• Cuida el volumen de tu voz: Si empiezas a sentir dolor en tu
garganta mientras estas a mitad de tu discurso, es porque está hablando demasiado fuerte y debes bajar el volumen. La mejor herramienta en estas situaciones es tener un micrófono a mano.
• Hablar poco antes de tu presentación: las horas anteriores procura
usar un volumen medio, esto ayudara a que tus cuerdas estén descansadas al momento de iniciar tu presentación.
• Un masaje a tus cuerdas vocales: bostezar, hacer gárgaras de agua
tibia con un poco de sal las mantiene relajadas y limpias. Es recomendable que hagas este procedimiento la noche anterior a tu exposición y unas horas antes de la exposición.
• Trabaja tu dicción, leer en voz alta, es algo sencillo pero muy
efectivo, te dará fluidez, seguridad y hará que se te entienda mucho mejor tu voz cuando hablas.
• La entonación es la clave, o puedes utilizar siempre el mismo tono,
pero si utilizas una voz con matices, conseguirás llegar más a los oyentes. • El ritmo, hablar rápidamente, hace que la articulación sea defectuosa y por ende no sea comprensible, un ejercicio muy efectivo, es utilizar un metrónomo y hablar siguiendo el tempo.
• El volumen, añade expresividad, cuando queremos enfatizar algo,
utilizando un ligero cambio de tono le damos más importancia a la frase y hace el dialogo más ameno.
• Por último y no menos importante, la hidratación, mantener
nuestras cuerdas vocales húmedas mejora la vibración, las cuerdas vocales no pueden lubricarse por sí solas, por eso beber agua o tomar baños de vapor pueden ayudarnos muchísimo a la hora de utilizar la voz.