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Apuntes para la conferencia Agroforesteria en las cuencas hidrográficas

Introducción

Se entiende por cuenca hidrográfica a la porción de territorio drenada por un único


sistema de drenaje natural. Una cuenca hidrográfica se define por la sección del río al
cual se hace referencia y es delimitada por la línea de las cumbres, también llamado
divisor de aguas o divisoria de aguas, a partir de la sección de referencia. En la
medida que se avanza hacia aguas abajo, la superficie de la cuenca va aumentando.
En general se acepta que el divisor de las aguas subterráneas coincide con el divisor
de aguas superficiales, si bien este hecho no se verifica en todos los casos.

La cuenca hidrográfica es la unidad generalmente adoptada para estudios


hidrológicos y, más recientemente, a partir de los años 1970, para la planificación
racional del uso de los recursos naturales. Hasta el momento se presenta como la
unidad natural e ideal de planificación del desarrollo, en donde es posible encontrar
soluciones a escala real de los problemas identificados por los diferentes países a
saber: el futuro de los bosques, la escasez y calidad de las agua, los cambios
climáticos, el manejo de ecosistemas frágiles y la conservación de la diversidad
biológica.

En una cuenca identificamos los siguientes elementos: A. El río principal, que actúa
como el único colector de las aguas. Tiene un curso, que es la distancia entre su
naciente y su desembocadura. En el curso de un río distinguimos tres partes: a. El
curso superior, ubicado en lo más elevado del relieve, en donde la erosión de las
aguas del río es vertical. Su resultado: la profundización del cauce. b. El curso
medio, en donde el río empieza a zigzaguear, ensanchando el valle; y c. El curso
inferior, situado en las partes más bajas de la cuenca. Allí, el caudal del río pierde
fuerza y los materiales sólidos que lleva, se sedimentan, formando las llanuras
aluviales o valles. B. El divortium acuarum o línea de las altas cumbres, que separa
a las cuencas vecinas. Es la divisoria de aguas, utilizada como límite entre dos
espacios geográficos. . C. Los afluentes son los ríos secundarios que desaguan en el
río principal. Cada afluente tiene su respectiva cuenca, denominada sub.- cuenca. D.
El relieve de la cuenca es variado. Está formado por las montañas y sus flancos; por
las quebradas, valles y mesetas. E. Las obras humanas que se observan en la
cuenca: viviendas, ciudades, campos de cultivo y vías de comunicación.

El relieve es un aspecto muy importante a tener en cuenta, pues define las técnicas
de preparación de suelo a emplear y los cultivos que mejor se adapten a dichas
condiciones, también define el empleo o no de medidas de conservación.

La población del lugar es otro elemento a tener en cuenta de su posición acerca de


los recursos presentes en el área se puede alcanzar o no el desarrollo sostenible por
el que constantemente se aboga.

El programa Agenda 21 del CNUMAD define una estrategia para el manejo de


cuencas centrada en tres grandes líneas de acción: el ordenamiento territorial, la
creación de ingresos y la diversificación de la economía de montaña y la prevención y
reducción del impacto de los desastres naturales.

El manejo de cuencas ha evolucionado y actualmente se define como el proceso


participativo de la población y los usuarios de una cuenca formulando, gestionando y
ejecutando un conjunto integrado de acciones sobre el medio natural y la estructura
social, económica, institucional de una cuenca para alcanzar objetivos específicos
requeridos por la sociedad.

Es criterio de Mahone, (1999) utilizar las cuencas hidrográficas como unidad de


planificación que guíe las decisiones de política e inversionistas. Las decisiones sobre
los recursos que deben invertirse en el manejo de las cabeceras de las cuencas
hidrográficas han de tener en cuenta los servicios ambientales cruciales que se
prestan a los beneficiarios en las cuencas bajas. El manejo correcto de las cuencas
hidrográficas, que combina, según convenga, la protección de parques, reforestación,
prácticas agrícolas y silvicultura sostenibles son vitales para la protección de las
comunidades, la subsistencia, las tierras agrícolas y la infraestructura económica,
tales como carreteras, puertos, presas hidroeléctricas y sistemas de irrigación.
Desarrollo
El manejo de las cuencas juega un papel central en las decisiones formuladas por los
gobiernos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, CNUMAD.

Los recursos físicos y biológicos de las cuencas hidrográficas proporcionan bienes y


servicios a las poblaciones humanas, incluida la protección de las fuentes hídricas,
mitigación de los efectos de los desastres naturales mediante la regulación de la
escorrentía, la protección de los recursos costeros y la pesca, la protección de las
zonas edificadas (viviendas, transporte y demás infraestructura económica y social) y
la protección de la agricultura en tierras bajas de alta productividad. La calidad y
cantidad de esos servicios se ven afectadas tanto por los fenómenos naturales, tales
como huracanes, terremotos, sequías y erupciones volcánicas, como por la actividad
humana. No resultan fácilmente estimables los beneficios económicos exactos que se
derivan de la protección de las cuencas altas ni tampoco resultan necesarios para
apreciar la contribución esencial que hacen las cuencas altas bien manejadas a los
beneficiarios en las cuencas bajas. Por ejemplo, la degradación de una cuenca
hidrográfica influye negativamente en el funcionamiento de instalaciones de
camaronicultura al afectar el suministro y la calidad del agua, aumentar los costos de
producción generados por la eliminación de sedimentos de los estanques y el
deterioro de los ecosistemas de manglares que son la fuente de larvas de camarones
para abastecer los estanques. Los costos en las cuencas bajas en términos de
sedimentación e inundaciones son del orden de $10 millones por año e imponen una
enorme carga financiera a la industria camaronera litoral. Pese a los beneficios, los
interesados a menudo no se dan cuenta de lo que se pone en riesgo de no tomar en
serio la protección ambiental.

Los resultados de esa evaluación y de estudios similares deben ayudar a orientar las
decisiones relativas a la re elementos básicos para que el manejo de una cuenca
hidrográfica como unidad tenga éxito:

 Que todos los cursos de agua tengan zonas de amortiguamiento


 Que no se permita en las pendientes actividades agrícolas intensivas
superiores a un por ciento establecido que refleje la capacidad de la tierra;

 Que se limite la tala total de bosques, haciéndose énfasis en la conservación y


manejo sostenible de los bosques;

 Que se cree oficialmente un organismo institucional que atienda los conflictos;

 Que se cuente con la participación pública de hombres y mujeres en las


decisiones sobre el manejo;

 Que se cuente con planes de manejo eficaces y que se apliquen los


reglamentos ambientales y de zonificación;

 Que se utilicen las Evaluaciones de los Efectos Ambientales Regionales para


garantizar que los efectos acumulativos de las actividades económicas sean
sostenibles.

Reforestación de Cuencas Hidrográficas:

La reforestación es una de las alternativas más viables para la rehabilitación a largo


plazo de las cuencas hidrográficas. Treinta y un millones de hectáreas de
plantaciones tropicales y subtropicales han sido establecidas para la protección del
medio ambiente, madera para leña, y productos industriales de la madera. La
plantación de árboles y las iniciativas de protección pueden reverdecer las pendientes
deforestadas y poner las cuencas hidrográficas en el camino a su recuperación
ambiental, renovando su capacidad de regular la capa acuífera y detener la erosión
del suelo. La reforestación con especies de uso múltiple puede tener beneficios tanto
ambientales como económicos.

Según Renda (2006) en Cuba el fenómeno de la deforestación conllevó a una


evolución del uso de la tierra: BOSQUEAGRICULTURA-GANADERIA-BOSQUE,
impactando al ciclo hidrológico natural y a la aceleración de los procesos degradativos
de los suelos en el escenario agrario de las cuencas hidrográficas de Cuba. Según el
PNCMS (2000) en el país existen 2 589 142 ha de pastizales, 366 302 ha dedicadas a
pastos y forrajes y 2 222 840 ha en pastos naturales, que equivalen en total al 38,7%
de la superficie agrícola del país. Esta cifra elevada de áreas con pastizales, de las
cuales una cantidad considerable está ubicada en suelos degradados por diversos
fenómenos (casi el 80% sufre de procesos erosivos en diversos grados), necesita en
términos de planificación y ordenamiento de los recursos suelos y bosques en el
escenario agrario, cambiar de uso para lograr un equilibrio más dinámico en función
de la conservación de la cobertura edáfica y las aguas. Generalmente los sistemas
silvopastoriles se aplican en áreas dedicadas a la ganadería, donde el árbol aparece
en el terreno ya sea en forma de cercas vivas, barreras rompevientos, como sombra
para los animales o como forrajeros. También se aplican en pastizales despoblados
de árboles, plantándose los mismos y luego se introducen los animales, una vez que
alcancen cierto desarrollo y no puedan ser dañados por estos, conllevando a la
permanencia del sistema por varias décadas.
Esta situación cobra tremenda importancia para continuar desarrollando de manera
sostenible la aplicación de técnicas agroforestales, con énfasis en los sistemas
silvopastoriles para revertir los problemas de degradación de los suelos en las áreas
ganaderas que ocupan el 38,7% de la superficie agrícola, aumentar el índice de
bascosidad y alargar el período de vida útil de las obras hidráulicas, ya que casi toda
el área de producción agrícola, ganadera y del patrimonio forestal se distribuye por las
632 cuencas hidrográficas del país de tamaño mayor de 5 km2 por las cuales fluye
anualmente el 80% del escurrimiento fluvial evaluado en 27 700 millones de metros
cúbicos.
La vegetación forestal tiene una importante función en las áreas de la cuenca
hidrográfica, Renda (2006) afirma que la vegetación forestal aporta beneficios directos
e indirectos esenciales para el desarrollo agropecuario sostenible, por sus relaciones
recíprocas con los sistemas de producción, al proteger y mantener la fertilidad del
suelo, la calidad de las aguas, suavizar los rigores del clima, entre otros, durante el
proceso de producción agroalimentaria en las cuencas hidrográficas. Desde 1812
hasta 1991 se han perdido más de 7,74 millones de ha de bosques (MINAG, 1992,
Dinámica Forestal, 2003), en su mayoría irrecuperables en cuanto a diversidad y al
efecto que pudieran haber causado al mejoramiento medio ambiental.
Por otra parte las áreas destinadas a la producción agrícola y ganadera, producto del
mal manejo, han sido afectadas (PNCMS, 2000) por procesos erosivos (4,9 millones
de ha), por problema de compactación (1,6 millones de ha), por escasa retención de
humedad (2,5 millones de ha), por acidez y pedregosidad (1,6 millones de ha) y por la
salinidad y/o sodicidad (1 millón de ha).
Esto significa un franco deterioro del potencial productivo natural del suelo, que lo
inhabilita para la producción agropecuaria sostenida en el tiempo y en el espacio
cuenca hidrográfica, por lo que se requiere de aplicación de medidas urgentes para
mejorarlos.
También, se puede mejorar esta situación con un cambio de uso, mediante la
reforestación con especies multipropósitos mejoradoras de suelos, de crecimiento
rápido por un tiempo bastante prolongado, que permita obtener simultáneamente
productos directos de las plantaciones (leña, madera rolliza, etc.). De esta manera se
aplica el principio de conservar y mejorar al suelo y al medioambiente, produciendo
riquezas en el corto plazo para incentivar su generalización, en aras de las
sostenibiladad del sistema de producción agropecuario.
En la ganadería cuando se degradan los suelos por compactación de la capa
superior, el nivel de materia orgánica se reduce, se destruye la estructura y su
estabilidad y por consiguiente se disminuye la capacidad de retención y velocidad de
infiltración de las aguas de lluvias, provocando erosión en diversos grados, que hace
insostenible la producción ganadera.
En los países del cono sur latinoamericano, la compactación es la causante de la
erosión hídrica en el57% del total de las áreas degradadas y en el 6% y 9% del
deterioro físico y químico del suelo respectivamente (Ago y Kessler, 1996).
Hernández y col. (2001) reportan que en la premontaña del Escambray se han
registrado pérdida de suelos por erosión hasta 92,5 t/ha/año en pendiente abrupta
durante la preparación del terreno hasta el establecimiento del pasto, pero hasta 6
t/ha/año en pendiente suaves de pastizales.
Con el ordenamiento territorial de los pastizales en la cuencas hidrográficas se puede
disminuir considerablemente los efectos negativos del sobrepastoreo en las
características físicas y químicas de los suelos, referidas a su fertilidad y a las
propiedades hidrológicas, las cuales fueron muy favorables antes de la deforestación,
ya que la cobertura boscosa (sombra, postes vivos, cortina rompevientos, faja
hidrorreguladora, etc.) propicia un nivel estable de materia orgánica y reciclaje de
nutrientes, así como un sostenido flujo de agua al sistema hidrográfico, por el efecto
de la materia orgánica, a partir principalmente del ingreso anual de hojarasca que se
produce, en dependencia del tipo de árbol multipropósito(forestal y frutal) incorporado
al pastizal.

Aplicación de sistemas agroforestales para el manejo de cuencas

En el marco del manejo integral de cuencas, se proponen los siguientes sistemas


agroforestales por sus efectos positivos en el manejo del espacio, en la conservación
de los suelos o en la rehabilitación y estabilización de áreas degradadas:

Barreras vivas con formación lenta de terrazas para uso agrícola. Consiste en el
establecimiento o manejo de especies leñosas, formando hileras o bandas continúas
de vegetación que siguen las curvas de nivel de las laderas. Las barreras vivas
interceptan la escorrentía producida por la lluvia y la tierra arrastrada por ella. La tierra
se acumula sobre la barrera y como resultado de este proceso, con el tiempo se
forman pequeñas terrazas en el relieve de la ladera.

Estabilización de cárcavas y taludes. La concentración de la escorrentía en zonas


con pendiente elevada e inadecuado manejo de suelos puede provocar cárcavas. En
estas condiciones, se establecen bosquetes de uso múltiple sobre la misma cárcava
para frenar los procesos de erosión. Para proteger los taludes de los cauces
susceptibles a deslizamiento, se establece una densa cubierta vegetal de especies
arbustivas y herbáceas.

Bosquetes en la cabecera de cárcavas y ríos. En las zonas altas de las colinas o


en las cabeceras de cuenca, se establecen o mantienen bosquetes densos de
diversas especies, que conforman varios estratos (árboles, arbustos y vegetación
anual). Estos bosquetes actúan como reguladores del escurrimiento y el flujo del agua
de lluvia desde la cabecera hacia las partes bajas, evitando la formación de cárcavas.

Estabilización de riberas y acequias. Los ríos y quebradas erosionan las áreas


ribereñas, lo que produce pérdidas de terreno que afectan la estabilidad de los
taludes. Las áreas ribereñas se estabilizan por medio de plantación y manejo de
vegetación leñosa. Con el tiempo, los canales de riego y las acequias de desagüe de
los campos de cultivo se desestabilizan y destruyen por el arrastre del agua. Para
evitar estos problemas, se establece y maneja vegetación arbórea, arbustiva,
herbácea y pastos en las orillas y zonas adyacentes.

Cultivos mixtos de especies arbóreas y agrícolas. Algunas especies forestales


tienen la propiedad de incorporar nitrógeno al suelo, a través de microorganismos
generados especialmente a nivel radicular que fijan este elemento. Esas especies
forestales se usan en combinación con prácticas de conservación de suelos para
fomentar su fertilidad, lo que incentiva la concentración de la agricultura en zonas
aptas y reduce la ampliación de la frontera agrícola.
Follaje de especies forestales para materia orgánica. El follaje y las ramas tiernas
de los árboles son utilizados como abono. Se incorporan al suelo unos meses antes
de la siembra, para aumentar la materia orgánica e incrementar la productividad. Esta
técnica mejora las propiedades físicas del suelo, aumenta la capacidad de infiltración
y disminuye el riesgo de erosión.

Cercos vivos y cercos espinosos. Los cercos vivos son las prácticas agroforestales
más difundidas porque contribuyen a generar un microclima más benigno, que mejora
las condiciones para la producción agrícola. Cuando se establecen apropiadamente,
forman redes eficientes para la retención de suelos y los protegen de la erosión.
Muchas de las especies presentes en los cercos vivos que circundan las propiedades
de los campesinos se caracterizan por un rebrote rápido y fácil. Se tala para obtener
una primera cosecha de madera, el tocón produce rebrotes que crecen y maduran
rápidamente, produciendo varillas que pueden utilizarse como

Conclusiones
La reforestación constituye una alternativa importante par la restauración de las
cuencas hidrográficas, por los múltiples beneficios que le proporcionan los árboles.
Se pueden emplear diferentes sistemas agroforestales donde pueden estar presentes
combinaciones de especies leñosas y vegetación herbáceas, siendo muy importante
la selección de las especies a emplear, para garantizar el éxito de los mismos.
Lograr que las poblaciones existentes en la cuenca participen de forma activa en el
establecimiento de diferentes sistemas agroforestales para incrementar sus
producciones en aras de alcanzar un desarrollo sostenible.

BIBLIOGRAFICAS
Ago, H. & Kessler, A. (1996): El enfoque de planificación participativa para enfrentar la
degradación de la tierra en América Latina. Bol. Técn. Red Lat. Coop. Técn. Manejo
de Cuencas Hidrográficas,No. 1:1-13
Calzadilla, E.; Torres, J.; Mojena, B.; Álvarez, A.; Renda, A.; Forcade, E.; Mercadet, A.
& Álvarez, L.(1992): Comportamiento del ganado ovino (cordero de ceba), con
régimen de pastoreo controladobajo plantación forestal de latifolias. Rev. Ftal.
Baracoa, Vol. 22, No. 1:59-71
Dinámica Forestal. (1993): Dirección Nacional Forestal, MINAG, La Habana
Dinámica Forestal. (2003): Dirección Nacional Forestal, MINAG, La Habana
Hernández, C.; Arteaga, O.; Cancio, T.; Peña, J.L.; Muñoz, P. & León, G. (2001):
Erosión hídrica en áreas de pastos y forrajes. I Simposio Internacional sobre
ganadería agroecológica. La Habana, Cuba. Memorias, p. 97-98
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(Mecanografiado)
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(Mecanografiado)
Renda, A.; Calzadilla, E.; Jiménez, M.; Ponce, D.; Mora, N.; Molina, G. & otros (2001):
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Renda A, 2006, Papel de los sistemas agroforestales en el escenario agrario de las


cuencas hidrográficas de Cuba. IV Congreso Latinoamericano de Agroforesteria para
la producción pecuaria sostenible , Varadero, Cuba

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