You are on page 1of 8

Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre

DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

El pragmatismo ha logrado repensar una batería de grandes conceptos, nociones y premisas


pensados por la filosofía tradicional desde sus orígenes, logrando refundar interpretaciones
teóricas, epistemológicas y metodológicas sobre los fenómenos de la vida cotidiana
estudiados en las ciencias. Ramón de Castillo (2000) en su prólogo al libro de W. James
Pragmatismo, introduce de manera acertada el fondo del asunto de esta corriente filosófica: el
pragmatismo empieza por una actitud insolente hacia las grandes palabras que ha custodiado
la filosofía: Verdad, Realidad, Dios, Libertad. De este modo, la filosofía pragmatista pone en
discusión afirmaciones de la filosofía idealista y racionalista, para llevarlas al plano
inmanente de la experiencia. Estas reflexiones, influenciarán y servirán como herencia en la
formación y el desarrollo de un enfoque sociológico que me interesa ahondar: la sociología
pragmática.

En el presente trabajo me propongo analizar cómo la noción de verdad, pensada desde el


pragmatismo, permitió reflexionar desde una nueva perspectiva ontológica y construir nuevos
fundamentos teóricos, epistemológicos y metodológicos en los estudios sociales, dándole
forma a una categoría central para la sociología pragmática: la prueba. Este concepto resulta
indispensable para la constitución de la realidad en sociedad y se encuentra íntimamente
articulado al plano mundano de las acciones y las experiencias de los actores.
Específicamente, recuperaré la noción de verdad y el universo pluralista de William James
para pensar sus influencias en la noción de prueba según Boltanski.

En Pragmatismo, James caracteriza a esta corriente como un método, es decir, una actitud
que se debe adoptar para interpretar a los hechos desde los efectos prácticos que generan;
pero además como una teoría de la verdad en la cual《lo verdadero》circula por las distintas
esferas de la acción humana. Esta afirmación implica la idea de que no hay un sentido
unívoco de Verdad, externa e impersonal a la realidad vivida, sino por lo contrario, verdades
concretas que necesitan ser reconocidas cuando su reconocimiento es conveniente y útil. Las
verdades que son afirmadas en la realidad son creencias que se les atribuyen reconocimiento
de validez por medio de un proceso de verificación. En dicho proceso es donde se pretende
que una representación se adecue respecto a una realidad. A ello se debe que el interés del
pragmatismo no resida en conocer la copia de una verdad objetiva, trascendente y externa a la
realidad, sino en conocer múltiples verdades en vista de las acciones de los sujetos en su
experimentar el mundo. De este modo, podemos afirmar que, ontológicamente, el

1
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

pragmatismo no admite un vacío entre la existencia y el pensamiento de las ideas, sino que el
pensamiento se encuentra ligado a la existencia y le da forma a las creencias de los sujetos.

En línea con lo dicho, las concepciones pragmáticas que abarcan las formas de conocer la
realidad también conciernen a la manera de concebir la estructura del mundo. Desde la
perspectiva de James, el mundo no es entendido no como una unidad, sino como un universo
pluralista que pone en cuestión la unidad dialéctica y trascendental, las síntesis abstractas y
los sistemas cerrados de la filosofía tradicional. Desde la visión pluralista, el universo se
conforma por partes ligadas entre ellas por una infinidad de relaciones, pero que “permanecen
diferenciadas, que conservan cierta independencia y cierta autonomía, dejando lugar al
cambio, la diversidad y la contingencia” (Durkheim, 1967: p. 53). Estas redes unen pequeños
mundos sociales que a veces interfieren entre sí, y sirven de base para nuestra acción y se
organizan y multiplican a medida que se desarrolla una sociedad. De este modo, para el
pragmatismo, hay una unidad, pero no es la de un universo monista, sino por la que se
establece por las redes que unen las cosas y los seres relativamente independientes.
Asimismo, la pluralidad de elementos que unen no son fijos, y la forma de las redes están
constantemente sometidas al cambio: si para el racionalismo la realidad está completamente
dada, hecha y acabada, para el pragmatismo está siempre en proceso de construcción. La
experiencia continua se halla en constante mutación, y los hechos concretos de la vida social
(incluidas las actividades de verificación para alcanzar la veracidad de una creencia)
participan en el cambio continuo (James, 2009). A partir de ello, pensar la realidad desde el
pluriverso de James sugiere el reemplazo del conocimiento por la indagación y el
experimento; y el descubrimiento de la verdad por la confianza o creencia que tenemos a
partir de un mundo construido continuamente por medio de conexiones parciales. Si bien
desde el racionalismo las personas parecerían limitarse a traducir y descubrir, en el sentido
pragmatista también agregan y crean por medio del pensamiento (no una copia defectuosa de
lo real) sino una creación. Nuestros juicios entonces son generadores de actos que repercuten
en la realidad y en las concepciones de lo verdadero que tengamos de ella. Consideramos
creencias verdaderas a las representaciones que preceden a los actos importantes, que tiene
efectos concretos y crean la realidad misma. Por consiguiente, la realidad no es algo fijo, sino
que avanza continuamente con la experiencia.

La verdad entonces es una clasificación social que hace más o menos válida una creencia, y
construye su veracidad en función de la confianza que se le tenga a la existencia de un hecho.

2
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

Debe entonces ser tan adecuada como sea posible de la realidad, y los efectos prácticos que
se verifican en la experiencia y que lo hacen verdadero. A diferencia del dogmatismo, para el
pragmatismo la verdad es cosa humana y forma parte del resultado entre pensamiento y
existencia. De modo que el pensamiento ligado a la acción práctica crea en un sentido la
realidad social (ibidem: pg. 57). Pero al entenderse desde el plano del pensamiento y la
acción, se trata de una realidad inacabada que se forma, deforma y reforma de infinitas
maneras. Las exigencias de la verdad, como otras nociones valorativas de una sociedad, se
subordinan a ciertas circunstancias. Esto significa que la verdad se hace en el curso de la
experiencia, y el proceso de verificación de la verdad dependerá de las circunstancias que se
hallan en el curso de la experiencia, ya que se trata de verdades concretas y circunstanciales a
la situación, y no de una verdad abstracta puramente objetiva (en ese caso la persona quedaría
absolutamente indiferente, y atribuir una independencia en relación con los fines humanos,
implicaría deshumanizar el conocimiento).

Otro aspecto a considerar sobre las verdades, es que dado a que se construyen en el curso de
la experiencia continua: la verdad de hoy es el error de mañana. En otras palabras, la verdad
se conforma en gran medida por creencias previas que constituyen una experiencia fundada,
ya que las creencias son partes de adición de la experiencia del mundo, y llegan a ser la
materia sobre la que asientan o fundan para las acciones. Estas creencias nos hacen actuar, y
descubren u originan nuevos hechos que consiguientemente, vuelven a determinar nuestras
creencias, reproduciéndolas, transformándolas o convirtiéndolas en una falsa creencia. En
este sentido, las verdades emergen de los hechos, pero mantienen una interacción constante
en el que pueden crear o revelar una nueva verdad que reemplace a otra.

Específicamente, en el campo de la ciencia, este aspecto permite pensar a la diversidad y el


cambio en el conocimiento científico, desmitificando la visión de la ciencia que aporta una
verdad total, definitiva y universal, sino que las hipótesis, los postulados y las creencias se
enuncian en la medida que satisfacen los intereses cognitivos de los investigadores, es decir,
satisfacen necesidades intelectuales y sirven de base a acciones humanas que trastocan el
mundo y ayudan a crear la verdad y la realidad que ellas mismas enuncian. “Hay tantas
clasificaciones de las cuales cada una es válida en cierta medida sin ser válida del todo, que la
idea de que la fórmula más verdadera puede ser únicamente una invención humana y no una
transcripción literal de la realidad se ha abierto camino” (Durkheim, 1967: p. 45). La verdad
es entonces una cosa viviente, que se transforma sin cesar, De lo contrario, tal como dice

3
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

James, “una verdad que dejara de ser flexible, maleable, no sería más que el corazón muerto
del árbol vivo” (James, 2000: p. 91).

A partir de los elementos encontrados en la noción de verdad de James, podemos identificar


en la teoría de Boltanski una serie de características que coinciden con el enfoque propuesto
por el primero. En su texto En torno a De la justification, Un recorrido por el ámbito de la
sociología moral, Boltanski busca reintroducir a la moral y su relación existente con la acción
de los actores. En este sentido, la constitución y la influencia de las creencias participan
directamente en la construcción de una razón moral, y en el encauzamiento de la acción de
los actores de una sociedad. Abordar con seriedad esta relación, implica reconocer el grado
de incertidumbre que deben enfrentar las personas en las situaciones en las que se encuentran,
desplegando estrategias motivadas por intereses (y el modo en que se constituyen), o se
consideren las razones morales para actuar. Básicamente, ahondar de manera crítica en los
cursos de acción de los actores, requiere profundizar en las exigencias morales que tiene
como trasfondo la existencia de creencias consideradas verdaderas, justificando así las
decisiones tomadas por los sujetos.

Boltanski problematiza la ceguera de la tradición crítica que se proponen reivindicar y revelar


–contra las ilusiones del sentido común– las leyes que dictan las acciones de las personas, y
su pretensión de guiarlos en la tarea crítica de emancipación ante las formas de dominación
existente (Boltanski, s/f). Nuevamente, nos encontramos con el desafío de poner en cuestión
una tradición cientificista que tiene un fundamento epistemológico racionalista, en el cual,
por medio de la identificación de sistemas cerrados, la ruptura con el sentido común,
podríamos alcanzar el conocimiento verdadero enunciado mediante leyes universales que
dictan las acciones de los actores. Para superar el sesgo, Boltanski propone un enfoque
gramático-moral sobre la verdad o falsedad de las argumentaciones públicas, de modo que
articula el saber científico y el saber práctico dado que, el saber práctico también contribuye a
la formación de la realidad social.

Específicamente, Boltanski toma como objeto de estudio las denuncias públicas o affaires, y
cómo estas alcanzan ese estatus en la sociedad, cuáles son los elementos participantes, y los
cursos de acción necesarios para que tengan su repercusión en la arena pública, condición
necesaria de su existencia. En este sentido, y en línea con lo propuesto en este trabajo: ¿Cómo
entra en juego la construcción de una verdad a partir de la elaboración y acumulación de
pruebas, y cómo estas constituyen la formación de una creencia que retroalimenta el curso de

4
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

acción de la denuncia? Como ya mencioné, el autor recurre a un enfoque gramático-moral


que, a diferencia de los estructurales, hace hincapié en la identificación de elementos y
principios constitutivos de afirmaciones y creencias que hacen a un affaire verdaderamente
injusto y de alcance público (normal) en oposición a un affaire producto de la paranoia
(anormal). Este enfoque gramatical constructivista, lejos de aceptar el presupuesto
dicotómico entre lo individual y lo colectivo, trata al caso como el producto de la actividad
misma de los actores, que se encuentra anclado a las circunstancias de la situación concreta,
pero que en su proceso de construcción puede alcanzar una forma colectiva de acción
política, de modo que se rescatan los elementos propios del alcance más concreto y
microsocial, pero también el análisis macrosocial del fenómeno de la denuncia en su
búsqueda por obtener un alcance general.

Una denuncia pública exitosa es aquella que logra ser considerada verdadera por una cantidad
considerable de audiencia. Para ello, la validez de una injusticia tiene que formularse a partir
de una serie de condiciones: debe contener una gramática de la normalidad, esto implica
garantizar un aumento de generalidad de la denuncia, para que sea aplicable al colectivo, y no
a un individuo particular, y la necesidad de separar entre sí los actantes de la denuncia
(víctima, acusado, denunciante, juez). En síntesis, debe adecuarse a los requisitos de
verificación, que se enuncian en los criterios de justicia vigentes. De este modo, las denuncias
consideradas anormales son aquellas que no fueron objeto de trabajo de desingularización 1, es
decir, que no fueron apropiadas por parte de una instancia cuyo carácter colectivo se someta
de manera creíble. Concretamente, que la demanda no esté correctamente generalizada, y que
la proximidad entre los actantes resulte evidente.

En este sentido, las pruebas, en tanto manifestaciones concretas de una creencia moral (de un
hecho considerado o no injusto) que buscan afirmarse como verdad, son indispensables para
enunciar la veracidad del argumento de un caso, y, de acuerdo con la filosofía pragmatista, se
ajustan a la exigencia de la situación. En otras palabras, la formación de argumentos
aceptables en términos de justicia, así como la construcción de un conjunto de objetos y
dispositivos concretos cuya justeza pueda comprobarse, refieren en definitiva a la adaptación
de ciertas condiciones de la acción, de modo tal que la prueba muestre el nivel de ajuste de un
acto.

1 El proceso de desingularización alude a una instancia necesaria para que un caso o affaire tenga un
alcance colectivo-político. En el mismo, logra abstraerse de su particularidad para ser captado el
motivo de injusticia colectiva.

5
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

La razón moral y la clasificación de lo verdadero (es decir, en el caso de los affaires que sea
legítimo de justicia) se encuentran directamente vinculadas entre sí, de modo que la acción
considerada incorrecta o anormal pierde su validez de denuncia. Asimismo, podemos
observar la red establecida entre dos mundos: el mundo doméstico propio de las relaciones de
proximidad, y el del espacio público o mundo cívico, que se insertan en una pluralidad de
mundos habitados por convenciones de justicia diferentes. De este modo, Boltanski no parte
de una definición de imperativa justicia (así como de verdad, y de moral) fundada en una
construcción a priori cuya validez es universal e independiente de las pretensiones humanas,
sino que su anclaje a la situación real hace que se apoye en las justificaciones y dispositivos
provistas por los actores que mediante su acción buscan hacer inteligible un hecho, de
acuerdo a lo que es considerado e interpretado competente para la justicia verificable de
determinada sociedad (Boltanski, 2000).

Por su parte, y en línea con la perspectiva pluralista del universo, Boltanski identifica
construcciones de dos niveles constituidas en primer lugar por seres incorporados, y en
segundo lugar las convenciones que definen la humanidad de las personas, y que califican su
valor mutable. A estas construcciones del orden político las denomina ciudades. La
construcción de una ciudad requiere la definición de un bien común, una cosmovisión de
mundo al cual se aspira, de modo que, desde la perspectiva pragmatista, existen múltiples y
diferentes maneras de construir el lazo político entre las personas, de establecer un orden
entre ellas y de atribuirles una magnitud que pueda ser considerada legítima (es decir, una
multiplicidad de principios de equivalencia). Esto significa que en un mismo régimen político
coexisten diferentes formas de definir “el interés general”, y, por ende, una pluralidad de
formas de argumentar, de definir situaciones de disputa, criticar el estado de las relaciones
sociales y en definitiva, de actuar.

En este sentido, la presentación de pruebas (ya sea de orden, que estabilizan una relación, o
litigiosas, que remiten a una crítica del orden estatuido) incorpora principios de equivalencia
que, si reconocen sus argumentaciones y dispositivos como legítimos de acción, pueden
definir los contornos de una nueva ciudad, es decir, de un nuevo universo de creencias
relativas al orden social al cual se aspira. Las pruebas de orden y las pruebas litigiosas, tal
como las verdades para James, se arman y desarman, y están permanentemente conectadas,
de modo tal que una prueba litigiosa se puede establecer para convertirse en pruebas de
orden, o bien puede no tener trascendencia en una situación concreta y retornar en una

6
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

instancia futura y generar una transformación en el orden estatuido. Las pruebas de orden se
forman a partir de pruebas litigiosas, y las pruebas litigiosas surgen de las pruebas de orden.
Así también, puede haber elementos de pruebas de orden precedentes a las actuales que
continúan vigentes, y otras que se transforman. Las variantes de las pruebas son infinitas, y
estas pueden incidir en la acción y transformar la realidad.

Finalmente, comprender la inmanencia de la verdad desde la perspectiva pragmatista, como


una construcción que se da en la experiencia concreta e identificar las actividades de
verificación que se desarrollan en ella, permite reconocer la actitud crítica de los actores. La
importancia que se le atribuye al saber práctico, en tanto se vincula con las experiencias
morales ancladas a la situación, sugiere la relevancia en recuperar los argumentos de los
actores que disputan en el espacio público. Sin embargo, es indispensable su articulación
respecto al saber científico-intelectual, en tanto permite reconstruir el modelo mediante el
cual la prueba es enunciada para enunciar una crítica al sistema estatuido. En este sentido,
para el enfoque pragmático, la crítica deja de estar principalmente en el investigador y se
traslada a los actores. La sociología pragmática no desconoce las dificultades ni las posibles
cegueras de los actores para desarrollar una crítica, sino que pone el foco analítico sobre las
capacidades que desarrollan durante el proceso de elaboración de dicha crítica. Pero además,
esta sociología critica la sobrevaloración atribuida al método científico supuestamente exento
de intereses prácticos, necesidades y valoraciones ya que estos aspectos participan en la
formación del conocimiento y la experiencia. En este sentido, las experiencias emocionales,
estéticas, morales y religiosas no deben reducirse hasta convertirlas en “epifenómenos” o
“ilusiones” sino que se debe recuperar la realidad de esos fenómenos tal como se sienten en la
vida real. Las emociones no sólo están detrás de la vida práctica y moral, sino que hacen
posibles las certezas de la vida intelectual.

En resumen, el enfoque de la sociología pragmática en recuperar la existencia de pruebas de


realidad remite a la actividad práctica e inmanente de construcción de verdad reconocida por
la filosofía pragmatista de principios del siglo XX. El hincapié en la presentación de las
pruebas esboza en definitiva su orientación normativa de esta corriente sociológica. Esto se
debe a que la convicción moral canalizada mediante la prueba puede inspirar acciones cuyo
efecto sobre el mundo no es ilusorio (Boltanski, 2000). En este sentido, la acción es orientada
hacia la moral.

7
Agustina Vetere Monografía: El lado B de la Sociología 2do Cuatrimestre
DNI 42492568 Cátedra Nardecchione 2022

Esta sociología pone de manifiesto la importancia de las pruebas dentro de las cuales los
actores aspiran a la realización de ciertos fines (morales, de justicia, etc.) pero que además las
verdades más instituidas son verificadas –es decir, confirmadas o desmentidas– para producir
colectivamente algo de verdad (Barthe, 2017). Como hemos visto a lo largo de este trabajo, la
verdad o validez de una prueba puede durar indefinidamente, mientras se actúe como si fuese
verdad. Aquella creencia que proporcione más satisfacción, y que no hay argumentos morales
en contra de tomarse las cosas de cierta forma y actuar sobre la base de esa creencia,
convicción o deseo, es considerada verdadera.

Bibliografía
● Barthe, Y. et al. (2017). Sociología pragmática: manual de uso. Papeles de trabajo. La
revista electrónica del IDAES, 11(19).
● Boltanski, Luc (en prensa) "En torno a De la justification. Un recorrido por el ámbito
de la sociología moral", El lado B de la sociología, Buenos Aires, Editorial SB.
● Boltanski, Luc. (2000). El amor y la justicia como competencias: tres ensayos de
sociología de la acción. Buenos Aires: Amorrortu.
● Durkheim, Emile (1967) Pragmatismo y sociología, Editorial Schapire, Buenos Aires.
● James, William (2000) Qué es el pragmatismo, Alianza Editorial, Madrid.
● James, William (2009). Un universo pluralista. Filosofía de la experiencia. Buenos
Aires: Cactus.

You might also like