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La gran revelación
de los manuscritos del mar Muerto
ANDRÉ PAUL
DESCLÉE DE BROUWER
BILBAO
Título original: La Bible avant la Bible
© 2005 Les Éditions du Cerf
París, Francia
Traducción: M. M. Leonetti
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, dis-
tribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autoriza-
ción de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados
puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. del Código
Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto
de los citados derechos.
PREÁMBULO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Los conservadores ilustrados del patrimonio literario
de Israel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
La manera antigua de nombrar la selección judaica
de los libros santos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
El descubrimiento progresivo de una pluralidad de
ramas de textos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Bibliografía general selectiva sobre la Biblia y los rollos
del mar Muerto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Mapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
PRIMERA PARTE
LA LEY DE MOISÉS Y LOS LIBROS DE LA LEY
SEGUNDA PARTE
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS CON DAVID
TERCERA PARTE
LOS OTROS LIBROS O ESCRITOS
CONCLUSIÓN:
ECOS Y SÍNTESIS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS
ANEXOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
ÍNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 281
1. Léxico-índice pluridisciplinar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
2. Citas de textos no bíblicos de las cuevas de Qumrán . 293
3. Citas de textos bíblicos de las cuevas de Qumrán . . . 295
4. Lista de referencias bíblicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
5. Lista alfabética de autores modernos. . . . . . . . . . . . . . 301
PREÁMBULO
12. Nos parece que la palabra griega koinonía se impone como la equivalen-
te a la hebrea yah.ad. La encontramos usada espontáneamente en Filón de
Alejandría y en el Nuevo Testamento: en los Hechos de los apóstoles referida
a la comunidad cristiana de los comienzos (la “vida fraterna” de Hch 2,42),
así como en las cartas de Pablo en un sentido que puede ser místico, la koi-
nonía de la sangre de Cristo” (1 Co 10, 16) o “del Espíritu” (Flp 2, 1). Sobre
la palabra yah.ad, véase el dossier, con bibliografía, elaborado por S. METSO,
“Qumran community structure and terminology as theological statement”,
Revue de Qumran 20, 2002, p. 429-444.
13. El autor emplea el término francés “commune”, que, además de los sentidos
que tiene en castellano la palabra “comuna”, tiene también, y sobre todo, el
sentido de “municipio”. Éste último parece ser que también se usa en Amé-
rica latina, no así en España. Por eso, en la edición española emplearemos
“comuna-yah.ad”, cuando en francés se emplee simplemente “commune”. Sin
embargo, cuando se haga referencia a la obra conocida como Regla de la
Comunidad, seguiremos empleando este nombre tal cual en la edición espa-
ñola. (ndt).
14. Así, constatamos una evolución hacia el endurecimiento de las doctrinas y de
los mandatos, desde la Regla de Damasco a la Regla de la Comunidad, más sis-
temática y, probablemente, posterior. Esta evolución se detecta también, al
parecer, entre ejemplares diferentes de ésta.
20 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
16. Véase especialmente: J. MAGNESS, The Archaeology of Qumran and the Dead
Sea Scrolls, op. cit. p. 78-79 y 102-103.
17. La cueva nº 1 está situada a 1 km más o menos al norte de Qumrán, la cue-
va nº 3 a 2 km.
22 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
Hacia el año 130 a. de Cristo, el nieto de Ben Sirá “el Sabio” men-
ciona, sucesivamente, en el Prólogo a la obra de su antepasado:
19. Los guiones significan que hemos saltado deliberadamente un pasaje del tex-
to; los puntos suspensivos remiten a una corrupción del manuscrito.
20. 4Q397 (4QMMTd) frag. 14-21 (= C 1-17). 1. 6-15.
21. Lc 24, 4.
24 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
22. Los traductores han vertido de modo diverso estas palabras. F. GARCÍA
MARTÍNEZ: “y los anales de cada generación”; G. VERMES: “y todos los aconte-
cimientos de cada edad”; M. WISE, M. ABEGG JR, Ed. COOK: “todas las genera-
ciones”; J. MAIER: “en atención a las obras de cada generación”.
23. Que encontramos en un texto paralelo: 4Q398 frag. 14-17, col. I, l. 2-4.
24. 2 M 2, 2-11.
25. 2, 13.
26. 15, 9.
27. Llamada corrientemente Documento de Damasco: VII, 15-18.
INTRODUCCIÓN 25
Hasta ahora no hemos tratado más que del libro, dicho de otro
modo: el producto de la escritura condicionado, cerrado, y más o
menos instituido; el objeto literario orgánico y clasificable, nom-
brado voluntariamente y con frecuencia firmado: la reserva de
informaciones y de mensajes, en columnas en el rollo y, después,
en páginas en el cuaderno o codex, el antepasado de nuestro libro
preelectrónico; en fin, un individuo en una población accesible y
repertoriada de obras que llamamos “biblioteca”. El libro forma
parte de las instituciones y de los ritos, de las convenciones y de
los símbolos, sin omitir, hoy, el mercado. Ahora bien, en el libro y,
en cierto modo, distinto de él, está el texto. Puede haber texto sin
libro, pero no hay libro sin texto. El texto es: la superficie limitada
29. Tendremos ocasión de mostrar que más acá del libro y del texto se sitúa la
escritura como acto específico de producción, lo que es el texto en sí mismo.
Cf. más adelante, p. 61.
30. Nosotros diremos también TM y Biblia Hebraica.
31. Éste es el caso de la Biblia publicada en francés por Éditions Bayard el año
2001; la traducción “nueva” se ha llevado a cabo sin prestar ninguna atención
al dossier bíblico de Qumrán.
INTRODUCCIÓN 27
del libro de Isaías32, cuya maravillosa copia se data entre los años
125-100 a. de Cristo. Se descubrieron, ciertamente, numerosas va-
riantes respecto al texto hebreo tradicional, que pronto fueron
insertadas en el aparato crítico de las nuevas ediciones de la Biblia
Hebraica. Este documento no fue menos saludado como el testigo
maravilloso de una continuidad textual bimilenaria. El descifra-
miento y el primer estudio confirmaron a los sabios en la ilusión
de que en el origen había un texto hebreo único, el mismo trans-
mitido por el Texto Masorético. Se habría corrompido en algunos
lugares en los actos de transmisión o de traducción, aunque las
diferencias textuales no vendrían sino a posteriori. La doctrina de
san Jerónimo: “Donde hay diversidad, no puede haber verdad”, se
revelaba más verdadera que nunca.
El entusiasmo no duró. La publicación de fragmentos de los
libros de Samuel y de Jeremías vino a sacudir las viejas conviccio-
nes recientemente confortadas. Los restos de otros diferentes
libros iban a intervenir y producir un mismo efecto. Las diferen-
cias textuales entre los documentos recientemente descubiertos y
el Texto Masorético o “tradicional” se revelaban esta vez significa-
tivas, si no clamorosas. Más aún, se detectó sus semejanzas y, en
ocasiones, su acuerdo con las variantes propias de la versión grie-
ga antigua, la que usarán los cristianos de manera prioritaria
durante los primeros siglos de su historia: la Setenta33.
Hasta entonces, se tenía tendencia a explicar las diferencias de
estas Escrituras griegas por los acondicionamientos y las interpre-
taciones resultantes del baño cultural en la Alejandría helenística
de los siglos III y II a. de Cristo. Se iluminaban así tanto las dife-
rencias cuantitativas, las más o las menos textuales, como las
variantes cualitativas o modulaciones de sentido. Ahora bien, se
descubrió que en algunos libros o porciones de libros, la traduc-
ción griega de los Setenta correspondía a una base hebrea bien
atestiguada en las bibliotecas de Qumrán y de sus alrededores.
Traducciones completas
Qumran between the Old and New Testament, editado por F. H. CRYER
y T. L. THOMPSON, Sheffield 1998.
The Dead Sea Scrolls After Fifty Years: A Comprehensive Assessment,
editado por P. W. FLINT Y J. C. VANDERKAM, Leiden 1998-1999.
The Dead Sea Scrolls Fifty Years after the Discovery. Proceedings of the
Jerusalem Congress, July 20-25, 1997, editado por L. H. SCHIFFMAN, E.
TOV, y J. C. VANDERKAM, Jerusalén 2000.
Encyclopedia of the Dead Sea Scrolls, editada por L. H. SCHIFFMAN y J.
C. VANDERKAM, 2 vol., Nueva York 2000.
Die Textfunde vom Toten Meer und der Text der Hebraischen Bibel, V.
DAHMEN, A. LANCE Y H. LICHTENBERGER, editores, Neukirchen 2000.
TOV E., Textual Criticism of the Hebrew Bible. Second Revised Edition,
Minneapolis 2001.
The Bible as Book. The Hebrew Bible and the Judaean Desert Disco-
veries, editado por E. D. HERBERT y E. TOV, Londres 2002.
WASHBURN D. L., A Catalog of Biblical Passages in the Dead Sea Scrolls,
Leiden 2003.
Emmanuel Studies in Hebrew Bible, Septuagint, and Dead Sea Scrolls
in Honour of Emmanuel Tov, editado por Sh. M. PAUL, R. A. KRAFT, L. H.
SCHIFFMAN Y W. W. FIELDS, con Index Volume, Leiden 2003.
INTRODUCCIÓN 33
Jordá
Lugar del
bautismo de Jesús
JERICÓ según la tradición
n
JERUSALÉN
QUMRÁN
BELÉN Wad rán
i Qum
Ain Feshkha
W
ad
Khirbet Mird
i
M
Herodium urab
ba
’at Al Ghûvéir
DESIERTO Murabba‘at
Maqueronte
DE
JUDÁ MAR
MUERTO
Engadi
Nahal Hever
Massada
LA LEY DE MOISÉS
Y LOS LIBROS DE LA LEY
Hasta finales del siglo I cristiano como mínimo, no hubo prácti-
camente ningún corpus verdaderamente materializado de los escri-
tos considerados como santos ni entre los judíos ni, por consiguien-
te, entre los cristianos. Se disponía de un número todavía impreciso
de libros a los que se reconocía, sin definirlas ni declararlas, una
autoridad y unas cualidades específicas. El hecho y las modalidades
de su uso constituía y significaba estas virtudes. Eso significa que se
los reproducía más que todos los otros, a la manera del tiempo; que
se los citaba como fuente o referencia, de una manera diferente a la
de hoy, y que si había necesidad se los comentaba y, a veces, tradu-
cía. Su reagrupamiento seguía siendo simbólico o teórico, por no
decir virtual. Al menos en parte, se los designaba globalmente con
apelaciones genéricas; la materialidad nombrada no era, sin embar-
go, una realidad adquirida. No se disponía prácticamente de medios
objetivos para visualizar la cosa. Estos escritos, esparcidos, si no
estallados, algunos de ellos todavía salvajes, en la práctica se acoda-
ban espontáneamente en terrenos extensibles donde no se habían
puesto vallas. Se distinguían algunas cepas madres. Salían chupo-
nes flexibles que iban a buscar raíz en otra parte. El espacio de la pro-
liferación era libre. Simultáneamente, había una tendencia a nom-
brar conjuntos, existía incluso una necesidad de esto. El primero que
se acabó entre ellos, ni fijo ni cerrado todavía a fin de cuentas, lleva-
ba como nombres “Ley”, “Ley de Moisés”, “Libro de Moisés” o “Li-
bros de la Ley”. Disponemos de indicios y hasta de informaciones
por los que sabemos que tales o cuales libros, cinco en total, se
incluían bajo esos nombres; con todo, nada nos asegura que fueran
los únicos.
Hoy, después de los descubrimientos de las inmediaciones del
mar Muerto, en los alrededores de Qumrán y otros lugares, abundan
los testigos materiales. Los frutos de su inventario son elocuentes,
38 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
1. 4Q8c (4QGénesisn-título).
40 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
1. Génesis 1, 5
Uno de los ejemplares atestiguados2 plantea una ambigüedad
en la frase: “Dios llamó a la luz ‘día’”. La palabra hebrea yôm,
“día”, se emplea en todas partes para significar o bien la situación
diurna, la porción iluminada del tiempo o el día como opuesto a
la noche, o bien el ciclo de las veinticuatro horas, un día. Aquí se
recurre a dos palabras diferentes: en el primer caso, a la forma
más adverbial yomân, bien traducida por la palabra inglesa “day-
time”; en el segundo, a la misma yôm. Esta distinción tendrá cier-
to eco en las versiones arameas o targumes y en la versión siríaca,
próxima a éstos. Se trata de una pura elucidación semántica y la
distinción no implica la menor perspectiva doctrinal ni ideológica.
2. Génesis 1, 9
Hay dos testigos encontrados en la cueva nº 4 que se distinguen
de los otros por un texto en el que podría dar la impresión de que
se han inspirado los traductores de la Setenta. Vamos a leer, pri-
mero, el pasaje en la Biblia Hebraica, después en la Setenta y, por
último, en cada uno de los documentos procedentes de Qumrán3.
– TM: “Y Dios dijo: ‘Que las aguas que están bajo el cielo se recojan
en un solo lugar (maqôn) y que aparezca el (terreno) seco’. Y así fue”.
– LXX: “Y Dios dijo: ‘Que el agua debajo del cielo se reúna en una
concentración (synagôgê, del hebreo miqvéh y no maqôn) única y que se
vea la tierra seca”. Y así fue. Y el agua de debajo del cielo se reunió en
sus concentraciones (synagôgas) y se vio la tierra seca”.
– 4QGénesishl: “Y Dios dijo: ‘Que las aguas de debajo del cielo se reú-
nan en una concentración (miqvéh)...’”.
– 4QGénesisk: “... y que la tierra seca aparezca. Y así fue. Y las aguas
de debajo de los cielos se reunieron en sus concentraciones (miqvôt) y
apareció el (terreno) seco”.
4. Por ejemplo, leyendo mqvh en vez de mqwm, como dejaría entender M. HARL
en La Bible d’Alexandrie. 1. La Genése, París 1986, p. 90.
5. Sobre este dossier, véase: J. R. DAVILA, “New Qumran Readings for Génesis
One”, en H. W. ATTRIDGE y otros, editor, Of Scribes and Scrolls, Lanham MD
1990, p. 3-11; L. GREENSPOON, “The Dead Sea Scrolls and the Greek Bible”, en
P. W. FLINT y J. C. VANDERKAM, editor, The Dead Sea Scrolls After Fifty Years. A
Comprehensive Assessment, vol. I, Leiden 1998, p. 101-127.
6. Cf. más adelante, p. 39-42.
42 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
7. Como este pasaje entre otros: “Y tú, hijo mío, Jacob, acuérdate de mis pala-
bras y guarda las instrucciones de Abrahán, tu padre. Sepárate de las nacio-
nes, no comas con ellas, no actúes siguiendo sus maneras, y no te conviertas
en semejante a ellas, pues sus actos son impuros y toda su conducta está
manchada, es inmunda, abominable. Ofrecen sus sacrificios a muertos, ado-
ran demonios y comen en medio de las tumbas. Todo lo que hacen es vani-
dad y nada. No tienen inteligencia para reflexionar, y sus ojos no ven lo que
son sus obras, ni cómo se extravían diciendo a un trozo de madera: ‘Tú eres
mi dios’, y a un guijarro: ‘Tú eres mi señor, tú eres mi salvador’. No tienen
inteligencia” (cap. XXII).
8. Según la opinión argumentada de F. H. CRYER, “Génesis in Qumran”, en F. H.
CRYER y Th. L. THOMPSON, Qumran between the Old and New Testament,
Sheffield 1998, p. 98-112.
9. Así, 2QÉxodoc y 4QÉxodoe, g, h, k.
LOS LIBROS DE LA LEY RECOGIDOS EN QUMRÁN 43
10. MurEx.
11. Véase E. SANDERSON, An Exodus Scroll from Qumran: 4QpaleoExodm and the
Samaritan Tradition, Atlanta 1986.
44 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
do y los egipcios no podrán beber agua del Río”, aparece esta espe-
cie de repetición ejecutoria basada en el enunciado de las consig-
nas divinas de Ex 7, 15-18:
«Y Moisés y Aarón se dirigieron a casa del Faraón y le dijeron:
“Yahvé, el Dios de los hebreos, nos ha enviado a ti para decirte: ‘Deja
partir a mi pueblo, para que me den culto en el desierto’; pero hasta
ahora no has hecho caso. Por eso vas a saber que yo soy Yahvé: Con
el cayado que tengo en la mano, golpearé las aguas del Río y se con-
vertirán en sangre. Los peces del Río morirán, el Río quedará apes-
tado y los egipcios no podrán beber agua del Río’’». Sigue el v. 19: “Y
Yahvé dijo a Moisés: ‘Dio a Aarón...’”. El mismo esquema y el mis-
mo procedimiento aparecen en otras cinco plagas: la segunda en
Ex 7, 29, la cuarta en Ex 8, 19, la quinta en Ex 9, 5, la séptima en
Ex 9, 19 y la décima en Ex 10, 213.
¡Aquí tenemos, podría decirse, un texto bíblico de inspiración
samaritana! A decir verdad, es la Ley Samaritana la que manifies-
ta un texto a la manera de 4Qpaleo-Éxodom, cuya tradición textual
constituye probablemente su fuente o incluso su modelo. Una vez
separados, los samaritanos llamados cismáticos no tendrán más
que añadir, esta vez a propósito, las señales reveladoras de los fun-
damentos de su doctrina. Así, tras el enunciado del cuarto manda-
miento del Decálogo (Ex, 20, 17), procederán a la inserción de un
extenso pasaje constituido con fragmentos reagrupados del
Deuteronomio (Dt 11, 29-30): éstos, retocados para las necesida-
des de la causa, vendrían a prescribir a los israelitas la edificación
de un altar en el monte Garizín. ¡Ésa es su firma! Serán los únicos
en apropiarse una rama textual de la Ley marcándola así con su
sello. Todos los demás grupos, ya fueran saduceos o esenios, fari-
seos o cristianos, o de otro tipo, jugarán con la interpretación,
pero no con el texto. La textura “samaritana” estaba en curso, por
tanto, mucho antes de las opciones y de las señales específicas de
los samaritanos. Por otra parte, el rollo y los libros donde apare-
cen juntos los libros del Éxodo y del Levítico, 4QÉxodo-Levíticof ó
4Q17, está él mismo emparentado con esta tradición. Es uno de
13. Véase E. TOV, Textual Criticism of the Hebrew Bible. Second Revised Edition,
Minneapolis 2001. p. 98.
46 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
los más antiguos encontrados en Qumrán, y data tal vez del siglo
III a. de Cristo. Cubre la sección de Ex 38-40. Esos otros fragmen-
tos podrían atestiguar ellos mismos en favor de esta corriente tex-
tual, presamaritana14 a fin de cuentas.
En compensación, otros dos rollos atestiguan un tipo o familia
de texto que nos remite espontáneamente al texto griego de la
Setenta: 2QÉxodoa ó 2Q2, y más aún 4QÉxodob ó 4Q13 con sus
fragmentos de Ex 1-5. Vamos a proponer aquí tres muestras.
1. Ex 1, 1
– TM: “He aquí los nombres de los hijos de Israel que entraron en
Egipto con Jacob”.
– LXX: “He aquí los nombres de los hijos de Israel entrados en
Egipto al mismo tiempo que Jacob su padre”.
2. Ex 1, 5
– Biblia Hebraica y Ley Samaritana: “Los descendiente de Jacob
eran, en total, setenta personas”.
– LXX: “En total, las personas procedentes de Jacob eran setenta y
cinco”.
3. Ex 1, 12
– Biblia Hebraica, Ley Samaritana y 4QGénesis-Éxodoa: “Pero cuan-
to más dura le (Israel) hacían la vida, más crecía en número y sobrea-
bundaba”.
– LXX: “Ahora bien, cuanto más se les (los hijos de Israel) humi-
llaba, más crecían ellos en número y se volvían enormemente fuertes”.
1. Deuteronomio 5, 15
El contexto amplio es el del Decálogo (Dt 5, 6-18), el contexto
próximo es el precepto del sabbat (vv. 12-15: “Observa el día del
sabbat para santificarlo...”), dando las razones o motivaciones di-
vinas del mismo. Vamos a citar, sucesivamente, la versión del Texto
Masorético, la versión de la Setenta y la de 4QDeuteronomion:
2. Deuteronomio 32, 43
Nos encontramos en el extremo final del famoso Cántico de
Moisés (Dt 32, 1-43). Vamos a citar, sucesivamente, el Texto Maso-
45. La invención del libro tal como lo conocemos todavía hoy será una invención
revolucionaria. Véase A. PAUL, “Genése et avénement des ‘Écritures’ chrétien-
nes”, en J.-M. MAYEUR, Ch. y L. PIETRI, A. VAICHEZ, M. VENARD, Histoire du
christianisme, tomo 1, París 2000, p. 694-699.
46. B. Megillah 18b. Véase: Y. YADIN, Tefillin from Qumram (X Qumran Phiyl 1-4),
Jerusalén 1969: J. T. MILIK, Qumran Grotte 4. 11. ii. Tefillin, Mezuzot et Targums
(4Q128-4Q157), DJD VI, Oxford 1977, p. 34-79 y 80-85: E. TOV, “Tefillin of
Different Origin from Qumran?”, en Y. HOFFMAN y F. H. POLAK (editores), A
Light for Jacob: Studies in the Bible and the Dead Sea Scrolls in Memory of Jacob
Shalom Licht, Jerusalén-Tell Aviv 1997, 44*-54*; E. TOV, Textual Criticism of the
Bible. Second Revised Edition, Minneapolis-Assen 2001, p. 119 y 230-231. L. H.
SCHIFFMAN, Les manuscrits de la mer Marte et le judaïsme. L’apport de l’ancien-
ne bibliothéque de Qumran à l’histoire du judaïsme, traducido, revisado y pues-
62 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
to al día por Jean DUHAIME, Montreal 2003, p. 240-245. Las filacterias y los
mezûzôt están atestiguados por la Carta de Aristeo, en el siglo II a. de Cristo, en
este pasaje: “Hasta en la ropa, nos ha dado (Moisés, el Legislador) un signo que
nos lo (Dios, ‘señor soberano’) recuerda; igualmente, nos ha puesto como ley
poner las divinas Palabras (ta logia) en nuestros portales y en nuestras puertas,
para que sean una ocasión de acordarnos de Dios; manda también explícita-
mente ‘atar’ este ‘signo’ alrededor de los brazos” (§§ 158-159). Flavio Josefo, a
finales del siglo II, parece inspirarse en este escrito cuando se hace eco de Dt
6, 8-9 (Antigüedades judías IV, 213). Y el evangelista Mateo engorda o caricatu-
riza el porte de filacterias por los escribas y los fariseos (23, 5).
47. Hacia el año 150 de nuestra era.
48. 4Q249, en escritura codificada. Véase: St. J. PFANN, “The Writings in Esoteric
Script from Qumran”, en The Dead Sea Scrolls Fifty Years After Their
Discovery. Proceedings of the Jérusalem Congress, July 20-25, 1997, editado
por L. H. SCHIFFMAN, E. TOV, J. C. VANDERKAM, Jerusalén 2000, p. 177-189.
LOS LIBROS DE LA LEY RECOGIDOS EN QUMRÁN 63
diferentes cuevas, tantos como del libro del Génesis, del que se ins-
pira en gran medida. Respecto a él se plantea asimismo esta cues-
tión: ¿no estaremos en presencia de un libro que posee también, al
menos en ciertos medios, el estatuto y el valor de los libros de la
Ley? Esta pregunta ha sido relanzada por la existencia de varios
textos que parecen “reescribir”, por su parte, directamente el mis-
mo libro de los Jubileos5. Se trata aquí de variantes significativas de
éste. Veamos un fragmento del primero de ellos según la clasifica-
ción de los editores; parafrasea a su manera el patético y desga-
rrador relato del “sacrificio” de Isaac (Gn 22).
9. Cf. Targum Neofiti y Targum del Pseudo-Jonatán de Gn 22, 10; el Midrás Pirké
de-Rabbi Eliezer XXXI, 4.
10. 4Q226 (4Qpseudo-Jubileosb), citado en parte más arriba, p. 69.
11. 4Q175. Para este documento, véase más adelante, donde lo citamos integral-
mente: p. 157.
12. 4Q379 (4QApócrifo de Josuéb), frag. 22. Véase: T. LIM, “The ‘Psalms of Joshua’
(4Q379 Fr. 22 col. 2): A Reconsideration of Its Text”, Journal of Jewish Studies
44, 1993, p. 309-312; C. A. NEWSON, “4Q378 and 4Q379: An Apocryphon of
Joshua”, en: H. J. FABRY y otros, Quramstudien: Vorträge und Beiträge der
Teilnehmer des Qumranseminars auf dem internationalen Treffen der Society
of Biblical Literature, Münster, 25-26, Juli 1993, Gotinga 1996, p. 35-85; D.
DIMANT, “The Apocryphon of Joshua - 4Q522 9 ii: A Reappraisal”, en Emanuel.
Studies in Hebrew Bible, Septuagint, and Dead Sea Scrolls in Honour of
Emanuel Tov, editado por Sh. PAUL et al., Leiden 2003, p. 179-204.
DERIVADOS Y COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LA LEY 71
1. “El año seiscientos uno de la vida de Noé, el día diecisiete del segun-
do mes, se secaron las aguas de encima de la tierra (Gn 8, 13.14) el primer
día de la semana. Aquel día, Noé salió del arca (Gn 8, 18) al cabo de un
año completo de trescientos sesenta y cuatro días, el primer día de la
semana. El séptimo uno y seis, Noé salió del arca, en el tiempo fijado de
un año completo”24.
29. Véase: S. STERN, “Qumran Calendars: Theory and Practice”, en Th. H. LIM,
ed., The Dead Sea Scrolls.... op. cit., p. 179-186; M. O. ABEGG Jr, “The Calendar
at Qumran”, en Judaism in Late Antiquity, editado por A. J. AVERY-PECK, J.
NEUSNER y B. D. CHUTOS, Part Five: The Judaism of Qumran: A Systemic
Reading of the Dead Sea Scrolls, Vol One: Theory of Israel, Leiden 2001,
p. 145-173.
30. Plural de targum, “traducción (aramea)” judía de los textos bíblicos.
31. Dn 2, 16; 5, 15. Véase más adelante. p. 140-144.
76 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
32. 4Q370.
33. Col. I, 1.1-2.
34. 11Q5 col. XXVI, 1.13.
DERIVADOS Y COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LA LEY 77
39. Sobre esta palabra hebrea, de la raíz dârás, “buscar”, que significa, en primer
lugar, “investigación”, “búsqueda”, véase más adelante, p. 290.
DERIVADOS Y COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LA LEY 79
46. Conservado oculto en una tenducha de Belén en espera de una oferta subs-
tancial.
47. Como en el Libro de los Jubileos y tal vez la manera de seleccionar las secuen-
cias del Génesis. Cf. más arriba, p. 42.
48. Tal vez al divorcio, piensan algunos: véase: J. A. FITZMYER, “The Matthean
Divorce Texts and Some New Palestinian Evidence”, Theological Studies 37,
1976, p. 197-226 (retomado en Idem, To Advance the Gospel: New Testament
Studies, Nueva York 1981, p. 79-111).
84 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“Desde ese día contaréis siete semanas siete veces. Habrá cuarenta y
nueve días desde las siete semanas completas hasta el día siguiente al
séptimo sábado. Contaréis cincuenta días y ofreceréis aceite nuevo de
los poblados de los clanes de los hijos de Is]rael: medio hin cada uno de
los clanes; aceite nuevo refinado, [...] aceite virgen, sobre el altar, holo-
causto de primicias ante YHWH”50 .
54. La sección LVI, 12-LIX, 21 contiene la “Ley sobre el Rey”. Véase muy recien-
temente: C. D. ELLEDGE, The Statutes of the King: The Temple Scrolls’s
Legislation on Kingship (11Q 19 LVI 12-LIX 21), París 2004.
55. Columnas XXX a XLV.
DERIVADOS Y COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LA LEY 87
mente que la Ley debe ser comprendida y explicada para que sea
verdaderamente Ley. Tenemos aquí y ahora la verificación con el
enunciado optimizado de la Ley. No se trata de un comentario, que
no sería más que un duplicado redundante. Por eso, estas otras
cuestiones siguen en pie. ¿Cuáles son la naturaleza y la legitimidad
de la relación entre “esta Ley”, nueva por su composición no por
la inspiración, y “la Ley”, ésta de institución antigua? ¿En qué
medida podemos decir que la una es nueva y la otra antigua? ¿Se
trata en verdad de dos entidades distintas, una de referencia y de
memoria, y la otra de función y de sublimación? ¿No habría un
estatuto único, común a la una y a la otra, pero distribuido o di-
ferenciado entre ellas? ¿Remiten ambas a una sola y misma ley,
adecuadamente promovida por la segunda, virtual o utópica a la
manera del Templo?
De momento no esbozaremos más que una respuesta general,
sugestiva más que afirmativa. El Rollo del Templo es un documen-
to único en la medida que parece abrir el espacio instituido de la
Ley a la venida de una Ley “nueva”, justamente la que representa y
propone él mismo. Al hacer esto, lejos de volver a ésta caduca, la
dota de una dimensión inédita que le da valor, aunque la designe
tácitamente como “antigua”. Ése es el fruto de la relación que se
instaura entre ambas. De este modo aparece trazada una vía hasta
entonces desconocida, aunque todavía en filigrana. Es la vía del
movimiento doctrinal y literario que va de la Antigua Alianza a la
Nueva, según el esquema que forjará Pablo de Tarso68, o la del pro-
ceso de escritura que hará acceder el Antiguo Testamento al Nuevo
mediante el advenimiento de este último69. ¿No es también la que,
en el judaísmo rabínico futuro, verá unirse la Escritura o Torá
escrita a la Torá oral, la Misná y el Talmud, para constituir de una
vez por todas la Torá? En pocas palabras, ¿no es el Rollo del Templo,
obra magistral de utopía como hemos dicho, un siglo, si no dos,
antes de Jesucristo, la realización profética, aunque ambigua, de
un programa con dos opciones, una cristiana y judía la otra?
“El que no sea rápido para comprender, el que hable con una voz
débil o entrecortada sin pronunciar distintamente las palabras para
hacerse entender, tales personas no deben leer en el libro de la Ley (sefer
ha-Torá): así no inducirán a error en una materia capital”10.
22. Literalmente, “los que vuelven”, participio presente del verbo shûb, “volver”.
23. Es muy probable que se trate de un exilio ficticio, reproducción simbólica o
imagen mística del gran Exilio en Babilonia. De ahí procede el título que se
da a esta obra: Regla de Damasco.
24. Verbo dârash, “buscar”, que se emplea para la interpretación de la Ley, en
participio: dôresh (ha-Torá o bat-Torá), literalmente “buscador (de o en la
Ley)”.
25. Yôreh tsédeq, fórmula verbal que corresponde a môreh tsédeq, “Maestro de
justicia”.
26. Regla de Damasco col. VI, l. 2-11.
27. Recordemos que los miembros de la Comuna-yah.ad se consideraban como
los “santos”, a la manera de los ángeles celestiales designados de esta suerte.
Los primeros cristianos los imitarán: cf. Hch 9, 13.31-41; Rm 16. 2; 1 Co 16,
1; 2 Co 1, 1 y 13, 12; Ef 3, 5.
28. En hebreo, mimtsâ, “descubierto”, “hallado”: forma del verbo mâtsâ, “encon-
trar”, término significativo en los escritos de Qumrán, del campo lexical de
la “revelación” del verdadero sentido de la Ley.
29. Verbo sâtar, “ocultar”, de donde deriva mistâr, “cosa oculta”, en plural
mistârôt.
LA LEY “PERFECTA” RESERVA INFINITA DE “REVELACIÓN” 99
30. Estos signos suplen en el manuscrito las letras del tetragrama divino: YHWH.
31. Regla de la Comunidad VIII, 10-16.
32. Regla de la Comunidad V, 7-12.
33. Maskîl es de la misma raíz hebrea que sékel, “comprensión”, “penetración”,
“inteligencia”, término bíblico bien atestiguado por los textos de Qumrán.
Maskîl o “Maestro” es la apelación de una de las altísimas funciones no sa-
cerdotales de la Comuna-yah.ad. Lo encontramos, sobre todo, en la Regla de
Damasco, aunque también en la Regla de la Comunidad (principalmente en
1QS IX, 26 – X, 8) y en la Regla de la guerra de los hijos de la luz y de los hijos
de las tinieblas (1QM).
34. Verbo hâlak, “marchar”.
100 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
40. Del griego gramma, “letra” o “signo escrito”. Proponemos este neologismo
por analogía con la palabra cristiana “encarnación”.
41. Regla de Damasco col. XIX, l. 16.
42. Sobre este término, véase A. PAUL, À l’écoute de la Torah..., op. cit. p. 65-70.
102 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“Dios rescató [...] a todos los que vinieron después de ellos, y que
declararon justo al justo y declararon impío al impío, y todos los que
entraron tras ellos para obrar de acuerdo con el tenor exacto (perûsh ha-
Torá) de la Ley en la que fueron instruidos los primeros hasta que se
complete el período de esos años. [...].
Pero cuando se complete el período según el número de esos años
no habrá más unirse a la casa de Judá, sino tenerse derecho cada uno
sobre su torre de guardia.
El muro está abatido, la frontera está lejos (Mi 7, 11).
Y durante todos esos años Belial será enviado contra Israel, como ha
dicho Dios por medio del profeta Isaías, hijo de Amoz, diciendo:
“Pánico, fosa y red contra ti, habitante de la tierra’ (Is 24, 17)
Su interpretación (pesher):
57. Los guiones entre corchetes significan un pasaje que hemos saltado volunta-
riamente porque no hace falta para lo que nos proponemos.
58. Podríamos traducir también: “aplicación” o “exposición”.
59. 4QRegla de Damascoe (4Q270) frag. 7, col. II, l. 11-15; la misma fórmula,
midrás ha-Torá, aparece en Regla de Damasco XX, 6.
LA LEY “PERFECTA” RESERVA INFINITA DE “REVELACIÓN” 107
Son las tres redes de Belial, sobre las que habló Leví, hijo de Jacob60,
en las que captura a Israel y las hace aparecer ante ellos como tres espe-
cies de justicia. La primera es la fornicación; la segunda, la riqueza; la
tercera, la contaminación del templo. El que escapa de una, es atrapado
en otra, y el que es rescatado de ésta, es atrapado en otra.
Los constructores del muro61 [...] son capturados dos veces en [la red
de] la fornicación: (1) por tomar dos mujeres en sus vidas, a pesar de que
el principio de la creación es: ‘varón y hembra los creó’ (Gn 1, 27). Y los
que entraron en el arca, ‘entraron de dos en dos en el arca’ (Gn 7, 9).
Y del príncipe está escrito:
‘Que no se multipliquen las mujeres’ (Dt 17, 17).
Pero David no había leído el libro sellado de la Ley que estaba en el
arca, pues no había sido abierta en Israel desde el día de la muerte de
Eleazar y de Jehoshua, y Josué y los ancianos que servían a Astarot
habían escondido la revelación (nigelêh) hasta la entrada en oficio
de Sadoc. Y las obras de David fueron ensalzadas, excepto la sangre de
Urías, y Dios se las permitió.
Y ellos también contaminan el templo, pues no mantienen separado
de acuerdo con la ley, sino que se acuestan con la que ve la sangre de su
flujo menstrual.
(2) Y toman por mujer a la hija de su hermano y a la hija de su her-
mana. Pero Moisés dijo:
“No te acercarás a la hermana de tu madre, es consanguínea de tu
madre’ (Lv 18, 13).
La ley del incesto, escrita para los varones, se aplica igualmente a las
mujeres, y por tanto a la hija del hermano que descubre la desnudez62
del hermano de su padre, pues es su consanguíneo63 ”.
60. Probable alusión a un escrito ligado a Leví. ¿Un Testamento de Leví? Sobre
este tema remitimos a nuestra obra: Et l’homme créa la Bible..., op. cit. p. 420-
421.
61. Repetición libre de la primera parte de la cita de Miqueas 7, 11 y tal vez eco
de Ez 13, 10.
62. Fórmula bíblica gráfica que significa “acostarse con”.
63. Regla de Damasco IV, 7 - V, 11.
108 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
77. Véase S. KESSLER-MESGUICH, La langue des Sages. Matériaux pour une étude
linguistique de l’hébreu de la Mishna, París-Lovaina 2002, p. 27-28.
Segunda parte
Libro de Isaías
1. Is 1, 15b
– TM y LXX: “Cuando multiplicáis las oraciones, no escucho: vues-
tras manos están llenas de sangre”.
– 1QIsaíasa: “Aunque multipliquéis las oraciones, no escucharé.
Vuestras manos están llenas de sangre, vuestros dedos de iniquidad”.
2. Is 2, 9b-10
– TM y LXX: “Por eso el ser humano (’âdâm) será humillado y el
hombre (’îsh) será abajado:
No, no les perdonéis.
Entra en la peña, escóndete en el polvo,
ante el terror de Yahvé y el esplendor de su majestad”.
– 1QIsaíasa: “Por eso el ser humano (’âdâm) será humillado y el
hombre (’îsh) será abajado”.
3. Is 2, 20
– TM y LXX8: “En aquel día los humanos (ha-’âdâm) arrojarán a los
topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que
ellos habían fabricado para adorarlos”.
– 1QIsaíasa: “En aquel día los humanos (ha-’âdâm) arrojarán a los
topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que sus
dedos habían fabricado”.
4. Is 4, 5-6
– TM y LXX9: “Yahvé creará sobre toda la extensión del monte de
Sión y sobre sus asambleas,
una nube durante el día (yômân) y una humareda,
y resplandor de fuego llameante de noche.
Y por encima de todo la gloria de Yahvé será toldo
y tienda para servir de sombra durante el día (yômân) contra el calor,
y para abrigo y refugio contra la tormenta y contra la lluvia”.
5. Is 16, 8-9
– TM y LXX11: “Pues el viñedo de Jesbón se ha marchitado,
la viña de Sibmá,
cuyos racimos selectos derribaron los señores de las naciones;
Hasta Yazer alcanzaban, se perdían por el desierto,
sus frondas se extendían, pasaban la mar.
9
Por eso voy a llorar con los lloros Yazer,
por la viña de Sibmá.
Te regaré con mis lágrimas, Jesbón y Elalé;
porque sobre tu cosecha y sobre tu segada
ha caído el grito del pisador”.
10. De homoios, “semejante”, y téleutê, “fin”. Se emplea este término para desig-
nar el error de un copista o de un traductor que no lee espontáneamente más
que una sola palabra o una sola fórmula cuando dos palabras o fórmulas
semejantes se encuentra a una distancia de una o varias líneas en un mismo
contexto textual: cuando eso ocurre aparece omitido sistemáticamente el
intervalo entre ambas.
11. Con algunas variantes cualitativas.
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS RECOGIDOS EN QUMRÁN 125
6. Is 34, 17 - 35, 2
– TM y LXX12: “17 Es él mismo el que los echa a suertes,
con su mano les reparte el país a cordel;
la poseerán (su tierra) para siempre
y morarán en ella de generación en generación.
1
Que el desierto y el sequedal se alegren,
regocíjese la estepa y florezca como el narciso;
2
estalle en flor y se regocije
hasta lanzar gritos de júbilo.
La gloria del Líbano le ha sido dada,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria de Yahvé,
el esplendor de nuestro Dios”.
– 1QIsaíasa (texto del primer copista): “17 Es él mismo el que los echa
a suertes,
con sus manos les reparte el país a cordel para siempre”.
(Texto intercalado por otro copista después de “para siempre”):
“La poseerán (su tierra) de edad en edad y habitarán en ella.
1
Que el desierto y el sequedal se alegren,
regocíjese la estepa y florezca como el narciso;
2
estalle en flor y se regocije
hasta lanzar gritos de júbilo.
La gloria del Líbano le ha sido dada,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria de Yahvé,
el esplendor de nuestro Dios”.
7. Is 38, 19-22
– TM y LXX: “19 El que vive, el que vive, ése te alaba,
como yo ahora.
El padre enseña a los hijos tu fidelidad.
20
Yahvé, ven en mi auxilio,
y haremos resonar nuestras arpas
todos los días de nuestra vida en la Casa de Yahvé.
Isaías dijo:
“Traed un pan de higos, aplicadlo sobre la úlcera y sanará (el rey
Ezequías)”.
22
Ezequías dijo: “¿Cuál será la señal de que subiré a la Casa de
Yahvé?”
– 1QIsaíasa (primer texto): “19 El que vive, el que vive, ése te alaba,
como yo ahora.
El padre enseña a los hijos tu fidelidad.
20
Yahvé, ven en mi auxilio”.
(Texto intercalado aquí por otro copista):
13. No disponemos más que del TM y de la LXX. De los rollos de Qumrán, sólo
1QIsaíasa es testigo de este pasaje.
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS RECOGIDOS EN QUMRÁN 127
8. Is 40, 6-8
– TM: “6 Una voz dice: ‘¡Grita!”
y se responde: ‘¿Qué he de gritar?”
Toda carne es como la hierba
y todo su esplendor como flor del campo.
7
La hierba se seca, la flor se marchita,
cuando el aliento de Yahvé pasa sobre ella.
¡Sí, el hombre es como la hierba!
8
La hierba se seca, la flor se marchita,
mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre”.
– LXX: “6 Una voz dice: ‘¡Grita!”; y yo digo: ‘¿Qué he de gritar?”
Toda carne es hierba, y todo el esplendor del hombre como la flor de
la hierba.
8
La hierba se seca, la flor se marchita,
mas la palabra de nuestro Dios permanece por siempre”.
– 1QIsaíasa: “6 Una voz dice: ‘¡Grita!”
y se responde: ‘¿Qué he de gritar?”
Toda carne es como la hierba
y todo su esplendor como flor del campo.
7
La hierba se seca, las flores se marchitan
(Inserción por otro copista) cuando el aliento de ••••17 sopla sobre
ella
8
La hierba se seca, las flores se marchitan, y la palabra de nuestro
Dios
(vuelta al primer copista) mas la palabra de nuestro Dios permanece
por siempre”.
Libro de Jeremías
28. Este dossier ha sido estudiado de manera detenida por el eminente E. TOV,
“Some aspects of the Textual and Literary History of the Book of Jeremiah”,
en P.-M. BOGAERT (ed.), Le livre de Jérémie, op. cit., Lovaina 1981, p. 145-167;
“The Literary History of the Book of Jeremiah in the Light of Its Textual
History”, en Empirical Models for Biblical Criticism, editado por J. H. TIGAY,
Filadelfia 1985, p. 213-237.
29. Jr 9, 22 - 10, 21 en 4QJeremíasb y Jr 43, 2-10 para 4QJeremíasd. Véase el texto
reconstituido en E. TOV, Textual Criticism..., op. cit., p. 325.
30. El orden de los versículos en 4QJeremíasb, después de la reconstitución es
cierto, es idéntico al del texto de la Biblia griega, a saber: vv. 4, 5a, 9 y 5b.
134 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
31. Como hace E. TOV, que habla de una “edición I” y de una “edición II”.
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS RECOGIDOS EN QUMRÁN 135
Libro de Ezequiel
48. Significados tal vez en Qumrán por comidas festivas con un menú excepcio-
nalmente compuesto de carne. Véase J. MAGNES, The Archceology of Qumran
and the Dead Sea Scrolls, Grand Rapids 2002, p. 113-133.
49. Sería mejor decir “teúrgicas”, de théurgia, “acción o trabajo sobre Dios”. Esta
palabra del siglo II, enriquecida por la filosofía neoplatónica, ejercerá una
auténtica influencia en el desarrollo y la profundización de la mística judía
de la Mercavá y en la teología cristiana de la gracia y de los sacramentos.
Véase A. PAUL, À l’écoute de la Torah..., op. cit., p. 143-144.
50. Lc 3, 21. Es sorprendente que Marcos (Mc 1, 10) y Mateo (Mt 3, 16) no men-
cionen ni el pueblo ni la oración.
51. El ejemplar encontrado en Massada, cuyos ocupantes se suicidaron el año 73
ó 74, deja entender que algunos de los hombres de la Comuna-yah.ad se refu-
giaron en la famosa roca, llevando consigo una selección de escritos.
52. Una palabra que no existe en la tradición judía.
140 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
Libro de Daniel
69. Donde aparecen restos de diez de los doce libros: faltan Oseas y Miqueas.
70. Es la terminología que emplea E. TOV, entre otros en: Textual Criticism..., op.
cit., passim.
71. Véase: B. W. R. PEARSON, “The Book of the Twelve, Aqiba’s Messianic Inter-
pretations, and the Refuge Caves of the Second Jewish War”, en The Scrolls
and the Scriptures. Qumran Fifty Years After, Sheffield 1997, p. 221-239.
72. En un primer tiempo, se había creído al beduino poseedor de la mayoría del
documento, según éste el documento procedía de Nah.al Se’elim. Algunos
restos desprendidos que habían quedado en Nah.al H . ever han permitido
establecer su verdadero origen. Véase: J. C. GREENFIELD, “The Texts from
Nahal Se’elim (Wadi Seiyal)”, en The Madrid Qumran Congress..., op. cit.. vol.
2, p. 661-665.
146 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
73. Son éstos: 1QPesherHabacuc (el primero conocido, en 1947, pronto publica-
do y estudiado), 1QPesherMiqueas ó 1Q14, 1QPesherSofonías ó 1Q15,
4QPesherMiqueas ó 4Q168, 4QPesherSofonías ó 4Q170, 4QPesherNahúm ó
4Q169 (el más largo de todos). 4QPesherOseasa, b ó 4Q166-167,
5QPesherMalaquías ó 5Q10. No clasificamos entre los pesharim el fragmento
4Q253a ó 4QComentario de Malaquías.
74. Regla de Damasco XIX, 7, 4Q177 col. II para Zacarías; 1QPesherHab VII, 1
para Habacuc.
75. Pensamos, entre otros, en la larga cita de Joel (3, 1-5) que aparece en el dis-
curso de Pedro después de Pentecostés: Hch 2, 16-31.
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS RECOGIDOS EN QUMRÁN 147
76. Una guenizá o “escondite”, del hebreo gânaz, “esconder”, es el anexo de una
sinagoga donde se depositaban libros o fragmentos defectuosos de la Torá, o
todo documento que contuviera el nombre divino cuya profanación se que-
ría evitar.
77. Véase B. W. R. PEARSON, “The Book of the Twelve... ”, op. cit., p. 232-239.
78. A saber: tres en 1Q, uno respectivamente en 2Q, 3Q, 5Q, 6Q y 8Q, veintitrés
en 4Q y seis en 11Q. Su copia se extiende en el tiempo desde mediados del
siglo II a. de Cristo (4QSalmosa) a la conquista de Judaea por los romanos
entre los años 68 y 70 (4QSalmosa y 11QSalmos apócrifosa).
79. MasSalmosa y MasSalmosb.
80. 5/6HeverSal.
81. Véase: P. W. FLINT y A. E. ÁLVAREZ, “The Oldest of All the Psalms Scrolls: The
Text and Translation of 4QPsa”, en S. E. PORTER y C. A. EVANS, The Scrolls and
the Scriptures..., op. cit., p. 142-169.
82. Véase: P. W. FLINT, Dead Sea Psalms Scrolls and the Book of Psalms, Leiden
1997; U. DAHMEN, Psalmen-und Psalter-Rezeption Im Frühjudentum: Rekons-
truktion, Textbestand, Struktur und Pragmatik der Psalmenrolle11QPsa aus
Qumran, Leiden 2003.
148 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
83. Salmos 1, 3-4, 20-21, 32, 41, 46, 55, 58, 61, 64-65, 70, 72-75, 80, 87.
84. 4Q174 ó 4QFlorilegio, frag. 1,l. 14.
85. Sal 90, 108, 110, 111, 117.
86. 11QSalmosa.
87. Son: (?) 4Q522, 4QSalmosb, 11QSalmosb y 11QSalmos apócrifosa.
88. Col. XXII.
89. Col. XXVI.
90. Col. VI-XIV.
LOS LIBROS DE LOS PROFETAS RECOGIDOS EN QUMRÁN 149
“Oración de David
1
Quiero exaltarte, oh 95
, oh mi Dios, mi rey
Y bendeciré tu nombre por siempre jamás
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás.
2
Bendito el día. Quiero bendecirte
y celebrar tu nombre para siempre jamás.
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás.
3
es grande y digno de toda alabanza,
y su grandeza es insondable.
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás.
/ + versículos 4-7 y 12 con el mismo estribillo después de cada uno de
ellos: ‘Bendito sea...”; faltan los versículos 8-11 /
13
Tu reinado es un reinado eterno,
y tu descendencia permanece por todas las edades.
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás.
13b
Dios es fiel en sus palabras
y misericordioso en sus acciones.
(Estos dos versos faltan en la Biblia Hebraica, pero se encuentran en
la versión griega de la Setenta).
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás
/ + versículos 14-20 con el mismo estribillo al final de cada uno de
ellos /
21
Mi boca proclamará la alabanza de ,
y que toda criatura bendiga su santo nombre.
Bendito sea y bendito sea su nombre por siempre jamás.
Es como memorial”.
Sabemos que han llegado hasta nosotros seis rollos del libro de
Ezequiel. No todos corresponden verdaderamente a un ejemplar
completo del libro, al menos tal como lo leemos en la Biblia. Es
cierto que algunos de estos preciosos testigos incluía en su origen
la práctica totalidad del libro de Ezequiel19. Algún otro, por el con-
trario20, se presenta más como una selección orgánica, del tipo que
podrían reflejar algunos otros escritos que recogen tradiciones
relativas a Ezequiel. No se ha encontrado en ellos más que las
visiones del carro divino con el trono celeste de los capítulo 1 y 10,
fundidas sin duda en una sola y acompañada de algunas otras
secuencias. Y surgen estas cuestiones: lo que, hasta la misma épo-
ca de Jesús e incluso más tarde, reconocía y designaba la gente de
Qumrán y otros como el “libro de Ezequiel”, ¿era verdaderamente
la obra bíblica única así llamada? ¿No era más bien la edición
selectiva o antológica que atestiguan varios escritos encontrados
en Qumrán? El problema rebota para plantearse de una manera
más completa y más precisa a la vez.
El libro de Ezequiel va acompañado en los rollos de Qumrán
por un serio rival, titulado por los sabios como Pseudo-Ezequiel o
Segundo Ezequiel. El segundo de estos títulos es el menos insopor-
table. No dice nada a priori sobre la existencia de un verdadero o
de un falso Ezequiel, y no implica forzosamente una jerarquía o
una dependencia. Queda, sin embargo, la posible anterioridad del
uno respecto al otro. Este “otro” Ezequiel, hablemos así, figuraba
en cuatro o cinco ejemplares entre los textos del mar Muerto21,
todos ellos en la cueva nº 4: por consiguiente, en un número mayor
que el de su homónimo oficial. La obra se presenta como un diá-
logo entre Dios y el Profeta, nombrado varias veces. Respecto al
19. 11QEzequiel u 11Q4 pudo haber contenido el libro completo con sus cuaren-
ta y ocho capítulos.
20. Cf. más arriba, p. 135.
21. Son éstos: 4Q385 ó 4QPseudo-Ezequiela, 4Q385c ó 4QPseudo-Ezequielc, 4Q386
ó 4QPseudo-Ezequielb, 4Q388 ó 4QPseudo-Ezequield; podemos añadir: 4Q391
ó 4QpapPseudo-Ezequiele.
164 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
22. Ap 4, 6-8.
23. Ez 37.
24. 4Q385 frag. 2, l. 1-10 (= 4Q386 II y 4Q388 8).
DERIVADOS O COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LOS PROFETAS 165
25. Es lo que hemos mostrado en nuestra obra: Jésus Christ, la rupture. Essai sur
l’origine du christianisme, París 2001, p. 40 y 212-217. Véase también más
arriba en la presente obra, p. 89.
26. Podemos señalar aún la visión sobre Egipto y sobre Babilonia, en 4Q386 ó
4QPseudo-Ezequielb, frag. 1, col. II y III: carece de equivalente literario pro-
piamente dicho en el libro bíblico de Ezequiel, pero se percibe cierta rela-
ción, en un sentido o en otro, con los capítulos 29-32 de éste.
27. Antigüedades judías X, 79.
166 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
31. Son éstos: 4Q242 (4QOración de Nabonida ar), 4Q243 (4QPseudo-Daniela ar)
4Q244 (4QPseudo-Danielb ar), 4Q245 (4QPseudo-Danielc ar), 4Q246 (4QApócrifo
de Daniel ar), 4Q551 (4QDaniel-Susana ar), 4Q552 (4QCuatro Reinosa ar),
4Q553 (4QCuatro Reinosb ar).
32. Véase: F. GARCÍA MARTÍNEZ, “4QPseudo Daniel Aramaic and the PseudoDaniel
Literature ”, en Ídem. Qumran and Apocalyptic, op. cit., p. 137-161; J. J. COLLINS,
“Pseudo-Daniel Revisited”, Revue de Qumran 17, 1996, p. 111-136; P. W. FLINT,
“The Daniel Tradition at Qumran”, en C. A. EVANS y P. W. FLINT (editores),
Eschatology, Messianism, and the Dead Sea Scrolls, Grand Rapids 1997. p. 41-60.
33. Los capítulos 83-90 del Primer libro de Henoc.
34. Ibíd. 93, 1-10 y después 91, 11-17. De las tres semanas presentadas, siete per-
tenecen al pasado y tres al futuro. El locutor o narrador, Henoc, se sitúa al
final de la séptima semana. En 93, 10, se lee, en efecto: “Pero cuando acabe
la (séptima semana), se elegirá a unos justos como testigos de la verdad pro-
cedentes de la planta de justicia eterna, y recibirán al séptuplo la sabiduría y
el conocimiento”.
35. Dn 9, 24: “Setenta semanas han sido fijadas a tu pueblo y a tu ciudad santa
para poner fin al delito...”
36. Hacia los años 180 y 170 a. de Cristo, con los sumos sacerdotes Onías y
Simón.
168 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“El rey del Mediodía se volverá fuerte; uno de sus príncipes lo derro-
tará y su imperio será más grande que el suyo”44.
“Y el reino y el imperio y las grandezas de los reinos bajo todos los
cielos se darán al pueblo de los santos del Altísimo. Su imperio es un
imperio eterno y todos los imperios le servirán y le obedecerán”45.
42. Lc 1, 32-33.
43. Véase: J. A. FITZMYER, The Gospel according to Luke I-IX, Anchor Bible 28,
Nueva York 1981, p. 205-207, 347-348; J. NOLLAND, World Biblical Commentary
35A: Luke 1-9: 20, Dallas 1989, p. 36-59.
44. Dn 11, 5.
45. Dn 7, 27.
46. J.-T. MILIK, “David et Susanne à Qumrán”, en De la Toráh au Messie: Mélanges
Henri Cazelles, editado por M. CARREZ, J. DORÉ Y P. GRELOT, París 1981, p. 337-
359.
DERIVADOS O COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LOS PROFETAS 171
60. Según el original hebreo del Sirácida. En el texto griego que sirve de base a
nuestras Biblias, el sôfer se convierte en el grammateus. Remitimos al exten-
so y bello pasaje de Si 38, 24 - 39, 11. Véase Ch. SCHAMS, Jewish Scribes in the
Second-Temple Period, Sheffield 1998, p. 98-105.
61. Si 38, 24.
62. Si 39, 8.
63. Si 39, 1.
64. Entre otros, los Cánticos para los sacrificios del sabbat, libro del que ya hemos
hablado (p. 86-91), se mencionan, por así decirlo, con su título; también los tex-
tos de exorcismos. Para una presentación completa de esta literatura de oracio-
nes poéticas, véase: B. NITZAN, Qumran Prayer and Religious Poetry, Leiden 1994.
DERIVADOS O COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LOS PROFETAS 175
65. Así, el targum o versión aramea del Pentateuco atestiguada por el Códex
Neofiti designa, en Dt 33, 21, a Moisés como el “saferá de Israel”, el “maestro
de Israel” en cierto modo. En Nm 21, 18, según el mismo documento, a
Moisés y Aarón se les llama así de común acuerdo.
66. 12, 36.
67. Cita del Sal 110, 1.
176 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“Después les dijo: ‘Éstas son aquellas palabras mías que os dije cuan-
do todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que
está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de
mí”. Y, entonces, abrió (dienoixen)73 sus inteligencias (ton noun) para que
comprendieran las Escrituras y les dijo: ‘Así está escrito: que el Cristo
debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día y que se pre-
dicaría en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a
todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos
de estas cosas’”.
68. 1, 16.
69. La cita, Sal 69, 26 con Sal 109, 8, intervendrá más adelante, en Hch 1, 20.
70. 4, 25.
71. Cita del Sal 2, 1-2.
72. Lc 24, 44-48.
73. Señalemos el verbo griego dianoigein, “abrir (el corazón, los ojos o la inteli-
gencia)”.
74. Más historiógrafo en los Hechos de los Apóstoles, más biógrafo en el
Evangelio.
DERIVADOS O COMPETIDORES DE LOS LIBROS DE LOS PROFETAS 177
Me dije a mí mismo:
las montañas no testimonian a su favor,
ni las colinas proclaman a su cuenta,
ni los árboles sus palabras,
o los corderos sus obras.
¿Quién, pues, irá a proclamar,
y quién dirá,
y quién contará las obras del Señor77?
Dios78 lo ve todo,
él todo lo escucha
y presta oído.
Envió a su profeta para ungirme,
a Samuel, para hacerme grande.
Mis hermanos salieron a su encuentro:
de buen tipo,
de bella presencia.
Eran de gran estatura, eran de hermosos cabellos,
pero 79
Dios no los escogió,
sino que envió para tomarme de detrás del rebaño y me ungió con
el óleo santo
y me estableció líder de su pueblo
y jefe de los hijos de su alianza”80.
1. Cf. más arriba en este mismo libro, p. 75. Para lo que la palabra pesher recu-
bre y significa, con bibliografía reciente, remitimos a nuestra obra: Et l’hom-
me crea la Bible..., op. cit., p. 214-219 y 409-410. Y muy recientemente, el
completo y didáctico estudio de: J. G. CAMPBELL, The Exegetical Texts, Compa-
nion to the Qumran Scrolls 4, Londres/Nueva York 2004.
2. Del griego lemma, “proposición” destinada a un desarrollo lógico: en lógica,
se trata de una de las premisas de un silogismo, en principio la mayor.
182 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
14. Por ejemplo, en Lc 8, 15, en la parábola del Sembrador. Esta palabra, desco-
nocida de los Sinópticos y del Evangelio de Juan, se encuentra espontánea-
mente en las cartas de Pablo de Tarso y en el Apocalipsis de Juan.
15. Filón de Alejandría señala la alternancia de los papeles o funciones: la del lec-
tor y la del intérprete. Véase más arriba, p. 95.
16. 4QPesherSalmosa ó 4Q171, col. II, l. 1-15.
17. En hebreo, de nuevo: pisherô, “su interpretación”.
186 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
20. 4QI74 ó 4QFIorilegio, frag. 1, col. I, l. 1-19 y col. II, 1. 1-3. Nos limitamos a
señalar aquí la tesis de A. STEUDEL, que ve en 4Q177 ó 4QCadenas A un ejem-
plar de la misma composición que se encuentra en 4Q174, probablemente
también en 4Q182 ó 4QCadenas B, 4Q178 y 4Q183: Der Midrasch zur
Eschatologie aus der Qumrangemeinde (4QMidrEschafa,b). Materielle Rekons-
truktion, Textbestand. Gattung und traditionsgeschichtliche Einordnung des
durch 4QI74 (‘Fíorilegium’) und 4Q177 (‘CatenaA’) repräsentierten Werkes aus
den Qumranfunden, Leiden 1994.
21. En griego, como en Pablo de Tarso, se dice erga tou nomou: véase más arri-
ba, p. 22.
188 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
luz y para planear contra ellos planes inicuos para que sean atrapados
por Belial en su error culpable.
– Y YHWH te [anun]cia que te construirá una casa. Yo haré alzarse tu
semilla detrás de ti y estableceré el trono de su reino [por siem]pre. Yo seré
para él un padre y él será para mí un hijo (2 S 7, 11c. 12b. 13b-14a).
Esto (se refiere al) Retoño de David que se alzará con el Intérprete de
la Ley (doresh ha-Torá) que [surgirá] en Sifón en] los últimos días,
como está escrito:
Haré alzarse la cabaña de David que está caída (Am 9, 11).
Esto (se refiere a) la cabaña de David que está caída, que se alzará
para salvar a Israel.
Midrás de:
Dichoso el hombre que no marcha en el consejo de los impíos (Sal 1, 1).
La interpretación de la ci[ta (pesher ha-dâbâr)
son los que se se]paran del camino [de los impíos,]
como está escrito en el libro de Isaías, el profeta, para los últimos
días:
Y sucedió que con firme [mano me apartó de marchar en el camino de]
este pueblo (Is 8, 11).
Y esto (se refiere a) aquellos (hemmá)
sobre los que está escrito en el libro de Ezequiel, el profeta,
que no [se contaminarán más con todas] sus inmundicias (Ez 37, 23).
Esto (se refiere a) (hemmá) los hijos de Sadoc y a los hombres de su
consejo, los que buscan ardiente[mente la jus]ticia, que vendrán tras
ellos al consejo de la Comuna-yah.ad.
– [“¿Por qué se alborotan] las naciones y los pueblos maquinan vacie-
dades? Conciér]tanse [los reyes de la tierra y los gobernantes conspiran
(Sal 2, 1-2).
Interpretación de la cita (pesher ha-dâbâr):
[que se alborotan los reyes de las na]ciones y conspiran contra] los
elegidos de Israel en los últimos días.
Es el tiempo de la prueba que vie[ne...] Judá [...] y pondrán en prác-
tica toda la Ley [...]
como está escrito en el libro de Daniel, el profeta:
Los impíos [obran impíamente...] y los justos [...serán blan]queados y
acrisolados (Dn 12, 10).
Y un pueblo conocedor de Dios se mantendrá firme [...]”.
PROFETAS DE ANTAÑO Y PALABRA PROFÉTICA DE HOY 189
“– Y lo que dice:
En este año de jubileo [volveréis cada uno a la propiedad respectiva (Lv
25, 13),
como está escrito:
Ésta es] la manera (de hacer) [la remisión: todo acreedor hará remisión
de lo que hubiere prestado a su prójimo. No apremiará a su prójimo ni a
su hermano cuando se haya proclamado] la remisión para Dios (Dt 15, 2).
The Dead Sea Scrolls In The ir Historical Context, editado por Th. H. LIM y otros,
Edimburgo 2000, p. 199-218; T. S. BEALL, “History and Eschatology at Qumran:
Messiah”, en Judaism in Late Antiquity, Part 5, vol. 2: The Judaism of Qumran.
A Systemic Reading of the Dead Sea Scrolls, editado por J. AVERY-PECK, J.
NEUSNER Y B. CHILTON, Leiden 2001, p. 125-146; H. LICHTENBERGE, “Qumran-
Messianism” en Emanuel. Studies in Hebrew Bible..., op. cit., p. 223-234.
27. Sobre este término, su significación y su empleo en los textos de Qumrán,
véase más arriba, p. 102-103.
192 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
33. Véase: H. G. SNYDER, “Naughts and crosses: pesher manuscripts and their
significance for reading practices at Qurnran”, Dead Sea Discoveries 7,
2000, p. 26-48.
196 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“No es que haya fallado la Palabra de Dios (to logos tou theou). Pues
no todos los descendientes de Israel son ‘Israel”. Ni por ser descendien-
tes de Abrahán, son todos ‘hijos’ (suyos).
PROFETAS DE ANTAÑO Y PALABRA PROFÉTICA DE HOY 199
Sino (all’):
en virtud de Isaac llevará tu nombre una descendencia (Gn 21, 12)37.
Lo que significa (tout’ estin):
No son los hijos de la carne quienes son hijos de Dios: sólo los hijos
de la promesa se cuentan como descendencia.
Porque éstos son los términos (ho logos houtos) de la promesa:
Por este tiempo volveré; y Sara tendrá un hijo (Gn 18, 14).
Pero eso no es todo.
También Rebeca, que concibió de un solo hombre, de nuestro padre
Isaac.
Ahora bien, antes de haber nacido, hacían ni bien ni mal –para que
se confirme el designio divino de una elección libre, que depende no de
las obras sino del que llama–,
le fue dicho (errethe autei):
el primogénito servirá al menor (Gn 25, 23),
como está escrito (kathaper gegraptai):
amé a Jacob y odié a Esaú (Ml 1, 2-3)”.
37. Como la mayor parte de las citas que siguen, según se enseña de ordinario,
el texto citado procedería de la versión griega llamada de los Setenta.
200 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
escribe”, houtos legei o “(la justicia que emana de la Ley) dice así”,
legei hê graphê o “dice la Escritura”, kathaper gégraptai o “como está
escrito” y Êsaias legei o “Isaías dice”. Debemos añadir un giro inte-
rrogativo a propósito de la “justicia que emana de la fe”: ti legei o
“¿qué dice?”, seguida de un embrión de frase del Deuteronomio; y
también un gar o “pues” significativo para conducir a una cita de
elucidación tomada de Joel. Por el contenido, basado en la Ley y
los Profetas, y por la manera de proceder, esta argumentación es de
las más ricas. En la primera parte de su composición, de su pesher
diríamos, el exégeta cristiano se apoya globalmente en Dt 30, 12-
14, pero sin proponer a la interpretación más que tres parcelas del
texto desmenuzado. La primera de ellas procede literalmente de Dt
30, 12, la tercera de Dt 30, 14. La segunda, por su parte, no es más
que un eco muy indirecto de Dt 30, 13. En efecto, en el texto del
Deuteronomio se ha sustituido una “lectura” de éste que transmi-
tía una tradición atestiguada en otra parte39. En el libro bíblico se
lee esto: “¿Quién irá por nosotros más allá del mar?” Lo que se con-
vierte en la Carta a los Romanos en: “¿Quién bajará al Abismo
(abysson)?” La sustitución “más allá del mar” por “Abismo” se
encuentra en la versión aramea del Targum Neofiti, que forma par-
te de las más antiguas al menos en su sustrato. He aquí el frag-
mento que corresponde a Dt 30, 12-13. Se notará el fuerte acento
que se pone en la Ley.
“La Ley no está en el cielo (para que tengáis que) decir: ‘¡Ah! Si tuvié-
ramos a alguien como Moisés, el profeta, que subiera al cielo, la tomara
para nosotros y nos hiciera escuchar sus preceptos para que los pusiéra-
mos en práctica”. La Ley no está tampoco más allá del Gran Mar (para
que tengáis que) decir: ‘¡Ah! Si tuviéramos a alguien como Jonás, el pro-
feta, que bajara a las profundidades del Gran Mar, nos la subiera y nos
hiciera escuchar sus preceptos para que los pusiéramos en práctica’”40.
Libro de Josué
1. De la Ley junto con Job, si juzgamos por los rollos del mar Muerto. Véase,
más arriba, p. 58, y, para Job, más adelante, p. 228.
210 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“Tras haber avanzado cincuenta estadios, éstos (los hebreos que aca-
baban de atravesar el Jordán) plantaron su campamento a diez estadios
de Jericó, y Josué, tras haber erigido un altar compuesto de piedras que
cada uno de los jefes de tribu había recogido en el lecho del río por
orden del profeta y que estaban destinadas a permanecer como testigo
de la parada de la corriente, sacrificó allí a Dios y celebró la Pascua en
este lugar”7.
6. Jos 5, 13 - 8, 29.
7. V, 20.
8. 1 S 10, 8; 11, 14-15.
212 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
9. Dt 27, 4-5. Véase también 27, 12-13, donde se presenta al monte Garizín
como el de la bendición del pueblo y el monte Ebal como el de la maldición.
Sobre el tratamiento crítico de Dt 27, 1-8, véase el reciente y luminoso estu-
dio de A. ROFÉ, “The History of Israelite Religión and the Biblical Text:
Corrections Due to the Unification of Worship”, en Emanuel. Studies in
Hebrew Bible, Septuagint, and Dead Sea Scrolls in Honour of Emanuel Tov,
editado por Sh. PALL y otros, Leiden 2003, p. 776-778.
10. En la Antigüedad cristiana de lengua latina, se llamaba así al conjunto de las
versiones del Antiguo Testamento anteriores a las revisiones y después a las
traducciones latinas de Jerónimo (finales del siglo IV), realizadas a menudo
a partir de una Biblia griega con texto más original que el de la Setenta tra-
dicional.
11. E. TOV, “The Rewritten Book of Joshua as Found at Qumran and Masada”,
en Biblical Perspective: Early Use and Interpretation of the Bible in the Light of
the Dead Sea Scrolls. Proceedings of the First International Symposium of the
Orion Center, 12-14 May 1996, Leiden 1998, p. 233-256. Véase recientemente:
D. DIMANT, “The Apocryphon of Joshua - 4Q522 9 II: A Reappraisal”, en
Emanuel. Studies in Hebrew Bible..., op. cit., p. 179-204.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 213
Libro(s) de Samuel
1. 1 Samuel 11
Al comienzo del capítulo 11 del primer libro, 4QSamuela con-
tiene estas líneas que ningún testigo bíblico directo, en ninguna
lengua, había transmitido todavía:
26. Véase E. ULRICH, The Qumran Text of Samuel and Josephus, Missoula, p. 69-
70 y 166-170.
27. VI, 68-69.
28. Podemos encontrar una buena bibliografía, textual y literaria a la vez, sobre
este hecho en: E. ULRICH, “Josephus’ Biblical Text for the Books of Samuel”,
en Josephus, the Bible and History, editado por L. H. FELDMAN y G. HATA,
Leiden 1989, p. 94-95, nota 9.
218 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
2. 2 Samuel 7, 23
He aquí dos lecturas de este versículo, primero la del Texto
Masorético (TM) y, a continuación, la de la Setenta (LXX):
– TM: “¿Qué otra nación hay sobre la tierra como tu pueblo, como
Israel? ¿qué Dios ha venido a rescatar para hacer un nombre y realizar
cosas grandes para ti y prodigios en favor de la tierra, expulsando de
delante de tu pueblo, al que rescataste de Egipto, las naciones y sus dio-
ses (elohím)”.
– LXX: “¿Y qué otra nación sobre la tierra es como tu pueblo santo?
Mientras que Dios fue tu guía, para rescatarse un pueblo, para estable-
certe un nombre, actuar con grandeza y con esplendor, de modo que tú
expulses naciones y tiendas (skênômata)”.
3. 1 Samuel 1, 22-25
Leeremos este pasaje, sucesivamente29, en el Texto Masorético,
en la Setenta y en 4QSamuela.
– TM: “22 Pero Ana no subió, y dijo a su marido: ‘Cuando el niño haya
sido destetado, entonces lo llevaré, será presentado a Yahvé y se queda-
rá allí para siempre”.
29. Véase ya E. TOV, Textual Criticism of the Hebrew Bible. Second Revised Edition,
Minneapolis 2001, p. 174 (cuadro de diferencias entre TM y 4QSamuela), 176
y 254.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 219
23
Elcaná, su marido, le respondió: ‘Haz lo que mejor te parezca, y
quédate aquí hasta que lo destetes; así Yahvé cumpla su palabra’. Se
quedó, pues, la mujer y amamantó a su hijo hasta su destete.
24
Cuando lo hubo destetado, lo subió consigo, llevando además tres
toros, un efad de harina y un odre de vino, y lo condujo a la casa de
Yahvé, en Siló: el muchacho no era todavía más que un niño.
25
Degollaron el toro y llevaron el niño a Elí...”.
– LXX: “22 Y Ana no subió con él, pues ella dijo a su marido: ‘Que el
muchacho no suba antes, cuando lo haya destetado. Entonces será pre-
sentado ante la faz del Señor y se quedará allí para siempre”.
23
Y su marido Elcaná le dijo: ‘Haz lo que esté bien a tus ojos. Qué-
date hasta que lo destetes, pero que el Señor cumpla lo que ha salido de
tu boca”. Se quedó, pues, la mujer y amamantó a su hijo hasta su des-
tete.
24
Y subió con él a Sêlôm con un becerro de tres años, panes, un orfí
de flor de harina y un nébel de vino, y entró en la casa del Señor en
Sêlôm, y el muchacho con ellos.
25
Y se adelantaron ante el Señor y su padre degolló la víctima que sacri-
ficaba de día en día al Señor y el muchacho se adelantó y degolló el bece-
rro, y Ana, la madre del muchacho, se adelantó hacia Elí”.
30. Se encontrará una fina reconstitución de este pasaje, con un estudio desarro-
llado sobre todo en relación con la Setenta, en A. FINCKE, The Samuel Scroll
from Qumran. 4QSamuela restored and compared to the Septuagint and
4QSamuelc, Leiden 2001, p. 9 y 21-31.
220 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
“Acordándose del voto que había hecho a propósito del niño (Samuel),
la mujer (Ana) lo entregó a Elí; lo confió a Dios para que se convirtiera
en profeta, por eso su cabellera creció libremente y no bebió más que
agua”31.
31. V, 347.
32. Lo emplea en plural sólo en dos ocasiones. Una en este paréntesis de pura
información a sus lectores, para quienes el nazir era un ser curioso: “A los
que se consagran ellos mismos tras haber formulado el voto, se les llama
nazires (naziroioi); dejan crecer su cabellera y se abstienen del vino”
(Antigüedades judías IV, 72; aparece otra vez en XIX, 294). Debemos señalar
la ausencia de la ley sobre el nazirato de Nm 6, 13-21 en Josefo.
33. Como en el caso de Sansón (Antigüedades judías V, 285), al que Josefo, a dife-
rencia de la Biblia (Jc 13, 5.7; 16, 17), no presenta nunca como “nazir”. Véase
L. H. FELDMAN, “Prophets and Prophecy in Josephus”, Journal of Theological
Studies 41, 1990, p. 386-422.
34. 46, 15.
35. Véase: A. PAUL, Et l’homme crea la Bible. D’Hérodote à Flavius Joséphe, París
2000, p. 340-342.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 221
36. LI, 6.
37. LI, 7.
38. Se encontrará la lista exhaustiva de las referencias a las Antigüedades judías,
con envío a los pasajes paralelos del libro bíblico de Samuel, en: L. H.
FELDMAN, Josephus Interpretation of the Bible, Berkeley/Londres 1998, p. 491,
nota 3.
39. 1 S 3, 20.
40. Como afirma E. ULRICH, The Qumran Text of Samuel..., op. cit., p. 166.
41. Véase E. ULRICH, Ibid., p. 165-166; y “Biblical Text...”, op. cit., p. 83.
42. En 1 S 1, 11: “e hizo este voto: ‘¡Oh Yahvé Sebaot! Si te dignas mirar la aflic-
ción de tu sierva y acordarte de mí, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo
varón, yo lo entregaré a Yahvé por todos los días de su vida y la navaja no
tocará su cabeza’”.
222 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
rentes, más de acuerdo con el conjunto del relato bíblico. Más tra-
bajadas también. Además, tienen un cierto eco en Flavio Josefo,
con la alusión a la cabellera y a la bebida del “profeta” (nazir) entre
otras. ¿No correspondería, al menos en este punto, el documento
de Qumrán o su modelo al texto que sirvió de base a la versión
griega de Samuel y después, a través de ésta, a las mismas Anti-
güedades judías? Nos encontramos en presencia de una tradición
más rica en agadá que aquella de la que será heredera el Texto
Masorético, más sobria ésta43. Existe diferencia o alteridad entre
los dos. ¿Se puede hablar por ello de prioridad de una sobre la
otra? La cuestión es difícil de zanjar.
El versículo 24 no carece en sí mismo de interés. La Setenta y
4QSamuela hablan, de común acuerdo, de un “toro o becerro de
tres años”, mientras que en la Biblia Hebraica se habla simple-
mente de “tres toros”. La complicidad de ambos testigos se amplía
aún a la mención común de los “panes” llevados también en vis-
tas al sacrificio. Y debemos señalar estas tres fórmulas: “lo subió
consigo” del Texto Masorético, que usa el sufijo pronominal “lo”;
“subió con él” de la Setenta, y “le hizo subir” de 4QSamuela, con
el pronombre separado, enunciado formalmente en acusativo.
El giro de la Biblia griega y el del documento de Qumrán varían
ciertamente en ellos. La diferencia se explica por dos lecturas
diferentes de la forma original ´tw, compuesta de la partícula del
acusativo ´t y del pronombre sufijo de la tercera persona w. El tra-
ductor griego leyó ´ittô, “con él”, algo a lo que tenía derecho. En
cuanto a 4QSamuela insertó la mater lectionis w, decenios más tar-
de, en su lectura ´otô, “él” en acusativo, algo que también era posi-
ble; de ahí su propia lectura: ´wtw. El Texto Masorético, absoluta-
mente a posteriori, parece hacer la síntesis generosa de ambas lec-
turas. Por consiguiente, tanto la Setenta como 4QSamuela atesti-
guan, respectivamente, una misma forma hebrea, la más antigua
sin duda44.
Del versículo 25 no queda más que un resto en 4QSamuela. Sin
embargo, es suficiente, como ya hemos dicho, para poder recons-
tituir el texto sobre el modelo mismo de la Setenta. Esta es la opi-
nión de los mejores expertos45.
4. 2 Samuel 6, 2
Vamos a confrontar el Texto Masorético y el de 4QSamuela con
el pasaje paralelo del primer libro de las Crónicas, 1 Cro 13, 6.
– 1 Cro: “Fue, pues, David, con todo Israel, hacia Baalá, a Quiriat
Yearín de Judá, para subir desde allí el arca de Dios que lleva el Nombre
de Yahvé que está sobre los querubines”.
44. Véase E. ULRICH, The Qumram Text..., op. cit., p. 40, 48-49 y 71; E. TOV, Textual
Criticism, op. cit., p. 305.
45. Reunidos algunos de ellos en The Dead Sea Scrolls Bible. Translated and With
Commentary by M. ABEGG Jr, P. FLINT, E. ULRICH, Edimburgo 1999 (véase p.
216, nota 12).
224 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
5. 2 Samuel 8, 7-8
Vamos a citar, sucesivamente, este pasaje según el Texto Maso-
rético, la Setenta, 4QSamuela y su paralelo en 1 Cro 8, 7-8.
– TM: “Tomó David los escudos de oro que estaban sobre los ser-
vidores de Hadadézer y los llevó a Jerusalén. De Tebaj y de Berotay,
ciudades de Hadadézer, tomó el rey David una gran cantidad de
bronce”.
49. Con siete fragmentos identificados que contienen: 1 R 7, 20-21, 25-27, 29-42,
51; 8, 1-9, 16-18.
50. Con tres fragmentos de la primera columna, que conservan: 1 R 1, 16-17 y
27-37.
51. Con restos de 1 y 2 Reyes.
52. 2 Cro 6, 5b-6a.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 227
Libro de Job
59. 4Q123 ó 4QpaleoJosué, véase más arriba p. 58. Es preciso señalar también los
restos no identificados 4Q124 y 4Q125. Sobre 4QpaleoJobc, véase E. ULRICH,
“The Paleo-Hebrew Biblical Manuscripts from Qumran”, en The Dead Sea
Scrolls and the Origins of the Bible, Grand Rapids 1999, p. 139-140 (estudio
publicado ya en Time to Prepare the Way in the Wilderness: Papers on the
Qumran Scrolls by Fellows of the Institute for Advanced Studies of the Hebrew
University. Jerusalem 1969-1990, editado por D. DIMANT Y L. H. SCHIFFMAN,
Leiden 1995, p. 103-129).
60. Baba Batra 14b-15a.
61. Véase más arriba, p. 49.
62. Un estudio muy reciente, al que remitimos, aporta una rica contribución a
este dossier: D. SHEPHERD, Targum and Translation. A Reconsideration of the
Qumran Aramaic Versión of Job, Assen 2004.
230 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
Libro de Rut64
Libro de Qohelet
Se han recogido cuatro rollos con este libro en tres de las once
cuevas de Qumrán. A saber:
– 3Q3 ó 3QLamentaciones, de finales del siglo I a. de Cristo,
con Lm 1, 10-12 y 3, 53-62.
– 4Q111 ó 4QLamentaciones, con los restos de tres columnas68.
– 5Q669 ó 5QLamentacionesa, del siglo I a. de Cristo.
– 5Q7 ó 5QLamentacionesb, también del siglo I a. de Cristo.
65. Los restos de tres columnas que se seguían, con Qo 5, 13-17; 6, 1, 3-8, 12; 7,
1-10.
66. Que contiene sólo dos pequeños fragmentos del capítulo I.
67. La tradición judaica lo hará figurar posteriormente entre los libros de la
Sabiduría, junto con los Proverbios, Job y algunos salmos. Los rabinos duda-
ron cierto tiempo en insertarlo en la lista de los libros santos, que “manchan
las manos”, sin duda a causa de sus afirmaciones escépticas provistas de un
tono pasablemente secular. La piedad deliberada de los últimos versículos,
debidos tal vez a una mano posterior, lo han rescatado probablemente.
68. Que incluyen Lm 1, 1-18 y un resto de 3, 5.
69. Con Lm 4, 5-8, 11-16, 19-22; 5, 1-13, 16-17.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 233
73. Véanse las notas de J. JARICK, “The Bible ‘Festival Scrolls”...”, op. cit., p. 179-
181.
74. Se trata de 4Q550 y 4Q550a,b,c,d,e, ó 4QProtoEstera,b,c,d,e.
75. J.T. MILIK, “Les modeles araméens du livre d’Esther en la grotte 4 de
Qumran”, Revue de Qumran 15, 1992, p. 321-406; K. BEYER, Die aramäis-
chen Texte vom Toten Meer. Ergänzungsband, Gotinga 1994, p. 113-117; Fl.
GARCÍA MARTÍNEZ, “Les manuscrits de Qumran et les ‘frontiéres’ de la Bible”,
en Recueil des travaux de l’association des études du Proche-Orient Ancien
4, 1995, p. 63-76. Véase aún, con buenos elementos de debate: S. TALMON,
“Was the Book of Esther Known at Qumran?”, Dead Sea Discoveries 2,
1995, p. 249-267; S. WHITE CRAWFORD, “Has Esther been found at Qumran?
4QProto-Esther and the Esther Corpus”, Revue de Qumran 17, 1996, p.
306-325.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 235
El libro de Tobías
76. Los protestantes ponen a Tobías entre los Apócrifos. La mayoría de las veces
no lo editan en sus Biblias. Por lo que se refiere al Antiguo Testamento, no
aceptan más que lo que se encuentra en la Biblia Hebraica. Esto desde Lutero
y siguiendo el surco de Jerónimo, cantor de la veritas hebraica.
77. Está, en primer lugar, la recensión larga, conservada principalmente por el
Códex Sinaiticus; después, la recensión corta, preservada entre otros por el
Vaticanus y el Alexandrinus; se añade una recensión media, según varios
manuscritos. La recensión larga está presente en la Vetus Latina, la recensión
corta en la Vulgata. Véase P. W. FLINT, “Noncanonical Writings in the Dead
Sea Scrolls: Apocrypha. Other Previously Known Writings. Pseudepigrapha”,
en The Bible at Qumran. Text. Shape and Interpretation, editado por P. W.
FLINT, Grand Rapids 2001, p. 90-91.
78. Se encuentra en el Prefacio al libro de Tobías, dirigido a la atención de
Cromacio y Heliodoro, PL XXIX, col. 23-26. He aquí el texto según nuestra
propia traducción: “No ceso de admirar la fuerza de vuestra presión.
Reclamáis, en efecto, que traduzca al latín un libro redactado en lengua cal-
dea (arameo), a saber: el libro de Tobías, que los hebreos (judíos) quitan del
catálogo de las divinas Escrituras para ponerlo en el de los libros que men-
cionan como apócrifos [...]. Y dado que la lengua de los caldeos es próxima al
idioma hebreo, al descubrir un excelente experto en el uso de las dos lenguas,
pude realizar la tarea en un solo día. Todo lo que el hombre me expresó en
palabras hebreas, se lo pasé al estenógrafo (notarius) en fórmulas latinas”.
79. Véase J. A. FITZMYER, “The Aramaic and Hebrew Fragments of Tobit from
Qumran Cave 4”, Catholic Biblical Quaterly 57, 1995, p. 655-675.
80. En copto, armenio, etíope, siríaco, árabe.
236 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
81. Véase C. A. MOORE, “Scholarly Issues in the Book of Tobit before Qumran
and After: An Assessment”, Journal for the Study of the Pseudepigrapha 5,
1989, p. 65-81.
82. Sobre este libro, véase entre otros: A. A. Di LELLA, “Wisdom of Ben Sira”, en
The Anchor Bible Dictionary; vol. I, 1992, p. 931-945; P. C. BEENTJES, The Book
of Ben Sira in Hebrew, Leiden 1997.
83. Como se precisa en Si 50, 27. Y P. W. FLINT. “ Noncanonical Writings... ”,
op. cit., p. 91-93.
LOS “OTROS LIBROS” BÍBLICOS EN QUMRÁN 237
84. Rabí Aqiba, hacia el año 130, clasificaba a Ben Sirá entre los libros “exte-
riores” en el cuerpo instituido. La Tosefta (Yadaim II, 13, hacia el año 250)
afirma: “Los libros de Ben Sirá y todos los otros libros escritos después del
período profético no manchan las manos”.
85. Más de ochenta veces en total. En algunas ocasiones ciertos fragmentos se
introducen incluso con la fórmula: “Está escrito”.
86. Véase A. PAUL, Écrits de Qumrân et series juives aux premiers siècles de l’Islam.
Recherches sur l’origine du Qaraïsme, París 1969, p. 137-138.
87. Una más larga que la otra. El nieto de Ben Sirá tradujo al griego un primer
texto hebraico. Una recensión griega ulterior tendrá por base un texto hebreo
sensiblemente enriquecido, mediante la adición de proverbios o de senten-
cias. Los manuscritos de la Guenizá de El Cairo atestiguan ambas versiones
del texto hebreo. Las citas rabínicas parecen no conocer más que la versión
aumentada.
88. MassSir o Maslh.
238 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
Carta de Jeremías
ECOS Y SÍNTESIS,
LECCIONES Y PERSPECTIVAS
La distinción entre el campo del libro y el campo del texto es de
orden metódico. Es una distinción operativa y productiva. Sin
embargo, no puede bastarnos. Más aún, sucede con frecuencia que
las fronteras entre el texto y el libro no son ni evidentes ni persuasi-
vas. Lo que repercute en la separación y, por consiguiente, en la jerar-
quía de las dos disciplinas fundadoras de la exégesis: la crítica tex-
tual y la crítica literaria. En nuestros días, los descubrimientos de
Qumrán y, de modo más amplio, del mar Muerto vienen a revolu-
cionar la geografía científica de los estudios bíblicos. Las piezas
materiales están ahí, a nuestra disposición. De entrada, reclaman ya
que cualquier iniciativa crítica las tome en consideración en el aná-
lisis. Disponemos de un muestreo a partir del cual, esperémoslo al
menos, podrán elaborarse un día modelos seguros en vistas a inves-
tigaciones ampliadas. Tenemos que terminar con esas teorías edifi-
cadas sobre un saber mal dominado donde la piedad y la ideología
desempeñan un papel de ayuda. Tanto la interpretación de los libros
santos como la teología de la Escritura disponen ahora de bases his-
tóricas, científicas podríamos decir, para un sano retorno a las raí-
ces, que trae consigo una revisión a fondo de su objeto, de su méto-
do y de su discurso. Nuestro deseo es que, en el futuro, no se trate
más del canon bíblico, de su formación y de su función, ni de la ins-
piración de las Escrituras, como se ha hecho hasta ahora. Que se
instaure una problemática nueva, la que solicita el reciente flujo de
informaciones y de cuestiones.
En el itinerario en tres etapas que precede nos hemos encontrado
un camino balizado de interrogantes recurrentes, que, por añadidu-
ra, no han cesado de rebotar. Conviene que las retomemos y, si nos
es posible, responder a ellas. Para hacerlo, deberemos reunir, ordenar
y prolongar los múltiples datos que constituían hasta ahora los pri-
meros elementos de respuesta.
ECOS Y SÍNTESIS,
LECCIONES Y PERSPECTIVAS
1. Del griego katalogos, que utilizarán los Padres de la Iglesia, como Eusebio de
Cesarea (260-340), para significar la “lista” de los libros santos.
2. Se empleará, primero, el adjetivo verbal endiathêkos, “que figura en el
Testamento”, “entestamentado” podríamos decir. Descubrimos este término
en Orígenes (185-255). Tendremos que esperar al año 367 para que Atanasio
de Alejandría presente el cuerpo de los libros santos como kanonizoménôn,
“canonizado”. Por esa misma época, el concilio de Laodicea presenta ta kano-
nika (biblia), “los libros canónicos” como los “únicos que se pueden leer en
la Iglesia”. Más tarde, tanto en griego como en latín, desde comienzos del
siglo V, se adoptará la palabra kanon o canon “de las Escrituras” (en Agustín:
“canon scripturarum”). Véase A. PAUL, “Genése et avénement des ‘Ecritures’
chrétiennes”, en J.-M. MAYEUR, Ch. y L. PIETRI, A. VAUCHEZ y M. VENARD,
Histoire du christianisme, París 2000, p. 673-757.
3. Que los biblistas apenas han definido hasta ahora, y aún recurriendo a
muchas aproximaciones, más que a partir de la literatura rabínica, mucho
más tardía.
246 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
6. Malaquías 1, 10.
7. Regla de Damasco VI, 13-14.
8. 1QPesher de Habacuc VII, 1.
9. Véase más arriba, p. 130.
10. Así, en 11Q13 u 11QMelquisedec col. II, l. 19.
248 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
11. Filón de Alejandría llama a la Ley ho théios logos, “la palabra divina”, y a
Moisés ho théologos, “el intérprete de la palabra divina”. Véase A. PAUL, Et
l’homme crea la Bible. D’Hérodote a Flavius Joséphe, París 2000, p. 196-198 y
404-406.
ECOS Y SÍNTESIS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS 249
17. Se producirá la ruptura o cisma de los karaítas, a partir del siglo VIII; más
tarde, en el siglo XIII, el movimiento interno al judaísmo que es la Cábala.
Véase: A. PAUL, Á l’écoute de la Torah... op. cit., partes V y IV respectivamente.
ECOS Y SÍNTESIS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS 253
21. La fórmula variará según las fuentes en función de la identidad que se impu-
tara a la figura de Juan.
260 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
26. Véase un primer estado de la cuestión en: A. PAUL, Et l’homme crea la Bible.
D’Hérodote a Flavius Josephe, París 2000, p. 315-317 y 428-430; añadir sobre
todo: E. ULRICH, “Pluriformity in the Biblical Text, Text Groups. and Questions
of Canon”, en The Madrid Qumran Congress: Proceedings of the International
Congress on the Dead Sea Scrolls – Madrid, 18-21 March, 1991, editado por J.
TREBOLLE BARRERA y L. VEGAS MONTANER, vol. I, Leiden 1992, p. 23-41 (repro-
ducido en: E. ULRICH, The Dead Sea Scrolls and the Origins of the Bible, Grand
Rapids 1999, p. 79-98); E. TOV, “The Significance of the Texts from the Judean
Desert for the History of the Text of the Hebrew Bible: A New Synthesis”, en
Qumran between the Old and New Testament, editado por F. H. CRYER y Th. L.
THOMPSON, Sheffield 1998, p. 277-309. Más recientemente: E. TOV, “The
Biblical Texts from the Judean Desert - An Overview and Analysis of the publis-
hed Texts”, en The Bible as Book. The Hebrew Bible and the Judaean Desert
Discoveries, editado por E. D. HERBERT y E. TOV, Londres 2002, p. 139-166.
27. Principalmente por E. Tov: véase la bibliografía de la nota precedente.
ECOS Y SÍNTESIS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS 263
29. Proceso de canonización, podríamos decir. Sin embargo, por razones que ya
hemos dicho, evitamos este término.
30. Véase: A. PAUL, “Genèse et avènement...”, op. cit. p. 718-722.
ECOS Y SÍNTESIS, LECCIONES Y PERSPECTIVAS 265
1. Frag. 3, col. I, l. 8.
2. Véase p. 58.
270 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
bién “con” las Escrituras. Debemos mencionar aún el recurso a una orto-
grafía propia. Los escritos particulares de la Comuna-yah.ad manifiestan
una clara inclinación a la scriptio plena o “escritura plena”, lo que podía
entrañar una pronunciación propia y distintiva. Las vocales o, u, a, e, i
están significadas por las consonantes waw y álef, las matres lectionis o
“madres de lectura”. No fueron, sin duda, los hombres de Qumrán quie-
nes inventaron esta práctica. Ellos la desarrollaron, aceleraron, promo-
vieron y hasta la instituyeron a fin de apartarse mejor y, en consecuen-
cia, identificarse. Consideremos ahora el léxico. Nos quedamos sorpren-
didos por el número, la repetición y la importancia de palabras y expre-
siones que forman una red semántica tupida y robusta. En esta red se
reflejan, enunciándose y después escribiéndose, la existencia y mucho
más aún el ideal del yah.ad. De ahí el lote de símbolos y de metáforas, de
términos que designan al grupo3, sus actividades y sus funciones. Son
otros tantos signos de un distanciamiento, social y doctrinal, ideológico
podríamos decir, respecto a la sociedad judía como tal. Se desarrolló
todo un código terminológico interno. Entre esta terminología podemos
destacar: Maestro de justicia, Sacerdote impío, hombre Mendaz, león de
la Cólera, hombre docto o sabio (maskîl). O también: yah.ad, casa de la
Ley, campamento (símbolo del exilio en el desierto). Sin omitir las fun-
ciones: vigilante (mebaqqer), intérprete de la Ley, etc. O los conceptos,
actividades o productos relativos a la interpretación de las Escrituras: el
perûsh o “tenor exacto”, el pesher o “exposición profética” del sentido.
Por último, nociones como: odio, tinieblas, luz, secreto, etc.
Bibliografía
(P. 37) Los testigos hebreos del libro del Génesis encontrados
en Qumrán:
(P. 47) Los testigos hebreos del libro del Éxodo encontrados
en Qumrán:
– (pap)4QParáfrasisÉxodo Gr (4Q127)
– 4QDiscurso sobre el Éxodo (4Q374)
– 4QVisiones Amrama-b-c-d-e ar (4Q 543; 4Q544; 4Q 545; 4Q 546;
4Q547)
– (?) 4QVisionesAmram ar (4Q548)
274 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA
(P. 47) Les testigos hebreos del libro del Levítico encontrados
en Qumrán:
(P. 49) Les testigos hebreos del libro de los Números encon-
trados en Qumrán:
(P. 52) Les testigos hebreos del libro del Deuteronomio encon-
trados en Qumrán:
lQDeuteronomioa (1Q4), lQDeuteronomiob (1Q5), 2QDeuteronomioa
(2Q10), 2QDeuteronomiob (2Q11), 2QDeuteronomioc (2Q12), 4QDeutero-
nomioa (4Q28), 4QDeuteronomiob (4Q29), 4QDeuteronomioc (4Q30),
4QDeuteronomiod (4Q31), 4QDeuteronomioe (4Q32), 4QDeuteronomiof
(4Q33), 4QDeuteronomiog (4Q34), 4QDeuteronomioh (4Q35), 4QDeutero-
nomioi (4Q36), 4QDeuteronomioj (4Q37), 4QDeuteronomiok1 (4Q38), 4Q
Deuteronomiok2 (4Q38a), 4QDeuteronomiok3 (4Q38b), 4QDeuteronomiol
(4Q39), 4QDeuteronomiom (4Q40), 4QDeuteronomion (4Q41), 4QDeute-
ronomioo (4Q42), 4QDeuteronomiop (4Q43), 4QDeuteronomioq (4Q44),
4QpaleoDeuteronomior (4Q45), 4QpaleoDeuteronomiog (46), 5QDeute-
ronomio (5Q1), 6QpapDeuteronomio (6Q20) 11QDeuteronomio (11Q3).
Bibliografía:
Para 1QIsaíasa: The Great Isaiah Scroll (lQIsaa). A New Edition, edita-
do por D. W. PARRY y E. QIMRON, Leiden 1999.
Yah.ad. – Véase Comuna-yah.ad. P. 19-21, 23, 42, 58, 63, 71, 74-75, 77-
78, 83, 85, 87-89, 93-95, 97-100, 102-106, 108-113, 120, 131, 135, 137,
139-140, 146, 148, 151-152, 165, 168, 173, 176-177, 181, 184-186, 188-
190, 194-195, 197-199, 204, 213, 216, 225, 227-228, 240, 252, 256, 269-
271.
2
Citas de textos no bíblicos
de las cuevas de Qumrán
4Q7 (4QGénesisg): Gn 1, 5: 40
4Q8c (Génesisa-título): Gn 1, 9: 39
4Q1 (4QGénesis-Éxodoa): Ex 1, 5: 46
2Q2 (2QÉxodoa): Ex 1, 12: 46
4Q22 (4Qpaleo-Éxodom): Ex 7, 18: 44
4Q22 (4Qpaleo-Éxodom): Ex 18, 24-25 y 32, 9-10: 43
4Q22 (4Qpaleo-Éxodom): Ex 32, 9-10: 44
4Q27 (4QNúmerosb): Nm 20, 13; 21, 12-13, 21: 50
4Q27 (4QNúmerosb): Nm 21, 12-13: 51
4Q27 (4QNúmerosb): Nm 21, 21: 51
4Q41 (4QDeuteronomion): Dt 5, 15: 53
1QIsaíasa: Is 1, 15b: 122
1QIsaíasa: Is 2, 9-10b: 122
1QIsaíasa: Is 2,20: 123
1QIsaíasa: Is 4, 5-6: 123
1QIsaíasa: Is 16, 8-9: 124
1QIsaíasa: Is 34, 17 - 35, 2: 125
1QIsaíasa: Is 38, 19-22: 126
1QIsaíasa: Is 40, 6-8: 128
4Q51 (4QSamuela): 1 S 11, 1: 217
4Q51 (4QSamuela): 2 S 7, 23: 218
4Q51 (4QSamuela): 1 S 1, 22-25: 218
4Q51 (4QSamuela): 2 S 6, 2: 223
4Q51 (4QSamuela): 2 S 8, 7-8: 224
11Q5 (11QSalmosa): Sal 145: 149-150
4
Lista de referencias bíblicas
ABEGG M. G. Jr: 24, 31, 49, 75, 151, CROSS M.: 168-169
223, 272 CROWN A. D.: 210
ALEXANDER Ph. S.: 80 CRYER F. H.: 32, 42, 121, 262
ALLEGRO J. M.: 57 CURTIS A. H. W.: 135, 161
ÁLVAREZ A. E.: 147
ATTRIDGE H. W.: 41 DAHMEN U.: 32, 147
AVERY-PECK A. J.: 22, 75, 191, 263 DAVIES W. D.: 17
DAVILA J. R.: 41
BAUCKHAM R. J.: 166 Di LELLA A. A.: 236
BEALL T. S.: 191 DIMANT D.: 22, 31, 70, 135, 138, 161,
BEENTJES P. C.: 236 179, 212, 229, 277
BERNSTEIN M. J.: 73 DORÉ J. (Mons.): 170, 255
BEYER K.: 234 DORIVAL G.: 132
BOER (DE) M.: 168 DUHAIME J.: 17, 62, 182
BOGAERT P.-M.: 132-133 DUMOUCHET É.: 228
BROOKE G. J.: 48, 73, 135, 156, 161, DUNCAN J. H.: 53
210
BROYLES C. C.: 122 EDELMAN B.: 258
BURKHARDT H.: 63-64 ELLEDGE C. D.: 86
ELWOLDE J. S.: 271
CAMPBELL J. G.: 181 ESHEL E.: 72
CARREZ M.: 170 EVANS C. A.: 31, 80, 122, 147, 151,
CATHCART K. J.: 142 167, 230
CHARLESWORTH, J. H.: 31, 182, 190,
271 FABRY H. J.: 70
CHIESA B.: 166 FELDMAN L. H.: 217, 220-221
COLLINS J. J.: 141-142, 167-168, 190 FIELDS W. W.: 32, 141
COOK Ed.: 24, 31 FINCKE A.: 219
302 LA BIBLIA ANTES DE LA BIBLIA