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Presses Universitaires du Midi

Construir y difundir. La prensa en la formación del Estado nacional mexicano‚ 1821-1835


Author(s): Manuel CHUST
Source: Caravelle (1988-), No. 68 (1997), pp. 19-42
Published by: Presses Universitaires du Midi
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C.M.H.L.B. CARAVELLE

n° 68, pp. 19-42, Toulouse, 1997

Construir y difundir

La prensa en la formación del Estado


nacional mexicano, 1821-1835
PAR

Manuel CHUST
Universidad Jaume I, Castellón

« PLAN DE ESTE PERIÓDICO

En un tiempo en que la nación oprimida por el


intervalo de tres siglos, pelea por conquistar su libertad,
y por reintegrarse en el goce de sus derechos, es de suma
importancia la publicación de escritos, que al mismo
tiempo que sirvan de confirmarla en su heroyca
resolución, manifiesten á la luz de todo el mundo la
justicia, la necesidad y conveniencia de los motivos que
la han alarmado contra la obstinación de sus tiranos.
A este fin se dedica el presente periódico. Su objeto no es
otro que generalizar por medio de él los principios de la
sana política, y las máximas primitivas del derecho de
las naciones en qué está fundada la equidad de nuestras
pretensiones 1 »

Semanario Patriótico Americano. El primer número no trae ninguna referencia temporal


de su publicación. Se cree que puede ser el 19 de julio de 1812. CfJ.M. Miquel y
Verges, La independencia mexicana y la prensa insurgente, El Colegio de México, México,
1941.

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20 CM. H. LB. Caravelle

Eran las palabras de Quintana Roo, eran las palabras de uno de los
« guadalupanos »2. La necesidad de trasformar la realidad colonial pasaba,
desde el primer momento, por su plasmación y difusión escrita. Por expre-
sar públicamente « la justicia, necesidad y conveniencia » de sus objetivos,
por difundirlos, por hacerlos convincentes. Los aspectos políticos, super-
estructurales en general, del liberalismo mexicano, se evidenciaban.
Veámoslos.

La historiografía tradicional, especialmente, ha interpretado las inde-


pendencias hispanoamericanas como cambios políticos sin trascendencias
sociales y económicas. Frente a ellas, una corriente historiográfica renova-
dora3 aboga por incluirlas dentro de un contexto más amplio, tanto cro-
nológico como espacial, y explicarlas dentro del derrumbe del imperio
hispano, desde su pensamiento, desde su coyuntura napoleónica y desde
las aspiraciones, aunque frustradas, autonomistas4 de sus diputados en las
Cortes de Cádiz. Cambios, a nuestro entender, que supusieron transfor-
maciones liberales. De la colonia se pasó a la Nación^. El subdito devino
en ciudadano. La Gazeta en diario.

Nos proponemos evidenciar a través de los testimonios de la prensa el


carácter revolucionario burgués que aconteció en el Estado mexicano a
partir de su independencia. La prensa fue constancia, testigo, de las nece-
sidades y contradicciones de una sociedad capitalista que se estaba gestan-
do.

No era una excepción. La prensa revolucionaria trasmitía opiniones e


ideología - doctrina - de la clase burguesa que aspiraba a llegar a ser
dirigente en una Nación, la mexicana. Es pues que las luchas independen-

2 Cf. Virginia Guedea, En busca de un gobierno alterno : Los Guadalupes de México,


UNAM, México, 1992..

3 Jaime E. Rodríguez, La Independencia de la América española, Fondo de Cultura


Económica, 1996. François-Xavier Guerra (Dir), Revoluciones Hispánicas, Editorial
Complutense, Madrid, 1995.
^Manuel Chust, «América y el problema federal en las Cortes de Cádiz» en José A.
Piqueras, Manuel Chust (Comps.), Republicanos y repúblicas en España, Siglo XXI,
Madrid, 1996. La cuestión nacional en Las Cortes de Cádiz, Tesis de Doctorado,
Universidad de Valencia, 1993.

5 En especial el magnífico, por cuanto renovador, estudio de Jaime E. Rodríguez « La


transición de colonia a nación : Nueva España, 1820 - 1821» en Historia Mexicana,
XLIII : 2, El Colegio de México, México, 1992. Asimismo dos imprescindibles
compendios que desde distintas perspectivas analizan la problemática de esta cuestión
Jaime E. Rodríguez O (Ed.). The independence of Mexico and the creation of the new
nation, University of California, 1989. Y Mexico in the age of Democratic Revolutions,
1750-1850, Lynner Rienner Publishers, Boulder & London, 1994.

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tistas eran embates por la construcción y triunfo del Estado nacional, a la


vez que la construcción de la propia nación.
Nación y revolución, transformación de ésta en Estado nacional. Defi-
nición de una parte y justificación organicista, « tranquilizadora », de la
otra. Ideología y opinión. Expresión de ideas. El proceso revolucionario
burgués, al igual que su ideología, se hacía universal. De esta forma los
diversos periódicos mexicanos publicaban en sus páginas escritos traduci-
dos de los filósofos de la ilustración francesa, de los teóricos del liberalis-
mo político y económico británico, estadounidense, francés, incluso es-
pañol ; de los discursos de los dirigentes de los estados nacionales ya tri-
unfantes, de sus héroes, tanto militares como políticos. Esto es de
Rousseau, Montesquieu, Bossuet, Sieves, Benthan, Smith, Ricardo, Say,
Mill, Locke, Burke, Paine, Washington, Jeffersson, Adams, Martinez
Marina, de las Casas, Francisco Suárez, y una larga nomina de autores
conocidos. Y en la prodigalidad de las revoluciones hispanoamericanas de
los héroes y teóricos que las propias historias nacionales comenzaban a
fraguar : Bolívar, San Martín, Rivadavia, Sucre, Mariano Moreno, y por
supuesto, Morelos, Hidalgo, Aldama, Allende, etc. « Libertadores », hé-
roes de la Patria, líderes de la burguesía o de las clases populares que vie-
ron la necesidad y función que podría tener la prensa. No es gratuito que
la mayor parte procuraron fundar, promover, tener y escribir en periódi-
cos, hojas volantes, panfletos, etc. : Miguel Hidalgo y El Despertador Ame-
ricano (1810), José María Morelos y El Ilustrador Nacional (1811) ,
Quintana Roo, o en Guatemala José Cecilio del Valle y El Amigo de la
Patria (1820), Pedro Molina y El Editor Constitucional (1820) .
Esta transmisión de ideas se complementó con la difusión, tras el tri-
unfo de la independencia, de las Sesiones del Congreso. Páginas que iban
a reflejar discursos enteros, fraccionados o resumidos de los debates nacio-
nales, así como la legislación que elaboraban. Lo cual provocó que el as-
pecto político fuera público en cuanto a opinable. Por una parte comenza-
ron a prodigar los « artículos de opinión política » acerca de las cuestiones
parlamentarias que se estaban debatiendo. Opiniones, tácticas y plantea-
mientos diversos dentro del liberalismo que dieron lugar al nacimiento de
nuevos periódicos como expresiones de las diversas tendencias del libera-
lismo y progresivamente de las distintas ideologías del movimiento obrero.
Pero en segundo lugar, hubo un gran interés por publicar resúmenes o
fragmentos de los debates más importantes, o que eran importantes para
sus intereses, de las sesiones de otros congresos europeos así como de los
discursos de sus grandes parlamentarios. Provisión de opiniones que tam-
poco era gratuita su selección y reproducción.
México, tenía una vía propia hacia la revolución liberal, lo cual no es
antagónico con la necesidad de saber la experiencia pasada y presente de

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las demás naciones, tanto americanas como europeas. Las ideas, las expe-
riencias, se extendían y se aplicaban según las condiciones objetivas de
cada país. Proliferación de información, publicitación de la misma, que no
sólo reseñaba acontecimientos pasados sino también presentes. La actuali-
dad de las naciones europeas y americanas, importaba sobre manera. Por
una parte porque durante los años veinte las pervivencias coloniales condi-
cionaban el desarrollo mexicano. Es más, la independencia seguía estando
amenazada. Y no sólo por la antigua metrópoli española, en especial desde
la restauración fernandina cuyo titular se resistía a perder su Imperio, sino
también por la organización que había prometido derrocar cualquier ré-
gimen liberal : la Santa Alianza. Los temores a ésta son patentes en buena
parte de la prensa hispanoamericana durante los años veinte.
Información europea y americana, pasada y presente, que llegaba a tra-
vés de una auténtica red de intercambios de periódicos de ambos lados del
Atlántico. Así los periódicos mexicanos recogían en sus páginas noticias
del Morning Chronicle, The Times, The Courrier, de la Gaceta de Filadélfia,
The Observateur, así como todas las Gacetas Ministeriales de las repúblicas
americanas ya independientes.
Configuración de una red de periódicos extranjeros que pronto imi-
tarían los mexicanos. Águila Mexicana^ no sólo abrió delegaciones de sus-
cripción en las ciudades más importantes del Estado mexicano como
Guadalajara, Oaxaca, Puebla, Jalisco, etc. abandonando muy pronto su
carácter local o urbano y proyectándose nacionalmente, sino que también
inició una auténtica estrategia periodística. Estrategia que suponía, claro
está, la del movimiento federal al fundar nuevos periódicos en Puebla
como El Caduceo o, en Jalisco El Iris, cuyos centros de suscripción eran
comunes : la famosa imprenta de Ontiveros. « Nada es más útil que un
periódico para la ilustración de un pueblo », mantenía el periódico capita-
lino saludando el nacimiento de los nuevos periódicos « hermanos ».
Más. Acontecía una proliferación de « remitidos » que opinaban,
públicamente, sobre diversos aspectos políticos, sociales, culturales. Remi-
tidos que pronto colapsarían las redacciones de los periódicos, lo que obli-
gará a una selección de estas colaboraciones espontáneas. Y de los propios
remitentes que más tarde tendrán que abonar un precio por sus insercio-
nes periodísticas. La frontera entre el súbdito y el ciudadano estaba esta-
blecida no sólo, evidentemente, en la posesión o no de capital o dinero,

6 Sobre la prensa en México cf. María del Carmen Ruiz Castañeda y otros, El periodismo
en México. 450 años de historia, Editorial Tradición, México, 1974. Sobre la prensa
insurgente J.M. Miquel y Verges La Independencia mexicana, op. cit.

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sino en la exigencia de alfabetismo que todos los gobiernos hispanoameri-


canos establecieron como condición.

Lectura que suponía uno de los elementos de distinción, abolidos los


privilegios nobiliarios, de la nueva sociedad burguesa. Recordemos, no
obstante, que en 1812 una Constitución hispana, no sólo decretó un sis-
tema electoral de sufragio universal sino que para acceder al grado de ciu-
dadanos no se exigía la alfabetización, Recordemos el año, 1812. Ejemplo
de radicalidad, en cuanto a aspectos democráticos7.
Para que triunfara la independencia, para que triunfara la revolución
liberal, tenía que financiarse, necesitaba sus Milicias nacionales - Milicia
cívica en la República federal - su ejército nacional necesitaba manuten-
ción, armas, uniformes, soldadas. Al margen de las campañas más o menos
apremiantes y coercitivas para recaudar fondos para las fuerzas
« patriotas » por parte de los Gobiernos provisionales durante las guerras
de insurgencia, la prensa obtuvo un destacado papel en la recaudación de
fondos, en especial en los primeros momentos de la independencia. Así se
estableció un sistema de suscripciones públicas, estos es « patrióticas », que
el criollismo promovió desde las páginas de sus periódicos. Sistema recau-
datorio que luego reproducirán, en especial en los años treinta y cuarenta,
los periódicos españoles8. Las recaudaciones iban destinadas a una diversa
gama de aspectos, pero casi todos ellos relacionados con el ejército : com-
pra de alimentos, vestuario, armamento, pago de soldadas, e incluso re-
clutamiento de milicias nacionales. Lo significativo es que estas suscrip-
ciones al ser, una vez más, públicas permitían no sólo saber quién apor-
taba sino cuánto aportaba a la « causa ». De esta forma era posible cuanti-
ficar el grado de patriotismo, aspecto subjetivo por cuanto de romántico e
ideológico tiene, con la objetividad de las cantidades entregadas. Sus-
cripciones en las que, evidentemente, no sólo contribuían los afectos al
nuevo régimen para seguir demostrando públicamente que lo seguían
siendo sino, dado el clima revolucionario del momento, también los
desafectos para que no fueran acusados de antipatriotas.
Al margen de los periódicos editados por los nuevos gobiernos, la
prensa, en especial la de los primeros momentos insurgentes, se enfrentó a
la problemática de la clandestinidad. Publicar un periódico en la Nueva

7 Virginia Guedea, «The First Popular Elections in Mexico City, 1812-1813» en Jaime E.
Rodríguez, The Evolution of the Mexican Political System, Scholarly Resources Inc.
Delaware, 1993. Así mismo «El pueblo de México y las elecciones de 1812» en Regina
Hernández Franyuti (comp.), La ciudad de México en la primera mitad del siglo XIX> II
Vol, Instituto Mora, México, 1994.

° Manuel Chust, «Un diario, una ciudad» en A. Laguna y F.A. Martínez. Historia de
Levante - El Mercantil Valenciano, Valencia, 1992

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España insurgente era toda una aventura, con tintes románticos, insur-
gentes, peligrosos, proscritos. El negocio de la prensa estaba por llegar,
como veremos. La revolución exigía sacrificios, en especial en los primeros
tiempos. Así se presentaba El Juguetón :

« Papel flamante, que se presenta con visos de periódico santuario. Es-


críbelo su autor, imprímelo el impresor, y los publican los muchachos. »

Problemática insurgente que hacía que los periódicos más combativos


se ocultaran en el anonimato de sus escritos. Conflicto, que una vez con-
seguida la independencia, se circunscribió a las diversas adscripciones del
liberalismo así como a los problemas económicos que comportaba la edi-
ción periodística :
« La verdad desnuda.
Este periódico no tiene periodo fijo porque saldrá cuando se pueda, y se
espande en la oficina de su impresión, en los portales y en la calle. No
se admiten suscripciones por la razón dicha, y principalmente por
miedo á los hombres libres. » 9

Un aspecto más de la prensa burguesa como vehículo de la revolución


en sus aspectos políticos : el nacionalismo10. Esto es, componente funda-
mental para la unificación del nuevo estado nacional y arma contra los
aspectos ideológicos que pudieran frenar dicha conquista estatal. Veá-
moslos.

Es de hacer notar que el nacionalismo de cada una de las repúblicas se


irá conformando lentamente durante los años veinte. En estos años que-
daba subsumido dentro del marco amplio del « americanismo », en espe-
cial en aquellas nuevas repúblicas en donde su territorio nacional no es-
taba totalmente definido y la nación estaba por construirse definitiva-
mente durante estos años. Nacionalismo que se apreciará tanto en los

9 La Abeja de Chilpancingo, 6 de marzo de 1833.

10 David Brading, Los orígenes del nacionalismo mexicano, Ed. Era, México, 1973. La
bibliografía sobre el período de la formación del Estado nacional mexicano es extensa,
aunque destacan desde diferentes perspectivas historiográficas, Josefina Zoraida Vázquez
(Coordinadora), La fundación del Estado Mexicano, Nueva Imagen, México, 1994. «Un
viejo tema : el federalismo y el centralismo» en Historia Mexicana XLII : 3, 1993.
Torcuato Di Telia, Política nacional y popular en México, 1820-1847, Fondo de Cultura
Económica, México, 1994, Jaime E. Rodríguez, El nacimiento de Hispanoamérica.
Vicente Rocafuertey el hispanoamericanismo, 1808-1832, Fondo de Cultura Económica,
México, 1980. Michael P. Costeloe, La Primera República federal de México, (1824-
1835), Fondo de Cultura Económica, México, 1975, y The Central Republic in Mexico,
1835-1846, Cambridge University Press, 1993. Manuel Ferrer Muñoz, La formación de
un Estado nacional en México, UNAM, México, 1995. Timothy E. Anna, El Imperio de
Iturbide, Alianza Editorial, México, 1991.

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aspectos económicos como en los ideológicos. Ideología nacionalista


mexicana que nacía en cuanto superadora de otro nacionalismo, el español
autonomista de las Cortes liberales, y por lo tanto se definía construyendo
y negando la realidad : mexicanista y antiespañolista :

« Americanos : recordad lo que fuisteis bajo el yugo de la descarnada y


vieja España, y el estado en que os hayáis el presente habiendo sacudido
las pesadas cadenas de la negra tiranía »n

La Prensa, notaria del mercado nacional


Es común, aunque no gratuito. Tras la cabecera, la mayor parte de los
periódicos comenzaba con la información de la temperatura del día ante-
rior, la franja horaria de la Luna y el Sol, y el santoral. No había novedad.
El santoral traducía un sinfín de mensajes, especialmente, agrícolas : pagos
de rentas, siembras, recolecciones.

Prensa que refleja puntualmente en sus páginas extensas tablas de los


precios de venta de los productos agrícolas mexicanos, así como de los
precios de las importaciones y exportaciones. Barómetro del mercado
agrícola indispensable, para la burguesía terrateniente, estanciera, o ha-
cendada. Prensa, además, testigo, notaria, de los nuevos tiempos económi-
cos. En ella se recogían los diversos adelantos en abonos, maquinarias,
cultivos novedosos, y diversos métodos revolucionarios importados o au-
tóctonos, así como una pluralidad de consejos todos ellos encaminados a
incrementar la producción. Problemática, preocupación, recogida desde
las Sociedades Económicas de Amigos del País y que ahora era difundida
diaria y públicamente. La Ilustración iluminaba a más ciudadanos mexi-
canos.

No obstante si pensamos que estos conocimientos en México, en His-


panoamérica en general, eran obviedades nos equivocamos. Tenemos que
tener presente la impronta que trescientos años de colonización habían
dejado en el suelo americano. No sólo estaban prohibidos por parte de la
Metrópoli el cultivo de un sinfín de productos agrícolas y materias primas,
que hacía valer su pacto colonial, sino que además estaba restringido el
conocimiento de su producción, en especial por la ausencia de experien-
cia. La prensa actuó aquí no sólo como vehículo de información, sino
como transmisor de la misma en un diálogo entre la teoría y las necesida-
des y aspiraciones reales. Evidenciémoslo.
Es conocida la prohibición del cultivo de la vid así como activamente
perseguido el contrabando del vino. Pues bien, la redacción de Águila

^ Águila Mexicana, 18 de mayo de 1824.

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Mexicana recibía en noviembre del año 1823 un interesante remitido que


pedía información a los propios redactores del periódico :

« Necesitamos saber el modo y tiempo de plantar las viñas, como se


cultivan, á los cuantos años dan, que clase de tierra es a propósito, y
cuanto sea conducente saber, para que en poco tiempo no necesitemos
vinos estrangeros. Sírvanse V. V. insertar esta pregunta en su periódico,
para que algún amigo del pais que sea inteligente en este ramo nos diga
antes de que el tiempo de plantar llegue, como nos hemos de conducir
para el acierto. » 12
La información proporcionada por algún « amigo del país » llegó antes
de la siguiente siembra. Tan sólo necesitó quince días. « El amigo del
país » que reclamaba el remitido era un experto en el cultivo de la vid. El
periódico dedicó toda una plana, con una letra de cuerpo menor, a expli-
car con todo lujo de detalles el procedimiento no sólo del cultivo de las
viñas, sus distintas variedades, sus particularidades, el tiempo de plantar-
las, los métodos para cuidarlas, las plagas a combatir, sino que además
conllevaba una explicación, así mismo muy detallada, de la elaboración
del vino. Producto no sólo susceptible de importación, sino de beneficios
fiscales para el nuevo gobierno, por ser un producto susceptible de estan-
co.

Una vez independientes, una vez libres para cultivar, comprar y ven-
der, devenía la necesidad de aprender los métodos necesarios, para poder
ser independientes, no sólo política sino económicamente. La primera
pasaba por la segunda, el nacionalismo político no era más que una conse-
cuencia de las necesidades y aspiraciones del nacionalismo económico,
regido, dirigido y potenciado por una clase social, la burguesa13.
Pero no solamente había necesidad de producir más, mejor y diferentes
productos para vender más y mejor, había necesidad, auténtica necesidad
y deseo de comprar propiedades que pudieran consolidar fortunas y au-
mentarlas. Acontece la desamortización y la desvinculación, premisas de la
revolución, condición de la burguesía para ser clase social. Durante el siglo
XIX se generalizarán las nuevas relaciones de producción capitalistas.
Periódicos que en este aspecto desamortizador actuaban desde una do-
ble vertiente : para crear opinión, para instigar a su venta desde la ideolo-
gía y como auténtica cartelera para anunciar sus ventas, sus emplaza-
mientos de subasta, las horas, las condiciones, la extensión, las

12 ídem, 11 de noviembre de 1823.

13 Ciro F.S. Cardoso (Coord), Formación y desarrollo de la burguesía en México, Siglo XXI,
México,1978.

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particularidades, el precio y todos los pormenores que acontecieran de


interés.

« Se vende hacienda en Santa María Acahualco del prebendado José


Ensebio Ortega en la almoneda de la calle de Manrique. » ^

« Arrendatario para la hacienda Buenavista ubicada en la provincia


de Caico, y perteneciente á la M.I. archicofradía del santísimo
Sacramento de esta Santa Iglesia Catedral : recurra á Melinchon
García Quintano administrador de propios y rentas de la misma
archicofradía. » ^

« Se vende la hacienda propia del mayorazgo Manuel Vilerías Róeles


nombrada San Juan Bautista Tlapanolaya, gravada en 4.000 pesos y
arrendada en 1300 pesos anuales. » 16

« Se vende haciendas en San Isidro y Ojo de la Agua, en San Agustín


de las Cuevas, con las casas á ellas anexas, llamadas de la Inquisición, y
otras con una buena maguey era, que pueden contener de 8 - 10.000
plantas, bueyes y demás aperos, apreciada en 32.500 pesos, con el
gravamen de 10.900 pesos. » 17
Pero como hemos dicho no sólo la prensa era el medio en donde se
plasmaban y enunciaban las desamortizaciones, también servía de medio
para instigarlas. En especial de las extensas propiedades, que una vez con-
sumada la insurgencia, no tenían dueño determinado, nos referimos a las
propiedades de que disponía la Corona, estos es de su Patrimonio Real.
Realengos que sufrirán un proceso similar al español al convertirlos en
Bienes Nacionales. Su destino : la venta, el arrendamiento en enfiteusis o
el reparto. Con todo, la transformación en propiedad privada18. Un remi-
tido más :

« Señor - Abundan en esta América terrenos baldíos llamados por otro


nombre realengos, los cuales no se cultivan y son una inútil y pesada
carga para el Estado de que no se aprovecha ni permite á los
ciudadanos que saquen de ella la misma utilidad.

14 ídem, 29 de agosto de 1823.

*5 Águila Mexicana, 1 de diciembre de 1823.

16 ídem, 4 de septiembre de 1823.


17 ídem, 10 de diciembre de 1823.

10 Margarita Menegus (comp.), Problemas agrarios y propiedad en México, El Colegio de


México, México, 1995. Desde perspectivas jurídicas el estudio de Mariano Peset y
Margarita Menegus, «Rey propietario o Rey soberano» en Historia Mexicana, XLIII : 4,
1994.

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Jamás se ha conocido la necesidad de su enagenacion corno en esta


época presente. Han pasado tres siglos para que un rayo de luz nos ilu-
mine y haga entender por principios de economía política, que son dos
de las trabas poderosas que se presentan á nuestra agricultura y
población, trabas, que con prepotente mano debe Vuestra Soberana
quitar si quiere hacer felices estos pueblos. La primera consiste en la
extensión inmensa de terrenos amayorazgados, y la segunda en los
grandes territorios donados por los primeros virreyes de esta América á
los pobladores de ella. » 19

Desamortización y desvinculación, bienes nacionales... Acontece la


desposesión ; aparece, predominantemente, la propiedad privada. ¿ Ha-
blamos de independencia o de revolución ?
Pero los cambios no sólo se producían en el sector agrario, el industrial
reclamaba su espacio económico. La derogación de las trabas gremiales 20
era un hecho desde 1813. Los inicios de la revolución industrial tam-
bién21. Una multitud de inventores y fabricantes se anunciaban desde las
páginas de los periódicos. Inventores en busca de socios capitalistas y ca-
pitalistas en busca de inventores ofertaban una multitud de artefactos,
máquinas e inventos diversos, señas de identidad de los nuevos tiempos.
Aún más. Máquinas y... trabajadores. Las nuevas naciones no sólo esta-
ban desindustrializadas sino también sus trabajadores, artesanos, se en-
contraban descualificados en determinados sectores. Por lo tanto las nece-
sidades productivas eran de mano de obra cualificada, pues la no cualifi-
cada empezaba a ser un problema social dado que la revolución estaba
proletarizando progresivamente a los campesinos, como hemos mencio-
nado. Algunos ejemplos. Máquinas y trabajadores :

« Una máquina eléctrica de dos discos de media vara de diámetro,


montada sobre una mesa de madera fina, positivo y negativo,
manubrio con mango de cristal, un frasco grande y uno chico, dos
escitadores, un electromaco, una tarima con pies de cristal, conductor
charolado y su bola de latonterminal. Se vende. » 22

Ferreria de Durango : Se solicita unferrón ó inteligente que tenga co-


nocimientos prácticos en el arte de fundir ó estirar metales. Se solicita

19 La Abeja de Chilpancingo, 29 de agosto de 1822.

2^ Sonia Pérez Toledo, Los hijos del trabajo. Los artesanos de la ciudad de México, 1790-
1853. UAM Iztapalapa-El Colegio de México, México, 1996.
21 Gustavo Garza, El proceso de industrialización en la ciudad de México, El Colegio de
México, México, 1985.

22 Águila Mexicana, 7 de abril de 1824.

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también sepa el método de vaciar o colar hierro. Si algún sabio curioso


y amante de los progresos de la pàtria quisiere dar instrucciones sobre el
particular se le estimará convenientemente. » 23

Un aspecto a destacar. 1 824, la República Federal mexicana acababa


de nacer. Uno de los periódicos más significativos de su capital, el federa-
lista Águila Mexicana, reflexionaba, entre disquisiciones políticas, también
sobre... la cerveza :

« Siendo la cerveza una bebida util á la salud (tomada con


moderación) y un ramo de industria interesante para un discreto
gremio especulador, es muy estraño que no se haya dedicado alguno à
fabricar este precioso licor cuando abundan entre nosotros los
materiales mas preciosos para hacerlo » 24
El artículo proseguía haciendo un exacto relato de la técnica en la fa-
bricación de la cerveza, de sus componentes y de la posibilidad que la
ausencia de lúpulo en México fuera cubierta con « flor tronadora » muy
abundante en las jurisdicciones de Tenancingo, Zacualpan y Temoscalte-
pec. La reseña no pasaría de tener mayor significación que otros de los
muchos artículos que dedicaban los periódicos de la época a relatar la
confección de diversos productos, si no fuera porque no sólo fue el pe-
riódico quien desde sus páginas incitó y dio a conocer el arte de la fabrica-
ción de la cerveza, sino que también ofreció una perspectiva inversora. En
especial porque la cerveza, en los primeros días del México independiente,
era una bebida alcohólica cara, debido a ser un producto importado. Lo
sorprendente, por lo revelador, es que el estímulo tuvo efecto. Así en
agosto de ese mismo año desde las mismas páginas de Águila Mexicana se
anunciaba una fábrica de cerveza mexicana en la antigua panadería del
Hospicio de Pobres. Significativo. La revolución industrial comenzaba a
gestarse en los antiguos edificios asistenciales coloniales, ahora nacionales.
No era todo. El mismo día J. Eduardo y Cía. anunciaba la apertura de una
cervecería, en el local de una antigua vinatería. Ésta ofertaba ya botellas de
cerveza mexicana. Su precio, 20 reales la docena de botellas, era tremen-
damente inferior a la española - 9 pesos la docena - y a la inglesa - 18
pesos la docena La cerveza, hasta ahora bebida de las clases altas, pasaría
tras la nacionalización de su fabricación a ser un artículo de consumo
popular. Cerveza que comenzó a publicitarse desde las páginas del pe-
riódico :

23 El Sol 3 de noviembre de 1823.

24 Águila Mexicana, 9 de enero de 1824.

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30 CM. H. LB. Caravelle

« La cerveza es una bebida tónica, y particularmente amiga del esto-


mago, en razón de las virtudes conocidas del lúpulo con que se
fabrica » 25
Junto a fábricas de cerveza aparecieron anuncios de otras manufactu-
ras, muchas de ellas con capital inglés, francés y también español. Fábricas
de cristal, de conservas, de ladrillos, de papel, de textiles. Y junto al surgi-
miento de nuevos enclaves manufactureros, el nacionalismo industrial
mexicano invadía la lectura que se hacía de ello desde la prensa. Naciona-
lismo y producción. El periodista de Águila Mexicana al conocer la exis-
tencia de una fábrica de papel en el año 1826 significaba que :

« [. . .] es precisamente de mejicanos, que acostumbrándose progresi-


vamente al trabajo y ala industria, van saliendo de la apatía à que la
condenaba el régimen español, y formándose nuevas y saludables
costumbres. » 26

El Sol, anunciaba la venta de posesiones mineras, algunas de ellas ya


tecnificadas pues contaban con máquinas de vapor :

« Se venden acciones de intereses en que está legalmente gravada la


mina de San José alias La mina del cura en Temascaltepec, y en cuya
negociación se está colocando la maquina de vapor » 27
Los periódicos también informaban de los nuevos descubrimientos
hechos en otras partes del mundo, de los avances técnicos, de la nueva
productividad alcanzada, de los logros de la ciencia, e incentivaban a los
fabricantes mexicanos a mejorar su utillaje, sus máquinas, a conocer otras
actividades productivas. Era el dinamismo que imprimía el capitalismo,
era su internacionalización, su mundialización... y la creación de sus redes
de dependencia. Era la información, cada vez más fuente de poder, que se
alcanzaba con la prensa.
Periódicos que además insertaban en sus páginas cuestionarios que el
gobierno federal y de cada Estado mandaban a las instituciones regionales
y locales. Cuestionarios, estadísticas exhaustivas, minuciosas, que interro-
gaban a las autoridades locales sobre el número de sus pobladores, de ve-
cinos, de sus etnias, razas, esclavos, número de poblaciones, lugares, villas,
ciudades, tipo de cultivos, extensión de los mismos, beneficios que repor-
taban, número de cosechas, actividades industriales, número de máquinas,
producción de las mismas, importe mercantil. El nuevo Estado nacional

25 ídem, 23 de agosto de 1824.

26 ídem, 27 de julio de 1826.

27 El Sol 18 de septiembre de 1823.

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Construir y difundir 31

mexicano quería obtener información para gravar, para nacionalizar, para


unificar. La prensa a la vez que informaba, le informaba.
Actividad productiva y distributiva. Su Majestad el comercio, aspecto
significativo de la primera acumulación originaria de capital, también
entraba en escena. La prensa se revelaba como uno de los instrumentos
más precisos y valiosos para el fomento de la actividad mercantil y finan-
ciera. La información que se precisaba tenía que ser diaria y pública.
Información diversa para el conocimiento de las salidas de barcos, su car-
gamento, su destino, su llegada, sus capacidades, para la salida de correos,
el número de sus postas, su recorrido, su regularidad ; para la salida de
coches y diligencias con destino a las demás ciudades, para el conoci-
miento del emplazamiento de las casas de compra y venta, de empeño,
para los movimientos de los activos de las bolsas nacionales e internacio-
nales, para, como hemos visto, las ocasiones de inversión, de negocio.
Más. Disertaciones prácticas sobre distintos métodos de transportar los
monocultivos como el azúcar, cacao, café.

Comercio y bandera, esto es, comercio y nacionalismo, comercio y


burguesía. Comercio que seguía una de sus máximas, también en México.
La identidad nacional asumía una de las reivindicaciones más estereotipa-
das y notorias de la antigua colonia : la libertad comercial, que limitara y
gravara, que monopolizara, que condicionara sus beneficios.
A continuación reflejamos uno de los textos más lúcidos que hemos
podido leer en la prensa mexicana de los años treinta sobre las necesidades
y consecuencias de tener un comercio nacional no interferido por las po-
tencias extranjeras. Al respecto el fragmento de un diario mexicano que no
ocultaba sus intenciones : el Propagador Mercantil:

« Todos los días vemos que salen periódicos bastante ilustrados, en los
que se ventilan cuestiones muy útiles y se desarrollan con hacierto, pero
observamos con dolor que en ninguno se trata la importantísima del
comercio ; porque ¿ qué cosa más interesante para un pueblo que el
comercio i ¿ Qué es una nación sin él, sino una máquina sin
movimiento ? Su actividad, su vigor, y su vida la deben á esta fuente
inagotable de prosperidad común [. . .]
En números anteriores hemos fijado, por decirlo así, el mecanismo del
comercio : mas en este número y en algunos otros lo consideraremos
bajo un aspecto político, con relación á la misma nación, como fuente
de felicidad publica » 28

28 Propagador Mercantil, 25 de diciembre de 1833.

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32 CM. H. LB. Caravelle

« Vamos claros : el estrangero va haciéndose dueño del comercio mexi-


cano en todos los términos, sus resultados son faciles de preveer, y va
imponiéndose de todas circunstancias, que muy pronto no sabremos ni
lo que quiere decir industria en todas sus ramificaciones, pero ni aun
tal vez agricultura, que es á lo único y solo á que podríamos
dedicarnos. [. . .] ya no solamente somos tributarios en la compra de
géneros que se nos traen, sino que lo comenzamos á ser aun de la fruta
mas sencilla de la agricultura [. . .] nuestros infelices artesanos y
agricultores ; muy pronto seremos una república de mendigos [. ..] ¿ y
aún se preguntan por qué cada día vamos poniéndonos en términos que
la revolución sea nuestro elemento ? ¿ Se admira y se pregunta por qué
la república está plagada de ladrones, mendigos, ociosos y
vagabundos ? » 29

La división internacional del trabajo se estaba produciendo en el justo


momento en que México y las repúblicas hispanoamericanas accedían a
trasformar sus formaciones económico-sociales. México, a la vez que tras-
formaba su economía desde la colonia a la Nación, lo hacía en un con-
texto internacional predominantemente capitalista y gracias a ello. Capi-
talismo que se calificará con el adjetivo dependiente.
Introducción del capital extranjero en el Estado mexicano, necesidad
de éste, en especial británico, que se hacía notar desde las páginas de los
periódicos :

« Richards, Barclays y Cía., socios de Barclays Herring y Richardson y


Cía. tratando de establecerse en el país quieren informar á la clase
mercantil de las relaciones y compañías que tienen en las principales
ciudades de Inglaterra. » 3°

La diaria ciudad en los diarios

Los nuevos tiempos no se evidenciaban sólo en las nuevas máquinas,


los cambios en la producción o los nuevos productos nacionales. La
prensa, los diarios de las ciudades más importantes, eran testimonio de
ellos y sus colaboradores. Aparecieron los anuncios. Recurso de promo-
ción del diario al principio, fuente de ingresos del mismo en segundo
lugar. Como hemos visto, las ventas de propiedades amortizadas, vincula-
das, el empleo masivo de jornaleros, la tecnificación, lenta pero existente,
en resumen : la proliferación progresiva de relaciones de producción ca-
pitalistas en el agro hizo que las urbes aumentaran progresiva y considera-

29 ídem, 4 de enero de 1834.

30 El Sol, 22 de agosto de 1823.

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Construir y difundir 33

blemente su población durante el diecinueve31. Las distintas reglamenta-


ciones aboliendo los gremios de la colonia, la tecnificación de determina-
dos sectores industriales y también la progresiva y, en ocasiones, salvaje
competencia exterior iban dinamitando la estructura colonial.
Las ciudades, especialmente la de México32, se vieron invadidas por un
sinfín de personas en « busca del trabajo perdido » ; obligadas a consumir,
necesitaban trabajar. La prensa, su papel determinante, su poder - hasta
el cuarto -, su acta de nacimiento no se pueden explicar sin la ciudad.
Ciudad y prensa. Búsqueda incesante de trabajo. Una multitud de ar-
tesanos33 ofrecían sus habilidades : carpinteros, zurradores, zapateros,
tejedores, relojeros. Administrativos expertos « en el manejo de cuentas,
papeles y de letra regular » que ofertaban sus conocimientos en comercios
o tiendas. Matrimonios « decentes », hombres solteros, mozos, cocheros,
se ofrecían para el trabajo doméstico, prometiendo « saber cocina española
y francesa » o « hacer toda clase de servicios ». Maestros y maestras « de
amigas » - particulares - ofertándose en las páginas de los diarios daban
fe de sus conocimientos a un precio moderado, que reflejaba deficiencias
en la organización y nuevas necesidades docentes en los primeros mo-
mentos independientes ; traductores de francés, de latín, de inglés, de
español, incluso de « mexicano » ; academias de esgrima, de matemáticas,
de comercio, de idiomas.

No eran gratuitas. La publicidad de una de estas academias tenía gran-


des dosis de convicción por su pragmatismo económico :

« Las relaciones interesantes, asi comerciales como políticas que ha de


tener esta república con los Estados Unidos del Norte y la Inglaterra
son bastantes para hacer creer que la adquisición de dicho idioma es
una cosa deseada por los ciudadanos de esta Metrópoli. »^
Búsqueda incesante de alojamientos, de fondas, de cuartos, de casas,
aparición en las páginas de señoras « decentes » que alquilaban un cuarto a

31 Nicolás Sánchez Albornoz (comp.), Población y mano de obra tn América Latina,


Alianza Editorial, 1985.

32 En especial Regina Hernández Franyuti (comp.), La ciudad de México en la primera


mitad del siglo XIX, II Vol. Instituto Mora, México, 1994. Hira de Gortari y Regina
Hernández Franyuti, Memoria y encuentro : la ciudad de México y el Distrito Federal,
Departamento del Distrito Federal/ Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora, México, 1988.

33 Dos excelentes estudios contemplan el devenir del artesanado en la ciudad de México :


Sonia Pérez Toledo op. cit. y para la segunda mitad del siglo XIX, Carlos Illades, Hacia
la República del trabajo. UAM Iztapalapa-El Colegio de México, México, 1996.
34 Águila Mexicana, 23 de agosto de 1824.

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34 CM. H. LB. Caravelle

señores « decentes » establecidos en la ciudad. Maestros peluqueros


« recién llegados de la Corte de París » o de los Estados Unidos de Nor-
teamérica ofrecían sus múltiples variedades de peinados « a la última
moda » para el « secso amable » ; perfumistas también « llegados de París »
ofrecían sus milagrosos afeites a las damas y caballeros mexicanos. Perfu-
mes que tenían, al parecer de su propaganda difundida en los diarios, una
pluralidad de usos :

« Agua de la divina Venus.

No hay autor que no hable de que el amor á la hermosura ha hecho


que las amables estudien de día y de noche el modo mas seguro para
conservar la frescura y suavidad de la cutis, con cuyas armas salen
siempre con victoria. [. . .] es útil para quitar el paño, las pecas,
disminuir las señales de viruelas, quitar las arrugas de la cara, aclarar
y conservar la vista, y afianzar la dentadura, dando un esmalte el mas
agradable y seguro á la cutis : también pueden usarla los jóvenes para
evitar los barros, y principalmente después de afeitados para no padecer
de flucciones. » ^5

Movilidad que revelaba unas condiciones sociales, subsumidas ante-


riormente, expresadas en y con la revolución, ¿ sólo por la independencia ?
Esta conllevó más. Unas transformaciones sociales estructurales. Lentas,
contradictoras, paradójicas si se quiere, pero cambios cualitativos en la
estructura del Estado.

Pero la ciudad tenía, exigía necesidades. La prensa cumplía con su co-


metido. Las normativas de seguridad de la ciudad - las guardias de la
plaza - eran publicadas diariamente al comienzo del periódico. Así
mismo la reglamentación dada continuamente sobre sanidad y policía, las
vacunaciones semanales contra las principales epidemias, en especial vi-
ruela y sarampión, las denuncias por la falta de higiene en los estableci-
mientos asistenciales, la llegada de multitud de alimentos y artículos de
consumo importados que evidenciaban la existencia de una burguesía, de
una nobleza aburguesada, dispuesta y capaz de consumir, vestir con lujo,
decorar sus casas, ostentar, aparentar por los paseos y alamedas remodela-
das, remozados o abiertos en la nueva estructura urbana que se describía
con el aumento de la población.
Artículos que llegaban desde los Estados Unidos, desde Gran Bretaña,
desde Francia. Importaciones reclamadas por un consumo suntuario,
cuyos vendedores necesitaban, así mismo, dar noticia de su arribada, de su
contenido, de sus precios. Acontecía la prensa como vehículo de consumo,

35 El Sol, 26 de julio de 1 823.

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Construir y difundir 35

de información comercial. Aparecía la intersección : prensa y mercado,


prensa y distribución. El mercado, nacional e internacional, necesitaba de
medios que comunicaran sus productos, que « vendieran » sus productos.
Sus agentes de intercambio también. Es sintomático. Las famosas Guías de
Forasteros fueron editadas, la mayor parte de ellas, a partir de los años
veinte y treinta, cuando la ciudad iba tomando auge comercial, importan-
cia urbana, entidad capitalina.
Importaciones, entre otras, de estatuas de mármol de Washington,
Venus de bronce, cámaras oscuras, máquinas para copiar cartas, gorros de
paja, guantes, ridículos de terciopelo, ballenas para corsés, flores de todas
las clases finísimas, guirnaldas, chales, camisas de batista, hebillas, peine-
tas, medias de seda negras, pañuelos de Cambray.
Prensa que recogía la diversa problemática urbana y social de la ciudad.
Ciudad, prensa, problemática que la burguesía hacía suya. No era preci-
samente ajena a ella. Al contrario se preocupaba por incidir en los aspec-
tos, que desde diversos puntos del liberalismo - desde el conservador al
progresista y demócrata - creía reformables, conservables o susceptibles
de abolición. De esta forma multitud de artículos periodísticos denuncia-
ban las levas indiscriminadas de que eran objeto, dados los problemas del
reclutamiento del ejército ahora ya nacional36, no sólo los sujetos sociales
susceptibles de secuestro - vagos, mendigos, ociosos y delincuentes -
sino también la menestralía, los empleados y los pequeños comerciantes.
Aspecto que ya no entraba en sus parámetros. Relataba, a modo de serial,
las penas capitales en la horca de los malhechores a la vez que pedía casti-
gos ejemplares contra la « hez de la sociedad », protestaba por la mala
costumbre de depositar a la puerta de los hospitales los heridos y muertos
que en la noche la turbulenta ciudad había producido ; denunciaba el
aspecto desagradable que siempre, permanentemente siempre, tenía la
ciudad por la abundancia de mendigos, vagos y ociosos37 en los portales
de las iglesias, en los paseos, en las alamedas. Acontecía que « la ciudad
soñada » por la burguesía era la que los diversos artículos periodísticos,

36 La mayor parte de los ejércitos independientes establecieron no sólo el mérito y valor


como condición de ascenso en los empleos castrenses sino además, sintomáticamente, la
prohibición de hablar otra lengua que no fuera la nacional, es decir, el mexicano, el
peruano, el argentino... Es claro el rechazo a definirlo como español.

37 Juan Pedro Viqueira Albán, ¿ Relajados o reprimidos ? Diversiones públicas y vida social en
la ciudad de México durante el Siglo de las Luces, Fondo de Cultura Económica, México,
1 987. Teresa Lozano Armendares, La criminalidad en la ciudad de México, 1800-1821,
UNAM, México, 1987. María Cristina Sacristán, «El pensamiento ilustrado ante los
grupos marginados de la ciudad de México, 1767-1824» en Regina Hernández Franyuti
(comp.), La ciudad de México en La primera mitad del siglo XIX, II Vol. Instituto Mora,
México, 1994.

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36 CM. H. LB. Caravelle

reflejo de estas aspiraciones, enunciaban, pretendían, denunciaban, que-


rían conseguir. Aspectos que, muchos de ellos, estaba produciendo o había
producido la propia revolución y que después resultaban molestos, desa-
gradables y peligrosos para las máximas de orden, progreso y libertad del
nuevo Estado.

Un aspecto más en la construcción, a partir de la prensa, del nuevo


Estado-nación. Mujer, nación, nacionalismo y prensa :

« Señoritas mexicanas, ninguna nación del orbe os excede en hermo-


sura, y antes bien tenéis la ventaja de exceder a otras muchas en aquel
arte, gracia y donaire propias solo de nuestro suelo. Sois por lo mismo
capaces de lograr iguales o mayores triunfos por vuestros encantos, y
ningún tiempo más oportuno que el presente en que vuestra patria se ve
empeñada en sostener una lucha tan gloriosa, en que disputa nada
menos que su libertad. A los benéficos influxos de su clima debéis la
hermosura de esos rostros que embelesan a cuantos los ven : vuestra
delicada tez, la dulce modulación de vuestra voz y lo que es más la
innata docilidad de vuestros corazones son frutos del suelo americano.
Nada tenéis que no sea un precioso regalo de la liberal mano de vuestra
madre la América, y llegó ya el tiempo en que imperiosamente os pide
la ayudéis a sostener sus inviolables derechos. [. . .] pero ya exige que
todo el imperio que disfrutáis en los corazones americanos lo pongáis en
movimiento hasta lograr su completa libertad : que los inflameis y
fortalezcáis para que por último acaben de decidirse a tomar las armas
contra el déspota europeo. [. . .] Alentadlos a que abandonando el
centro de la esclavitud y despotismo que se ha cimentado en esta infeliz
capital corran presurosos a unirse a las banderas de la nación. Texed
preciosas guirnaldas de matizadas rosas, émulas de color hermoso de
vuestras mexillas y después de manifestárselas guardadlas en vuestros
cofres y decidles que no las pondréis en sus frentes sino cuando
incorporados en los exércitos americanos entren triunfantes en la
imperial México, tremolando las suspiradas banderas de nuestra
libertad. » 38

Eran las palabras de Quintana Roo, aquel insurgente « guadalupano »


que citábamos en la primera página de este estudio. Banderas, himnos,
armas, deudas de belleza, suelo americano, libertad, insurgencia, prensa
y... mujer. El nacionalismo, revolucionario, insurgente, convocaba, re-
clamaba para ser independiente a todas sus fuerzas, coercitivas e ideológi-
cas. El recurso al nacionalismo es notorio, no es una novedad. Lo que sí
resulta novedoso es la instrumentalización a través de la difusión de la

38 Semanario Patriótico Americano, 22 de noviembre de 1812

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Construir y difundir 37

lectura, en este caso de la prensa, que hace de las mujeres. Deudoras del
suelo, clima y bonanza del territorio convertido ahora en nación. Quinta-
na Roo utiliza todos los recursos retóricos y emocionales para atraer y
convencer al elemento femenino como vertiente fundamental y moviliza-
dor de la insurgencia. Recurso complementario a los coercitivos de levas y
reclutamientos. Consciente de los poderes de comunicación, no se des-
carta ninguna premisa para la convicción social. La nación mexicana que
era un mito en construcción, necesitaba del triunfo de su Estado - na-
cional - para dejar de serlo. Y la lucha es frontal y global contra las per-
vivencias coloniales. La opinión, su importancia, su aparición, insistimos,
no es gratuita. Es más, está históricamente determinada. Desde la libertad
de prensa, por la libertad de prensa, aparece como una condición de la
revolución : es pública.
No es así mismo gratuito que conforme avancen los tiempos el
público, esto es, los futuros clientes - en cuanto compradores de mer-
cancía y de ideología e información - del periódico también sean las
mujeres. Mujeres a las que hay que instruir, vender, nacionalizar, conven-
cer, educar, influir, acaparar. De ahí el nacimiento y la proliferación en la
prensa de artículos de variedades dedicadas a ellas, e incluso la aparición
prematura de periódicos exclusivamente dedicados al « secso amable » : El
Correo de las Damas (1811), La mujer constitucional (1821), ambos en La
Habana.

Aún más. Las pretensiones de igualdad y libertad, máximas liberales


francesas, máximas doctrinales de la burguesía, eran lo suficientemente
interclasistas como para movilizar a campesinos y capas populares capaces
de combatir por ellas. Pero la eclosión liberal afectó, antes de lo que quizá
pensemos, a las desigualdades sexuales. En 1824 Águila Mexicana publi-
caba en sus páginas este texto feminista :

« Mujeres

En la sociedad el bello secso tiene razón, pero en los tribunales casi


siempre se lo niegan. Esta naturaleza à dado à nosotras órganos
diferentes de los hombres ; mas haciendo necesarios los unos á los otros,
esa naturaleza no ha pretendido que la union forme esclavitud. [...]
Bella razón para tener un amo. ¿ Por qué un hombre tiene pelo en la
barba y está precisado á rasurarse, y que yo teniendo lisa esté obligada á
obedecerle ?¿ No basta que un hombre después de haberme desposado
tenga derecho para darme una enfermedad de nueve meses que algunas
veces es mortal ? ¿ No basta que pariendo yo con infinitos dolores un

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38 CM. H. LB. Caravelle

varón, que cuando sea mayor me llamará ante los tribunales y que allí
me diga : obedéceme i » $9

Como vemos la sociedad mexicana estaba cambiando, ¿ lo hacía sólo


en función de la independencia ? Cambios más estructurales que coyuntu-
rales afectaban a toda la sociedad.

£1 cartel de la nación

La unificación de la antigua realidad colonial no era tarea fácil. Aparte


de los aspectos contributivos, económicos, militares, políticos, acontecían
las transformaciones culturales, ideológicas, mentales. Cambios, sin duda,
más lentos que los anteriores. El recurso al papel impreso se hizo necesa-
rio. No sólo era útil saber leer, sino saber quiénes y dónde enseñaban. El
Estado-nación se construía a partir de las manifestaciones culturales exis-
tentes con anterioridad o creadas por necesidad ; con todo, se emitía con
un mensaje diferente, cualitativamente diferente. La prensa informaba del
acontecer urbano, de sus manifestaciones culturales, de sus horarios, de
sus precios, de sus problemas. Las funciones de teatro alternaban su as-
pecto lúdico con el compromiso político, obras novedosas con contenidos
políticos claros : « Donde las dan las toman », « Las señoritas educadas a la
ultima moda », « El prisionero de guerra », « El liberal entre cadenas »,
« El Despotismo abatido », etc. O bien funciones cuyo argumento, anti-
guo, era adaptado políticamente. Funciones teatrales combinadas al prin-
cipio, en el intermedio y al final con canciones cuya música era lo sufi-
cientemente conocida y popular como para que el público pudiera ento-
nar una letra creada al expreso con contenidos políticos coyunturales.
Letra de la canción que aparecía en esos mismos días de las representacio-
nes teatrales en las páginas de los periódicos. Si bien en otras ocasiones las
canciones eran suficientemente conocidas como para que el público las
entonara sin problemas, como por ejemplo « El Trágala ».
Prensa que servía así de vehículo complementario de otros medios de
comunicación en los orígenes del Estado-nación. Cuya eficacia comuni-
cativa, si bien se estaba desarrollando, tenía que crecer aún. Aparecía la
Patria, surgían las canciones evocadoras y exaltadoras de ella, acontecían
las canciones patrióticas, los himnos nacionales. Prensa no obstante que
trataba de educar para los comportamientos de la sociedad civil :

« El teatro se ha hecho para la diversion de los espectadores. Parece que


algunos solo van á él á platicar en el tiempo de las escenas, ó actos, pu-
diendo quedarse afuera sus tertulias de conversaciones y escusarse así de

39 Águila Mexicana, 18 de julio de 1824.

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Construir y difundir 39

perturbar y distraer á los que van con el objeto de atender á lo que se


representa, que son los más, como de incurrir en la nota de faltas de
política y de respeto. » 40

Cartel y cartelera
Información de los distintos bailes, tanto aristocráticos como popula-
res, que se celebraban en la urbe ; de las tertulias, de las fiestas, de las pe-
leas de gallos, de las corridas de toros, de los espectáculos novedosos de
paso por la ciudad, de las distintas diversiones populares y burguesas, así
como reseñas de los acontecimientos más significativos o significantes que
puedan servir de pauta aleccionadora de los nuevos parámetros burgueses.
Información y normas de comportamiento. Instrucciones que se publica-
ban para que la sociedad mantuviera una actitud correcta, civil, civili-
zada... burguesa, liberal. Eran otros parámetros, y otras normas de con-
ducta, las que se trataban de imponer, de establecer, normas clasistas,
normas morales. Teatro, bailes en las mismas funciones teatrales someti-
dos a una normativa moral que entroncaba con la religiosa :

« El baile debe ser con mas recato de parte de algunos bailarines para
que no se escandalicen algunos piadosos concurrentes. Se nos dice que
algunos salieron del teatro con ánimo decidido de entrar en ejercicios, á
fin de lavar la mancha que contrageron con sus miradas á las
bailarinas » 41

Prensa aglutinadora, interclasista, amalgamada, que conforma la revo-


lución liberal mientras ésta triunfa. Divergente, enfrentada y prolífica
cuando crezca el Estado nacional, al tiempo que las diversas fracciones de
clase, o los antagonismos que conlleva el triunfo burgués se manifiesten
bajo el marco que el estado liberal para su triunfo ha creado.
Educación y conciencia, conciencia en la necesidad de educación y
educación consciente de tener que enseñar una conciencia nacional. Insis-
timos. Maestros de primeras letras, de idiomas, de aspectos comerciales, se
ofertaban desde las páginas de los periódicos. Era la enseñanza particular,
privada, personalizada. La oficial, al igual que en España, era responsabili-
dad de los cabildos. La prensa publicaba los avisos de los ayuntamientos
para la celebración de exámenes para maestros de primeras letras. Exáme-
nes, que requerían un conocimiento global de las materias exigibles del
nuevo Estado-nación. Estas eran : conocimientos en el método teórico-
práctico para saber escribir « conforme á nuestro sistema », ortografía,

40 Propagador Mercantil, 4 de enero de 1834.

^ Águila Mexicana, 25 de marzo de 1826.

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40 CM. H. LB. Caravelle

gramática castellana con demostraciones prácticas, aritmética, leer núme-


ros arábigos y romanos, sumar, restar, dividir y multiplicar, quebrados,
proporciones aritméticas, ganancias y pérdidas del tanto por ciento, rédi-
tos, testamentos y participaciones por partes iguales y desiguales, doctrina
cristiana, fundamentos de los Misterios de Nuestra Católica Religión,
principios de urbanidad y conocimientos de los Derechos del Hombre.42
Enseñanza, escuelas y... libros. Una auténtica catarata de ellos inun-
daba las librerías, novedades que se anunciaban desde, una vez más, las
páginas de los diarios. Libros de filología : diccionario de ortografía, de
lengua castellana, inglesa, francesa, latina ; de ciencias experimentales y
exactas : manuales de autores famosos de física, biología, definiciones y
elementos de todas las ciencias, principios de medicina, de matemáticas,
de aritmética ; de geografía : tratados de diversos países de América, Eu-
ropa, mapas de España, de las costas americanas, rutas comerciales interio-
res y exteriores de cada país, tratados de climas, vegetación, de recursos
geológicos y naturales ; de pensamiento político, económico y filosófico :
una pluralidad de autores como Rousseau, Bossuet, Burke, Smith, Ricar-
do, Say, Siéyès, Benthan, de las Casas ; religiosos : misales de cámara,
historias sagradas, catecismo pastoral ; jurídicos : constituciones de Fran-
cia, España, de las repúblicas hispanoamericanas, de Estados Unidos,
códigos civiles y penales de Francia, de diversos estados de Norteamérica,
tratados de los Derechos del Hombre ; biografías, odas y cantos a todos
los líderes insurgentes : Guadalupe Victoria, Morelos, Hidalgo y también
Bolívar, San Martín, Sucre. Y en especial libros históricos : obras
coetáneas de las diversas revoluciones que cobraban una trascendental
importancia ya que las naciones empezaban a construir su propia historia
nacional desde la independencia.
Al tiempo que surgía la nación se construía su propia historia y se di-
fundía a través de la prensa. Periódicos que no sólo la anunciarán sino que
progresivamente la incorporarán en sus páginas reservando un espacio
para sus entregas periódicas. No sólo se conquistaba el Estado, se tenía
que explicar, justificar y crear su historia para que existiera como tal, para
que tuviera mitos, héroes, libertadores, símbolos románticos cohesionado-
res. Así, una vez triunfe la revolución, el gobierno argentino no tenía in-
conveniente en felicitar al mexicano. Ambas historias seguían un devenir
común :

42 Josefina Zoraida Vázquez, (coord.), La educación en la historia de México, El Colegio de


México, México, 1992 y Josefina Zoraida Vázquez y otros, Ensayos sobre la historia de la
educación en México. El Colegio de México, México, 1985. Dorothy Tanck Estrada, La
educación ilustrada, 1786-1836. Educación primaria en la ciudad de México, El Colegio
de México, México, 1984.

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Construir y difundir 4 1

« Con sin igual complaciendo, hemos recibido y existe en nuestro poder


la Historia apologética de la revolución de Nueva España, Antigua-
mente Anáhuac, ó verdadero origen y causas de ella con la relación de
sus progresos hasta el año 1813. Esta es muy interesante colección de
documentos que honran la conducta de los países de América en la
gloriosa época de su revolución, y que la posterioridad apreciará como
un presente, digno del siglo 19 [. . .] La obra se ha publicado en dos
volúmenes, y la recomienda para nosotros muy singularmente, á mas de
su mérito, el estar dedicada al invicto pueblo argentino en su asamblea
Soberana de Buenos Aires » 43

Una última constancia. Una vez hecha la revolución, en cuanto a de-


sarrollo, devenía crecer. . . la economía capitalista, claro.

« Mas como en nuestro concepto la causa principal de tan sensible falta


consiste en el fastidio insoportable que dejan estas disputas odiosas de
partido, que se han apoderado esclusivamente de la prensa en épocas de
revolución y trastornos, hemos creído que sería hacer un positivo y no
despreciable servicio á nuestros compatriotas, el ofrecerles un nuevo pe-
riódico, ecsento de aquellos vicios, y dedicado únicamente á promover
sus adelantos y mejoras por medio del cultivo de la literatura, de las
ciencias, y de las artes de la paz. [. . .]

En Puebla, principalmente, donde el espíritu de especulación y de in-


dustria, recibe cada día mayor impulso, y donde á merced de él
desaparecen como por encanto la antigua miseria y desnudez de los
artesanos, y la hidrópica sed de empleos en las demás clases, ¿ qué buen
suceso podría esperar un periodista, que en vez de alentar al trabajo, á
la constante y útil ocupación, á la paz y confraternidad se propusiera
resucitar aquella antigua y detestable polémica, y con ella los odios de
la desunion y la inmoralidad ? [. . .] La política no tendría lugar en él,
sino para comunicar los artículos y noticias interesantes. » 44

Consumada la revolución, convenía negarla. Incluso su vertiente


política. Las contradicciones sociales desbordaban a las nacionales. Verifi-
cada la cuestión nacional, acontecía la cuestión social. La revolución, a
partir de este momento, no sólo se tergiversaba : se escondía, se empezaba
a negar. Interpretación coetánea que la historia oficial, española y ameri-
cana, prosiguió, en clara colaboración con la explicación del Estado del
que era subsidiaria.

Aò_Idem, 14 de septiembre de 1814.

44 Abeja Poblana, 18 de febrero de 1841. Prospecto.

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42 CM. H. LB. Caravelle

RESUMEN . - Fundado en un cuestamiento de la historiografía


« tradicional », este artículo propone una visión mucho más amplia - y no
estrictamente política - del proceso de Independencia y de la formación del
Estado nacional. Así aparece la prensa, « nacional » y regional como el ervelador
por excelencia de las tensiones que actúan en el seno de una revolución
notablemente preocupada por la cuestión social.

RÉSUMÉ. - Fondé sur une reconsidération de l'historiographie


« traditionnelle », cet article propose une vision beaucoup plus large - et non
strictement politique - du processus d'Indépendance et de la formation de l'Etat
national. La presse « nationale » et régionale, apparaît ainsi comme le révélateur
par excellence des tensions à l'oeuvre dans le cadre d'une révolution qui fait une
place de choix à la question sociale.

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