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TEMAS 10 - EFICACIA JURÍDICA DEL INSTRUMENTO PUBLICO

Valor Formal del Instrumento Público:

En la práctica, es posible encontrar que, atendiendo a diferentes tipos de consideraciones,


incidencias, omisiones y hasta hechos constitutivos de delitos, puede darse el caso de que el
instrumento no cumpla con sus fines. Frente a esta realidad cabe plantear el problema de la
eficacia jurídica que debe tener el instrumentó público.

Para que un instrumento público posea valor formal, deben haberse cumplido los requisitos
legalmente necesarios para su elaboración. Es por ello que, dentro del Derecho Notarial, la forma
es uno de los fines como el medio idóneo para proveer de certeza jurídica.

El Notario, por su formación y preparación, goza de ¡a credibilidad púbica, pues es un profesional,


un perito en la materia, que conoce tanto el ordenamiento jurídico y se ha preparado para dar la
forma adecuada a los negocios jurídicos, contratos, actos y hacer constar los hechos para los cuales
sea requerido.

Valor probatorio del Instrumento Público:

El Instrumento tiene valor probatorio (plena prueba –medio de prueba documental), dentro de los
juicios y procedimientos administrativos y judiciales, con base en el artículo 186 del Código
Procesal Civil y Mercantil, citado varias veces en clase. Sin embargo sabemos también que las
partes tiene el derecho de "redargüir" de nulidad o de falsedad el instrumento público. Por tanto,
la pérdida del valor probatorio del instrumento puede darse debido a que el instrumento no sea
eficaz, lo cual se sustenta en falsedad (hechos no verdaderos) o en nulidad (la cual puede ser por
motivos de fondo o de forma). Si es presentado en un proceso como medio de prueba, puede ser
atacado dentro del mismo proceso el instrumento público según el artículo 187 del CPCyM.

Impugnación de un Instrumento Público por causas de Nulidad:

a) Nulidad de fondo del Instrumento Público (nulidad absoluta):

Desde un punto de vista general la nulidad se refiere a: "Carencia de valor. /Falta de eficacia /
Ilegalidad absoluta de un acto.

El Dr. Vladimir Aguilar Guerra, ha manifestado de la nulidad lo siguiente: Es la sanción más fuerte
que se puede imponer al contrato, en cuanto que supone que este ab initio no produce ningún
efecto que le es propio, sin necesidad de una declaración judicial en este sentido. Es decir, la
nulidad supone la privación de efectos desde un principio a los actos jurídicos.

Código Civil, en el artículo 1301, establece: Hay nulidad absoluta en un negocio jurídico, cuando su
objeto sea contrarió al orden público o contrarío a leyes prohibitivas expresas, y por la ausencia o
no concurrencia de los requisitos esenciales para su existencia. Los negocios que adolecen de
nulidad absoluta no producen efecto ni son revalidables por confirmación.
Para la existencia del acto jurídico debe cumplirse con lo establecido en el artículo 1251 del Código
Civil, que regula: El negocio jurídico requiere para su validez: capacidad legal del sujeto que
declarara su voluntad, consentimiento que no adolezca de vicio y objeto lícito.

Lo importante de esta clasificación es que nos permite establecer cuándo un negocio jurídico, es
nulo y cuándo es anulable. El acto jurídico es nulo por falta de un elemento esencial, en cuyo caso,
el acto no existe como tal. Por otro lado, ante la ausencia de los requisitos necesarios para su
validez, el acto existe pero puede ser invalidado, es decir, es anulable.

Los requisitos esenciales en un acto jurídico, se encuentra regulados en los artículos 1251 y 1301 y
se resumen así: a) capacidad; b) consentimiento que no adolezca de vicio; y c) Objeto Lícito.
Adicionalmente existe la posibilidad que la ley establezca la obligación de una determinada forma
o solemnidad (casos específicos).

La acción que corresponde iniciar en estos casos, conforme lo prescrito en el artículo 1302 del
Código Civil, la nulidad puede ser declarada de oficio por el juez cuando resulte manifiesta. Puede
también ser alegada por los que tengan interés o por el Ministerio Publicó (en la actualidad
Procuraduría General de la Nación).

b) Nulidad relativa del instrumento público:

Siempre desde el punto de vista del Derecho Civil, el negocio jurídico puede ser anulable, con base
en dos motivos, previstos en el artículo 1303:

Artículo 1303. El negocio jurídico es anulable: 1°. Por incapacidad relativa de las partes o de una de
ellas; y 2°. Por vicios del consentimiento.

Cuando un negocio jurídico es anulable, que sí produce efectos para las partes en tanto no exista
declaración judicial, en sentencia firme, sobre la nulidad del instrumento. Además, el negocio
jurídico defectuoso por estas causales es revalidable mediante confirmación (artículo 1304 al 1306
del Código Civil). Sin embargo, como parte de la función notarial que realiza el profesional, se
encuentra la función de calificación de la legalidad sobre los actos que va a autorizar, dentro de lo
cual solicita la identificación de las personas por los medios de ley, así como la presentación de
constancias y documentos que demuestren, por ejemplo, la propiedad de los bienes, así como
corroborar que la manifestación de voluntad, manifiesta en el consentimiento que se materializa
con la firma del documento, no se encuentre viciada en forma alguna. Además, una característica
sobresaliente para promover la nulidad, es que existe un determinado tiempo dentro del cual
puede pedirse, pues luego, en términos generales, caduca o prescribe (en 2 años) y podrá
intentarla "la parte cuyo consentimiento está viciado o por quien resultare directamente
perjudicado" (artículo 1310 del Código Civil) ante el órgano jurisdiccional correspondiente.

La omisión de requisitos esenciales como causa de nulidad relativa del Instrumento Público:
La nulidad del negocio jurídico no implica necesariamente la nulidad del instrumento público en
virtud, de que ambos son independientes entre sí, con sus propios requisitos esenciales para
validez. Los requisitos esenciales del instrumento público, específicamente la escritura, están
previstos en el Código de Notariado, artículo 31.

También el artículo 32 del cuerpo legal establece lo relativo a la omisión de las formalidades
esenciales en los instrumentos públicos, misma que da acción a la parte interesada para demandar
su nulidad, siempre que se ejercite dentro del término (plazo) de cuatro años, contados desde la
fecha de su otorgamiento. Transcurrido ese plazo, caduca el derecho para promover la acción de
nulidad del instrumento público y surtirá todos sus efectos.

El Notario debe cumplir también con otros requisitos en el faccionamiento de la escritura pública,
que son los establecidos en el artículo 29 del Código de Notariado.

Si el Notario omite alguna de las formalidades no esenciales en la escritura pública, entonces se


hará objeto de una sanción pecuniaria, de acuerdo a lo prescrito en el artículo 33 del Código de
Notariado.

Impugnación del instrumento público por falsedad:

Estos ya fueron estudiados en clase.

TEMA 11 - EL PROTOCOLO –PRIMERA PARTE-

Definición legal:

El Código de Notariado, regula lo siguiente: Artículo 8º -El Protocolo es la colección ordenada de las
escrituras matrices, de las actas de protocolación, razones de legalización de firmas y documentos
que el Notario registra, de conformidad con esta ley.

Apertura de Protocolo:

El Código de Notariado establece al respecto: Artículo 11. -Los Notarios pagarán en la Tesorería del
Organismo Judicial de cincuenta quetzales (Q 50.00), cada año, por derecho de apertura de
protocolo. Los fondos que se recauden por este concepto, se destinarán a la encuadernación de los
testimonios especiales enviados por los Notarios al Archivo General y a la conservación de los
protocolos.

Desde otro de vista, el Notario no tiene ningún problema en cuanto a la disponibilidad del papel
sellado especial para protocolos, debido a que este tiene una vigencia quinquenal es decir, de cinco
años, y el lote que se le ha vendido oportunamente mantener la numeración correlativa, sin
interrupción, hasta que se agoten.

Abrir el protocolo:

El código de Notariado establece: Artículo 12. -El protocolo se abre con el primer instrumento que
el Notario autorice, el que principiará en la primera línea del pliego inicial…

Artículo 9º de la misma Ley, establece que: -Las escrituras matrices, actas de protocolación y
razones de legalización de firmas se extenderán en papel sellado especial para protocolos. Las
oficinas fiscales venderán exclusivamente a los notarios en ejercicio, el papel para protocolo, en
lotes de veinticinco pliegos, por lo menos, guardando en éstos el orden correlativo. Dichas oficinas
anotarán la venta en un libro de registro, en el que se consignarán la serie y los números del papel,
y el nombre y firma y sello del Notario que recibe el papel para sí, o por encargo de otro Notario.

Respecto a lo anterior, es importante tomar en consideración lo regulado en los artículos 27 último


párrafo, 23, 28, 29 y 30 de la Ley de Timbres Fiscales y Papel Sellado Especial para Protocolos, el
artículo 28 del Reglamento de esta ley (Acuerdo 737-92).

Cada hoja de protocolo, en la actualidad tiene un valor de Q.10.00 y las venden por lotes de
cincuenta hojas, por lo que se cancela por cada lote Q.500.00, sin embargo entrega un total del 55
hojas de protocolo por cada lote debido por una comisión del 10% establecido en la Ley

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