You are on page 1of 12

MÓDULO 7 - COUNSELING

7.1. ORIGEN
El counseling tiene su origen en los años treinta del siglo XX. Se considera un modelo de
intervención en orientación psicopedagógica, dado que se basa en el asesoramiento y en la
orientación.

Los investigadores Proctor, Benefield y Wrenn, citados por el pedagogo Rafael Bisquerra (1996),
introducen el año 1931 el concepto de counseling como un proceso de ayuda individualizada.
Lo definen como un procedimiento psicológico que ayuda al paciente a comprender la información
personal en relación con sus propias características (intereses, aptitudes o expectativas). El
principal objetivo es que el sujeto pueda tomar una decisión vocacional.

Los objetivos del counseling en ese primer momento eran alcanzar una máxima satisfacción y
eficacia en las actividades que realizaban los individuos, formular metas y planificar actividades
que fueran capaces de cumplirlas y recopilar información capaz de definir la toma de decisiones.

A medida que avanzaron los años y se desarrolló la técnica, el counseling empezó a verse como
una herramienta de asesoramiento psicológico, dado que se ocupaba de los aspectos
personales de los individuos. A día de hoy, es una técnica en la que el orientador actúa como
facilitador del proceso, pero es el propio sujeto el que debe realizar un autoconocimiento.

En este sentido, el counseling que primero se había centrado en los aspectos vocacionales, se
trasladó a la psicoterapia y al psicodiagnóstico. Es decir, apareció el interés para considerarlo
como un modelo clínico.

En esos primeros años sobresalió el profesional E. G. Williamson que ofrecía un enfoque racional y
directivo. Asimismo, también destacó Carl R. Rogers, quien entendía al ser humano como una
totalidad dispuesta a realizar un proceso de autorrealización.

A partir de ese momento, durante la segunda mitad del siglo XX, empezaron a desarrollarse
distintos enfoques que aportaron nuevos marcos teóricos con múltiples aplicaciones prácticas
para la orientación.

Anteriormente al término counseling, se utilizaba la palabra guidance para referirse a la


orientación, de una forma más general. Cuando se originó el concepto counseling empezaron a
utilizarse indistintamente, debido a la confusión de sus significados.

No obstante, ambos términos cuentan con características diferentes. De hecho, el counseling es


un modelo más próximo, personal e individual para el cliente, teniendo una gran relevancia los
factores afectivos. En contraposición, el guidance está mediado por un terapeuta, es grupal, va
dirigido a ámbitos como el vocacional o el educativo y tiene un importante componente
cognoscitivo.

7.2. PRINCIPIOS Y FUNDAMENTOS

Página 1 de 12
El counseling es un anglicismo que se puede traducir como “consejo asistido” o “relación de
ayuda”. Es un método en el que un consultor profesional, que recibe el nombre de counselor,
ofrece orientación a personas que necesitan ayuda para encontrar soluciones o para resolver
algún problema.

Carl Rogers, citado por los psicoterapeutas Alberto S. Segrera, Jeffrey H. D. Cornelius-White,
Michael Behr y Silvia Lombardi (2014), define el counseling como “una relación definidamente
estructurada y permisiva que permite al sujeto (cliente) comprehenderse mejor a sí mismo, de tal
manera que pueda ir dando pasos positivos a la luz del nuevo enfoque que quiere dar a su vida”.

Asimismo, también es una herramienta útil para desplegar el potencial de cada individuo y
establecer unas condiciones de bienestar psicológicas y espirituales, tanto de forma individual
como colectiva.

Por tanto, el counseling es una disciplina que tiene como objetivo promover una buena
conducta de la persona en los diferentes ámbitos de su vida. Por este motivo, puede ser de varios
tipos: educacional, laboral, profesional, de pareja, etcétera.

En otras palabras, el counseling promueve “el desarrollo del potencial humano del mismo sujeto”
y tiene como objetivo incluir la totalidad de la persona en el área o ámbito que desea.

Es decir, el counseling cuenta con una mirada holística porque entiende los seres humanos
como una integración de cuerpo, mente y emociones. Cada una de las partes que conforman al
individuo tienen relevancia en el desarrollo de la persona, por lo que se deben cuidar y potenciar.

De esta manera, el objetivo principal del counseling es ayudar al paciente a lograr los siguientes
aspectos:

● crecimiento personal;
● afrontamiento de problemas;
● aprendizaje;
● maduración.

En dicho proceso, tiene una especial importancia la figura del orientador, o counselor, que es el
encargado de orientar humanísticamente y de facilitar las capacidades humanas. Su función es la
de asesorar en el fomento de cambios que permitan la superación de los conflictos y un adecuado
desarrollo del individuo.

El terapeuta y profesor Andrés Sánchez (2015) especifica los siguientes roles del profesional:

● acompañar emocionalmente;
● aconsejar y asesorar;
● facilitar el desarrollo de potenciales;
● asistir en procesos de cambio y crecimiento personal.

Para que el counseling sea eficaz, se recomienda efectuar las acciones en cuatro instancias:

● Prevención y promoción. Prevenir tiene que ver con la anticipación para evitar alguna
situación conflictiva o dañina y conseguir unas condiciones beneficiosas. Por otro lado, la
promoción tiene que ver con las acciones que puedan favorecer el estado psicológico y
espiritual. Ambas tareas se pueden desarrollar en ámbitos institucionales o espacios
comunitarios, como pueden ser empresas, hospitales o escuelas.

Página 2 de 12
● Asistencia para el cambio. Es una herramienta destinada a personas que tienen dificultades
para resolver sus problemas y para elaborar su desarrollo personal. En este sentido, el
counseling ofrece una asistencia para el cambio a los individuos que accedan a él. Por tanto,
se facilita una autocomprensión y la adquisición de nuevos recursos para solucionar
problemas. Las situaciones más habituales en las que se suele demandar esta técnica son:
● situaciones de tensión o crisis, ya sea en el ámbito familiar, laboral o en la pareja;
● etapas en las que se realizan cambios evolutivos como, por ejemplo, en la niñez, en la
adolescencia o en la menopausia;
● momentos en los que se sufre una crisis vital o situaciones problemáticas, como puede
ser el cansamiento, el divorcio o la viudez;
● circunstancias en las que existe una problemática específica, como los desórdenes de
alimentación o la violencia familiar, entre muchas otras.
● Orientación en el crecimiento y desarrollo personal. El objetivo del counseling es
conseguir una orientación y crecimiento en el desarrollo personal de un individuo. Asimismo,
toma una postura holística para enfocar sus metas, dado que entiende que cuerpo y mente
son uno solo. Este paso se lleva a cabo después de que el sujeto haya conseguido superar el
cambio de la fase anterior y desee profundizar totalmente en su persona. De esta manera,
conseguirá potenciar ciertos recursos que tenía escondidos. Para trabajar a fondo esta etapa,
se aconseja tomar contacto con un counselor entre 6 y 24 meses.
● Despliegue personal. Una vez que el sujeto ha superado las fases anteriores, inicia un
nuevo camino de búsqueda que le permita dotar a su vida de un sentido existencial y
transcendente. Por tanto, es un ciclo muy reflexivo y que no tiene una duración establecida,
sino que se acabará cuando el individuo haya conseguido encontrar el punto de bienestar
psicológico y espiritual deseado.

Cabe destacar que, aunque es una herramienta muy útil, el counseling va orientado a unas
personas, grupos u organizaciones en concreto. Es decir, estos sujetos deben:

● tener un problema o conflicto que los desborde y desoriente e impida su desarrollo personal;
● contar con un problema que pueda ser solucionado mediante la orientación y el
asesoramiento;
● poseer un alto nivel de iniciativa ante el cambio, estar motivados antes de empezar la
consulta;
● disponer de condiciones reflexivas, tanto para ellos mismos como para las personas
implicadas en el problema;
● contar con capacidades de observación y autocrítica, para poder analizar el problema y
responsabilizarse si es necesario;
● considerar que el problema que les está sobrepasando es modificable, que podrán cambiarlo.

7.2.1. Fases

El proceso de orientación basado en el modelo de counseling se divide en tres fases diferenciadas,


en las cuales el orientador tiene un papel esencial como guía y elemento de apoyo. Los estadios
de dicho método son los siguientes (Martí, et al., Bermejo, 2011):

● Exploring skills. Exploración de los problemas para entender la postura y la situación del
cliente. El cliente identifica y clarifica sus preocupaciones y problemas, analizando el
escenario presente.
● Understanding skills. Comprensión y acompañamiento del paciente para conocer la verdad
sobre su preocupación. El orientador ayuda al cliente en la definición de otro escenario en el
que se puedan establecer nuevos objetivos que le ayuden a avanzar.
● Acting skills. Desarrollo de estrategias de acción para conseguir las metas propuestas, para
llevar al cliente a un nuevo escenario.

Además de estas fases, en las sesiones de counseling también se puede hacer uso de una
estrategia denominada SOLER:

Página 3 de 12
● Squarely: situarse delante del paciente en un ángulo adecuado.
● Open posture, Lean: inclinarse de forma ligera hacia el paciente.
● Eye contact y Relaxed: establecer contacto con los ojos del cliente en un ambiente relajado.

7.3. FIGURA DEL COUNSELOR


El counselor es la figura que se encarga de acompañar al cliente a entender sus
preocupaciones y a lograr las metas definidas. Para ello, es importante que exista un vínculo de
confianza y seguridad entre cliente y counselor.

No obstante, el asesorado siempre se debe ver como una persona capaz de orientar su vida de
forma autónoma, aunque debe tomar una posición de coparticipante:

El vínculo entre counsellor y ayudado se entiende como un tipo particular de relación


de cooperación, donde el ayudante se ve a sí mismo como un coparticipante y no
como un mero observador imparcial que se sitúa fuera del compromiso del ayudado.
Hay, pues, un verdadero compromiso ético con el ayudado en la exploración y
afrontamiento sano de las dificultades (Bermejo, 2011).

Asimismo, el counselor debe acoger desde el primer momento al asesorado, dado que busca en él
una figura de apoyo. Para que el cliente se sienta acogido, se debe sentir escuchado y respetado
y, sobre todo, libre para poder explicar sus preocupaciones sin miedo a ser juzgado.

Para ello, el counselor debe validar los sentimientos y legitimarlos, es decir, no debe presionar
al asesorado para que los elimine rápidamente, sino que debe ayudarlo a encauzarlos y, además,
hacerlo sentir dueño de ellos.

Es importante que el counselor valide sus emociones porque es algo muy personal de cada
individuo, y el asesorado no debe sentirse culpable de ellos, sino capaz de abordarlos y guiarlos a
donde desee. Si el counselor juzga sus sentimientos podría afectar al cliente en su propia
maduración personal.

El counselor también debe promover la personalización de los problemas que tenga el cliente.
En otras palabras, aunque el problema sea provocado por factores o personas externas, la
dificultad se encuentra el cliente. Por tanto, es él quien debe hacerse cargo del problema.

Este factor tiene una gran relevancia porque, generalmente, los individuos intentan eliminar los
problemas, culpando a los demás sobre el sufrimiento que se les provoca.

En otras palabras, el counseling tiene como objetivo ayudar al cliente a comprender sus
problemas y a entender su contribución al hecho de que le hagan sufrir. Asimismo, impulsa al
sujeto a concretar hacia dónde quiere avanzar, según lo que puede y lo que cree que debe hacer.

Como el propio nombre del counseling indica, “relación de ayuda”, el counselor debe prestar su
ayuda a la hora de deliberar del cliente. El individuo se encontrará con diferentes alternativas y
contraindicaciones que le costará discernir, por lo que necesitará la ayuda de su orientador para
poder solucionarlas.

Página 4 de 12
Para poder llevar a cabo este camino de deliberaciones, el licenciado en bioética y counseling José
Carlos Bermejo (2001) cree que el profesional y el cliente deben realizar las siguientes acciones:

● definir de forma clara la problemática;


● tomar posesión del problema;
● proponer alternativas que puedan solucionarlo;
● evaluar cada una de estas alternativas teniendo en cuenta sus posibles consecuencias;
● analizar de nuevo las alternativas definitivas y sus posibles consecuencias;
● decidir qué opción llevar a cabo;
● establecer el cómo y el cuándo se pondrá en práctica;
● examinar y evaluar los resultados de la alternativa efectuada.

En esta misma línea, el counselor debe potenciar los recursos con los que cuenta el cliente, así
como potenciar sus competencias individuales y celebrar los logros que haya podido alcanzar
(Bermejo, 2011).

También se potencian las habilidades del ayudado cuando el counselor refuerza y consuela sus
esperanzas. Durante el proceso, es posible que el cliente se frustre en algunas circunstancias y
piense que no conseguirá lo que desea, por lo que el counselor debe estar a su lado para
motivarlo y reforzarlo.

Por tanto, el counselor debe ser empático para poder ponerse en el lugar de su cliente y
comprenderlo. Se entiende la empatía como una forma de relación en la que ambos son capaces
de entenderse. Los autores Dave Mearns y Brian Thorne (2009) establecen cuatro niveles de
empatía:

● Nivel 0. Se incluyen en este nivel las respuestas que no muestran comprensión de los
sentimientos que ha expresado el ayudado. Incluso, las respuestas y comentarios de este
nivel pueden ser hirientes o rechazantes.
● Nivel 1. Se da cuando hay una comprensión parcial de la experiencia del individuo. El
counselor puede que se haya perdido alguna de las explicaciones de los sentimientos
expresados por la persona y que por eso sea parcial la comprensión. Se denomina
substractiva a este tipo de empatía porque no se ha tenido en cuenta la totalidad de lo que
expresado el sujeto.
● Nivel 2. El counselor muestra una comprensión de los pensamientos, sentimientos o
emociones expresadas por el ayudado. Se denomina empatía certera a la que se da en este
nivel.
● Nivel 3. Corresponde a una comprensión y empatía que trasciende del nivel de conciencia
inmediata del propio consultante. “A la vez que comunica comprensión de los sentimientos y
respuestas que son evidentes para el consultante, la persona que escucha también está
mostrando la comprensión de que hay sentimientos subyacentes”. La empatía de este nivel
recibe el nombre de reflejo profundo o empatía aditiva.

La motivación es muy importante para que el cliente quiera seguir intentando modificar sus
problemas. Sin ella, tanto por parte del paciente como del counselor, el proceso de cambio
externo y/o interno es más complicado.

Asimismo, la motivación se origina por la tendencia actualizante de los individuos. Es decir, de


su impulso para mejorar y desarrollar su funcionamiento y conducta. Así pues, la tendencia
actualizante motiva a los seres humanos a desarrollarse continuamente.

De la misma forma que al inicio del proceso, se debe establecer un vínculo al final de la relación
entre cliente y counselor, debe haber una despedida para terminar la unión que existía.

Página 5 de 12
7.3.1. Estilos de counselor

El counselor debe estar al servicio del consultante y ayudarlo en los caminos que vaya tomando
para su crecimiento personal. Tal y como se ha comentado en este capítulo, el counselor es una
figura de gran relevancia por lo que debe ser empático, capaz de motivar y tener una gran
capacidad de escucha.

No obstante, este profesional puede tomar diferentes posturas, dependiendo de cómo sea su
interacción con el consultante. El autor José Carlos Bermejo (2011) diferencia cuatro estilos
concretos que puede adoptar el counselor:

● Estilo autoritario. El counselor se centra en el problema del ayudado y quiere resolverlo de


forma directiva, estableciendo una relación de dominio. Toman más importancia los recursos
para resolver el problema que el propio consultante. “La persona ayudada es considerada
como un simple ejecutor de un proyecto que posee bien claro el ayudante”.
● Estilo democrático. Se centra en el problema del consultante y proporciona su ayuda. Por
tanto, se implica en solucionarlo. Propone recursos para que el ayudado encuentre
alternativas válidas para resolver el conflicto y le anima a utilizar sus propias herramientas.
● Estilo paternalista. El counselor toma una actitud paternalista y considera que debe
proteger al consultante. Por tanto, se acerca al ayudado, pero no confía del todo en él porque
no lo ve capaz de solucionar el problema por él mismo. Su modo de intervenir puede ser
directivo justamente por este motivo.
● Estilo empático. También recibe el nombre de participativo y es el más acertado en el
counseling. El ayudador se centra en la persona y toma una actitud facilitadora. Se interesa
especialmente en que la persona se conozca a sí misma y sepa poner solución a sus propios
problemas con sus propios recursos. Asimismo, lo acompaña en el camino de descubrir qué es
lo que quiere y cómo lo debe conseguir.

7.4. TEORÍA CENTRADA EN LA PERSONA


El individuo se sitúa como eje central en el counseling, debido a que todas las acciones que se
desarrollan en la sesión con el counselor tienen como objetivo mejorar la situación del sujeto y

Página 6 de 12
potenciar su crecimiento personal. Teniendo en cuenta esto, se pueden dar cuatro casos distintos
en el counseling (Mearns y Thorne, 2009):

● La motivación surge de la tendencia actualizante. La tendencia actualizante


corresponde a la motivación de las personas para desarrollar su crecimiento personal día a
día. Es decir, es la motivación para querer seguir desarrollándose. La motivación y la
tendencia actualizante facilitan el proceso de cambio en el individuo.
● El individuo pone resistencia dentro del ámbito de vida social. Se denomina mediación
social a este tipo de resistencia y consiste en que la persona tome importancia del contexto
social en el que se relaciona. Por tanto, se tienen en cuenta los intereses sociales y no
únicamente los de crecimiento puramente individual.
● La tendencia actualizante y la mediación social conllevan el proceso actualizante. El
proceso actualizante dista de la tendencia actualizante porque el individuo ya no se rige por
un único impulso, como sucede en la tendencia actualizante. Las personas van variando y
negociando nuevos equilibrios, dependiendo de las dimensiones que van apareciendo en su
vida. Los equilibrios se desarrollan mediante los diálogos constructivos de la persona consigo
misma y con la relación que experimenta con los demás. “La persona configura y reconfigura
el equilibrio al entrar en la lucha por la vida, no solo para sobrevivir, sino también para
hacerla más rica y variada”.
● El trastorno aparece cuando la persona se queda atrapada en al proceso
actualizante. El sujeto no puede alcanzar un equilibrio y se queda atascado en el proceso
actualizante porque la fluidez para adaptarse se convierte en rigidez. Esto provoca que el
proceso se vuelva estático.

7.5. TÉCNICAS DEL COUNSELING


El counseling cuenta con una serie de técnicas que se pueden llevar a cabo para potenciar la
disciplina (Bermejo, 2011). Con la ayuda de ciertos ejercicios es más sencillo trabajar la
comunicación y la relación entre consultante y ayudador, así como potenciar las habilidades del
individuo.

7.5.1. Escucha activa

La primera técnica que el counselor debe tener en cuenta es la escucha activa, ya que es la
herramienta fundamental para poder interactuar y ayudar al consultante. Por tanto, el profesional
debe prestar atención a los significados concretos que emite el consultante y a sus experiencias.

Es importante que el counselor entienda las experiencias como si las hubiera vivido él mismo.
Para ello, se necesita la escucha activa, ya que sin ella el ayudador no podrá captar la experiencia
ajena.

Cabe destacar que también se deben tener en cuenta los elementos de la comunicación no verbal,
dado que estos también dotan de muchísima información al counselor. Por tanto, el ayudador
debe observar la postura, los gestos y las miradas del consultante cuando explica su experiencia.

Por tanto, la escucha activa se sustenta sobre tres bases en las que se puede observar:

Página 7 de 12
● La atención física que corresponde a la postura que toman consultante y ayudante:
● ángulo;
● inclinación;
● brazos y manos sueltas;
● mirada: contacto visual frecuente;
● objetivo: comunicar interés.
● La observación que tiene que ver con la comunicación no verbal:
● la postura del cuerpo;
● el cuidado del cuerpo;
● las expresiones faciales;
● la manera de expresarse mediante el cuerpo;
● objetivo: captar el grado de energía del ayudado cuando explica su experiencia, así como
observar las posibles incongruencias.
● La escucha para captar el contenido de las palabras:
● concentrarse en el contenido y significado de las palabras;
● silencios;
● captar el tono, la velocidad, el ritmo, etcétera;
● objetivo: comprender de forma total la experiencia del ayudado y la percepción que tiene
él sobre ella.
● Por otro lado, la escucha activa es capaz de diferenciar los siguientes niveles (Bermejo, 2011):
● el nivel de los hechos y de lo que sucedió;
● el nivel de las sensaciones o sentimientos que originó cierta situación;
● el nivel de los pensamientos, de las ideas, valoraciones, etc. que experimenta el ayudado;
● el nivel de resonancia, es decir, qué impacto tiene cierta historia;
● el nivel imaginario, en el que se encuentran deseos o imágenes que se evocan en relación
a los hechos.

7.5.2. Respuesta empática

La respuesta empática es otro de los recursos que puede utilizar el counselor para potenciar el
desarrollo de la persona. Como se ha comentado anteriormente, el counseling es una disciplina
que necesita de empatía para que el cliente se sienta reconfortado y no juzgado o atacado.

Las respuestas tienen un gran impacto en el consultante, por lo que el counselor debe tener en
cuenta la contestación que va a dar. Así pues, existen una serie de respuestas que el counselor
debe evitar:

● Respuesta de valoración o juicio moral. Se da cuando el counselor expresa su opinión o


valoración sobre aquello que ha expresado el consultante. En esta situación, el ayudado
puede interpretar que el profesional toma una postura directiva porque expresa cómo debería
haberse comportado o actuado. Este tipo de respuestas pueden provocar un sentimiento de
desigualdad o inferioridad moral en el cliente, originándole sentimientos de inhibición, culpa,
rebelión, disimulo o angustia.
● Respuesta interpretativa. El counselor interpreta lo que comunica el individuo y crea su
propia teoría sobre cómo debería abarcarse cierta cuestión. “Este tipo de respuesta produce
la sensación de haber sido mal entendido y puede provocar desinterés, irritación o resistencia
al ver que su experiencia es leída con criterios distintos a los propios”.
● Respuesta de apoyo o de consuelo. Corresponde a las respuestas en las que el counselor
intenta animar al ayudado poniendo de ejemplo una experiencia común o intentando
minimizar la importancia de la situación para desdramatizar la experiencia que expresa el
consultante. Se puede asemejar con una actitud materna o paternalista que intenta minimizar
el problema restando piedad o dramatismo. “Se intenta animar, pero todo se queda en una
solidaridad emocional o en palabras optimistas pronunciadas sin demasiada convicción”.

Página 8 de 12
● Respuesta de investigación. Son respuestas con preguntas que tienen como objetivo
conseguir más datos sobre el tema que al ayudado explica para poder profundizar en él. Este
tipo de cuestiones pueden derivar la conversación en un tipo de interrogatorio que incomode
al consultante.
● Respuesta solucionadora de problemas. El counselor ofrece una solución rápidamente
para acabar con el problema, “indicándole el método, el camino, dándole consejos de carácter
definitivo que pondrían fin a su problema y, quizás, también a la conversación”. Este tipo de
respuestas pueden cohibir al ayudado y hacerle sentir que debe adoptar dicha solución,
aunque no la termine de comprender o satisfacer.

En contraposición a este tipo de respuestas, existen las denominadas respuestas de


reformulación que, nacidas de una verdadera actitud empática, favorecen la comunicación y la
comprensión.

Por tanto, esta técnica implica una posición empática ante el consultante. No se trata de una
respuesta que es una repetición de lo que comenta el ayudado, sino de una contestación que
confirme que se entiende lo que este expresa y que, a su vez, sea empática porque refuerza sus
sentimientos.

Las respuestas por reformulación pueden ser de dos tipos:

● Reiteración. Es la forma más sencilla y se da cuando el counselor se asegura de que está


entendiendo lo que comunica el ayudado. Remarca, en pocas palabras, aquellas ideas clave
de la situación que expresa.
● Dilucidación. El counselor pone orden a lo que expresa el consultante, aportándole más
claridad para facilitar su reflexión. Este tipo de respuesta es un poco más complicada porque
el ayudador puede caer en una directividad que no conviene.

Para poder realizar una respuesta empática, el counselor debe tener en cuenta los siguientes
elementos;

● Contenidos. El counselor devuelve la información que ha comunicado el consultante para


demostrarle atención e interés activo. De la misma forma, el ayudado podrá corregir alguna
idea en caso de que no se haya entendido con claridad.
● Sentimientos. El counselor debe ir más allá de las palabras y tener en cuenta los
sentimientos, el estado de ánimo y el lenguaje no verbal. Así, debe responder en consonancia
con ellos e imaginar qué respuestas pueden motivar y cuáles hundir a su cliente.
● Sentimientos y contenidos. Es una respuesta en la que se unen tanto las palabras como
los sentimientos. El counselor es capaz de responder al consultante mediante el lenguaje oral,
pero respetando su reacción emocional.

7.5.3. Personalización

La personalización tiene como objetivo centrarse en una única persona y evitar generalizaciones
de cómo deben actuar los individuos. Esta técnica es relevante en el counseling porque siempre
se centra en una única persona y aborda la situación de una forma individualizada y
personalizada.

La personalización se puede aplicar en los diferentes elementos que interactúan en las sesiones
del counseling:

Página 9 de 12
● Personalizar el significado. El counselor relaciona el significado de lo que expresa el
consultante con su experiencia. En otras palabras, identifica “el impacto personal que la
situación está teniendo en el ayudado y por qué razón la experiencia es importante para él.
Uno de los medios de lograr esta personalización es la atención a los temas recurrentes en la
expresión del ayudado, es decir aquellos que le afectan más”.
● Personalizar el problema. Son respuestas que ayudan al consultante a identificar los
elementos del problema que han contribuido a llegar a esa situación.
● Personalizar el sentimiento. Tiene como objetivo identificar qué sentimientos provoca el
problema y cómo influyen en su comportamiento. “Se pretende identificar cuáles son las
implicaciones que a nivel de sentimiento han producido el problema y la personalización del
significado y del problema”.
● Personalizar el fin. Consiste en identificar cuál es el objetivo del consultante, en cuanto a la
solución del conflicto. Personalizar el fin ayuda a determinar cómo se debe actuar para
resolver la problemática. En este punto, también es importante tener claros cuáles son los
valores y compromisos del ayudado para llegar a la meta.

7.5.4. Inmediatez

La inmediatez tiene que ver con la capacidad del counselor para captar la situación actual en la
que se encuentra el consultante. Por tanto, es importante porque permite ayudar de una forma
más rápida y concreta al cliente.

Esta habilidad comporta responder globalmente a la experiencia del otro y, al mismo tiempo, ser
consciente de la propia práctica en la interacción.

7.6. ÁREAS DE APLICACIÓN


El counseling es una disciplina que se puede aplicar en varios ámbitos, tal y como se ha
comentado anteriormente. No obstante, destacan, especialmente, cuatro áreas de aplicación
concretas (Asociación Española de Counselling, 2014; Asociación Argentina de Counselors, s.f.):

● Ámbito comunitario. Se entiende por ámbito comunitario los hospitales, sanatorios o asilos,
entre otros. El objetivo principal del counselor en este ámbito es prevenir la enfermedad o
reducir el dolor mediante el apoyo emocional y el asesoramiento, tanto del individuo afectado
como de su familia. Puede ser muy útil en casos de discriminación o violencia familiar.
● Ámbito organizacional. En una organización puede dotar de herramientas a los equipos
para la resolución de los problemas y conflictos. Se podría dar, por ejemplo, en el caso de una
ONG.
● Ámbito laboral. Es uno de los ámbitos más destacable, dado que su aplicación permite que
exista una mejor comunicación entre los trabajadores y que la interrelación grupal sea
positiva.
● Ámbito educativo. En este ámbito se puede trabajar tanto con los alumnos como con los
docentes, así como con los padres de los estudiantes. Permite una mayor coordinación y
reflexión entre los individuos que se encuentran en esta área, especialmente, en temas de
sexualidad, trastornos alimenticios o adicciones. Es posible que en las sesiones o en el
proceso participen psicopedagogos o psicólogos.

RESUMEN

Página 10 de 12
● El counseling es un anglicismo que se puede traducir como “consejo asistido” o “relación de
ayuda”. Es un método en el que un consultor profesional, que recibe el nombre de counselor,
ofrece orientación a personas que necesitan ayuda para encontrar soluciones o para resolver
algún problema.
● El counseling es una disciplina que tiene como objetivo promover una buena conducta de la
persona en los diferentes ámbitos de su vida. Por este motivo, puede ser de varios tipos:
educacional, laboral, profesional, de pareja, etcétera.
● El proceso de counseling se puede dividir en tres fases diferentes que se denominan exploring
skills, understanding skills y acting skills.
● El exploring skills corresponde a la exploración de los problemas para entender la postura y la
situación del cliente. El cliente identifica y clarifica sus preocupaciones y problemas,
analizando el escenario presente.
● El understanding skills hace referencia a la comprensión y acompañamiento del paciente para
conocer la verdad sobre su preocupación. El orientador ayuda al cliente en la definición de
otro escenario en el que se puedan establecer nuevos objetivos que le ayuden a avanzar.
● La fase de acting skills tiene que ver con el desarrollo de estrategias de acción para conseguir
las metas propuestas, para llevar al cliente a un nuevo escenario.
● El counselor es la figura que se encarga de acompañar al cliente a entender sus
preocupaciones y a lograr las metas definidas. El counselor puede tomar cuatro estilos
diferentes que son el estilo autoritario, democrático, paternalista y empático. Este último es el
más recomendado.
● Las técnicas de las que puede hacer uso el counselor en las sesiones son la escucha activa, la
respuesta empática, la personalización y la inmediatez.
● La escucha activa es una herramienta fundamental para poder interactuar y ayudar al
consultante. Por tanto, el profesional debe prestar atención a los significados concretos que
emite el consultante y a sus experiencias.
● La respuesta empática es un recurso para potenciar el desarrollo de la persona. La empatía es
necesaria para que el cliente se sienta reconfortado y no juzgado o atacado.
● La personalización tiene como objetivo centrarse en una única persona y evitar
generalizaciones de cómo deben actuar los individuos.
● La inmediatez tiene que ver con la capacidad del counselor para captar la situación actual en
la que se encuentra el consultante. Por tanto, es importante porque permite ayudar de una
forma más rápida y concreta al cliente.

AUTOEVALUACIÓN
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides
analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.

1. Explica en qué consiste la fase de exploring skills.


2. ¿Cuántos niveles de empatía se pueden diferenciar?
3. ¿Cuál es el estilo que más se recomienda que adopte el counselor?
4. Indica qué respuestas debe evitar el counselor.
5. Menciona las áreas en las que se puede aplicar el counseling.

SOLUCIONARIO
1. Explica en qué consiste la fase de exploring skills.

Corresponde a una fase de exploración con el objetivo de entender la postura y la situación del

Página 11 de 12
cliente. Por tanto, el paciente identifica y clarifica sus preocupaciones o problemas. Es decir, se
analiza el escenario presente.

2. ¿Cuántos niveles de empatía se pueden diferenciar?

Se pueden diferenciar cuatro niveles de empatía: nivel 0, 1, 2 y 3.

3. ¿Cuál es el estilo que más se recomienda que adopte el counselor?

El estilo que más se recomienda que adopte el counselor es el empático o participativo porque
toma una actitud facilitadora. Se interesa especialmente en que la persona se conozca a sí misma
y sepa poner solución a sus propios problemas con sus propios recursos. Asimismo, la acompaña
en el camino de descubrir qué es lo que quiere y cómo lo debe conseguir.

4. Indica qué respuestas debe evitar el counselor.

Las respuestas que debe evitar el counselor son la:

● respuesta de valoración o juicio moral;


● respuesta interpretativa;
● respuesta de apoyo o consuelo;
● respuesta de investigación;
● respuesta solucionadora de problemas.

5. Menciona las áreas en las que se puede aplicar el counseling.

Las áreas en las que se puede aplicar el counseling son la comunitaria, la organizacional, la laboral
y la educativa.

Página 12 de 12

You might also like