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RAICES HISTORICAS DEL CUENTO VLADIMIR PROPP EDITORIAL FUNDAMENTOS ‘COLECCION ARTE aiteril Fundamentos est orpllosa de contribu con mas del 0.7% de us ‘nario pla el deel fete aoe Paes Vas de Detaols ya feroentarlrespeto ales Derechos Hamano rts de dherns ONS ate bo ha sido impreso en papel eos en cuyaelaboracin no se ha tatlizad loo gs ‘ealo orignal orcs md vlna shat Traduction de José Martin Araneta © Ents lengua espacla pars todos os pats Editorial Fancamente Caracas 18. 28010 Madi 91 3199619 Ermalk fundamentesnfomets Primera edicin, 1976 ‘Staunda een, 1979 Teer ein 1980 ‘Guanes, 989 hina tn. 1997 Seuaadilin, i098 ISBN: s42¢s,110. Depésto Legal Ne 512 1998 pres ox Espa. Pinte Spa Impreso por: Omsgraf 1. Diseto gifs de Diego Lara ‘Qusdan igurssmenie probes, db sutorizain carta de a Gla del Cong, bajo las sanconesextabeidas om ls lees ln repedoncn ‘otal o patil de esta abra por culguier media oprocement, consis ® por conocer, comprendias la reprogratia cl tatamientoinoreaiog fe sirtibucin de cemplares della mediante slgiler 0 présaro pion primero. Premisas i fundumental—2. Sigifido de las peemisas— ie le cveator marnvilorar “4. El exento como Cordeter superestroctral 3B} relato mararloss Tver dl st. Beato waraiton yee aria 9 Ta metlad pemira"12” Gendt. pend raten cena om poe Sreias San ce eae ii fecee 2 eRe sana 2 se conn ent, ia ie slo de Seber y de comer-~8, 1 nleroa hue- Ai, in cosets hea gatas ta wera fe Bowase Tis empress impuestas pot ia tmoea-—12- La proce fnenor13 Car nity ceptatdon el Rogar 9 Uevador al bor eri ‘opt de en nidos-I5, Ea promesde Ye Th colpedecipes—17. ta Tocurait. BY dado. cored AY, ten tenor ela muerie'—0. bs rene temporal"31, Be fantasy reckon 4 fz vidn-—2d- Ua eave de image NL Senc eeuac-24, 1 don eacntado-"2. La mae se Aas tee daces™"27, Conclusion Capitulo cuarto, Ea gran casa Le cofratia del bogue 4; Ta casa del bosaye—2. La gran cay ta peque 41a ow 3 ts ae hy, peueta cab. fenda—“16. Bl marido ici de vanagariane ‘onda UW. Los donanter de witratumtba a2 iento—21. La madre difuata—22. EL muerto 2h Ua beri de Imuero- “24 Concluii, Los donentesayudantes a 2,208 animals seradeidon—26, Penede-cobre2. Pr Capitulo quinto. Los dones encantados 241 1. El ayudante encontado an 1 be ap Mt na” 4 erate Mee eet gt ofl ieee aes eae Stara a ae ea Set ce eee Se lucida de las representaciones del ayudante. a Et objeto encontade mm ben eae Be Batata oe pm dn i ite" nat te ae A ieee emake Seer Ems ieee Capitulo sexto, El traslado . 295 1, B tad como slepesto de compan? Bl at 2 forme de aninal“S“Bl aoe kA Ero ee En el rio de fuego en gh cuento marino eta serpiente—2. La con We bervient. 6 enguliors Iniento yl eructado rituals El sentido y fuete thor 13. El lengua de fs aveso—i6, Lat T engulidor-traneportsta"—18, La ihe con iiimera fase del duce con In serpiente—“19. Veo™ enalimintoen con ros deco con Te Wa sn héror on ot tonst yells eaneportadors erphente raptor oo Ipecto de i serplente—23. La muertecaptora—24.Ia- Ml nomentoereeico==25. BI rapa en Tor ites, serpent seabed aturalers acuten de ta serpieate—27, Los eibutos fetplntes 26 Los maton J servionte ol reine de los muertos seypieteguaeana—30, Covbero-—31. La serpents ae yn cnt -33. La gerpinte elit en ou papel de i: is pacn:—33, bn meet en Eo 34 a pt v3 1 Senda ete spe yh sacmieta Sierra das ‘serpiente por In serpiente.—37, Conclusién lo octavor Ms allé de las tierras lefanas Bh reino ljeno en evento a ubicacisn.—2, La cones con a sl.—3, El ot0.—4. Lot Teinoe 5, El relao ijano, moreda de annals: I otro muni Formas prinitivas del mundo de slM—7. Las fences ¥ os 315 ais a9 a7 0 a as as as ‘montes semorientes—f. Bl cil —9, BL ple de Is abundan- ‘Gaia’ Bl remo tolr-—Il, La anigedd elise, Capitulo noveno, La esposa E Ll alo de la princess : 1, Los dos pos de princess—2, BL héroe mateado, Lax majors ites 4), Bl ambiente . Stat empresa flig4''tndos—5. Esc conan poeta Sia petiiia “de matrimonio” Empresa Smpuesay Porta Prince hide y‘encontrada 7. Empress mpussat ‘or Ja princes raptada, or fly heroes Les empresas del Bsptta gevtcae™. Empresas del maesiorajo- 10. Bl sue 70 host impress bmpuestas a anlano ey 2B). Contenido, de las emresas 12 Empresas de bisavoda 13. #1 palate i jai ene 14 La proebe ‘del bao-i5. La prasta de ix comida 6. Las onpedcones-oi7. Al catondlt "18, Reeasocer a ia porsons ‘Dosnda"I9. La noche de" Dodas--20: Deducciones relia IML, La sibida del hiro ot troma 21 La opin do Frazer sob ts sucesisa dol ry—22. La a usin en tomo. on el cucnlo muavioso 23. La veka Sit Los‘ordeslan=25. I muerte del ry el cuento ara fia." 26" El feo Bése“2r" Ei puente de cuerdn 28. Leche Iirando 29, Ceaclusa WV. La foge mga 430, La fagn en l cuentoraraviowo—31, El bros bape to Inno" tnv'peng, ete-=32. ta. fogn con transformants Ba Franatotmacln® de in serpiete tn poxos manana ee 1 Hida y perseuton cow Mamsormadonessaceitan 93. El inpeaimento" decisive, Capitulo déeimo, El cuento maravilloso come eonjunto- 1, 1a ula dal eveoto marevillwo= 2s " Pésinas “0 STURAS UTILIZADAS EN ESTE LIBRO MX, Cuentos dol Lone superior, Ihaak, 1098 ‘A.M, Cusntos populares isos, 2+ ed. rsa, 1897 Sian mv: BK. cuenice ruts de la gebomadura do Yates, Sioa vo. xt , uontos rusos de la goboraduta de Perm, ta al XL fil Mar Blanco oo Cero, vol. cuentos de jus arclacicnoe do" A. N."Nochaoy, Poors: Y ouerton dol Onepe, Parozavodek, 1057. 1, Cuertos oot nora, San Potrcburg, 1808, 1. Gueron y leindas doa rootn Same Petootado, WHT ‘Cuwrion de la Gran Fuss, Ui, Moscd, Nos y canciones de i region cet Lago ie Anopologia y Etnogrta, Noseo PRESENTACION El trabajo que presentamos tiene un capitulo introductorio, por lo que en este prefacio nos podemos timitar a algunas ob: survaciones de cardcter téenic. En el Hbro hemos citado con frecuencla cuentos o momen- {0s de cuentos. Tales momentos son considerados como fustra: flones 9 no como demostraciones. Tras el ejemplo se esconde endmeno ms 0 menos extendido. Para analivar el fené- ‘serla preciso citar no una 0 dos dustraciones sino todos foasoz existentes, pero eso reduciria el libro a un indice que Sus dimensiones superaria a todo el trabajo. Se podria 1 problema con envios a los indices ya existentes de 'y motivos. Pero, por wn lado, la division de los cuentos temas y de los temas por motives, adoptada por tales tn- 1¢5 con frecuencia absolutamente convencional, y, por otro Tos envios a determiandos cuentos aparecen centenares ‘en curso de fa obra, 9 serian, pues, precisos en cada los envios a los indices. Todo ello me ha obligado a ‘la tradicidn de citar para cada tema el mimero det EL lector comprenderd que los materiales que aqul cit. tan sélo muestras. ‘mismo ocurre con tos ejemplos recabados del campo de Tos ritos, los eultos, etc. Todos tos hechos adw | ejemplos, cuyo mimero se puede aumentar 0 ,¥ los ejemplos cliados podrian ser sus- Indo, esta obra no informa de nin. Fconesin que esta. blece entre estos hechos, y en tal conexién reside el centro de ‘grovedad de todo el libro. Es indispensable ademds hacer una advertencia por 10 que se refiere al método de exposicion. Los motivos del cuento tHanen sma conexidn tat ‘ntima entre ellos que, por regia gene ral, ninglin motivo puede concebirse aislademente, aunque para la exposiciin se hace preciso dividir el tema en partes. Por esta razén sa haltan at principio det libro envios a elementos ‘que desarrollamos mas tarde, y en ta segunda mitad a elemen- tos ya expuestos. El libro constituye un todo y no se puede empezar a teerio ‘por 1a miitad para conseguir informaciones sobre motivos con- En esta obra no encontrard ef lector el andlisis de muchos motives, andiisis que tendria derecho a buscar en un estudio ile este tipo, Muchas cosas no hen cabido en ella. Se ha insis: tido en el endlisis de las imagenes y de los motivos fundamen tales y esenciales det cuento; el resto ya ha sido publicado en parte anteriormente, y ahora no vamos a repetirio. En parte, Gquizd aparecerd en el futuro, en forma de trabajos monogrd- fieos. Esta obra ha satido de los muros de la Universidad estatal de Leningrado, Muchos de mis colegas me han ayudado comic hriedndome amablemente sus conocimientos y su experiencia ‘Me hallo especialmente obligado con respecto al profesor Ivén Tvdnovie Totstoi, miembro de la Academia de tas Ciencias, que ‘me ha proporcionado indicaciones preciosas, tanto por lo que respecta al material clésico que he uiilieado, como por lo que Se refiere a los problemas genorales de {a obra. Le expreso en ‘estas pdgines mi mds profunda y sincera gratirad. CCartreto rmnano -PREMISAS A. Problema fundamentat Antes de Ia revolucién, el folklore era una creacién de Ins es oprimidas: campesinos analfabetos, soldados, obreros ¥ artesanos semianalfabetos. En nuestros alas, el foiklore es, fn el verdadero sentido del término, una creacién popular. An: tes de In revolucién, el folklore era una clencia que operaba dp arriba hacia abajo. Consistia en una especie de filosofia Inbstracta, se mostraba clega ante su dindmica revolucionaria, fie agotaba en Ia literatura y por eso era considerada como una ‘Huina de los estudios literarios. En nuestros dias, el folklore fi fa convertido en tina ciencia auténoma. Durante el periodo ‘que precedié a la revolucién, sus métodos resultaban impoten- {es frente a su complejo problema: sparecian las teorias una {ins otra y ninguna de ollas soporta una critica algo seria. Hoy, {el método del marxismoseninismo, el método de Marx, de En- gels, de Lenin, de Stalin, permite abandonar el camino de la eorizacién abstracta y emprender el de la investigacién con- ‘rete. {Pero qué significa estudiar concretamente el euento, y por Uénde hay que empezar a hacerlo? Si nos limitamos a compe rar los cuentos entre si, permanecemos en el dmbito del com- DParatismo. Nosotros. pretendemos ampliar el marco de Ia in- Yestigacién y hallar Ia hase histériea que hizo surgit el cuento aravilloso. Por el momento nos limitamos a formular de 18 modo genérico el problema de la investigacién de las rafces histérieas del cuento maravilloso. ‘A primera vista no parece que haya nada de nuevo en Ia formulacién de este problema. Ya se intenté anteriormente es tudiar historicamente el folklore. EI folklore ruso ha tenido toda tna escuela histérica, cuyo dirigente fue Vsévolod Miller. Asi, por ejemplo, en su curso sobre la literatura oral russ, Speranskiy dice: «Estudiando la leyenda épica oral, nos esfor" zamos por adivinar el hecho histérico que constituye su base, ¥, partiendo de tal presupuesto, demostramos la identidad del tina de la leyenda épica oral con determinados acontecimien- tos 0 ciclos de acontecimientos que conocemose (1). Nosotros hno pretendemos adivinar los hechos histérieos ni probar su Identidad con el folklore, Para nosotros la cuestién se presenta Y de modo absolutamente distinto. Queremes indagar a qué fe- nnémenos (y no acontecimientos) del pasado hist6rico corres- pponde el cuento ruso y hasta qué punto To ha producido y Trecho nacer ese pasado, En otras palabras, nuestro intent consiste en descubrir las fuentes del relato maravilloso en la realidad histérica. El estudio de 1a génesis de un fenémeno hho constituye ain el estudio de fa historia de tal fendmeno. Et estudio de Ia historia no puede llevarse a cabo en un momento, fs obra de largos fice; no es obra de la clencis folkloristica Imarxista que esta surgiendo de nosotros. El estudio de la sé hess es el primer paso en esta direccién. Este es el problema fundamental que se plantea nuestro trabajo, 2. Sienifieado de las premisas ‘Todo estudioso parte de determinadas premisas, que exis tan en dl ya antes de que se pusiese al trabajo "Ya desde 1873 habia sefialado Veselovsky Ia necesidad de fvki La tereura oral russ, Mone, 1927, p. 222 (en clarificar ante todo a nosotros mismos nuestros propias pos turas, de considerar erfticamente nuestro método (2). Toman- ‘do como ejemplo del libro de De Gubernatis Zoological Mytho- ogy, Veselovsky demostré cémo la falta de autocontrol conduce ‘ conclusiones erréneas, a pesar de toda la erudiccién y cape cidad de combinacién del autor de Ia obra. En este punto, resultaria preciso un bosquejo critico de Ia historia de los estudios sobre el cuento. No lo vamos a hacer. Ia historia de esos estudios ha sido trazada ya repetidamente yo sentimos Ia necesidad de enumerar esas obras. Pero si hos planteamos Ia pregunta de cémo es posible que hasta la fecha no se hayan conseguido resultados completamente segur 108 y reconocldos por todos, vemos que a menudo tal hecho se debe justamente a que los sutores han partido de premisas cerréneas. ‘La llamada escuela mitolégiea partia de la premisa de que semejanza aparente de dos fenémenos, su analogia aparente, ‘constituye Ia prueba de su vinculaci6n histérica. Ast, por ejem plo, si el héroe crece no de dia en dia, sino de hora en hora, ‘ese crecimiento répido debe reflejar cl del sol por encima del hhorizonte (3). Pero, en primer lugar, el sol no crece ante nues- tra vista, sino que disminuye, y en segundo lugar, Is snalogia no es Jo mismo que la vinculacién historia, Una de las premisas de la denominada escuela finesa con- siste en la suposicién de que las formas que se encuentran con ‘mas frecuencia que otras son también caracterisicas dla for- ma primordial del tema, Dejando aparte el hecho de que la propia teorfa de los arquetipes del tema exige ser probada, ‘veremos repetidamente cémo las formas arcaieas se hallan muy de tarde en tarde y cémo con frecuencia son suplantadas por nuevas formas que tuvieron una difusién universal (4). ALN. Vesloskiy, La mitolota comparada y a1 método, vl XIV e le Oban, 198, pp. 83-128 (en uso) @) L. Frobealun, Die Wellaachavang der Natureder, 69 p22. (@) Porn nas detallen ers AT. Nikon, lo Otc AN t XI, 1926, recensiga dela obra Bl vey y el aed, de V. Anders. ‘Se pueden dar muchos ejemplos al respecto, y en la mayoria de los cas08 no es en absoluto dificil demostrar lo erréneo de las premisas. Pero, por qué no han advertido los propies au- tores tales errores, que a nosotros nos parecen tan evidentes? No es intencién nuestra el culparles: se trata de errores que también han cometido los mejores cientificos; su causa debe ‘en el hecho de que no les era posible pensar de modo distinto, ‘de que sus ideas se hallaban condicionadas por la época en {que vivieron, por la clase a que pertenecian. En la mayor parte fe los eacos, el problema de las premisas ni siquiera fue plan- teado, y la vor del genial Veselovsky, quien reexamind repeti- damente premisas y las volvié a estudiar, fue Ta vor de quien lama en et dosierto. ‘De ello deducimos nosotros In consecuencia de Ia necesiiad de un cuidadoso control de nuestras premisas antes de comen- zar Ia Investigacion. 3. Delimitactén de tos cuentos maravilosos Pretendemos fallar © indagar ls rice histéricas del cuen to maravlloo, Diremos mas adelante Te gue entendemos por Teices historias, Antes de hacerlo, necsaro,ciueldar la Genominacion acuento ninravilosor, EL cuento e2 tan co ¥ Ilene que testa tmpouble eta toda ere: Togla por compet, ea toda ou extensdn yen todos Tos pueblos. Por tte moto debe ser eincanerto et material, ye To lime {o a fos cuenfos maraviloso. Esto signin que pongo com> promse lo enscncia de determiandos cientos especialy que Fe"pueden denominar cuentos maraviloss. Y, et efecto, fal Premise In considero como rel, 1a denominacin scuentos Favllosose vamos a splicaia a lo ciontoscuya corutura he {itulado en mi bro Morfologia del euento (8). En € se del [@) V. Prov, Morflori det evento, "Problems de yotca", exrc- to XM, Lesingrndo, 1928. Traducelén espala: Editorial Pundasenton Madiig, 171 16 fnlta con bastante exactitud el género de cuentos que comienza on una disminucfon o un dafio causado a alguien (rapto, ex- Pulsién del hogar, etc), 0 bien con el deseo de poseer algo (el ‘ey envia a su hijo a buscar el phjaro de fuego) y se desarro ‘» través de In partida del protagonista del hogar paterno, el fencuentro con un donante que le ofrece tn instrumento encan- ado o un ayudante por medio del cual halla el objeto de sti Diisqueda. Mas adelante, el cuento presenta tun duelo con el fdversario (Ia forma principal es el duelo con la serpiente), el ‘rogreso y la persecucién. Con frecuencia, esta composicién pre- fienta determinadas complicaciones. El protagonista ya ha re- Jpresado a su hogar, sus hermanos Te arrojan a un precipicio, ‘Mis adelante resparece, se somete a una prucba Hevando a cabo fotos difiiles, sube al trono y contrae matrimonio, en su propio Jeino o en el de su suegro. Esta es Ia breve exposiciéa esquemé- Hleatica del eje de la cormposicién que constituye Ia base de Imuichos y variados temas, Los eventos que respetan este es: fquema ser denominades en el presente libro Muerzas exteriores que reinan por encima de ellos, en su vida ° oria Ins fuerzas naturales son las primeras en experimentar fste reflejo. Pero bien pronto junto a las fuerzas de la natura- Tera aparecen también las fuerzas sociale, fuerzas que se con. {raporien al individuo y reinan por encima de él, convirtiéndose , ‘on incomprensibles, extrafias y dotadas de una visible necesi- tad natural, igual que las fuerms de la naturaleza, Las imAgenes 23 fantdsticas en que al principio sélo se reflejaban las fuerzas misteriosas de la naturaleza adquieren atributos sociales y se convierten en representantes de fuerzas histéricas» (11). Pero del mismo modo que no se puede confrontar el relato maravilloso con un régimen social en general, tampoco es po- sible hacerlo con la religién en general, sino que hay que con- frontarlo con manifestaciones concretas de la religién. Engels constata que la religién es un reflejo de las fuerzas de la natu- raleza y de las fuerzas sociales. Este reflejo puede ser doble: puede ser cognoscitivo y desembocar en los dogmas y en las doctrinas, manifestarse en procedimientos para explicar el mun- do, o bien puede ser volitivo y desembocar en actos o acciones cuyo fin sea obrar sobre la naturaleza y someterla. Llamaremos a estas acciones ritos y costumbres. Rito y costumbre no son la misma cosa. Asi, por ejemplo, la sepultura de los hombres tiene lugar mediante la cremacion, y se trata de una costumbre, no de un rito. Pero la costumbre se rodea de ritos, y separar a la una de los otros es erréneo desde el punto de vista del método. Fl relato maravilloso ha conservado las huellas de numero- sisimos ritos y costumbres: sdlo si se les confronta con los ri- tos es posible explicar genéticamente muchos motivos. Asi, por ejemplo, en el relato maravilloso se narra como la nifia sepulta en el huerto los huesos de la vaca y los riega. Esta costumbre o este rito existid realmente. No se sabe por qué causa, pero los huesos de los animales no eran consumidos ni se destruian, sino que se enterraban (12). Si consiguiésemos probar qué mo- tivos se remontan a ritos semejantes, el origen de estos moti- vos estaria ya, en cierto modo, aclarado. Es preciso estudiar sistemdticamente esta vinculacién del relato maravilloso con los ritos. f i. : Una confrontacién de este tipo puede resultar mucho mas 1) Marx-Engels, Obras, vol. XIV, p. 322. : ae 9g i 3 V. Propp, El drbol mdgico sobre la tumba. Etnologfa soviética”, 1934, 1-2, pp. 128-151. 24 ardua de lo que puede parecer a primera vista. El relato mara- Villoso no es una crénica. Entre él y el rito existen distintas formas de relaciones, distintas formas de vinculacién que de- hemos examinar brevemente. 7. Correspondencia directa entre relato maravilloso y rito El caso mas simple es el representado por la completa coin- fidencia del rito y de la costumbre con el relato maravilloso. Waste caso aparece raramente. Asi, en el relato maravilloso se Sepultan los huesos y en la realidad histérica se actuaba justa- Mente del mismo modo. O bien se narra en el relato maravi- Hloso que los hijos del rey son encerrados en un subterrdneo ¥ Mantenidos en la oscuridad, que se les daba comida de modo que no pudiesen verla, y en la realidad histérica sucedia justa- mente de esa manera. El hallazgo de semejantes paralelismos ©s extremadamente importante para el folklorista. Es indispen- sable elaborar estas correspondencias, y entonces puede resultar _ on frecuencia que un motivo dado se remonte a tal o tal otro Fito o costumbre, y se puede explicar su génesis. 4. Transposicién del sentido del rito en el relato maravilloso Pero, como ya hemos dicho, una correspondencia directa mitre relato maravilloso y rito no es muy frecuente. Mas a me- Hudo se halla otra correliacién, otro fendémeno, un fenémeno™ “ue se puede denominar transposicién del sentido del rito. Por fransposicién de sentido entenderemos aqui la sustitucién en el relato maravilloso de un elemento cualquiera o de algunos ele- mentos del rito, que se han vuelto supérfluos o incomprensi- bles como consecuencia de cambios histéricos, por otro elemen- fo mds comprensible. Por lo tanto, la transposicién de sentido se relaciona normalmente con una deformacién, con una alte- racién de las formas. Muy frecuentemente se trata de una al- teracion de la motivacion, pero también las partes constituti- vas del rito pueden verse sujetas a modificaciones. Asi, por 25 ejemplo, en el relato maravilloso se cuenta c6mo el protagonista se mete dentro de una piel cosida de vaca o de caballo para poder salir de una fosa o para llegar al reino lejano. En un se- gundo momento, le agarra un pajaro y transporta la piel junta- mente con el protagonista a la montafia o més alla del mar donde no habria podido Megar jamds a no ser de esa manera. ¢Cémo se explica el origen de este motivo? Es conocida Ja cos- tumbre de meter a los difuntos dentro de pieles de artimales. eSe puede, pues, hacer remontar este motivo a tal costumbre? Un estudio sistem4tico de la costumbre y del motivo del relato maravilloso demuestra su indudable ligazén: se obtiene asi una completa coincidencia no sdlo de las formas exteriores, sino también del contenido interior, del sentido de este motivo, del desarrollo de Ja accién y del-sentido de este rito en el pasado histérico (ver cap. VI, 3). Pero hay una excepcién: en el relato maravilloso es un hombre vivo quien se mete dentro de una piel cosida, y en el rito se trata de difuntos, Esta no-corres- pondencia representa un caso muy sencillo de transposicion del sentido: en Ja costumbre, el acto de encerrar a un difunto dentro de una piel le aseguraba la Ilegada al reino de los muer- tos, y, en cambio, en el relato maravilloso, asegura la llegada al reino lejano. El término «transposicién de sentido» es apropiado puesto que indica que ha tenido lugar un pro“ -so de cambio. El hecho de la transposicién de sentido prueba que en la vida del pueblo ~ han sobrevenido determinados cambios que han arrastrado con- sigo también el cambio del motivo. Estos cambios deben de descubrirse y ser explicados caso por caso. Hemos adoptado un ejemplo muy sencillo y claro de trans- posicion de sentido. En muchos casos, la base primaria se halla tan oscurecida que no siempre se consigue descubrirla. 9. Inversidn del rito Debemos considerar como caso especial de transposicion del sentido la conservacién de todas las formas del rito con el 26 afiadido en el relato maravilloso de un sentido o de un signi- ficado opuesto, de un tratamiento opuesto. Llamaremos a estos _ ©8808 inversién. Vamos a explicar esta observacién nuestra con algunos ejemplos: Existia la costumbre de matar a los ancia- _ 08, Pero en el relato maravilloso se narra cémo un anciano fitie habria debido ser muerto, no lo es. Mientras esa costumbre fiivo vigencia, quien hubiese sentido piedad por el anciano ha- ria sido objeto de burlas, o quiza de insultos, y puede incluso fiie de castigos. En el relato maravilloso quien muestra piedad , ‘por el anciano es el héroe, que obra juiciosamente. Existia la fealtumbre de ofrecer una muchacha en holuocausto al rio del e dependia la fertilidad de la tierra. Tenia lugar al principio. la siembra y debia contribuir a hacer prosperar las plantas. “re en el relato maravilloso aparece el protagonista y libra a muchacha del monstruo al que habfa sido llevada para que a levorase. En realidad, en la época de la existencia del rito,: tn «libertador» semejante habria sido despedazado por ser un “ialvado que ponia en peligro el bienestar del pueblo y la cose- Estos hechos demuestran que en tema nace en ocasiones tina relacion negativa con una realidad histérica anterior. tema (o motivo) no podia nacer como motivo del cuento do existian condiciones de vida que exigian el holocausto doncellas. Pero con la decadencia de esas condiciones de la costumbre antes considerada como sagrada, la costum- en vitrud de Ja cual la heroina era la muchacha-victima que veces marchaba voluntariamente al sacrificio, se hace supér- y repugnante, y el héroe del cuento maravilloso es el anti- fialvado que ha impedido este sacrificio. Esta es una tacién esencialisima. Prueba que el tema no nace de la clén del reflejo directo de la realidad, sino de un proceso acion de esta realidad. El tema corresponde con la rea- antitéticamente. Asi se confirman las palabras de Lenin, sudo contrapone la concepcién del desarrollo evolutivo a la flesarrollo como unidad de antitesis: «Sélo la segunda nos 4 Glave del automovimiento de todo lo que existe; sdlo ella = ia la clave de los saltos, de la interrupcién de la graduali- 27 i E E F f dad, de la transformacién en antitesis, de la destruccién de lo que es antiguo y el surgimiento de lo que es nuevo» (13). Todas estas consideraciones y observaciones preliminares nos llevan a presentar otra premisa: es preciso confrontar el relato maravilloso con los ritos y con las costumbres para de- terminar qué motivos se remontan a uno u otro rito y en qué relacién se hallan con él. _— Aqui surge un problema. El rito, nacido como un medio de + lucha contra la naturaleza, con el paso del tiempo, cuando se han hallado métodos xacionales para luchar contra la natura- | leza y actuar sobre ella, no muere, sino que cambia de sentido. \_Asi puede suceder que, al remontar un motivo a un rito, el fol- Klorista descubra que el motivo tiene su origen en un rito que ha cambiado de sentido, y se vea asi en la necesidad de expli- { car también el rito. Son posibles determinados casos en los cuales la base primaria del rito se halla oscurecida de tal modo que el rito en cuestién necesite un estudio especial. Pero ésta ya no es tarea del folklorista, sino del etndélogo. Tras haber cons- tatado la vinculacién entre el relato maravilloso y el rito, el fol- kKlorista tiene derecho a negarse a estudiar también el rito, lo cual le llevaria demasiado lejos. Existe ademas otra dificultad. Tanto la vida ritual como el folklore estan literalmente formados por millares de detalles distintos. gEs necesario buscar las causas econdémicas de cada uno de esos detalles? A este respecto, escribia Engels: «El bajo desarrollo econémico del periodo prehistérico tiene como parte : integrante, y en ocasiones como condicién e€ incluso como cau- q sa, una representacién inexacta de la naturaleza. Y si bien la i necesidad econémica ha sido siempre, y cada vez lo es mas. el restorte esencial de un progresivo conocimiento de Ja natu- raleza, con todo resultaria pedante pretender descubrir causas econémicas a toda bobada primitiva» (carta a K. Schmidt del 27 de octubre de 1890) (14). Estas palabras son bastante claras. (13) Lenin, Obras, vol. XI, p. 324 (ed. rusa). (14) Marx-Engels, Ausgewdhlte Briefe, Moscu, 1934, p. 376. 28 ‘Hebemos afiadir a propésito de ellas lo siguiente: si un mis- motivo es citado por nosotros en el estadio de la sociedad lan, en el estadio del régimen esclavista del tipo del anti- Egipto, de la antigiiedad cldsica, etc. (aparecer4n con fre- ncia semejantes confrontaciones), y al hacerlo constatamos. evolucién del motivo, no creemos necesario el subrayar en ereto cada vez que se ha transformado el motivo, no em ud de una evolucién interna, sino porque ha aparecido en | huevo ambiente histérico. Nos esforzaremos por evitar el! ello de la pedanteria, y también el del esquematismo. Pero volvamos al rito. Por regla general, cuando se consigue- blecer una ligaz6n entre el rito y el relato maravilloso, ef t@ sirve para explicar el motivo correspondiente que aparece el relato. Asf seria siempre si la investigacién fuese estre- ente esquematica, pero resulta que en ocasiones sucede- stamente lo contrario. Ocurre que aunque el relato maravi- » se remonte al rito, éste resulta totalmente abstruso, y ef ito maravilloso ha conservado el pasado tan perfecta, fiel altidamente que sdlo a través de él queda iluminado con exac- el rito u otro fenémeno del pasado. En otras palabras, en darse casos en que, estudidndolo mas de cerca, el relato- villoso se transforme de fenémeno que pide una explica~ , en fenédmeno que explica; puede ser una fuente para ef dio del rito. «Las leyendas folklérictas de las poblaciones: as alégenas han sido, quiz, para nosotros la fuente elpal para la reconstruccién de las antiguas creencias toté- », dice D. K. Zelenin (15). Los etndlogos aluden con fre- iia a los relatos maravillosos, pero no siempre los conocen. lo decimos en especial por Frazer. La grandiosa construc- m™ de su Rama de oro se sostiene sobre premisas extraidas. 1 cuento, pero de un cuento erréneamente entendido e insu- termente indagado. El estudio exhaustivo del relato ma- _ (15) D. XK. Zelenin, EI culto de los ongones en Siberia, 1936, p. 232: {2A ruso). 29 ravilloso permite aportar una serie de correcciones a la obra de Frazer e incluso hace tambalearse sus bases. 10. El relato maravilloso y el mito Pero si consideramos al rito como una de las manifestacio- nes de la religidn, entonces no podemos pasar por alto otra manifestacién, nos referimos al mito. Sobre las relaciones en- tre relato maravilloso y mito existe una vasta bibliografia que en este libro vamos a omitir por completo: nuestra finalidad no es directamente polémica. En la mayoria de los casos la distincién resulta unicamente formal. Al ponernos a la inves- tigacién no sabemos qué relacién existe entre el relato mara- villoso y el mito; por ahora, baste con sefialar la necesidad de investigar este problema, de incluir el mito entre las posibles fuentes del relato maravilloso. La diversidad de interpretacién y de comprensién del con- cepto de mito nos obliga también a nosotros a aclarar por com- pleto tal concepto. Por mito entenderemos aqui un relato sobre la divinidad o seres divinos en cuya realidad cree el pueblo. La fe es considerada aqui no como factor psicoldgico, sino como factor histdérico. Los relatos sobre Hércules se hallan bastante proximos a nuestro relato maravilloso. Pero Hércules era una divinidad a la que se le tributaba culto. Nuestro héroe que, como Hércules, parte a la busqueda de la manzana de oro, es __el héroe de una creaci6n artistica. El mito y el relato maravi- Jloso se diferencian no por su forma, sino por toda su funcidn “S_ social (16). Ademas, la funcidn social del mito no es siempre la misma y depende del grado de cultura del pueblo. Los mitos de los pueblos cuyo desarrollo no ha alcanzado el estatalismo son un fendmeno, y los mitos de los antiguos estados civiliza- dos que nos son conocidos a través de la literatura de esos (16) I. M. Tronskiy, El mito de la antigiiedad cldsica y el cuento con- tempordneo. Estudios en honor de S. F. Oldenburg, Leningrado, 1934, pp. 523-535 (en ruso). 30 s representan un fendédmeno distinto. Formalmente, el no puede distinguirse del relato maravilloso. El relato ma- ‘980 y el mito (en especial los de los pueblos anteriores a fastas) pueden en ocasiones coincidir tan perfectamente encia cuentos. Existié incluso la moda de estos «cuentos como populares. Pero quien estudie no sdlo los textos, iambién la funcién social de estos textos, acaba por con a la mayor parte como mitos y no como cuentos. En follkloristica burguesa contempordnea no se presta la menor 6n al enorme significado inherente a tales mitos. Los loristas, los recogen, pero no los estudian casi nunca. Asi, ejemplo, en el indice de Bolte y Polivka (17) los «cuentos e los pueblos primitivos» ocupan un lugar muy modesto. Tales 198 no son «variantes», sino productos de estadios mas anti- de la evolucién econémica que atin no habian perdido su on con su base econémica. Lo que en el relato maravilloso peo de nuestra época ha experimentado una transposicién sentido, en estos mitos se ha conservado a menudo en su elo primario y por lo tanto nos dan con frecuencia la clave comprender el relato maravilloso. ly que reconocer que entre los estudiosos existen algunos ie advierten este significado y hablan de él, pero no van mas de su simple enunciacién. El significado de principio de is mitos no se comprende, y no se comprende porque el es- “dioso actua desde un punto de vista formal, y no histérico. jerminados mitos son ignorados como fendémeno histérico, ¥ por el contrario, se observan y se estudian casos concretos dependencia inversa, es decir de la dependencia del folklore los pueblos «salvajes» del de los pueblos «civilizados». Sdlo ily recientisimamente ha comenzado a abrirse camino en la cia burguesa la idea del significado: social del mito, ha co- (17) J. Bolte y J. Polivka, Ammerkungen den Kinder und Hausmir-~ then der Briider Grimm, 5 vols., Leipizg, 1913-1932. 31 = lox primitivos» y hay numerosas recopilaciones tanto cienti-, oye Tal en la etnologia y en el folklore tales mitos se llaman con © menzado a ser afirmada la estrecha ligazén entre la palabra, los mitos, los relatos sagrados de una tribu, por un lado, y sus actos rituales, sus acciones morales, su organizacion social e incluso sus actos practicos, por otro. Pero, con todo, no se ha- bla ni siquiera de extender esta tesis al cuento europeo, es una idea demasiado audaz. Pero es que, ademas, el registro de estos mitos es, en la mayor parte de los casos, muy poco satisfactorio. Se dan sdlo los textos y nada mas. Con frecuencia quien los publica no nos hace saber si conoce la lengua, si se trata de un registro directo © realizado mediante un traductor. Incluso en los registros de un estudioso valioso como es Boas se hallan textos que induda- blemente son relatos de segunda mano, pero no se dice. Para nosotros, en cambio, son importantes incluso los detalles mas minimos, las minucias, los matices; es importante incluso el tono del relato... Las cosas son atin peores cuando los indige- nas relatan sus mitos, como a veces los ha transcrito Kroeber. Su recopilacién Gros Ventre Myths and Tales contiene 50 tex- tos, 48 de ellos narrados en inglés, y de eso nos enteramos a la mitad del libro por una nota a pie de pagina, como si se tratase de una circunstancia absolutamente secundaria y de escaso significado (18). Hemos dicho antes que el mito tiene un significado social, pero este significado no es igual en todas partes. Todos ven la diferencia que existe entre los mitos antiguos y los de la Polinesia. Pero tampoco en el Ambito de los pueblos anteriores a la division en castas sen iguales este significado y su grado, no pueden ser metidos en el mismo saco. A este respecto se | puede hablar de la diversidad de los mitos de los paises y pue- ‘blos concretos, dependiendo del grado de su cultura. "Mas preciosos e importantes se nos han revelado no los ma- teriales europeos, y ni siquiera los asidticos, como podria pen- sarse a causa de su proximidad territorial, sino los materiales (18) A. L. Kroeber, Gros Ventre Myths and Tales. “‘Anthrop. Papers of the Amer. Mus. of Nat. Hist.”, vol, I, parte II, N. York, 1907. a2 vicanos y en parte los oce4nicos y africanos. Los pueblos eos se hallan ya en conjunto en un estadio cultural mas ado que los pueblos de América y Oceanfa en el momento 4 que los europeos comenzaron a recoger materiales etnoldé- y folkloricos: en segundo lugar, Asia es el continente ci- do mas antiguo, es el crisol en que se transfirieron, se laron y suplantaron por turno las corrientes de los pue- En este continente tenemos todos los estadios culturales esile los ainos casi primitivos hasta los chinos que llegaron las cimas mas altas de la civilizacién, y acabando en la actual lira socialista de la URSS. Por eso en los materiales asidti- nos encontramos con una mezcolanza que hace muy dificil Hivestigacién. Los yacutos, por ejemplo, narran el cuento de Muromez junto a sus mitos yacutos probablemente origi- es, Ein el folklore de los vogules se mencionan los caballos, i= los vogules no conocen (19). Semejantes ejemplos muestran TAcil que es equivocarse en este campo, confundir lo que es tero y extrafio con lo que es original. y Como a nosotros He fos interesa estudiar el fenémeno en sf ni los textos, sino i eonexién del mito con el terreno en que naci6, aqui se es- sade un gran peligro para el folklorista. Se puede, por ejem- tomar un fenédmeno procedente de la India por un fend- primitivo del periodo de la caza, ya que con frecuencia » encuentra entre estos cazadores. Tin menor medida, lo mismo puede decirse respecto al Afri- Ms desde luego cierto que alli se encuentran también pue- s en un bajisimo estado de desarrollo, como los bosquima- , Pueblos dedicados a la cria de ganado, como los zulutes, Wiis de pueblos agricultores y otros que ya conocen el arte trabajar el] hierro. Pero, con todo, en Africa los influjos turales reciprocos son menos fuertes que en Asia, Pero los jeriales africanos a menudo se registran no mucho mejor los americanos. Los americanos viven siempre en la vecin- 4 (19) Vv. Chernezov, Cuentos de los vogules. Folklore del pueblo de s mansios (vogules), Leningrado 1935, p. 18 (en ruso), 33 Vb dad inmediata de los indios; Africa, en cambio, es estudiada por extranjeros, colonizadores y misioneros, franceses, ingle- ses, holandeses, alemanes, los cuales se preocupan atin menos: de estudiar la lengua, y si la estudian no es para transcribir el folklore. Uno de los mayores estudiosos de Africa, Frobenius, no conoce las lenguas africanas, lo cual no le impide publicar masas de materiales africanos, sin aclarar cémo los ha obte- nido, y esto, obviamente, nos obliga a mostrarnos muy reserva- dos con respecto a ellos. Es cierto que tampoco América se ve libre de influencias extrafias, pero a pesar de eso han sido justamente los materia- les americanos los que nos han ofrecido lo que los materiales de otros continentes no. Este es el significado de los mitos de los pueblos primitivos para el estudio del relato maravilloso, y éstas las dificultades con que se topa al estudiarlos. Un fenémeno completamente distinto es el de los mitos de la antigiiedad greco-romana, de Babilonia, de Egipto, y, parcial- mente, también de la India y de China. No conocemos los mitos de estos pueblos directamente de sus creadores, es decir de los testratos inferiores del pueblo; los conocemos en su refraccién en la literatura. Los conocemos a través de los poemas de Ho- mero, las tragedias de Séfocles, por Virgilio, Ovidio, etc., Wila- mowitz intenta negar a la literatura griega cualquier nexo con el pueblo (20). Segun él, la literatura griega resultaria inade- cuada para el estudio de los temas populares, del mismo modo que los Nibelungos de Hebbel, de Geibel, de Wagner para el estudio de los auténticos Nibelungos. Este punto de vista, que niega el fundamento popular del mito antiguo, abre el camino a las teorfas y orientaciones reaccionarias. Nosotros reconoce- remos el auténtico elemento popular bajo estos mitos, pero de- bemos recordar que no los tenemos en su aspecto puro, y que no pueden valorarse de igual modo que los registros de materiales (20) U. v. Wilamowitz-Moellendorf, Die grieschische Heldensage. “Sitzber. d. Berl. Akad. d. Wiss:”, | 1925} 41-62, pp. 214-242. 34 léricos de viva voz del pueblo. Lo mismo vale para los egipcios. Las representaciones de los egipcios no son idas a través de las inscripciones sepulcrales, por el Libro tos Muertos, etc. En general, conocemos tmicamente la re- oficial, cultivada por los sacerdotes por motivaciones itlens y aprobada por la corte o por la nobleza. Pero los es- populares inferiores podian tener representaciones dis- , temas diversos, por asi decirlo, de los del culto oficial, ' sabemos demasiado poco sobre estas representaciones po- es. A pesar de esto, los mitos de los pueblos civilizados fantigiiedad deben de ser incluidos en el Ambito de nuestra estigacion. Pero en tanto que los mitos de los pueblos ante- tes a las castas representan fuentes directas, aqui nos en- framos con fuentes indirectas. Sin duda alguna, reflejan sentaciones populares, pero no siempre aparecen como en el verdadero sentido de esta palabra. Es posible que nto ruso proporcione un material mds arcaico que el mito Distinguimos, pues, los mitos de formaciones anteriores a fastas, que pueden ser considerados como una fuente di- de los mitos que nos han sido transmitidos por las clases antes de los antiguos estados civilizados: éstos pueden nos como una prueba indirecta de la presencia de tal o olfa representacién en los respectivos pueblos. aqui se deduce la premisa de que el relato maravilloso de ser confrontado tanto con los mitos de los pueblos nitivos. anteriores a las castas, como con los mitos de los § Civilizados de la antigiiedad. sta es la ultima precisién que hacemos al concepto de ado histérico», utilizado para la comparacién y el estudio Yelato maravilloso. Es facil advertir que de este pasado nos interesan los acontecimientos concretos, nos referimos que se entiende corrientemente por «historia» y a lo que endia la denominada «escuela histérica». 35 \ 11. Ei relato maravilloso y la wmentalidad primitiva.....; Por todo lo que hemos dicho resulta evidente/ que -buscare- mos las bases de las formas y de los :temas del) relato.-mara- villoso en la realidad del pasado. Pero en:el relato: maravilloso hay im4genes y situaciones que, evidentemente, no se remontan a ninguna, realidad inmediata, A este grupo .se«refieren,. por ejemplo, la serpiente o el caballo alado, la cabafia con pataa: de gallina, etc. Cometerfamos un error burdisimo si nos foige cece en una postura de puro empirismo y considerasemos el_relato..ma- ravilloso como algo semejante a una crénica.. Este. error. se comete cuando, por ejemplo, se buscan en Ta prehistoria autén- ticas serpientes aladas y se afirma que el cuento ‘maravilloso ha conservado su recuerdo. Ni las serpientes aladas ni las cabafias con patas de gallina han existido ‘jamas. Y sin _eme bargo, también son histéricas, pero no histéricas en. mas; es histérico su origen, y eso es lo que debe plicado. Es clara la derivacién del rito y del mito de intereses eco- némicos. Si, por ejemplo, la gente baila para que Ilueva, es evidente que se trata de algo dictado por el deseo de actuar sobre la naturaleza. En cambio, no es tam clara otra cosa: gpor qué baila la gente para conseguir tal fin (y ademas, a veces, con serpientes vivas) (21) y no hace otra cosa? Podria- mos comprender mas facilmente ‘que con esa finalidad vertie- sen agua (como también sucede): se trataria de un caso de magia simpdtica, y nada mAs. Este ejemplo muestra que el acto es provocado por intereses econémicos no inmediatamen- te, sino en la refraccién de una mentalidad determinada; en Ultimo andlisis, por la misma causa que ha producido el acto mismo. Tanto el mito como el rito son producto de una men- talidad. A veces resulta bastante diffcil explicar y definir estas (21) Warburg, A lecture on Serpent Ritual. “Journ. of the Warburg Institut.”, 11, 1939, 4, p. 286. 36 i, de -mentalidad,:peroi es indispensable no«sdélo” que el ta, las. te en: cuenta, sino.:también: que :ponga en 2. consigo misme..qué representaciones. se*hallan en: 1a: base primitiva no.-conoce las “ Para’ nosotros, “también' la mientalidad 6 ive todo, unaccategoria' histéricamente:determinada. Esto — de la, necesidad..de:-«interpretars Jos::mitos,;los::ritos ‘0 i maravillosos: .no. se. trata de. interpretar,.;sino..de hi téricas, Es. indudable. que. el. mit tiene t er ste una, semantica. absoluta, x re vez, por todas. ‘La semantica puede. ser. -unica- 10: e- #4 un. gran peligro: Es facil tomar a la realidad tan ce realidad concreta y viceversa. Asi, por ejemplo, si la maga jenaza al -Protagonista con devorarle, esto no significa en © que nos hallemos frente a huellas de canibalismo. f imagen de la maga devoradora de hombres puede haber originada de otra manera, como un Teflejo: de imagenes les ye en’ este Seni pues, ‘hist6ricas) y no peace rye a Genttica @ histori pili afi j Bite abel es por & mismo una , eeestpacion een 37 Necesariamente, por su esencia, la investigacién genética es siem- pre histérica, aunque no es lo mistso que la investigacién histérica. La genética tiene como fin el estudio del origen de los fenémenos; la historia, el estudio de su\desarrollo. La ge- nética precede a la historia, le abre camino. Péro, de cualquier modo, nosotros no tratamos de fenémenos congelados sino de procesos, es decir, movimientos. Nosotros consideramos y exa- minamos como proceso a cualquier fenémeno a que se remonte el cuento. Cuando, por ejemplo, se establece el nexo entre algunos motivos del cuento y las representaciones de la muerte, la «muerte» es considerada por nosotros no como un concepto abstracto, sino como un proceso de representacién de Ja muerte, expuesto en su evolucion. Por ello es facil que el lector tenga la impresién de que en este trabajo se esta escribiendo la his- toria o la prehistoria de los motivos concretos. Pero, aunque en ocasiones demos una elaboracién mds o menos detallada del proceso, no se trata, con todo, de historia. Sucede también que el fendmeno a que se remonta el cuento es muy claro en s{ mismo, pero no se consigue desarrollarlo en un proceso. Nos referimos a ciertas formas muy primitivas de vida social que el cuento maravilloso ha conservado admirablemente (por ejemplo, el rito de la iniciacién). Su historia exige una especial investigacién histérico-etnolégica, y el folklorista no puede siem- pre arriesgarse a tal investigacién. En este campo topa con mucha frecuencia con una elaboracién insuficiente de los mo- tivos por parte de:la etnologia. Por ese motivo la elaboracién histérica no resulta siempre igualmente profunda ni amplia. A menudo sucede que nos limitemos a la pura y simple cons- tatacién de la existencia del nexo. Cierta desproporcion de la elaboracién histérica la causa también la disparidad de peso especifico de los motivos del cuento. Los motivos mas impor- tantes y «clasicos» del relato maravilloso han sido elaborados mas minuciosamente; otros, menos importantes, de modo mas breve y esquemiatico, 38 Método y material. principios aqui expuestos parecen sencillisimos. En rea- 4, sti puesta en prdctica presenta dificultades nada peque- | Yn primer lugar, est4 el problema de procurarse los ma- les, Los errores de los estudiosos consisten con frecuencia ei hecho de que limitan su material a un tema, a una © a otras delimitaciones creadas artificialmente. Para , estas delimitaciones no existen. Usener cometié, por ®, un error de esa clase al estudiar e] tema o el mito luvio universal s6lo dentro de los confines del material Fisto no significa que no debamos ocuparnos de tales § dentro de ciertos marcos o de determinados limites. “= Ho se deben generalizar las deducciones, como hace Use- 7 46 se deben estudiar genéticamente semejantes problemas We dentro del A4mbito de un pueblo dado, El folklore es un no internacional. Pero si es asf, el folklorista se en- en una situacién de gran desventaja en relacién con jalistas indidlogos, clasicos, egiptélogos, etc. Ellos do- absolutamente su campo, y el folklorista, en cambio, ra con él como un huésped o como un viandante que jié por su camino después de haber recogido algo. Cono- ado este material es imposible. Y, sin embargo, resulta mite indispensable ampliar el Ambito de la investigacién Stica, Aqui se hace preciso el asumir el riesgo de equi- de incurrir en equivocaciones lamentables, en inexac- des, etc, Todo ello es peligroso, pero siempre lo es menos plantear unas bases metodolédgicamente erradas, aun do- ndo a la perfeccién un material parcial. Semejante amplia- resulta necesaria igualmente para las investigaciones es- ales para las que es preciso utilizar los datos comparativos. fan numerosos los estudios sobre culturas aisladas, sobre blos concretos, que ha Ilegado el momento de comenzar a echar efectivamente este material, aunque resulte impo- © dominarlo en toda su amplitud. 39 haya sido utilizado en su totalidad, y ésta es otra de las pre- misas del presente trabajo. Partiré de este punto de vista no solo al verre obligado a ello por una dolorosa necesidad, sino que haré ver como resulta absolutamente posible, y al hacerlo disentiré de la mayoria de los estudiosos. La causa que me permite actuar de tal modo reside en la observacién de la reiteracién del material folklérico y de su conformidad con una ley. En este libro se estudian elementos reiterados del cuento maravilloso, y para nosotros no resulta esencial el que haya sido tomadas en consideracién doscientas, trescientas o cinco mil variantes y versiones de cada elemento, de cada particula del material que se somete a la investigacién. Lo mismo’ se puede decir de los ritos, los mitos, etc. «Si quisié- ramos esperar hasta que fuese depurado todo el material para formular una ley —dice Engels—, deberfamos retrasar la in- dagacién teérica hasta ese momento, y ya por ese solo motivo no tendriamos la ley jamaés» (22), Todo el material se divide en material que necesita una explicaciém (para nosotros, en primera linea, el relato maravilloso) y en material que propor- ciona una explicacién. Todo el resto es material de control. La ley se clarifica gradualmente y no se explica necesariamente con éste o con aquel otro material. Por eso el folklorista puede perfectamente no tomar en cuenta un sinfin de mate- riales; si la ley es correcta, valdré para todos los materiales, y no sdlo para los incluidos en la investigacién. El principio que proponemos aqui resulta antitético del que normalmente subyace a las investigaciones folkloristicas. Ge- neralmente, se hacen esfuerzos para conseguir una exhaustiva abundancia de materiales. Pero en realidad vemos que en las ocasiones en que el material ha sido efectivamente aprovechado hasta los limites de su accesibilidad, las cuestiones han sido, sin embargo, resueltas erréneamente porque el problema ha- (22) Marx-Engels, Obras, vol. XIV, p. 395 (ed. rusa). 40 Desde el principio, pues, partiré del punto de vista de que es posible empezar la investigacién aun cuando el material no © P planteado equivocadamente. Y en este momento ade- otra opinién: antes que nada, debe de plantearse eter ¢nte el problema, y entonces un método exacto con- & una solucién igualmente exacta. —&l euento y las formaciones posteriores a él. Fer todo lo dicho anteriormente se ve claramente que los =, los mitos, las formas de la mentalidad primitiva y al- is instituciones sociales son consideradas por mi como for- fies anteriores al cuento y que pienso que es posible el cuento por medio de ellas. ere el folklore no se agota en el cuento, Existe también heroico, que est& emparentado con él por los temas st los motivos, existe el amplio campo de las leyendas de 1 tipo, etc. Existe el Mahabharata, existen la Odisea, la Ilia- 1a Fidda, existe la poesia épica oral, existen los Nibelungos, ‘ Todas estas formaciones las dejamos en lineas gene- # tin lado: pueden ser explicadas con el cuento, con fre- Se remontan a él. Puede suceder, ciertamente, que la nos haya conservado detalles y matices que el cuento s ofrece, como no nos los ofrece ningtin otro material. ejemplo, en los Nibelungos Sigfrido mata a la ser- ©, y luego se bafia en su sangre y se vuelve invulnerable. = detalle es importante cuando se estudia a la serpiente, ye a explicar su imagen, y no aparece en el cuento loso. En casos semejantes se puede recurrir también heroico a falta de otro material. _ Perspectivas. Las premisas de que partimos han: sido ya aclaradas, y ibién aparece con claridad el objetivo fundamental. Ahora = podra preguntar alguien: ¢gqué perspectivas nos abre se- jante confrontacié6n? Supongamos que hemos descubierto 41 que en el cuento maravilloso los nifios son encerrados en un subterraneo y que lo mismo sucedia en la realidad histérica, O que hemos descubierto que la muchacha del cuento sepulta los huesos de la vaca sacrificada y que lo mismo sucedia en la realidad. ¢Es posible llegar a la conclusién de que tales casos el motivo ha penetrado en el cuento maravilloso desde Ja realidad histérica? Indudablemente, si. ¢Pero no aparece una extraordinaria variedad? Nosotros no lo sabemos, también se debe investigar esta cuestién. Hasta ahora se pensaba que el relato maravilloso habia absorbido algunos elementos de la vida primitiva social y cultural. Veremos que consiste en tales elementos. Como resultado tendremos las fuentes del relato maravilloso. La solucién de esta cuesti6n nos Ilevara a la comprensién del relato maravilloso, pero no resolver4 otra hasta hoy in- soluta: por qué se contaban estas cosas, cémo se formé el | cuento maravilloso como género narrativo. Esta pregunta sur- ge espontaneamente del objetivo que nos hemos prefijado, Por eso, junto al problema de Ja proveniencia de los motivos con- cretos como partes constitutivas del tema, deberemos respon- der a la pregunta: de dénde viene la narraci6n, de dénde viene el cuento en si. A esta pregunta intentaremos responder en el ultimo ca- pitulo, pero la contestacién topa con una dificultad. En el pre- sente trabajo se estudian tmicamente los cuentos maravillosos. La narracién de los relatos maravillosos no es separable de la narracién de cuentos de otro tipo, por ejemplo de los cuentos de animales. Por eso, hasta que los demas géneros no hayan sido estudiados histéricamente, a esta pregunta sdlo se le puede dar una respuesta preliminar, hipotética, con un grado mayor o menor de verosimilitud o de persuasién. ; En esencia, un trabajo semejante no puede ser considerado nunca como terminado, y el nuestro sirve de introduccién al Ambito del estudio de la génesis del cuento, mas que pretender resolverlo definitivamente. Nuestro estudio puede compararse con wna expedicién de 42 imiento por tierras atin desconocidas. Registramos los entos, dibujamos mapas esqueméaticos, y la elaboracién a de cada yacimiento concreto sera tarea del futuro. a siguiente podra consistir en la elaboracidén detallada motivos y temas concretos, pero sin aislarlos del con- Pn el actual estadio de nuestra ciencia es més impor- estudiar el nexo de los fenémenos que elaborar con todo cada fenédmeno concreto. terminar, una Ultima reserva que se refiere a los ma- . Como base de nuestro estudio hemos tomado el relato Os0 ruso, con especial atencién al de la Rusia septen- ‘I, Mas arriba hemos dicho ya que el relate maravilloso Hfermacional y que, hasta cierto punto, también sus mo- lo son. El] folklore ruso se distingue por su enorme mul- dad, por su riqueza, por su elevadisimo sentido artis- Y por el éptimo estado de conservacion. Es, pues, bien | que el estudioso soviético se oriente en primer lugar | folklore de su pafs y no hacia el extranjero. En el se han tenido en cuenta todos los tipos fundamentales alo maravilloso. En el repertorio mundial estos tipos f representados ora por material ruso ora por material ijero, Para un trabajo de comparacién no tiene impor- qué imagenes de determinado tipo son las que se eli- ftiando el material ruso es insuficiente recurrimos tam- | al material extranjero. Pero deseamos subrayar que éste in estudio del relato maravilloso ruso (es posible fijarse ‘ jetivo como objetivo especial después de que hayan sido *lios los problemas generales de la genética, y eso exige ifivestigacién especial); el nuestro es un trabajo de fol- do como punto de partida. = eomparado histérico sobre la bate del material ruso con- — SS

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