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Discusión y

sentencia

Introductoria:
Derecho
Procesal I

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Discusión y sentencia
Discusión y decisión. Alegatos

Concepto y formas en los diferentes procesos

La discusión es la actividad que realizan las partes para acercar al tribunal los
argumentos que puedan determinar una decisión de fondo a su favor sobre las
cuestiones y pruebas introducidas en el proceso. Para Clariá Olmedo, se trata
de una discusión bilateral sobre la causa, manifestada en informes, alegatos o
exposiciones finales de las partes, producidos ante el tribunal en forma oral o
escrita según el sistema de procedimiento adoptado.

El contradictorio es pleno, ya que cada una de las partes se expide con


argumentaciones favorables a sus pretensiones mediante una merituación
que hacen de las pruebas producidas en la etapa que acaba de clausurarse.
La intención es convencer con argumentos al tribunal y obtener de esa
manera una decisión que satisfaga los respectivos intereses, sin perjuicio
de que en esos alegatos puedan contenerse reconocimientos a concretas
afirmaciones de la parte contraria.

Si el alegato se produce oralmente, como en el caso del proceso laboral,


penal, familiar (este último, en la provincia de Córdoba), el tribunal asume
una actitud pasiva y su función se limita a escuchar los argumentos y
conclusiones de las partes, a dirigir y mantener el orden de la audiencia. En
cambio, cuando se produce en forma escrita, como en el caso del proceso
civil, la intervención del tribunal, por intermedio de la secretaría
correspondiente, se limita a la recepción de los alegatos o informes.

Por su parte, dentro del mismo proceso civil, hay casos como el del juicio
sumarísimo (art. 498, C. P. N) y el juicio abreviado (art. 507 del C. P. C. de
Cba.), en donde no procede la presentación de alegatos (art. 498, inc. 5, C.
P. N.) prescribe que “recibida la prueba o vencido el plazo para su
recepción, el tribunal llamará autos para definitiva y dictará sentencia”

Con la salvedad de la excepción precedentemente expuesta, en el juicio


escrito la discusión se perfila nítidamente, ya que en aquel se marcan
claramente tres fases:

1- Introducción de las cuestiones.


2- Introducción de las pruebas.

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3- Momento crítico: que se compone de la discusión y la decisión final. Son
momentos discontinuos que van precluyendo con la iniciación del próximo.
Así, la discusión se abre cuando se clausura la prueba.

De tal modo, y puntualmente en el juicio civil ordinario, concluida la etapa


probatoria, el tribunal ordena correr traslado de ley por su orden.

En el procedimiento oral, en cambio, la etapa esencial es la vista de la


causa (en laboral) o el debate (en penal), en la que por efecto del principio
de concentración e inmediación, no se distinguen con claridad etapas o
fases dentro de él. Después de la producción de las pruebas ofrecidas
previamente y de la agregación de la prueba producida antes de iniciarse el
debate, se ubica la etapa discusoria. En general, la etapa de vista de la
causa que tiene lugar en el proceso laboral se desarrolla de la siguiente
manera:

1) Lectura de la demanda y su contestación y reconvención, y a su vez,


de la contestación de esta última, en caso de haberse producido.

2) Ingreso por lectura de la prueba producida con anterioridad.

3) Producción de las pruebas oportunamente ofrecidas y previstas para


ser introducidas en el debate, dado su eminente oralidad
(confesional, testimonial).

4) Discusión que se realiza oralmente (aunque en muchos procesos se


desvirtúa en cuanto se permite a los letrados dejar memoriales o
apuntes de sus respectivos alegatos).

5) Sin solución de continuidad, el tribunal pasa a deliberar con el fin de


arribar a la decisión final por imperio del principio de concentración y
continuidad que lo obliga a producir su decisión sin interrupciones,
pasando a deliberar inmediatamente después de la clausura del
debate, disponiendo en general de un plazo perentorio o fatal para el
dictado de la sentencia.

Contenido

Como adelantamos, la discusión debe versar sobre todos los elementos del
pleito hasta el momento reunidos y no solo sobre las pruebas. Es en este
momento que se brinda la oportunidad de merituar con claridad y
precisión todas las cuestiones planteadas y las afirmaciones y refutaciones
existentes en la demanda y contestación. No solo debe estarse a las
cuestiones controvertidas, sino también las aceptadas por ambas partes y

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las afirmadas al trabarse la litis, ya que el juez no solamente resolverá
sobre lo discutido sino también sobre todas las afirmaciones del actor.

Para su elaboración debe seguirse un procedimiento lógico


argumental, cuyo primer paso consiste en efectuar un
planteo, luego ordenar las cuestiones para proceder al
análisis de la prueba y la refutación de las afirmaciones o
negaciones de la contraparte en función de la ineficacia de
las pruebas ofrecidas por aquélla. Finalmente, planteados
los hechos, analizadas las pruebas, debe realizarse una
exposición jurídica del caso, fundamentando las respectivas
pretensiones en el derecho: primero, en la norma, luego en
la doctrina y por último en la jurisprudencia. Recién en este
momento se agota la discusión, pues las partes concreta,
amplían y explicitan sus pretensiones iniciales, ya que no se
agotan en la demanda todos los argumentos jurídicos a los
que pueden recurrir las partes. (“Definición de
jurisprudencia”, 2015, https://goo.gl/1HARFQ).

La valoración efectuada por las partes es parcial. No se les puede exigir


imparcialidad, la que queda reservada al juzgador.

Sentencia. Concepto, clasificación, formalidades

La sentencia es la resolución jurisdiccional que pone fin al proceso en el cual se


dicta y resuelve, en definitiva, la cuestión litigiosa. Se trata de una norma
particular, aplicable exclusivamente al caso concreto sometido a juzgamiento.

Puede ser vista desde dos aspectos, legal y sustancial. Pero debemos tener
presente que el juez, a lo largo del proceso, dicta otras resoluciones
judiciales. Entonces, desde este punto de vista, podemos indicar que los
actos de decisión del tribunal son: los decretos, los autos y las sentencias
definitivas.

1. Los decretos o providencias


Son resoluciones judiciales de mero trámite que sirven para impulsar el
procedimiento. A través de estas providencias el juez va conduciendo el
proceso.

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Citamos, como ejemplos, las providencias que tienen interpuesta la
demanda, las que ordenan la agregación de un documento, las que
designan la fecha de subasta, etcétera.

La ley distingue los decretos de mero trámite y los decretos propiamente


dichos. Un ejemplo de los primeros es: Córdoba, siete de marzo de 2009.
Preséntese en forma y se proveerá. Ejemplos de los segundos: Córdoba, 13
de Abril de 2007: Agréguese la cedula acompañada. Por iniciada la
ejecución de sentencia. Cítese y emplácese al ejecutado para que en el
término de tres días oponga excepciones de conformidad con los arts. 808
y 809 del C. P. C., bajo apercibimiento del art. 810 del C. P. C. Notifíquese.
Trábese el embargo solicitado a cuyo fin ofíciese. Decreto por el que se
dispone la subasta de los bienes muebles embargados. Córdoba, once de
marzo de dos mil seis.

Proveyendo a lo solicitado a fojas 37, sáquense a la venta en subasta


pública los bienes muebles embargados por el martillero designado en
autos, Sr. Alejandro Gómez Tello, con base, al mejor postor, con pago de
contado, más la comisión de ley del martillero. Publíquense edictos en el
Boletín Oficial y diario La Voz del Interior que resultó sorteado. A los fines
de la realización de la subasta, que deberá llevarse a cabo en la Sala de
Remates, fíjese el día 22 de mayo del corriente, a las 12:30 h.

2. Los autos

Los autos resuelven cuestiones que guardan vinculación con la tramitación


que se suscita durante el procedimiento y cuya resolución previa es
menester. Resuelven cuestiones sobre un aspecto controvertido planteado
durante el curso del proceso. Ejemplo de ello son los pronunciamientos del
tribunal que pone fin a un incidente (por ejemplo, tercerías).

El auto externamente es igual a la sentencia (en su estructura), sin


embargo se advierten diferencias sustanciales con aquella:
 el auto se dicta dentro de la tramitación del proceso; la sentencia,
al final;
 el auto resuelve un aspecto controvertido dentro del proceso,
mientras que la sentencia le pone fin resolviendo la cuestión de
fondo.

Dentro de la categoría de autos, debemos incluir a los autos


homologatorios que tienen por objeto dejar firme una transacción o un
acuerdo celebrado entre las partes.

A continuación, se incorpora un modelo de auto:

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Figura 1

Auto número doscientos treinta y seis.

Córdoba, once de noviembre de dos mil siete.

Y VISTOS el acta de remate labrada con motivo de la subasta realizada,


obrante a fs. 198 y la cuenta de gastos del martillero de fs. 205, en estos
autos caratulados: “CARISSIMO FLORENCIA C/ PERZ ALEJANDRO-
EJECUTIVO-“, donde se vendieron en subasta pública los siguientes bienes
muebles (descripción de los bienes), los que fueron adjudicados después de
varias ofertas y espera de ley al mejor postor, que fue el Sr. ..., por la suma
total de pesos cuatro mil ($4000.-). Y CONSIDERANDO: que el acta de
remate ha sido puesta a la oficina por el término de ley, sin que alguna de
las partes interesadas hayan formulado observación alguna, según
certifica la secretaria a fs. 311.; que la cuenta de gastos presentada por el
martillero ha sido puesta a la oficina, sin que las partes tampoco la hayan
observado; que se ha abonado el impuesto correspondiente, según surge de
fs. 309. Por todo lo expuesto, y de conformidad con el art. 587 del CPC,
RESUELVO: aprobar en cuanto por derecho corresponda el acta de remate
y la cuenta de gastos del martillero designado en autos, y, en consecuencia,
adjudicar al comprador los bienes muebles adquiridos. Protocolícese,
hágase saber y dese copia.

Firma del juez

3. Las sentencias

Desde el punto de vista legal, la sentencia es aquella resolución


jurisdiccional que, como tal, ha sido definida o caracterizada en la ley. Es
aquel pronunciamiento que pone fin al proceso, cualquiera sea la cuestión
que en él se resuelva.

Desde el punto de vista sustancial, la sentencia es aquella resolución


jurisdiccional que decide, en definitiva, sobre el fondo de la cuestión traída
al proceso, por lo que, para su existencia, requerirá que aquel se haya
tramitado integralmente. Desde este punto de vista, no será sentencia el
sobreseimiento, pues no resuelve la cuestión de fondo (no absuelve ni
condena, solo dice que la pretensión ha prescripto, que el hecho no es
delito o que el imputado no participó en él).

Para sintetizar y a efectos de una mejor comprensión, la definimos:

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 Desde el punto de vista legal: resolución que decide, en definitiva,
cualquier tipo de cuestión que pone fin al proceso (como un
sobreseimiento, por ejemplo).

 Desde el punto de vista sustancial: resolución que decide, en definitiva,


sobre la cuestión de fondo, poniendo fin al proceso.

Decimos que la sentencia es una resolución jurisdiccional definitiva. Esto


quiere decir que con ella se agota la jurisdicción de conocimiento del juez
en ese proceso (no su actividad en él). Es decir, ya sea desde el punto de
vista legal o sustancial, la sentencia es una decisión que pone fin al proceso
en su momento cognoscitivo, después de su integral tramitación.

En primer lugar, el juez debe empezar por obtener las cuestiones de hecho
contenidas en la causa para delimitar el campo dentro del cual han de
proyectarse las pruebas efectivas y legítimamente introducidas al proceso
(para el juez, lo que no está en el expediente o en el acta no existe en el
mundo). Al mismo tiempo deberá comparar esas cuestiones con el hecho
específico descripto en las normas jurídicas aplicables.

Delimitados los hechos, deberá fijarlos en el siguiente orden: 1) los que las
partes aceptaron como ciertos (no controvertidos); 2) los que no requieren
demostración (hechos evidentes y presunciones iure et de iure); 3)
presunciones iuris tantum no destruidas por prueba en contrario y hechos
controvertidos.

Una vez fijados los hechos, deberá iniciar la valoración de la prueba en


busca de la obtención de certeza respecto de la verdad del acontecimiento
sometido a su decisión.

Para esta valoración deberá aplicar las reglas de la lógica, la psicología y la


experiencia, cuya omisión, en nuestro sistema, está conminada con la
nulidad y constituye un vicio in iudicando.

La regla que prohíbe el non liquen obliga al juez a dictar sentencia,


cualquiera sea el estado intelectual al que arribe (duda, probabilidad o
certeza). Frente a estos grados de conocimiento se alcanzan los siguientes
resultados:

 En caso de certeza negativa, el juez decidirá a favor de las


pretensiones del actor o de quien opuso la excepción.
 En caso de certeza negativa, el juez decidirá la no aceptación lisa y
llana del hecho afirmado, lo que conduce al rechazo de la
pretensión del actor o de quien opuso la excepción.

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 En caso de duda, el juez hallará un equilibrio entre los elementos
negativos y los positivos, lo que significará ausencia de toda prueba
e incertidumbre respecto del hecho afirmado. Si esto ocurre, se
tendrá como no probado aquel.
 En caso de probabilidad, esto es, mayor cantidad de elementos
positivos pero que no excluyen por completo a los negativos, habrá
insuficiencia de prueba para cualquier tipo de proceso, lo que
impide acoger de plano la afirmación y dar por existente el hecho,
aun cuando esta misma probabilidad haya permitido ordenar,
durante la sustanciación del proceso previo a la sentencia, una
medida cautelar.
 En caso de improbabilidad, se estará en la situación inversa a la
anterior, por lo que los hechos cuya existencia se afirma deben ser
considerados inexistentes.

Por su parte, en el ámbito penal estos estados intelectuales responden a


las siguientes soluciones:

 Certeza negativa durante la instrucción: sobreseimiento.

 Probabilidad durante la instrucción: procesamiento, vista fiscal,


prisión preventiva, según los distintos sistemas.

 Duda durante la instrucción: continuación de la investigación hasta


el plazo legal y si persiste, sobreseimiento.

 Certeza positiva durante el juicio: condena.

 Duda o probabilidad en juicio: absolución.

Formalidades

En general, la sentencia debe cumplir dos requisitos básicos:

 emanar de un órgano jurisdiccional;


 resolver un caso concreto, controvertido y judicial (concreto en
cuanto el juez no hace declaraciones en abstracto, y controvertido en
cuanto el conflicto es promovido en un juicio).

Formalidades extrínsecas

 Debe otorgarse por escrito y en idioma nacional.


 Se debe mencionar lugar, fecha, tribunal y causa. Se la debe
enumerar y expedir en doble ejemplar.
 Debe llevar la firma del juez o jueces, en caso de tribunal colegiado.

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Formalidades intrínsecas

Están relacionadas con las partes de la sentencia a las cuales nos hemos
referido. Dentro de cada una de estas partes existen requisitos de forma
cuya inobservancia trae aparejada nulidad:

Resultandos o vistos: el relato del juez debe efectuarse desde la recepción


de la demanda hasta el llamamiento de autos para sentencia. Es
fundamental no solo para que la sentencia se baste a sí misma, sino
también para que las partes e interesados conozcan lo que ha ocurrido
objetivamente en el proceso y comprueben que la decisión guarda relación
con los principios de autosuficiencia y congruencia.

Cuando decimos que la sentencia debe bastarse a sí misma (principio de


autosuficiencia), queremos decir que su sola lectura debe ser suficiente
para conocer y entender cuáles fueron las pretensiones de las partes,
incidentes ocurridos, pruebas producidas, alegatos y cómo resolvió el
tribunal en consecuencia.

El principio de congruencia exige que la parte dispositiva se adecue


rigurosamente a los sujetos, objeto y causa que individualizan la pretensión
y oposición, pronunciándose sobre toda la demanda y la reconvención, en
su caso, y no más allá de los límites de ella. En el ámbito penal, por
ejemplo, implica que no puede condenarse a alguien por homicidio, si la
acusación que da base al juicio se refiere a un delito de lesiones.

Considerandos: una vez hecha la descripción de la causa y la prueba


producida, entra el juzgador a efectuar el análisis de los elementos de
prueba con la finalidad de fijar los hechos (las cuestiones fácticas) y el
derecho aplicable (cuestiones de derecho).

Para fijar los hechos, deberá seleccionar y valorar los elementos


probatorios introducidos por las partes y las medidas para mejor proveer
que haya ordenado. Esta es la parte de fundamentación o motivación del
fallo, fundada en la sana crítica y exigida por el artículo 326 del C.P.C.Cba.,
que expresamente señala que toda decisión definitiva deberá tener
fundamentación lógica y legal, bajo pena de nulidad.
Fijados los hechos, el juzgador procederá a elegir en el ordenamiento
jurídico positivo la norma aplicable, lo que puede hacer directamente o a
través de un análisis interpretativo con aplicación de doctrina y
jurisprudencia.

En esta parte de la sentencia se impone la aplicación de las reglas de la


sana crítica racional, la que, como lo expresáramos en la unidad anterior,

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incluye los principios lógicos de identidad, tercero excluido, contradicción y
razón suficiente. A pesar de que ya fueron desarrollados, volveremos a
insistir sobre el último nombrado, por su trascendental importancia.

Así, el principio de razón suficiente expresa que no puede hallarse ningún


hecho verdadero o existente ni ninguna enunciación verdadera sin que
haya una razón suficiente para que sea así y no de otro modo.
A este principio está adscripta la ley de derivación por la cual de las
pruebas producidas debe surgir necesariamente una única conclusión (el
antecedente infiere necesariamente al consecuente). Apenas se advierte
que, paralelamente a la conclusión arribada, es admisible conjeturalmente
otra diversa basada en las mismas pruebas de la causa, se produce la
inobservancia del principio de razón suficiente, ya que este exige que el
consecuente deba ser ese y no otro diverso.

Parte resolutiva: fijados los hechos y establecido el derecho aplicable, el


juez procede a plasmar su conclusión, sin la cual no habría sentencia. Es la
consecuencia del juicio lógico efectuado y permite efectuar la siguiente
clasificación de las sentencias:

Figura 2

Sentencia declarativa o meramente declarativa: es aquella en la cual el


juez se limita simplemente a determinar la certidumbre o no respecto de
una situación que se mostró incierta durante todo el proceso. Esta clase,
sin embargo, no siempre es autónoma, sino que existe necesariamente
como antecedente en las sentencias condenatorias y constitutivas, pues
antes de resolver en este sentido, el juzgador deberá fijar los hechos de la
causa, lo que implica poner fin a un estado de incertidumbre fáctica, y
con ella, jurídica.

Sentencia constitutiva: es aquella que crea, modifica o extingue un estado


jurídico (tal el caso de cuestiones de estado: divorcio, adopción, filiación,

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etc.). En consecuencia, nace una situación distinta de la que existía antes
de la sentencia.

Sentencia condenatoria: es la que impone el cumplimiento de una


prestación contenida en la pretensión del actor.

La cosa juzgada. Clases

Palacio la define como “la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los


efectos de la sentencia definitiva cuando contra ella no procede ningún recurso
ordinario o extraordinario susceptible de modificarla, o ha sido consentida por
las partes” (en Colazo, 2010, https://goo.gl/tNM8J7).

No es un efecto de la sentencia, sino la irrevocabilidad de los efectos de


aquella o de cualquier resolución jurisdiccional que ha quedado firme.

Clases

Figura 3: (Agregar título)

Fuente: (Indique la fuente aquí y en el listado de referencias. Si elaboró Ud. la


figura, coloque aquí: elaboración propia. Además, en el texto de la figura,
conserve solo las mayúsculas iniciales Solo en este último caso no es necesario
incluir la fuente en el listado final.)

Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando, a pesar de ser firme


e irrevocable la sentencia dentro del proceso en el cual se dictó, la causa
allí resuelta puede ser nuevamente discutida en un proceso ulterior. Es
decir, cuando carece del atributo de indiscutibilidad. Tal es el caso de la
sentencia dictada en un juicio ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que
se proceda a la ejecución ordenada en ella, permite que la causa sea
discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el juicio ejecutivo no se
permite discutir la causa de la obligación y, por ende, se trata de
cuestiones no resueltas que ameritan la sustanciación de otro proceso. La
doctrina entiende que no estamos ante una autoridad de cosa juzgada.

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Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha
quedado firme, es irrevocable y no admite discusión posterior por la misma
causa; no se puede ir más allá y no admite supuesto contrario alguno. En
consecuencia, es un presupuesto de la conclusión que torna vano todo
logicismo que intente desconocerla.

Efectos de la cosa juzgada material

Una vez que la sentencia que resuelve acerca de las pretensiones de las
partes ha sido dictada y ha quedado firme, esto es, no susceptible de
recursos ordinarios o extraordinarios, aparece la res iudicata o cosa
juzgada. Sin embargo, su sola existencia puede no alcanzar para satisfacer
en forma real y efectiva las pretensiones de quien salió victorioso. Si se
trata del actor, si bien su pretensión ha sido declarada cierta, será
necesario que el demandado satisfaga su derecho cumpliendo con la
obligación impuesta por la sentencia. De no hacerlo, será necesario
forzarlo judicialmente. Para que esto sea posible, deberá efectuar una
acción de ejecución de sentencia que tiene fundamento en la cosa juzgada,
por cuanto esta es la que le proporciona el actio iudicati.

Ahora bien, para que la actio iudicati sea procedente, será necesario que la
sentencia firme adquiera ejecutoriedad. Y una sentencia firme hará
ejecutoria cuando haya vencido el término ordenado en ella dentro del
cual el condenado debe cumplir con la obligación impuesta. En
consecuencia, para que proceda la actio iudicati, será necesario que la
sentencia esté firme y ejecutoriada.

Modos anticipados de conclusión del proceso en el


procedimiento civil, penal, laboral y de familia

Allanamiento

Artículo 352 del C. P. C. Cba.: “El demandado podrá allanarse a la demanda


en cualquier estado de la causa anterior a la sentencia” (Art. 307, C. P. N.
El Tribunal dictará sentencia conforme a derecho, pero si estuviere
comprometido el orden público, el allanamiento carecerá de efectos y
continuará el juicio según su estado.

Palacio (2010) define el allanamiento como una declaración de voluntad del


demandado en cuya virtud reconoce la fundabilidad de la pretensión
interpuesta por el actor.

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La doctrina y la jurisprudencia mayoritariamente explican esta figura
indicando lo siguiente:

 Es una declaración de voluntad del demandado en cuya virtud admite


someterse a la pretensión interpuesta por el actor.
 Es un acto procesal unilateral por el cual el demandado admite la
legitimidad de las pretensiones del actor.
 Puede ser total o parcial, si el demandado admite la totalidad o parte
de las pretensiones del demandante, aunque no reconozca la
exactitud de los hechos y el fundamento del derecho de la demanda.
 Se puede extender al actor en caso de que medie reconvención del
demandado.
 Determina la extinción del proceso.
 Solo puede darse en juicio. No existe el allanamiento extrajudicial.
 Puede ser expreso o tácito. El segundo acontece cuando el
demandado, sin formularlo expresamente, cumple la prestación
reclamada.
 Puede ser condicionado, ya sea a una determinada forma de pago, a
una quita parcial, etcétera. Para que sea procedente, deberá
concurrir la conformidad del actor de manera expresa o tácita (en
este caso, se aproximaría a una transacción).
 Formulado el allanamiento, corresponde al juez dictar sentencia a fin
de que las pretensiones del actor no se discutan nuevamente (non bis
in idem), de modo que el demandado se beneficie con los efectos de
la cosa juzgada.

Desistimiento

Los artículos 349 y 350 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia
de Córdoba establecen lo siguiente:

DESISTIMIENTO DEL PROCESO

Art. 304. - En cualquier estado de la causa anterior a la


sentencia, las partes, de común acuerdo, podrán desistir del
proceso manifestándolo por escrito al juez quien, sin más
trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las
actuaciones.

Cuando el actor desistiera del proceso después de


notificada la demanda, deberá requerirse la conformidad del
demandado, a quien se dará traslado notificándosele
personalmente o por cédula, bajo apercibimiento de tenerlo
por conforme en caso de silencio. Si mediare oposición, el

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desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el trámite de
la causa.

DESISTIMIENTO DEL DERECHO

Art. 305. - En la misma oportunidad y forma a que se


refiere el artículo anterior, el actor podrá desistir del
derecho en que fundó la acción. No se requerirá la
conformidad del demandado, debiendo el juez limitarse a
examinar si el acto procede por la naturaleza del derecho en
litigio, y a dar por terminado el juicio en caso afirmativo. En
lo sucesivo no podrá promoverse otro proceso por el mismo
objeto y causa.

REVOCACION

Art. 306. - El desistimiento no se presume y podrá


revocarse hasta tanto el juez se pronuncie, o surja del
expediente la conformidad de la contraria.1

Artículo 349. Desistimiento del juicio

En cualquier estado de la causa anterior a la sentencia,


las partes, de común acuerdo, podrán desistir del juicio
manifestándolo por escrito al tribunal quien, sin más
trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las
actuaciones.

Cuando el acto desistiera del juicio después de notificada


la demanda deberá requerirse la conformidad del
demandado, a quien se dará traslado notificándosele, bajo
apercibimiento de tenerlo por conforme en caso de silencio.
Si mediare oposición, el desistimiento carecerá de eficacia y
proseguirá el trámite de la causa.

El recurrente podrá desistir de su impugnación en


cualquier estado de la causa.2

Este tipo de desistimiento supone el pleno abandono del proceso, pero no


afecta el derecho sustancial alegado como fundamento, razón por la cual
no impide su reiteración en otro proceso.

1 Arts. 304-036, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. (1981). [Texto actualizado de la Ley
N° 17.454]. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/R5Gnhp
2 Art. 349, Código Procesal Civil y Comercial de Córdoba. (1995). Ley 8465. Senado y Cámara de

Diputados de la provincia de Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/E1Ze1x

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Esta última circunstancia impone la necesidad de contar con el
consentimiento de la contraparte, salvo que el actor desistiera antes de
notificada la demanda. Notificada esta, deberá correrse vista del
desistimiento al demandado para que lo consienta o se oponga. Si hay
oposición, el desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá el juicio.

En general, salvo que se produzca antes de la notificación de la demanda,


en cuyo caso se trataría de un acto unilateral, el desistimiento del juicio es
un acto bilateral que implica un libre acuerdo de voluntades. Tiene como
efecto truncar y extinguir el proceso iniciado impidiendo que se llegue a la
sentencia.

Artículo 350. Desistimiento del derecho

En las mismas oportunidades y forma a que se refiere el


artículo anterior, el actor podrá desistir del derecho en que
fundó la acción. No se requerirá la conformidad del
demandado, debiendo el tribunal limitarse a examinar si
el acto procede por la naturaleza del derecho en litigio, y a
dar por terminado el juicio en caso afirmativo. En lo sucesivo
no podrá promoverse otro juicio por el mismo objeto y
causa.3

Palacio expresa que el desistimiento del derecho es el acto por el cual el


actor declara su voluntad de abdicar del derecho material invocado como
fundamento de la pretensión. Trae aparejado, también, el desistimiento de
la pretensión o del proceso toda vez que no se concibe la subsistencia de
una pretensión sin fundamento.

Se trata de una declaración de voluntad unilateral que no requiere el


consentimiento del demandado porque no le causa perjuicio alguno. Esta
renuncia extingue, además del proceso, el derecho material que funda la
pretensión.

En caso de que el actor pretendiese otra vez la misma pretensión contra el


demandado, este puede oponerle la excepción perentoria del
desistimiento del derecho.
Solo es posible desistir de aquellos derechos disponibles, esto es, que
según el derecho civil son renunciables.

3Art. 350, Código Procesal Civil y Comercial de Córdoba. (1995). Ley 8465. Senado y Cámara de
Diputados de la provincia de Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/cZDsbW

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Puede ser total o parcial, pero en todo caso deber ser expreso, pues no se
presume, y la interpretación de los actos que induzcan a probarlo debe ser
restrictiva.

Puede interponerse en cualquier etapa del proceso.

Transacción

Está prevista por el artículo 724 del Código Civil como un medio de
extinción de las obligaciones.

Conforme al artículo 832 del Código Civil es “un acto jurídico bilateral, por el
cual las partes, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones
litigiosas o dudosas”.

Importa un recíproco sacrificio, con el fin de superar el diferendo


producido por hechos dudosos y contradichos. Hay, entonces, un mutuo
renunciamiento que no se identifica con el proceso y que tiene por objeto
dar certeza a una situación jurídica hasta entonces incierta. Su efecto no
solo consiste en extinguir la obligación nacida por imperio del derecho
sustantivo, sino que también produce la extinción de la acción cuando ha
sido promovida.

Además de ser un medio de extinción de las obligaciones, desde el punto


de vista formal, se trata de un acuerdo de voluntades, un contrato que se
define por la finalidad que tiene y por los medios escogidos para alcanzarla
(voluntad de cada una de las partes que asienten efectuar recíprocas
concesiones).

La transacción puede ser judicial o extrajudicial; la primera puede surgir


por iniciativa de las partes o como resultado de una audiencia de
conciliación.

La transacción se perfecciona como tal en el momento en que es conocida


por el tribunal, ya sea porque se produjo en la audiencia o alguna de las
partes presentó el escrito donde se hizo constar (Art. 838, C. Civil).

Caracteres

 Capacidad para transigir.


 El mandatario necesita un poder especial (puede estar contenido en
un poder general).
 Que se trate de derechos transigibles, disponibles, dudosos o
litigiosos.

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 Debe celebrarse por escrito, por instrumento público o privado y
ser homologada por el juez que entiende en la causa. Puede
celebrarse en cualquier estado del proceso pero antes de que se
encuentre firme la sentencia, pues con ella acaban las cuestiones
litigiosas o dudosas sobre las que debe versar.
 De interpretación restrictiva. En caso de duda sobre los derechos
comprendidos en ella o sobre la medida de las concesiones
efectuadas, debe interpretarse en el sentido de que los derechos o
la extensión sobre la cual se duda no se encuentren incluidos en
aquella.

Efectos

Con la transacción se extinguen las obligaciones entre las partes


relacionadas con los derechos transigidos.

Obliga a las partes desde su presentación ante el juez, pero no vincula a


este, quien puede negar la homologación si las partes no hubiesen
observado los requisitos correspondientes.

Esto no obsta para que las pares la cumplan privadamente y no la sometan


a la homologación.

Homologación

Es un acto procesal integrativo que confiere a la transacción el carácter de


título ejecutorio, lo que permite ejecutarla en el mismo expediente y ante
el mismo juez. Si esta faltare, el proceso no se extingue y continúan los
procedimientos del juicio. Aquí el juez se limita a examinar los requisitos
formales.

En el ámbito del juicio laboral, el juez debe examinar, además, que la


transacción no implique una renuncia de derechos por parte del
trabajador.

La homologación proporciona a la transacción la autoridad de cosa juzgada.

Conciliación

Entre las facultades ordenatorias que el C. P. N. acuerda con los jueces,


figura la de “disponer, en cualquier momento, la comparecencia personal
de las partes para intentar una conciliación…” (art. 36, inc. 2) La tentativa
de conciliación, en consecuencia, no se halla instituida como un trámite
previo y obligatorio, sino como una facultad cuyo ejercicio queda librado al
arbitrio judicial y no se encuentra subordinado a ninguna limitación de

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orden temporal, pues los jueces pueden disponer la citación de las partes,
con ese objeto, en cualquier momento del proceso. No obstante, en
referencia a los procesos de conocimiento, el artículo 360, inciso 1, del C. P.
N. eleva la tentativa de conciliación a la categoría de un acto que el juez
debe realizar obligatoriamente en oportunidad de celebrarse la audiencia
preliminar.

Sin perjuicio de ello, el C. P. N. contempla dos casos particulares de


tentativa obligatoria de conciliación, previstos en el artículo 34, inciso 1,
párrafo 2 (para el caso de divorcio, separación personal y nulidad de
matrimonio) y en el artículo 639 (para el juicio de alimentos). En ambas
situaciones tratará de conciliar a las partes. Es decir que en ambos
supuestos, la fijación de estas audiencias constituye un deber de los jueces,
a quienes incumbe intentar, durante su curso, una conciliación acerca de
las cuestiones a las que dichas normas se refieren. En ambos supuestos, se
trata de trámites previos y obligatorios

Si bien esta figura no está contemplada expresamente en el Código


Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba, surge del artículo 58.
Es una figura similar a la transacción, utilizada fundamentalmente
respecto a problemas de familia o controversias laborales. Importa un
sacrificio recíproco de las partes, aunque, tal como expresa Alsina, a
diferencia de la transacción, no requiere que las partes se hagan mutuas
concesiones sino que cada una reconozca a su adversario “lo que haya de
justo en su demanda, por el convencimiento de que su oposición es
injusta”. Se trata de una autocomposición.

Podetti advierte que la conciliación se efectúa sobre cuestiones de hecho y


que no puede afectar derechos subjetivos de las partes. En este sentido, se
la considera en el ámbito laboral. Asimismo, Fassi y Yañez expresan que se
trata de un acto procesal por medio del cual, a iniciativa y con la
intervención de un juez, las partes arriban a un avenimiento para poner fin
al litigio”. Este acto, a diferencia de la transacción, requiere de la actuación
de un tercer imparcial, el juez, quien tiene el deber y la facultad de
convocar a las partes a una audiencia y proveer todo lo conducente a
procurar el avenimiento.

La Ley 245734 impone para el proceso nacional una instancia de mediación


y conciliación obligatoria, que debe efectuarse previo a cualquier juicio,
salvo las excepciones que en ella se establecen. De tal modo, la conciliación
judicial puede ser facultativa u obligatoria. La primera importa una facultad
ordenatoria del órgano judicial en toda clase de juicios. La segunda se

4Ley 24573. (1995). Mediación y Conciliación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.


Recuperado de https://goo.gl/6vtvQL

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impone en supuestos específicos y constituye un verdadero deber del juez
disponer el comparendo de las partes a tales fines (familia, trabajo, etc.).

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Referencias
Colazo, I. I. (2010). La revisión de la cosa juzgada en las sentencias de
filiación. Recuperado de http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacf100046-
colazo-revision_cosa_juzgada_en.htm

Código Procesal Civil y Comercial de Córdoba. (1995). Ley 8465. Senado y


Cámara de Diputados de la provincia de Córdoba. Recuperado de
http://leyes-ar.com/codigo_procesal_civil_y_comercial_cordoba.htm

Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. (1981). [Texto actualizado


de la Ley N° 17.454]. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16547/texact.htm#6

Definición de jurisprudencia. (2015). UniversoJus [Diccionario de derecho


en línea]. Recuperado de http://universojus.com/definicion/jurisprudencia

Ley 24573. (1995). Mediación y Conciliación. Honorable Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-
29999/29037/texact.htm

Palacio, L. E. (2010). Manual de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, AR:


Abeledo Perrot.

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