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Multiculturalismo y la Política del Reconocimiento

José Carlos: Hoy vamos a hablar sobre la lectura de Charles Taylor: Multiculturalismo y la Política del
Reconocimiento. Charles Taylor es un filósofo que nació en Quebec, Canadá que hablaba sobre cómo su
identidad era diferente por ser francófono y no anglosajón, sintiéndose parte de una minoría. Razón por
la que decidió escribir este libro. Él quería hablar como ciertos grupos podían sentirse inferiores ante
una mayoría que los domina.

Fernanda: Hay corrientes de la política contemporánea que giran sobre la exigencia de reconocimiento
porque estas impulsan a movimientos nacionalistas. La exigencia aparece en grupos minoritarios, el
feminismo y lo que hoy en día se denomina multiculturalismo. Para estos grupos el reconocimiento es
urgente ya que el reconocimiento les da identidad.

José Carlos: La identidad diseña quién es alguien y sus características definitorias como ser humano.
Nuestra identidad se moldea a partir del reconocimiento o falta de este. Los que tienen un
reconocimiento falso de su identidad sufren daños como desprecio y opresión. La solución es librarse de
la identidad impuesta y destructiva. Para esto se necesita el reconocimiento debido.

Fernanda: De aquí proviene el discurso de reconocimiento e identidad. Por una parte, este fue
provocado por el desplome de jerarquías sociales. Esto elimino la base de honor que existía en su
momento. El honor era el reconocimiento que alguien tenía en la sociedad y para que existiera los
demás no lo podían tener. Por lo tanto, el honor se repartía desigualmente. Por otro lado, está la nueva
interpretación de la identidad individua

José Carlos: La identidad individualizada dice que “Mi identidad es MIA y yo la descubro”. Rousseau dice
que la moral es como una voz dentro de nosotros. La voz puede ser ahogada si empezamos a depender
de los demás. Herder dice que no puedo imitar a nadie más, si no pierdo de vista que es para mí ser
humano. Por eso, todos tenemos originalidad y algo único que decir.

Fernanda: Gracias a que nos comprendernos individualmente, podemos expresar nuestra identidad por
medio de lenguajes. Pero esto es aprendido por medio de los demás. Por eso es dicho que la identidad
es quienes somos y de dónde venimos y la gente forma parte de ella. Gracias a esto entendemos que la
identidad se genera a través del reconocimiento y que por lo tanto mi identidad depende de mis
relaciones de dialogo.

José Carlos: En el plano intimo podemos ver que la identidad se forma por medio del dialogo con otras
personas, pero que hay que otorgar límites ya que la gente puede afectar a nuestra identidad
individualizada. Por otro lado, en el plano social, el dialogo abierto ha hecho que la política de
reconocimiento sea importante. Pero sus orígenes se remontan en la política de dignidad igualitaria.

Fernanda: Este concepto dicta que la identidad se ve afectada por aquellos que ejercen un poder
político. Esto te vuelve un esclavo de por vida ya que deseas obtener una buena opinión, para obtener
honor, para subir de categoría y, por lo tanto, apoyas a la desigualdad en poder. Según Hegel, solo
podemos florecer en la medida que se nos reconoce. Por lo tanto, mientras más triunfe más reconocido
querré se.

José Carlos: La Política de Dignidad Igualitaria propone que hay que encontrar reconocimiento
reciproco. Rousseau dice que hay tres factores indispensables para eliminar el honor. Estos son: libertad,
ausencia de roles diferentes y propósito común. Sin embargo, el margen que hay entre vivir con estos
dos términos es muy estrecho y el propósito común provoca tiranía al ser homogeinizante.

Fernanda: La Política de Dignidad Igualitaria dio pie a la política del universalismo que decreta que todos
tienen los mismos derechos humanos y son iguales ante la ley, y está a favor de la dignidad igualitaria, y
el de la política de la diferencia que dice que cada uno debe ser reconocido por su identidad única, y que
va en contra de la dignidad igualitaria.

José Carlos: La diferencia entre estas dos es que la primera evita la discriminación, pero no hay
originalidad y la segunda pide tratamiento diferencial, pero por lo tanto no todos somos iguales. Una ve
por el reconocimiento mientras que otra por la identidad. La similitud es que ambas políticas tienen un
potencial universal ya que todos compartimos la dignidad en la primera y todos podemos definir nuestra
identidad en la segunda.

Fernanda: Como dijimos previamente, la política de dignidad igualitaria es percibida como


homogeneizadora. Esto significa que no respeta la identidad individualizada de cada persona. Por lo
tanto, el liberalismo ha intentado mantener derechos igualitarios como en la política del universalismo y
al mismo tiempo otorgar reconocimiento limitado a identidades culturales como en la política de
diferencias.

José Carlos: El reconocimiento limitado que se le puede otorgar a un grupo minoritario consta de
imponer metas colectivas que ponen restricciones a toda la población, con el fin de mantener la
identidad de estos sectores. Sin embargo, muchos se oponen a ser parte de esto, lo que hace que
cuestionemos a qué medida debería llegar nuestro compromiso moral y cómo podemos llegar a un
balance entre estas dos posturas.

Fernanda: Según Dworkin, hay dos tipos de compromiso moral: el sustantivo dice que todos tenemos
opiniones distintas sobre que es la vida buena. Este tipo de compromiso moral dicta que tanto yo como
los demás nos tenemos que esforzar por alcanzar nuestro concepto de la vida buena. Por otro lado, el
procesal dice que todos tenemos que tratarnos de manera equitativa, sin importar nuestros intereses.

José Carlos: Según la política, una sociedad liberal es aquella que adopta la posición procesal. Sin
embargo, los que están a favor de la meta colectiva optan por adoptar una opinión sustantiva sin que
llegue a afectar a aquellos que no comparten el mismo significado de lo que es la buena vida. Entonces
estos grupos pueden existir mientras no violen los derechos fundamentales y respeten la diversidad.

Fernanda: Este tipo de liberalismo, considerado como ciego, deja un gran problema en la sociedad; que
es el punto con el que empezamos la presentación: este ayuda a que todas las culturas coexistan. ¿pero
qué hay de malo con esto? Para poder coexistir el liberalismo decreta que hay que tener una distinción
entre lo privado o público en temas separados por el liberalismo como religión y política.

José Carlos: Sin embargo, en culturas como el islam, la perspectiva de la política y religión no han
progresado de la manera que en la sociedad liberal de Occidente. Por lo tanto, este tipo de liberalismo
no tiene completa neutralidad cultural y cada vez las ciudades se vuelvan aún más multiculturales, o sea
que hay convivencia de varias culturas en una misma región.

Fernanda: El defecto de la multiculturalidad es que provoca que las sociedades se vuelvan más porosas
dando entrada a migración y a que las culturas se esparzan y algunas de ellas terminen por ser
marginadas. Por lo tanto, el multiculturalismo hace que algunas culturas lleguen a imponer sobre otras,
y que aquellas que son sometidas a un cambio terminen por tener un reconocimiento inferior.

José Carlos: Para finalizar esta problemática, para evitar la explotación de injusticias solo hay una
solución: dar a reconocer el valor de los grupos minoritarios, como lo son los francófonos en Canadá, las
mujeres en sociedades patriarcales y étnicas en regiones racistas, por medio de la educación para dar
mayor reconocimiento a estos sectores dentro de la sociedad.

Fernanda: Como conclusión, el libro de Charles Taylor nos da a entender la importancia de que grupos
étnicos y multiculturales que forman parte de la minoría dentro de los países no sean reconocidos de
manera falsa o errónea para evitar la discriminación y ayudar a que su identidad prevalezca. Muchas
gracias por escuchar esta presentación y esperamos que haya sido provechoso para ustedes.

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