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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

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ANÁLISIS DE COSTO-BENEFICIO

TÓPICO 2.2.

2.2.1. ANÁLISIS DE COSTO-BENEFICIO: BENEFICIOS.

Hasta el momento se ha realizado el vínculo entre los beneficios y la disponibilidad


para pagar. Los beneficios de algo son iguales a lo que las personas están
dispuestas a pagar por eso, recordando las condiciones sobre la distribución del ingreso
y la disponibilidad de información. Si se desea calcular la disponibilidad para pagar de las
personas por determinado producto, por ejemplo papas , se pueden observar cuando las
compran (tantas papas a tales precios) y se forma una buena noción del valor que las
personas asignan a este artículo. Sin embargo, esto no se puede hacer al valorar
cambios en la calidad ambiental. No existen mercados en los cuales las personas
compren y vendan unidades de calidad ambiental, de tal modo que no se pueden medir
los beneficios para el consumidor de igual manera como se puede hacer con un producto
como las papas. Más bien se debe depender de medios indirectos. Como afirmó cierto
economista ambiental: “… el cálculo de beneficios a menudo involucra un tipo de trabajo
detectivesco que consiste en reunir todas las pistas sobre los valores que los individuos
asignan a los servicios ambientales cuando responden a otros indicadores económicos.

La mediación de los beneficios es una actividad que se realiza en muchos niveles.


Para un analista que trabaja en una entidad ambiental, esto puede convertirse en un
ejercicio mecánico de introducir números. Acres de zona de almejas destruidas
(información suministrada por un biólogo marino) multiplicados por el precio vigente de las
almejas (información obtenida en un rápido recorrido realizado al mercado local pesquero)
es igual a los daños de la contaminación del agua en el estuario “X”. En el otro extremo,
para un economista ambiental cuyo interés está en ampliar la técnica, ésta puede consistir
en hacer una incursión en los medios sofisticados para exprimir más detallada información
de datos. La trayectoria que seguiremos estará entre estos extremos. Se
reexaminarán las principales técnicas que los economistas ambientales han
desarrollado para medir los beneficios de los mejoramientos en la calidad del
entorno. Se intentará comprender la lógica económica que subyace en estas técnicas, sin
empantanarse en todas las sutilezas teóricas y detalles estadísticos.

2.2.1.1. Medición Directa de Daños.

Cuando ocurre la degradación ambiental, ésta genera daños. Así, en un sentido


muy directo, los beneficios de la calidad ambiental mejorada se generan gracias a los
daños reducidos. Para medir completamente una función de daños por emisiones, es
necesario llevar a cabo los siguientes pasos:

1. Medir emisiones.
2. Determinar la calidad del ambiente que resulta.
3. Calcular el grado de exposición humana.
4. Medir los impactos (salud, estética, recreación, etc.)
5. Calcular los valores de estos impactos

Los primeros tres pasos corresponden ampliamente al trabajo de los científicos físicos.
Los modelos que muestran la relación entre las emisiones y los niveles del entorno se

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denominan a menudo modelos de difusión. El paso 4 involucra a los economistas hasta


cierto punto, pero también a los biólogos y a los epidemiólogos. El vínculo que existe
entre los pasos 3 y 4 se denomina con frecuencia función de respuesta a la dosis. Esto
significa calcular la respuesta en términos, por ejemplo, de la mortalidad y morbilidad
humanas a los diversos niveles de exposición frente a los contaminantes ambientales. En
el paso 5, la economía entra decididamente en juego para calcular los valores asociados
a los diferentes impactos identificados en el paso anterior. Podría parecer fácil medir los
beneficios al calcular los daños en forma directa, pero éste no será el caso. Para
comprenderlo obsérvense varios enfoques realizados anteriormente con el fin de medir
los daños en forma directa.

Daños a la Salud:

Algunos de los daños más importantes ocasionados por la contaminación


ambiental son los relacionados con la salud humana. En particular, se ha considerado en
forma amplia que la contaminación del aire incrementa la mortalidad y la morbilidad entre
las personas que se exponen a ella. Evidentemente en las expulsiones esporádicas de
contaminantes tóxicos, pero también por la exposición a largo plazo frente a
contaminantes como el SO2 y partículas en suspensión. Enfermedades como la
bronquitis, el enfisema y el cáncer del pulmón se consideran atribuibles en parte a la
contaminación del aire. Cálculos de los costos de la salud por este tipo de contaminación
sugieren que anualmente se pierden muchos miles de millones de dólares. La
contaminación del agua también produce daños en la salud, fundamentalmente a través
de los suministros de agua potable contaminados. Así, la medición de los daños a la salud
humana ante la contaminación ambiental es una tarea crítica para los economistas
ambientales.

Fundamental para este trabajo es la relación implícita de respuesta a la dosis, que


muestra la relación entre la salud humana y la exposición a la contaminación ambiental de
diversos tipos. Muchos factores afectan la salud humana (estilos de vida, dietas, factores
genéticos, edad, etc.), además de los niveles de contaminación del entorno. Para separar
los efectos de la contaminación se deben tener en cuenta los demás factores o de otro
modo correr el riesgo de atribuir a la contaminación efectos que en realidad se ocasionan
por un factor diferente. Esto exige grandes cantidades de datos precisos sobre los
factores de salud, al igual que numerosos factores susceptibles de considerarse causales.
Algunos de éstos (la calidad del aire o del agua, las estadísticas de mortalidad, etc.)
pueden estar disponibles en fuentes ya publicadas pero pueden estar excesivamente
agregadas como para suministrar resultados precisos. En forma similar, aunque los datos
publicados pueden suministrar información, por ejemplo, sobre los niveles promedio de
contaminación del aire en ciertas áreas de una ciudad, no ofrecen información precisa
sobre la exposición puesto que dependen de cómo han permanecido los individuos en
ese entorno. En una sociedad móvil es difícil desarrollar datos precisos sobre la
exposición a la que se arriesgan las personas, ya que pueden haber estado en varios
lugares durante sus vidas. Los epidemiólogos han tenido amplia experiencia con
información obtenida a través de panel, desarrollada mediante entrevistas minuciosas
acerca de los estilos de vida de las personas, sus hábitos de consumo, historia local, etc.

El primer estudio importante sobre la contaminación del aire y la salud humana en


EEUU fue realizado por Lave y Seskin en la década de los años setenta. Los datos eran
para 1969 y se referían a la información publicada en las áreas estándares de estadística
metropolitana (AEEM). Ellos concluyeron que, en general, una reducción del 1% en la

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contaminación del aire produce una disminución del 0.12% en las tasas de mortalidad. A
partir de ese estudio, los investigadores han examinado estos y otros datos sobre la salud
y la contaminación para mejorar los procedimientos estadísticos y agregar nuevas
variables explicatorias. Una conclusión consiste en que los resultados que se obtienen
son muy sensibles a los datos utilizados y a la forma como se manejan, lo que significa
que aún hay mucha incertidumbre sobre los vínculos exactos entre la contaminación del
aire y las tasas de mortalidad humana.

La misma conclusión se mantiene para la función de respuesta a la dosis con


respecto a la morbilidad humana. La morbilidad se refiere a la incidencia de las
enfermedades, de tal manera que se pueden expresar en diversas formas. En un estudio
se observa la relación entre los contaminantes del aire y la morbilidad expresada en dos
formas: (1) días de ausencia en el trabajo y (2) días afectados por quebrantos de salud.
No se encontró ningún vínculo entre estas variables y la contaminación de sulfuro, pero sí
se halló un efecto para las partículas totales en suspensión. Otros estudios de la
morbilidad se han realizado sobre la contaminación del aire y el agua, pero evidentemente
todavía no hay consenso sobre las relaciones fundamentales. Todavía queda mucho
trabajo por llevar a cabo.

El trabajo importante de los economistas viene después de la investigación sobre


la respuesta a la dosis, al asignar valores a los diversos impactos de la salud. ¿Cómo
debería enfocarse el hecho de dar determinado valor a la vida prematuramente acortada o
a una enfermedad debilitante sufrida como resultado de la exposición a los contaminantes
ambientales?. La primera reacción del lector puede ser pensar que es una práctica moral
dudosa el intentar atribuir un valor monetario a la vida humana. ¿Acaso la vida “no tiene
precio”?. En cierto sentido así es. Si en la calle a alguien se le pregunta cuánto vale su
vida, posiblemente no se obtendrá una respuesta puesto que la pregunta parece violar un
estándar moral común. Sin embargo, toda la sociedad (es decir, todos actuando en forma
colectiva) no se comporta de esa manera. En efecto, a través de nuestras decisiones y
comportamientos colectivos implícitamente asignamos valores a las vidas humanas. El
espacio más perceptible para observar esto se encuentra en el control del tráfico
automotor. Cada año mueren cientos de personas en las autopistas. Sin embargo, aún no
se percibe una inversión masiva de recursos para rediseñar las autopistas, desacelerar el
tráfico automotor, hacer automóviles considerablemente más seguros, etc. Esto se debe a
que se está haciendo una mediación implícita entre las muertes que ocurren en el tráfico
automotor y otros impactos relacionados con los viajes, en particular los beneficios
obtenidos por los recorridos razonablemente rápidos y convenientes. Pueda afirmarse lo
mismo con relación a otras tecnologías y prácticas de alto riesgo de las cuales está
saturada la vida moderna. Así, a pesar de los preceptos morales sobre los valores
fundamentales de la vida humana, tiene sentido examinar los valores que la sociedad
asigna en realidad a la existencia y a la salud humana en el curso cotidiano de sus
transacciones.

Durante algunos años era un procedimiento estándar calcular los daños de la


salud a través de aspectos como los gastos monetarios adicionales en el cuidado de la
salud y las reducciones en la productividad del trabajador que acompañaban la salud
quebrantada y las expectativas reducidas de vida. Por ejemplo, se podrían intentar medir
el valor de una vida humana al observar la contribución económica a la que renuncia la
sociedad cuando se acaba una vida. Con sus vidas laborales las personas contribuyen a
la producción de bienes y servicios útiles que los demás disfrutan en la sociedad. Cuando
ellas mueren, se detiene la productividad; así se podría calcular el valor acumulado de la

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producción que hubieran generado en caso de que siguieran con vida. La productividad
perdida variaría entre los individuos, en función de su edad, habilidades, hoja de vida,
etc., de tal manera que se podrían tomar promedios para las personas en las diferentes
categorías. De acuerdo con la misma lógica, se podría calcular el valor de la morbilidad
reducida al medir el valor de la producción incrementada que esto haría posible.

Otro enfoque directo en la medición de los daños de la salud consiste en observar


los gastos médicos. Cuando la salud se ve afectada por el incremento de la
contaminación se esperarían gastos médicos incrementados, en hospitales, especialistas,
rehabilitación, etc. En consecuencia, la reducción de la contaminación conduciría a una
disminución de los gastos médicos, los cuales se pueden contabilizar como un beneficio
del camino ambiental.

Otros Tipos de Daños:

Algunos tipos de contaminación del aire se han asociado a daños en los cultivos
agrícolas. Una manera de medir estos daños podría ser tomar la información de respuesta
a la dosis desarrollada por las ciencias físicas y naturales, y utilizarlas para pronosticar los
incrementos en las cosechas, producto del mejoramiento de un caso particular en la
contaminación del aire. Estas cosechas incrementadas podrían entonces multiplicarse por
el precio de mercado del artículo para obtener una mediación de los beneficios en la
calidad mejorada del aire.

Otro tipo de cálculo directo de daños podría aplicarse a daños materiales. La


contaminación del aire en áreas urbanas, se ha demostrado, genera daños en los
materiales expuestos a ésta, desde construcciones hasta esculturas al aire libre. Estos
daños podrían medirse al observar incrementos en los costos de mantenimiento que se
requieren para evitar el daño en los materiales.

Problemas con los Enfoques Directos de los Daños:

El problema básico con los cálculos directos de los daños como éste es que casi
siempre son bastante incompletos. Tómese el caso de medir los daños a la salud
mediante la pérdida de la productividad y los gastos médicos. En primer lugar, se observa
que éstas son mediciones de mercado. También miden el valor de los bienes y servicios
mercadeables que una persona podría generar en promedio. De este modo, las muchas
contribuciones fuera del mercado que las personas hacen, tanto dentro como fuera del
nivel doméstico, no se contabilizan. Este método también asignaría un valor cero a una
persona discapacitada, puesto que no puede trabajar, o a un jubilado. También se plantea
la pregunta de si el consumo de una persona debiese restarse de su producción para
medir su contribución neta real. Esto podría parecer razonable pero, si se hace así, se
forzarían conclusiones incoherentes, como el que la muerte prematura de un receptor de
bienestar favorecería a la sociedad. Hay muchos beneficios monetarios, al igual que
físicos, recibidos para los demás (por ejemplo, amigos y parientes) que la medición de
productividad no tiene en cuenta. Esta tampoco contabiliza el dolor y el sufrimiento
ocasionados por una enfermedad. Así, aunque el enfoque de la productividad puede ser
útil en algunas circunstancias, es posible que suministre resultados engañosos en las
demás. Podría decirse lo mismo de utilizar los gastos médicos para calcular los daños
generados por la reducción de la calidad ambiental. Supóngase que se calculan los daños
en la salud de alguien que sufre un resfriado. Se llega entonces a un cálculo de $1,27, el
costo de la aspirina que consumiría para reducir el malestar. Esto probablemente sería

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una subvaloración considerable de los daños ocasionados por el resfriado. Si a esa


persona se le preguntara cuánto estaría dispuesta a pagar para evitar ese malestar, la
respuesta posiblemente sería una cantidad considerablemente superior al costo de la
aspirina. Este es quizá un ejemplo injusto debido a que los grandes gastos médicos que
una persona asume por cáncer en el pulmón, inducido por la contaminación del aire, son
mucho más significativos que un frasco de aspirinas. No obstante, debido a problemas
como éstos, se debe volver al concepto fundamental para determinar el valor:
disponibilidad para pagar.

2.2.1.2 Disponibilidad para Pagar.

El problema con el enfoque directo para el cálculo de daños analizado


anteriormente es que este cálculo es usualmente incompleto. Esta es una dificultad
asociada a la medición, no al concepto. Una función de daño marginal muestra los
cambios en daños sufridos por las personas u otros elementos del ecosistema cuando se
exponen a la contaminación o a la alteración del ambiente. Los “daños” se deben juzgar
en un sentido amplio; esto incluye que se deben considerar daños físicos directos, como
los impactos en la salud, pero también impactos que se reflejen en la degradación de la
calidad estética del entorno (por ejemplo, la visibilidad disminuida o el daño psíquico). En
otras palabras, los “daños” incluyen todos los efectos negativos de las emisiones
transportadas por el viento. Si se toma una perspectiva diferente, la función de daño
marginal para incrementos en las emisiones es igual a la función de demanda
(disponibilidad para pagar por las disminuciones en las emisiones). Si un pequeño
incremento en las emisiones acarrea $10 en daños adicionales, lo máximo que estaría
dispuesto a pagar alguien para disminuir las emisiones en esa pequeña cantidad,
presumiblemente serían $10. En consecuencia, hay que concentrarse en la disponibilidad
para pagar por obtener mejoramientos ambientales.

En esencia existen tres formas para intentar observar cuánto están dispuestas a
pagar las personas por los mejoramientos en la calidad ambiental. Esto se puede ilustrar
al examinar el caso de la contaminación ocasionada por el ruido. Una característica del
mundo moderno son las carreteras de alta velocidad (supercarreteras, autopistas de libre
acceso, autopistas en las que se paga peaje), y una característica importante de estas
carreteras es que el tráfico automotor genera ruido. Así, las personas que viven en las
proximidades sufren daños por el ruido ocasionado por el tráfico automotor. Supóngase
que se desea calcular la disponibilidad para pagar de las personas que viven cerca de las
supercarreteras para reducir el ruido del tráfico automotor. ¿Cómo se podría realizar
esto?.

1. Los propietarios mismos tienen que hacer gastos para reducir los niveles de ruido
dentro de sus propiedades. Por ejemplo, ellos pueden instalar aislamiento adicional
en las paredes de sus viviendas o colocar vidrios de doble calibre en las ventanas.
Cuando las personas hacen gastos como éste, manifiestan algo con relación a su
disponibilidad para pagar por tener un ambiente más silencioso. En general, entonces,
si es posible hallar situaciones en las que los bienes de mercado se adquieren con el
fin de influir la exposición de un consumidor ante el ambiente, es posible analizar
estas adquisiciones mediante las cuales se manifiesta el valor que las personas
asignan a los cambios en ese ambiente natural.

2. El ruido ocasionado en las proximidades de las carreteras puede afectar los precios
que las personas han pagado por sus propiedades. Si dos casas tienen exactamente

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las mismas características excepto el nivel de ruido exterior, se esperaría que la


propiedad ubicada en el ambiente más ruidoso tuviese menor valor para los
compradores potenciales que aquella que se halla en el ambiente más silencioso. Si el
mercado de inmuebles es competitivo, el precio de la propiedad en el ambiente más
ruidoso sería menor que el de la otra. En consecuencia, al observar la diferencia en
los precios de las casas se puede calcular el valor que las personas asignan a la
reducción de la contaminación ocasionada por el ruido. En general, en cualquier
momento el precio de algún bien o servicio varía de acuerdo con sus características
ambientales; así se pueden analizar estas variaciones de precios con el fin de
determinar la disponibilidad para pagar de las personas por estas características.

3. Las dos técnicas anteriores son indirectas, en el sentido de que buscan formas
de analizar información en el mercado para hallar su relación con la
disponibilidad para pagar de las personas a fin de obtener características
estrechamente asociadas con el entorno. La tercera forma es ilusoriamente directa.
Se podría realizar una encuesta entre los propietarios y preguntarles cuánto estarían
dispuestos a pagar por las reducciones en los niveles de ruido de fuera y dentro de
sus propiedades. Este enfoque directo de entrevistas ha recibido gran atención
por parte de los economistas ambientales en los últimos años, en especial
debido a su flexibilidad. Casi todas las características del ambiente, que pueden
describirse con precisión para las personas, se pueden estudiar con este método.

En lo que resta se examinarán algunas de las formas como se han aplicado estos
enfoques para calcular los beneficios de los mejoramientos de la calidad ambiental.

2.2.1.2.1. Disponibilidad para Pagar: Métodos Indirectos.

La noción implícita en estos enfoques indirectos es que cuando las personas


hacen selecciones de mercado entre ciertos artículos que tienen diferentes
características relacionadas con el ambiente, tales selecciones revelan el valor que
las personas asignan a estos factores ambientales. Quizá lo más importante es que
ponen de manifiesto los valores sobre la salud y la vida humana.

El Valor de la Salud Humana expresado en Costos de “Prevención”

La contaminación del aire y del agua puede generar una variedad de condiciones
adversas para la salud, que van desde malestares superficiales en el pecho o dolores de
cabeza de todos los tipos, hasta hechos graves que exigen cuidados hospitalarios. Las
personas a menudo hacen gastos para tratar de evitar, o prevenir, estas condiciones, y
estos costos de prevención son una forma de expresar su disponibilidad para pagar con el
fin de evitarlos. En varios estudios se han analizado estos gastos de prevención con el
propósito de conocer la disponibilidad para pagar de las personas. En 1986 se llevó a
cabo un estudio con un muestreo de personas, en el que se consideraban los gastos que
éstas hacen para evitar una variedad de síntomas respiratorios. Los gastos incluyen
aspectos como cocinar con electricidad en vez de hacerlo con gas, tener un
acondicionador de aire en casa y un automóvil que tenga aire acondicionado. Sus
cálculos de disponibilidad para pagar a fin de evitar varios síntomas respiratorios van
desde $ 450 por dificultad para respirar hasta $100.000 por opresión en el pecho.

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El Valor de la Vida Humana expresado en Tasas Salariales

La reducción en la calidad del aire y la contaminación del agua pueden conducir a


una salud quebrantada y a la muerte. ¿Cómo se valorizan estos impactos?. Es muy
tentador afirmar que “la vida humana no se puede medir”, pero ésta no es la forma en que
se comportan las personas en la realidad. Se puede observar que los individuos no se
comportan, de hecho, como si prolongar la vida o evitar enfermedades fuera en cierto
sentido un propósito final al cual dedicar todos sus recursos. Algunas personas se ven
comprometidas en actividades de alto riego; de algún modo compensan algunos riesgos
con los beneficios recibidos. Casi todas las personas conducen automóviles, algunas
fuman, otras practican montañismo, muchas se esfuerzan por lucir la piel bronceada, etc.
También se puede observar que algunas personas asignan parte de su ingreso a reducir
riesgos: compran cerraduras, instalan alarmas para advertir el humo, permanecen lejos de
lugares oscuros en las horas de la noche. Y también se observa que hay muchas
personas que tienen diferentes criterios sobre su propio valor: los padres que tienen hijos
compran más seguros de vida que las personas solteras, por ejemplo. Todo esto sugiere
que las personas tratan el riesgo de morir de un modo bastante racional, y que se podría
utilizar la disponibilidad para pagar como una forma de evaluar los beneficios de reducir el
riesgo de muerte o de padecer una enfermedad.

Sin embargo, debe aclararse con exactitud qué implica esto. A propósito, hay una
anécdota graciosa sobre un millonario avaro, que es asaltado cuando va por la calle. Un
ladrón le apunta con un arma y le dice: “El dinero o la vida”, y la víctima le responde:
“¡Hum’, déjeme pensarlo”. Calcular el valor de la disponibilidad para pagar por una vida
humana no implica este tipo de situación. A las personas no se les solicita que expresen
su disponibilidad para pagar por salvar sus propias vidas. En ciertas circunstancias un
individuo probablemente estaría dispuesto a dar todo lo que posee. Cuando alguien
expresa su disponibilidad para pagar por reducir la contaminación del aire, el concepto
importante es el valor de la vida estadística, no de la vida de algún individuo en particular.
Esto no significa que las personas se preocupen sólo por el promedio individual, o
aleatorio, y no de ciertas personas específicas. Obviamente los seres humanos se sienten
más cercanos a sus parientes, amigos y vecinos que a los extraños. Lo que se plantea es
el valor de reorganizar las condiciones de vida de un gran grupo de personas al reducir,
por ejemplo, su exposición ante los contaminantes ambientales, con el propósito de
disminuir la probabilidad de que un individuo del grupo, tomado al azar, sufra una
enfermedad o tenga una muerte prematura. Supóngase, por ejemplo, que la persona
promedio en un grupo de 100.000 individuos estaría dispuesta a pagar $5.000 para
disminuir la probabilidad de una muerte aleatoria entre los miembros de ese grupo de 7 en
100.000 a 6 en 100.000. Entonces, la disponibilidad total para pagar es de
$5000x(100.000) = $500.000.000 lo que representa el valor de la vida estadística a partir
de la disponibilidad para pagar.

Utilizar la disponibilidad para pagar con el fin de medir los beneficios de la salud
tiene la virtud de ser consecuente con otros tipos de estudios de demanda económica, y
reconoce que incluso con un factor tan importante como la protección a la salud son las
evaluaciones de las personas de acuerdo con su propio valor las que deberían contar. No
obstante, es necesario utilizar con precaución este concepto. En cualquier situación del
mundo real, la disponibilidad para pagar implica la capacidad para pagar; no se
puede expresar una disponibilidad para pagar por un bien o producto si se carece
del ingreso o bienestar necesarios. De tal modo que hay que ser sensato con los
niveles de ingreso de las personas cuyas demandas se intentan medir. Si, en este

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análisis, se incluyera una cantidad considerable de personas con bajos ingresos, la


disponibilidad medida de pago que se puede obtener sería menor que la justificada. No se
desea disminuir los beneficios calculados de la salud de un programa ambiental
simplemente porque la población objetivo tiene menores ingresos que el promedio.

Otra característica de la protección a la salud como un bien económico normal es


que las personas pueden estar dispuestas a pagar por la salud de otros. El señor X no se
preocupa si un pariente suyo consume carne; la propia disponibilidad para pagar de ese
pariente es una buena expresión de su demanda de ese bien. Sin embargo, sí X se
preocupa por la salud de ese pariente y, acorde con la disponibilidad para pagar del
pariente por obtener una salud óptima le faltara capacidad para pagar, X estaría dispuesto
a invertir una cantidad importante de su propio bolsillo. Así, mediciones estrictamente
individuales de la disponibilidad para pagar con el propósito de obtener mejoramientos de
la salud pueden subestimar los beneficios verdaderos de los programas que incrementan
la salud.

El enfoque más desarrollado en la medición de la disponibilidad para pagar con el


fin de reducir los riesgos que se presentan en la vida de un individuo es el que se basa en
los estudios de tasas salariales industriales. En situaciones laborales, ya sean
industriales, agrícolas, de minería o marítimas, los contaminantes a menudo se acumulan
debido a que las condiciones del entorno están seriamente reducidas en las zonas donde
se lleva a cabo el proceso de producción; debido a que la producción exige que los
trabajadores manipulen cantidades relativamente grandes de sustancias potencialmente
dañinas; o debido a que los accidentes pueden generar una exposición en gran escala
para los trabajadores ante contaminantes de diversos tipos. Muchos contaminantes que
representan pocas amenazas para la población en general, cuando se dispersan pueden
tener impactos considerables de acuerdo con las cantidades acumuladas que se
presentan en el lugar de trabajo. En las últimas décadas se han divulgado muchos casos
de riesgos y daños en el lugar de trabajo. El “pulmón negro" por trabajar en las minas, el
“pulmón castaño” por laborar en las fábricas de algodón y el quebranto grave de los
pulmones por trabajar con asbesto son apenas unos cuantos ejemplos. Los trabajadores
agrícolas que manipulan pesticidas enfrentan el riesgo de exposición a estos químicos
tóxicos.

Si se estudian las tasas salariales entre las diferentes labores que exponen a los
trabajadores a los diversos riesgos de contaminación, es posible medir el valor que las
personas asignan a reducir estos riesgos para la salud. Es difícil obtener buena
información sobre la exposición a diversos contaminantes en el lugar de trabajo. Donde
se han utilizado con mayor efectividad los estudios de las tasas salariales es en la
medición del valor para reducir el riesgo de muerte prematura. En otras palabras, estos
estudios se han utilizado para abordar el problema del valor de una vida estadística.
Supóngase que hay dos trabajados similares en todos los aspectos excepto en uno:
debido al tipo de maquinaria utilizada, el riesgo de muerte es un poco mayor en uno de
ellos. Supóngase que inicialmente las tasas salariales de las dos industrias son las
mismas. En este caso sería preferible obviamente trabajar en la industria más segura:
mismo salario, menor riesgo. Los trabajadores buscarían la manera de desplazarse de la
industria con riesgos a las más seguras. Esto tendería a reducir el salario en la industria
más segura y a incrementar el salario en la otra, puesto que las empresas buscan
conservar a los trabajadores para que no abandonen esa industria. Así, evolucionaría un
salario diferencial entre las dos industrias; la cantidad de la diferencia demostraría cuánto
valoran los trabajadores las diferencias entre estas industrias en términos de los riesgos

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de muerte. Al analizar salarios diferenciales como éste, se puede obtener una medición
de los beneficios que las personas obtendrían de reducir las muertes prematuras
relacionadas con la contaminación.

El Valor de la Calidad Ambiental expresado en los Precios asignados a las


Propiedades

Con los estudios de tasas salariales sólo se consideró un cálculo de la


disponibilidad para pagar por exponerse a un menor riesgo de muerte; es decir, la
disponibilidad para pagar por una consecuencia específica de exposición a
mayores niveles de contaminación ambiental. Sin embargo, existen beneficios más
amplios de un ambiente más puro que simplemente obtener beneficios para la
salud. Un enfoque más general que hay que adoptar consiste en examinar la
disponibilidad para pagar de las personas por vivir en un ambiente menos
contaminado. Esto incluiría los efectos sobre la salud pero también otras
dimensiones como los impactos estéticos.

Supóngase que alguien tiene dos casas que poseen exactamente las mismas
características físicas (cantidad de habitaciones, superficie del piso, fecha de
construcción, etc.), así como otros factores de ubicación (distancia con relación a los
vecindarios, distancia con respecto a centros comerciales, etc.). Sin embargo, se supone
que una propiedad está localizada en un área de gran contaminación en el aire, mientras
que la otra se encuentra en un área con aire relativamente puro. Se espera que los
precios de mercado de estas dos propiedades difieran debido a la diferencia de la calidad
del aire. Esta conclusión se generaliza para un gran mercado de inmuebles que involucra
muchas propiedades. La calidad del aire de los alrededores es esencialmente una
característica de la ubicación de una propiedad, de tal manera que a medida que las
propiedades se venden y compran en el mercado inmobiliario, las diferencias en cuanto a
la calidad del aire tenderían a “capitalizarse” en los precios de mercado de las
propiedades. Por supuesto, las propiedades difieren en muchos aspectos, no sólo en
términos de calidad del aire, de tal modo que se deban reunir grandes cantidades de
datos sobre muchas propiedades, y luego utilizar técnicas estadísticas para identificar el
papel que desempeña la contaminación del aire, al igual que otros factores.

Suponiendo que se han reunido los datos suficientes y conducido los análisis
estadísticos apropiados, se podría llegar a una relación como la que aparece en la figura
7.1.

Figura 7.1. Relación de la concentración de SO2 en el entorno

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Con el precio de las Propiedades.

Esta muestra que a medida que se incrementa la concentración de SO 2 en el entorno,


disminuyen los precios de las propiedades, manteniendo todas las demás condiciones
constantes. Esta no es una función de demanda, aunque puede parecerlo. Esta muestra
los precios totales de las propiedades cuando son afectadas por el SO2, y una curva de
demanda señalaría los impactos del SO2 en el valor marginal de las propiedades. Una
adicional manipulación estadística de los datos expuestos en la figura 7.1., puede
proporcionar una curva genuina de demanda para las reducciones en las concentraciones
de SO2 en el entorno.

Supóngase que un lago se encuentra rodeado por varias residencias. El precio de


mercado de estas propiedades se verá afectado por muchos factores: su fecha de
construcción, tamaño, condición, etc. También estarán afectadas por la calidad del agua
del lago. Si se degrada la calidad del agua con el paso del tiempo, se esperaría que
disminuyesen los valores de mercado de las propiedades circunvecinas. La calidad
dañada del agua significa que los propietarios obtendrán menos utilidad al vivir en estas
proximidades, mientras que las demás condiciones permanecen iguales, y esto se
capitalizará en los valores de las propiedades. Una forma como se podría abordar la
medición de los beneficios de purificar el lago consiste en calcular el incremento general
en los valores de las propiedades entre las diferentes residencias localizadas en las
proximidades del lago. Se debe recordar, sin embargo, que posiblemente esto sea un
cálculo parcial de los beneficios totales. Si los no residentes tienen acceso al lago o al
parque, también podrían obtener beneficios, pero éstos no aparecerían en los cambios
registrados para los valores de las propiedades. Los cambios en el valor de la propiedad
para medir los beneficios obtenidos de la reducción de la contaminación también pueden
utilizarse en otras situaciones; por ejemplo, al valorar el daño ocasionado por el ruido que
se genera alrededor de los aeropuertos y las principales autopistas, y al medir los
beneficios que producen los parques urbanos.

El Valor de la Calidad Ambiental y los Salarios Diferenciales Interurbanos

Anteriormente se abordó la utilización de las diferencias de tasas salariales entre


los trabajadores con el propósito de medir el valor de reducir los riesgos que representa la
contaminación para la salud. Los estudios de tasas salariales también se han utilizado
para calcular el valor de vivir en un ambiente más puro. Supóngase que hay dos
ciudades, muy similares en todos los aspectos, pero una tienen mayor contaminación en
el aire que la otra; inicialmente las tasas salariales en las dos ciudades son iguales.
Puesto que las demás condiciones permanecen exactamente iguales, podría ser más
aconsejable trabajar en la ciudad menos contaminada: el mismo salario pero menos
contaminación en el aire. Los trabajadores, en consecuencia, migrarían a la ciudad más
limpia. Para conservar una fuerza laboral en la ciudad más sucia, debe suceder una de
estas dos cosas: debe purificarse el aire u ofrecerse un mayor salario para compensar los
daños de vivir en un aire más contaminado. De tal manera que se podrían estudiar las
diferencias de tasas salariales entre las ciudades con diversos niveles de, por ejemplo,
contaminación en el aire para medir el valor que las personas asignan al aire más puro.
Además, esto suministraría una forma de calcular los beneficios de purificar el aire en las
ciudades más contaminadas.

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Los Efectos de la Contaminación en los Costos de Producción

La contaminación del aire puede reducir las cosechas en fincas expuestas a la


polución; también puede reducir las tasas de crecimiento de bosques de madera
comercialmente valiosa. La contaminación del agua puede afectar en forma adversa a las
empresas y a los municipios que utilizan el agua para propósitos de producción o para el
uso doméstico. La reducción de la calidad del agua también puede tener un impacto
negativo en las industrias comerciales de pesca. La contaminación de suelos puede tener
impactos graves en la producción agrícola. La contaminación en el lugar de trabajo puede
reducir la efectividad de los trabajadores y, a menudo, incrementar la tasa a la cual se
dañan las maquinarias y las construcciones. En estos casos los efectos de contaminación
se experimentan en la producción de bienes y servicios. El daño ocasionado por la
contaminación sucede porque interfiere de alguna manera con los procesos de
producción, haciendo en efecto más costoso generar estos productos que si se realizan
en un mundo menos contaminado.

Daños en los Materiales

Los contaminantes del aire pueden ocasionar daños en las superficies expuestas,
tanto en las superficies metálicas de las maquinarias, las superficies en piedra de las
construcciones y las estatuas, como en las superficies pintadas de cualquier tipo de
elemento expuesto al aire libre. Los contaminantes de mayor peso son los compuestos de
sulfuro, partículas en suspensión, oxidantes y óxidos de nitrógeno. Para la mayor parte, el
daño se debe al deterioro adicional que debe neutralizarse con un incremento en el
mantenimiento y el reemplazo anticipado. En el caso de las esculturas al aire libre, el
daño se causa a las cualidades estéticas de los objetos.

En este caso la relación de respuesta a la dosis muestra la dimensión del daño


asociado a la exposición a diversas cantidades de contaminantes del aire. Las relaciones
físicas fundamentales pueden investigarse en el laboratorio, pero en la aplicación a
cualquier área en particular es necesario tener datos sobre las diversas cantidades de
materiales expuestos que existen en realidad en la región estudiada. Luego es posible
calcular la cantidad total de daños materiales que ocurriría en un año promedio de
exposición al aire de la región con su carga “normal” de diversos contaminantes. Luego se
debe asignar un valor a este daño. Si se toma un enfoque estricto de la función de los
daños, se podría calcular el incremento en el costo de mantenimiento (mano de obra,
pintura, etc.) que se hace necesario por este daño. No obstante, esto correspondería a
una subvaloración de los verdaderos daños desde la perspectiva de la disponibilidad para
pagar. Parte de los daños serían estéticos, los valores visuales reducidos de menos
construcciones de aspecto agradable y superficies pintadas. Se podría llegar a estos
valores a través de métodos de valoración contingente, los cuales se analizan un poco
más adelante. El enfoque de costos de mantenimiento tampoco sería completo si la
contaminación no hace que los constructores se cambien a otros materiales para reducir
los daños.

El Valor de los Sitios de Recreación Ambiental expresado en los Costos de Viajes

Uno de los primeros enfoques que los economistas ambientales utilizan para
calcular la demanda de sitios de recreación ambiental consiste en un método que toma
los costos de viajes como parte del precio. Aunque no se observe en forma directa que las
personas compren unidades de calidad ambiental, sí se advierte que ellas viajen para

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poder disfrutar, por ejemplo, de experiencias recreativas en los parques nacionales, para
practicar natación y pesca en lagos y corrientes de agua, y para realizar otras actividades.
Viajar es costoso: toma tiempo e implica desembolsos del bolsillo para el viaje. Al tratar
estos costos de viaje como un precio que las personas deben pagar para disfrutar las
recreaciones ambientales, en ciertas circunstancias se puede calcular una función de
demanda para estos lugares de recreación.

Al obtener los datos sobre los costos de viaje para una gran cantidad de personas
es posible construir un cálculo de la disponibilidad agregada para pagar por los sitios
particulares de recreación ambiental. Por supuesto, se debe obtener información sobre
algo más que sólo sus costos de viaje. Las familias diferirán en función de muchos
factores, no sólo en términos de sus costos de viaje a este parque de diversiones.
Tendrán diferentes niveles de ingreso, se diferenciarán en función de la presencia de
parques alternativos u otras experiencias recreativas disponibles para ellas, y otros
factores. Por esta razón, las encuestas deben reunir grandes cantidades de datos sobre
muchos visitantes para poder calcular estadísticamente todas estas diversas influencias
en las tasas de visita a los parques.

Es posible utilizar este enfoque para calcular los beneficios de mejorar la calidad
del entorno en el lugar de visita; por ejemplo, al mejorar la calidad del agua en un lago
para el esparcimiento, de tal modo que se incremente la pesca. Para realizar esto se debe
reunir la información no sólo sobre los costos de viaje de los recreacionistas en un único
lugar de esparcimiento, sino sobre los costos de viaje para muchos sitios con diversas
características naturales. Luego se pueden analizar minuciosamente los efectos de una
visita de acuerdo con diversos aspectos cualitativos de diferentes sitios. A partir de esto
es posible entonces determinar su disponibilidad para pagar con el propósito de obtener
mejoramientos en estos cambios cualitativos.

2.2.1.2.2. Disponibilidad para Pagar: Métodos Directos.

Ahora se aborda el enfoque directo con el fin de calcular la disponibilidad para


pagar, el cual se denomina método de “valoración contingente”. La valoración
contingente (VC) se fundamenta en el concepto elemental de que si alguien desea saber
la disponibilidad para pagar de las personas por una característica de su entorno,
simplemente se les pregunta por ésta. La palabra “simplemente” es un poco exagerada
puesto que no termina siendo tan simple, aunque la idea básica parezca sencilla. El
método se llama valoración “contingente” porque intenta hacer que las personas expresen
cómo actuarían si estuvieran en determinadas situaciones contingentes. Si se retoma el
ejemplo de las papas, cuando se desea medir la disponibilidad para pagar por este
producto, en realidad es posible ubicar a las personas en los supermercados y
observarlas cuando hacen selecciones en situaciones concretas. Pero cuando no existen
mercados reales de algo, como en el caso de una característica de la calidad ambiental, a
las personas sólo se les podría pedir que expresen que escogerían si estuvieran en
determinadas situaciones; es decir, si tuvieran que enfrentar un mercado para esas
características.

Hasta la fecha se han realizado estudios sobre el valor contingente para obtener
una gran lista de factores ambientales: la calidad del aire, el valor de los sitios de
recreación relacionados con la visibilidad, la calidad del esparcimiento en las playas, la
conservación de especies de la fauna silvestre, la congestión de visitantes en zonas
silvestres, las prácticas de caza y pesca, la eliminación de desperdicios tóxicos, la

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conservación de ríos naturales, y otros factores. En efecto, los métodos de VC se han


extendido a las áreas no ambientales; por ejemplo, el valor de los programas para reducir
los riesgos de paros cardíacos, el valor de la información de precios en los
supermercados y el valor de un programa de acompañamiento a la tercera edad. Con el
paso del tiempo el método se ha desarrollado y refinado para suministrar lo que se
consideran mediciones razonablemente confiables de los beneficios en una variedad de
bienes públicos, en especial la calidad ambiental.
Los pasos necesarios en un análisis de VC son los siguientes

1. Identificación y descripción de la característica de la calidad ambiental que se va a


evaluar.

2. Identificación de los entrevistados que serán contactados, que incluye procedimientos


de muestreo utilizados para seleccionar a estas personas.

3. Diseño y aplicación de un formulario de encuestas mediante entrevistas personales,


telefónicas o por correo (durante los últimos años algunas veces se han utilizado los
grupos de muestra).

4. Análisis de resultados y agregación de respuestas individuales para calcular los


valores del grupo afectado por el cambio ambiental.

Problemas del Análisis de VC

El aspecto más problemático de la valoración contingente es su carácter


hipotético. Cuando las personas compran un producto, papas por ejemplo, para retomar el
caso anterior, tienen que “invertir de acuerdo con sus posibilidades y necesidades reales”.
Esta es una situación real y si se inclinan por opciones equivocadas, las personas sufren
con consecuencias reales. Pero en un cuestionario de VC las mismas implicaciones del
mundo real no están presentes. Las personas enfrentan una situación hipotética, a la cual
dan respuestas hipotéticas, no regidas por la disciplina de un mercado real. Cuando se
reflexiona sobre este aspecto, surgen dos tipos de preguntas: primera, ¿conocen las
personas suficientemente sus preferencias reales para dar una respuesta válida?, y
segunda, incluso si conocen sus preferencias, ¿tendrán incentivos para engañar al
investigador?.

Todos desarrollan su experiencia comprando unos artículos, y no otros, en el


mercado. En la Nueva Inglaterra del siglo XVII, las personas acostumbraban vender y
comprar las bancas para estar en la iglesia. En algunos países, los documentos oficiales
de funcionarios públicos requieren sobornos monetarios estandarizados. En la sociedad
contemporánea hay precios vigentes para los melones y la sangre. Cuando las personas
enfrentan precios de mercado para un bien o servicio durante un período, tienen tiempo
de conocer sus valores, ajustar sus comparaciones y establecer una disponibilidad para
pagar que representa con exactitud sus preferencias. Pero cuando se plantea asignar un
valor monetario a algo que normalmente no tiene precio, puede ser mucho más difícil
establecer la verdadera disponibilidad para pagar. ¿Cuánto estaría dispuesto a pagar
alguien anualmente por diez atardeceres más bellos?. Las personas también desarrollan
con el paso del tiempo ideas sobre la extensión apropiada del mercado al distribuir ciertos
bienes y servicios; cuando se les solicita que asignen valor a algo que usualmente está
más allá del mercado, sus respuestas pueden reflejar no sólo el valor de un artículo en

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particular, sino algo con relación al tipo de sistema económico en el cual les gustaría vivir,
lo cual se constituye en una cuestión mucho más amplia.
Otra pregunta es si normalmente se puede esperar que los encuestados tengan
incentivos para tergiversar su verdadera disponibilidad para pagar Las características de
la calidad ambiental al ser bienes públicos. Se puede esperar que las personas
subvaloren sus preferencias para estos tipos de bienes, cuando esperan que sus
respuestas se utilicen para establecer programas de pago por los bienes. No obstante, en
los estudios de VC no existe el peligro de que sus respuestas puedan utilizarse, por
ejemplo, para determinar los impuestos por pagar de acuerdo con el bien que se evalúa.
Así, quizá, es improbable esta fuente de sesgo. Es más probable el sesgo opuesto. Las
personas pueden ser guiadas para dar un cálculo inflado de su disponibilidad para pagar
con la esperanza, quizá, de que otros también hagan lo mismo, teniendo en cuenta que
su participación del costo de hacer disponible el bien será, en cualquier caso, muy
pequeña.

2.2.2. ANALISIS DE COSTO-BENEFICIO: COSTOS.

En esta parte se aborda el lado de los costos con relación al análisis de costo-
beneficio. A menudo se ha menospreciado la importancia de la medición precisa de
costos. Esto corresponde a la mitad del análisis, cuyos resultados fácilmente pueden
verse afectados, por ejemplo, al sobrestimar los costos o al subestimar los beneficios. En
los países en vía de desarrollo, donde las personas dan gran prioridad al
crecimiento económico, es decisivamente importante saber cómo afectarán los
programas ambientales a la tasa de crecimiento y de qué manera se distribuirán los
costos entre los diferentes grupos sociales. En los países industrializados la oposición
a las políticas ambientales, con frecuencia, se concentra en sus costos calculados, y esto
significa que los esfuerzos de análisis de costo-beneficio para estos programas son
convenientes para obtener las correctas estimaciones de costos. Abordaremos algunos
aspectos y ejemplos específicos en el cálculo de costos.

2.2.2.1. La Perspectiva de Costos.

El análisis de costos puede llevarse a cabo en muchos niveles. El más sencillo, se


concentra en los costos de un programa ambiental para una sola comunidad o empresa o
de un solo proyecto ambiental como una planta de tratamiento de aguas de desecho, un
incinerador o un plan para la recuperación de playas. La razón para denominar a estos
niveles como los más sencillos son que ellos usualmente se generan al calcular los costos
de determinada especificación de ingeniería que tiene límites claros, y para los cuales el
“resto del mundo” exactamente puede suponer que son constantes. En el siguiente nivel
se tienen los costos para una industria, o quizá para una región, de cumplir con las
regulaciones ambientales o de adoptar ciertas tecnologías. En este caso ya no se puede
depender de simples hipótesis de ingeniería; se deben realizar actividades como
pronosticar con precisión razonable de qué manera los grupos de empresas
contaminantes responderán a los cambios en las leyes sobre emisiones o de qué modo
responderán frente a los cambios propuestos en las regulaciones de reciclaje. Los
problemas se generarán porque no todas las empresas son iguales (algunas son
pequeñas, otras son grandes, otras son obsoletas, otras nuevas, etc.), y cada una de ellas
usualmente tendrá múltiples posibilidades de reaccionar frente a las regulaciones. En un
nivel aún superior, el interés puede concentrarse en los costos para toda una economía
de lograr metas ambientales establecidas.

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Calcular costos a escala nacional exige un enfoque completamente diferente. En esta


instancia todo se encuentra vinculado entre sí; cuando se imponen regulaciones para el
control de la contaminación, los ajustes repercutirán a través de toda la economía. Para
caracterizarlos es necesario abordar datos macroeconómicos y, con frecuencia, modelos
agregados bastantes complejos. En las páginas siguientes se iniciará el análisis del
cálculo de costos en estos diferentes niveles.

2.2.2.2. Costo de Oportunidad.

En economía el concepto fundamental respecto a los costos es el de los


costos de oportunidad. El costo de oportunidad de utilizar recursos, de cierta manera es
la alternativa más altamente valorada en la cual se habrían podido invertir estos recursos
y a la cual la sociedad tendría que renunciar cuando los recursos se utilizan en otra forma
específica. Obsérvese la palabra “sociedad”. Los costos son incurridos por todas
las clases de empresas, entidades, industrias, agrupaciones, etc. Cada una tiene su
propia perspectiva, la cual se concentrará en aquellos costos que hacen efecto
directamente en ellas. Supóngase que una comunidad estudia la posibilidad de construir
una vía para el tránsito de bicicletas con el fin de aliviar la congestión de automóviles y
reducir la contaminación del aire en el centro de la ciudad. Su principal preocupación
consiste en lo que el municipio tendrá que pagar para desarrollar el proyecto. Supóngase
que se invertirá $10 millones para su construcción, pero el 50% lo asumirá el gobierno.
Desde la perspectiva del municipio, el costo de esta vía será de $ 5 millones, pero desde
el punto de vista de la sociedad los costos totales de oportunidad para el proyecto
corresponden a $10 millones.

El problema es que cuando las personas piensan en costos creen que se trata de
desembolsos en dinero. A menudo los costos monetarios de un bien representan una
buena medición de sus costos de oportunidad, pero frecuentemente no es así. Supóngase
que el proyecto para el tránsito de bicicletas se va a realizar en un derecho de vía férrea
que no tiene en absoluto uso alternativo, y que el municipio debe pagar a los ferrocarriles
$100.000 por el derecho a esta vía. Este dinero es definitivamente un gasto que debe
asumir el municipio, pero en realidad no corresponde a una parte de los costos de
oportunidad para construir la vía, puesto que la sociedad a nada renuncia al dedicar la
vieja vía férrea para el nuevo uso.

2.2.2.3. Costos Ambientales.

Puede parecer paradójico pensar que los programas para el control de la


protección ambiental podrían tener costos ambientales, pero en verdad ésta es la
situación. La mayor parte de los programas específicos para la reducción de emisiones se
basan en los medios; es decir, estos programas se proyectan a reducir las emisiones en
un entorno ambiental en particular como el aire o el agua, de tal manera que cuando las
emisiones se reducen en un medio, éstas se pueden incrementar en otro. Reducir los
desechos domésticos no tratados y expulsados a ríos o costas oceánicas deja muchos
desechos sólidos que deben ser tratados y dispuestos, quizá mediante el esparcimiento
en los suelos o mediante la incineración. Reducir emisiones de SO2 en el aire que
provienen de las plantas generadoras de energía mediante la extracción de impurezas en
las chimeneas de gases, también deja sedimentos altamente concentrados que deben

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eliminarse de alguna manera. La incineración de desechos sólidos domésticos genera


emisiones en la atmósfera.

Los cambios de medio no son la única fuente de impactos ambientales generados


por los programas de mejoramiento ambiental. Puede haber efectos directos; por ejemplo,
liberación de sedimentos proveniente de los lugares de construcción para las nuevas
plantas de tratamiento o las redes de alcantarillado. También puede haber impactos no
previstos cuando las empresas o los consumidores se ajustan a los nuevos programas.
Los productores de gasolina reducen la proporción de plomo en su producto pero, puesto
que los consumidores aún insisten en un rendimiento de alta potencia, ellos agregan otros
compuestos que terminan por generar impactos ambientales a su manera. Con el inicio de
los programas de la comunidad para gravar a los consumidores por la eliminación de
desechos sólidos, algunos municipios han enfrentado incrementos considerables en los
“basureros de media noche”, es decir, los basureros ilegales que se acumulan en los
costados de las carreteras o en áreas remotas.

Algunos de los potenciales impactos ambientales de estos proyectos o programas


públicos pueden ser mitigados, es decir, se pueden adoptar medidas para reducirlos o
evitarlos. Por ejemplo, utilizar más recursos para la ejecución de leyes pueden ayudar a
controlar los basureros de media noche; también es posible adoptar medidas extras con el
fin de reducir los impactos en los lugares de construcción, o contar con técnicas
especiales para reducir los residuos de los incineradores, así como adoptar otras
medidas. Estos costos de mitigación pueden incluirse como partes de los costos totales
de cualquier proyecto o programa. Además, cualquier costo ambiental remanente debe
ser comparado con la reducción total en los daños ambientales hacia los cuales se ha
enfocado principalmente el programa.

2.2.2.4. Mejoramientos sin Costos en la Calidad Ambiental.

Algunas veces los mejoramientos ambientales pueden obtenerse a un costo social


cero, excepto el costo político de llevar a cabo los cambios exigidos en las leyes o
regulaciones públicas. Prácticamente en todos los sistemas políticos, se instituyen por lo
general algunas leyes y prácticas administrativas fundamentalmente para beneficiar a
ciertos grupos dentro de la sociedad por razones políticas, en vez de proyectarlas al uso
económicamente eficiente de los recursos o lograr merecidas redistribuciones del ingreso.
Estas regulaciones, además de transferir ingresos a los grupos favorecidos, tienen con
frecuencia efectos ambientales negativos.

2.2.2.5. Costos de Ejecución de Leyes.

Las regulaciones ambientales en sí no son coactivas, o sea, no se hacen cumplir


por sí mismas. Deben dedicarse recursos a monitorear el comportamiento de las
empresas, entidades e individuos sujetos a las regulaciones, y a sancionar a quienes
incumplan las reglamentaciones. Las instalaciones ambientales públicas, como las
plantas de tratamiento de aguas de desecho y los incineradores, deben controlarse para
asegurar que operen correctamente.

Existe una utilización importante de la idea de oportunidad en el fenómeno de la


coacción para la ejecución de leyes. Muchas leyes ambientales se imponen por parte de
las entidades cuyos presupuestos para su ejecución no están estrictamente ajustados a la
aplicación de responsabilidades determinadas por estas leyes. Así, los presupuestos

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

pueden ser estables, o incluso decrecientes, al mismo tiempo que se aprueban las nuevas
leyes ambientales. Hacer ejecutar las nuevas leyes puede requerir que la entidad
transfiera recursos de ejecución de otras leyes para el cumplimiento de las nuevas. En
este caso los costos de oportunidad de la nueva ejecución de leyes deben incluir los
niveles más bajos de cumplimiento en las áreas que ahora están sujetas a menos
coacción para el cumplimiento.

2.2.2.6. Costos de Instalaciones Individuales.

Quizá el tipo de análisis de costos más fácil de visualizar es aquel que se refiere a
un proyecto individual con aplicación de ingeniería de cierto tipo. Hay muchos tipos de
programas de calidad ambiental que involucran la construcción de instalaciones físicas
apoyadas públicamente (aunque el análisis sería el mismo para cualquier tipo de
propiedad), como las plantas públicas para el tratamiento de aguas de desecho, las
cuales se han construido durante las últimas décadas por un valor de cientos de millones
de pesos. Otros ejemplos incluyen proyectos para el control de inundaciones,
instalaciones para la manipulación de desechos sólidos, incineradores de desperdicios
peligrosos, planes para la recuperación de playas, parques públicos, refugios de vida
silvestre y otros proyectos similares.

Proyectos del tipo de instalaciones como éste son individuales y sustancialmente


únicos, aunque por supuesto tienen objetivos y utilizan tecnología similar a la utilizada en
muchos otros proyectos. Para calcular sus costos se depende principalmente de las
especificaciones técnicas y de ingeniería, desarrollada ampliamente mediante la
experiencia con tipos de instalaciones similares.

2.2.2.7. Costos de una Regulación a Escala Local.

Las regulaciones ambientales se promulgan con frecuencia a escala local y


generan impuestos en las empresas locales. En efecto, en la economía política para el
control de la contaminación, el temor ante los impactos locales es el que a menudo hace
disuadir a las comunidades de aplicar las regulaciones. A escala local sobra demasiada
importancia el temor por tener nóminas reducidas y pérdidas secundarias para las demás
empresas debido a la reducción en los mercados locales; desde una perspectiva nacional,
los costos de oportunidad son menos graves.

Supóngase que en un pequeño municipio en particular existe un gran cultivo de


manzanas que genera bastante empleo local; además, supóngase que los
administradores de los cultivos utilizan en la actualidad aplicaciones de químicos
relativamente grandes para controlar las plagas y enfermedades en los manzanos, y la
filtración de químicos por esta actividad amenaza las fuentes locales de agua. Supóngase
que la comunidad promulga una ordenanza en la que exige que se practique un “manejo
integrado de plagas” (MIP) en los cultivos, es decir, un menor nivel de utilización de
químicos junto con otros medios para compensar esta reducción, además, para
propósitos de ilustración, las prácticas de MIP incrementan los costos de cultivar los
manzanos en estas huertas. ¿Cuáles son los costos de esta regulación?.

Si el cultivo y ventas representan la misma cantidad de manzanas producidas


antes, los verdaderos costos sociales de oportunidad de la regulación corresponden a los

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incrementos en los costos de producción. Si los consumidores locales están dispuestos a


pagar precios un poco mayores por las manzanas cultivadas en el ámbito local, parte de
estos costos se trasladan a los consumidores. Sin embargo, supóngase que las
condiciones competitivas hacen imposible que los cultivos vendan sus manzanas a
cualquier precio superior comparado con el anterior. En este caso los mayores costos de
producción deben reflejarse en menores ingresos, bien sea de los mismos propietarios de
los cultivos de manzanas o de los trabajadores de los cultivos si ellos aceptaran menores
salarios.

Sin embargo, supóngase que el cultivo apenas pagaba sus costos (punto de
equilibrio) antes de la ordenanza local de MIP, y que el estatuto conduce a tales
incrementos de costos que la producción se ve considerablemente restringida; en efecto,
supóngase, para efectos del ejemplo, que el cultivo sale del negocio. Evidentemente
habrá costos locales: pérdidas, bajaran los pagos a los trabajadores en los cultivos,
ingreso perdido para los propietarios locales de los cultivos, ingreso perdido para los
comerciantes locales debido a la reducción de sus mercados. No obstante, estos ingresos
perdidos posiblemente no van a representar costos sociales de oportunidad en su
totalidad, a no ser que los trabajadores queden permanentemente desempleados. Si se
supone que ellos transfieren a otras oportunidades de trabajo (esto requiere obviamente
que la economía funcione en un nivel total de empleo), sus nuevos ingresos
compensarán, al menos parcialmente, los ingresos perdidos que habrían percibido
previamente. Ciertamente podrían haber determinados costos de oportunidad válidos en
la forma de costos de ajuste, puesto que los trabajadores y los propietarios tienen que
desplazarse a nuevos lugares de empleo.

¿Qué sucede entonces con el valor de los manzanos que ya no se producen en


estos cultivos? Si se supone que hay muchos otros cultivos en los pueblos vecinos, y
otras regiones asumen la inactividad sin incrementos sustanciales de costos, esta
producción perdida es neutralizada por los demás, se estabilizan los precios del
consumidor y los costos sociales de oportunidad de esta nueva reorganización marginal
de producción de manzanas básicamente son nulos.

Para resumir, cuando se aborda una ordenanza local que afecta una empresa,
y la economía se encuentra en o cerca del nivel de empleo total, realizar ajustes de
recursos garantiza que los costos sociales de oportunidad sean pequeños, limitado
a los costos de llevar a cabo en realidad los ajustes. Desde el punto de vista de la
comunidad afectada, por supuesto, los costos parecerían altos, por los ingresos
locales perdidos debido a los costos incrementados de producción de manzanas.

2.2.2.8. Costos de Regular una Industria.

Estas conclusiones no se aplican cuando se impone una regulación ambiental en


una industria completa. Los mayores costos de producción para una industria son
verdaderos costos sociales de oportunidad, puesto que exigen recursos adicionales que
podrían utilizarse de otra manera. Pero cuando se toman industrias como un todo, no es
posible hacer la hipótesis, así como se hizo con el cultivo individual de manzanas, en la
cual su producción podría ser fácilmente proporcionada por los demás. Es posible que
para una industria se tengan que hacer muchos ajustes con el fin de ir de unos mayores
costos de producción a unos costos sociales de oportunidad.

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

En primera instancia se considerará el enfoque estándar para calcular los


incrementos en costos en la producción de la industria, lo cual consiste en medir los
gastos agregados que una industria tendría que hacer para que cumpla con la regulación
ambiental. El cálculo de costos en este caso exige que el analista pronostique la manera
como responderían los contaminadores a las regulaciones ambientales, y luego calcule
los costos de estas respuestas. Si la regulación es muy específica, si exige, por ejemplo,
que las firmas manufactureras instalen determinado dispositivo en los equipos para el
control de la contaminación o que los agricultores adopten ciertas prácticas de cultivo para
evitar el deslizamiento de los suelos, el cálculo de costos puede ser absolutamente
directo. Pero si la regulación permite que los contaminadores tengan gran amplitud para
responder, puede ser muy difícil pronosticar con exactitud lo que ellos harán y, en
consecuencia, cuáles podrían ser sus costos.

Supóngase, por ejemplo, que a un grupo de procesadores de pulpa se les exige


reducir sus emisiones en cierto porcentaje, y que una entidad pública desea calcular el
impacto de esto en los costos de producción de las empresas en la industria. En efecto,
se quiere calcular la función de los costos agregados marginales de reducción para este
grupo de empresas. Para hacerlo con razonable exactitud se debe conocer
suficientemente el negocio de la procesadora para poder pronosticar cómo responderán
las empresas, cuáles técnicas de tratamiento utilizarán, cómo podrían cambiar sus
procesos internos de producción, y otros factores. O supóngase que se desean calcular
los costos para los agricultores ante una prohibición de ciertos químicos para el control de
plagas. Sería necesario conocer entonces las alternativas disponibles para los
agricultores a fin de que reemplacen este químico, qué impactos tendría esto en las
cosechas, qué cantidad de mano de obra y otros insumos adicionales se utilizarían, y así
sucesivamente.

2.2.2.9. El Principio de con/sin Regulación.

Existe un principio importante que debe tenerse en cuenta en este trabajo. Al


realizar un análisis de costo-beneficio acerca de la manera como las empresas responden
a las nuevas leyes, se desea utilizar el enfoque “con/sin” regulación, más no el enfoque
“antes/después” de la regulación. Se desea calcular las diferencias en costos que los
contaminadores tendrían con la nueva ley, comparados con los costos generados en
ausencia de la regulación. Esto no es lo mismo que la diferencia producida entre sus
nuevos costos y lo que sus costos solían ser antes de la ley. Considérense las siguientes
cifras ilustrativas, que se aplican a una empresa manufacturera a la cual se le ha
propuesto una regulación para el control de contaminación:

Costos calculados de producción:

Antes de la regulación: $100


En el futuro sin la regulación: $120
En el futuro con la regulación: $150

Sería erróneo concluir que los costos adicionados de la regulación para el control
de la contaminación serán de $50 (costos futuros con la regulación menos costos antes
de la ley). Ésta es una aplicación del principio antes/después de la regulación, y no refleja
con precisión los verdaderos costos de la ley, puesto que ante la ausencia de cualquier
ley nueva, se espera que se incrementen los costos de producción (por ejemplo, debido a
los costos incrementados en los combustibles, no relacionados con las regulaciones

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

ambientales). En consecuencia, el costo verdadero de la regulación se halla al aplicar el


principio de con/sin regulación. En esta situación los costos son de $30 (costos en el
futuro con la regulación menos costos futuros sin la ley). Por supuesto, esto hace más
difícil el trabajo completo de calcular los costos debido a que se desea conocer no los
costos históricos de una empresa o de una industria, si no cuáles serían sus costos
futuros de continuar operando sin las nuevas leyes ambientales.

Ajustes a la Producción

El incremento en los gastos de reducción puede no ser una medición precisa de


los costos de oportunidad cuando se involucra toda una industria. Esto se debe a que los
ajustes de mercado posiblemente alteran el papel y el desempeño de la industria en la
economía más amplia. Por ejemplo, cuando se incrementan los costos de una industria
competitiva, aumenta el precio de su producción, ocasionando normalmente una
reducción en la cantidad demandada. Esto se esboza en la figura 8.1, en la cual aparecen
las curvas de oferta y demanda de dos industrias.

Figura 8.1. Ajustes de producción en industrias sujetas a las regulaciones de


control a la contaminación

Por conveniencia, las curvas de oferta han sido trazadas horizontalmente, y


representan los costos marginales de producción que no varían con la producción.
Considérese la primera gráfica (a) la función de oferta inicial es C1, de tal modo que la
cantidad inicial producida es q1. La ley para el control de la contaminación hace que se
incrementen los costos de producción, representados mediante un desplazamiento hacia
arriba en la oferta de la curva C1 a C2. Supóngase que se calcula el costo incrementado
de generar la tasa inicial de producción. Ésta sería una cantidad igual al área (a + b + c).
El costo comparable en la gráfica (b) es igual a (d + e + f). Sin embargo, este enfoque
para medir los costos exagerará el verdadero incremento en costos puesto que cuando
aumentan los costos y los precios, declinarán la cantidad demandada y la producción.

Determinar cuánto declina la producción depende de la pendiente en la curva de


demanda. En la gráfica (a), la producción declina sólo de q1 a q2. Pero en la gráfica (b),
con la curva de demanda menos inclinada, la producción declinará de r1 a r2, es decir, una

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL NORTE

cantidad mucho mayor. La medición correcta de los costos para la sociedad es de (a + b)


en la gráfica (a), y de (d + e) en la gráfica (b). Obsérvese que el enfoque original para el
cálculo de costos, hallando el costo incrementado de la producción actual, es una
aproximación mucho mayor en la última. La lección en este caso consiste en que si los
gastos incrementados se van a tomar como los verdaderos costos de oportunidad, éstos
deben calcularse teniendo en cuenta el precio y los ajustes de producción que se
presentan en las industrias afectadas por las regulaciones ambientales.

Las gráficas de la figura 8.1 pueden ayudar a comprender algo con relación a la
incidencia de los costos para el control de la contaminación. Por incidencia se
quiere decir quien, en realidad, a la postre termina asumiendo los costos. Las
empresas en las industrias afectas asumen estos costos al comienzo, pero la carga
final depende de la manera en que el incremento de costos es transferido hacia
adelante a los consumidores o hacia atrás a los trabajadores y accionistas. Se
observa que en las gráficas (a) y (b) los precios de mercado de los bienes aumentaron de
acuerdo con la cantidad en el incremento de costos. Sin embargo, la respuesta es muy
diferente. En la gráfica (a) los consumidores continúan comprando aproximadamente lo
mismo que antes; en consecuencia, se requiere sólo un pequeño ajuste en términos de la
reducción de la producción en la industria, de tal modo que los trabajadores y los
accionistas de esta industria se verán poco afectados, en términos relativos. En la gráfica
(b) el mismo incremento en los precios genera una gran caída en la producción. Los
consumidores tienen buenos sustitutos a los cuales se pueden cambiar cuando aumenta
el precio de esta producción; en efecto, ellos pueden eludir toda la carga del incremento
en el precio. De otra parte, el ajuste en la industria es grande. Los recursos, los
trabajadores en particular, tendrán que salir de la industria y tratarán de encontrar empleo
en otro lugar. Si pueden, los costos pueden ser solamente costos de ajuste temporal; en
caso de no ser así, los costos serán a un plazo mayor.

Ajustes a Largo Plazo

En el ejemplo anterior el cálculo de costos exigía que se pronosticara el efecto


debido a las regulaciones sobre el control de emisiones en un grupo de empresas
existentes, la mayoría de las cuales se espera que continúen operando en el futuro. No
obstante, en muchos casos las regulaciones ambientales pueden tener efectos a largo
plazo en la estructura misma de una industria, es decir, en la cantidad y tamaño de las
empresas. En este caso, el pronóstico a largo plazo exige que se puedan predecir estos
cambios “estructurales” con cierta precisión.

Costos a Escala Nacional

Finalmente se llega al nivel global para el cual normalmente se realizan estudios


de costos, es decir, el nivel de la economía nacional. El cuestionamiento de interés
acostumbrado corresponde a la dimensión de la carga de costos macroeconómicos
ocasionados por las regulaciones ambientales, en determinado período, que un país
impone o podría planear imponer. Algunas veces el interés se centra en la totalidad de las
regulaciones puestas en práctica. En otras ocasiones el centro de interés está en
regulaciones específicas que impactarían, sin embargo, en forma considerable una
economía nacional, como un programa para la reducción de emisiones de SO2.

Considerada como una sola totalidad, una economía en cualquier momento tiene
disponible determinada cantidad de insumos (mano de obra, capital, equipos, energía,

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materiales, etc.), que son transformados en una producción mercadeable. Supóngase que
las empresas en la economía están sujetas a una variedad de regulaciones ambientales
que les exigen, o inducen, a dedicar una parte de los insumos totales a las reducciones en
las emisiones. La producción mercadeable debe disminuir (suponiendo que hay un nivel
total de empleo) debido a la desviación de insumos. ¿En cuánto disminuirá?. Hay dos
respuestas para esta interrogante: una aplicable a corto plazo, y la otra a largo plazo.

En la instancia a corto plazo la producción mercadeable debe caer puesto que una
parte de los recursos totales se dedica al control de la contaminación en vez de hacerlo
para llevar a cabo la generación de producción mercadeable. Sin embargo, si
simplemente se suman los gastos para el control de la contaminación hechos por todas
las industrias sujetas a los controles ambientales, no se puede obtener una imagen
precisa de la manera como estos controles afectan la economía nacional. Los gastos de
planta, equipos, mano de obra y otros insumos para reducir las emisiones pueden afectar
otros sectores económicos no directamente cubiertos por las regulaciones ambientales, y
las interacciones macroeconómicas de este tipo deben ser tenidos en cuenta para obtener
la imagen completa. Una industria sujeta a los controles ambientales que intenta disminuir
sus emisiones, hace incrementar la demanda en la industria para el control de la
contaminación, lo que amplía la producción y hace incrementar las demandas en otros
sectores (por ejemplo, el sector de la construcción), la cual responde aumentando su
producción.

Otros ajustes en toda la economía se realiza mediante los precios. Incrementar los
gastos para el control de la contaminación genera el aumento de los precios en algunos
bienes, que produce reducciones en la cantidad demandada, la cual hace que disminuyan
las producciones en estos sectores y, en consecuencia, bajen los costos de producción.
El nivel de empleo total también se verá afectado por los gastos para el control de la
contaminación. De una parte, la desviación de la producción hacia el control de la
contaminación disminuirá las necesidades de empleo en el sector que genera la
producción mercadeable. De otra parte, esto aumentará el empleo en la industria del
control a la contaminación. Así que el resultado neto no puede pronosticarse en ausencia
de un modelo macroeconómico relativamente complejo.

A largo plazo interacciones macroeconómicas más complejas entran en el


proceso. El cambio económico a largo plazo (crecimiento o declinación) depende de la
acumulación de capital: capital humano y capital inanimado. También depende del cambio
técnico, que genera mayores volúmenes de producción a partir de una cantidad
determinada de insumos. De tal manera que un asunto importante consiste en determinar
cómo afectarán las leyes ambientales la acumulación de capital y la tasa de innovación
tecnológica. La desviación de insumos de los sectores convencionales hacia actividades
para el control de la contaminación disminuye la tasa de acumulación de capital en
aquellos sectores convencionales. Esto puede esperarse que reducirá la tasa de
crecimiento de la productividad (producción por unidad de insumos) en llevar a cabo la
producción convencional y, así, desacelerar las tasas generales de crecimiento. Los
impactos en la tasa de innovación tecnológica en la economía quizá son más ambiguos,
como se mencionó anteriormente. Si los intentos de innovación para el control de la
contaminación reducen los esfuerzos podría hacerlo en la producción de mercado, el
impacto en el crecimiento futuro podría ser negativo. Sin embargo, algunas personas
creen que los esfuerzos para reducir las emisiones pueden tener un impacto positivo en la
tasa general de innovación técnica, lo cual tendría un impacto positivo. Sobra decir que la
última palabra en estos asuntos no de ha dicho todavía.

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La forma estándar para proceder con el desarrollo de estas relaciones es a través


de un modelo macroeconómico. Los modelos matemáticos se construyen utilizando
diversas variables macroeconómicas de interés, como la producción total, quizá
dividiéndola en varios subsectores económicos, empleo, inversión de capital, precios,
costos para el control de la contaminación, etc. El modelo entonces funciona utilizando
datos históricos, los cuales muestran la manera como los diversos factores implícitos han
contribuido a la tasa general de crecimiento en la economía. Luego el modelo se vuelve a
correr bajo el supuesto de que los gastos para el control de la contaminación en realidad
no se llevaron a cabo. Esto revela nuevos resultados en términos de crecimiento en la
producción agregada, empleo y otros factores, de tal manera que se puede comparar con
el primer ensayo. Las diferencias se atribuyen a los gastos para el control de la
contaminación.

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