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Ap 494
Ap 494
PSICOLOGICA
Periódico Mensual
Director / Propietario
Lic. Miguel Kohan
ACTUALIDAD Los números atrasados se venden
al precio del último número.
ISSN 0325-2590
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Pandemia
angustia y contención
Nora Merlin - Beatriz Janin - Sebastián Plut - Sergio Zabalza - Ana María Gómez - Mario Pujó - Marcelo Pakman
Jorge Eduardo Catelli - Héctor R. Fischer - Liliana Colautti - Analía Verónica Losada
Jorge Marincioni - Rosalía Julia Rowensztein - Claudio Edelstein - Federico Fort - Marcelo Rocha
Silvio Bodnar - Andrea Y. Fernández Pumilla - Alejandra Libenson - Jorge Garaventa
Página 2 • Abril 2020 Actualidad Psicológica
Conmoción en
E
l coronavirus desencadenó una nazado por la enfermedad y la muerte. Después
pandemia y la tierra comenzó a del estallido de esta pandemia, ya nadie se atreve
girar alrededor de él. Sociedades a poner en duda la necesidad de un Estado fuerte
enteras en cuarentena, aisla- -que no es sinónimo de autoritario- que conciba
miento, reclusión en las casas, a la salud pública como un derecho, y no como un
del poder, hay un gran debate entre los filósofos lugar de contener expulsa y que decide quién vive realizar esa experiencia pedagógica? ¿Cómo trans-
acerca de los cambios que traerá al mundo el co- y quién muere. Desde esa captación nada vuelve a formar el odio al otro en amor y en conflicto po-
ronavirus. Por ejemplo, Byung-Chul Han sostiene ser lo mismo lítico?
que el capitalismo actual puede mutar en un ré-
gimen riguroso de vigilancia social, control y ges- La pandemia tomó el cuerpo y desarrolló en Arriesgamos la hipótesis que el coronavirus
tión de las vidas: un totalitario virtual. Por el pleno aislamiento una suerte de angustia global, está llamado a funcionar como el significante que
contario, Zizek afirma que esta pandemia produ- activando una nueva sensibilidad que revaloriza marca un límite y nombra el fin de la época neo-
cirá una salida del capitalismo. la igualdad, la solidaridad y lo público. Hasta liberal, siempre y cuando haya una construcción
ahora, ninguna prédica política lo había podido política emancipatoria orientada por lo nacional
Preferimos descolonizar nuestro pensamiento producir como esta vez, que se presenta con la y popular.
y no adherir a los fantasmas y conjeturas eurocén- fuerza de una nueva hegemonía.
tricas que plantean filósofos de otros países, con Psicoanalista
otras tradiciones. El coronavirus es una pesadilla, pero es posible Magister en Ciencias Políticas
que permita el despertar del sueño neoliberal. Se
En la Argentina y en el tiempo de la urgencia, rompió el pacto entre capitalismo y democracia,
se entendió que el Otro no es ni mi enemigo ni el hay que reinventar la democracia. También sabí-
culpable, sino mi prójimo. Que la suerte y el cui- amos que con las argumentaciones racionales no
dado de él también es el mío, ya que es imposible iba a ser suficiente, que había que involucrar afec-
salvarse sólo. Que el amor es político y que el ais- tos, cuerpos para lograr un despertar. Pero, ¿cómo
lamiento nada tiene que ver con el individualismo
neoliberal, en el que cada uno, indiferente al pró-
jimo, se enfrasca en su tribu mientras se mira el
ombligo. Se configuró en el país un aislamiento
que no fue exclusión ni identificación al resto,
sino un acto de amor político, de cuidado de sí y
de la comunidad, porque la solidaridad no es ca-
ridad, sino la base de lo colectivo.
Niños,
E
stamos viviendo una situación iné- rece ser fundamental. Y esto para niños, adolescentes
dita, que tiene características muy y adultos.
particulares: por un lado estamos Quiero hacer algunas reflexiones sobre lo que
en estado de incertidumbre, no sa- ocurre con niñas, niños y adolescentes en esta situa-
bemos qué es lo que puede ocurrir ción.
sentido, es muy diferente a una catástrofe como una Ser niña o niño en esta situación no es fácil.
centes tengan que trabajar sábado y domingo resol- Ser adolescente en tiempos que frecuentan, de los espacios que se inventan
viendo dudas. del Coronavirus como diferentes a los de sus padres.
Las niñas y los niños están angustiados, con di- Convivir permanentemente con los progenito-
ficultades para sostener la atención (como nos ocu- La adolescencia se caracteriza por ser un mo- res, sin poder estar con otros que impliquen la op-
rre a todos, en tanto estamos en estado de alerta mento de separación de los padres y armado de una ción de tramitar las situaciones que se generan, no
constante). En este contexto, tener algunas activida- historia propia. estar con los grupos de amigos centrado en los ava-
des es algo que organiza el día pero quedar atibo- Los vínculos con los pares y con otros externos tares de las amistades, los amores, la escuela, las pe-
rrado de consignas difíciles de cumplir o que al núcleo familiar son imprescindibles para poder leas con los adultos y sus propias inquietudes y
requieren mucha disposición, puede traer mayores transitar ese pasaje sin grandes dificultades. deseos, puede resultar insoportable y transformar la
angustias. Es muy importante que se sostenga el vín- Los sufrimientos compartidos, las identificacio- convivencia cotidiana en un infierno.
culo con la escuela, pero me animo a decir que hay nes, los ideales, todo se va tramando en esos víncu- A la vez, los padres de los adolescentes se deses-
que ubicar esto en un tiempo de incertidumbre. los, claves para el despegue. peran porque no soportan que estén todo el día en
En este momento, en el que el mandato es que pijama, que se conecten con otros por las redes y
A la vez, los niños detectan los temores, las an- nadie se mueva de su casa, tenemos que pensar qué miren series como única actividad, que no les hablen
gustias, el malestar de los padres y quedan angustia- implica esto para los adolescentes, cómo tolerar la aunque estén todos en la misma casa, que se nieguen
dos y asustados. Muchas veces no se les explica lo ausencia de “la calle”, de la vida social, de los lugares a realizar las tareas escolares.
que ocurre pensando que no entienden y eso los
puede llevar a suponerse responsables del mal
humor o la tristeza de sus padres. Otras veces, que-
dan sujetos a la sobreinformación de los medios que
actúa como un golpeteo constante indigerible.
- Pueden retraerse
Escuchándolos, voy viendo que cuando los ado- era imposible trabajar con niños muy pequeños de un detonador de múltiples conductas y traer dife-
lescentes toman conciencia de lo que ocurre, entran modo virtual. Pero he podido. Esto sobre todo con rentes consecuencias. Creo que la disyuntiva que se
en pánico. El cuerpo es siempre en la adolescencia aquellos con lo que estaba establecido un vínculo presenta es entre 1) la solidaridad, el armado de
una especie de extraño y suponerlo enfermos los in- transferencial muy fuerte. Así, es posible continuar redes afectivas, la colaboración y el cuidado mutuo
quieta. Suelen fluctuar entre la omnipotencia abso- el tratamiento con un niño de tres años que me o 2) el individualismo, el repliegue sobre sí mismo,
luta, con la desmentida de la situación y la sensación muestra sus juguetes (y yo estoy con los que él utiliza el temor al otro y la ruptura de los lazos. Esto remite
de fragilidad y de muerte inminente. El temor no es en el consultorio) y él se alegra cuando me ve y du- claramente a la disyuntiva entre Eros y Tánatos. Por
ya tanto a la muerte de los adultos sino de la propia. rante un tiempo (que es variable), nos comunica- un lado la fuerza inscriptora, ligadora, de armado de
Un cuerpo cambiante, al que sienten frágil en el mo- mos a través de la pantalla. U otro de cinco que juega nuevos recorridos y la consideración del diferente
mento en que se toma conciencia de la posibilidad a aparecer y desaparecer con el celular y me va mos- como semejante y por otro la ruptura de lazos, el
de la propia muerte, se contrapone a la idea siempre trando las diferentes partes de la casa. Los que están quiebre de ligaduras, la irrupción del “sálvese quien
presente en esta etapa de la vida: “a mí no me va a en edad escolar generalmente pueden sentarse frente pueda” y el otro como enemigo potencial. Me preo-
pasar nada, haga lo que haga”. a la pantalla y pueden hablar, dibujar y hasta com- cupa que en la desesperación por no enfermar de un
partir algunos juegos de mesa o un juego dramático. virus terminemos enfermando de terror, odio, ego-
¿Cómo acompañarlos? ¿Cómo comprender que Muchos niños vienen hablando mucho, contán- ísmo y soledad. En definitiva, una nueva versión de
necesitan sostener las redes con amigues (de manera dome lo que no pueden decir en la casa, por temor la dificultad para convivir, tolerar las dificultades y
virtual), que muestran la angustia del modo en que a destruir a sus padres. afrontar el sufrimiento colectivo. Nuevamente, un
pueden y que ellos también están saturados de una A la vez, en momentos en que los padres suelen problema global se vive como puramente individual,
información que les cuesta procesar? ¿Cómo dar desbordarse, están agotados y desorientados, es muy predominando una actitud de alerta y terror al ex-
lugar a los temores por su vida y por la de la gente importante escucharlos a ellos y a su desesperación. traño. Y creo que la única manera de salir adelante
que los rodea? El encierro puede resultar una segunda situación in- todas y todos es armando redes solidarias, enten-
Quizás haya que tener en cuenta de que cuando tramitable y cuando esto se da con los niños, puede diendo que no es metiéndose en una isla que se
toman conciencia de esto se desesperan y es posible traer complicaciones. puede resolver sino intentando estar con los otros,
que se enojen. Quizás sea un momento para abrir cuidándonos y cuidando. La salida es colectiva y es
canales de escucha más que para exigir cumpli- Escucharlos, intentar sostenerlos, puede ser una importante que sostengamos Eros, como ligazón, ar-
miento de tareas… Y de darse cuenta de la fragilidad salida para que las niñas y los niños no queden solos mado de nuevos caminos, lazos con otros… Y tra-
que sienten en medio de la tormenta. y, sobre todo, para que al virus no se le sume la vio- bajar en la clínica y frente a las urgencias del
lencia, que es el riesgo del encierro endogámico. La momento con la idea de que todo esto tiene que ir
Sobre los tratamientos durante la violencia contra los niños es una cuestión clave a armando un tejido y en algún momento poder ser
pandemia: lo virtual… prevenir. historizado, es decir, que esta sucesión de situaciones
vividas como golpes se transformen en historia.
No tengo duda de que es muy importante soste- Estamos en una encrucijada…
ner los tratamientos en estas circunstancias. Pero el
modo ha variado mucho. A la vez, he tenido muchas Me parece que nos encontramos en una encru-
sorpresas. Por una parte, siempre he pensado que cijada, que el virus que nos amenaza puede resultar
Los
A
escala planetaria todos padece- ración de la vivencia traumática. No obstante,
mos una situación común: el ambas metas quedan hipertrofiadas cuando se
temor por la pandemia, el abru- transforma información en abrumamiento y elabo-
mamiento por la cuarentena y, a ración en repetición masoquista.
su vez, la incertidumbre que
rar esta versión la retórica belicista: “casos sospecho- estados propios y por ende que exijan más trabajo las sesiones de ese modo, otros prefieren no hacer-
sos”, “enemigo invisible”, “denunciar al que no cum- singular; por otro lado, tratar a los estados propios las, por falta de privacidad, por preocupaciones eco-
ple las normas”, “estamos en guerra” e, incluso, como si fueran la realidad, en cuyo caso nos defen- nómicas o por entender que no están pasando un
distinguir entre “autóctonos e importados”. Tam- deremos de lo propio como si fuera del mundo ex- momento conflictivo. En cualquier caso el analista
bién puede enseñorearse en versiones conspirativas terno. Ya hace muchos años W. Reich aludió a la puede mantener un contacto periódico, un mensaje
(un ataque del Pentágono a China, un invento de identificación con una realidad frustrante. preguntando cómo están, pues así cumplirá dos
los laboratorios, etc.). funciones: ante quienes sienten que la realidad los
VII. Vivir supone sentirse amado desde dos ha abandonado, no formar parte de esa presunta re-
V. David Maldavsky propuso tres parámetros fuentes: el superyó-ideal del yo y la realidad. Desde alidad; antes quienes sienten que no hay malestar
para pesquisar el alcance de un trauma social: a) ambos lugares el ello significa su amor al yo, y si alguno, no representar a un personaje banalizante,
si es posible el nexo con lo diverso: aquí cobran tales tributos no ocurren el yo padece una desinves- a un personaje que cree que no pasa nada.
importancia la inundación monotemática y la res- tidura (tanto desde el narcisismo como desde la au-
tricción en nuestras actividades. La imposibilidad toconservación) que puede conducirlo hacia el II. Los imperativos, en el mejor de los casos, son
de “hacer otra cosa” reúne prohibiciones decreta- dejarse morir. eficaces en el campo de la acción, pero no logran
das y la urgencia por zambullirnos en todo dato gran cosa en el terreno del pensamiento y, mucho
sobre la pandemia; b) cuánto se ve trastornada la VIII. Tres políticas se combinan en un precario menos, en el afecto, al que precisamente Freud en-
cotidianeidad: resulta de dejar de hacer todo aque- equilibrio: la sanitarista, para que el número de con- tendía como no domeñable por el yo. Es decir, los
llo que hacíamos a diario, de la supresión de nues- tagiados y muertos sea el menor posible; la econó- profesionales de la salud mental no debemos sugerir
tros trayectos habituales, laborales, familiares y mica, para que los problemas que sobrevendrán (¿imponer?) “no tenés que tener miedo”, pues nadie
sociales.; c) la relación entre incitación exógena y produzcan la menor cantidad de estragos. Por úl- disipa un malestar por obra de un consejo. Si per-
coraza de protección antiestímulo: el virus ocupa timo, la referida a la salud mental, para que al final sistimos en esos propósitos corremos el riesgo de
el primer puesto entre las incitaciones exógenas, el estado de los ciudadanos no sea como el de aquel convertirnos en representantes de una instancia sá-
no obstante muy de cerca lo acompañan el bom- jasen (cantor de sinagoga) que Freud describió en dica ante la cual el sujeto angustiado no solo con-
bardeo informativo y la catarsis alarmista a los que una carta a Arnold Zweig: “vivir, va vivir; pero can- servará su pena sino que, además, sentirá que es
estamos expuestos. tar, no va a cantar más”. juzgado de inútil. Es posible que lo central en quie-
nes padecen sea la necesidad de dar cabida a los
VI. Hay múltiples variedades en la medida en Problemas clínicos afectos penosos y disponer de algún testigo e inter-
que la retracción de la realidad conduce a una re- locutor y no tanto un consejero de buenas prácticas.
tracción libidinal, cuando ya ganan terreno el de- I. Es casi nula, a mi juicio, la importancia del de-
sinterés por el mundo y/o la sensación de que el bate sobre la validez de la terapia por video llamada. III. Tres películas evocadas, tres vivencias res-
mundo no se interesa en uno. ¿Cuáles son, entonces, Más bien los analistas debemos reflexionar sobre pecto de la realidad:
los riesgos a los que estamos expuestos, más allá del nuestra función en ese encuadre y bajo las condi- a) Gravity: expresa la vivencia de quien se ha
virus? Por un lado, pueden tornarse más visibles los ciones actuales. Algunos pacientes desean sostener quedado afuera, que habría lugar donde volver pero
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el sujeto ha quedado absolutamente ajeno a esa po- Freud, dirige sus investiduras egoístas (que permi- deseante por pensar que hay un futuro.
sibilidad; ten identificar las propias necesidades) y de interés Guillermo Saccomano señala que si Pablo Pi-
b) Terminal: la parálisis del sujeto ya no es por (que se dirigen al objeto capaz de satisfacer tales re- casso pintó la guerra en el Guernica, Francis Bacon
su propia posición sino porque ya no existe lugar querimientos) para resolver las exigencias de aque- se ocupó en sus cuadros de las consecuencias ínti-
donde retornar; llas pulsiones del yo. También decía Freud que el mas de aquélla. Este es, pues, el mundo que nos
c) El pianista: el sujeto no se encuentra alejado, trabajo une firmemente al sujeto a la realidad, de ocupa en las sesiones a los analistas, un terreno pri-
afuera de su lugar, sino que forma parte de la deso- modo que la autoconservación –que precisa de vilegiado para conocer, entender e intervenir en esa
lación. Esta última vivencia es similar a la que co- nuestro trabajo- es un estímulo para evitar la ten- intimidad que también es la nuestra.
mentó un sujeto en los hechos concretos: salió a dencia a la desconexión. Un problema clínico, en- Hoy todos somos coronautas, todos estamos
comprar unas bolsas de residuos y en el primer ne- tonces, es el posible conflicto entre ética y unidos por el temor y la incertidumbre. Pero
gocio que preguntó no había. Luego fue a otro co- autoconservación, es decir, entre los imperativos luego, cuando recuperemos nuestra diversidad
mercio y lo desalentó la extensa fila que había en la que nos orientan en la clínica y las necesidades del ¿podrá la especie humana hallar algún otro factor
calle. Finalmente, en un pequeño almacén le ven- analista. Diré solamente que la autoconservación de afinidad?
dieron solo dos, pues no tenían más. Estimo que su opera, siempre, como telón de fondo y desde ella,
vivencia se fue alimentando desde el momento en transformaciones mediante, debemos elaborar cuá-
que pensó conseguir tales bolsas, ya que posterior- les son los modos pertinentes –según las premisas
mente la sensación que lo invadió es que en la calle de nuestro trabajo y la singularidad del paciente-
todo era residuos. para sostener el vínculo analítico. Si no lo hacemos
el riesgo será el abandono del paciente y el arruina-
IV. Rostros y tonos de voz de los pacientes dan miento económico e intelectual del analista, sola-
cuenta del paso de los días. A su vez, la monotonía mente para disimular un interés que, ni más ni
se advierte en lo que relatan. He propuesto a algu- menos, corresponde a la realidad de todo sujeto.
nos colegas un recurso valioso: preguntar si el pa-
ciente recuerda algún sueño. El propósito es la Cierre
reconexión con algo más propio, más genuino de su
subjetividad y que permita rescatarse de la mencio- No me cuento entre quienes imaginan que luego
nada monotonía. de la pandemia el ser humano será más bondadoso,
menos egoísta, más solidario. Sin embargo, intuyo
V. Entra en juego también la autoconservación que en el fondo de los pronósticos que anuncian un
del analista, esto es, el modo en que, como decía mundo pacificado se halla algo genuino, el esfuerzo
La experiencia
de la alteridad
Q uizás uno de los ejes más con-
venientes para abordar la iné-
dita experiencia que hoy
estamos atravesando sean las
diferentes formas en que se
presenta la alteridad. Tomemos el tiempo, por ejem-
plo. Eso que se da en llamar el tiempo subjetivo -un
del virus y la pandemia: ésa impuesta por el Otro
vértigo, el de producir, correr, estar, jamás hacer
falta.
cuarentena las horas que pasan sin que se les pueda encontrar
utilidad o tarea alguna, contrasta con el vértigo
que impone el avance de la pandemia en nuestras
mejor o peor, poco importa de hecho. Digo que
me sorprende. Me sorprende los diferentes cuer-
pos que uno puede portar. El cuerpo apurado,
cabezas. Una avalancha de posibilidades, por lo apremiado,
general nefastas, que nuestra imaginación –puesta
Sergio Zabalza de rodillas ante el miedo o el terror- produce de cuyos sonidos no van más allá del teclado de la
manera vertiginosa y que nos deja… alterados. compu, y este cuerpo, no sé si relajado pero…
Al respecto, muchos comparan el confina- como atento, quizás a una finitud, porque lo que
miento al que la cuarentena obliga con la expe- se vive es esto, lo que hay es este momento, la exis-
riencia de los astronautas en sus vuelos espaciales. tencia está aquí, en este Otro cuerpo detrás del
Bien podríamos decir que en nuestro caso la nave cuerpo. Este Otro cuerpo pasea por lugares dife-
es la imaginación viajando a la velocidad del rayo rentes, habita los espacios. Conoce sus habitantes.
mientras nuestros cuerpos se inmovilizan en pe- Descubre rincones. Ayer advertí que el bastón de
queños receptáculos a los que se los suele llamar mi madre me miraba entre dos robustos muebles.
hogares. Tomé el bastón, caminé unos pasos, adopté la po-
sición que ella solía emplear para transitar en su
El hogar se ensancha, sin embargo, cuando casa. Caminé con ella, solía estar orgullosa de su
aparecen las palabras, sobre todo aquellas que se fuerza para vivir, para pelearla, ponerle el pecho
animan a sacarse la escafandra para así decir algo. a las adversidades. No sé usar un bastón. Hay que
Es que uno de los más sorprendentes hallazgos en usar el Otro cuerpo, dejarse ayudar, aceptar que
estos días tan particulares es darnos por enterados solo no se puede. Ayer conocí cosas de mi madre
de la cuarentena a la que estábamos sujetos antes que no sabía, hablé con ella, creo. Estaba ocupada,
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en otra cosa, fueron instantes. De hecho, en el ámbito de la práctica psicoa- como analista conviven con el propio rostro en un
Creo que estaba cansada de esos papeles y nalítica se suele trazar a grandes rasgos una divi- rincón de la pantalla, más de una vez he interve-
cosas viejas que guardo sin saber para qué. Me sión entre las problemáticas del Otro y aquellas nido para decir: “¿Y, cómo anda mimismo/a?”. Lo
pidió que la deje ir, que necesita estar más liviana, propias del sujeto. cierto es que cuando un sujeto advierte que el
que está en otra cosa. Y si, es cierto, para estar con Las primeras refieren, por ejemplo, el sufri- principal desafío de la cuarentena reside en la re-
el Otro cuerpo hay que estar liviano, casi vacío, en miento resultante del abandono, los enojos o el lación con el Unomismo/a, se abre un interesante
cuarentena. Es que habitar los rincones del hogar desprecio que el paciente relata respecto de su margen de maniobrabilidad; se disipa la nefasta
te hace extranjero, de visita, dispuesto a dejarte vida de efectiva y actualizada relación. En el se- amenaza de estar sujeto a los vaivenes de las noti-
tomar por una suerte de novedad que tiene su gundo caso se trata de esa torturante murmura- cias; de los agoreros; de los haters; de los caprichos
propio idioma, su propio tiempo. ción que impide dormir, tomar decisiones, del Otro y sobre todo del terrorismo del “ ¿Y si…
Costumbres muy singulares. Hay que entrar concentrarse en el trabajo, que alimenta pensa- ?”: en cuyos puntos suspensivos entra cualquier
con sumo respeto, allí hay gente que está en lo mientos funestos, autoreproches, y otras tantas absurda tontería: “ ¿Y si el tipo que estornudó es-
suyo, nobles, dedicados. No pierden ni un se- desgracias que las psique nos suele dedicar. Si bien taba contagiado?”; “ ¿ Y si la manija que toqué es-
gundo, están en cosas importantes, saben que no es cierto que ambas presentaciones (aquellas re- taba infectada?”; “¿ Y si me enfermo?”. Una suerte
saben, por eso escuchan. Y así hablan, tejen histo- feridas al Otro y al sujeto) remiten en definitiva al de deriva insensata cuyo empuje lleva al desánimo
rias remotas, lejanas, desde otro tiempo. Como esa sujeto, en la vida “normal” las personas logran de- y la inacción y para la cual el corte de sesión suele
vecina que yo nunca había visto antes de la cua- positar en el semejante muchas de los sinsabores ser un muy buen recurso.
rentena, pero que había escuchado a mi gata que que en realidad no son más que reflejos de sus
se había perdido, porque la había visto en el ma- propios fantasmas. A modo de conclusión
cetero que había en el escaloncito de madera que Sin que esto suponga desconocer las efectivas
había en lo del vecino, porque la había escuchado ofensas que el entorno nos pueda haber infligido, Se habla de que este tiempo puede ser una
y que entonces había tocado para decirme que la siempre hay un jefe, un padre/madre o pareja a oportunidad, de que la pandemia asestó un golpe
había visto, que se había perdido porque la había quien atribuirle el origen de nuestras amarguras mortal al neoliberalismo, que el estado va a reco-
escuchado. y así no darnos por anoticiados de la responsabi- brar protagonismo en la vida de las naciones; que
Si. Claro que esta persona que ahora me habla lidad que nos cabe por nuestros reveses anímicos. podremos lograr una convivencia más humana o,
desde la vereda que da a mi ventana escucha. Es- Ocurre que en estos días de encierro a los que la si se quiere, menos tonta y cruel (de hecho el pre-
cucha muchas cosas. De otra manera. Habita Otro cuarentena nos conmina, en muchos casos (por sidente francés ha dicho que el estado de bienestar
espacio, Otro tiempo, Otro cuerpo. Tanto que no ejemplo: los que viven solxs) ese Otro pierde ac- y la salud pública son bienes preciosos); y varios
sé si la gata se perdió para que la vecina la escu- tualidad para dejar lugar a una identidad que el etcéteras más. Pero si es verdad que “lo colectivo
chara. Tanto que no sé si en realidad el perdido lenguaje ha dado en llamar: Unomismo/a. no es nada sino el sujeto de lo individual” (3),
era yo que nunca supe de los paseos de mi gata, Un partenaire cuya primera cualidad consiste poco podremos avanzar sin dar un paso hacia
de las ventanas, de la noche, ni de que mi madre en parecerse muy poco a la persona. (¿Por qué cierto nivel de conciencia en lo común, esa expe-
está cansada de las cosas que guardo para no de- justo a mí me tocó ser yo? – se preguntaba Feli- riencia de la alteridad que nos permita sacarnos
jarla ir. Spinoza decía: “no he creído que erraba al- pito, el amigo de Mafalda para probar que cuando la escafandra sin la necesidad de encerrarnos
guien a quien, hace poco, oí gritar que su patio de develar las encrucijadas subjetivas se trata, tanto.
volaba sobre la gallina del vecino, a saber, porque nada mejor que un artista: Quino, en este caso).
me parecía asaz claro su pensamiento (…) de ma- Ahora bien, ese Unomismo/a es un virus de cui- Referencias Bibliográficas
nera que lo que creen ser errores y absurdos en el dar. Por lo general se presenta como insatisfecho,
prójimo, no lo son” (1). Si, hay otras maneras de mala onda, ortiva, irritable, es huacho: te empuja (1) Spinoza, Baruch, “Ética demostrada según el orden
percibir la existencia, otras maneras de escuchar a hacer cosas que después te recrimina, te hace geométrico”, México, FCE, 2002, pp. 93 y 94.
y experimentar, y de estar atentos. Otra sensibili- sentir culpable si te va bien, insignificante si te va (2) Jacques Lacan, “Hablo a las Paredes”, Buenos Aires,
dad. Pero no se puede vivir sin la escafandra mal. Tanto que muchas de las cosas que hacemos Paidós, 2012,
mucho tiempo. O sea que este momento de alte- en nuestra vida están para no escuchar a este par- (3) Jacques Lacan, “El tiempo lógico y el aserto de certi-
ridad terminó cuando tomé nota de la hora para tenaire insaciable, demandante, capaz de vestir dumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, en Escritos 1, Bue-
practicar mis ejercicios. Hay que cuidar el cuerpo. todo tipo de disfraces con tal de sumergirnos en nos Aires, Siglo XXI, 1988, p. 203, nota 7.
Convivir con diferentes demandas. el desasosiego. En psicoanálisis lo llamamos par-
tenaire/síntoma y todo el trayecto de una expe-
Cómo convivir con el Unomismo/a riencia terapéutica no consiste más que en afinar
esta tan particular compañía, a punto tal que para
Por ejemplo, la pandemia pone en primer Lacan un fin de análisis consiste en identificarse
plano los desafíos más básicos a los que la existen- con el síntoma para así servirse de él. Es que el
cia nos enfrenta. Y no me refiero tanto a las deno- neurótico no hace más que pelearse con Uno-
minadas necesidades básicas desde ya mismo/a: “Hablo a las paredes” (2), decía Lacan al
imprescindibles (comida, techo, educación, salud, ilustrar el muro con que el lenguaje encierra al su-
etc.) sino en este caso a la convivencia con una en- jeto en la cárcel de sus fantasmas: una por demás ASOCIACIÓN ARGENTINA
tidad que nos acompaña las 24 horas del día: el cuestionable seguridad en compañía. De hecho, DE PSICODIAGNÓSTICO
DE RORSCHACH
Unomismo/a. hoy que al atender por Skype tanto analizante
ABIERTA LA INSCRIPCION 2020
Recoleta - Once ni doctorado, de acuerdo con la Ley de Educación Superior Nº 24.521 y normas reglamentarias, los certificados que extiende acre-
ditan la realización de cada programa de estudios en particular.
Del miedo al
P
etición respetuosa para un acuerdo Y también hay una variación en la emergencia
previo: los seres humanos lo somos de la angustia.
también de miedos. Y celebramos Es Freud quien así lo distingue cuando en el año
que así lo sea porque es ese miedo 1932 vuelve a ocuparse de la angustia en la 32ª de
el que ha ayudado –y ayuda– a las “Nuevas conferencias de introducción al psico-
George Duby escribió en su momento un libro zando, amarrando significantes, configurando nue- virus causan una amplia variedad de enfermedades
extraordinario en el cual revisa 1.000 años de mie- vas escenas para morigerar el estrago que ella ha en plantas y animales, incluido el SIDA, el saram-
dos para la humanidad. Conclusión: son los mis- provocado con los unos y las otras. pión, la viruela y la poliomielitis”. Algunas de esas
mos, idénticos. ¿Es tarea fácil? No, no la es pero para ello nos enfermedades ya erradicadas por las vacunas o los
preparamos, nos instruimos, proseguimos nuestro fármacos.
Desde la Edad Media hasta ahora el miedo / los estudio, supervisamos, lo compartimos con colegas, Pues en este caso el huésped somos, como en
miedos, son iguales lo que ha variado fundamental- recurrimos a nuestros propios dispositivos de escu- otros casos, los seres humanos y este virus se ha ex-
mente – y alí sí hay que destacar los progresos que cha, todo tal cual lo ha propuesto Freud para los psi- pandido hasta el límite de la llamada globalización.
ha hecho esa misma humanidad en el territorio del coanalistas. El ensueño de compartir un mundo. Sí, es una
conocimiento – son los medios para combatir los bella ensoñación. La enorme pregunta es qué
agentes causales de uno de los miedos fundamen- Pero en este momento, además de la pandemia forma, modo y manera de mundo queremos com-
tales: el miedo a la enfermedad. El cual en realidad del COVID 19, hay una pseudo epidemia de angus- partir.
no es el miedo a la enfermedad misma, que antes tia que debemos tratar de encaminar en su mode-
mataba por millones sino a la propia muerte. ración a través de un dispositivo que no es el Mientras tanto nos abocamos a nuestra tarea ac-
En el lazo social el miedo a la muerte es tan te- habitual. tual: apaciguar, disminuir, morigerar, SIMBOLI-
mido como la muerte en sí y por tanto hasta se evita Este virus –sin lugar a dudas algo de lo Real que, ZAR las situaciones angustiosas que están
nombrarla. Como decíamos o se sustituye por “si seguramente, ingresará en el territorio de lo Simbó- aquejando, en medio, además, del aislamiento, las
me pasa algo…”, cuestión vital porque en todo mo- lico y de lo Imaginario – no reconoce diferencias ni soledades o la imposición de las compañías, a nú-
mento nos pasa algo, pero se sabe y se conoce que étnicas, ni sociales ni de ningún tipo y su expansión merosos (¿a todos?) los humanos-
no se refiere a cualquier algo, o la negación: “No le de epidemia a pandemia es, también, una conse-
tengo miedo a la muerte sino a sufrir”. cuencia de algo que ilustra claramente Werner Her- Tenemos restringidas nuestras libertades bási-
Retomemos la pregunta: ¿qué hacemos los psi- zog en su documental del año 2016: “Lo and cas; pero el resguardo lo impone en tanto atravesar
coanalistas en estos momentos de modos de la an- Behold: ensueños de un mundo conectado”. esta crisis de la cual, como lo indica la historia de
gustia extendida? nuestra especie, también saldremos.
“Un virus (según el National Human Genome
La propuesta que se nos hace es CONTENER. Research Institute) es un agente infeccioso que está Un anhelo: que salgamos modificados con una
Pero, ¿qué es contener? Según los amigos dicciona- en el límite de lo que consideramos un organismo pretensión de mayor humildad para seguir – al
rios: “Reprimir o moderar una pasión” vivo. Es una partícula mucho más pequeña que una modo de Nicolás de Cussa – avanzando hacia el
Y bien: supongamos que además “del afecto que célula bacteriana, y consiste en un pequeño genoma mayor saber/conocer protagonizado por la Docta
no engaña” la angustia fuese pasional. ¿La reprimi- de ADN o ARN rodeado por una cubierta proteica. Ignorancia, aquélla, precisamente que nos hará más
mos? Ciertamente NO. ¿La moderamos? Sin duda. Los virus entran en las células huésped y secuestran ricos en nuestro patrimonial intelectual y afectivo.
¿Cómo? Como siempre lo hemos hecho: escu- las enzimas y los materiales de dichas células hués-
chando e interviniendo, apaciguando, tranquili- ped para producir más copias de sí mismos. Los
Fundación TIEMPO
Asistencia y Formación en Psicoanálisis
DIRECTORA: LIC. LILA ISACOVICH
Anorexia y Bulimia
23 años de experiencia - 16.000 pacientes asistidos
Pandemonium
H
ace algunas semanas circulaba misma humanidad se encuentra hoy, voluntaria o
en las redes un breve meme de involuntariamente, en situación de aislamiento pre-
texto: «Se ruega a mis amigues ventivo. Esa historia y esa humanidad se ven encau-
y colegas de las asociaciones zadas de ese modo en el túnel indefinido de una
psicoanalíticas no empezar a pausa témporo-espacial sin precedentes. Estado de
Mario Pujó emitir comunicados sobre el coronavirus del tipo suspensión existencial que induce una diversidad
‘algo del lazo social se ve obturado por la presencia inabarcable de posicionamientos subjetivos de los
de lo real, no sin angustia…’, que ya bastante tenemos que, analistas contemporáneos de un genuino acon-
con soportar la cuarentena». Aunque, desde luego, la tecimiento mundial, tenemos el raro privilegio de
advertencia llegaba inevitablemente tarde. Porque ser testigos. Asistimos así a un amplio abanico de
desde el minuto uno, ante semejante emergencia co- reacciones que se despliegan entre el temerario de-
lectiva de angustia, para cada psicoanalista la invoca- safío de la desmentida hasta la perplejidad parali-
ción a lo real era ya una referencia transitada. zante del pánico, pasando por la congoja que duela
En efecto, repentinamente ha aparecido en la re- en su llanto la cotidianeidad de un mundo repenti-
alidad algo que desborda intrusivamente el marco namente esfumado. La pandemia evidencia poder
de esa realidad. Un ente extraño, súbito, imprevisi- convertirse así, subjetivamente, en un verdadero
ble, una criatura ajena al saber que no puede ser en- pandemonium.
cuadrada, por esas buenas razones, en las
coordenadas que configuran lo que aceptamos co- El mientras tanto
tidianamente como constituyendo nuestra realidad.
Y cuya incidencia tiene paradójicamente sobre esa Me refiero solo a una parte de la sociedad, esa
realidad un efecto de irrealización, que a más de porción privilegiada de la población que puede
uno escuchamos experimentar azorado como una transitar el día a día en el confort de sus hogares.
vivencia de pesadilla. Un ‘enemigo invisible’, un en- Una primera observación. El homeworking ha
voltorio proteico microscópico, minúsculo, una advenido impensadamente al ejercicio práctico ha-
nada que revela la fragilidad del ser, una presencia bitual de cada psicoanalista. Llamadas de celular,
que no se sabe muy bien en qué consiste, de dónde audios de whatsapp, videollamadas, zoom, han-
viene, cómo debe ser tratada, cuánto se expandirá, gouts meet, el casi obsoleto teléfono de línea. Cierta
el tiempo que durará, qué consecuencias tendrá, a singularidad propiamente argentina, una generali-
cuántos de nosotros se llevará, interrogantes todos zada transferencia con el psicoanálisis, hace posible
que pujan hacia el fondo del vacío sin fondo de la la prosecución sostenida de las sesiones aún en con-
incertidumbre. diciones de rigurosa cuarentena.
Somos precipitados así, inermes, en el vértigo de Segunda observación. Contra todo lo que podría
la angustia. Lo que en el idioma de los lacanianos esperarse, el paso de los días tiende a transformar la
sitúa el punto de encuentro con el enigma del deseo previsible claustrofobia inicial en una progresiva
del Otro: no tanto qué quiere, sino más éxtima- agorafobia. Los días pasan a gran velocidad en el in-
mente qué quiere de mí, qué me quiere… ¿seré terior de la vivienda, al ritmo de rutinas que se im-
acaso objeto de sus apetencias? Una alteridad abso- plementan espontáneamente en torno a la
luta que se corporiza inesperadamente en una en- preservación de las condiciones de higiene, los ri-
tidad sin cuerpo, una laminilla tanática propensa a tuales de la alimentación, la gimnasia, el descanso,
infiltrarse en las mínimas fisuras de nuestra fami- el cuidado de sí. El celular ha devenido un compa-
liaridad, hasta trastocar el sentido de un beso amo- ñero del alma. Audios, videos, grupos de chat. Dis-
roso, un abrazo fraterno, el apretón de una mano cusiones interminables, música que se intercambia,
amiga. El resultado previsible, un efecto expansivo declaraciones amorosas, sexo virtual, amigos que se
de distanciamiento, aprensión, desconfianza e in- recuperan, familiares alejados que vuelven a comu-
quietante extrañeza. Por esa razón, efectivamente, nicarse. La distancia acerca.
‘el lazo social se ve obturado por la presencia de lo No hay dos sin tres. El balcón ha pasado a ocu-
real, no sin angustia’: la angustia ante lo real de la par un lugar destacado en la topografía de los ho-
muerte. No la muerte simbólica, no la muerte ima- gares que lo poseen. La ausencia de tránsito no solo
ginaria, sino la muerte real, la muerte irrepetible, ha disminuido el ruido de la calle, sino purificado
irrebasable, irrepresentable, la muerte propia. el aire y reducido la polución. La luz es más lumi-
nosa, los cielos más diáfanos. Apertura hacia el ex-
Pero debemos admitir que la imposibilidad de terior y hacia la vecindad, el balcón deviene el
simbolización de lo real no constituye en sí una no- ámbito prioritario de expresión política de la comu-
vedad, cuando esa imposibilidad define precisa- nidad enclaustrada. Pañuelos blancos, banderas por
mente lo que en ese mismo idioma denominamos Malvinas, aplausos que rinden homenaje al al-
real. Lo novedoso a tener en cuenta no es por tanto truismo sanitarista, cacerolazos oposicionistas, con-
su irrupción, siempre imprevisible, sino la contun- trapuntos de la famosa marchita partidaria… El
dente respuesta propuesta a su actual emergencia espacio de la polis encuentra en el remoto aisla-
intempestiva: el estado de alarma, el estado de sitio, miento de pocos metros cuadrados el ámbito de su
el confinamiento, la cuarentena… «¡Quedáte en recreación. La expresión de artistas, tenores y sopra-
casa!» Son los epidemiólogos y no los hombres de nos, grupos de rock, celebraciones cumpleañeras
negocios los que ahora comandan y orientan la convierten también a esos pocos metros en un im-
tarea. provisado tablado. El aplauso colectivo, acto de uni-
En la historia de la humanidad ha habido, lo sa- dad y de comunión, encuentra en ese lugar
bemos, una serie abrumadora de pandemias devas- recuperado la ocasión de un reconocimiento implí-
tadoras. La peste negra, la viruela, la gripe cito del propio esfuerzo a través del reconocimiento
española… Pero de modo inédito en esa larga his- explícito del esfuerzo de los demás.
toria, una proporción más que considerable de esa La pausa del Aislamiento Social Preventivo Obli-
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 13
gatorio transcurre así en la duración indeterminada vacío de antecedentes y de experiencia previa a es- valoración financiera se hunden con una rapidez
del mientras tanto. cala planetaria, empujara a una suerte de ejercicio aún mayor que la de la transmisión del virus. Lo que
compulsivo de adivinación, en una carrera que, al lleva a pensar a muchos estudiosos, en sentido con-
¿Y después? pretender anticiparse a los demás, termina siendo trario a la tendencia de los últimos cuarenta años,
desmentida por la propia velocidad de los aconte- en un resurgimiento del papel del estado y de su in-
«¿Qué importa del después?» –se preguntaban cimientos. En primer lugar, los líderes de distintos tervención regulatoria en los intercambios econó-
Homero y Virgilio Exposito en un tango antológico. países centrales, quienes debieron retroceder ante micos y en la distribución de la rentabilidad. ¿Se
Quizás ese despreocuparse sería el modo más apro- un primer impulso renegatorio, a riesgo de conver- saldará esta crisis de un modo distinto a todas las
piado para atravesar el presente continuo del stand tirse en las mayores víctimas políticas de la pande- últimas crisis, y en lugar de una mayor concentra-
by que nos impone el encierro. Pero lo cierto es que mia. Pero también, una serie notable de ción veremos resurgir la figura protectora del lla-
el después importa, e importa mucho. Un después intelectuales de reconocido prestigio internacional, mado Estado de bienestar?
que no solo remite a los resultados de la pandemia, que parecen haberse sentido impelidos a tener que Un cierto optimismo advertido nos permite qui-
sino también a los resultados económicos de la cua- anticipar una interpretación de los hechos previa a zás anhelar que la actual pandemia deje la definitiva
rentena con la que, a falta de mejor instrumento, se su ocurrencia efectiva. Lecturas que van desde la enseñanza de que la salud es un bien común, así
la contiene más o menos exitosamente. Una incer- maquiavélica conjura conspirativa a una distopía como la cultura y la educación constituyen un pa-
tidumbre que concierne a cada cual en la interro- propia de la ciencia ficción, pasando por alguna trimonio común, y la preservación del medio am-
gación por su supervivencia y la de su seres profecía que augura el advenimiento de un mundo biente exige el cuidado de la casa común. Salud,
queridos, como por la eventualidad del futuro de luminoso que consumaría finalmente una gran re- educación, medio ambiente, no deberían entonces
planes, proyectos, ambiciones, deseos, en fin, esos conciliación comunitaria. administrarse desde ningún espíritu particular de
sueños que han demostrado entrar en cuarentena Por cierto, el aislamiento poblacional a escala rentabilidad, sino quedar en manos de la organiza-
junto a sus soñantes. No hay certezas, no hay garan- mundial es un hecho sin antecedentes en la historia. ción colectiva de nuestra propia comunidad. Es un
tías, no hay previsibilidad, el después es apenas una Un acontecimiento solo viable por la participación anhelo que daría razón al ideograma chino según el
conjetura. Una conjetura oscurecida por los temo- y la decisión de los diversos estados que, como tal, cual una crisis es una oportunidad.
res y coloreada por los anhelos. Una conjetura con marcará previsiblemente un antes y un después en Aunque la experiencia también enseña que al
la que muchos no pueden dejar de torturarse. Una la administración de la economía global. Evidente- optimismo de la voluntad es necesario contraponer
conjetura fantasmática. mente, ha sido la sumatoria del poder de esos esta- el pesimismo de la razón. Para tener presente que,
La dinámica de la pandemia, la rapidez de pro- dos y no la mano invisible del mercado la que ha parafraseando a Hobbes, en las actuales circunstan-
pagación del virus y del contagio de la infección, hecho factible la concreción de semejante conjun- cias podríamos asimismo afirmar: homo virus ho-
deja en falsa escuadra a una legión de predictores y ción planetaria. Y lo ha hecho en contra de los inte- minis. El hombre es el virus del hombre.
vaticinadores de un orden variopinto. Como si el reses del mercado, cuya producción, comercio y
P
areciera que, contra Freud, del trío ciada reducción a lo biológico que floreció en la dé-
de heridas infligidas a nuestro nar- cada del cerebro de los años 90.
Vivir a la cisismo por él mentadas, hubiéra-
mos olvidado las infligidas por
No es raro que, en estas condiciones, la inter-
pretación caiga en una repetición que Freud supo
Copérnico y por Darwin quienes, ver como un fenómeno tanático mal integrado a la
descentrándonos en el universo y en el mundo de corriente vital de Eros. Con ello, el inconsciente
lo viviente, respectivamente, precedieron a la infli- vuelto texto interpretable se desligó del lugar cós-
intemperie gida por el inconsciente al quitarnos la ilusión de
ser “dueños en nuestra propia casa” (Freud, 1917).
mico y biológico de nuestra existencia material y
sensual en un mundo que encontramos, que nos
Como si Copérnico y Darwin hubieran sido pasos hace y que nos excede, por más que nuestra aven-
progresivos, una vez mencionadas las tres heridas tura vertical en el planeta logre transformarlo a tra-
se deslizaron post Freud hacia ser vistas como una vés de la acción, la razón y la palabra.
Marcelo Pakman *
cronología que culminaba en el inconsciente freu- El privilegio de contar con nuestras tecnologías
diano. El olvido de esos pasos precursores, afian- de comunicación a distancia en estos días, mientras
zado por el giro lingüístico del pensamiento del nos aleja de las condiciones de aislamiento extremo
siglo xx, volvió más difícil sostener la continuidad en que nuestros antepasados vivieron otras pande-
entre el mundo copernicano, el darwinista y el freu- mias y epidemias, suplementa al refugio narcisista
diano, que son simultáneos y entrelazados concep- en la reiteración de lo consabido y transforma a
tualmente. Sin esa continuidad efectiva, en lugar de nuestras pantallas, ventanas virtuales, en espejos
asegurar el sostén permanente y enriquecedor de también desvitalizados de nosotros mismos. Al
esas heridas narcisistas se facilita una inversión de mismo tiempo, lo que retorna en estos días como
carácter justamente narcisista. ominoso en la naturaleza que logramos aún ver
Distanciados o disociados de nuestra propia in- más allá de nuestras puertas y ventanas, es el espec-
serción filogenética, de carácter físico-químico, en tro de la materialidad sensual rechazada que nos
el universo, por una parte, y del sentido corporal constituye y excede, embrujando la nube de inter-
primario que inaugura las primeras distinciones pretaciones en la que aprendimos a refugiarnos,
onto-genéticas previas a la adquisición del habla,
por la otra, el camino se abre para el encierro en
una versión desvitalizada de nosotros mismos, Atención psicológica on line
como si sólo fuéramos seres hablantes instalados en
el mundo del significado y la interpretación. Esta whatsapp skype
reducción de nuestra condición a ser texto omni-
presente enrareció la atmósfera que respiramos
mucho antes que el virus de la presente pandemia Psicólogos de Buenos Aires
lo hiciera en nuestros cuerpos y tiene consecuencias +54 11 3 049 1305
tan malas como las más frecuentemente denun-
Página 14 • Abril 2020 Actualidad Psicológica
aunque puede llegar a agobiarnos como el callejón la palabra divina hoy tan vergonzante en el mundo méricas (importantes para quienes piensan la epi-
sin salida del romance especular de Narciso y Eco. intelectual, o bien de reemplazarla por otra palabra demiología pero no para cuidar de los nuestros),
cuasi divina de base científica. asegurando una actividad física que desentumezca
¿Pero qué queda si logramos contener la inter- el cuerpo, respirando el aire que casualmente va ga-
pretación de lo consabido? Para quienes todo es in- No se trata de repetir interpretaciones abstractas nando en pureza a medida que la actividad indus-
terpretación no quedará nada, una mera utopía. de significados que se agotan en callejones sin sa- trial y el transporte se ralentiza, asegurando la
Pero esa misma formulación puede ser parte del en- lida, ni de abandonar el campo para refugiarse en alimentación, pidiendo y brindando ayuda, ha-
globamiento narcisista que sufrió el argumento una supuesta biología a la que pudiéramos acceder ciendo si podemos nuestros trabajos, acompañando
freudiano con el que partimos. La interpretación sin mediación alguna de un modo directo e incon- en la incertidumbre de lo que está por venir, etc.
florece en el interior de la palabra que con acento taminado. Ahora que debemos permanecer ence-
en el significado crea un mundo textual cuya única rrados nos llega con esa intemperie temida el aire Vivir a la intemperie es vivir en el sentido de la
materialidad pareciera ser la del significante, el fresco pero escaso de alejarse de lo consabido y re- experiencia, lo nuevo que aturde y no cesa y su
mundo hecho signo. Y es proclive también a florecer encontrarse con el sentido corporal que está en la com-posibilidad con lo consabido, haciéndolo po-
en los interiores a través de cuyos marcos conectores raíz del significado, a mitad de camino entre una sible a la luz de la aparición, la llegada o naci-
(puertas y ventanas) nos vinculamos y alejamos del corporalidad inanimada y una mente desencarnada. miento a la presencia de aquello que nos trae a
mundo, hoy amenazante como nunca, arquitecturas El significado verbal reflexivo es el modo más nosotros como existentes más allá de lo que sole-
de la representación que termina de condenar la efectivo de comunicar acerca de lo específico pero mos ser y decir, reacomodando lo que considerá-
presencia como utopía. esta ventaja conlleva una abstracción que se aleja de bamos esencial. Se trata de encontrar en el sentido
los mecanismos corporales sensorio-motrices que señales de vida que el englobamiento tanático en la
Sin embargo, encerrados en nuestros refugios y inauguran el sentido como inclinación temprana palabra consabida excluye como posibilidad. De
realidades virtuales nos sentimos, paradójicamente, que permite aprender, por ejemplo, que no todo lo vivir en el sentido corporal, material y sensual que
a la intemperie, devueltos a la presencia del mundo, que vemos puede ser tomado con nuestras manos, habitamos como infantes sin habla, que no es el
presentes de un modo que vivimos como irreal que no todo lo alcanzado puede ser comido si bien del significado sino el de su raíz en la corporalidad
como si la realidad de la naturaleza nos resultara ex- lo intentamos en el seno de la díada temprana, y temprana que encarna al mismo tiempo una incli-
cesiva. Como todo lo que nos señala que llegamos tantas otras cuestiones que hacen a nuestras orien- nación ética hacia una vida mejor. De vivir en el
tarde, que no estamos en el centro de un mundo taciones básicas como aprendizaje a habitar un afuera de nosotros mismos, en lo abierto, el evento
hecho a nuestra medida, el evento pandémico nos mundo material y sensual. De allí que, para habitar ambiguo e integrarlo en la imaginación como una
enfrenta a una singularidad a la que, sin embargo, la intemperie sea importante contener la interpre- búsqueda inmanente a una vida que valga la pena
tendemos a enfrentar con repeticiones de lo consa- tación abstracta y retornar, por así decir, a nuestras de ser vivida.
bido propias de quien extraña la ceguera anterior. habilidades de sentido facilitadas por una situación
Contener la repetición de interpretaciones de en la que la atención a nuestras necesidades corpo-
una Psicología que creció con frecuencia a la som- rales permite reflotar nuestras sensibilidades a lo * Me he dedicado a pensar articulaciones entre filosofía,
bra del giro lingüístico y solo atinó a mentar lo real singular, que tienden, cuando se adquiere el habla epistemología, arte y pensamiento crítico con la práctica clínica
como un borde definido negativamente, no implica que se transforma en un atractor poderoso, a ha- de la psicoterapia, la terapia familiar y las intervenciones sociales
que debamos entregarnos a la palabra médica a la cerse invisibles, aunque nunca desaparecen y con- en ámbitos diversos. Soy el autor de Palabras que permanecen,
que, con razón, dirigimos nuestras esperanzas, pero tinúan siendo un fundamento de la comunicación palabras por venir: micropolítica y poética en psicoterapia
puesta al servicio de políticas reaccionarias al ser en contra de lo afirmado por los culturalismos ra- (2011); y los dos primeros volúmenes de la trilogía “El espectro y
usada estos días para no hablar más de inmigrantes, dicales. el signo”: Texturas de la imaginación (2014) y El sentido de lo
de elecciones que probablemente será más fácil Contener la representación de lo significados justo (2018) todos en Editorial Gedisa.
robar en desmedro de la democracia, de crisis eco- consabidos al encontrarnos a la intemperie, es equi-
nómicas que ya estaban en ciernes o haciendo es- valente a lo que decía Walter Benjamin, contra
tragos antes de la pandemia, de las tantas causas Marx, que las revoluciones no son las locomotoras
justas que nos ocupaban, reemplazadas ahora por de la historia sino más bien el acto de usar el freno
un único desvelo. de emergencia para aquellos que viajamos en ese
No se trata entonces de seguir la vía repetitiva tren. Y así dar lugar a prestar atención a nuestras
de la interpretación que descubre lo consabido, corporalidades en situación de emergencia, nuestras
aceptada tantas veces como un regalo que quien la necesidades de cuidado afectivo básico, facilitando
recibe le hace a aquel que diciéndola, nos da de paso el contacto frecuente con gente querida, dosificando
el solaz de estar ante un avatar, por cierto menor, de la lectura de informaciones con intoxicaciones nu-
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 15
D
e un momento a otro ingresa- La experiencia con el semejante, siguiendo los
mos en una serie distópica: el lineamientos de pensamiento de Freud, puede ser
COVID19 irrumpió y pro- comprendida como la acción inaugural del lazo
dujo efectos a nivel mundial. social. Aquella afirmación freudiana acerca del su-
Día a día surgen nuevos datos, frimiento, que “nos amenaza por tres lados”, pare-
conteo de contagios, de muertes en escaladas es- ciera cobrar un renovado sentido, en la
calofriantes y las indicaciones entre contradicto- intersección de esas tres fuentes: el propio cuerpo,
rias y apabullantes de “quedarse en casa”, “no el mundo exterior y las relaciones con otros seres
tocarse”, “no tocar”, “lavarse muchas veces las humanos. La vivencia de un cuerpo frágil, amena-
manos”, “mantener distancia”, “usar barbijos”, “no zado por la posibilidad de hospedar a un virus que
usarlos”, “hacer máscaras de plástico caseras”, “no inocula un programa “informático” certero y en-
hacerlas porque de nada sirven”, además de las úl- fermante, respecto del que hay que defenderse,
timas sugerencias del Dr. Fauci, de “no volver a porque proviene de un mundo exterior peligroso,
darse la mano nunca más”. constituido justamente por los otros seres huma-
La evidente transformación política y del nos, que repentinamente se erigen como poten-
mundo a la que estamos asistiendo, efecto -¿y ciales transmisores de la peste, cobra renovada
causa?- a su vez de esta misma pandemia, que in- intensidad y presencia cotidiana. La angustia que
tentan capitalizar muchos de quienes encarnan el ya no se agota en sus señales, anticipándose al pe-
ejercicio del poder, muestran reacciones dispares ligro, comienza a presentarse en un modo conti-
y por momentos desesperadas: decretos cuyas fir- nuo y agobiante. Y ahora un poco más alertada,
mas son empujadas por la opinión pública, la bús- ante la proximidad de los otros. Es el último factor
queda de una suba de la popularidad, junto a referido, “los otros seres humanos”, el que es plan-
videos circulantes de épicas proezas que muestran teado por Freud como “el sufrimiento [que] quizá
a los mismos políticos en un rictus a veces maní- nos sea más doloroso que cualquier otro”.
aco, otras presumiblemente serenos, pero con ras-
gos disociados que expresan terror, desconcierto Así como “vecino” es la palabra que usamos
o actuaciones patéticas de estudiantes de teatro de para designar a la persona que vive en el mismo
nivel inicial. barrio o aquellas cosas que están cerca, nuestro
Los cuerpos vuelven a ser, cada vez en un vecino es aquel que habita una vivienda cercana a
mayor primer plano, bastiones sitiados del biopo- la nuestra y las ciudades vecinas son aquellas que
der y renovados objetos de la biopolítica, siendo están situadas en los alrededores de la propia. El
nuestras casas -para quienes alguna tienen- las vecino, cercano, el siguiente, el próximo, el Nach-
nuevas celdas del panóptico. La convocatoria ma- bar, es como neighbour, aquél que está a continua-
siva desde el poder en su biocontrol, es eficaz en ción, al lado, cerca. Cada uno sabe cuántos
el desarme de la colectivización, la instalación de problemas podemos tener con los vecinos y todos
la sospecha respecto del otro, la estimulación de los sufrimientos que pueden y suelen provenir de
la denuncia y la vigilancia cada vez más aguda de esos vínculos con esos otros seres humanos, junto
las poblaciones, ahora a condición del terror di- también, con la potencial solidaridad, cercanía y
fundido por los medios masivos de comunicación, lazo social. El vecino puede oficiar de represen-
asociados con la singularidad del morbo de cada tante de ese semejante (símil) en quien reencon-
quién y bajo la aparentemente saludable convoca- trar algo conocido, solidario y amable, que puede
toria al encierro y al llamado “home office”. despertar el deseo de cercanía que define ese lazo
Y allí mismo, ante las determinaciones desde –una dimensión del “Nebenmensch”-; o bien re-
el poder, las órdenes contradictorias del extracto presentar al prójimo, (próximo pero ajeno) en
de superyó externalizado en diversas voces de “la tanto el extranjero temido, algo del desconocido
última verdad”, cobran la más contundente reali- que despierta el terror del encuentro con lo irre-
zación, junto a la sumisión generalizada ante el ductible de “lo otro del otro” –otra dimensión de
encierro, el control y la vigilancia, legitimadas por aquél “Nebenmensch”- que despierta el narcisismo
la fuerza pública, con pequeños burócratas enca- de las pequeñas diferencias. La presencia amena-
ramados en su pequeño y autoritario poder, la casi zante del COVID19 soportado por el cuerpo de
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los otros, potencia la peligrosidad de éstos, con lo dad, convocado por la urgencia de otro huésped, cámaras. Al menos la mía, seguro. Tal como ad-
cual surge la primera respuesta: defenderse del quien infructuosamente protagonizaba una es- vertía Freud, me agoto ante la mirada permanente
otro. cena de amenaza de suicidio. del analizante, quien me deja permanentemente
Casi en simultáneo a la llamada “gripe espa- escrutado, como el paciente que no puede dejar
ñola”, Freud cita un trabajo de 1902 de Ernest Se trataba efectivamente de un compañero de darse vuelta en el diván, controlando al ana-
Crawley, quien con expresiones que difieren poco griego, ahora viviendo en aquél edificio en lista. Claro que esto es del orden de la singulari-
de la terminología empleada por el psicoanálisis, común, que -tal vez a condición de la diferencia dad: algunos piden verme más tiempo, otros
señala que cada individuo se separa de los demás de edad, y siendo yo el único profesional gra- llaman directamente sin cámara, algunos mues-
mediante lo que él llama un “taboo of personal iso- duado y más “viejo” a los veintipico de años, de tran las resistencias y sus escenarios transferencia-
lation” {«tabú de aislamiento personal»} y que jus- esa comunidad- había desplegado ciertas transfe- les en olvidos propios de las mejores expresiones
tamente, en sus pequeñas diferencias, no obstante, rencias imaginarias, recuperándolo a posteriori, inconscientes, con teléfonos sin carga, cables de
su semejanza, en todo el resto, se fundamentan los por un rasgo semejante, “ser también del sur”. En carga olvidados y otras delicias de las tecnologías
sentimientos de ajenidad y hostilidad entre ellos. aquél entonces, “extrañar el clima”, “odiar la nieve y su castración, con la que también en estos terri-
En este sentido, se puede tomar la figura del “pró- en el calzado” y soñar una y otra vez con los mares torios, nos vamos encontrando y haciendo tejidos
jimo”, en su dimensión de ajenidad, ¡y respecto del azules de su Grecia natal, eran tema permanente diversos.
cual hay que aislarse! de conversación.
Surge entonces, creo que necesariamente, la Luego de resolver aquella situación de intento Hay pacientes que transfieren la frustración y
pregunta acerca de cómo pasar de “cuidarse del de pasaje al acto, de aferrarse a algo de un discurso el enojo de modo directo y sin escalas. El virus de
otro” a “cuidarse con los otros”. compartido y de haber literalmente “abierto las la transferencia sigue contagioso, activo y dura-
puertas”, pude recibirlo en un improvisado con- dero. Algunos dicen “no poder” por las vías digi-
3. Y el psicoanálisis, aún. Un sultorio armado en aquél edificio, hasta que final- tales, a distancia. Otros “no querer”, como un
deseo decidido. mente regresé a Buenos Aires, mientras que él sintagma determinado y cristalizado por un su-
siguió en Alemania, con la perspectiva de conti- puesto sujeto aparentemente unificado. Es ahí que
La práctica psicoanalítica no dejó de quedar nuar con los proyectos, aún por aquél entonces, voy tentando en cada caso, cosas diversas. En al-
afectada por la cuarentena establecida. El virus ajenos a su deseo, de los negocios de su familia en gunos, envío un mensajito “entre la cita y el
afectó también a nuestros tratamientos y en esa aquél país. enigma”, leyendo las últimas asociaciones escritas
misma afección, las diversas posiciones de quienes en el WhatsApp, en su hora vacía, o más bien llena
llevamos adelante el trabajo analítico con nuestros Con extrañeza, con cierta creencia superyoica de silencio. En otros, llamo y escucho. Otras veces,
analizantes: desde las posiciones más radicales, - de estar intentando algo que no estaba permitido espero.
cada vez las menos- se plantea no poder seguir por la ortodoxia psicoanalítica -que de hecho no Indefectiblemente pienso en Freud en tiempos
adelante sin la asistencia presencial, no sin entrar lo estaba- y aún sin saberlo, comencé así mi pri- de guerra y de posguerra, un tiempo llamativa-
en conflicto con la autoconservación más prima- mer tratamiento psicoanalítico telemático. Era un mente fecundo y productivo en su vida científica.
ria y en franca expresión de una ortodoxia infle- tratamiento complejo por las razones formales de Y una y otra vez, ante las preguntas por los míni-
xible y/o tal vez, de un analfabetismo tecnológico. no ser en mi lengua materna, y a la vez, simultá- mos ruiditos que voy interpretando on line, y voy
Los cuerpos inmóviles, con la mirada apartada, neamente sencillo, por no tratarse tampoco de la agudizando en mi registro de mi propia necesidad
recostados en el diván, son hoy los mismos cuer- lengua materna del otro. Su acento en alemán era de autoconservación, las resistencias desplegadas
pos que estamos extrañando en nuestros consul- muy similar al mío, porque el español rioplatense y los universos que la escucha abre, evoco una y
torios y preguntándonos cómo poner en juego a tiene la cadencia y la pronunciación parecidas a la otra vez, aquélla cita que veinticinco años des-
través de las plataformas que las tecnologías ofre- del griego actual. Era otra tierra en común: la de pués, agregara Freud a su obra magna de 1900:
cen. Skype, Zoom, Facebook, Whatsapp, Han- un idioma que visitábamos para encontrarnos, o
gouts y otros, son los nombres posibles de la para ir a sabiendas, a ese desencuentro, con el ho- “La tesis tan perentoriamente formulada aquí,
continuidad cierta de los análisis y, junto a éstos, rizonte de esa nueva imposibilidad, con un acento ’Todo lo que perturba la prosecución del trabajo es
las preguntas formuladas en voz baja entre los similar y con errores de declinaciones que nos una resistencia’ podría dar origen con facilidad a un
mismos analistas, acerca de qué hacer o cómo ha- perdonábamos mutuamente para avanzar en el malentendido. Desde luego, sólo tiene el valor de
cerlo: con o sin cámara, con saludo con cámara o desciframiento de las situaciones inconscientes, una regla técnica, de una advertencia para el ana-
sin él, con o sin auriculares, etc. El deseo decidido políglotas y llenas de lágrimas y sollozos que difi- lista. No debe dudarse de que durante un análisis
del analista, vuelve a producir algo de un encuen- cultaban sus frases y mi esfuerzo por acceder a pueden producirse diversos hechos ajenos a la inten-
tro definido por su imposibilidad, de un sujeto aquellos sintagmas. ción del analizado. Puede morir el padre del pa-
que no es individuo y que nunca acude a la cita, Ése y otros tratamientos a distancia que se fue- ciente sin que él lo haya matado, también puede
ya sea en el consultorio, por skype o por whatsapp ron sucediendo, requirieron de ciertas condicio- estallar una guerra que ponga fin al análisis. Pero
y, de este modo, vuelve la palabra a ser el virus que nes para que no creciera demasiado mi propia tras la manifiesta exageración de esa tesis se esconde
infecta al organismo, transformándolo una vez angustia ante la realidad de mis pacientes a miles un sentido novedoso y correcto. Por más que el su-
más en cuerpo erógeno, en un recorte de esa ex- de kilómetros de distancia. Percibir que el otro “se ceso perturbador sea real e independiente del pa-
periencia en un “entre”, que inaugura otro conta- estaba desangrando en una hemorragia de angus- ciente, a menudo depende de este el grado de
gio necesario de nuestra práctica clínica: la tia”, conmigo a una distancia medida en horas de perturbación a que da lugar, y la resistencia se evi-
transferencia. Ha de ser esa otra escena, la trans- vuelo, era una representación perturbadora, que dencia inequívocamente en el pronto y desmedido
ferencial, la que alojará al virus que habita y vehi- debía reinterpretar una y otra vez para compren- aprovechamiento de una oportunidad tal.”
culiza nuestra práctica clínica. der los materiales y poder intervenir, disolviendo
-a menos en parte- mi propio costo de angustia.
4. De una experiencia lejana,
resignificada en tiempos de Todo era -visto en perspectiva de “Nachträ-
Coronavirus. glichkeit”-, una preparación y entrenamiento para
mis sesiones de estos tiempos, en la época del
Desde hace algunas décadas comencé el tra- COVID19. Hoy continúo con mis pacientes que
bajo “a distancia”, en una suerte de consultorio sui viven a poquitas cuadras, como con aquellos que
generis, que había comenzado en mi hospedaje están a varios miles de kilómetros: nos saludamos
universitario en la ciudad de München, cuando con la cámara, habiendo acordado un cierto en-
hace más de veinticinco años, me encontraba, lle- cuadre a la distancia, mi paciente se ubica en un
vando a cabo estudios de posgrado en aquélla ciu- lugar también cómodo, privado y apagamos las
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 17
Tiempos
T
iempos difíciles los que vivimos. nes de Profesionales, Universidades, Obras Sociales,
Difíciles por lo que nos ocurre y Pre pagas etc. convocan a profesionales para la cru-
de lo cual somos ajenos, lo recibi- zada heroica, a la cual se agregan profesionales auto
mos pasivamente sin haber hecho convocados.
nada para merecerlo. También di-
municaciones, de usar un programa encriptado, de el espacio temporal y poniendo el problema en el sado/a/e por razones exclusivamente económicas.
la decoración de su hábitat y del ropaje que con- otro, cuando las generales de la ley los/as/es tiene
viene usar, además de la iluminación acorde. Inter- incluidos/as/es. Volviendo a los refranes, recordamos uno que
pretar o no interpretar, comprender, intelegir, nos marco a fuego y signó nuestra vida profesional.
explicar sin mezclar líneas teóricas. Pareciera que el Haciendo una síntesis afirmamos que no puede En latín dice: “Primun non nocere” y en castellano,
tema propuesto es acompañar. Y en ese caso, no se- atender situaciones límites quienes no están entre- “Lo primero no hacer daño”
rían más útiles Asistentes Sociales, Acompañantes nados para hacerlo. No pueden asistir a pacientes De ahí el subtítulo, para pensar, de éste trabajo:
terapéuticos u otras profesiones? solitarios quienes la soledad es uno de los motores “Iatrogenia a distancia”
que la impulsan para ofrecerse. No puede atender
Por si todo lo que me pregunto fuera poco, ha- quien vive la misma situación que el demandante y (1)Prof. Titular Consulto de Psicología Clínica(UAJFK), Dr.
bría que agregar el tener un título profesional con no tiene elaborado los propios puntos ciegos. No en Medicina (UBA), Dr. en Psicología Clínica (UAJFK), Colabo-
grandes esfuerzos, y que el mismo no le aporte lo puede atender quien no tenga una formación clí- ración Dra. María Carlota Piaggio. Profesora Titular de Historia
indispensable para vivir dignamente. No genera an- nica sólida. No puede atender quien en muchos de la Psicología (UMSA), Dra. En Psicología Social, Especialista
gustia también? por lo que trabajar implica ocupar momentos descartó esa práctica por no ser de su en Tratamientos Psicológicos a Distancia, Universidad Nacional
un poco su tiempo ocioso, cubriendo por lo menos, pensamiento. No puede atender quien esté impul- de España a Distancia- (UNED)
U
n día nosotros, sí nosotros, los nera experiencial, inédita, por lo tanto será como
Y en el argentinos, quedamos inmer-
sos junto al resto de los pue-
lo es en los espacios analíticos no virtuales: inau-
gural, única, pero la espera de esa producción será
blos del mundo, en una nube a través de una cámara, un teléfono o un chat.
de circulación invisible, ingrá-
Cuando jugar
N
os levantamos. El apuro para les se les obstaculiza o imposibilita hacer aquello
desayunar. Se vuelca el vaso, que desean, se manifiestan frustrados e irritados; en
lo limpio rápido. A nuestros cambio, aquellos niños con un mayor control vo-
hijos todavía les cuesta des- luntario son capaces de subyugar el impulso de ma-
pertarse y en apariencia van nifestar emociones negativas en situaciones
jes. Incluir operaciones matemáticas sencillas. Jugar y juguetes no son sinónimos. Jugar es un una situación diferente y nueva para todos noso-
¡Dibujar y leer cuentan como juego! una acción. El aislamiento no es sinónimo de quie- tros. Sin duda un desafío. Pero sin abandonar el ob-
5) 7, 8 y 9: Comienza la autonomía. Puede par- tud. Es estar muy activos con nuestros niños pero jetivo de construir para nuestros hijos un mundo
ticipar en juegos reglados como los de mesa. Pode- de un modo diferente. mejor.
mos utilizar los clásicos o inventar otros. ¿Y si les
enseñamos un juego de cartas que jugábamos ¿Y la tarea? ¡Los deberes! Ese ratito de mucho es- * Analía Verónica Losada es Psicopedagoga. Lic. en Psicolo-
cuando eran chicos? ¿Y el Tuti fruti? trés que nos ocupaba luego del trabajo, preparando gía. Dra. en Psicología. Pos Doctora en Psicología. Especialista y
6) Desde los 10 en adelante: Ahora sí lo virtual. la cena y charlando un poco con nuestra pareja, Magíster en Metodología de la Investigación. Especialista en Psi-
El atravesamiento tecnológico permite un acerca- mientras que respondíamos un mensaje que había cología Clínica. Profesora titular de grado y posgrado. Autora de
miento distinto. Pone una silla al lado de la suya. quedado pendiente ahora implica aulas virtuales, artículos científicos, capítulos de libros y libros. Vicedecana de la
¿Los videojuegos cuentan? ¿Valen? ¿Sirven?. Si. Los participar activamente ayudando con temas que facultad de Psicología y Ciencias Sociales de UFLO Universidad.
niños nos ven en el uso del celular y la computa- aprendimos de modo totalmente diferente hace
dora. Y para ellos la computadora también es cone- treinta años. Allí debe activarse lo que llamamos
xión con su medio social de pares, recibir la tarea y plasticidad familiar.
hasta la biblioteca. Miremos con ellos un video de
YouTube. Aquí llegamos entonces debiendo adaptarnos a
E
l momento actual que estamos atra- diferentes momentos temporales y discursivos que
Sólo me transmite sus molestias por un audio que cuentro particular hace que él pueda mediar ese pacientes también. Debimos acomodarnos a formas
me envía en los momentos de dificultad. Luego son acto que suele imponérsele y transformarlo en otra de abordaje distintas. Debimos ubicarnos y realizar
respondidos bajo la misma forma, y así nos conec- cosa. Él se encontraba desprovisto de su rutina or- cosas sin previo calculo, sólo echamos mano -como
tamos, bajo un dispositivo supletorio. ganizada, ahora construye otra con Otro, con algo siempre lo hacemos…-, a la transferencia y con ella
Los padres me llaman y me cuentan que esta que no estaba pre fabricado ni programado. nos guiamos en el camino del encuentro clínico-te-
algo menos enojado, pero que no quiere hablar. Se rapéutico, conformamos límites, otro posible para
queda en su pieza mirando videos en youtube, o Hace muchos años en mi formación universita- cada quien en el momento preciso. Acompañamos,
bien jugando con algunos videojuegos… ria alguien me decía “…no pierdan jamás su capa- alojamos, construimos, analizamos.
Cuando Facundo se enoja suele ponerse muy cidad de sorprenderse…”, este momento que Nuevos tiempos, nuevos desafíos clínicos.
agresivo, con él y con los que lo rodean. Este en- transitamos nos ha sorprendido a todos. A nuestros
U
Se opone al formato metodo- Padres, hijos, nietos. Amistades. Actividades laborales. tiuno Editores México. (Original publicado en 2013)
lógico que creó el psicoanáli- Actividades placenteras en un amplio abanico. Se
sis de la mano de Freud a lo constituyen funciones del yo: 1. Cumple la función
largo de su teoría. Se forjaron de observar al ME. 2. Precipita una fiel copia en las
los conceptos especialmente huellas mnémicas de las percepciones. 3. Aparta me- CURSO DE FORMACIÓN EN
en la dirección de la cura como el de transferencia. diante Examen Realidad lo que el interior le añadió. PSICODIAGNÓSTICO
Un factor no se encuentra en esta propuesta vir- 4. Vínculo con el tiempo es proporcionado por la per-
tual, la materialidad del cuerpo, que instala dimen- cepción. 5. Tendencia a la síntesis de contenidos. 6. • Formación en Psicodiagnóstico Clínico
• Formación en Psicodiagnóstico Laboral
siones ausentes en la virtualidad. Reunión y unificación de procesos anímicos como • Formación en Psicodiagnóstico Infantil
En ese marco, es importante situar el naci- alto grado de organización. • Formación en Psicodiagnóstico Vocacional
miento de la terapia psicoanalítica, sólo para men- ¿Cuál es el destino de esa libido? La regresión. Un • Supervision y asesoramiento en Evaluaciones
Psicológicas
cionar las variables que la instituyen y se ven duelo transitorio, necesario para configurar sustitu-
Inscripción e información: psicodiagnostico@fibertel.com.ar
modificadas en el contexto actual. ciones en el encierro. La castración, debe operar bajo Visítanos en: www.angelfire.com/ak/psicodiagnosticoclinico.html
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M
e pregunto porque nace su Capitalismo en crisis, y los efectos psicológicos
nombre de CORONAVI- de esta pandemia?.
RUS, por su aspecto, su fiso- Cronificación de las fobias, además del desborde
La Universidad Kennedy disponen de atención 2) Desde otra lectura, también psicoanalítica, téc- Sería importante, como políticas de estado, la
gratuita a la comunidad desde la Unidad Académico nicas como asociación, interpretación, confrontación; inclusión de Universidades, Asociaciones, Colegios,
Asistencial, Centro de Formación de la Especializa- y Hospitales, en la constitución de equipos de inter-
ción en Psicología Clínica cuyo Director es el Dr. 3) apoyo, donde el esclarecimiento, la puntua- vención en situaciones de crisis. Hoy el asesora-
Héctor Fischer, funciona hace más de 20 años en asis- ción, el señalamiento son herramientas a utilizar, en miento al Presidente de la Nación, por parte de
tencia investigación y docencia, con atención gratuita un entrecruzamiento entre el psicoanálisis y la te- profesionales acreditados en sus áreas de trabajo, es
a la comunidad y convenios con DECAEP, (ex patro- rapia cognitiva, una forma de comienzo limitada y acotada.
nato de liberados), con Veteranos de guerra de Mal- No olvidar nunca que el trabajo de psicoterapia Psicólogo. Especialista en Psicología Clínica. Prof. Asociado. Psi-
vinas, víctimas de Cromañón, tragedia del tren en a distancia es una especialidad, de posgrado dentro copatología Psicología Clínica UK. Grado. Pos- Grado Practica
once, y más espacios. Desde el trauma de guerra, del marco de la psicología clínica. Hay países del he- Clínica II. Clínica de las patologías borderline.
trauma acumulativo, trauma transgeneracional. misferio norte (EEUU, España, etc.) donde es obli-
gatorio que el psicólogo, para poder ejercer, tenga Bibliografía
En nuestro trabajo cotidiano las líneas de trabajo un posgrado. Por ejemplo en España, los que egre-
se implementan, de acuerdo a la singularidad de la de- san como psicólogos, son titulados como psicólogos FISCHER, H. R. & COLS. (2000a). Situaciones Límite. Bue-
manda, dado que no hay pacientes estándares como sanitarios, luego de que obtengan el posgrado, po- nos Aires: Centro Editor Argentino.
no hay tratamientos estándares, son las siguientes: drán ejercer su profesión como clínicos. En nuestro FREUD, S. (1998). De guerra y de muerte. Temas de Actua-
1) Lo tomado de Winnicott, como holding y país en enero del 2015, el conjunto de ministros de lidad (7º reimp). En Obras Completas. (Vol. XIV). Buenos Aires:
handling, es decir poder acompañar, sostener, con- salud de todas las provincias acordaron, que la única Amorrortu Editores.
tener, en momentos de una producción de angustia especialización vigente para psicólogos, es la de psi- (1998). Más allá del principio de placer. (7º reimp). En
donde el sostener es una de las herramientas; cología clínica. Obras Completas. (Vol.XVIII). Bs Aires: Amorrortu Editores.
Lo siniestro:
E
l virus mutó. Me temo que, sin ser cuerpos-mercancías). Lo que resulta angustiante, es
especialista en la materia, gran –sencilla o complejamente– que el virus, como dice
parte de dicha mutación se debe al Bifo Berardi, “escapa a nuestro saber. Y lo ignoto de
azar, en el sentido en que la misma repente detiene la máquina.”: es decir, es la vuelta
al virus como otra vuelta (no es la primera) del ca- como el retorno de los muertos), y lo ominoso con- ciales) es pretender “mostrar la realidad”... como si
pitalismo sobre sí mismo. Ello no implica, por su- figurado en la realidad psíquica, en donde se en- aquella cámara del móvil televisivo (o fotografías
puesto, que estemos avizorando el fin de dicho cuentra plenamente el accionar de la represión. En que aparecen en las portadas de algún matutino)
modo de producción. Como cientista social, no la primera se “cancela” cierta objetividad de la reali- que filma a aquellos cadáveres y/o seres agonizando
tengo las herramientas para afirmar tal sentencia y, dad y en la segunda se reprime el contenido de una no propusiera un cierto encuadre, plano y recorte
posiblemente, las ciencias sociales se destacan más determinada representación. Lo que es común a de la realidad que pretende “reflejar”. Por más aten-
por sus reflexiones sobre hechos pasados o contem- ambas es que lo siniestro se produce cuando se rea- tos que estemos sobre la intencionalidad de tal o
poráneos que por su carácter profético. Si adquieren nima, mediante una nueva impresión, una represen- cual medio informativo, la carga de “realidad” que
la posibilidad de divisar futuros posibles es debida, tación reprimida, o bien la “realidad” se encarga de trasladan dichas imágenes, nos afecta. La imagen es
generalmente, a lúcidas elaboraciones sobre estados re-actualizar aquella creencia animista que se pen- el medio de transporte que hace presente, para no-
de la cuestión. saba superada. La pandemia que nos azota dispara sotros, espectadores, la vivencia de la realidad.
ambos registros de lo siniestro: es una realidad efec- Ante esta situación, impera contener. Con ello
Como ejemplo, citemos a dos pensadores total- tiva que se nos impone y reaviva temores arcaicos me refiero a que se debe apuntalar, y cuidar el tejido
mente disímiles, tanto por la época en la que escri- que hacen a la historia de la humanidad así como social; en otras palabras, resguardar el lazo social.
bieron como por el enfoque de sus pensamientos: también es disparadora de vivencias reprimidas que No solo se debe desde los estados tomar medidas
Karl Marx y Ulrich Beck. Es innegable la actualidad constituyen la realidad psíquica de cada ser. contracíclicas en el sentido macroeconómico (como
del pensamiento del primero, considerado uno de En este sentido, es un lugar común la compara- inyecciones monetarias que estimulen el consumo y
los mentores de la sociología: se me hubiera hecho ción de la situación actual con films, series u obras que “protejan” a los sectores postergados) sino tam-
imposible escribir estas líneas sin citar o retomar al- literarias. Cuando se afirma que la “realidad supera bién prestarnos permanente escucha. El psicoanáli-
guna de sus nociones (modo de producción, repro- a la ficción” justamente se alude a lo siniestro viven- sis, en este sentido, es una herramienta fundamental;
ducción del capital, circulación, explotación etc.). ciado a diferencia de aquellas situaciones ficcionales la escucha es un elemento nuclear, esencial, del
Por otro lado, el segundo, sociólogo contemporá- que, por más horrorosas que sean, no se configuran mismo. La misma permite hacer, re-hacer y contener
neo, construye una noción central que nos permite como siniestros o bien lo son en menor medida res- el lazo social, en tanto habilita el soporte de aquel
entender algo de lo que está aconteciendo en el pecto a aquellas que se atraviesan en la “realidad”. otro. Es importante darle la entrada, la bienvenida a
mundo: vivimos en sociedades del riesgo. Citemos En este sentido, Freud también nos advierte sobre ese otro, a partir de la escucha. La misma permite
brevemente un fragmento de su obra, en donde se el efecto de lo siniestro cuando se “borran los lími- algo que el “distanciamiento social” imposibilita: la
destaca con gran lucidez nuestra situación actual, tes entre fantasía y realidad” (Freud, 1992: 244) voz traslada también al cuerpo; cuerpo que está (en
afirmando que los riesgos contemporáneos Dado estos elementos, en última instancia, po- tiempos de cuarentena) parcial o totalmente aislado.
“ya no se limitan a lugares y grupos, sino que demos pensar que la angustia desprendida por la Si las condiciones actuales del capitalismo llevan a
contienen una tendencia a la globalización que mayoría de los seres frente a la situación que esta- una radicalización del individualismo y a ver a los
abarca la producción y la reproducción y no respeta mos atravesando es a la muerte. Recordemos, ade- otros como extraños o amenazas latentes, la pande-
las fronteras de los Estados nacionales, con lo cual más, que Freud da como uno de los ejemplos más mia actual acrecienta aún más dichas tendencias. Tal
surgen unas amenazas globales que en este sentido claros de lo siniestro, “nuestra relación con la como afirma Paul Preciado, “el virus, como nos en-
son supranacionales y no específicas de una clase y muerte” siendo que la misma es efecto “de la inten- señó Derrida, es, por definición, el extranjero, el
poseen una dinámica social y política nueva” (Beck, sidad de nuestras reacciones afectivas originarias y otro, el extraño.” Ello no implica la disolución del
1998: 19) la incertidumbre de nuestro conocimiento cientí- lazo social, dado que dicho suceso significa el fin de
fico.” (Freud, 1992: 241). Dado que, como mencio- las sociedades que, por el momento, siguen en mar-
Ahora bien, volvamos sobre ciertos puntos que namos anteriormente, cualquiera de nosotros es cha. Pero sí marca una profunda precarización de las
hemos bosquejado: El COVID-19 nos angustia por- pasible de ser infectado por el COVID-19, todos es- relaciones con los otros, el lazo social comienza a
que se configura como un real. Todos podemos ser tamos en riesgo. Incluso por más que no seamos “sostenerse” precariamente en soportes endebles.
afectados por el mismo, apela a nuestra composi- parte de la “población de riesgo” sabemos que cual- La escucha se revela, así como una de las herra-
ción biológica en tanto humanos. Incluso, el virus quier afecto cercano puede verse infectado o, even- mientas inmediatas para paliar algo, no solo de la
ya habita en lo más íntimo de todos nosotros (este- tualmente, muerto. pandemia y urgencias actuales, sino de las condicio-
mos o no infectados): en tanto posibilidad y, sobre A todo ello se suma el permanente aluvión (des) nes en las que vivimos día a día. Debemos seguir ha-
todo, en el lenguaje que nos atraviesa; se constituye informativo, principalmente a partir de imágenes, ciendo y rehaciendo lazos, no para volver
en nuestra más profunda intimidad. que recubiertas de cierto halo “periodístico” nos imaginariamente a algún tipo de comunidad mítica
muestran féretros, cadáveres en las calles e incluso perdida sino para seguir existiendo junto a los otros,
Sigamos a Freud y a lo Unheimlich. ¿Qué es lo si- cremaciones de los mismos. Por más que la tasa de configurando así nuevas realidades posibles.
niestro? Esquemáticamente diremos que es lo más mortalidad del COVID-19 no pareciera exagerada,
propio, lo familiar (Heimlich) que ha sido reprimido, ¿cómo evitar que las afecciones que nos genera el Bibliografía
que reaparece en su repetición (recordemos que el impacto de esas imágenes no se configuren como
principio de repetición va más allá del principio del un real para aquellos que las consumimos? ¿Cómo Beck, U. (1998). La Sociedad del riesgo. Paidós: Barcelona
placer) y, además de ello es vivenciado. Freud esta- mitigar la carga de angustia que nos imprime la ex- Berardi, F. (2020). Crónica de la psicodeflación. En Sopa de
blece una distinción teórica de gran importancia: posición a dichas imágenes? Sabemos que la opera- Wuhan (pp. 35-55). ASPO: Buenos Aires.
existe lo ominoso desprendido de cierto “yerro” del ción periodística-televisiva (que incluso hoy abarca, Freud, S. (1992). Lo ominoso. En De la historia de una neu-
juicio de realidad (por ejemplo creencias animistas, sobre todo, a las imágenes compartidas en redes so- rosis infantil y otras obras. Amorrotu: Buenos Aires.
Actualidad Psicológica
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Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 25
E
stamos ante una situación nunca o pluridiscapacidades la realidad es mucho más com- chas cosas quedan aún por revelar.
antes vista, se trata de una película pleja. Éstos, son quienes reciben una mayor condena, La situación de las personas con discapacidad en
de ciencia ficción de la cual todos debido a que uno de los principales objetivos en el mundo siempre fue compleja. Ya en el informe
ya somos protagonistas. Semanas cuanto a sus terapéuticas o procesos institucionales mundial de 2011 (OMS-Banco Mundial) se reportaba
atrás, transitábamos este mundo tienen que ver con el fortalecimiento del lazo social, los pésimos resultados relevados en torno a la condi-
de una forma desinteresada ante aquellas cuestiones que es justamente uno de los blancos que atacó con ción y calidad de vida. En tal sentido, no corresponde
que siempre deberían haber sido prioritarias: la mucho más fuerza el virus pensar tal realidad desde aspectos estrictamente tera-
salud, la otredad, lo simple, los afectos, el bien En estos tiempos que corren los terapeutas nos péuticos sino también sociales y políticos. Es claro, en-
común, el respeto por lo diferente. preguntamos acerca de posibles intervenciones en la tonces, que la presente pandemia producirá más
Atravesamos una fuerte tormenta, muy peli- clínica con niños con perturbaciones graves. Debe- complejidad en este sector de la población.
grosa, sostenidos por nuestro deseo e impulsados mos ser creativos en cuanto a pensar estrategias que El virus, sin duda, nos expone a pensar nuevos
por la pulsión de vida. Lo traumático sucede, con- sirvan para seguir acompañando el proceso terapéu- modos de intervención. Pero no podemos entregar-
vulsiona nuestra estabilidad y se enquista en el in- tico de aquellos que han quedado atrapados en el lodo nos y dejarnos vencer debido a la distancia real que
consciente como un parásito. El psiquismo se resiste, del sufrimiento. Sabemos que es muy difícil cambiar nos impone, nos negamos y nos revelamos a bajar los
pretendiendo defender su soberanía, recurriendo a el encuentro presencial por lo virtual, porque es allí brazos. Tenemos un arma fundamental para hacerle
diferentes tipos de defensas. Pero no hay opción, donde se despliega todo lo ligado al orden del acon- frente a este mal y es nuestro deseo de analistas, que
cuando lo inesperado llega, sólo el paso del tiempo, tecimiento de las escenas que se van gestando en el siempre será sensible a la sensibilidad del otro.
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¿
priva repentinamente a un organismo de este tipo trucción y no un efecto de la escucha.
Qué sucede con los individuos cuando de drogas, podría producirse un síndrome de abs- Es frecuente escuchar, por estos días, a nuestro
la sociedad toda atraviesa una situación tinencia del mismo modo que se producen con las presidente, que la elección a la que la coyuntura po-
de excepción? Cuando hoy alguien sale drogas prohibidas o el alcohol. Quienes tienen in- lítica lo lleva entre cuidar la vida, y cuidar la econo-
a la calle se encuentra con una sensación dicado algún fármaco de esas características lo mía lo encuentra y lo encontrará siempre con una
de extrañeza ante lo que lo rodea. Du- saben, y evitan interrumpir su administración para misma posición. “Elijo, dice, cuidar la vida”. En el
rante el día, la poca cantidad de vehículos en circu- no padecerlo. año 1964, en ocasión de dictar el seminario de Los
lación, los pocos semejantes con los que se cruza, Esto ha producido una modificación muy im- cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
los negocios cerrados en su enorme mayoría (con portante en el perfil que por estos días tiene el hos- Lacan toma un concepto extrañamente similar
excepción de aquellos pocos que se ocupan de los pital para el cual trabajo “el Ameghino” (Centro de cuando habla de la entre la bolsa o la vida. Imposi-
rubros esenciales permitidos con colas en la calle en Salud Mental N° 3), situación cuyos profesionales ble, ya que cualquiera sea la opción que se tome, se
las que las personas se paran a distancia)… y al caer venimos poniendo, con mucho esfuerzo, intentando perdería la bolsa: De optar por la vida, sería sin
la noche, se va transformando en… la nada. En las evitar desde hace mucho tiempo, vale decir, que se bolsa, y de elegir la bolsa, el elector se quedaría sin
avenidas, durante la madrugada se ve un vehículo transforme en un hospital exclusivamente para pa- ninguna de las dos. Lo llama vel de la alienación, y
cada algunos minutos. No es comparable con los cientes medicados. No son los únicos pacientes que de esto se trata en este caso.
días no laborables, ni con los feriados. concurren, pero sí una buena parte de ellos. Falsa dicotomía porque, ¿de qué serviría la bolsa
La hora pico sería las 21:00, cuando los balcones No es la primera vez que una crisis atraviesa los preservada sin la vida para hacer con ella? Por ello
convocan para aplaudir, y así homenajear a los que pasillos de los hospitales. La anterior fue hace dos es que precisamente se apela a la alienación a lo cual
les toca trabajar. décadas, cuando la crisis económica de 2001 dijo se opone el vel de disyunción.
La gente está encerrada en sus casas por ley, por presente en nuestra sociedad. Y también produjo y Sin ninguna duda: los humanos deberemos
miedo a los efectos que pueden tener sus salidas – mostró modificaciones en la habitualidad del tra- hacer un importante trabajo de análisis al final de
nada menos que el contagio de coronavirus del que bajo en el Centro. Por un lado cambiaron las carac- esta situación para dejar atrás los efectos que la pan-
aún se sabe muy poco, pero al que se menciona en terísticas económicas de la población de los demia y la cuarentena dejarán en nosotros.
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C
uando el afuera que sentimos nuestro yo. Un modo de presentarnos a los otros.
Desafíos tan lejano e inalcanzable en estas
épocas de pandemia se nos pre-
Tanto los pacientes como nosotros somos de-
mandantes de un otro que nos sostenga a través de
senta implacable y urgente en lo la mirada, de la escucha y desde la emisión de la voz.
referido al ejercicio profesional, Pues de ellas nos valemos en nuestra constitución
tes, pues estamos ahí para ese paciente que nos de-
manda atención.
Estamos en la corporeidad de una imagen vir-
tual. imagen que no deja de ser un reflejo del yo, de
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La violencia
L
as violencias no se toman vacaciones contacto con el otro. Ese es el peligro mayor.
ni entran en receso escolar, ni se de- Y estos escenarios cotidianos probablemente no
tienen con el aislamiento social pre- difieren de los tiempos “des acuarentados”. Los in-
ventivo obligatorio. Todo lo tensifica.
contrario, nada las frena y más aún La violencia en casa, encierra y pone paredes in-
cluso hasta llegar la escalada final de la violencias, estoy viviendo para cuando se pueda salir, poder cional de quienes la están viviendo y sus vínculos.
que es el femicidio, que ya se cobró muchas vidas salir. El tiempo puede estar a favor o en contra según
desde que comenzó esta cuarentena con corona. Y que entre el dolor y el amor gane el amor hacia nuestras historias
Crear lazos, pedir ayuda, no aislarse son los mí- uno mismo. Mientras tanto, dosificar los intercambios para
nimos recursos necesarios para contrarrestarla al Las violencias familiares en cuarentena están sin no consolidar lo que ya está latente, respetando es-
menos por ahora mientras debamos quedarnos horarios, pero no pierden las mañas, la rutina ni la pacios y tiempos internos e íntimos y de libertad
dentro de casa memoria. Sin impase, sin novedad, recorren los aun dentro de 4 paredes será una buena opción.
La ansiedad, el estrés y el miedo que pueden ser mismos caminos de la repetición. Construir un afuera adentro.
elementos protectores que se expresan sin palabras El desafío es crear una secuencia, rutinas y actos Las violencias familiares pueden darse entre las
al registrarlos, aunque no se nombren a viva voz, cotidianos protectores. No es tiempo de sincerici- parejas, hacia lo hijos, entre los chicos, hacia los
también pueden protegernos de estos estímulos que dios, de planteos filosóficos que aviven la turbulen- adultos mayores, manifestadas expresamente pero
ser reciben o generan cargados de agresión que se cia ni que los niveles de exigencias nos ganen. también a través de el alejamiento, el aislamiento, el
tornan tan virulentos cuando actúan como espejos La flexibilidad no es parte de este combo vio- silencio, la queja constante, el sarcasmo, el destrato,
tal vez de las propias oscuridades. lento, pero es necesaria. Recluir la violencia sería lo el abandono de persona, la ironía, el hostigamiento,
Todos queremos volver a la “normalidad”, pero ideal, pero lamentablemente las violencias rompen también derivados sutiles de estas violencias donde
¿cómo normalizar la amenaza y el peligro? la cuarentena y siguen haciendo su “vida normal”. tánatos, superó a eros y el amor cedió el paso al odio
Posiblemente no salgamos iguales de esta pan- Duelo y dolor van de la mano. Duelar las expec- y al dolor.
demia por coronavirus ni de esta pandemia de la tativas, pasar de la perplejidad, la negación, el re- El gran desafío es ser un gran barman emocional
violencia familiar tardo de lo que sucede intentará imponerse. con una buena mezcla donde ni el amor absoluto,
El tema es que salgamos preservados y mejor pa- El tema es como luego, traspasar esa barrera y manifestación de “el odio reprimido” ni su ausencia,
rados. pasar a la tristeza y aceptación y la acción cuando invadan el sabor logrando una delicada y estén en y
Que el guardarnos no nos encierre más aun, y sea posible. equilibrada combinación con dosis justas, que te
nos exponga a modos de destrucción contagiosa e Que la intensidad de respuesta sea la posibilidad hagan disfrutar los tragos de la vida. No te olvides
invisible que no se retira cerrando a puerta para cui- de encontrarse con quien cada uno es, la identidad de agregarle dos ingredientes básicos para el mari-
darnos. Convive. perdida, salirse de ese ideal de poder narcisístico o daje. La solidaridad y la empatía.
Que la incertidumbre de no saber hasta cuándo, la negación sintiendo que todo está bien. Quédate en casa, yo me quedo en casa.
no se naturalice y se normativice como natural. La Es un compromiso con uno mismo, complejo y
violencia no es natural. difícil que implica salir de una zona de confort de una @alejandralibenson
Para ello es preciso mantener en caja y no enca- realidad que de continuar así, cuando todo esto ter-
jonada la pregunta sobre cómo me siento y que mine, no lastime o termine destruyendo la vida emo-
los procesos psíquicos se regula automáticamente hay función paterna, pero como siempre, tributa-
Sumario I 494 por el principio del placer».
Juan Carlos de Brassi nos auxilia: “Por eso es
«impensable» querer entender el inconciente sin el
ria de aquella.
La maternalización protege del afuera amena-
zante, y hasta puede incluir defendernos del padre.
trabajo que lo produce y la «puesta a prueba» —as- Y del riesgo que podrían significar otros hermanos
pecto docimásico de lo dogmático— que lo consti- díscolos que nos ataquen, (infecten).
tuye. «Impensable» y «dogmáticamente» se funden, En términos de recuperar desarrollos, pense-
así, en un tiempo de insistencia, de perseveración, mos en los aspectos protectores del Superyó, tan
no de la exclusión que atraviesa las obstinaciones olvidados teóricamente.
corrientes…el término rehúsa cualquier prohibi- El Estado maternante permitió licuar parte del
ción en beneficio de una creación indeclinable.” pánico. El psicoanálisis ha de vérselas entonces con
Hay un prejuicio basado en el desconocimiento los remanentes. Es una gran oportunidad para la
y la banalización, aunque, tal vez, ¿por qué no? En tarea porque, mal que nos pese, los pacientes se en-
las resistencias que el Psicoanálisis despierta a su cuentran tuteándose con la angustia temprana, que
paso. Se mal dice que en catástrofes, acontecimien- no se resuelve con el vuelo gallináceo del fortaleci-
tos, hechos traumatizantes, nuestro trabajo debería miento del Yo.
ser puesto entre paréntesis para dar paso a interven- Oportunidad única de elaborar la desmentida.
ciones que den cuenta de la urgencia. Y otra vez de No sea cosa que, como diría Hannah Arendt, ampa-
Brassi: “Por eso el trabajo de Freud no satisface una rados en la banalización del mal, nos quedemos toda
urgencia, sino que la «urgencia» es puesta en pers- la pandemia haciendo estadísticas de cadáveres, por-
pectiva desde lo urgente para el campo analítico.” que esto también pasará como otras cosas, y lo trau-
Hace unos años Piera Aulagnier afirmaba que mático no tramitado será una carga incómoda.
una de las tareas del analista es ayudar a mitigar la
angustia del analizante. Es necesario saber de qué se Bibliografía de referencia
Abril 2020 trata. El efecto narcotizante de una intervención pos-
Ilustración de tapa:
pone y hasta puede entrar en complicidad con el Hannah Arendt- Eichmann en Jerusalén. Editorial Lumen
Rodolfo López Martino hecho traumático creando bolsones de pólvora que Jorge Garaventa- El malestar en la cultura de la crisis.
Distribución en Interior: D.I.S.A
estallarán a futuro. Por eso hablamos de “farmakon”, http://www.jorgegaraventa.com.ar/malestar.htm
en el sentido de cancelación tóxica del dolor. Juan Carlos De Brassi- Qué significa dogmático e impensable
Los artículos firmados son de exclusiva
responsabilidad de sus autores, No se trata de propiciar la asociación libre ante en Freud. Espacio psicoanalítico de Barcelona.
y no reflejan necesariamente la opinión los primeros efectos de la pandemia sino de tener https://www.epbcn.com/textos/2005/11/a-proposito-de-psicoa-
de la dirección.
en claro que estamos ante la exteriorización secun- nalisis-y-medicina-que-significa-dogmatico-e-impensable-en-
daria de traumas ineludibles que han sido consti- freud/
tuyentes de la psiquis temprana y reprimidos por Sigmund Freud- Lo ominoso- Obras completas. Tomo XVII.
fuerza del avance de la vida…y de la cultura. Amorrortu Editores
2 Conmoción en la subjetividad . Cuando irrumpe el Coronavirus, el Estado, de- Sigmund Freud. ¿Pueden los legos ejercer análisis? Obras com-
Nora Merlin
sarrolla una tarea que facilita, no simplifica, nues- pletas. Tomo XX. Amorrortu Editores
tras intervenciones. Sale a cobijar, a ofrecer Silvia Bleichmar- La Fundación de lo inconciente. Amorrortu
4 Niños, adolescentes y padres en épocas contención colectiva. Termina ahijando millones Editores
de coronavirus… de niños asustados. Lo que calmó y permitió me- Sylvie Le Poulichet-Toxicomanías y psicoanálisis. Amorrortu
Beatriz Janin ternos adentro a casi todos, fue, al decir de Rita Se- Editores
gato, la aparición del Estado maternando. También