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Comprendiendo la Propiocepción

https://autismodiario.com/2015/06/20/comprendiendo-la-propiocepcion/

Un adecuado proceso de Integración Sensorial se produce cuando nuestro


Sistema Nervioso es capaz de ordenar y organizar todas las sensaciones que
le llegan (tanto internas como externas) para así producir una respuesta
adaptativa ajustada a nuestro medio. Por ejemplo, un bebé ve un juguete con
luces y entonces se endereza y levanta su miembro superior para alcanzarlo.
Esto es una respuesta adaptativa, el niño ha vencido ese reto y logra algo que
quiere, algo que le es significativo (recordemos que estamos hablando de un
enfoque de Terapia Ocupacional, y que la base de nuestras intervenciones es
SIEMPRE la actividad significativa u ocupación). Cuando este proceso no se
produce adecuadamente, entonces surgen los Trastornos del Procesamiento
Sensorial, de los cuales iremos hablando.

Vamos a ir desglosando algunos aspectos básicos de nuestros sistemas


sensoriales ¡tenemos siete sentidos!, para tratar de comprender su
importancia en el desarrollo y en el logro de un desempeño adecuado.
¡Comenzamos por la Propiocepción!

¿Qué es la Propiocepción?

La Propiocepción nos aporta información desde nuestros músculos, ligamentos


y articulaciones. Nuestros receptores a través de las vías aferentes nos aportan
sensaciones sobre la compresión y el estiramiento de músculos y
articulaciones. Gracias a la “Propio”, podemos saber la posición de nuestro
cuerpo o de nuestros segmentos corporales sin verlas. También nos informan
de la sincronización de nuestros movimientos y de su velocidad.

Como nos indica Mailloux, “cuando nuestra propiocepción funciona


adecuadamente podemos ajustar nuestra posición y postura de manera
automática. Así, podemos asumir y mantener posiciones óptimas para las
actividades diarias como sentarnos en una silla para trabajar, sostener
utensilios como un lápiz o un tenedor de manera correcta, saber cómo moverse
a lo largo de un pasillo para no chocar con las cosas, saber qué distancia
debemos mantener con las personas para no estar demasiado cerca o
demasiado lejos de ellas, planificar cuánta presión hay que ejercer para no
romper la punta de un lápiz o un juguete, o bien corregir acciones en las que no
estamos teniendo éxito como por ejemplo, arrojar una pelota sin dar en el
blanco, o dar un salto a la piscina y caer de golpe.” Entre muchos otros
ejemplos más. Así que podemos imaginarnos las dificultades en las Actividades
de la Vida Diaria que pueden surgir si este sistema no funciona
adecuadamente y no somos capaces de integrar las informaciones de nuestro
propio cuerpo, el esfuerzo que nos supondría estar constantemente
compensando con la visión y/o readaptándonos por no estar seguros de “cómo
y dónde” está nuestro cuerpo.

Nuestro sistema propioceptivo es fundamental en actividades como, por


ejemplo, subir las escaleras

La propiocepción interviene en (Blanche, 2013):

La Propiocepción influye directamente en:

 El tono muscular
 Nivel de actividad
 Esquema corporal
 Disociación, coordinación, fluidez, fuerza y velocidad
 Estabilización de articulación proximal y cocontracción muscular
 Control postural
 Planeación motora
 Función manual

Así desde la teoría de Integración Sensorial se afirma y se relaciona la


Propiocepción muy directamente con:

 Esquema corporal
 Equilibrio
 Coordinación
 Modulación del nivel de alerta

 ¿Qué signos pueden indicarnos que estamos ante un problema en el


sistema propioceptivo?

 Tiene un patrón de búsqueda de actividades que impliquen saltar,


empujar, golpear, chocar,etc. ¡no para!
 Agarra objetos, instrumentos, juguetes… con demasiada fuerza.
 Aplica demasiada presión al escribir, rompe el papel.
 Le gustan las actividades como los “abrazos de oso”.
 Rompe cosas o hace daño a otras personas, pero porque parece no
controlar su fuerza.
 Parece no juzgar adecuadamente el peso de los objetos.
 Puede andar pisando muy fuerte o tener la necesidad de dar patadas o
zapatear contra el suelo cuando se sienta en el pupitre.
 Puede gustarle que le arropen fuerte en la cama o tener preferencia por
las ropas ajustadas.
 Se lleva objetos, ropas… a la boca para morderlos.
 Puede parecer débil, torpe, con una musculatura “blandita”o con
tendencia a caerse.
 No parece percibir cambios posturales en su cuerpo.
 Dificultad para subir y/o bajar las escaleras.
 Puede tener resistencia a adquirir nuevos patrones motores.
 Se puede mover como de forma rígida o descoordinada.
 Pueden ser incapaces de mantenerse sobre un solo pie y tener dificultad
con las tareas de equilibrio.
 Puede tener dificultad en el manejo de objetos pequeños, como por
ejemplo los cierres de las prendas.

Es decir, se pueden dar signos a nivel de hiporresponsibilidad, de


inestabilidad postural, o en la conciencia y control corporal.

¿Qué podemos hacer?


Como indica Mailloux, “el sistema propioceptivo se activa a través de
actividades tipo “empujar/arrastrar” por lo que aquellas actividades que
involucren peso o presión darán una sensación a menudo calmante y pueden
ser útiles para niños que se desorganizan frecuentemente”.

Así, podemos aprovechar tareas de la vida diaria y asignárselas a los chicos:


llevar las bolsas tras la compra, ser el encargado de llevar la garrafa de agua a
la mesa, de llevar el pienso del perro al patio, de llevar el cesto de la ropa
sucia…

Los juegos y actividades como hacer abrazos de oso, jugar a aplastar o a hacer
sandwiches, colgarse de una barra, asaltar en el trampolín, trepar por las
espalderas o por un rocódromo,

También puede ser una buena idea usar material pesado o lastrado. Tenéis
varios ejemplos aquí (enlace). Hay ropa lastrada, chalecos, cojines y mantas,
también mantas muy elásticas, que pueden seros útiles. También podéis ver
este listado de equipamiento y juguetes que ha elaborado el blog The Sensory
Spectrum (enlace aquí). Por último, os enlazo un tutoríal para hacer un
cinturón lastrado con un calcetín (clic aquí). Os recomiendo que os paséis por
mi Pinterest de Integración Sensorial (enlace aquí).

Tener al niño con los ojos cerrados y que sienta dónde están sus piernas,
manos, brazos etc. Preguntarle si están arriba o abajo. Observar si el niño
puede ponerse en diferentes posiciones sin ayuda de su vista, como rodar una
pelota, tocar su nariz, hacer círculos con los brazos, formar una “X” con los
brazos y piernas, etc.

Darle al niño estímulos propioceptivos extras cuándo esté aprendiendo algo


nuevo. Por ejemplo; ponerle un brazalete liviano cuando esté tratando de
arrojar una pelota, lo que le puede dar más información acerca de la posición
de su brazo. Practicar letras, formas o números en materiales diferentes como
plastilina o barro. Poner tus manos en su cadera y presionar suavemente
cuando esté aprendiendo una nueva habilidad motora como subir las escaleras
o patinar. O mover al niño a través de acciones proporcionándole resistencia a
sus movimientos para que los pueda “sentir” de manera más fácil.

Dar masajes suaves y firmes si es que el niño lo disfruta. Frotar sus brazos y
piernas para ayudarlo a despertar, aplicarle presión en los hombros o la cabeza
para calmarlo o masajear sus manos antes de que esté por iniciar una tarea
motora que sea difícil.

La importancia de una
adecuada propiocepción para
una mayor destreza motora
Entendemos el mundo en función de cómo interpretamos la información
sensorial que registramos a través de nuestros sistemas sensoriales. Algunos
niños y niñas tienen dificultades para registrar y/o modular la información
sensorial que reciben de las sensaciones de su cuerpo (tanto internas como
externas) y de su entorno, por lo que su sistema nervioso no es capaz de
responder de manera adecuada y producir respuestas adaptativas. Esto tiene
un impacto negativo en el día a día de cada niño, en relación con su autonomía
en las actividades de la vida diaria (vestido, alimentación, higiene…),
aprendizaje en el colegio, participación e interacción social, etc.

El terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial, evalúa el


desarrollo psicomotor y el procesamiento sensorial del niño/a para realizar una
intervención efectiva. Además de dar a conocer a familias y profesionales la
terapia de integración sensorial, el funcionamiento de los diferentes sistemas
sensoriales y cómo este abordaje ayuda a comprender las reacciones del
niño/a y favorece su desarrollo global.
En este artículo hablaremos de la importancia del sistema propioceptivo para la
adquisición de habilidades motoras.

COMPRENDIENDO LA PROPIOCEPCIÓN

La propiocepción es el término que reúne todas las condiciones que “le dicen
al cerebro cuándo y cómo los músculos están contrayéndose o estirando, y
cuándo y cómo las articulaciones se están doblando, extendiendo o siendo
traccionadas o comprimidas. Esta información  permite al cerebro saber dónde
está cada parte del cuerpo y cómo se está moviendo” (Blanche 2011).

La propiocepción nos habilita  para saber cuál es la orientación espacial de


nuestro cuerpo, la posición en la que se encuentra una determinada parte del
cuerpo sin tener que verla, por ejemplo, nos permite saber si tenemos las
piernas cruzadas en este momento aunque no las podamos ver porque están
debajo de la mesa. Además tiene relación con la fuerza que realizan nuestros
músculos y la coordinación de movimientos y su velocidad, ajustar la posición
para mantener una postura óptima y así poder llevar a cabo tareas
relacionadas con actividades de la vida diaria. Por ejemplo, para realizar la
acción de comer con éxito, el sistema propioceptivo nos informa que primero
necesito ajustar mi postura al sentarme en la silla, manteniendo los pies
apoyados en el suelo y la espalda en el respaldo, después ajustar la posición
de mi mano y la fuerza empleada para sostener la cuchara y a continuación
controlar la velocidad y dirección del movimiento de mi brazo para llevármela a
la boca sin que caiga el alimento.

Por tanto el sistema propioceptivo interviene en acciones tan importantes como


la coordinación de los movimientos, el ajuste del tono muscular, graduar la
fuerza, el control postural, praxis motora, las funciones manuales…
LOS SIGUIENTES SIGNOS PUEDEN
INDICARNOS QUE ESTAMOS ANTE UN
PROBLEMA EN EL SISTEMA
PROPIOCEPTIVO:

 Busca mucho movimiento y prefiere actividades como saltar, arrastrarse


por el suelo, tirar de la cuerda, empujar, golpear objetos o juguetes…
 Se va chocando con todas las cosas que encuentra en su camino.
 Busca apoyarse constantemente sobre las superficies.
 No sabe identificar la posición en la que se encuentran las partes de su
cuerpo.
 Cuando está sentado/a en la mesa no paran de mover sus piernas.
 Abraza con demasiado entusiasmo.
 Para coger algún objeto parece no juzgar el peso que tiene y puede
llegar a romperlo.
 Escribe y dibuja aplicando mucha fuerza.
 Puede rasgar una página de un libro cuando sólo la quiere pasar
 Le gusta que le arropen con mantas que pesan.
 Prefiere llevar prendas de vestir ajustadas.

ALGUNOS TIPS PARA FAVORECER LA


PROPIOCEPCIÓN:

Las estrategias que se enumeran a continuación son orientativas, deben


seguirse respetando y teniendo en cuenta el estado emocional y evolutivo en el
que el/la niño/a se encuentre.

 Realizar circuitos en casa que impliquen actividades corporales como


trepar, saltar, arrastrarse, rodar, hacer flexiones…
 Acudir a parques de ocio infantiles con piscinas de bolas, túneles,
toboganes, cuerdas, rocódromo…
 Pedirle, siempre que sea posible, que nos ayude a mover objetos
pesados o empujar cosas como las sillas o el mobiliario de la casa
(retirar sofás o mesas cuando haya que barrer o aspirar).
 Lanzar pelotas a canasta colocando algo de peso en sus brazos.
 Ayudar en la compra llevando la cesta con productos de peso o
colaborar en empujar el carrito.
 Actividades acuáticas como nadar en la piscina.
 Jugar a los “abrazos de osos”, a aplastarse con cojines grandes, con
mantas de peso…
 Caminar por superficies inestables o con terreno abrupto que impliquen
gran esfuerzo muscular.
 Utilizar plastilina para aplastarla, haciendo fuerza con sus manos y para
pellizcarla, haciendo fuerza con sus dedos.
 Los masajes con presión.
 Hacer juegos de percepción corporal sin utilizar la vista, por ejemplo,
averiguar en qué parte del cuerpo se le ha tocado, en qué posición se
encuentra su brazo, que se toque su nariz…

Si sospecha que su hijo/a puede tener alguna alteración sensorial considere


evaluarlo por un terapeuta ocupacional especialista en integración sensorial, ya
que el objetivo es proporcionarle la estimulación sensorial que necesita para
lograr una mayor destreza motora y conseguir mejorar la funcionalidad en su
día a día. En la Fundación Salud Infantil contamos con profesionales que
pueden ayudarle a resolver todas sus dudas relacionadas con este tema.

De un vistazo
 El trabajo pesado es cualquier tipo de actividad que presiona o jala el
cuerpo.
 Las actividades de trabajo pesado pueden ayudar a los niños que tienen
dificultades del procesamiento sensorial a sentirse centrados.
 En el trabajo pesado participa un sentido llamado propiocepción o
conciencia corporal.
Es posible que su hijo reciba varias terapias que lo ayuden con sus
dificultades del procesamiento sensorial. Pero los especialistas que trabajan
con él puede que le recomienden una terapia que tal vez no haya escuchado y
que se conoce como “actividades de trabajo pesado”. Los terapeutas
ocupacionales comúnmente la utilizan para ayudar a los niños que buscan o
evitan cierto tipo de estimulación sensorial.

Propiocepción y trabajo pesado

Generalmente pensamos que tenemos cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto
y tacto, pero existen otros dos sentidos que pueden afectar las habilidades
motoras. Uno es conocido como sentido vestibular y controla el equilibrio y el
movimiento. El otro se llama sentido propioceptivo y controla la conciencia
corporal.

La conciencia corporal y el equilibrio se perciben por la manera en la que los


receptores en los músculos y articulaciones envían mensajes al cerebro.
Informan dónde se encuentra el cuerpo en relación al espacio, dónde está cada
parte del cuerpo y qué está haciendo. Es la manera en que su hijo sabe cuánta
fuerza emplear para completar una tarea, como escribir sobre un papel o cerrar
una puerta.

Este sistema no siempre funciona eficientemente en los niños que tienen


dificultades del procesamiento sensorial. Un niño podría escribir muy
suavemente con su lápiz o cerrar la puerta con demasiado fuerza. Su hijo cree
que está haciendo suficiente presión en el lápiz o que está empleando menos
fuerza para cerrar la puerta de lo que realmente emplea.

Cuando los niños tienen dificultad con esto, la “estimulación propioceptiva”


puede ayudarlos a saber dónde está su cuerpo y qué debería estar haciendo.
Ese estímulo también se conoce como trabajo pesado.
Cómo beneficia el trabajo pesado a los niños con
dificultades sensoriales

La mayoría de las personas reciben suficiente estimulación física a través de


las actividades diarias, pero algunos niños con dificultades sensoriales puede
que no. Ellos necesitan ayuda adicional para que se “enciendan” los sistemas
que controlan el equilibrio, el movimiento y la conciencia corporal. Es ahí donde
son útiles las actividades de trabajo pesado.

El trabajo pesado es cualquier tipo de actividad que presiona o jala al cuerpo.


Puede ser algo como nadar o aspirar. La resistencia ejercida por el agua o la
aspiradora genera una compresión y una tracción. O puede ser algo como
saltar en un trampolín o colgarse en las barras del parque. En esos casos, el
propio peso del niño crea esa resistencia.

Los niños con dificultades del procesamiento sensorial a menudo buscan (o


evitan) la estimulación sensorial. Un niño que busca estimulación está
buscando estimulación propioceptiva, ya que puede ayudarlo a tranquilizar su
cuerpo y hacerlo sentir más orientado en el espacio. Sin actividades de trabajo
pesado su hijo puede que busque estimulación chocando contra objetos o
personas o saltando desde superficies o de otras maneras que no son seguras.

El trabajo pesado está diseñado para proporcionar esa estimulación en


maneras más seguras y consistentes. Cuando los niños hacen trabajo pesado
a lo largo del día puede que los ayude a sentirse más organizados antes que
necesiten buscar estimulación.

Las actividades de trabajo pesado más efectivas activan tantos músculos y


articulaciones como sea posible al mismo tiempo y durante un corto periodo de
tiempo. Esto significa que no todo el trabajo pesado es igual. Algunas
actividades, como la natación, son más efectivas y poderosas que otras.

Vea más de lo que interesa y menos de lo que no le interesa Actualice sus temas
Cómo realizar trabajo pesado en casa

El trabajo pesado no tiene que ser trabajo. Muchas de las actividades que
pueden ayudar a su hijo a autorregularse son juegos comunes y actividades
domésticas diarias.

Usted puede intentar algunas de estas actividades en la casa. Tenga en cuenta


que debido a que no todas son iguales, su hijo puede que tenga que completar
más actividades o hacerlas durante un periodo de tiempo más largo para que
vea mejoría.

El trabajo pesado puede ser parte de una dieta sensorial. Una dieta sensorial
es una serie de actividades físicas y adaptaciones dirigidas a proveer la
estimulación sensorial que él necesita en particular. Puede hacer una dieta
sensorial en el hogar, pero tendrá que trabajar con un terapeuta ocupacional
para encontrar las actividades más benéficas para su hijo y crear una rutina
que le funcione.

Estas son algunas actividades que emplean movimiento y resistencia para


proporcionar estimulación sensorial:

1. Tareas domésticas

 Sacar la basura
 Empujar una aspiradora
 Barrer
 Cargar la bolsa de ropa para lavar
 Cargar las compras
 Cocinar (como revolver o amasar)
 Mover sillas/mobiliario o acomodar libros en los estantes
 Palear la nieve o rastrillar hojas
 Empujar el carrito de compras en el supermercado
2. Juegos afuera

 Manejar un triciclo o una bicicleta


 Atrapar una pelota (quizás usando una pelota pesada)
 Colgarse en las barras de gimnasia
 Trepar en los juegos del parque
 Saltar la cuerda o en un trampolín
 Jugar rayuela
 Jugar la carretilla (caminar con las manos mientras alguien sostiene sus
pies)
 Nadar

3. Juegos adentro

 Jugar Twister
 Amasar plastilina
 Hacer pompas de jabón
 Lucha libre (¡solo si su hijo no se sobreexcita!)
 Marchar o correr sin moverse del lugar
 Hacer lagartijas (contra el piso o contra la pared)

Es una buena idea tomar notas y observar cómo ciertas actividades afectan a
su hijo. Algunas pueden ayudarlo y otras pueden sobreestimular su sistema.
Saberlo puede ayudar a hacer los ajustes necesarios y encontrar la rutina
adecuada.

Conozca más acerca de otras estrategias que puede intentar en la casa,


incluyendo maneras de ayudar a su hijo a manejar:

 La sensibilidad al ruido
 La sensibilidad táctil
 La sensibilidad del gusto
 La sensibilidad visual
Si no se ha comunicado con el maestro de su hijo, descubra maneras de
hablar con él acerca de las dificultades del procesamiento sensorial. Lea
sugerencias acerca de cómo controlar las crisis sensoriales. Y conozca la
técnica de trabajo pesado recomendada por una maestra.

Puntos clave
 El trabajo pesado no necesariamente tiene que ser trabajo.
 Hay muchas actividades de trabajo pesado que los niños pueden
practicar en la casa, como marchar sin moverse del lugar y cocinar.
 Un terapeuta ocupacional puede ayudar a determinar qué actividades de
trabajo pesado son las más beneficiosas para su hijo. 

 Jugar con pelotas sensoriales para apretar. Llenar un balón de arroz, de pasta


o de judías. Deja que el niño manipule lo que hay en el interior.
 Subir sobre una silla o un banco y decirle de saltar, siempre en el mismo sitio
marcado con una cruz dibujada en el suelo con celo o cinta.
 Ejercicios de rapidez para que despegue los Squigz lo más rápido posible.

 Rellenar un cubo con pelotas de papel.


 Romper un cartón: dibujar una estrella con rotulador y retarlo a recortarla con
las tijeras.
 Invitarlo a apretar con un rodillo la plastilina.
 Utilizar una pelota sensorial para apretarla contra la pared y hacerla rodar las
paredes de la habitación, sin que se caiga.
 Lanzar y atrapar los peluches con lastre. Al que se le caiga, ha perdido.

 Escribir sobre una pizarra blanca con rotuladores y decirle que lo borre.
 Realizar posiciones yoga adaptadas. 
 Hacer un masaje sensorial con nuestros accesorios que permiten realizar
ejercicios de presión ligera hasta más intensa.
 Apretar un balón (con lastre o sin) en sus brazos y que recorra la casa en esta
posición.

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