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1. Federación Rusa
1.1 Antecedentes
El 25 de Diciembre de 1991 la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas dejó de
existir tras la renuncia de sus Estados integrantes a dicha asociación. Fue un
colapso pacífico, producto de la Política de Contención (evitar su crecimiento y
expansión) que durante muchos años había llevado a cabo Estados Unidos de
América y sus aliados de Occidente. Y también producto de la pérdida de control
sobre la economía por parte de la burocracia soviética.
La competencia por la supremacía militar y la fallida estrategia de Afganistán,
durante los años ochenta habían drenado sus arcas.
El nuevo Presidente de Rusia, Boris Yieltsin intentó forjar una nueva Federación a
fin de no perder demasiado poder respecto a su anterior status, sin embargo con
la grave crisis económica, su capacidad para agolpar a las anteriores repúblicas
soviéticas se encontraba mermada.
En el plano interior Yeltsin tuvo un gobierno que inicio un proceso de privatización
de las empresas estatales, el mismo que facilitó la aparición de un grupo de
empresarios, los oligarcas, que aprovechando necesidades del gobierno y de la
población fue acopiando dichas empresas y estableciendo regímenes propios, a
su beneficio.
A fines de la década de 1980, cuando las cosas se volvían cada vez más
extremas en términos de la presión fiscal sobre el gobierno soviético, varios
ministerios, incluido la KGB, comenzaron a transferir una gran cantidad de dinero
al exterior en cuentas bancarias en bancos occidentales, pensando que la Unión
Soviética se derrumbaría.
Lo que sucedió en el intento de golpe de agosto de 1991 fue que la burocracia
soviética desapareció.
Aparecieron personas que se encontraron con el control de estas cuentas
bancarias, sin supervisión. Una fuente de dinero no intrascendente que resurgió
más tarde.
Pero, con mucho, la mayor fuente de oligarcas fue esencialmente el robo de
activos estatales.
Una tercera fuente de poder oligárquico se derivó del hecho de que Rusia había
heredado un estado débil y en bancarrota.
Gran parte de la década de 1990 había sido un período de crisis fiscal para la
antigua Unión Soviética.
Había una deuda masiva acumulada por el gobierno.
Dependían en gran medida de los ingresos del petróleo, y cuando el precio del
petróleo oscilaba, de repente perdían enormes cantidades de ingresos.
Y todo esto había llegado a un punto crítico en 1998 cuando Rusia eventualmente
dejó de pagar su deuda y tuvo que ser rescatada por el FMI.
Y así, a lo largo de la década de 1990, el gobierno ruso estuvo atado fiscalmente.
En el plano de política interna, Las cosas no estaban mejorando lo suficientemente
rápido. La población estaba hambrienta. Y no parecía posible la reelección de
Yeltsin.
Había elecciones inminentes en 1996 y había habido una especie de
resurgimiento comunista.
Así, los oligarcas que habían comenzado a surgir y que obtendrían el control de
estos diversos activos se dieron cuenta de que para ellos sería un desastre si los
comunistas volvían al poder. Entonces decidieron respaldar masivamente a Yeltsin
e hicieron dos cosas.
Uno eran los llamados préstamos por acciones, en los que esencialmente le
prestaban dinero al gobierno a cambio de acciones en empresas estatales, y, por
supuesto, más tarde el gobierno no pudo pagar los préstamos, por lo que podría
quedarse con las acciones. Esta fue otra forma en la que muchos de estos bienes
estatales fueron saqueados.
Pero luego también invirtieron dinero en la campaña de reelección de Yeltsin en
1996 y fue fácilmente reelegido contra el candidato comunista en la segunda
vuelta.
Básicamente, los oligarcas lograron emerger aprovechando el hecho de que la
antigua Unión Soviética estaba en quiebra, y Rusia en particular estuvo en quiebra
durante la gran mayoría de los años noventa.
La salud de Yeltsin estaba mermando por lo que paulatinamente fue transfiriendo
su poderes a su primer ministro Vladimir Putin. Su investidura fue formalizad en
las elecciones de enero del 2000 e inició una campaña para retomar el poder
político de las manos de los oligarcas.
Una señal de un estado débil es la incapacidad de cobrar impuestos. Una baja
capacidad para aumentar los ingresos.
Y la Rusia que heredó Putin tenía un sistema fiscal muy malo.
Entonces, por ejemplo, en la industria petrolera, que es la industria más importante
en la Unión Soviética, gravaron la producción y las exportaciones, no las
ganancias porque no tenían la capacidad de auditoría para ver si las empresas
escondían ganancias.
Era una forma ineficiente de gravar creando malos incentivos para innovar.
Por lo tanto, no tenían la capacidad de recaudar muy bien y, de hecho, a lo largo
de la década de 1990, los oligarcas, habían hecho la guerra a los esfuerzos del
gobierno ruso para mejorar la capacidad tributaria.
Habían presionado constantemente para que el parlamento no mejorara la
capacidad tributaria y habían logrado que no mejorara, y cuando Putin llegó al
poder, en enero de 2000, su primer discurso fue principalmente sobre impuestos.
Estaba decidido a reformar las finanzas de la Unión Soviética mediante la reforma
completa del sistema fiscal. Y lo hizo.
Tenían un sistema muy complejo de varios niveles con enormes deducciones.
Aportó un impuesto fijo del 13 %, mantuvo los impuestos bajos en todos los
ámbitos sin excepciones, y también simplificó enormemente los impuestos
corporativos.
Así que una de sus primeros logros fue poner en orden la casa fiscal de Rusia. En
parte tuvo suerte porque el precio del petróleo subió, pero usaron mucho de ese
dinero para crear un fondo soberano de riqueza sabiendo de la volatilidad de los
precios del petróleo.
Pero el otro lado de un estado débil es el uso desordenado del poder: cuando la
capacidad de un gobierno para hacer cumplir las leyes es baja, tiene que
compensar siendo impredecible.
Lo más importante que hizo fue derribar a Mikhail Khodorkovsky, para entonces
era el oligarca ruso más rico. Dueño de Yukos. Fue acusado de varias formas de
fraude y, finalmente, cuando ya había estado en prisión durante aproximadamente
un año, finalmente fue sentenciado a nueve años de prisión.
Y esto llamó la atención de muchos de los otros oligarcas.
Nadie pensó que Putin tendría la temeridad o la capacidad de hacer esto, pero
debido a sus antecedentes en la KGB, había sido oficial de la KGB en Alemania
Oriental antes de regresar a la nueva Rusia, pudo hacerlo.
Adicionalmente durante los gobiernos de Vladimir Putin la economía rusa ha
mantenido una tendencia positiva a pesar de la crisis financiera del 2008 y las
sanciones económicas posteriores a la invasión de Ucrania, en 2014
Gráfico 1: Producto Interno Bruto Rusia
Con dichos movimientos y acciones, Putin logro un alto nivel de aprobación que se
ha mantenido por muchos años
Fuente: projects.fivethirtyeight.com
2.2 Sistema político
Estados Unidos es una democracia federal presidencialista bipartidista, donde los
poderes del presidente alcanzan no solo la jefatura del Estado, sino también el
poder ejecutivo y la capacidad de algunas decisiones del poder legislativo.
El Presidente es elegido por periodos de 4 años, reelegible por una vez más.
Hay niveles del gobierno: el nivel federal, el nivel estatal, y el nivel condal o local.
Los líderes de estas administraciones territoriales son elegidos por votantes por
sufragio universal o designados por otros oficiales elegidos
El Poder legislativo consta de dos cámaras: la Cámara de Representantes cuyos
435 integrantes son renovados por tercios cada 2 años (elecciones midterm). El
Senado consta de 50 integrantes también renovados por tercios .
La política exterior es establecida por el Presidente con la asesoría de un Consejo
de Seguridad.
4. Ucrania
4.1 Antecedentes
El origen de Ucrania se remonta a la época medieval, el siglo IX en el Estado de
Kiev o Rus de Kiev.
En el siglo XIV perteneció a Polonia, frente a la cual los cosacos de la zona
oriental propiciaron un acuerdo con el Zar ruso, integrándose la mayor parte de su
territorio en este Imperio en 1654.
Otra parte menor del territorio fue adquirido en el siglo XVIII por el Imperio Austro-
Húngaro.
Para el siglo XIX empiezan los sentimientos nacionalistas contra la Rusia zarista
Ucrania ha estado históricamente condicionada por los intereses tanto de Rusia
como de las potencias occidentales, dada su posición geoestratégica que la
convierte en un auténtico “Estado bisagra
Después de 1991, las regiones occidentales se apartaron de la periferia del
imperio soviético, al mismo tiempo que la población del Este, mayoritariamente de
habla rusa fue marginada
Lo descrito con anterioridad sugiere una división aguda en dos dimensiones. Por
una parte, una “fragmentación de bloques”, esto significa que la élite política actúa
de manera distinta a como lo hace la población y una “fragmentación de regiones”
es decir una división oriente/occidente. Por tanto la característica esencial de
Ucrania es la de ser un Estado bipolar.
Tras la desaparición de la Unión Soviética han existido seis liderazgos: Leonid
Kravchuk (1991–1994), de línea soviética, pero presentado como nacionalista;
Leonid Kuchma (1994–2005), pro ruso; Viktor Yuschenko (2005–2010), líder de la
revolución naranja y pro occidental; Viktor Yanukovich (2010-2014), muy próximo
a las políticas del Kremlin, Petro Poroshenko, considerado un pragmático, cercano
a la Unión Europea igual que el actual presidente Volodomir Zelenski.
La política Ucraniana está influida fuertemente por las elites políticas económicas
y militares, las mismas que se encuentran desconectadas de la población.
El desfase propio de “la fragmentación de bloques” se manifiesta en el hecho de
que mientras las élites conciben el territorio en función del “interés nacional”, el
pueblo lo hace en función de criterios culturales o de identidad.
Asimismo en los últimos años un movimiento nacionalista radical (neonazi) ha
adquirido preponderancia dentro de la burocracia estatal y las fuerzas armadas,
ejerciendo un poder político exagerado con relación a su participación numérica en
la población. Ello gracias a la fragmentación de bloques indicados.
Durante los gobiernos de presidentes pro occidentales se realizaron acciones para
integrarse a Europa y la OTAN.
Asi en 2008 presentaron su solicitud para integrarse a ambas organizaciones y en
la Cumbre de la OTAN en la ciudad de Bucarest, se acogió el pedido. La reacción
de Rusia fue inmediata.
El Presidente Putin señalo que dicha adhesión significaría una declaración de
guerra dado que afectarían los intereses existenciales de Rusia.
Alemania y Francia entonces señalaron que eso no ocurriría, sin embargo, las
administraciones de los presidentes Bush hijo, Obama y Trump iniciaron un
proceso de adhesión de facto.
La política estadounidense se inició directamente con el apoyo al levantamiento
contra el Presidente Yanukovich en el 2014. Derrocado el político pro ruso,
inmediatamente Putin ordeno la ocupación de Ucrania para preservar su posición
estratégica en el Mar Negro y de Azov.
Durante los siguientes 8 años, Estados Unidos duplico su estrategia mediante el
envío de armas (a lo cual se alinearon otros países de la OTAN) y el
entrenamiento de 10,000 soldados ucranianos por año. Asimismo se incorporó a
Ucrania en ejercicios militares de la OTAN, como Operación Brisa Marina y luego
en setiembre del 2021 Operación Rapid Tridente 21.
Un elemento poco considerado es que desde 2014 se inició el conflicto del
Donbas, donde las fuerzas militares ucranianas cometieron innumerables
crímenes de guerra mientras ponían en práctica el entrenamiento brindado por
Occidente. Para inicios de 2022, las bajas humanas en ese conflicto sumaban más
de 14,000.
Ya en Junio del 2021, la OTAN en un comunicado oficial reiteró su decisión de la
cumbre de Bucarest, en base a la autonomía que Kiev posee respecto a su
Política Exterior.
Rusia remitió en Diciembre 2021, dos cartas, una dirigida al Secretario de Esatdo
norteamericano, Blinken, y otra al Secretario General de la OTAN, Stoltenberg,
solicitando la neutralidad de Ucrania, sin embargo al poco tiempo Blinken
respondió que nada iba a cambiar.
Con los movimientos de tropas rusas en la frontera de Ucrania, se preparaba el
escenario para la confrontación directa.