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Otto Bauer

Herbert Marcuse
Arthu r Rosenberg

Fascismo ~ capitalismo
Teorías sobre los orígenes sociales
~ la función del fascismo

Selección de Wolfgang Abendrolh.


Introducción de Kurt Kliem, Jorg Kammler
y Rüdiger Griepenburg.

Ediciones Martínez Roca, S. A.

t
1
1
1' lista. En segundo lugar, las cnslS económicas de postguerra,
Otto Bauer
i
que sumieron en la miseria grandes masas de pequeños bur-
¡ El fascismo
gueses y campesinos. Estas masas depauperadas y resemidas
abandonaron las filas de los partidos de masas democrático-
1 burguesas, en las que habían militado basta entonces, y se
alzaron llenas de odio y decepción contra la democracia que
antes les babia servido para representar sus intereses, en-
1l cuadrándose en las "milicias» y "juntas de defensa» nacional-
militaristas. En tercer lugar, y a causa de aquellas crisis, la
merma de los_ beneficios de la clase capitalista, que quiso
resarcirse aumentando . el grado de explotación, para lo cual
era preciso romper la resistencia de la clase obrera. Como la
clase capitalista dudaba de conseguirlo bajo el ré::imen demo-
crático, se sirvió primero del movimiemo :rebelde de las
masas pequeño-burgi.lesas y campesinas agrupadas en las mi-
licias fascistas y nacionalistas para sembrar el terror en la
clase obrera y obligarla a pasar a la defensiva, y luego para
A las revoluciones de 1918 les siguió la contrarrevolució_n. destruir la democracia. Empezó por ayudar con medios finan-
que no siempre adoptó los rasgos característicos d~l fascis- cieros a los fascistas, por inducir al aparato estatal para que
mo. En Polonia, la democracia fue relevada por la dictadura aprovisionara de armas a las milicias fascistas y asegurase
militar de Pilsudski. Un absolutismo dinástico-militarista del impunidad a sus acciones de castigo contra la clase obrera.
viejo estilo derribó la democracia en Yugoslavia. El movi- y finalmente por ceder el poder estatal a los fascistas.
miento "Despierta, HungriaD de la comrarrevolución húngara Consideremos con mayor detenimiento esos tres procesos
de 1919 así como los grupos terroristas enviados por el Go- sociales relacionados entre sí.
bierno búlgaro de Zankoff contra el derrotado partido cam- En Italia, fueron los oficiales de la reserva, desmoviliza-
pesino y contra los obreros, tuviero_n ya cru::acterísticas seme- dos después de la guerra, quienes constituyeron los núcleos
jantes a las tropas de choque de npo fasc:sta. Pero al cabo del partido fascista. Estos hombres, que habían disfrutado del
de poco tiempo, la vieja oligarquía de anti~ escuela recu- mando durante largos años, no encontraban en la vida
peraba el poder en ambos países. Fue en Italia y en Alema- burguesa una posición adecuada a sus pretensiones y ambi-
nia donde triunfó por primera vez la nueva forma del des- ciones. Alrededor de ellos se agrupaba:!:!. las huestes de los
nntio:::rnA f'ACf""Í<:+~ ~r'\'U rH'"=l se h.:J.. convertido, lógica.w.entcJ en
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""""-J,.'""' • .. «arditil>, las tropas de choque de la guerra, orgullosos de sus
el sistema dictatorial por e.xcelencia de las clases capltal!s- condecoraciones y sus heridas, resentidos porque la patria
tas, cuyos métodos van siendo imitados tambi~n por gobier- por la que habían dado su sangre no podía ofrecerles una
nos contrarrevolucionarios de otras procedencias. posición suficiente, al menos según sus aspiraciones. No
El fascismo es el resultado de tres procesos sociales ínti- querían dejar los hábitos contraídos durante la guerra: de-
i . mamentc relacionados entre sí. En primer lugar, la guerra, seaban dar v recibir órdenes, llevar uniforme y desfilar al
i
que expulsó de la vida burguesa y desclasó a grandes masas paso. Corne;zaron a formar organizaciones paramilitares.
\ de combatientes. E.stas, incapaces de regresar a los modos de
vida burgueses, y nostálgicas de los hábitos e ideologías
Este grupo social fue aún más numeroso en Alemania. Por
el tratado de paz firmado en Versalles, este pais estaba obli-
\ adquiridos durante la guerra, formaron. después ~:=_ésta las gado a licenciar a la mayor parte de sus oficiales de carrera,
«milicias)> fascistas, las «juntas de defensa» patnoticas con y éstos formaron el núcleo dirigente de los «cuerpos de volun-
una peculiar ideología militarista, antidemocrática y naciona- tarios)> y «juntas de defensa» militaristas que empezaron a

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constituirse después de la guerra. Las convulsiones políticas lar» al «interés común», de todas las fuerzas económicas y
de postguerra dieron a estas milicias fascistas en ciernes la sociales a la tarea de consolidación nacional frente al ene-
oportunidad de consolidarse y aumentar su propio prestigio: migo· exterior. Ese nacionalismo va unido a ideas anLibur-
en Italia, la aventura de Fiume; en Alemania, las luchas del gtiesas: la democracia burguesa occidental, dice, no es más
Báltico y de la Alta Silesia. que la dominación de clase de los estratos capi.talistas más ri-
Fueron estas células primordia.ies del fascismo las que cos y poderosos; los capitalistas ingleses, franceses y ame·
desarrollaron su ideología general. Como producto de la gue- ricanos le robaron a Italia, «la gran proletaria», el fruto de
rra, se trata de una ideología militarista sobre todo: exige su victoria; en cu~nto al pueblo alemán, es la oligarquía fi-
la disciplina de las masas frente a la autoridad de mando de nanciera del judaísmo internacional quien le hace pagar tri-
sus jefes. Es absolutamente contraria al derecho de auto- buto, escudada en la democracia occidental y sirviéndose de
determinación de las masas, a las que considera llamadas la democracia alemana. Ante las masas populares, presenta
únicamente a obedecer; por consiguiente, es enemiga de la su lucha como el combate contra la dominación de clase de
democracia. Desprecia el. afán <<burgués» de paz, bienestar la burguesía; anre los capitalistas, como el combate contra la
y comodidad, propio de la vida civil, y le opone un ideario tiranía de la plebe proletaria; ante la intelecrualidad nacio-
vital <<heroico». Está animada del nacionalismo que la gue- nalista, como una lucha de solidaridad de todas las fuerzas
rra contribuyó a exacerbar. Intenta provocar la rebelión de nacionales contra el enemigo exterior. ·
las masas contra el Gobierno liberal de Italia, al cual se acu· Ahora bien, las fuerzas militares de choque, portavoces
sa de haberse dejado estafar el precio de la victoria, o con- iniciales de la ideología fascista, necesitan ganar el refuerzo
tra el Gobierno republicano de Alemania, por su humillante y el apoyo de masas amplias para tener verdadera potencia.
su..r::tisión a la voluntad de las potencias vencedoras. Por ser El primer estrato social que hizo suya la ideología fascista
típicamente pequeño-burguesa se dirige tanto contra el gran originada por la guerra fue la intelectualidad.
capital como contra el proletariado; los oficiales odian al En Italia y Alemania, la democracia parlamentaria era
estraperlista y a los nuevos ricos que se ban beneficiado de una institución recieme. En Italia, el régimen gubernamen-
la guerra, y desprecian al proletario. Claro está que su antl- tal parlamentario era antiguo, pero no fue hasta 1913 que se
capitalismo sólo va dirigido contra las formas más específi- eligió Parlamento en base al sufragio universal único. En
camente parasitarias del capitalismo de la época de post- Alemania, el sufragio universal único era antiguo, pero ne-·
guerra y de inflación. El oficial aprecia la industria de fue hasra 1918 que el Parlamento dispuso de autoridad so-
guerra, aunque odie al estraperlista; es el «capitalista especu- bre el Gobierno. La joven democracia decepcionó muy pron-
lador¡;, 3~ no el ~<capitalista creador)>, el ohjeto de su enemis- to a la intelectualidad de ambos países, que no veía en aqué-
tad. En cambio, es absolutamente incondicional su animad- lla sino una plutocracia disfrazada, por una parte, y por
versión contra el socialismo proletario, que luchó denodada- otra parte una dictadura de las masas: masas creadas por la
mente contra la intervención de Italia en la guerra y por sociedad capitalista, incultas, bruLales, propicias a la vio-
eso mismo vio muy acrecentado el número de sus partida- lencia en los momentos de irritación. Arruinada a su vez
rios duTante ella; que en Alemania ocupa el poder después por la devaluación v las crisis económicas, la intelectualidad
de la derrota, apareciendo así como beneficiario de la misma ~dia a los arribist~s del proletariado que ban conseguido
y agente de las potencias vencedoras. Durante la época de ocupar Jos escaños ;;rubemamentales; no entiende las luchas
má...uma atracción del socialismo sobre las masas,- aquella alre.dedor de proble:ffias sociopolíticos, que dominan la vida
ideología presenta su ideario como el de un <<nacionalsocia- pública bajo la presión de las masas. Pero era sobre todo
lismo,, opuesto como tal al socialismo proletario: el verda- su nacionalismo, exacerbado por la guerra, lo que situaba
dero socialismo nacional, dice, no consiste en la explotación a la intelectualidad en oposición frente a la jO'.'en democra-
egoísta de las consecuencias de la guerra por parte del pro- Cia.
letariado, sino en la subordinación de todo «interés particu· Al comienzo de la guerra, Italia permaneció neutral. Du-

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rante me.ses tuvo lugar en el seno de la burguesía italiana en otra. El nacionalismo de la intelectualidad se rebeló con-
una lucha encarnizada emre los partidarios de la neutrali- tra la indigna situación del país_ ¿Acaso no fue la revolución
dad y los de la intervención. Luchaban a favor de la neutra- la que puso fin a la guerra ¿No demostraba esto que única-
lidad los socialistas, los católicos, la burguesía liberal enca- me~te 1~ «puñalada por la espalda» pudo poner fin a la
bezada por Giolitti y, con ésta, la mayoría parlamentaria. Los res1stencra del ejército alemán? Los que ahora aobemaban
partidarios de la guerra contra Ausrria formaban un mo- ¿acaso no eran unos proletarios, incapaces de "'comprender'
vimiento de masas patrocinado por la industria pesada y los la grandeza y el honor perdidos, unos traidores que habían
terratenientes, y dirigido por una intelectualidad educada apuñal~do a ~ patria por la espalda, unos aventureros que
en la tradición del Risorgimento. Este movimiento forzó la s~ hab1an serv:rdo de la derrota nacional para escalar posi-
intervención, contra la voluntad del Gobierno y de la· ma- cwnes, unos republicanos que se sometían hunúllantemente a
yoría parlamentaria. En todas las demás naciones belige-
rames de Europa, tal vez pudieron creer las masas popula-
res que la patria había sido avasallada por el enemigo y que
la guerra era inevitable; para Italia, evidentemente, la gue-
r todas las e:rigen~ias de l~s vencedores.? Las consecuencias de
la guerra mundial contnbuyeron así a fomentar el naciona-
- ,'.,...,- ¡:_:_ lismo alemán; la intelectualidad nacionalista educada en la
' tradición prusiana y de los Hohenzollero, se identificó con el
rra fue consecuencia de uria libre elección. Este hecho in- activismo de las juntas de defensa.
fluyó de modo decisivo en la posterior evolución del país. La intelectualidad nacionalista fue intermediaria entre las
El socialismo había luchado contra la guerra; cuando las formaciones de choques fascistas v nacional-militaristas v la
masas populares experimentaron los sinsabores de la mis- gran masa pequeño-burguesa y c~pesina_ Pero era nec"esa-
ma, se pasaron al socialismo en masa. En los primeros ·años rio que se produjeran hondas conmociones económicas v
de la postguerra, las masas populares italianas se vieron sa- sociales para que las grandes masas neaueño-burguesas v ca~·­
cudidas por un tremendo movimiento revolucionario. Del p_esinas se apartaran de su afiliaciÓn~ tradicion;l a loJs par-
otro lado quedaban los ·intervencionistas, los que habían tldos de masas democrática-burgrreses y pasaran a formar
impuesto en 1916 la beligerancia de Italia. Ya en 1915 ha- parte del fascismo.
bían luchado contra liberales, católicos y socialistas a la vez. Durante la postguerra, las· ilaciones que habían sido beli-
Ya entonces difundieron la filosofía «heroica» de la vida, gerantes vieron presidida por la inflaciÓn su situación eco-
frente al neutralismo, frente al mercantilismo liberal y paci· nómica y sociaL La rápida devaluación del d.ú;l.ero mermó los
futa, de un lado, y frente al socialismo preocupado única- ahorros de la pequeña burguesía, consumió el capital de los ne-
- • .e-
meme del bienestar prosaico de las masas, del otro. Ya en quenas comerciantes y artesanos, am.únó a grandes sectores
aquel tiempo impusieron su voluntad al Parlamento, que se de la clase .media. Al mismo tiempo, la devaluación mone-
resistía a la guerra. Fueron sus tropas de choque las que taria era origen de reivindicaciones salariales cada vez más
forzaron la decisión desde la calle. Después de. la guerra, importantes, cada vez más violentas, que paralizaban conEi-
la intelectualidad «intervencionista» formó los cuadros al- nuamente los transportes y las empresas públicas. El peque-
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rededor de los cuales se integraron luego las organizaciones ño burgués, incapaz de defenderse frente a la devaluación
militares del fascismo. ¡- asi_stía disgustado a las luchas salariales entre capital y tra~
Alemania se enfrentó durante la guerra a todo un mundo baJo, que perturbaban su tranquilidad una y otra vez. Los
adversario, y realizó proezas militares inauditas; fi..nalmente ) aumentos de salario conquistados por la clase obrera como
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sucumbió bajo la aplastante superioridad de sus enemigos. ! consecuencia de la devaluación monetaria, le parecían a d
La derrota dio lugar a la revolución, que implantó la Repú-
blica ... , una República nacida en medio de la más amarga
¡ causa principal de la misma. Le indignaba que algunos sec-
tores de la clase obrera lograran mantenerse a cubierto de
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miseria, impotente frente al orgullo de los vencedores, deu- i1 la devaluación arrancando una y otra vez nuevos aumentos
dora de ruinosas indemnizaciones, humillada mil veces por de salario, mientras él no podía hacer nada para mejorar sus
.¡ rentas en la misma medida. Le sublevaba contemplar cómo
las potencias aliadas, cayendo de una conmoción económica
1
-ii
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[
su nivel de vida llegaba a ser más bajo, inclr:so, que el de
esos sectores de la clase obrera; cómo la clisi::ibución de la
de las indemnizaciones de guerra y se lograsen importantes
créditos para la reconstrucción de las empresas alemanas. f
renta nacional iba desfavoreciéndole gradua.lnente. Aunque
odiaba a los e:A-plotadores de la inflación, odiaba todavía más
a aquellos obreros insu.rnisos. · · ;. .
Durante el año 1919 se produjo en toda Italia una oleada
Por eso, en aquella coyuntura se negaron a apoyar ninguna
aventura nacionalista-fascista. Una vez estabilizado el marco,
cuando los uroductos alemanes mejoraron rápidamente de
cotización y- se produjo la tremenda afluencia de créditos

de huelgas que arrancó grandes concesiones ~ las :pequeñas extranjeros, la marea nacionalista decreció pronto. La pe·
y grandes empresas. Este movimiento culmine. en. la ocupa- queña burguesía y el campesinado seguían de nuevo a los
1
ción armada de las fábricas, el año 1920. El ~bierno liberal
de Giolittí no se atrevió a emplear ia fuerza del Estado con-
tra el movimiento de rebeldía de las masas, que se extendía
tanto a los trabajadores industriales como 2. los del campo;
busc2.ba la conciliación por medio de negociadones, de con·
r
i
partidos democráticos. Durante la época de prosperidad, el
partido nacionalsocialista de P....itler no fue sino un grupo sin
importancia. Pero cuando se produjo la crisis de 1929, el
fascismo nacionalista resurgió nuevamente. La democracia no
pudo evitar que la crisis arruinase a los pequeños burgueses
r

veníos, de concesiones y compromisos. El P~iamento, clivi- y campesinos; en consecuencia, éstos se volvieron contra la
clido en fracciones enemigas, era incapaz de formar por sí democracia. En vista de que los partidos democráticos no
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solo un Gobierno estable y fuerte; no sabía ~olver ninguna aportaban ninguna ayuda a las masas depauperadas, éstas se
de las cuestiones económicas candentes a no ser mediante l afiliaron al nacionalsocialismo; en rápidas campañas victorio-
laboriosas nego~iaciones y regateos; es deci::-, que ni tenía ii sas, éste hizo suyos a pequeños burgueses y campesinos. Aun-
rapidez de decisión ni contentaba plenameme a nadie. Por que, por más que fuese un movimiento de las masas pequeño·
esto, un amplio sector de la pequeña burguesía :italiana se \ burguesas y campesinas, el fascismo no pudo hacerse con el
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distanció de la democracia, dando en creer que sólo la férrea poder basta que la ciase capitalista decidió servirse de él para
voluntad de unos caudillos podía imponer obediencia al pro- ~ someter a la clase obrera. .
letariado y restablecer la salud de la economia, poniendo fin - Durante los dos nrimeros años de 1:::. postguerra, Italia
tanto a las luchas de clases que interrumpían continuamente atravesó úna verdad~ra revolución ag;:ari::l. Todo el régimen
el funcionamiento de la actividad económica, como a las agrario italiano se vio revolucionado por violemas insurrec-
inacabables disputas de los partidos. ciones de los aparceros y colonos contra los terratenientes,
En Alemania, el movimiento nacionalista-fascista surgió . . ; de los jornaleros contra los terratenientes v los aparceros.
también durante los primeros años de la postguerra, y llegó a Fue aboli-da la «terzeria», es decir, el derecho. del terratenien-
asumir proporciones amenazadoras hacia la época de la infla- te sobre las dos terceras partes de la producción del apar-
ción. En 1923, cuando la guerra del Rub.r puso ;:¡J rojo las cero; los terratenientes fue;:-on obligados a proveer semillas
pasiones nacionalistas, cuando la total devaluación del mar- y abono; la rescisión de los arreiJdarnientos pasó a depen-
der de la aprobación de unas comisiones paritarias. Los jor- 1
co precipitó en la miseria a la población, cu2.!ldo las es-
cuadras de acción nacionalistas se concent"i"al"OD en el límite naleros de la llanura del Po forzaron aumentos de salario y j
norte de Baviera amenazando con marchar sobre Berlín, Ale-
mania se vio por vez primera en peligro de caer en manos
la garantía de un mínimo de jornadas de trabajo al año.
Eran ocupados por la fuerza algunos latifundios; el Gobierno l
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1
cie un fascismo nacionalista. Pero la democracia burguesa se '.io obligado a confirmar por decreto la ocupación. Final· 1
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aún pudo rechazar entonces el ataque del fascismo. La guerra mente, los grandes terratenientes in.iciaron la contraofensiva;
del Ruhr demostró que aún carecía de sentido una insurrec·
ción contra las potencias aliadas. En aquella época, la bur-
en el año 1921 recurrieron a la ayuda del fascio. Cuando un
terrateniente llamaba a los fascistas, éstos se armaban basta
l
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guesía y el campesinado alemanes necesitaban la ayuda de los dientes y ocupaban el pueblo. Destituían al alcalde Y ¡
las potencias occidentales, cuyo poder financiero estabilizaría nombraban un nuevo burgomaestre, pegaban fuego al local
el marco siempre que se llegase a un entendimiento acerca del si..11dicato campesino, maltr2taban y expulsaban a sus di-

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era ahora el poder. A la burguesía sólo le quedaba una alter-
risrentes y asesinaban a todo aquel que opusiera resistencia.
nativa: destrozar por la fuerza la organización paramilitar
E~tas «expediciones de castigo» rompieron la fuerza del pro-
fascista, que ella misma había financiado y armado, y con
letariado ruraL
ello dar rienda suelta al proletariado sometido, o ceder el
La burguesía de las ciudades imitó el ejemplo de los gran-
poder a esa organización paramilitar. Ante tal situación, la
des terratenientes. Muy pronto comenzó a haber «expedicio-
l nes de castigo» en las ciudades: los fascistas ocupaban la
ciudad, los alcaldes y concejales rojos ecin obligados a dimi-
burguesía traicionó a sus propios representantes en el Go-
bierno y el Parlamento, y prefirió la cesión del poder estatal
al fascismo. La lucha enrre el capital y el trabajo, en la que
1 tir, los locales de los sindicatos eran destruidos y !os hom-
bres de confianza de la clase obrera, expulsados, maltratados
r por obra de la burguesía había intervenido la horda fascista,
i según todas las apariencias tuvo este desenlace: que dicha
1
l
o muertos.
horda, después de dominar al proletariado, expulsaba tam-
¡ La clase capitalista había descubierto la manera de rom-
' bién a los representantes de la burguesía en el Gobierno y el
per el impetuoso ataque de la clase obrera y obligarla a.xen~
1 Parlamento, disolvía los panidos burgueses y dominaba por
dirse. Todavía no le parecía necesario ceder el poder a los
la fuerza sobre todas las clases. «Y la lucha parece haber
fascistas, pues pretendía utilizarlos simplemem:e como ins-
terminado en el sentido de que todas las clases se postraron
trumento para someter a la clase obrera. Los fascistas reci-
de hinojos, con igual impotencia y con igual mutismo, ame
bieron abundantes fondos para mantener y equipar sus tro- la culata cfel fusil_, 1
pas de choque, a .fin de que pudieran ser utilizadas er: ~al­
La historia se repitió en Alemania. Desde la época misma
quier momento comra los obreros recalcitrantes. Se Ctlldo de
de la devaluación, el fascismo nacionalista fue patrocinado
aue el poder estatal apoyase las acciones fascistas. Ya en
por la burguesía y su poder estataL La aristocracia terrate-
¿ctubre de 1920, el mariscal Badoglio instruía a los jefes de
niente dio alojamiento en sus propiedades a los cuerpos de
división para que ayudasen al movimiento fascista. t:-s ~r­ voluntarios que regresaban. dd Báltico y de la Alta Silesia.
mas de los pañales milii3..!.-es pasaban a manos de los tasc¡s-
La industria pesada subvencionaba las juntas de defensa
tas, y cuando éstos emprendían alguna «expedición de cas-
nacionalistas. El poder estaral formó con ellas las o: brigadas·
tio-o» contra !os trabajadores, la policía sólo intervenía para negras». En 1923, el Gobierno utilizó el estado de opinión
c;n.fiscar a los obreros sus armas, bajo pretexto de evitar imperante, influido por el auge del movimier¿to nacionalista,
alteraciones del orden público, y encarcelar a sus dirigen- así como la debilidad de la clase obrera -desmoralizada y
tes. puesta a la defensiva por el fascismo nacionalista- para
Las fáciles victorias que gracias a este apoyo del poder actuar contra los movimientos obreros de Sajonia y Turingia
estatal logró el fascismo le granjearon masas cada vez mayo- y sabotear· la jornada de ocho horas. Sin embargo, esta alianza
res ue
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quienquiera que llevase camisa negra podía matar, incendiar i entre el capital y el fascismo quedó rota al término de la
guerra del Ruhr.
v saquear impunemente; esta circunstancia hizo que se pasara
Concluida la guerra del Ruhr, .la burguesía alemana nece-
;u fascismo todo el infraproletariado. Los miembros de las
sitaba una gran suscripción de Deuda extranjera para con-
tropas de choque fascistas recibían uniforme y soldada gra-
solidar la moneda y asegurar el pago de las indemnizaciones.
cias a las grandes subvenciones de los capitalistas v terrate- y grandes créditos extranjeros para que sus empresas ban-
nientes; eso les atrajo a los parados. El fascismo tuvo un
comienzo de victorias rápidas; eso le atrajo a los individuos
1 carias e indusrriales pudieran reponer los capitales circulan-
1
tes destrozados por la inflación; por consiguiente, era la
de todas clases que siempre están de pane deL vencedor. La hora de la «política de reconciliación,_ El movimiento nacio-
milicia fascista fue el lugar de confluencia de los desclasados
de todas las clases. Gracias a la ayuda que le proporcionó la
burguesía, llegó a ser demasiado fuerte como, para c~nt~n­ l. Karl Man:. Da 18. Brumair' des Lou.i.s Bonaparll!:, Franliurt/Main 1965
tarse con el papel de instrumento de la burgues1a. Su obJet1vo (Colección Insel, torno 9), p. 121 (Nota de los editores alemanes).

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¡
\

~
.nalista no siguió recibiendo apoyo. Durante la época de pros- dar, sojuzgar y pacJ.D.car a la clase obrera rebelde, también
peridad, la burguesía alemana apoyó a los partidos democrá- en Alemania los capitalistas y aristócratas terratenientes cre-
tico-burgueses. El partido popular-nacionalista formó parte yeron que podrían utilizar el movimiento nacionalsocialista
del Gobierno democrático; los nacionalistas germánicos ini- para anular la influencia de la socialdemocracia y de los sin-
ciaron la aproximación a la democracia. Fue después de la dicatos, romper la resistencia de la clase obrera frente a la
crisis del año 1929 cuando los capitalistas y la aristocracia baja de los salarios, derogar las leyes de protección al tra-
terrateniente volvieron a aproximarse al fascismo. Cuando el baja-y de seguridad social, e imponer la política deflacionista
movimiento nacionalsocialísta, bastante postergado durante
el período de prosperidad, recuperó rápidamente las masas
11 de la dictadura del capital y de los terratenientes.:En ambos
casos, los fascist2.s se er;C?.r-g2.ron de. sacar de su error a las
pequeño-burguesas y campesinas depauperadas por la crisis, clases capitalistas. También en Alemania llegó el momento
la industria pesada y la aristocracia terrateniente compren- en que los aristócratas terratenientes y los capitalistas tu-
dieron muy pronto que tenía:;:J. en él un medio para someter vieron que elegir entre destruir el fascismo, modificando con
a la clase obrera, contrarrestar la influencia de los partidos
1
ello de un solo golpe la relación de fuerzas a favor de la
obreros v de los sindicatos, y destruir los obstáculos opuestos clase obrera, o ceder al fascismo el poder estatal. Ante esta
por las instituciones democráticas a la lucha del capital por situación, la cam2..1.-illa de Hindenburg, formada por aristó-
~ mayor grado de exylotación y por el saneamiento áe sus cratas terratenientes, decidió la cesión del poder estatal a
beneficios. Los nacionalistas germánicos, dirigidos por Hu- Hitler. Al igual que ocurrió en Italia, formaron parte del
genberg, se aliaron con Hitler para formar el <tfrente de Harz- primer gabinete fascista algunos representantes de los parti-
burgo». El ala burguesa, que apoyaba a Brü.ning, aprovechó dos burgueses tradicionales, creyendo que podrían dominar y
el temor que sentían la socialdemocracia y los sindicatos asimilar a los fascistas en el seno del Gobierno. Pero el fas-
ante una posible dictadura fascista, para obligarles a <:tolerar)) cismo alemán aún fue más rápido que el italiano en utilizar
la dictadura capitaljsta de Brüning, cuya pr'llDera medida fue el poder estatal conquistado :para expulsar del Gobierno a los
reducir rápidamente el nivel de vida de las masas populares partidos burgueses, disolver los partidos ·.; organizaciones de
a través de su política deflacionista de emergencia. Las tro- la bunruesía v establecer la dictadura <etotalitaria,. También
pc.s de asalto nacionalistas revelaron su utilidad actuando en est~ caso,- la lucha de clases concluyó, según todas las
como" medio de coacción para que las organizaciones obreras apariencias, con el dominio de la horda fascista sobre todas
no se opusieran al empeoramiento del nivel de vida obrero, y las clases sociales.
para que la democracia se sometiera a una dictc.dur2- capita- Frente a la burguesía, el fascismo suele justificarse afir-
lista; de aquí q1_1e aquéllas recibieran de los grandes indus- mando que la h.a salvado de la revolución proletaria, del
triales subvenciones de importante cuantía. El ejército, la «bolchevismo». De he:clw, el fa.ntasr:c...a del bokbe-<.rism.o ba
burocracia y la magistratura, satisfechos de que ei crecimien- sido utilizado con ·frecuencia por la propaganda fascista
to de la marea nacionalsocialista intimidase a los ((marxis- para meter miedo a ios intelectuales, los pequeños burgueses
tas», asegu-raron un trato tolerante a las bandas terroristas y los campesinos. Pero, en realidad, el fascismo no vence en
de léL camisa :parda, que apaleaban en plena calle a los hom- una coyuntura en que la burguesía se vea inminentemente
bres de la milicia popular y del Frente rojo. amenazada por la revolución proletaria. Vence cuando el
¿Acaso fue que se hicieron nazis los capitalis:as y aristó- proletariado ya está debilitado :y puesto . 2. la defensiva,
cratas terratenientes? De ningún modo. En e-1 fondo, des- cuando la marea n:volucionaria se encuentra ya en su reflujo.
preciaban a aquellos «horteras" ávidos de poder, a aquel La clase capitalista y los grandes terratenientes no han ce-
movimiento plebeyo formado por pequeños burgueses, cam- rudo el poder a la horda fascista para defenderse frente a una
pesinos, desclasados de todas las clases, animado de un anti- re-,'olución proletaria inminente, sino con objeto de poder
capitalismo utópico y pequeño-burgués. Pero, al igual que bajar Jos salarios, destruir las conqwstas sociales de la
Gioli~ti en Italia creyó poder servirse del fascismo para intimi- clase obrera y barrer los sindicatos y posiciones de fuerza po-

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lítica de la misma. Es decir, no para combatir contra un ella misma se convierte en prisionera de esas hordas. No le
socialismo revolucionario, sino para echar abajo las conquis- es posible aplastarlas, después de haberlas movilizado contra
tas de un socialismo reformista. el-proletariado, sin exponerse a la revancha de éste. Así pues,
se ve obligada a someterse a la dictadura de las hordas fas-
,..., revolucionarismo retórico de los maximalistas ---<:scribe Silone-- cistas, abandonando sus propios partidos y organizaciones a
no~~ peligroso más que para las farolas_ c_allejeras o, a _lo sc:mo. para
la violencia fascista.
,os h• u esos de algunos agenres de la po!ic1a.
1
.
Pero. el reronmsm_o,
d . con
OOpera 'r 1·vas · sus aumentos de salarios ·en epocas e hcnsts,· sus De aquí resulta que la dictadura fascista se produce
sus e
fondos de ayuda a los parados, pone en peligro. alg~ mue o mas :a- '
...' como consecuencia de un peculiar equilibrio de fuerzas entre
. . el beneficio capitaiisu... Frenre al ma"CC...Dalismo parlanchín, las clases. De un lado está la burguesía, dueña de los medios
graao.
que desde la mañana hasta la no::he cama "B an d"Jera .Ro~sa ~_Y 1a_ "I n-
rernacional~, el capitalismo se denende con las leyes ~, st las anuguas de producción y circulación, así como del poder estatal.
bastan oromul= arras nuevas; frente al rerormtsmo, que altera Pero la crisis económica destruye los beneficios de esa bur-
~f equilibrio. enrre "ias clases p<:~r vía pacifica, democrática Y _legal._ el guesía. Las instituciones democráticas le impiden dictar su
· ¡·15 mo se vuelve ávido de san¡rre y recurre a los bandtdos ras-
captra .~ . d · ·¡ · · voluntad al proletariado en la medida exigida por la restaura-
cistas ... El reformismo no corre peligro m1en~ _sea e_0 1 • s1~0 cuan-
do sea Euene, es decir, cuando. alc::lllce ios. lumtes mas alla de los ción del beneficio. Esa burguesía ya no tiene fuerza suficiente
cuales la democracia y la legalidad pueden volverse en corrrra del be- para imponer su voluntad con los recursos intelectuales, es
neficio capitalista." decir, ideológicos, que le permitían dominar a las masas elec-
torales dentro del régimen de democracia burguesa. Some-
En la democracia burguesa domina la clase capitalista, tida a las limitaciones de la ordenación jurídica democrática,
pero bajo la constante presión de la clase obrenl:, a la que no tiene fuerza suficiente para somerer al proletariado con
~na y otra vez ha de hacer conce~io~es. La contmu~ luc~a medios legales, por medio de su aparato estatal legal. Pero
del socialismo reformista y de los smd1catos por. salan os n:~s tiene fuerza suficiente para formar y equipar un ejército pri-
elevados, reducción de la jornada de trabajo, e 1mplamac~on vado irregular, ilegal, y lanzarlo contra la clase obrera. Del
de una legislación y administración de seguri?-ad soc1al, otro lado, tenemos una clase obrera .:iirigida por el socialis-
durante las ¿pocas de auge capitalista no constrtuye, na:u- mo reformista y por los sindicatos. El reformismo y las
ralrnente, ningún peligro para el capita1ismo; al con~rano, uniones obreras han llegado a ser más fuertes de lo que la
contribuye a darle un nivel técnico, social y cultural _mas ele- burguesía puede soportar. La resistencia de .los mismos con-
vado. En cambio, durante las graves crisis económ1c_as_ que tra un mayor grado de explotación es un obstáculo a la polí-
sucedieron a la guerra mundial, las conquistas del socialismo tica deflacionista que no puede ser eliminado sino por la
reformista le parecían a la clase capitalista otros_ tanto~ ~bs­ violencia. Y aunque el socialismo reformista es combatido
táculos a la marcha o:normal», es decir, determmada umca- precisamente por su fuerza, por la magnitud de sus éxitos.
mente por las variaciones de la tasa de beneficio, de los pro-- por el vigor de su resistencia, de otro lado dicha fuerza no
cesos de producción y circulación. Su criteri~ es negar t:eda es suficiente como para oponerse a la violencia empleada
concesión ulterior y revocar las ya hechas a la clase obrera. contra él. Al acruar en el seno de la democracia burguesa, al
Esto lo impiden las instituciones democráticas; en consec_u~n­ depender de esa democracia que es su terreno natural de
cia decide combaürlas. La ordenación jurídica democratlca lucha y su fuente de poder, las masas pequeño--burguesas,
no' permite que se empleen los medios del pod.~r estatal con- campesinas y proletarias le consideran como un «panido del
tra un reformismo socialista que lucha con_ meruos _le~l~s; en sistema)), que participa y usufructúa esa democracia burgue-
consecuencia, emplea ei medio legal de la ruerza eJerclGa por sa a la que ven incapaz de protegerlas frente a la miseria
las hordas fascistas paralelamente al aparato estatal l~gal. producida por la crisis económica. De aquí que el socialismo
Pero al azuzar a las hordas fascistas contra el proletanado, reformista no sea capaz de atraer las masas revolucionadas
por la crisis, que se adscriben a su mortal enemigo, el fas-
2. Silon<:, Du Faschismus, lurich 193-+, pp. iO, il. cismo. El resultado de este equilibrio de fuerzas, o mejor di-

163
cho, de la debilidad de ambas clases, es la victoria del fas- en órganos de opinión del poder gubernamental y privando
cismo, que actuando al servicio del capitalismo aplasta a la así al capital de disponer libremente del más importante
clase obrera; los mercenarios de los capitalistas llegan a medio de influencia sobre las masas. No obstante, y aunque
hacerse tan fuertes, que aquéllos no tienen otra opción sino domine también sobre la clase capitalista, la dictadura fas-
cederles el dominio incondicional sobre todo el pueblo, y por cista no deja de convertirse, ine>it.ablemente, en órgano eje~
tanto sobre ellos mismos también. cutor de las necesidades; intereses y voluntades de dicha
Así como el absolutismo de la época precapitalista, desde 1
clasi -
i Al considerar la democracia burguesa describíamos el
el siglo n'I hasta el h.'VIII, se basó en el equilibrio de las }
....
fuerzas entre la aristocracia feudal y la burguesía, y el bona- i mecanismo económico-ideológico que utiliza la clase capita-
partismo del siglo XIX fue resultado de un circunstancial equi- lista para poner el electorado, los partidos y los Gobiernos
librio de fuerzas entre la burguesía y la aristocraci2, de un 1 de esa democracia al servicio de sus necesidades, de sus inte-
lado, y el proletariado y la burguesía, del otro, surgido de las reses, de su voluntad. El mismo mecanismo sigue funcionan-
1
luchas revolucionarias del año 1848, también el nuevo abso- do a la perfección bajo la dictadura fascista. Con dictadura
lutismo fascista es resultado de un equilibrio circunstancial, fascista o no, la marcha de la economía sigue dependiendo
en el que ni la burguesía es capaz de imponer su voluntad de la tasa de beneficio, y por consiguiente cualquier interés de
al proletariado con los métodos legales tradicionales, ni el / lucro puede disfrazarse de interés nacional. Con dictadura
proletariado acierta a liberarse de la dominación burguesa; fascista o no, el Estado y la economía siguen dependiendo
al fin, ambas clases caen bajo la dominación de las hordas del crédito, y por consiguiente cualquier interés de la alta
violentas., utilizadas por la clase capitalista contra el uroleta- finanza puede disfrazarse de interés del Estado y de la econo-
::-iado, teniendo que someterse ella misma a la dictadura de mía. Con dictadura fascista o no, los altos dignatarios de la
aquéllas. · propiedad pueden seguir disfrazando sus intereses como in-
Pero. si la dictadura fascista proviene de un estado de
equilibrio de fuerzas entre las clases, el hecho de su estab¡e-
tereses de la masa de pequeños propietarios.
Pero, aunque capitalistas y grandes terratenientes conser- i
cimiento y estabilización cancela dicha situación. Cierto es ven su dominación de clase también bajo la dictadura fas- i
que, al transferir el poder al fascismo, la clase burguesa ha
tenido que abandonar sus propios gobiernos, sus partidos,
cista, lo que se pierde con el establecimiento de ésta son las
inhibiciones, los frenos con que la democracia burguesa
1
instituciones, organizaciones, tradiciones, y equipos nume- limitaba esa dominación de clase. En la democracia bur-
rosos de hombres de confianza que estaban a su servicio. Sin guesa, la clase capitalista sólo podía ejercer su dominación
emb2.rgo, uiJ.a vez E:stablecida la dictadura fascista, las capas
dirigentes de la burguesía, los grandes capitalistas y terrate-
a través de los grandes partidos burgueses de masas, que
durante los periüdüs e}ectora1es se :responsabilize.ban ante
las masas de la burguesía, del campesinado y de los emplea-
1
nientes, logran con mucha facilidad la conversión del nuevo
sistema en un instrumento de su dominación de clase, ha- dos, para ganar sus votos, y en consecuencia se veían obli-
ciendo que los nuevos amos .pasen a ser también sus senri- gados a tener en cuenta los intereses, opiniones y estados de
dores. ánimo de esas mas2..s. Bajo la dictadura fascista, los capita-
Cierto es que la dictadura fascista actúa frente a la clase listas y grandes terratenientes tienen en el control de la eco-
capitalista con más independencia y prepotencia, y también nomía, en el desanollo de la acti\idad empresarial y en los
en una postura de mayor fuerza, que los poderes guberna- créditos públicos medios eficaces para influir sobre los dic-
mentales de la democracia burguesa. El terror fascísta ame- tadores igual que influian sobre los representantes de la de-
naza también a los capitalistas. La dictadura fascista ha mocracia burguesa; en cambio, las masas de la burguesía y
disuelto también, o sometido a S"Ll tutela, algunas organizacio- del campesinado carecen de voz y de voto, debido a la unifi-
nes capitalist2.S. Dicha dictadura se apodera de la prensa cación de sus organizaciones y a la inexistencia de prensa y
capitalista, transformando los órganos de opinión del capital elecciones libres. Así pues, no pueden ya defender sus inte-

164 165
reses. Si en reg1men de democracia burguesa el poder perte- de la burguesía, existía la limitación representada por ei
necía a toda la burguesía, aunque bajo la dirección del gran peso de las masas de electores proletarios y la fuerza de las or-
capital, con la dictadura fascista el poder es monopolio del ganizaciones proletarias. El fascismo destruye todos los dere-
ar~n capital y de los gro.ndes terratenientes, mientras que chos de libertad individual, anula la libertad de las eleccio-
las masas de la burguesía y del campesinado carecen total- nes y destruye las organizaciones proletarias; con ello, la
mente de influencia. clase proletaria es privada totalmente de sus derechos y
Bien es verdad que durante el periodo de lucha por el poderes. En lugar de la dominación de clase limitada por
poder el fascismo se a·po~a precisamente en las ma_sas pe- las instituciones democráticas, se tiene la dominación de
.:¡
queño-burguesas y campesmas, dep~up~radas, revoluciOnadas clase «totalitaria», es decir, ilimitada: la dictadura. La con-
y llenas de resentimiento anticapltallsta por causa de la trarrevolución, por consiguiente, representa el paso de la
crisis económica. Pero una vez llegado al poder, cae fatalc dominación de clase de toda la burguesía, limitada por las
mente bajo el influjo determinante de las- fuerzas sociales instituciones democráticas, a la dominación ilimitada de la
capitalistas y tiene que aplastar e_l ra_dicalism? utópico pe- clase de los grandes capitalistas y terratenientes.
queño-burgués de sus mismos parndano~. Tal tu~ el _sen_ttdo 'El orden social tiene más fuerza que la constitución esta-
de las violentas luchas internas del part1do fasc1sta 1tahano tal. La fuerza económica del capital se subordina a cualquier
en 1923. En Roma el partido se dividió en dos fracciones; en poder estatal siempre que el timón de la economía perma-
Livorno y Bolonia, grupos de oposición atacaron la centraL nezca en manos del capital. La democracia burguesa no nació
Muchos lugares presenciaron rebeliones bajo la consigna de por voluntad de los capitalistas; fue el resultado de las lu-
una «segunda marcha sobre Roma». Los dictadores cortaron chas de clases de los obreros, los pequeños burgueses y los
esta rebelión pequeño-burguesa con la expulsión de millares campesinos contra la clase capiralisra. Sin embargo, una yez
de camisas ne~s; la prohibición de todos los congresos pro- estabilizada, se convirtió en medio de dominación de la
vinciales v el relevo de. los. mandos de base y comités. Emre clase capitalista; pero, con todo, las luch::.s ::.coniecidas en su
1923 y 1925, el partido fascista fue convirtiéndose en ~ seno dieron al capitalismo un nivel técnico, social y c-ultural
dócil instrumento delpoder estatal, en cuyo seno queda prohl- más elevado; transformaron los partidos pequeño-burgueses
bida toda libre discusión, toda libre elección de jefes y toda -que antaño habían luchado contra la clase capitalista- y
autonomía. De este modo se realizó la deposición total de la pusieron fin a la fermentación revolucionaria de las masas
pequeña burguesía; la dictadura, controlada por ~os grandes obreras, paci.ficándolas en el sentido del réforrnismo. De la
capitalistas y terratenientes, extiende su desponsmo a pe- misma manera, tampoco la dictadura fascista nació por
queños burgueses y campesinos. voluntad de los capitalistas, en principio. Un movimiento
- Un proceso idéntico tuvo lugar en Alemania. Hitler aplastó plebeyo, de rebelión inspirada por sentimientos anticapita-
la rebelión pequeño-burguesa de las SA, que reclamaban la listas, sustentado por desdasados de todas las clases que
«segunda revolución .. , con los asesinatos del 30 de junio ~e veían arruinada su situación civil a consecuencia de la guerra
1934; convirtió el partido en simple instrumento del podeno y de las crisis, supo sacar partido de las convulsiones econó-
de la dictadura, al proclamar que «el Partido es el Führen>, micas y sociales de la postguerra para arrastrar las masas
y rompió así las resistencias pequeño-burguesas frente a_ la pequeño-burguesas y campesinas rebeldes, depauperadas y
dictadura capitalista. Para· rener comentos a los p-equenos poseídas de un estado de opinión anticapitalisra. La clase
burgueses, les deja desahogar su rabia contra los judíos, capitalista se sirvió de ese movimiento rebelde plebeyo.
La democracia burguesa garantizaba a rodos los ciuda- aunque no tenía, en principio, ninguna intención de cederle el
danos del Estado el disfrute de los derechos de libenad poder; finalmente hubo de cederlo, no sin disgusto y preocu-
individual. y a todo el pueblo la libre elección de las corpora- pación. Pero esa rebelión pequeño-burguesa destruyó la demo-
ciones legislativas, de donde resulta el control de la adminis- cracia, privando con ello a las masas populares de sus dere-
tración pública. Aunque el verdadero poder fuese patrimonio chos y poderes, mientras que la potencia económica, y con

166 167

.... ,..., 1 11 (
ella también la influencia ideológica y políticá. de los gran- capitalista, sino incluso amplias masas populares. Esto es·
des capitalistas y terratenientes, permanecían intactas. Por porque la voluntad férrea, monolítica y arrolladora de una
eso, fue precisamente la rebelión plebeya de los desclasados dictadura puede lograr realizaciones que la democracia, des-
de todas las clases, la rebelión anticapitalista de los peque- trozada por discordias internas, vacilante entre un compro-
ños burgueses y campesinos, el circunstancial equilibrio de miso y otro, poco apta para proceder con dureza contra in-
fuerzas entre las clases, lo que dio lugar a 12 dictadura ili- tereses particulares opuestos, no puede llevar a cabo. El
mitada de los grandes capitalistas y terrateniemes. espíritu castrense de los dictadores impone autoridad y dis-
Pero, si bien la dictadura fascista es un modo de domina- ciplina en la aciministración pública; toda Europa· se entu-
ción de la clase capitalista, la clase dominante no es idéntica siasma porque los trenes italianos cumplen el horario como
a la casta gobernante, como tampoco lo era en anteriores nunca. La política de mano dura frena a los especuladores;
ordenaciones estatales del capitalismo. Durante ·las éuocas de este modo, la dictadura consigue impedir la fuga de capi-
del Estado liberal, en muchos" países la clase capiT.alis{a do- tales al extranjero y mantener la cotización de la moneda
minante dejaba el cuidado de los asuntos par1.amentarios y aunque se sirva de la inflación par:1 financiar la creación de
la dirección de las tareas gubernamentales a las fracciones puestos de trabajo y el rearme. Mucho menos obstaculizada
liberales de la aristocracia terrateniente y togada: en Ingla- que la democracia burguesa por intereses particulares de los
terra los wighs, en Austria los «terratenientes constitu~io­ diversos grupos capitalistas o por tradiciones y prejuicios en
nales" y la burocracia «josefina», en Rusic. el liberalismo de el orden de la política económica, logra desarrollar la «eco-
los zemstvos. 3 nomía dirigida» con más rapidez, remediando el paro con los
En la democracia burguesa, la burguesia dominaba 2 tf2.- recursos de una política económica inflacionista y superpro-
vés deJa casta gobernante de los políticos profesionales for- teccíonista. La dictadura rebaja sin contemplaciones los sala-
mados en los partidos burgueses "de masas. Baio la dictadur2 rios y reduce las "cargas sociales».: de esta manera puede
fascista, los grandes capitalislas y terratenieri'tes ejercen su : sanear Jos beneficios. Al proceder de un movimiento naciona-
despotismc.' sirviéndose de 12 casta gobernante, que es la que lista-militaristE!., rep:ri...me violentamente todos los particula.-
ha tomado el poder con la victoria del fascismo. Al igual rismos regionales y asegura de este modo la unidad nacio-
que en el Estado liberal v en el democrático se urod.ucen tam- nal. Su política exterior y su reanne, audaces y agresivos,
bién tensiones, oposiciones, conflictos ent~e 1~ ciase domi- intimidan a los Estados democráticos y les obligan a ponerse
nante y la casta gobernante. Estas oposiciones, oue incluso a la defensiva, cosa que le granjea éxitos importantes que
llegan a ser violentas en los comienios de la dic~adu:ra fas- refuerzan su prestigio.
cista, y se calman tan pronto como el fascismo termina de Pero, con la evolución de los acontecimientos, se reduce
aplastar el radicalismo utópico pequeño-bur~üés en sus pro- la b<ose social de la cljctadura fascista. Gracias al control del
pias filas, sin embargo nunca dejan de oc~rrir; la «ec;no- sistemc. de vagos, consirue mamener durante largo tiempo
mía di::igidc.", propia de le. crisis económica y continuada por la cotizació¿ de la mon~da nacional, aunque la des·valorice
el fascismo, impone a diario la toma de decisiones de orden en el interior con la creación inflacionista de medios para la
económico que siempre perjudican los intereses de uno u fin2.0ciación de sus políticas de empleo y de rearme; sin
otro sector de la clase capitalista domin2.0te, uor lo cual la ~mbargo, la tensión entre cotización oficial y poder adquisi-
casta fascista gobernante siempre se halla en -oposición con tivo real se conviene en un obstáculo para la e;..-portación y,
alguno de ellos. por otra parte, la devaluación interna pesa sobre las masas
Durante las primeras fases de su evolución. no obstante, populares en forma de insoportables suoidas de precios. Por
la dictadura fascista tiene de su parte, no sólo a toda la clase su orientación militarista-nacionalista, le. dictadura conduce
la .:economía dirigida» a la preparación de la economía de
-· J-..larx ;: Engels, Obras escogiáas, cmaon d~ Rjasanoff. SLUttgart 191í,
ílUerra, lo cual no sólo represenla zraves sacrificios para la
torno I, pp. 4, 5; 1omo U, pp. 129, JI).;, 165. ~asa POPular sino adem"ás confliZtos con mw: uoderosos
.. - t ~ -

168 169

1
secwres capitalistas. El e!e,:ado coste del rean:ne aue ella la controversia a favor o en contra de la intervención ita-
impulsa. no pesa únicamente sobre d pueblo, sino ;ambién liana en la guerra; en Alemania, por las repercusiones de la
sobre el capi1:al. La agresiva políüca exterior nacionalisra derrota militar. Dado que el fascismo ha triunfado en dos
precipita al país en complicaciones que pueden causar una grandes Estados, donde ha estabilizado su dominación, es
conflagración bélica. La exigencia de dominación "tOtalita- posible que su ejemplo sea imitado en otros países y bajo
ria, de toda la vida nacional. incluyendo las actividades inte- otras circunstancias, aunque no se den iguales condiciones
lectuales, contradice las tradiciones e ideologías de muchos nacional-políticas.
secwres de la burgliesia. De este modo, importantes grupos El fascismo ha demostrado a la clase capitalista de todos
de la clase capitalista dominante pasan a la oposición contra los países que puede bastar una minoría de mercenarios atre-

i
L
la casra fascista gobername. Dnicameme los grupos que más
conñan en la fuerza y más adictos a su empleo, aqueilos a
quienes cualquier sacrificio económico o inrelecmal les .pa-
vidos para arrebatar al pueblo todas las libertades, todas las
instituciones democráticas, todas las organizaciones autóno-
mas, para sojuzgar completamente a la clase obrera e im-
r
l rece poco precio a cambio de tener dominado al orolerariado pla,p.rar una dictadura capitalista-militarista. Este ejemplo
i
1 y poder llevar una política exterior audaz y guedera, perma- induce a la imitación incluso donde las condiciones para la
necen fieles a la dictadura, siendo a la vez sus apoyos y sus · victoria del fascismo no sean las mismas que en Italia y Ale-
amos. La dictadura del capi1:al a través de la casta de seño- mania. Un caso claro es la implantación de la dictadura fas-
res de la guerra encumbrados por el movimiento militarista- cista en Austria.
,, nacionalista acaba por reducirse a la dictadura de la frac· La derrota en la guerra mundial afectó a Austria más du-
ción belicista de la clase capitalista. ramente aún que a Alemania. El gran imperio fue desmem-
Los elememos pacifistas de la clase capitalista -la indus- brado y no quedó de él sino un país minúsculo, políticamenre
tria de productos terminados, que necesita e:x:ponar y que indefenso y económicamente desvalido. La industria, privada
haya intercambio pacífico de bienes entre los paises; el comer- de sus mercados tradicionales. decayó. La burguesh y ei
cio, que se ve obstaculizado por la economía de guerra; la campesinado vacilaban entre las esperanz¡:¡s ie ánex:ión al
clase rentista, que teme la baja de los títulos en caso de con- Reich alemán y la esperanza de restauración de la antigua
flagración- se ven postergados. Predominan los elementos be- monarquía danubiana. También aquí se inició un movimiemo
licistas de la clase capitalista, y sobre todo la industria del fascista, pero desde el primer momento albergó el germen
armamento y la aristocracia terrateniente vinculada con los de la división entre los elementos de ideología pangermánica
cuerpos de la oficialidad. Como el capital ejerce su dicta- y los patriotas austriacos, es decir, entre los que deseaban la
dura a través de la casta gobernante belicista, salida del movi- anexión con Alemania y los que consideraban como su obje-
miemo intervencionista y nacional-militarista, las tendencias tivo último la c-estauración de la monarquía de los Habsbur-
probélicas en el seno de la clase capitalista acaban saliéndose go: de un lado, el nacionalismo fascista subvencionado por la
con la suya. La poUtica ele:: las potencias fascistas, agresiva,_ indust:ria pesada (controlada por el capital alemán); del
expansionista y partidaria de revisar la distribución de fuer- otro, la reacción de bandera negra-amarilla (dirigida por la
zas resultante de la última guerra, altera todas las relaciones aristocracia terrateniente). Cuando el nacionalsocialismo triun-
de fuerzas en el continent:e, siembra el mutuo recelo enrre fó en Alemania, con ese mismo impulso tuvo de su parte a
todos los- Estados, origina una nueva carrera de armamen- un importante sector del pueblo austriaco de raza alemana;
tos y amenaza con desencadenar una nueva guerra. en cambio, los tradicionalistas austríacos. separatistas. cleri·
Como es lógico, la victoria de esa dictadura beiicisra del cales y partidarios de la dinastía de los Habsburgo. se opo-
capital precisamente en Italia y Alemania no ha sido un nían a la inminente absorción del país en el Tercer Reich. La
hecho casual. La especial situación política nacional de am- burguesía austriaca de raza alemana, dividida por la antigua
bos países contribuyó a dicha victoria: en Italia, por el giro i
1 contradicción entre su germanismo y su patriotismo aus-
1
peculiar que adoptaba la lucha de clases a consecuencia de tríaco, fue incapaz de mantener su dominio por medios de-
1

170 J, 171

1
1a II.J
mocráticos. Para rechazar el asalto del nacionalsocialismo en manipulación. En poder de todos estos recursos de fuerza
el terreno de la democracia, los sectores austriacos clericales militar, potencia económica y dominio ideológico sobre las
·· habrían tenido que buscar la alianza con la clase obrera, y masas, la clase capitalista puede utilizar en todas partes el
con ello se habrían puesto en manos de la misma; eso no poder estatal para favorecer rápida y decisivamente cualquier
lo querían de ningún modo, y menos en un momento en que comienzo de movimiento fascista que se forme a imitación
la victoria de Hitler sobre los obreros alemanes les demos- del ejemplo alemán e italiano, sirviéndose de él para la im-
traba la posibilidad de romper la fuerza de la clase obrera plantación de su dictadura. De este modo, el poder estatal
también en Austria. En consecuencia, el sector clerical y pa- legal imita los métodos de los fascismos italiano y alemán
triotá.-austriaco de la burguesía austriaca de raza alemana, para imponer la dic-::adura en Ausrria, así como en las nacio-
enemigo de la anexión a Alemania, se decidió a servirse del nes bálticas. De igual modo, en todos los países capitalistas
poder estatal para implantar una dictadura que hiciese frente los militantes fascistas buscan una oportunidad de aliarse
tanto al fa..scismo nacionalista alemán como a la ciase obrera., con el poder estatal legal y establecer gracias a él su domi-
imitando exteriormente los métodos del fascismo. Adoptó la nación.
ideología fascista uniéndola a un clericalismo católico, pero Las perspectivas de una victoria fascista no son en modo
en realidad su «frente patriótico» no provino de un movi- alguno iguales en todos los países. Su triunfo es más proba·
miento popular de masas, como el partido fa.scista de Ita- ble en países cuya economía haya atravesado conmociones
lia y .el partido nacionalsocialista de Alemania, sino que fue particularmente graves, que en aquellos que poseen un
inventado y fundado por el Gobierno, e impuesto a las masas capitalismo poderoso y resistente. Es mucho más probable
con los medios de fuerza del Estado. De hecho, aquí el fas- en países que hayan e:h.yerimentado recientemente grandes
cismo no es producto de movim.ientos elementales de masas procesos revolucionarios, que en aquellos que desde hace
:y luci.1as de clases, sino un artefacto impiamado por el poder decenios no han -visto ::::-..ing".ma gt1erra ni revolución. Es me-
legal del Estado sobre el pueblo. nos probable en los países cuya democracia posee solera y
El desa.n:ollo de la técnica de los armamentos ha refor- está profundamenu: a...rraigad2. en la mencalidad popular, que
zado eñormemente el poder esta tal frente a las masas popu- en las democracias jóvenes. Sin embargo, apenas si existe
lares: pro-..,isw de ametralladoras, piezas de ar!illería, tan- algún país capitalista do:ude no se dé la posibilidad de que la
ques, trenes blindados, aeroplanos y gases tóxicos, el poder clase capitalista, en un momento de grave conmoción econó-
estatal puede aplastar a cualquier población, privarla de sus mica y social, en un momento de agudización de los conflicTOs
derechos y de sus instituciones democráticas. El desarrollo de clases, emplee el poder estatal para destruir la democra-
de la «economía dirigida" refuerza poderosamente el control cia y erigir su dictadura.. Verdad es que incluso la burguesía,
del Estado sobre todas las empresas y, por consiguiente, i...r1cluso los individuos que forman la clase capitalista, han
sobre las masas populares que en ellas uabajan; ese control de vencer graves inhibiciones antes de pasar al fascismo:
del Estado puede convertirse, y de hecho se ha convertido, inhibiciones fundadas en 12. hisi:oria entera de la burguesía,
en un medio de dominación política. La técnica moderna, en toda su tradición e ideología., porque la dictadura fascista
sobre todo la de las radiocomunicaciones y el cine, monopo- destruye las más valiosas conquistas jurídicas y culturales
liza en manos del Estado eficaces medios para influenciar de wda ia era de desarrollo burgués y capitalista, desde la.
ideológicamente a las masas populares. Iodos ios medios de Reforma, pasando por la Revolución burguesa.. hasta la demo-
organización y de manifestaciones de masas -en particular, cracia burguesa. Destruye instituciones de Derecho público
las organizaciones infantiles y juveniles, la aplicación del que ya habían sido fundadas por el absolutismo bajo la pre-
deporte a fines políticos, el efecto sugestivo de los grandes sión de la Ilustración burguesa, y gracias a las cuales los bur-
desfiles de masas- desarrollados por los partidos en el gueses habían alcanzado la estabilidad y la garantía juriclicas;
terreno de la democracia como medios de lucha de las masas, barre las libertades que arrancó al absolutismo el liberalismo
han sido transformados por el fascismo en medios para su burgués, y aniquila organizaciones y corporaciones democrá-
..,,
1-¡
¡_ 1 1 _,
ticas constiruidas por la burguesía para la defensa de sus cuando viese amenauda la propiedad misma y la continuidad
intereses; destruye la libenad intelectual, que es condición de su orden social.
imprescindible para el desarrollo de la ciencia burguesa; Tal experiencia destruye la ilusión del socialismo refor-
somete al individuo a la aroiirariedad ilimitada de los gober- mista, en el sentido de que la clase obrera pueda ir dando un
nantes, exponiendo su exiscencia física a las violencias y a la comenido socialista a las formas democráticas de modo oa-
aniquilación por parte de los bandidos fascistas, y su exis- cíiico Y gradual, simplemente por utilización de las insrt[u-
1
tencia económica a la omnipotencia del Estado. Con todo ello,. ciones democráticas, y sin saltos revolucionarios. Como ha
la sociedad retrocede a un esrado de barbarie que daba la 1 ··podido ver la clase obrera, la violencia de los conflictos de
~
impresión de esiar superado desde hacía siglos. Pero, puesta clases derriba la democracia para implantar la dictadura fas-
a elecir entre sus beneficios o las tradiciones, puesta a ele- cista del capital; esto debe servirle para comprender que la li-
cir e~nre sus ideologias y conquistas de su propia histo- bertad total y duradera del pueblo sólo se realizará nor la
;ia, la clase capitalista preñere siempre los beneficios. Pues- ab()lición de las clases mismas, y por consiguiente de l~s con-
ta a elegir emre la pérdida de sus beneficios o la barbarie, fli~~os de clases del sistema social capitalista. Si creía poder
escoge la barbarie. unhzar la democracia para edificar el orden socialista ahora
La gran marea del fascismo, que inundó Europa como. se habrá dado cuenta de que necesita luchar para i~poner
consecuencia de la crisis económica mundial, alcanzó su sobre todo su propia dictadura, con objeto de construir a
punto culminante en los años 1933 y 1934. Después de las victo- través de ella un orden socialista que haga posible una demo-
rías fascistas en ..IJemania, Austria y los países bálticos, se cracia total y duradera.
incremenTaron las agitaciones fascistas en todos los países
democráticos. Pero, a consecuencia del proceso de reactiva-
ción económica de los años 1934 y 1935, no llegaron a tomar
cuerpo. Allí donde la sicuación económica mejoró de manera
palpable, .como en la Gran Bretaña, los paises escandinavos
y Bélgica, la marea fascista experimentó un rápido .reflujo.
Sólo en Francia, alcanzada uor la crisis económica con cieno
retraso respecto a otros paises, y donde dicha crisis alcanzó í
su punto máximo y la burguesía aplicó el remedio de la
deflación también con retraso, el fascismo siguió represen-
tando un peligro activo para la democracia. Con ello, naru-
ralmeme, significaba un peligro en potencia para tüdas las
naciones democráticas del cominente, pues, de llegar a triun-
far en Francia, difícilmeme nao:rian podido evüar su asalro
las demás democracias continentales. Sin embargo, y aunque
la paulatina superación de la crisis económica mundial ponga
freno al peligro fasc:sra en las naciones que todc.vía son de-
mocráticas, se producirán TI.uevas oleadas tan pronto como la
react:ivación económica sufra recesiones gr::;.~;es, tm pronto
como la sociedad cauiialisia s¡;; vea nuevamenre sacudida por
grandes luchas de ciases, peligros bélicos y guerras. Si ya la
~risis económica, al poner en peligro los beneficios, bastó para
que la burguesía se precipitase en brazos del fascismo, tanto
mayor motivo tendría para buscar refugio en la dictadura

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