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PNCTB Normas Tecnicas 2014 - CAPITULO PPD
PNCTB Normas Tecnicas 2014 - CAPITULO PPD
MALBRÁN“ 63
CAPITULO 6
PRUEBA TUBERCULÍNICA
Una reacción positiva a la tuberculina no indica enfermedad sino haber estado en contacto en
algún momento de la vida con una micobacteria y estar sensibilizado a sus antígenos. Puede
tratarse de un bacilo tuberculoso de tipo humano como de una micobacteria no tuberculosa
del ambiente o del bacilo bovino atenuado de la vacuna BCG. Sin embargo, se acepta que
una reacción positiva intensa a la tuberculina tiene mayor probabilidad de corresponder a
una infección con M. tuberculosis e implica, la mayoría de las veces, un depósito de bacilos
tuberculosos vivos en el organismo.
6.1.1. INDICACIONES
Las encuestas tuberculínicas en población sana, sin factor de riesgo especial, están
contraindicadas; sólo se justifican cuando en algún recinto cerrado (escuela, hogar de ancianos,
presidios, avión, cuartel) se identifica un caso de TB bacilífera para medir los contagios que se
hayan producido en los contactos.
El mayor valor predictivo de la tuberculina positiva (probabilidad de que una persona con
PT positiva tenga TB) es en los niños, donde la prevalencia de infección es menor y, si son
contactos de un caso bacilífero y presentan un cuadro clínico-radiológico sugerente aunque
estén vacunados con BCG, tienen mayor probabilidad de padecer la enfermedad.
En ausencia de factores de riesgo las reacciones intensas, mal llamadas hiperérgicas, con
mayor probabilidad de ser debidas a la infección con M. tuberculosis no hacen diagnóstico de
enfermedad.
6.2. TUBERCULINA
Este lote de PPD RT23 que contiene Tween 80, un detergente como agente estabilizador que
previene la absorción de la tuberculina a las paredes del frasco, es el patrón internacional.
La fecha de vencimiento de la tuberculina debe estar indicada en la etiqueta de los frascos. Las
diluciones conservan su actividad durante el tiempo expresado por el productor, generalmente
seis meses, si se mantienen refrigeradas y protegidas de la luz solar. Pasado ese tiempo deben
desecharse.
La tuberculina debe mantenerse todo el tiempo entre +2 ºC y +8 ºC. No debe congelarse ni ser
expuesta a la luz solar directa.
6.3. DOSIS
6.4. TÉCNICA
tenerse presentes porque pueden ser causa de alarma. En personas muy sensibles suelen
aparecer lesiones vesiculares o necrosis cutánea, ulceración, linfangitis y adenopatías regionales
de evolución autolimitada.
(*) Wijmuller, G., OPS/OMS. III Curso de Tuberculosis. Tuberculina y Prueba tuberculínica.
Caracas. Venezuela. Pág. 4, (1972).
(**) Esto reviste importancia porque el diámetro transverso, que es el que se mide, resulta
menor que el longitudinal, en cambio en la redondeada, los dos diámetros son generalmente
semejantes.
Pasos a seguir:
Ajustar la aguja de modo que el bisel quede orientado hacia la escala de la jeringa
para poder medir la cantidad de líquido a inyectar.
Para efectuar la aplicación tomar la jeringa entre los dedos índice y mayor, dejando
el pulgar libre para presionar el émbolo. Introducir cuidadosamente la punta de la
aguja con el bisel hacia arriba en la dermis, estirándola ligeramente en dirección de
la aguja y a lo largo del brazo; el bisel debe quedar visible a través de ella. No debe
tocarse el émbolo de la jeringa hasta que la punta de la aguja se haya insertado
satisfactoriamente.
La inyección intradérmica forma una pápula plana, pálida con los poros pronunciados
como cáscara de naranja y borde definido que desaparece rápidamente, en pocos
minutos. El volumen inyectado nunca debe ser estimado por el tamaño del habón
producido en la piel, ya que esto es muy impreciso. La tuberculina puede producir
ardor en el momento de la aplicación.
La zona de la aplicación debe mantenerse limpia sólo con agua y jabón, no deben
aplicarse antisépticos ni apósitos. No hacer curaciones y evitar rascar. Si se produce un
derrame significativo de tuberculina (a nivel de la conexión entre la jeringa y la aguja
o debido a que la aguja no fue adecuadamente insertada en la piel) la prueba debe
repetirse de inmediato, seleccionando un punto bastante alejado del primero. Si la
pérdida ha sido menor, completar la dosis en el mismo punto de inoculación.
La PT se debe leer a las 72 hs. de aplicada que es cuando la induración es más evidente. Por
razones operacionales puede leerse a las 48 o 96 hs. La lectura se limita a un sólo aspecto de
la reacción, la induración. No se debe tener en cuenta la zona de enrojecimiento o eritema.
Pasos a seguir:
Elegir un lugar con buena luz y contar con una regla transparente, milimetrada, con
escala preferente de color negro bien visible, de 10, 15 o 20 cm de longitud.
Palpar en forma suave y cuidadosa, con la yema del dedo índice, la región inoculada.
La induración puede ser de fácil o difícil reconocimiento, variando desde una induración
firme bien circunscripta en la piel a una induración blanda y de bordes indefinidos que
puede fácilmente pasar desapercibida a menos que se palpe en forma reiterada y
suave el sitio de la inyección.
Si hay induración, los bordes se identifican mediante el deslizamiento del dedo índice,
en forma elíptica. Una vez detectado el borde del comienzo y de terminación de la
induración, aplicar la regla y medir el tamaño en milímetros.
Ej.: se realizó intradermoreacción tuberculínica con 2 UT PPD RT-23, que evidencia una
induración de 0, 1, 2, 3, ......... mm a las 72 horas.
6.7. INTERPRETACIÓN
Se deberán tener en cuenta las diferencias técnicas en las lecturas y el efecto “booster”.
Una infección reciente tiene una probabilidad diez veces mayor de desarrollar TB que una
antigua.
Cada caso contagioso determina nuevas infecciones, las que pueden conducir a nuevos casos.
El efecto booster se aprecia ya a la semana de aplicado el primer PPD, y puede durar más
de un año; se observa en todas las edades, es más frecuente en mayores de 55 años, en
personas que con el tiempo han visto desvanecer su reactividad a la tuberculina pero que
pueden recordar estar sensibilizados al recibir nuevamente la tuberculina aunque, también, se
puede presentar en edades más tempranas.
6.10.ADVERTENCIAS
BIBLIOGRAFÍA
Farga, V, Caminero JA. Tuberculosis. 3ra. Edición. Mediterráneo. Santiago de Chile. 2011.
Crofton J, Horne N and Miller F. Tuberculosis Clínica. UICTER. TALC. Francia. 1994.