La invención de la televisión abarca un amplio período que se extiende desde
finales del siglo XIX hasta 1935. Durante este período, investigadores de Inglaterra, EEUU, Francia y Alemania buscaron la manera de transmitir imágenes a distancia. Se trataba de captar imágenes utilizando una cámara, transmitirlas a través del aire por medio de ondas hertzianas y recibirlas en un aparato receptor situado a cierta distancia de donde originariamente se había captado. En este proceso de invención hay que destacar tres descubrimientos clave: (1) la foto-electricidad: permitió transformar la energía luminosa en energía eléctrica; (2) el análisis de las fotografías y su transformación en líneas de puntos claros y oscuros; y (3) las ondas hertzianas: permitieron la transmisión de las señales eléctricas correspondientes a cada punto de una imagen a través del aire y a cierta distancia. La primera televisión que se planteó, la <<Televisión Mecánica>>, fue diseñada en 1924 por el ingeniero escocés John Logie Baird (1888-1946). Este primer sistema de televisión se basaba en un disco de Nipkow mediante el cual una imagen era explorada mecánicamente a través de un haz luminoso que repercutía en una celda fotoeléctrica produciendo una corriente eléctrica variable proporcional a la iluminación de la escena. Su sistema de barrido mecánico de 240 líneas fue adoptado de manera experimental por la British Broadcasting Corporation (BBC). En Estados Unidos la investigación apuntaba en otra dirección. El modelo que llegó a funcionar se denominó <<Televisión Electrónica>>, ideado por el ingeniero Vladimir Zworykin (1889-1982) en colaboración con Radio Corporation of America en 1931. Este modelo se basaba en un dispositivo denominado iconoscopio. El aparato era capaz de traducir imágenes en señales electrónicas. La definición de este aparato era de 240 líneas y 30 imágenes por segundo. Hubo disputa entre los dos modelos resolviéndose en 1935 cuando la BBC abandonó el modelo de Baird y seleccionó el invento de Zworykin. Esta decisión fue la clave para que el resto del mundo se decantase por la <<Televisión Electrónica>>. Por tanto, la televisión de hoy es heredera de este modelo. La BBC comenzó sus emisiones regulares de televisión electrónica en 1936 desde los estudios de Alexandra Palace. El estándar adoptado fue 240 líneas y 25 imágenes por segundo. En Estados Unidos se produjo un debate sobre el estándar y durante este tiempo no se produjo una emisión regular de televisión hasta 1941. Para regular los estándares se creó un organismo denominado Federal Communications Commission (FFC). El estándar adoptado finalmente fue de 525 líneas y 30 imágenes por segundo (NTSC). A finales de los años 50 se produjo otro avance importante en la televisión que fue la incorporación del color. Este sistema fue aprobado en Estados Unidos y regulado por la FFC y adoptado por todas las compañías norteamericanas y por la primera televisión japonesa, la NHK. Este sistema registraba el color con algunas deficiencias. En 1959, los investigadores franceses diseñaron un nuevo sistema de televisión en color llamado SECAM. Este sistema mejoraba la calidad NTSC y fue adoptado en Francia, la URSS y la África francófona. En 1963, en Alemania se diseñó un nuevo sistema de televisión en color denominado PAL que fue promovido por Telefunken. Este sistema mejoraba la calidad del NTSC y del SECAM y fue adoptado en Europa, incluido España. En los años 60, el sistema NTSC experimentó una mejora de calidad que lo igualaba con el PAL. Introducción a los sistemas de televisión analógico y digital En la televisión analógica la imagen está formada por 625 líneas horizontales (de las cuales, 575 son activas). Los parámetros de la imagen y el sonido están representados por las magnitudes analógicas de una señal eléctrica. El blanco equivale a la mayor tensión (1 voltio) y el negro a la menor (0,3 voltios). El problema de la televisión analógica es la interferencia, que siempre tiene un efecto negativo sobre la calidad de imagen y sondo que recibimos. En la televisión digital los parámetros de la imagen y el sonido se representan mediante un código binario basado en la combinación de dos números: 1 ó 0 (señal o ausencia de señal, respectivamente). El código binario permite la transmisión de la imagen y el sonido desde un centro emisor y recibirla con total fidelidad en nuestros hogares. Para entender el funcionamiento de un sistema digital, estudiemos una imagen JPEG. La imagen JPEG tiene un número de píxeles que constituyen su resolución total (por ejemplo, 600 X 800). Cada píxel contiene tres canales de color que equivalen a los colores RGB. Cada canal de color comprende 256 valores diferentes (entre 0 y 255). Un píxel blanco se expresa así: R=255, G=255, B=255; y uno negro: R=0, G=0, B=0. Cada valor se codifica empleando una combinación de ceros y unos. Además, en el caso del formato JPEG unos algoritmos comprimen la cantidad de información para un transporte mejor casi imperceptible por el ojo humano. El estándar empleado en la televisión digital (MPEG-2) comparte muchas características con el formato JPEG, pero la complejidad es superior ya que se trata de codificar una sucesión de imágenes (25 frames por segundo). Lo mismo ocurre con el sonido. En la grabación analógica de un sonido (por ejemplo, la voz de un locutor) existe una variación de infinitas señales (analógicas) a lo largo del tiempo. Mientras, las señales digitales sólo consideran ciertos instantes (o ciertos píxeles en el caso de la imagen). El procedimiento mediante el que se consideran sólo esos puntos o píxeles se denomina <<muestreo>>. El proceso de digitalización de una señal analógica lo realiza el conversor analógico/digital. Esta representación numérica, en bits, permite someter la señal de televisión mediante procesos complejos en imágenes sin degradación de calidad. En los inicios de la televisión digital se encontró un problema de transmisión. Una señal de televisión digital ofrecida directamente por el conversor analógico/digital contiene una gran cantidad de bits que no hacen viable su transporte y almacenamiento sin un consumo excesivo de recursos. La cantidad de bits que genera el proceso de digitalización de una señal de televisión es tan alto que necesita mucha capacidad de almacenamiento y de recursos para su transporte. Ejemplos de la cantidad de bits que genera la digitalización de tres diferentes formatos de televisión: (1) En formato convencional (4:3) una imagen digital de televisión está formada por 720x576 puntos (píxeles). Almacenar una imagen requiere: 1 Mbyte. Transmitir un segundo de imágenes continuas, requiere una velocidad de transmisión de 170 Mbits/s. (2) En formato panorámico (16:9) una imagen digital de televisión está formada por 960x 576 puntos (píxeles): requiere un 30% más de capacidad que el formato 4:3 (3) En formato alta definición la imagen digital de televisión consiste en 1920 x1080 puntos (píxeles). Almacenar una imagen requiere más de 4Mbyte por imagen. Transmitir un segundo de imágenes continuas, requiere una velocidad de transmisión de 1Gbit/s. Afortunadamente, las señales de televisión tienen más información de la que el ojo humano necesita para percibir correctamente una imagen. Es decir, tienen una redundancia considerable. Esta redundancia es explotada por las técnicas de compresión digital, para reducir la cantidad de números generados en la digitalización hasta unos niveles adecuados que permiten su transporte con una gran calidad y economía de recursos. La Televisión Digital Terrestre (TDT) Los canales radioeléctricos de la televisión digital ocupan el mismo ancho de banda que los canales utilizados por la televisión analógica pero, debido a la utilización de técnicas de compresión de las señales de imagen y sonido (MPEG-2), tienen capacidad para un número variable de canales de televisión en función de la velocidad de transmisión (4 canales frente al único canal que nos proporcionaba la tecnología analógica). La TDT desarrolla mayor alcance con menos potencia de transmisión debido a que la tecnología empleada es más robusta frente al ruido e interferencias. Con la TDT hay una mejora de la calidad de la imagen y el sonido con posibilidad de usar formato panorámico, alta definición o HD, sonido Dolby Digital, emisión de varios idiomas simultáneamente para un mismo programa, subtítulos mejorados respecto al teletexto, etc. Ofrece además servicios interactivos a través de la señal de televisión, transmitiendo no sólo audio y vídeo, sino también datos en forma de servicios interactivos. La TDT proporciona una mejora en la recepción móvil y portátil sin los típicos problemas que afectan a las transmisiones analógicas. Las emisiones de TDT permiten la recepción con alta calidad en entornos en movimiento como por ejemplo en medios de transporte. Sin embargo, la TDT se ve bien o no se ve nada. Es decir, en la TDT la imagen se ve siempre igual de bien, no hay interferencias, ni dobles imágenes, pero si la señal no llega bien por lo que sea, no se ve nada. Mientras que en la televisión analógica si hay un problema podemos seguir viendo con ruido o nieve, pero algo se ve.