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- Cofcloran acholer ave aropoléal eaosla No Unni par “oes! 5 Bee No exste a neces dad ce sofa yore ef va sapekcion ne LAPRUEBA PROHIBIDAEN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL Me Cc Julio ESPINOZA GOYENA” El autor analiza los criterias que ha sostenido la jurisprudencia nacional, 4 tanto constituctonal como ordinaria, sobre ta prueba prokibide, mostran- —— \\ do los aciertos y desaciertos de cada una de ellas. Estudia también la re- TEMA ‘gulacién que ha merecido dicho instituto en el Cédigo Procesal Penal de RELEVANTE 2004 afirmando que dicko cuerpo normativo ha fijado que la garantia de : proscripcion de la prueba prohibida acompafia al imputado durante todo tel proceso, pues no solo se trata de una prohibicién de obtencién sino tamn- bién de incorporacién de material probatorio al proceso. INTRODUCCION donde se analice el problema’, La doctrina nacional no ha Como es conocido, uo de los temas de mayor discusién sido indiferente a esta cuestiOn y en los tltimos afies ~in~ " ‘ena dopmatica procesal penal os precisamente el queae-_clusive meses se han conocido importantes aportes a la i tiva estas Iineas y respecto del cual se ban expuesto dife-_discusién no solo desde una estricta Optica procesal pe- rentes funcamentos segiin el sistema o raiz juridica desde nal sino también eonstitucional”, La jurispradeneia local 3) Proftsar de Desecho Drocesil Penal de ia PUCP.y de AMAG. cae mts stay prvi inelayendo la cit de juipradeneiacompada ee cases en: MATER, Julio BJ Derecho Proce! Pena. I (Parte general actos procesaies, EdRores dei Pueto, Buenes Aes, 2011p. 107 8. : CEE GPAMANTE ALARCON, Reynaldo. “El problema de i procba ills". En: Proceso y Contac, Actas de Seminario Ferman Coe BUSTA MAN al evago acu en el Campus dela BU.C.P entre el 10yel 13 de mayo de 2011, ARA Eales, Lis, 2011p. 383 9S BIALOGO CON LA JURISPRUDENCIA N' 184° ____ _ —197 PRUDENCIA PENAL Y PROCESAL PENAL mateo también lo suyo, a partir de promunciamientos de la jurisdiceién penal y constitucional que en més de una oportunidad aparecen distantes y acaso contrapuestos® En ese entendido, es propésito del presente trabajo siateti- zavcuil es el estado de la cuestion en el derecho nacionsl, 4 partir de los postulados que sobre tan complejo prable- ‘ma ha planteado nuestra jurisprudencia y a partir de ello, esbozar algunas lineas de interpretaci6n y sobre todo de aplicacién det marco normative que incorpora el CAdigo. Procesal Penal sobre ia materia Desde ya adelanto, en una Kinea de contexto, que no es tarea ficil tomar una posicién terminante, méxime en un ‘momento en el que la regla de exclusién ~forjada como se sabe por la Corte Suprema de Estados Unidos a partir del fallo “Weeks vs. U.S" en 1914 se encuentra en fran- ca crisis, situacién que se verifica cuando observamos en el derecho comparado la variada gama de “excepciones” y ‘eorias que bajo diversas argumentaciones ~unas més s0- fisticadas que otras~ sostienen la validez de pruebas obte~ nidas luego de la afectacién de un derecho fandamental y 4que al final de cuentas ban logrado gonvertir a Ia “regla” en una excepeién y a lis excepcione’ en regia, Conocidas son las teorias de Ia fuente independiente, descubrimien- to inevitable, buena fe, ponderacién de intereses, seguri dad citdadana, conexién de antijuridicidad, caso proba- bie, etc. Ast las cosas, es claro que la historia de la regia de exclusién es al mismo tiempo la historia de su constan- te reduccién, situacién que también se reffeja en nuestra jurisprudencia nacional mas reciente que, independiente- ‘mente de las normas contenidas en el CPP, ha venido aco- siendo las diversas tcorias que permiten flexibilizar Ie de- nominada regia de exclusiGn. A guisa de ejemplo, véase el Pleno de Jucces Superiores realizado en Trujillo el 11 de diciembre del affo 2004 en el que se acordé adeaitir las denominadas teorias de la buena fe, del riesgo y de la ponderacién de intereses para poder valorar prushas ob- tenidas inicialmente con vulneracién de un devesho fun- damental. Es innegable entonces, como afirma MARTI. NEZ GARCIA, al comentar la evolucién del tema en 1a ‘a Batons, Lima, 2009, (8) idem, p. 231 Jurisprudenciaespaiola, que se esté produciendo mantelamiento de la regla de exclusién, conforme 4S clea In era Nixon LL DESLINDE TERMAINOLOGICO Son bastante varias las denominacionss gue lay 1a, asf como 1s jurisprudenci emplean pra setae este complejo fendmeno probatoro: as por gmp de prin protibide o prohibcionesprobatcy ne egal oiegalmentecbtenida, prueba o ihekges cbionida, prueba ilegtimamentecbtenids, prueba ee tition, prucbe mila, pbs viciada,prsbe mepe inclns proc slandestina’” Como bien snota Guariglia, esta inflacicn conceptual” y sus inevitables costos en términos de clara y presi, sn9 vbedecen —oal menos exclusivamente-@ la exis, cia de distintas aproximaciones al fenémeno dela pracy ‘mmegularmente adquirida en derecho comparado, sino que aun en el marco de un mismo derecho nacional el interpre teamenudo se enfrentaa una proliferacién de concepts y ‘Scraulas,a veces incluso incompatibles entre si” En efecto, basta solo dar una mirada a la doctrina y Jjurispradencia nacional para advertir la falta de uniform ‘dad en Ta denominacién del tema. Ast por ejemplo, mien ‘ras que San Martin Castro‘ utiliza la categoria prueba prohibida, Talavera Elguera” se refiere a la prueba il- ita, Ocuire 10 mismo cuando observamos la juispr- dencia del Tribunal Constitucional, que ha utiizado una ¥y otra denominacién; ast por ejemplo, en el caso Las- ita Quitiones (STC N° 2053-2003-HC/TC) se emplea et término prueba ilcita entendida como “(...) auella en aya obtencién o actuacién se lesionan derechos fends mentales 0 s¢ viola la legalidad procesal (..)", mientras ue en el caso Quimper Herrera se utiliza ei de prueba prohibida catendida como un derecho fundamental (STC N° 00655-2010-PHC/TC). Pra los fines de esta ponencia y, siguiendo en esto le lt nea de Maier asi como a la mayoritaria doctrina espato- Ja", emplearemos la denominacién de prueba prohibids, ccopilacibnovdeaada de jrisprudcacia nacional ex: CASTRO TRIGOSO, Harton, La prueba ilcta en el proceso pena peruano. Wai (5) MARTINEZ GARCIA, Blea. Bcacia de la prueba ila ene proceso penal. Tanto Blanch, Valencia, 2003, . 218 (©) CE MIRANDA ESTRAMPES, Manuel conespto de prueba ilicitay au tratamiento en el proceso penal 31M. BOSCH Baio, Madi, 2004, pls (7) GUARIGLLA, Fabricio. Concept, fn» alcance de las prohibciones de valoracn probaoria on el procediiento penal. Fditres del Pues Busnoc Aires, 2008, 4 (®_ SANMARTIN CASTRO, César. Derecho Proces Penal. Volumen I 2edicin, riley, ima, 2093, p. #70 871 (9) TALAVERA ELGUERA, Pablo. La pra en el mievo procese penal. AMAG, Lime 2009 p. 149 y 150, (10) Por todos, ASENCIO MELLADO, José Marta. La prueba proba y prueba preconstiuida en ef proceso pena. INPECCP, Fondo Eltr ima, 2008 188 7 so, tenemos claro que es innecesario detenernos. ananbet sion aceea cel eiguelamiento dela te a tee ol problema medular que es del caso resolver tie- Paes Zon los sleances de dicha prohibicin y, de ser eo concrete. Por fo dems, el CPP acoge el término i pa prokibida, como se puede leer en el articulo 155.2 © jp LA JURISPRUDENCIA NACIONAL & bien ha sido el CPP el que incorpor6 al derecho nacio- Gal ormas explicitas acerea de la prucba prohibide, la ju- Morudencia generada precisamente a partir del afio 2004 Ee brinda algunas directrices sobre la cuestién que inten faremos sintetizar a continuacién, 4. Caso Serpost (STC N° 1058-2004-AA/TC)™ {a'sntesis de los hechos es fa siguiente: un empleador de [n-empresa Serpost solicit6 a un Notario Pablico que re- ‘ise los correos electrénicos que obraban cn una compu- {adora, encontrfindase asf cuatro corteas clectrénicos con contenido pornogrifico, los mismos que habrian sido en- siados ~supuestamente~ por ol setior Rafael Garcia (ex- eaplealo de Serpost) a un compaticro de trabajo, Jo cual a tsiterio de ls funcionarios competentes de dicha empresa onstituia une falta grave y por ello una causal de despi- do, El tema de conteoversia es entonces el efecto del aco- ‘pio de pruebas, por parte del empleador, afectando dere hos fundamentales del empleado para luego, sustentar un Jespido laboral EITC, declaré fimdada la accién de amparo y ordené que se repusiera en su centro laboral al rabajador. El Funda- mnento 22 de dicho fallo establecié lo siguiente: “(...) oom- forme lo establece la tiltima parte del articulo 2, inciso 10) de fa Constitueién, los documentos privados obtent dos con violacién de los proceptos anteriormente sefiala- dos, no tienen efecto legal. Ello, de momento, supone que por la forma como se han recabado los mensajes que ban sido utilizados en el cuestionado proceso administrativa, su valor probatorio carece de todo efecto juriico, sien do, por tanto, nulo el acto de despido en ef que dicho pro- ceso ha culminado, Se trata, pues, en el fondo, de garan- tizar que los medios de prueba ilfcitamente obtenidos no permitan desnaburalizar los derechos de la persona ni mu- ‘ho menos, y como es evidente, que generen efectos en su petjuicio CY” Como puede observarse, en este primer fallo se afirmé la prevalencia del derecho constitucional a la inviolabilidad (iy De Reha 18 de agente de 2006 supenoresPariona Pastrana, Carranza Paoiagua y Zapate Carvel DIALOGO CON LA JURISPRUDENCIA N 164. INFORME JURISPRUDENCIAL de las comunicaciones y de la privacidad de los documen- 108, por encima del interés del empleador en sancionar una aparente inconducta laboral. A? mismo tiempo se aplicé de manera implicita, pero clara, el postulado de la regla de exclusién, aunque sin hacer mayor referencia al aleance y contenido de esia. Era entonces relativamente menos com piejo el problema plantcado, pues, incluso en una linea de ponderacidn, resultsba claro que la sancién de una infrac- cién laboral no podria en modo alguno imponerse a la pro- teceiéa de un derecho fundamental. Coincidencia o no, no deja de llamar Ia atencién que, al igual de lo ecurrido en Espaia con Ia STC N° 14/1984, de] 26 de noviembre, el primer falo trascendente en el que nuestro TC eplica criterios de exclusién de prueba prohi- bida tiene su origen en un comflicfo de carécter laboral y no precisamente pera 2. Caso Linares (Exp. N° 24-06-HC, Tercera Sala Pe- nal de Reos en Carcel) Este segundo e importante caso hace referencia ala incor- ‘poracin e inicio de na investigaciOn fiscal sobre la base de una grabacién realizada por tn tercero de una conver- sacién telefGnica reatizada entre dos particulars, la mis- ‘ma que revelaria supuestos actos de interés penal. La Sela Superior que emitié sentencia en segunda y tltima instan- cia en el prooeso de hébeas corpus interpuesto contra la Disposicién Fiscal que inici6 la investigacién preliniinar resolvi6 declarar fundada la accidn de garantia en el extre- ‘mo del debido proceso conexo ¢ la libertad individual y en conseeuencia declaré nula y sin valor legal alguno la prue ba constituida por una cinta de audio que grabé fas cornu- nicaciones de los accionantes"®. El fandamento central de dicha resolucién fue considerar que “dicha intervencién teleténica (...) se ha consegui- do vulnerando principios fimdamentales reconocides en Ja Carta Magna, y tan es asi que esté latente su uilizacién al darle un valor probatorio con la formalizacién de la de- nnuncia, constituyendo, por ende, una amenaza a su liber- tad individual, toda vez que puede generarse una medida ‘cautelar de aprehensién personal; que, al no exisir en au~ tos autorizacién judicial alguna que acredite la interven cién telefénica y su posterior grabacién de sus comuni- caciones, se desprende que se he vulnerado lo dispuesto por el inciso décimo del articulo segundo, en concordan- cia con el inciso tercero del numeral ciento treinta y nueve de la Consttuciin det Estado, tanto mis que pese a exis- tir una norms que regula a intervencién telefénica, no se (12), Publoads en el diario Peruano ol jueves 28 de setemie de 2006, Separata de procespsconstiicioales,p. 8110 ys, suserita po os joes ha camplido Jos requisites establecidos en la Ley niime- +0 veintisiete mil seiscientos noventa y siete, conseeuente mente dicha prueba aportada ¢ la investigacién pretiminar de la Fiscalia Provincial Penal Especial deviene en ilici- tal. Este caso, que corresponde al antiguo régimen procesal, afirmé de manera clara la regle de exclusién y, concluyé sin més reparo que no habia posibilidad de relativizar 1a evidente afectacién de un derecho fundamental, més alin cuando la iniciada investigacién fiscal preliminar no te- nia posibilidad de generarse a partir de una fuente diferen- teo paralla, Si bien es cierto en este caso, Ia jurisdiceiin ‘constitucional no dispuso el archivo definitive de la inves- tigacién fiscal preliminar, no deja de ser importante, en ‘té:minos de protecoién de un proceso con las debidas ga- rantias, haber declarado inutilizable la referida evidencia, 3. Caso “El Polo” (R.N. N° 4824-2005)" Dentominaremos a este caso “EI Polo”. Fn el proceso pe- nal por delito de terrorismo respecto del conocido atenta- do al Centro Comercial El Poloyse plante6 Ja discusién ‘acerca de los resultados y efectos probatorios de un alla- ‘namiento y registro domiciliario realizado sin orden judi- cial alguna, Personal de la PNP en. un operativo Hamado “Ojo Demio- Jicion 2002” destinado a la identificacién, detencién, ubi- cacién y captura de presuntos terroristas, sllané ol domici- lio de dos personas requisitoriadas, con la presencia tardia de un representante del Ministerio PGblico y sin autoriza- cin judicial alguna, incauténdose diversos supuestos ob- jetos del dcito, Ninguna de las personas que ocupaban et inmuucble dicron su consentimiento para que la policfa in- gresara al domicilio y menos aiin se encontraban en esta- dg de flagrancia delictiva. La Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema zesolvié confirmar la sentencia absolutori, sustentando sa determinacién en la imposibilidad de valorar en la senten- cia prueba prohibida. En efecto, sefiala la ejecutoria que “(...) Emel caso de autos, se aprecia que los rogistros do~ rmiciliarios efectuados en los domicilios de las encausadas (..) han sido realizados con clara afectacién al derecho constinycional a la inviolabilidad del domicilio, pues estos no revistieron las formalidades de ley, ~inmediatez y fla~ {grancia— por ende, el material incautado y decomisado Tos encausadas no puede ser valorado convenientemente, por ello es que resulta correcta la decisin del Tribunal a {quo respecto a la absoluci6n de Pilar Sulena Montenegro (G3) Emitida por la Segus (18), Eta por ln Sta Penal Permaneateen fe evans on materi penal de la Corte Suprema de > )sPRUDENCIA PENAL Y PROCESAL PENAL Penal Transiorinen fees 24 de mayo de 2006, 19 de ulio de 2007 publica co: Precedents vincalates, serenelascasaorasy eco “Fast Fondo Editorial del Poder Justia, Lima, 2008, p. 956. 4 Soria al no existicotzo elemento de prueba que lav con el grave delito imputado” : Como podré apreciarse, se aplica en este fallo la tee exclusién que también sustenté la sentencia dep instancia, por cierto absolutoria. Se infiere adenids ie Juego de las evidenciss obtenidas tras dicho allanatieg* to ilegal, no existieron en el proceso fuentes de pricha ig dependientes que pudieran haber sustentado la impitgegg ello determiné que la exclusién de la prueba prohibids ge rere una consecuencie terminante en cl resultadd del np ceso referido. 4, Caso “El Polo II" (RLN. N° 4826-2005)" Denominamos a este otro ca80 ~y solo por razones dit ticas—“El Polo II". Ain cuando los hechos ¢ imputacién delictiva no son exactamente los mismos que’ ls fei midos en el anterior caso “El Polo”, Io cierto es due: problema de prohibicién probatoria que se analiza ei tie = Jegundo caso tiene como origen ef mismo acio dels a ‘pamiento y posterior incautacién ocurrido en el cao "bh Polo”. La Corte Suprema vuelve @ conocer el tema debida aun posterior fallo impuesto por la Sala Penal Necions contfa coimputados a quienes ~

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