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Manifiesto contra la clase oligárquica chilena

Por Francisco Díaz Céspedes. (1)

Santiago de Chile, 19 de Enero de 2018

1
Resumen:
El presente manifiesto expone, de forma general, las nociones de poder de
la clase oligárquica del Chile decimonónico y sus implicaciones históricas
en el siglo XX. Cabe destacar que la penuria social y económica se ha
mantenido desde el proceso independentista, y que durante un largo
tiempo la clase política oligarca se ha apoderado del Estado para controlar,
manipular y distribuir la riqueza nacional en su propio beneficio,
originando una desigualdad extrema en todas las esferas sociales del
pueblo chileno.

Palabras clave: Estado, Clase Oligárquica, opresión y oprimido.


Abstract:
The present manifesto exposes, in a general way, the notions of power of
the oligarchic class of nineteenth-century Chile and its historical
implications in the 20th century. It should be noted that the social and
economic hardship has been maintained since the independence process,
and that for a long time the oligarchic political class has seized the State to
control, manipulate and distribute the national wealth for their own
benefit, causing extreme inequality in all the social spheres of the Chilean
people.

Keywords: State, Oligarchic Class, oppression and oppressed.

2
“Chile, un modelo para la región”(2),complementa la exquisitez de que
nuestro país “va muy bien” a diferencia de otros Estados
Latinoamericanos. La opinión del análisis crítico de Andrés Oppenheimer
identificó que:

“El modelo chileno basado en fomentar las exportaciones, insertarse en la


economía global y, sobre todo, no cambiar de políticas económicas con cada
cambio de gobierno, ha sido mucho más exitoso en reducir la pobreza que
los líderes populistas radicales que se autoproclaman campeones de los
pobres.”(3)

El historiador chileno César Cerda Albarracín alertaría sobre los discursos


de los columnistas en los diarios más reconocidos del Chile actual, en
especial los contenidos políticos-económicos de El Mercurio. Cerda
confirmó que existe una tendencia de la intelectualidad chilena oligarca a
vigilar y cuidar las materias históricas del país y consolidarla en la opinión
pública mediante los programas de estudios y los medios de comunicación
de masas. Así, se establecería en Chile el concepto de La historia del poder,
cuya definición por Cerda Albarracín:

“Es la que conocemos como la historia oficial. Es la imposición, el cuidado, el


control de un momento histórico determinado, sobre aspectos cardinales,
trascendentales y decisivos del contenido y de la metodología para analizar
el desarrollo del hombre en el pasado, de las acciones que han realizado los
individuos, las distintas fuerzas sociales en sus relaciones de clases y ellos,
con la naturaleza en un territorio determinado. De esta manera, se da inicio
a un proceso en donde la nueva interpretación se generaliza, y con
frecuencia se transforma en la explicación histórica dominante, por el control
que ejercen del poder establecido, dirigido a producir y difundir
reiteradamente esta nueva interpretación. De esta forma, pueden imponer
una “verdad”, su verdad, sobre la base de la manipulación del pasado, y
después, mediante su reiteración, logran la “legitimación”, asimilación y
absorción de una visión del pasado que favorece sus intereses en contra de
las aspiraciones de justicia democracia que impulsan las fuerzas sociales
desposeídas. Pero, ¿Cómo y de qué forma se pueden enfrentar los poderosos
intereses de clase que se encuentran detrás de la historia del poder? ¿Acaso
la historia del poder puede sin obstáculos imponer su visión de los
acontecimientos históricos, puede mentir, falsear, manipular?”(4)

3
Hoy, Chile se oxigena exclusivamente de las exportaciones primarias, tal
como lo realiza hace 200 años, cuyas riquezas no beneficiaban el
desarrollo de la calidad de vida fructífera y satisfactoria de la población
interna del país. Por lo tanto, cuando Luis Emilio Recabarren (1876-1924)
realizó el primer análisis sociológico en su famoso escrito “Ricos y Pobres”
(1910), interpretó que desde la búsqueda del sistema republicano, los
ciudadanos seguían siendo más pobres y más explotados; y de cómo los
grupos oligárquicos eran más opresores que los mismos españoles para
distribuir los ingresos que generaban los trabajadores,(5) con la finalidad de
que esta clase dominante pudiese comprar desde la Europa
Industrializada las delicadas sedas, hermosos muebles y afrodisiacos
perfumes. Mientras que el proletariado, desgastaba su aliento sin
condición alguna, y no dar gracias por la vida que le había tocado, es
decir, un inframundo observando un mundo edénico: luchando contra la
enfermedad y la desnutrición. El campesino, el obrero y el minero no
conseguían las migajas de pan a diferencia del mismo perro quiltro que
podía conseguir fácilmente en los retazos que dejaban los merecedores de
la tierra, cuando éstos se apetecían sus deleites en los mejores restoranes
del Gran Santiago.

Al parecer, las familias poderosas de la clase gobernante se cuidan unas


con otras, por medio de matrimonios y las magníficas negociaciones en las
innumerables tertulias; y posteriormente presentan a sus héroes en la
prensa como “Emprendedores”, los verdaderos ejemplos a seguir para el
progreso individual. Este progreso es mucho más tendiente a los valores
inverosímiles como el egoísmo, la codicia y la ambición, lo que destruye
parcialmente el rol social del hombre.

Lo peor de todo, es que con los años, esta corriente se ha reafirmado desde
mediados del siglo XIX en diversos lugares de América Latina. Estas ideas
provocaron que ciertos fetiches del Estado se apoderaran de la justicia y de
la libertad a través de la explotación de los hombres en el trabajo. Frente a
esto, el filósofo alemán Karl Marx (1818-1883) mencionaría que:

“No es la conciencia del hombre la que determina su ser, por el contrario, el


ser social es lo que determina su conciencia.”(6)

4
Marx comprende que el hombre no puede comunicarse consigo mismo y
mucho menos con una muralla, él necesita desarrollarse a partir de un
conjunto de personas. Así, aparece el concepto de “Movimiento Social”, con
la intención de lograr un objetivo en común, constituyéndose un estado de
conciencia compartida y/o colectiva que es responsable de sus actos, y
que ésta responde a un solo espíritu, es decir, a la conciencia de clase, tal
como expondría el psicoanalista austro-húngaro (1897-1957):

“El contenido de la conciencia de clase del líder revolucionario no es de


carácter personal; en la medida en que intervienen en ella intereses
personales se obstaculiza su actividad. En cambio, en las grandes mayorías
la conciencia de clase es total y perfectamente personal.”(7)

Chile, en la celebración del Primer Centenario de la Independencia, las


masas no tenían nada que ovacionar, ya que este proceso no representaba
a la totalidad de los chilenos y chilenas, sino a una abortiva conciencia de
clase oligarca. Serían las palabras de Recabarren en despertar a un
gigante dormido en los sueños del Morfeo oligarca, en la cual, este
intelectual aspiró a no aceptar que la manzana caiga del árbol por
necesidad, al contrario su necesidad se volvió pensamiento y el razonar
evolucionó al hablar y de organizar el movimiento social.(8) La primera
movilización es la más extraordinaria y audaz de todas, ésta premió los
valores más solemnes de la organización, tal como lo expondría la filósofa
francesa Simone de Beauvoir (1908-1986) que denominó como el fracaso
del hombre paterno y la preocupación de las venideras generaciones en
torno a la comunicación y la acción.(9)

No obstante, la clase oligarca ya tendría experiencia para constituirse


como una minoría poderosa y enfrentar a las masas organizadas, de hecho
la primera pregunta que sostendrían los pioneros de la clase oligarca, es la
siguiente: ¿Qué haremos si ya somos libres de la dominación española? Es

5
ahí, en donde la sed sangrienta de los grupos de poder: toma, estructura y
demanda por derecho soberano el suelo conocido de la política.

Sería en abril de 1829, en que los bloques ideológicos: Conservadores


Católicos –moralistas, amantes del feudo y de las exportaciones primarias-
y los Liberales Europeos –idealistas de la ilustración- se verían las caras
por disputar el poder hegemónico del Estado. El resultado no se hizo
esperar, y la sangre compatriota derramada en diversos lugares de Chile,
se vieron reflejados en el triunfo Conservador Católico, bajo la autoridad
del presidente José Joaquín Prieto Vial (1786-1854) y su ministro Diego
Portales y Palazuelos (1793-1837). La codicia y la ambición de estos nobles
hombres impulsaron, certificaron y ratificaron su poder y su opresión para
los no privilegiados mediante la Carta Magna de 1833, puesto que con las
armas en mano, a todo quien que se les opusieran, ellos no tardarían en
disparar en defensa del glorioso Estado de Chile. Entre algunos artículos
de la Carta Constitucional, se pueden evidenciar las primeras
concepciones del “Chile Moderno”:

“Artículo 1.° El territorio de Chile se estiende desde el Desierto de Atacama


hasta el Cabo de Hornos, y desde las Cordilleras de los Andes hasta el Mar
pacífico, comprendiendo el Archipiélago de Chiloé, todas las islas
adyacentes, y la de Juan Fernandez.
Artículo 2.° El Gobierno de Chile es popular representativo.
(…)
Artículo 4.° La soberanía reside esencialmente en la Nación que
delega su ejercicio en las autoridades que establece esta
Constitucion.
Artículo 5.° La Relijion de la República de Chile es la Católica
Apostólica Romana, con esclusion del ejercicio público de cualquiera
otra.
(…)
Artículo 12.° La Constitucion asegura á todo individuo- 1.° La igualdad ante
la lei. En Chile no hai clase privilejiada. (…) 7.° La libertad de
publicar sus opiniones por la imprenta, sin censura previa, y el
derecho de no poder ser condenado por el abuso de esta libertad, sino
en virtud de un juicio que se califique previamente el abuso por jurados, y se
siga y sentencie la causa con arreglo á la lei.”(10)

6
Los artículos expuestos por la Constitución de 1833, son prácticamente
brillantes para la época, una mezcla coherente entre los pensamientos
ilustrados y la estabilidad política imperante de la Iglesia Católica
feudalista; y más aún, dicha Carta es elocuente y excitable hasta su
derogación en 1925. Así, Cerda Albarracín escribiría que:

“Siendo el Estado en ese contexto el centro del poder, del ejercicio del poder
político. Este planteamiento es fundamental a la hora de entender que el
Estado es el instrumento que aprovecha la fuerza social económicamente
dominante, para disciplinar a la sociedad, y para entender la fisonomía
ideológica política que se le transmite o confiere a la institución, que ejerce el
poder.”(11)

Posteriormente, en la década del treinta del siglo XIX, comienzan las


investigaciones del territorio nacional, debido a que la clase política
conservadora gobernante necesitaba tener conocimiento de qué recursos
naturales contaba el país para activar la economía local, primordialmente
en las temáticas utilitaristas mediante la explotación, extracción y
exportación de materias primas. La visita de científicos extranjeros dio
marcha al proyecto señalado, tanto en las Ciencias Humanas como en las
Ciencias Naturales. Entre los intelectuales más destacados de este periodo
son: el venezolano Andrés Bello y López (1781-1865), el francés Claudio
Gay Mouret (1800-1873), el polaco Ignacio Domeyko Ancuta (1802-1889),
el francés Pedro José Amado Pissis (1812-1889) y el alemán Rudolfo
Amando Philippi (1808-1904). Ilustrados que enmarcaron el desarrollo
científico del Estado-Nación y Estado-Ciencia, impulsando esencialmente
las corrientes epistemológicas del Positivismo, tal como lo expresaba el
sociólogo francés Auguste Comte (1798-1857):

“(…) hemos caracterizado ahora lo bastante, en todos los aspectos, la


importancia capital que presenta hoy la universalidad propagación de los
estudios positivos, sobre todo entre los proletariados, para construir en
adelante un indispensable punto de apoyo, a la vez mental y social, a la

7
elaboración filosófica que debe determinar gradualmente la reorganización
espiritual de las sociedades modernas.”(12)

Del cual se propone un cambio de mentalidad progresista en las personas


trabajadoras. Así, las ideas centrales de Comte NO SE VERÍAN
MATERIALIZADAS EN CHILE a lo largo del siglo XIX, ya que la pobreza de
los ciudadanos no era una preocupación material y espiritual para la clase
oligarca. Si bien es cierto, la reorganización mental de fortalecer la
institucionalización política y científica del Estado, en la década del
setenta y del noventa, la codicia y la ambición de la clase oligarca
marcaron consecuencias graves, tanto por la Guerra del Pacífico y/o
Guerra del Guano y del Salitre (1879-1883) y una guerra Civil (1891), pero
que aún así vociferaban en las tertulias ¡Viva Chile Mierda! por las
mercedes económicas en favor a las nuevas y grandes facultades de
inversión y capitalización debido a los resultados de las guerras señaladas.

La incorporación de los espacios geográficos de Arica y Antofagasta


vigorizaron aún más el poder inversionista de los oligarcas; es una “mesa
de tres patas” escribiría el historiador chileno Claudio Veliz, puesto que se
apoderaron extensivamente, de las exportaciones mineras del nuevo norte
del país, la vanguardia agropecuaria del sur y las grandes firmas
importadoras localizadas en la zona central.(13) De esta forma, los dominios
de los tres grupos descritos heredaron a las familias oligarcas del siglo XX
una representación figurativa del hombre blanco conquistador del poder,
con armadura reluciente, montado en un caballo cepillado por un
indígena, con sus cuatro patas en la esbelta falda de la Cordillera de Los
Andes escuchando la melodía del El Corralero popularizada por Los
Huasos Quincheros.

Chile no accedió a la industrialización como lo hizo Inglaterra, Francia y


Estados Unidos a finales del siglo XIX. Y celebramos a ese ¡Viva Chile

8
Mierda! un 18 y 19 de septiembre bailando cueca, comiendo empanadas,
bebiendo chicha, y cantando a todo pulmón el himno nacional, mientras
es elevada nuestra bandera, en los ojos de los chilenos caen lágrimas de
patriotismo, y la mano derecha puesta en el corazón. Sin embargo, en los
versos del coro:

“Dulce Patria, recibe los votos


Con que Chile en tus aras juró
Que o la tumba serás de los libres
O el asilo contra la opresión.”(14)

Observamos a nuestras fuerzas armadas, en especial al ejército chileno,


que por lo menos han atentado y matado a sangre fría desde 1820:
veintitrés veces al pueblo chileno.(15) Entre algunas masacres del glorioso
ejército se encuentran: Batalla de Lircay (1829-1830) 200 muertos,
“Pacificación” de La Araucanía (1860-1883), prácticamente el exterminio
de los pueblos originarios de la zona sur; Masacres obreras a inicios del
siglo XX: “la huelga de la carne” en 1905, cuando trabajadores y
consumidores salieron a las calles de Santiago a reclamar por el
encarecimiento. La respuesta militar dejó cerca de 250 muertos. En 1906,
las fuerzas armadas frenaron una huelga en ferrocarriles de Antofagasta,
matando a trabajadores en una cifra que oscila entre los 50 y 300. En
1907, Matanza en la Escuela Santa María de Iquique, victimas entre 2.200
y 3.600 muertos. Entre 1921 y 1925, cientos de obreros fueron asesinados
en oficinas salitreras de Antofagasta, en episodios conocidos como San
Gregorio, Marusia y La Coruña. Más al sur y en 1934, entre 100 y 200
campesinos, trabajadores y mapuche murieron cuando marchaban
armados a Temuco, en lo que se llamó la “Masacre de Ránquil”. También
se recuerda la muerte de 10 pobladores en Puerto Montt -una niña de 9
meses entre ellos-, en marzo de 1969, cuando el gobierno ordenó a
Carabineros el desalojo de una toma de terrenos en el sector Pampa
Irigoin. Golpe de Estado y crímenes de lesa humanidad, cifras, cerca de 35

9
mil personas fueron víctimas de violaciones a sus derechos fundamentales.
De ellas, 28 mil fueron torturadas, 2.279 ejecutados y 1.248 permanecen
en situación de detenidos desaparecidos.(16)

Y seguimos sintiéndonos orgullosos de nuestras Fuerzas Armadas que


brindan salud por Chile con la clase oligarca. Así, el poder compartido e
igualitariamente como lo señala el artículo 12.° de la Constitución de
1833, el respeto virginal de los símbolos patrios, aplauden la desgracia por
medio de la fuerza física de quienes gobiernan con las armas,
construyendo una cultura transversal que des-memoriza a través de las
guerras civiles, las torturas y las violaciones terroríficas de la humanidad.

“La Patria y la Matria”, no se han unido en el éxtasis del amor en el chileno


opresor y oprimido, ya que intentar de relacionarse con el mismo capital
humano, el escudriñar la historia y aceptar las mismas o diferidas
capacidades intelectuales y laborales no son propósitos del dominador. Y
el “Roto chileno” es siempre el mismo, ese es el roto pobre: el que se
levanta a las cuatro de la mañana para ir a trabajar con dignidad y respeto
por su familia, y de cuidarse todos los días de no colocar su mano a la
perilla de la puerta del robo, del tráfico, de la corrupción y otras
oscuridades, a diferencia del oligarca que sí tiene guante blanco para
hacerlo.

Los oligárquicos, dueños de la prensa, de la educación de masas, de los


sobornos de la justicia, y el crédito de salvar a quien lo deseen de la
enfermedad –jugando a ser Dios-, prefirieron ser la bodega, “El patio del
Mundo Desarrollado”, queriendo formar la “empresita” a diferencia de las
grandes compañías privadas internacionales que rapiñan el mundo sin
conciencia alguna por la ecología y la sustentabilidad de la tierra;
vendiendo la felicidad a través del consumo hedonista existencialista. Ese
Chile hemos edificado y consolidado durante el siglo XX, una esfera negra

10
para la próximas generaciones, que se pierden en la tecnología básica de
innumerables medios de comunicación, y lo más sucio de todo, sin un
sentido al responder del por qué y qué somos.

En el tiempo actual, los hedonistas del RETAIL: ¡Los mejores precios!,


esclavizados al crédito, la psiquiatría de las farmacias y las aglomeraciones
de viviendas en cuevas subsidiadas, son algunos ejemplos clásicos de lo
que estamos viviendo. La clase gobernante, luego de la interminable
dictadura del Sr. Augusto José Ramón Pinochet Ugarte (1915-2006): “El
Salvador de los oligarcas”, no ha tenido la competencia necesaria para
desarrollar políticas que permiten el mejor desarrollo de la justicia social,
y, en particular, por la corruptible distribución de los ingresos de la
riqueza nacional. De esta forma, nos estamos volviendo a “La Cuestión
Social” (1880-1920),(17) que hoy está más vigente que nunca en las
paupérrimas condiciones humanas que viven nuestros hermanos
inmigrantes.

En el siglo pasado, la preocupación de los ricos por los pobres es


interpretada, por la literatura oficial que entrega el MINEDUC, como un
concepto amplio en el debate de los historiadores. Por una parte, no se
oculta su apreciación en definir sí es o no es la esperada ayuda social del
“noble obrero” para que éste ingresara a instituciones de formación
universitaria, como lo fue el caso de la creación de la Escuela de Artes y
Oficio (1849) que tenía por objetivo:

“Introducir a la enseñanza técnico práctica en el menor tiempo posible, como


una forma de superar los problemas que impedían a Chile entrar en la ruta
del progreso.”(18)

Y por otra parte, algunos historiadores describen esta realidad chilena


como un proceso complejo que se desarrolló a lo largo del siglo XX, con las
miradas de generar una posible revolución industrial, tal como se efectuó

11
en 1892 en los barrios pobres de Glasgow. No obstante, en el caso de
Chile, las consistencias de espectros horrorosos en las paupérrimas
condiciones de vida de los hombres, mujeres y niños situados en el
analfabetismo, la prostitución, el alcoholismo, el hacinamiento, las
patologías –en especial la tuberculosis y sífilis-, las huelgas por hambre,
inseguridad laboral, contratos de trabajo y la escases; todas éstas,
promovieron la organización de las comunidades para superar la
mortalidad de las comunidades. Dicha acción visualizó como único
elemento orgánico social la actividad sindical y/o gremialista, concebida a
la lucha de clases. Aunque, en paralelo a estas organizaciones de
sobrevivencia, los oligarcas reían en las grandes fiestas, tanto el político, el
sacerdote, el empresario y el hijo de la excelencia académica. Éstos
gozaban de los excedentes de las riquezas de las exportaciones que daban
el salitre, la madera, la pesca, el carbón y otros recursos, además de
construir lindos palacios de vivienda como la actual avenida dieciocho y
abundantes parques para el “Paseo familiar” los días domingos. En
contraste, la vivienda de miles de trabajadores pobres, pero muy pobres,
descansaban de la jornada laboral en cuartos redondos, conventillos, cites
y ranchos con abertura hacia las calles. Recabarren denunciaría que:

“La cuarta parte de la población de Santiago vive en las habitaciones


insalubres e impropias para la vida humana. A esta conclusión,
profundamente desconsoladora y grave, llegamos agregando al total de
habitantes que figura en 1.251 conventillos mencionados en el Anuario
Estadístico de 1909.”(19)

Responder del por qué las personas necesitan organizarse, golpear las
ollas y en lo posible utilizar la violencia para manifestar su desanimo de
sobrevivencia, la clase oligarca tomó medidas sanguinarias en las calles de
Chile. Es conveniente que el trabajador laboré en silencio para no perder
su vida; mientras que el otro, duerme tranquilo con su almohadón de
dólares. Desde este punto de vista, es imposible entender y/o explicar si la

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raza humana es la malvada u velamos por los valores católicos para
comprar la salvación, tal como lo realizaban los nobles feligreses antes de
las tesis de Martín Lutero (1483-1546) publicadas en la puerta de la Iglesia
del Palacio de Wittenberg en 1517.

Es de interpretar que para los oligarcas, sólo los números tranquilizan a la


masa y por ende el trabajador no crítica su realidad, y permanece la
incredulidad. Fue en parte los seguidores “pechones” de Diego Portales, los
responsables de forjar una guerra civil en 1891, aceptar las políticas
dictatoriales de Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960) o del Sr. Pinochet, y
que sólo mediante el uso de las armas y NO DE LA VÍA DEL DIÁLOGO -a
la fecha- aún no ha existido una verdadera Asamblea Constituyente de
todos y para todos. Así es como decrece sustancialmente el capital
humano y cultural de Chile, tal como lo expone Gimpel en el diario La
Nación:

“Las sociedades que respetan la calidad de vida de su población, así como


su patrimonio Natural e Histórico, no deliran ni ostentan altas tasas de
crecimiento del producto.”(20)

Cuando no se respeta la calidad de vida de los habitantes de una nación,


el hambre aun circula en las calles, la mortalidad y los medicamentos
escasos y carísimos, salarios mínimos en un mercado del “duopolio” y
neoliberal, en estricto rigor, es el sepulcro de los capitales, tanto del “oro
blanco” (salitre), “oro rojo” (cobre), “oro verde”(bosques), “oro negro”
(carbón) y quizás cuántos “oros”. No se espera que la ciencia reemplace las
vitalidades de los recursos naturales, ni tampoco quebrar a Chile
económicamente, como fue el caso de las Oficinas Salitreras derrumbando
la economía interna del país, por no tener un empuje industrializador del
producto. Ahora bien, si el capital humano estaba insatisfecho cuando se
tenía trabajo y se vivía en la pobreza extrema, como por ejemplo las
carboneras de Lota y Coronel.

13
¿Qué relación humana tenía la clase oligarca con los trabajadores?
NINGUNA.

La solución era buscar replanteamientos complejos, tal como lo realizó el


presidente José Manuel Balmaceda (1840-1891): La estrategia era
nacionalizar los recursos naturales de las filosas garras privadas, tal como
lo describe el periodista uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015):

“El Estado chileno realizó los planes de progreso más ambiciosos de toda su
historia. Balmaceda impulsó el desarrollo de algunas industrias, ejecutó
importantes obras públicas, renovó la educación, tomó medidas para romper
el monopolio de la empresa Británica de ferrocarriles en Tarapacá y contrató
con Alemania el primer y único empréstito que Chile no recibió de Inglaterra
en todo el siglo pasado (XIX).”(21)

En 1891, Balmaceda fue declarado “loco” e inhabilitado para el cargo de


presidente, provocándose la irreparable guerra civil entre parlamentarios
financiados por capitales de empresas británicas –especialmente por el
oligarca John Thomas North (1842-1896)-. La intención del “Presidente
orate” era incorporar programas de ayuda social y, a su vez, de
nacionalizar los recursos naturales que estaban en manos privadas.
Balmaceda perdió la guerra, y terminó suicidándose disparándose un tiro
en la sien. Probablemente ¡pagó su vida por la lealtad a su pueblo!

Veintisiete años después, Europa tuvo grandes consecuencias producto de


la Gran Guerra (1914-1918); y en Rusia en 1917 “Los rotos tomarían el
poder” por medio de la Revolución Bolchevique. Los magnos capitalistas
intervinieron rápidamente en diferentes ciudades industriales de Europa,
Asia y América para reducir la corriente ideológica marxista-leninista, mas
no la pudieron erradicar, ya que ingresaba velozmente en innumerables
localidades del planeta. Y diez años más tarde se sumaría al panorama
mundial de la política occidental la crisis de 1929, a partir de la caída de la

14
bolsa de Wall Street, en el llamado “Jueves Negro” lo que provocó aún más
la admiración del socialismo por sobrevivir a esta depresión económica.

Chile, ya en el suelo por el “Oro Blanco”, consecuencia de la Primera


Guerra Mundial, y con una inestabilidad política-económica de la clase
oligárquica -que no convencía a nadie-. “Los rotos” comenzaron a
movilizarse para apelar sus Derechos, esto conllevó a las matanzas de
miles de trabajadores y trabajadoras. No sería hasta 1925 en que
aparecería una nueva Constitución para calmar ciertas complejidades del
periodo, puesto que el nuevo marco político demandó profundas reformas
sociales y económicas, debido a que el sistema político “semi-
parlamentario” demostró incapacidad para resolver las demandas sociales,
principalmente por las constantes rotaciones ministeriales, las fracciones
políticas y la debilidad presidencial. Así, la nueva Carta fundamental
transformó un régimen representativo, de carácter presidencial, una
separación rigurosa de los poderes del Estado, un Congreso bicameral,
separó “definitivamente” del Estado a la Iglesia Católica Apostólica
Romana, y modernizó la estructura administrativa estatal. Cabe destacar
que la Constitución del 25´ fue considerada como unas de las Cartas más
estables de Latinoamérica hasta el fiero11 de septiembre de 1973.

Los ideales de la Revolución Rusa convencían al planeta, y los


intelectuales promovían la organización y reivindicación de los derechos de
los trabajadores, entre ellos destacan: Rosa Luxemburgo (1871-1919),
León Trotski (1879-1940), Antonio Gramsci (1891-1937), José Carlos
Mariátegui (1894-1930), Gabriela Mistral (1889-1957), Paulo Freire (1921-
1997)… Cada uno de ellos(as) logró enfrentar a los mecanismos de
dominación de la clase oligarca en cada uno de los países oprimidos, para
algunos el exilio y para otros sufrir la muerte de un homicida.

¡EL PUEBLO JAMÁS DEJARÁ DE RECONOCERLOS!

15
La solución para los oligarcas estaría en el Plan Marshall (1948), iniciativa
de los Estados Unidos para “ayudar” a Europa Occidental ofreciéndoles un
préstamo de unos 13.000 millones de dólares de la época.(22) Además se
colocó en práctica el Programa Keynes, plasmada en su obra Teoría general
del empleo, el interés y el dinero, (1936) como respuesta inmediata a
la Gran Depresión del 29´, con la finalidad de estimular la economía en
épocas de crisis profundizando aún más la crisis, es decir, lo que en la
praxis sería potencializar la oferta y la demanda, pero en su reciprocidad:
la demanda por la oferta. Este postulado del economista inglés John
Maynard Keynes (1883-1946) cambió rotundamente las políticas-
económicas de América Latina, y en el caso de Chile no sería diferente.

Los gobiernos radicales (1938-1952) impulsarían el modelo económico


“Walfare State”, Estado Benefactor, que consistía en crear empresas
nacionales, tales como: CORFO, ENAP, ENDESA, IANZA, CAP, entre otras.
Éstas dieron resultados positivos tanto en estrategias y planificaciones en
niveles de desarrollo industrial para Chile; a su vez los gobiernos de Pedro
Aguirre Cerda (1879-1941), Juan Antonio Ríos (1888-1946) y Gabriel
González Videla (1898-1980) establecieron políticas públicas para los
trabajadores y trabajadoras del país. No obstante, el último gobierno de los
radicales -González Videla- aplicó la “Ley Maldita”, entendida como el hito
histórico de represión contra los miembros del Partido Comunista, durante
el año 1947, se valió de la Ley de Seguridad Interior del Estado. Al año
siguiente, agregaría una normativa en que se prohibía la existencia
del Partido Comunista en el territorio nacional. A su vez, reprimió con
violencia las protestas sociales, persecución política infatigable a Pablo
Neruda (1904-1973) y rompió relaciones diplomáticas con la Unión
Soviética y el bloque oriental.

Desde la perspectiva política, la labor burocrática de los gobiernos


radicales en consolidar las primeras políticas públicas para los

16
trabajadores, delinean el punto de partida para reconocerse a sí mismas la
necesidad que debe solucionar el Estado para sus ciudadanos. Sin
embargo, desde la mirada económica del país, el peso histórico de la caída
del Salitre, la clase oligárquica chilena invirtió y fomentó la explotación y
extracción a escalas inimaginables el “Oro Rojo” asistiendo a los
inversionistas privados de los Estados Unidos. Esta materia prima no
tardó en ocupar el primer lugar como fuente de agua viva para la economía
chilena. Galeano mencionaría que:

“En vísperas de la crisis del 29´, las inversiones norteamericanas en Chile


en manos de la Anaconda Copper Mining Co. Y la Kennecott Copper Co.
Ascendían ya más de cuatrocientos millones de dólares, casi todos
destinados a la explotación y el transporte del cobre.”(23)

Así entraríamos al proceso de Chilenización del cobre, por el gobierno de


Eduardo Frei Montalva (1911-1982) y posteriormente a la Nacionalización
bajo el gobierno de Salvador Allende Gossens (1908-1973). Estos procesos
provocarían nuevamente una crisis para los grupos privados. La solución
de la clase oligarca fue planificar un Golpe de Estado, dictadura que
duraría diecisiete años de terrorismo, violación a los Derechos humanos y
marginación de los desposeídos; además consolidó el poder oligarca en la
Constitución de 1980, beneficiando sólo a las familias más ricas del país,
otorgándole la facilidad de trabajar libremente las materias primas a un
costo invaluable. Para Cerda Albarracín:

“Estos millonarios proyectos de los empresarios chilenos: Luksic, matte y


Angelini, lideran la sorpresiva ola de nuevas inversiones que arrasa con
especial fuerza en los sectores mineros y forestal.”(24)

Lamentablemente, el sueño de los gobiernos radicales se vio ofuscado


gracias a la “incapacidad intelectual de los militares”, puesto que la
estrategia de Nacionalizar las materias primas era la única forma de
mantener un Estado sustentable para el desarrollo de la industrialización

17
del país, y no depender de las transnacionales, de las inflaciones anuales
del libre mercado, la explotación desmedida de los recursos naturales por
privados. Todo esto no funcionó, y retrocedimos cien años, y aun así los
chilenos sin memoria gritan ¡Viva Chile Mierda! Esta clase oligarca,
respaldada por las armas del Estado vendió prácticamente en un dólar
todas las empresas nacionales que forjó el modelo económico Estado
Benefactor; y eliminó a sangre fría y a luz del día (peores que los nazis) a
cientos de intelectuales, sólo por el hecho de pensar distinto, de pensar en
que las organizaciones de los trabajadores, estudiantes y progresistas
pudiesen encontrar la paz perpetua.

El Chile de hoy, no es por la transición de la democracia o el voto


voluntario, es un Chile creado a partir de los fundamentos teóricos y
políticos impuestos por los “Chicago Boys” y su gran maestro, el
economista estadounidense Milton Friedman (1912-2006), quien desarrolló
en su máximo esplendor sus premisas políticas–económicas en su obra
célebre Capitalismo y Libertad (1962). Ideas materializadas a fines de los
ochenta e inicio de los noventa del siglo pasado.

Las consecuencias que han traído las cavidades de Friedman a inicios del
siglo XXI son las siguientes: las personas circulan en una sociedad
agresiva; apetito del consumo; consciente de la competitividad de pares y
por ende la inestabilidad laboral; salarios bajísimos a honorarios;
privaciones de la salud y de la educación por la ausencia de capital y
ahorro; internalización del concepto de “equidad” que confiere al grado de
la “negación del otro”, ya que no se presentan las oportunidades de
desarrollo económico; administradoras de fondos de pensiones privadas
que ocupan tu dinero para nuevas inversiones que sólo financian a los
dueños de éstas mediante las utilidades; entre otras. Todas éstas
estructuran algunos mecanismos de poder, perfeccionadas y utilizadas por
la actual clase oligarca chilena.

18
En síntesis al Manifiesto Contra la Clase Oligárquica Chilena, las
consecuencias del Chile de hoy son similares a las de cien años atrás, tal
como lo explicaba Recabarren en el Centenario, quizás de un modo mucho
más diferente, debido a la materialización y al acceso de los recursos para
satisfacer las necesidades básicas de las personas, acto que se demuestra
exclusivamente por las importaciones, en especial al área de tecnología. De
modo que no se focaliza el trabajo al desarrollo del producto chileno. No
obstante, en la segunda década del siglo XXI se conjugan las mismas
causas, y la más compleja de ellas: es que el ciudadano local está siendo
dividido intrínsecamente por el sistema económico, trayendo consigo la
ansiedad del ejercicio competitivo material en favor al sistema imperante
oligarca. Así, la pobreza material no duele tanto como la frustración
intelectual, lo que acrecienta la esclavitud al consumo y no a la valoración
de la organización social, y más específico aún el respeto por la dignidad
humana del prójimo.

La verdadera salida que tenemos a esta fórmula dominante oligarca –diría


Cerda Albarracín- es introducirnos en el Poder de la Historia, que
constituye rasgos propios de la ciencia histórica, y que la diferencia de
otras disciplinas, es que la reconstrucción de la acción del hombre y su
relación con otros hombres, y de éstos con la naturaleza en el pasado, se
hace desde el presente. De ahí que sean los hombres que gobiernan, las
fuerzas sociales que detentan el poder en ese presente, las que deciden
oficialmente porqué, como, que, y para que, se interviene la recuperación
del pasado. Es por ello que la reconstrucción del pasado que se hace desde
el poder, y que se realiza en forma parcial, manipulada y pragmática, es
casi tan antigua como la propia historia.(25)

Desde el Poder de la Historia, es posible unificar criterios para una


organización social de las masas, no tan solo local como lo fue y es el caso

19
de Chile frente a los grupos familiares oligárquicos, sino también visualizar
lo que demandaba Simón Bolívar (1783-1830) en los principios
republicanos para América Latina:

“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola
nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo.”(26)

Esta idea ilustrada propia del sueño latinoamericano asumiría toda las
formas de identificación, de explicación de los relatos, de legitimización del
orden establecido, de otorgarle sentido a los individuos y a las naciones, de
inculcar ejemplos morales, de no levantar falsos héroes, o de sancionar o
justificar la dominación de unos hombres sobre otros, de condenar o
aprobar la acción del hombre en relación a sus intereses sociales, de
fundar el presente y ordenar el futuro inmediato, de condenar o avalar la
conducta actual de las clases oligarcas en Chile y Latinoamérica.

Y con justa razón gritaremos:

¡Viva Chile Mierda!


¡Viva el Pueblo!
¡Viva Latinoamérica!

20
Bibliografía

Beauvoir, S. ¿Para qué la acción? Ediciones Desligamiento. 2017.

Bolívar, S. Carta de Jamaica. Kingston. 6 de septiembre de 1815.

Cartas de Marx a Pavel Vasilievich Annenkov. Bruselas. 28 de diciembre de 1846.

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Metropolitana. 2007.

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Ciencia- Tecnología-Sociedad. Santiago de Chile. 2010.

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HISTORIA” por Edición Chilena. 9 de abril, 2012.

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Consultado el 2 de diciembre de 2016.

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Recabarren, L. Ricos y Pobres. Conferencia dictada en Rengo, el 3 de septiembre de 1910,


con ocasión del Primer Centenario de la Independencia de Chile.

Reich, W. ¿Qué es la conciencia de clase?: Acerca de la Reforma del movimiento obrero.


Colección Socialismo y Libertad. Libro 69. 1934.

Páginas Webs:
http://www.elmercurio.com/blogs/2012/08/08/7749/chile_un_modelo_para_la_region.a
spx
http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0001779.pdf
http://www.usach.cl/la-escuela-artes-y-oficios

21
Notas.

1.- Chileno, Magíster en Filosofía de las Ciencias. Universidad de Santiago de Chile.


Magíster en Ciencia Política. Universidad Tecnológica Metropolitana.
Diplomado en Participación y Gestión Municipal para el Desarrollo Local. Universidad
Central. Profesor de educación General Básica con Mención en Educación Tecnológica y
Lenguaje y Comunicación. Licenciado en Educación. Universidad Tecnológica
Metropolitana. Contacto: panchodiazfco@gmail.com

2.- Cf. Véase en artículo de Andrés Oppenheimer “Chile, un modelo para la región.”
Miércoles, agosto 08, 2012.
En
http://www.elmercurio.com/blogs/2012/08/08/7749/chile_un_modelo_para_la_region.a
spx

3.- Ibídem. P. 1.

4.- Le Monde diplomatique, “LA HISTORIA DEL PODER Y EL PODER DE LA HISTORIA”


por César Cerda Albarracín. Edición Chilena. 9 de abril, 2012. P. 2.

5.- Cf. Recabarren, L. Ricos y Pobres. Conferencia dictada en Rengo, el 3 de septiembre de


1910, con ocasión del Primer Centenario de la Independencia de Chile.

6.- Véase en capítulos de Cartas de Marx a Pavel Vasilievich Annenkov. Bruselas. 28 de


diciembre de 1846. P. 253.

7.- Reich, W. ¿Qué es la conciencia de clase?: Acerca de la Reforma del movimiento obrero.
Colección Socialismo y Libertad. Libro 69. 1934. P. 19.

8.- Cf. Engels, F. El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Editorial
Progreso. Moscú. Pp. 11-13.

9.- Cf. Beauvoir, S. ¿Para qué la acción? Ediciones Desligamiento. 2017. Pp. 84-104.

10.- Constitución de la república de Chile, publicada el 25 de mayo de 1833. Imprenta de


la Opinión. La Gran Convención encargó a una comisión integrada por Marian
Egaña, Manuel José Gandarillas, Gabriel José Tocornal, Santiago Echevers, Jua
Francisco Meneses, Agustín de Vial Santelices y Francisco Antonio de Elizalde. Entre
octubre de 1831 y abril de 1832 la comisión llevó a cabo dicha tarea. Además, se presentó
ante la Gran Convención un voto particular de Egaña. Entre el 25 de octubre 1832 y 17
de marzo de 1833 la Convención el proyecto de constitución de la comisión y el voto
particular de Egaña. Siendo aprobado el texto definitivo en la sesión de 22 de
mayo de 1833 y enviada al Presidente José Joaquín Prieto quien junto con sus ministro
procede a promulgarla y jurarla el 25 de mayo de 1833.
Véase en Bravo Lira, Bernardino. 1983. La Constitución de 1833 en Revista Chilena de
Derecho páginas 318-319.
Véase en http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0001779.pdf

11.- Cerda, C. “Antecedentes Históricos de la Formación de la Universidad de Chile”


Trilogía-Ciencia- Tecnología-Sociedad. Santiago de Chile. 2010. Pp. 37-38.

12.- Comte, A. Discurso sobre el espíritu positivo. Capítulo III Orden necesario de los
estudios positivos. Traducción y prólogo de Julián Marías. 1844. P.65.

22
Véase en http://biblio3.url.edu.gt/Libros/comte/discurso.pdf

13.- Cf. Veliz, C. La mesa de tres patas. Desarrollo Económico. Vol. III. N° 1-2. 1963.

14.- Argumento del Historiador Gabriel Salazar Vergara en Entrevista de Chile Secreto,
Capítulo 21 de mayo, 19 de mayo de 2017. Chilevisión, por el escritor Jorge Baradit
Morales.

15.-Coro. Himno Nacional de Chile. Composición musical patriótica que representa


oficialmente a dicho país. Fue escrito por el poeta chileno Eusebio Lillo Robles (1847),
con estribillo del poeta argentino-chileno Bernardo de Vera y Pintado (1819), vestigio
del primer himno; y compuesto por el maestro español Ramón Carnicer i Batlle (1828).
Fue adoptado hace 170 años, el 17 de septiembre de 1847.

16.- Cf. Vergüenzas del Ejército: Las crueles matanzas que manchan la historia militar
chilena. biobiochile.cl. Viernes 19 septiembre de 2014 | Publicado a las 10:57.
Actualizado a las 13:37.
Véase en http://www.biobiochile.cl/noticias/2014/09/19/verguenzas-del-ejercito-las-
crueles-matanzas-que-manchan-la-historia-militar-chilena.shtml

17.- “La Cuestión Social” Concepto utilizado por Augusto Orrego Luco en 1884, en el
periódico “La patria de Valparaíso”. Cf. Cepech, Historia de Chile. Santiago. 2009. P. 198.

18.- Historia oficial de la Escuela Artes y Oficio, plasmada en la página web


http://www.usach.cl/la-escuela-artes-y-oficios

19.- Óp. Cit. Cf. Recabarren, L. “Ricos y Pobres”… p. 38.

20.- Gimpel, A. “Crecimiento Económico y Condiciones de Vida” La Nación. Santiago de


Chile. 21 de septiembre de 1998. P. 5.

21.- Galeano, E. Las Venas Abierta de América Latina. Siglo Veintiuno Editores. Madrid.
2007. P. 185.

22.- Gobierno de Estados Unidos. «Marshall Plan, 1948» (en inglés). Office of the
Historian. Consultado el 2 de diciembre de 2016.

23.- Óp. Cit. Galeano, E. Las Venas Abierta de América Latina… p.187.

24.- Cerda, C. Chile: El Centenario y 100 Años Después. Ediciones Universidad


Tecnológica Metropolitana. 2007. Pp. 36-37.

25.- Bolívar, S. Carta de Jamaica. Kingston. 6 de septiembre de 1815.

26.- Óp. Cit. Le Monde diplomatique, “LA HISTORIA DEL PODER Y EL PODER DE LA
HISTORIA”… P. 2.

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