderse lo que las partes han pactado en el contrato suscrito. Es
más, la citada norma hace referencia a dos figuras que, en nuestro caso, son
perfectamente aplicables: el principio de que lo que prima es el contenido y no la
etiqueta o denominación que se le quiera dar a un acto (o parte de él), y el principio
de la buena fe (que es, en realidad, un criterio de interpretación del acto jurídico).

Pero aquí quiero precisar que no considero que los jueces hayan querido interpretar
un término del contrato como ellos querían, sino que lo único que han realizado es
aplicar un principio del Derecho al caso concreto y mencionar que la buena fe,
como criterio de interpretación, cobró especial importancia en este caso para
coadyuvar en su solución. Recuérdese que la buena fe, por sí sola, no ayudará de
mucho en un caso en concreto, sino que la misma sirve de apoyo a un argumento
principal, el mismo que en nuestro caso encuentra contenido en el ya citado
artículo 168.

En esa línea, es válido invocar el artículo 168 del Código Civil, pues él contiene el
principio de que el nomen cede ante el contenido. Así, se debe entender que
estamos ante una interpretación de la naturaleza de un término contenido en un
acto jurídico, y no ante la “creación”, por parte del juez, de un supuesto término y
su correlativa consecuencia.

Ahora bien, queda claro que en el caso el remedio utilizado por la parte fiel calza
dentro de los alcances del artículo 1430 del Código Civil (que es la norma que

36
Código Civil:
Artículo 168.- “El acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él y según
el principio de la buena fe”.
invoca esa parte fiel) y es que lo que se discutía aquí era que la parte demandante
no podía resolver el contrato en virtud de ese mecanismo resolutorio porque en el
contrato se hacía referencia a la figura de la “rescisión” y no a la figura de la
“resolución”.

Así las cosas, lo primero que se tenía que delimitar era el sentido verdadero del
término “rescisión” contenido en el contrato, y al establecer la Corte que en verdad
se estaba ante la figura de la “resolución”, queda claro que todo lo realizado por la
parte fiel para disolver la relación obligacional había sido válido, pues dicha parte
había resuelto el contrato por incumplimiento de las prestaciones expresamente
señaladas en la cláusula y había enviado una comunicación manifestando esa
voluntad resolutoria.

Sin perjuicio de todo lo indicado, creo que en este caso también se pudo hacer
referencia al último párrafo del artículo 1372 del Código Civil, el mismo que
establece que:

Artículo 1372.- La rescisión se declara judicialmente,


pero los efectos de la sentencia se retrotraen al momento
de la celebración del contrato.
La resolución se invoca judicial o extrajudicialmente. En
ambos casos, los efectos de la sentencia se retrotraen al
momento en que se produce la causal que la motiva.
Por razón de la resolución, las partes deben restituirse las
prestaciones en el estado en que se encontraran al
momento indicado en el párrafo anterior, y si ello no fuera
posible deben rembolsarse en dinero el valor que tenían
en dicho momento.
En los casos previstos en los dos primeros párrafos de este
artículo, cabe pacto en contrario. No se perjudican los
derechos adquiridos de buena fe." (El subrayado es mío).

Lo indicado importa que las partes, en verdad, pueden pactar lo que deseen en
torno a los efectos de la rescisión y de la resolución. En otras palabras, yo podría
denominar “rescisión” a lo que, por su propia naturaleza, es un supuesto de
“resolución”, y viceversa. La referencia de la norma que señala que “cabe pacto en
contrario” abre esa posibilidad.

Sin embargo, en el caso bajo análisis, la Corte Suprema no ha optado por esta
posibilidad interpretativa y me parece que se perdió una oportunidad valiosa para
explicar, en detalle, los alcances de la frase “cabe pacto en contrario” que permite
la norma contenida en el artículo 1372.
Ello, debido a que si la Corte Suprema hubiera entendido que esa era la verdadera
voluntad de las partes (es decir, que realmente pactaron “rescisión” en vez de
“resolución”), no hubiera tenido que reconducir los efectos de los actos de la parte
fiel hacia la figura de la resolución, sino que simplemente la Casación hubiera
indicado que, sobre la base de que se permitía un “pacto en contrario” (que permite
la última parte del artículo 1372), fue válido que la parte fiel rescinda el contrato
con los efectos propios de una resolución contractual, ya que así lo habían señalado
en el acto celebrado.

Con todo, estamos ante la aplicación concreta de un principio interpretativo del


acto jurídico a un contrato en particular. La importancia de esta casación radica en
que otorga preeminencia al contenido antes del nomen.

Debe tenerse en cuenta que el juicio de valor que realiza el juez se hace sobre la
preexistencia de un acuerdo previo que luego es engarzado con una norma jurídica
(artículo 1372 y artículo 168 del Código Civil). No estamos, pues, ante un caso en
donde el juez falla obligando a las partes a creer lo que dicho juez cree. Esta es la
diferencia entre las buenas sentencias y aquellas que son discutibles, pues no
debemos olvidar que la labor del juez es resolver casos concretos sobre la base de
la aplicación de normas y la sana valoración de todos los medios probatorios que
actúen las partes.

Con todo, si bien es cierto que podría considerarse como patológica a esta cláusula
resolutoria expresa, se debe estar a las consideraciones expuestas que me permiten
afirmar que en realidad se trató de la redacción de una cláusula en pleno uso de la
autonomía de la voluntad de las partes, quienes han denominado a la figura como
en su momento habían deseado, lo cual no impide que los efectos resolutorios se
puedan ejercer.

5. EL ASPECTO REGISTRAL

Un aspecto importante que tiene relación directa con la cláusula resolutoria


expresa, es la regulación que de este tema posee el Derecho Registral.

En efecto, el Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios (aprobado


mediante Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos n.°
097-2013-SUNARP/SN), regula la inscripción de la resolución contractual y la
transferencia de la propiedad en favor de la parte fiel, al señalar lo siguiente:

Artículo 102.- “Cláusula resolutoria expresa


La transferencia de propiedad como consecuencia de la
ejecución de la cláusula resolutoria expresa a que se
refiere el artículo 1430 del Código Civil, se inscribirá en
mérito a escritura pública o formulario registral
legalizado por Notario, otorgado unilateralmente por la
parte que goza del derecho a resolver el contrato, en el que
se indique la prestación incumplida, debiendo adjuntar la
carta notarial u otra comunicación indubitable cursada al
deudor en el sentido que quiere valerse de la cláusula
resolutoria, salvo que se encuentre inserta en la escritura
pública”.

Como se sabe, muchos casos en los que se resuelve el contrato en virtud de la


cláusula bajo estudio, tienen como objeto la transferencia de la propiedad de bienes
inmuebles. En ese sentido, uno de los efectos de la resolución es el restitutorio de
la titularidad del bien objeto del contrato (en muchos casos, la propiedad revierte
al vendedor del bien quien es el que, precisamente, resolvió el contrato).

En ese sentido, es evidente la funcionalidad y utilidad de este tipo de resolución,


ya que no sólo disuelve el vínculo obligacional (que es un efecto, si se quiere, que
se produce en un plano abstracto), sino también permite que quien ha resuelto,
cumpliendo alguno de los dos requisitos establecidos por el citado Reglamento
(escritura pública o formulario registral legalizado por Notario), logre que en el
registro se inscriba la transferencia de propiedad a su nombre.

Por otro lado, resulta importante anotar que en el ámbito registral se pondrá
especial cuidado en analizar que la resolución se ha realizado de manera
indubitable. Ello, porque el Reglamento exige que la comunicación por la que se
resuelve el contrato (que será la que va a analizar el registrador) no permita duda
alguna en torno a la finalidad resolutoria que persigue. Sobre el particular se puede
revisar la Resolución n.° 603-2014-SUNARP-TR-L, del 28 de marzo de 2014, en
donde se señala que “no procede inscribir la transferencia de dominio por
aplicación de la cláusula resolutoria expresa cuando la comunicación realizada a
la parte infiel no es indubitable”. Por ello es que resulta esencial tener mucho
cuidado con el contenido de la comunicación resolutoria, conforme ya se ha
señalado en este trabajo.

De otra parte, me parece importante citar algunos aspectos puestos de manifiesto


por Orozco37 en torno a este tema:

- Las partes no pueden detener los efectos de la resolución, pues éstos se dan
desde la comunicación. La oposición puede plantearse vía judicial y el juez
puede declarar que la resolución no se ha producido.

- Resulta imprescindible que la comunicación sea dirigida al domicilio que


se indique en el contrato. La recepción es una circunstancia que no puede

37
Cfr. OROZCO REINAGA, Ernesto. En Comentarios al Reglamento de Inscripciones del Registro de
Predios. Lima: Superintendencia Nacional de los Registros Públicos, 2019, pp. 314 y 315.
exigirse, por cuanto bastaría que el deudor se niegue para que no pueda
consumarse la resolución. Los efectos de los contratos no pueden quedar
sujetos a la mera potestad de uno de los contratantes (ver la Resolución n.°
984-2013-SUNARP-TR-L, del 14 de junio de 2013).

- La cláusula resolutoria es un acto inscribible y se constituye como una carga


en la partida (ver el quinto acuerdo plenario aprobado en el XC Pleno del
Tribunal Registral, realizado los días 27 y 28 de junio de 2012).

- La inscripción de la cláusula no impide la inscripción de transferencias,


cargas o gravámenes; si se produce la resolución contractual por cláusula
resolutoria, los actos inscritos con posterioridad a la cláusula quedarán
enervados por no estar protegidos por el artículo 2014 del Código Civil.

- Con la dación de la Ley n.° 30313 que modifica el art. 2014 del Código
Civil, cambia una situación muy discutida entre los operadores del derecho
registral. Para constituirse como un tercero registral no basta con verificar
el contenido de los asientos, sino además el contenido de los títulos
archivados que los sustentan; en consecuencia, la resolución contractual por
cláusula resolutoria expresa enerva los actos posteriores inscritos, aunque
la cláusula no haya sido publicitada.

Finalmente, es oportuno señalar que hay quienes se oponen a que el Reglamento


contenga una norma como la que es objeto de análisis. Esta es la posición, entre
otros, de Bedoya Milla,38 quien ha señalado que resulta inadecuado que el registro
ampare la transferencia de propiedad en virtud a una escritura pública otorgada
unilateralmente por quien no es titular registral, retirando al propietario inscrito y
colocando en su lugar al sujeto que le transfirió el bien, restituyéndole así el
dominio de la propiedad, sin que previamente se haya controlado la legalidad
intrínseca de la resolución extrajudicial que se invoca, pues la resolución
extrajudicial se podría haber sustentado en un incumplimiento que nunca se
produjo. En estas circunstancias, podría ocurrir que el readquirente de la propiedad
transfiera el bien a un tercero, quien cumpliendo con los requisitos de onerosidad
y buena fe ya no podrá ser vulnerado en su adquisición. Con ello, al propietario
despojado con la resolución probablemente ilícita e inscrita, sólo le quedaría
recorrer el largo camino judicial para hacer valer su derecho. De ahí que para ese
sector la transferencia de la propiedad inmueble derivada de la ejecución de la
cláusula resolutoria expresa no debería inscribirse en el registro.39

38
BEDOYA MILLA, Edson. En Comentarios al Reglamento de Inscripciones del Registro de Predios. Óscar
Huerta Ayala (Coord.). Lima: Grijley, 2017, 854 y ss.
39
También se ha anotado que “para efectos registrales no basta con la declaración unilateral pues ello
vulneraría el principio de titulación auténtica” (AVENDAÑO ARANA, Francisco. “Confusión resolutoria. A
propósito de los efectos registrales de las resoluciones contractuales”. En Diálogo con la Jurisprudencia,
mayo de 2010, pp. 29 y ss.).
No comparto la posición señalada por lo siguiente:

- No existe data relacionada al supuesto que origina la crítica, es decir, no se


sabe a ciencia cierta si el porcentaje de transferencias originadas en
resoluciones inválidas es superior a aquél originado en resoluciones
válidamente realizadas.

- La funcionalidad de la resolución extrajudicial por cláusula resolutoria


expresa debe poder verificarse también en el plano registral. Si bien es
cierto que inter partes la resolución puede que surja efectos, resultará
esencial que ese hecho se vea reflejado en el registro a través de la
inscripción de la transferencia a favor de la parte fiel. Poco servirá una
resolución que sólo conste en una comunicación resolutoria.

- El camino judicial, con o sin inscripción, siempre será una posibilidad para
quien crea que se ha vulnerado su derecho. Poner ello como argumento en
contra de lo permitido por el artículo 102 del Reglamento resulta
innecesario.

- La parte perjudicada (que ha perdido la titularidad registral del bien)


siempre podrá demandar daños y perjuicios a quien ha resuelto de manera
inválida el contrato.

- Si el bien se transfiere a un tercero se debe tener en cuenta que éste sí puede


ver afectada su adquisición si es que se demuestra que ha actuado de mala
fe. Para tales efectos, se presume que conocía de la existencia de la cláusula
resolutoria y de la forma en que su vendedor ha readquirido la propiedad
del bien (ello consta en los títulos archivados y en la partida registral del
bien). La diligencia exigida para este nuevo adquirente, en estos casos, debe
ser máxima, a fin de no convalidar un acto que es, a todas luces, ilegal.

- Finalmente, el principio de tracto sucesivo no aporta ningún fundamento


para denegar la posibilidad de la inscripción registral de la transferencia de
propiedad producida como consecuencia de la resolución extrajudicial del
contrato por incumplimiento, puesto que dicho principio persigue otros
fines y observado para el caso de los actos de transferencia convencional no
contribuye a sostener la objeción planteada.40

6. EL ASPECTO PROCESAL

Si bien es cierto que la comunicación de la resolución del contrato bastará para que

40
Cfr. MADRID HORNA, Víctor. “Metiendo más leña al fuego: a propósito de la inscripción registral de la
transferencia de propiedad por resolución extrajudicial”. En Foro Jurídico, n.° 12. Revista editada por
estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2013, p. 229.
la relación obligacional se haya disuelto, la práctica enseña que en la mayoría de
los casos la parte infiel no reconoce como válida dicha resolución, supuesto en el
cual el tema entrará a ser discutido en un proceso (judicial o arbitral, según sea el
caso).

Por ello es que se ha señalado con mucho tino que “tratándose de un contenido
como producto de la voluntad declarada, corresponderá a ésta determinar los
alcances o extremos de la cláusula resolutoria y cuándo se reconoce su
operatividad; sin duda debe ser así, ipso jure, sin necesidad de intervención
judicial. Lo que ha de variar en la casuística corresponderá a las variaciones de
contenido de la cláusula. Normal consecuencia del pacta sunt servanda. Sin
embargo, bajo determinadas circunstancias y por seguridad jurídica, puede
solicitarse la intervención judicial, pero únicamente para ejecutar coactivamente
los extremos negados, porque la resolución del contrato constituirá un hecho
consumado”.41

Además, aparte de la negativa de la parte infiel de aceptar que el contrato ha sido


resuelto, ocurre en algunos casos que esta parte también opta por resolver el mismo
contrato. En ambos casos, el tema necesariamente va a tener que ser resuelto por
un tercero (juez o árbitro) y es importante que quien vaya a demandar tenga en
cuenta la manera cómo es que va a plantear su pretensión, ya que en ocasiones se
solicita al juez “que resuelva el contrato”, cayéndose en un gravísimo error, pues
si dicha parte ya resolvió el contrato, no tiene sentido que solicite al juez que lo
resuelva, debido a que no se puede resolver lo ya resuelto.

En ese entender, lo correcto sería que el demandante solicite al juez (o árbitro)


“que declare la validez y eficacia de la resolución realizada mediante
comunicación de fecha (…)”, pues ello va a permitir que ese tercero únicamente
verifique si es que la resolución que ha realizado dicha parte es, o no, válida.

Esta precisión resulta necesaria, en vista que, al existir resoluciones cruzadas, se


suele pensar que las mismas no tienen validez alguna y se inicia un proceso
solicitando la resolución como si se estuviese frente al artículo 1428 del Código
Civil (resolución judicial). De ahí que se deba tener claro que una vez iniciado el
mecanismo resolutorio en virtud del artículo 1430 del Código Civil y éste sea
cuestionado, la parte fiel sólo deberá solicitar al juzgador que “declare” la validez
y plena eficacia de la misma.

Asimismo, cuando haya varias cartas resolutorias, es claro que el juzgador va a


verificar cuál de todas las resoluciones es válida, pero no sólo eso, sino cuál de
todas ellas ha sido la primera (criterio cronológico), pues una vez identificada ella,
las demás comunicaciones carecerán de los efectos resolutorios que en su
momento perseguían.

41
ROMERO ZAVALA, Luis. Teoría General de los Contratos. Op. cit., tomo II, pp. 69 y 70.
Sobre lo último, Roppo42 no sólo menciona el criterio cronológico, sino que
también indica que “la valoración se basa en varios criterios. (…) Un criterio de
causalidad: ¿el incumplimiento de B deriva del de A, respecto al cual representa
una precisa reacción y respuesta, o bien está del todo desligado? Un criterio de
adecuación: ¿admitido que el incumplimiento de B reaccione causalmente al de A,
se trata de una reacción proporcionada o desproporcionada? Combinando estos
criterios, el juez decide quién es “más” incumplidor, a quién atribuye en definitiva
la responsabilidad (o la mayor responsabilidad) por la falencia de la relación
contractual: desestima la demanda de esta parte, y estima la demanda de la otra.
Pero el juicio puede tener (aunque raramente) un resultado distinto. El juez puede
comprobar que ambas partes han incumplido en igual grado: si ambos piden la
resolución, no existe ningún obstáculo para pronunciarla por incumplimiento de
ambos (aunque en jurisprudencia se lo ha negado); si una pide la resolución y la
otra el cumplimiento, prevalece la demanda de la primera”.

Con todo, la sentencia o el laudo que se emita, tendrá carácter meramente


declarativo, pues la resolución, tal como lo he expuesto, habrá operado con la
comunicación que la parte fiel le haya remitido a la parte infiel.

Por otro lado, es importante considerar que en el caso de que se vaya a iniciar un
proceso para que se declare la validez, o no, de una resolución contractual en los
términos del artículo 1430 del Código Civil, también se pueden plantear otras
pretensiones, como sería el caso de los daños y perjuicios. Así, si bien en el artículo
1430 no se hace referencia a dicha posibilidad (como sí ocurre en el caso del
artículo 1428), lo cierto es que la tutela resarcitoria es independiente a los efectos
que ocasionen una resolución contractual y tiene, además, una naturaleza
completamente distinta, destinada a que la parte infiel resarza los eventuales daños
que su incumplimiento haya ocasionado a la parte fiel.

Asimismo, nada impide que en el caso que no se cuestione judicialmente la validez


y eficacia de la resolución, la parte fiel pueda iniciar un proceso en el que
únicamente reclame el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados, pues,
como se dijo, esta tutela es independiente y tiene plena autonomía conceptual y
normativa.

Finalmente, surge la duda en el sentido de si es que se opta por resolver el contrato


al amparo del artículo 1428 o del artículo 1429 del Código Civil, se entiende que
se habría renunciado a poder resolverlo aplicando la cláusula resolutoria expresa.
Sobre el particular se debe tener mucho cuidado, pues podríamos estar frente a dos
situaciones:

- Si es que las resoluciones tienen como causal la no ejecución de la misma

42
ROPPO, Vincenzo. El contrato. Op. cit., pp. 892 y 893.
prestación, considero que se tendrá como válido el mecanismo resolutorio
que se haya utilizado primero, con lo que las otras resoluciones
contractuales realizadas en un momento posterior perderían su eficacia.

- Si las resoluciones tienen como causales la inejecución de distintas


prestaciones, se podría entrar a analizar la posibilidad de estar ante una
resolución parcial y la validez, eficacia y alcances de cada una se tendrán
que analizar en el caso concreto, no siendo necesariamente válido afirmar
que sólo una de esas resoluciones es válida y las otras no.43

Sin perjuicio de todo lo señalado, es claro que el aspecto procesal reviste una serie
de particularidades, las mismas que voy a reseñar en el siguiente acápite, pues una
cosa es la teoría y otra cómo nuestros jueces la entienden y la aplican frente a un
caso concreto.

7. LA CLÁUSULA RESOLUTORIA EXPRESA Y SU RELACIÓN CON OTRAS FIGURAS.


¿CÓMO LO ENTIENDE LA JURISPRUDENCIA NACIONAL?

En este acápite voy a citar extractos de sentencias emitidas por el Poder Judicial
en las que se podrán apreciar cómo es que la resolución en virtud del artículo 1430
del Código Civil es entendida y aplicada por lo jueces, y cómo esta figura puede
vincularse con otras reguladas por el ordenamiento jurídico peruano.

- Resolución contractual y manifestación de voluntad: en la Casación N.°


4490-2007-Lima, de fecha 3 de noviembre de 2008, emitida por la Sala
Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, se señaló
lo siguiente: “(…) sobre la formalidad que debe revestir la declaración de
la parte fiel de querer hacer valer a su favor la cláusula resolutoria, (…) la
norma material comentada, al no establecer ningún tipo de formalidad, da
lugar a que se entienda que la comunicación a la parte infiel pueda hacerse
valer por cualquiera de las maneras previstas en el artículo 141 del Código
Civil, esto es, de forma expresa o tácita, siempre que de la comunicación se
infiera indubitablemente la voluntad de la parte fiel (…). Este debe ser, en
consecuencia, el contenido mínimo de la declaración: poner en
conocimiento de la parte infiel que la parte fiel pretende que el contrato
quede resuelto por haberse producido el incumplimiento previsto en el pacto
comisorio (…)”.

43
Sobre este particular, resulta interesante tener en cuenta el Código Civil y Comercial de la República de
la Argentina del año 2014:
Artículo 1083.- “Resolución total o parcial
Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente el contrato si la otra parte lo incumple. Pero los
derechos de declarar la resolución total o la resolución parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo optado
por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor
sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún interés en la prestación parcial”.
- Resolución contractual y condición resolutoria: en la Casación N.° 1131-
2007-Lima, de fecha 31 de mayo de 2007, emitida por la Sala Civil
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se anotó que:
“(…) la condición resolutoria tiene otra naturaleza jurídica, la que consiste
en que la relación jurídica obligatoria produce efectos, pero los mismos
cesan cuando se verifica la condición, (…) cesando los efectos de pleno
derecho (…)”.

- Resolución contractual y posesión precaria: en la Casación N.° 2634-2011-


Lima, de fecha 28 de mayo de 2012, emitida por la Sala Civil Transitoria
de la Corte Suprema de Justicia de la República, se indicó que: “(…) la parte
demandante ha cumplido con cursar cartas notariales a los demandados,
según lo previsto en la cláusula cuarta (cláusula resolutoria de pleno
derecho) del contrato de compraventa de fecha 21 de marzo de 1996, en las
cuales les pone en conocimiento que ante el incumplimiento de pago de
ciento siete armadas mensuales pactadas en dicho contrato, da por resuelto
el mismo. Entiéndase que la resolución se ha producido de pleno derecho,
esto es, sin necesidad de declaración judicial (…). Por tanto, queda claro
que al no tener vigor alguno el contrato en mención, el título de posesión
que tenían los demandados ha fenecido, por lo que su posesión ha devenido
en precaria, de conformidad con lo dispuesto en la parte final del artículo
911 del Código Civil (…)”.

- Resolución contractual y actos propios: en la Casación N.° 1381-2013-Lima


Norte, de fecha 20 de mayo de 2014, emitida por la Sala Civil Permanente
de la Corte Suprema de Justicia de la República, se señaló que: “(…) se ha
violado el principio lógico de la contradicción, ya que nadie puede ponerse
en contradicción con sus propios actos, ejercitando una conducta
incompatible con la anterior, deliberada, jurídicamente relevante y
plenamente eficaz; por ende, nadie puede ir válidamente contra sus propios
actos, ya que no puede ser y no ser algo a la misma vez; es decir, no puede
el demandante aceptar que el contrato de compraventa sub litis está resuelto
(proceso de ejecución de garantías), y ahora pretender que no está resuelto
(proceso de nulidad de acto jurídico), pues va contra su anterior conducta
asumida que incluso podría derivar en un ejercicio abusivo del derecho
(…)”.

- Resolución contractual e invitación a conciliar: en la Casación N.° 4238-


2014-Lima Este, de fecha 10 de marzo de 2016, emitida por la Sala Civil
Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, se señaló que:
“(…) el segundo párrafo del artículo 1430 del Código Civil no establece
forma específica de comunicación, por tanto, resulta válido concluir que la
invitación a conciliar constituye una vía idónea para noticiar a la parte
deudora la voluntad de la parte interesada de resolver el contrato, no siendo
necesario que esta se realice únicamente por vía notarial, tanto más, si el
accionante acude a la vía judicial habiendo cumplido con tal exigencia
(…)”.

- Resolución contractual e interés para obrar: en el Expediente N.° 165-1999,


de fecha 9 de julio de 1999, emitida por la Sala d Procesos Abreviados y de
Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, se estableció que:
“(…) cabe señalar que ante la emisión de las cartas al pretensor, éste no
interpuso su derecho de contradicción ante sede judicial como hubiese
correspondido, por lo que mal entonces puede pretender el pago de
obligaciones plasmadas en un contrato ya resuelto, siendo evidente su falta
de interés para obrar (…)”.

Como se aprecia, la relación que puede tener este mecanismo resolutorio con otras
figuras jurídicas puede tener directa incidencia en el entendimiento y aplicación de
éstas, por lo que su aplicación al caso concreto debe evaluarse con sumo cuidado.

8. UNA MIRADA AL DERECHO COMPARADO

A continuación, voy a citar algunos cuerpos normativos que regulan la figura de la


resolución por cláusula expresa. Ello, en vista de que resulta importante tener en
cuenta los distintos matices que esta figura puede poseer.

- Código Civil italiano de 1942:

Artículo 1456.- “Cláusula resolutoria expresa


Los contratantes pueden convenir expresamente que el contrato se
resuelve en caso que determinada obligación no se cumpla según la
forma establecida.
En este caso, la resolución se produce de pleno derecho cuando la
parte interesada declara a la otra que tiene la intención de valerse de
la cláusula resolutoria”.

- Código Civil y Comercial de la República de la Argentina de 2014:

Artículo 1086.- “Cláusula resolutoria expresa


Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se produzca
en caso de incumplimientos genéricos o específicos debidamente
identificados. En este supuesto, la resolución surte efectos a partir que
la parte interesada comunica a la incumplidora en forma fehaciente su
voluntad de resolver”.

- Código Europeo de Contratos (Proyecto de Pavia):


Artículo 114.- “Derecho a la resolución del contrato
(…)
2. Si el contrato incluye una cláusula en virtud de la cual el
incumplimiento de determinada prestación por una de las partes
atribuye a la otra parte el derecho a resolver el contrato, el
incumplimiento se considerará, en todo caso, grave en el sentido del
art. 10744, y el contrato se considerará resuelto desde el momento en
que la parte interesada notifique al deudor que quiere hacer uso de la
cláusula en cuestión.
(…)”.

- Principios Latinoamericanos de Derecho de los Contratos (2016):

Artículo 101.- “Cláusulas resolutorias


(1) Las partes pueden incorporar al contrato cláusulas que confieran al
acreedor la facultad de resolverlo.
(2) La cláusula debe indicar las obligaciones cuyo incumplimiento
conlleva resolución.
(3) Estas cláusulas no privan al acreedor de la posibilidad de optar por
cualquiera de los otros medios de tutela”.

9. DIFERENCIA CON EL RECESO

Por último, me parece oportuno hacer una distinción entre la figura de la resolución
por cláusula expresa y la figura del receso.

Así, se ha señalado que “el receso es el acto unilateral en virtud del cual una parte
del contrato dispone dejarlo sin efecto. El receso es, en algunas legislaciones, una
de las causas admitidas por la ley para la disolución del vínculo contractual por
iniciativa de una sola de las partes. El receso es materia de un derecho potestativo
atribuido por la ley (receso legal) o por una cláusula del contrato (receso
convencional), a ambas partes, o bien, a solo una de ellas. A la otra parte le
corresponde una situación de sujeción, es decir, que sólo le queda tolerar el
ejercicio del receso, no se requiere su aceptación. En tal sentido el titular del
derecho potestativo de receso tiene la facultad de elegir entre ejecutar el contrato
o no ejecutarlo. El derecho de receso puede ser ejercitado libremente (ad nutum) o

44
Artículo 107.- “Incumplimiento grave
1. Según se establece a continuación, el incumplimiento es grave si se refiere a una de las obligaciones
principales (y no secundarias) del contrato, y, además, cuando, teniendo en cuenta la cualidad de las
personas y la naturaleza de la prestación, el incumplimiento suponga para el acreedor un perjuicio tal que
le prive sustancialmente de lo que jurídicamente puede esperarse del contrato.
2. Se considerará, en particular, que el incumplimiento es grave cuando éste:
a) es total;
b) es parcial, pero ha desaparecido objetivamente el interés del acreedor de obtener el resto.
3. Las obligaciones secundarias son aquellas cuyo cumplimiento es de escasa importancia, en atención a la
economía de la relación contractual y al interés del acreedor”.
bien subordinado a la subsistencia de una justa causa. En el caso del receso ad
nutum la parte en cuyo favor es atribuido el derecho de receso, puede ejercerlo en
cualquier momento y sin necesidad de justificar el receso. El receso por justa causa,
en cambio, solo se dará si se presentan determinadas circunstancias justificativas
previstas específicamente por la ley o cuando ésta remita a la apreciación del juez
si el hecho alegado constituye causa justa”.45

Como se aprecia, existe una serie de diferencias entre la resolución y el receso, las
mismas que se pueden observar en lo siguiente:

- La resolución exige prestaciones recíprocas, en cambio, el receso no


necesariamente lo exige.

- La resolución requiere de una causal que, en la mayoría de los casos, se


encuentra representada en la inejecución de alguna prestación, sin embargo,
usualmente el receso no requiere justificación, puesto que puede tratarse de
un receso ad nutum.

- La resolución requiere de la presencia de una parte fiel y una parte infiel,


empero, en el receso ello es irrelevante.

- La resolución puede ser judicial o extrajudicial, en cambio, el receso será


extrajudicial, pues es el actor quien tiene el derecho potestativo de recurrir
a dicha figura de manera directa.

En la legislación nacional existen normas que regulan el receso (aunque con


distintos nombres), como por ejemplo:

Artículo 1365.- “En los contratos de ejecución continuada que no


tengan plazo convencional o legal determinado, cualquiera de las
partes puede ponerle fin mediante aviso previo remitido por la vía
notarial con una anticipación no menor de treinta días. Transcurrido el
plazo correspondiente el contrato queda resuelto de pleno derecho”.

Artículo 1736.- “Si el comodante necesita con urgencia imprevista el


bien o acredita que existe peligro de deterioro o pérdida si continúa en
poder del comodatario, puede solicitarle su devolución antes de
cumplido el plazo o de haber servido para el uso”.

Artículo 1786.- “El comitente puede separarse del contrato, aun


cuando se haya iniciado la ejecución de la obra, indemnizando al

45
BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “Algunas consideraciones sobre el receso en el Código Civil peruano:
a propósito del artículo 1786”. En Advocatus, Revista editada por los alumnos de la Facultad de Derecho
de la Universidad de Lima, N.° 19, p. 293.
contratista por los trabajos realizados, los gastos soportados, los
materiales preparados y lo que hubiere podido ganar si la obra hubiera
sido concluida”.

Artículo 1808.- “En el mandato con representación, la revocación y la


renuncia del poder implican la extinción del mandato”.

Asimismo, en el Reglamento (D.S. N.° 350-2015-EF) de la Ley de Contrataciones


del Estado (Ley N.° 30225) se tiene que:

Artículo 120.- “Plazo de ejecución contractual


El plazo de ejecución contractual se inicia el día siguiente del
perfeccionamiento del contrato, desde la fecha que se establezca en el
contrato o desde la fecha en que se cumplan las condiciones previstas
en el contrato, según sea el caso.
(…)
3. Cuando se trate del arrendamiento de bienes inmuebles, el plazo
puede ser hasta por un máximo de tres (3) años prorrogables en forma
sucesiva por igual o menor plazo; reservándose la Entidad el derecho
de resolver unilateralmente el contrato antes del vencimiento previsto,
sin reconocimiento de lucro cesante ni daño emergente, sujetándose
los reajustes que pudieran acordarse al Índice de Precios al
Consumidor que establece el Instituto Nacional de Estadística e
Informática – INEI”. (El subrayado es mío).

Por otro lado, resulta interesante señalar un pronunciamiento judicial en el que se


establece que: “(…) el artículo 1430 establece con carácter imperativo que la
resolución convenida de pleno derecho opera sólo cuando a la parte deudora se le
comunica de dicha decisión, esto es, cuando la referida parte toma conocimiento
de tal decisión mediante notificación válida, dado que de no existir una
comunicación que haya cumplido con su objetivo se estará frente a una resolución
unilateral del contrato contraria a la propia naturaleza de los contratos, colocándose
a la parte deudora en una situación de desigualdad pues continuará actuando en la
creencia que el contrato aún se encuentre vigente”. (Casación N.° 1132-2002-
Lima, de fecha 15 de octubre de 2002, emitida por la Sala Civil Transitoria de la
Corte Suprema de Justicia de la República).

En la citada sentencia, se aprecia que el juez diferencia con claridad una resolución
con justa causa, de aquélla que no la tiene y que, sin llamarla receso, es una figura
distinta y que no encaja en una resolución contractual en los términos del artículo
1430 del Código Civil.

Finalmente, en doctrina se discute si es que el receso puede ser pactado por las
partes en su contrato o es que necesariamente se tiene que estar ante una ley que
lo faculte. Considero que, en plena autonomía privada, las partes sí podrían pactar
una cláusula de receso que faculte a alguna de ellas, o a ambas, a poder poner fin
a la relación obligacional sin causa alguna, valiéndose de dicho acuerdo. Ello no
vulneraría norma alguna (aunque se podría poner en tela de juicio el necesario
equilibrio contractual que debe existir), pero se tendría que prever la vulneración
de derecho de terceros, supuesto en el cual el programa contractual debería prever
las contingencias que ello podría originar, a efectos de evitar la producción de
daños a esos sujetos que no forman parte de la relación obligacional.
Manuel de la Puente y Lavalle

EL CONTRATO EN GENERAL
Comentarios a la Sección Primera
del Libro VII del Código Civil

- TOMO II -

Palestra Editores
Lima - 2017
Título XIII
ARRAS CONFIRMATORIAS
l C ód igo civ il de 1936 trató en tres a rtícu lo s (1348, 1349 y 1350)
E de, un solo Título (Título III de la Sección Cuarta del Libro Quinto) el tema
de las aíras, en general, sin precisar si se trataba de una sola clase de arras o de
varias. Fue la doctrina2 la que precisó que el artículo 1348 —que disponía que las
arras se reputarán en señal de conclusión del contrato— se refería a las arras con­
firmatorias; que el artículo 1349 —que establecía que las partes pueden estipular
el derecho de retractarse— versaba sobre las arras que se llamó penitenciales; y
que el artículo 1350 —que señalaba que las arras se considerarán como parte de
pago de la obligación— era aplicable a las arras en general.
Por las razones que se expondrán más adelante, el codificador de 1984 decidió
desarrollar en Títulos separados la regulación de las arras confirmatorias y de las
arras de retractación, considerándolas como instituciones diferentes.

1. RESEÑA HISTÓRICA
Las arras han sido siempre el fruto de las necesidades del tráfico de bienes.
Por ello, a medida que en el curso de la historia las circunstancias y modalidades
de este tráfico variaban, las arras se acomodaban al cambio.
Auxiliado por los textos de H ernández G il2, R odríguez F onnegra 3, Q uintano
R ipollés 4, F erkeyra 5 y S alvat 6 voy a relatar las vicisitudes de las arras en el correr
de la historia.
Se supone que, a través de los comerciantes fenicios, cartagineses y hebreos,
la institución de las arras ingresó al Derecho griego, donde se le conoció con el
nombre de arrhabo, como un negocio preparatorio de compraventa real futura,
con la facultad de desistir de la promesa, conjugándose así su carácter penitencial
y confirmatorio.
En el Derecho romano primitivo se aplicó como medio de asegurar la efectivi­
dad de los negocios de compraventa, habiéndose extendido en el Derecho romano
clásico a muchos otros negocios. Las arras eran, pues, puramente confirmatorias
y consistían, normalmente, en objetos de poca entidad, como anillos, pequeñas
monedas, que se devolvían cuando el contrato era cumplido. Más tarde, se em­
pezaron a entregar cantidades significativas de dinero que se entregaban como
adelanto del cumplimiento de la obligación.
Sin embargo, como en ambos casos, las arras constituían la simple entrega
del bien, fue necesario darles significado jurídico mediante un pacto agregado al
588 MANUEL DE LAPUENTE Y LAVALLE

contrato respectivo, cuyo contenido llegó a ser la transferencia de la propiedad del


bien. En caso de incumplimiento de la obligación, si era imputable a quien entregó
las arras, las perdía, y si era imputable a quien las recibió, las debía devolver do­
bladas, convirtiéndose en un medio de garantía de cumplimiento de la obligación.
En el Derecho romano postclásico se desenvolvió la figura de las arras enten­
didas como pena del desistimiento unilateral de un contrato futuro, regresándose
así a la concepción griega de las arras penitenciales.
Llega entonces el momento de la codificación justinianea, cuyos revesados
textos son difíciles de entender y, sobre todo, de coordinar dadas las diferencias
entre el Código y las Instituías, que permitían colegir que el primero se refería a la
promesa de venta y la segunda a los contratos perfectos. La mejor doctrina llega a
la conclusión que era permitido el desistimiento unilateral en la promesa de venta
futura cum scriptum y en los contratos perfectos sine scriptura, con la pérdida de
las arras y la restitución del doble (arrha poeniteniialis).
Paralelamente, en el Derecho germánico las arras tuvieron en su inicio carácter
confirmatorio y estaban constituidas por la entrega de pequeñas cantidades de
dinero y usualmente por una sola moneda, pasando luego a tener función indem-
nizatoria a través de un contrato preparatorio de carácter real.
En el Derecho español tanto el Fuero Júzgo como el Fuero Real otorgan a las
arras el rol de asegurar el cumplimiento de aquello que se ofreció. Posteriormente,
en las Partidas se admitió la posibilidad del arrepentimiento, por lo cual el criterio
dominante en la doctrina española es que hay lugar al arrepentimiento cuando el
contrato no ha sido concluido, siendo la imperfección del contrato el factor que
determina la existencia de las arras penitenciales; empero, cuando el contrato
ha llegado a su perfección jurídica, la entrega de las arras sólo es un medio para
probar su conclusión.

2. LEGISLACIÓN COMPARADA
Como acaba de verse en la reseña que precede, el desenvolvimiento histórico
de las arras está plagado de marchas y retrocesos, oscilando entre el rol de ser
señal de conclusión del contrato y el de permitir el arrepentimiento, pasando por
el de constituir una penitencia por el incumplimiento de la obligación.
Al llegar la época de la Codificación, dicha desorientación persistió, de tal
manera que los textos legales plasmaron soluciones diferentes, algunas de ellas
con características muy propias. Para comprender mejor el sentido de cada uno
de los principales ordenamientos, o sea los que han tenido mayor trascendencia,
me voy a permitir recurrir a breves comentarios de las doctrinas respectivas.

Francia
El artículo 1.590 del Código Napoleón establece lo siguiente:
Artículo 2,590.- Si lapromesa de venta se ha hecho con arras, cada uno de los contratantes
es dueño de apartarse de ella.
El que las haya dado, perdiéndolas.
Y el que las haya recibido, devolviéndolas dobladas.
XII!, ARRAS CONFIRMATORIAS 589

Como según el artículo 1.589 deí mismo Código, la promesa de venta equivale
a la compraventa cuando existe consentimiento recíproco de las partes sobre la
cosa y el precio, algunos juristas, como A ubry y R au7, opinan que el artículo 1.590,
pese a hablar sólo de las promesas de venta, debe aplicarse, ex ratione legis, a las
ventas, lo mismo que a los demás contratos. De acuerdo con esta posición, las arras
en el Código civil francés permiten la retractación.
Otros autores, entre los que se encuentran P laniol y R ipert*, consideran que la
entrega de una suma o de un objeto en el momento de la conclusión del contrato
puede interpretarse dándole tres diversas significaciones: como un medio para
volverse atrás; como prueba del acuerdo irrevocable de los contratantes; como
cantidad entregada a cuenta del precio, debiendo apreciar los Tribunales; de
acuerdo a las circunstancias de hecho, cuál es la interpretación que ha de darse en
cada caso determinado, aunque admiten que, en principio, el artículo 1.590 exige
que las arras sean consideradas como un medio para volverse atrás.
H ernández G il9 invoca el parecer de otro sector de la doctrina francesa en el
sentido que el artículo 1.590 es aplicable sólo a la promesa de venta, estimando
que en todos los demás casos las arras tienen carácter confirmatorio.

España
El artículo 1.454 del Código civil español dice así:
Articulo 1,454.- Si hubiesen mediado arras o señal en el contrato de compra y venta, podrá
rescindirse el contrato allanándose el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas
duplicadas.
Pese a que este artículo parece no dejar lugar a dudas respecto a que en el
Derecho español las arras tienen carácter de penitenciales, permitiendo el arre­
pentimiento, existe un notable movimiento de la doctrina y de la jurisprudencia
orientado a hacer depender el carácter confirmatorio o liberatorio de las arras
de la voluntad de las partes, por lo cual es una cuestión de hecho que habrán de
decidir los Tribunales, indagando dicha voluntad10.
La sentencia de 20 de mayo de 1967 del Tribunal Supremo de España11 h a ,
establecido que "en virtud del principio de libertad que preside el sistema espa­
ñol de contratación, las partes deí contrato de compraventa con gran frecuencia
conciertan entregas dineradas previas a la consumación con muy diversas finali­
dades: unas veces meros signos externos de perfección, otras veces como garantía
o cláusula penal, otras llevando implícita una posibilidad de resolución onerosa
para la parte que tome la iniciativa en el voluntario incumplimiento de estas entre­
gas llamadas arras o señal, cuando están en el contrato cumplidamente previstas
y no son contrarias a la ley, han de ser respetadas; pero cuando la expresión de
la voluntad no aparece clara, ya sea por parquedad o confusión, ha de ser objeto
de interpretación conforme a las normas generales, y cuando, en definitiva, de
dicha interpretación se pueda deducir solamente la voluntad inequívoca de los
contratantes de que medien arras en el contrato, sin especificar sus consecuencias,
procederá la aplicación en forma supletoria del único precepto legal que bajo ese
nombre regula la institución".
590 MANUEL DE LAPUENTE Y LAVALLE

El artículo 1202 del Código civil argentino dice lo siguiente:


Artículo 1202,- Si se hubiese dado una señal para asegurar el contrato o su cumplimiento,
quien la dio puede arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo perdiendo la señal.
Puede también arrepentirse el que la recibió; y en tal caso debe devolver la señal con otro
tanto de su valor. Si el contrato se cumpliere, la señal debe devolverse en el estado en que
se encuentre. Si ella fuere de la misma especie que lo que por el contrato debía darse, la
señal se tendrá como parte de la prestación; pero no si ella fuere de diferente especie, o si
la obligación fuese de hacer o de no hacer.
Comentando este artículo/ dice M achado *2 lo siguiente: "Es necesario recons­
truir el proceso del legislador para sacar la mayor suma de verdad/ pues el artículo
contiene muchos principios englobados. En primer lugar/ en todo contrato puede
estipularse cláusula penal/ arras o señal/ pacto comisorio o cláusula de arrepenti­
miento. La pena representa los daños y perjuicios para el caso de no cumplirse lo
estipulado; las arras se dan en seguridad del cumplimiento del contrato; el pacto
comisorio faculta a las partes para disolver el contrato si la otra no lo cumpliere/
y la cláusula de arrepentimiento autoriza a los interesados para disolverlo sin
pena alguna. Cuando se ha dado señal para garantir el cumplimiento/ el artículo/
separándose de F reíta S/ que ha sido su modelo, faculta para no cumplir el contrato/
perdiéndola el que la dio o pagando otro tanto el que la recibió. ;Es un extraño
modo de garantir el cumplimiento de un contrato! La garantía se convierte, sin
voluntad expresa de las partes, y sólo por ministerio de la ley, en una cláusula de
arrepentimiento; más lógico hubiera sido obligar al cumplimiento del contrato, y
dejar, como lo hace F reitas , que las partes estipulan expresamente que la señal es
una pena por el no cumplimiento del contrato, siendo entonces, no una garantía,
sino un medio de resolución".

Alemania
El numeral 336 del BGB tiene el siguiente texto:
Artículo 336.- Si al contraer un contrato es dado algo en concepto de arras, vale esto como
signo de la conclusión del contrato.
En la duda no valen como dinero en señal.
Según E nneccerus y K ipp13, lo corriente es que se den las arras como signo
de la conclusión del contrato, y en tal sentido han de interpretarse, si no se ha
estipulado otra cosa, cuando se dan al concertar el contrato. Pero, agregan estos
tratadistas, "las arras pueden darse también para asegurar un contrato todavía
no concluido, principalmente cuando el contrato debe concluirse por escrito y las
partes, por ahora, sólo se han puesto de acuerdo de palabra; en tal caso, según el
Derecho común, el que dio las arras las pierde si se niega a concluir el contrato.
Como quiera que esta será casi siempre conforme a la presumible voluntad de
las partes, debe admitirse, aun hoy, a pesar de que la ley no habla de esta especie
de arras".
XII!. ARRAS CONFIRMATORIAS 591

Suiza
El artículo 158 del Código de las obligaciones suizo tiene el siguiente texto:
Artículo 158.- Quien otorga arras se reputa que lo hace en signo de la conclusión del
contrato, y no a título de retractación (dédit).
Salvo uso local o convención contraría, aquél que ha recibido las arras puede conservarlas
sin necesidad de tener que computarlas en su crédito.
Cuando se estipula la retractación (dédit) cualquiera de los contratantes puede desistirse
del contrato, quien dio la suma abandonándola, y quien la recibió restituyéndola en doble.
En opinión de Q uintano 14, la regulación de las arras en el procedimiento suizo
es ciertamente confusa; en lo que hace relación a la cláusula penal, pudiera decirse
que superflua, puesto que serían suficientes las medidas adoptadas al tratar de las
cláusulas penales ordinarias. * Tan es asi, agrega el autor, que el propio Código
helvético, al lado de las arras señal a que acaba de hacerse mención, mantiene,
no ya con el nombre de arras, sino con el de dédit, una institución equivalente en
todo a las arras tradicionales. El dédit o 'retractación-desdedmiento', que puede
ser real o consensual, es una 'suma entregada a una de las partes y debida por
aquella que desea dejar sin efecto el contrato, constituyendo una fijación anticipada
del perjuicio eventual' en la definición de R o ssel . La asimilación de este dédit a las
arras es tan evidente que una y otra cláusula contractual son tratadas en el mismo
artículo, el 158, aunque en párrafos diversos. Lo que quiere decir, en definitiva, que
la institución de las arras, privada de su significado tradicional y concebida como
una mera señal probatoria, carece en realidad de sentido. Para tratar de obviar
este inconveniente, la doctrina legal suiza presenta, junto al dédit real, en el cual
la entrega ha sido efectivamente hecha, el dédit consensual, en el que la suma a
entregar ha sido prefijada, constituyendo entonces una más clara cláusula penal
de las genéricamente reguladas en los arts. 161 a 163 .

Italia
El artículo 1385 del Código civil italiano establece lo siguiente:
Artículo 1385 Seña confirmatoria.- Si en el momento de la conclusión del contrato una
de las partes diera a la otra, a título de seña, una suma de dinero o una cantidad de otras
cosas fungióles, la seña, en caso de cumplimiento, deberá ser restituida o imputada a la
prestación debida.
Si la parte que hubiese dado la seña no cumpliese, la otra podrá rescindir el contrato
reteniendo la seña; si por el contrario la incumplidora fuese la parte que la ha recibido, la
otra podrá rescindir el contrato y exigir el doble de la seña.
Pero si la parte que no es incumplidora prefiriese demandar la ejecución o la resolución
del contrato, el resarcimiento del daño se regulará por las normas generales.
Este artículo tiene gran importancia para nosotros, pues es una de las fuentes
de los artículos 1478 y 1479 del Código civil de 1984.
Comentándolo M íccio í5 expresa lo siguiente: "Estando al art. 1385, dos son
bajo el perfil descriptivo los significados de la seña confirmatoria que parecen
emerger de la voluntad del legislador, el primero es aquél de un pago a cuenta,
592 M ANUEL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

de un parcial y anticipado pago efectuado por una de las partes; el segundo es


una previsión eventualmente sustitutiva del resarcimiento del daño. De estos dos
el primero es solamente instrumental del segundo, constituyendo este último,
en cambio, el verdadero sentido del precepto. Usualmente los estudiosos vienen
confundidos respecto al carácter real del pacto, por el hecho de que no ven a un
deudor que se obliga a dar, sino una parte que da una cosa al momento mismo
de la conclusión del acuerdo, y de este pacto transitan hacia la idea de un reforza­
miento del crédito o de su tutela preventiva, pero no reflexionan que la intención
del legislador es solamente proporcionar un instrumento de simplificación de la
fase patológica de la relación, vale decir del incumplimiento. La primera prueba se
encuentra en la última parte del primer párrafo del artículo 1385, donde se lee que
en caso de cumplimiento la seña deberá ser restituida o imputada a la prestación
debida, lo cual vale decir que si la relación de crédito tiene un desarrollo normal,
la seña no tiene función alguna concreta. Esta función toma cuerpo, en cambio,
cuando una de las partes sea incumplidora, porque entonces, como reza el segun­
do párrafo del mismo artículo, la seña puede convertirse en la protagonista de la
fase patológica de la relación porque, sea si retenida por el cumplidor que la ha
recibido, sea si restituida in duplum al cumplidor que la ha dado, sea como fuere
ella está destinada a sustituir la norma general sobre la ejecución o la resolución
del contrato, y en ambos casos a revolver el resarcimiento de los daños. La elec­
ción respecto a la aplicación del artículo 1385 en sustitución de la norma general
sobre incumplimiento compete en todo caso a la parte cumplidora sea ella quien
ha dado o recibido la seña, porque debe excluirse que la seña resguarda el crédito
de una de las partes y porque es pacífico que ella es accesoria de los contratos
correspectivos, de lo que se deduce que no puede constituir el refuerzo de uno
de los créditos, faltando todo anclaje a uno de ellos".
Esta comparación de legislaciones, conjugada con las opiniones de los respec­
tivos doctrinarios y los pronunciamientos de la jurisprudencia, permite realizar
que en materia de arras existen muchas dudas y confusiones, tan es así que, pese a
una marcada orientación del ordenamiento, se busca hacer imperar la autonomía
privada, otorgando a las arras el carácter que la voluntad de los contratantes desean
darles, aun alejándose del texto expreso de la ley. Por ello, creo que debemos ser
muy cuidadosos al interpretar el tratamiento dado a las arras en el Código civil
de 1984, para encontrarle su verdadero sentido, no obstante que pudiera resultar
otro de la redacción literal del articulado.

3. CONCEPTO DE AERAS
Generalmente se considera que las arras están constituidas por la entrega
de una cosa que un contratante hace a otro con el ñn de asegurar un contrato,
confirmarlo, garantizar su cumplimiento o facultar su rescisión1*.
Se toma en cuenta, pues, el aspecto material de las arras, o sea su entrega,
olvidando que esta entrega no tiene significado jurídico alguno si no es el resultado
de un acuerdo de voluntades de los contratantes para conferirle el carácter de arras.
Este acuerdo de voluntades es denominado usualmente "pacto arral", que puede
X III. A RRA S CO N FIRM ATO RIAS 593

ser definido como la cláusula inserta en o anexa a un contrato —llamado " prin­
cipal" o "básico" —, en virtud de la cual se conviene en otorgar a esta entrega los
efectos jurídicos que las partes desean darle, según la clase de arras de que se trate.
El pacto arral y el contrato principal, si bien íntimamente unidos por cuanto
aquél es accesorio de éste, son dos actos jurídicos distintos. El contrato principal,
que puede ser de la más variada naturaleza, crea (regula, modifica o extingue) su
propia relación jurídica obligacional. El pacto arral se limita a calificar las arras
que se acuerde entregar al celebrarse dicho contrato^.
En cuanto a las arras en sí, ellas pueden estar constituidas por cualquier cla­
se de cosas. No se exige, como lo hace el artículo 1385 del Código civil italiano,
que sean una suma de dinero o una cantidad de otras cosas fungióles. Si bien la
mayoría de la doctrina opina que sólo pueden entregarse como arras cosas u ob­
jeto materiales, E nneccerus y M uñoz consideran que también pueden entregarse
créditos, siempre que sean cesibles.
Generalmente, la entrega de las arras la efectúa una sola de las partes contra­
tantes, pero no existe inconviente conceptual —pese a las complicaciones que ello
trae consigo desde el punto de vista efectivo — para que las arras sean recíprocas,
esto es, que cada una de las partes entregue arras a la otra.

4. EL PROBLEMA DE LA PROPIEDAD DE LAS ARRAS


Al estudiar el concepto de las arras, hemos visto que ellas son cosas que se
entregan al momento de celebrarse el contrato principal. Sin embargo, nada se ha
dicho respecto a si esta entrega es en propiedad o por otro título.
T kímarchí18 cita que el orientam iento doctrinal y jurisprudencial italianos
atribuye a la caparra el efecto real de la transferencia de la propiedad de la cosa,
pero él opina que ello es innecesario, pues al tradens no le interesa que el accipiens
llegue a ser propietario de la cosa, porque no puede impedir una confusión entre
la cosa dada como caparra y otras cosas del accipiens del mismo género y cualidad.
Pienso que si tanto en las arras confirmatorias como en las de retractación, en
caso de cumplimiento quien recibió las arras debe devolverlas o imputarlas sobre
su crédito, se requiere que el accipiens tenga un título firme sobre la cosa recibida,,
que le permita retenerla o devolverla, tanto más cuanto que, en determinados casos,
como el de la entrega de dinero o de cosas fungióles, lo usual es que devuelva una
cosa distinta de la recibida, que tiene que salir de su propio patrimonio. Creo que
el título más adecuado para producir estos efectos es el de propiedad sobre la cosa.1

(1) Analizando la vinculación entre las arras y eí co ntrato principal, dice T rimaeichC lo siguiente:
'T al negocio (principal) no atrae a su propia esfera a la seña (caparra), poniéndola en el plano de
sus propios elementos estructurales. La seña se sustancia en una fattispecie particular, aunque sea
accesoria de aquel negocio a causa del coligamiento (no sólo funcional) que viene a establecer.
Y parece, por lo tanto, correcto ver en aquel negocio sólo un presupuesto (objetivo) de la figura
(caparra) que se quiere considerar específicamente. Considerando la estructura de la fattispecie
en su integridad, debe reconocerse que la dación de la cosa, de que habla el primer párrafo del
artículo 1385, representa sólo uno de los elementos y que, particularmente, la seña consiste en un
negocio jurídico bilateral (con dación de una cosa) (...)",
594 M AN U EL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

En este sentido, el artículo 216 del Código civil de Prusia (quizá el más claro y
completo que legisla sobre el tema) establece que "las cosas dadas en arras pasan
en propiedad inmediatamente en todos los casos al que las recibe". S otomayor33
sostiene que así se justifica que los frutos y productos de las arras pertenezcan al
que las recibe y que el riesgo de las cosas se traslade a él.
Aceptando esta solución, puede decirse que por razón del pacto arral, la
entrega de las cosas produce la transferencia de propiedad de las mismas, que
pasan así del patrimonio del que las entrega al patrimonio de quien las recibe.

5. CLASES DE AERAS
Dado el diverso rol que las arras han jugado en el curso de la historia y,
consiguientemente, en la elaboración de los textos legales, resulta indispensable
delimitar sus alcances desde que, todo hace ver, ha reinado una grave confusión
al respecto.
Pienso, siguiendo el parecer de un sector de la doctrina20, que las arras pueden
clasificarse en confirmatorias, penales y de retractación (o penitenciales).

Arras confirmatorias
Tienen el carácter de prueba de que el contrato se ha celebrado23. Por ello, las
arras confirmatorias, si bien pueden pactarse antes del contrato principal, deben
entregarse en el momento de la celebración de dicho contrato.
Algunos autores22 opinan que las arras confirmatorias suponen, en realidad,
un principio de ejecución del contrato. Pienso que ello sólo ocurre en los casos en
que pueda imputarse la cosa dada en arras al cumplimiento del contrato.

Arras penales
Su función es simplemente perderse (por quien las dio) o devolverse dobladas
(por quien las recibió) en caso de incumplimiento del contrato principal, a manera
de pena por tal incumplimiento, pero sin autorizarlo. Este procedimiento es opcio­
nal para la parte fiel y, en caso de hacer uso de él, se dejará sin efecto el contrato.
Cabe, en efecto, que la parte fiel preñera exigir el pago de los daños y perjuicios
que realmente le ocasiona el incumplimiento, caso en el cual las arras penales no
juegan función alguna.
Según H ernández G il23, las arras penales son, en realidad, una especie de las
confirmatorias. "Participan de la función especial de aquéllas: dar fe, en todo caso,
de la existencia del contrato principal. Caso de cumplimiento de éste, se conside­
ra como un adelanto del precio, si es posible; en el incumplimiento marcan una
indemnización, por lo que, en esto, se aproximan a las penitenciales".

Arras de retractación
Conceden a ambas partes el derecho de retractarse del contrato principal,
mediante la pérdida de las arras por quien las dio o la devolución doblada por
quien las recibió.
XIII. ARRAS CON FIRM ATO RIAS 595

AI comentar el Título XIV, referente a las arras de retractación,, se estudiará


el carácter que realmente tiene la retractación.

6. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Se ha visto en el rubro "Concepto de arras" que precede, que las arras están
constituidas por la entrega de alguna cosa con determinada finalidad respecto al
contrato principal. Por otro lado, en el rubro "Clases de arras" se ha precisado
cuál es esta finalidad tratándose de las arras confirmatorias, las arras penales y
las arras de retractación. Tomando esto es consideración, cabe preguntarse ¿se
trata de tres variantes de una misma institución, cuyo fundamento es la entrega
de la cosa; o se trata de tres instituciones distintas, cuyo único elemento común
es la entrega de la cosa?
M osset I turraspe24 hace un interesante estudio de las analogías y diferencias
entre las arras confirmatorias y las arras penitenciales (así denomina parte de la
doctrina a las arras de retractación), estableciendo las siguientes:
a) Incumplimiento y arrepentimiento.
En las arras confirmatorias es el incumplimiento de la obligación lo que des­
encadena los efectos de esta clase de arras.
En las arras penitenciales el efecto buscado es el arrepentimiento, orientado
a poner fin al contrato principal
Dice M osset Itukraspe que no es posible ni lícito confundir arrepentimiento
con incumplimiento, pues mientras el primero es acorde con el ordenamiento
jurídico, precisamente en virtud de la señal; el segundo, en cambio, configura
un obrar antijurídico.
b) Los daños resarcibles.
En las arras confirmatorias, el contratante fiel gana las arras y las pierde el
infiel; empero, siempre queda expedida la acción para reclamar la reparación
del daño sufrido con motivo de incumplimiento.
En las arras penitenciales —y en las confirmatorias penales — el valor económi­
co de la cosa entregada constituye una predeterminación del daño reparable.
c) La acumulación.
Las arras confirmatorias posibilitan la acumulación de la acción por ejecución
específica del contrato y el derecho de ganar la seña; ello no es posible en las
arras penitenciales, puesto que la opción a favor del arrepentimiento origina
la extinción del contrato.
d) La opción.
En las arras penitenciales ambas partes tienen derecho a optar entre el cumpli­
miento del contrato o la extinción por la vía del arrepentimiento. En las arras
confirmatorias se sanciona al contratante infiel con la pérdida de las arras.
En opinión de H ernández G il25, tanto las arras confirmatorias como las arras
penales y las arras de arrepentimiento pueden revestir la naturaleza de formas
de garantizar el contrato. "No suponen, dice, garantía del cumplimiento mismo,
pero pueden servir de eficaz vehículo para reforzarlo". Como conclusión, afirma
que la función que cumplen las arras en el Derecho de obligaciones no es única.
596 M ANU EL DE LA PU EN TE Y LAVALLE

Q uintano R ipgllés25, por su parte, sostiene que tanto las arras confirmatorias
como las penitenciales guardan las esencias penalísticas de la institución. "Lo
que sucede, indica, es que en las arras clásicas de retractación la penalidad opera
siempre por el mero incumplimiento ~~allanándose el comprador a perderlas o el
vendedor a devolverlas duplicadas, como reza nuestro artículo 1.454™, en tanto
que en las arras señal del derecho moderno, dado que el contrato es definitivo y
perfecto, sólo debieran servir a la provisión de eventuales daños o perjuicios".
Según lo expuesto en otro trabajo27, limitándome a las arras confirmatorias y a
las tradicionalmente llamadas penitenciales, he opinado que tanto histórica como
jurídicamente ambas clases de arras han tenido orígenes diferentes y han servido
a finalidades distintas, no siendo la una derivación o complemento de la otra, lo
que justifica que se les legisle como instituciones independientes.
"En efecto, he dicho, salvo el rasgo común de existir la entrega de una cosa, las
arras confirmatorias no participan en nada de la naturaleza de las arras peniten­
ciales, ni viceversa; tienen funciones distintas; y producen efectos diferentes. Las
arras confirmatorias tienen la naturaleza de seña de la conclusión de un contrato,
tienen una función probatoria de haberse llegado a un acuerdo de voluntades y
no tienen efecto práctico alguno en caso de incumplimiento del contrato, salvo el
eventual derecho de retención que puede ejercitarse sobre ellas. Las arras peni­
tenciales constituyen la contraprestación por el goce del derecho de retractarse, su
función es permitir el ejercicio de este derecho y su efecto es evitar el cumplimiento
forzado del contrato o el pago de daños y perjuicios por razón de incumplimiento".
En aquella oportunidad no analicé el concepto de arras penales, limitándome
a recomendar la solución adoptada por el artículo 1385 del Código civil italiano,
debido al sentido práctico que tiene, pues permite al acreedor, si este así lo desea,
evitarse una acción judicial mediante el recurso de rescindir el contrato y hacer
suyas las arras.
Las arras penales tienen por finalidad, en el fondo, autorizar al contratante fiel
para que, en caso de incumplimiento por parte del contratante infiel de un contrato
principal con entrega de arras confirmatorias, opte entre hacer valer estas arras
(reteniéndolas en caso de haberlas recibido o exigiendo su devolución doblada si
las hubiera dado) como único efecto del incumplimiento; o demandar la ejecución
o resolución del contrato, con el cobro de daños y perjuicios.
En estas condiciones, pienso que las arras penales son simplemente un efecto
adicional concedido por la ley a las arras confirmatorias, por lo cual forman parte
de las mismas.
Tomando esto en consideración, me parece que el codificador de 1984 ha
procedido bien al tratar las arras confirmatorias (Título XIII) y las arras de retrac­
tación (Título XIV) como dos instituciones diferentes y al incluir entre las arras
confirmatorias a las arras penales (Título XIÍÍ)(2f

La Exposición de Motivos de la Introducción del Capítulo XIII de la Ponencia original decía así:
"El Código civil ha tratado sobre las denominadas arras confirmatorias y penitenciales en un
mismo título (artículos 1348 a 1350), sin considerar que son figuras distintas que merecen, de
consiguiente, su separación legislativa. Esta es la razón por la que este capítulo se refiere a las
XIII. A RRA S CO N FIRM ATO RIAS 597

7. LA CLÁUSULA "COMO SEÑA Y A CUENTA DE PRECIO"


Las expresiones "arras", "seña" y "señal" suelen utilizarse indistintamente.
El artículo 1.454 del Código civil español hace referencia a las arras o señal que
mediasen en el contrato de compraventa. En los rubros de los artículos 1385 y 1386
del Código civil italiano se habla de seña confirmatoria y de seña penitencial. El
artículo 2102 del Código civil argentino contempla el caso que se hubiese dado
una señal para asegurar el contrato o su cumplimiento.
La seña o señal puede tener, pues, al igual que las arras, carácter confirmatorio,
penal o penitencial, de tal manera que, en principio no existe inconveniente para
estipular que se entrega una cantidad como seña y, a la vez, a cuenta de precio,
desde que puede desempeñar ambos roles en las arras confirmatorias.
En la práctica contractual argentina ocurre con frecuencia que en los boletos de
compraventa (documentos privados que las partes otorgan para obligarse a elevar
a escritura pública una compraventa pactada entre ellas) se estipule la entrega de
una suma como seña y cuenta de precio.
Varios autores argentinos2®destacan el carácter contradictorio de las expre­
siones "seña" y "a cuenta de precio", desde que la primera tiene en el artículo
2102 del Código civil argentino el significado de arras penitenciales —que con­
ceden el derecho de arrepentirse —, la segunda indica claramente el comienzo de
ejecución del contrato de compraventa. Por ello, se considera que cuando ambas
expresiones se usan conjuntamente, la cláusula resulta contradictoria, conceptual
y jurídicamente23.
Señala B orda 30 que, ante la jurisprudencia vacilante a que la cuestión dio
lugar, se hizo necesario el pronunciamiento de un plenario de la Cámara Civil de
la Capital Argentina, en el que se sentó la siguiente doctrina: "La cláusula como
seña y a cuenta de precio tiene una doble función sucesiva: como seña si el con­
trato no se cumple y como tal permite el arrepentimiento; a cuenta de precio en
caso de cumplimiento". Dicho autor comenta que le parece un criterio acertado,
pues esta cláusula no importa ninguna diferencia con la estipulación lisa y llana
de una seña. "Al expresar, dice, que la suma se entrega también a cuenta de precio
no se hace sino mencionar uno de los efectos normales de la seña; en el fondo, no
es sino una redundancia, pero de ella no se podría extraer la conclusión de que
se ha renunciado al derecho de arrepentimiento. En cambio, si el contrato dijera
solamente, que la suma de dinero se entrega a cuenta de precio, el arrepentimiento
sería imposible, porque no hay seña.
M essineo31 opina distinto, pues para él, decidir cuándo hay seña y cuándo en­
trega a cuenta depende de la consideración de la voluntad de las partes, pero que,

arras confirmatorias, en tanto que en el capítulo siguiente se encuentran las normas sobre las arras
que impropiamente se llaman penitenciales y que nosotros, en armonía con la doctrina imperante,
calificamos como arras de retractación.
La diferencia entre estas dos clases de arras es saltante: Mientras las confirmatorias tienen por
objeto ratificar la celebración de un contrato y están orientadas a darle cumplimiento, las de
retractación constituyen un medio para arrepentirse o retractarse, de donde su nombre y su efecto
fundamental es evitar el cumplimiento de la convención o el pago de daños y perjuicios por su
incumplimiento".
598 M AN U EL DE LA CUENTE Y LAVALLE

en la duda, debe considerarse que quien ha entregado el dinero a la contraparte,


ha entendido entregar una cantidad a cuenta y no una seña.
Coincido con esta opinión pues me parece que si se usan conjuntamente las
expresiones "como seña" y "a cuenta de precio", la segunda tiene mayor fuerza,
pues, dado que la seña puede ser, en principio, confirmatoria y penitencial, cuando
se estipula que la cantidad de dinero se entrega a cuenta de precio se está exclu­
yendo la posibilidad de que la seña otorgue el derecho de arrepentimiento, desde
que existe una declaración expresa en el sentido que la voluntad de las partes es
que la entrega es evidencia de haberse celebrado el contrato.

8. FALTA DE CALIFICACIÓN DE LAS ARRAS


Supóngase que en el paco arral las partes se limitan a estipular la entrega de
arras, omitiendo calificarlas.
Refiriéndose al Derecho español, cuyo artículo 1.454 del Código civil otorga
a las arras el significado de permitir la rescisión del contrato de compraventa,
H ernández G il, después de citar la opinión de varios tratadistas y el sentido de
los pronunciamientos de la jurisprudencia española, considera que el carácter pe­
nitencial de las arras ha de eliminarse en todos aquellos casos en que la voluntad
de las partes no aparece claramente manifestada y agrega, citando a O ssorio M o ­
rales, que la simple entrega de una parte del precio por el comprador al vendedor
representa un principio de cumplimiento.
Durante la vigencia de nuestro Código civil de 1936 no se presentaba pro­
blema alguno respecto del carácter que debían tener las arras, pues su artículo
1348 establecía que las arras que se entreguen por uno de los contratantes al
otro, se reputarán dada en señal de la conclusión del contrato. Bastaba que
se entregaran arras, sin estipular el derecho de retractarse, para que las arras
fueran confirmatorias.
La situación es distinta según el Código civil vigente. Habiéndose optado por
legislar separadamente sobre las arras confirmatorias y las arras de retractación,
como dos instituciones distintas, la sola referencia en el pacto arral a la entrega de
las arras, sin calificarlas, no permite darles una finalidad precisa.
Pienso que la palabra "arras", a secas, ha perdido significado en nuestro
ordenamiento jurídico, pues para que sean confirmatorias o de arrepentimiento
es necesario que se pacte su carácter en uno u otro sentido. Sin embargo, identi­
ficándome con el parecer de la doctrina y jurisprudencia españolas mencionadas
por H ernández G il, creo que si en un contrato se inserta un pacto sobre entrega de
algo, que se denomina simplemente "arras", debe entenderse que lo entregado,
si por su naturaleza es susceptible de aplicación a la ejecución del contrato,
constituye una entrega a cuenta de la prestación debida. Si ello no es posible,
las llamadas "arras" no cumplen función alguna y deben ser devueltas a quien
las entregó.
X III. A R R A S CON FIRM ATO RIAS 599

BIBLIOGRAFÍA ARRAS CONFIRMATORIAS

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20. D íez-P icazo , Luis, Op. c it, T. I, p. 577. (16); E nneccerus, Ludwig y K ipp, Theodor, Op. cit., T. II, Vol. i, p.
184. (13); López de Z avalía , Fernando, Teoría de los contratos, Víctor V, de Zavalía, Buenos Aires, 1971,
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21. E nneccerus , Ludwig y K ipp , Theodor, Op. cít., T. II, Vol. í, p. 184,
22. D íez-P icazo , Luis, Op. cit., T. I, p. 577,
23. H ernández G il , Félix, Op. cit., p. 84.
600 M AN U EL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

24. M osset Iturraspe, Jorge, Medios compulsivos en Derecho privado, Edíar Sociedad Anónima Editora, ’
Buenos Aires, 1978, p. 129.
25. Hernández G il, Féiix, Op. cit., p. 49.
26. Q uintano R ipolles, Antonio, Op. c it, p. 754.
27. P uente y L avalle , Manuel de la, Estudios sobre el contrato privado, Cultural Cuzco S.A., Lima, 1983, p.
318.
28. M osset Iturraspe , Jorge, Contratos, Ediar Sociedad Anónima Editora, Buenos Aires, 1981, p, 393;
L afaille , Héctor, Derecho civil, Ediar Sociedad Anónima Editora, Buenos Aires, 1953, T. VIII, p. 559;
B offi B oqgero , Luís María, Tratado de las obligaciones, Bibliográfica Omeba, Buenos Aires, 1988, T. J,
p. 321
29. M osset Iturraspe, Jorge, Op. cit., p. 394.
30. B orda , Guillermo A., Manual de contratos, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1973, p. 150.
31. M essineo, Francesco, Doctrina general del contrato, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires,
1986, T .l, p. 224.
A rtícu lo 1477.- La entrega de arras confirmatorias importa la conclusión del
contrato. En caso de cumplimiento>quien recibió las arras las devolverá o las imputará
sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
. 2, Naturaleza jurídica de las arras confirmatorias.
3. Efectos de las arras confirmatorias.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTICULO


Los artículos 106 y 107 de la Ponencia original tenían la siguiente redacción:
Artículo 106.- La entrega de arras confirmatorias establece de modo incontestable la
conclusión del contrato.
Artículo 107,~Quien recibe las arras debe, salvo pacto contrario, restituirlas o imputarlas
sobre su crédito cuando la ejecución tenga lugar.
En la primera Ponencia sustitutoria se introdujo un cambio muy importante,
pues se dio cabida, como uno de los efectos de las arras confirmatorias, a las arras
penales. El texto de los artículos 113,114 y 115 de esta Ponencia era la siguiente:
Artículo 113.- La entrega de arras confirmatorias establece de modo incontestable la
conclusión del contrato.
Artículo 114- Si la parte que hubiese entregado las arras no cumpliese la obligación, la otra
parte podrá rescindir el contrato reteniendo las arras. Si por el contrario la incumplidora fuese
la parte que las ha recibido, la otraparte podrá rescindir el contrato y exigir el doble de las arras.
Artículo 115,- Si la parte que no ha incumplido la obligación prefiriese demandar la eje­
cución o la resolución del contrato, el resarcimiento de los daños y perjuicios se regulará
por las normas generales.
En lo relativo al efecto probatorio de las arras confirmatorias, se conservó el
texto del artículo 113 de la primera Ponencia sustitutoria en el artículo 113 de la
segunda, tercera y cuarta Ponencia sustitutorias.
La Exposición de Motivos del artículo 113 de la cuarta Ponencia sustitutoria
dice así: "Aquí están conceptualmente definidas las arras confirmatorias, ponien­
do el acento de que tienen como finalidad demostrar la conclusión del contrato.
Evidentemente que lo entregado en calidad de arras confirmatorias constituye un
adelanto o anticipo de la prestación correspondiente, siempre que responda a la
naturaleza de dicha prestación".
602 M AN U EL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

En el artículo 113 de la quinta Ponencia sustitutoria se contempló el efecto


de las arras confirmatorias en caso de cumplimiento del contrato/ planteándose
lo siguiente:
Artículo 213.” La entrega de arras confirmatorias establece de modo incontestable la
conclusión del contrato. En caso de cumplimiento quien recibió las arras las devolverá o
las imputará sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.
Este texto se conservó en el artículo 113 del Anteproyecto y en el artículo 1497
del primer Proyecto.
La redacción del artículo 1440 del segundo Proyecto fue la siguiente:
Artículo 1440.- La entrega de arras confirmatorias importa la conclusión del contrato.
En caso de cumplimiento, quien recibió las arras las devolverá o las imputará sobre su
crédito, según la naturaleza de la prestación.
Con esta redacción pasó al artículo 1477 del Código civil.

2. NATURALEZA JURÍDICA DE LAS ARRAS CONFIRMATORIAS


Con la finalidad de contar con elementos de juicio para determinar la natura­
leza jurídica de las arras confirmatorias/ voy a considerar la definición de M iccio1/
sin que ello implique mi identificación con la misma. "La seña confirmatoria/ dice,
constituye un pacto accesorio de naturaleza real con el cual de un lado se refuerza
el compromiso contractual que las partes han asumido y del otro se preconstituye
una prueba más evidente de la existencia de la relación".
Conviene analizar parte por parte esta definición.

Es un pacto
El pacto es, según S ánchez R omán2/en cuanto a su fuerza y eficacia/ lo mismo
que el contrato/ y su diferencia tan sólo consiste en que el primero es una parte del
segundo/ llamándose así las condiciones particulares que el contrato contiene o se
le adjuntan. Lo propio puede decirse de la estipulación/ voz realmente sinónima
hoy de pacto: representan ambas una parte o capitulación del contrato entero.
El pacto arral eS/ en efecto/ la estipulación que se agrega a un contrato típico
o atípico/ llamado "contrato principal"/ con la finalidad de poner de manifiesto
que la entrega/ en el momento de la celebración del contrato principal/ de las cosas
en que las arras consisten (moneda/ anillo o también una cosa fungible) tienen el
significado de evidenciar que dicho contrato efectivamente se ha celebrado.
Consecuentemente/ si bien son propiamente arras confirmatorias las cosas
que se entregan/ tales cosas sólo adquieren la calidad de arras en virtud del pacto
arral que les confiere ese carácter.

El accesorio
La accesoriedad del pacto respecto del contrato principal resulta de su propia
finalidad/ que es, como se acaba de ver/ conferir a las arras que se entregan el sig-
XIII. A RRA S CO N FIRM ATO RIAS 603

ruficado de prueba de la celebración de dicho contrato. La doctrina mayoritaria3


parece finada en ese sentido.
Sin embargo, M essineo4 opina que la seña no puede considerarse una decla­
ración accesoria, porque el contratante realiza un acto de los que suelen llamarse
"reales" o "efectúales", en antítesis de las declaraciones de voluntad.
Creo que las arras, si bien son cosas que se entregan, sólo cobran sentido en
virtud del pacto que da a estas cosas el carácter de arras confirmatorias del contrato
principal y que, por ello, lo que hay que calificar, respecto a la accesoriedad, es el
pacto y no las cosas. En este sentido, no cabe duda que el pacto arral es accesorio
del contrato principal.

Se discute si el pacto arral es de naturaleza real, o sea que si para que tenga
validez es necesario que el acuerdo de voluntades se manifieste a través de la
entrega e las cosas.
M gsset Iturraspe5 dice que caracteriza a la señal, cláusula, negocio o contrato,
su índole "real": se perfecciona con la entrega efectiva de la cosa que una de las
partes, el tradens, vulgarmente conocido "el que seña", realiza en favor de la otra,
el accipiens. Más adelante6 agrega que el carácter real de las arras proviene de su
perfeccionamiento con la entrega; no es suficiente para que se configuren ni de­
clarar ni comunicar una voluntad determinada, sino que deben darse. En sentido
parecido se pronuncian D íez-P icazo7, M irabeu/ , M essineo9 y T rimarchi10.
Sin embargo, J ordano B arba33 considera que en las arras confirmatorias el
contratante no declara ni comunica tener una voluntad determinada, sino que da,
y que este "acto real", en tal sentido, no es lo mismo que "contrato real", pues son
conceptos totalmente diferentes.
Se ha visto en el rubro "Antecedentes de este artículo" que precede, que
desde el artículo 106 de la Ponencia original hasta el artículo 1497 del primer
Proyecto se dispuso que la entrega de arras confirmatorias establecía de modo
incontestable la conclusión del contrato, y que sólo a partir del artículo 1440 del
segundo Proyecto se consignó que la entrega de las arras confirmatorias importa
la conclusión del contrato.
Esto ha dado pie a pensar que el pacto arral tiene carácter real desde que se
otorga a la entrega de las arras la calidad de elemento constitutivo del contrato.
Obsérvese que no se dice que la entrega "acredita" o "prueba", sino que "importa"
la conclusión del contrato.
No obstante, pienso que no es ese el sentido que debe darse a la primera parte
del artículo 1477 del Código civil, por las siguientes razones:
a) Las arras confirmatorias han sido históricamente consideradas invariablemen­
te como señal de la celebración del contrato. Tal como dice H ernández G il32,
"las arras confirmatorias tienen siempre como finalidad señalar la existencia
de un contrato, dar fe de que un contrato ha sido formalmente concluido".
Precisamente su función probatoria es lo que las ha caracterizado.
604 M AN U EL DE LA PU ENTE Y IA V A LLE

b) En el proceso de elaboración del Código civil de 1984 se ha reiterado, según


se ha visto, que la función de las arras confirmatorias era establecer de modo
incontestable la conclusión del contrato, o sea constituir la prueba absoluta
de este acto. Nada justifica que sólo en el artículo 1440 del segundo Proyecto
y en el artículo 1477 del Código civil se haya modificado este criterio, sin
explicación alguna, para convertir su entrega en un elemento necesario para
la celebración del contrato, como ocurre en los contratos reales.
c) Hay que distinguir entre el pacto arral y la entrega de las arras confirmato­
rias. Si bien es verdad que lo que constituye la prueba de la celebración del
contrato es la entrega de las arras confirmatorias, no es menos cierto que esta
entrega, sin la existencia del pacto arral que les confiere esa función, no tendría
significado ni efecto algunos.
No existe inconveniente conceptual para que el pacto arral preceda a la en­
trega de las arras confirmatorias, desde que en tal caso preanunciará cuál es
el carácter y los efectos de dicha entrega, cuando se haga.
d) Se ha visto en el comentario al artículo 1352 del Código civil que este Código
ha suprimido la categoría de los contratos reales.
Sería antitécnico que tratándose de las arras confirmatorias se haya querido
establecer una excepción a esta regla general, tanto más cuanto que no habría
existido necesidad de ello.
En efecto, de acuerdo con el artículo 1477 del Código civil, la entrega de arras
confirmatorias no importa la conclusión del pacto arral, sino la del contrato
principal. Consecuentemente, el pacto arral es un contrato consensual cuyo
efecto es calificar que las arras que se entreguen al celebrarse el contrato
principal importan —en el sentido que evidencian— la efectiva celebración
de este contrato.
Desde luego, la elección de la expresión "importan" no ha sido feliz, desde
que una de las acepciones de la palabra "importar" según el Diccionario de la
Lengua Española, si bien la última, es "causar". Sin embargo, no resulta fuera
de lugar darle el sentido que evidencia tan grande, tan incontestable, que, por
sí sola, representa la celebración del contrato.
Estas consideraciones me llevan a opinar que el artículo 1477 del Código civil
debe ser repensado. Si en nuestro ordenamiento jurídico no necesitamos, en prin­
cipio, una forma determinada para entender que un contrato ha sido concertado
porque el principio es el de la libertad de forma, carece de sentido que se otorgue
a las arras confirmatorias la calidad de elemento real para la constitución del con­
trato cuando, en realidad su único rol es ser una de las tantas maneras de probar
que el contrato ha sido celebrado. De otro lado, si bien considero que la entrega de
las cosas dadas en arras produce la transferencia de la propiedad de las mismas,
creo que ello no determina que el pacto arral tenga efectos reales, pues se limita a
establecer el carácter de las arras y la necesidad de su entrega, constituyendo así el
título de la transferencia, siendo la entrega el modo que, en virtud de dicho título,
produce la transferencia de la propiedad. En sentido parecido opina T rímarchi33.
Por estas razones se sugiere que el artículo 1477 del Código civil tenga la
siguiente redacción:
XIII. ARRAS CONFIRMATORIAS 605

Artículo 1477- La entrega de arras confirmatorias es un medio de probar la celebración


del contrato. En caso de cumplimiento, quien recibió las arras las devolverá o las imputará
sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.

Refuerzo del contenido contractual


La segunda parte del artículo 1477 dispone que en caso de cumplimiento,
quien recibió las arras las devolverá o las imputará sobre su crédito, según la
naturaleza de la prestación.
Es indudable que al disponerse que, en caso de cumplimiento del contrato
principal, la entrega de las arras confirmatorias da lugar a que quien las recibió
pueda imputarlas sobre su crédito, si es que la naturaleza de la operación lo per­
mite, está reforzando el contenido de este contrato ya que constituye un principio
de su ejecución.
■ Comentando el artículo 1385 del Código civil italiano, cuyo texto es similar a
la segunda parte del artículo 1477 de nuestro Código, dice M icaoIá que si bien la
intención del legislador es proporcionar un instrumento de simplificación de la
fase patológica de la relación, vale decir del incumplimiento (se refiere a las arras
penales), también da lugar a un inicio unilateral de ejecución del contrato, tanto
más cuanto que soliendo estar representadas las arras por dinero, adquieren el
significado de un anticipo de la prestación a cuya ejecución puede ser imputado.

Prueba de la existencia de la relación contractual


La función tradicional de las arras confirmatorias es constituir un medio de
prueba de la celebración del contrato principal.
Surge la duda respecto a si esta prueba es absoluta o puede ser destruida.
Según E nneccerus y K ipp 15, las arras confirmatorias fundan la presunción de que
el contrato ha sido concluido con carácter vinculante, pero pudiendo desvirtuarse
mediante prueba en contrario, M osset I turraspe 16 opina similarmente que probado
el hecho de la entrega y recepción de las arras confirmatorias, sólo a falta de otro
medio, quedará demostrada la existencia del contrato.
Estoy de acuerdo con estas posiciones.
Desde luego, si se llega a acreditar que el pacto arral no estuvo orientado a
otorgar a la entrega de las cosas el carácter de arras confirmatorias, tal entrega no
tiene significado probatorio de la conclusión de contrato principal.

3. EFECTOS DE LAS ARRAS CONFIRMATORIAS


El primer efecto de las arras confirmatorias es, como se acaba de ver, un medio
de prueba de la conclusión del contrato principal.
Si a esto se limita el efecto de las arras confirmatorias esta institución viene
a jugar ciertamente un rol muy pobre. En efecto, hay tantas maneras de acreditar
fehacientemente la celebración de un contrato, que elaborar toda una construcción
jurídica con esta sola finalidad constituiría una especie de parto de los montes. No
valdría la pena, en realidad, hacerlo.
606 MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE

Cumplimies^o
De acuerdo con la segunda parte del artículo 1477 d el Código civil, en caso
de cumplimiento del contrato principal, quien recibió las arras confirmatorias las
devolverá o las computará sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.
Ya se ha adelantado que las arras pueden estar constituidas por una gran
variedad de bienes de distinta naturaleza, cualquier clase de cosas.
En estas condiciones, como las arras confirmatorias pueden entregarse con
motivo de la celebración de cualquier clase de contratos principales, el contenido
de las relaciones jurídicas obligacionales creadas por tales contratos puede estar
constituido por prestaciones de diversa índole, o sea prestaciones de dar, de hacer
y de no hacer. Por ello, es posible que una cosa entregada en calidad de arras no
pueda ser aplicada a la ejecución de una prestación determinada, porque su na-
turaleza no se lo permite, como es el caso de todas las prestaciones de hacer y de
no hacer y determinadas prestaciones de dar. Por ejemplo, si se ha entregado una
cantidad de dinero como seña confirmatoria al celebrarse un contrato de compra­
venta, podrá aplicarse, en caso de cumplimiento del contrato, al pago del precio,
que tiene que ser dinero; pero si se ha entregado una joya, ello no podrá hacerse.
El artículo 1477 establece, si se cumple el contrato principal, dos posibilidades
para quien ha recibido las arras confirmatorias: una es devolver dichas arras; la
otra es imputarlas sobre su crédito, si la naturaleza de la prestación lo permite.
Entiendo que esta norma tiene carácter imperativo, o sea que si es posible que las
arras sean aplicables a la ejecución de la prestación, el contratante que las recibió
debe imputarlas sobre su crédito, recibiéndolas como pago a cuenta; sólo si ello no
es posible, deberá devolverlas. Sería injusto que quien recibió las arras se niegue
a imputarlas sobre su crédito cuando ello sea posible.

incumplimiento
En el caso de incumplimiento del contrato principal, las arras confirmatorias
juegan el rol de arras penales, cuya naturaleza jurídica y efectos se estudiarán al
comentar el artículo 1478 del Código civil.
Empero, en el caso que el incumplimiento se debiera a causa no imputable
a quien recibió las arras, el efecto es el mismo que en el caso de cumplimiento.

BIBLIOGRAFÍA A R TÍC U L01477

1. Migcío, Renato, I diritti di crédito — II contratío, Unione Tipografico-Editrice Torinese, Torino, 1977, p.
519.
2. Sánchez Román, Felipe, Estudios de Derecho civil, Madrid, 1899, T. IV, p. 144.
3. Díez-Pscazo, Luis, Fundamentos de Derecho civil patrimonial, Editorial Tecnos S.A., Madrid, T. I, p. 577;
Mosset Itusraspe, Jorge, Medios compulsivos en Derecho privado, Ediar S.A. Editora, Buenos Aires,
1978, p. 125; Mirabelli, Giuseppe, Delle obbligaziní— Dei contratíi in generale, Unione tipográfico edítríce
torinese, Torino, 1980, p. 344; Castañeda, Jorge Eugenio, El Derecho de ios contratos, Departamento
de Publicaciones de ia U.N.M.S.M., Lima, 1966, T. i, p. 253,
XII). ARRAS CONFIRMATORIAS 607

4. M essineo, Francesco, Doctrina general deí contrato, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires,
1986, T .í,p . 221
5. M osset Iturbaspe, Jorge, Op. cit., p, 118,
6. ib ídem, p. 124.
7. D íez-Picazo, Luis, Op. clt., T. i, p. 577,
8. M srabelu, Gíuseppe, Op. cit., p, 344.
9. M essineo, Francesco, íl contralto in genere, Dott. A. Guiffré, Editóte, Milano, 1973, T. i, p. 217.
10. T rimarchi, V. Michelíe, voz "Caparra” en Enciclopedia del Diritto, Dott. A. Giuffré, Editore, Várese, 1960,
p. 196,
11. Jordano Babea, Juan, La categoría de tos contratos reales, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1958, p.
66.
12. Hernández Git, Félix, Las arras en el Derecho de la contratación, Universidad de Salamanca, Salamanca,
1958, p. 79.
13. T rimarchi, V. Michelíe, Op. cit., p. 198.
14. Miccio, Renato, Op. cit., p. 520.
15. Enneccerus, Ludwig y K ipp, Theodor, Tratado de Derecho civil, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1954,
T. li, Vol. I, p. 184,
16. Mosset Iturraspe, Jorge, Op. c it, p. 122.
A rtícu lo 1478,” Si laparte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación
por causa imputable a ella, ta otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando
las arras. Si quien no cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin
efecto el contrato y exigir el doble de las arras.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
2. Denominación.
3. Naturaleza jurídica de las arras penales.
4. Efectos propios de las arras penales.
5. El problema de la devolución doblada de las arras.
6. Las arras penales y la cláusula penal.
7. Incumplimiento no imputable a las partes.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTICULO


El artículo 114 de la primera Ponencia sustitutoria tenía el texto siguiente:
Artículo 114.- SÍ la parte que hubiese entregado las arras no cumpliese la obligación, la
otra parte podrá rescindir el contrato reteniendo las arras. Si por el contrarío la incum­
plidora fuese la parte que las ha recibido, la otra parte podrá rescindir el contrato y exigir
el doble de las arras.
Este texto se repitió en el artículo 114 de la segunda y tercera Ponencias
sustitutorias,
En el artículo 114 de la cuarta Ponencia sustitutoria se cambió la palabra
"rescindir" por "resolver".
En el artículo 114 de la quinta Ponencia se agregó el concepto del incumpli­
miento por causa imputable, y con este texto pasó al artículo 114 del Anteproyecto
y al artículo 1498 del primer Proyecto.
En el artículo 1441 del segundo Proyecto se cambió la expresión "resolver"
por la de "dejar sin efecto" y con este texto pasó al artículo 1478 del Código civil.2

2. DENOMINACIÓN
La lectura del artículo 1478 del Código civil nos permite observar que, al
lado de los efectos que tienen las arras confirmatorias según el artículo 1477 del
mismo Código, se otorga a estas arras una nueva función que es la de permitir
que, en caso de incumplimiento del contrato, se deje éste sin efecto mediante el
procedimiento de conservar las arras o devolverlas dobladas (según sea la parte
que no cumple el contrato).
610 MANUEL DE LA PUENTE Y LAVADLE

En otro trabajo3 expuse que esta nueva fundón de las arras confirmatorias
quiebra la pureza de la institución/ pero que tiene bastante sentido práctico.
M osset I turraspe 2 dice que al lado de las arras confirmatorias puras, también
denominadas "a cuenta de precio", tenemos estas arras confirmatorias impuras,
que agregan a la fundón aseguradora o ratificadora el constituir una determina­
ción convencional y anticipada de los daños reclamables por el incumplimiento.
La semejanza de estas arras confirmatorias impuras con la cláusula penal
ha llevado a la doctrina a denominarlas "arras penales", y así son actualmente
conocidas.

* 3. NATURALEZA JURÍDICA DE LAS ARRAS PENALES


El artículo 1477 del Código civil establece cuál es la función de las arras con­
firmatorias cuando se cumple el contrato, consistente en ser devueltas por quien
las recibió o imputarlas sobre su crédito.
Esta función cambia radicalmente de sentido en caso de incumplimiento del
contrato. Ello se debe a que este incumplimiento, cuando es imputable a una de
las partes, determina que el contratante inñel quede sujeto a la indemnización
de daños y perjuicios, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 1321 del
Código civil. El codificador ha pensado que en tal caso las arras confirmatorias
pueden jugar un rol distinto, orientado a constituir una predeterminación de esos
daños y perjuicios.
La naturaleza jurídica de las arras penales es, pues, la misma que la de las arras
confirmatorias, esto es, ser un pacto accesorio al contrato principal que otorga a las
arras entregadas el carácter de una prueba de la celebración de este contrato. Su
única diferencia es que, en vez de constituir un refuerzo del contenido contractual,
se concede a las arras el rol de ser una determinación convencional y anticipada
de los daños reclamables en caso de incumplimiento del contrato principal.4

4. EFECTOS PROPIOS DE LAS ARRAS PENALES


Como se acaba de ver, las arras penales sólo funcionan en caso de incumpli­
miento del contrato principal por causa imputable a uno de los contratantes. Se
trata, pues, de un incumplimiento falto de justificación, que normalmente caería
dentro del ámbito del artículo 1321 del Código civil.
Sin embargo, la entrega de arras confirmatorias permite que, si el contratante
fiel así lo desea, tal incumplimiento reciba un trato legal especial, que lo sustrae
de las normas generales sobre incumplimiento de las obligaciones para colocarlo
en una situación singular, con efectos propios.
El primer efecto propio de las arras penales es permitir al contratante fiel dejar
sin efecto el contrato. Conviene precisar en qué consiste dejar sin efecto el contrato.
En el rubro "Antecedentes de este artículo" que precede se ha visto que en el
artículo 114 de la primera, segunda y tercera Ponencias sustitutorias se habló de
"rescisión" del contrato. Posteriormente, en el artículo 114 de la cuarta Ponencia sus­
titutoria se cambió la expresión "rescisión" por la de "resolución". Finalmente, en el
artículo 1441 del segundo Proyecto se sustituyó "resolución" por "dejar sin efecto".
xm. a r r a s CON FiR MATO RIAS 611

Como según los artículos 1370 y 1371 del Código civil tanto la rescisión como
la resolución dejan sin efecto un contrato, según la causal sea existente o sobrevi-
niente a su celebración, en vez de ganarse precisión con la última sustitución se ha
perdido, pues ya no se sabe si en el artículo 1478 del Código civil el codificador ha
querido referirse a la rescisión, a la resolución o a otra medida distinta.
Pienso que como este último artículo versa sobre el incumplimiento contrac­
tual por causa imputable a una de las partes, la expresión "dejar sin efecto" debe
entenderse como "resolución", desde que la causal —el incumplimiento— es
sobreviniente a la celebración del contrato principal
De acuerdo con el segundo párrafo del artículo 1372 del Código civil, tal como
ha quedado modificado por la Primera Disposición Modificatoria del Decreto Le­
gislativo N.° 768, la resolución se invoca judicial o extrajudicialmente y, en ambos
casos, los efectos de la sentencia se retrotraen al momento en que se produce la
causal que la motiva.
Por lo tanto, el primer efecto propio de las arras penitenciales es que, en caso
de incumplimiento del contrato principal imputable a una de las partes, el contra­
tante fiel podrá solicitar judicial o extrajudicialmente la resolución del contrato.
Comentando el segundo párrafo del artículo 1385 del Código civil italiano, que
dice que si la parte que hubiese dado la seña no cumpliese, la otra podrá rescindir
(;recedere) el contrato reteniendo la seña, y que si por el contrario la incumplidora
fuese la parte que la ha recibido, la otra podrá rescindir (recederé) el contrato y
exigir el doble de la seña, T rimarchP sostiene que es innecesaria la resolución
judicial por cuanto entre la pluralidad de formas voluntarias y judiciales de la
soltura del vínculo se encuentra, por expresa voluntad de la ley, la rescisión a
causa de incumplimiento de la contraparte (al lado de la resolución judicial). Por
su parte, M irabelli4afirma que la rescisión (recesso) del que habla el citado artículo
1385 es una forma particular de la facultad de resolución por incumplimiento, no
disímil de aquélla que se verifica cuando existe una cláusula resolutoria expresa
(resolución de pleno derecho, según el segundo párrafo del artículo 1456 del
Código civil italiano).
En nuestro caso, el artículo 1478 del Código civil no hace referencia alguna a
la resolución de pleno derecho, que sería el lenguaje legal apropiado para disponer
la resolución automática, de tal manera que la invocación judicial o extrajudicial
de la resolución es necesaria, estando a lo dispuesto por el segundo párrafo del
artículo 1372 del Código civil. Debe tenerse presente, por otro lado, que para que
proceda la resolución debe acreditarse previamente el incumplimiento.
Comprendo que esto resta atractivo a las arras penales, pues no se evita la
acción destinada a que se dicte la resolución del contrato original Empero, se logra
la importante ventaja de liberar al contratante fiel de la prueba de la existencia
o de la cuantía de los daños que pueda haberle causado el incumplimiento por
causa imputable al otro contratante.
Para que el primer efecto propio de las arras penales pueda producirse se
requiere hacer uso de un segundo efecto de estas arras. Este segundo efecto es
el derecho del contratante fiel de conservar las arras, si es que las ha recibido, o
exigir el doble de las arras, si las ha entregado.
612 M AN U EL DE LA PU EN TE V LAVALLE

Entiendo que al invocar el contratante fiel la resolución del contrato por


incumplimiento imputable a la otra parte, deberá solicitar igualmente que se
declare su derecho a conservar las arras, si las ha recibido. En caso de haberlas
entregado, deberá solicitar que en la sentencia respectiva se ordene al contratante
infiel la devolución doblada. Si no lo hiciera, pienso que no estaría amparándose
en el artículo 1478 del Código civil y que sería de aplicación el artículo 1479 del
mismo Código.
Realmente, los efectos propios del sistema de las arras penales determinan que
con la resolución del contrato a solicitud del contratante fiel y la conservación o
devolución doblada, según el caso, de las arras, quedan definitivamente terminadas
las relaciones entre las partes, no procediendo la invocación del artículo 1321 del
Código civil. Si alguno de estos efectos no se produce la indemnización de daños
y perjuicios se regula por las normas generales.

5. EL PROBLEMA DE LA DEVOLUCIÓN DOBLADA DE LAS ARRAS


Se ha visto que las arras pueden estar constituidas por cosas de la más
variada naturaleza. Tal como dice F erreyra5, si bien las prácticas comerciales
inform an que es el dinero, com ún denom inador de todos los valores, lo que
sirve con más eficiencia al propósito de las arras, ello no impide que se pueda
convenir en otras cosas muebles tales como alhajas, piezas de valor numismático,
obras de arte, etc.
Si, como en el caso del artículo 1385 del Código civil italiano, las arras deban
ser una suma de dinero o una cantidad de otras cosas fungibles, la devolución
doblada no ofrece inconveniente alguno, pues se devolverá el doble de lo recibido.
El problema se presenta cuando se trata de cosas no fungibles. Los ordena­
mientos legales no han previsto la manera cómo ha de hacerse el pago del doble
de las arras, por lo cual habrá que recurrir a las reglas de la lógica. Si, como dice
F erreyra, el dinero es el común denominador de todos los valores, la devolución
debe estar constituida por la misma cosa infungíble recibida, si es que accipiens la
conserva en su poder, más una cantidad de dinero equivalente al valor de dicha
cosa. Si la cosa se hubiere perdido, deberá entregarse el doble de su valor.
T rimarchi6 hace un planteamiento muy sugestivo, al cual me adhiero. Dice
que en caso de incumplimiento del accipiens, el tradens, si opta por la rescisión,
tiene el derecho de recibir, en restitución, la caparra dada y otra cosa fungible,
del mismo género, calidad y cantidad, teniendo ambas prestaciones un título
diferente: la primera es debida por falta de una causa a detentar o retener, siendo
la segunda debida a título puramente sancionatorio (penal) al cual asciende la
liquidación del daño.

6. LAS ARRAS PENALES Y LA CLÁUSULA PENAL


Desde que las arras penales fueron consideradas por el artículo 1385 del
Código civil italiano, la doctrina se ha preocupado en encontrar su diferencia con
la cláusula penal.
XII!. A R R A S CO N FIRM ATO RIAS 613

Recordemos que según el artículo 1341 de nuestro Código civil, el pacto por
el que se acuerda que en caso de incumplimiento, uno de los contratantes queda
obligado al pago de una penalidad, tiene el efecto de limitar el resarcimiento a
esta prestación y a que se devuelva la contraprestación, si la hubiere; salvo que
se haya estipulado la indemnización del daño ulterior, caso en el cual el deudor
deberá pagar el íntegro de la penalidad, pero ésta se computa como parte de los
daños y perjuicios si fueran mayores. Esta es la cláusula penal.
S alvat7encuentra las siguientes analogías entre las arras penales y la cláusula
penal: 1 ° las dos constituyen una cláusula accesoria, con todas las consecuen­
cias que de este carácter derivan; 2.° las dos estipulan una indemnización fija
y determinada para el caso de incumplimiento de la obligación; y 3.° las dos
exigen, como condición de aplicación, que haya inejecución o retardo impu­
table al deudor. M osset Iturraspe3 considera que salvo la diferencia basada en
la ''consensualidad" de la cláusula penal y la "realidad" de las arras penales
(se ha visto que este rasgo no existe), coinciden plenamente. T rimarchi3, por su
parte, opina que la cláusula penal y la caparra tienen esta común y fundamental
misión: dar vida a una pena privada (perfil penal), en caso de falta de previsión
o de ausencia de daños resarcibles, y una determinación preventiva (facultativa,
para el acreedor principal) del monto de los daños correspondientes al incumpli­
miento de la obligación principal o bien (para la cláusula penal) a la violación de
un deber jurídico.
Pese a estas grandes semejanzas, la doctrina encuentra las siguientes diferen­
cias entre la cláusula penal y las arras penales:
a) La cláusula penal supone una promesa de entrega en caso de incumplimiento,
m ientras que las arras penales suponen para una de las partes una entrega
efectiva y previa que se pierde en caso de incumplimiento y la promesa de
una entrega del duplo para la otra parte (D íez-P ícazo).
b) Las arras penales no protegen por el retardo en el cumplimiento y la cláusula
penal sí (M essinbo).
c) El juez no puede reducir las arras penales, lo que sí puede hacer en el caso de
la cláusula penal (M essineo).
d) La cláusula penal permite el resarcimiento del daño ulterior, lo que no ocurre
en el caso de las arras penales (M iccio).

7. INCUMPLIMIENTO NO IMPUTABLE A LAS PARTES


El artículo 1478 del Código civil está pensado sobre la base de un incumpli­
miento imputable a uno de los contratantes.
¿Qué debe ocurrir si el incumplimiento se debe a causa no imputable?
Pienso que la solución adecuada es que se devuelvan las arras, sin sanción
alguna. Me parece que es la consecuencia de la aplicación analógica del artículo
1316 del Código civil, según el cual la obligación se extingue si la prestación no
se ejecuta por causa no imputable al deudor.
614 M A N U EL DE LA PUENTE Y LAVALLE

BIBLIOGRAFÍA ARTÍCUL01478

1. Puente y Lavalle, Manuel de la, Estudios sobre el contrato privado, Cultural Cuzco S A , Urna, 1983, T.
¡I, p. 308.
2. M osset Iturraspe , Jorge, Medios compulsivos en Derecho privado, Ediar Sociedad Anónima Editora,
Buenos Aires, 1978, p. 123.
3. T rimabchi, V. Mlcheie, voz “Caparra” en Enciclopedia del Diritío, Dotí. A. Giuffré, Editore, Várese, 1960,
p. 199.
4. M irabeuj, Giuseppe, Delle obbligazlonl - Dei contralto in generales, U X E .T. Torlno, 1980, p. 347.
5. F erreyra , Edgard A., Principales efectos de la contratación civil, Editorial Abaco de Rodolfo Depalma,
Buenos Aires, 1978, p. 246.
6. T rimarchi, V. Mlcheie, Op. c it, p, 199.
7. S alvat , Raymundo, Fuentes de las obligaciones, Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires, 1954, T.
I, p. 227.
8. M osset Iturraspe , Jorge, Op. cit., p. 123.
9. T rímarchi, V. Mlcheie, Op. cit., p. 192.
A rtícu lo 1479.- Si la parte que no ha incumplido la obligación prefiere demandar
la ejecución o la resolución del contrato, la indemnización de daños y perjuicios se
regula por las normas generales.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
2i' Contenido del artículo 1479.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTÍCULO


Desde el artículo 115 de la primera Ponencia sustitutoria, pasando por el
artículo 115 de la segunda, de la tercera, de la cuarta y de la quinta Ponencias
sustitutorias y del Anteproyecto, por el artículo 1499 del primer Proyecto y por el
artículo 1442 del segundo Proyecto, se ha mantenido el texto del actual artículo
1479 del Código civil

2. CONTENIDO DEL ARTÍCULO 1479


Tal como dice M essineo1 comentando el tercer párrafo del artículo 1385 del
Código civil italiano, que tiene un texto similar al artículo 1479 de nuestro Código,
es una hipótesis que, en realidad, está fuera de la disciplina de las arras confirma­
torias; concierne, en cambio, a la materia propia de la resolución de los contratos.
En efecto, así como en el caso del artículo 1478 del Código civil el contratante
fiel tiene el derecho de dejar sin efecto el contrato principal, conservando o exi­
giendo la entrega del doble de las arras, según corresponda, en el caso del artículo
1479 el contratante fiel tiene la opción concedida por el artículo 1428 de solicitar’
el cumplimiento o la resolución del contrato y, en uno u otro caso, la indemniza­
ción de daños y perjuicios. Esta indemnización se regulará por lo dispuesto en el
artículo 1321 del Código.
Las arras confirmatorias no juegan rol especial alguno, de tal manera que si
el contratante riel opta por cualquiera de los dos caminos que señala el artículo
1479, quien recibió las arras deberá devolverlas.
En otro trabajo elaborado en el año 19792 sugerí que el contratante fiel ejerci­
tara el derecho de retención sobre las arras que hubiera recibido. Pienso que esta
solución no tiene cabida dentro del Código civil de 1984, cuyo artículo 1123, si bien
permite que el acreedor retenga en su poder el bien de su deudor si su crédito no
está suficientemente garantizado, establece que este derecho procede en los casos
que establece la ley o cuando haya conexión entre el crédito y el bien que se retiene.
En el caso del artículo 1479 del Código civil, esta norma no permite el ejercicio del
616 M AN U EL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

derecho de retención sobre las arras recibidas ni existe conexión alguna entre el
crédito que surge del contrato principal y las arras que se hubiesen recibido para
acreditar su celebración.
A rias S chreiber3 sostiene, en m i opinión con razón, que el artículo 1479 pueda
ser desplazado para que la reparación se concentre exclusivamente en las arras.
Entiendo que este desplazamiento tiene que ser contemplado en el pacto arral o en
un convenio posterior entre los interesados y siempre que no produzca la violación
directa o indirecta de lo establecido por el artículo 1328 del Código civil, según el
cual es nula toda estipulación que excluya o limite la responsabilidad por dolo o
culpa inexcusable del deudor o de los terceros de quien éste se valga.

BIBLIOGRAFÍA A R T ÍC U L0 1479

1. M essíneo. Francesco, II contratto in genere, Dott. A. Giuffré, Edltore, Milano, 1973, T. I, p. 321.
2. P uente y Lavalle , Manuel de la, Estudios sobre el contrato privado, Cultural Cuzco S.A., Lima, 1983, T.
II, p. 218.
3. A rias S chreber P ezet , Max, Exégesís, Librería Studium S.A., Lima, 1986, T. I, p. 309.
Título XIV
ARRAS DE RETRACTACIÓN
S e ha visto en la introducción del Título XIII que precede que el codificador
de 1984 ha optado por considerar que las arras confirmatorias y las arras de
retractación son dos instituciones diferentes. Por ello, ha dedicado un Título es­
pecial a cada una de ellas.
El presente Título versa sobre las arras de retractación, denominación que,
no sin cierta resistencia, se ha entendido que es más apropiada que la de arras
penitenciales, empleada tradicionalmente por la doctrina.
Resulta innecesario hacer una reseña histórica de las arras de retractación
desde que ella está incluida en la reseña correspondiente a las arras confirmatorias,
ya que históricamente se han alternado ambas clases de arras.
Asimismo, en el rubro "'Concepto de arras" de la introducción al Título XIII se
desarrollan las nociones del pacto arral y del contrato principal, que son aplicables
a las arras confirmatorias (puras e impuras) y a las arras de retractación. Debe­
mos recordar que si bien las arras son las cosas que una de las partes del contrato
principal entrega a la otra —o ambas partes recíprocamente entre s í— con una
finalidad determinada, tal entrega carece de significado jurídico alguno si no es el
resultado de un acuerdo de voluntades —manifestado a través del pacto arral—
para conferirles el carácter de arras. En buena cuenta, pues, las arras consisten en
un pacto referido a la entrega de una cosa con motivo de la celebración del contrato
principal, para asignar a esa entrega una función determinada.
A rtículo 1480.- La entrega de las arras de retractación sólo es válida en los con­
tratos preparatorios y concede a las partes él derecho de retractarse de ellos.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
2. Naturaleza jurídica de las arras de retractación.
3. Efectos de las arras de retractación.
4. Ejercicio del derecho de retractación.
5. Contratos preparatorios,
ó. Manera de retractarse.
7. Duración del derecho de retractarse.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTÍCULO


El artículo 108 de la Ponencia original tenía la siguiente redacción:
Artículo 108- Las arras de retractación sólo tendrán validez en la promesa de contrato
y en él contrato de opción.
En el artículo 116 de la primera Ponencia sustitutoria se cambió la redacción,
quedando como sigue:
Artículo 116.- La entrega de arras de retractación concede a ambas partes él derecho de
retractarse del contrato y sólo tendrá validez en la promesa de contratar y en el contrato
de opción.
Esta redacción se conservó en el artículo 116 de la segunda, tercera, cuarta y
quinta Ponencias sustitutorias y del Anteproyecto y en el artículo 1500 del prim er,
Proyecto.
En el artículo 1443 del segundo Proyecto se adoptó la misma redacción que
tiene actualmente el artículo 1480 del Código civil.

2, NATURALEZA JURIDICA DE LAS ARRAS DE RETRACTACIÓN


D!'ez-P icazoz dice que las arras cum plen una función penitencial cuando la
cantidad de dinero o la cosa fungible que es entregada por una de las partes a
la otra permite a ambos contratantes desligarse posteriormente del contrato ya
perfeccionado, allanándose quien entregó las arras a perderlas o quien las recibió
a devolverlas duplicadas.
Sostienen G arrido y Z ago3, apoyándose en B ueres, que las arras no son un
contrato accesorio del contrato principal que se pretende asegurar, sino que
forman parte de éste, en el sentido de que "las arras son un elemento accidental
622 M ANUEL DE LA PU ENTE Y LAVALLE

de los contratos bilaterales, que constituye una simple variante o modalidad del
consentimiento prestado por los agentes".
No coincido con esta posición. Pienso que, como en el caso de las arras con­
firmatorias, si bien las arras están constituidas por las cosas que se entregan, las
arras de arrepentimiento sólo cobran el carácter de tales cuando un convenio entre
las partes, denominado "pacto arral", otorga a esta entrega la función que indica
D íez-P icazó. Recordemos que T rimarchi3 afirma que el contrato principal no atrae
a su propia esfera a las arras, poniéndolas en el plano de sus propios elementos
estructurales, sino que ellas consisten en un negocio jurídico bilateral (con dación
de una cosa).
No interesa, pues, determinar la naturaleza jurídica de la entrega material de
’ las arras, que son cosas, sino la del pacto arral, que es el que da verdadero sentido
jurídico a las arras de retractación. Por eso, tanto L avalle C obo4 como L ópez de
Z avalía5 al hablar de la naturaleza jurídica de las arras se refieren al convenio
sobre arras, que tipifican como real, unilateral, oneroso y accesorio.
Voy a analizar estas características que se atribuyen al pacto arral.

Es un pacto
Ya se ha visto rubro "Naturaleza jurídica de las arras confirmatorias" del
comentario al artículo 1477 del Código civil que el pacto arral es una estipulación
que se agrega a un contrato típico o atípico, llamado "contrato principal", para
poner de manifiesto que la entrega de las arras al momento de celebrarse este
contrato tiene determinada finalidad o cumple cierta función.
En el presente caso, esta función es, como dicen los artículos 1480 y 1481 del
Código civil, la de conceder a las partes (a ambas) el derecho de retractarse del
contrato principal mediante la pérdida de las arras en provecho del otro contra­
tante, si se retracta la parte que las entregó, o la devolución doblada, si se retracta
quien las recibió.
Por lo tanto, similarmente a lo que ocurre tratándose de las arras confirma­
torias, si bien son propiamente arras de retractación las cosas que se entregan al
celebrarse el contrato principal, tales cosas sólo adquieren efectivamente la calidad
de arras de retractación en virtud del pacto arral que les confiere ese carácter.

N aturaleza real
Según se ha visto, L avalle Cobo y López de Z avalía opinan que las arras
penitenciales son un contrato real porque se perfecciona con la efectiva entrega
de la cosa.
Me parece que existe en esta opinión un error de concepto. Sabemos que en
los contratos reales el consentimiento se manifiesta a través de la entrega del bien
en que recae el contrato. En el caso de las arras penitenciales la cosa en que éstas
consisten no se entregan a fin de manifestar así el consentimiento para la celebra­
ción del pacto arral, sino que se entregan en el momento de celebrarse el contrato
principal, lo cual puede ocurrir en oportunidades distintas.
XIV. ARRAS DE RETRACTACIÓ N 623

El pacto arral es un contrato consensual mediante eí cual se determina el


carácter que van a tener las arras que se entreguen al celebrarse el contrato prin­
cipal. En el caso de las arras de retractación, si bien la cosa se entrega al momento
de celebrarse el contrato principal, por lo cual podría pensarse que éste es un
contrato real, lo que realmente ocurre es que la entrega no está destinada a poner
de manifiesto el consentimiento para la celebración del contrato principal, sino a
permitir que mediante la pérdida de las arras o su devolución doblada, según el
caso, se ejercite el derecho de retractación de este contrato. Sin embargo, tal efecto
no lo produce la sola entrega de las arras, sino lo que al respecto se conviene en
el pacto arral, que es el que da sentido a la entrega.
Por estas consideraciones, entiendo que el pacto arral no es un contrato real
sino uno consensual. Tampoco la entrega de las arras al momento de celebrarse
el contrato principal otorga a este contrato la categoría de contrato real.

Carácter accesorio
Por las razones expuestas al estudiar la naturaleza jurídica de las arras confir­
matorias (;supra, Tomo III, p. 348} puede afirmarse que el pacto arral es accesorio
del contrato principal.

Unilateralidad del pacto arral


Quienes sostienen que el pacto arral tiene la categoría de contrato real, llegan
a la necesaria conclusión que dicho pacto es unilateral, pues el único obligado es el
que recibió las arras, ya que el que las entregó a ninguna prestación se encuentra
obligado, pues ya entregó.
En realidad, el pacto arral es una declaración que otorgan ambas partes para
establecer el sentido que debe otorgarse a la entrega de las arras al celebrarse el
contrato principal, por lo cual obliga a ambas, o sea que es un contrato con pres­
taciones bilaterales.

Onerosidad del pacto arral


Por ser el pacto arral un contrato con prestaciones bilaterales es necesariamente
un contrato oneroso, desde que cada parte queda obligada a algo.

3. EFECTOS DE LAS AREAS DE RETRACTACIÓN


Los principales efectos de las arras de retractación son los siguientes:

Precio de la retractación
El primer efecto, aunque no el más importante, es que las partes al ponerse
de acuerdo sobre la cosa cuya entrega va a constituir las arras de arrepentimiento,
están valorizando la adquisición del derecho de retractación.
En efecto, la entrega de las arras, cuando el pacto arral les da el carácter de
penitenciales o de retractación, concede a ambas partes el legítimo derecho de
624 M ANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE

retractarse, justificando así este derecho, que de no mediar ei pacto arral, carecería
de respaldo jurídico.
En estas condiciones, la elección de la cosa da lugar a que las partes asignen
al valor de esta cosa la cuantificación del precio por la adquisición del derecho a
retractarse, desde que ese valor es lo que a cada una de las partes le cuesta gozar
del derecho. Supóngase que se entrega como arras de retractación una joya cuyo
valor es 100. Si se retracta la parte que entregó las arras perderá éstas, o sea la joya,
cuyo valor es de 100; si se retracta la parte que recibió las arras, deberá devolver
la joya, que vale 100, y además 100 para doblar el valor de las arras. En ambos
casos, lo que le cuesta a cada parte el ejercitar el legítimo derecho de retractarse
equivale a 100.
Por lo tanto, la elección de la cosa que se entrega en arras determina la valo­
rización del derecho de retractación. Este es el primer efecto de las arras.

Derecho de retractación
La segunda parte del artículo 1480 indica que la entrega de las arras de retrac­
tación concede a las partes el derecho de retractarse del contrato.
¿Qué significa realmente retractarse?
Quizá para calar mejor los alcances de esta expresión, conviene echar una
mirada al régimen del Código civil italiano. El segundo párrafo del artículo 1385
de dicho Código dispone que si la parte que hubiese dado la seña (caparra), la otra
podrá rescindir (recederé) el contrato reteniendo la seña. El artículo 1386, por su
parte establece que si en el contrato se hubiese estipulado el derecho de rescisión
(recesso) a favor de una o ambas partes, la seña tendrá únicamente la fundón de
retribución de la rescisión (recesso).
La doctrina italiana6 observa que el segundo párrafo del artículo 1385 usa el
término rescisión (recederé) en sentido impropio por cuanto el recesso es un acto
unilateral que permite la salida de la relación contractual de la parte a la que se ha
atribuido el poder de ejercitarlo, y no es su causa en las vicisitudes de la relación o
en el comportamiento de la contraparte, como en cambio está previsto en el caso
de la caparra confirmatoria. No se puede, en otras palabras, hablar de recesso en
sentido propio cuando el contrato ya está resuelto por incumplimiento.
Por su parte, el artículo 1202 del Código civil argentino establece, como se
ha visto, que "si se hubiera dado una señal para asegurar el contrato o su cumpli­
miento, quien la dio puede arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo
perdiendo la señal".
Puede observarse que se otorga a las arras penitenciales no sólo el derecho
de arrepentirse del contrato, sino también el dejar de cumplirlo. No se trata, como
en el caso de las arras penales, de valorizar el perjuicio que causa el indebido in­
cumplimiento del contrato, sino de justificar el incumplimiento, parangonándolo
a la también justificada retractación.
Sin embargo, M osset Iturraspe7no entiende así el citado artículo 1202, ya que,
después de decir que no es lícito confundir arrepentimiento con incumplimiento,
agrega que "el primero es acorde con el ordenamiento jurídico, precisamente en
XIV. A RRA S DE RETRACTACIÓN 625

virtud de la señal; el segundo, en cambio, configura un obrar antijurídico. La volun­


tad de arrepentirse debe manifestarse en términos claros y precisos o inferirse de
la conducta exteriorizada. El mero dejar de cumplir una prestación, sin aclaración
alguna, no debe interpretarse como arrepentimiento, sino como incumplimiento".
En sentido parecido, A lterini®afirma galanamente: "No cabe confundir arrepenti­
miento, con toda su carga de potestatividad, con el incumplimiento, con todo su
coloreo de culpabilidad".
Pese a considerar que del texto del artículo 1202 del Código civil argentino se
desprende que la pérdida de las arras permite tanto el arrepentimiento como el
incumplimiento, en términos generales estoy de acuerdo con los autores citados
en el sentido que el arrepentimiento se justifica mediante la entrega de las arras
de retractación, lo que no ocurre con el incumplimiento, pues la institución de
las arras no está orientada a legitimar el incumplimiento, sino, a lo más, a limitar
convencionalmente el resarcimiento por los daños que éste cause.
Según A rias S chreíber9, ía retractación sólo es posible frente a un contrato
celebrado pero en espera de ejecución, pues de otro modo ya estaría materializado
el cumplimiento y esto elimina la facultad de retirarse del contrato.
Sabemos, pues, que la retractación de un contrato es distinta de su incumpli­
miento y que sólo procede en el lapso entre su celebración y su ejecución. Pero
siempre nos queda la incógnita, ¿qué es la retractación?
Los juristas italianos dan a la retractación el sentido de la rescisión unilateral
contemplada en el artículo 1372 de su Código civil, de acuerdo con el cual si a una
de las partes se le hubiese atribuido la facultad de rescindir el contrato, tal facultad
podrá ser ejercitada mientras el contrato no haya tenido principio de ejecución.
Pienso que esta solución es aceptable también en el Derecho peruano, por las
siguientes razones:
a) La última parte del artículo 1480 del Código civil dispone que la entrega de
las arras de retractación concede a las partes el derecho de retractarse.
Entiendo que cuando este artículo habla de "las partes" se está refiriendo no
a ambas partes, sino a cada parte, lo que queda corroborado por el artículo
1481 que menciona la retractación de la parte que entrega las arras y la de
quien las recibe.
La retractación es, pues, un acto unilateral.
b) La facultad de retractarse del contrato principal se perfecciona por la entrega
de las arras al momento de celebrarse éste.
Por lo tanto, la retractación deja sin efecto el contrato principal por una causal
existente al momento de celebrarlo, que es la característica de la rescisión
según el artículo 1370 del Código civil.
c) A diferencia de las arras penales (confirmatorias), para cuyo funcionamiento
debe acreditarse el incumplimiento de la obligación por causa imputable, lo
que obliga a obtener un pronunciamiento judicial para resolver el contrato,
tratándose de las arras de retractación basta que la parte que se retracta declare
su voluntad en ese sentido conjugada con la pérdida de las arras o su devo­
lución doblada, según el caso, para que produzca sus efectos la retractación,
sin necesidad de pronunciamiento judicial.
626 MANUEL DE LA PUENTE V LAVALLE

Se trata, en realidad, de un derecho de arrepentimiento expresamente conce­


dido a cada parte por la ley, sin más requisito que la pérdida o la devolución
doblada de las arras, de tal manera que, cumplido este requisito, la retractación
opera automáticamente.
Cabe, pues, opinar que la retractación es la rescisión unilateral del contrato
principal y que, en tal senüdo, sus efectos se retrotraen al momento de la celebra­
ción del contrato.

4. EJERCICIO DEL DERECHO DE RETRACTACIÓN


El artículo 1349 del Código civil de 1936 establecía lo siguiente:
Artículo 1349.- Pueden las partes estipular el derecho de retractarse. En este
caso, si se retractare la parte que dio las arras, las perderá en provecho del otro
contratante; si se retractase el que las recibió, las devolverá dobladas.
La primera parte del artículo 1480 del Código vigente dice, como se ha visto,
que la entrega de las arras de retractación concede a las partes el derecho de re­
tractarse de los contratos preparatorios.
Los comentaristas del Código civil de 1936 han opinado que el artículo 1349
de dicho Código exigía una declaración expresa del convenio de retractación.
Así, León B arandiarán10 dice que la estipulación de que habla el artículo 1349
viene a constituir una excepción a la regla del artículo 1348 del mismo Código
(que estima que las arras deben reputarse como confirmativas del contrato), tal
estipulación debe ser expresa. C astañeda11, por su parte, considera que la inter­
pretación correcta es que las partes no pueden arrepentirse por el solo hecho de
haberse pactado las arras; o, dicho de otro modo, que la estipulación de las arras
no franquea a las partes el derecho de arrepentirse del contrato, pues ese derecho
sólo es admisible si se ha estipulado, si consta expresamente. Finalmente, S otoma-
yor12 deja constancia que en el ordenamiento jurídico de 1936 para que las arras
sean consideradas penitenciales y éstas autoricen el desistimiento es necesario que
hayan sido pactadas expresamente.
AI haberse modificado el texto del artículo 1349 del Código civil de 1936, por
el que figura en el artículo 1480 del Código civil vigente, surge la duda respecto a
si subsiste la necesidad de la estipulación expresa de la retractación.
Pienso que si este artículo establece que la entrega de las arras de retractación
concede a las partes el derecho de retractarse, basta que incuestionablemente se
manifieste en el pacto arral que la cosa que se entrega al celebrarse el contrato
principal tiene el carácter de arras de retractación para que automáticamente se
adquiera el derecho de retractarse de dicho contrato, sin necesidad de estipular
expresamente este derecho.
En cambio, coincido con C astañeda en que si simplemente se pactan las arras,
sin precisar su carácter, la entrega de la cosa no concederá el derecho de retrac­
tación. Es más, creo que el simple pacto de las arras no producirá tampoco como
consecuencia que sean consideradas como confirmatorias ni producirán los efectos
de las arras penales. Téngase presente, al respecto, lo dicho en el rubro "Falta de
calificación de las arras" de la introducción del Título XIII (supra, Tomo III, p. 343).
X!V. ARRAS DE RETRACTACIÓN 627

5. CONTRATOS PREPARATORIOS
La primera parte del artículo 1480 establece que la entrega de las arras de
retractación sólo es válida en los contratos preparatorios, que en nuestro ordena­
miento civil actual son la promesa de contrato y el contrato de opción.
Se ha visto en el rubro "Reseña histórica" de la introducción del Título XÍTT
(supra, Tomo III, p. 329) que la mejor doctrina ha interpretado los revesados textos
del Código y de las Instituías de Justiniano, tan difíciles de coordinar entre sí, en el
sentido que era permitido el desistimiento unilateral en la promesa de venta futura
cum scriptura y en los contratos perfectos sine scriptura, con la pérdida de las arras
y la restitución del doble (arrha énitemcialis). P othier13justifica esta interpretación
de las Instituías en el hecho que el contrato en cuya virtud se dan arras de esta
especie son contratos que se hubiesen podido dejar de cumplir impunemente, si
no hubiesen mediado arras, y, por consiguiente, contratos no hechos todavía ni
perfeccionados, sino por hacer y sólo en proyecto.
Igualmente hemos visto que el Código civil francés admite las arras peni­
tenciales en la promesa de venta y que sólo se hicieron extensivas al contrato de
compraventa debido a la asimilación que efectúa dicho Código entre la promesa
de venta y la compraventa cuando existe consentimiento recíproco de las partes
sobre la cosa y el precio.
H ernández G ilm dice que en el Derecho español anterior al Código civil las
arras dadas antes de perfeccionarse el contrato eran penitenciales, debiendo en­
tenderse bajo la expresión "antes de perfeccionarse el contrato" caben también las
arras dadas en la conclusión del precontrato.
Esto pone de manifiesto que, a diferencia de las arras confirmatorias, cuya
principal función fue acreditar la celebración de un contrato, las arras penitenciales
fueron históricamente consideradas como permisivas de la no celebración de un
contrato proyectado por ellas, pero que no tenía aún efecto obligatorio.
Encuentro que esta posición tradicional tiene sentido. El sistema contractual
está organizado sobre la base de que la celebración de un contrato crea un vínculo
obligacional entre las partes, que debe ser respetado siempre que por causas con­
comitantes o subsiguientes a la celebración del contrato tal vínculo deba romperse.
Por ello es que el artículo 1361 del Código civil peruano establece que los contratos
son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos.
Tratándose de las arras confirmatorias, la entrega de éstas, al dar fe de la ce­
lebración del contrato principal, contribuye a proclamar su efecto obligatorio. Al
respecto dice A lterini15: " ¿Que significa la señal confirmatoria? Muestra el deseo
de contratar en firme, de satisfacer la prestación propia, de recibir la prevista en
canje (...). Todo ello resulta de la esencia de los contratos, formados para llevarlos
a cabo, y la señal confirmatoria es nada más que un signo mayor del deseo de dar
fuerza de 'ley7 al pacto concluido".
En cambio, la institución de las arras de retractación está orientada a que su
entrega conceda a cualquiera de las partes el derecho de cortar unilateral y legí­
timamente la relación contractual,
¿Es conveniente que el Derecho conceda a los contratantes este recurso? Pienso
que no. Si alguien, al momento de celebrar un contrato, no desea cumplirlo sino en
6 28 MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE

determinadas circunstancias, tiene a su disposición los recursos de supeditarlo a


ocurrencia de una condición suspensiva o a la llegada de un plazo de igual clase,
con lo cual lo privan temporalmente de eficacia. Puede, es más, celebrar un con­
trato simplemente preparatorio, que le permita reflexionar sobre la conveniencia
de celebrar en el futuro un contrato definitivo e inamovible. Siendo así las cosas,
resulta, si no atentatorio, al menos incongruente con un sistema semejante el con­
ceder a las partes que han contratado definitivamente la posibilidad de "comprar"
el derecho a arrepentirse.
Comprendo que con la introducción de las arras de retractación para toda clase
de contratos no se está atentando contra los principios del orden público ni de las
t buenas costumbres y que, por el contrario, se está respetando el principio de la
autonomía privada, pero no encuentro razón de peso alguna para propiciar medios
de debilitar la fuerza obligatoria del contrato, ya que como dice R isolia 16, "el medio
más fácil y eficaz para deshacer un contrato, es entregar una señal penitencial".
La Exposición de Motivos del artículo 1480 del Código civil elaborada por
la Comisión Reformadora17 expresa al respecto lo siguiente: "Lo primero que
debo manifestar es que este precepto en su primera parte no tiene antecedentes
legislativos, pero responde a la filosofía del Código, orientada al cumplimiento
de los contratos y al desaliento de los medios que faciliten el arrepentimiento de
los contratantes. Es por esto que la retractación sólo es posible en el caso de los
contratos preparatorios, esto es, la promesa de contratar y el contrato de opción,
pues en ellos todavía no se ha concretado la relación contractual final. En otras
palabras, el propósito de esta restricción no es otro que fortalecer la contratación".
Estoy de acuerdo con la posición tomada por el artículo 1480 del Código civil,
ya que precisamente el contrato preparatorio se celebra porque en la oportunidad
de hacerlo las partes no quieren o no pueden celebrar aún el respectivo contrato
definitivo, razón por la cual resulta coherente que se permita a las partes pactar
el arrepentimiento del contrato preparatorio mediante la entrega de las arras
de retractación. Obsérvese que no se trata de un simple derecho unilateral de
retractarse del contrato definitivo, sino de un derecho unilateral que emana de
un pacto que concede a cada parte ese derecho referido al contrato preparatorio,
privándolo de sus efectos.6

6. MANERA DE RETRACTARSE
Para que surta efecto la rescisión, la retractación unilateral debe ser declarada
recepticiamente, con la finalidad de que sea conocida por la contraparte. Considero
que por tratarse de una declaración contractual le es de aplicación lo dispuesto en
el artículo 1374 del Código civil sobre presunción de conocimiento.
M osset Itukííaspe18opina que la voluntad de arrepentirse no ha de menester de
palabras sacramentales, n i de formas solemnes, pudiendo extravertirse de manera
expresa o tácita, sobre la base de un com portam iento de hecho, agregando que
siendo de interpretación restringida, no cabe adm itir el arrepentimiento por im ­
plicancia o presuncialm ente. A lbisettí19, en cam bio, afirma que el arrepentimiento
XÍV, ARRAS DE RETRACTACIÓN 629

puede expresarse a través del incumplimiento,, por las razones expuestas en la


nota a pie de página®.
Me parece que esta última posición no es fundada por cuanto el incumpli­
miento es precisamente la no ejecución de las prestaciones de un contrato que se
encuentra plenamente vigente. En el caso de la retractación, el contrato no debe
ser ejecutado, por lo cual la abstención de quien se retracta es justificada; tratán­
dose del incumplimiento, pese a que el contrato debe ser ejecutado, por no haber
existido retractación, el contratante infiel se abstiene injustificadamente de cumplir
algo a lo que está obligado.
Para la retractación de quien ha entregado las arras basta, como se ha visto,
que formule una declaración recepticia expresa o tácita dirigida a la contraparte
manifestándole que se aparta de la relación jurídica obligacional creada por el
contrato principal, rescindiendo unílateralmente, así, este contrato..
Este es, en esencia, la retractación. Sin embargo, para que sea eficaz se requiere
el cumplimiento de la condictio juris impuesta por la ley, que son la pérdida o la
devolución doblada de las arras de retractación, según el caso, como se verá en el
comentario al artículo 1481 del Código civil.

7. DURACIÓN DEL DERECHO DE RETRACTARSE


Si en el pacto arral se establece un plazo para ejercitar el derecho de retrac­
tación, ambas partes podrán hacer uso de tal derecho dentro del indicado plazo.
Si no existiera plazo determinado ni determinable, el derecho de retractación
puede ejercitarse en cualquier momento desde la celebración del contrato principal
hasta que se produzca un principio de ejecución de la relación jurídica creada por
este contrato. En la mayoría de los casos es fácil determinar cuándo se manifiesta
este principio de ejecución; en otros, si es discutido, pese a que la retractación es

W Eí argumento de A lbísetti es el siguiente:


"Si arrepentirse a pesarle a uno haber hecho o dejado de hacer alguna cosa, no es acaso la más <
clara expresión de arrepentimiento el dejar de cumplir con lo prometido, que es hacer aquello a
que está obligado?
Considero que cuando una de las partes no cumple con las obligaciones emergentes de un contrato,
está expresando tácitamente, pero sin lugar a dudas, su arrepentimiento, haciendo lo que no
hubiera hecho o no haciendo lo que hubiere hecho si su voluntad era perseverar en el contrato y
no arrepentirse.
La ley, al facultar a las partes contratantes a arrepentirse en los contratos hechos con arras, no ha
establecido cómo ni cuándo debe manifestarse el arrepentimiento y, si ello es así, la manifestación
de voluntad puede hacerse de cualquier manera ~~expresa o tácitamente —y en cualquier tiempo
anterior al cumplimiento de las obligaciones emergentes del mismo.
Los sostenedores de la tesis de que haya que diferenciar entre aniquilamiento del contrato por
arrepentimiento y por incumplimiento afirman que no es posible confundir ambas situaciones que
engendran consecuencias distintas y que en el caso de resolución por incumplimiento juegan los
principios generales del incumplimiento de las obligaciones. Fero es del caso señalar que, cuando
existe una disposición de carácter particular que da una solución distinta para el caso especial,
una primaria regía de hermenéutica nos lleva a concluir que es esta norma particular la que debe
aplicarse, no la general".
630 M A N U EL DE LA PU EN TE Y LAVALLE

una rescisión unilateral que es automáticamente eficaz, sería necesario recurrir a


un pronunciamiento judicial.
Esta relación que se establece entre el ejercicio del derecho de retractación
y el principio de ejecución del contrato principal obedece a que sí el contrato ha
sido empezado a ejecutarse o lo ha sido totalmente las partes, o al menos una
de ellas, ha exteriorizado su deseo de obtener la finalidad para cuyo logro se ha
celebrado el contrato.
Asimismo, la doctrina reconoce que el plazo de duración del derecho de re­
tractación termina, aun antes que haya existido principio de ejecución, si la parte
que goza del derecho ha sido constituida en mora. Esto es lógico, por cuanto la
constitución en mora pone de manifiesto un incumplimiento del contrato.

BIBLIOGRAFÍA ARTÍCUL01480

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2. G arrido , Roque Fortunato y Z ago , Jorge Alberto, Contratos civiies y comerciales, Editorial Universidad,
Buenos Aires, 1988, T. I, p. 344.
3. T rimarchí, V. Michele, voz “Caparra” en Enciclopedia dei Diritto, Dott, A Guiffré, Editore, Várese, 1980,
p. 193.
- 4. Lavalle C obo, Jorge E. en Código civil y leyes complementarias dirigido por Augusto C, B elluscio , Editorial
Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1984, T. 5, p. 958.
5. L ópez de Z avalIa , Fernando, Teoría de ios contratos, Víctor V. de Zavatía, Buenos Aires, 1971, p. 383.
6. Miccio, Renato, I diritti di crédito — II contralto, Unione Tipografico-Editrice Torinese, Torlno, 1977, p.
522.
7. M osset Íturraspe, Jorge, Medios compulsivos en Derecho privado, Ediar Sociedad Anónima Editora,
Buenos Aires, 1978, p. 130.
8. A lterini, Jorge H., “Efectos de la resolución de los contratos por incumplimiento” en Temas de Derecho
civil de C aseaux , B rebbía y otros, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1980, p. 141.
9. A rias S chreiber P ezet, Max, Exégesis. Librería Studium, Lima, 1986, T. i, p. 310.
10. L eón B arandiarán, José, Comentarios al Código civil peruano, Librería e imprenta Gil S.A., Lima, 1944,
T. III, p. 120.
11 . C astañeda, Jorge Eugenio, El derecho de los contratos, Departamento de Publicaciones de ia U.N.M.S.M.,
Urna, 1966, T .!,p . 251.
12. S otomayor V itela , Juan Carlos, 'la s arras en et Código civil peruano”, Tesis para optar el grado de
Bachiller en Derecho en la Pontificia Universidad Católica dei Perú, Lima, 1979, p. 56.
13. P othier , Robert Joseph, Tratado de los contratos, Editorial Atalaya, Buenos Aires, 1948, T. i, p. 247.

14. H ernández G il , Félix, Las arras en ei Derecho de la contratación, Universidad de Salamanca, Salamanca,
1958, p. 96.
15. Alterini, Jorge H., Op, c it, p. 403.
XIV, ARRAS DE RETRACTACIÓN 631

16. Cita de Albisetts, Norberío S., “Las arras como predeterminación de! daño en el Código civil”, en Revista
Jurídica Argentina La Ley, La Ley Sociedad Anónima Editora e impresora, Buenos Aires, 1965, p, 1120.
17. Código civil — Exposición de Motivos y Comentarios, Compiladora: Deiia R evoredo de D ebakey , Okura
Editores S.A., Urna, 1985,1. Vi, p. 156.
18. M osset íturraspe , Jorge, Contratos, Ediar Sociedad Anónima Editora, Buenos Aires, 1981, p. 392.
19. Albisetti, NorbertoS.,Op. cit.,p. 112,
Artículo 1481.- Si se retracta laparte que entrega las arras, las pierde en provecho
del otro contratante,
Si se retracta quien recibe las arras, debe devolverlas dobladas al tiempo de ejer­
citar el derecho.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
2. Quiénes pueden retractarse.
3. Retractación de quien entrega las arras.
4. Retractación de quien recibe las arras.
5. Multa penitencial.
6. Las arras de retractación y la cláusula penal.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTICULO


El artículo 109 de la Ponencia original tenía la siguiente redacción:
Artículo 109.- Si se retractare la parte que dio las arras, las perderá en provecho del otro
contratante. Si se retractare quien las recibió, las devolverá dobladas.
En el artículo 117 de la primera Ponencia sustitutoria se modificó esta redac­
ción, quedando como sigue:
Artículo 117.- Si se retractare la parte que entregó las arras, las perderá en provecho del
otro contratante.
Si se retractase quien las recibió, sólo podrá ejercitar dicho derecho previa devolución de
las arras dobladas, pudiendo consignarlas en caso de negativa de recepción de la otra parte.
Esta redacción se conservó en el artículo 117 de la segunda, tercera, cuarta y
quinta Ponencias sustitutorias y del Anteproyecto y en el artículo 1501 del primer
Proyecto.
En el artículo 1444 del segundo Proyecto se adoptó el texto que tiene el artículo
1481 del Código civil.

2. QUIÉNES PUEDEN RETRACTARSE


Se ha visto que la entrega de las arras de retractación constituye figuradamente
el precio que se paga por gozar del derecho de retractación.
. También se ha visto que basta que una de las partes pague ese precio para
que ambas partes tengan derecho a retractarse.
634 MANUEL DE LA PUENTE V LAVALLE

No es necesario, pues, que una parte entregue arras para qué’ella pueda re­
tractarse, pues igual atribución tiene quien recibe las arras. Esto podría ser injusto
si la carga que representa el precio recayera únicamente sobre quien entrega las
arras, pero tal injusticia se evita mediante el sistema adoptado por el Código civil,
que se va a explicar en este comentario.

3. RETRACTACIÓN DE QUIEN ENTREGA LA ARRAS


El primer párrafo del artículo 1481 del Código civil establece que si se retracta
la parte que entrega las arras, las pierde en provecho del otro contratante.
En realidad, la expresión "las pierde" no es feliz porque desde el momento en
que se entregan las arras se transfiere la propiedad sobre las cosas que las cons­
tituyen, así es que, propiamente, desde ese momento el que entrega las arras las
ha perdido, han dejado de ser suyas. Lo que el Código ha querido decir es que si
quien ha entregado las arras ejercita el derecho de retractación pierde el hipotético
derecho a la devolución de las arras en caso que se celebrara el contrato definitivo,
tal como lo prevé el artículo 1483 del Código civil.
Por consiguiente, basta que la parte que recibió las arras ponga en conoci­
miento de la otra su decisión de ejercitar el derecho de retractación para que esta
parte quede liberada de toda obligación de entregar las arras recibidas por razón
del pacto arral, para los efectos del mismo.4

4. RETRACTACIÓN DE QUIEN RECIBE LAS ARRAS


El segundo párrafo del artículo 1481 del Código civil dispone que si se retracta
quien recibe las arras, debe devolverlas dobladas al tiempo de ejercitar el derecho.
En el rubro "Antecedentes de este artículo" del presente comentario puede
verse que desde el artículo 117 de la primera Ponencia sustitutoria hasta el artí­
culo 1501 del primer Proyecto se establecía que si se retractase quien recibió las
arras sólo podría ejercer el derecho de retractación previa devolución de las arras
dobladas, pudiendo consignarlas en caso de negativa de recepción de la otra
parte. Esta redacción ha tenido como propósito poner claramente de manifiesto
que no era suficiente que se ofreciera la devolución doblada de las arras, ya que
era necesario la previa o concomitante entrega física o jurídica para que produjera
efecto la retractación.
Entiendo que la modificación que se ha hecho a este respecto en el segundo
párrafo del artículo 1481 del Código civil no responde a que se haya cambiado de
criterio, sino a la búsqueda de una redacción más técnica y sencilla. En realidad,
se está expresando lo mismo, pero de mejor manera. Lo que se desea es que la
entrega real sea una condictio juris del ejercicio del derecho de retractación cuando
lo ejercita es quien ha recibido las arras.
La misma impropiedad observada en el primer párrafo de dicho artículo
respecto a la "devolución" adolece este segundo párrafo. Su correcta interpreta­
ción es que quien recibió las arras debe entregar a la otra dos cosas iguales a la
cosa que recibió al momento de celebrarse el contrato principal, si fuera una cosa
Xtv, ARRAS DE RETRACTACIÓN 635

fungible, o la cosa infungible que recibió, si es que la conserva en su poder, más


una cantidad de dinero que represente su valor.

5. MULTA PENITENCIAL
Existe un pacto, que aunque atribuido al Derecho germánico era conocido ya
en el Derecho romano1, según el cual una de las partes se reserva el derecho de
desistirse libremente del contrato ofreciendo el pago de una cantidad de dinero
convenida, sin que la otra parte tenga derecho a insistir en la ejecución o de pre­
tender cualquier otra cosa a título de reparación de daños.
En virtud de este pacto, quien se reserva la facultad de resolver el vínculo,
cumple su compromiso tanto si paga la cantidad ofrecida como si efectúa la obli­
gación contractual.
Su principal diferencia con las arras de retractación es que en éstas las arras
se entregan en el momento de celebrarse el contrato principal, mientras que en
la multa penitencial el pago de la cantidad simplemente se ofrece. Por otro lado,
como consecuencia de ello, no cabe el doble juego de la pérdida de las arras y de
la devolución doblada.

6. LAS ARRAS DE RETRACTACIÓN Y LA CLÁUSULA PENAL


Según H ernández2, las arras penitenciales presentan muchas analogías con
la cláusula penal, tan es así que algunas legislaciones (italiana, suiza, alemana)
las estudian en el mismo lugar. Cita al respecto las opiniones de S ánchez R omán,
S caevola, M anresa, P olacco y C upís que consideran que las arras penitenciales
intervienen en el contrato como cláusula penal.
K emelmajer de C arlucci3, con gran minuciosidad, enumera las siguientes dife­
rencias que alejan las arras penitenciales y la multa penitencial de la cláusula penal:
a) Por la conducta prevista. Cuando las partes hacen uso de las arras no quiebran
ninguna obligación, sino ejercitan una facultad reconocida por el contrato y
la ley.
b) Por los sujetos que pueden invocarla. La cláusula penal sólo juega en favor del
acreedor, mientras que las arras favorecen a ambas partes.
c) Por el objeto. El objeto de las arras es generalmente —aunque no siempre —
una parte proporcional del precio, mientras que la cláusula penal es, muchas
veces, de un valor superior al de la prestación.
d) Por la oportunidad en que operan. Las arras aparecen en el momento de formación
del contrato, mientras que la cláusula penal adquiere virtualidad en el de su
ejecución.
e) Por las funciones que cumplen. Las arras tienden a debilitar el vínculo otor­
gando la posibilidad de arrepentimiento, mientras que la cláusula penal opera
reforzándolo.
f) Por los derechos y obligaciones conferidos. En las arras el derecho a exigir
la prestación principal está limitado por la facultad que tiene la otra parte
de arrepentirse, mientras que en la cláusula penal el derecho del acreedor
636 M AN U EL DE LA PUENTE V LAVALLE

no puede ser enervado por el deudor, porque él no tiene derecho a liberarse


pagando la pena.

BIBLIOGRAFÍA A R T ÍC U L01481

1. Giorqí, Jorge, Teoría de las obligaciones, Imprenta de la Revista de Legislación, Madrid, 1910, Vol. IV,
p. 489; Hernández Gil, Félix, Las arras en el Derecho de la contratación, Universidad de Salamanca,
Salamanca,. 1958, p. 55.
2. H ernández G íl, Félix, Op. c it, p, 69.
3. Kemelmajer de Carlucci, Aída, La cláusula penal, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1981, p. 358.
A rtícu lo 1482.- La parte que recibe las arras puede renunciar al derecho de
retractación.

Sumario:
1. A n teced en tes d e este artículo.
2. Renuncia a la retractación.

X. ANTECEDENTES DE ESTE ARTICULO


El primer antecedente del artículo 1482 del Código civil es el artículo 1502 del
primer Proyecto, que decía así:
Artículo 2502,- La parte que recibió las arras puede renunciar di derecho de retractación.
Con la única modiñcación de la palabra "recibió" por "recibe", este texto pasó
al artículo 1445 del segundo Proyecto y al artículo 1482 del Código civil.

2. RENUNCIA A LA RETRACTACIÓN
Se ha visto que la entrega de arras de retractación concede a cada una de las
dos partes el derecho de retractarse del contrato. Sin embargo, no existe incon­
veniente conceptual para que quien recibe las arras de retractación, o sea quien
adquiere la propiedad de la cosa que constituyen estas arras, renuncie al derecho
que le confiere el artículo 1480 del Código civil
L avalle C obo1cita una jurisprudencia argentina según la cual "e n su estipula­
ción (de las arras) funciona el principio de la libertad de las convenciones y como
no se oponen motivos que afecten el orden público, nada impide que la señal se
haya establecido a favor de la parte vendedora".
Ahora bien ¿por qué el Código nacional ha concedido la posibilidad de renun­
cia sólo a la parte que recibe las arras? Pienso que igualmente estaría justificado
que quien entrega las arras pueda renunciar a la retractación, desde que existen
las mismas razones, aunque convengo en que carece de motivación que quien
entrega las arras renuncie al beneficio de esa entrega, ya que estaría entregando
algo a cambio de nada.

BIBLIOGRAFÍA ARTÍCUL0 1482

1. Lavalle Coso, Jorge E , en Código civil y leyes complementarias dirigido por Augusto C. B elluscso,
Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 1984,1. V, p. 961.
A rtícu lo 1483.- Si se celebra él contrato definitivo, quien recibe las arras las devol­
verá de inmediato o las imputará sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.

Sumario:
1. Antecedentes de este artículo.
2. Destino de las arras en caso de incumplimiento.

1. ANTECEDENTES DE ESTE ARTÍCULO


El primer antecedente del artículo 1483 del Código civil es el artículo 1503 del
primer Proyecto, que decía así:
Artículo 1503- De celebrarse el contrato definitivo, quien recibió las arras las devolverá
en ese instante o las imputará sobre su crédito, según la naturaleza de la prestación.
Con el cambio de las expresiones "D e celebrarse" por "Si se celebra" y "en
ese instante" por "de inmediato" se redactó el artículo 1446 del segundo Proyecto,
que pasó inmutado al artículo 1483 del Código civil.

2. DESTINO DE LAS ARRAS EN CASO DE CUMPLIMIENTO


Al comentar el artículo 1477 del Código civil hemos estudiado en el rubro
"Efectos de las arras confirmatorias" de dicho comentario cuál es el destino de las
arras confirmatorias en caso de cumplimiento del contrato principal.
En realidad, el artículo 1483 se limita a repetir el mismo sistema, pero apli­
cado a las arras de retractación, disponiendo igualmente que, en tal caso, quien
recibe las arras las devolverá de inmediato o las imputará sobre su crédito, según
la naturaleza de la operación.
Todo lo dicho, pues, en el caso del artículo 1477 es de aplicación para el artí­
culo 1483, inclusive lo relativo al incumplimiento por causa no imputable a quien
recibe las arras.
CUARTA PARTE
LESIÓN. ELEMENTOS Y NATURALEZA JURÍDICA

Luis Moisset de Espanés

Las normas sobre lesión contenidas en el Código


No existe unanimidad en la doctrina respecto del tema Civil peruano de 1984 nos obligan a reflexionar
de la naturaleza jurídica de la lesión. En efecto, mien- nuevamente sobre los elementos que integran la
tras algunos autores sostienen que la lesión configura figura de la lesión subjetiva, que en Argentina fue
un cuarto vicio del consentimiento, distinto del error, incorporada al Código Civil por la Ley 17.711, en el
el dolo y la violencia; otros se animan a afirmar que se nuevo artículo 954.
trata más bien de un ilícito civil, que en tanto tal
atellta contra la buena fe que debe predominar en un
Nos detenemos en especial en el problema de los
negocio jurídico. Discrepancia similar rodea al pro-
blema de los elementos de la lesión; pues junto a la elementos de la lesión porque en Argentina algunos
1
teoría tradicional, que afirma que la lesión requiere autores , Ytambién fallos jurisprudenciales, hablan
únicamente de la "explotación de la necesidad ajena" solamente de la existencia de dos requisitos: «explo-
y la "evidente desproporción de las prestaciones", se tación de la necesidad», y «evidente despropor-
2
encuentran posiciones más recientes, que añaden a los ción» ; expresando que el primero de ellos configu-
dos elementos antes citados un tercer requisito: "la raría un «vicio de la voluntad en la formación del
situación de inferioridad de la víctima ". acto impugnado». Por esa razón en más de uno de
nuestros trabajos, y también en conferencias, hemos
Dentro de diclto contexto, el doctor Moisset de Espanés, tratado el tema con algún detenimiento 3.
uno de los más destacados representantes de la doctri-
na civilista argentina, nos ofrece en este artículo su En el Perú parece seguir el mismo camino Max Arias-
particular y bien fundamentada posición acerca de los Schreiber, en el tomo 1 de su obra «Exégesis», cuando
elementos y naturaleza jurídica de la lesión. expresa que son elementos constitutivos de la lesión:

I Podemos citar, entre otros, a RAFFO BENEGAS, Patricio y SASSOT, Rafael A. «La lesión». En: Jurisprudencia Argentina, Doctrina,

(1970) p. 56 (en especial ap. U, p. 61); RODRíGUEZ, Julio Horado. «La lesión gravísima». En: Jurisprudencia Argentina, Doctrina, (1969)
p.95 (en especial ap. II, p. 96); tomando un camino similar ASTUENA, NormanJ. «La lesión como causa de nulidad o reajuste de los actos
jurídicos bilaterales'). En: El Derecho, T. 45, p. 961 Y ss; Y BORDA, Guillermo A. en su «Tratado».

2 «Cattaneo de Montañana, lrma el Occi S.A.», Cam. 4' Civil y Como Córdoba, 23 diciembre 1971. En: Jurisprudencia Argentina, Serie
moderna, 15-701; «Buffa, Santiago el Eduardo Ashilian, nulidad», Cam. 2' Civil y Com. Córdoba. En: Semanario Jurídico de Comercio
y Justicia, N" 1, 11 de julio de 1977, p. 5; Y más recientemente la Cam. Civil y Como Rosario, sala la, 28 febrero 1989, «Rico S. el D. N.
Rodríguez de Coscelli", Zeus, T. 51, R -7 (caso 11.730): «1.- Son requisitos necesarios para que exista el vicio de lesión.: a} aprovechamiento
basado en la necesidad, ligereza o inexperiencia; b} ventaja evidentemeñte desproporcionada; y e) que la desproporción subsista al
momento de la demanda. --
lI.- .. _el artículo 954!~ge dos requisitos o elementos, uno objetivo, ... y otro subjetivo» sin distinguir entre los dos requisitos subjetivos.

3 Así en la Universidad Católica de Salta y con el auspicio del Colegio de Abdgacros de dlcha.provincia, en octubre de 1977 dictamos un
curso de tres conferencias sobre el problema de la lesión, y dedicamos la primera de ellas a los; ",Elementos de la lesión» (20 de octubre).
Entre nuestras publicaciones sobre el tema podemos mencionar: _~c
-«Los elementos de la lesión subjetiva y la presunción de aprovechamiento», Jurisprudencia Argentina, Doctrina. (1974) p. 719.
-"Lesión. Elementos y naturaleza jurídica». En: Comercio y Justicia, Semanario No. 3, 27/7/77. _
-«La lesión subjetiva y sus elementos». En: Boletín de la Facultad de Derecho de Córdoba, años XLVI-XLVII, (1982-1983) p. 219.
-«La lesión subjetiva y sus elementos». En: La Ley, (1984-B) p. 308.

THEMIS38
173
«1) Una desproporción coetánea al contrato, mayor Se dijo en aquella oportunidad que la víctima del
de las dos quintas partes (40 %); acto lesivo debía siempre suministrar la prueba de
2) Que esa desproporción resulte del aprovecha- su situación de inferioridad (necesidad, ligereza o
miento por uno de los contratantes de la necesi- inexperiencia), y en San Rafael, con mayor preci-
dad apremiante del otro»4. sión, se puntualizó en la primera parte de la Reco-
mendación, que se debe:
Manuel de la Puente y Lavalle da cuenta del debate
que se ha planteado en la Argentina sobre el número «1.- Recordar que la figura de la lesión se integra con
de elementos que integran la figura, y de su reper- tres elementos:
cusión sobre la «presunción de aprovechamiento», a) desproporción;
y pareciera inclinarse -sin decirlo de forma expresa- b) situación de inferioridad de la víctima;
a aceptar que los elementos de la figura son tres, uno c) explotación por parte del beneficiario oo.»
de carácter objetivo y dos subjetivos, pero estiman-
do que la presunción consagrada por el artículo Estas precisiones no son meramente escolásticas,
1448 del Código de Perú, comprende a ambos ele- sino que tienen consecuencias prácticas inmediatas,
mentos subjetivos: el estado de inferioridad de la a las que se aludía en la misma Recomendación,
5
víctima, y el aprovechamiento por ellesionante • cuando se agregaba:
Elvira Martínez Coco, por su parte, se inclina a « oo. La presunción de explotación constituye una
sostener con bastante énfasis la postura que consi- mera inversión de la prueba y se limita a ese elemen-
deramos correcta: los elementos de la lesión son to subjetivo, quedando siempre a cargo de la pre-
6
tres, uno objetivo y dos subjetivos , aunque nos cita sunta víctima la prueba de su estado de inferioridad
equivocadamente entre los sostenedores de la tesis
7 (necesidad, ligereza, inexperiencia»>.
de que hay solamente dos elementos .

ELEMENTOS Resulta indispensable destacar la presencia de dos


elementos subjetivos, además del elemento objetivo;
En realidad, hemos sostenido desde el año 1964, en uno de ellos se vincula con la situación de la víctima;
8
nuestra tesis doctora1 , que en las modernas fórmu- el otro, con el presunto victimario. Si se los confunde
las subjetivo-objetivas, los elementos de la lesión no a ambos en uno solo, y se los aglutina, se corre el
son dos, sino tres. Uno de carácter objetivo: la des- riesgo de incurrir en el error en que han caído algu-
proporción, y dos de carácter subjetivo: a) la situa- nos de los primeros comentaristas de la norma -y lo
ción de inferioridad de la víctima; y b) el aprovecha- que es más grave, algunos tribunales- de mal inter-
mIento por parte dellesionante. pretar luego la presunción de aprovechamiento, y
eximir a la víctima de probar su situación de inferiori-
Sobre el particular es muy ilustrativa la Recomen- dad; lo que desnaturalizaría totalmente la figura
dación aprobada en las Cuartas Jornadas consagrada por el artículo 954, y llevaría a confun-
Sanrafaelinas de Derecho Civil (San Rafael, 1976), dirla con la <<lesión objetiva» de los romanos. Lo
9
en las que el punto fue analizado con detenimiento, mismo sucedería en el Derecho Civil peruan0 •
considerando necesario reiterar un pronunciamien-
to que en sentido similar se había efectuado en las El legislador ha querido aliviar a la víctima de la
Quintas Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Ro- difícil prueba del «ánimo de aprovechamiento», y
sario, 1971), al tratar la presunción de aprovecha- permitir que el juez induzca esa «intencióI}» de la
miento incluida en el mismo artículo 1954. «desproporción notable», hecho que tiene fácil veri-

• ARIAS SCHREIBER-PEZET, Max. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Lima, 1995. T. J, p. 268.

, DE LA PUENTE Y LA VALLE, Manuel. El contrato en general. Biblioteca Para leer el Código Civil Vol. XV. Lima: Fondo Editorial de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993. p. 305 Y siguientes.

" Ver de la mencionada autora «Ensayos de Derecho Civil 1», Lima: San Marcos, 1997. p. 245. «Hemos venido sosteniendo desde hace
algún tiempo, siguiendo una importante corriente doctrinaria y jurisprudencia! extranjera, la necesidad de la concurrencia de tres
elementos distintos y totalmente diferenciados para configurar la lesión. Se trata de un elemento objetivo (oo.) y de dos elementos
subjetivos (oo.) Estos elementos subjetivos correspo,nden a cada una de las partes contratantes: el primero está dado por el estado de
necesidad o de inferioridad del lesionado, y el segundo, por el aprovechamiento que realiza ellesionante».

Ver parte final de la nota 92, p. 245, del libro mencionado.

4
.
«La lesión en los actos jurídicos». Córdoba: Imp. Univ. Nacional, 1965. No. 146, p. 194, Y No. 268 a 276, p. 173 a 180.
En este punto Elvira Martinez Coco coincide con nuestras apreciaciones, y acepta que la presunción se refiere sólo al aprovechamiento,
y no a la situación de inferioridad de la víctima (ver trabajo citado, p. 256).

THEMIS38
174
ficación; pero, estamos persuadidos que ¡quien ale- Dice ahora Cifuentes:
ga la existencia de un acto lesivo, deberá probar
que se encontraba en situación de inferioridad!IO . «A menos que pudieran presumirse ambos elemen-
tos subjetivos de la lesión por aplicación del párrafo 3
Dijimos que la jurisprudencia, en Argentina, en una del artículo 954 del Código Civil, los dos condicio-
primera etapa se inclinó a sostener la existencia de namientos de los sujetos -la inferioridad de uno y la
dos elementos, pero esa postura comienza a ser supe- explotación de tal inferioridad por el otro- deben ser
11
rada en la Cámara Civil de la Capital en el año 1981 • probados por quien pretende la nulidad del acto.

En el caso considero que no existió desproporción,


El voto principal lo hace Santos Cifuentes; acepta
y esto basta para rechazar la acción por lesión».
que hay dos elementos subjetivos y que la prueba de
la inexistencia de uno solo de ellos haría que no Más o menos en la misma fecha la sala F de la
funcione el remedio de la lesión. Pero estima que Cámara Civil de Apelaciones de la Capital Federal,
probado el elemento «objetivo» (desproporción), se había recibido en un fallo la teoría que distingue un
presum«¡n tanto la «explotación», cuanto la situa- doble requisito subjetivo para la configuración del
ción de «inferioridad». vicio de lesión, modificando en este sentido su
anterior criterio en la materia, pero no se pronuncia
En el segundo voto Alterini a.H.), dice que no entra sobre la necesidad de acreditar la situación de infe-
en la discusión de ese aspecto, por cuanto en el caso rioridad de la víctima 14 •
la situación de inferioridad no era meramente pre-
sumida, sino que se encontraba probada. La acción de lesión se rechaza porque no se probó
que el precio pagado por el inmueble fuese vil.
En la litis se probó la inferioridad psíquica de la
víctima, lo que encuadraba al supuesto en la <<lige- Poco tiempo después otra de las salas de la Cámara
reza». capitalina sostiene que la lesión subjetiva del artículo
954 del Código Civil no se conforma sólo con el
Un año después la misma Sala resuelve otro caso elemento objetivo -desproporción de las prestacio-
semejante 12 • La revista que lo publica, como comenta- nes- sino que, además, requiere la existencia de dos
rio editorial expresa 13 que <<la Sala C acepta en el pre- elementos subjetivos: el del beneficiario (la explota-
sente pronunciamiento la existencia de un doble ele- ción) y el de la víctima (la situación de inferioridad
mento subjetivo en la lesión, con lo que actualmente derivada de la necesidad, ligereza o inexperiencia) 15 .
tal criterio resulta mayoritario en el fuero, atento a que
Idéntica postura adoptan los tribunales del interior
ya había sido sustentado por las salas B, D YF. (Para
del país, a título de ejemglo citaremos un fallo de la
consultar antecedentes doctrinarios y jurispru-
provincia de Entre Ríos .
denciales sobre el tema, ver ED. 94-970 Y99-484»>.
Señala el tribunal que para que se configure el vicio
De acuerdo a este comentario, en ese fallo se produ- de lesión es necesaria la presencia de tres elementos,
ce un cambio de jurisprudencia en la sala, pero no es uno objetivo (la desproporción) y dos subjetivos
así; hemos visto más arriba que en fallos anteriores (aprovechamiento y situación de inferioridad).
había manifestado que existen dos elementos subje- Advierte la división que hay en la doctrina nacional
tivos, pero pronunciándose Cifuentes en el sentido en cuanto al alcance de la presunción que la ley
de que la presunción que surge de la notable despro- establece cuando existe notable inequivalencia en-
porción los alcanza a ambos, y sosteniendo Alterini tre las prestaciones, pero considera innecesario pro-
que en el caso no era necesario pronunciarse sobre nunciarse sobre ese punto, pues estima que en el
el punto. caso no se ha probado la desproporción.

'" En contra Manuel de la Puente y Lavalle, obra y lugar citados.

Cam. Civil Capital, sala C, 8 de octubre 1981, «Vieites, José E. el


11 L1a~ró, Adrián Gerardo y otro», J.A. 1982-IV·519 (con nota de Jorge
Mosset Iturraspe).

12 Cam. Civil Capitaí,;~la C, 21 diciembre 1982, «Garbuglio, Luis M. el Barr~ira., -Na~ue~;W.», E.D. (caso 36.894).

13 El comentario lo firma Marta del R. Mattera.

14 Cam. Civil Capital, sala F, 12 noviembre 1981, «Lombardi, María I. el Beeeo, Pedro A.>', E~D.'99484 (caso 35.813).

" Cam. Civil Capital, sala D, 23 abril 1982, «Muñoz, Santos O. el Gutiérrez, Antonio J.», E.D. 106-373 (~aso 36.026).

" Cam. Civil y Comercial Paraná, sala 1', 30 agosto 1984, <<Villagra, M. el Martínez de Baldí», Zeus, T. 37, J- 26 (5681).

THEMIS38
175
Esta posición se mantiene en fallos muy recientes 17, ma. Por eso algunos autores han sostenido que la
en los que se afirma que: lesión sería un cuarto vicio del consentimiento,
distinto de los ya mencionados, pero no han
«El artículo 954 exige para que se configure el vicio podido precisar en qué consiste este nuevo vicio
de lesión la presencia de tres elementos: despropor- del consentimiento, ni sobre cuál de los elemen-
ción de las prestaciones, inferioridad de la víctima y tos de la voluntad recae.
aprovechamiento del lesionante. A su vez, la
desproporción debe ser evidente, existente a la épo- A lo sumo nos dicen que el vicio resultaría de la
ca del negocio y subsistir a la fecha de la demanda»: situación de inferioridad en que se encuentra la
En ese caso el juez consideró que no se había proba- víctima del acto lesivo, y se traduciría en la des-
do el estado de necesidad, ligereza o inexperiencia, proporción de las prestaciones 20 • Se incurre así en el
por lo que rechazó la acción, y la Cámara confirmó error de asimilar el elemento objetivo (daño), con el
el fallo de primera instancia. elemento subjetivo relativo a la situación de la víc-
tima del acto lesivo. Se confunde también la debili-
NATURALEZA JURÍDICA dad e inferioridad en que se encuentra una persona,
con su voluntad.
Para concluir haremos una breve disquisición sobre
la naturaleza jurídica del vicio, porque algunos Bastaría avanzar un paso más por este camino para
autores, siguiendo la postura dominante en la doc- concluir que todos los actos realizados por personas
trina francesa, colocan a la lesión entre los vicios de que se encuentran en un estado de inferioridad
la voluntad. están viciados.

Recordemos que todo acto, para ser voluntario, La víctima del acto lesivo obra voluntariamente;
debe ser obrado con discernimiento, intención y tiene discernimiento, conoce el acto que va a realizar
libertad. Si alguno de estos elementos falta o está y quiere sus resultados; se determina libremente,
viciado, no hay acto voluntario. El discernimiento sin que medie intimidación. El Derecho viene en su
es la aptitud o capacidad general de conocer y socorro no porque su consentimiento esté viciado,
respecto a este elemento de la voluntad no puede sino porque se la ha explotado inicuamente.
hablarse de vicios; existe o no existe. O, en otras
palabras, el sujeto posee discernimiento, o le falta En realidad la lesión configura un verdadero ilícito
21
ese discernimiento. civil , y dentro de los actos ilícitos se caracteriza por
el hecho de que se ha atentado contra la buena fe que
La teoría de los vicios de la voluntad, elaborada ya debe reinar en todo acto jurídico.
por el Derecho pretoriano, se refiere a las causas o
hechos que puedan afectar los otros dos elementos El acto ha sido concluido libremente, no ha mediado
de la voluntad en su proceso interno: la intención y ningún vicio del consentimiento y si nos atuviése-
la libertad. mos al principio de la autonomía de la voluntad, no
podría ser atacado, porque es perfectamente válido;
Los vicios de la voluntad son el error, el dolo y la pero, como dice Thilo: «La fidelidad al contrato
violencia; los dos primeros recaen sobre la inten- encuentra su límite en el principio superior de la
ción; la violencia priva de libertad. Reiteramos que buena fe», y por eso el orden jurídico considera
un sector de la doctrina ha procurado encuadrar los ineficaz al acto lesivo. Por eso advertimos también
actos lesivos en alguno de esos vicios, pero la asimi- que las fórmulas modernas que procuran reprimir
lación resulta inadecuada. En nuestra tesis docto- la lesión no se preocupan tanto por invalidar el acto,
1R
ral analizamos con detenimiento las diferencias cuanto por salvaguardar la buena fe que ha sido
l9
que hay entre los vicios de la voluntad . En reali- vulnerada y por eso permiten la modificación o
dad, si fuera asimilable a cualquiera de ellos la revisión del acto, para restablecer el equilibrio entre
lesión resultaría innecesaria como figura autóno- las partes.

17 Cam. Civil y Comercial Paraná, sala 2', 8 marzo ~996, «Flores, José E. el Banco de Entre Ríos Sucursal La Paz», Zeus, T. 72, J- 278 (10.988).

1< "La lesión en los actos jurídicos». Córdoba: Imp. Univ. Nacionat 1965.

1') Obra citada en nota anterior, No. 323 a 333, p. 217 Y ss.

2" LOUIS-LUCAS, Pau!. Lesión el Contrato pt¡rís: Sirey, 1926. p. 23.

21 Ver nuestro libro citado, No. 360, p. 239.

THEMIS 38
176
CONCLUSIÓN pueda funcionar el remedio previsto por el artículo
954, y en este sentido la sentencia comentada se
La figura de la lesión sólo se integra si se encuentran ajusta a Derecho, cuando señala que la inexistencia
presentes los tres elementos que hemos señalado. de desproporción (elemento objetivo), elimina toda
La ausencia de cualquiera de ellos hace que no posibilidad de lesión.

THEMIS38
177
"LA PARABOLA DEL MAL SAMARITANO".
APUNTES SOBRE LA LESIÓN EN EL
DERECHO DE CONTRATOS

Alfredo Bullard González

La figura de la lesión intenta corregir la desproporción existente


entre las prestaciones pactadas aprovechándose de la situación de
necesidad apremiante de una de las partes. No obstante, el legislador
no se ha percatado que la aplicación de esta figura realmente
desincentiva operaciones de rescate que pudieran ser motivadas por
la oportunidad de obtener un lucro mayor al que se obtendría en una
operación de mercado común y corriente, lo que implica que
quienes estén en estado de necesidad encontrarán menor cantidad
de opciones posibles para salir de dicho estado.

1. INTRODUCCIÓN

Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos


ladrones los cuales le despojaron de sus pertenencias, lo hirieron y
se fueron dejándolo medio muerto. Un sacerdote que bajaba por
aquel camino lo vio y pasó de largo. Lo mismo hizo un levita que al
verlo también siguió su camino. Un samaritano, que venía por el
mismo camino, se detuvo y se acercó a preguntarle qué había
pasado. El herido contó lo ocurrido y el samaritano se ofreció a
ayudarlo a cambio de que le pagara 100 denarios. El herido,
temeroso de que nadie más pasara por el camino o que quienes
pasaran se negaran a ayudarlo, aceptó. El samaritano lo subió a su
asno y lo condujo hasta un mesón donde curó sus heridas, lo vistió
y cuidó de él.

Al día siguiente, una vez que el herido se había recuperado y había


entrado en contacto con sus sirvientes, quienes le trajeron dinero y
vestido, el samaritano le reclamó su recompensa. La víctima de los
ladrones se negó a pagarle. Si bien reconocía que había hecho una
promesa, dijo que la misma había sido obtenida aprovechándose de
su estado de necesidad apremiante y que por tanto, si se le deman-

* Master en Derecho, Yale Law School. Profesor de Derecho Civil y Análisis Económico del Derecho en la Pontificia Universidad Católica
del Perú y en la Universiddd Peruana de Ciencias Aplicadas. Ex miembro del Comité Directivo de Themis- Revista de Derecho.

THEMIS43
223
Alfredo Bullard González

daba ante los tribunales el pago del monto acordado rescate del prójimo que serían deseables. Los actos de
por el rescate, iba a alegar lesión, pues de acuerdo al solidaridad son escasos con relación a los actos que se
artículo 1447 del Código Civil él podía rescindir el motivan por el interés económico. De alguna manera
acuerdo. parecería que el principio de solidaridad no está en
capacidad de crear los incentivos para que la oferta de
Efectivamente, el samaritano demanda reclamando el acciones de rescate cubra la demanda existente por
rescate. El juez, sin embargo, acoge la defensa del dichos actos de rescate.¡
rescatado y niega el pago de la compensación acordada.
Traslademos la parábola del mal samaritano a algunos
Al poco tiempo, el mismo samaritano pasa por el casos más actuales ..
mismo camino y encuentra nuevamente a la misma
persona que una vez más había sido asaltada por El barco ballenero Richmond encalló en una costa
ladrones y dejado medio muerto en el camino. Se desértica del Océano Ártico. Como consecuencia del
acerca al herido quien le pide que le ayude y le ofrece incidente, el barco comenzó a hundirse con toda su
pagarle los cien denarios del rescate anterior más cien carga de aceite de ballena. En los días subsiguientes,
denarios adicionales. El samaritano le contesta que no tres barcos se acercaron al Richmond. Los capitanes
pensaba perder su tiempo. Él sabía que una vez el de los tres barcos se comportaron como buenos
herido se recuperara volvería a alegar lesión y no samaritanos respecto de la tripulación y aceptaron
4
podría cobrar nada. Así, dejó al herido abandonado a rescatarlos sin costo alguno. Pero no hicieron lo
1
su suerte. mismo respecto a la carga. Le dijeron al capitán del
Richmond que no rescatarían la carga a menos que
2
A diferencia de la parábola del buen samaritano , en éste aceptara llevar a cabo una subasta entre los tres
esta parábola el samaritano era egoísta. Si bien no se capitanes presentes. Presionado por la situación, el
negó inicialmente a ayudar al herido, lo hacía motiva- capitán del Richmond aceptó la subasta. Uno de los
do por un interés económico. Una vez que descubrió capitanes ofreció un dólar por barril por toda la carga
que ese interés económico no podía verse satisfecho, que pudiera recoger, mientras los otros dos ofrecieron
perdió todo incentivo para ayudar a la víctima de los 0.75 dólar por barril. Ambos precios se encontraban
ladrones. muy por debajo del valor de mercado del aceite.
Cuando los barcos retornaron al puerto con la tripula-
La parábola del buen samaritano contiene u na hermosa ción y la carga, los dueños del Richmond, de la misma
enseñanza que ojalá muchos sigan; pero no muchos manera como lo había hecho el re~catado en nuestra
son como el buen samaritano. Las historias de solida- parábola del mal samaritano, demandaron a los pro-
ridad con el prójimo suelen relatarse como excepcio- pietarios de los otros tres barcos reclamándoles que se
nes a la regla. Quien rescata al prójimo sin mayor dejara sin efecto el contrato invocando una figura
interés que su propia humanidad suele ser retribuido similar a la lesión. La Corte acogió la pretensión de los
con el reconocimiento público, con una medalla de propietarios del Richmond, dejó sin efecto la subasta
honor al mérito o simplemente con la satisfacción y ordenó el pago de una compensación justa por el
5
personal de haber sido una buena persona. rescate.

Pero aparentemente, en el mundo real, este reconoci- Cabe preguntarse en este caso qué pasará cuando los
miento público, estas medallas o estas satisfacciones, barcos "rescatadores" vuelvan a encontrar otro bar-
parecerían ser insuficientes para motivar los actos de co ballenero hundiéndose en las heladas aguas del

La idea de la relación entre el buen sanldritano y la lesión la he tornado del trabajo de LANDES, William y Richard POSNER. "Salvors, Finders,
Good S,unaritians, ami Other Rescuers: An Economic Study oí Law and Altruism". En: journal Oí Legal Studies, No. 7, 1978. p. 82.
Biblia, Ev,mgelio de Lucas. capítulo 1 O, versículos 10-3'>.
tilo explicaría por qué algunas norm;1s del ordenamiento crean algunos incentivos adicionales de sentido inverso. Por ejemplo. el artículo
127 del Código Pendl s.1ncionc~ el abandono de personas en peligro, de manera que quien no es "solid.1rio" en ciertas ocasiones tiene que
pagar un "precio" por no serlo. Así, ec;a norma sería la: "El que encuentra a un herido o a cualquier otra persona en estado de grave e inminente
peligro y omite prestarle auxilio inmediato pudiendo hacerlo sin riesgo propio o de tercero o se ~bstiene de ddr aviso a la autoridad, será
reprimido con pena privativa de libertad no mavor de un año o con treinta a ciento veinte días-multa".
El mal samaritano posiblemente hubiera podido ser objeto de sanciones penales (como el sacerdote o el levita) por no Jtender al herido v
,1sí enfrentar incentivos adecuados pard acudir en ayuda de quien está en estado de necesidad.
DP manera similar, ciertas ncJrnlas rderidas al transporte aéreo o marítimo imponen obligaciones de "solidaridad" a quienes desarrollan
ciertas actividades, precisamente pc1ra generar incentivos que importen un nCJmero de rescates mayor al que generaría la solidaridad pur.1
y simple.
Lo cual no era muy meritorio. Las normas de navegación marítima imponen obligaciones a los capitanes de las naves de auxiliar a las víctimas
de un nauíragio, por lo que no podríc1 asegurarse que se trató de un acto de pura solidaridad.
Post v.s. Jones 60 U .S. (19 How) 150 Corte Suprema de los Estados Unidos. 1856.

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224
_______"!~J>~ráb()l~-~~!mal samaritano". A~ntes sobre la lesión en el derecho de_co11!!~tos

Océano Ártico, y cuáles serán sus incentivos para llevar Como también indican las leyes de economía, los
a cabo un riesgoso rescate en esas circunstancias. controles de precios tenderán a reducir la cantidad
ofertada. La lesión es una suerte de control de
Otro caso que se suele usar como ejemplo para la precios en el que las prestaciones son evaluadas a
aplicación de la lesión es el del dueño de una famosa fin de determinar si han sido fijadas de manera
pintura que requiere con urgencia dinero para pagar justa o como consecuencia de un aprovechamien-
la operación de su hija que se encuentra grave en el to del estado de necesidad. Pero al hacerlo envía
hospital. Desesperado por no poder vender el cuadro a los agentes económicos el mensaje que los
rápidamente, decide aceptar una oferta por sólo la precios o contraprestaciones que pacten pueden
mitad del valor de tasación del cuadro, cantidad que ser evaluados por el juez, de la misma manera en
es pagada en efectivo. Luego de culminada con éxito que lo haría un regulador de precios en un servicio
la operación, reclama la rescisión del contrato alegan- público, sólo que incluso con menores herramien-
do lesión, pues había aceptado un precio excesiva- tas para poder hacerlo. Así como los controles de
mente bajo motivado simplemente por el estado de precios generan escasez y colas para obtener pro-
necesidad en que el estado de salud de su hija lo había ductos, la lesión puede generar escasez de
colocado. Su acción tiene éxito y el contrato es dejado rescatadores y "colas" de potenciales rescatados
sin efecto. esperando un rescate.

Cabría preguntarse qué pasará cuando nuevamente El presente trabajo trata de analizar la compleja
requiera dinero para una operación de urgencia y no relación que existe entre los incentivos a que los
encuentre a nadie dispuesto a pagar rápidamente el agentes económicos no aprovechen el estado de
valor de tasación. Quienes conozcan el antecedente necesidad de otros y los incentivos para que existan
del contrato anterior desconfiarán de hacer ofertas por suficientes agentes económicos dispuestos a em-
precios menores pero pagadas en efectivo de manera prender el rescate de quienes están en estado de
inmediata. necesidad. Trata, en consecuencia, de discernir has-
ta dónde el mal samaritano puede ser realmente
Los casos que hemos relatado muestran los comple- considerado malo y hasta dónde considerar que
jos riesgos y problemas que se pueden derivar de la confiar sólo en buenos samaritanos puede resultar
aplicación de una figura como la lesión. La figura iluso.
trata de impedir que los "malos samaritanos" se
aprovechen del estado de necesidad de alguna per- 2.LA LESIÓN EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO
sona para obtener contraprestaciones que no guar-
den un supuesto equilibrio desde el punto de vista El Código Civil peruano regula la lesión en los artícu-
económico. Esta figura persigue desincentivar una los 1447 a 1456, estableciendo un conjunto de prin-
conducta excesivamente egoísta. Sin embargo, al cipios para su aplicación. Sin embargo, deja un am-
hacerlo, la lesión crea un incentivo peligroso en plio campo de discrecionalidad al juez.
sentido contrario. Así, la lesión desincentiva opera-
6
ciones de rescate que puedan ser motivadas por la La definición de la figura está en el artículo 1447 y
oportunidad de obtener un lucro mayor al que se determina básicamente tres elementos:
obtendría en una operación de mercado común y
corriente. En esa circunstancia es difícil tener una a) Una desproporción entre las prestaciones que al
respuesta clara. Por un lado, no se quiere que la momento de celebrar el contrato es mayor a las
gente se aproveche del estado de necesidad de dos quintas partes.
otros, por el otro, se quiere que quienes están en
estado de necesidad encuentren la mayor cantidad b) Un estado de necesidad apremiante de una de las
de opciones posibles para salir de dicho estado. Y partes.
como las leyes de mercado indican, a mayor precio
(o a mayor contraprestación) mayor cantidad e) El aprovechamiento por parte de uno de los con-
ofertada. tratantes de dicho estado de necesidad.

Artículo 1447.- La acción rescisoria por lesión sólo puede ejercitarse cuando la desproporción entre las prestaciones al momento de
celebrarse el contrato es mayor que las dos quintas partes y siempre que tal desproporción resulte del aprovechamiento por uno de los
contratantes de la necesidad apremiante del otro.
Procede también en los contratos aleatorios, cuando se produzca la desproporción por causas extrañas al riesgo propio de ellos.

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225
Alfredo Bullard González

Aunque el Código no lo dice expresamente, es claro El precio de rescate en este caso puede parecer
que la desproporción está en relación de causalidad exagerado para las acciones tomadas (subirlo al asno,
con el aprovechamiento del estado de necesidad, es llevarlo al mesón, cuidarlo, etc.) aunque puede ser
decir, la desproporción se origina en que una de las reducido desde el punto de vista de salvar una vida
partes la acepta a fin de salvarse del estado de nece- humana. Subir un herido a la cabalgadura del sama-
sidad en que se encuentra. ritano y darse la molestia de llevarlo hasta el mesón
son razones en las que será difícil justificar una
Otras normas definen algunos aspectos operativos. Por remuneración de US$ 10,000, pero será fácil justificar
7
ejemplo, el artículo 1448 dispone que si la despropor- que alguien pague US$ 10,000 por salvar su vida.
ción fuera igual o superior a dos terceras partes se Como veremos más adelante, uno de los grandes
presume el aprovechamiento del estado de necesidad. problemas que enfrenta la lesión es cómo valorizar las
Así, no basta la simple desproporción en términos prestaciones, en especial cuando no existe un "merca-
generales, debiendo probarse en principio que la des- do de rescates" desarrollado que sirva de referente.
proporción es consecuencia del aprovechamiento. Pero Pero el problema, como veremos en el presente
el Código acude en ayuda del supuesto lesionado a trabajo, es aún más complejo.
través de una presunción que le facilita probar, en caso
de desproporciones más marcadas, la existencia del Asumamos, sin embargo, que la desproporción entre
aprovechamiento del estado de necesidad. el valor del rescate y lo que se ofreció por el mismo
es importante. En tal caso la acción del rescatado
Si bien la acción o lesión permite rescindir el contrato, ante el Poder judicial para rescindir el contrato será
el supuesto lesionante puede "curar" la lesión por la vía exitosa, salvo que el mal samaritano contrademande
de consignar la diferencia de valor entre las prestacio- el reajuste del valor de las prestaciones a su real
nes, según el artículo 1450H, o reconviniendo el ajuste valor.
<)
de valor, tal como establece el artículo 1451 .
En el caso del barco ballenero Richmond las cosas no
Si uno aplica este esquema en general a los casos que son muy distintas. De la lectura de la sentencia del
comentamos en la introducción del presente trabajo, caso se desprende que había una desproporción
veremos que, en teoría, su api icación es relativamente manifiesta entre lo que se pagó por el aceite de
simple, pero en la práctica plantea problemas bastan- ballena y lo que el aceite de ballena valía en el
te complicados. mercado. Esta desproporción fue calificada por la
Corte como una que era consecuencia del aprove-
En el caso del mal samaritano la desproporción se chamiento del estado de necesidad en que se encon-
produce entre lo que vale un rescate en esas circuns- traban los tripulantes del Richmond. En tal sentido, la
tancias (es decir, subir al asno a la víctima de los Corte Suprema de los Estados Unidos llegó a una
ladrones, atenderlo y llevarlo al mesón) con relación solución similar a la que plantea nuestro Código
a los cien denarios pactados. Si bien desconozco Civil al establecer el pago de un valor razonable de
cuánto valía un denario, en la parábola del buen rescate a los propietarios de los tres barcos i nvol u-
samaritano se dice que éste dejó al dueño del mesón erados, tal como ocurriría si el supuesto lesionante
dos denarios con la instrucción que lo cuide y que, en contrademandara el reajuste del valor de las pres-
todo caso, cualquier diferencia que se gaste de más le taciones.
sería reembolsada a su retorno. Sólo para fines expli-
cativos asumamos que hoy uno deja a una persona Finalmente, en el caso del padre que vende la pintura
malherida en un hotel para que sea atendida por un para poder operar a su hija, el comprador que paga un
tiempo razonable. Posiblemente hablemos de una precio menor al de tasación actúa como una suerte de
cantidad que se encuentre alrededor de US$ 200.00, "mal samaritano". Al generarse dicha desproporción
con lo que un denario equivaldría a US $ 100.00. Los el padre podría solicitar la rescisión del contrato si
100 denarios ofrecidos serían como US$ 10,000 por demostrara que la diferencia de precio obedece a que
el rescate. este "mal samaritano" se aprovechó de su estado de

Artículo 1448.- En el caso del artículo 1447, si la desproporción fuera igual o superior a las dos terceras partes, se presume el aprovechamiento
por el lesionante de la necesidad apremiante del lesionado.
Artículo 1450.- Fenece el proceso si el demandado, dentro del plazo para contestar la demanda, consigna la diferencia de valor.
Artículo 1451 .-El demandado puede reconvenir el reajuste del valor. En este caso, la sentencia dispondrá el pago de la diferencia de valor
establecido, más sus intereses legales, dentro del plazo de ocho días, bajo apercibimiento de declararse rescindido el contrato.

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226
necesidad. Siempre, sin embargo, el comprador de la un botiquín y un juego de ropa adicional para
pintura podrá, de acuerdo a nuestro Código Civil, atender ocasionalmente a las víctimas de los
consignar la diferencia de valor o contrademandar el ladrones en los caminos. En este supuesto, si bien
ajuste de las prestaciones. él recorre los caminos no en su calidad de rescatista,
toma algunas previsiones por si se aparece la
Los incentivos de estas soluciones pueden ser, no posibilidad de rescatar a alguien. En el caso del
obstante, preocupantes para generar un número ade- barco ballenero podría ser que sea práctica usual
cuado de oferentes de rescate, tal como anal izaremos de los barcos mantener siempre un espacio re-
a continuación. servado en la bodega por si se encuentra un barco
encallado a fin de poder eventualmente rescatar su
3. LOS TI POS DE RESCATE Y LOS 1NCENTIVOS carga. En el caso de la pintura y la niña enferma,
PARA SU REALIZACIÓN podría ocurrir que el comprador de pinturas siem-
pre cuente con una reserva de dinero especial para
Cooter y Ulen clasifican los rescates en tres clases "compra a personas en estado de emergencia" a fin
10
según los costos que estos implican • A continuación de tener disponibilidad inmediata de efectivo, a
usaremos su clasificación para entender cómo funcio- pesar que su actividad normal en el mercado se
nan los incentivos para llevar a cabo un rescate y para refiere a transacciones menos idiosincrásicas.
fijar la remuneración o contraprestación por el mis-
mo. Según estos autores los tipos de rescate son los e) Rescate planeado: un rescate es planeado cuando
siguientes: el rescatador desarrolla como actividad la bús-
queda de personas que requieren ser rescatadas.
a) Rescate fortuito: un rescatefortuito es aquél que se Los recursos que utiliza son consecuencia de una
efectúa utilizando los recursos que estaban a inversión realizada con la intención de dedicarse
mano por simple casualidad. Por ejemplo, en el a dicha actividad. Es lo que hubiera ocurrido si el
caso del mal samaritano, éste utilizó los recursos "mal samaritano" hubiese sido un profesional
con que contaba en ese momento y que no habían dedicado al rescate de víctimas de robo y hubiera
sido puestos allí con la intención de efectuar un estado entrenado y equipado con los recursos
rescate de un herido por los ladrones. Así, su asno necesarios para hacer estos rescates, cobrando
estaba allí porque él lo utilizaba y su tiempo era el por los servicios que presta. En el caso del barco
que usaba para recorrer el camino a fin de llegar ballenero este supuesto se daría si el rescate
a su destino; por mera casualidad tenía lo que la hubiera sido realizado por una suerte de "guarda-
víctima de los ladrones necesitaba. En el caso del costas privado" especializado en salvar a la tripu-
barco ballenero los otros barcos tenían espacio en lación y carga en circunstancias como las que se
las bodegas para llevar a cabo el rescate del aceite, presentaron. Finalmente, en el caso de la pintura
y lo hubieran tenido a disposición así desconocie- y la niña enferma, sería un rescate planeado si el
ran, como efectivamente ocurrió, que iban a tener cuadro hubiera sido dejado en una "casa de
que rescatar a otro barco encallado en la orilla. En empeño" que se especializase en entregar efecti-
el caso de la pintura y la niña enferma, si el vo de manera rápida a cambio de valorizaciones
comprador estaba buscando pinturas para suco- relativamente bajas de los bienes empeñados y el
lección y encontró al vendedor en las circunstan- cobro de intereses relativamente altos.
cias que padecía, utilizó el dinero que hubiera
podido usar para comprar cualquier otra pintura Como señalan Cooter y Ulen los distintos tipos de
en su proceso de búsqueda. rescate tienen estructura de costos diferentes y por ello
requieren incentivos distintos para que se lleven a
b) Rescate previsto: este tipo de rescates utiliza re- cabo. Un rescate fortuito no exige a quien hace el
cursos destinados a posibles rescates, a pesar que rescate efectuar inversiones adicionales en recursos
la persona que realiza el rescate no se dedica más allá del tiempo que utilizará en llevar a cabo el
usualmente a esta actividad. Ello ocurre, por ejem- rescate y el valor de los bienes que se consumen en el
plo, con quien lleva siempre un galón de gasolina rescate mismo. Para llevar a cabo un rescate previsto
en su maletera para auxiliar a automovilistas que el rescatador potencial deberá haber invertido en
se quedan sin combustible. En el caso del mal contar con los recursos que se requeriría para atender
samaritano esto ocurriría si éste portara siempre un rescate si éste se presentara, los mismos que estarán

'" COOTER, Robert y Thornas ULEN. "Derecho y Economía". México, Fondo de Cultura Económica, 1998. pp. 338 y ss.

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227
Alfredo Bullard González

inmovilizados hasta que se presente un rescate. Pero barco, el tiempo muerto en que navega por las aguas
su actividad principal es distinta y por tanto cubre los del Océano Ártico buscando barcos encallados.
costos más importantes con lo que recibe por su
actividad común. Así, el mal samaritano llevaría igual A esto debe añadirse que los jueces no tienen capaci-
su asno a pesar que quizás tendría que gastar algo en dad ni recursos para discernir qué tipo de rescate se
contar con un botiquín o un juego de ropa adicional. enfrenta en cada caso ni por qué en uno se cobra más
Los barcos balleneros tendrían que reservar un espa- que en otro. Y ello sin considerar aún las condiciones
cio en la bodega, lo cual tiene un costo, pero igual la de demanda existentes, sino sólo los costos del
inversión en el barco y en la operación de pesca se rescatador. De hecho ello suele ser determinado de
realizaría igual. En cambio, en el caso de un rescate mejor manera a través del propio mercado.
planeado las cosas son distintas. El mal samaritano
esperaría recuperar los costos invertidos en el asno y Los jueces podrían, en consecuencia, estar reducien-
en todo su tiempo en recorrer el camino en busca de do los incentivos para que existan ofertas de rescate
víctimas de ladrones con las remuneraciones del disponibles. Sin duda sería mejor que se motive la
rescate. El guardacostas privado que rescata al barco competencia entre rescatadores por la vía de permitir
ballenero tendría que cubrir con las remuneraciones cobros de rescates más elevados y así haya más oferta
de rescate el costo de su propio barco y todos los disponible.
costos operativos en que incurre.
Pero las normas de lesión restringen esa posibilidad de
Lo que se deriva de esto es que los individuos generar competencia y generan, por tanto, incentivos
esperarán en cada tipo de rescate remuneraciones incorrectos.
diferentes para establecer los valores de rescate.
Como el rescate fortuito utiliza recursos que por 4. ¿CUÁNTO VALEN LAS COSAS? LA TEORÍA
casualidad están disponibles, la remuneración podrá DEL VALOR
ser moderada, pues debe cubrir sólo el tiempo del
rescatador. Como en el caso del rescate previsto se Sin embargo, quizás el mayor error conceptual que se
utilizan aquellos recursos destinados a atender emer- encuentra bajo la defensa de la figura de la lesión es
gencias, entonces bastaría que el valor del rescate su mala comprensión de la teoría del valor. Para los
remunere los recursos invertidos para estar prepara- defensores de la lesión las cosas tienen un valor
do para una emergencia. En cambio, en el caso de objetivo, determinable y único, sin comprender que
rescate planeado, el rescatador buscará cubrir todos toda valorización es subjetiva y portanto dos personas
los costos de los recursos que asume para dedicarse diferentes pueden asignar a exactamente el mismo
a atender emergencias o rescates. bien dos valores diferentes según sus propias preferen-
cias, sus 1imitaciones presupuestarias y las circunstan-
Basta una somera revisión de la doctrina de la lesión cias en las que se realiza la operación.
para descubrir que estos aspectos no son siquiera
evaluados o considerados, a pesar que son relevantes El problema del valor trasciende las fronteras de lo
para determinar la contraprestación. La doctrina de la jurídico e incluso de lo económico para llegar a los
lesión parte del supuesto que el problema es sólo el de terrenos de lo filosófico y hasta lo ético. Este trabajo
la proporcionalidad de las prestaciones sin considerar sostiene que la teoría de la lesión carece por completo
que el rescate mismo tiene costos que deben ser de una teoría del valor sostenible. Como veremos, el
compensados. No basta determinar si la tasa de inte- principal error está en conceptual izar el valor como
rés que cobra una casa de empeño es razonable algo objetivamente determinable. La lesión opera
comparada con la que se cobra en un banco. La casa sobre la base de la posobilidad de determinar la
de empeño tiene que otorgar el préstamo muy rápido desproporción entre dos valores de manera matemá-
y recuperarlo en la mayoría de los casos con la venta tica. Nada más falso. No es posible que un juez pueda
del bien empeñado. Sus costos son mayores y eso afirmar que los valores de dos prestaciones están en
explica no sólo el nivel de las tasas de interés que desproporción en un contrato; no existe una regla
cobra, sino además por qué valorizan los bienes por única de medición de valor. Cada individuo tiene su
debajo de su valor de mercado. propia escala de valores y, en consecuencia, dos
valorizaciones de dos personas diferentes no pueden
De manera similar, un guardacostas privado podría ser comparadas entre sí, como dos valorizaciones del
pretender cobrar más que un barco ballenero que pasó mismo bien llevadas a cabo por la misma persona
por casualidad simplemente porque el guardacostas pero en momentos diferentes tampoco pueden ser
tendrá que recuperar, además de la inversión en el comparadas entre ellas.

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228
Jllél parábola de_I111~J samaritan_o_:._A_[)untes _S()br~~ ~~~ión -~!!_el_!1erec::ho ~~~<>_'!_tr_atos

Para efectos de entender la teoría del valor es perti nen- condiciones de oferta (costos) sino también por con-
te seguir el trabajo de Benegas Lynch en el que diciones de demanda (preferencia de los consumido-
11
describe las distintas formas de entender el valor. res, limitaciones presupuestarias de los mismos, etc.).
De esta teoría, sin embargo, se derivan algunas figuras
Una posición excesivamente simple de valor, y que o situaciones que son "primas hermanas" de la teoría
parecería encontrarse implícita en la teoría de la de la lesión. Por ejemplo, cuando en los periódicos
lesión, parte de la idea de la reciprocidad en el aparecen noticias en las que se dice que las empresas
intercambio. Para esta posición, el valor de lo que se están cobrando muy por encima de sus costos o que
entrega debe ser equivalente al valor de lo que se hay abusos de las empresas de transporte porque los
recibe. De allí se deriva la teoría del "precio justo", es pasajes suben en la época de Navidad, tales afirma-
decir, que existe un precio que cada cosa tiene en ciones parten de una teoría de costo-valor. Lo mismo
justicia. ocurre con muchas teorías regulatorias o con los
conocidos controles de precios que pretenden fijar el
De esta posición se deriva la idea que hay un valor valor sobre la base de la sumatoriade costos incurridos
objetivo que puede ser determinado por un tercero en para producir algo. Así, bajo esta concepción, es malo
toda transacción. De hecho, se pierde de perspectiva cobrar por encima de los costos. La teoría del costo-
que no es posible el intercambio sin desigualdad de valor no puede explicar el precio de los pasajes en
valorización. Como bien dice Benegas Lynch, si una temporada alta simplemente porque estos suben no por
persona le atribuye idéntico valor al bien "A" que condiciones de oferta sino por condiciones de deman-
posee respecto del bien "B" que posee otra persona, da. Si la gente está dispuesta a pagar más no es porque
no sería posible la transacción entre estas personas las cosas cuesten más, sino porque gozan de una mayor
12
respecto a estos bienes. Si los valores son iguales preferencia en determinadas circunstancias.
ninguno gana nada. Entonces, ¿por qué acordarían un
intercambio? Esta teoría pierde de vista un concepto El problema de entender el valor en términos objetivos
importante: las partes intercambian para obtener una es que se pierde la perspectiva de que valor es en sí
ganancia. Esto quiere decir que están dispuestos a mismo subjetividad. En realidad el valor es determina-
pag;:¡r menos que la valorización que tienen de un do en parte por la utilidad, entendiendo por ésta la
bien para así obtener como ganancia la diferencia capacidad que el sujeto ve en un objeto determinado
entre su propia valorización y el precio pactado. Si los para satisfacer sus necesidades en un lugar y espacio
bienes que se intercambian valieran igual para las definidos. Pero la utilidad sola no puedeexplicartodo
partes el intercambio carecería de sentido. Sólo la el problema del valor. Como bien se pregunta Benegas
existencia de valores diferentes para cada parte expli- Lynch ¿cómo era posible que un bien indispensable y
ca por qué las personas intercambiamos cosas. por ende de gran utilidad como el pan tuviera menor
valor que los brillantes, los cuales no resultan esencia-
Dada la imposibilidad de explicar el valoren términos les para la supervivencia del hombre{'.
de reciprocidad de intercambios se formuló una posi-
ción que es ampliamente difundida, incluso en nues- Es recién con la Escuela Austríaca que se formuló y
tros días, y que también parte de una concepción desarrolló la teoría de la utilidad marginal en que la
objetiva de valor. Para esta posición el valor es la utilidad tiene sentido con relación a la escasez, enten-
sumatoria del costo de todos los elementos que inter- diendo por escasez el significado de determinada
vienen en la producción de un bien. Las cosas valen cantidad para determinado individuo en determinada
lo que cuesta producirlas. Esta posición adolece, sin circunstancia. Es ello lo que vincula la escasez a la
embargo, del mismo problema. Si las cosas valen lo utilidad. Esto resuelve la antinomia que señalábamos
que cuestan ¿cómo se puede explicar que un empre- líneas arriba entre el valor del pan y el valor de los
sario incurra en los costos de producir un bien si no es brillantes. El pan y los brillantes valen según lo que
entendiendo que puede encontrar a alguien que asig- una determinada cantidad de dichos bienes significa
ne a dicho bien un valor superior? De la diferencia para un determinado individuo en una determinada
entre lo que esta persona está dispuesta a pagar y lo circunstancia. Los sujetos no valoran los brillantes o el
14
que al empresario le costó producir el bien se deriva pan en general sino en particular . Si tengo mucho
la ganancia. Los precios no se determinan sólo por pan una unidad adicional de pan vale menos para mí;

11
BENECAS LYNCH, Alberto (hijo). "Fundamentos de Análisis Económico". Buenos Aires, Abeledo Perrot, undécima Edición. pp. 63 y ss.
!bid. p. b4.
!bid. p. 67.
14
!bid. pp. b7 y SS.

THEMIS43
229
Alfredo Bullard González

si el pan no me gusta también vale menos; si no tengo En términos sencillos el valor es lo que cada persona
hambre también vale menos. Y el mismo ejercicio se valoriza en cada oportunidad, por ello un mismo bien
puede hacer con los brillantes. Si los brillantes valen puede tener valores totalmente distintos. Toda valori-
más que el pan es porque son relativamente más zación es efectuada por un individuo sobre la base de
escasos dada la demanda existente. Pero si estoy sus preferencias, en determinadas circunstancias y en
muerto de hambre en un desierto con una bolsa de atención a sus limitaciones presupuestarias.
brillantes atada al cinto, estaré dispuesto a cambiar
una valioso joya a cambio de una hogaza de pan para En una ocasión viajé a un seminario y debía dictar
sobrevivir. Y ello porque en la circunstancia de en- una conferencia. Al llegar al hotel, luego que el
contrarrne hambriento en medio del desierto el pan se vuelo se había atrasado y tenía apenas una hora
vuelve, en términos relativos, más escaso que los para alistarme y llegar al auditorio, descubrí que
brillantes para satisfacer mis necesidades concretas. había olvidado las corbatas. Desesperado porque
no podía presentarme sin corbata al seminario
El propio Benegas Lynch explica cómo se define la bajé y busqué por los alrededores dónde podía
utilidad marginal y por qué una cosa no vale igual ni comprar una corbata. Rápidamente descubrí que
entre individuos distintos ni para un mismo individuo no había tiendas cerca del hotel ni a una distancia
en todas las circunstancias: razonable. Regresé al hotel y en la tienda del
mismo encontré una corbata, pero su precio era
"Supongamos que un individuo cuenta con un stock sumamente elevado (más de cien dólares) y la
total de diez baldes de agua cada uno de los cuales verdad los colores no eran precisamente de mi
sirve como medio para atender fines de distinta agrado. Pero era la única opción. La utilidad mar-
jerarquía establecida de mayor a menor. Se deduce ginal de dicha corbata era alta para mí porque en
de la "acción humana" que el individuo preferirá ese momento era un bien escaso (había olvidado
primero lo que considera más urgente y así sucesiva- las corbatas) en relación con mi necesidad (tenía
mente en escala descendente. Supongamos que el que presentarme en el seminario), y ello me generó
primer balde de agua es para aplacar su sed, el una valorización elevada dadas las circunstancias
segundo para darle de beber a sus animales, el existentes. No tuve más alternativa que comprarla
tercero para bañarse, el cuarto para regar el jardín, a un valor que nunca hubiera pagado, sólo porque
etc. Si se ve obligado a desprenderse de un balde de en ese momento mi valorización de dicha corbata
agua (no importa específicamente cuál puesto que era distinta. Mis preferencias y necesidades exi-
todos son intercambiables) se desprenderá de aquel gían una corbata, la escasez de las mismas era
que utiliza como medio para atender a su décimo fin evidente y las circunstancias apremiantes. El resul-
en orden de prioridades. Esta última unidad se deno- tado fue una valorización muy superior a la que
mina marginal puesto que se encuentra en el margen ordinariamente hubiera tenido. De alguna manera
y la satisfacción que provee esa unidad marginal se la tienda del hotel operó como un rescatador que
denomina utilidad de la unidad marginal o, simple- me salvó de un estado de necesidad. Y si la
15
mente, utilidad marginal. Por ende, ceteris paribus , diferencia de valor con una corbata similar en otro
cuanto mayor la cantidad del bien del mismo tipo su establecimiento superara los dos tercios el Código
utilidad marginal decrecerá y cuanto menor la can- Civil hubiera presumido el aprovechamiento de
tidad del bien del mismo tipo aumentará la utilidad mi estado de necesidad. ¿Podría al día siguiente
margina l. De lo anterior se desprende que el valor de devolver la corbata alegando lesión? No parece
un bien está determinado por su utilidad marginal, lo muy lógico, pero hay una pregunta aún más difícil
cual se denomina "ley de la utilidad marginal" que, de responder: ¿qué valor usar para definir la des-
como hemos mencionado, constituye una proporción en las prestaciones si hay infinitos
implicancia lógica de la acción humana. Todos los valores posibles de un determinado bien según las
deseos que el individuo piensa satisfacer los ordena circunstancias? Si no podemos responder esa pre-
en su escala de valores según su utilidad marginal gunta, y creo que ello no es posible, la figura de la
aun tratándose de bienes heterogéneos" .lf' lesión pierde todo sentido.

" Mantener los demás factores constantes, incluyendo aquí el valor al ir aumentando o disminuyendo los bienes, permite explicar el sentido
de la utilidad marginal. concepto que para nada significa que el valor se mantiene constante; muy por el contrario, significa que varía (no
es propio en este campo recurrir a la expresión "variables" puesto que, precisamente, no hay constantes). Sin embargo, en los "modelos"
antes criticados, cuando estudiamos temas metodológicos, las conclusiones arribadas implican la existencia de constantes.
¡¡, lbid. pp. 68 y SS.

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_ "L<t paráb()l_a_cJ_elmal ~amaritano'~ Apuntes S()breJ<l_~sión en el d~re_cho de con!.-_atos

5. VALOR Y LESIÓN. UN PROBLEMA SIN SO- Algún lector estará quizás pensando que la posición
LUCIÓN que sostenemos es excesivamente teórica. Finalmen-
te, incluso aceptando que cada uno tiene su propia
El error de partida de la lesión se ong1na en la valorización, existe en la mayoría de mercados un
creencia de la Ley (y su autor, es decir, el legislador) precio de mercado, es decir, un elemento objetiva-
de que un juez está en capacidad de corregir los mente determinable que puede ser usado por un juez.
valores y preferencias que inspiran un acuerdo Bastará ir a la bolsa de un bien determinado (como la
contractual cuando no son supuestamente justos, Bolsa de Valores para las acciones), a un tasador o
como si el valor y las preferencias individuales analizar las cotizaciones de un producto para definir
fueran fruto de concepciones objetivas. Pero como el valor de mercado. Y ese será un referente objetivo
son fruto de concepciones subjetivas, no hay terce- que el juez podrá utilizar.
ro en el mundo, por más imparcial que sea, que
pueda resolver el dilema del valor justo de manera Pero no es cierto que el valor de las cosas sea el precio
correcta. Se parte de la creencia sin sustento de que de mercado. Ello equivale a decir que todos quieren
las cosas valen por sí mismas, como si no fueran las de presidente a Alejandro Toledo porque ganó una
preferencias y circunstancias individuales las que elección. La elección del Presidente es sólo el resulta-
les asignan valor. do de la agregación de preferencias a través del
sistema electoral, pero está lejos de reflejar cómo
Como ya dijimos, todos tenemos valorizaciones dife- valorizamos cada uno de los peruanos al Presidente
rentes, pero ello no es comprendido por el Código electo. El precio de mercado es sólo un precio deriva-
Civil. Por eso nuestras normas asumen que el juez está do de la agregación de las preferencias, a través de la
en mejor situación que las partes para decidir qué es interacción de oferta y demanda, de un grupo de
bueno para ellas. Por el contrario, son las partes, personas dispuestas a pagar con las de otro grupo de
incluso bajo circunstancias difíciles, las que tienen personas dispuestas a vender. Pero cada una de esas
que decidir sobre su propio destino, no sólo porque personas tiene valorizaciones distintas y la agregación
tienen mejor información sobre qué es bueno para de preferencias no necesariamente es idéntica a lo
ellos, sino porque es justo y se condice con la natura- que cada uno de los integrantes de ese mercado
leza de las decisiones humanas. valora.

En la lesión el juez debe decirnos cuánto valen Si los valores fueran objetivos no habría intercambio
"objetivamente" las cosas. No se comprende que el porque todo valdría igual para todos. Al precio de
valor de las cosas es básicamente algo subjetivo, mercado miles no venden bienes y miles no los com-
imposible de objetivar. Depende de que cada cual y pran. Al precio de mercado solo un grupo de consumi-
de cómo cada cual valorice algo. Al lector una corbata dores adquiere un bien y muchos lo dejan de lado. Para
le puede parecer horrible y no se la compraría ni un analfabeto un libro no vale nada, el precio de
aceptaría así se la regalen. A otro la misma corbata le mercado lees irrelevante. Para un amantedeMozartun
puede parecer muy bonita y la compraría pagando un disco puede valer mucho más que los quince dólares
alto precio. Algunos valorizamos en cero lo que otros que cuesta en el mercado. Para una persona que
valorizan en 1OO. necesita una válvula para una operación del corazón
de la que depende su vida su valor puede ser igual al
¿Cómo se puede tomar decisiones sobre valorizacio- que asigna a su vida misma y, para quien goza de
nes que pueden ser tan dispersas y distintas? ¿Cuál es perfecta salud, su valor es menor que el que asigna a
el valor que debe considerarse? ¿Cómo se determina? una entrada al cine. Y ello porque las valorizaciones
¿Cómo puede saber un juez cuánto vale objetivamen- individuales no coinciden necesariamente con el pre-
te una corbata cuyo valor es finalmente una expresión cio de mercado. Es más, casi nunca lo hacen.
de subjetividad? El contrato es un mecanismo de
revelar valores subjetivos. Si alguien pagó un precio El propietario de una casa que vive en ella la valoriza
por algo es que lo valoriza en más de lo que pagó y si por encima del valor de mercado, si no ya la hubiese
alguien estuvo dispuesto a vender es porque lo valo- vendido. Si le obligaran a recibir el precio de mercado
riza en menos del precio pactado. Nada falso o se estaría transfiriendo un bien de un uso más valioso
verdadero puede decirse de esa valorización más allá a uno menos valioso, conduciéndonos a una mala
de definir quiénes llegaron al acuerdo. Corresponderá asignación de recursos. Él no quiere venderla a ese
a las preferencias individuales de cada uno explicar, precio porque para él no vale eso sino más. Para esa
en su fuero interno, por qué tomaron tal o cual persona el valor de uso es mayor al precio que arroja
decisión y en función a qué valorización. el mercado.

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231
Alfredo Bullard González

Bajo esa perspectiva hablar de lesión carece de senti- mercado. Si bien nuestro Código Civil trata la lesión
do. Si una persona recibió por un cuadro un precio en el libro de Fuentes de las Obligaciones, lo que es
bajo porque tenía que operar a su hija de emergencia cierto es que, por su naturaleza, se asemejaría más a
es difícil entender cómo se determina que el valor no un vicio de la voluntad y como tal debería regularseen
es el adecuado. Si el precio es bajo puede obedecer a el libro de Acto Jurídico. En el sistema anglosajón el
dos razones. La primera es que exista una suerte de equivalente a la lesión es conocido como "economic
monopsonio por parte del que lo compró, es decir, duress" o "intimidación o violencia económica", y
que sea el único comprador posible en el mercado. parte del supuesto que una situación económica
Pero ésa es una situación realmente extraña. En los determinada presiona la voluntad de una de las partes
mercados de pinturas, como en la inmensa mayoría para hacerla aceptar términos que no aceptaría fuera
de mercados, suele haber muchas alternativas. Y si se de esa situación.
diera un monopsonio sería difícil usar un referente de
mercado precisamente porque ese referente no exis- La figura toma sentido cuando entendemos que
tiría al no existir un mercado competitivo. Si esa fuera "duress" es como en el sistema anglosajón se entiende
la justificación, el juez se convertiría en una especie a la violencia o intimidación. La diferencia radica, sin
de agencia antimonopolio o un regulador de servicios embargo, que en la violencia o intimidación la pre-
públicos. sión sobre la voluntad de una de las partes proviene de
un acto de la otra. Así, si una persona se me acerca en
La otra posibilidad es que no haya muchas ofertas la calle y me amenaza con una pistola diciéndome "la
disponibles para ser pagadas rápidamente. El precio cartera o la vida", mi acto de entregar la cartera
es determinado también por el tiempo de pago y por difícilmente será calificado como una donación vo-
los costos de identificar alternativas, es decir, por luntaria porque la razón de mi aparente declaración
condiciones de oferta y demanda que incluyen la de voluntad es un acto indebido y no admitido por la
disponibilidad temporal de la oferta. La gente está ley que coacta mi autonomía privada.
dispuesta a recibir precios menores si le toma mucho
tiempo obtener otra oferta. Eso se castiga en el precio Aquí surge una distinción esencial con la lesión. En la
porque ese es el costo de oportunidad de celebrar la lesión el hecho que restringe mis opciones no provie-
operación hoy y no dentro de unos meses. Allí surgen ne de la otra parte, sino de circunstancias que son
las oportunidades para la aparición de casas de empe- ajenas a la voluntad de las partes involucradas. En el
ño que entregan efectivo rápido a intereses altos y caso del mal samaritano son los ladrones los que
valorizaciones de bienes bajas. Y funcionan porque ponen a la víctima en estado de necesidad; en el caso
identifican a personas cuya valorización del dinero es del barco ballenero es el naufragio accidental del
alta porque lo necesitan para pagar algo como la buque; y en el caso de la pintura es la enfermedad de
operación de su hija. Y es que cuando uno necesita la niña. Cuando hablamos de violencia o intimidación
urgentemente un rescate, sus preferencias para pagar por parte de una de las partes respecto de la otra el
(o sacrificarse) para obtener rescate son altas. privar de eficacia al contrato genera incentivos para
que los hechos que restringen la voluntad de una de
Pero lo más serio de la lesión, si el comprador las partes no se den. Pero en los casos de lesión el
presume que se la van a aplicar, será que no querrá privar de eficacia al contrato no incentivará a los
contratar con quien tiene urgencia de dinero para ladrones a no asaltar a los caminantes, ni evitará que
operar a un ser querido. Finalmente podría rescindirse los barcos encallen ni que las niñas se enfermen. En un
su contrato. El resultado es que, como conse.cuencia caso de lesión la solución al problema ajeno a las
de las normas de lesión, el propietario urgido de partes es provista por el rescatador a cambio de una
dinero tendrá aún más problemas para obtener una contraprestación.
oferta en el momento que más necesita el dinero. Así
el efecto termina perjudicando al potencial rescata- Lo que motiva el cuestionamiento al contrato celebra-
do más que al rescatador. El mercado castiga así la do en esos términos parecería ser el aprovechamiento
lesión privando de los incentivos para que el rescate del estado de necesidad, es decir, el uso de la solución
se produzca. que puede dar el rescatador al problema como una
forma de obtener una ventaja mayor a la que se
6. LA LESIÓN COMO UNA DISTORCIÓN DEL obtendría en circunstancias normales.
MERCADO
Creo que allí surge precisamente el error de concep-
Quienes propugnan la existencia de la lesión tienen ción. Si el valor es determinado, entre otros factores,
una comprensión incompleta de cómo funciona el por las circunstancias particulares de la transacción,

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232
ello explica precisamente que no sea dable comparar En las circunstancias en que se da la operación ambas
el valor pactado con el valor que se daría en circuns- partes ganan. Los propietarios del Richmond pueden
tancias distintas. No puede pues compararse el resca- recuperar algo del valor de un aceite condenado a no
te efectuado por el mal samaritano con el valor de un valer nada. Los rescatadores ven compensados sus
paseo en asno contratado en otras circunstancias. Son actos de rescate con la compra de aceite barato. Nadie
precisamente las circunstancias las que determinan perdió. Los dos ganaron. Entonces ¿por qué dejar sin
los valores de intercambio. efecto el contrato? No es válido hacerlo asumiendo
que el aceite se hubiera podido vender en el puerto a
MientrZ~s que en la violencia o en la intimidación otro precio. En las circunstancias particulares del caso
hay un problema de eficiencia, en la lesión hay ello no era posible. Por eso, sólo hablamos de distri-
sólo un problema distributivo. Se mejora la efi- bución.
ciencia si evitamos que las personas utilicen ame-
nazas indebidas en contra de la voluntad de los La pérdida que sufre el Richmond no es causada por
demás. Si un ladrón me coloca una pistola en la los rescatadores. Por el contrario, los rescatadores
espalda para que le entregue la billetera nada me minimizan esa pérdida. La pérdida es causada por el
demuestra que el ladrón valora el contenido de mi naufragio y la acción de rescate recupera el valor
billetera más que yo. Sólo demuestra que yo valoro condenado a perderse. Por ello, trasladar al rescatador
mi vida más que mi billetera. Si yo permitiera esos parte de la pérdida causada por el naufragio es
actos nada asegura una mejor asignación de los desincentivarlo a rescatar.
recursos.
17
Dalzell , al anal izar el problema, señala que muchas
En cambio, si se produce una operación de rescate en veces la diferencia entre un contrato coactado y un
la que yo he accedido al pago de una cantidad de contrato libre se hace en el punto equivocado. Según
dinero para que se efectúe, está demostrado que, en él/a comparación entre el consentimiento dado en un
las circunstancias, v;:¡loricé el rescate más de lo que contrato válido y el obtenido coactando la voluntad
ofrecí o acepté pagar por él. Y ello porque las valori- de la otra parte suele hacerse considerando que el
zaciones no pueden ser sustraídas de las circunstan- segundo es menos genuino por ser producto de una
cias y el contexto en el que se producen. Podemos restricción a la voluntad derivada de evitar un daño.
considerar que el precio no es justo sólo si sacamos la Sin embargo, corno el propio Dalze/1 señala, la moti-
negociación del momento y lugar en el que se dio y vación en todo contrato de los que llamamos deriva-
pensamos que es mejor que la transferencia se haga a dos de la voluntad o de la autonomía privada, está
un valor determinado en circunstancias distintas. Pero también referida a la selección de una de diversas
ello es mera distribución, y h;:¡bría que preguntarse si líneas posibles de acción. Así, nos dice:
dicha distribución tiene algún fundamento realmente
equitativo. "Yo acepto pagar diez centavos por una pieza de
pan, no porque yo desee darle al panadero diez
El caso del barco ballenero Richmond nos permite centavos, sino porque es la única manera como
entender esta circunstancia. ¿Vale el aceite de balle- puedo obtener el pan. Yo estoy eligiendo entre dos
na colocado sobre el puerto igual que el aceite de alternativas, darle diez centavos o quedarme sin pan.
ballena en la bodega de un barco que se está hun- Si mi voluntad estuviera libre de restricciones, sin
diendo en el Océano Ártico? ¿Cuánto pagaría por un duda preferiría obtener el pan y quedarme con el
aceite de ballena en esas circunstancias? Cada minu- dinero. Mi libertad está simplemente en la oportuni-
to que pasaba el aceite en la bodega del Richmond dad de decidir cuándo voy a desprenderme de los
valía menos. Una vez hundido el barco valdría cero, diez centavos o cuándo voy a quedarme sin el pan-
y cada instante se acercaba más a ese valor. Sin el escoger entre dos vías de acción, ninguna de las
rescate no habría valor que vender. En consecuen- cuales es enteramente "satisfactoria". Esto es, yo soy
cia, no es legítimo considerar que el precio pactado libre de seleccionar el menor de dos males; en este
es injusto o inadecuado porque se encuentra por sentido la situación que nos concierne es exacta-
debajo del valor que dicho aceite tendría en el mente la situación en la que me encuentro cuando
puerto. No se trata de aceite en el puerto sino de contrato mientras me apuntan con un arma. La no
aceite en un barco que se hunde. deseada alternativa de comprar el pan puede ser

DALZELL john. "Durpss by Economic Presurc". En: KRONMAN AnthonyT. y Richard A. POS N ER. "The Economics ofContract Law".Boston
y Toronto, flrown and Company, 1979. pp. 67 y ss.

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233
Alfredo Bullard González

comparada con la de ser asesinado; aún más, si yo celebrado bajo el estado de necesidad de una de las
fuese forzado a entregar mi última posesión en el partes (es decir, bajo una situación de escasez extre-
mundo para obtener dinero dudaríamos en llamar a ma) es una mera aplicación de las leyes de oferta y
dicho acto coacción. demanda. Lo otro es confiar en un mecanismo similar
al control de precios.
Parece más razonable decir que un contrato o un pago
obtenido mediante coacción es defectuoso no por la 7. CONCLUSIÓN: POR QUÉ EL MAL SAMARI-
diferencia en la naturaleza del consentimiento, sino TANO ES UN BUEN SAMARITANO
por la manera impropia en que se ha presentado la
alternativa; esto es, la presión utilizada." De todos los resultados posibles de la parábola del mal
samaritano la muerte de la víctima de los ladrones es
Como sugiere Dalzell el problema no está en que el peor de todos. La parábola del buen samaritano
quien contrate lo haga entre opciones restringidas y contiene una enseñanza valiosa, pero la del mal
siempre tenga que optar entre dos males. En un samaritano también contiene una enseñanza impor-
mundo de recursos escasos siempre nuestra volun- tante. Admiramos al buen samaritano porque salvó la
tad está restringida por la escasez. El problema está vida de su prójimo sin pedir nada a cambio. El mal
en qué motiva la escasez de opciones. Es entendible, samaritano también salvó la vida de su prójimo, sólo
bajo tal perspectiva, que cuando la 1imitación pro- que pidió una compensación para hacerlo.
venga de los actos de una de las partes dirigidos a
presionar a la otra, y tal presión sea ilegítima, se prive Corresponde a la religión y a la ética motivar conductas
de eficacia al contrato. Pero lo mismo no ocurre altruistas. La solidaridad es finalmente un principio que
cuando tal presión proviene de un factor externo y lo es deseable exista en todo ser humano, como quizás
que hace la otra parte es ofrecer la posibilidad de coincidamos todos. El valor de la solidaridad está en
aliviar tal presión. que se ejerce libre de coacción. Por eso no existe
solidaridad impuesta, ello sería mera obligación. Ad-
No existen, pues, bases para cuestionar un acto de los miramos al buen samaritano porque era libre de no ser
que la legislación peruana califica normalmente como bueno, pero no por eso podemos condenar como malo
lesión. Si uno entiende la ley de oferta y demanda, y a quien pidió algo a cambio de ayudar. No le corres-
entiende que las condiciones de oferta y demanda ponde al Derecho crear buenos samaritanos, sólo le
responden a la relación entre utilidad y escasez, corresponde establecer reglas que mejoren el bienestar
entenderá que los valores resultantes de un contrato de los individuos. Y la lesión no contribuye a ese fin.

THEMIS43
234
¿En qué momento el tercero beneficiario
adquiere el derecho en el contrato a favor
de tercero?
Comisión de Investigaciones
Jorge luís Abarca Garcia*

l. Presentación desde la celebración del contrato de seguro o, tal vez,


se puede pensar que la aceptación sólo importa para
Tradicionalmente se afirma que la efectos de hacer exigible la prestación, debida por el
fuerza vinculante de todo contrato está referida promitente, dado que el beneficio ya ingresó en su
exclusivamente a las partes que lo celebran. De tal esfera jurídica por la celebración del contrato.
aseveración podemos, en principio, concluir dos Nuestro Código Civil dispone en su artículo
cosas: La primera, que por decisión unilateral de una 1458 que "el derecho del tercero surge directa e
parte, esta puede modificar su esfera jurídica pero inmediatamente de la celebración del contrato.
no puede afectar la esfera jurídica de los terceros. La Empero, será necesario que el tercero haga conocer
segunda, que las partes, y solamente ellas, quedan al estipulan te y al promitente su voluntad de hacer
vinculadas jurídicamente por el contrato, sin que uso de ese derecho, para que sea exigible, operando
puedan prevenir efectos dirigidos a influir en el esta declaración retroactivamente."
patrimonio de un tercero1• Se podría pensar que el tercero adquiere el
Esta regla es el principio de la relatividad derecho desde la celebración del contrato puesto
de los efectos del contrato, principio que tiene su que el mismo artículo dice que el derecho surge de
origen en el Derecho romano y que sigue vigente manera directa e inmediata.
en la actualidad. Nuestro Código Civil lo tiene Nada más alejado de la realidad. Como se
contemplado en el artículo 1363. verá más adelante este artículo peca de incoherente
Sin embargo, dicho principio no se ha al tratar de mezclar dos posturas doctrinarias
mantenido al margen de los cambios sociales y incompatibles.
económicos. Pues si bien en el Derecho romano fue La importancia de este trabajo no sólo radica
considerado como un principio absoluto, ahora en en resaltar la incoherencia mencionada, sino en tratar
la actualidad sufre algunas excepciones. de darle una solución.
El contrato a favor de tercero es una de ellas.
Por medio de este contrato se posibilita a una parte, 2. El Contrato en general
que tiene interés en él (estipulante), convenir con la
contraparte (promitente) para atribuirle a un tercero Creemos que es conveniente, a modo de
(beneficiario) un derecho frente a este último 2• introducción a nuestro tema, dar algunas referencias
Piénsese en la siguiente hipótesis: Un padre sobre la ubicación del contrato en la categoría
decide estipular un seguro de vida a favor de su general de los hechos jurídicos. De ese modo,
hijo. Para lograr tal fin, el padre celebra un contrato también, determinar los conceptos o términos que
de seguro con una aseguradora que asume el vamos a emplear a lo largo de este trabajo.
compromiso de pagar el monto del seguro al hijo
en caso de que el padre fallezca. El padre es el 2.1. El contrato como subespecie del negocio juridico
estipulante, la aseguradora es el promitente, el hijo en la clasificación de los hechos jurídicos
es el tercero beneficiario del contrato de seguro a
favor de tercero 3• Empezamos por definir, primero, a los hechos
Pero ¿desde cuándo el tercero adquiere el jurídicos. Los hechos jurídicos no son más que
beneficio? acontecimientos de la realidad que están previstos
Tal vez podría ser desde que este declare en las normas jurídicas y que eventualmente tienden
aceptar el beneficio que le otorga el contrato, quizás a generar o producir efectos jurídicos4 •

Agradecemos la colaboración del alumno Walter Vásquez en la revisión de algunos aspectos vinculados con el presente artículo.
Sin embargo, el autor asume exclusiva responsabilidad sobre los contenidos de éste. Asimismo, agradecemos la gentil colaboración
dada por el asociado Luís Enrique Landauri Paredes.
BRECCIA, Umberto; BIGLIAZZI, Luna; NATOLI, Ugo; y BUSNELLI, Francesco, "Derecho civil", traducción de Fernando Hines-
trosa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1992, Tomo!, volumen 2, p. 1010.
2 BRECCIA, Umberto, et. al., op. cit., p. 1013.
3 Loe. cit.
4 Decimos que "eventualmente tienden a generar efectos" dado que no todo hecho jurídico genera, necesariamente, efectos jurídi-


cos. Tal como lo indica Rómulo Morales: en la promesa de matrimonio, el incumplimiento del promitente no le obliga a contraer
nupcias. MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar) .
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

Nótese, que para explicar la idea de hecho declaración del sujeto se producen los efectos
jurídico se ha tenido en cuenta las nociones del hecho jurídicos.
que ha nacido de la realidad, el hecho que ha sido Esta clasificación fue criticada ampliamente
tipificado en la norma jurídica de forma hipotética por la doctrina, por los siguientes motivos:
y el efecto jurídico que es la consecuencia jurídica En primer lugar, en los negocios jurídicos
que la norma dicta ante la hipotética concurrencia no todos los sujetos conocen y quieren los efectos
del supuesto de hecho 5• jurídicos, ya que, cuando uno celebra un negocio
Ahora bien, los hechos jurídicos han sido jurídico lo que busca es un resultado práctico o
clasificado de varias maneras, para fines de esta económico9 .
parte sólo veremos la clasificación tradicional y la En segundo lugar, si bien la declaración de
que nosotros emplearemos en este trabajo. voluntad es un elemento importante, no es el único
La clasificación tradicional estaba estructurada elemento del negocio jurídico. Las partes, el objeto,
en función de la relevancia de la voluntad 6 del sujeto la causa y la formalidad obligatoria, son también
en la producción de efectos jurídicos. De ese modo, elementos de validez del negocio jurídico. De modo
podemos encontrar: distinto, si consideramos al negocio jurídico como
supuesto de hecho, la declaración de voluntad no
a) Hechos jurídicos en sentido estricto.- en donde es más que un componente del supuesto, tal vez el
resulta irrelevante la voluntad tanto para la más importante, pero nunca el único.
creación del acto como para la producción de En tercer lugar, para la concretización de los
sus efectos. efectos jurídicos no sólo se necesita la voluntad final
b) Actos jurídicos en sentido estricto.- en donde sino la compatibilización por parte del ordenamiento
resulta relevante la voluntad del acto en del reglamento negocia!. Por la sola declaración
su creación pero resulta irrelevante para la de voluntad no se producen los efectos jurídicos,
producción de efectos. dado que es el ordenamiento jurídico el que da
e) Actos de autonomía privada o negocio jurídico.- fundamento a estos al momento de valorarlos.
en donde resulta relevante la voluntad tanto al Actualmente, la clasificación de los hechos
momento de creación del acto como al momento jurídicos está hecha en función del interés 10 • De este
de producción de sus efectos 7 • modo, tenemos:
Hechos jurídicos en sentido estricto, en estos
De ese modo, en el primer caso, los efectos hechos la norma jurídica sólo toma en consideración
jurídicos se producen por la irrelevancia de la el acontecimiento natural o humano sin considerar
voluntad o por el acontecimiento de un hecho la voluntad del sujeto.
material; en el segundo caso, importa la declaración Actos jurídicos en sentido estricto, en estos
de voluntad del sujeto sin embargo, el efecto jurídico actos existe declaración de voluntad por parte del
no toma en cuenta ésta; y en el tercer caso, importa sujeto, pero es la ley la que dispone y determina los
la declaración de voluntad así como la voluntad efectos. En estos actos los particulares no tienen la
final del sujeto. posibilidad de reglamentar sus intereses, ya que,
Obviamente, el negocio jurídico está ubicado no tienen autonomía privada, el acto que se ha
entre los actos en donde la creación del acto y sus generado no tiene capacidad normativa, es la ley la
efectos son queridos por el sujeto. Como ejemplo que impone las consecuencias jurídicas 11 •
de esta definición de negocio jurídico tenemos Actos de autonomía privada, en estos actos
el artículo 140 del CC 8 que indica que por la sola se ejercita (siguiendo a la profesora Emanuela

Articulo 239.- La promesa recíproca de matrimonio no genera obligación legal de contraerlo, ni de ajustarse a lo estipulado para
el caso de incumplimiento de la misma.
5 Estos términos han sido señalados por el profesor Rómulo Morales cuando menciona que existen cinco conceptos diferentes cuando
se estudia la relación entre la norma jurídica y la realidad. Tres de ellos son el hecho concreto que es el hecho que puede ser valorado
o no por el ordenamiento jurídico, el otro es el hecho jurídico hipotético que es el supuesto de hecho de la norma jurídica y el otro
es el efecto jurídico hipotético. MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar).
6 Resulta necesario indicar el significado del término "voluntad". Se entenderá por voluntad "la libertad de actuar con conocimiento.
Es un acto de querer y de conocer. El autor del acto quiere y conoce su comportamiento.". MORALES, Rómulo "Hechos y actos
jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar).
7 MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar).
8 Artículo 140.- El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas
[ ... ].
9 "A lo que aspira el particular, cuando concluye un negocio, es un resultado práctico y no[ ... ] un determinado fin jurídico." PA-
LACIOS, Eric, Contribución a la teoría del negocio jurídico, Jurista Editores E.I.R.L., Lima, 2002, pp. 35.
10 "Podemos definir al interés como aquella situación de necesidad humana que será satisfecha mediante un bien. Esa necesidad
humana es la finalidad o el fin del comportamiento. El bien es el medio que coadyuvara a la realización del fin o de la finalidad. No
se puede cumplir el fin o la finalidad sin el bien. Tampoco es posible hablar abstractamente del bien si no se tiene en consideración
el objetivo del comportamiento." MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar).
11 "[ ... ]una característica casi tautológica de los actos jurídicos en sentido estricto, pero que es necesario de todas resaltar, es la au-
sencia de algún espacio de creatividad de los privados, porque tales actos no gobiernan el mecanismo de producción de los efectos


y, precisamente, no realizan autonomía privada." MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por
publicar).
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

Navarretta) "un poder privado autónomo de profundizaremos un poco más este aspecto del
reglamentación de los intereses destinado a producir contrato.
efectos jurídicos. Ellos heredan y renuevan la
categoría tradicional del negocio jurídico e incluyen 2.2 El contrato: consideraciones generales
en su interior la categoría central del contrato." 12
Antes de hacer la clasificacion interna de Nuestro Código Civil define al contrato de la
estos actos, creemos que es conveniente aclarar siguiente manera:
el concepto de autonomía privada. La autonomía
privada es el poder dado por una norma superior Artículo 1351.- El contrato es el acuerdo
a los particulares para que estos puedan producir de dos o más partes para crear, regular,
cambios jurídicos mediante el establecimiento, modificar o extinguir una relación jurídica
modificación o derogación de normas jurídicas. Es patrimonial.
pues, el ordenamiento jurídico el que delega a los
particulares capacidad normativa para que estos De esta definición tenemos que hacer algunas
puedan regular sus intereses y, de ese modo, crearse observaciones:
un ordenamiento jurídico privado subordinado,
coordinado y armonizado con el ordenamiento a) De la expresión "acuerdo de dos o más partes
jurídico superior 13 • para crear, regular. .. " pareciera que nuestro
Nótese que es la autonomía privada la razón legislador ha tomado como posición aquella
fundamental de la distinción entre actos jurídicos doctrina, actualmente superada, de la voluntad.
en sentido estricto y negocios jurídicos. En los En dicha doctrina, se creía que la voluntad
actos jurídicos en sentido estricto no hay contenido interna o subjetiva del actor era el elemento
normativo y sus efectos están determinados por la idóneo para crear efectos jurídicos, es decir,
Leyl 4, en cambio en los negocios jurídicos, sus efectos que basta la declaración del sujeto para que se
están previstos en el mismo acto ya que es este quien generen efectos jurídicos.
contiene su regulación que ha sido determinada por b) Cabe destacar que un acuerdo no siempre va a
las partes 15 • ser un contrato pero éste siempre va a ser una
Teniendo claro el concepto de autonomía subcategoría de aquel. Me explico, la noción de
privada y la diferencia que existe entre acto jurídico acuerdo no es dada por el legislador pero sí por
en sentido estricto y negocio jurídico, se podría la doctrina como una expresión genérica que
definir a este último como un acto de autonomía alude a la unión de dos o más voluntades. Los
privada que permite a los particulares elaborar su acuerdos pueden tener por objeto relaciones
reglamento de intereses y determinar sus efectos. jurídicas patrimoniales (como el contrato) pero
Ahora bien, los actos de autonomía privada también puede haber los que tienen relaciones
pueden clasificarse de la siguiente manera: jurídicas extramatrimoniales (es el caso del
matrimonio)Y
a) En función de su estructura, los actos pueden e) Del mismo modo, se abre la polémica, ya
ser: Unilaterales, bilaterales o plurilaterales. superada también, de si lo que buscan las partes
b) En función de la naturaleza del acto estos pueden son efectos jurídicos o efectos prácticos.
ser: patrimoniales y extramatrimoniales. d) Es gracias a la autonomía privada que la
e) En función de si la autonomía es ejercida manifestación de voluntad de las partes, y no
en relaciones entre vivos o relaciones que su voluntad subjetiva, haga posible la creación,
presuponen la muerte de su autor. 16 modificación o extinción del reglamento negocia!;
ya que, dicho poder otorgado por el ordenamiento
En este sentido, se considera al contrato como jurídico hace que las disposiciones o preceptos
una subespecie del negocio jurídico. A continuación, contractuales sean vinculantes a ambas partes.
12 "Hechos y actos Jurídicos" en BRECCIA, Humberto; BRUSCUGLIA, Luciano; BUSNELLI, Francesco Donato; GIARD!NA, Fran-
cesca; GIUSTI, Alberto; LO!, María Leonarda; NAVARRETTA, Emanuela; PALADINI, Mauro; POLETTI, Dianota; y ZANA, Mario,
diritto privato parte, prima, Utet, Turín, 2003, págs. 177-183. Traducción de Rómulo Morales Hervias.
13 Este concepto de autonomía privada ha sido expuesto por la corriente normativista del negocio jurídico, así pues, para esta corriente,
el negocio jurídico no es un simple supuesto de hecho sino también una norma jurídica (privada) y, por tanto, fuente de Derecho
subordinada a normas superiores, como la Constitución. FERRI, Luigi, "Lecciones sobre el contrato. Curso de Derecho Civil",
presentación, notas y edición al cuidado de Rómulo Morales Hervias y Leysser L. León, traducción de Nelvar Carreteros Torres,
Editora Jurídica Grujley E.!. R. L., Lima, 2004, pp.VII-X. MORALES, Rómulo, "Estudios sobre teoría general del negocio jurídico",
ARA Editores E.I.R.L., Lima, 2002, pp. 138-160.
14 "Mientras que el acto jurídico en sentido estricto, no tiene otra importancia que la que se agota en su acaecer, precisamente porque
no contiene ninguna realidad normativa que sobreviva a su acaecimiento y solo determina la entrada en función de imperativos
de normas que están por definición fuera de él (y han de buscarse en la ley que los disciplina y regula sus efectos.)" FERRI, Luigi,
op. Cit., p. VIII.
15 "[ ... ]mientras que en los negocios jurídicos, los efectos están previsto en el mismo negocio, que contiene su regulación, regulación
creada precisamente, al menos en parte, por los particulares y no establecida por la ley." !bid., p. X.
16 MORALES, Rómulo "Hechos y actos jurídicos" en Foro Jurídico número 9 (por publicar).


17 ALPA, Guido, "El contrato en el derecho privado italiano actual", en Estudios sobre el contrato en general: por los sesenta años
del Código Civil italiano (1942-2002), ALPA, Guido, et. al., traducción de Leysser León, ARA Editores E.I.R.L., Lima, 2004, pp.
129-130 .
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

e) Los contratos son fuente de obligaciones y otros siendo eficaz, idóneo, para que a través de dicha
efectos 18• Téngase en consideración de que el situación alcance los fines prácticos que llevaron
contrato no solo tiene efectos obligatorios sino a las partes a contratar." 22
también reales. Es decir, que para que el contrato sea eficaz
f) Todo contrato debe de tener un contenido no se necesita solamente la configuración de
patrimonial y la prestación debe de ser una situacion jurídica subjetiva y una relación
económicamente estimable 19 • Para determinar jurídica -momento estático- sino además la
cuándo una prestación tiene contenido verificación de que dicha situación jurídica y
patrimonial la doctrina ha seguido dos posturas, relación jurídica (que el contrato ha regulado)
la subjetiva o la objetiva. El criterio que la teoría realicen plenamente las finalidades de las partes
subjetiva emplea es aquel que considera que el -momento dinámico-23 •
carácter patrimonial de la prestación es dado
por la estimación de las partes de la relación En resumen: el ordenamiento jurídico
obligatoria, es decir, que son las partes las delega a los particulares el poder de crear reglas
que determinan la valoración económica de la vinculantes, este poder autónomo es la autonomía
prestación. De modo contrario, la teoría objetiva, privada. Los actos de autonomía privada son los
la cual seguimos, indica que el criterio-parámetro negocios jurídicos, dentro de ellos están los contratos
para valorar si una prestación es económicamente que pueden ser definidos como el resultado de las
estimable (y por tanto jurídicamente debida) es declaraciones de voluntad de las partes, resultado
aquel que realiza su valorización en términos que consiste en la creación de un reglamento
socioeconómicos usuales que puede, incluso, ser de intereses encaminado a la satisfacción de los
percibido por un tercero (el juez). 20 intereses de la voluntad negociaJ24 .
g) Por último, es pertinente mencionar que en el
contrato se pueden identificar dos perspectivas: 3. Partes del Contrato y Terceros
una estática y otra dinámica.
En la estática:"El contrato es fuente de situaciones Una vez terminada esta parte introductoria,
jurídicas subjetivas y relaciones jurídicas o comenzaremos por mencionar los 4 elementos que
fuente de creación, regulación, modificación, conforman la estructura del contrato y que a su vez
transferencia o extinción de situaciones jurídicas determinan su validez y eficacia.
subjetivas y de relaciones jurídicas."21
En la dinámica: "El contrato se situará ante la a) Las partes del contrato.
situación jurídica subjetiva y la relación jurídica b) El acuerdo o consentimiento.
creada, regulada, modificada, transferida o e) El objeto.
extinguida por el contrato y se verifica de qué d) La causa.
modo el contrato -que ha sido su fuente- continúa e) La formalidad obligatoria. 25
18 Ya que es concebible la idea de que de los contratos deriven efectos reales, es decir, que tienen su incidencia en los derechos reales
-ya sea transfiriéndolos, constituyéndolos o extinguiéndolos-. Así está estipulado, también en el Código Europeo de Contratos en
su art. 1.1: "El contrato es el acuerdo de dos o más partes destinado a crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica,_Qg
la que pueden derivarse obligaciones y otros efectos, incluso a cargo de una de las partes." [el resaltado es nuestro]
19 Estas acotaciones son mencionadas por Luigi Ferri al observar la definición del contrato en el Código Civil italiano de 1942. FERRI,
Luigi, op. Cit., pp. XlVII-LXI
Articulo 1321 del CC italiano.- El contrato es el acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir entre sí una relación
jurídica patrimonial.
20 CANNATA, Cario Augusto, "Las obligaciones en general", en Derecho de las relaciones obligatorias: lecturas seleccionadas y
traducidas para uso de los estudiantes universitarios, traducción y compilación a cargo de Leysser León, Jurista Editores E.I.R.L.,
Lima, 2007, PP. 103-105.
21 MORALES, Rómulo, "Estudios sobre teoría general del contrato", Editora Jurídica Grijley E.I.R.L., Lima, 2006, p. 101.
22 Loe. cit.
23 !bid., p. 102.
24 Por voluntad negocia] nos referimos al término empleado por Luigi Ferri cuando aborda el tema de la causa del negocio jurídico.
Para el autor mencionado, la voluntad negocia] no es la voluntad de los sujetos sino que es la voluntad del mismo negocio que es
objetivada por las normas negociales. Me explico, se debe de entender de que no existe voluntad sin propósito, el negocio jurídico
(en nuestro caso el contrato) tiene pues una voluntad (la voluntad negocia!) y por tanto también deberá tener un propósito. Pro-
pósito que no es el que el sujeto persigue a través del negocio sino el propósito del mismo negocio. FERRI, Luigi, op. Cit., p. 233.
25 Esta enumeración no es universal, es decir que no todas las legislaciones enumeran o indican los mismos elementos que hemos
mencionado, sin embargo, de una interpretación sistemática de las normas se establece una analogía con los elementos que hemos
indicado.
Artículo 140 del Código Civil peruano.- El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o
extinguir relaciones jurídicas. Para su validez se requiere:
1.- Agente capaz.
2.- Objeto física y jurídicamente posible.
3.- Fin lícito.
4.- Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
Artículo 1325 del Código Civil italiano. indicación de los requisitos.- Los requisitos del contrato son:
1) El acuerdo de las partes
2) La causa


3)El objeto
4) La forma, cuando resulta prescrita por ley bajo sanción de nulidad
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

Para fines de esta parte del trabajo sólo nos donde la persona que celebra el contrato no es la
vamos a enfocar en el literal a. que queda vinculada a él, sino otra.
En estos casos excepcionales encontramos al
3.1 Partes del contrato representante y al nuncio.
En la representación se le otorga a una
Si se entiende que requisito de toda relación persona la legitimidad para producir mediante su
jurídica obligatoria es la identificación de las partes, actividad la mutación de una esfera jurídica distinta
no debería haber problema en sostener que en los a la suya. De ese modo, el representado es la parte
contratos (como fuente de obligaciones) las partes sustancial ya que es la persona interesada en los
constituyen, también, un elemento de validez o efectos del negocio y el representante es la parte
existencia. formal por ser él que actúa y celebra el contrato. 30
En definitiva: "Conocer quién asume el En el caso del nuncio, éste también tiene
compromiso y frente a quién lo asume, es tan la facultad de celebrar el contrato cuyos efectos
importante como conocer qué cosa es lo que uno se vincularán a otra persona, sin embargo el sólo puede
obliga hacer. Por lo tanto, los sujetos son, al igual declarar la voluntad de otro ya que su actividad
que el objeto, un requisito o elemento esencial del consiste en transmitir exactamente lo que otro ha
contrato." 26 dicho, indicando esa circunstancia a la otra parte.
Parte, es aquella persona a quien le pertenece La diferencia entre nuncio y representante está
el interés que se va a regular a través del negocio en que mientras este declara su voluntad en nombre
jurídico (contrato). Para Messineo parte contractual de otro, aquel solo declara la voluntad de otro.
es un centro de intereses 27 que en principio puede
estar conformada por un sujeto que persigue 3.2. Terceros
un interés determinado con el contrato pero
puede suceder también que la posición de parte A pesar de que resulta "relativamente fácil" la
contractual esté conformada por varios sujetos identificación de quién es un tercero en un contrato,
que tienen un interés en común (parte compleja creemos que es conveniente formular algunos
o compuesta). Entonces se puede afirmar que sin comentarios al respecto.
importar el número de sujetos de derecho que Podríamos definir al tercero como aquel sujeto
puedan intervenir, estos siempre van a constituir que no es parte (formal o material) del contrato, de
una parte única con respecto a las demás partes ese modo los efectos del negocio no pueden recaer
que intervienen el contrato. Por otro lado se sobre él (principio de relatividad de los efectos del
llamará contraparte a aquella parte que actúa en contrato). Así las cosas, los terceros son ajenos a la
contraposición con la otra 28 • relación jurídica (como nexo jurídico que une a las
La parte, puede ser considerada o determinada partes) que compone al contrato cuyo efectos sólo
también bajo dos perspectivas tienen eficacia entre las partes contractuales.
El contrato, entonces, no puede generar efectos
a) Parte en sentido formal: es la persona que celebra perjudiciales ni beneficiarios hacia los terceros. Sin
el negocio jurídico personalmente. embargo, de esta afirmación no se puede llegar a la
b) Parte sustancial o material: es la persona que conclusión de que el contrato no existe para ellos
ha quedado vinculada a través del negocio y que, por lo tanto, lo puedan desconocer, es decir,
jurídico. 29 que el contrato no les sea oponible.
Como menciona Mosset "El contrato es
Por lo general, ambas partes coinciden en oponible frente a todos, erga omnes. Es un error
la misma persona pero hay casos excepcionales en creer que sólo los derechos reales se dan erga omnes

Artículo 5.3 del Código Europeo de Contratos. Capacidad de contratar y elementos esenciales del contrato.- Los elementos esenciales
del contrato son:
a) El acuerdo de las partes

e
b) El contenido
Artículo 5.4 del Código Europeo de Contratos. Capacidad de contratar y elementos esenciales del contrato.- Una forma particular solo
será necesaria en los casos y para los fines indicados en este Código
26 FERRI, Luigi, op. Cit., p. 179.
~ 27 En la misma posición encontramos a Manuel de la Puente cuando afirma: "parte es la persona o personas unidas por el mismo
o
-·-
interés que es lo que se ha llamado (centro de interés)" DE LA PUENTE, Manuel, "El contrato en general: comentarios a la sección
o 28
primera del libro VII del Código Civil", Palestra Editores S.AC., Lima, 2007, vol.!, p. 396.
MESSINEO, Francesco, "Doctrina general del contrato", traducción de R.O. Fontanarrosa, S. Sentís Melendo y M. Volterra, ARA
Q Editores E.I.R.L., Lima, 2007, pp. 98-99.
~ 29 Esta clasificación es recogida por Luigi Ferri al mencionar que parte en sentido formal es aquella que ayuda a la formación del contrato
::;;;¡ en nombre e interés ajeno (se esta refiriendo al representante) y parte material es la que recibe los efectos del contrato (representado).
~ Sin embargo, a pesar de que al representante se le denomina como parte formal del contrato, esta no tiene tal calidad, como lomen-

¡ 30
ciona el autor "De la parte en sentido formal se puede decir que no es sujeto del contrato." FERRI, Luigi, op. Cit., p. 182.
Cabe mencionar que esta afirmación no es del todo pacífica en la doctrina. Manuel de la Puente, por ejemplo, menciona: "No llego
o¡;;¡;,. a estar de acuerdo con este distingo, pues pienso que el caso de la representación, el representante -pese a ser contratante, en el


sentido que el contrato es obre suya y contiene su voluntad- no es parte contractual-ni aun formal-, pues no recibe los efectos del
contrato." DE LA PUENTE, Manuel, op. cit., p. 397 .
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

y que por eso son absolutos. Toda relación jurídica, partes que lo han celebrado. Sin embargo esta regla
sea real o personal, se da erga onmes y debe de ser (principio de relatividad de los efectos del contrato)
respetada por los terceros; su violación apareja no es absoluta, ya que, tiene excepciones. El presente
siempre responsabilidad." 31 capítulo abordará precisamente este tema pero
Para terminar esta parte de nuestro trabajo creemos que es conveniente dar en primer lugar una
queremos mostrar, a modo de ejemplo, como sucinta revisión de los principios del contrato.
interviene el tercero en el contrato de promesa del
hecho de un tercero. 4.1. Principios generales de los contratos
En este contrato, el promitente le promete al
promisorio que un tercero realizará un hecho y que A continuación expondremos los principios
en caso de que esto último no suceda, el promitente de los contratos con cierto detalle.
le pagará una indemnización. Nótese que el contrato
es válido y eficaz entre las partes del contrato, no l. Principio de la autonomía (o libertad)
existe vinculación con el tercero; en caso de que éste contractuaP 3 : este principio establece que
no realice el hecho, el promisorio no le puede exigir las partes pueden establecer libremente
el cumplimiento del hecho prometido, porque no el reglamento de intereses. Pero, como ya
tiene vinculación alguna con este, es decir, no hay expusimos, la autonomía privada de las partes
una relación jurídica obligatoria entre promisorio no es absolutamente libre ya que el reglamento
y tercero. La relación jurídica se compone entre creado debe de estar armonizado con los
promisorio y promitente, el tercero es ajeno a las demás principios y valores que consagra el
situaciones jurídicas subjetivas que van a derivar ordenamiento jurídico. Entonces, este principio
del contrato. no se ejerce de manera libre porque es:
De ese modo, se comprende que el promisorio
tiene una situación jurídica potestativa y el a. Relativo: porque nunca las partes van a poder
promitente una situación jurídica de sujeción en caso regular todos los efectos del contrato que
de que el tercero incumple, o mejor dicho no realice, celebran, la creatividad de las partes es limitada
el hecho que ha sido prometido. No hay un efecto al momento de creación de las cláusulas del
jurídico hipotético ante la concreta no realización del reglamento; por ello, se aplicará de manera
hecho por parte del tercero que lo haga participar supletoria las normas del Código Civil.
como responsable solidario junto con el promitente b. Condicionado: porque todo contrato va a
en la indemnización. El promisorio, tiene la potestad depender de hechos exteriores o circunstancias
de exigir el pago de la indemnización en caso de distintas del propio contrato.
que el tercero no haga el hecho sólo al promitente c. Limitado: porque la autonomía privada siempre
y no al tercero32 • va a estar subordinada a las normas superiores
y valores del ordenamiento jurídico.
4. Principios del Contrato, en General y El
Principio de la Relatividad de los Contratos, 2. Principio consensualista 34 : se refiere a que va
en Particular a ser el acuerdo -visto como la unión de las
declaraciones de las partes- que tiene implícito
En el capítulo anterior dijimos que por regla el consentimiento de las partes el elemento
general, los efectos del contrato sólo recaen en las fundamental del contrato.

31 Mosset, Jorge, "Contratos", Ediar, Buenos Aires, 1981, p. 293.


32 Morales, Rómulo (2006), op. cit., p 433.
33 Artículo 1354 del Código Civil peruano.- Las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato, siempre que no sea
contrario a norma legal de carácter imperativo.
Artículo 1.1 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.- Las partes son libres para celebrar un
contrato y para determinar su contenido.
Artículo 2.1 del Código Europeo de Contratos.- Las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato dentro de los
límites impuestos por las normas imperativas, las buenas costumbres y el orden público, tal como se establece en este Código, en
el Derecho comunitario o en las leyes nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea, con tal que las partes no persigan
con ello únicamente perjudicar a tercero.
Artículo 1:102(1) de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.- Las partes son libres para celebrar un contrato y establecer
su contenido, dentro del respeto de la buena fe y de las normas imperativas dispuestas por los presentes principios.
34 Artículo 1351 del Código Civil peruano.- El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir
una relación jurídica patrimonial.
Artículo 3.2 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.- Todo contrato queda perfeccionado,
modificado o extinguido por el mero acuerdo de las partes, sin ningún requisito adicional.
Artículo 1.1 del Código Europeo de Contratos.- El contrato es el acuerdo de dos o más partes destinado a crear, regular, modificar
o extinguir una relación jurídica, de las que pueden derivarse obligaciones y otros efectos, incluso a cargo de una sola parte.
Artículo 2:101(1) de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.- El contrato se perfecciona, sin necesidad de ninguna otra
condición, cuando


(a) las partes tienen la intención de obligarse legalmente y
(b) alcanzar un acuerdo suficiente
¿EN QUÉ: MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

3. Principio de la obligatoriedad o de la fuerza siempre y cuando este último no realice un


vinculante del contrato 35 : quiere decir que los comportamiento culpable. Me explico, la
contratos son obligatorios en cuanto se haya teoría recogida por nuestro ordenamiento es
declarado en ellos, es decir que una vez celebrado la de la recepción es decir que en materia de
el contrato este vincula a las partes de tal forma declaraciones recepticias se presume que quien
que estas no se pueden desligarse a no ser que ha recibido la comunicación la conoce. Salvo que
sucedan supuestos que determinen lo contrario el receptor pueda demostrar de que no ha podido
(el mutuo disenso, la resolución, la rescisión y la conocerla sin culpa (caso fortuito, fuerza mayor,
invalidez). 36 etc.).
4. Principio de la relatividad de los efectos del 6. Principio de la buena fe 39 : se distingue en doctrina
contrato 37 : este principio explica que los efectos la buena fe objetiva y la buena fe subjetiva, en
de los contratos sólo recaen sobre las esferas esta última trata sobre el desconocimiento o
jurídicas de las partes que los celebran. Pero hay ignorancia de que el actuar del sujeto no daña
casos en donde los contratos afectan, de forma o perjudica a terceros, en la buena fe objetiva
excepcional, a los terceros. Sin embargo, esta -aplicable en materia de contratos- se busca
afectación tiene límites y es que si bien se permite el correcto comportamiento de las partes en
que el contrato genere efectos hacia terceros, las distintas etapas del contrato (etapa de
estos no lo pueden perjudicar en su patrimonio. negociación, etapa de celebración del contrato,
Esto último está recogido en el principio de la etapa de ejecución del contrato y etapa post-
prevención de la lesión patrimonial injusta. contractual).
5. Principio de la tutela de la confianza no 7. Principio causalístico 40 : este principio hace
imputable 38 : este principio indica que el referencia a la noción de causa del contrato
ordenamiento jurídico ha preferido proteger vista esta como el fin económico-social que las
al receptor o destinatario de la declaración partes persiguen con el contrato o que resulta
35 Artículo 1361 del Código Civil peruano.- Los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos.
Se presume que la declaración expresada en el contrato responde a la voluntad común de las partes y quien niegue esa coincidencia
debe probarla.
Artículo 1.3 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.- Todo contrato validamente celebrado
es obligatorio para las partes. Solo puede ser modificado o extinguido conforme a lo que él disponga, por acuerdo de las partes o
por algún otro modo conforme a estos principios.
Artículo 42 del Código Europeo de Contratos.- El contrato tiene fuerza de ley entre las partes[ ... ].
Artículo 2:102 de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.- L voluntad de las partes de obligarse por contrato se de-
terminará a partir de sus declaraciones o su conducta, tal y como éstas fueran razonablemente entendidas por la otra parte.
36 ALPA, Guido, op. cit., p. 143-144.
37 Artículo 1363 del Código Civil peruano.- Los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan y sus herederos, salvo
en cuanto a éstos si se trata de derechos y obligaciones no trasmisibles.
Artículo 1372 del Código Civil italiano de 1942.- El contrato tiene fuerza de ley entre las partes. No puede ser disuelto sino por
mutuo consenso o por causas admitidas por la ley.
El contrato no produce efectos respecto de los terceros en los casos previstos por la ley.
Artículo 42 del Código Europeo de Contratos.- El contrato tiene fuerza de ley entre las partes y produce efectos a favor de terceros
según lo previsto en las reglas del presente título.
Artículo 6:110(1) de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.- Cualquier tercero tendrá derecho a exigirle cumplimiento
de una obligación contractual cuando las partes hayan acordado de manera expresa otorgarle este derecho o cuando dicho acuerdo
se infiera del objeto del contrato o de las circunstancias del caso. No será necesario que el tercero quede identificado en el momento
de la conclusión del contrato.
38 Artículo 1373 del Código Civil peruano.- El contrato queda perfeccionado en el momento y lugar en que la aceptación es conocida
por el oferente.
Artículo 1374 del Código Civil peruano.- La oferta, su revocación, la aceptación y cualquier otra declaración contractual dirigida a
determinada persona se consideran conocidas en el momento en que llegan a la dirección del destinatario, a no ser que este pruebe
haberse encontrado, sin su culpa, en la imposibilidad de conocerla.
Si se realiza a través de medios electrónicos, ópticos u otro análogo, se presumirá la recepción de la declaración contractual, cuando
el remitente reciba el acuse de recibo.
Artículo 1.10 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.-
(1) Cuando sea necesaria una notificación, esta se hará por cualquier medio apropiado según las circunstancias.
(2) La notificación surtirá efectos cuando llegue al ámbito o círculo de la persona a quien va dirigida.
(3) A los fines del párrafo anterior, se considera que una notificación "llega" al ámbito o círculo de la persona a quien va dirigida
cuando es comunicada oralmente o entregada en su establecimiento o dirección personal.[ ... ].
39 Artículo 1362 del Código Civil peruano.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y
común intención de las partes.
Artículo 1.7 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.-
(1) Las partes deben actuar con buena fe y lealtad negocia! en el comercio internacional.
(2) Las partes no pueden excluir ni limitar este deber.
Artículo 1:201 de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.-
(1) Cada parte tiene la obligación de actuar conforme a las exigencias de la buena fe.
(2) Las partes no pueden excluir este deber ni limitarlo.
40 Artículo 1362 del Código Civil peruano.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y
común intención de las partes. [El resaltado es nuestro]
Artículo 4.1 (1) de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales.- El contrato debe interpretarse


conforme a la intención común de las partes. [El resaltado es nuestro]
Artículo 5.1.2 de los Principios UNIDROIT sobre los Contratos Comerciales Internacionales Las obligaciones implícitas pueden
derivarse de:
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

perseguido con el contrato, nótese que no me él ya que incluso puede exigir el cumplimiento de
estoy refiriendo a la teoría objetiva de la causa la obligación 44 •
que asemejaba a la causa con el tipo contractual, Una simple observación, daría cuenta de que
en ese sentido la causa termina ubicada en la nuestro ordenamiento es incoherente al estipular en
misma leyY una norma que los efectos del contrato sólo recaen
8. Equivalencia material de prestaciones 42 : este sobre las partes y al estipular en otra de que por
principio está referido a la prohibición del abuso medio del contrato a favor de tercero, este puede
de una parte frente a la otra, por ejemplo la ser acreedor de un beneficio que deriva del contrato
estipulación de cláusulas vejatorias. base.
9. Principio de la función social 43 : este principio Es conveniente tratar de dar una solución a
indica que una Ley puede establecer limitaciones tal problema, para ello planteamos las siguientes
razonables a los contratos siempre y cuando hipótesis de solución.
se utilicen los medios legítimos y se busque, En primer lugar, dado que el principio de de
con dichas limitaciones, fines legítimos autonomía privada permite a las partes la libertad
fundamentados en valores constitucionales. de dar contenido al contrato, se puede concluir que
ellas pueden crear estipulaciones que provoquen
4.2. La erosión del principio de relatividad de los que los efectos de su contrato recaigan sobre las
efectos del contrato esferas jurídicas de los terceros.
Adoptar esta postura sería contraria a la
Nuestro Código Civil recoge este principio noción de autonomía privada que hemos dado, ya
en el artículo 1363: que, este poder autónomo tiene límites y uno de
ellos es respetar las normas imperativas.
Artículo 1363.- Los contratos sólo producen Me explico, el principio de autonomía
efectos entre las partes que los otorgan y sus contractual 45 tiene dos dimensiones una en sentido
herederos, salvo en cuanto a éstos si se trata positivo y otra en sentido negativo.
de derechos y obligaciones no trasmisibles. "En concreto, y en sentido positivo, la libertad
contractual es la libertad de decidir si el contrato
Esto quiere decir que los efectos del contrato se celebra o no, de elegir a la contraparte, de elegir
sólo pueden recaer sobre las partes (o sus herederos, el contenido, de escoger la forma, de decidir la ley
si el tipo obligación debida lo permite) y no a aplicable al contrato, de elegir las modalidades
terceros. de regulación de las controversias emergentes del
Sin embargo, el artículo 1457 regula el contrato. En sentido negativo, significa que las partes
contrato a favor de tercero: pueden actuar libremente, dentro de los límites
establecidos por el ordenamiento. Según la llamada
Artículo 1457.- Por el contrato en favor de "norma de clausura" (norma di chiusura), en virtud
tercero, el promitente se obliga frente al de la cual se concede a las partes la posibilidad de
estipulante a cumplir una prestación en hacer todo lo que no esté expresamente prohibido
beneficio de tercera persona. [ ... ]"46_
El estipulan te debe tener interés propio en la Estas dimensiones de la autonomía (o
celebración del contrato. libertad) contractual seguidas por Guido Alpa, no
difieren -en lo sustancial- de lo que dijimos en el
En este contrato el tercero no sólo recibe los primer capítulo sobre autonomía privada. Siguiendo
efectos del contrato sino que también interviene en la postura de Luigi Ferri y Rómulo Morales dijimos

(a) la naturaleza y finalidad del contrato;


(b) Las prácticas establecidas entre las partes y los usos;
(e) La buena fe y la lealtad negocia!.
(d) El sentido común. [El resaltado es nuestro!
Artículo 5:101 de los Principios de Derecho Europeo de los Contratos.- . . .• . .
(1) Los contratos se interpretan conforme a la intención común de las partes. incluso cuando d1cha mterpretacwn no comc1da con
el tenor literal de las palabras utilizadas. [El resaltado es nuestro] . . . . .•
(2) Si se demuestra que una parte buscó dar un sentido particular al contrato y que la otra parte no pod1a 1gnorar d1cha mtencwn
en el momento de celebrarlo, el contrato deberá interpretarse en el sentido dado por la primera.
41 FERRI, Luigi, op. cit., pp. 227-232. .•
42 Artículo 1398 del Código Civil peruano.- En los contratos celebrados por adhesión y en las cláusulas generales de contrataoon no
aprobadas administrativamente, no son válidas las estipulaciones que establezcan, en favor de qmen las ha redactado, exoneracwnes
o limitaciones de responsabilidad; facultades de suspender la ejecución del contrato, de rescindido o de resolverlo, y de proh1b1r
a la otra parte el derecho de oponer excepciones o de prorrogar o renovar tácia~en el contrato. . .
43 Artículo 1357 del Código Civil peruano.- Por ley, sustentada en razones de interes sooal, nacwnal o pubhco, pueden establecerse
garantías y seguridades otorgadas por el Estado mediante contrato. . . . . . .• .
44 Artículo 1461 del Código Civil peruano.- El estipulan te tiene derecho a ex1g1r el cumphm1ento d:
la obhgacwn por el p~omJten.
El mismo derecho le corresponde al tercero beneficiario una vez que haya efectuado la declaraoon a que se ref1ere el articulo 1458


y a los herederos del mismo en el caso del artículo 1459.
45 Entiendo que la autonomía contractual es una especificación de la autonomía privada.
46 ALPA, Guido, op. cit., p. 148.
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

que: La autonomía privada es el poder dado por de todas formas, puede rechazar el beneficio
una norma superior a los particulares para que [ .•. ]."
47
[El subrayado es nuestro]
estos puedan producir cambios jurídicos mediante
el establecimiento, modificación o derogación de Expuesto lo anterior, cabe preguntarnos ¿El
normas jurídicas. Es pues, el ordenamiento jurídico principio de la relatividad de los efectos del contrato,
el que delega a los particulares capacidad normativa tiene vigencia en los demás ordenamientos jurídicos
para que estos puedan regular sus intereses y, de ese o se trata de un principio desfasado, es decir, que
modo, crearse un ordenamiento jurídico privado ya no resulta útil para determinar el alcance de los
subordinado, coordinado y armonizado con el efectos del contrato? 48
ordenamiento jurídico superior. Para el profesor Moscati el principio de la
Se concluye que así como es el ordenamiento relatividad de los efectos del contrato ha sido aceptado
jurídico el que nos da dicho poder autónomo, este tanto en los ordenamientos jurídicos civil como en
también puede limitarlo. los del common law. Incluso, ha sido expresamente
El artículo 1363, que recoge el principio recogido en algunos códigos49, en otros el principio
de relatividad, es una norma imperativa, ya se infiere implícitamente del sistema50 •
que no permite que el contrato genere efectos Sin embargo, para el autor, existen dos
-desfavorables o beneficiosos- a los terceros. Sin manifestaciones que ponen en evidencia la erosión,
embargo, excepcionalmente, nuestro ordenamiento es decir que ponen en duda la vigencia, del principio
permite que las partes puedan mediante su contrato de relatividad:
generar efectos a los terceros, siempre y cuando estos La primera de ellas es la aceptación de
sean beneficiosos para ellos y estos, previamente, remedios contractuales a favor de los terceros y la
acepten el beneficio (principio de la prevención otra es la responsabilidad del tercero por la injerencia
patrimonial injusta). en la ejecución de un contrato ajend 1•
Este sería un fundamento normativista, el Esta erosión del principio de la relatividad
cual creemos que es el más adecuado para explicar de los efectos del contrato, tiene la particularidad
esta aparente contradicción entre las normas (1363 de poner principal atención en descifrar quién es
y 1457). parte del contrato y quién es tercero52 •
Guido Alpa, tambien entiende que el contrato Cuando nosotros, en páginas anteriores,
a favor de tercero es una excepción al principio de tratamos de definir el término tercero, dijimos que
relatividad de los efectos del contrato: podríamos definir al tercero como aquel sujeto que
no es parte (formal o material) del contrato, de ese
"Los sujetos quedan vinculados sólo si modo los efectos del negocio no podían recaer sobre
existe consentimiento: a los terceros no él (principio de relatividad de los contratos). Así,
se les permite vincular a un sujeto sin su concluimos que el contrato no puede generar efectos
consentimiento; las partes tampoco pueden, perjudiciales ni beneficiarios hacia los terceros.
mediante el contrato por ellas celebrado, Pero también dijimos que la definición del
vincular a sujetos que no han tomado parte en término tercero era una tarea "relativamente fácil",
el acuerdo. Este principio [se está refiriendo al y esto porque, como ahora vemos, nuestra definición
principio de relatividad] experimenta algunas tiene el defecto de ser incompleta e inútil bajo estas
excepciones: por ejemplo. el contrato a favor circunstancias.
de tercero produce efectos con respecto a La erosión del principio que venimos
un sujeto que no es parte del contrato; ello estudiando, hace que el término tercero se haga
se permite porque el efecto es ventajoso, complejo ya que es a través de la individualización
porque el contrato produce la adquisición de del tercero que la doctrina y la jurisprudencia -como
un derecho en ventaja del tercero; pero éste, nos dice Mosca ti- puede individualizar también "el

47 !bid., p. 144.
48 Para esta parte del trabajo seguiremos lo expuesto por el profesor Enrico Mosca ti en su artículo "los remedios contractuales a favor
de los terceros."
MOSCATI, Enrico, "Los remedios contractuales a favor de los terceros", traducción y notas de Renzo E. Saavedra, en Material de
enseñanza derecho civil8: contratos, Rómulo Morales, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2008,
vol. !, pp. 306-332.
49 Artículo 1372 del Código Civil italiano. Eficacia del contrato.- El contrato tiene fuerza de ley entre las partes. No puede ser disuelto
sino por mutuo consenso o por causas admitidas por la ley.
El contrato no produce efectos respecto de los terceros en los casos previstos por la ley.
50 Por ejemplo en el derecho inglés en la doctrina del "Privity of Contrae!" (a non party can not bring an action on the contrae!). Esto
es "un tercero no puede obtener una acción de un contrato." MOSCATI, Enrico, op. cit., p. 308.
51 Así lo manifiesta el profesor Mosca ti: "En efecto, las hipótesis en las cuales un contrato puede asumir relevancia, directa o indirecta,
frente a los terceros, ya sea justificando una responsabilidad extracontractual de una de las partes o, por otro lado, constituyendo
un instrumento de protección -esta vez a favor de los mismos terceros en desmedro de las partes, son ya tan numerosas en la
experiencia de los derechos codificados y de los países del commm1law que induce a preguntarnos si no se impone ya la derogación
del principio de la relatividad de los efectos del contrato, el cual habría permanecido en los diversos ordenamientos más por la
fuerza de la tradición que por su efectivo alcance práctico." !bid., pp. 308-309.
52 !bid., p.309.

11
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

área el la cual el remedio contractual puede operar Así pues, en un caso en donde una doméstica
a favor del tercero." 53 había sufrido quemaduras por la defectuosa
Estos remedios contractuales a favor del instalación de un calefactor a gas. El Reiclzsgericlzt,
tercero derivan de los contratos con efectos en 1930, le otorgó la posibilidad de accionar para el
protectores frente a terceros y aquellos contratos en resarcimiento de los daños valiéndose del contrato
donde la extensión de los efectos -favorables- hacia estipulado por su empleador. El tribunal consideró
los terceros son prerrogativas de las mismas partes que el contrato para la instalación de la calefacción
del contrato ya que son ellas las que acuerdan el a gas debería de entenderse como un contrato
beneficio (contratos a favor de terceros). concluido también a favor del tercero (la doméstica)
Creemos que es necesario hacer una distinción ya que este se encontraría en"contacto" con el objeto
entre el contrato a favor de tercero y el contrato con del contrato57 •
efectos protectores frente a terceros. Esta necesidad Este caso que el tribunal alemán lo subsume
surge de la similitud de ambas figuras y dado que a una hipótesis de contrato a favor a tercero dio el
nuestro tema principal es el contrato a favor de camino para que se elaborara una figura contractual
tercero, resulta conveniente, en esta parte de nuestro nueva: El contrato con efectos protectores frente a
trabajo, aclarar esta similitud. terceros.
Me explico, la legislación alemana ha
4.3. Contrato a favor de tercero y Contrato con regulado en el BGB el contrato a favor de tercero 58, en
efectos protectores frente a terceros donde el beneficio del tercero nace de la prerrogativa
de las partes. En el caso de la doméstica, esto no ha
El contrato a favor de tercero, tiene la sucedido; por tanto, se estaría forzando la figura del
característica de que son las partes las que se han contrato a favor de tercero para darle protección al
puesto de acuerdo en otorgar el efecto beneficiario al tercero. 59
tercero y este a su vez a declarado su consentimiento Ante tal situación, se dio como solución que el
para que el efecto altere su esfera jurídica54 • Es de tercero -en estos casos- tenga la potestad de valerse
recalcar que se le otorga al tercero la facultad de del contrato base para pedir el resarcimiento de daños
exigir la prestación debida. porque los deberes de protección no solo se refieren
Este contrato "ha constituido en algunos a las partes del contrato, sino también a los terceros
ordenamientos europeos de derecho codificado, el implicados en el área de protección del contrato 60 •
(caballo de Troya) utilizado para abrir una brecha Si bien es cierto que en un principio el contrato
en las murallas del principio de relatividad de los con efectos protectores frente a terceros, solo tenía
efectos del contrato" 55 • desarrollo en la jurisprudencia, actualmente con la
Claro ejemplo de ello lo encontramos en la ley del26 de noviembre de 2001, sobre la reforma del
legislación alemana en donde el contrato a favor derecho de las relaciones obligatorias en Alemania,
de tercero sirvió de base para la elaboración, por la este contrato ha tenido reconocimiento legislativo
jurisprudencia de dicho país, del contrato con efectos a través de la combinación de las disposiciones del
protectores frente a terceros 56 • los parágrafos 311-tercer párrafo-61 y parágrafo 241

53 Ibid., p.310.
54 Cabe destacar, como se verá más adelante, que en algunos ordenamientos el tercero adquiere el derecho de manera directa de la
celebración del contrato pero se le otorga a este la posibilidad de rechazarlo.
55 MOSCATI, Enrico, op. cit., p. 313.
56 Similar figura a la del contrato con efectos protectores frente a terceros, la encontramos en Francia bajo el nombre de contrato con
obligaciones asumidas tácitamente a favor de un tercero. Ibid., p. 314.
57 Ibid., p. 317.
58 Primer párrafo del parágrafo 328 del BGB: Por contrato puede ser estipulado una pretensión a un tercero con el efecto adquiera
de forma inmediata el derecho de exigir la prestación.
59 MOSCATI, Enrico, op. cit., p. 318.
60 Es pertinente en estos momentos dar una mejor precisión al concepto de "deberes de protección". Se hace referencia, como menciona
Luigi Mengoni, que la relación jurídica obligatoria tiene una estructura compleja cuando al deber de prestación se ha integrado con
una serie de deberes accesorios coordinados en un nexo funcional unitario. Los deberes de protección, son justamente estos deberes
accesorios cuya finalidad es extender la tutela de la relación obligatoria y por ende el régimen de la responsabilidad contractual.
Dicha tutela permite que las partes vean asegurado sus intereses de preservar su propia persona y sus bienes del riesgo específico
de daño creado por la misma relación jurídica. LEÓN, Leysser, op. cit., p.145.
Del mismo modo señala Francesco Benatti, que se ha utilizado a la buena fe como cláusula normativa general para encontrar el
fundamento de los deberes de protección, así pues en el BGB se ha empleado el§ 242 y el artículo 1175 del Código Civil italiano. Los
deberes de protección se diferencian del deber de prestación (a pesar de que ambos forman parte de la misma relación obligatoria) en
que mientras este último es propio de la situación jurídica del deudor y que siempre tiende a la satisfacción del interés del acreedor,
el primero se caracteriza por ser deberes recíprocos, es decir, que recaen en ambas partes (acreedor y deudor) y están dirigidos a la
satisfacción del interés de cada una de las partes de preservar su persona y su patrimonio de hechos lesivos. Ibid., p. 153.
61 Tercer párrafo del parágrafo 311 del BGB:
(3) Una relación obligatoria con deberes a los cuales se refiere el2do párrafo del§ 241 puede producirse frente a personas que no
estén destinadas a formar parte de la relación contractual. Tal relación obligatoria nace, en particular, si el tercero adquiere, para


sí mismo, un nivel de confianza en la conducta de los otros, influyendo de manera relevante en las tratativas contractuales o en la
conclusión del contrato.
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

-segundo párrafo- 62 . En función de los cuales los 5.1. La naturaleza jurídica del contrato a favor de
deberes de protección son extendidos por el tercer tercero
párrafo del parágrafo a quienes no sean parte del
contrato 63 • A continuación, se explicarán las diferentes
Visto esto consideramos que la principal teorías 65 que pretendieron explicar la naturaleza
semejanza entre ambos contratos es que da la jurídica del contrato a favor de tercero.
posibilidad a que un tercero utilice el contrato
celebrado entre las partes para poder oponer una a. La teoría de la oferta.
pretensión frente a alguna de ellas. Además, como Esta teoría indica que existen dos contratos. El
dice Mosca ti, ambos contratos son manifestaciones primero vincula al estipulante y al promitente, en
de la "extensión del contrato en beneficio de donde este último se compromete a realizar una
terceros". 64 prestación a favor de aquel. Una vez ejecutada la
Se debe añadir que el tercero en ambos casos prestación, el estipulante le formula una oferta al
está en una situación de proximidad al estatus de tercero en la cual si este acepta el estipulante se
parte contractual. De ahí que podemos concluir que, obliga a ejecutar a favor del tercero la prestación
bajo estas circunstancias, el tercero puede ser visto a cargo del promitente que fue materia del primer
bajo dos perspectivas que son excluyentes entre sí contrato.
dado que cada una se sitúa en hipótesis o supuestos Las objeciones a esta teoría son las
diferentes. siguientes:

a) El tercero visto como aquel sujeto que se a) No se garantiza de manera adecuada el beneficio
encuentra en una relación de proximidad con una del tercero ya que éste entra primero al patrimonio
de las partes del contrato ya que la naturaleza del estipulante y por tanto estaría afecto por las
del contrato hace que el tercero tenga algunas de acciones que pudieran tener los acreedores del
las potestades que son inherentes al estatus de estipulan te.
parte del contrato (es el supuesto del tercero en b) Si el estipulante fallece antes de realizar la
el contrato a favor de tercero, en donde las partes oferta al tercero, el beneficio sería reclamado
acuerdan la extensión de los efectos -favorables- por los herederos del estipulante ya que este
al tercero y este los ha aceptado). conformaría la masa hereditaria.
b) El tercero, visto como aquel sujeto que tiene e) Si el tercero fallece antes de aceptar la oferta por
interés en la ejecución exacta del contrato, dado parte del estipulante, dicha oferta caduca.
que si la ejecución es inexacta puede perjudicarle d) El derecho del tercero no surgiría del primer
en sus derechos de la personalidad o en su contrato sino del segundo, lo cual va en contra
patrimonio. Dicho tercero también se encuentra de la propia esencia de esta figura contractual.
en una relación de proximidad con una de las
partes pero la diferencia con el supuesto anterior b. La teoría de la gestión de negocios.
está, en que en este caso la extensión de los efectos Esta teoría indica que el estipulante actúa como
del contrato hacia el tercero, no han nacido de gestor de negocios del tercero y en tal condición
un acuerdo de las partes contractuales (es el caso celebra el contrato con el promitente. Luego el
de los deberes de protección en el contrato con tercero ratificaría lo actuado por el estipulante
efectos protectores frente a terceros). consiguiendo, de esa manera, que se le considere
Dado que nuestro tema es el contrato a favor como si hubiese contratado directamente con el
de tercero, se tendrá que observar la definición que promitente y que por ello adquiere el derecho a la
hemos dado de tercero en el literal a. prestación a cargo de este.
Esta teoría fue objetada bajo los siguientes
5. El Contrato a Favor de Tercero argumentos.

Visto lo anterior, ya tenemos lo necesario a) En esta teoría, el estipulante tendría un rol de


para enfocarnos en nuestro tema principal que es representación sin poder, mientras que en el
el contrato a favor de tercero y la situación jurídica contrato a favor de tercero el estipulante obra
del tercero en dicho negocio jurídico. en su propio nombre.
<:¡

·--
o 62 Segundo párrafo del parágrafo 241 del BGB:
o (2) La relación obligatoria puede, según su contenido, obligar a cada una de las partes a proteger los derechos, bienes jurídicos y
los intereses de la otra parte.
Q 63 MOSCATI, Enrico, op. cit., pp. 321-322.
=:: 64 Ibid., p.311.
65 Estas teorías han sido mencionadas por el profesor De la Puente y La valle en su libro. De la Puente, Manuel, "El contrato en general:
~
"'!1 comentarios a la sección primera del libro VII del Código Civil", Palestra Editores S.AC., Lima, 2007, vol. III, p. 133-142.
Cabe destacar que estas teorías fueron elaboradas por la doctrina clásica francesa que recogió el principio de relatividad de los
~ efectos del contrato (formulado por el Derecho romano, en donde se prohibía la posibilidad que alguien pueda estipular por otro)
o


para que el referido principio no se desnaturalice. Es decir, dado que no se concebía, en Francia, la posibilidad de que por el solo

""
hecho de haberse celebrado un contrato se pueda alterar la esfera jurídica de un tercero, este tenía que intervenir de algún modo
en la formación del contrato, es así que surgen estas teorías para tratar de dar solución a este problema .
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

b) Cuando se produce la ratificación en la gestión Luego, en segundo lugar, analizaremos dicha


de negocios, el gestor ya no tiene relación jurídica figura contractual desde nuestro ordenamiento
con el promitente jurídico. Posteriormente, mencionaremos las
e) El derecho del tercero nace de la ratificación y no posturas de los profesores De la Puente, Forno
del contrato. y Morales al respecto, en este punto citaremos
d) En el contrato a favor de tercero el estipulante textualmente las principales afirmaciones de los
puede revocar al tercero hasta que este no haya juristas mencionados. Y, por último, expondremos
aceptado, mientras que el gestor de negocios, nuestras propias observaciones.
dicha situación no se da.
5.2.1. Francia
c. La teoría de la autonomía de la voluntad. La escuela Filosófica del Derecho Natural
Según esta teoría la voluntad de las partes que propugnaba que un individuo puede vincularse
ha sido expresada en el contrato a favor de terceros jurídicamente por su voluntad. Esta voluntad se
puede por sí misma, crear efectos hacia terceros. ve reflejada en el contrato dado que el individuo
La objeción principal que se le puede hacer a es libre para elegir a la contraparte, establecer los
esta teoría es que en nuestro ordenamiento jurídico términos del contrato y, del mismo modo, obligarse
el principio de relatividad está codificado de forma a realizar una prestación. Así pues, las partes del
imperativa. contrato logran vincularse jurídicamente no gracias
al ordenamiento sino al acuerdo, es decir, a la
d. La teoría de la institución propia. concordancia de ambas voluntades 66 •
Esta teoría no busca explicar la naturaleza del De lo señalado se desprende que para la
contrato a favor de tercero en otras instituciones doctrina clásica francesa, la posibilidad de que
como lo hacen las anteriores teorías. El contrato bajo un contrato afecte la esfera jurídica de un tercero
estudio tiene su fundamento o justificación en la ley es reprochable. En palabras del profesor Hugo
y es esta la que va a fijar sus límites. Forno: "Hablar de un contrato celebrado entre
dos partes pero que pueda afectar directamente
e. Nuestra posición: el Contrato a favor de tercero la esfera jurídica de un tercero, resulta no sólo
es una excepción al principio de relatividad de aventurado sino peligroso. Aventurado, porque
los efectos del contrato. significa dirigirse contra el peso de la tradición y
Como ya lo explicamos anteriormente, creemos de las enseñanzas del derecho romano, contestando
que el contrato a favor de tercero es una excepción al los firmes postulados filosóficos entonces en boga;
principio de relatividad de los efectos del contrato. y peligroso, porque la eficacia relativa del contrato
La autonomía privada es un poder que nos ha sido coherente con la concepción de la autonomía de
otorgado por el ordenamiento jurídico para poder la voluntad, es uno de los dogmas en los cuales la
elaborar un reglamento de intereses y que este institución del contrato descansa." 67
genere sus efectos. La doctrina francesa para aliviar esta situación
Así como es el ordenamiento el que nos conflictiva tenia dos caminos: considerar que la
otorga tal poder, este a su vez puede restringirlo o aceptación del derecho por parte del tercero, debía,
ampliarlo. En este caso el ordenamiento jurídico nos necesariamente ser el supuesto de hecho contractual
legitima para poder extender los efectos del contrato y de ese modo el tercero seria parte del contrato
hacia terceros siempre y cuando estos efectos lo o bien la declaración del tercero hace que este
beneficien y este los haya aceptado. participe en los efectos del contrato, es decir, que
Nótese que el principio de relatividad de los mediante su aceptación vuelve eficaz el contrato.
efectos del contrato ya no es visto como un principio Cualquiera de los dos caminos da como resultado
absoluto, con lo era en el Derecho romano, sino como la siguiente conclusión: "El derecho estipulado a
la regla general y como toda regla, puede soportar favor del tercero no ingresa a su esfera mientras
excepciones. este no lo admita de manera explícita mediante una
declaración de voluntad que puede operar en planos
5.2. ¿En qué momento el tercero adquiere el distintos según la concepción de que se trate." 68
derecho? De estos dos caminos sólo me dedicaré a
desarrollar el segundo, ya que albergar la posibilidad
Para tratar de dar un sentido coherente a esta de que el tercero se convierta en parte del contrato
Cl
parte del trabajo consideramos que es necesario, en -como afirma el primero- iría contra la misma
primer lugar, describir cómo es que ha sido regulado
la figura del contrato a favor de tercero dentro
naturaleza del contrato a favor de tercero.
La teoría de la condición legal "condicio ~
de los ordenamientos francés, alemán e italiano. iuris".- Esta teoría explica que del contrato a favor ,S
~
::J
"!~

66 FORNO, Hugo, "El contrato y la colaboración con la esfera jurídica ajena", en lus Et Veritas, revista editada por estudiante de la ~
O


Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, año V, Número 10, 1995, p.184.
67 !bid., p. 184-185. -~ .
68 !bid., p. 186.
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

de tercero nace directamente el derecho del tercero. Así lo expresa Forno: "La dinámica de los
Pero tal derecho sólo puede surgir y ser adquirido negocios, en efecto, ha puesto de manifiesto cada
por el tercero cuando este declara aceptarlo. Es esta vez con mayor énfasis situaciones en las cuales
declaración de aceptación del derecho la que constituye cabe permitir atribuir a un tercero una ventaja
la condición legal para que el contrato sea eficaz69 . patrimonial sin su participación en la producción de
Es decir el derecho es creado por el contrato tal efecto, tutelando más bien su libre determinación
a favor de tercero pero para que este derecho entre o mediante la posibilidad de rechazarla." 73
ingrese en el patrimonio del tercero es necesario que
este declare aceptarlo. Nótese, que si bien ya existe 5.2.3. Italia
un derecho estipulado en el contrato este no altera El Código Civil italiano regula el contrato a
la esfera jurídica del tercero, es decir la mantiene favor de tercero en el artículo 1411. El segundo párrafo
intangible. Si este acepta el derecho recién entonces de la mencionada norma indica que "Salvo pacto en
adquirirá el derecho. contrario, el tercero adquiere el derecho contra el
De este modo, la doctrina francesa trata promitente por efecto de la estipulación. Pero ésta
de guardar coherencia con los postulados de la podrá ser revocada o modificada por el estipulan te
autonomía privada y del principio de la absoluta mientras el tercero no haya declarado, aun respecto
intangibilidad de la esfera jurídica ajena 70 . del promitente, que quiere aprovecharla."
Como se podrá apreciar el derecho del
5.2.2. Alemania tercero nace del propio contrato tomando así una
Al contrario de lo que sucede en el ordenamiento posición afín a la doctrina alemana (teoría del
jurídico francés, el BGB permite que el contrato derecho directof4, la declaración del tercero tiene
entre el estipulante y el promitente pueda afectar por finalidad lograr la irrevocabilidad del beneficio
de manera directa e inmediata la esfera jurídica del dada por el contrato.
tercero sin que se necesite su aceptación (teoría del Creo que es necesario profundizar un poco
derecho directo). más estas afirmaciones. La estipulación a favor de
Es decir, la doctrina alemana sin desconocer la tercero realizada por las partes es suficiente -salvo que
importancia que la voluntad individual tiene como establezcan otra cosa- para que el tercero adquiera el
factor de iniciativa de determinación y evaluación de derecho a la prestación contemplada en el contrato y
los propios intereses, pondera con mayor relevancia para que tal derecho ingrese en su patrimonio, él lo
a la organización social y económica ubicando al adquiere por efecto de la estipulación sin que tenga
individuo como agregado de aquella. 71 que realizar, posteriormente, alguna declaración 75 •
Mirabelli, al respecto, formula dos posturas Por otro lado la declaración del tercero
sobre autonomía privada: la primera, considera a a que hace referencia la norma, se trata de una
esta como un poder, dado a los sujetos, de establecer declaración -que puede ser tácita- que no contribuye
un autorreglamento vinculante para los propios a la formación ni a la eficacia del contrato pero
intereses en las relaciones con los demás; la segunda, que permite hacer irrevocable e inmodificable la
ve a la autonomía privada como el medio ofrecido estipulación, por consiguiente, en el caso de existir
al sujeto para dar el mejor orden a sus intereses en dilaciones entre la estipulación y la declaración del
relación con los intereses de los demás, como medio tercero, las partes tienen el derecho potestativo de
de colaboración intersubjetiva más que como medio revocar o modificar la estipulación y el tercero estará
de autogobierno, de esta manera, no es inválida en una correlativa situación de sujeción 76 77 •
aquella estipulación contractual a favor de un tercero
cuando esta le favorece, si en esa forma se satisface 5.2.4. Observaciones a las legislaciones francesa y
un interés jurídicamente tutelable 72 • alemana
Sin embargo, se le otorga la posibilidad, El Código de Napoleón establece lo
al tercero, de rechazar el beneficio de manera siguiente:
retroactiva, es decir que con el rechazo por parte del
tercero del beneficio estipulado, su esfera jurídica Artículo 1.121.- Se puede estipular asimismo
queda intangible -como si dicho beneficio nunca a favor de un tercero cuando ésa sea la
hubiese ingresado en ella-. condición de una estipulación que se hace

69 Ibid., p. 185.
70 Ibid., p. 186
71 Loe. cit.
72 !bid., p. 187
73 Loe. cit.
74 De igual modo el profesor Forno indica "Esta nueva corriente (se refiere a la teoría del derecho directo) ha sido favorablemente
acogida en diversas legislaciones del presente siglo y puede hoy considerarse predominante. Es el caso del Código Civil italiano
de 1942 ( ... )".Loe. cit.
75 MESSINEO, Francesco, op. cit., p. 615.
76 Ibid., p. 617.


77 Del mismo modo se ha expresado que"( ... ) el tercero tiene la carga de declarar, también frente al promitente, si pretende aprovecharse
del beneficio Y mientras él no emita tal declaración corre el riesgo de perder o de ver modificado el propio derecho, puesto que la ley
prevé que en el entretanto el estipulan te puede revocar o modificar la estipulación." BRECCIA, Umberto, et. al., op. cit., p 1015 .
COMISIÓN DE INVESTIGACIONES

por sí mismo o de una donación que se hace que el contrato a favor de tercero pueda afectar
a otro. El que haya hecho esa estipulación no de manera directa la esfera jurídica del tercero.
puede revocarla si el tercero ha declarado que Permitiéndole a este rechazar el beneficio. El rechazo
quiere aprovecharla. hace que se considere al tercero como si este nunca
hubiese recibido el derecho, existe pues un efecto
Del mismo modo, el Ante-Proyecto de retroactivo.
Reforma del Código Civil francés
5.3. La postura adoptada por nuestro Código Civil
Artículo 1171.- El contratante llamado
estipulante puede hacer prometer al otro, el Con referencia a nuestro tema el Código Civil
promitente, ejecutar una prestación a favor de estipula lo siguiente.
un tercero beneficiario, a condición de que,
si este es una persona futura, sea designado Artículo 1458.- El derecho del tercero surge
precisamente o pueda ser determinado al directa e inmediatamente de la celebración
momento de la ejecución de la promesa y del contrato. Empero, será necesario que
de que para entonces tenga capacidad de el tercero haga conocer al estipulante y al
recibir. promitente su voluntad de hacer uso de ese
Artículo 1171-1.- Mientras el tercero no haya derecho, para que sea exigible, operando esta
aceptado el beneficio de la estipulación declaración retroactivamente.
hecha en su favor, ésta puede ser revocada La declaración del beneficiario puede ser
libremente por el estipulante. previa al contrato.
La aceptación ocurrida antes de la revocación
hace irrevocable la estipulación desde Ahora nos toca decir cuál ha sido la postura
cuando su autor o el promitente tuvieron por la que ha optado el legislador peruano.
conocimiento de ella. En la primera parte del art.1458 dice: "El
Investido entonces del derecho de obrar derecho del tercero surge directa e inmediatamente
directamente contra el promitente para la de la celebración del contrato". Nuestra primera
ejecución del compromiso, el beneficiario se aproximación sería que nuestro ce se adscribe a
considera haber tenido tal derecho desde su la teoría alemana del derecho directo. Entonces, se
constitución. concluirá que por el contrato el tercero adquiere de
manera directa el derecho. Los efectos del contrato
Nuestro comentario al respecto, es que el recaen sobre la esfera jurídica del beneficiario y, por
ordenamiento jurídico francés consagra la teoría de tanto, el tercero no necesita declarar la aceptación del
la condición legal. Nótese que se da énfasis a que derecho. Además, como ya explicamos anteriormente,
si el tercero acepta el beneficio este se retrotrae al el ce debería de regular la posibilidad de que el
momento de celebración del contrato. tercero pueda rechazar los efectos favorables del
Por otro lado el BGB regula el contrato a favor contrato entre el estipulante y el promitente78 •
de tercero en el §328 Sin embargo, el mismo artículo menciona
después "Empero, será necesario que el tercero haga
§328. Contrato a beneficio de un tercero.- conocer al estipulante y al promitente su voluntad
1. Un contrato puede estipular la prestación de hacer uso de ese derecho, para que sea exigible,
a beneficio de un tercero de manera que operando esta declaración retroactivamente".
el tercero adquiere de forma inmediata el Esta parte del artículo merece dos
derecho de exigir la prestación. observaciones.
2. En ausencia de una estipulación expresa se En primer lugar, se menciona que la
deduce de las circunstancias, especialmente declaración del tercero hace que este pueda exigir
del objeto del contrato, si el tercero adquiere el derecho, ya que una cosa es el surgimiento del
el derecho, si el derecho del tercero aparece en derecho -que según nuestro ce nace de manera
el acto o sólo bajo ciertas condiciones o sí las directa e inmediata del contrato- y otra cosa es su
partes contratantes pueden reservarse algún exigibilidad. Exigibilidad que en principio debería
derecho para eliminar o modificar el derecho de regirse por las estipulaciones del contrato ya
del tercero sin su consentimiento. que puede darse el caso de que las partes hayan
§333. Rechazo del derecho por el tercero.- establecido un plazo o circunstancia de la que
Si el tercero rechaza, mediante declaración dependa la exigibilidad del derecho del tercero.
al promitente, el derecho adquirido por el Lo que tratamos de explicar es que la mera
contrato, el derecho se considera que no ha declaración del tercero no hace exigible el derecho.
sido adquirido. La explicación de este error, el profesor Forno la
explica de la siguiente manera "Lo que ocurre es que
Con estos artículos queremos aseverar el legislador peruano, al referirse a la declaración
que el ordenamiento jurídico alemán permite tercero, ha utilizado una dicción semejante a la de


78 FORNO, Hugo, op. cit., p. 188.
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

algunos códigos como el argentino y español, que De estas citas no nos es difícil concluir
podrían bien considerarse secuaces de la teoría que De la Puente suscribe la teoría francesa de la
francesa, que aluden a la posibilidad del tercero condición legal. El derecho nace del contrato entre
de exigir el cumplimiento de la estipulación si ha el estipulante y el promitente, pero es necesaria la
declarado su aceptación." 79 declaración del tercero para que pueda incorporar
En segundo lugar, el CC le otorga efecto el derecho a su esfera jurídica. La declaración del
retroactivo a la declaración del tercero, cuestión tercero no es más que la condicio iuris.
que carece de sentido si tenemos en cuenta de Con tan solo tener presente esta afirmación
que el derecho ya surgió de manera directa en se descarta la posición del profesor De la Puente,
el patrimonio del tercero. Además que carece de ya que, nuestro ce menciona que el derecho del
sentido dar a la declaración un efecto retroactivo tercero nace de manera directa e inmediata y
al momento de celebración del contrato cuando la que por tanto este derecho ya ha ingresado a su
función de esta es la exigencia del beneficio. patrimonio. El contrato es válido y eficaz inclusive
Al parecer, el legislador peruano está para el tercero.
pensando que cuando se le otorga el efecto Cabe resaltar que el profesor Hugo Forno,
retroactivo a la declaración del tercero es porque realiza con mejor detalle y precisión la crítica de
justamente es esta la que hace surgir el derecho y al la postura de De la Puente, pero para fines de este
darle efecto retroactiva logra que el derecho, de ese trabajo creemos que es suficiente quedarnos en este
modo, se considere surgido en el momento en que se punto. 83
celebra el contrato a favor de tercero y así eliminar
el periodo mediante el cual el derecho habría sido b. La posición de Forno.
nullius 80 • En palabras del mismo profesor Forno: "Tal
Entonces, de este análisis queremos resaltar parece indicar que la teoría clásica [refiriéndose a la
la incoherencia de nuestro legislador al momento teoría francesa de la condicio iuris] no he encontrado
de optar por uno de los dos sistemas (alemán o acogida en nuestro Código aunque debemos de
francés). reconocer que algunos elementos de contrabando
Ante tal problema se han presentado en [se esta refiriendo a la parte del art. 1458 del ce que
nuestra doctrina tres soluciones al respecto. Tenemos indica "Empero, será necesario que el tercero haga
la posición del profesor De la Puente, Forno y conocer al estipulante y al promitente su voluntad
Morales. de hacer uso de ese derecho, para que sea exigible,
operando esta declaración retroactivamente" .]
a. La posición de De la Puente. permiten interpretaciones conducentes, no sin un
Citando al profesor De la Puente "Ocurre, pues, esfuerzo notable, a tal orientación. Sin embargo,
que la verdadera situación es la siguiente: por el enunciado legal en el sentido que el derecho
parte del promitente, él asume frente al estipulan te del tercero nace de manera directa e inmediata del
un deber de prestación en virtud del cual debe contrato resulta claro, y constituye la consagración
ejecutar una prestación, prevista en el contrato, de la tendencia que atempera el riguroso formalismo
a favor del tercero. Nace del contrato, de esta de la absoluta intangibilidad de la esfera jurídica
manera, la atribución del promitente de practicar individuaL permitiendo que un tercero pueda
una determinada conducta, que puede consistir en adquirir un derecho estipulado por dos contratantes
un dar, un hacer o un no hacer, cuyo beneficiario sin que aquél tenga que participar en el proceso que
es el tercero. Por parte de éste, nace del contrato origina ese fenómeno." (El subrayado es nuestro) 84
su derecho a la prestación a cargo del promitente, Queda claro que para Forno el CC ha seguido
pero el artículo 1458 del Código Civil no le permite la teoría del derecho directo de origen alemán. El
hacerlo efectivo en tanto no declare su voluntad en autor menciona que esta posición es acorde a los
ese sentido." 81 acontecimientos actuales ya que los terceros son
Mas adelante, De la puente vuelve a hacer proclives a colaborar con las partes del contrato en
hincapié en la posición que se suscribe, indicando: tanto que dicha colaboración suponga un beneficio. 85
"La prestación a cargo del promitente existe también Sobre la segunda parte del Art. 1458 Forno
desde la celebración de su contrato con el estipulan te, menciona que a la declaración del tercero "debe
pero no es eficaz hasta que el tercero, después de de asignársele pues la más modesta función que el
conocer la existencia del contrato, manifiesta su texto del precepto le reconoce, es decir, la de hacer
voluntad de recibir la prestación, perfeccionándose exigible el derecho que ya le pertenece por efecto
así su existente vínculo con el promitente." 82 del contrato." 86

79 !bid., p. 189.
80 Loe. cit.
81 DE LA PUENTE, Manuel, "El contrato en general: comentarios a la sección primera del libro VII del Código Civil", Palestra Editores
S.AC., Lima, 2007, voL III, p.176.
82 !bid. p. 177.
83 FORNO, Hugo, op. cit., pp. 190-193.


84 !bid., P. 193.
85 Loe. cit .
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c. La posición de Morales. Sin embargo, al analizar el art. 1458 de


Para el profesor Morales, el efecto jurídico que nuestro ce, nos damos cuenta que el legislador
nace del contrato de manera directa e inmediata siguió en parte esta teoría y le agregó elementos que
no es otro que el derecho potestativo de aceptar o son propias de la doctrina clásica francesa.
de rechazar el derecho o la prestación a favor del Así pues la incoherencia se manifiesta al tratar
tercerd7 • de mezclar dos posturas que son incompatibles. No
Entonces el contrato a favor de tercero es podemos seguir la posición de De la Puente porque
aquel contrato en donde el estipulante designa a considera que la declaración del tercero hace que el
un tercero que va a tener el derecho de exigir el beneficio entre a su patrimonio cosa que no hace el
deber de prestación al promitente siempre y cuando contrato y que durante el periodo de celebración del
haya ejercido su derecho potestativo de aceptación. contrato y la declaración de aceptación, el derecho
Una vez aceptado este adquiere el derecho y el es nullíus, es decir, que si bien existe el derecho este
estipulante ya no podrá revocar o modificar la es ineficaz hasta que el tercero lo acepte.
estipulación a favor de tercero88 • Como se deduce de la misma norma "El
Para Morales, el rechazo, la revocación y derecho del tercero surge directa e inmediatamente
la modificación constituyen negocios jurídicos de la celebración del contrato."
unilaterales recepticios: Mientras que el rechazo está No podemos aceptar la posición de Forno
dirigido a excluir la atribución del estipulante -y por dado que si bien parece que nuestro legislador ha
tanto se le debe de comunicar-, la revocación y la adoptado la teoría del derecho directo, esto no es
modificación, en cambio, están dirigidas a sustraer del todo claro y solo basta con hacer referencia a
o modificar la posición la posición del tercero ya que el ce no regula la posibilidad de que el tercero
atribuida -y por tanto se le debe de comunicar 89 • pueda rechazar el beneficio que ha adquirido por
"Desde nuestro punto de vista (afirma el el contrato.
autor) la atribución de un derecho o la prestación a Distinta es la posición de Morales, que
favor del tercero no surge directa e inmediatamente, menciona que el efecto directo e inmediato del
como en los modelos alemán e italiano ni como en el contrato es el otorgamiento al tercero de un derecho
Código Europeo de los contratos. Por el contrario, el potestativo de aceptar o de rechazar el beneficio.
Código Civil peruano otorga al tercero un derecho Nótese que el contrato ya es eficaz y no hay
potestativo de aceptar o de rechazar el beneficio condición legal. La declaración del tercero es decir
a su favor. Además este contrato otorga derechos el ejercicio de su derecho potestativo va hacer que
potestativos al estipulante de sustitución, revocación recién en ese momento sea acreedor del beneficio o
y modificación; conforme a los artículos 1463 y que de modo contrario -con su rechazo a adquirir
1464, en tanto no se haya producido el ejercicio del el beneficio- hace que de forma retroactiva el
derecho potestativo de aceptación del tercero." 90 estipulante lo adquiera.
Esta posición no se suscribe a la teoría Ahora bien ¿Qué es un derecho potestativo?
del derecho directo tampoco se suscribe a la Y con la respuesta a esta pregunta culminamos esta
teoría de la condición. El derecho del tercero parte.
no nace del contrato sino cuando éste ejerce el
derecho potestativo de aceptarlo. La posibilidad 5.4. La situación jurídica del tercero frente al
de revocación o de modificación de la posición del contrato a favor de tercero.
tercero por parte del estipulante guarda semejanza
con lo que indicamos sobre la doctrina italiana, en Como se sabe el interés se define en función
donde la aceptación cumple el propósito de hacer de aquel bien idóneo que logra satisfacer nuestras
irrevocable e inmodificable el beneficio adquirido necesidades. Los bienes son escasos y por ello es
por el contrato. posible que dos personas encuentren en un mismo
bien la posibilidad de satisfacerse sus necesidades.
d. Nuestra posición. ¿Cómo resolver el conflicto de intereses? El
La incoherencia del legislador es producto de la ordenamiento jurídico (el Derecho) es el que se va
importación de normas de otros ordenamientos sin a encargar de gradar los intereses ya que el tiene la
investigar, previamente, qué sistema ha influenciado función de ordenar la vida en sociedad. De ese modo
la(s) norma(s) que va a copiar. en una situación de conflicto de intereses entre "A"
El artículo 1411 del Código Italiano de 1942 es y "B" es el ordenamiento jurídico el que nos va decir
pues la fuente de donde proviene nuestra regulación que interés prevalece sobre otro.
del contrato a favor de tercero, como hemos indicado Así pues hay intereses que prevalecen
esta norma ha tenido la influencia de la teoría del sobre otros y correlativamente hay intereses que
derecho directo. se subordinan ante otros. La posición que el sujeto

86 Loe. cit.
87 MORALES, Rómulo, "El contrato a favor de tercero: comentario a los artículos 1457 y 1458 del Código Civil", en Código Civil Co-
mentado por los 209 especialistas en las diversas materias del Derecho Civil, Gaceta Jurídica S.A., Lima, 2007, tomo VII, p. 525.


88 !bid., p. 526.
89 Loe. cit.
90 !bid., p. 527.
¿EN QUÉ MOMENTO EL TERCERO BENEFICIARIO ADQUIERE EL DERECHO ... ?

tiene frente al ordenamiento jurídico es lo que se mediante el ejercicio de su propio derecho;


denomina como situación jurídica. Como menciona por eso se dice que el derecho potestativo
Roppo "Las situaciones jurídicas subjetivas resumen es autosuficiente. En ese orden de ideas no
la forma como las normas regulan las posibilidades se requiere que otro sujeto desarrolle un
de los diversos sujetos, en relación con los distintos comportamiento para satisfacer el interés del
bienes, de conformidad con la gradación que las primero, solo se requiere el reconocimiento
propias normas buscan establecer entre los intereses por parte del ordenamiento de la alteración
de los sujetos." 91 de su esfera jurídica como consecuencia
Las situaciones jurídicas subjetivas se dividen del ejercicio del derecho por parte de su
en dos grandes categorías: de activas y pasivas. En titular. En consecuencia la situación jurídica
las primeras el interés del sujeto es prevalerte sobre subjetiva de desventaja que se crea en el
los demás por ejemplo el derecho de propiedad. En sujeto pasivo, no le impone deber alguno
las segundas se determina que el interés del sujeto sino que lo somete inexorablemente a sufrir
es subordinado respecto de otro interés. dicha alteración en el caso en que el titular
El titular de un derecho potestativo tiene pues del derecho decida ejercerlo y efectivamente
una situación jurídica subjetiva activa. lo haga; por esta razón esa situación se
Para su mayor entendimiento vamos a denomina sujeción." 94
exponer las definiciones que da la doctrina al
respecto. "Se trata [ ... ] de situaciones (activas No nos queda más que concluir que la
y de ventaja), surgida sobre la base de intereses situación jurídica subjetiva activa que tiene el titular
patrimoniales o no, que le permiten al titular del derecho potestativo encaja en la descripción de
obtener, con un comportamiento propio unilateral, las facultades que posee el tercero en el contrato
un resultado favorable mediante el ejercicio de una con a favor de tercero. Como lo explicó Morales, del
facultad peculiar (llamada de formación) apta para contrato nace directamente un derecho potestativo
provocar una modificación en la esfera jurídica para el tercero; el ejercicio de dicho derecho hace
de un sujeto jurídico distinto, imposibilitado para que se altera la esfera jurídica de las partes del
oponerse válidamente a ella y que, por eso mismo, contrato, que se encontrarán en una situación
por regla general, se encuentra en una posición (de jurídica subjetiva pasiva (sujeción).
desventaja inactiva) de mero pati o soportar. Todo
esto [ ... ] sobre el presupuesto de la naturaleza de 6. Conclusiones.
derecho subjetivo que se considera se le puede
asignar a las situaciones en cuestión." 92 La utilidad de poder estipular a favor
Por otro lado se menciona que "el derecho de tercero, es pues en estos tiempos indudable.
potestativo es una subespecie de derecho subjetivo Operaciones económicas se pueden agilizar gracias
[ ... ].Consiste en el poder de incidir en las situaciones a esta facultad que la ley otorga.
subjetivas ajenas -creándolas, modificándolas o Es lamentable que nuestro legislador no
cancelándolas- sin que el titular de la situación haya sido capaz de poder regular este instituto con
incidida pueda impedirlo jurídicamente."93 eficiencia, sin embargo a pesar de los obstáculos
hemos podido ayudar a dar una alternativa de
"Por su parte el derecho potestativo es solución.
también una situación jurídica subjetiva de Manifestar que del contrato a favor de
ventaja en tanto que confiere a su titular una tercero el único efecto que surge de manera directa
facultad en procura de la realización de un e inmediata es un derecho potestativo y que, de ese
interés propio jurídicamente relevante. Tal modo, el tercero tenga que declarar su aceptación
facultad consiste en la posibilidad de obrar para que el beneficio estipulado a su favor ingrese
de manera que también se trata de un derecho a su esfera jurídica, guarda mayor armonía con el
subjetivo. Pero como el interés que sirve de principio de relatividad de los efectos del contrato.
presupuesto al derecho potestativo se realiza Entonces, a la pregunta ¿en qué momento el
mediante la alteración de la realidad jurídica tercero beneficiario adquiere el derecho en el contrato
de otro sujeto, el ordenamiento reconoce dicha a favor de tercero? Ha de responder: desde el momento
alteración como consecuencia del obrar del en que el tercero declara aceptar el beneficio. Una
titular del derecho, de manera que éste puede vez aceptado el estipulante ya no podrá revocar o
satisfacer su propio interés directamente modificar la estipulación a favor del tercero. •

91 ROPPO, Vincenzo, "Situaciones y relaciones jurídicas", en León, Leysser, op. cit., p. 47.
92 BRECCIA, Umberto; BIGLIAZZI, Luna; NATOLI, Ugo; y BUSNELLI, Francesco, "Derecho civil", traducción de Fernando Hines-
trosa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1992, Tomo I, volumen 1, p. 416.
93 ROPPO, Vincenzo, op. cit., p. 49.


94 FORNO, Hugo, "Los efectos de la oferta contractual", en Ius Et Veritas, revista editada por estudiante de la Facultad de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, año VIII, Número 15, 1997, p. 190 .

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