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La Historia de Una Bandera Rebelde
La Historia de Una Bandera Rebelde
ACTO 1
Escena 2
Reunidos en un fogón están 3 soldados. Juan y Pedro se sientan junto a ellos a tomar
mate.
ACTO 2
Escena 1
Mujeres colocando escarapelas a los soldados patriotas. Otras, terminan de coser una
bandera celeste y blanca.
Se levantan. Se dirigen hacia donde están los cañones y entregan la bandera a unos
soldados. El resto de las tropas aguarda en formación. Belgrano se acerca, toma la
bandera y dirige una proclama:
Belgrano:- soldados de la patria: hasta este punto hemos tenido la gloria de vestir la
escarapela nacional; desde ahora, la batería de la Independencia (señala los cañones) y
nuestras armas (mirando hacia la bandera) aumentarán la suya. Juremos vencer a los
enemigos interiores y exteriores y la América del Sur será el templo de la independencia
y la libertad.
En fe de que así lo juran, digan conmigo: ¡Viva la Patria!-.
Soldados:- ¡¡Viva!!
Alumna: Mientras tanto, en Buenos Aires, los miembros del Triunvirato discuten la
iniciativa de Belgrano de crear una bandera propia
Escena 2
En Buenos Aires, simultáneamente, se desarrolla esta reunión entre los miembros del
Triunvirato alrededor de una mesa con sillas.
T1:- ¿pero quién se cree este Belgrano? Primero nos metió la escarapela y, tras cartón,
¡una bandera!-.
T2:- ¿cómo salimos de esta?-.
T3:- Él nos metió… que nos saque. Y que pague los platos rotos. Vení, sentate, que te
dicto una carta:
“La situación presente nos exige que nos conduzcamos con prudencia. Por esto, la
demostración con que usted inflamó a las tropas, enarbolando la bandera celeste y
blanca es, a los ojos de este gobierno, una influencia capaz de destruir los fundamentos
de nuestras operaciones. Por ello, le ordenamos que haga pasar como un rasgo de
entusiasmo el suceso de la bandera celeste y blanca enarbolada, ocultándola y
sustituyéndola por la que se le envía (T1, mientras tanto, está doblando una bandera
española y la coloca en una caja) Vea cómo arregla tamaño desorden y le prevenimos
que es la última vez que sacrificaremos los respetos a nuestra autoridad y los intereses
de la Nación.”-.
Alumna: Cuando el chasqui llega a Rosario, el general Manuel Belgrano y sus tropas
han partido hacia Jujuy, para hacerse cargo del ejército del norte. Allí, don Manuel hará
bendecir y jurar nuevamente la bandera celeste y blanca
Escena 3
El chasqui llega a Rosario pero las tropas se han marchado. A un costado de esta
escena se ven las tropas en formación junto a Belgrano en Jujuy.
Belgrano:- Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: 2 años han pasado
desde que resonó en estas regiones el eco de la libertad y continuó propagándose por las
cavernas de los Andes. El 25 de mayo será para siempre memorable en los anales de
nuestra historia y ustedes tendrán un motivo más para recordarlo ya que ven por primera
vez la Bandera Nacional en mis manos, que nos distingue de las demás naciones del
globo. Yo no soy más que un jefe impulsados por ustedes con sus acciones, con su ardor
y con su patriotismo y con todo el entusiasmo de que sólo son capaces los hombres
libres para sacar a sus hermanos de la opresión. Jurad conmigo y repetid: ¡Viva la
Patria!-. (gritan con él)
La escena se congela. Quedan detenidos. Aparecen cuatro mujeres que se turnan para
hablar.
Mujer 1:- Finalmente, la carta del Triunvirato le llegó a Don Manuel. Indignado,
cumplió la orden y prometió guardarla hasta que se conquistara un gran triunfo….-.
Mujer 2:- Ese triunfo llegaría pocos meses después, nuevamente de la mano de Don
Manuel y nuevamente por desobedecer órdenes, en las batallas de Salta y Tucumán-.
Mujer 3:- Los gobiernos fueron cambiando. Los miedos y las políticas palaciegas,
continuaron. La historia oficial nos cuenta que recién en 1816, la bandera celeste y
blanca fue reconocida por el Congreso de Tucumán-.
Mujer 4:- Sin embargo, en la historia que escriben los pueblos con sus acciones,
nuestra bandera celeste y blanca estuvo en cada corazón, en cada batalla y en cada
pueblo liberado, desde su creación.
Porque los gobiernos deben comprender que la autoridad no se impone, se gana,
escuchando las necesidades de su gente y respetando sus intereses. Algo que el General
Manuel Belgrano supo hacer-.
FIN