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Teoria del Arte I. Lic. Nicolas Javaloyes Wladyslaw Tatarkiewicz. Historia Estetica. Vol 1. p.86-101. Los Pitagéricos 2. Consecnencias de la inclusién de la estética en la filosofia, A partir de la épo- ca clasica griega, una grandisima parte de las reflexiones esteticas se realize dentro del campo de la filosofia, lo cual tuvo sus consecuencias positivas y negativas. Por tuna parte, la estética no se desarrollé como disciplina aislada sino en relacién con otros problemas humanos. Por otra parte, la estética, al no disponer de una disc plina propia, formaba parte de otra mas general, razon por la cual algunas de sus necesidades quedaban insatisfechas, dado que las especulaciones filoséticas dejaban de lado las investigaciones particulares frente a las teorias generales. Al principio, en la misma situacién se encontraban también otras ciencias, sobre todo fas huma~ nidades, que pronto se independizaron y scpararon de la filosofia. ~~ ‘Los fildsofos trataban la estética de dos maneras. Por un lado, analizaban los fe- némenos y los conceptos. En los textos de Demécrito, de los sofistas y de Socrates, encontramos varios analisis referentes al concepto de la belleza, de diversos tipos de arte, etc, Por otra parte, los fildsofos incluian los fendmenos y conceptos estéticos en sus sistemas: los sofistas en el sistema relativista y Platon en el suyo, el idealista, A wavés de los primeros penetré en la estética una filosofia minimalista, y mediante Platon otra maximalista, con su doctrina compuesta por ideas eternas y valores ab- solutos, unido esto a la teoria aprioristica del conocimiento y la primacia de los va- lores morales, La filosofia, subdividida en varios sistemas, aplicaba diversos puntos de vista, sosteniendo numerosas disputas internas; y todos esos sistemas, puntos de vista y disputas, se los trasmitio a la estética. ‘Asimismo, era diversa la actitud de los fildsofos-estetas cuando encaraban el arte. Unos, aprovechando las experiencias de los artistas, formulaban sus teorias del arte con base en la practica artistica, es decir, la practica dirigia la teoria, Esto sucedid, pr ejemplo con Ia teora segin la cual el arte representa la naturale ala ver que la idealiza. Por otro lado, habia fildsofos que creaban sus propias teorlas del arte, a las que luego se sometian los artistas. En este caso, era la teoria de los filésofos la que guia~ ba ba prictica. Por ejemplo, la aplicacsOn por parte de los arquitectos y escultores de los cénones y célculos matemiticos tenia, entre otros, su origen en la filosofia pitagérica. ara hablar de la estética del periodo clisico tuvimos que empezar por la poesia y el arte, ya que los filésofos que crearon las teorias estéticas venian ante sus ojos dichas obras potticas y artisticas. Tuvimos que hablar de ellas porque ellas mismas implicaban las teorias estéticas: las artes plisticas implicaban ef entendimiento ma- temitico de la belleza y la poesia —una interpretacion moralistica—. Sin embargo, la parte mas importante de la estética clisica la constituye la doctrina de los filoso~ fos. Abarca cuatro generaciones de fildsofos: la primera, la estética dorica de los pi- tagoricos; la segunda, la jénica de Demécrito ¥ [a atica de los sofistas y de Sécrates: la tercera, la estética de Platén, y la cuarta, la de Aristételes. La estética clasica con- tiene un patrimonio de grandes ideas y de investigaciones partculares, realzadas a partir de tentativas todavia arcaicas, hasta llegar a Ia formulacion madura de proble- mas y soluciones. 86 5. LA ESTETICA DE LOS PITAGORICOS 1. La idea pitagorica de lefproporcion)y de Lafedida] Los piagoricos forma- ban una comunidad principalm! pero realizaban también investigaciones cientificas, sobre todo matematicas. Su patria fueron las co- fonias doricas en Italia y su fundador Pitagoras, que vivio en el siglo VI. Los logros cientificos de los pitagéricos no fueron obra del mismo Pitagoras sino de sus con- tinuadores durante los siglos V y IV. El doble cardcter de la comunidad pitagérica —religioso y cientifico— ejercié cierta influencia sobre su estética *. Una de las ideas filoséficas de esta escuela, la de que el mundo esta construido matematicamente, fue de importancia fundamental para la estética. Dice Aristoteles sobre los pitagéricos que obsesionados por las matematicas, «supusieron que los ele- mentos de los niimeros eran los elementos de todos los seres» '. Especialmente sefia- laron una regularidad matemética en la acistica. Observaron que el sonido armo- nioso y la discordancia de las cuerdas depende de su longitud. Las cuerdas emiten sonidos armoniosos cuando su longitud corresponde a simples relaciones numéri- cas: en la razn de 1:2 producen la octava; de 2:3, la quinta, mientras que cuando su longitud esta en razon de 1:2/3:1/3, se produce el acorde do-sol-do, al que Ila- maban el acorde «armonioso». E] intrincado fenémeno de la consonancia lo aplica~ ban mediante la proporcidn, la médida y el ntimero. Para ellos, la armonia consistia en _una razon matematica de los componentes. Los pitagoricos no consideraban Ia estética una discip! P monia era para ellos unalr@piH@ MEL CORMOS|y eeditaben sobre ella dentro del marco de la cosmologia.. No empleaban el término_«belleza» sino el de que, probablemente, ellos mismos habian acuniado. «La armonia —escribio el pita- 5 de dos cosas formadas por varias sustancias mezcladas. “Sn conseno de fo que’ dienes Etimologicamente, armonia significaba con- cordia, unificacion, uniformidad de los componentes, y' fue precisamente por esta uniformidad que la armonia fuera para los pitagéricos algo bello y positivo, en el amplisimo sentido griego de la palabra, Seguin Filolao, «las cosas disimiles y de dis- tinta especie y orden precisan ser unidas estrechamente por una armonia tal que las mantenga unidas en el mundo» *. La armonia de los sonidos, los pitagoricos la consideraban como el testimonio de una armonia profunda, como una expresion del orden interno en la estructura de las cosas Es significativo en la teoria de los pitagoricos que *: 1. Laarmonia, eLorden y la 1: mmetria) los consideraban no solo como conceptos valiosos, bellos i sino que también estaban, a su modo de ver, condicionados objetivamente, constituyendo una propiedad objetiva de las cosas; lo cual, por otra parte, era una conviccién natural en la primera fase del pensamiento. 2. Su segunda conviccién era la creencia de que la cualidad de las cosas que de- cide sobre su armonia es su regularidad, su uniformidad, su orden. 3. La armonia no era para ellos una cualidad propia de una cosa particular, sino de la adecuada distribuci6n de varias cosas y de varios elementos. Pero las tesis de los pitagoricos iban atin més lejos, pues sostenian que: 4. La armonia es un sistema cuantitativo, un sistema matematico que depende del nimero. dela stida v dela proporcién. Esa tess constituia Is docrinapura- mente pitagorica derivada de su Tilosofia matematica, que se basaba en sus descu- "A Delate, Etudes sur la littérature pythagoricienne, 1915. 87 brimientos actisticos, y fue apoyo y fundamento de su concepcion cosmologica, que cred los cimientos de la futura estética griega y se convirtio en su elemento basico, Influy6 no sdlo sobre el desarrollo de la estética, sino también sobre el desarrollo del arte griego y su misica en particular ° asi como también, indirectamente, sobre sus artes plasticas *, La biisqueda de la regularidad en el mundo y su aplicacién en el arte, que fue una tendencia natural entre los griegos, la filosofia pitagorica la reforzd atin mas, in- culeando la convieciOn de que la regularidad matemética ofrece una garantia de ar- monia. La interpretacién matemética de la miisica fue una conquista de la escuela pitagérica pero tambien Tos cinones de Tas artes plisticas de la era clisica, con sus Eileulos y-CORSTICEORES GEOMETOSS, trot Eo ran meddS resultado de as ideas pitagéricas, La situaci6n era particular: para los griegos la belleza era una cualidad del mun- do visible, mientras que su teoria estética estaba influenciada no por las artes plis- tiem sino por ta nafisica qu, a cu vez, despervabe la conviccién de que dicks belleos se componia de proporciones, de numero y medida, 2 Lina debcasnns, Convencios de gue univero ee conseruid at moniosamente, los pitagéricos le dieron el nombre de «cosmos» (x6oyog , es decir orden, introduciendo de este modo un elemento estético en la cosmologia e incluso “Gis misma denominaci6n. Sus especulaciones sobre el orden y la armonia cosmica eran de largo alcance. Partiendo de la premisa de que cada movimiento regular emi- te un sonido armonioso ’, crefan en una general consonancia de todo el universo que estaria continuamente produciendo «la musica de las esferas>, sinfonia que no percibimos precisamente por su caricter permanente. Asimusme crefan que la forma del mundo habia de ser regular y armoniosa, 0 sea, de forma esférica. Los pitag6- ricos inundaron también con su estética su psicologia; al imaginar el alma de manera andloga a la del cuerpo, sostenian la perfeccién de las almas construidas armoniosa- mente, es decir, las que poseyeran proporciones adecusdas de aus partes. El principio estético de los pitagoricos fue universalmente aceptado en Grecia considerindose la belleza como compuesta de orden y regularidad en la disposicion de sus clementos Pedr eanoeasarauear ose senile aes Magoarser un anvoma de la estética antigua. Empero, en su sentido mds estricto, la tests de que la belleza es objeto de nsimero y medide, permanecié s6lo como credo de algunas corrientes del arte y de la teoria del arte. Para la belleza en el sentido mas general, los griegos con- servaron el término pitagorico de del alma, por la otra. Este primer concepto filosofico-estético de los griegos result6 ser a su vez el mas duradero y el jue mas importancia tuvo para la teoria de la musica. A él se debe el que la miisica fuera eratads en Grecia como un arte excepcional, dstinto de todas las festantes, go- zando de la consideracion de ser el tinico arte expresivo, el tinico curativo. Igual- mente se creia que la mdzica tenia un valor epistemalogica, ya que revelaba les leye que rigen el mundo, proponiéndose ademas objetivos morales y soteriolégicos. Asi, las consideraciones estéticas sobre la musica fueron relegadas en definitiva a un se- gundo plano. 8. ‘La doctrina de Herdclito. Damén y Platén eran los sostenedores en Ia cul- tura atica de la doctrina pitagorica. Pero los representantes de otra cultura y filoso- fia antagonista, los de la cultura y filosofia jonia, también asumieron de los pitagd- ricos una idea importante, la idea de armonia. Muchos afios antes de Platon, habia llegado este concepto a la Jonia oriental, donde fue recogida por Hersclito de Efeso, quien vivid a principios del siglo vy probablemente coincidié con los representan- tes de la escuela pitagorica. Este filésofo, que veia en el mundo sobre todo la diver- sidad, [a mutabilidad y los contrastes, tambien supo adverur Unidad y armonia Se han conservado cuatro fragmentos suyos que tratan sobre ésta. En uno de ellos nos dice que la armonia mas hermosa se produce cuando procede de diversos sonidos '2, En el segundo liega a afirmar que la armonia es producida por fuerzas opuestas ©. Como ejemplo de la armonia cita Heraclito el arco y la lira: tanto me- jor dispara el arco y tanto mejor suena la lira, cuanto mayor es su tension, es decir, cuanto mas divergentes son las fuerzas que acttian en su interior. A consecuencia de este razonamiento llegé a la conclusion de que la armonia nace también de ele- mentos opuestos y divergentes, En el tercero de los fragmentos conservados, Heri- clito habla de la armonia «invisible» '* y afirma que ésta es mas «fuerte» que la vi- sible (lo mas probable es que por armonia invisible entendiese la que surge de los opuestos). Finalmente, en el cuarto fragmento, Heraclito sostiene que de los opues- tos nace una sinfonia, no s6lo en la naturaleza, sino también en el arte, que imita la naturaleza ", En la concepci6n que tiene Heraclito del mundo, la armonia desempefia un pa- pel tan importance como en la de los pitagéricos. En cambio, nada parece indicar que le atribuyera un caracter matematico; mas bien entendia la armonia de una ma- nera amplia y cuantitativa. Por otro lado, hizo mucho hincapié en que la armonia es producto de los opuestos. El concepto de armonia que surge de la oposicién cons- tituye una aportacion particular de Heraclito a la estética. Este concepto de armonia ech6 raices aplicdndolo a partir de Heraclito todos los filésofos jénicos, Empédocles escribe que la armonia garantiza la unidad de la na- turaleza. Segiin Democrito, en la armonia estriba la felicidad del hombre. Sin em- bargo, era éste un concepto més bien cosmolégico o ético que estético, Como mucho riamos decir que introducia un elemento estético en la cosmologia y en la ética. J orden y el caos. Los conceptos griegos de Io que es armonia y de su opues- an en nociones més generales, en los conceptos del orden ideraban comprensible sdlo lo que es calculable, regular y claro, lo ado Tazo- iguiendo esta logica, razonable, Bular y limitado. n Por otra parte, todo lo irregular ¢ ilimitado constituia para los griegos el caos, era considerado incomprensible ¢ irracional y por lo tanto no podia ser ni bueno ni bello, pudiéndose concluir que esta conviccién estaba, desde el principio, incorpo- rada en el arte de los griegos y tenia sus manifestaciones en el seno de su filosofia. Lo mas probable es, en fin, que apareciera primero en los fildsofos, en los pitagé- ricos precisamente, pero respondiendo a las tendencias naturales de los griegos, pues de otro modo no hubiera sido adoptada tan generalmente ni tampoco hubiera Ile- gado a ser un principio de su arte y un axioma de su estética que perduraron varios siglos. C. TEXTOS DE LOS PITAGORICOS Y DE HERACLITO. PITAGORICOS (Aristoteles, Metaph. A, LA SYMMETRIA Y LA ARMONIA 958b 23) 1. Los Haados pitagéricos, los prim +03 en ocuparse de las matemuiticas. las hicie~ ron avanzar y, nutridos con ellas. creyeron que sus principios eran los principios de to- dos los seres puesto que las demas cosas pa- 1. of vadodpever Mvdaybpewos uadqukroy aydyevor mparo. npoiyayoy xual Evcpagkvees ev airoic zag Torrey dpyig tGv bruv dpyae QhPyoay clvar néveuv... éneid te ubv Bia wig apduois tqalvero chy guaw ApopoiGada nieay, of 8 dorducl meogs tig pletws reGrol, tk tov dpduev croysia tov Brow oroiyela névrwv ‘nbraBov clvat, xal tov Bhov obpaviv dppoviay elvat xal doubly. FILOLAO (Nicémaco, Avithm, 1119, p. 115; frg. B10, Diels) 2, tort yap dppovla nodvurydov Evworg xal Biya gpovebvray aunpps- vines. FILOLAO (Estobeo. Bef 121, Td: els 3. st py dv Syote wal Sudquhe dpuoviag ob8tv éneBeovro, tx BE dvd- pour wade budqure unt looray dvdepun 7G vowirg douovls ovynexdeiodar, ole wérove ev xdoum xaréyecdar, rg. B 6. PITAGORICOS (Estobeo Ect. IV 1, 40 H: fig. D 4, Diels) 4. th ubv rdkxg veal cuuperpla: ners wath Ghypopa, 4 8? drakia nad dovp- uetpla alayed te xal dodupopa. 92 recian asemejarse en toda su naturaleza a los mimeros, y los ntimeros eran lo primero de toda naturaleza. supusieron que los elemen- tos de t tos de los niimeros eran los el dos los seres y que todo ef cielo era armonia y niimero, 2. Pues la armonia es una unin de co- sas formadas por varias substuncias mezela- das y un consenso de lo que disiente. 3. Asi sma esp tues, las cosas semejantes y de la ie no 1 cesitan en absolute ar- monia, pero las disimiles y de distinta espe= cie y orden precisan ser unidas estrechamen- te por una armonia tal que las mantenga uni. das en el mundo. 4. El orden y la simetria son cosas her- pero el desorden y la asi les. mosas y tit tria, feas ¢ in (Igualmente Yamblico, Vita Pyth, 203). FILOLAO (Estobeo, Eci. I proem. cor, 3: fra. B11, Diels) 5. Bois 8f ual ob usvov &y role Bauovior xa Below; xpicyuact civ to ap.dud gbow ual zav Bivapw loysoveav, a val by r0ig dPpwrmois Epyors xak Rb yous ndiot naved nad nara Tas Bytove- lag tag teyyinde mhous wih vavi Tay povatzdy. PeiBoc BE obSdy Styeran & ta Api9ud obarz ob8 Spuovia. PITAGORICOS (Sexto Empirico, Ade. mathem. V1l 106) 6. niok ye phy céyv, ob yupls avaoylag ovveore: avaroyla 8” 8 dor Sud wetter, miow Spx tery BY Spubu0d autor... Gare dvadayla tic tonw by ranovin, Syoliog Be nat bv Carypargla, 8. fy doutysa xal draparrablay xo-c0p- Dotrat. xowd B roy nox réyyy tow cbornya &x xarahfidewy, to BE oborqum dpidude. rolvy bys 2d doidud 36 nave’ Exfome couréor. tH xplvove, Ry val bpowyeret cols ch ndvea auvectaxtow dpduoic. tairx uv ol Thodayopuxo!. PITAGORICOS (Aristételes, De coelo B 9. 290b 12) 7. ylveoBar gepoubywy * sobrenatural. Sin embargo, tal interpretacin parece incompatible Con'la llosofia de Demdcrito, para quien ho hubo otros hechos que los naturales y atin entre los naturales no habia otros que los mecénicos. Lo observado y pereibido lo explica como resultado de una accién mecanica ejercida por las cosas sobre los sentidos, Segin un testimonio de ArisGteles, Demdcrito explicaba de la misma ma- nera las imagenes potticas que nace en el poeta. No catendia pues la creacién poe- tica como difigida por fuerzas sobrenacurales, sino todo lo contrario, trataba de pre- seatatla como regina por fuerzas mecdnicas. Fue ésta una actinid nueva que rompia con la tradicién de los poetas, quienes atribuian su creacién a la inspiracién de las musas. Dé este modo, todo lo que sueede en el mundo era para Deméerito un proceso mecinico, realizado uo obstante en condiciones excepcfonales. Tales circunstancist no eran, en realidad, sobrenaturales, pero si estaban por encima de las normas. De- mécrito fue l primero en negar que los poetas necesjoen una inspiracion diving, mat no dejé de afirmar que si necesitin una inspiracion. Crela, en electo, que dicha ins. piracion puede comprenderse de manera natural, oponiéndose ua cnsendimiento Sobrenacual de la poesia asi como a su interpretacion intelectual. Creia ademas que sélo habia poesia alli donde existiera «enardecimiento del espiitus, y en este aspec- to coincidia con Plat6n, del cual, por otro lado, todo le separaba. Empero, no queda ninguna huella de que una manera parecida mediante insp- raci6n, ventusiesmon, «enardecimiento del espititus, explicara Demécrito las artes plisuas- Percenecid a una epoca que percibia Gon mis claridad lo que separa la poe fia del arte de lo que los une. Para Demécrito, igual que para las dems griegas de in époce, la poesia! por ser precisamente cuestion de inspiracidn, no ere ningen arte. 5. Las deformaciones en el arte. Hay todavia un concepto que Demécrito apli: caba a las arts pldstcas, vinculado, ademds, con las corrientes pictBricas de enton- ces, paricularmente con la pintura de escenografiaeeatrl, Dado que en el teatro grie- go el espectador veia las decoraciones desde una cierta distancia, las veia deformadas Perspectivamente. Demécrito busob como corregir esas deformaciones y neutralizar El efecto, Vitruvio atestigua que Deméerito estudia el fenémeno de la propagacion de los rayos de luz y sus efectos opticos basados sobre leyes de la naturaleray que buse6 transformar las escenografiss, pintadas de forma confusa, en imagenes clara. 97 mente perceptibles y hacer que lis figuras de dos dimensiones aparecieran en relieve ®, Fue este un problema especialmente atractivo para la filosofia de Demécrito, quien en las cualidades perceptoras de los sentidos veia una reacci6n subjetiva de tos, y, particularmente en los colores una reaccién del ojo. Al contrario de los tra- dicictalistas, justificaba los procedimientos de los pintores-escendgrafos, quienes as- iraban a que el espectador viese las cosas como aparecian en la realidad, Ademés, Bemécrito: conforme a sa actitud filosafica, no aleccionaba a los artistas en cuanto a los fines que debian perseguir, sino gue les indicaba como debian proceder para lograr esos fines, Fue un prototipo de los estetas, que quieren analizar el arte en vez de normalizarlo. Platén, en cambio, seria el prototipo de la escuela opuesta. 6. Los colores fundamentales. Hay otras reflexiones de Demécrito relacionadas con la pintura sobre las cuales tenemos algunas noticias, Demécrito medité sobre los colores basicos a que se podrian reducir todos los colores conocidos. Esta cues- tidn coincidia con la tendencia general de su filosofia, que reducia la variedad y di- versidad de las cosas a una modesta cantidad de tipos de atomos. Era un problema que no sdlo le interesaba a él; numerosos investigadores de aquellos tiempos se sen- tian atraidos por esta cuestidn, entre ellos los pitagsricos y Empédocles, El proble- ma pertenecia mas bien a la 6ptica, pero estaba vinculado con la teoria del arte, De- mécrito, igual que Empédocles, consideraba como fundamentales cuatro colores: el blanco, el negro, el rojo y el amarillo ‘°. Era un conjunto que correspondia a los colores de Ia paleta de los pintores de aquel entonces.. 7. La misica como objeto de lujo. La opinion de Demécrito sobre la misica parece una reaccién contra la actitud mistica mantenida al respecto por la mayoria de los griegos, Era la de Demécrito una actividad negativa. Filodemo escribid: «De- mécrito, que fue no sélo el hombre més conocedor de la naturaleza de entre los an- tiguos, sino también un polifacético no inferior a ninguno de los investigadores, afir- ma que la musica es mas reciente y lo explica diciendo que no la produce la nece- Sidad, sino que aacié de lo ya superfluor'''. De ello se desprende que, segin De- mécrito, la musica no figuraba entre las actividades primarias del hombre, ya que no resultaba de la necesidad, sino del lujo, 0, empleando el lenguaje de entonces, no era un producto de la naturaleza, sino de la invencién humana, Tanto los inme- diatos como los posteriores discipulos de Demécrito defendieron tenazmente y en contra de la tradicién griega esta actitud realista hacia la musica. 8. La medida, el corazén y la sencillez. El motivo de la «medida adecuada>, que desde hacia tiempo ocupaba el primer plano en el pensamiento griego, lo en- contramos también en Demécrito. Dado que era un motivo universal, en este as- pecto hubo concordancia incluso entre los poetas y el fildsofo realista. Demécrito, igual que los demés grieyos,apreciaba la medida en todas lis actividades bumanas el arte y la belleza entre ellas , De una manera caracteristica para su filosofia, dio a esta cuestién un matiz hedonista. «Si alguien sobrepasara la medida, lo mas agra- dable podria resultar lo mas desagradable» '°. Los fragmentos conservados de los escritos de Demécrito nos demuestran la am- itud y universalidad de sus opiniones. Reconocia la belleza espiritual tanto como a corporal; escribié que sin la inteligencia la belleza del cuerpo es s6lo una belleza animal Reconocia en [a belleza ef factor emocional juntoral racional, creyendo que la belleza es incompleta cuando aleanza slo a los sentidos o sélo a la razén y no a los sentimientos, cuando, como lo expresé, «esté privada de corazén» '°, Los fragmentos de sus textos nos ofrecen una imagen de sus gustos. En uno de ellos nos dice: «Bella es también la simplicidad del adorno». No era éste su gusto 98 personal, sino el de toda la época, pero es una frase que podria servir de epigrate para todo el arte griego de la época clasica '8. 9. Resumen. Aunque los escritos de Demécrito se perdieron, conservandose Gnicamente —y gracias a las citas y resiimenes de escritores posteriores— algiin que otro pensamiento suelto, podemos hacernos una idea de sus opiniones estéticas. 1, Fue la suya una actitud de empirico y materialista, lo cual se manifiesta, so- bre todo, en el hecho de haberse dedicado mas a la teoria del arte que a la de la belleza, 2. En cuanto a las artes, le atraian mas las descripciones que los preceptos, mas el establecimiento de los hechos que la formulacién de conceptos. 3. Las artes las consideraba como obra de las fuerzas naturales del hombre, Es- taba convencido de que eran creadas sin inspiraciones divinas, que su modelo es la naturaleza y el placer su objetivo, Esto concernia a todas las artes, la misica inclué da, aunque los griegos la tenian por un arte excepcional. La actitud que adopté Demécrito en el terreno de la estética era realmente nuc- va, apartandose de las opiniones arcaicas sostenidas por los poetas y por la mayoria en general. Era, asimismo, una actitud distinta a la pitagorica, ya que no era ni ma~ temitica ni mistica. Fue una expresién de la ilustracion, la primera ilustracion en la historia de la estética, aunque los sofistas casi simulténeamente ofrecerian otra suer- te de estética ilustrada. La estética de Demécrito, prudente y moderada, queria evi- tar las teorfas generales, mientras que los sofistas presentarian unas teorfas del arte de cardcter claramente minimalista. D. TEXTOS DE DEMOCRITO DEMOCRITO (Plutarco, De sollert. anim, EL ARTE Y LA NATURALE 20, 974 4 1. dmopaiver uadyric ev tote pe- 1 yletotg yeyovétac fuscr apdyvyg ev sotros Seavey vol ducory, yendévoc ey olxodopig xal vav dyupiv, xdxvov xa) andbvoc tv 3% nate ulurow. Muestra que hemos legado a ser no- ipuls en las cosas més importan- tes: de la arafa en tejer y zurcir, de la golon drina en la construccién de casas, y del cisne y el ruisefior melodiosos en el canto, por imitacién. CUELA DE HERACLITO (Hipécrates, De victu | 11) Y los hombres no saben observar lo 2. of BE dvOparot &x vov gavepv 2 tk dgpavéa oxéatecba. obx énloravrat. sépmot Yip pebpevor Sota dvOpe~ alvg pbocr ob ywdoxouaty. DEMOCRITO (Demdécrates, Sent. 22: fre. B56 Diels) 3. rk nada ropttover ual tydotow ol ebguéeg poe até. inyisible a partir de lo visible; pues, pese a utilizar artes semejantes a In naturaleza hu- mana, no la conocen. 3. Conocen lo bello y to buscan los bien dotados para ello 99 DEMOCRITO (Estobeo, Fel, I 3, 46; fr. B 194 Diels 4, al weyddar epee aed 05 Sedadar te xadd vav Exyov -ylvovtat. DEMOCRITO (Cicerén, De orat. Il 46, 194) 5. Saepe enim audivi postam bo- num neminem (id quod a Democrito et Platone in scriptis relictum esse dicunt) sine inflammatione animorum exsistere posse et sine quodam adflatu quasi furoris. DEMOCRITO (Cicerén, De divin. | 38, 80 6, Negat enim sine furore Demo- critus quemquam poétam magnum ease posse, quod idem dicit Plato. DEMOGRITO (Horacio. De art,, poet, 295 7. Ingenium misera quia fortuna- tins arte Credit et excludit sanos Helicone postas Democritus. DEMOCRITO (Clemente de Alejandria, Strom. V1 168: frg. B 18 Diels craapod xat tepod m za torivn, DEMOCRITO Y ANAXAGORAS (Vitruvio, De architectura VMI pr. 11 9. Primum Agatharchus Athenis Aeschylo docente tragoediam seaenam fecit et de ea commentarium reliquit. Ex eo moniti Democritus et Anaxa- goras de exdem re scripserunt quem- admodum oporteat ad aciem oculorum raudiorumnque extentionem certo loco contro constituto lineas ratione natu- rali respondere, uti de certa re certae imagines aedificioram in scaenarum picturis redderent speciem et quae 100 LAS ALEGRIAS PROPORCIONADAS POR EL ARTE 4. Los grandes placeres nacen de con- templar las obras hermasas, 5. Pues a menudo he ofdo |segin dicen que han eserito Deméerito y Platén) que no puede existir ningtin buen poeta sin entusias- erto soplo como de locura. mo y sin w 6. Pues Demécrito niega que pueda ha~ ber algdin gran poeta sin locura. lo mismo que dice Piaton, Porque eree que ¢s més afortunado el ingenio que el misero arte y exeluye del He- licén a los poctas cuerdos / Demécrito. 8 Y Demécrito igualmente: «y cuante escriba un poeta con entusiasmo ¥ un soplo sagrado cs muy hermoso: LAS DEFORMACIONES OPTICAS. 9, Primeramente, Agatarco en Atenas. cuando Esquilo hacia representar una trage- a. hizo la escena y dejé un comentario s bre ella. Inducidos por él, Demécrito y Anaxagoras eseribieron sobre lo mismo, so- ne que las lineas estén de acuerdo con una ley natural, si se toma un lu- bre eémo conv de Jos ojos y Ia difusién de los radios, para que, de un objeto determinado, imagenes de- terminadas den la apariencia de edifi DEMOCRITO (Estobeo, Fel, I 3, 46; fr. B 194 Diels 4, al weyddar epee aed 05 Sedadar te xadd vav Exyov -ylvovtat. DEMOCRITO (Cicerén, De orat. Il 46, 194) 5. Saepe enim audivi postam bo- num neminem (id quod a Democrito et Platone in scriptis relictum esse dicunt) sine inflammatione animorum exsistere posse et sine quodam adflatu quasi furoris. DEMOCRITO (Cicerén, De divin. | 38, 80 6, Negat enim sine furore Demo- critus quemquam poétam magnum ease posse, quod idem dicit Plato. DEMOGRITO (Horacio. De art,, poet, 295 7. Ingenium misera quia fortuna- tins arte Credit et excludit sanos Helicone postas Democritus. DEMOCRITO (Clemente de Alejandria, Strom. V1 168: frg. B 18 Diels craapod xat tepod m za torivn, DEMOCRITO Y ANAXAGORAS (Vitruvio, De architectura VMI pr. 11 9. Primum Agatharchus Athenis Aeschylo docente tragoediam seaenam fecit et de ea commentarium reliquit. Ex eo moniti Democritus et Anaxa- goras de exdem re scripserunt quem- admodum oporteat ad aciem oculorum raudiorumnque extentionem certo loco contro constituto lineas ratione natu- rali respondere, uti de certa re certae imagines aedificioram in scaenarum picturis redderent speciem et quae 100 LAS ALEGRIAS PROPORCIONADAS POR EL ARTE 4. Los grandes placeres nacen de con- templar las obras hermasas, 5. Pues a menudo he ofdo |segin dicen que han eserito Deméerito y Platén) que no puede existir ningtin buen poeta sin entusias- erto soplo como de locura. mo y sin w 6. Pues Demécrito niega que pueda ha~ ber algdin gran poeta sin locura. lo mismo que dice Piaton, Porque eree que ¢s més afortunado el ingenio que el misero arte y exeluye del He- licén a los poctas cuerdos / Demécrito. 8 Y Demécrito igualmente: «y cuante escriba un poeta con entusiasmo ¥ un soplo sagrado cs muy hermoso: LAS DEFORMACIONES OPTICAS. 9, Primeramente, Agatarco en Atenas. cuando Esquilo hacia representar una trage- a. hizo la escena y dejé un comentario s bre ella. Inducidos por él, Demécrito y Anaxagoras eseribieron sobre lo mismo, so- ne que las lineas estén de acuerdo con una ley natural, si se toma un lu- bre eémo conv de Jos ojos y Ia difusién de los radios, para que, de un objeto determinado, imagenes de- terminadas den la apariencia de edifi

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