Si en nuestras manos estuviera volver al 18 de marzo del año pasado y frenar la aprobacion

de la eutanasia acabaria con estas palabras.

Nuestros mayores y enfermos ya son conscientes de la carga económica que suponen y por
eso después de ofrecerles la posibilidad de dejar de ser esa carga quitándose la vida
¿quién de ellos decidiría seguir viviendo? A caso su sufrimiento vivido como insoportable se
acaba con la huida o salida de él. Por desgracia, ya no hablamos solo de eliminar el dolor y
el sufrimiento, sino a la persona con ellos.

Esta solución que plantea liquidar el problema liquidando a la persona es claramente el

camino más fácil y más barato para todos. ¿Pero acaso la vida tiene un precio? ¿Acaso una
vida con sufrimiento vale menos que las demás?
De ser así le estaríamos quitando su valor infinito y acabaríamos con la dignidad intrínseca
de la persona. Pues la dignidad de la vida no depende de su calidad. De lo contrario
estaríamos aceptando que una vida sin calidad no vale nada.
Pues bien, ni el dolor ni la ausencia de ninguna otra cualidad inherente a la persona anulan
su dignidad.
Nadie tiene poder para decidir sobre la vida de nadie. Permitir que en una sociedad uno de
sus miembros pueda matar a otro supone la desvalorización social de la vida. Supone
afirmar que la vida humana ya no es inviolable o incondicional y que por lo tanto existen
vidas humanas que no merecen la pena ser vividas. La pretendida libertad de elección que
ofrece la eutanasia somete a los pacientes a una fuerte presión donde les toca justificar su
existencia ante los demás y su decisión de seguir viviendo hasta el final.

Y sí, hace mucho tiempo que la vida dejó de ser una prioridad para muchos.
Pero hoy estamos aquí para recordar:
Que la vida del que sufre vale tanto como la del que no sufre.
Que nunca hay que dejar a nadie atrás por débil o frágil que sea.
Que elegir la muerte no es una opción entre muchas sino el modo de suprimir todas las
opciones.
Que el supuesto derecho a la muerte es apostar por la muerte en lugar de la vida.
Y que nosotros seguiremos luchando aunque sea solos por cada una.