Professional Documents
Culture Documents
Hidrología
Unidad 3
Escorrentía. Caudales.
Ciencias Ambientales
Medellín
2022
Glosario Unidad 3
1. Acuífero:
Depósito subterráneo de agua.
2. Acuífero confinado:
Acuífero contenido entre dos capas subterráneas impermeables y sometido a una
presión mayor que la presión atmosférica.
3. Acuífero libre:
Acuífero limitado solamente por una capa impermeable inferior y sometido, en la parte
superior, a la presión atmosférica dentro del suelo permeable.
4. Caudal:
Volumen de agua que atraviesa una sección transversal de una corriente en la unidad de
tiempo.
5. Caudal base:
Flujo de agua de una corriente natural que proviene exclusivamente del agua
subterránea.
7. Curva de calibración:
Gráfica que representa el caudal de una corriente en función de la altura del nivel del
agua.
10. Escorrentía:
Movimiento del agua sobre la superficie del terreno, en las corrientes o dentro del
subsuelo.
11. Hidrograma:
Gráfica que representa el nivel del agua de la corriente en función del tiempo para una
sección transversal determinada. También puede representar el caudal en función del
tiempo.
13. Infiltración:
Paso del agua desde la superficie hacia el interior de la tierra.
14. Limnígrafo:
Instrumento que mide el nivel del agua en una corriente de manera continua en el
tiempo.
15. Limnímetro:
Instrumento que mide el nivel del agua en una corriente en un momento determinado.
16. Maxímetro:
Instrumento que mide el nivel máximo de una corriente en un período de tiempo.
17. Mira:
Véase limnímetro.
Aprenderemos que el movimiento del agua subterránea no termina allí, pues continúa
penetrando hacia capas inferiores del terreno para almacenarse en los depósitos subterráneos
llamados acuíferos. El agua que escurre por las corrientes o que se almacena en el subsuelo
constituye la fuente directa más utilizada del agua como recurso natural; por lo tanto,
estudiaremos el concepto del caudal, como el volumen de agua que escurre por un lugar
determinado en la unidad de tiempo. Además, aprenderemos cómo medir los caudales y cómo
interpretar esas mediciones para propósitos de evaluación y control de inundaciones y para la
planeación del suministro de agua.
1. TEMA:
Concepto de caudal.
En esta sección retomamos el concepto de caudal de escorrentía, el cual habíamos
introducido en la primera unidad.
Una manera sencilla e intuitiva para entender el concepto de caudal consiste en tomar un
recipiente que tenga calibrados los volúmenes y ponerlo a llenar en la poceta de la cocina
de la casa, midiendo el tiempo de llenado con un cronómetro. El cociente entre el volumen
de agua en el recipiente y el tiempo que tardó en acumularse es el caudal de ese llenado.
La Figura 1, muestra un esquema del movimiento del agua en una corriente natural, un
arroyo o un río, y nos ilustra el concepto de caudal que acabamos de definir. Supongamos
que el agua se desplaza desde la sección AB hasta la sección A’B’ de la figura, en un tiempo
t. Si el área de la sección transversal es S, entonces el volumen de agua contenido entre las
secciones AB y A’B’ es aproximadamente:
Figura 1. Esquema del movimiento del agua en el cauce de una corriente. Concepto del caudal de la corriente.
Fuente: Dibujo de Luis Fernando Múnera L.
V=S*l (3-1)
Q=V/t (3-2)
La velocidad media del agua entre las dos secciones es:
v=l/t (3-3)
Q=S*v (3-4)
El caudal es, entonces, igual al producto de la velocidad promedia, v, con que se mueve el
agua entre ambas secciones, y la superficie S de la sección AB. Este concepto tiene gran
importancia práctica en hidrología, en particular, es la base del método para medir los
caudales en una corriente, tal como lo veremos en esta unidad.
Según lo discutido en el análisis del ciclo hidrológico (ver tema en la unidad 1 y OVA del
ciclo hidrológico), el caudal de un arroyo, una quebrada o un río está compuesto por la
escorrentía superficial de la precipitación, el flujo subsuperficial, el flujo subterráneo desde
el acuífero y la precipitación caída en el canal. En las zonas donde no haya un acuífero que
alimente la corriente, ocurre el fenómeno contrario, es decir, parte del agua que escurre
por el cauce se infiltra en el terreno, y debe descontarse del caudal que fluye.
Existe una relación directa entre el nivel del agua y el caudal de la corriente, pues si el nivel
del agua sube, la sección transversal aumenta su área y, en consecuencia, el caudal que
fluye también aumenta. El caudal de la corriente y el nivel del agua aumentan si ocurre
precipitación en la zona o si los acuíferos descargan más agua en ella. Por el contrario, si
durante cierto tiempo no ocurre precipitación en la zona y el acuífero no mantiene una
descarga suficiente, entonces el nivel del agua descenderá en el cauce.
2. TEMA:
Hidrograma, limnímetros, maxímetros, limnígrafos.
Si se grafica el nivel del agua de la corriente en función del tiempo para una sección
transversal determinada, se obtiene la curva llamada hidrograma. La Figura 2 muestra la
configuración general de un hidrograma.
Figura 2. Hidrograma
Fuente: (Gribbin, 2017, p. 192)
La parte inferior del hidrograma se conoce como caudal base, que corresponde al flujo
remanente en el cauce proveniente de aguaceros anteriores y de los aportes de los
acuíferos subterráneos. En principio, el caudal base disminuye con el tiempo, a menos que
el acuífero tenga una alta capacidad de aporte de agua. Es el tramo AB de la figura. Cuando
se ha presentado un aguacero en la cuenca y el agua empieza a escurrir sobre el terreno, la
curva del caudal base empieza a aumentar lentamente, como producto de los aportes
iniciales de la escorrentía superficial. Esta fase de la curva se conoce como el tiempo de
concentración, tramo AC en la figura 2. Cuando el volumen de escorrentía proveniente del
aguacero se concentra en la corriente, entonces la curva del hidrograma empieza a
ascender más rápidamente. Esta porción de la curva se conoce como la rama ascendente
del hidrograma, tramo CD en la Figura 2. El punto más alto de la curva, punto D, se conoce
como cresta, caudal pico o caudal máximo de la crecida. A partir de ahí, el nivel y el caudal
empiezan a descender, lo cual significa que el efecto de la lluvia empieza a disminuir. Este
tramo de la gráfica se conoce como curva de recesión o de descenso. Su duración
usualmente es mucho más larga que la de la curva de ascenso, pues la escorrentía residual
en los terrenos vecinos al cauce se mantiene. Es el tramo DE en la curva.
La forma más sencilla de medir el nivel del agua en una sección del río es instalar en la
orilla una regla vertical, graduada con las unidades de medición, usualmente centímetros.
Este tipo de regla recibe el nombre de mira o limnímetro. Esta clase de instrumento tiene
también la ventaja de ser muy económico, pero tiene el inconveniente de que requiere
leerse visualmente en cada momento. Por ejemplo, para construir un hidrograma, sería
necesario que el operador de la estación permanezca en el lugar durante todo el tiempo
de la ocurrencia del evento de crecida. Por esta razón, el limnímetro es más usado para
registrar el nivel del agua en una o varias horas determinadas de cada día, con lo cual
después puede estimarse el caudal promedio del día.
La mira o limnímetro no tiene una aplicación práctica para determinar los caudales pico,
pues el operador de la estación tendría que estar observando permanentemente la
variación del nivel. Existen aparatos de bajo costo para identificar el nivel máximo de una
crecida, lo cual da una idea confiable del pico. Se conocen como maxímetros. Las clases
más comunes son los que tienen un flotador que sube con la crecida, pero no puede
descender cuando el agua baja. Otro método son pinturas solubles o virutas de corcho que
dejan en la mira la marca del nivel máximo alcanzado. En estos casos, la mira debe
limpiarse después de leída.
Para obtener un registro continuo de los niveles del agua en la corriente y determinar los
hidrogramas de las crecidas se utiliza el limnígrafo. El sistema de registro más usual
consiste en una hoja de papel montada sobre un cilindro que rota impulsado por un
sistema de relojería. Una plumilla, accionada por un flotador va dejando marcada sobre
hoja la gráfica que representa el nivel del agua en función del tiempo. El flotador se coloca
sobre el agua dentro de un tanque de aquietamiento de la corriente, para evitar
distorsiones por el oleaje.
Figura 3. Esquema de un limnígrafo Elaboración IU Digital de Antioquia
• Otra condición fundamental es que en los tramos del cauce de la corriente aguas
arriba y aguas abajo del sitio, el flujo del agua sea uniforme, es decir, que las líneas de
corriente sean tan rectilíneas y paralelas como sea posible, para evitar turbulencias
que afecten la velocidad de la corriente; un limnígrafo no debe instalarse en las curvas
del río o en zonas de saltos ni remolinos.
• La tercera condición, tanto o más importante que las anteriores, es que la sección
transversal del río sea estable, que no tenga posibilidad de modificarse tanto a lo
ancho como en lo profundo, es decir que tenga ninguna o poca posibilidad de
erosionarse o de sedimentarse; la mejor manera de garantizar esta condición es que la
sección transversal seleccionada esté localizada sobre roca firme, lo cual se comprueba
observando las características del canal del río en sus orillas y en su base. Usualmente,
es deseable tener un afloramiento de dicha roca en algún lugar cercano abajo de la
sección seleccionada.
Una vez seleccionado el sitio para instalar la estación limnigráfica se procede a hacer el
levantamiento batimétrico de la línea del fondo de la misma. Esta información es básica
para estimar el área de la sección transversal para diferentes posiciones del nivel del agua,
como se explica más adelante en esta sección.
Ninguna de las franjas deberá tener más del 10 % de la descarga total. La distribución
vertical de la velocidad del agua se ajusta aproximadamente a una parábola, con el vértice
en el fondo, donde la velocidad es cero y con un máximo de velocidad cerca de la
superficie. Ver Figura 6.
Se ha encontrado que la velocidad media en cada franja corresponde al promedio de las
velocidades medidas a 0,20 y 0,80 veces la profundidad total. Si es difícil hacer las dos
mediciones por franja, también puede realizarse una sola a una profundidad de 0,6 la
profundidad total. El sondeo para determinar estas profundidades se hace con el mismo
cable del que cuelga el correntómetro. Debe tenerse en cuenta que, si la velocidad en el
sitio es alta, entonces la corriente arrastrará el correntómetro hacia aguas abajo y el cable
se inclinará, lo cual obliga a ponerle lastres muy pesados o corregir la profundidad con esa
inclinación. Usualmente, a lo ancho de la sección de medida, debe instalarse un puente, o
colgar una canasta de un cable (aparejo llamado tarabita), para que el operador maneje
desde allí el correntómetro.
Una vez realizadas todas las mediciones descritas, se multiplica la velocidad media por el
área de cada franja, obteniendo el caudal que pasa por Esta. La suma de todos estos
caudales constituye el caudal total de la corriente para el nivel correspondiente. De
tenerse total claridad de que esta medición es puntual y que corresponde al nivel que
tenía la corriente en el momento de realizarla.
En vista de que el caudal es mayor para niveles más altos y es menor para niveles más
bajos de la corriente, este ejercicio debe repetirse cuando el nivel del río se encuentre en
varias posiciones que representen bien el rango de caudales que puede traer el río en ese
lugar. El conjunto de datos que así se obtiene ya no es puntual, sino que corresponde al
comportamiento del caudal para los diferentes niveles de la corriente. Con esta
información puede construirse la gráfica de caudal en función de la altura, dicha gráfica se
conoce como la curva de calibración de la sección del río. Esta curva de calibración es el
instrumento fundamental para la medición de los caudales, pues bastará con identificar el
nivel para encontrar el caudal. La Figura 7 muestra una curva de calibración típica.
Los límites de la cuenca se determinan por la topografía del terreno. Para ello, se requieren
mapas topográficos detallados; es decir, mapas de escalas bajas con curvas de nivel a
distancias cortas. La cartografía general de Colombia la maneja el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, IGAC. La carta o mapa general del país tiene una escala 1:25.000, con
curvas de nivel cada 25 y 50 metros verticales. Este mapa permite una visión general de los
territorios, pero es poco útil para estudios hidrológicos detallados en zonas específicas. En
determinadas regiones del país, el IGAC produce mapas con escalas de 1:10.000 y curvas
de nivel cada diez metros verticales, y de 1:5.000 y curvas de nivel cada cinco metros
verticales. Estos mapas permiten un mejor detalle para la delimitación de las cuencas. Si
para la zona del estudio no se dispone de cartografía detallada, es necesario ordenar su
levantamiento.
• Se recomienda destacar en el mapa con una línea gruesa el cauce del río entre esos
dos puntos extremos. Una observación simple de las curvas de nivel muestra que la
cota o altura de estas aumenta paulatinamente desde el cauce principal hacia sus dos
costados. Si al alejarse del cauce, las curvas de nivel se muestran cóncavas, significa
que por esa zona hay una depresión que seguramente corresponde a una corriente
secundaria que es afluente de la corriente en estudio.
• El mapa debe mostrar con una línea la presencia de ese afluente. Esta información es
fundamental para determinar la posición de la línea divisoria de la cuenca, pues esta
línea se encuentra cerca de los nacimientos de esas corrientes secundarias. Donde el
mapa señale corrientes que no se dirigen hacia el cauce de la corriente en estudio, es
claro que esas zonas no corresponden a la cuenca de drenaje de la corriente. Una
observación atenta del mapa mostrará los camellones o filos que separan esas dos
zonas, y es por ahí por dónde va la línea divisoria de aguas de la cuenca.
Linsley et al. (1977), enuncian y analizan las principales características físicas de la cuenca
que influyen en los procesos hidrológicos:
• Densidad de drenaje:
Se define como el cociente entre la longitud total de los canales de todos los cauces de
la cuenca y el área total de Esta. Una densidad alta refleja una cuenca muy bien
drenada, que debe responder relativamente rápido al influjo de la precipitación. Una
cuenca con baja densidad de drenaje debe tener una respuesta más lenta.
• Forma de la cuenca:
Las formas más comunes de las cuencas son las alargadas, las acorazonadas (con forma
de pera) y las lobuladas. La forma de la cuenca está muy relacionada con el orden del
cauce.
• Planicies de inundación:
El valle adyacente al canal de la corriente se conoce como planicie de inundación, pues
el río se sale del cauce e invade esos terrenos durante las crecidas. Este fenómeno no
solamente es natural sino, también, conveniente para el régimen hidráulico del río, pues
permite almacenar transitoriamente el agua de la crecida, para regular el flujo y
disminuir el pico de inundación aguas abajo.
5. TEMA:
Flujo superficial. Retención.
En esta sección analizaremos el comportamiento inicial del agua que cae en la cuenca
durante un aguacero y su desplazamiento hacia el cauce, donde se producirá el
correspondiente hidrograma de crecida. Este análisis es necesario para comprender la
relación entre precipitación y escorrentía, que se estudiará más adelante.
Durante la primera parte de una tormenta, la mayoría de la lluvia que cae queda retenida
en la cuenca. Linsley et al. (1997).
La primera parte de la lluvia que cae en una tormenta se deposita en la cobertura vegetal,
como intercepción, y en las depresiones del terreno, como almacenamiento superficial. A
medida que continúa la precipitación, la superficie del suelo se cubre de una capa delgada
de agua, conocida como detención superficial, y el flujo comienza pendiente abajo hacia el
canal superficial de la corriente. Parte de esta agua así retenida se evaporará por efecto
del viento y del sol y no llegará a la corriente.
Otra porción del agua se retiene en pozos, zanjas y depresiones mayores del terreno, y se
conoce como almacenamiento de depresión. Esta agua tiene gran tendencia a infiltrarse
en el terreno y; por tanto, tampoco aporta directamente al hidrograma de crecida.
Una vez se han colmado todas esas fuentes de retención del agua en la superficie, empieza
realmente el flujo del agua hacia el cauce de la corriente. Esta retención es importante,
además, porque reduce la velocidad de la escorrentía superficial y disminuye el pico del
hidrograma en el río.
El agua que infiltra cumple, inicialmente, la función de aumentar la humedad del suelo en
las capas superiores, lo cual es importante para las plantas, que tienen sus raíces en esas
zonas. La tasa de infiltración disminuye a medida que avanza la tormenta, debido a que
esos espacios intersticiales y capilares de las capas superiores del terreno se van
saturando. Poco a poco, el agua infiltrada se mueve en dos direcciones, una es el flujo
subsuperficial, parte de la cual puede volver a la superficie como escorrentía, y la otra es la
percolación profunda, que consiste en el movimiento hacia las capas más internas del
terreno, hasta llegar finalmente a los acuíferos y recargarlos.
De ellos tal vez el más importante es el tipo de suelo. Normalmente las capas superiores
del subsuelo están formadas por suelos orgánicos, es decir, suelos provenientes del
terreno natural mezclados con materia orgánica. Los suelos orgánicos tienden a ser
bastante permeables, pues tienen mayores espacios intersticiales y canales internos más
definidos. La permeabilidad de los suelos provenientes del terreno natural depende de la
clase de suelo. Los suelos de grano muy fino, como las arcillas y los limos compactados son
altamente impermeables y en ellos prácticamente no hay infiltración. Los limos no
compactados o mezclados con granos de mayor tamaño, como porciones de arena o
fragmentos pequeños de rocas, tienen mejor permeabilidad. Obviamente las arenas y las
gravas tienen la mayor permeabilidad.
La permeabilidad del suelo puede medirse con el infiltrómetro. Un infiltrómetro es un tubo
o algún otro recipiente vertical que encierra el agua en sus costados y solamente deje
abierto el fondo. El diámetro del fondo de un infiltrómetro varía desde unos treinta
centímetros hasta varios metros. Inicialmente, los ensayos de infiltración se hacían
inundando el tubo o el recipiente. Esta práctica ya no se aplica pues la altura de la película
de agua sobre la tierra, funciona como carga hidráulica y es un factor determinante de la
velocidad de infiltración. Por esta razón, se utiliza la aspersión controlada de agua dentro
del recipiente y se mide la cantidad máxima de agua que es capaz de penetrar el terreno
en una unidad de tiempo.
Como este método puede ser poco representativo de la infiltración en toda la extensión de
la cuenca, la mejor manera de medir la infiltración real son los balances hídricos que
consideran la totalidad de la lluvia caída, las pérdidas por evapotranspiración y la
escorrentía final. Dice Linsley et al. (1977): “Se han realizado intentos para obtener datos
de infiltración a partir de la lluvia y la escorrentía en cuencas pequeños con suelos
homogéneos. Se han presentado métodos para obtener de ellas las capacidades de
infiltración ‘equivalentes’ para cuencas heterogéneas.” (p. 215)
7. TEMA:
Relaciones entre lluvia y escorrentía.
Linsley et al. (1977), analiza el ciclo de escorrentía producido por un aguacero de larga
duración en una cuenca.
El excedente de agua que se infiltra más allá de la humedad que retiene el suelo se
convierte en agua subterránea cuando alcanza el acuífero subterráneo. Contrario a lo que
ocurre con las porciones anteriores, esta aumenta con el avance del tiempo.
Parte del agua subterránea infiltrada fluye por el subsuelo hacia la corriente, a manera de
flujo subsuperficial. Este también aumenta a medida que el aguacero avanza.
Una pequeña porción del aguacero cae directamente sobre el cauce del río, se convierte
directamente en escorrentía, y es constante durante el aguacero. Lo muestra la franja más
alta de la gráfica.
El resto del volumen del agua precipitada escurre sobre el terreno hacia el cauce y se
convierte en la escorrentía superficial. Esta porción es la responsable del mayor aumento
del caudal en el río como efecto del aguacero. De hecho, y tal como se observa en la
gráfica, su volumen es creciente con el tiempo mientras dure el aguacero. Solamente
empezará a disminuir después de terminada la tormenta.
Este análisis del ciclo de la escorrentía se vuelve más complejo cuando se aplica al caso real
de una lluvia cuya intensidad va cambiando en el tiempo de su duración, o que cae sobre
una porción determinada de la cuenca y no en toda su superficie. También debería tenerse
en cuenta que las condiciones físicas de la cuenca que originan cada una de las fases
previas a la escorrentía varían de un lugar a otro. Sin embargo, las ideas aquí expuestas
dan un concepto general de la manera como varían temporal y espacialmente los
fenómenos hidrológicos. De hecho, este análisis es la base para la construcción y operación
de modelos por computador que simulan el comportamiento hidrológico de una cuenca.
8. TEMA:
Hidrograma unitario.
El hidrograma unitario es un instrumento muy útil en el análisis de las relaciones lluvia-
escorrentía en una cuenca. El hidrograma unitario se define como la curva de crecida del
caudal que resulta de una lluvia efectiva unitaria. La lluvia efectiva unitaria se define como
la precipitación que cae sobre la superficie total de la cuenca, medida después de
descontar las pérdidas por retención superficial, evaporación y aumento de la humedad
del suelo. En el sistema inglés esa unidad es la pulgada de lluvia efectiva, en el sistema
internacional puede ser el centímetro o el milímetro de lluvia efectiva.
Se han propuesto métodos diferentes para construir el hidrograma unitario de una cuenca
específica, tales como los propuestos por Clark, por Snyder, por el Natural Reources
Consevation Service, NRCS, y el Soil Conservation Service, SCS (Gribbin, 2017). Para
formarnos una idea práctica, el objetivo es buscar en los registros hidrográficos de la
cuenca un hidrograma de crecida que provenga de una lluvia de intensidad constante y
que cubra la totalidad de la cuenca. Si es posible encontrarlo, se analiza la lluvia para
descontarle las pérdidas por retención, evaporación y humedad del suelo, para determinar
la magnitud efectiva total, y luego ajustar las ordenadas del hidrograma de tal forma que el
volumen total del agua escurrida sea equivalente a una unidad (un centímetro o un
milímetro) de lluvia efectiva.
3. El hidrograma resultante del exceso de precipitación mayor o menor que una unidad
(centímetro o milímetro) tiene ordenadas proporcionales a la profundidad del exceso
de precipitación. Este es el principio de proporcionalidad.
4. Se pueden combinar dos o más hidrogramas unitarios trazados en el mismo eje del
tiempo para formar uno resultante que tiene ordenadas iguales a la suma de las
ordenadas de los hidrogramas trazados en cada punto del eje de tiempo. Este es el
principio de superposición. (p. 196)
Es muy posible que una cuenca tenga hidrogramas unitarios diferentes correspondientes a
lluvias de igual intensidad, pero diferente duración, o de igual duración, pero diferente
intensidad. Si es posible identificar en los registros limnigráficos de la cuenca hidrogramas
de esta clase, puede repetirse el ejercicio aquí descrito para cada uno de ellos.
Como queda expuesto, el método del hidrograma unitario es muy útil para hacer análisis
rápidos de la relación lluvia-escorrentía de la cuenca.
9. TEMA:
Caudal medio diario, caudal mensual y estacional, caudal anual.
Los caudales medios de un río constituyen la información básica para los análisis
relacionados con el aprovechamiento del agua como un recurso natural.
Esos promedios se estiman para unidades de tiempo diferentes, cada una de las cuales
tiene su importancia y su utilidad particular. Veamos:
Los caudales promedios anuales hablan del total del agua disponible en el largo plazo, y
dan una idea de qué tan abundante o escaso es el recurso. Pero tiene la dificultad de que
el aprovechamiento real de esa cantidad de agua depende de cuánto se pueda captar en
los momentos en que se requiera para atender los consumos. El caudal promedio anual
depende de los caudales mínimos y de los caudales máximos que produzca la cuenca.
Usualmente, los caudales máximos tienen una alta probabilidad de ocurrir en momentos
en que la demanda es menor, y por lo tanto mucha parte de ellos se pierde en el cauce y
no puede aprovecharse.
Los caudales medios mensuales dan una información más adecuada para ese propósito,
puesto que representan el agua disponible en los meses más secos y en los meses más
húmedos. Para el propósito de saber la cantidad más real del agua disponible es necesario
considerar los caudales promedios de los meses secos.
Cuando el recurso hídrico se mira en esos horizontes anual y estacional, cobra importancia
considerar la posibilidad de construir embalses en los cuales se pueda almacenar el agua
excedente de los años o de las estaciones húmedos para utilizarla en los años y las
estaciones secos.
Para que este análisis tenga una buena confiabilidad se requiere una serie de caudales lo
suficientemente larga, en la cual hayan sido cubiertos años húmedos con caudales
grandes, y años muy secos con caudales pequeños. Sin embargo, debe considerarse que
por muy larga que sea la serie, existe la posibilidad de que en el futuro ocurran eventos
más extremos que los registrados en el pasado. Para el propósito de evaluar la
probabilidad de que el requerimiento del caudal se satisfaga es importante tener en
cuenta que en el futuro puedan ocurrir períodos de tiempo más secos, o sea que los
caudales mínimos sean menores que los registrados en el período para el cual se tiene
información.
Los datos de los caudales se disponen en orden descendente, utilizando intervalos de clase
que sean representativos del rango total de caudales medidos. Si N es el número total de
datos de que se dispone, y para una descarga Q determinada se tienen n eventos que la
igualan o la superan, la probabilidad de excedencia P de esa descarga puede estimarse
como:
n
P = ------- x 100 % (3-5)
N
Puesto que los eventos hidrológicos son altamente aleatorios, es difícil garantizar que el
caudal requerido pueda ser suministrado en el ciento por ciento de los casos (por ejemplo,
un acueducto, una central hidroeléctrica o un sistema de riego), valga decir todo el tiempo
o al menos un máximo de tiempo aceptable por los usuarios. Por lo tanto, la probabilidad
de excedencia estimada mediante la ecuación 3-5 puede interpretarse como una medida
de la confiabilidad de satisfacer el requerimiento de caudal en un momento determinado.
Sin embargo, en la práctica no se usa mucho debido a que el caudal promedio diario
puede estar formado por picos puntuales de caudales máximos que son más incidentes y
peligrosos en casos de inundación. Por esta razón, el análisis de probabilidad de caudales
máximos instantáneos se hace con métodos diferentes a este, a los cuales nos referiremos
en el siguiente tema.
Para este ejemplo utilizaremos una serie de datos hipotética (no es un caso real)
correspondiente a tres años de caudales promedios diarios. Utilizaremos una serie tan
pequeña con el propósito simple de ilustrar la construcción de la gráfica. Debemos
entender que en el análisis de un caso real de tres años de registros de caudales diarios
puede ser muy poco, pues hay una probabilidad muy alta de que se presenten eventos
más húmedos o más secos que sean mucho más extremos que estos.
La Tabla 1 ilustra el proceso de construcción de la curva. La columna 1 muestra los
intervalos de clase en que se ha dividido el rango de caudales diarios observados, que se
extiende entre un poco menos que 10 m3 / s y un poco más que 230 m3 / s. Las columnas 2,
3 y 4 muestran el número de eventos, es decir, el número de días, en que se tuvo un
caudal igual o mayor que el caudal respectivo. La columna 5 totaliza el número de esos
eventos para los tres años de registro. La columna 6 muestra el número total de eventos
acumulados en que el caudal promedio diario fue igualado o superado, el cual corresponde
a la variable n en la ecuación 3-5. En la columna 7 se muestra el cálculo de la probabilidad
de excedencia, según la ecuación 3-5, en la cual N = 3 x 365 días = 1.095 días.
Como explicamos antes, es necesario garantizar que el caudal requerido pueda ser
suministrado en el ciento por ciento de los casos, valga decir todo el tiempo, pero en la
realidad esa certeza no existe, porque los procesos hidrológicos son altamente aleatorios.
Por lo tanto, es necesario estimar la confiabilidad de satisfacer el requerimiento de caudal
en todo momento. La probabilidad de excedencia del caudal constituye una manera de
expresar esa confiabilidad.
Utilizando la información de la Tabla 1 y de la Figura 12, podemos decir que el caudal que
puede garantizarse con el 95 % de confiabilidad, en el caso de este ejemplo, es
aproximadamente de 50 m3 / s. Este grado de confiabilidad se considera aceptable en los
proyectos de aprovechamiento de recursos hídricos. Si el proyecto que se estudia
requiriese un caudal de 70 m3 / s, la probabilidad de su ocurrencia sería del 88 %. m3 / s, la
cual significaría una confiabilidad baja. Un caudal de 100 m3/s tendría una probabilidad
apenas del 68 %, aproximadamente, que sin duda constituye una confiabilidad muy baja.
En los dos últimos casos aquí mencionados, la probabilidad de no disponer del caudal es
del orden del 12 % en el primer caso y del 32 %, en el segundo.
Para que el análisis de probabilidades sea eficaz y produzca resultados útiles, se necesita
construir una serie de datos significativos, adecuados y precisos. Para el caso de los
caudales máximos instantáneos se entiende por datos significativos los picos registrados
por los Limnígrafos o por los maxímetros. El valor del caudal pico seleccionado como
evento de control se utiliza para diseñar los sistemas de protección contra su ocurrencia,
tales como diques, vertederos y canales de evacuación de crecidas, alcantarillados para
evacuación de aguas lluvias y otros similares.
La información debe ser adecuada, lo cual se refiere a que sea tomada de registros
obtenidos durante un tiempo largo. Si el período de registro disponible es muy corto, la
información puede no ser adecuada, ya que se ha observado en la práctica que los eventos
más extremos tienen baja probabilidad de ocurrencia, o, lo que es igual, suceden en
períodos más largos de tiempo. Si la serie disponible es corta, tiene alta posibilidad de no
incluir los eventos extremos que deben identificarse. Linsley et al. (1977) dice que para
análisis confiables de frecuencias de caudales instantáneos grandes no debe trabajarse con
series limnigráficas con menos de veinte años de duración.
Para que la información sea precisa se requiere que tanto el limnígrafo como su curva de
calibración de caudal contra altura tengan una precisión intrínseca aceptable. Esta
condición es necesaria, pero puede no ser suficiente. Nos referimos a que, si la cuenca de
drenaje aguas arriba de la estación limnigráfica ha sufrido cambios físicos importantes, la
información de crecidas puede no ser precisa, aunque esté bien tomada. En particular, si la
cuenca ha sufrido cambios importantes como la construcción de presas (cuyo embalse
disminuye el pico de las crecidas), o derivaciones de caudal hacia otras cuencas (que hacen
que el caudal medido sea menor al que se tenía antes), procesos de urbanización (el
pavimento y los techos de los edificios aumentan la velocidad de flujo y por lo tanto el pico
del caudal), o cambios de uso del suelo rural, entonces las series históricas de caudales
picos no deben utilizarse sin un ajuste previo para adaptarlas a las nuevas realidades físicas
de la cuenca.
Si el análisis busca eventos máximos con una probabilidad de ocurrencia muy baja, por
ejemplo, menores de 0,5 %, sólo debe trabajarse con series de caudales picos anuales en
las cuales se incluya solamente el caudal pico más grande de cada año de registro. Para
analizar eventos con mayor frecuencia de ocurrencia o cuando se disponga de pocos años
de registro, pueden utilizarse varios datos por año, seleccionando los dos o tres eventos
mayores de cada uno de estos.
m
p = -------- (3-6)
N+1
1
TR = ------ (3-7)
p
Observemos que el período de retorno se asocia con el promedio de años en que ese
evento de caudal pico puede ocurrir o ser excedido. Lo cual no significa que, si en un año
cualquiera se produce un caudal igual a ese, tendrá que esperarse un número de años igual
a Tr para que vuelva a repetirse. Debido a que los eventos hidrológicos son altamente
aleatorios, un caudal igual o superior a ese puede suceder pocos días, pocos meses o pocos
años después de ese evento, inclusive puede repetirse varias veces en los años siguientes.
No es posible estimar con buena confiabilidad los caudales máximos instantáneos con
períodos de retorno mucho más grandes que la longitud en años de la serie histórica que
se posea. En estos casos, que son altamente frecuentes, se recurre a ajustar la serie
histórica de caudales pico disponible a alguna distribución de probabilidades adecuada
para representar eventos extremos. Dos de esas distribuciones son la Gumbel y la Log
Pearson Tipo III. Una vez hecho este ajuste, puede estimarse la probabilidad de excedencia
de los caudales picos grandes, no registrados.
12. TEMA:
Caudal máximo probable.
Cuando hay un riesgo grande de pérdidas humanas o de daños y pérdidas económicas
catastróficas como, por ejemplo, por la rotura de una presa o por la pérdida de un sistema
de suministro de agua para una ciudad a causa de crecidas de caudal, es recomendable
diseñar las estructuras y demás sistemas de control para que resistan el caudal máximo
probable.
Estos análisis deben hacerse con la información de lluvias extremas reales registradas en la
cuenca, teniendo en cuenta eventos de máxima duración y de máxima intensidad. De
antemano no es posible asegurar que una lluvia de mayor duración con intensidad
intermedia produzca mayor o menor escorrentía que una lluvia con menor duración, pero
más intensa. Por ello el caudal debe analizarse con varias precipitaciones extremas.
En esta sección nos dedicaremos a analizar la selección del caudal de diseño para obras
hidráulicas relacionadas con los caudales máximos o caudales picos. Esas estructuras
hidráulicas cubren un amplio rango de obras, desde pequeñas canalizaciones
subterráneas que cruzan por debajo de carreteras secundarias (llamadas box culvert),
canalizaciones que cruzan debajo de grandes autopistas, canaletas de drenaje, diques en
zonas urbanas, sistemas de alcantarillados urbanos para aguas lluvias, sistemas de
drenaje de aeropuertos, canales de drenaje en distritos de riego, vertederos de presas
pequeñas, túneles de desviación para construcción de presas, y vertederos de presas
grandes.
El dato que se requiere para esas estructuras es el caudal de diseño, el cual depende del
período de retorno, o sea el tiempo promedio para el cual se requiere proteger el sistema
contra la posible inundación. En otras palabras, teniendo en cuenta que las obras de
protección son costosas, el análisis debe tener en cuenta el costo de los daños que
puedan suceder asociados con la probabilidad que tengan de ocurrir, contra el costo de la
estructura de protección.
PERÍODO DE RETORNO TR
TIPO DE ESTRUCTURA
Años
Drenaje de carreteras tráfico liviano 10
Drenaje de carreteras tráfico medio 25
Drenaje de carreteras tráfico pesado 50
Aeropuertos 5 a 50
Drenaje urbano 2 a 10
Diques 2 a 50
Canales de drenaje 5 a 50
Presas: La posibilidad de que una presa falle es crítica, catastrófica. Si el volumen de agua
almacenado en el embalse de la presa se libera súbitamente por una ruptura de la
estructura, produciría una avenida de caudal enorme que arrasaría con todo lo que
encuentre a su paso aguas abajo. Esto depende de la altura del agua almacenada en la
presa, más que del mismo volumen total de agua almacenado en el embalse. Destruiría
pueblos, viviendas, cultivos, carreteras y causaría muerte de personas y de animales. Un
evento de esta naturaleza es inaceptable y, por tanto, las presas deben protegerse contra
el caudal máximo probable que pueda llegar hasta ellas. Este caudal es el que se debe
seleccionar para el diseño del vertedero de excesos de la presa.
También es significativa por su relación con la humedad del suelo, de donde se nutren de
agua las plantas.
El agua que se infiltra desde la superficie del terreno hacia el subsuelo, penetra en la zona
vadosa y aporta a la humedad del suelo. El exceso del agua continúa su movimiento hacia
zonas más profundas, donde encuentra el depósito de agua subterránea, que se conoce
como acuífero. La superficie superior del acuífero constituye el nivel freático, donde la
presión en los poros del suelo es la misma presión atmosférica externa, y de allí hacia
abajo se presenta la presión hidrostática del agua.
Los acuíferos son la fuente del agua subterránea que fluye hacia las quebradas y ríos y les
suministran agua prácticamente en forma permanente, en especial durante los períodos
en que no hay lluvia. Los acuíferos, tanto libres como confinados, también son fuente de
agua aprovechable como recurso natural, que se extrae a través de pozos y mediante
bombeos.
Un acuífero que tiene nivel freático se conoce como acuífero libre. También hay acuíferos
confinados, atrapados entre dos estratos impermeables, uno inferior y otro superior.
Usualmente los acuíferos confinados aún en su capa superior tienen una presión mayor
que la atmosférica, pues usualmente están sometidos a carga hidráulica desde zonas más
altas.
Figura 12. Esquema del comportamiento del agua subterránea
Según Linsley et al. (1977) un acuífero es “una formación geológica que contiene agua y
que la transmite de un punto a otro en cantidades suficientes para permitir su
aprovechamiento” (p. 163). Hay formaciones geológicas similares que contienen agua,
pero no la transmiten con la velocidad y volumen suficientes para proveer un
abastecimiento significativo, caso en el cual reciben el nombre de acuicluso. También hay
formaciones que no poseen poros interconectados y, aunque almacenar agua, no tienen la
capacidad de transmitirla, y se conocen como acuífugo.
Para que un acuífero pueda transmitir agua, además de la condición de que tenga poros
interconectados, se necesita que el nivel freático tenga gradiente, es decir, pendiente
entre el lugar del destino del agua y las zonas vecinas alejadas de él. La razón es muy clara
y sencilla: si el nivel freático fuese horizontal, entonces la presión interna en todos los
puntos localizados a la misma profundidad sería constante, e igual a la presión atmosférica
más la presión hidrostática. En cambio, si en el sitio de descarga (el cauce de una corriente
o un pozo de bombeo) el nivel freático es menor que en los puntos más alejados, significa
que, entre los puntos que se encuentren a la misma altura, aquellos más alejados tendrán
más presión hidrostática que los cercanos a la descarga y entonces el agua será impelida a
moverse hacia la descarga.
La Figura 12 da una idea de cómo un acuífero transmite agua en las zonas cercanas a los
cauces mostrados y en el afloramiento de los manantiales.
El movimiento del agua subterránea en un acuífero se explica por la ley de Darcy, según la
cual la velocidad de flujo es proporcional al gradiente hidráulico del nivel freático, como lo
expresa la ecuación 3-8.
v=Ks (3-8)
Donde:
• v es la velocidad de flujo del agua subterránea.
• s es la pendiente del gradiente hidráulico, o sea s = dy / dx
• K es el coeficiente de permeabilidad del suelo, expresado en las mismas unidades de
velocidad que v.
v ql
K = -------- = ------------ (3-9)
s A h
En esta ecuación q es el caudal (volumen por unidad de tiempo) obtenido por la
infiltración, A es el área transversal de la muestra, l es su longitud y la pendiente s del
gradiente se estima como:
s = h / l
Esta estimación del coeficiente de permeabilidad es fácil de realizar y de comprender.
Tiene, sin embargo, dos limitaciones prácticas que pueden hacer poco confiables sus
resultados. Una de ellas es la dificultad de obtener la muestra del suelo en condiciones
realmente inalteradas. La segunda, es la poca representatividad que esa muestra puede
tener de las condiciones reales de toda la zona en estudio. Por esta razón, en la práctica se
prefiere estimar el coeficiente de permeabilidad K mediante ensayos de bombeo en el
campo, extrayendo agua de pozos perforados en el terreno y midiendo en ellos la
pendiente del gradiente, el caudal extraído y el área de flujo del agua cuando entra al
pozo.
15. TEMA:
Planicies de inundación.
Una porción muy importante de las cuencas hidrográficas es la planicie de inundación, la
zona vecina al cauce del río, donde este se expande cuando su caudal crece y sobrepasa las
orillas. Es frecuente y normal que durante el pico de una crecida el agua se salga del cauce
y se extienda por los terrenos vecinos. Esta invasión del agua constituye la inundación.
Ahora bien, contrario a lo que se piensa, este desbordamiento de los ríos durante las
crecidas es normal, necesario y conveniente para el régimen hidráulico de la corriente. De
hecho, los terrenos a donde el agua del río se expande durante una crecida reciben el
nombre de planicies de inundación.
Tanto debido al agua que se desborda como a la proximidad del acuífero, en esas planicies
de inundación se forman humedales, que son conjuntos de pequeñas lagunas y zonas
pantanosas que sirven refugio a plantas y animales y de almacenamiento transitorio al
agua desbordada. Cuando el agua se expande por las planicies de inundación, se produce
un efecto de amortiguación del pico de la crecida, pues el agua que transitoriamente es
almacena en esas zonas se demora en regresar al cauce de la corriente. En otras palabras,
las planicies de inundación y sus humedales le pertenecen al río, cumplen una función de
regulación hidráulica y deben respetarse, evitando ocuparlas con construcciones
permanentes tales como edificaciones y vías.
16. TEMA:
Estimación sintética de caudales de crecida.
Si se aplican los conceptos enunciados en las secciones anteriores, en particular en las
secciones de Relaciones entre lluvia y escorrentía, y en hidrograma unitario, puede
simularse o estimarse caudales a partir de las lluvias y de las condiciones físicas de la
cuenca. El resultado se conoce como caudales sintéticos, o caudales estimados. Esta
estimación es muy útil porque normalmente es más fácil obtener información de lluvias
máximas extremas que de caudales máximos extremos. La información de lluvias máxima
extremas, en su duración y en su intensidad, que corresponden a períodos de retorno
grandes, es útil porque a partir de ellas se pueden estimar los valores de caudales que no
es fácil obtener de los registros limnigráficos de que se dispone en la cuenca.
Por el contrario, cuando se pretende simular el flujo instantáneo producido por una
tormenta en particular, las incertidumbres relacionadas con la respuesta de la cuenca son
más inciertas. Paradójicamente, estos son los casos en que la simulación del proceso lluvia-
escorrentía es más útil, para mejor la información de las series de caudales máximos
instantáneos.
La actividad humana, que altera las condiciones del suelo y de la atmósfera, influye en los
procesos hidrológicos, geomorfológicos y climáticos de la Tierra. Las alteraciones en la
circulación atmosférica y el calentamiento global afectan directamente la precipitación, el
régimen fluvial, la magnitud y frecuencia de crecidas y sequías y la evapotranspiración,
afectando indirectamente la precipitación, las reservas de agua en el suelo, la escorrentía
y, finalmente, el caudal de los ríos. Todo ello tiene, finalmente, consecuencias en el
aprovechamiento de los recursos hídricos.
Es claro que los procesos ecológicos y sus alteraciones tienen enorme correlación con los
procesos hidrológicos.
Para finalizar el aprendizaje de esta unidad revisa el siguiente video:
Video
• Autor: The Musica & Ciencia
• Título: 03- Aguas Subterráneas y los Acuíferos
• URL: https://www.youtube.com/watch?v=FkgKroBwgBM
Has finalizado tu recorrido por la Unidad 3, en esta unidad aprendiste sobre caudales de
escorrentía, conociste el concepto de cuenca hidrográfica, la formación de los caudales, su
medición y análisis cuantitativo, así como la selección del caudal de diseño para las obras
hidráulicas y la evaluación de los impactos ambientales.
Así, hemos llegado al final del curso Hidrología, esperamos que los contenidos, los recursos
y las actividades aquí planteadas te hayan permitido adquirir un conocimiento básico,
comprensivo e integrado de los procesos del agua en la atmósfera, en el suelo y en el
subsuelo. Asimismo, esperamos que hayas conocido el alcance que tienen los usos del
agua como recurso natural y que comprendas su comportamiento en la atmósfera,
entendiendo y reconociendo los procesos de evaporación, humedad atmosférica,
transporte, condensación y precipitación, además de su medición y su análisis cuantitativo.
En general, esperamos que ahora comprendas un poco más la importancia del agua, su
comportamiento, su control, medición y sus usos en general para la vida de las especies en
la Tierra.
• Empresas Públicas de Medellín [EPM]. (1981). Monografía del río Medellín. Revista
Empresas Públicas de Medellín, 3 (3,4).
• Hardy, R., Wright, P., Gribbin J. y Kington, J. (1983). El libro del clima. Herman Blume
Ediciones.
• Figura 2. Hidrograma
Fuente Gribbin, 2017, página 192
Referente audiovisual.
• The Música & Ciencia. (2015, 20 de julio). 02- EL Ciclo Hidrológico. [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=FkgKroBwgBM