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Leer y escribir en un mundo cambiante* Fecara do Hubo una época, hace varios siglos, en quelesc bir y leer eran actividades profesionales. Quiene se destinaban a ellas aprendian un oficio. En todas las sociedades donde se inventaron algunos de los cuatro o cinco sistemas de escritu- 1a primigenios (China, Sumeria, Egipto, Mesoa- mérica y, muy probablemente, también el valle del Hindus) hubo escribas, quienes formaban un grupo de profesionales especializados en un arte particular: grabar en arcilla o en piedra, pintar en seda, tablillas de bambi, papiro o en muros, es0s signos misteriosos, tan ligados al ejercicio mismo del poder. De hecho, las funciones estaban tan se- paradas que los que controlaban el discurso que podia ser escrito no eran quienes escribian, y mu- cas veces tampoco practicaban la lectura, Quie- nes escribian no eran lectores autorizados, y los lectores autorizados no eran escribas. * Conferencia plenaria presentada en e126" Congreso de 1a Unién Internacional de Editores Buenos Aires del 1" al3 de ‘mayo de 2000. Trad, al ingles (sin ilustraciones):“Reading and ‘Wiitng in a Changing World’, en: Publishing Research Qua- tery, 16, 3, 2000, pp. 53-61 u En esa época no habia fracaso escolar. Quienes debian dedicarse a ese oficio se sometian a un ri- guroso entrenamiento, Seguramente algunos fra- casaban, pero la nocién misma de fracaso escolar no existia (aunque hubiera escuelas de escribas). No basta con que haya escuelas para que la no- cién de “fracaso escolar” se constituya. Veamos un simil con una situacién contempordnea: tenemos cescuelas de miisica, y buenos y malos alumnos en alles. $i alguien no resulta competente para la ‘itsica, la sociedad no se conmueve, ni los psico- pedagogos se preocupan por encontrar algin tipo peculiar de “dislexia musical”. Ser misico es una profesién y quienes quieren dedicarse a la musica se someten a un riguroso entrenamiento. Y, apa- rentemente, las escuelas de miisica, en todas par- ‘tes, tienen tn saludable comportamiento ‘Todos los problemas de la alfabetizacién comen- zaron cuando se decidié que escribir no era una ‘profesiin sino una obligacion y que leer no era mar- ca de sabiduria sino marca de ciudadania Por suptesto, muchas cosas pasaron entre una época y otra, muchas revoluciones sangrientas fueron necesarias en Europa para constituir las nociones de pueblo soberano y democracia re- presentativa, Maltiples transmutaciones suftieron Jos primeros textos de arcilla o de papiro hasta convertirse en libros reproducibles, transporta- bles, ficilmente consultables, escritos en las nue~ vas lenguas desprendidas del latin imperial y he- geménico. 2 Los lectores se multiplicaron, los textos escrit tos se diversificaron, aparecieron nuevos modos de leer y nuevos modos de escribir. Los verbos “leer” y “escribir” habian dejado de tener una de- finicién inmutable: no designaban (y tampoco designan hoy dia) actividades homogéneas. Leer y escribir son construcciones sociales. Cada épo- ca y cada circunstancia histérica dan nuevos sen- tidos a esos verbos. ___ Sin embargo, la‘democratizacién de la lectura iy la escritura se vio acompafiada de una incapa- Cidad radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pablica obligatoria, precisamente para dar acceso a los innegables bienes del saber con- | tenido en las bibliotecas, para formar al ciudada- no consciente de sus derechos y sus obligaciones, pero la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradici6n: sigue tratando de ensefiar una técnica Desde sus origenes, la ensefianza de estos sa- beres se planteé como la adquisicién de una téc- nica: técnica del trazado de las letras, por un lado; y técnica de la correcta oralizacién del texto, por ‘otra parte. Sélo después de haber dominado la ‘técnica surgirian, como por arte de magia, la lec- tura expresiva (resultado de la comprensién) y la escritura eficaz (resultado de una técnica puesta al servicio de las intenciones del productor). S6- Jo que ese paso magico entre la técnica y el arte fue franqueado por pocos, muy pocos de los es- colarizados en aquellos lugares donde mas falta - 7 13 | hace la escuela, precisamente por ausencia de tuna tradici6n historica de “cultura letrada’. © Surge entonces la nocién de “fracaso escolat, ‘que es concebida, en sus inicios, no como fracaso de la ensefianza sino del aprendizaje; 0 sea, res- ponsabilidad del alumno. Esos alumnos que fra- casan son designados, segin las épocas y las cos- tumbres, como “débiles de espiritu’, “inmaduros” © “disléxicos".3 Algo patolégico traen consigo 80s nifios, algo que les impide aprovechar una ensefianza que, como tal, y por la bondad de sus intenciones, queda més alla de toda sospecha. Pero el fracaso escolar es, en todas partes y masivamente, un fracaso de la alfabetizacion ini- ial que mal puede explicarse por una patologia individual. Una década después, hacia 1970, los estudios en sociologia de la educacién desplaza- ron la responsabilidad de la incapacidad para aprender hacia el entorno familiar: en lugar de algo intrinseco al alumno habria un “déficit cul- tural”. De hecho, una cierta ‘patologia social" (su- ma de pobreza y analfabetismo) seria responsa- ble del deficit o handicap inicial. Efectivamente, pobreza y analfabetismo van juntos. El anelfabe- tismo no se distribuye equitativamente entre los paises, sino que se concentra en entidades geo- Bgrificas, juridicas y sociales que ya no sabemos cémo nombrar. 3 En los afios 1960 la dislexia Fue considerada “Ie enfer- ‘edad del siglo”. 4 Hoy dia no se sabe muy bien como clasificar a los paises. Antes habia “desarrollados" y “subdesa- rrollados’, pero esta ltima calificacién parecié peyorativa y fue reemplazada por un eufemis- ‘mo: “paises en vias de desarrollo”. Pero ;cuantas décadas puede un pais estar “en vias de desarro- Ilo” sin acabar de desarrollarse? (De hecho, mu- chos de los paises que antes parecian estar “en vias de desarrollo” parecen hoy dia condenados a estar “en vias de subdesarrollo".) Hubo una épo- ca en que los paises se catalogaron en dos regio- nes: “Primer Mundo" y “Tercer Mundo",.con un supuesto "Segundo Mundo” que nadie asumié co- mo designacion adecuada para si mismo. Y ahora hemos regresado a las coordenadas seudogeogré- ficas: los ejes “Este” y “Oeste” desaparecieron, mientras que “Norte” y “Sur” tienen renovada vi- gencia (lo que obliga a innegables dificultades propiamente geograficas, tales como ubicar a Aus- tralia en el Norte y a México en el Sur). Yo ha- blaré de “periferia® para referirme a este Sur, que también existe Total, que no sabemos cémo clasficar a los pai- ses, pero si sabemos qué es la pobreza. Sabemos ~y ¢s iniitil que lo ocultemes, porque el Banco Mundial lo sabe y lo dice- que el 80% de la po- blacién mundial vive en zonas de pobreza. Sabe- mos que ese 80% conjuga todos los indicadores de dificultad para la alfabetizaci6n: pobreza endé- gena y hereditaria, baja esperanza de vida y altas tasas de mortalidad infantil, malnutricion, multi- 15 lingtiismo. (Sabemos, por supuesto, que ese 80% es heterogéneo, ya que las desigualdades entre los paises se expresan igualmente en desi- gualdades internas tanto 0 mas pronunciadas.) ‘A pesar de cientos de prometedoras deciara- ciones de compromiso nacional e internacional, Ja humanidad ingresa al siglo XX1 con unos mil millones de analfabetos en el mundo (mientras, que en 1980 eran 800 millones). Los paises pobres no han superado el analfabe- tismo; los ricos han descubierto el iltrismo, En qué consiste ese fenémeno que hacia 1980 puso en estado de alerta a Francia, a tal punto de mo- vilizar al ejército en la “lucha contra el iletrismo”? El iletrismo es el nuevo nombre de una realidad muy simple: la escolaridad basica universal no asegura ni la practica cotidiana de la lectura, ni el ‘gusto por leer, ni mucho menos el placer por la lectura. O sea, hay paises que tienen analfabetos {porque no aseguran un minimo de escolaridad basica a todos sus habitantes) y paises que tienen iletrados (porque, a pesar de haber asegurado ese minimo de escolaridad bésica, no han producido lectores en sentido pleno). El tiempo de escolaridad obligatoria se alarga cada vez més, pero los resultados en el leer y es- cribir’ siguen produciendo discursos polémicos Cada nivel educativo reprocha al precedente que Jos alumnos que reciben “no saben leer y escri- bir", y no pocas universidades tienen “talleres de lectura y redaccién”. Total, que una escolaridad 16 que va de los 4 afos a bien avanzados los 20 (sin hablar de doctorado y posdoctorado) tampoco forma lectores en sentido pleno. Esta claro-que estar “alfabetizado para seguir cen el circuito escolar” no garantiza el estar alfa- betizado para la vida ciudadans. Las mejores en- ‘cuestas europeas distinguen cuidadosamente en- tre pardmetros tales como: alfabetizado para la calle, alfabetizado para el periédico, alfabetizado para libros informativos,alfabetizado para la lite- ratura (clasica 0 contemporanea), etc. A esta lis- ta es necesario agregar ahora: alfabetizado para la computadora y para Internet. Pero eso es reconocer que la alfabetizacion es- colar y la alfabetizacién necesaria para la vida ciudadana, el trabajo progresivamente automati- zado y el uso del tiempo libre son cosas indepen- dientes. Y eso es grave. Porque si la escuela no al- fabetiza para la vida y el trabajo... cpara qué y para quién alfabetiza? El mundo laboral esté cada vez més informati- zado, y la escuela (nuestra escuela piblica, gra- tuita y obligatoria, esa gran utopia democratica del siglo X0X) esta, en los paises periféricos, cada vvez mas empobrecida, desactualizada y con maes- ‘ros mal capacitados y peor pagados. Peor atin: la democracia, esa forma de gobiemo a la cual todos apostamos, demanda, requiere, exige individuos alfabetizados. El ejercicio pleno de la democracia es incompatible con el analfabe- tismo de los ciudadanos. La democracia plena es v7 imposible sin niveles de alfabetizacion por enci- ma del minimo del deletreo y la firma. No es po- sible seguir apostando a la democracia sin hacer Jos esfuerzos necesarios para aumentar el numero de lectores (lectores plenos, no descifradores) En las primeras décadas del siglo xx parecia que “entender instrucciones simples y saber fir- mat” podia considerarse suficiente. Pero a fines del siglo Xx y principios del Xx1 estos requisitos son insostenibles. Hoy dia los requisitos sociales y laborales son mucho mis elevados y exigentes. Los navegantes de Internet son barcos ala deriva sino saben tomar decisiones rapidas y seleccio- nar informacién, Y la escuela de los paises periféricos, que atin no aprendié a alfabetizar para el periédico y las bibliotecas, debe enfrentar ahora el desafio de ver ‘entrar Internet en las aulas, no por decisién peda- gOgica, sino porque “el Banco Interamericano de Desarrollo y Starmedia Network firmaron una alianza para introducir Internet en todas las es- cuelas publicas de América Latina y El Caribe”, segiin noticias periodisticas ampliamente difun- didas de fines de marzo de 2000.4 Sospechosamente, candidatos a la presidencia © ministros de Educacién recién estrenados, de México a la Argentina, sostienen un discurso coincidente: “Internet en las escuelas”, como si 4 Por ejemplo, El Financiero, de México, en Ia seccién ‘Negocios’ del 29 de marzo de 2000. 18 Jas computadoras, de por si, pudieran ser el tram- polin de acceso a niveles de alfabetizacién nunca alcanzados, y como si los maestros esos maes- tros desactualizados y mal pagados~ fueran in- mediatamente reciclables (0 quiza desechables) Yo he dicho desde hace varios afos en diversos foros, y continito sosteniendo, que las nuevas tec- nologias ayudarén sobremanera a la educacién en su conjunto si contribuyen a enterrar debates in- terminables sobre temas perimidos: por ejemplo, “chay que comenzar a ensefiar con caracteres li gados 0 separados?; ¢qué hacemos con los-2ur- dos?; chay que ensefiar a leer por palabras 0 por silabas?”. Bienvenida la tecnologia que elimina diestros y zurdos: ahora hay que escribir con las dos manos, sobre un teclado; bienvenida la tecno- ogia que permite separar o juntar los caracteres, a decision del productor; bienvenida la tecnolo- gia que enfrenta al aprendiz con textos comple- tos desde el inicio. Pero la tecnologia, de por si, no va a simplifi- car las dificultades cofnitivas del proceso de alfa- betizacion (ignoradas también por la mayoria de los métodos pedagégicos), ni es la oposicién “mé- todo versus tecnologia” la que nos permitiré su- perar las desventuras del analfabetismo. Antes de regresar al tema includible de las nuevas tecnologias quisiera insistir en la ecuacién _pobreza-analfabetismo-multilingtismo/ ‘—Durante-décadas hemos escuchado expresio- nes tales como “lucha contra el analfabetismo”, 19 lenguaje militar que caracteriza, ademés,a quie- nes son rechazados por el sistema escolar como “desertores’, Ese lenguaje militar sugiere un ene- igo a vencer, y el desliz desde el abstracto “anal- fabetismo” hacia el concreto “individuo analfabe- to" como enemigo visible es casi inevitable, sobre todo cuando la imagen militar es asociada a la imagen médica y se habla de “flagelo social’, "pla- ga social” y similares (como si se tratara del palu- dismo o el célera) 3 Es evidente que no puede haber “lucha contra el analfabetismo” (0 el “iletrismo") sino acciones destinadas a elevar el nivel de alfabetizacién de la poblacién (en el entendido que literacy designa lun continuo que va de la infancia a la edad adul- tay, dentro de la edad adulta, un continuo de de- safios cada vez que nos enfrentamos con un tipo de texto con el cual no hemos tenido experiencia previa).6 Pero recientemente, y con el mismo espiritu militar y militante, se ha declarado el “Dia Inter- nacional para la Erradicacion de la Pobreza”. Yo 5 Todas éeas son expresionesreiteradas en documentos oficiales, nacionalese internacionales, desde 1970 hasta nues- ros dias, 5 Por ejemplo, yo enseno en el nivel de nivel de maestria y doc. torado, pero sgo alfebetizando a mis alumnos, porque es la primera vex que, como lectores, se enfrentan a investigacio- ‘nes publicadas en revistas especializadas y, como escritores, \deben producie por primera vez.un tipo peculiar de texto facadémico que se lama “una tess" 20 me pregunto: qué haremos con el multilingtiis- no? Se les ocurrira también que hay que erradi- ‘carlo porque hace més dificil y més costosa la al- fabetizacion? “Aqui entran los editores en escena. Ustedes, edi- tores, son los herederos de una poderosa e ilustre tradicion? - La estirpe de los editores tiene notables ejem- plos de todo tipo: creadores que no cesaron de Bar nuevas formas a nuestro alfabeto, inventando Sin cesar caracteres tipograficos (més legibles, nis elegantes, mejor adaptados a tal o cual tipo de obra); artesanos del mas alto rango que hicie- ron del libro una obra de arte; familias de edito- yes que transmitieron un excelso saber de padres 2 hijos durante mas de un siglo; editores que eran también hombres de erudicién y traductores* Ustedes, editores, tienen en su arbol genealégi- co a ilustres defensores de la libertad de expre- sién, y eso desde los momentos iniciales del ejerci- ‘io del oicio, al poner en circulacién textos que no respondian a los requerimientos del poder cons- tituido, Pienso, por ejemplo, en Etienne Dolet, impresor de Lyon, acusado tres veces de ateismo y herejia y finalmente quemado en la hoguera, a los 37 afios, en la plaza Maubert de Paris, en 7 Pido disculpas de mi ignorencia a los editores chinos, coreanes, japoneses,érabes ¢ hindies aquf presente, porque sélo me voy a referir a la tradicién europea Los puntos de cruce entre la historia de las traducto- res y la historia de los editores son surmamente instructivos. a 1546. Etienne Dolet era un subversivo para la época porque introdujo en Francia obras publica- das en Ginebra (vinculadas con la Reforma reli- giosa), pero era también un erudito, autor de un diccionario analégico del latin, de un tratado de traduccion y de otro relativo a la puntuacién y la acentuacién, Es discutible si fue quemado vivo, junto con sus obras, por ser editor por ser autor prologuista de esos libros heréticos Pero también es cierto que fueron necesarios 343 afios para que un monumento en la misma plaza Maubert Jo reconociera como humanista, defensor de la li- bertad de pensamiento. Por més eruditos y humanistas que sean, los seditores producen objetos incompletos por naturale. «za. Un libro es un objeto en busca de un lector, y no puede realizarse como objeto cultural hasta que no encuentra un lector. Ese lector es mury mal caracterizado cuando se lo define simplemente como un cliente. Se puede comprar una coleccién de li- bros para exhibirlos en la sala de recepcion de la casa 0 en el estudio profesional. Esos libros si- guen siendo objetos incompletos: bibelots sin in- térpretes, Bl libro se completa cuando encuentra un lector intérprete (y se convierte en patrimo- nio cultural cuando encuentra una comunidad de lectores intérpretes). Por eso es tan singular la tarea de un editor: no solamente debe producir un objeto tan cuidado ..¥ acabado como sea posible, sino tener concien- cia de que tal objeto, por mas cuidado y acaba- 2 do que sea, sera siempre incompleto si no en- ‘cuentra “el otro”, "los otros” que le darén comple- tud. Ese “otro” (esos “otros") deben ser lectores. “Los editores de las proximas décadas van @ concentrarse en producir libros para el 20% de la poblacién mundial? Van a retomar la antigua tradicién de la lectura eltista, contraria a la idea della alfabetizacién necesaria para la democracia? @Podemos pedirles ~quién puede pedirles~ que contribuyan a la completud de sus productos, o sea, a la produccién de lectores? La situacién actual es grave, pero es interesan- te porque estamos en momentos de profundos cambios en la definicién de la materialidad mis- sma del objeto “libro”. Algunos nos anuncian una nueva democracia via Internet mientras que otros se anticipan a organizar prematuros funera- les al objeto “libro”, ese que tiene textura y olor, ese “de came y hueso” con el que aprendimos a convivir durante siglos. En este tema, nos alerta Roger Chartier, hay. que hacer un esfuerzo para ubicarnos “entre el discurso ut6pico y la nostalgia del pasado”. Es fé- cil, demasiado facil, hacer el elogio de los nuevos soportes electrénicos del texto impreso; es ficil (casi banal) aplicar el calificativo “democratico” a tuna nueva tecnologia. Veamos un ejemplo em- blemético. Durante décadas eminentes investiga- dores sostuvieron que el sistema alfabetico de es- critura estaba ligado a la democracia, por ser el més simple, perfecto, scientific and easy to use. Esa 23

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