Lesiones observadas en intoxicaciones accidentales con
Cestrum parqui (L'Herit) en bovinos
Las lesiones en catorce vacas, que fueron envenenados naturalmente por Palqui (parqui Cestrum), se describen en este informe. Llegaron al Servicio de Patología Diagnóstico de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción, Chile. Las necropsias de los animales mostraron hemorragias en el pericardio, epicardio, endocardio, el intestino, el timo y el músculo esquelético; así como los pulmones con edema y congestión. El hígado era de color rojizo-anaranjado y la apariencia "nuez moscada", la pared de la vesícula biliar presenta edema y hemorragias. La lesión más característica microscópica en el hígado fue necrosis centrilobulillares y vacuolización irregular del citoplasma por los hepatocitos periféricos de la lesión y una ligera proliferación de las conductas biliares. La lesión hemorrágica característica de la intoxicación por palqui podría estar relacionada con una disminución de los factores de coagulación causados por la disfunción hepática. INTRODUCCIÓN El Palqui (Cestrum parqui, L’Herit) es un arbusto nativo del cono sur de América. En Chile se encuentra distribuido desde la III a la X Región, tanto en zonas de riego como de secano, también se encuentra en Australia donde fue introducida como planta ornamental. Se caracteriza por ser una planta perenne, de 1 a 2 m de altura y de tallos leñosos; posee hojas alternas, lanceoladas y enteras; las flores, de color amarillo, se encuentran dispuestas en racimos; los frutos son bayas de color violáceo a negro. El arbusto presenta un olor desagradable característico por lo que es rechazado por el ganado. Sin embargo, puede ser consumido por animales recién llegados al sector con palqui o cuando es el único forraje verde existente en el potrero, causando intoxicaciones accidentales. Sus principales compuestos tóxicos son alcaloides y glucósidos, con efecto atropínico. Aunque toda la planta no es tóxica pero los rebrotes y los frutos son de mayor toxicidad. En Chile las intoxicaciones son más frecuentes en verano hasta mediados de otoño, debido a la escasez de forraje y al regreso de las veranadas. Los signos clínicos aparecen bruscamente: Estado de excitación, incoordinación, temblores musculares, sudoración, dolor abdominal, anorexia y disnea. La muerte ocurre de 4 a 8 horas de iniciada los signos clínicos Dosis letal para bovino 10 g materia seca/Kg de peso vivo Principales lesiones observadas en intoxicaciones experimentales en bovinos y ovinos: Petequias en rumen, bazo, timo, linfonódulos, epicardio, pericardio y endocardio, áreas hemorrágicas en intestino, edema en la pared de la vesícula biliar e intestino grueso(además heces endurecidas). La lesión más característica se encuentra en el hígado observándose aumentado de tamaño y con finas áreas rojizas oscuras rodeadas de zonas más claras . MATERIAL Y METODOS Se analizaron las lesiones de 14 bovinos, provenientes de las VII y VIII Regiones, con diagnóstico de intoxicación por palqui, recibidos para necropsia en el Servicio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción entre los años 1992 y 1998. Del total de casos, 8 correspondieron a bovinos jóvenes y 6 a adultos, los que se encontraban pastoreando en praderas naturales. En todos los casos se realizó necropsia, obteniéndose muestras para examen histopatológico. RESULTADOS Y DISCUSION Todos en la necropsia, presentaron:
Tejido subcutáneo y muscular de la pared torácica hemorragias
(también en mucosas y timo) Pulmones congestivos, edematosos y con petequias Tráquea congestión y petequias Corazón hemorragias severas (petequias y equímosis) localizadas, especialmente, en el surco coronario, y en los surcos interventriculares, incluyendo el tejido adiposo (figura 1). Endocardio de ventrículos con equímosis. Hemorragias en la adventicia de los troncos vasculares de la base del corazón. Cavidad abdominal ascitis leve (en 7 casos) (cuadro Nº 1). Hígado consistencia firme, color anaranjado a rojizo, con algunos puntos hemorrágicos de 0,2-0,5 cm de diámetro, distribuidos por todo el órgano. En superficie aspecto finamente reticulado, con colores rojos a anaranjados alternados (figura 2), este mismo aspecto también se observó en las superficies de corte Vesícula biliar edematosa y con petequias (figura 3); un aspecto edematoso también en colédoco y de su recorrido periférico en su recorrido hacia el duodeno; Páncreas pequeñas hemorragias Abomaso e intestinos congestivos, con zonas hemorrágicas y edema de la pared, afectando principalmente la parte inicial del duodeno. Riñones y bazo sin alteraciones macroscópicas significativas. La alteración histológica más importante se encontró en el hígado, con una severa necrosis centrolobulillar. En los casos más intensos el centro de los lobulillos presentó una pérdida importante de hepatocitos, con hemorragias subsecuentes hacia el cordón hepático. Los hepatocitos de la zona intermedia del lobulillo estaban aumentados de tamaño, el citoplasma se observó eosinofílico y con vacuolización irregular. En algunos casos se encontraron glóbulos hialinos citoplasmáticos que corresponden a la desnaturalización de las proteínas citosólicas. Algunas células de Küpffer de esta zona se observaron levemente aumentadas de tamaño. Los hepatocitos de la zona periférica del lobulillo desplazaron al núcleo de su posición central, sin alteraciones de su estructura. En los casos con daño más extenso se apreció una proliferación de las células de los conductos biliares, fibrosis interlobulillar e infiltración de linfocitos, eosinófilos y escasos polimorfonucleares. En el corazón, se presentaron pequeñas hemorragias. Las células musculares mostraron leve tumefacción. En los casos más severos se observo miolisis de algunas fibras con hemorragias subsecuentes. En los pulmones se apreció intensa congestión, edema y un moderado enfisema. En los riñones se observó congestión de los capilares. El citoplasma de las células de los túbulos renales se presentó vacuolizado y glóbulos proteináceos en el espacio capsular.
En el duodeno se apreció congestión y enteritis catarral o hemorrágica. Las
muestras enviadas para estudio bacteriológico no presentaron desarrollo de microorganismos patógenos que hubieran estado involucrados en la muerte de los animales hasta las 72 horas de cultivo. Las lesiones macroscópicas y microscópicas, junto con la existencia endémica de palqui en la zona centrosur y la época del año, permitieron presumir un diagnóstico de intoxicación por el consumo de esta planta. La mayoría de los casos ocurrieron entre los meses de noviembre a abril. En las VII y VIII Regiones el palqui crece abundantemente en los sectores aledaños a ríos y en zonas de la precordillera y cordillera, por lo que las intoxicaciones accidentales con palqui adquieren relevancia en épocas de escasez de forrajes verdes. La mayoría de los casos reportaron síntomas de excitación, incoordinación, postración y muerte entre 12 a 48 horas de iniciados los síntomas, y en dos de los casos estudiados ocurrió la muerte sin observación de síntomas previos; estas diferencias en la presentación del cuadro, se deberían a la cantidad de hojas y/o frutos consumida, al estado vegetativo de éste, y al estado general del animal.
Principios activos del cestrum parqui: alcaloides y glucósidos, tales como
saponinas (acción irritante sobre la mucosa digestiva, degeneración del tejido hepático y pueden permanecer en circulación enterohepática lo que genera la necrosis hepatica), gitogeninas (glucósidos cardiotónicos que genera bradicardia, bloqueo atrioventricular y el paro cardiaco causante de la muerte), digitogeninas, tigogenina y gitoxigenina. Hubo daños en hígado, vesícula y colédoco. El daño hepático observado permite explicar la sintomatología nerviosa descrita en los animales intoxicados.
La confirmación del cuadro se basó lesiones principalmente "reticulado tóxico" del
hígado. (histológicamente necrosis centrolobulillar, hepatocitos en la zona periférica del lobulillo y con marcada vacuolización irregular del citoplasma). También se observo en los espacios periportales una hiperplasia de canalículos biliares en respuesta a la exposición del hígado a sustancias irritantes de la planta. En alguno de los casos se apreció una fibrosis de los espacios periportales y y la hiperplasia de los conductos biliares indica consumo de la planta por un periodo prolongado ya que esta respuesta del tejido se presenta en lesiones crónicas (muerte de los hepatocitos). En ningún caso se observó trayectos de migración o presencia de Fasciola hepática. dosis letal es de 10 g/Kg de peso vivo de palqui. Entonces se observo: petequias y equímosis en el corazón, hemorragias en vesícula biliar y en la serosa de intestinos, congestión y edema pulmonar. daño hepático con aumento de Aspartato Amino Transferasa y del tiempo protrombina pero no existe claridad respecto a la sustancia tóxica específica que provoca estos efectos. En los casos que no hay muerte se pueden usar como diagnostico y pronostico. En instestinos se presume que Coccidias que pueden ser la causa primaria de la lesión hemorrágica. El control de la intoxicación se logra evitando el pastoreo de las zonas con palqui, eliminando la planta y los restos de éstas de los potreros, cercos y canales, especialmente en verano y otoño. En intoxicaciones naturales se ha realizado tratamiento de tipo sintomático usando suero glucosado o salino y digitálicos con el fin de diluir el tóxico en la sangre y fortalecer la actividad cardiaca. También se recomienda el suministro de 100 g de carbón y 500 ml de agua para disminuir la absorción del tóxico, repetido tantas veces como sea necesario.
RESUMEN Se describen las lesiones de 14 bovinos intoxicados con Palqui
(Cestrum parqui L’Herit) en forma natural, recibidos entre los años 1992 a 1998, para diagnóstico en el Servicio de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Concepción. En la necropsia los animales presentaron hemorragias en pericardio, epicardio, endocardio, músculos esqueléticos, intestino y timo; congestión y edema en los pulmones. El hígado se presentó de color anaranjado a rojizo con apariencia de "nuez moscada", y la vesícula biliar con edema y hemorragias. Microscópicamente las lesiones más características ocurrieron en el hígado en forma de necrosis centrolobulillar, vacuolización irregular del citoplasma de los hepatocitos vecinos a la lesión y leve proliferación de los conductos biliares. Las lesiones hemorrágicas que caracterizan el cuadro se deberían a una disminución de los factores de coagulación por disfunción hepática.