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Fenomenología de Edmund Husserl

Filosofía

La fenomenología es un estudio que basa el conocimiento en los fenómenos de la conciencia.


Desde esta perspectiva, todo conocimiento se basa en cómo la conciencia interpreta los
fenómenos.

Este método fue desarrollado inicialmente por Edmund Husserl (1859-1938) y, desde entonces,
tiene muchos seguidores en la Filosofía y en varias áreas del conocimiento.

Para él, el mundo solo puede entenderse a partir de la forma en que se manifiesta, es decir, de
cómo aparece a la conciencia humana. No hay mundo en sí mismo ni conciencia en sí mismo. La
conciencia es responsable de dar sentido a las cosas.

En filosofía, un fenómeno simplemente designa la forma en que una cosa aparece o se manifiesta
al sujeto. Es decir, se trata de la apariencia de las cosas.

Así, todo conocimiento que tiene como punto de partida los fenómenos de las cosas puede
entenderse como fenomenológico.

Con eso, Husserl afirma el protagonismo del sujeto ante el objeto, ya que le corresponde a la
conciencia atribuirle sentido al objeto.

Una contribución importante del autor es la idea de que la conciencia es siempre intencional,
siempre es conciencia de algo. Este pensamiento va en contra de la tradición, que entendía que la
conciencia tenía una existencia independiente.

En la fenomenología de Husserl, los fenómenos son la manifestación de la conciencia misma, por


lo que todo conocimiento es también autoconocimiento. Sujeto y objeto acaban convirtiéndose en
una misma cosa.

¿Qué es un fenómeno?

El sentido común entiende un fenómeno como algo extraordinario o inusual. Por otro lado, el
concepto del término en el vocabulario de la filosofía representa, pura y simplemente, cómo
aparece o se manifiesta una cosa.

Fenómeno se origina en la palabra griega phainomenon, que significa «lo que aparece»,
«observable». Por tanto, fenómeno es todo aquello que tiene una aparición, que se puede
observar de alguna manera.

Tradicionalmente, la apariencia se entiende como la forma en que nuestros sentidos aprehenden


un objeto, en contraposición a la esencia, que representa cómo serían realmente las cosas. En
otras palabras, cómo serían las cosas por sí mismas, la «cosa en sí».

Esta relación entre aparecer y ser es crucial para comprender los fenómenos y la fenomenología.
Husserl buscó llegar a las esencias desde la intuición generada por los fenómenos.
Teoría fenomenológica de Husserl

El gran objetivo de Husserl con su Fenomenología fue la reformulación de la filosofía. Para él, era
necesario refundar la filosofía y establecer la fenomenología como método, sin que esto
constituyera la ciencia propuesta por el positivismo.

La filosofía debe volverse hacia la investigación de las posibilidades y límites del conocimiento
científico, alejándose de las ciencias, sobre todo, de la psicología, que analiza los hechos
observables, pero no estudia las condiciones que conducen a esta observación. El estudio de los
fundamentos de la ciencia recaería en la filosofía.

Los fenómenos se entienden por la representación que hace la conciencia del mundo. La
comprensión debe entenderse siempre como «conciencia de algo». Con esto, el autor niega la idea
tradicional de la conciencia como una cualidad humana vacía que puede llenarse de algo: Toda
conciencia es conciencia de algo.

Esta diferencia sutil pero relevante trae consigo una nueva forma de concebir el conocimiento y
representar el mundo.

Las cosas del mundo no existen por sí mismas, así como la conciencia no tiene independencia de
los fenómenos. Existe una fuerte crítica a la separación entre sujeto y objeto, tradicional en la
ciencia.

Para Husserl, el conocimiento se construye desde numerosas y pequeñas perspectivas de la


conciencia, que cuando se organizan y eliminan sus particularidades, producen intuición sobre la
esencia de un hecho, idea o persona. Estos se denominan fenómenos de conciencia.

Para la fenomenología de Husserl, sujeto y objeto tienen una existencia compartida.

Husserl entiende que esta reformulación podría hacer que la filosofía supere su crisis y sea
entendida, definitivamente, como una concepción metódica del mundo. Afirma la existencia de
«elementos de conocimiento trascendentales», que son acumulaciones que condicionan la
experiencia de los individuos en el mundo.

Para él, la experiencia, pura y simplemente, no se configura en la ciencia, y ese conocimiento tiene
una intencionalidad. El conocimiento no se produce, sino por una necesidad y un acto intencional
de conciencia.

Lo que Husserl quiso decir es que los fenómenos son manifestaciones que solo tienen sentido
cuando son interpretadas por la conciencia.

Así, la conciencia de algo varía según el contexto en el que se inserta. Corresponde al filósofo
interpretar los fenómenos, única y exclusivamente, tal como aparecen.

Apariencia y esencia en fenómenos

Platón (427-348), en su «teoría de las ideas», afirmó que la apariencia de las cosas es falsa y el
conocimiento verdadero debe buscarse mediante el uso exclusivo de la razón. Para él, los
fenómenos son defectuosos, porque nuestros sentidos son fuentes de engaño.
Este pensamiento influyó en todo el pensamiento occidental y su separación y jerarquización entre
el alma (razón) y el cuerpo (sentidos).

Aristóteles (384-322), discípulo crítico de Platón, mantuvo este pensamiento de superioridad entre
la razón y los sentidos, pero dio una apertura a la relevancia de los sentidos en la construcción del
conocimiento. Para él, aunque los sentidos son defectuosos, son el primer contacto de las
personas con el mundo y esto no debe pasarse por alto.

En la filosofía moderna, las cuestiones relacionadas con la adquisición de conocimientos, de


manera simplificada, se disputaban entre el racionalismo y su opuesto, el empirismo.

Descartes (1596-1650), como representante del racionalismo, afirmó que solo la razón puede dar
fundamentos válidos para el conocimiento.

Y, el empirismo radical, propuesto por Hume (1711-1776), atestigua que en medio de la


incertidumbre total, el conocimiento debe basarse en la experiencia generada por los sentidos.

Kant (1724-1804) buscó unir estas dos doctrinas reforzando la importancia de la comprensión,
teniendo en cuenta los límites de la razón. Para él, uno nunca puede comprender la «cosa en sí»,
la comprensión de los fenómenos se basa en la comprensión y los esquemas mentales interpretan
las cosas del mundo.

Hegel y la fenomenología del espíritu

La Fenomenología del espíritu de Hegel (1770-1831) propone que la manifestación del espíritu
humano es la historia. Esta comprensión eleva la fenomenología a un método científico.

Para él, la historia se desarrolla de una manera que resalta el espíritu humano. Hay una
identificación entre ser y pensar. Esta relación es la base de una comprensión del espíritu humano
como construido social e históricamente.

Como ser y pensar son una misma cosa, el estudio de las manifestaciones de los seres es también
el estudio de la esencia misma del espíritu humano.

Referencias bibliográficas

Ideas para una fenomenología pura y para una filosofía fenomenológica – Edmund Husserl;

¿Qué es la fenomenología? – André Dartigues;

Invitación a la filosofía – Marilena Chauí.

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