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© Algunos materiales de dificil clasificacisn deben re- tenerse hasta que puedan ser adecuadamente clasificados ‘Ya resulta conocido que un material incorrectamente clasi- ficado, es un material perdido u alvidado, © En cualquier caso, es conveniente siempre mante: ner el proceso que va de los temas mas generales a los més especificas, de modo que se avance mediante niveles de ge- neralidad logica decreciente en toda clasificacién de nues- ‘ros materiales de trabajo 6 LA ESTRUCTURA DE LOS PRINCIPALES ESCRITOS ACADEMICOS, EN LA INVESTIGAGION FILOSOFICA Dedicaremos este capitulo a Ia exposicién de algunas sugerencias que sirvan de guia en la redaccién de los dife- rentes escritos académicos en filosofia. Una gran parte de 1a expresion del discurso filosdtico toma forma escrita; por ello se hace necesario dedicar cierta atencién a la forma ‘ign de la metodologia y habitos imprescindibles que con- tribuyen a dar forma coherente a la expresién escrita del Aiscurs0 filosofico, Es importante reconocer la existencia de diversas for ‘mas de expresion escrita del discurso filosofico. En modo alguno pretendemos redactar un «manual del estilo filoséfi- co» que deba sequirse para la redaccién de trabajos y docu ‘mentos en flosofia La riqueza y extraordinaria versatilidad del mismo discurso filosofico y sus diferentes tipos hacen imposible esa pretensién. Sin embargo, ereemos que exis ‘ten una serie de elementos y estrategias bésicas que debe ‘conocer todo investigador y en las que debe ejercitarse des- de el inicio de sus estudios. Muchas de ellas son comunes a ‘oda forma de expresion escrta del discurso, pero en oca- siones presentan una apariencia y caracteristieas que son particulares dela flosofa. 249 Por otto lado, junto a ls formas abituales de expost cid eacrta del disearso, parece necesario conocer toda tina serie de convenciones presents en la redacion de te- bjs ¥ documentos gue ctalquerespecaista en fosfia ots ambos de ln investigaion académica— debe co- hover Muchas de estas convenciones son exigencas inter tnclonalmente engida, que deben segirse en cualquier comenicacen internacional en defini, contabuyen 2 tin clara riguosa estracturacion de evalouie trabajo fundamentado, Repu difmente sceptable admit la onclusign de un ciclo unverstaro de estudios sin su co- nocimiento Ta esritura del discurso floufico y su prictic se en- cuentran evidentemente,unides a ln pretca de la expre- Son ordenada de todo discurso conceptual Solamente na ontinuada praca de esrtura y expresén conceptual puede dar gar ala ailivacion coherent dels téeicasy Fabitos clementales presents cn la peculardad el di tro ioefico, Creemos que no supane ninguna novedad onstatar la gran dicta ue, orinariamente, su ner quien ina e estudio del losoia en la exp nia de su propo digerso y de sos Investigaciones. Mu has de esta dificutades son imputables —aunque sie pre advintiend compleida de causas—a un tipo deense Fanaa que no privlegia sfcientement la practic de la es rita Sit embargo, semesante constatacion no exime de Ia incldibleexigencia de constr, de modo continaado, Um dscurso escrito coherente y de conocer las convencio: nes para a elaboracidn. Solamente la prctca constanie hard dominar toda convencién, superarla en sintesis perso- tal 9, sobre todo, aleanzarcolas de expresin riguross y Crginales. Alo largo de les piras que siguen se ofrecen Sperencas para realizar este trabajo, Pero entendase bien, Seale el primer moment, su carter de provisionlidad apertura asi como la neceidad de completala con el = fer yi prctcnconstantes “Todas las superencias que incmos en este capital se 250 refieren a diferentes tipos de escritos académicos y que, por ello, se encuentran sometides a formas rigurosas ¢ in: temacionalmente aceptadas. Ello es una limitacion que debe considerarse. Como ya hemos mencionado, escribir ‘un manual de controlada— practica del discurso escrito en flosofia; y ten- gamos, fnalmente, en cuenta que estas sugerencias deben ‘analizarse en conexién con cuanto hemos advertido en los capitulos anteriores de esta Guts. De hecho, la objetivacién escrita del discurso filos6fico es uno de los términos en gue desemboca todo proceso de investigacién en filosofia 6.1. LAREDACCION DE UNA MONOGRAFIA FILOSOFICA: DE UN #TRABAJO DE CURSO» A LA ELABORACION. DELA TESIS DOCTORAL Una de las formas fundamentales de expresién escrita del discurso filos6fico es la que se puede tipificar bajo los 251 raggos de un ensayo monogréfico, con toda la posible gama de variaciones que bajo esa rubrica pueden incluirse ‘Son tres, fundamentalmente, las formas que puede pre- sentar una monografiafilosdfca alo largo de los estudios ¥ actividad profesional de un investigador en flosofia. Se tra ta, en realidad, de tres diferentes niveles de profundidad, en escala ascendente de rigor, amplitud, originalidad y esfuerz0: a) un-breve-trabaio monograjice, elaborado para si tisfacer determinadas exigencias de un curso académico or dinario; Da-tesinavo esis deliceneiatura, trabajo de invest tacion con el que se culmina uno de los ciclos de forma- Sion acadenica y que sue tenr un variable extension de 100 a 300 paginas, trabajo indispensable ‘que culmina, tedricamente, el mAs alto nivel de formacién de un tniverstario y que debe consistir en una rigurosa in ‘vestigacion cientfica, mediante Ia que se aborda, con rigor ‘yel miximo de originalidad, un determinado tema especia- lizado, de acuerdo eon determinadas convenciones acadé- micas; su extensién es variable, pero suele consistir de un rminimo de 300 paginas de trabajo original, Junto a estos tres niveles de trabajos, pueden incluirse otros eseritos de {nvestigacién realizados a lo largo de la formacién de un es- tudioso que entran a formar parte de lo que denominamos scmonografias 0 eensayo»flloséfico. “Aunque los niveles mencionadosdiferan entre s{ por la inversin de tiempo exigida y el rigor empleado en su ela- boracidn, pensamos que es importante, desde la redaccién dl primer y mas elemental strabajo de curso», cumplir de terminadas convenciones habitualmente exigidas en la ela- Doracién de un trabajo académico. En este sentido, y guar- dando siempre las correspondientes dstancias y grados de dificultad, puede resultar muy stil considerar Ia realizacion de los primeros y més elementales «trabajos de curso» ‘como «ensayos» para un dominio correcto y coherente de ‘cuanto puede exigirse en un riguroso trabajo académico. Somejante exigeneia —que, idealmente, deberia ser «tulo- rialmentes atencida desde el inicio de los estudios universi- 252 errand speciale y puede sipone vm sera ital lee presi orig tatios— puede compensar la falta de habito en la expresién escrita y en el dominio de las convenciones acadiémicas por parte de los alumnos. Asi pues, presentamds en esta seccién las etapas com. nes a la redaccién de una monografiafilos6fica. Como he- ‘mos advertido, éstas variardn en amplitud, rigor y dedica- ion, segtin cual sea el tipo de monografia. Pero es impor. fants recordar que todas ella presentan un denominador comin de rasgos compartidos. En la presentacion, siempre abierta y a modo de sugerencia, de estas etapas, debe te- nerse en cuenta cuanto hemos analizado en capitulos ante- riores: ellos constituyen presupuestos fundamentales de todo trabajo de investigacion. Nuestra descripcién corresponde, intencionadamente, a las convenciones académicas que rigen la composicién de luna monografia filosofics. En modo alguno pretendemos ‘anatematizar modos y ritmos personales de trabajo 0, me- desarrollos originales. a pesar de que todo esquema académico posea la aparente ventaja dl rigor reconocido y de la com, vencién universal. Sin embargo, estamos conveneidos de aie la originalidad del discursoflosdfico —un elemento ‘que, en todo caso, debe ser privilegiado— puede ser mucho ‘mds eficaz cuando se consirwya desde un riguroso conock mlento de las normas habituales del trabajo académicos y cuando éste deba evitarse como impedimento, su rechazo se hard siempre desde la critica interna a sus defiiencias, due es tna critica més potente que la procedente del des. conocimiento guiremos, en nuestra ex- posicién, un eriterio cronolégico que se inicia en la elec- ‘ion del tema de investigacién y termina en la redaccién fi- ‘al del trabajo y la forma que éste debe presentar. Téngase 253 cen cuenta que unifieamos, en un mismo modelo, laelabora- Siem de diferentes pos de monogmias. No se pens, en tod alguno, que nestras indicaciones lo son para la e- accion de una tesis doctoral; son indicaciones para Ia el hboracién de una monografia académica en flosofa, y toda tesis doctoral es un cualificado cjemplar de monografia, pero nunca agota las diferentes formas que pueden presen: {ar las diferentes monografias académicas. Como ya hemos fdvertido, no tiene sentido pensar en la correcta elabore ‘ign de una tess o una tesina sin el necesario entrenamicn- to que supone elaborar breves trabajos académicos con el rigor y la seriedad debidos ‘els son Jas tapas fundamentales en Ia elaboracién de tuna monografia académica: 1) seleocién del tema de inves tigacion: 2) formulacién del tema de investigacion y confe ‘don de un esquema provisional del mismo; 3) busqueda y Seleceién de la informacion necesaria: 4) critica y andlisis de la informacién recogida; 5) redaccién del trabajo; 6) ele mmentos de la estructura formal de la monografia y de su Taparato erfticos, A su exposicion se dedican las péginas {que componen esta seocin. GL. Seleceién del tema de investigacion. La eleccign de un tema de investigacién constituye uno de los momentos centrales de un proceso de investigacién, ¥ no solamente su inicio cronoligico. Este momento ad- uiere una mayor importancia cuanto més elevada sea la presunta calidad del trabajo que se quiere emprender. Or- T; Las obras referidat en In nota 1 de nuestro capitulo anterior contlenen norinas metodolégicas para Ja elaboracon de monografias ¥ trabajos académios. 24 boo xtraiio que una de Ins cualidades més impor tantes de todo maestro o director de investigacion sea su capacidad para sugerir temas fecundos para el estudio 0 in- dicar éreas de trabajo que pueden ser objeto de investiga. cio interesante. Asimismo, es interesante advertir que una de las diferencias que pueden establecerse entre los dstin- tos tipos de trabajos académicos estriba no solamente en la amplitud y nivel de dedicacién elegido, sino en la capac dad para la eleccién libre de un tema de investigacion por parte de quien la emprende. En la elecciGn de un tema de investigacion se encuentra presente, en una gran medida, lo que podria considerarse el sazar» presente en todo proceso de investgacion, nunca 1misterioso o semejante a «inspiraciéns, sino que se const- tuye como probabilidad creadora de temas, sugerencias, ca- rminos de trabajo, ete, que solamente puede alimentarse de un trabajo continuado y de la efcacia de la reflexion crea- dora Ondinariamente, la cleccién de un tema de trabajo siempre que éste no se haya determinado de antemano, por parte del tutor o del director de investigaci6n-~ cond ona, en gran medida, el desarrollo de a investigacion que estd a punto de iniciarse: de ahi la importancia «estratégi- cea» de su seleccion adecuada. No suele ser conveniente precipitarse en la eleccién, pero tampoco es recomendable demorarse excesivamente en la etapa de eleccién de un tema, Muchas veces basta con poseer tna idea general que ira perfiléndose al trabajar sobre ella y contar con informa-

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