Professional Documents
Culture Documents
San Francisco Inesperado - Marcia DM
San Francisco Inesperado - Marcia DM
INESPERADO
HERMANOS WALKER #4
MARCIA DM
Este libro electrónico está disponible sólo para su disfrute personal. Este libro no
puede ser revendido o regalado a otras personas a menos que se haya comprado una
copia por separado. Gracias por respetar el arduo trabajo de este autor. Todos los
derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida en
cualquier forma sin el permiso escrito, excepto en el caso de citas breves en
artículos críticos y revisiones este libro es una obra de ficción. Los nombres,
personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor, son
usados de manera ficticia y no debe ser interpretado como real. Cualquier parecido
con hechos reales, lugares, organizaciones o personas vivas o muertas, es pura
coincidencia.
Copyright © 2022 Marcia DM
Edition:Natalia Ortega
Portada:eshopia1419
www.MarciaDM.com
SINOPSIS
El infame, seductor y carismático Killian Walker, o sea yo, se
encuentra en una situación nunca antes vivida por nadie en
esta humanidad.
Bueno quizás alguno, pero nadie tan especial como yo.
Bianca Burke aparece en mi vida con un tobillo hinchado
en medio de la nada y no tengo otra alternativa mas que
cargarla hasta el hospital más cercano. En el camino descubro
que la pelirroja es puro fuego, no solo me hace reír, sino que
también es arisca y original.
Todo muy bonito, solo hay un problema.
Bianca está decidida a casarse con uno de los empresarios
más reconocidos de Silicon Valley.
Y no, no soy yo.
Es alguien mucho peor, alguien a quien conozco.
Con mi indeseado nuevo papel de amigo, no tengo otra
opción mas que guiarla por el camino contrario y si llega a mi
puerta… Bueno, hice lo que pude. 😈
ÍNDICE
Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Epílogo
Epílogo
Postfacio
Agradecimientos
Adelanto: -El color del Anhelo-
Acerca del Autor
Otras Obras de Marcia DM
“Puedo caminar por las calles de San Francisco, y aquí
soy normal”
Robin Williams
INTRODUCCIÓN
D olor.
Dolor punzante y horripilante en mi cabeza.
—Ahhh… —gimo sobre mi almohada.
Olvidé correr las cortinas opacas y la luz del sol entero
entra por mis pequeñas pupilas. Las palpitaciones en el
cerebro no me dejan pensar con claridad, ni escuchar.
Me muevo un poco y siento ropa puesta.
¿Qué demonios?
Yo duermo desnudo… ¿Por qué…?
Entonces miro mi cuerpo y veo una manta sobre mí, mis
pies sin zapatillas y la misma ropa de anoche.
Bianca.
Esto fue obra de Bianca.
Tapo mi rostro con la mano gimiendo de vergüenza cuando
recuerdo todo.
Lo que le dije, mis palabras, ella llamándome gay…
Obviamente no hay nada de malo en eso, solo que… ¡Ahh!
Claro que tenía que pensar que era gay…
Esa escena tiene mi suerte escrita por todos lados.
Miro sobre mi hombro, buscándola sobre la cama.
Obviamente no está aquí, ella huyó despavorida como haría
cualquier ser pensante.
Con pies pesados que se arrastran, logro darme una ducha
y espabilarme un poco más.
Abajo, en el comedor, está Valentino, desayunando como
un Lord inglés. Hay tostadas sobre la mesa, fruta, café, zumo
de naranja, por supuesto todo orgánico y de la mejor calidad.
Cuando me ve entrar me inspecciona de arriba a abajo, asumo
que buscando que me falten partes.
—Buenos días… —susurra.
—Demasiado fuerte, habla más bajo —gruño sentándome
a su lado.
Mi cuerpo se desploma en la silla del comedor. Una mesa
que usé solo una vez, siempre desayuno en la barra de la
cocina.
Solo, como loco malvado.
—¿Por qué estás aquí? —pregunto masajeándome los
párpados.
—Bianca me pidió que te vigile…
—¿Y por eso asaltaste mi nevera? —gruño sin mirarlo, en
cambio observo a mi alrededor, buscando rastros de la fiesta.
No quedó nadie, sorprendente. He encontrado gente
dormida en las tumbonas de la piscina más de una vez.
—Por eso me quede aquí en vez de irme con María, me
debes una, grande.
—¿Y ella?
—¿María? —pregunta sosteniendo la taza sobre sus labios.
Eso hace que deje de masajear y lo mire con cara de pocos
amigos.
—Bianca, Valentino, Bianca.
—Ah, ella está en su casa, sana y salva, no te preocupes.
Por cierto, no sé qué hiciste, pero se fue muy enfadada.
Gruño de vuelta al recordar el gesto de dolor en su rostro.
Tengo que arreglar esto, hacer algo al respecto.
—Ya puedes irte… —suelto levantándome para ir a la
cocina y comer mi desayuno como un ser normal y no como
alguien con complejo de rey.
Valentino me sigue pisando los tobillos.
—¿Qué ocurrió anoche, Kill?
Abro la nevera y saco un cartón de leche, la taza es lo
siguiente. Todo lo hago con el piloto automático ya que la
dopamina no existe en mi cerebro hoy, porque no hay lugar
para nada más, solo tengo una cosa en mi cabeza.
Levanto la mirada y me enfoco en Valentino.
—Nada que no pueda arreglar.
CAPÍTULO DIECINUEVE
BIANCA
G rito.
Grito y me pierdo.
Grito y me caigo por un precipicio.
Killian se hunde en mí y su falta de precaución me excita,
su decisión final de tenerme en este momento me vuelve loca.
Quizás este mal de la cabeza, quizás mis hormonas no me
están dejando pensar con claridad, pero su dominación me
lleva al borde y entierro mis uñas en su espalda.
Entonces noto que tiene la camisa puesta y con dedos
ansiosos se la quito, exponiendo su pecho tatuado y cincelado,
sus abdominales perfectamente marcados y el vello en su
estómago que me guía a su polla entrando y saliendo de mí.
Apoyo mi cabeza en la almohada, intentando controlar la
oleada de placer.
—Míranos —ordena, su tono firme—, míranos, Red.
Somos perfectos el uno para el otro
Cuando levanto la mirada, lo abrazo para retenerlo cerca
mío hasta encerrarlo con mis piernas.
Killian se acuesta de costado, llevándome con él, su ritmo
se mantiene firme, su boca en la mía, su lengua lamiendo la
mía, mis dientes, mis labios.
—Te amo —gime cambiando de posición una vez más,
boca arriba, me lleva con él y clava sus dedos en mis caderas,
con sus manos guía el movimiento—. Te amo Bianca —repite
perdido en la necesidad.
Lo beso mientras me muevo sobre él.
—Yo también Kill, siempre lo hice, solo que fui muy
buena ocultándolo.
Eso le hace rugir, al punto donde me detengo para ver si
está bien, pero entonces sale de mí y me deja boca abajo en la
cama. Tomas mis caderas y las levanta hasta ponerlas en su
pelvis.
Sus embestidas son frenéticas, dementes, no llego a
procesar una sin sentir la siguiente dentro de mí y mis gemidos
se pierden en mi boca abierta pero que no suelta ningún
sonido… ni aire.
—Mira este culazo —dice dándome una nalgada que me
deja picando la piel—. Créeme Red, soy un caballero, pero
contigo así, en cuatro y tan mojada… Dios, me siento salvaje.
Su falta de vergüenza me hace sonreír, sus alabanzas me
desinhiben y nunca me sentí tan sexy, tan femenina y
descarada.
Inclino mi cadera, elevando mi trasero para sentirlo más
profundo y Kill vuelve a gruñir, esta vez toma mis pechos y se
aferra a ellos, pellizcando mis pezones y estrujándolos con
rabia, luego agarra mi cabello y lo sujeta con fuerza, tirando
hacia atrás, usándolo de correa.
—Mírate, joder, eres la cosa más hermosa que he visto en
mi vida, Bianca Burke. —Su mano recorre la curva de mi
cintura, hasta enterrar sus dedos allí y embestir con más
velocidad y brutalidad.
Y ese es mi fin.
La tensión en mi cuerpo se expande a todos lados, lo sé
porque siento que exprime la polla de Killian mientras me
corro y me corro y me corro.
—¡Dios! —grito apretando la almohada más cercana con
mi mano, mis ojos cerrados, mi mente un universo de estrellas
y terremotos.
Él jadea, clavando sus uñas en mi piel, mordiendo sus
labios mientras se desahoga en mí y espeta mi nombre entre
dientes apretados.
—Bianca… Bianca… —repite, ruega, implora.
Hasta que el mundo se detiene.
Y lo único remanente son nuestras respiraciones agitadas y
nuestros corazones desbordados.
El agarre de Killian se afloja y una última caricia erótica se
desliza desde mi cuello hasta la raja de mi trasero.
Lentamente Killian sale de mí y entonces siento el líquido
tibio chorreando por mi pierna.
¡Oh no! ¡Cómo no me di cuenta antes de lo que estábamos
haciendo!
Me alerto, cerrando mis piernas con fuerza y volteo
buscando a Killian con desesperación.
—¿No usamos…?
—No —responde tranquilamente mientras se acuesta a mi
lado y deja una mano sobre mi trasero.
—¡Killian! —grito levantándome o al menos intento
hacerlo, ya que él me retiene a su lado y me encierra en sus
brazos, impidiendo cualquier movimiento.
—Bianca… —dice con un tono templado y para nada
alterado como el mío. Con una mano en mi rodilla izquierda
abre mis piernas y observa todo sus fluidos con orgullo. Mis
mejillas se encienden inmediatamente—. Déjame verte…
Sus ojos se vuelven posesivos mientras observa con
altanería y con la punta de sus dedos acaricia y desparrama el
líquido sobre mi coño.
Nuestras miradas conectan, yo excitada hasta ver nublado
y él con esa media sonrisa diabólica que tanto extrañé y dice:
—Siempre me gustó jugar con fuego. —Y sin dudarlo,
entierra sus dedos en mí otra vez, haciendo que todo empiece
de vuelta.
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
KILLIAN
Llegamos a un fin.
No puedo creer que los cuatro hermanos estén en mi
biblioteca y en la tuya.
Fue un gran viaje, pude tocar temas que me importan
mucho, como el autismo, los traumas, las inseguridades y las
segundas oportunidades.
Creo que es importante hablar de ellos, como también
escribir personajes imperfectos, personas con conflictos
internos que a veces no los dejen tomar la decisión adecuada.
De eso se trata la lectura, de viajar, comprender y absorber
nuevos puntos de vista.
Me pone muy feliz que los cuatro hermanos hayan sido tan
exitosos, sus historias merecen ser contadas y entendidas por
todas!
Solo recuerda algo cuando termines este libro y suspires de
amor, estos hombres fueron escritos por una mujer :P así que
no me hago cargo por tus altas expectativas cuando vuelvas al
mundo. Muajaja
Una vez más, quiero agradecer a todas las lectoras por
acompañarme en esta saga, a las chicas del grupo de Facebook
por participar siempre, a mis seguidoras en Instagram y ahora
en Tiktok! Pensé que era vieja, pero no tan vieja cuando abrí
esa app y no entendí nada, ¡pero ahí estoy todos los días!
¡Ah! Tengo una historia en Wattpad, si necesitas un poco de
romance oscuro en tu vida, te invito a leer Malas Intenciones!
Y las veo en la siguiente saga, Walker Segunda Generación.
Julian, Mila, Astor y Bernardo vienen con una fuerza
imparable.
Les dejo un adelanto de Julian Walker en la siguiente página.
¡Gracias por leer!
ADELANTO: -EL COLOR DEL
ANHELO-
JULIAN WALKER
(Sujeto a cambios y edición)
Raven
Raven