El valor de un abrazo

Marcos 9: 35-37 "entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: su uno quiere ser el primero, sea el
último de todos y el servidor de todos. Y tomando un niño, les puso en medio de ellos, le estrechó
entre sus brazos y les dijo: El que reciba un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe, y el que
me recibe a mí, no me recibe a mí sino a aquel que me ha enviado.

- Al abrazar cerebro segrega oxitocina, conocida como la hormona del "apego". Gracias a ella, los
bebés se sienten vinculados a su madre, seguros, resguardados de todo peligro. En el acto del
abrazo, además de la oxitocina, se activa en el cerebro la liberación de serotonina y dopamina, que
genera en los niños y adultos una maravillosa sensación de bienestar, sedación, armonía y plenitud.

Marcos 10: 13-16 "Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían.
mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo dejad a los niños que vengan a mí, no se lo impidan
porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. yo les aseguro que el que no reciba el reino
de Dios como un niño, no entrará en él. Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos
sobre ellos."
Jesús repite dos veces esta acción porque quiere que sea un modelo de vida cristiano.
-Científicamente esto tiene un poder terapéutico.
-Espiritualmente Los abrazos, propuesto por Jesús, son una herramienta fundamental para
establecer vínculos armoniosos y es la ante sala sensibilizadora para recibir el mensaje del amor
ágape y el evangelio.
-La emoción del abrazo es de calidad irremplazable. Es la proximidad del otro en un acto recíproco
de afecto, de sostener al otro en toda su humanidad, de asumirlo espiritual corporalmente.

Conclusión:
A todo nos gusta sentir el abrazo de Jesús en nuestras vidas. Y si todavía no lo sentimos, nos
gustaría hacerlo.
El punto es que a Jesús también le gustaría sentir nuestro abrazo día tras día.
La pregunta es ¿sentiste alguna vez el abrazo fuerte de Dios en tu vida? Él te recibe tal y como eres.
- Pero él también quiere que nosotros le abracemos a él. Abrazarnos a él quiere decir abrazar
sus promesas, quiere decir abrazar su fe, quiere decir abrazarlo con todo nuestro corazón y
aferrarnos a él cueste lo que cueste.