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3 Valoracion de Mobiliario y Derechos Reales
3 Valoracion de Mobiliario y Derechos Reales
mobiliario y
derechos reales
Tasaciones,
subasta y
corretaje
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Valoración de Mobiliario
Se trata a continuación para ejemplificar lo hasta aquí señalado, la
tasación de un tipo muy particular de bienes muebles, como son
las obras de arte, cuya complejidad ayuda a poner en práctica la mayoría
de los conceptos abordados sobre el tema.
El arte comprende una serie de facetas propias que la caracterizan al
momento de valorar su producto, por eso, al decir de Marcela Agustina
Ibáñez: “el tasador debe fijarse como objetivos: acceder a conocimientos
básicos y sólidos, para determinar el origen, manufactura y valor de la
obra de arte o del objeto antiguo, no es sólo información histórica sino que
debe aprender a identificar el bien para reconocer el valor y su ubicación
comercial en el mercado.”5
Hay que tomar dos variables fundamentales al momento de encaminar una
tasación de una obra de arte, a saber:
• El objeto. Su origen, tipo, estilo, posible valor intrínseco de sus
materiales, año de creación, impacto de presentación, evaluación
subjetiva, existencia en catálogos y bibliografías nacionales e
internacionales, evaluación del mercado y demanda actual, poder
adquisitivo social en el lugar de comercialización.
• Datos y características del creador del Objeto. En este punto
cabe mencionar que para el caso de las obras de arte, el creador es
de esencial importancia, puesto que su impronta irá en la misma
obra, dándole el prestigio de su nombre junto a su correspondiente
afectación del precio que esto traerá aparejado. Serán de especial
importancia todos los datos atinentes al lugar de origen, época, si es
de bellas artes, currículum vitae, tipo y estilo de bellas artes, si es
mobiliario, además sobre el bien e impacto social.
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Aguada, Cornelli, Junyent Bas, Ibáñez, Rostagno, Teruzzi y Urcegui: Op. Cit.
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Para la arribar al valor de la obra, la base comercial estará dada por el
creador del bien, tendiente a mantener en muchas ocasiones una cotización
en plaza.
A su vez deberá recabarse información a través de informes del mercado
local y catálogos disponibles en sitios de Internet.
Por otra parte, serán de importancia los antecedentes que se puedan
recabar de galerías de arte, anticuarios, agentes de comercialización y
demás ámbitos.
La Pietá
Una de las obras de arte más conocidas, de Miguel Ángel Buonarotti.
El arribo del valor para una obra de arte determinada analizando los
elementos anteriormente señalados conforme la metodología empírica,
puede plasmarse en el siguiente gráfico extraído de la obra de Marcela
Agustina Ibáñez:
Obra o Bien
Antecedentes
Determinación
económicos y
Empírica
valor de
Autor o
Mercado
creador de la
cosa
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Valoración de Derechos Reales
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total del bien, el resto corresponde al propietario. La suma de los valores de
la totalidad de los derechos, incluido el de propiedad, no puede superar, por
lo tanto, el valor del bien afectado.
Por esta razón, como regla de principio, los derechos distintos de la
propiedad no se indemnizan de forma independiente del valor del bien ni
de la propiedad, aunque se valoren por separado:
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Aunque este criterio es inaceptable en el funcionamiento real del mercado
inmobiliario, se aplica así en todas las clases de expropiación, según ha
decidido la jurisprudencia ibérica conforme a la legislación expropiatoria
vigente en suelo español.
Clasificación
Tradicionalmente se acostumbra clasificar a los derechos reales en función
de las características del poder o facultades que otorgan sobre los bienes.
Resultan de esta manera a los fines del presente estudio dos categorías: 1)
De goce o disfrute (usufructo, uso y habitación, servidumbres) y 2) De
garantía (Hipoteca, anticresis, prenda mobiliaria).
DE GARANTIA HIPOTECA
ANTICRESIS
PRENDA
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cobrándose el valor que corresponda sin consentimiento del propietario,
aun cuando éste hubiera vendido el inmueble a otra persona o lo hubiera
arrendado (los derechos reales vinculan a terceras personas).
Al ser derechos parciales, a diferencia de la propiedad que es otro derecho
real, pero de carácter absoluto en principio (y, por tanto, es un derecho
único), pueden coexistir distintos derechos reales referidos a un mismo
bien, incluido el derecho de propiedad, fenómeno que se denomina
disgregación del dominio sobre el bien. Por esta razón, el poder sobre el
bien afectado está repartido entre el propietario y las personas que ostentan
algún derecho real limitado y, por consiguiente, también debe repartirse el
valor económico del bien.
Además de limitados, son también derechos limitativos de la propiedad,
denominándose cargas o gravámenes. En mayor o menor medida, según el
contenido del derecho real, implican restricciones de las posibilidades del
propietario para utilizar, obtener rendimiento o disponer (transmitir) del
bien que le pertenece. Como consecuencia, hacen disminuir el pleno valor
económico que correspondería al derecho de propiedad si estuviera en
condiciones normales (libre de cargas).
Las ideas expuestas ofrecen una primera pista acerca de la metodología
general de valoración cuando existen derechos reales limitados sobre los
inmuebles. Es necesario valorar dos tipos de derechos: la propiedad,
cuyo valor disminuye y los derechos reales limitados, conforme a la parte
del valor del inmueble que corresponde a cada cual. Existen dos
procedimientos que requieren, en todo caso, calcular primero el valor total
del inmueble afectado:
1) Se calcula el valor de los derechos reales directamente,
conforme a sus características o condiciones, a partir de lo cual
puede deducirse el valor de la propiedad residualmente, mediante la
diferencia entre el valor total del inmueble y el valor de los derechos
reales:
V inmueble – V derechos reales = V propiedad.
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rentas que produzca (excepto las servidumbres). Una característica
básica de estos derechos, a diferencia de las otras categorías, es la
posesión del bien como requisito inseparable del goce.
Lógicamente, los derechos de disfrute restringen en mayor o menor
medida las análogas facultades del propietario: poseer, usar,
modificar, apropiarse los frutos, etc., pero no le impiden ninguna
posibilidad de transmitir el bien (disponer). El usufructo y el
derecho de superficie llegan a anular prácticamente dichas
facultades de disfrute del propietario, especialmente, por su
importancia económica, la de apropiarse los frutos o las rentas, por
ejemplo, las de arrendamiento del inmueble. Los demás derechos de
disfrute (uso, habitación, servidumbre) producen limitaciones a la
propiedad que dependen de cada situación concreta.
b) Los derechos de garantía permiten al acreedor resarcirse
económicamente del incumplimiento de una obligación que
corresponde a determinada persona (deudor), mediante el precio
resultante de la venta forzosa en subasta del bien que servía de
garantía. Solamente adquieren eficacia en caso de incumplimiento
de la obligación, por ejemplo, por la no devolución de un préstamo
bancario. El deudor puede ser o no el propietario del bien.
La hipoteca es el principal derecho de garantía, sobre todo referida a
inmuebles. En esencia, no genera restricciones al propietario en
ninguna de sus facultades de disfrute ni de transmisión del bien. El
propietario puede continuar utilizando y obteniendo el mismo
aprovechamiento del bien, aunque esté hipotecado, así como
transmitirlo (vender, permutar, donar, ceder, etc.) o imponerle
cargas a favor de otras personas, aunque teniendo en cuenta la
consiguiente disminución de valor a causa de la hipoteca existente.
Solamente se imponen al propietario ciertas condiciones dirigidas,
unas, a mantener el valor del bien evitando su depreciación por
modificaciones, deterioro o falta de conservación y, otras, en caso de
pérdida del bien (siniestro, expropiación), que implican no poder
disponer de la indemnización sustitutiva mediante la retención
(depósito) que se efectúa de la misma hasta el vencimiento de la
obligación.
Criterios de Valoración
Hay que distinguir las valoraciones de los derechos reales de las tasaciones
de otro tipo de bienes, porque la finalidad de las mismas requiere la
aplicación de criterios y reglas de valoración diferentes que si se trata de las
valoraciones en general, las que se practican habitualmente a efectos
particulares.
La valoración a efectos particulares de la mayoría de los derechos reales que
recaen sobre inmuebles puede realizarse aplicando las técnicas de
capitalización de rentas, generalmente a interés compuesto, dado que el
período de vigencia de esta clase de derechos acostumbra a ser un tiempo
limitado, o, en otros casos, a interés simple cuando la duración del
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derecho es perpetua o indefinida, como sucede normalmente con la
mayoría de las servidumbres. Para ello se tiene en cuenta una tasa de
capitalización o tipo de interés normal en el mercado según el uso y
características del inmueble afectado.
No contando con parámetros legales para realizar la tasación de los
derechos reales dentro de nuestro país, se recurre en el presente tema y a
modo ilustrativo a lo preceptuado por la legislación española, país cuyo
sistema jurídico recae en pilares similares al nuestro.
1) Usufructos. Su valor se considera una proporción del valor total
de los bienes usufructuados. Se aplica de forma simplificada los
porcentajes siguientes, según la duración del derecho
exclusivamente, sin considerar otras características peculiares del
mismo.
a. Usufructo temporal (máx. 70%): % = 2 x nº años de
duración
b. Usufructo vitalicio (máx. 70%, mínimo 10%) %=89- edad
del usufructuario
El derecho de usufructo se caracteriza por su temporalidad (un plazo
concreto de duración o vitalicio) y además, por otros aspectos
importantes que las valoraciones administrativas no tienen en
cuenta: los frutos o rentas del bien que se apropia el usufructuario
total o parcialmente, por ejemplo, mediante el arrendamiento del
inmueble; así como los gastos de conservación del bien y
determinados impuestos del inmueble, que en contrapartida son a
cargo del usufructuario en todos los casos. La consideración de
todas estas características daría lugar, en una buena técnica de
evaluación, a valorar el usufructo mediante la capitalización de la
renta neta que obtiene el usufructuario, a interés compuesto según
la duración que le reste al derecho.
En el caso de usufructos de duración indeterminada o a favor de
personas jurídicas (empresas, sociedades, etc.) por tiempo superior
a 30 años, la Ley del impuesto sobre transmisiones los considera a
efectos fiscales como la plena propiedad, es decir, por el valor total
del bien. A efectos de indemnización, esta regla es difícilmente
aceptable, por lo que parecería más razonable en tales casos
solamente el máximo porcentaje del 70%.
Si se establece como de tipo vitalicio y a favor de varias personas vivas,
según el Código civil y Comercial, la duración del usufructo se cuenta
para la última que viva.
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2) Derechos de uso y habitación: Se considera que su valor es el
75% del valor de un usufructo, temporal o vitalicio, según
el caso.
Se trata de dos derechos distintos, aunque generalmente van unidos
y similares al usufructo, pero de menor alcance. El usuario se
apropia también los frutos de la finca, pero solamente en la medida
de sus necesidades y las de su familia. El habitacionista ocupa las
piezas de la casa imprescindibles para vivir con su familia. A
diferencia del usufructo, el propietario corre con todos los gastos e
impuestos del inmueble generalmente. Se consideran derechos
“personalísimos” y, por tanto, no son transmisibles a terceras
personas ni el inmueble puede ser arrendado ni hipotecado.
3) Hipoteca, anticresis, prenda. Su valor es el importe del capital
garantizado, incluyendo los intereses, indemnizaciones y
penalizaciones pactados (deben descontarse, lógicamente, las
cantidades ya satisfechas por el deudor). Si se desconoce la
cantidad garantizada, se considera el capital más tres años
de intereses.
Se entiende por capital garantizado las cantidades cuya percepción
el derecho de hipoteca asegura al acreedor en cualquier caso de
incumplimiento de la obligación contraída por el deudor, aun
cuando el inmueble hipotecado cambie de manos. El derecho de
hipoteca cubre el valor de la obligación (capital prestado) y además
los intereses que se produzcan, pero si el inmueble hipotecado ha
sido transmitido a una tercera persona, según el Art. 114 de la Ley
Hipotecaria, el derecho de hipoteca garantiza solamente los
intereses de los 2 últimos años más la parte vencida de la anualidad
corriente, salvo que se haya pactado un plazo de tiempo mayor, que
nunca puede superar los 5 años.
Por otra parte, conviene dejar claro que en el caso de extinción de un
derecho de garantía no parece muy lógica la forma de valoración
establecida, por cuanto contabiliza beneficios irreales a favor del
acreedor, como son los intereses que ya no se producirán en el
futuro. Una valorización más adecuada debería considerar: el capital
pendiente de amortización en el momento de la valoración más, en
su caso, las cuotas impagadas de intereses y amortización de capital
ya vencidas, con las penalizaciones correspondientes, más los gastos
de cancelación del derecho.6
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Pérez Lamas, Carlos e IsalguéBuxeda, Antoni. Valoración Inmobiliaria
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Bibliografía de referencias
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