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22 LAURA CLAnnI/JSé IgnACI HUALde

Capítulo 1 fonemas representados por los grafemas <y, ll>. De este tema, y en particular de
InRdUCCIón: la realizaciones asibiladas [, ] en el español de Buenos Aires, se ocupa Rohena-
VARIACIón FnLógICA en eL eSPAñL
arazo  l capítulo 2.
iat u aálisis acústico  l qu s compara l
de LA ARgenInA grado de sonorización de las postalveolares con el de la /s/, el autor muestra cómo
las variantes sordas predominan en los grupos jóvenes de clase media, mientras
qu las variats sooras aú s ristra  los rupos  clas alta y  los aul-
lAurA colAntoni/JoSé ignAcio HuAlde tos  clas mia.
Uivrsity of oroto/Uivrsity of Illiois at urbaa-champai Más allá de las realizaciones asibiladas de los grafemas <ll, y> predominantes
en la provincia de Buenos Aires, La Pampa y toda la Patagonia, en el español de
la Argentina se documentan, además, diferencias en el inventario fonológico, con
variedades que aún distinguen en su pronunciación la <ll> de la <y> ortográca.
1. Fenómenos característicos del español de la Argentina Existen dos zonas de la Argentina donde, en mayor o menor medida, se sigue
manteniendo una distinción entre la lateral palatal subyacente o histórica // y la
¿es posibl hablar l spaol  la Artia como ua uia s l puto aproximante o fricativa palatal //. La primera de las zonas se encuentra en la pro-
de vista fonológico? Cualquier lingüista que se haya interesado, aunque sea míni- vincia de Santiago del Estero, donde el español está en contacto con el quechua.
mamente, por el español hablado en este país, respondería rápidamente en forma Allí, como en otras zonas bilingües, el fonema correspondiente a la <y> ortográca
negativa. Basta recordar los pocos estudios comprehensivos (por ejemplo, Vidal tiene una realización palatal [] que contrasta con la realización postalveolar [] del
de Battini 1964; Fontanella de Weinberg 2000) que coinciden en dividir el territo- fonema representado por el grafema <ll> (Honsa 1965; Lipski 1994: 172). Poco se
rio  más  ua zoa ialctal y  iicar ifrcias sistmáticas tato a ivl sab tato acrca  los talls  la ralizaci  acústica  las variats  stos
segmental como prosódico. Sin embargo, el encarar esta pregunta desde un punto fomas como l status actual l matimito  la oposici   los istitos
de vista del número de hablantes ha llevado a una respuesta armativa y ha hecho estratos sociales, dada la falta de estudios experimentales y/o sociolingüísticos al
coiciir l spaol  la Artia co l spaol  la ciua  Buos Airs y rspcto. Las pocas obsrvacios xistts coici  aputar qu hay sios
la provicia hom ima. esta scci  o scapa totalmt a sta obl itrprta- de fusión de ambos fonemas (por ejemplo, Lipski 1994: 172-173).
ci   la pruta: la mita  los capítulos qu aquí s icluy (caps. 2 y 5) s La sua  las zoas abarca part  las provicias l orst  Corri-
ocupan exclusivamente del español de Buenos Aires, mientras que los capítulos tes, Chaco y Formosa (Vidal de Battini 1964). En estas provincias, a diferencia
3 y 4 hac rfrcia al spaol  Corrits (cap. 3) o a más  ua varia de lo que ocurre en Santiago del Estero, todavía se conserva la lateral palatal // y
(cap. 4). En las secciones siguientes de este capítulo introductorio, nos vamos a este fonema se opone a una africada palatal //. Tanto el estatus de la oposición,
ocupar  los pricipals f mos qu istiu a las istitas varias l como las características fonéticas de las distintas variantes, se han estudiado en
spaol  la Artia s u puto  vista fool ico (§ 1.1 y § 1.2) para detalle en estas zonas (Abadía de Quant 2000; Colantoni 2001). Los resultados de
luo comparar sta variaci  co la obsrvaa  l spaol pisular (§ 2). estas investigaciones parecen coincidir en que, aunque la oposición fonológica se
Cocluirmos l capítulo co ua iscusi   los tmas qu cosiramos  mantiene, la lateral palatal está siendo sustituida por una aproximante palatal [j].
importacia y qu aú o ha rcibio la bia atci  (§ 3). Como coscucia  st cambio  prorso s prouc ua rstructuraci 
de la oposición fonológica, ilustrada en (1), en el que la aproximante palatal se
opo a ua africaa palatal soora:
1.1. VAriAción en el niVel SegmentAl
(1) calló vs. cayó
ca[j]ó vs. ca[d]ó
Como es el caso en el español en general, las distintas variedades del español
hablaas  la Artia s istiu más por la ralizaci   las cosoats Este proceso, sin embargo, no afecta a todas las localidades por igual. Las
que de las vocales. De entre los fenómenos de variación consonántica, quizás el zoas más crcaas a la ciua  Buos Airs (Colatoi 2005) o co mayor
qu más staqu al spaol  la Artia s la prouciaci  variabl  los 1/8
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contacto con la capital, como la ciudad de Corrientes (Abadía de Quant 2000), Dentro de los fenómenos de variación consonántica, esta sección incluye un
prsta u mayor rao  bilitamito  la latral palatal. capítulo 
azzaro (cap. 3) sobr las altracias tr labials y vlars  l
La istabilia  las palatals o s limita a la latral. estuios pio- español de Corrientes, que afectan tanto a las fricativas [f, x] como a las aproxi-
ros sobre el español de la Argentina, como el de Malmberg (1950), señalaron mantes [ , ]. Sobre la base de datos obtenidos en entrevistas sociolingüísticas,
ya iicios  spalatalizaci   la palatal asal. estuios articulatorios más tareas de producción controladas y experimentos de percepción, Mazzaro argu-
recientes (Colantoni/Kochetov 2010) han conrmado esta observación, además mta qu la cofusi  tr labials y vlars stá motivaa por custios
 ocumtar qu l procso  spalatalizaci   la palatal asal va acom-  similitu prcptual: las labials y las vlars so más smjats suias
pañado de un proceso de palatalización de la nasal seguida de una semivocal, por vocales altas posteriores y, en particular, por diptongos. En este capítulo se
como se ejemplica en (2). iscut tambi  u f mo ralizao tato  l spaol  la Artia
como  l spaol ral: l bilitamito o la lisi   las aproximats
(2) pesta[ ]a vs. pesta[nj]a sonoras, en particular de [ ].
Alema[nj]a vs. Alema[ ]a el púltimo  los capítulos  sta scci  s ocupa  la variaci   la
ralizaci   las vibrats simpls y múltipls  l spaol  las provicias
De hecho, los resultados obtenidos hasta el momento señalan que, al menos en
de Corrientes y San Juan. En particular, Colantoni y Rafat exploran una posi-
el español de Buenos Aires, se registran los tres patrones. Como se puede ver en la
bl corrlaci  tr la asibilaci   la vibrat múltipl y la ralizaci   la
Tabla 1, hablantes como A1 neutralizan la oposición a favor de una nasal alveolar
vibrat simpl.
itras qu la xtsi   la asibilaci  ha sio objto  varios
(evidencia de esto es el mismo patrón de contacto en las dos primeras las del
estudios, comenzando con los datos ya clásicos presentados por Vidal de Battini
paladar articial), mientras que para A4 ambas nasales (esto es, la alveolar y la
(1955, 1964), poco se sabe acerca de la realización de la vibrante simple. Según
palatal subyacentes) se realizan como palato-alveolares, indicado por el contacto
los resultados presentados, la variación en vibrantes simples y múltiples son fenó-
en las cuatro primeras las del paladar articial. Por último, A3 parece mantener
mos ipits. Las ralizacios asibilaas  la múltipl o va acompa-
la oposición: la palatal nasal presenta mayor contacto, mientras que la alveolar
ñadas de la asibilación de la vibrante simple, incluso en los grupos consonánticos,
tiene un contacto anterior en las dos primeras las del paladar.
como parece ocurrir en otras variedades del español (cf. Lipski 1994). Lo que se
observa, en cambio, es una asimetría general en la realización de la vibrante sim-
TAbA 1
Perles de los contactos en el paladar promediados sobre seis realizaciones
ple en ataques y en codas; mientras que en los primeros predominan las vibrantes
de las palabras pestaña (arriba) y Alemania (abajo) simples y las aproximantes, en los últimos se observa un mayor porcentaje de
ralizacios asibilaas.
A1 A2 A3 A4 La variaci  vocálica  l spaol ha rcibio mos atci  qu la co-
sonántica, por razones comprensibles que incluyen tanto el número reducido de
fonemas vocálicos como su relativa estabilidad en los distintos dialectos, a dife-
/ / rencia de lo que sucede en otras lenguas como el inglés (cf. Chládková et al.
2011). Como es de esperar, los estudios sobre la variación vocálica en el español
 la Artia o scapa a sta tcia. Solo la ralizaci   las scucias
vocálicas ha recibido cierta atención, especícamente la diptongación de vocales
medias, ejemplicada en (3), y la realización hiática de diptongos en las zonas de
/(j)/ contacto con el guaraní, ilustrada en (4).

(3) lí.[ne.a] vs. lí.[nja]


Los distintos tonos de gris re
ejan el grado de contacto entre la lengua y el paladar.
Corpus recolectado por medio del software WinEPG systems (4) v[ju].da vs. v[i].[u].da
–Wrench et al. 2002– (Colatoi/Kochtov 2010).
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el primro  los f mos parc xtrs a la totalia l trritorio y colaboraors cocluy qu  sta varia s obsrva sis actos toa-
(Luis/García Jurado 1983; Donni de Mirande 2000; Abadía de Quant 2000; Rojas les diferentes y cinco tonos de juntura, dos de ellos bitonales. Aunque varios de
2000), aunque los autores no coinciden acerca de su distribución en los distintos estos acentos tonales se han documentado en distintas variedades del español, los
estratos sociales. Para algunos (por ejemplo, Luis/García Jurado 1983), se trata de autores argumentan que la in
uencia del contacto con el italiano se advierte en
un fenómeno generalizado, mientras que otros (caso de Donni de Mirande 2000) particular  l acto pruclar  las clarativas y  las caractrísticas l
lo cosira propio  los stratos socioco micos bajos. La ralizaci  hiática descenso nal en el mismo tipo de frases, lo cual coincide con conclusiones de
de las secuencias vocálicas, en cambio, está restringida geográcamente (Abadía trabajos anteriores (cf. Kaisse 2001; Colantoni/Gurlekian 2004).
de Quant 2000; Thon 1989) a la zona de contacto con el guaraní. Thon (1989), Las scripcios acústicas l spaol  Buos Airs s asmja a las
 su stuio socioliüístico l spaol  istitas localias  la provi- caracterizaciones no instrumentales presentadas por Fontanella de Weinberg,
cia de Corrientes, concluye que, aunque la realización hiática de las secuencias quien, en una serie de trabajos pioneros (Fontanella de Weinberg 1966, 1980)
vocálicas es frecuente, la inserción de un ataque glotal entre las vocales de la compar la toaci   Buos Airs co las  ucumá y C roba. e cuato
secuencia no lo es. De hecho, la autora observa que su frecuencia de aparición al español de Córdoba, la autora describe diferencias tonales y de duración. En
apas supra l 30% (ho 1989: 208) y o s cutra  l habla  toos los particular, señala que esta variedad se distingue por sus contornos nucleares, en
participantes de su estudio. Estas variedades de contacto, sin embargo, parecen los qu s prouc u alaramito  la sílaba t ica o prt ica acompaao
star coformáos a la tcia ral l spaol a iptoar las scucias  u movimito toal tro  la t ica. esta última caractrística asmja l
 vocals. e u stuio rcit co atos provits  istitas localias español de Córdoba al de Tucumán, distinguiéndolo del de Buenos Aires (Fonta-
en Corrientes, Colantoni y Limanni (2010) concluyen que los hiatos son menos nella de Weinberg 1966). El español de Tucumán se caracteriza además por con-
frecuentes de lo que se había observado. Además, indican que en estas zonas los trastes de duración entre sílabas átonas y tónicas, que serían mucho más marcados
iptoos so acústicamt ifrts  los proucios  otras zoas o o qu los l spaol  Buos Airs.
hay contacto con el guaraní; la tendencia a diptongar en las variedades de contacto Algunos estudios instrumentales recientes (Colantoni 2011) han conrmado
involucra una mayor duración de la segunda vocal de la secuencia, mientras que en parte las observaciones de Fontanella de Weinberg y de Vidal de Battini para
 las varias  cotacto la mayor uraci  corrspo a la trasici  tr las frass clarativas. Auqu  los atos aalizaos o s ristraro alara-
ambas vocals. mientos signicativos de la pretónica en Córdoba, se conrmaron resultados pre-
vios acrca  la prfrcia por los movimitos tro  la sílaba t ica  Sa
Jua y por l aliamito  los picos  la post ica  Corrits (cf. Vial 
1.2. VAriAción proSódicA Battii 1964). e los actos uclars s obsrvaro ifrcias ialctals más
marcadas, que posiblemente se deban al contacto con distintas lenguas. Más allá
Dentro de los estudios de variación prosódica, aquellos que han recibido más del marcado descenso tonal en Buenos Aires, al igual que lo que se había notado
atci  so los qu s ocupa  los cotoros toativos. Auqu los prim- para el guaraní (cf. Gregores/Suárez 1967), se observó un acento ascendente en
ros análisis sistemáticos sobre el tema tuvieron un claro enfoque comparativo, Corrientes. En San Juan, los acentos nucleares se caracterizan por un ligero des-
tit a caractrizar las toacios más ivrts qu s obsrva  l censo y un nal en un tono medio. En resumen, aunque a un ritmo relativamente
territorio argentino (por ejemplo, Fontanella de Weinberg 1966, 1980), los estu- lento, los estudios de la entonación del español de la Argentina no solo están
ios más rcits s ha focao  la varia hablaa  la ciua  Buos comenzando a tomar en cuenta la variación regional, sino también la social, como
Airs y sus alrors. el capítulo 5  sta scci  icluy ua rvisi  com- lo mustra l capítulo  eb y obi  st volum.
prhsiva  los stuios atriors  ilustra os tmas qu ha sio l objto tros f mos pros icos como los corrlatos acústicos l acto l xico o
 itr s  los últimos aos: las ifrcias tr la toaci  l spaol  las variacios  su ubicaci  ha rcibio scasa atci . Co rspcto al pri-
Buenos Aires y otras variedades del español (el español de Madrid, en particular), mero de los temas, cabe destacar los resultados ya mencionados de Fontanella de
y l papl qu poría habr juao l cotacto co l italiao para ar cuta  Weinberg (1966) y su aguda observación acerca de las diferencias rítmicas entre el
stas ifrcias. Sobr la bas  custas ralizaas co 24 hablats  la español de Buenos Aires, que clasica como de ritmo silábico (semejante duración
ciudad de Buenos Aires en las que se elicitaron distintos tipos de frases, Christoph entre átonas y tónicas) versus el español de Tucumán, que poseería ritmo acentual
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(tónicas largas vs. átonas breves). En cuanto al segundo tema, el de la posición del
TAbA 2
acento, conviene distinguir entre las referencias a la doble acentuación de un ítem Inventario fonémico del español peninsular y de Buenos Aires
léxico del de los desplazamientos acentuales. Vidal de Battini (1964: 146), por
ejemplo, menciona que una de las características distintivas de la entonación del Labial Dental Alveolar Postalveolar Palatal Velar
noroeste (o del “esdrújulo”, en sus palabras) es la presencia de un acento rítmico
que, en palabras graves de tres o más sílabas, se maniesta en la primera sílaba (por Oclusivas p b t  t k 
ejemplo, ámarillo). El desplazamiento acentual, en cambio (por ejemplo, sándia Fricativas f  s   x
 luar  sandía), sería un fenómeno generalizado geográcamente, pero res- Nasales m  
triio al habla popular (Vial  Battii 1964). Cubo  Svrio (2000: 190) s aterales l 
reere a resultados de un estudio sociolingüístico en el que se documenta la mayor Vibrantes /r
frecuencia del desplazamiento acentual. Al menos en el habla de Mendoza, este En negrita, los fonemas del español de Buenos Aires; en cursiva, los fonemas
f mo s ristra co ua frcucia lvaa  las class altas (70%) y mias l spaol pisular.
(80%). U f mo  apart splazamito actual qu aú s prsta al
debate es el de los clíticos acentuados, discutido por Colantoni y Cuervo en este
en la variedad argentina, aunque el estatus fonémico de la nasal palatal es debat-
volumen (sección II, cap. 4), que en estudios previos fue tratado como un caso de
ible, como veremos. A continuación examinamos cada una de estas diferencias
acentuación secundaria (Moyna 1999) pero que las autoras, sobre la base de datos
fonológicas entre las dos variedades que estamos comparando, incluyendo tam-
acústicos, consideran un caso de desplazamiento acentual.
bién fenómenos alofónicos no re
ejados en este cuadro de fonemas. Organizamos
la comparación comenzando por las consonantes, clasicadas según su modo de
articulaci  y cocluyo co ua brv mci  a las ifrcias  l trata-
2. La fonología del español de la Argentina y la de otras variedades del español
mito  las scucias vocálicas.
e las oclusivas o cotramos ifrcias  ivtario fo mico tr las
2.1. compArAción del inVentArio fonémico
varias l spaol. ampoco sabmos aú a cicia cirta si hay ifrcias
de VOT condicionadas según la variedad geográca (cf. Williams 1977; Rosner et
Comzamos st apartao comparao l ivtario fo mico l spaol
al. 2000). Sí s ha otao ifrcias  los cotxtos qu favorc ralizacios
peninsular con el del español de Buenos Aires y la zona sur de la Argentina, dado
aproximantes de los fonemas /b d g/, pero no entre las dos variedades cotejadas. En
qu s aquí o las ifrcias a ivl fo mico parc sr más otorias. e la
español peninsular, como en el canario y en el caribeño, las oclusivas sordas /p t
abla 1 s compara l ivtario  fomas cosoáticos qu pomos stabl-
k/ muestran una tendencia a sonorizarse en posición intervocálica, sin confundirse
cr para los hablats más iovaors  Buos Airs (los hablats j vs 
necesariamente con /b d g/ (cf. Torreblanca 1976; Oftedal 1985; Hualde et al. 2011).
clas mia) co l ivtario qu para l spaol pisular stablciro auto-
En el español de la Argentina este fenómeno no parece ser frecuente, por lo con-
res como Navarro Tomás (1970 [1918]) y Quilis (1993). Los fonemas en negrita
trario (cf. Colatoi/
ariscu 2010). do hallamos ifrcias más otabls
se encuentran solo en español bonaerense, mientras que los que indicamos en cur-
es en la realización de las oclusivas en coda silábica, en particular antes de otra
siva so xclusivos  la orma pisular. Los más fomas so compartios
cosoat. Auqu para l spaol artio s ha otao f mos  bili-
entre ambas variedades. Como podemos ver, al comparar los dos inventarios de
tamiento y neutralización de oclusivas en este contexto (cf. Vidal de Battini 1964),
fomas cotramos ifrcias cosirabls.
stas prouciacios o sul cotrars  los hablats co u cirto ivl 
La variedad bonaerense innovadora tiene un fonema // en palabras como calle
educación. En el norte de España, por lo contrario, registramos, como fenómenos
y mayo, que no existe en español peninsular, y, por otra parte, la norma tradicional
muy extendidos, la realización de <g> como [x] (signo [sixno]) y de <c> y <d>
peninsular contiene los segmentos / /, //, / /1 y // que no tienen estatus fonémico
como [ ] (dictado [di taðo], admira [a mia]). También es frecuente en el español
pisular la lisi   las oclusivas  posici   coa. La ifrcia s  l
1 Aunque la evidencia existente parece apuntar en esta dirección, son necesarios más estu- grado de estigmatización del fenómeno, que pensamos que es mayor en general en
Latioam rica qu  espaa. esto s aplica tambi  a la p ria  la //  -ado.
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ios para trmiar l status  la palatal asal  l spaol porto.
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Es algo que se da en el habla estereotípica del gaucho (“Yo no soy cantor letrao…”,
 Martín Fierro, I, 9), pero no en el habla más culta de la Argentina, mientras que el spaol  las racios más j vs  Buos Airs ti u co-
hasta el rey de España elide la /d/ en sus discursos. Por otra parte, la pérdida de la traste /s/ - //, como en seno /so/ vs. lleno /eno/, del que carece el habla del
//  palabras como nada s comú a ambas varias. ort y ctro  espaa. Los hablats mooliüs  stas últimas zoas
etr las fricativas cotramos ifrcias importats  ivtario fo - tienden de hecho a reproducir como /s/ el fonema // de palabras vascas, galle-
mico dado que al sistema de fricativas sordas /f s x/ del español peninsular, la as o catalaas (por jmplo  la prouciaci   La Caixa, nombre de una
variedad bonaerense que examinamos, aquella en que se ha completado ya el entidad bancaria catalana, las Rías Baixas, topónimo gallego, o el nombre vasco
cambio fonológico // > //2 (v as l capítulo  Roha-
arazo  sta sc- Xabier), y en préstamos del inglés como show, prouciao como /sou/. e
ción), opone el sistema /f s  x/. comunicación interdialectal podríamos esperar, por tanto, confusiones donde
Quizá la ifrcia fool ica más importat qu istiu al spaol pi- en contextos ambiguos la // argentina se interpreta como /s/, como en callado
sular l latioamricao s la prscia  la primra  las os varias l itrprtao como casado. Obviamente, este tipo de error en la decodicación
contraste entre las fricativas sordas /s/ y / /. Esta es una isoglosa que cada vez  la sal acústica s aú más sprabl  la itracci  tr artios y
spara más tamt l spaol uropo l amricao. Auqu hasta hac ta hablantes de áreas donde /t/ se debilita en [] como ocurre en zonas de Anda-
solo uas  caas l spaol  ras zoas  Aalucía coiciía co l lati- lucía, del norte de México, del Caribe, Panamá y Chile, dado que, por ejemplo,
noamericano en carecer de tal contraste, en las generaciones más jóvenes y en [mao] corresponde al signicado ‘mayo’ para unos hablantes y a ‘macho’ para
áreas urbanas se está estableciendo por in
uencia de la norma nacional de España. otros. Es posible que la [] argentina procedente del ensordecimiento histórico
e stuios ialctol icos s traicioal istiuir los f mos  seseo y del fonema // no sea, sin embargo, totalmente idéntica a la [] procedente del
ceceo en áreas o hablantes sin contraste entre /s/ y / / según la pronunciación del debilitamiento de [t], como muestran los datos palatográcos de Kochetov y
único fonema existente se asemeje más a uno u otro sonido. Así, en Andalucía se Colatoi (2011).
reconocían hasta hace poco áreas de seseo, de ceceo y de distinción. Aunque el El carácter estridente o ‘rehilado’ de la prepalatal argentina, sea en su
español bonaerense, como el de toda la Argentina y prácticamente toda Latinoamé- variante sorda o en su variante sonora, crea suciente distancia acústica con la
rica, efectúa el seseo, la pronunciación ceceante formaba parte de un cierto estereo- semiconsonante palatal [j] como para permitir un contraste claro entre ambos
tipo rural (cf. Vidal de Battini 1964). Hoy en día, sin embargo, el adelantamiento del sonidos, como en yeso [eso] o [eso] vs. hielo [jelo], o en cebolla [se oa] vs.
puto  la articulaci   la /s/ parcría stars ralizao al habla  la pobla- paranoia [paanoja], mientras que en otras variedades, incluyendo la norma
ción porteña, como lo indican los resultados que se presentan en el apartado 2.2. peninsular, tal contraste es inexistente o dudoso. Estos hechos tienen conse-
La aspiraci   /s/ at aluas cosoats (como  espera, esto, fresco) cucias importats para l aálisis fo mico (Hual 2004). Altracias
forma part  la orma boars artia. La aspiraci   st cotxto como las que encontramos en otras variedades entre los elementos nales de
es prácticamente general en la Argentina, excepto en las zonas del noroeste, en lxma  ley [lej] y leyes [lees] o iniciales de sujo en, por ejemplo, per-
cotacto co l quchua. Auqu l f mo s a tambi  co cirta frcucia dieron [peðjeon] y creyeron [keeon] son analizables como un fenómeno
en el habla de Madrid (sobre todo antes de /p/ y de /k/), no es frecuente en zonas de alofonía en que la constricción algo mayor del segmento intervocálico []
pisulars más ortas y s vita  la prouciaci  ormativa pisular. A es predecible de su posición inicial de sílaba. Es decir, la semiconsonante y
st rspcto s itrsat otar qu auqu la aspiraci   /s/ s cirtamt la semivocal se realizan como algo más cerradas, como [], a principio de
más común en el español andaluz y caribeño que en el bonaerense, la observación sílaba. Por lo contrario, es más difícil mantener este análisis cuando la alter-
 la prouciaci   los locutors  raio y tlvisi  pu llvar a la opii  nancia es entre [j] y []: ley [lej], leyes [lees], perdieron [peðjeon], creyeron
contraria, ya que los profesionales de radio y televisión andaluces y caribeños [keeon]. Claramente se trata de alternancias morfofonológicas entre dos
tienden a suprimir la aspiración, mientras que los argentinos mantienen la aspira- fonemas diferentes, ya que en esta variedad [] contrasta con [j] en posición
ción preconsonántica en este estilo. Hay, pues, normas ortofónicas diferentes en itrvocálica (cebolla vs. paranoia).
las ifrts varias hispaas. tra posibl ifrcia tr varias cocir la prscia (marial)
 u posibl foma fricativo labiotal /v/. Las primras vrsios  las
normas ortográcas de la Real Academia Española recomendaban pronunciar la
2 nos rfrimos aquí a los j vs  clas mia y baja. <v> como labiodental, como medio para jar la nueva ortografía, siendo cons-
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cits los mimbros  la Acamia  qu los hispaohablats o tía ua noamérica como en España (Quilis 1993: § 7.8.2), así como en judeoespañol
pronunciación diferenciada de /b/ y /v/ para entonces. Más recientemente, la (Py 2000: 180).
Acamia ha ao marcha atrás y ya o rcomia hacr u cotrast tr /b/ La norma de pronunciación peninsular denida por Navarro Tomás, Quilis y
y /v/ (cf. Real Academia Española 2005; bajo v). En la Argentina, como en otras otros autores incluye una lateral palatal // que corresponde a la <ll> ortográca.
partes de Latinoamérica, sin embargo, posiblemente se haya hecho hincapié en En esta pronunciación existe un contraste entre, por ejemplo, calló y cayó, qu
sta istici  y como rsultao hay hablats qu ti u cotrast cuasi- no se da en Buenos Aires. Por otra parte, no hay contraste entre, por ejemplo,
fonémico entre /b/ y /v/, al menos en la lectura. Es probable que la in
uencia las primras sílabas  yeso y hielo, mientras que estas secuencias sí contras-
l italiao haya cotribuio al matimito  la fricativa labiotal tr tan en bonaerense, como ya hemos indicado. En los últimos cincuenta años, sin
cirtos hablats. tra posibl itrprtaci  s qu la labiotal mr  la embargo, la distribución geográca de la lateral palatal en España ha retrocedido
prouciaci  fática. Basta rcorar la fras prouciaa por l xprsit enormemente, neutralizándose con el fonema representado ortográcamente por
Duhalde: “Yo no soy un presidente [de.vil]” (Clarín, 02-02-2002; p. 6). Es inte- <y> y que en esta variedad es normalmente una aproximante palatal sonora con
rsat otar qu la ortorafía l castllao mival iica qu la istribuci  un grado de constricción variable, que incluye realizaciones con oclusión. Hoy
histórica de /b/ y /v/ (o / /), cuando estos eran fonemas diferentes, era bastante  ía la latral palatal s mati  espaa solo  aluas áras rurals y 
diferente de la que sugiere la ortografía moderna reformada por la Academia, y zonas de contacto con la lengua catalana. Por tanto, el mantenimiento de la lateral
s acrcaba bastat más a la qu cotramos  varias l portuu s y l palatal ya o s u raso qu sirva para caractrizar al spaol l ort y ctro
catalá qu mati l cotrast. ambi  s ifrt la istribuci  l xica  la Písula –auqu siu sio part  la orma pisular (cf.
artíz
 /b/ y /v/  juospaol. Clrá et al. 2003), y por tanto la incluimos en nuestro cuadro de fonemas–. Un
Como hemos explicado más arriba (ver Tabla 1), en la variedad de Bue- resultado estructural de la pérdida de la lateral, la desfonologización de la nasal
nos Aires, al menos para algunos hablantes (por ejemplo A1 y A4 en Tabla 1), palatal y l alatamito  la articulaci   la aproximat/fricativa palatal a
se ha producido una desfonologización del contraste entre la nasal palatal / /, prpalatal o postalvolar s la saparici  complta l or  las palatals 
como  alimaña, huraño, y la nasal alveolar /n/ seguida de semiconsonante el sistema fonémico del español bonaerense, como podemos observar en el cuadro
palatal, como en Alemania, uranio. Es decir, las secuencias ortográcas <ña,  fomas cosoáticos  la abla 2.
ñe, ño, ñu> y <nia, nie, nio, niu> no contrastan en pronunciación, con lo cual Además de las diferencias consonánticas ya mencionadas, el español del cen-
los hablats ha  mmorizar la scritura  las palabras qu las coti. tro y ort  la Písula s istiu  la mayoría  las varias artias
d aquí ucimos qu para stos hablats posiblmt ha saparcio l en el tratamiento de algunas secuencias de vocales. En principio, en español son
fonema / / del inventario, siendo remplazado en los lexemas que lo contenían diptongos las secuencias formadas por vocal alta no tónica y otra vocal, mien-
por /n/ seguido de /i/ (cf. Guitart 2004: 131). Por otra parte, no obstante, se man- tras que el resto de las secuencias de vocales se silabean como hiatos, en sílabas
tiene el contraste entre <ñi> y <ni>, como en cañita y canita. Si l ivtario separadas. Como hemos notado ya, el español de la Argentina, como el de gran
fonológico carece del fonema / /, habremos de analizar cañita como /kanjita/ part  Latioam rica mustra ua tcia a rucir las scucias  hiato
(o /kaniita/, según el estatus que concedamos a la semiconsonante palatal). Una a diptongo, con transformación de las vocales medias en semiconsonantes/semi-
dicultad para este análisis es que, en general, el español no tiene secuencias vocals: teatro [tjato], traeré [taje]. Esto es a diferencia de lo que ocurre en
tautosilábicas (en la misma sílaba) del tipo [Cji]. Marginalmente, a través de español peninsular normativo, donde las vocales medias pueden perder la sila-
límite de morfema, existe la secuencia heterosilábica /i.i/ como en tíito, chiíta, bicidad en estos contextos pero sin neutralizarse con las altas. Por otra parte,
antiitaliano, pero no se dan nunca secuencias tautosilábicas en que la semicon-  spaol pisular hay casos  qu ua scucia qu spraríamos qu s
sonante [j] vaya seguida de [i]. La consecuencia de eliminar la nasal palatal del silabicara como diptongo, según la regla general, excepcionalmente se silabica
inventario es, pues, que excepcionalmente tengamos que postular la existencia como hiato. Así, hay, por ejemplo, un contraste entre cambiar, realizado siempre
de la secuencia /ji/, pero solo después de /n/. La otra solución es incluir la nasal  os sílabas cam-biar, y en-ví-ar y du-e-to cotrasta co due-lo. La istribuci 
palatal / / como fonema cuya distribución estaría restringida a la posición antes  stos hiatos xcpcioals  spaol pisular s stuia  alú tall 
de /i/. La neutralización de / / y /nj/ no es exclusiva del español de la Argentina; Hual (2005: 81-86). no stá claro qu  spaol  la Artia s  tals
ha sido observada en varias otras áreas del mundo hispánico, tanto en Lati- cotrasts (salvo  casos muy cocrtos como hu-i-da, cui-da).
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VARIACIón FnLógICA en eL eSPAñL de LA ARgenInA 33 34 LAURA CLAnnI/JSé IgnACI HUALde

2.2. poSibleS efectoS de bASe de ArticulAción


itras qu las ifrcias  la ralizaci   la /s/  coa  l spaol
 Buos Airs y  La Habaa staba ampliamt ocumtaas (cf. rrll
Más allá de las diferencias de inventario discutidas en el apartado anterior, las 1979), se suponía, sin embargo, que la /s/ en ataque era semejante en ambas varie-
istitas varias l spaol prsta ua sri  ifrcias fo ticas más as. Lo qu st stuio rvla so ifrcias sistmáticas  la ralizaci 
o menos perceptibles, algunas de las cuales han sido estudiadas recientemente  sta fricativa al iual qu  l puto  articulaci   latrals y vibrats.
desde un punto de vista articulatorio (Kochetov/Colantoni 2011). Nos referimos, Qua por xplorar cuál sría la rprcusi   stas ifrcias tato  la arti-
en particular, a las diferencias de base de articulación (Honikman 1969), es decir, culaci   las cosoats o coroals como  la ralizaci   las vocals.
caractrísticas articulatorias qu afcta la ralizaci   toas las vocals y
consonantes del sistema, y no solo la de algunos sonidos aislados. En el estudio
mencionado, se compararon las características articulatorias (punto y grado de 3. Perspectivas para futuros estudios
contacto linguo-palatal) de las consonantes coronales, mediante una técnica cono-
cia como electropalatografía dinámica. Los participats  st stuio furo Cocluimos sta itroucci  sbozao aqullos aspctos qu hasta ahora ha
cico hablats l spaol  Buos Airs y trs hablats provits  La recibido menos atención, pero que consideramos de importancia a la hora de ofre-
Habana. Los resultados mostraron que, en general, todas las consonantes estu- cr u paorama más complto sobr la fo tica y fooloía  las ifrts
iaas tía u puto  articulaci  más alatao  los hablats portos. variedades habladas en la Argentina. En primer lugar, es de interés contar con
esto s obsrva  la Fiura 1  la qu s mustra qu  l spaol  Buos estudios detallados, sobre todo de carácter experimental, del español de algunas
Aires, las consonantes tienen un índice de contacto alveolar (CAa = contacto en provicias. Poco s ha hcho  lo qu cocir al spaol l orost y  la
las primeras cinco hileras del paladar articial) superior con respecto al español provincia de Santiago del Estero, donde se han descrito diferencias tanto a nivel
 La Habaa. esto o s sorprt si s pisa  las ifrcias  la rali- fonológico, como el mantenimiento del contraste en la realización de los gra-
zación de los grafemas <ll, y> , pero sí lo es en lo que se reere a la realización femas <ll, y>, como a nivel fonético en la realización de las fricativas en coda.
 /s/  ataqu silábico. Un segundo tema que merece más atención es la in
uencia que el contacto con
luas ativas y miratorias ha tio  l sarrollo l sistma fool ico 
FIuA 1 cada variedad, ya sea a nivel segmental como suprasegmental.
Consonantes coronales del español de Buenos Aires (izquierda) Tampoco faltan temas especícos que merecen atención, en particular por sus
y La Habana (derecha) coxios co otros procsos ocumtaos  las istitas varias  la
Artia. etr los f mos  variaci  cosoática s importat stu-
diar la palatalización de la lateral seguida de secuencias vocálicas (por ejemplo,
fami[lja] > fami[a]), por los paralelos que este proceso presenta con el de pala-
talizaci   la asal (cf. Rost 2011). e palabras como utensilio y, en menor
medida, Juvenilia (título de la novela de Miguel Cané, publicada en 1884), la
prouciaci  co fricativa prpalatal s cutra ralizaa  l habla 
Buenos Aires. En cuanto a la variación prosódica, los correlatos acústicos tanto
l acto l xico como  la marcaci  l acto uclar csita sr stuia-
dos con atención. Como señalara Fontanella de Weinberg (1966), las variedades
del español de la Argentina dieren entre sí en la duración relativa de sílabas tóni-
cas y átonas, y, posiblemente, estas variedades pertenezcan a distintas tipologías
rítmicas. De ser así, cabe hipotetizar también que el español de Buenos Aires, el
el j horizotal rprsta los valors l íic  atrioria  la zoa coroal (CAa) y más estudiado hasta el momento, diera de variedades peninsulares en el peso
l vrtical l  postrioria  la misma zoa (CPa). Valors promiaos sobr cico y trs
rlativo  la uraci  frt a la frcucia fuamtal para marcar promi-
hablantes para cada una de las variedades, respectivamente (Kochetov/Colantoni 2011: 330).
cia prosódica. Además de algunos trabajos especícos que parecen apuntar en esta
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dirección (cf. Kaisse 2001), existe evidencia indirecta al respecto en los estudios
existentes acerca de tipologías rítmicas, que sugieren la falta de isocronía silábica
 sta varia (cf. Borzo 
ariqu/Siorii 1983).
Para concluir, nos interesa resaltar una tendencia prometedora en los capítulos
contenidos en esta sección; es decir, el establecer paralelos entre los fenómenos
descritos para el español de la Argentina y otras lenguas, lo cual permite recon-
ucir l stuio  la variaci  fool ica a la toría liüística. Las comparacio-
s xplícitas qu caa uo  los capítulos icluios prsta co otras luas
romacs y o romacs cotxtualiza la rlvacia  los atos prstaos y
contribuyen a extender nuestra comprensión de los factores perceptuales, articu-
latorios y acústicos qu motiva la variaci  y l cambio liüístico.

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