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La piedra de la vida.

Soy Giovanni, Gio para acortar, hoy les contare la historia de cómo llegué a la
perfección humana.

A mis 30 años pase por el peor momento de mi vida. Me diagnosticaron con un cáncer
que no era posible de tratar y solo me quedaban 2 años de vida, mi esposa Samantha
era mi única compañía en este solitario pueblo costero olvidado por la sociedad. Ella, al
enterarse de la noticia me dijo con una sonrisa que estaría ahí para apoyarme,
obviamente esa sonrisa era solo una máscara para ocultar el sufrimiento que era
mutuo.

Fui a recoger al banco el dinero que llevaba ahorrando desde los 20 años, dinero que
tenía guardado en caso de tener una familia con mi esposa y así poder mantener a los
niños sin preocupaciones, pero eso ya no iba a pasar.

Por idea de mi esposa, entre a mi computadora y me puse a buscar ideas de viaje para
hacer un intento de olvidarme aunque sea por un momento de mi inevitable destino,
estuve un muy buen rato buscando ya que la idea no me llamaba, aunque más que no
llamarme fue que habian cosas que me sonaban más fuertes en mi cabeza que buscar
algo tan tonto como un lugar vacacional.

De repente bajando entre las miles de páginas de google hubo una que llamó mi
atención, no se el por qué lo hizo o si solo fue suerte pero lo que decía era "la piedra de
la vida eterna", como si de un acto reflejo se tratara, accedi a la página, cuando
empecé a leer me di cuenta de que lo que estaba haciendo era una tontería ya que, el
contenido de la página trataba sobre una vieja leyenda que hablaba sobre una piedra
que al entrar en contacto con un humano esta le otorgaría inmortalidad e inmunidad a
las enfermedades.

Nunca había oído hablar de esa leyenda, tal vez era porque no soy muy fanatico de
leer y no conozco muchos relatos legendarios. Estuve a punto de dejar de leer ya que
realmente no me interesaba mucho leer algo que el algoritmo seguramente puso en
google al escucharme hablar sobre la muerte, pero hubo algo que me llamó la atención
del relato, la historia incluía ubicaciones exactas del lugar donde estaba oculta la
dichosa piedra, no solo eso sino que según las coordenadas estaba en una isla
ubicada en el océano pacifico, en ese momento senti algo que necesitaba desde hace
dias sentir, esperanza.

Le dije a Samantha que no usaría el dinero para salir de vacaciones, estuve a nada de
decirle acerca de lo que acababa de leer pero pensé que creería que era una locura lo
que estaba haciendo ya que hasta yo lo pensaba. Le invente una historia sobre que
uno de mis sueños era construir un bote y surcar hacia el mar unos días en soledad, mi
esposa por un momento dudo pero con un suspiro y una sonrisa aceptó e incluso se
ofreció a ayudar con la construcción del bote.
Y así en unos cuantos meses de sudor y esfuerzo logramos construir un bote con el
suficiente tamaño como para llevarme a mi y las provisiones que usaría en el largo
viaje hacia la pequeña isla. Me despedí con un abrazo y un beso y surque a los mares
con mi bote. El viaje duró varios días, al llegar a la isla me di cuenta que las
características del relato no mentían, las instrucciones decían que fuera avanzando por
el bosque hasta llegar al otro lado, horas de caminata después me encontré con la
cueva que supuestamente contenía a la piedra milagrosa.

Al adentrarme en la cueva me di cuenta de algo, el relato hablaba sobre diversas


trampas que había dentro, por lo que obviamente venía preparado en caso de toparme
con alguna, aquí fue lo único en lo que se equivocaba la página ya que no me tope con
ningún tipo de trampa lo que obviamente me vino mejor y pude avanzar sin ningún
peligro. Al llegar a lo más profundo quede helado ante lo que veían mis ojos, ahí estaba
esa brillante piedra azul flotando al final de unas escaleras que llamaban bastante la
atención en el lugar, ¿Ahora que lo pienso, cómo es que nadie se fijó en este lugar?.

El cansancio que sentía desapareció instantáneamente ante la idea de lograr mi


ansiado objetivo, subí las escaleras lo más rápido que permitían mis piernas. Tal como
instruyó el relato tome con mis manos la piedra sin dudarlo, al principio no hizo nada
pero de repente sentí una especie de chispa en mi cabeza lo que me hizo
desplomarse.

Todo estaba muy oscuro, aun siento esa sensación, es difícil de explicar pero si tuviera
que decirlo sería algo así como si no existiera pero aún así estuviera ahí. De la nada,
apareció un resplandor azul que normalmente me hubiera cegado pero mi cuerpo no
reaccionaba, ni siquiera podía parpadear por reflejo, de un momento para otro la luz
empezó a tomar forma de un humano.

-Hola humano, dime que es lo que te trajo hasta mí.

Mis labios no se movían pero aun así sentí que podía hablar.

-Soy Giovanni, hace unos meses fui diagnosticado con cáncer y no viviré por mucho
tiempo.

-Ya veo pero, ¿Estás seguro que esto es lo que quieres?.

-¿Me estás bromeando? Si no estuviera seguro no habría venido hasta aquí.

-Mmm… Supongo que tienes razón.

-De todas formas ¿Que se supone que eres? No pareces humano a pesar de que
hablas y tienes forma de uno.

-Yo no tengo nombre, solo soy un espíritu que está aquí para aconsejarte, podría tomar
la forma de cualquier cosa que quisiera pero supongo que esto es más cómodo para ti.
-De todas formas, no necesito consejos solo quiero seguir viviendo mi vida como lo
hacía hasta hace no mucho.

-*suspiro* bueno que así sea entonces, lo preguntare una vez más y para cuando
respondas volverás a tu mundo como un nuevo ser.

-Si, acepto el don de la inmortalidad.

Luego de decir esas palabras, desperté fuera de la cueva, ya no sentía molestias, era
como si nada hubiera pasado, no… era aún mejor, me sentía invencible. Velozmente fui
a mi bote y empecé a remar lo más rápido que pude en busca de mi amada para darle
las noticias.

Esta vez me demore mucho menos ya que no sentía cansancio aunque no dejará de
remar en horas, ni siquiera el sueño me afectaba, ahora no me demore semanas sino
que días en llegar.

Cuando le conté a Samantha de lo bien que me sentía(Obviamente sin contarle de la


piedra) se preocupo mucho, por lo que fuimos al hospital a que me hicieran exámenes,
el doctor no lo podía creer, literalmente mi cuerpo en perfectas condiciones era incluso
mejor que lo mejor posible, me recomendó que siguiera haciendo exámenes pero yo
me rehuse.

Samantha estaba más contenta que nunca, tiempo después fuimos de vacaciones
como ella quería antes y años después tuvimos hijos. Con el tiempo empecé a darme
cuenta del grave error que cometí . Vi morir a mi mujer, a mis hijos, y a mis nietos pero
yo seguía luciendo 30 años, vi guerras, epidemias y masacres, pero seguía siendo
joven. Todos mis días eran un infierno, solo quería volver a esos días de felicidad con
mi familia. Me di cuenta de que debí haber escuchado al espíritu.

-¡POR FAVOR, ME ARREPIENTO, DEVUELVEME A MI VIDA NORMAL!. Exclame con


la esperanza de que algo ocurriera.

Estuve mucho rato llorando, sin saber que hacer ahora con lo que en este momento ya
no podía ser mi vida. Entonces una luz apareció frente mis ojos, esa luz dijo:

-¿Vez que tenía razón?

-Si, por favor solo devuelve todo a la normalidad.

-Podría hacerlo pero… Necesito que me prometas algo.

-¡Si! Haré lo que sea.

-Solo promete que no le dirás a nadie lo que paso y más importante, tienes que
aprender que lo bello del ser humano es la vida y la muerte, el cómo cada acción que
haces tiene un significado gracias a que mueres y disfruta de tus seres queridos.

-Perdon por no creerte, viviré lo que tenga que vivir aprovechando cada instante.

-No pasa nada, no eres el primero, ¿Acaso no te diste cuenta de lo llamativo del lugar?
Sería imposible mantenerlo oculto.

-Supongo…

-Bueno, me alegro de que reflexionaras.

Con un chasquido desperté y de repente estaba otra vez en mi habitación frente al


escritorio con las páginas turísticas abiertas, lo primero que hice fue buscar la página
con el relato de la leyenda en vano, no estaba por ningún lado.¿Fue acaso un sueño?
No, estoy seguro de que no lo fue.

Hace poco fui a hacerme exámenes para que me den remedios para el dolor, mis
exámenes decían que habían mejoras en el tumor y que tal vez era posible un
tratamiento para extirparlo, fui tan feliz.

Decidí tener hijos con mi esposa, esta vez los disfrutare junto con Samantha y no me
dejaré derrotar por el miedo a la muerte, y así fue como entendí la perfección humana.
FIN

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