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La teoría psicológica del envejecimiento se refiere a los cambios conductuales relacionados

con las influencias ambientales que se reflejan positiva o negativamente en el adulto mayor. Estos
cambios psicológicos se acentúan cuando la misma persona los nota a nivel físico y biológico y
generan una pérdida -real o subjetiva-, de la independencia que vivía hasta entonces.
Durante la vejez el desarrollo individual se regula externamente al propio individuo en
función del ambiente físico, cultural y social que le rodea. A lo largo de la vida, los factores
sociales, psíquicos y biológicos son quienes determinan la salud mental de las personas. Muchos
adultos mayores pierden independencia por perdida de movilidad, dolor crónico, fragilidad u otros
problemas mentales o físicos, de modo que necesitan asistencia a largo plazo. Además, son mayores
las experiencias como el dolor, pérdida del nivel socioeconómico y la discapacidad. Estos factores
pueden ocasionarles aislamiento, pérdida de la independencia, soledad y angustia.
El envejecimiento psicológico ocurre cuando disminuyen las capacidades psicológicas. Este
proceso es irreversible y produce varios cambios en el adulto mayor que afectan a la memoria,
inteligencia, lenguaje, atención, procesado de la información, creatividad y afectividad emocional.
La aparición de estos cambios dependerá exclusivamente de la genética del anciano, así como
también de su salud física, actividad social e intelectual, nivel educativo, dedicación laboral,
ingresos económicos, entre otros factores. Eso significa que no todo adulto mayor experimentará los
mismos cambios, ya que dichos factores serán distintos en cada persona.
Los cambios psicológicos que se dan en el envejecimiento se manifiestan sobre todo en la
memoria, atención, lenguaje, afectividad emocional, creatividad, inteligencia, cambio de roles, y
diferencias en el entorno familiar.
El envejecimiento psicológico produce cambios en toda el área social de una persona de la
tercera edad. Esta condición también se refleja a nivel psicológico y familiar. En el siguiente cuadro
se hace un resumen respecto a los mismos:
CUADRO 1. Principales cambios psicológicos en el adulto mayor.
CAMBIO
MANIFESTACIONES
PRESENTE
Afectividad Depende de la personalidad del individuo y la capacidad de enfrentar cambios y
emocional pérdidas. El principal cambio esperado es la adaptación al proceso de pérdidas y sus
respectivas etapas de duelo que ocurrirán de manera habitual en esta etapa.
Aprendizaje El aprendizaje verbal tiene un claro declive a partir de los 60 años; pero mejora la
ejecución en razonamiento, resolución de problemas y otras habilidades cognitivas
complejas. Cambia el ritmo de aprendizaje pero se mantiene la capacidad de adquirir
nuevos conocimientos, sólo se necesitará mayor tiempo para ello.
Inteligencia Se mantiene estable aunque puede enlentecerse, esto se manifiesta con fatiga intelectual,
pérdida de interés, dificultades en la concentración y aumenta el tiempo de respuesta
frente a los problemas. Horn menciona que la inteligencia producto del aprendizaje
(cristalizada) se mantiene pero se deteriora la inteligencia fluida.
Lenguaje Esta capacidad se mantiene en lo general, los cambios que ocurren se reducen a la
dificultad en la denominación o evocación de palabras y en una reducción de la fluidez
verbal, aspectos como el vocabulario o la expresión verbal mejoran de acuerdo a las
PSICOLÓGICOS

experiencias acumuladas.
Memoria La inmediata permanece sin alteraciones. La memoria reciente muestra déficits para
recordar hechos recientes. La ley de Ribot explica que el adulto mayor puede tener
dificultad para recordar hechos recientes pero no los remotos.
Pérdida de La autoestima se encuentra asociada con la salud, las actitudes hacia el envejecimiento y
autoestima la satisfacción con la vida pasada. Tener buena autoestima es un indicador positivo de la
adaptación a circunstancias difíciles aún es favorable. Las consecuencias de esta pérdida
se reflejan a nivel físico y somático, si bien, Baltes y Coleman mencionan que en el
adulto mayor la autoestima se mantiene estable y en niveles altos.
Pérdida del Erickson, Sherman y Frankl, consideran la última etapa de vida como la integración
sentido o versus la desesperación. La personalidad y el desarrollo es un proceso inacabable en el
significado de la que se mezcla la aceptación de la propia realidad con el abandono de proyectos y la
vida pérdida de la esperanza. El vacío existencial se produce en el propio ser y puede
desencadenar distintos síntomas depresivos.
Procesamiento de Enlentecimiento general que se refleja en la emisión de respuestas. Los factores que lo
información aumentan son: estado de ánimo negativo, preocupación ante pérdidas, ansiedad.

Rol individual La capacidad y la personalidad son a nivel individual de acuerdo a los roles que esté
viviendo (abuel@, esposo, padre, etc). En el envejecimiento puede aparecer la
fragilidad, dependencia y enfermedad, condicionando un importante cambio de roles de
SOCIALES

cuidado al interior de la dinámica familiar.


Rol social Disminución en la convivencia con redes sociales y relaciones interpersonales, aumento
en la distancia intergeneracional. Aparición de prejuicios y mitos. En conjunto, puede
provocar sensación de aislamiento, tristeza crónicas, estados de ansiedad, depresión,
labilidad emocional, trastornos del sueño, dificultad para relacionarse, etc.

Estructura familiar Ocurren por los cambios sociales que acontecen durante el envejecimiento.
FAMILIARES

Estos cambios pueden ser benéficos o negativos. La pérdida de poder o valor dentro de la
familia puede ocasionar el ser relegado por otros miembros del grupo, disminución de la
independencia, autonomía, dependencia en el cuidado y aparición de maltrato.

Fuente: Elaboración propia con base en Castanedo y Milagros.

Es importante reconocer y tratar en caso necesario todo cambio mental en el adulto mayor,
de no hacerlo, pueden dificultar el manejo de problemas de salud, especialmente en presencia de
enfermedades crónicas; al envejecer aumentan las probabilidades de tener pluripatologías.
Algunas de las señales de advertencia de trastornos mentales que pueden suceder en el
adulto mayor incluyen los cambios en el estado de ánimo o el nivel de energía, hábitos alimenticios
o de sueño, aislamiento, confusión, olvido, enojo, molestia, preocupación, miedo asustado, pérdida
de interés o apatía, padecer dolores y molestias inexplicables, sentimiento de tristeza o
desesperanza, adicciones (aumento en consumo), ira, irritabilidad, agresividad, pensamientos
atávicos, recuerdos repetitivos y alucinaciones auditivas. Todo lo anterior, puede llevar a lastimarse
a sí mismo o a los demás.
Con la aparición de cambios mentales o psicológicos, aumenta la vulnerabilidad del adulto
mayor al maltrato físico, sexual, psicológico, emocional, económico o material. Esto causa
problemas psíquicos de carácter crónico, como la depresión y la ansiedad. La demencia y la
depresión en los ancianos son problemas de salud pública en cuanto a la prevalencia de trastornos
mentales, neurológicos y por abuso de sustancias psicotrópicas, por lo que también debe tomarse en
cuenta como un problema social. Su detección oportuna permite aplicar las intervenciones
psicosociales y farmacológicas pertinentes.
Una buena asistencia sanitaria y social en general es importante para mejorar la salud,
prevenir enfermedades y tratar los padecimientos crónicos de las personas mayores. Por lo tanto, es
importante capacitar a todo el personal sanitario que debe enfrentarse con los problemas y
trastornos relacionados con la vejez: esto evitará o disminuirá el impacto negativo en su calidad de
vida.
Bibliografía:

1. Castanedo, C. P.  y Sarabia, C. M.  (2013). Cambios Psicológicos, social y familiares


asociados al proceso de envejecimiento.  Enfermería en el envejecimiento. Universidad de
Cantabria.
2. Milagros, Martín (2001). Envejecimiento y cambios psicológicos. Trabajo monográfico del
curso virtual de educación para el envejecimiento.  Montevideo.

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