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Desarrollo de contenido

Hidrología

Unidad 3
Escorrentía. Caudales.

Ciencias Ambientales
Medellín
2022
Glosario Unidad 3
1. Acuífero:
Depósito subterráneo de agua.

2. Acuífero confinado:
Acuífero contenido entre dos capas subterráneas impermeables y sometido a una
presión mayor que la presión atmosférica.

3. Acuífero libre:
Acuífero limitado solamente por una capa impermeable inferior y sometido, en la parte
superior, a la presión atmosférica dentro del suelo permeable.

4. Caudal:
Volumen de agua que atraviesa una sección transversal de una corriente en la unidad de
tiempo.

5. Caudal base:
Flujo de agua de una corriente natural que proviene exclusivamente del agua
subterránea.

6. Caudal máximo probable:


Máximo caudal pico que puede ocurrir en una cuenca. Está asociado a la combinación
de la ocurrencia de la precipitación máxima probable y las condiciones de mayor
humedad posible en la cuenca hidrográfica.

7. Curva de calibración:
Gráfica que representa el caudal de una corriente en función de la altura del nivel del
agua.

8. Curva de duración de caudales:


Gráfica que representa la proporción de tiempo en el cual un caudal determinado en el
río es igualado o excedido. Permite estimar la frecuencia de ocurrencia de caudales
extremos, de inundación o de sequía.
9. Densidad de drenaje:
Cociente entre la longitud total de los canales de todos los cauces de la cuenca y el área
total de ésta. Permite estimar la rapidez con que una cuenca responde a un aguacero
para producir escorrentía.

10. Escorrentía:
Movimiento del agua sobre la superficie del terreno, en las corrientes o dentro del
subsuelo.

11. Hidrograma:
Gráfica que representa el nivel del agua de la corriente en función del tiempo para una
sección transversal determinada. También puede representar el caudal en función del
tiempo.

12. Hidrograma unitario:


Hidrograma calculado de forma sintética que representa el nivel del agua en función del
tiempo en una creciente producida por una lluvia de magnitud unitaria (un milímetro,
un centímetro o una pulgada).

13. Infiltración:
Paso del agua desde la superficie hacia el interior de la tierra.

14. Limnígrafo:
Instrumento que mide el nivel del agua en una corriente de manera continua en el
tiempo.

15. Limnímetro:
Instrumento que mide el nivel del agua en una corriente en un momento determinado.

16. Maxímetro:
Instrumento que mide el nivel máximo de una corriente en un período de tiempo.

17. Mira:
Véase limnímetro.

18. Nivel freático:


Superficie superior de un acuífero libre, donde la presión es igual a la presión
atmosférica.
19. Período de retorno de una crecida:
Promedio de años que transcurren, en el largo plazo, para que un caudal pico extremo
sea igualado o superado.

20. Planicie de inundación:


Valle o llanura adyacente al canal de la corriente, a donde el río se sale del cauce
durante las crecidas. Tiene importancia en la regulación de caudales, en la formación de
humedales y en la protección de la biodiversidad.

21. Presión hidrostática:


Presión dentro de un cuerpo de agua líquida en reposo.

22. Red de drenaje:


Conjunto de canales que forma el sistema de recolección de agua de escorrentía antes
de caer a la corriente principal de la cuenca hidrográfica.

23. Retención superficial:


Porción del agua caída durante la precipitación que queda detenida en la superficie del
suelo o en el follaje de la vegetación antes de que empiece a producirse la escorrentía
superficial.

24. Uso consuntivo:


Porción del agua tomada por las plantas desde el subsuelo que se asimila con los
nutrientes.

25. Zona vadosa:


Porción del subsuelo donde los poros no alcanzan la saturación de a gua y permanecen
sometidos a presión atmosférica.
Introducción a la Unidad 3:
Esta unidad te llevará a conocer el agua en el suelo y el subsuelo. Entenderás los procesos
hidrológicos que allí se producen, que en su mayoría nos son familiares, pues vemos cómo el
agua lluvia escurre sobre el terreno, es retenida por el follaje de las plantas o por las
depresiones del terreno, parte de ella se infiltra y el resto escurre sobre el suelo buscando los
cauces de corrientes cercanas. En cambio, menos familiares nos resultan los procesos
subterráneos que llevan el agua a percolar las capas superiores del terreno, humedeciendo el
suelo.

Aprenderemos que el movimiento del agua subterránea no termina allí, pues continúa
penetrando hacia capas inferiores del terreno para almacenarse en los depósitos subterráneos
llamados acuíferos. El agua que escurre por las corrientes o que se almacena en el subsuelo
constituye la fuente directa más utilizada del agua como recurso natural; por lo tanto,
estudiaremos el concepto del caudal, como el volumen de agua que escurre por un lugar
determinado en la unidad de tiempo. Además, aprenderemos cómo medir los caudales y cómo
interpretar esas mediciones para propósitos de evaluación y control de inundaciones y para la
planeación del suministro de agua.

Entenderemos cómo la magnitud y la duración de las crecidas del caudal dependen de la


duración y la intensidad de las tormentas. También, comprenderemos que es importante
incluir en los análisis la frecuencia con que los caudales picos pueden suceder, y conoceremos
el concepto del período de retorno, que es el número de años que transcurren en promedio en
el largo plazo entre la ocurrencia de un evento de crecida y otro que lo iguale o lo supere.
Asimismo, aprenderemos a estimar caudales de manera sintética y a seleccionar el caudal para
el diseño de obras civiles.

Deseamos que disfrutes este aprendizaje y lo desarrolles con éxito.


Resultados de aprendizaje:
Al finalizar el estudio de esta unidad, estarás en capacidad de:

• Adquirir un conocimiento básico y analítico de los caudales de escorrentía.


• Conocer y comprender el concepto de cuenca hidrográfica, la formación de los
caudales, su medición y análisis cuantitativo, la selección del caudal de diseño para las
obras hidráulicas y la evaluación de los impactos ambientales.

Cronograma de actividades de la unidad 3:


Actividad de aprendizaje Evidencia de aprendizaje Semana Ponderación
EA4. Análisis de artículo
AA3. Escorrentía. Caudal Semanas 7 28%
científico
Total 28%
Actividad de aprendizaje 3:
Escorrentía.Caudales.
Para cumplir con dichos objetivos se revisarán los siguientes temas:
1. Concepto de caudal
2. Hidrograma. Limnímetros. Maxímetros. Limnígrafos.
3. Medición del caudal. Curva de calibración
4. La cuenca hidrográfica. Parámetros geomorfológicos
5. Flujo superficial. Retención
6. Infiltración
7. Relaciones lluvia - escorrentía
8. Hidrograma unitario
9. Caudal medio diario. Caudal mensual y estacional. Caudal anual
10. Curva de duración de caudales
11. Análisis de frecuencia del caudal máximo instantáneo. Período de retorno
12. Caudal máximo probable
13. Caudal de diseño en obras hidráulicas
14. El agua subterránea. Acuíferos
15. Planicies de inundación
16. Estimación sintética de caudales de crecida
17. La Hidrología, los caudales y la Ecología

Al finalizar la unidad estarás en capacidad de analizar en un artículo científico uno o varios


asuntos relacionados con las fases del ciclo hidrológico que se producen en el suelo y el
subsuelo, como, por ejemplo, la retención superficial, la infiltración, la humedad del suelo, la
zona vadosa, el flujo subsuperficial, la percolación, el almacenamiento subterráneo (acuíferos),
el flujo subterráneo, la escorrentía fluvial, el agua superficial como recurso hídrico, el caudal,
las inundaciones.
Unidad 3:
Escorrentía. Caudales.

1. TEMA:
Concepto de caudal.
En esta sección retomamos el concepto de caudal de escorrentía, el cual habíamos
introducido en la primera unidad.

La escorrentía del agua sobre la superficie de la tierra o en el subsuelo se denomina caudal


y se define como el volumen de agua que se desplaza en una unidad de tiempo, y se mide
usualmente como metros cúbicos por segundo, m3 / s.

Una manera sencilla e intuitiva para entender el concepto de caudal consiste en tomar un
recipiente que tenga calibrados los volúmenes y ponerlo a llenar en la poceta de la cocina
de la casa, midiendo el tiempo de llenado con un cronómetro. El cociente entre el volumen
de agua en el recipiente y el tiempo que tardó en acumularse es el caudal de ese llenado.

La Figura 1, muestra un esquema del movimiento del agua en una corriente natural, un
arroyo o un río, y nos ilustra el concepto de caudal que acabamos de definir. Supongamos
que el agua se desplaza desde la sección AB hasta la sección A’B’ de la figura, en un tiempo
t. Si el área de la sección transversal es S, entonces el volumen de agua contenido entre las
secciones AB y A’B’ es aproximadamente:

Figura 1. Esquema del movimiento del agua en el cauce de una corriente. Concepto del caudal de la corriente.
Fuente: Dibujo de Luis Fernando Múnera L.

V=S*l (3-1)

El caudal de la corriente es el cociente entre este volumen V y el tiempo t que tarda el


desplazamiento:

Q=V/t (3-2)
La velocidad media del agua entre las dos secciones es:

v=l/t (3-3)

Combinando estas tres ecuaciones se encuentra la relación:

Q=S*v (3-4)

El caudal es, entonces, igual al producto de la velocidad promedia, v, con que se mueve el
agua entre ambas secciones, y la superficie S de la sección AB. Este concepto tiene gran
importancia práctica en hidrología, en particular, es la base del método para medir los
caudales en una corriente, tal como lo veremos en esta unidad.

El caudal de una corriente no es constante, varía permanentemente en el tiempo,


aumentando si recibe agua o disminuyendo si la pierde.

Según lo discutido en el análisis del ciclo hidrológico (ver tema en la unidad 1 y OVA del
ciclo hidrológico), el caudal de un arroyo, una quebrada o un río está compuesto por la
escorrentía superficial de la precipitación, el flujo subsuperficial, el flujo subterráneo desde
el acuífero y la precipitación caída en el canal. En las zonas donde no haya un acuífero que
alimente la corriente, ocurre el fenómeno contrario, es decir, parte del agua que escurre
por el cauce se infiltra en el terreno, y debe descontarse del caudal que fluye.

Existe una relación directa entre el nivel del agua y el caudal de la corriente, pues si el nivel
del agua sube, la sección transversal aumenta su área y, en consecuencia, el caudal que
fluye también aumenta. El caudal de la corriente y el nivel del agua aumentan si ocurre
precipitación en la zona o si los acuíferos descargan más agua en ella. Por el contrario, si
durante cierto tiempo no ocurre precipitación en la zona y el acuífero no mantiene una
descarga suficiente, entonces el nivel del agua descenderá en el cauce.
2. TEMA:
Hidrograma, limnímetros, maxímetros, limnígrafos.
Si se grafica el nivel del agua de la corriente en función del tiempo para una sección
transversal determinada, se obtiene la curva llamada hidrograma. La Figura 2 muestra la
configuración general de un hidrograma.

Figura 2. Hidrograma
Fuente: (Gribbin, 2017, p. 192)

La parte inferior del hidrograma se conoce como caudal base, que corresponde al flujo
remanente en el cauce proveniente de aguaceros anteriores y de los aportes de los
acuíferos subterráneos. En principio, el caudal base disminuye con el tiempo, a menos que
el acuífero tenga una alta capacidad de aporte de agua. Es el tramo AB de la figura. Cuando
se ha presentado un aguacero en la cuenca y el agua empieza a escurrir sobre el terreno, la
curva del caudal base empieza a aumentar lentamente, como producto de los aportes
iniciales de la escorrentía superficial. Esta fase de la curva se conoce como el tiempo de
concentración, tramo AC en la figura 2. Cuando el volumen de escorrentía proveniente del
aguacero se concentra en la corriente, entonces la curva del hidrograma empieza a
ascender más rápidamente. Esta porción de la curva se conoce como la rama ascendente
del hidrograma, tramo CD en la Figura 2. El punto más alto de la curva, punto D, se conoce
como cresta, caudal pico o caudal máximo de la crecida. A partir de ahí, el nivel y el caudal
empiezan a descender, lo cual significa que el efecto de la lluvia empieza a disminuir. Este
tramo de la gráfica se conoce como curva de recesión o de descenso. Su duración
usualmente es mucho más larga que la de la curva de ascenso, pues la escorrentía residual
en los terrenos vecinos al cauce se mantiene. Es el tramo DE en la curva.

En el tema de Escorrentía analizaremos en detalle cómo se conforma en una corriente el


hidrograma de crecida proveniente de un aguacero.

La forma más sencilla de medir el nivel del agua en una sección del río es instalar en la
orilla una regla vertical, graduada con las unidades de medición, usualmente centímetros.
Este tipo de regla recibe el nombre de mira o limnímetro. Esta clase de instrumento tiene
también la ventaja de ser muy económico, pero tiene el inconveniente de que requiere
leerse visualmente en cada momento. Por ejemplo, para construir un hidrograma, sería
necesario que el operador de la estación permanezca en el lugar durante todo el tiempo
de la ocurrencia del evento de crecida. Por esta razón, el limnímetro es más usado para
registrar el nivel del agua en una o varias horas determinadas de cada día, con lo cual
después puede estimarse el caudal promedio del día.

La mira o limnímetro no tiene una aplicación práctica para determinar los caudales pico,
pues el operador de la estación tendría que estar observando permanentemente la
variación del nivel. Existen aparatos de bajo costo para identificar el nivel máximo de una
crecida, lo cual da una idea confiable del pico. Se conocen como maxímetros. Las clases
más comunes son los que tienen un flotador que sube con la crecida, pero no puede
descender cuando el agua baja. Otro método son pinturas solubles o virutas de corcho que
dejan en la mira la marca del nivel máximo alcanzado. En estos casos, la mira debe
limpiarse después de leída.

Para obtener un registro continuo de los niveles del agua en la corriente y determinar los
hidrogramas de las crecidas se utiliza el limnígrafo. El sistema de registro más usual
consiste en una hoja de papel montada sobre un cilindro que rota impulsado por un
sistema de relojería. Una plumilla, accionada por un flotador va dejando marcada sobre
hoja la gráfica que representa el nivel del agua en función del tiempo. El flotador se coloca
sobre el agua dentro de un tanque de aquietamiento de la corriente, para evitar
distorsiones por el oleaje.
Figura 3. Esquema de un limnígrafo Elaboración IU Digital de Antioquia

Para garantizar la estabilidad y funcionamiento de los equipos y la calidad de las


mediciones, es muy importante seleccionar cuidadosamente el sitio donde se instalará
una estación limnigráfica. Estos son los principales requisitos:
• Una primera condición es la accesibilidad del lugar.

• Otra condición fundamental es que en los tramos del cauce de la corriente aguas
arriba y aguas abajo del sitio, el flujo del agua sea uniforme, es decir, que las líneas de
corriente sean tan rectilíneas y paralelas como sea posible, para evitar turbulencias
que afecten la velocidad de la corriente; un limnígrafo no debe instalarse en las curvas
del río o en zonas de saltos ni remolinos.

• La tercera condición, tanto o más importante que las anteriores, es que la sección
transversal del río sea estable, que no tenga posibilidad de modificarse tanto a lo
ancho como en lo profundo, es decir que tenga ninguna o poca posibilidad de
erosionarse o de sedimentarse; la mejor manera de garantizar esta condición es que la
sección transversal seleccionada esté localizada sobre roca firme, lo cual se comprueba
observando las características del canal del río en sus orillas y en su base. Usualmente,
es deseable tener un afloramiento de dicha roca en algún lugar cercano abajo de la
sección seleccionada.

• Finalmente, es muy recomendable que en la sección elegida, el río se mantenga dentro


del cauce aún durante crecidas grandes, ya que si se desborda por las planicies vecinas
la medición del caudal -que se discutirá a continuación- se hace muy difícil, casi
imposible.
3. TEMA:
Medición del caudal. Curva de calibración.
Según la ecuación 3-4 (Q = S * v), el caudal de una corriente puede estimarse como S * v, el
producto de la superficie, S, de la sección transversal del río en el sitio seleccionado, por la
velocidad promedia, v, con que se mueve el agua en ese lugar. Este es el principio básico
para la medición del caudal de una corriente. La relación directa que existe entre el nivel
del agua y el caudal, mencionada atrás, constituye el principio para la medición del caudal
en las corrientes, pues si el nivel del agua sube, la sección transversal aumenta su área y,
en consecuencia, el caudal que fluye también aumenta. Lo contrario también se cumple, si
el nivel del agua baja.

Una vez seleccionado el sitio para instalar la estación limnigráfica se procede a hacer el
levantamiento batimétrico de la línea del fondo de la misma. Esta información es básica
para estimar el área de la sección transversal para diferentes posiciones del nivel del agua,
como se explica más adelante en esta sección.

La velocidad del agua se mide con un equipo llamado correntómetro. El correntómetro


más común es del tipo de hélice, la cual gira sobre un eje horizontal cuando es impulsada
por la corriente. El aparato se calibra para convertir la velocidad de este giro en la
velocidad de la corriente. También existen correntómetros de hélice de eje vertical y
correntómetros de copas. Es importante realizar esta calibración con frecuencia, pues el
desgaste o la obstrucción de las balineras del aparato alteran muy fácilmente su precisión.

La Figura 4 muestra un correntómetro de hélice de eje horizontal.


Figura 4. Correntómetro de hélice. Fuente: Direct Industry (2022)
La medición del caudal requiere determinar un número suficiente de velocidades
puntuales en la sección transversal, para calcular con buena precisión la velocidad
promedia de la corriente. Sin embargo, ten presente que la medición de todas esas
velocidades debe hacerse en un tiempo razonable, de tal manera que durante el tiempo
que tome el trabajo, el nivel del río se mantenga relativamente estable, para que el
área transversal no cambie.

Según Linsley et al. (1977), el procedimiento consiste en dividir la sección transversal en


una serie de franjas verticales en cada una de las cuales se medirá la velocidad. Observa la
siguiente figura:

Figura 5. Sección para aforo de caudal, dividida en franjas


Fuente: Linsley et al. (1977)

Ninguna de las franjas deberá tener más del 10 % de la descarga total. La distribución
vertical de la velocidad del agua se ajusta aproximadamente a una parábola, con el vértice
en el fondo, donde la velocidad es cero y con un máximo de velocidad cerca de la
superficie. Ver Figura 6.
Se ha encontrado que la velocidad media en cada franja corresponde al promedio de las
velocidades medidas a 0,20 y 0,80 veces la profundidad total. Si es difícil hacer las dos
mediciones por franja, también puede realizarse una sola a una profundidad de 0,6 la
profundidad total. El sondeo para determinar estas profundidades se hace con el mismo
cable del que cuelga el correntómetro. Debe tenerse en cuenta que, si la velocidad en el
sitio es alta, entonces la corriente arrastrará el correntómetro hacia aguas abajo y el cable
se inclinará, lo cual obliga a ponerle lastres muy pesados o corregir la profundidad con esa
inclinación. Usualmente, a lo ancho de la sección de medida, debe instalarse un puente, o
colgar una canasta de un cable (aparejo llamado tarabita), para que el operador maneje
desde allí el correntómetro.

Figura 6. Distribución vertical de la velocidad de la corriente


Elaboración IU Digital de Antioquia

Una vez realizadas todas las mediciones descritas, se multiplica la velocidad media por el
área de cada franja, obteniendo el caudal que pasa por Esta. La suma de todos estos
caudales constituye el caudal total de la corriente para el nivel correspondiente. De
tenerse total claridad de que esta medición es puntual y que corresponde al nivel que
tenía la corriente en el momento de realizarla.
En vista de que el caudal es mayor para niveles más altos y es menor para niveles más
bajos de la corriente, este ejercicio debe repetirse cuando el nivel del río se encuentre en
varias posiciones que representen bien el rango de caudales que puede traer el río en ese
lugar. El conjunto de datos que así se obtiene ya no es puntual, sino que corresponde al
comportamiento del caudal para los diferentes niveles de la corriente. Con esta
información puede construirse la gráfica de caudal en función de la altura, dicha gráfica se
conoce como la curva de calibración de la sección del río. Esta curva de calibración es el
instrumento fundamental para la medición de los caudales, pues bastará con identificar el
nivel para encontrar el caudal. La Figura 7 muestra una curva de calibración típica.

Figura 7. Curva de calibración de caudal con la altura en la sección de un río


Elaboración IU Digital de Antioquia Fuente: Cáceres (2017)
4. TEMA:
La cuenca hidrográfica. Parámetros geomorfológicos.
La cuenca hidrográfica o cuenca de drenaje de una corriente determinada, un arroyo, una
quebrada o un río, se define como la porción del terreno donde el agua que cae se desliza
sobre la superficie, buscando caer en esa corriente específica. Los límites de esa cuenca los
define la topografía del terreno, de tal forma que las pendientes naturales del mismo se
dirijan hacia el cauce o lecho de la corriente. Por fuera de esos límites, el agua que caiga
escurrirá hacia corrientes diferentes.

Los límites de la cuenca se determinan por la topografía del terreno. Para ello, se requieren
mapas topográficos detallados; es decir, mapas de escalas bajas con curvas de nivel a
distancias cortas. La cartografía general de Colombia la maneja el Instituto Geográfico
Agustín Codazzi, IGAC. La carta o mapa general del país tiene una escala 1:25.000, con
curvas de nivel cada 25 y 50 metros verticales. Este mapa permite una visión general de los
territorios, pero es poco útil para estudios hidrológicos detallados en zonas específicas. En
determinadas regiones del país, el IGAC produce mapas con escalas de 1:10.000 y curvas
de nivel cada diez metros verticales, y de 1:5.000 y curvas de nivel cada cinco metros
verticales. Estos mapas permiten un mejor detalle para la delimitación de las cuencas. Si
para la zona del estudio no se dispone de cartografía detallada, es necesario ordenar su
levantamiento.

La línea imaginaria que delimita la cuenca de drenaje de la corriente se conoce como


divisoria de aguas o divisoria de la cuenca. Para delimitar la cuenca debe dibujarse esa
línea divisoria en el mapa topográfico, siguiendo el procedimiento que se describe a
continuación:
• Se requieren un buen conocimiento del terreno y una observación cuidadosa del
mapa. El límite inferior de la cuenca lo constituye el punto de interés en el cauce de la
corriente, bien sea el lugar del proyecto en estudio, o la desembocadura del río en otro
río mayor, o alguno similar previamente establecido. El límite superior de la cuenca lo
determina el sitio del nacimiento del arroyo o río en estudio.

• Se recomienda destacar en el mapa con una línea gruesa el cauce del río entre esos
dos puntos extremos. Una observación simple de las curvas de nivel muestra que la
cota o altura de estas aumenta paulatinamente desde el cauce principal hacia sus dos
costados. Si al alejarse del cauce, las curvas de nivel se muestran cóncavas, significa
que por esa zona hay una depresión que seguramente corresponde a una corriente
secundaria que es afluente de la corriente en estudio.
• El mapa debe mostrar con una línea la presencia de ese afluente. Esta información es
fundamental para determinar la posición de la línea divisoria de la cuenca, pues esta
línea se encuentra cerca de los nacimientos de esas corrientes secundarias. Donde el
mapa señale corrientes que no se dirigen hacia el cauce de la corriente en estudio, es
claro que esas zonas no corresponden a la cuenca de drenaje de la corriente. Una
observación atenta del mapa mostrará los camellones o filos que separan esas dos
zonas, y es por ahí por dónde va la línea divisoria de aguas de la cuenca.

Linsley et al. (1977), enuncian y analizan las principales características físicas de la cuenca
que influyen en los procesos hidrológicos:

• Número de orden del cauce:


Mide la ramificación del cauce principal de la cuenca hidrográfica. Un cauce de primer
orden es una corriente pequeña sin ninguna ramificación. Un cauce de segundo orden
posee únicamente ramificaciones de primer orden. Un cauce de tercer orden posee
ramificaciones de primero y segundo orden. A medida que aumenta el orden del cauce,
también aumenta la velocidad de respuesta de la cuenca a un aguacero.

• Densidad de drenaje:
Se define como el cociente entre la longitud total de los canales de todos los cauces de
la cuenca y el área total de Esta. Una densidad alta refleja una cuenca muy bien
drenada, que debe responder relativamente rápido al influjo de la precipitación. Una
cuenca con baja densidad de drenaje debe tener una respuesta más lenta.

• Forma de la cuenca:
Las formas más comunes de las cuencas son las alargadas, las acorazonadas (con forma
de pera) y las lobuladas. La forma de la cuenca está muy relacionada con el orden del
cauce.

• Pendiente de los canales:


La pendiente de los canales, tanto el cauce principal como los secundarios, tiene una
influencia importante en la forma del hidrograma, pues donde la pendiente es elevada
el agua fluye más rápido. (p. 349)
La Figura 8 muestra un ejemplo de la delimitación de la cuenca en un mapa topográfico
con curvas de nivel cada diez metros verticales.

Figura 8. Delimitación de una cuenca de drenaje


Fuente: (Gribbin, 2017, p. 179)

• Pendiente del terreno:


En cauces de montaña la pendiente del terreno está determinada por la inclinación de
las cañadas por donde se forman los cauces. En terrenos planos y de poca pendiente,
los ríos tienden a buscar el equilibrio hidráulico formando cauces con la menor
pendiente posible, para lo cual oscilan sobre la superficie formando curvas o meandros
que aumentan la longitud del recorrido y disminuyen la pendiente de la corriente.
• Forma del cauce:
De acuerdo con el alineamiento del canal, los cauces son lineales, con meandros y
trenzados. Los canales lineales corresponden a terrenos firmes donde el río tiene poca
posibilidad de socavar el fondo y las orillas. Un canal con meandros fluye formando
ondulaciones más o menos regulares sobre el terreno, las cuales cumplen una función
de control hidráulico del cauce, puesto que los meandros aumentan la longitud y
disminuyen la pendiente de este, disminuyendo la erosión y aumentando la estabilidad
del canal; en el largo plazo, sin embargo, los meandros tienden a desplazarse sobre el
terreno. Según Linsley et al. (1977): “La longitud de onda de los meandros varía entre
siete y once veces el ancho del cauce, y el radio de curvatura de los mismos
generalmente entre dos y tres veces el ancho del canal” (p. 354). Un cauce trenzado
consiste en un conjunto de brazos interconectados según patrones caprichosos y
separados por islas. En general, los cauces trenzados tienden a ser anchos, poco
profundos y muy inestables.

• Planicies de inundación:
El valle adyacente al canal de la corriente se conoce como planicie de inundación, pues
el río se sale del cauce e invade esos terrenos durante las crecidas. Este fenómeno no
solamente es natural sino, también, conveniente para el régimen hidráulico del río, pues
permite almacenar transitoriamente el agua de la crecida, para regular el flujo y
disminuir el pico de inundación aguas abajo.
5. TEMA:
Flujo superficial. Retención.
En esta sección analizaremos el comportamiento inicial del agua que cae en la cuenca
durante un aguacero y su desplazamiento hacia el cauce, donde se producirá el
correspondiente hidrograma de crecida. Este análisis es necesario para comprender la
relación entre precipitación y escorrentía, que se estudiará más adelante.

Durante la primera parte de una tormenta, la mayoría de la lluvia que cae queda retenida
en la cuenca. Linsley et al. (1997).

La primera parte de la lluvia que cae en una tormenta se deposita en la cobertura vegetal,
como intercepción, y en las depresiones del terreno, como almacenamiento superficial. A
medida que continúa la precipitación, la superficie del suelo se cubre de una capa delgada
de agua, conocida como detención superficial, y el flujo comienza pendiente abajo hacia el
canal superficial de la corriente. Parte de esta agua así retenida se evaporará por efecto
del viento y del sol y no llegará a la corriente.

Otra porción del agua se retiene en pozos, zanjas y depresiones mayores del terreno, y se
conoce como almacenamiento de depresión. Esta agua tiene gran tendencia a infiltrarse
en el terreno y; por tanto, tampoco aporta directamente al hidrograma de crecida.

Una vez se han colmado todas esas fuentes de retención del agua en la superficie, empieza
realmente el flujo del agua hacia el cauce de la corriente. Esta retención es importante,
además, porque reduce la velocidad de la escorrentía superficial y disminuye el pico del
hidrograma en el río.

En aguaceros de duración larga, el volumen de agua que continúa cayendo es considerable


y el hidrograma será mayor en volumen y en tiempo total. Si, además, la lluvia tiene
intensidad alta, la concentración del agua excedente será más rápida, lo cual aumenta de
manera particular el pico del hidrograma.
6. TEMA:
Infiltración.
En esta sección analizaremos otra etapa importante del agua precipitada, que es la
infiltración. La infiltración es el paso del agua desde la superficie hacia el interior de la
tierra, esto ocurre por gravedad a través de los canales que dejan los granos de suelo, y
también por capilaridad a través de los espacios más pequeños donde la gravedad no es
suficiente para producir el flujo.

El agua que infiltra cumple, inicialmente, la función de aumentar la humedad del suelo en
las capas superiores, lo cual es importante para las plantas, que tienen sus raíces en esas
zonas. La tasa de infiltración disminuye a medida que avanza la tormenta, debido a que
esos espacios intersticiales y capilares de las capas superiores del terreno se van
saturando. Poco a poco, el agua infiltrada se mueve en dos direcciones, una es el flujo
subsuperficial, parte de la cual puede volver a la superficie como escorrentía, y la otra es la
percolación profunda, que consiste en el movimiento hacia las capas más internas del
terreno, hasta llegar finalmente a los acuíferos y recargarlos.

La tasa máxima a la cual el agua puede penetrar en el terreno se llama capacidad de


infiltración. La tasa real a la cual el agua se infiltra se conoce como infiltración real.
Solamente se alcanza la capacidad de infiltración cuando la intensidad de la lluvia,
descontadas las retenciones mencionadas en la sección anterior, es grande.

La capacidad de infiltración depende de factores tales como el tipo de suelo, el contenido


inicial de humedad, el contenido de materia orgánica y la cobertura vegetal, entre otros.

De ellos tal vez el más importante es el tipo de suelo. Normalmente las capas superiores
del subsuelo están formadas por suelos orgánicos, es decir, suelos provenientes del
terreno natural mezclados con materia orgánica. Los suelos orgánicos tienden a ser
bastante permeables, pues tienen mayores espacios intersticiales y canales internos más
definidos. La permeabilidad de los suelos provenientes del terreno natural depende de la
clase de suelo. Los suelos de grano muy fino, como las arcillas y los limos compactados son
altamente impermeables y en ellos prácticamente no hay infiltración. Los limos no
compactados o mezclados con granos de mayor tamaño, como porciones de arena o
fragmentos pequeños de rocas, tienen mejor permeabilidad. Obviamente las arenas y las
gravas tienen la mayor permeabilidad.
La permeabilidad del suelo puede medirse con el infiltrómetro. Un infiltrómetro es un tubo
o algún otro recipiente vertical que encierra el agua en sus costados y solamente deje
abierto el fondo. El diámetro del fondo de un infiltrómetro varía desde unos treinta
centímetros hasta varios metros. Inicialmente, los ensayos de infiltración se hacían
inundando el tubo o el recipiente. Esta práctica ya no se aplica pues la altura de la película
de agua sobre la tierra, funciona como carga hidráulica y es un factor determinante de la
velocidad de infiltración. Por esta razón, se utiliza la aspersión controlada de agua dentro
del recipiente y se mide la cantidad máxima de agua que es capaz de penetrar el terreno
en una unidad de tiempo.

Como este método puede ser poco representativo de la infiltración en toda la extensión de
la cuenca, la mejor manera de medir la infiltración real son los balances hídricos que
consideran la totalidad de la lluvia caída, las pérdidas por evapotranspiración y la
escorrentía final. Dice Linsley et al. (1977): “Se han realizado intentos para obtener datos
de infiltración a partir de la lluvia y la escorrentía en cuencas pequeños con suelos
homogéneos. Se han presentado métodos para obtener de ellas las capacidades de
infiltración ‘equivalentes’ para cuencas heterogéneas.” (p. 215)
7. TEMA:
Relaciones entre lluvia y escorrentía.
Linsley et al. (1977), analiza el ciclo de escorrentía producido por un aguacero de larga
duración en una cuenca.

Figura 9. Diagrama esquemático de la repartición de una precipitación durante una tormenta


Fuente: (Linsley et al., 1977, p. 216)

La Figura 9 muestra de una manera esquemática cómo se distribuye en el espacio y en el


tiempo la lluvia caída durante la tormenta. La lluvia se supone constante durante todo el
tiempo del análisis y por tanto se muestra en la parte superior de la gráfica como una línea
horizontal. También se supone que, al iniciarse la tormenta, la cuenca estaba
relativamente seca, lo cual implica que las porciones de retención superficial, humedad del
suelo e infiltración serán significativas.
La primera porción del aguacero se retiene sobre la superficie del suelo y en las
depresiones del terreno. La cantidad de esta retención disminuye a medida que el tiempo
de la tormenta avanza, porque esa capacidad de almacenamiento se va saturando.

La segunda porción se infiltra y se acumula en el subsuelo como humedad, llenando los


espacios entre los granos del suelo. Por la misma razón de la saturación progresiva, su
cantidad disminuye con el tiempo.

El excedente de agua que se infiltra más allá de la humedad que retiene el suelo se
convierte en agua subterránea cuando alcanza el acuífero subterráneo. Contrario a lo que
ocurre con las porciones anteriores, esta aumenta con el avance del tiempo.

Parte del agua subterránea infiltrada fluye por el subsuelo hacia la corriente, a manera de
flujo subsuperficial. Este también aumenta a medida que el aguacero avanza.

Una pequeña porción del aguacero cae directamente sobre el cauce del río, se convierte
directamente en escorrentía, y es constante durante el aguacero. Lo muestra la franja más
alta de la gráfica.

El resto del volumen del agua precipitada escurre sobre el terreno hacia el cauce y se
convierte en la escorrentía superficial. Esta porción es la responsable del mayor aumento
del caudal en el río como efecto del aguacero. De hecho, y tal como se observa en la
gráfica, su volumen es creciente con el tiempo mientras dure el aguacero. Solamente
empezará a disminuir después de terminada la tormenta.

Este análisis del ciclo de la escorrentía se vuelve más complejo cuando se aplica al caso real
de una lluvia cuya intensidad va cambiando en el tiempo de su duración, o que cae sobre
una porción determinada de la cuenca y no en toda su superficie. También debería tenerse
en cuenta que las condiciones físicas de la cuenca que originan cada una de las fases
previas a la escorrentía varían de un lugar a otro. Sin embargo, las ideas aquí expuestas
dan un concepto general de la manera como varían temporal y espacialmente los
fenómenos hidrológicos. De hecho, este análisis es la base para la construcción y operación
de modelos por computador que simulan el comportamiento hidrológico de una cuenca.
8. TEMA:
Hidrograma unitario.
El hidrograma unitario es un instrumento muy útil en el análisis de las relaciones lluvia-
escorrentía en una cuenca. El hidrograma unitario se define como la curva de crecida del
caudal que resulta de una lluvia efectiva unitaria. La lluvia efectiva unitaria se define como
la precipitación que cae sobre la superficie total de la cuenca, medida después de
descontar las pérdidas por retención superficial, evaporación y aumento de la humedad
del suelo. En el sistema inglés esa unidad es la pulgada de lluvia efectiva, en el sistema
internacional puede ser el centímetro o el milímetro de lluvia efectiva.

Se han propuesto métodos diferentes para construir el hidrograma unitario de una cuenca
específica, tales como los propuestos por Clark, por Snyder, por el Natural Reources
Consevation Service, NRCS, y el Soil Conservation Service, SCS (Gribbin, 2017). Para
formarnos una idea práctica, el objetivo es buscar en los registros hidrográficos de la
cuenca un hidrograma de crecida que provenga de una lluvia de intensidad constante y
que cubra la totalidad de la cuenca. Si es posible encontrarlo, se analiza la lluvia para
descontarle las pérdidas por retención, evaporación y humedad del suelo, para determinar
la magnitud efectiva total, y luego ajustar las ordenadas del hidrograma de tal forma que el
volumen total del agua escurrida sea equivalente a una unidad (un centímetro o un
milímetro) de lluvia efectiva.

Gribbin (2017) resume las consideraciones para determinar el hidrograma unitario de la


siguiente forma:
1. La precipitación es constante a lo largo del tiempo unitario. A pesar de que la
intensidad de la precipitación varía de forma constante con el tiempo, podemos
suponer una precipitación constante durante un período corto sin comprometer la
validez del análisis; esto lo simplifica.

2. La precipitación se distribuye de manera una manera uniforme sobre la cuenca de


drenaje. La precipitación real varía sobre una cuenca de drenaje, pero para cuencas
relativamente pequeñas, las variaciones no son extremas y se puede suponer una
distribución uniforme para simplificar los cálculos. Si una cuenca de drenaje es
demasiado grande para asumir una distribución uniforme de la precipitación, la cuenca
debe dividirse en subcuencas.

3. El hidrograma resultante del exceso de precipitación mayor o menor que una unidad
(centímetro o milímetro) tiene ordenadas proporcionales a la profundidad del exceso
de precipitación. Este es el principio de proporcionalidad.
4. Se pueden combinar dos o más hidrogramas unitarios trazados en el mismo eje del
tiempo para formar uno resultante que tiene ordenadas iguales a la suma de las
ordenadas de los hidrogramas trazados en cada punto del eje de tiempo. Este es el
principio de superposición. (p. 196)

Utilizando los principios de proporcionalidad y superposición, se puede construir un


hidrograma real para eventos de precipitación mayores que la precipitación unitaria
supuesta. El hidrograma resultante se construye a partir el hidrograma unitario
multiplicando cada una de las ordenadas de este por el factor de proporcionalidad de la
lluvia real efectiva.

Es muy posible que una cuenca tenga hidrogramas unitarios diferentes correspondientes a
lluvias de igual intensidad, pero diferente duración, o de igual duración, pero diferente
intensidad. Si es posible identificar en los registros limnigráficos de la cuenca hidrogramas
de esta clase, puede repetirse el ejercicio aquí descrito para cada uno de ellos.

Como queda expuesto, el método del hidrograma unitario es muy útil para hacer análisis
rápidos de la relación lluvia-escorrentía de la cuenca.
9. TEMA:
Caudal medio diario, caudal mensual y estacional, caudal anual.
Los caudales medios de un río constituyen la información básica para los análisis
relacionados con el aprovechamiento del agua como un recurso natural.

Esos promedios se estiman para unidades de tiempo diferentes, cada una de las cuales
tiene su importancia y su utilidad particular. Veamos:

Los caudales promedios anuales hablan del total del agua disponible en el largo plazo, y
dan una idea de qué tan abundante o escaso es el recurso. Pero tiene la dificultad de que
el aprovechamiento real de esa cantidad de agua depende de cuánto se pueda captar en
los momentos en que se requiera para atender los consumos. El caudal promedio anual
depende de los caudales mínimos y de los caudales máximos que produzca la cuenca.
Usualmente, los caudales máximos tienen una alta probabilidad de ocurrir en momentos
en que la demanda es menor, y por lo tanto mucha parte de ellos se pierde en el cauce y
no puede aprovecharse.

Los caudales medios mensuales dan una información más adecuada para ese propósito,
puesto que representan el agua disponible en los meses más secos y en los meses más
húmedos. Para el propósito de saber la cantidad más real del agua disponible es necesario
considerar los caudales promedios de los meses secos.

Cuando el recurso hídrico se mira en esos horizontes anual y estacional, cobra importancia
considerar la posibilidad de construir embalses en los cuales se pueda almacenar el agua
excedente de los años o de las estaciones húmedos para utilizarla en los años y las
estaciones secos.

Si no existe la posibilidad de almacenar el agua excedentaria en un embalse, entonces


toma importancia analizar el comportamiento de los caudales promedios diarios, puesto
que ellos dan una idea más confiable de los caudales mínimos, más extremos, que pueden
estar disponibles para su uso, de acuerdo con el comportamiento natural de la corriente.
Para este análisis debe entenderse que el agua requerida debe suministrarse con la mayor
confiabilidad posible, y por tanto de poco sirve que en ciertas épocas los caudales medios
sean altos si habrá otros períodos en los cuales serán menores y podría haber déficit. Esto
se analiza de una forma más segura con los promedios de caudal diarios, que con los
promedios mensuales y anuales.
Así las cosas, se requiere disponer de la serie continua de caudales promedios diarios en
todos los meses y todos los años para los cuales se posean registros. La Figura 10 muestra
cómo se convierte el caudal instantáneo del hidrograma continuo (dibujado con línea
continua) en el caudal medio de cada día (dibujado en línea punteada). Estos datos de
caudal medio diario se registran en tablas como la que muestra la Figura 11, de las cuales
salen además el valor promedio, el valor máximo y el valor mínimo del mes respectivo.

Figura 10. Conversión de caudal instantáneo en caudal promedio diario


Fuente: (Linsley et al., 1977, p. 110)
Figura 11. Ejemplo de una tabla de caudales promedios diarios
Fuente: (Linsley et al., 1977, p. 109)

De la tabla de caudales promedios diarios se obtienen los caudales promedios mensuales,


como el promedio aritmético de los caudales diarios en el mes respectivo. Y de estos, los
promedios anuales, como el promedio aritmético de los caudales mensuales del año
respectivo. Si, por ejemplo, para una estación limnigráfica se tienen cuarenta años de
registros, se dispondrá de cuarenta datos de caudal anual, 480 datos de caudal mensual y
14.600 datos de caudal diario. También son útiles los promedios multianuales del caudal
anual y del caudal de cada uno de los doce meses.
10. TEMA:
Curva de duración de caudales.
Una herramienta ampliamente usada para el análisis de la confiabilidad del suministro del
agua en una corriente natural es la llamada curva de duración de caudales. Esta curva
representa la frecuencia del flujo característico de un río. Este flujo de la corriente puede
ser los promedios anuales, promedios mensuales o promedios diarios, dependiendo del
propósito del análisis que se vaya a realizar.

La curva de duración de caudales representa la proporción de tiempo en el cual un caudal


determinado en el río es igualado o excedido. Si ese caudal determinado es justamente el
valor que debe suministrarse para satisfacer el consumo requerido, entonces se tendrá
una idea aproximada y relativamente verosímil de la confiabilidad en atender esa
demanda. Si el caudal es igualado, se satisface la demanda, y si es excedido, también y con
mayor razón. El complemento es la proporción del tiempo en que el caudal real es menor
que el caudal determinado, y por tanto el requerimiento para satisfacer la demanda no
sería satisfecho. Obviamente, en el análisis se busca encontrar un caudal que tenga una
confiabilidad alta, para lo cual usualmente se seleccionan los que tengan una probabilidad
de ocurrencia del 95 % o del 97 %.

Para que este análisis tenga una buena confiabilidad se requiere una serie de caudales lo
suficientemente larga, en la cual hayan sido cubiertos años húmedos con caudales
grandes, y años muy secos con caudales pequeños. Sin embargo, debe considerarse que
por muy larga que sea la serie, existe la posibilidad de que en el futuro ocurran eventos
más extremos que los registrados en el pasado. Para el propósito de evaluar la
probabilidad de que el requerimiento del caudal se satisfaga es importante tener en
cuenta que en el futuro puedan ocurrir períodos de tiempo más secos, o sea que los
caudales mínimos sean menores que los registrados en el período para el cual se tiene
información.

La curva de duración es una representación gráfica de la probabilidad de ocurrencia de los


caudales. Esa curva expresa la frecuencia acumulada con la cual un caudal determinado se
produce o es superado. Se construye dibujando en las ordenadas el caudal y en la abscisa
la cantidad de eventos, expresada como el porcentaje de los eventos en que el caudal
respectivo es igualado o excedido.

Los datos de los caudales se disponen en orden descendente, utilizando intervalos de clase
que sean representativos del rango total de caudales medidos. Si N es el número total de
datos de que se dispone, y para una descarga Q determinada se tienen n eventos que la
igualan o la superan, la probabilidad de excedencia P de esa descarga puede estimarse
como:

n
P = ------- x 100 % (3-5)
N

Puesto que los eventos hidrológicos son altamente aleatorios, es difícil garantizar que el
caudal requerido pueda ser suministrado en el ciento por ciento de los casos (por ejemplo,
un acueducto, una central hidroeléctrica o un sistema de riego), valga decir todo el tiempo
o al menos un máximo de tiempo aceptable por los usuarios. Por lo tanto, la probabilidad
de excedencia estimada mediante la ecuación 3-5 puede interpretarse como una medida
de la confiabilidad de satisfacer el requerimiento de caudal en un momento determinado.

En las aplicaciones de la curva de duración de caudales hemos hecho énfasis en determinar


la confiabilidad de tener un caudal mínimo para el suministro del mismo, para un uso
práctico. También podría usarse para estimar la probabilidad de ocurrencia de caudales
diarios grandes, que estarían asociados a riesgos de inundaciones.

Sin embargo, en la práctica no se usa mucho debido a que el caudal promedio diario
puede estar formado por picos puntuales de caudales máximos que son más incidentes y
peligrosos en casos de inundación. Por esta razón, el análisis de probabilidad de caudales
máximos instantáneos se hace con métodos diferentes a este, a los cuales nos referiremos
en el siguiente tema.

El ejemplo 3-1 muestra el cálculo y la construcción de una curva de duración de caudales


promedios diarios.

Estas consideraciones teóricas se ilustran con el ejemplo 3-1.

Ejemplo 3-1. Construcción de la curva de duración de caudales promedios diarios

Para este ejemplo utilizaremos una serie de datos hipotética (no es un caso real)
correspondiente a tres años de caudales promedios diarios. Utilizaremos una serie tan
pequeña con el propósito simple de ilustrar la construcción de la gráfica. Debemos
entender que en el análisis de un caso real de tres años de registros de caudales diarios
puede ser muy poco, pues hay una probabilidad muy alta de que se presenten eventos
más húmedos o más secos que sean mucho más extremos que estos.
La Tabla 1 ilustra el proceso de construcción de la curva. La columna 1 muestra los
intervalos de clase en que se ha dividido el rango de caudales diarios observados, que se
extiende entre un poco menos que 10 m3 / s y un poco más que 230 m3 / s. Las columnas 2,
3 y 4 muestran el número de eventos, es decir, el número de días, en que se tuvo un
caudal igual o mayor que el caudal respectivo. La columna 5 totaliza el número de esos
eventos para los tres años de registro. La columna 6 muestra el número total de eventos
acumulados en que el caudal promedio diario fue igualado o superado, el cual corresponde
a la variable n en la ecuación 3-5. En la columna 7 se muestra el cálculo de la probabilidad
de excedencia, según la ecuación 3-5, en la cual N = 3 x 365 días = 1.095 días.

Como explicamos antes, es necesario garantizar que el caudal requerido pueda ser
suministrado en el ciento por ciento de los casos, valga decir todo el tiempo, pero en la
realidad esa certeza no existe, porque los procesos hidrológicos son altamente aleatorios.
Por lo tanto, es necesario estimar la confiabilidad de satisfacer el requerimiento de caudal
en todo momento. La probabilidad de excedencia del caudal constituye una manera de
expresar esa confiabilidad.

Tabla 1. Construcción de la curva de duración de caudales promedios diarios

CURVA DE DURACIÓN DE CAUDALES DIARIOS


1 2 3 4 5 6 7
CAUDAL AÑO 1 AÑO 2 AÑO 3 TOTAL ACUMUL PROBABILIDAD
ADO
m3/s EVENTOS EVENTOS EVENTOS EVENTOS EVENTOS EXCEDENCIA
n (n/N) x 100 %
> 230 0 0 1 1 1 0,09
230 0 1 4 5 6 0,55
210 2 7 10 19 25 2,28
190 12 18 15 45 70 6,39
170 15 32 15 62 132 12,05
150 30 29 45 104 236 21,55
130 70 60 64 194 430 39,27
110 84 75 76 235 665 60,73
90 61 50 61 172 837 76,44
70 43 45 38 126 963 87,95
50 28 30 25 83 1046 95,53
30 15 18 11 44 1090 99,54
10 4 0 0 4 1094 99,91
< 10 1 0 0 1 1095 100,00
TOTAL 365 365 365 N = 1095
En la Figura 12 se grafica la probabilidad de excedencia de los caudales de la Tabla 1.

Utilizando la información de la Tabla 1 y de la Figura 12, podemos decir que el caudal que
puede garantizarse con el 95 % de confiabilidad, en el caso de este ejemplo, es
aproximadamente de 50 m3 / s. Este grado de confiabilidad se considera aceptable en los
proyectos de aprovechamiento de recursos hídricos. Si el proyecto que se estudia
requiriese un caudal de 70 m3 / s, la probabilidad de su ocurrencia sería del 88 %. m3 / s, la
cual significaría una confiabilidad baja. Un caudal de 100 m3/s tendría una probabilidad
apenas del 68 %, aproximadamente, que sin duda constituye una confiabilidad muy baja.
En los dos últimos casos aquí mencionados, la probabilidad de no disponer del caudal es
del orden del 12 % en el primer caso y del 32 %, en el segundo.

Retomando la posible utilización de la curva de duración de caudales promedios diarios


que puedan asociarse con inundaciones, con la información de la Tabla 1 y la Figura 12,
podríamos decir que la probabilidad de tener un caudal pico máximo de 230 m3/s o mayor
sería aproximadamente 0,55 %. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que esta
información se refiere a promedios diarios, que no tiene en cuenta que en esos días
pueden haber ocurrido caudales instantáneos mucho más grandes que eso, por lo cual el
análisis de caudales máximos requiere una metodología diferente, que se discutirá más
adelante.

Figura 12. Curva de duración de caudales promedios diarios


Elaboración IU Digital de Antioquia
11. TEMA:
Análisis de frecuencia del caudal máximo instantáneo.
Período de retorno.
Cuando se habla de caudales máximos instantáneos se están considerando los riesgos de
tener inundaciones o daños a las personas o a la infraestructura. Esos eventos no pueden
predecirse, pero sí puede recurrirse al análisis de la probabilidad o de la frecuencia de su
ocurrencia.

Para que el análisis de probabilidades sea eficaz y produzca resultados útiles, se necesita
construir una serie de datos significativos, adecuados y precisos. Para el caso de los
caudales máximos instantáneos se entiende por datos significativos los picos registrados
por los Limnígrafos o por los maxímetros. El valor del caudal pico seleccionado como
evento de control se utiliza para diseñar los sistemas de protección contra su ocurrencia,
tales como diques, vertederos y canales de evacuación de crecidas, alcantarillados para
evacuación de aguas lluvias y otros similares.

La información debe ser adecuada, lo cual se refiere a que sea tomada de registros
obtenidos durante un tiempo largo. Si el período de registro disponible es muy corto, la
información puede no ser adecuada, ya que se ha observado en la práctica que los eventos
más extremos tienen baja probabilidad de ocurrencia, o, lo que es igual, suceden en
períodos más largos de tiempo. Si la serie disponible es corta, tiene alta posibilidad de no
incluir los eventos extremos que deben identificarse. Linsley et al. (1977) dice que para
análisis confiables de frecuencias de caudales instantáneos grandes no debe trabajarse con
series limnigráficas con menos de veinte años de duración.

Para que la información sea precisa se requiere que tanto el limnígrafo como su curva de
calibración de caudal contra altura tengan una precisión intrínseca aceptable. Esta
condición es necesaria, pero puede no ser suficiente. Nos referimos a que, si la cuenca de
drenaje aguas arriba de la estación limnigráfica ha sufrido cambios físicos importantes, la
información de crecidas puede no ser precisa, aunque esté bien tomada. En particular, si la
cuenca ha sufrido cambios importantes como la construcción de presas (cuyo embalse
disminuye el pico de las crecidas), o derivaciones de caudal hacia otras cuencas (que hacen
que el caudal medido sea menor al que se tenía antes), procesos de urbanización (el
pavimento y los techos de los edificios aumentan la velocidad de flujo y por lo tanto el pico
del caudal), o cambios de uso del suelo rural, entonces las series históricas de caudales
picos no deben utilizarse sin un ajuste previo para adaptarlas a las nuevas realidades físicas
de la cuenca.
Si el análisis busca eventos máximos con una probabilidad de ocurrencia muy baja, por
ejemplo, menores de 0,5 %, sólo debe trabajarse con series de caudales picos anuales en
las cuales se incluya solamente el caudal pico más grande de cada año de registro. Para
analizar eventos con mayor frecuencia de ocurrencia o cuando se disponga de pocos años
de registro, pueden utilizarse varios datos por año, seleccionando los dos o tres eventos
mayores de cada uno de estos.

El análisis de frecuencia de ocurrencia le asigna a cada caudal de crecida una probabilidad


p de ser igualado o excedido en un año cualquiera. Se conoce como la probabilidad de
excedencia. De una forma similar a como se construye la curva de duración de caudales
promedios (sección 3.10) en este caso se toma la serie de los caudales picos obtenidos de
los limnígrafos o de los maxímetros y se ordenan de mayor a menor. La probabilidad de
que el caudal sea igualado o excedido se estima como:

m
p = -------- (3-6)
N+1

Donde N es el número de eventos registrados, y m es la posición del evento particular en la


serie. El caudal pico mayor de la serie corresponde a m = 1, y así sucesivamente.

Otra forma de identificar la probabilidad de ocurrencia de los caudales máximos es


asignarles el llamado período de retorno o intervalo de recurrencia, identificado como Tr,
el cual se define como el número de años que transcurren en promedio, en el largo plazo,
para que ese valor de caudal sea igualado o excedido. El período de retorno y la
probabilidad de excedencia de un caudal pico determinado son recíprocos, esto es:

1
TR = ------ (3-7)
p

Observemos que el período de retorno se asocia con el promedio de años en que ese
evento de caudal pico puede ocurrir o ser excedido. Lo cual no significa que, si en un año
cualquiera se produce un caudal igual a ese, tendrá que esperarse un número de años igual
a Tr para que vuelva a repetirse. Debido a que los eventos hidrológicos son altamente
aleatorios, un caudal igual o superior a ese puede suceder pocos días, pocos meses o pocos
años después de ese evento, inclusive puede repetirse varias veces en los años siguientes.
No es posible estimar con buena confiabilidad los caudales máximos instantáneos con
períodos de retorno mucho más grandes que la longitud en años de la serie histórica que
se posea. En estos casos, que son altamente frecuentes, se recurre a ajustar la serie
histórica de caudales pico disponible a alguna distribución de probabilidades adecuada
para representar eventos extremos. Dos de esas distribuciones son la Gumbel y la Log
Pearson Tipo III. Una vez hecho este ajuste, puede estimarse la probabilidad de excedencia
de los caudales picos grandes, no registrados.
12. TEMA:
Caudal máximo probable.
Cuando hay un riesgo grande de pérdidas humanas o de daños y pérdidas económicas
catastróficas como, por ejemplo, por la rotura de una presa o por la pérdida de un sistema
de suministro de agua para una ciudad a causa de crecidas de caudal, es recomendable
diseñar las estructuras y demás sistemas de control para que resistan el caudal máximo
probable.

A un evento de esta naturaleza no puede asignársele una probabilidad de ocurrencia


realista. En otras palabras, el caudal máximo probable no tiene período de retorno.
Tampoco es práctico buscar la magnitud de ese evento en las series históricas. Debe
estimarse a partir de análisis físicos del comportamiento de la cuenca en condiciones de
precipitación extrema, o sea a partir de la precipitación máxima probable que pueda
ocurrir, combinada con las condiciones físicas de la cuenca que puedan producir la mayor
escorrentía.

La precipitación máxima probable se estima a partir de las curvas de intensidad-duración-


frecuencia analizadas en secciones anteriores. De esas curvas se seleccionan varias lluvias
extremas ocurridas en la cuenca, en las cuales se consideren las mayores intensidades
combinadas con las mayores duraciones en aguaceros de menor frecuencia, o sea de
mayor período de retorno. Luego se analiza el comportamiento esperado de la escorrentía
en la cuenca, suponiendo que esta se encuentra en las condiciones ideales de humedad
inicial, para facilitar la mínima retención y la máxima escorrentía.

Estos análisis deben hacerse con la información de lluvias extremas reales registradas en la
cuenca, teniendo en cuenta eventos de máxima duración y de máxima intensidad. De
antemano no es posible asegurar que una lluvia de mayor duración con intensidad
intermedia produzca mayor o menor escorrentía que una lluvia con menor duración, pero
más intensa. Por ello el caudal debe analizarse con varias precipitaciones extremas.

El análisis cuantitativo y cualitativo que permite estimar el proceso de escorrentía de la


lluvia hasta producir el caudal se hace mediante programas de computador que simulan el
comportamiento de la cuenca, de acuerdo con los métodos analíticos descritos en los
temas anteriores.
13. TEMA:
Caudal de diseño en obras hidráulicas.
Dos de los propósitos, entre varios más, que tiene la hidrología son identificar la cantidad
de agua disponible como recurso natural para un propósito específico y estimar los
caudales extremos, mínimos y máximos, que pueden afectar la seguridad y la vida con
sequías o con inundaciones.

En esta sección nos dedicaremos a analizar la selección del caudal de diseño para obras
hidráulicas relacionadas con los caudales máximos o caudales picos. Esas estructuras
hidráulicas cubren un amplio rango de obras, desde pequeñas canalizaciones
subterráneas que cruzan por debajo de carreteras secundarias (llamadas box culvert),
canalizaciones que cruzan debajo de grandes autopistas, canaletas de drenaje, diques en
zonas urbanas, sistemas de alcantarillados urbanos para aguas lluvias, sistemas de
drenaje de aeropuertos, canales de drenaje en distritos de riego, vertederos de presas
pequeñas, túneles de desviación para construcción de presas, y vertederos de presas
grandes.

El dato que se requiere para esas estructuras es el caudal de diseño, el cual depende del
período de retorno, o sea el tiempo promedio para el cual se requiere proteger el sistema
contra la posible inundación. En otras palabras, teniendo en cuenta que las obras de
protección son costosas, el análisis debe tener en cuenta el costo de los daños que
puedan suceder asociados con la probabilidad que tengan de ocurrir, contra el costo de la
estructura de protección.

Por ejemplo, al diseñar un sistema de alcantarillado de aguas lluvias para un sector


urbano debe compararse el costo de tuberías de gran tamaño contra el costo económico
y el costo emergente de soportar el desbordamiento del agua cada cierto número de
años. Tolerar lo segundo puede ser más aceptable que afrontar lo primero. En el otro
extremo se ubica la selección del caudal de diseño del vertedero de caudales excedentes
para una presa de gran tamaño, que tiene asociados costos enormes por el valor mismo
de la estructura que se puede perder, la inutilización de la central hidroeléctrica o el
sistema de suministro de agua que se atiende desde ella y, por encima de todo, el riesgo
de las pérdidas de vidas humanas, de los pueblos, de la infraestructura y de los sistemas
productivos localizados aguas abajo de la presa que pudiera fallar por un caudal que no
pueda controlarse, riesgo que debe eliminarse hasta donde sea físicamente posible.
Estas son las consideraciones que debemos tener en cuenta en el momento de
seleccionar el período de retorno del caudal de diseño para cada una de esas estructuras.
Viessman et al. (1977) presenta un análisis detallado de este asunto para diferentes
clases de estructuras, el cual exponemos a continuación:

Estructuras menores: La tabla 2 muestra los períodos de retorno para la selección de


caudal de diseño de algunas estructuras menores. Se destaca el rango del período de
retorno para el diseño de coberturas (box culvert) que cruzan por debajo de carreteras,
porque no es lo mismo soportar una inundación de la banca en una carretera secundaria
que en una gran autopista.

Tabla 2. Períodos de retorno de caudales máximos para estructuras menores


Fuente: (Viessman et al., 1977, p. 582)

PERÍODO DE RETORNO TR
TIPO DE ESTRUCTURA
Años
Drenaje de carreteras tráfico liviano 10
Drenaje de carreteras tráfico medio 25
Drenaje de carreteras tráfico pesado 50
Aeropuertos 5 a 50
Drenaje urbano 2 a 10
Diques 2 a 50
Canales de drenaje 5 a 50

Presas: La posibilidad de que una presa falle es crítica, catastrófica. Si el volumen de agua
almacenado en el embalse de la presa se libera súbitamente por una ruptura de la
estructura, produciría una avenida de caudal enorme que arrasaría con todo lo que
encuentre a su paso aguas abajo. Esto depende de la altura del agua almacenada en la
presa, más que del mismo volumen total de agua almacenado en el embalse. Destruiría
pueblos, viviendas, cultivos, carreteras y causaría muerte de personas y de animales. Un
evento de esta naturaleza es inaceptable y, por tanto, las presas deben protegerse contra
el caudal máximo probable que pueda llegar hasta ellas. Este caudal es el que se debe
seleccionar para el diseño del vertedero de excesos de la presa.

Excepcionalmente pueden excluirse de esta condición extrema las presas pequeñas


localizadas en zonas alejadas que no tengan, y nunca tendrán, comunidades ni
instalaciones productivas en el curso del río abajo de ellas, de tal forma que el daño
máximo que pueda ocasionarse sea la pérdida de la estructura misma y la suspensión del
servicio que prestaba. Si estos costos son tolerables, el período de retorno del caudal de
diseño del vertedero puede limitarse a cien años.
14. TEMA:
El agua subterránea. Acíferos.
El agua subterránea tiene gran importancia como fuente de suministro del recurso hídrico,
en particular en regiones aisladas donde es difícil el suministro para consumo humano en
granjas o pequeñas comunidades y para riegos o en zonas áridas donde las lluvias son
escasas. Los acuíferos, depósitos subterráneos de agua, constituyen una fuente importante
para esos suministros, mediante bombeos.

También es significativa por su relación con la humedad del suelo, de donde se nutren de
agua las plantas.

El otro factor que hace importante el agua subterránea es su participación en el ciclo


hidrológico, como origen de los manantiales de donde nacen los ríos y como fuente del
caudal base que alimenta los cauces de las corrientes, aún en tiempos secos. Lo contrario
también es cierto, es decir que una porción del agua que escurre por el cauce de los ríos se
infiltra y ayuda a la recarga de acuíferos más profundos. El subsuelo, en la cual se describe
en detalle movimiento y almacenamiento del agua subterrárea.

El agua que se infiltra desde la superficie del terreno hacia el subsuelo, penetra en la zona
vadosa y aporta a la humedad del suelo. El exceso del agua continúa su movimiento hacia
zonas más profundas, donde encuentra el depósito de agua subterránea, que se conoce
como acuífero. La superficie superior del acuífero constituye el nivel freático, donde la
presión en los poros del suelo es la misma presión atmosférica externa, y de allí hacia
abajo se presenta la presión hidrostática del agua.

Los acuíferos son la fuente del agua subterránea que fluye hacia las quebradas y ríos y les
suministran agua prácticamente en forma permanente, en especial durante los períodos
en que no hay lluvia. Los acuíferos, tanto libres como confinados, también son fuente de
agua aprovechable como recurso natural, que se extrae a través de pozos y mediante
bombeos.

Un acuífero que tiene nivel freático se conoce como acuífero libre. También hay acuíferos
confinados, atrapados entre dos estratos impermeables, uno inferior y otro superior.
Usualmente los acuíferos confinados aún en su capa superior tienen una presión mayor
que la atmosférica, pues usualmente están sometidos a carga hidráulica desde zonas más
altas.
Figura 12. Esquema del comportamiento del agua subterránea

Según Linsley et al. (1977) un acuífero es “una formación geológica que contiene agua y
que la transmite de un punto a otro en cantidades suficientes para permitir su
aprovechamiento” (p. 163). Hay formaciones geológicas similares que contienen agua,
pero no la transmiten con la velocidad y volumen suficientes para proveer un
abastecimiento significativo, caso en el cual reciben el nombre de acuicluso. También hay
formaciones que no poseen poros interconectados y, aunque almacenar agua, no tienen la
capacidad de transmitirla, y se conocen como acuífugo.

Para que un acuífero pueda transmitir agua, además de la condición de que tenga poros
interconectados, se necesita que el nivel freático tenga gradiente, es decir, pendiente
entre el lugar del destino del agua y las zonas vecinas alejadas de él. La razón es muy clara
y sencilla: si el nivel freático fuese horizontal, entonces la presión interna en todos los
puntos localizados a la misma profundidad sería constante, e igual a la presión atmosférica
más la presión hidrostática. En cambio, si en el sitio de descarga (el cauce de una corriente
o un pozo de bombeo) el nivel freático es menor que en los puntos más alejados, significa
que, entre los puntos que se encuentren a la misma altura, aquellos más alejados tendrán
más presión hidrostática que los cercanos a la descarga y entonces el agua será impelida a
moverse hacia la descarga.
La Figura 12 da una idea de cómo un acuífero transmite agua en las zonas cercanas a los
cauces mostrados y en el afloramiento de los manantiales.

El movimiento del agua subterránea en un acuífero se explica por la ley de Darcy, según la
cual la velocidad de flujo es proporcional al gradiente hidráulico del nivel freático, como lo
expresa la ecuación 3-8.

v=Ks (3-8)
Donde:
• v es la velocidad de flujo del agua subterránea.
• s es la pendiente del gradiente hidráulico, o sea s = dy / dx
• K es el coeficiente de permeabilidad del suelo, expresado en las mismas unidades de
velocidad que v.

El coeficiente de permeabilidad, también llamado conductividad hidráulica, del suelo se


mide en el laboratorio mediante el permeámetro.

El procedimiento es el siguiente: se obtiene una muestra inalterada del suelo cuya


permeabilidad se quiere medir. La palabra inalterada quiere decir que al laboratorio se
lleva una porción de suelo extraída manteniéndole sus condiciones naturales, sin que los
granos se aflojen ni se compriman. Sin duda, no es tarea fácil, pero es independiente
porque cualquier alteración de las condiciones in situ conducirá a errores en la estimación
de la permeabilidad. Se somete la muestra del material al flujo de agua bajo una carga
hidráulica h determinada, y se mide el caudal q de agua que fluye a través de la muestra
de suelo.

Según la ecuación 3-8, el coeficiente de permeabilidad se estima como:

v ql
K = -------- = ------------ (3-9)
s A h
En esta ecuación q es el caudal (volumen por unidad de tiempo) obtenido por la
infiltración, A es el área transversal de la muestra, l es su longitud y la pendiente s del
gradiente se estima como:

s = h / l
Esta estimación del coeficiente de permeabilidad es fácil de realizar y de comprender.
Tiene, sin embargo, dos limitaciones prácticas que pueden hacer poco confiables sus
resultados. Una de ellas es la dificultad de obtener la muestra del suelo en condiciones
realmente inalteradas. La segunda, es la poca representatividad que esa muestra puede
tener de las condiciones reales de toda la zona en estudio. Por esta razón, en la práctica se
prefiere estimar el coeficiente de permeabilidad K mediante ensayos de bombeo en el
campo, extrayendo agua de pozos perforados en el terreno y midiendo en ellos la
pendiente del gradiente, el caudal extraído y el área de flujo del agua cuando entra al
pozo.
15. TEMA:
Planicies de inundación.
Una porción muy importante de las cuencas hidrográficas es la planicie de inundación, la
zona vecina al cauce del río, donde este se expande cuando su caudal crece y sobrepasa las
orillas. Es frecuente y normal que durante el pico de una crecida el agua se salga del cauce
y se extienda por los terrenos vecinos. Esta invasión del agua constituye la inundación.
Ahora bien, contrario a lo que se piensa, este desbordamiento de los ríos durante las
crecidas es normal, necesario y conveniente para el régimen hidráulico de la corriente. De
hecho, los terrenos a donde el agua del río se expande durante una crecida reciben el
nombre de planicies de inundación.

Tanto debido al agua que se desborda como a la proximidad del acuífero, en esas planicies
de inundación se forman humedales, que son conjuntos de pequeñas lagunas y zonas
pantanosas que sirven refugio a plantas y animales y de almacenamiento transitorio al
agua desbordada. Cuando el agua se expande por las planicies de inundación, se produce
un efecto de amortiguación del pico de la crecida, pues el agua que transitoriamente es
almacena en esas zonas se demora en regresar al cauce de la corriente. En otras palabras,
las planicies de inundación y sus humedales le pertenecen al río, cumplen una función de
regulación hidráulica y deben respetarse, evitando ocuparlas con construcciones
permanentes tales como edificaciones y vías.
16. TEMA:
Estimación sintética de caudales de crecida.
Si se aplican los conceptos enunciados en las secciones anteriores, en particular en las
secciones de Relaciones entre lluvia y escorrentía, y en hidrograma unitario, puede
simularse o estimarse caudales a partir de las lluvias y de las condiciones físicas de la
cuenca. El resultado se conoce como caudales sintéticos, o caudales estimados. Esta
estimación es muy útil porque normalmente es más fácil obtener información de lluvias
máximas extremas que de caudales máximos extremos. La información de lluvias máxima
extremas, en su duración y en su intensidad, que corresponden a períodos de retorno
grandes, es útil porque a partir de ellas se pueden estimar los valores de caudales que no
es fácil obtener de los registros limnigráficos de que se dispone en la cuenca.

Un problema que debe tenerse en cuenta es la precisión de estas estimaciones, pues,


como se ha discutido atrás, las variables climatológicas y geomorfológicas que intervienen
en el proceso lluvia-escorrentía son muy abundantes, y su influencia para un caso dado es
difícil de determinar con precisión.

La dificultad que se enuncia en el párrafo anterior es menor cuando se trata de caudales


promedios diarios, promedios mensuales y promedios anuales, pues en estos casos puede
trabajarse con condiciones promedio de la cuenca, las cuales conducen a errores más
pequeños.

Por el contrario, cuando se pretende simular el flujo instantáneo producido por una
tormenta en particular, las incertidumbres relacionadas con la respuesta de la cuenca son
más inciertas. Paradójicamente, estos son los casos en que la simulación del proceso lluvia-
escorrentía es más útil, para mejor la información de las series de caudales máximos
instantáneos.

A continuación, presentamos algunas consideraciones relacionadas con esta última


aplicación, o sea la simulación del flujo de escorrentía en la cuenca a partir de lluvias
individuales, para encontrar los caudales instantáneos picos:
Para facilitar los cálculos, en especial para el manejo de toda la información requerida, se
utilizan modelos de computador, varios de los cuales han sido desarrollados y
perfeccionados a lo largo de varias décadas, como el modelo HEC 1 del Cuerpo de
Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, que ha tenido desarrollos posteriores como
el HEC 2 y, actualmente, el HEC-HMS. Los modelos HEC son, además, gratuitos y de uso
libre.
La estructura de estos modelos de simulación imita los procesos lluvia-escorrentía que
hemos discutido en las secciones anteriores. Dependiendo de la precisión deseada,
usualmente para su aplicación la cuenca se subdivide en las subcuencas que la componen,
para analizar la escorrentía en porciones más pequeñas de terreno. Esto permite también
agrupar los parámetros geomorfológicos y utilizar métodos sencillos como el hidrograma
unitario para convertir la lluvia excedente en escorrentía pico.
17. TEMA:
La hidrología, los caudales y la ecología.
La hidrología y la ecología tienen una relación mutua grande, no solamente porque ambas
forman parte de las llamadas ciencias de la tierra, que tienen múltiples interrelaciones,
sino porque ambas se afectan con las alteraciones que tengan sus procesos.

La actividad humana, que altera las condiciones del suelo y de la atmósfera, influye en los
procesos hidrológicos, geomorfológicos y climáticos de la Tierra. Las alteraciones en la
circulación atmosférica y el calentamiento global afectan directamente la precipitación, el
régimen fluvial, la magnitud y frecuencia de crecidas y sequías y la evapotranspiración,
afectando indirectamente la precipitación, las reservas de agua en el suelo, la escorrentía
y, finalmente, el caudal de los ríos. Todo ello tiene, finalmente, consecuencias en el
aprovechamiento de los recursos hídricos.

Las actividades humanas tienen también consecuencias en las fluctuaciones climáticas. Y


pueden tener más incidencia, porque actúan a plazo muy corto, generando cambios en los
usos del territorio, las rotaciones de los cultivos, la densidad de la cubierta vegetal, y las
condiciones del suelo, originando cambios en la interceptación, infiltración,
almacenamiento del agua en el suelo, la escorrentía superficial y los caudales. Las
alteraciones en la cubierta vegetal tienen también una influencia directa sobre los
procesos geomorfológicos, porque la deforestación aumenta la erosión laminar, los
sedimentos, el transporte y la sedimentación, y la formación de deslizamientos
superficiales, e influye en la velocidad del flujo de la escorrentía superficial hacia los
cauces, incrementando los picos de las crecidas.

Finalmente, estas alteraciones tienen igualmente consecuencias en la cantidad y calidad de


los recursos hídricos para riegos, abastecimiento de agua para consumo humano, la
ocurrencia de avenidas en las tierras bajas y la velocidad del depósito de sedimentos en los
embalses, con el consiguiente acortamiento de su vida útil.

Es claro que los procesos ecológicos y sus alteraciones tienen enorme correlación con los
procesos hidrológicos.
Para finalizar el aprendizaje de esta unidad revisa el siguiente video:

Video
• Autor: The Musica & Ciencia
• Título: 03- Aguas Subterráneas y los Acuíferos
• URL: https://www.youtube.com/watch?v=FkgKroBwgBM

Has finalizado tu recorrido por la Unidad 3, en esta unidad aprendiste sobre caudales de
escorrentía, conociste el concepto de cuenca hidrográfica, la formación de los caudales, su
medición y análisis cuantitativo, así como la selección del caudal de diseño para las obras
hidráulicas y la evaluación de los impactos ambientales.

Así, hemos llegado al final del curso Hidrología, esperamos que los contenidos, los recursos
y las actividades aquí planteadas te hayan permitido adquirir un conocimiento básico,
comprensivo e integrado de los procesos del agua en la atmósfera, en el suelo y en el
subsuelo. Asimismo, esperamos que hayas conocido el alcance que tienen los usos del
agua como recurso natural y que comprendas su comportamiento en la atmósfera,
entendiendo y reconociendo los procesos de evaporación, humedad atmosférica,
transporte, condensación y precipitación, además de su medición y su análisis cuantitativo.
En general, esperamos que ahora comprendas un poco más la importancia del agua, su
comportamiento, su control, medición y sus usos en general para la vida de las especies en
la Tierra.

¡Felicitaciones! Has finalizado el curso de Hidrología.


Referencias Bibliográficas
• Diseño Gráfico: Steven Miranda Cardona. Dirección de Tecnología. IUD

• Cavcar, M. (s.f.). The International Standard Atmosphere. Andalou University.


http://fisicaatmo.at.fcen.uba.ar/practicas/ISAweb.pdf

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• Empresas Públicas de Medellín 2005. “Revista Hidrometeorológica” Volumen 1,


número 1, Medellín, noviembre de 2005.

• Gribbin, J. E. (2017). Introducción a la Hidráulica e Hidrología, con aplicaciones para


la administración del agua pluvial. Cengaje Learning.

• Guzmán, D., Ruiz, J. y Cadena, M. (2014). Regionalización de Colombia según la


estacionalidad de la precipitación media mensual, a través Análisis de Componentes
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• Hardy, R., Wright, P., Gribbin J. y Kington, J. (1983). El libro del clima. Herman Blume
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Di78B_topLink=home&_110_INSTANCE_4VnjNLZDi78B_delta2=20&_110_INSTANCE
_4VnjNLZDi78B_keywords=&_110_INSTANCE_4VnjNLZDi78B_advancedSearch=false
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false&_110_INSTANCE_4VnjNLZDi78B_cur2=2
• Leyva, P. (2001). El medio ambiente en Colombia. Instituto de Hidrología,
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• Linsley, R., Kohler, M. y Paulus, J. (1977). Hidrología para ingenieros. Editorial


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• Viessman, W., Knapp, J., Lewis, G. y Harbaugh, T. (1977). Introduction to Hydrology.


Harper & Row Pulbishers.

Referencias de las imágenes.


• Figura 1. Esquema del movimiento del agua en el cauce de una corriente. Concepto del
caudal de la corriente.
Fuente: Dibujo de Luis Fernando Múnera L.

• Figura 2. Hidrograma
Fuente Gribbin, 2017, página 192

• Figura 3. Esquema de un limnígrafo


Fuente: http://theenvironmentalistjournal.blogspot.com/2012/09/escorrentia.html

• Figura 4. Correntómetro de hélice


Fuente: https://www.directindustry.es/prod/seba-hydrometrie-gmbh-co-kg/product-
63216-640768.html
• Figura 5. Sección para aforo de caudal, dividida en franjas.
Fuente: Linsley et.al, 1977, página 97

• Figura 6. Distribución vertical de la velocidad de la corriente


Fuente: https://encrypted-
tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRpolnENQ1Lf_b46VCU5bXsCaE551lsaX-
JzA&usqp=CAU

• Figura 7. Curva de calibración de caudal con la altura en la sección de un río.


Fuente: https://www.researchgate.net/figure/Variacion-del-caudal-Q-vs-altura-de-
nivel-h-La-curva-ajustada-polinealmente-alcanza-un_fig2_326381003

• Figura 8. Delimitación de una cuenca de drenaje.


Fuente: Gribbin, 2017, página 179

• Figura 9. Diagrama esquemático de la repartición de una precipitación durante una


tormenta.
Fuente: Linsley, 1977, página 216

• Figura 10. Conversión de caudal instantáneo en caudal promedio diario.


Fuente: Linsley, 1977, página 110

• Figura 11. Ejemplo de una tabla de caudales promedios diarios


Fuente: Linsley, 1977, página 109

• Figura 12. Esquema del comportamiento del agua subterránea.


Fuente: Dibujo de Luis Fernando Múnera L.

Referente audiovisual.
• The Música & Ciencia. (2015, 20 de julio). 02- EL Ciclo Hidrológico. [Video]. YouTube.
https://www.youtube.com/watch?v=FkgKroBwgBM

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