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Explique La Comparación Que Hace El Autor Entre Posesión
Explique La Comparación Que Hace El Autor Entre Posesión
Grupo 7
2. Explique la comparación que hace el autor entre posesión-memoria del coleccionista que
analiza Walter Benjamin y el tiempo de la “no-cosa” en el capitalismo de la información.
Según el autor, en el caso del coleccionista, que es una figura utópica descrita por Walter
Benjamín, la posesión de las cosas está basada en una relación profunda, ya que se basa en la
memoria y en la capacidad de recordar y revivir situaciones pasadas. El coleccionista posee un
objeto no solo por su valor intrínseco, sino también por su capacidad para despertar recuerdos
y emociones asociadas con él. El objeto se convierte en un contenedor de memoria y
sentimientos que hacen que cobre vida, despojándolo de su carácter de mercancía, de esta
manera, el coleccionista construye su identidad a través de los objetos que posee. Por otro
lado, en el capitalismo de la información, la posesión de las cosas materiales se ha vuelto
obsoleta. La sociedad actual se enfoca en la experiencia es decir en el consumo de
informacion, lo que el autor denomina como la era de las "no-cosas". En este nuevo modelo,
las experiencias pueden ser descargadas, almacenadas y eliminadas en cualquier momento. La
"no-cosa" no tiene valor intrínseco, sino que su valor se basa en su capacidad para mantenerse
relevante en un mercado en constante cambio. En la era de la no cosa, todo lo material y lo
inmaterial como las relaciones personales, cultura y la historia se convierte en mercancía, y la
identidad de las personas se construye principalmente a través de la información que
consumen.
En el texto de han chul se aborda la transición el cambio de paradigma que se está dando en la
sociedad actual donde las posesiones, las cosas materiales son cada vez menos importantes y
son reemplazadas por experiencias. Ser antes que tener. Donde experimentar significa
consumir información.El autor habla sobre el cambio de paradigma en la sociedad actual,
donde las experiencias son más importantes que las posesiones materiales. La experiencia se
convierte en una forma de consumo.
En el caso del coleccionista, figura utópica de Walter Benjamin, la posesión de las cosas está
basada en una relación profunda, ya que se basa en la memoria y en la capacidad de recordar
y revivir experiencias pasadas. El coleccionista posee un objeto no solo por su valor intrínseco,
sino también por su capacidad para evocar recuerdos y emociones asociadas con él. El objeto
se convierte en una especie de contenedor de memoria y cobra vida, de esta manera lo
despoja de su carácter de mercancía. Lo que le permitía construir su identidad a través de los
objetos que poseía.El coleccionista posee objetos no solo por su valor intrínseco, sino también
por su capacidad para evocar recuerdos y emociones asociados con ellos. El objeto se
convierte en un contenedor de memoria y cobra vida, lo que lo despoja de su carácter de
mercancía. De esta manera, el coleccionista construye su identidad a través de los objetos que
posee.
Sin embargo, en el capitalismo de la información, la posesión de las cosas (de bienes
materiales, objetos) se ha vuelto obsoleta, es la sociedad de la experiencia y la
comunicación. El autor denomina a este cambio de paradigma como la era de las no-
cosas. Estas pueden ser descargadas, guardadas y eliminadas en cualquier momento. No es un
contenedor de memoria, sino un objeto efímero que se consume rápidamente y que se
reemplaza constantemente. La "no-cosa" no tiene valor intrínseco, sino que su valor se basa
en su capacidad para mantenerse relevante en un mercado en cambio constante. En la era de
la no cosa, todo lo material y lo inmaterial se convierte en mercancía. La identidad la
determina principalmente la información.En la sociedad actual, la posesión de las cosas
materiales se ha vuelto obsoleta. La sociedad se enfoca en la experiencia y la comunicación, lo
que el autor denomina como la era de las "no-cosas". En este nuevo modelo, las experiencias
pueden ser descargadas, almacenadas y eliminadas en cualquier momento. La "no-cosa" no
tiene valor intrínseco, sino que su valor se basa en su capacidad para mantenerse relevante en
un mercado en cambio constante. En la era de la no cosa, todo lo material y lo inmaterial se
convierte en mercancía, y la identidad de las personas se construye principalmente a través de
la información que consumen.