Professional Documents
Culture Documents
"Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá
para siempre, y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del
mundo". (Jn 6, 51).
"Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre, y el
pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo". (Jn 6, 51).
Confesión
La Santa Misa está dedicada especialmente para los niños y niñas que reciben
por primera vez a Jesucristo en la Comunión, siendo ellos los protagonistas de
este encuentro. Normalmente van acompañados de sus familiares, padrinos y
amigos.
Suele el sacerdote dirigirles unas palabras de acogida dando comienzo la
celebración eucarística, donde las lecturas elegidas giran entorno a ello, al igual
que la homilía centrada en el niño, para que pueda entender y acoger la Palabra.
En esta celebración se renuevan las promesas del Bautismo, haciéndolas ellos
mismos ya que en su día, las hicieron en su nombre.
Suelen participar en el ofertorio, siendo el momento de la Comunión,
un encuentro inolvidable donde Jesús se les da a sí mismo.
En este día tan especial, vemos cómo los niños y niñas van
vestidos de distinta forma de la habitual.
Estos elementos, tienen un significado que pone de relieve
la importancia de la celebración de este sacramento:
PREPARACION PARA LAS COMUNIONES
PARROQUIA SANTA ROSA DE LIMA SAN VICENTE
El vestido de la niña: es blanco, que simboliza la pureza. Las flores, encajes y
demás abalorios que adornan el vestido simbolizan las buenas obras que
embellecen el alma.
Su pelo, va adornado por flores, o una diadema, especie de corona
simbolizando la corona de rosas, que alude a las primeras mártires de la
iglesia.
La medalla nos recuerda las promesas bautismales que renuevan ese día.
La vela se enciende con el fuego del cirio pascual. Recibe la luz de Cristo
como guía que ilumina sus pasos hacia la vida eterna, y recibe
la misión de ser luz del mundo con sus palabras y testimonio.
Nos recuerda las palabras de Jesús en la Cruz. «El que no toma su cruz y me sigue
detrás no es digno de mí».(Mt 10,38)