EN BUSCA DE ÉXITO

Muchos fracasos de la vida han sido de hombres que no supieron darse cuenta de
lo cerca que estaban del éxito cuando se rindieron (Thomas Alva Edison)

Esta es mi historia
Soy Dori Pérez González y nací el 17 de septiembre del año 1999, mi madre dio a
luz por medio de una partera, el trabajo de parto se complicó, la vida de mi madre
y la mía estuvieron en peligro, gracias a Dios nací y ahora me encuentro aquí en
busca de una mejor calidad de vida, mi lugar de nacimiento fue en la casa de mis
padres en una comunidad de San Pedro Nichtalucum está situada en el municipio
de “El Bosque” en el estado de Chiapas, México. En la comunidad todos somos
indígenas se habla el dialecto tzotzil, este lugar tiene costumbres y tradiciones,
donde la mujer no tiene voz ni voto, significa que no tenían derecho a votar,
tampoco derecho a la educación. Mi madre solo tuvo su segundo grado de
primaria, le dijeron que lo más importante es aprender a cocinar y lavar la ropa,
prácticamente para cuidar su hogar, los hombres son machistas y abusadores casi
la mayoría de las familias de ahí sufren maltrato físico y psicológico. Mis padres
tuvieron 4 hijos, 3 niñas y un hermano todos son menores, yo soy la mayor de mis
hermanos, mi padre se dedica a la agricultura y mi madre ama de casa, aunque
somos una familia humilde, no tuvimos la oportunidad de recibir cariño y aprecio
en nuestro entorno como otros niños, mi infancia fue muy difícil nunca disfrute de
regalos en navidad quizá nos faltó tener una mejor convivencia, pero debido a que
crecí en un ambiente sin educación, lo poco que conocí era trabajar desde
pequeña en el campo y ayudar a mamá en labores del hogar. En el año 2003
curse mi primer año de preescolar, fue complicado porque nadie entendía el
español, la maestra nos hablaba en dialecto y español, el año 2005 gradúe de
prescolar, en el mismo año empecé a cursar la primaria, por la complicación de no
hablar español reprobé en el segundo año, cuando estaba en el cuarto año sufrí
bullyng de parte de mis compañeros, en año 2013 gracias a Dios me gradúe de
la primaria con una carta de buena conducta, en 2013 empecé a estudiar la
secundaria que fueron 3 años. Ahí aprendí a hablar más fluido el español, en 2016
terminé mi secundaria, por la costumbre de la comunidad cuando las niñas
concluyen la secundaria entre las edades 15, 16 y 17 años son dados en
casamiento a través de acuerdos entre padres, parte de este acuerdo es hacer un
intercambio: dar a la joven a cambio de bienes materiales como animales con algo
valor monetario. Como yo estaba por cumplir mis 20 años y mis padres no me
habían dado en casamiento, fueron amenazados por el pueblo si no cumplían la
costumbre, se les quitarían sus bines. Por el bien de ellos y no afectar la economía
familiar me sentí culpable, por esta razón tomé la decisión de irme de mi casa y de
mi comunidad indígena a finales del año 2019. Viajé a Montemorelos Nuevo León,
un lugar donde se encuentra una institución reconocida por mi religión. Tenía el
sueño de continuar con mis estudios y ser una gran profesional, sin embargo, la
economía no fue un factor de ayuda para mí, ya que me encontraba sola sin apoyo
de mis padres. La escuela es una Universidad privada y con altos costos de
colegiatura, pero yo quería estudiar ahí porque es religiosa y podría sentirme
segura. Al llegar a este lugar me hospedó una familia cristiana y me brindaron su
apoyo durante 2 meses, ellos me consiguieron un trabajo de limpieza de casas y
un lugar de renta para vivir y así empecé mi aventura por obtener el éxito. Unos
meses después ya en el año 2020 empecé a cursar la preparatoria en modalidad
Abierta proporcionada por la Secretaria de Educación Pública (SEP) sede 297,
esta preparatoria está dentro de la Universidad Privada. La vida se me fue
complicando, puesto que un solo trabajo no podía solventar mis gastos de
supervivencia y de colegiatura por lo que busque otros trabajos para poder cubrir
los gastos, ya tenía 3 trabajos, limpieza de casas, niñera y cuidadora de ancianos,
este último lo hacia los fines de semana. Tuve que organizar mis horarios de
trabajo y estudio, afortunadamente mi tiempo de estudio era por las noches, yo me
aferraba a no regresar a mi lugar de origen, quería regresar como una
profesionista porque así el pueblo ya no podía amenazar a mi familia. Sufrí al no
ver a mis padres durante un tiempo, lloraba a diario, no comía porque la tristeza
invadía mi corazón. En los trabajos no me daban el sueldo justo y los patrones me
maltrataban psicológicamente por mi origen humilde, en cierta ocasión de regreso
de la escuela a mi casa de renta que son 2 kilómetros de distancia yo estaba a
punto de llegar cuando un carro venia lentamente tras de mí, sentí miedo y
empecé a correr, llegué rápido a la casa y me encerré, llamé a la familia que me
hospedó cuando recién llegué a Montemorelos y ellos me llevaron a su casa esa
noche. Ellos no podían hospedarme más tiempo puesto que tienen 3 hijos y no
hay espacio para mí, además el lugar quedaba a 5 kilómetros de mis actividades,
por eso me fui a vivir sola. Debido a estas situaciones busqué refugio en la Iglesia
Adventista del Séptimo Dia y fue cuando empecé a adaptarme al lugar y a la
gente, al menos sentía paz los sábados, donde podía convivir con muchas
personas, sin embargo, escuchaba que en el mismo camino que yo transitaba de
regreso a casa es muy peligroso, que años anteriores habían secuestrado a unas
chicas, por ese motivo busqué otro lugar más cerca de la universidad, aunque
costara más caro, eso implicaba duplicar mis esfuerzos. Mis horarios laborales no
me permitían tener una vida sociable y en la noche estudiaba, sentía que no tenía
una vida, fue complicado para mi entré en depresión por la pandemia también
pasé frio y a veces hambre aun con estos problemas continué esforzándome para
terminar mis estudios de preparatoria. En el mes de junio del año 2021 al fin me
gradué. El 17 de julio del mismo año empecé un nuevo trabajo de Servicio de
Alimentos de la Universidad de Montemorelos, llamado SAUM, y en los fines de
semana seguía trabajando en el cuidado de una ancianita, sin embargo ahora ya
no estudiaba porque no tenía dinero, por lo que en el trabajo SAUM tenía que
durar un año para poder recibir una beca que costeara mis estudios y hospedaje
por 2 años, esto es una especie de BECA - TRABAJO por lo que yo trabaja con
un sueldo mínimo que no me alcanzaba para la renta, por eso trabajaba cuidando
a una anciana para cubrir mis gastos. Yo pasaba más de 12 horas de pie en este
trabajo por lo que un día sentí que mis fuerzas disminuyeron y me enfermé, una
compañera me llevó al hospital y me dijeron que estaba pasando por mala
circulación sanguínea, desorden alimenticio y que no estaba descansando lo
suficiente y que no tenía una actividad física que ayudara a este problema. Como
falté 2 semanas al trabajo por motivos de enfermedad me reemplazaron y dijeron
que no podía continuar con la beca. Me desanimé por esta situación, tanto
esfuerzo realizado en vano. Me despidieron. Ya no quería seguir con este
sufrimiento en donde sentía que no valía como persona. Desgraciadamente
México es un país en donde el racismo y el poder gobiernan, en donde la gente
tiene círculos selectivos, donde el rico humilla al pobre y yo fui víctima de estos
casos. No tuve un trabajo estable por no tener un título universitario y por no tener
un apellido de fama y por no tener un origen de familia rica con educación, es por
eso que pensé en buscar nuevas oportunidades, un lugar donde me sienta segura,
donde pueda caminar sin miedo, un lugar donde no juzguen mi apariencia y me
traten bien, un lugar donde yo pueda ser libre.
Por esta razón decidí viajar a Canadá, yo escuché por amigos que es un país
seguro y me dí a la tarea de investigar y de asegurarme de esto. Por lo que realicé
mis planes de viaje en febrero del año 2022, obteniendo mi pasaporte el día 28, en
el mes de abril comencé mi búsqueda de vuelo para Canadá para mejorar mi
calidad de vida y en un futuro ayudar a mi familia que dejé en México, el día 20 de
mayo 2022 llegue a Canadá siendo las 11:30 pm en el aeropuerto de Airport mi
petición fue ser refugiada.