Henri Labrouste

Imagen 1. J-N Truchelut. Henri Labrouste,

c.1870, photograph, 11.3 x 8x5. BÉLIER,
Corinne, BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR,
Marc, Structure Brought to Light, The
Museum of Modern Art, New York, 2013

Historia de la Arquitectura Moderna I

Arquitectura y técnica en la cultura moderna: del Ancient Régime a los Estados-nación

HENRI LABROUSTE: EL BUSCADOR DE LA VERDAD

Pierre-François Henri Labrouste (1801-1875)

Paris, Francia.

Estudiantes: Martinelli Ornella

Giayetto Sofía
Bruno Nicolás
Henri Labrouste

Resumen
Pierre-Francois Henri Labrouste (1801-1875) fue un arquitecto francés del s. XIX. Estudió en
la Académie des Beaux-Arts en Francia. Fue premiado en 1824 con el Grand Prix de Rome por
su trabajo para un Tribunal de Cassation. Fue becario en los años 1825-29 en Roma e Italia del
Sur. En 1828 realizó 23 dibujos del templo de Paestum con un texto explicativo, los cuales
expuso en Roma y París, pero no fueron publicados hasta 1877. Sus dos obras más
representativas fueron: La Biblioteca de Santa Genoveva y la Biblioteca Nacional. Fue uno de
los primeros arquitectos en aplicar el hierro a la construcción de sus obras, cuya utilización las
caracteriza, además de la presencia del color.
En esta biografía expondremos la coyuntura histórica que rodeó y alimentó los dos focos de
ideas que encontramos expuestos en las obras de Labrouste. Estos son: la utilización del color
y la aplicación del hierro con fines constructivos. Ambos focos fueron producto de un entorno
de controversial y de los trabajos de investigación del propio Labrouste, cuyo amor por la
precisión y los detalles llevó a encontrar la verdad detrás de las ruinas de los templos de
Paestum.
Arquitectos franceses en el s. XIX: El limbo
Los arquitectos del sXIX se sentían sin una guía firme o motivación, ya que ni Luis XVIII ni Carlos
X se interesaban lo suficiente por la arquitectura. Por este motivo, las decisiones relacionadas
a la disciplina quedaban en manos de la recién restablecida Académie des Beaux-Arts y a su
ligado Conseil Général des Batiments Civils. En resumidas cuentas, el dominio quedó en
manos de Quatremere de Quincy, una vez nombrado Secrétarie Perpetuelle de la Académie
des Beaux-Arts. El mismo estableció que solamente aquellos arquitectos que hubieran viajado
por Italia y, por lo tanto, estudiado las ruinas de manera directa, podrían llevar adelante
encargos oficiales. Quatremére no se oponía las vivezas de la decoración ni el color en la
arquitectura, ideas que se venían forjando en la época, paralelamente a las investigaciones de
los alumnos de la École sobre el color en los templos griegos.
Al mismo tiempo, el plan de Haussmann en París venía implicado con ciertas restricciones
para con los arquitectos.
“Los arquitectos tienen poca importancia en las decisiones del plan de París, y se limitan a dar
forma plausible a los edificios que el prefecto les encarga, sin salirse del ámbito de las
consabidas discusiones estilísticas (…) A veces el prefecto interviene directamente en el
proyecto cuando tiene la impresión de que el arquitecto no sabe actuar como es debido”1.
Atado a estas restricciones estilísticas, los arquitectos de la época, incluyendo a Labrouste,
debieron responder a sus filosofías constructivas y racionales al mismo tiempo de cumplir con
los requerimientos y/o normas urbanísticas. El “fin” del haussmannianismo se podría
considerar que se dio en la década del 80, cuando cambia el reglamento de la ciudad
permitiendo los salientes y las primeras fantasías al nivel del tejado, que se desarrollarían con
mayor énfasis en los inicios del s. XX.
1 BENÉVOLO, Leonardo. Historia de la arquitectura moderna. Taurus Ediciones, Madrid, 1963. pp. 118 y 123
Henri Labrouste
Familia: Influencias
Sus padres habían estado involucrados en el comercio marítimo. Su madre, nativa de Tonnay-
Charante, cerca de Rochefort se llamaba Dominique Gourg (1764- 1851), provenía de una
familia de mercaderes de cognac, por otro lado, su esposo, llamado Alexandre Labrouste
(1762-1835) oriundo de Bordeaux era el hijo del jefe de provisiones del rey y provenía de una
tradición de hombres de la marina que se rompió con la revolución. Ocupó un cargo legislativo
luego de la Revolución, para el cual se mudó a París, donde nació Henri Labrouste el 11 de
mayo de 1801. Asistió al College Sainte-Barbe, donde él y su hermano mayor Theodore
conocerían a Léon Vaudoyer, quien era hijo del renombrado arquitecto Antoine-Laurent-
Thomas Vaudoyer lo que determinaría sus profesiones; ya que luego de finalizar su educación
se unieron a su estudio. Fue Vaudoyer quien presento a Labrouste la Ecole des Beaux- Arts, a
la que fue admitido en noviembre 1818, primero en pintura y escultura y más tarde en las
clases de arquitectura.
Formación: La resistencia de la sociedad a los avances
Henri Labrouste (1801-1875) estudió en la Académie des Beaux-Arts en Francia. Sus mentores
fueron Lebas y Vaudoyer, pero ponía en cuestionamiento todos sus ideales, hasta lograr
hacerlos propios. Labrouste fue premiado en 1824 con el Grand Prix de Rome por su trabajo
para un Tribunal de Cassation. Fue becario en los años 1825-29 en Roma e Italia del Sur. Reside
durante cinco años en la Villa Medicci estudiando la arquitectura antigua.
En 1828 realizó 23 dibujos del templo de Paestum con un texto explicativo, los cuales expuso
en Roma y París, pero no fueron publicados hasta 1877. En su conocido estudio de
restauración de los tres templos del Paestum, quiso demostrar, a nivel teórico, cómo las
aspiraciones sociales de los pueblos se veían reflejados en su arquitectura y probó, a través
de una teoría que construyó sobre el pueblo que erigió los templos, que uno de ellos era, en
realidad, un edificio público. A nivel técnico, buscaba representar a los edificios como
realmente fueron, y, naturalmente, hacía uso del color. Labrouste se juntó con Duban, Hittorff
y Blouet, todos ganadores del Grand Prix, y luego los cuatro se juntaron con Giberzt. Como
grupo continuaron apoyándose a lo largo de sus carreras. En la École, este trabajo sería
considerado como una herejía arquitectónica. Quatremere lo hubo acusado de realizar
mediciones incorrectas, lo cual inició una discusión abierta con el director de la academia
francesa en Roma, Horace Vernet, quien las defendía.
Durante casi 10 años, los académicos procuraron que no se le hiciera ningún encargo
importante. En ese tiempo participó y ganó algunos concursos, aunque ninguno de los
edificios fue construido. Entre ellos se encontraban: un Hospice d’alliénés en Laussane en
1837, una cárcel en Alessandria en 1840 y un matadero en Provins en 1841.
Su gran oportunidad surgió finalmente en 1838, cuando se le nombró arquitecto de la
Biblioteca de Sainte-Geneviéve, frente a la gran Iglesia de Soufflot. El proyecto final se aprobó
en 1844, y terminó de construirse en 1850. En Santa Genoveva Labrouste reinventó un
espacio cívico para convertirlo en un lugar a donde los ciudadanos pudieran reunirse a leer y

Imagen 2. Charles- Philippe Lariviére, portrait of
Henri Labrouste, 1825, oil on canvas, 47 x 37 cm,
Académie de France, Rome BÉLIER, Corinne,
BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR, Marc, Structure
Brought to Light, The Museum of Modern Art,
New York, 2013
pasar el tiempo. En lugar de los frescos y los capiteles de columnas que dominaban la
arquitectura pública, él usó libros y hierro como instrumentos decorativos. Luego de 12 años,
Santa Genoveva se ajustó al presupuesto. Labrouste le dio la noticia al ministro a cargo y
recibió permiso para cambiar la puerta de entrada de hierro fundido por una de bronce.
Tres años luego de terminar la Biblioteca, el arquitecto sucedió a Visconti como arquitecto de
la Bibliothéque Nationale. Fue la segunda obra maestra de Labrouste. Trabajó durante los
últimos 21 años de su vida en ella, la cual poseía una sala de lectura cuadrada inundada de luz
que provenía de nueve cúpulas cerniéndose por encima de un bosque de finísimas y altas
columnas de hierro.
Vuelve a Paris, en 1830, y enseña en la escuela privada de arquitectura que abre, una dhesión
a las exigencias constructivas y estructurales. Tiene una fuerte influencia de Durand que se ve
plasmado en estas ideas estructurales, pero ahora dichas ideas adquieren tinte ideológico,
con esperanzas progresistas de un romanticismo incipiente, las cuales caducan en la
revolución de 1848, junto a la agitada vida de la Segunda República y el retorno del Imperio,
que fue un duro golpe a las fuerzas culturales, terminando por aislarlas. Labrouste cierra su
escuela en 1856.
El resto de sus obras: algunas tumbas, una colonia agrícola en Mesnil Saint-Fermin en 1854;
un seminario grande y sombrío en Rennes (1845-1872, hoy Faculté de Lettres); una casa para
el banquero Fould (1856-1858, destruida); otra para M. Vilgruy (1860-1865); una casa
2 BENÉVOLO, Leonardo. Historia de la arquitectura moderna. Taurus Ediciones, Madrid, 1963. pp. 34
Henri Labrouste
“paralelepipédica” para M. Thouret (1860), y las oficinas del P.L.M. en París (1861-1863) que
no llegó a terminar.
Labrouste dedicó la mayor parte de su vida laboral a obras de arquitectura pública. Trascendió
a los materiales para llegar a edificios funcionales de una delicadeza etérea. Nada era
demasiado pequeño para su atención.
Logró restituir parte de la unidad clásica de Grecia a los edificios del SXIX, aunque consiguió
más que eso. No solo por razones prácticas utilizaba columnas de hierro fundido, sistemas de
calefacción e iluminación y montacargas, sino que lo hacía para “relacionar orgánicamente su
edificio con una decimonónica sociedad industrializada, de la cual iba a ser una noble
expresión”2.
El debate de la policromía
La policromía consistía, básicamente, en la introducción de color en las fachadas de los
edificios. Esta idea de que los exteriores de los edificios debían poseer vívidos colores era lo
realmente novedoso del s. XIX. Los arquitectos buscaron justificar esta idea con fines
históricos, por lo que las investigaciones de las ruinas comenzaron a enfocarse en dicho tema.
Charles Garnier, el primer alumno en profundizar la investigación, construyó la Ópera de París,
en 1861, polícroma. Finalmente, fue Hittorff quien postula su teoría de que no solamente los
griegos utilizaban el color en su arquitectura, sino que la utilizaban ampliamente.
Boullée y Ledoux fueron los últimos representantes de las discusiones del siglo XVIII, fueron
sus estudiantes quienes rompieron con la tradición de la sobreestimación de la función de la
arquitectura, y buscaron una nueva más modesta, más plausible y menos espectacular.
En Francia había dos focos de arquitectura: l'Ecole des Beaux Arts y la Ecole Polytechnique de
París. Durand, de la Polytechnique, fue pionero del funcionalismo con sus 2 principios sobre
la convenance y économie, dejando a la decoración arquitectónica como una trivialidad. En
1819, la ecole des Beaux Arts es reformada bajo la directiva de Quatremere de Quincy, quien
tomaba a la arquitectura griega primero, y romana luego, como las dadoras de los principios,
leyes, teorías y praxis (ignoraba por completo al gótico). Fue por este Clasicismo que sus
alumnos empiezan a tener ideas “románticas” con el fin de sobrepasar el clasicismo
reglamentado. De aquí surge la disputa por la policromía, que empezó siendo una
problemática arqueológica-anticuaria, de la cual había dos hipótesis: la primera, que se
basaba en un clasicismo romántico. La segunda, una suerte de funcionalismo basado en los
materiales. Jakob Hittorff es un referente de este tema, que expone que la policromía era una
cuestión funcionalista, ya que el color protege la estructura y realza las formas
arquitectónicas. Labrouste fue uno de los que condujo la discusión hacia un plano polémico,
y es probable que Labrouste haya tenido conocimiento de la labor de Hittorff.
En 1828 realizó una acuarela, Agrigentum 1828, la cual muestra edificios basados en formas
arquitectónicas etruscas, con mucho colorido.
Evoca un mundo preclásico y primitivo que no tiene precedentes, lleno de color. En 1830,
Labrouste vuelve a París y es recibido como un “héroe romántico”3 por aquellos alumnos que
estaban de acuerdo con sus ideas.
3 KRUFT, Hanno-Walter, Historia de la Teoría de la Arquitectura, Alianza Editorial, Madrid, 1990. pp. 492
 Henri Labrouste

Labrouste no tenía como punto de partida las leyes de la arquitectura clásica, sino que sus
observaciones en base al color las consideraba respuestas de las distintas capacidades de los

pueblos de las distintas regiones y los materiales que tenían a disposición, con condicionantes
funcionales, históricos y culturales. “En su opinión, la aplicación de colores es el resultado de
un programa intelectual y puede ser sometida a modificaciones” 4. Con esto en mente,
Labrouste afirma que, por ejemplo, la arquitectura etrusca no es una etapa previa a la
arquitectura clásica, sí no que la reconoce con autonomía artística plena. Este programa
intelectual del uso de materiales constructivos como el estuco y el uso de colores responde a
un uso puramente funcional; por eso, según él, la “basílica” de Paestum no es un templo o un
edificio importante, si no un mero espacio para reunir gente, erigido con el propósito de crear
un espacio lo más grande posible con la menor cantidad de medios. Es está diferenciación
(estructura por un lado y decoración/color por el otro) que otorga el punto de arranque para
el llamado historicismo.

Labrouste en Paestum: el buscador de la verdad.

Como mencionamos con anterioridad, en 1829 Henri envió a la Academia el trabajo realizado
en los cuatro años de becario que había pasado en la Villa Medici, en Italia. Este trabajo
constaba del registro del estado actual y de la restauración de los tres templos de Paestum.
Imagen 3. Paestum, Henri Labrouste.
En la Academia, Quatremere rechazó automáticamente estos archivos, considerándolos una Detalles de un edificio. Trabajo de cuatro
herejía arquitectónica, lo que desató una disputa con Horace Vernet, el director de la años en Italia. 1828-29, 66.7x92.8 cm.
Academia de Francia en Roma, quien defendía la labor de Labrouste con tanto esmero que Escuela Nacional Superior de Bellas Arte,
París. Env. 22-22 BÉLIER, Corinne,
hasta viajó él mismo hasta Paestum para confirmar que había hecho un trabajo confiable y BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR, Marc,
noble. Structure Brought to Light, The Museum
Los motivos detrás del rechazo de la Academie des Beaux-Arts hacia el trabajo de Henri eran of Modern Art, New York, 2013
varios. .
Para comenzar, uno de los puntos más notorios de este trabajo tenía que ver con la
cronología. Delegardette, el primero en estudiar dichos templos, había postulado que el
Templo de Neptuno habría sido el último de los tres en construirse, debido a su gran parecido
y precisión con los templos griegos clásicos. La basílica (o, como le llamó Labrouste, el pórtico) Imagen 3. Paestum,
Henri Labrouste. Paredes
y el Templo de Ceres, por parecer más primitivos, eran juzgados por más antiguos. Labrouste de la ciudad y sección
construyó una teoría muy distinta a esta: el Templo de Neptuno habría sido el primero en transversal de la tumba.
construirse, mientras los otros dos tendrían ese aspecto “primitivo”, más colonial, en Trabajo de cuatro años
en Italia. 1828-29,
consecuencia al nuevo ambiente que se daba en ese momento en Paestum. Él mismo lo 66.7x92.8 cm. Escuela
explica de la siguiente manera, Nacional Superior de
Bellas Arte, París. Env. 22-
“These observations lead me to consider the Temple of Neptune as being Greek architecture, 23 BÉLIER, Corinne,
BERGDOLL, Barry, and LE
and built at a time in which the Trezenians native to the Peloponese, founders of Posidonia, CCEUR, Marc, Structure
had not yet forgotten the architectural principles that they had brought with them from Greece. Brought to Light, The
And to consider the portico and the Temple of Ceres to be after the temple of Neptune and built Museum of Modern Art,
at a time when the Posidonians, having grown more powerful, wished to create a new New York, 2013
architecture. These two monuments alone present the Typical architecture of Posidonia” 5. .

4 KRUFT, Hanno-Walter, Historia de la Teoría de la Arquitectura, Alianza Editorial, Madrid, 1990. pp. 492 5BÉLIER, Corinne, BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR, Marc, Structure Brought to Light, The Museum of Modern Art, New
York, 2013. pp. 90.
 Henri Labrouste
Lo que realmente molestaba a la Academia era la beta ideológica detrás de este detalle
cronológico: Labrouste estaba poniendo en manifiesto que la creación arquitectónica sería
algo aceptable, ya que cada pueblo construiría con sus materiales y según sus propias reglas
e ideologías para verse representados en su arquitectura. Aquello era impensado para los
académicos, quienes mantenían a la arquitectura griega como única respuesta correcta a
todas las preguntas. Bibliografía
Esta convicción también fluctuaba gracias a la calidad de detalles de las ruinas que el • BÉLIER, Corinne, BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR, Marc, Structure Brought to Light,
arquitecto había registrado, los cuales mostraban órdenes imperfectos, variantes, alejados de The Museum of Modern Art, New York, 2013.
la imagen que se tenía de la Arquitectura Clásica. • KRUFT, Hanno-Walter, Historia de la Teoría de la Arquitectura, Alianza Editorial,
Otro de los logros de Henri Labrouste fue probar que, en realidad, la basílica no era una Madrid, 1990.
basílica sino un edificio cívico. La columnata que se extiende por el eje largo de las naos • BENÉVOLO, Leonardo. Historia de la arquitectura moderna. Taurus Ediciones,
evidenciaba que no era un edificio eclesiástico, ya que de ser así jamás tendría columnas a lo Madrid, 1963.
largo de su eje. Su teoría afirmaba que el pórtico era realmente un punto de encuentro entre • GIDEON, Sigfrid, Espacio, Tiempo y Arquitectura, Barcelona, Editorial Cientifo-
dos culturas que convivían en ese momento en Paestum; y para sostener su hipótesis se Médica, 1958.
apoyaba en los siguientes puntos. El primero constaba en escritos de Cicero, quien afirmaba
la existencia de estas dos culturas distintas; el segundo era la columnata misma, y el tercero
era que para la construcción del Templo de Ceres se habrían utilizado dos tipos distintos de
piedra, que harían referencia a dos civilizaciones contrarias.
Las características del trabajo de Labrouste no hacían más que continuar asustando a los
miembros de la Academia, quienes reconocían en el “características de los Románticos
Rebeldes”. Entre ellas se encontraba la manera en la que el arquitecto describe la evolución
de los templos, la cual mostraba una concepción romántica la historia, haciendo énfasis en los
períodos de transición e intercambio entre distintas culturas.

“From the temple of Neptune’s stylistic unity to the hybrid constructions of the portico and the
Temple of Ceres, we can see a shift from an organic period to an age of social palingenesis”6

Lo cierto de esta controversia es que las intenciones de Henri Labrouste eran claras: él
buscaba mostrar con el mayor detalle y precisión posible el estado actual de las ruinas, porque
era un buscador de la verdad. Por este motivo se avocaba a la parte estructural de los edificios,
razón por la que lo han llamado “racionalista”. Entonces, incluye también el uso del color,
porque quería representar a los templos con la mayor certeza posible, manifestando de esta
misma manera la variedad arquitectónica que habría existido gracias a la multiplicidad de
pueblos y culturas.
Finalmente, Labrouste aplica la tipología de la “basílica” en una de sus más importantes obras:
la Biblioteca de Santa Genoveva, una serie de arcos de hierro que se disponen
perpendicularmente al eje de la biblioteca, cuyos extremos se apoyan sobre columnas de
hierro, y los extremos opuestos sobre el muro de piedra que constituía la fachada.

6BÉLIER, Corinne, BERGDOLL, Barry, and LE CCEUR, Marc, Structure Brought to Light, The Museum of Modern Art, New
York, 2013. pp. 92.