Consideraciones acerca del concepto de flexibilidad:

el hogar como sistema emergente1

Agatángelo Soler Montellano

Profesor ayudante doctor, Departamento de Composición Arquitectónica,
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid,
Universidad Politécnica de Madrid (ETSAM, UPM), Madrid, España

El cambio es impredecible. Aún así, su planteamiento como una

cuestión que puede abordarse en términos de diseño —a través de
la forma, estructura o programa— ha cautivado históricamente
a arquitectos y diseñadores. En su investigación sobre vivienda
colectiva, Agatángelo Soler esboza los significados cambiantes del
concepto de flexibilidad en el discurso arquitectónico y las estrategias
de diseño formuladas a lo largo del siglo XX para introducir (y
debatir) la posibilidad de cambio en el interior doméstico.

Palabras clave:
Adaptabilidad, domesticidad, programas, historia, condiciones de cambio

U no de los principales problemas que acompaña desde hace

décadas el estudio y la práctica del diseño de viviendas
flexibles es la falta de consenso acerca de lo que significa
la flexibilidad. Según distintos autores, la flexibilidad puede ser
entendida como la capacidad de cambiar la forma de los espacios de
la casa; la indeterminación funcional del espacio; la posibilidad de
variar la superficie de la vivienda; o incluso como la posibilidad de
insertar y extraer viviendas modulares prefabricadas en estructu-
ras estandarizadas. Todos estos tipos de viviendas aparecen en la
literatura bajo nombres distintos: flexibles, adaptables, evolutivas,
abiertas, polivalentes, versátiles, elásticas, soft-spaces, etc. Sin em-
bargo, estos términos se utilizan a veces como sinónimos y otras con
distintos significados y matices, de manera que, según las épocas y
los autores, encontramos definiciones contradictorias.
La aproximación al problema no ha sido tradicionalmente fá-
cil2, porque la flexibilidad es un concepto equívoco y poco intuitivo
cuando se aplica a la arquitectura3. Aunque no es objeto de este
texto discutir el origen de la palabra flexibilidad dentro del ámbito
de la arquitectura, cabe apuntar que Adrian Forty (2000:142) sitúa
la generalización de su uso a inicios de la década de 19504. El uso
de la palabra flexibilidad comenzó antes5, pero ésta no alcanzó
la condición de una cualidad arquitectónica reconocida hasta
mediados de siglo6.
Principales corrientes conceptuales y arquetipos
de vivienda flexible
Según los datos recogidos en el desarrollo de este estudio7, existen
tres corrientes principales que estudian la flexibilidad desde
perspectivas opuestas. Por una parte, se asocia la flexibilidad con
la posibilidad de establecer escenarios domésticos transformables
mediante la introducción de elementos móviles: puertas deslizan-
tes, mesas plegables, camas encastrables, armarios rodantes, etc.
Esta idea de la flexibilidad está muy ligada a la idea maquinista
de la casa como contenedor de actividades y también al existenz-
minimum moderno, porque sirve para densificar el espacio de una
vivienda convencional; conseguir que una serie de usos perfec-
tamente definidos a priori puedan superponerse a lo largo del día
en una superficie reducida. Los ejemplos de esta tendencia son
numerosos y muy célebres, desde la famosísima casa diseñada
en 1924 por Gerrit Rietveld y Truus Schröder en Utrecht [Fig. 01]
al microapartamento hongkonés construido en 2009 por Gary
Chang, en el que el habitante debe transformar su habitación
sucesivamente para poder dormir, comer, asearse o trabajar
(Koolhaas 2014:74).
La segunda corriente conceptual entiende la flexibilidad como
la capacidad natural de un espacio de albergar distintos usos, sin
necesidad de que para ello deba cambiar de forma. La flexibilidad
así entendida hace referencia a la polivalencia de los espacios de la
casa y no al cambio de su forma. Esta interpretación de la flexibili-
dad es opuesta a la anterior y surge como reacción a la estandariza-
ción del tipo de vivienda funcionalista que predomina actualmente
en el mercado, pensado para una familia nuclear y compuesto por
espacios jerarquizados de uso específico —cuarto de estar, dormi-
torio principal, dormitorios individuales—. Esta corriente hunde
sus raíces en tipos premodernos, por ejemplo en las viviendas de
planta neutra, compuestas por una serie de espacios de tamaño y
características similares. Una interpretación contemporánea de la
misma idea es el proyecto de viviendas sociales en Cornellà, de los
arquitectos Peris y Toral, del año 2021 [Figs. 02, 03].
Finalmente, existe una corriente de autores que ligan la
flexibilidad con la idea de la casa como una caja de contenido
indeterminado, definido a posteriori y diseñado a medida por el

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 01· Planta superior de la Casa Schröder, de Gerrit Rietveld y Truus Schröder
(Utrecht, 1924), con los tabiques desplegados (arriba) y plegados (abajo). /
Upper floor of the Schröder House, by Gerrit Rietveld and Truus Schröder
(Utrecht, 1924), with the partitions unfolded (above), and folded (below).
Fuente / Source: Martín Hernández, Manuel. La casa en la arquitectura
moderna. (Barcelona: Reverté, 2014), 313.

02· Peris y Toral, viviendas sociales en Cornellà de Llobregat (Barcelona, 2021).

Axonométrica. / Peris and Toral, social housing in Cornellà de Llobregat
(Barcelona, 2021). Axonometric drawing. © Peris+Toral Arquitectes.

03· Peris y Toral, viviendas sociales en Cornellà de Llobregat (Barcelona,

2021). Unidad de vivienda. / Peris and Toral, social housing in Cornellà
de Llobregat (Barcelona, 2021). Housing unit. Fuente / Source:
Peris+Toral Arquitectes.

04· Planta de las viviendas en Montereau-Surville, de los hermanos

Arsène-Henry, 1971 (Periañez y Routon, 1972). / Floor plan of the houses
in Montereau-Surville, by the Arsène-Henry brothers, 1971 (Periañez
and Routon, 1972).

05· Ejemplos de configuración de dos viviendas flexibles en Les

Marelles, de Kohn y Maurios (Herrou et al., 1975). / Examples of
configuration of two flexible dwellings in Les Marelles, by Kohn and
Maurios (Herrou et al., 1975).

01

85 Viviendas sociales en Cornellà, Barcelona / 85 Social housing in Cornellà, Barcelona

Peris + Toral Arquitectes
02

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usuario. Ejemplos típicos de estas propuestas son las viviendas de
planta abierta o lofts, y proyectos en los que el arquitecto tomaba
el rol de asesor de un usuario que podía distribuir la planta
de su casa a su gusto gracias al montaje de particiones ligeras
sobre una superficie modulada al efecto. Algunos casos son el
edificio de viviendas protegidas realizado en Montereau-Survi-
lle por los hermanos Arsène-Henry entre 1969 y 1971 [Fig. 04] y
Les Marelles, proyecto realizado por Kohn y Maurios en Yerres,
también en Francia, entre 1971 y 19758 [Fig. 05]. En el extremo de
esta corriente encontramos propuestas en las que las viviendas
son unidades modulares, autónomas y prefabricadas, insertables
en estructuras fijas estandarizadas. Se trata por ejemplo de la
teoría de soportes de Habraken y el movimiento Open Building,
que han dirigido su trabajo al replanteamiento de los procesos de
construcción, las políticas de creación de viviendas y los procesos
de actuación a nivel urbano9.
De las definiciones estudiadas, y las corrientes conceptuales en
las que se ordenan, podemos extraer los siguientes cuatro arqueti-
pos de vivienda:
1. La vivienda funcionalista convencional, cuya forma y la fun-
ción de sus espacios está fijada por las normas constructivas y las
directrices del mercado;
2. la vivienda de espacios transformables por medio de elementos
móviles;
3. la vivienda de planta libre, como un contenedor de espacio
indeterminado definido a posteriori por el usuario;
4. la vivienda de planta neutra, constituida por espacios poliva-
lentes no jerarquizados funcionalmente.
Por supuesto, se trata de modelos genéricos que son en la práctica
complementarios y no necesariamente excluyentes. Los proyectos
reales no suelen ajustarse por completo a un arquetipo, sino que
comparten en mayor o menor medida características propias de
los distintos enfoques teóricos. Por ejemplo, proyectos convencio-
nales de vivienda que, sin dejar de seguir fielmente las directrices
funcionalistas dictadas por la normativa, contienen elementos
concretos que aumentan la polivalencia de alguno de sus espacios
o que permiten cambiar puntualmente su forma.
Principales ejes de debate en torno a la flexibilidad
Al ordenar cronológicamente el contenido de las definiciones
extraídas de la bibliografía se observa de manera general una
evolución en la interpretación de la idea de flexibilidad. Mientras
que en los primeros años prima la visión de la flexibilidad como
una cualidad física de la arquitectura que permite el cambio
de forma o de uso de un espacio, en los últimos años tiende a
abordarse la cuestión desde un punto de vista más abstracto: la
flexibilidad como un margen indeterminado de libertad para los
habitantes de la casa. La diferencia es importante, porque des-
plaza el interés de la cuestión desde una perspectiva puramente
formal y autónoma de la arquitectura a una perspectiva más
social, no centrada sólo en la arquitectura, sino en la relación que
las personas establecen con ella.
Al hilo de esta evolución, el debate teórico se ha centrado prin-
cipalmente en los siguientes ejes: la flexibilidad como herramienta
a favor o en contra del funcionalismo, y como la cesión de poder al
usuario al definir y organizar el espacio doméstico.
Flexibilidad a favor y en contra del funcionalismo
El planteamiento de la flexibilidad como una cualidad puramen-
te física de la arquitectura suele relacionarse con la concepción
maquinista del habitar propia del movimiento moderno: la casa
como un escenario dinámico, cambiante, donde una serie de
8 113 | santiago, chile
actividades predefinidas se suceden cíclicamente en el mismo
espacio a lo largo del día y la noche. Schneider y Till (2005:157-166)
explicaban que la flexibilidad así entendida coincide con prin-
cipios propios de la modernidad, como la concepción industria-
lizada de la construcción a través de la prefabricación, y con el
interés por nuevos modos de habitar, es decir, con la superación
de los modelos sociales tradicionales. El programa moderno
contemplaba la vivienda bajo la estética del taylorismo (Murard y
Zylberman, 1978:384-390), de tal modo que buscó catalogar todas
las actividades y necesidades que los usuarios pudiesen tener
dentro de sus viviendas —“descomponer la intimidad en una serie
de usos objetivos” (Léger, 2012:53)— y diseñar estas de acuerdo
con ese registro infalible.
Adrian Forty (2000:142-148) consideraba que la flexibilidad
desarrollada bajo el signo del maquinismo no intenta dotar de una
mayor libertad de organización a los individuos, sino lo contrario:
extender el control que el arquitecto ejerce sobre el proyecto a lo
largo del tiempo. Forty estableció así una diferencia fundamental
entre la flexibilidad entendida como un arma en pro del funciona-
lismo, con la que el arquitecto se presenta como un dictador que
controla el uso de la vivienda más allá del momento de entrega de
las llaves, y la flexibilidad entendida como un modelo de inde-
terminación programática, con la que el arquitecto pasa a un
segundo plano como un simple intérprete. En los últimos treinta
años esta interpretación antifuncionalista de la flexibilidad ha ad-
quirido continuidad y las definiciones se han hecho más amplias,
menos precisas, y tienden a incluir a los usuarios en ellas.
Sin embargo, la identificación de la flexibilidad como una pro-
piedad que se ejerce a favor o en contra del funcionalismo puede
situar el debate en unos términos temporales inapropiados, ya que
podría darse por sentado que la flexibilidad profuncionalista es
cosa del movimiento moderno y la antifuncionalista es un desa-
rrollo posterior, y no es necesariamente así. Tomemos por ejemplo
el proyecto de Mies van der Rohe en la Weissenhofsiedlung de
Stuttgart (1927), el más prestigioso escaparate de la modernidad
en la época. Las viviendas se plantearon allí como contenedores
vacíos donde cada familia podía organizar el espacio de su vida
privada según su voluntad [Fig. 06]. El propio Mies explicaba
que “si sólo la cocina y el baño son fijos, debido a sus sistemas
específicos de instalaciones, y el resto de la superficie habitable
se divide con tabiques móviles, entonces todas las demandas
espaciales de los diversos tipos de usuarios podrían ser cubiertas”
(Neumeyer, 1994:263). Las viviendas de Mies son el ejemplo de que
la flexibilidad en la época moderna no está necesariamente ligada
a motivaciones funcionalistas.
Viviendas hard, viviendas soft
Influidos por Adrian Forty, Schneider y Till (2007:6-8) han pro-
puesto las categorías hard y soft aplicadas tanto al uso del espacio
como al sistema tecnológico con el que este se produce. Así, hard
use hace referencia a espacios que se habitan estrictamente en la
manera dispuesta por el arquitecto y soft use a espacios más inde-
terminados donde el arquitecto cede su control y su organización
a lo largo del tiempo a los usuarios (Till, 2014:51-53). Por su parte,
hard technologies serían aquellos sistemas constructivos específica-
mente planteados para conseguir flexibilidad, mientras que soft
technologies serían aquellos con los que la flexibilidad surge de una
manera más natural, no dependiente de un marco constructivo
concreto, diseñado al efecto. En la práctica, sin embargo, resulta
muy difícil marcar un límite entre el grado de softness o hardness de
una vivienda, colocar un proyecto a un lado u otro de la línea que
separa filiaciones anti y profuncionalistas.
Un ejemplo concreto de esta dificultad es el proyecto de vi-
viendas de Aranguren y Gallegos en el distrito de Carabanchel en
 06

06· Mies van der Rohe, viviendas en Stuttgart (1927). Todas las

viviendas se distribuyeron de manera diferente para mostrar las
posibilidades de la planta. / Mies van der Rohe, housing in Stuttgart
(1927). All the houses were distributed differently to show the possibilities
of the floor plan. Fuente / Source: Bau und wohnung. (Stuttgart: Akad.
verlag Dr. Fr. Wedekind, 1927), 79.

07· Plantas de las viviendas de Aranguren y Gallegos en Carabanchel,

2004 (Soler Montellano, 2022). / Floor plans of the houses by Aranguren
and Gallegos in Carabanchel, 2004 (Soler Montellano, 2022).

08· Interior de las viviendas de Aranguren y Gallegos en Carabanchel,

2004. / Interior of the houses by Aranguren and Gallegos in
Carabanchel, 2004. © Eduardo Sánchez López.

09· Interior de las viviendas de Aranguren y Gallegos en Carabanchel,

2004. / Interior of the houses by Aranguren and Gallegos in
Carabanchel, 2004. © Eduardo Sánchez López.

10· Tipos de vivienda polivalente en la Casa de las Flores de Secundino

Zuazo, 1931. / Types of multipurpose housing within Casa de las Flores, by
Secundino Zuazo, 1931. Fuente / Source: Milla, Mira y Navarro arquitectos.

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Madrid (Aranguren y Gallegos, 2004:232-247) [Figs. 07-09]. Según
los enfoques de Forty y Till, este proyecto podría considerarse, res-
pectivamente, profuncionalista y hard, ya que se construye a partir
de condiciones constructivas desarrolladas ad-hoc para conseguir
una variabilidad espacial controlada y establecer unas rutinas de
uso en ciclos día-noche. Sin embargo, el estudio realizado (Soler
Montellano, 2022) sobre los modos de ocupación del edificio mues-
tra que el proyecto ha producido procesos de autoorganización do-
méstica y comportamientos a priori inesperados. Lo significativo es
que estos comportamientos inesperados, propios de una estrategia
soft, se han producido precisamente gracias a la introducción de
estrategias hard por parte de los arquitectos. Así pues, los resulta-
dos de este trabajo rebaten no sólo la intuitividad de las categorías
soft y hard, sino también su valor práctico.
Sobre la idea de indeterminación en la vivienda
El entendimiento de la flexibilidad como un arma determinista
ha sido criticado por arquitectos como Herman Hertzberger y Rem
Koolhaas. Este último señalaba que “la arquitectura moderna se
basa en una coincidencia determinista entre la forma y el progra-
ma, cuyo objetivo es un inventario literal de todos los detalles de la
vida diaria”, y que sin embargo “la flexibilidad no es la anticipa-
ción exhaustiva de todos los cambios posibles. Muchos cambios
son impredecibles. [...] La flexibilidad es la creación de un amplio
margen que permita diferentes e incluso opuestas interpretacio-
nes y usos” (Koolhaas y Mau, 1995:239-240)10.
La llamada en contra del funcionalismo y la invitación a que
los arquitectos renuncien a distribuir un programa en la vivienda
podría sugerir la idea de que un espacio indeterminado, sin atri-
butos, es la solución natural al problema de la flexibilidad. Rem
Koolhaas explica que la compartimentación de la casa es una his-
toria de ida y vuelta, dependiente de la evolución de las estructuras
sociales y familiares, de los sistemas constructivos disponibles y
del precio del suelo urbano. Desde las casas primitivas compues-
tas por un único espacio hasta las configuraciones más complejas
formadas por “cajas dentro de cajas”, los distintos tipos domésticos
han variado según las ideas de privacidad, intimidad, sexualidad
e igualdad de cada comunidad, y según la importancia que en cada
momento ha tenido el individuo sobre el grupo (o viceversa) para
repartir el espacio del hogar (Koolhaas 2014:3).
Sin embargo, la búsqueda de la indeterminación es paradójica
cuando el trabajo del arquitecto es precisamente definir el espacio,
acotarlo y darle forma. La idea de la vivienda como un contenedor
sin atributos no era aceptable para Herman Hertzberger, quien
clamó contra la flexibilidad así entendida al considerar que un
proyecto basado en la indeterminación del espacio
[...] consiste en la ausencia de identidad, en otras palabras, la falta de
características distintivas [...] la flexibilidad significa —dado que no
hay una solución concreta preferible a las demás— la negación abso-
luta de una posición clara y fija. La planta flexible parte del convenci-
miento de que la solución correcta no existe, porque el problema que
requiere solución está en un permanente estado de flujo, es decir,
que siempre es temporal (Hertzberger, 2009:146-149)11.
Según el holandés, la flexibilidad que se consigue con la inde-
terminación de un contenedor doméstico no puede proveer la
mejor casa posible para cada situación dada, sino que representa
el conjunto de todas las soluciones inapropiadas para el problema
del habitar.
Frente a la planta flexible, entendida como una planta abierta
indeterminada —el tercer arquetipo expuesto al final del apartado
2—, Hertzberger proponía una vivienda compuesta por una serie de
habitaciones polivalentes, es decir, una planta donde la indetermi-
12 113 | santiago, chile
nación se ha atomizado en espacios de características similares —el
cuarto arquetipo—. Un ejemplo clásico de esta idea es la madrileña
Casa de las Flores, del arquitecto Secundino Zuazo12 [Fig. 10].
Esquema de síntesis del estado de la cuestión
Las dos líneas de debate presentadas aquí —la flexibilidad como
herramienta a favor o en contra del funcionalismo y la flexibilidad
como la cesión de poder al usuario a la hora de definir y organizar
el espacio doméstico—, junto con los cuatro principales arquetipos
de vivienda flexible destilados de los principales tratados sobre el
tema, conforman el principal corpus teórico que se maneja hoy en
día en el ámbito de la vivienda flexible. Para conseguir una visión
integral del estado de la cuestión, podemos sintetizar los elemen-
tos del discurso en un diagrama cartesiano [Fig. 11]. Al colocar las
líneas de discusión teórica en los ejes de abscisas (x) y ordenadas
(y), podemos situar en cada cuadrante los cuatro modelos funda-
mentales de vivienda colectiva.
El hogar como sistema emergente
He señalado anteriormente que existe una evolución en el signi-
ficado de la flexibilidad, que ha pasado de ser una cualidad física
sencilla —la posibilidad de cambiar la forma de un espacio de la
casa, por ejemplo— a ser entendida también como una cualidad
social de la vivienda —la creación de un margen indeterminado
de libertad para los usuarios—. Podemos culminar este desplaza-
miento conceptual integrando completamente a los habitantes de
la casa bajo el foco del problema. Para ello, debemos considerar
que, al hablar de flexibilidad, el objeto de estudio no es la vivienda,
sino el hogar, es decir, el sistema formado por los espacios de la
vivienda y el grupo de personas que en ella habitan13.
Mientras que la vivienda es un sistema sencillo de elementos
físicos, perfectamente delimitado y mensurable, sobre el que el
arquitecto ejerce un control absoluto, el hogar encaja con lo que
en el área de estudios urbanos se define como “sistemas comple-
jos duales” (Portugali, 2016:3-19; Hoblyk y Suprun, 2016:111-116)14.
Estos sistemas no sólo están formados por los elementos materiales
propios de un sistema sencillo, sino por elementos humanos, cuya
interacción —entre sí y con los elementos materiales— produce
dinámicas inesperadas y procesos espontáneos de autoorganiza-
ción. Cada usuario miembro del hogar está dotado de su propia
memoria, intenciones, expectativas y contradicciones, tiene
capacidad de decisión y por tanto de cambiar el sistema. Como sis-
tema artificial complejo, el hogar se ve afectado por la interacción
entre los elementos arquitectónicos y humanos que lo forman; y al
mismo tiempo, las dinámicas del hogar afectan al comportamien-
to de estos agentes. Este proceso, que Portugali llama “causalidad
circular”, convierte el hogar en un sistema dinámico de resultados
difícilmente predecibles, sometido a procesos emergentes.
La idea de la emergencia es útil para explicar los procesos
de cambio en el hogar. La emergencia puede explicarse como
la capacidad de un sistema ordenado por un conjunto de reglas
sencillas de adquirir de manera espontánea y autónoma una
organización con un nivel de complejidad mayor (Gibb, Hendry y
Lancaster, 2019). El concepto se utiliza actualmente para explicar
variados modelos de comportamiento colectivo animal, humano
e informático: colonias de hormigas, bandadas de pájaros, redes
sociales y también ciudades (Johnson, 2003). Se ha utilizado
también el término emergencia para describir el desarrollo
urbano (Mumford, 2012:53)15. Y aparte del urbanismo, la idea de
los sistemas emergentes se ha utilizado hasta ahora en el terreno
de la arquitectura para explicar nuevas tendencias en el diseño
morfogenético de estructuras y nuevos materiales de cons-
trucción (Hensel, Menges y Weinstock, 2004). La aplicación del
concepto de la emergencia al campo del hogar es nueva, pero al
mismo tiempo muy útil para condensar con sencillez y coherencia
las propiedades que rigen la interacción entre los arquitectos, la
vivienda y los usuarios.
Un hogar tiene un comportamiento emergente a partir de
un conjunto limitado de reglas —las disposiciones del proyecto
arquitectónico y las normas de aplicación— cuando el grupo de
habitantes que forman parte de él cambia o se organiza espon-
táneamente de manera propia dando lugar a nuevas formas de
disponer y utilizar el espacio. El sistema cobra entonces un nivel
de complejidad mayor del previsto originalmente por el arquitec-
to, lo que supone una reestructuración de las relaciones entre los
elementos que lo componen: los espacios y los miembros del hogar.
La emergencia se produce frecuentemente en el ámbito doméstico,
gracias a factores culturales, sociales, y laborales; y por supuesto
también factores familiares como los cambios en la composición
del grupo y en las relaciones entre sus miembros, que se suceden
inexorablemente a través del tiempo. Los sucesos emergentes
son inevitables en la vida de la casa, así como en la historia de un
grupo humano16.
El sistema establecido de diseño, construcción y acceso a la
vivienda social está definido por una serie de procesos top-down, o
de arriba a abajo, en los que una serie de directivas políticas, eco-
nómicas y técnicas define con precisión los espacios para la vida
de los usuarios. Por otra parte, la vida cotidiana y la evolución de
los hogares responden a transformaciones espontáneas y procesos
de autoorganización de tipo bottom-up, fenómenos emergentes
que producen a lo largo del tiempo transformaciones en el uso y la
forma de la vivienda. Los primeros son necesarios para asegurar
la habitabilidad de las viviendas y regular el crecimiento de las
ciudades. Los segundos son, sencillamente, inevitables. Y entre
ambos procesos, la flexibilidad como herramienta mediadora
entre la arquitectura y las personas.
Conclusión: de qué hablamos cuando hablamos
de flexibilidad
El marco conceptual [Fig. 12] dibujado a lo largo de este texto nos
ayuda a entender cuál es el sustrato común de las diferentes defi-
niciones e interpretaciones que existen en la bibliografía en torno
a la idea de la flexibilidad en la arquitectura, y específicamente
en el ámbito de la vivienda colectiva. Se trata de la necesidad de
mediar entre el proceso técnico de definición y producción de las
viviendas, y los procesos emergentes de organización doméstica.
La idea del hogar como sistema emergente explica la evolución
conceptual de la flexibilidad y es coherente con la tendencia de los
autores a considerar las ventajas de cierta indeterminación en el
espacio doméstico y de la cesión de poder a los usuarios. Nos per-
mite encontrar puntos de contacto entre las diversas definiciones
y términos presentes en la bibliografía —flexibilidad, polivalencia,
adaptabilidad, evolutividad, transformabilidad, elasticidad, etc.—,
que han sido el germen de este estudio, y que hablan de cambios
de forma y uso del espacio en las diferentes escalas de la arquitec-
tura. El comportamiento emergente del hogar es la idea a la que
apuntan, por ejemplo, Koolhaas cuando habla de la flexibilidad
como un margen para absorber acontecimientos sobrevenidos en
la vida de la casa; Forty cuando habla de flexibilidad no-funciona-
lista; Schneider y Till cuando hablan de arquitecturas soft y hard;
y Hertzberger cuando rechaza la vivienda de planta abierta como
solución universal y reclama la necesidad de definir espacios para
un habitar sujeto a cambios.
La idea de la emergencia nos permite coser la dispersión con-
ceptual de la flexibilidad existente hoy en la arquitectura y unificar
su significado, de manera general, como la capacidad de la arqui-
tectura de asimilar los procesos emergentes en el hogar.
14 113 | santiago, chile
Notas
1. Este artículo forma parte de una investigación más amplia acerca de la flexibili-
dad en la vivienda social en España (Soler Montellano, 2015a, 2015b, 2022).
2. Kevin Lynch (1984:68) ya señalaba que, a pesar de lo extendido de su uso, el
significado de la palabra flexibilidad no está claro y que nadie sabe exactamente
cómo conseguirla.
3. Tanto, que también se ha utilizado la palabra flexibilidad para designar propie-
dades arquitectónicas ajenas a las que tienen que ver con los procesos de trans-
formación del espacio. Por ejemplo, Giedion llama “planta flexible” a la planta
barroca inspirada por el movimiento y la forma ondulada, y pone como ejemplos
las iglesias de Sant’Ivo alla Sapienza de Francesco Borromini y la de San Lorenzo
de Turín, de Guarino Guarini (Giedion, 2009).
4. Walter Gropius (cit. en Forty, 2000:142) fue uno de los primeros en emplear la
palabra flexible: «El arquitecto debería concebir edificios no como monumentos,
sino como recipientes del discurrir de la vida a la que tienen que servir, y que esta
concepción debería ser suficientemente flexible para crear una base adecuada
que absorba las contingencias de la vida moderna». Por su parte, ni Mies van der
Rohe ni Le Corbusier utilizaron un término específico para describir la adapta-
bilidad de sus proyectos en la Weissenhofsiedlung de Stuttgart, hoy considerados
modelos pioneros de vivienda flexible.
5. El propio Forty alude a un pasaje de 1925 en el que el crítico J.G. Wattjes emplea el
término al describir la Casa Schröder de Gerrit Rietveld.
6. Xavier González (1998:4) apoyaba esta idea: «Si la transformación de la arquitec-
tura ha existido a lo largo del tiempo, su reconocimiento, en tanto que campo dis-
ciplinar en el interior del dominio de la arquitectura, en tanto que cosa mentale,
no ha llegado más que al principio de los años sesenta».
7. Las definiciones de flexibilidad en las que se basa este estudio incluyen referen-
cias publicadas desde 1968 hasta la actualidad, de autores como Paolo Portoghesi,
Manuel Periañez, Rem Koolhaas, John Habraken, Gustau Gili Galfetti y Jeremy
Till, entre otros. En Soler Montellano (2015b:28-35) aparecen todas recogidas y
ordenadas según su fecha, su contenido y su dispersión conceptual. En el pre-
sente texto se discute su evolución y su relación con los principales ejes de debate
existentes en torno a la idea de la flexibilidad en la vivienda.
8. En ambos edificios se realizaron durante la década de 1970 dos interesantes
evaluaciones posocupación que muestran la opinión de los usuarios y cómo confi-
guraron sus viviendas, cada una de ellas de manera diferente (Periañez y Routon,
1972; Herrou et al.,1975).
9. Una influencia inevitable de este tipo de aproximación es el Plan Obús de Le
Corbusier en Argel, con su estructura de tipo botellero. Y una interpretación
relativamente reciente es el proyecto de viviendas de los arquitectos Allford Hall
Monaghan Morris en Raines Court, Londres, del año 2003.
10. Traducción propia del original en inglés.
11. Traducción propia del original en inglés.
12. La Casa de las Flores ha sido objeto de una evaluación posocupación que muestra
cómo se habitan y cómo han cambiado a lo largo del tiempo (Soler Montellano,
2015a).
13. “El hogar está formado por todas aquellas personas que habitan bajo un mismo
techo” (Leal, 1995:22). Esta definición explica el hogar como un espacio que está de-
limitado por el contorno de una superficie y habitado por unas personas concretas.
Por su parte, el diccionario de la RAE otorga al término hogar el significado de casa
como lugar físico y también el de familia o grupo de personas que viven juntas.
14. Juval Portugali es profesor en el área de Complexity Theories of Cities (CTC). La
definición de los sistemas complejos duales, que él desarrolla sobre los estudios
urbanos, es perfectamente aplicable a la escala del hogar.
15. En 1961, Lewis Mumford (2012:53) escribió: “La ciudad fue un sistema emergente
definido en la comunidad paleoneolítica, en el sentido en que Lloyd Morgan
y William Morton Wheeler usaron el concepto de emergencia. En la evolución
emergente, la introducción de un nuevo factor no sólo se suma a la masa exis-
tente, sino que produce un cambio total, una nueva configuración que altera sus
propiedades. Las potencialidades que no podían reconocerse en el estadio pree-
mergente —como la posibilidad de que la vida orgánica se desarrollara a partir de
materia ‘muerta’ relativamente estable y no organizada—, se vuelven evidentes
por primera vez en ese momento”.
16. N. J. Habraken llama configuraciones vivas a los conjuntos de elementos que es-
tán bajo el control de un agente. Por ejemplo, los objetos dentro de una casa que
están bajo el control de un habitante o el tejido urbano que está bajo el control
del municipio. Son las transformaciones de estas configuraciones las que mues-
tran si están vivas o no, es decir, las que muestran que hay un agente que ejerce
control sobre ellas. La transformación de una casa es inherente a la existencia de
un usuario o una familia de usuarios (Habraken, 1998:18).
 Más participación del usuario / Higher user participation
Y
Arquetipo 3 Arquetipo 2
Alta participación del usuario Alta participación del usuario
Baja definición funcional Alta definición funcional
Viviendas de planta abierta, lofts Vivienda flexible sujeta a cambios de
Menos definición funcional / Lower functional definition
Espacios a definir por el usuario forma, espacios configurables por

Más definición funcional / Higher functional definition

elementos móviles
Archetype 3 Archetype 2
High user participation High user participation
Low functional definition High functional definition
Open-plan dwellings, lofts Flexible housing subject to changes in form,
Spaces to be defined by the user spaces configurable by mobile elements.

X
Arquetipo 4 Arquetipo 1
Baja participación del usuario Baja participación del usuario
Baja definición funcionalista Alta definición funcionalista
Vivienda de espacios polivalentes, Vivienda tipo convencional,
no jerarquizados o de planta neutra espacios jerarquizados predefinidos
funcionalmente
Archetype 4 Archetype 1
Low user participation Low user participation
Low functional definition High functional definition
Housing with multipurpose spaces, Conventional housing type,
non-hierarchical or neutral floor plan functionally predefined hierarchical spaces

Menos participación del usuario / Lower user participation

11· Arquetipos de vivienda flexible, esquema de síntesis. / Archetypes of flexible housing, synthesis scheme.

Comportamiento estable
Stable behavior
Sistema Hogar
Vivienda + Usuarios Marco conceptual de la flexibilidad / Conceptual framework of flexibility
Home System Cambios predefinidos en el proyecto
Viviendas flexibles, adaptables, polivalentes, etc.
Housing + Users
Changes predefined by the project
Comportamiento emergente Flexible, adaptable, versatile housing, etc.
Emergent behavior Asumibles
Márgenes de indeterminación formal / funcional
Assumable
Cambios no predefinidos en el proyecto Formal / functional margins of indeterminacy
Changes not predefined by the project

No asumibles
Incompatibilidad entre la vivienda y las necesidades de los usuarios
Not assumable
Incompatibility between housing and user needs

12· Marco conceptual de la flexibilidad, esquema de síntesis. / Conceptual framework of flexibility, synthesis scheme.

soler | condiciones de cambio · conditions for change 15

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Agatángelo Soler Montellano

<agatangelo.soler@upm.es>

Arquitecto, Universidad de Granada, 2005. Doctor en Arquitectura,

Universidad Politécnica de Madrid, 2016. Especializado en la
arquitectura de vivienda, ha formado parte de varios proyectos
financiados de investigación, ha publicado en revistas académicas de
prestigio y ha realizado estancias de investigación en París (ENSAPB y
CNRS). Ha trabajado como redactor de la revista Arquitectura Viva, como
arquitecto independiente y como colaborador en los estudios de Rafael
Moneo y Rafael de La-Hoz. Desde 2018 es profesor en el Departamento
de Composición Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de
Madrid (ETSAM, UPM).

16 113 | santiago, chile