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Frida Kahlo
Frida Kahlo
A los dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó
a una larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó
con toda probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que
se refleja en sus obras. En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego
Rivera; tres años después sufrió un aborto que afectó en lo más hondo su
delicada sensibilidad y le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford
Hospital y Frida y el aborto, cuya compleja simbología se conoce por las
explicaciones de la propia pintora.
También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de compleja
interpretación: Autorretrato con monos o Las dos Fridas. Cuando conoció la
obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea
y la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no
tuvo una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al
final de sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera
encuadrada en esa tendencia.
Niña prodigio, aprendió a leer y escribir a los tres años, y a los ocho
escribió su primera loa. En 1659 se trasladó con su familia a la capital
mexicana. Admirada por su talento y precocidad, a los catorce fue dama de
honor de Leonor Carreto, esposa del virrey Antonio Sebastián de Toledo.
Apadrinada por los marqueses de Mancera, brilló en la corte virreinal de
Nueva España por su erudición, su viva inteligencia y su habilidad
versificadora.
Como los monarcas del antiguo despotismo ilustrado, Porfirio Díaz pensaba
estar sirviendo a su país al dotarlo, después de medio siglo de guerras y
convulsiones, de la paz y de la estabilidad imprescindibles para el progreso
económico, social y cultural. Ciertamente logró, aunque a sangre y fuego,
la pacificación del país y su despegue en muchas áreas. Pero, hacia el final
de su mandato, su política había abierto una enorme brecha entre ricos y
pobres; y, en 1910, su decisión de mantenerse en el poder prendió la
mecha de la Revolución mexicana.
Apenas un año más tarde tomó de nuevo las armas contra la invasión
francesa (1862-1863) y la coronación de Maximiliano I (1864-1867) como
emperador de México. Fue jefe de brigada en Acultzingo en abril de 1862 y
ese mismo año participó en la batalla de Cinco de Mayo al lado de Ignacio
Zaragoza. En 1867 protagonizó una brillante acción militar en Puebla: tras
sitiar la ciudad, realizó un asalto sangriento y rápido contra las tropas del
emperador Maximiliano, que se refugiaron en los cerros de Loreto y
Guadalupe.
Pedro Infante
(Mazatlán, Sinaloa, 1917 - Mérida, Yucatán, 1957) Actor cinematográfico y
cantante mexicano. A edad muy temprana se trasladó con su familia a
Guamúchil, donde adquirió algunas nociones de música y fue en sus
primeros años aprendiz de carpintero. Fue también miembro de un
conjunto musical que actuaba en la localidad de Guasave.
Miembro de una humilde familia campesina, era el noveno de los diez hijos
que tuvieron Gabriel Zapata y Cleofás Salazar, de los que sólo
sobrevivieron cuatro. En cuanto a la fecha de su nacimiento, no existe
acuerdo total; la más aceptada es la del 8 de agosto de 1879, pero sus
biógrafos señalan otras varias: alrededor de 1877, 1873, alrededor de 1879
y 1883. Emiliano Zapata trabajó desde niño como peón y aparcero y recibió
una pobre instrucción escolar. Quedó huérfano hacia los trece años, y tanto
él como su hermano mayor Eufemio heredaron un poco de tierra y unas
cuantas cabezas de ganado, legado con el que debían mantenerse y
mantener a sus dos hermanas, María de Jesús y María de la Luz.
María Félix
(María de los Ángeles Güereña; Álamos, 1914 - Ciudad de México, 2002)
Actriz cinematográfica mexicana. Dotada de una enigmática belleza latina,
en su amplia filmografía (que incluye melodramas campesinos y
revolucionarios, dramas urbanos y adaptaciones de novelas realistas y
naturalistas) encarnó a una criatura altiva y desdeñosa que se rebelaba
ante el sometimiento de la mujer al macho arrogante. A medio camino
entre la devoradora de hombres y el ideal de la beldad inalcanzable,
representó como nadie el arquetipo de la mujer fatal.
A los dieciséis años mató a un hombre. Todas las versiones sobre el caso
coinciden en tres puntos: por una parte, en que el muerto era un personaje
de cierta relevancia, al menos de mucha mayor relevancia que Doroteo
Arango; por otra, en que había intentado forzar a una de las hermanas
Arango; finalmente, en que Doroteo escapó y se refugió en el monte a
resultas de este hecho.