En conclusión, el Canal de Panamá se erige como un hito de ingeniería que ha
redefinido el panorama económico y comercial a nivel mundial.
El Canal ha demostrado ser una arteria vital para el comercio internacional, acogiendo una expansión constante en el volumen y tamaño de las embarcaciones que lo atraviesan. El flujo constante de ingresos a través del Canal ha fortalecido la economía nacional, permitiendo la inversión en proyectos de educación y desarrollo. Así, el Canal de Panamá no solo es una proeza de ingeniería, sino también un pilar clave en la conectividad económica global, que ha tejido lazos comerciales y enriquecido a múltiples naciones al facilitar el intercambio fluido de bienes y servicios en un mundo interconectado.