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Livro Alejandra
Livro Alejandra
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A Diego, Gustavo y las niñas de Ciranda.
1
2
Introducción
Pensando a partir del filósofo Michel Foucault, podemos hacer una crítica amplia y
pertinente de las políticas públicas como formas de control de la población. Sin
embargo, es necesario admitir que el crecimiento del capitalismo especulativo ha
generado daños que pueden ser reducidos o enfrentados más eficazmente en países
que cuentan con una amplia esfera pública estatal para hacerle frente a las
consecuencias perversas de las corporaciones transnacionales y las inversiones
volátiles (CHOMSKY, 2004; DAÚD JÚNIOR, 1999). Queremos horizontalizar lo
más posible el funcionamiento de las políticas públicas y soñamos con una sociedad
justa y participativa, que no necesite el control del Estado ni del mercado, pero
entendemos que es estratégico apoyar las políticas públicas como herramientas de
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transformación social: por un lado, éstas permiten avanzar para que las poblaciones
de las clases más desfavorecidas tengan acceso a sus derechos de salud, educación,
vivienda, trabajo, tierra, cultura, esparcimiento. Por otro lado, su funcionamiento
eficiente puede favorecer una politización mayor de una parcela de la clase media,
que protagoniza día a día la privatización de la salud, la educación, el transporte y
otros. Las políticas públicas son para todos/as y no apenas para las personas más
pobres; en la medida que podamos ocupar espacios en ellas para que realmente sean
públicas, gratuitas y de alta calidad, podemos hacer presión para continuar
obteniendo cambios, negociaciones y -espero- transformaciones radicales en un
futuro no muy distante.
Ante esta situación, que se repite en varios lugares de Brasil, estamos aumentando y
profundizando las prácticas en psicología social, con pasantías en instituciones de
políticas sociales, buscando una formación más crítica y un posicionamiento mayor
en la lucha por la reducción de la atroz desigualdad brasileña y latinoamericana.
Además de realizar trabajos en escuelas y organizaciones, los/las estudiantes pueden
ir a instituciones públicas en salud mental, atención a usuarios de alcohol y otras
drogas, atención a niños/as y adolescentes con sufrimiento mental serio, estrategias
de Salud de la Familia, instituciones de Asistencia Social en las comunidades.
Igualmente, la formación de los y las estudiantes en iniciativas comunitarias y
movimientos sociales constituye un avance necesario, puesto que en la cotidianidad
de estos lugares podemos aprender mucho sobre trabajar de forma más igualitaria y
activa. Ello trae valiosos aportes para crear políticas públicas más horizontales, en
que diversos sectores de la población participen activamente.
Tales dilemas pueden tornarse menos complejos o más "soportables" -vividos con
más liviandad e inclusive con belleza- al ser revistos desde la perspectiva de la vida
cotidiana como elemento central de investigación y acción social. Por eso la materia
es una lectura de los principios teóricos y metodológicos de la Psicología
Comunitaria, sistematizados por Maritza Montero, a la luz del trabajo de Peter Spink:
un importante psicólogo social del trabajo que considero el maestro de la
investigación en lo cotidiano de las políticas públicas y en formas alternativas de
trabajo.
Tanto Maritza Montero como Peter Spink están vivos, muy activos y con bastantes
publicaciones. Por ello apenas mencionaré el trabajo de ambos: recomiendo que los
lean directamente de sus fuentes para comprenderlos más profundamente. Sin
embargo, les haré un pequeño homenaje hablando rápidamente de ellos.
-Familiarización
-Sensibilización
-Detección de necesidades
-Priorización
-Realizaciones
-Devolución sistemática de la información
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Así pues, el capítulo 1 se llama "Danzando la Psicología Social Comunitaria" y
cuenta mi experiencia de danza árabe con mujeres en el proyecto Ciranda, a partir de
lo cual comienza la revisión de las fases de la IAP gracias a las críticas de mis
alumnas a los llamados interventores sociales. El capítulo 2 se llama "Revisión
danzada de los principios teóricos de la Psicología Comunitaria" y también se deriva
de mi experiencia de danza con estas mujeres. El tercer capítulo tiene por nombre
"Formación para trabajar en políticas públicas: qué es la Psicología Comunitaria de lo
Cotidiano" y relata las discusiones de siete psicólogos/as que estudiaron esta materia
y trabajan en políticas públicas de Asistencia Social; ellos definen esta disciplina en
cinco principios teórico-metodológicos que construímos conjuntamente: "Centralidad
de las relaciones"; "Ayudar sin estorbar"; "la contradicción somos nosotros";
"considerar los muros invisibles" y "el derecho a la belleza".
El libro termina aquí, pero la historia sigue y es tan intensa que prácticamente mi
sistematización se hace obsoleta cada sábado que pasa.
Además de estas clases, estamos creando una red cultural en Ciranda, con ballet,
teatro, biblioteca itinerante... así que no se pierdan el próximo "capítulo" de esta
historia! Y que disfruten estos cuatro capítulos escritos aquí!
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Capítulo 1: Danzando la Psicología Social Comunitaria y revisitando la IAP
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El presente texto es el resultado de una difracción (Haraway, 1995) de estos
principios y no un reflejo de los mismos. Tal difracción ocurrió bajo la influencia de
la epistemología de los conocimientos situados de Donna Haraway, siguiendo la
comprensión metodológica de Peter Spink sobre la psicología social como acción
cotidiana y pautada en la convivencia (2003, 2007, 2008) y, principalmente, gracias a
la experiencia comunitaria de dar un año y medio de curso de danza árabe para
mujeres que son madres y líderes comunitarias.
(O FXUVR FRPHQ]y HQ PDU]R GH HQ OD $VRFLDFLyQ ³&LUDQGD GD &XOWXUD´ D
petición de una joven madre que vive en el barrio. Desde entonces bailamos todos los
sábados en la tarde. Éste es un espacio riquísimo que funciona como un laboratorio
en que aprendemos sobre los efectos transformadores de la danza en la vida de las
personas: las participantes tienen un tiempo para sí, se ayudan mutuamente, pueden
observarse mejor y aprender posturas diferentes, cambiando en la danza y también en
la vida.
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de comunidades no académicas puedan entender lo que aquí se dice y discutir al
respecto de igual a igual.
Dos estudiantes GH GDQ]D iUDEH GH ³&LUDQGD´ WUDEDMDQ HQ OD FRRUGLQDFLyQ GH HVWH
proyecto, en los cursos y en otros proyectos comunitarios desde su fundación, y las
demás tienen un vínculo más reciente con estas acciones. Todas son vecinas y
realizan actividades voluntarias y-o remuneradas implicando la relación entre madres
e hijos y el cuidado de éstos últimos(as): trabajan en preescolares o escuelas del
sector, en la Pastoral de los Niños (que acompaña embarazadas y niños(as) de 0 a 6
años) y en alfabetización de adultos, además de estar en Ciranda. En estos tiempos de
individualismo exacerbado y subjetividades capitalistas, ellas crean cotidianamente
fuertes relaciones de ayuda mutua en el barrio donde viven y trabajan. Las
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contradicciones también las atraviesan, como a todos los seres humanos. Pero tienen
mucho que enseñarnos.
$SR\pHOWUDEDMRGH³&LUDQGD´HQWUH\FRPRSVLFyORJDVRFLDOSDUWLFLSDQdo
en un proyecto de investigación sobre formas organizativas comunitarias en los 6
barrios de este complejo. Hicimos entrevistas y encuentros colectivos con miembros
de las 33 organizaciones comunitarias que había en ese período, preguntamos quiénes
queríDQ WUDEDMDU PiV SURIXQGDPHQWH FRQ QRVRWURV \ D SDUWLU GH HVWD ³GHWHFFLyQ GH
QHFHVLGDGHV´WUDEDMpFRQRFKRPDGUHVGHXQSUHHVFRODUFRPXQLWDULRHQXQSUR\HFWR
para construir alternativas comunitarias a la violencia intrafamiliar, en cuatro ejes: un
espacio de diálogo sobre la propia vida y situación familiar (colectivamente o de cada
madre conmigo en privado cuando ellas lo pedían); actividades artesanales y de venta
de empanadas, que sirvieron como fuente de ingresos y apoyo mutuo; actividades
gratis de esparcimiento, sólo para las madres o también para sus hijos(as), y apoyo
económico al preescolar vendiendo basura reciclable o utilizándola para hacer
artesanía.
En 2008 comencé a dar el curso de danza árabe y a articular otras actividades con
niños(as) y adolescentes a cargo de alumnas(os) de psicología y personas del barrio,
que fueron un curso de capoeira infantil y encuentros periódicos con adolescentes. En
2009, a partir del primer año de curso, surgieron dos proyectos conjuntos, pedidos
por ellas: abrir un nuevo curso de danza y construir un espacio de reflexión e
intercambio sobre lo que es ser madre, pues serviría para ellas mismas y para las
PXFKDV PDGUHV GHO EDUULR TXH D YHFHV ³QR VDEHQ TXp KDFHU FRQ VXV KLMRV´ /D
propuesta ha sido construir esta iniciativa de forma horizontal y comenzó en marzo
de 2009 gracias a dos de ellas, a otras cinco madres del barrio y a cuatro alumnos y
alumnas de psicología que se comprometieron a cuidar ese espacio.
+DUDZD\WDPELpQYLHQHGHODVOODPDGDV³FLHQFLDVGXUDV´HVELyORJDHVWDGRXQLGHQVH
\ GLFH WUDEDMDU HQ OD ³EDUULJD GHO PRQVWUXR´ +DUDZD\ $ SDUWLU GH HVD
experiencia, critica contundentemente la epistemología realista que dice que la
UHDOLGDG HVWi IXHUD GH TXLHQ OD REVHUYD TXH ³HVWi DOOt´ LQGHSHQGLHQWHPHQWH GHO
observador y que es posible aproximarse a ella metodológicamente, con
procedimientos objetivos y medibles del método científico. Critica la neutralidad sin
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compromiso y dice que ella no sólo se encuentra en el realismo, sino en el relativismo
también.
En ese sentido, los conocimientos situados son una doble crítica al realismo y al
relativismo. Dice Haraway (1995) que ambos acaban teniendo efectos semejantes,
aunque uno hace lo contrario del otro: el realismo pretende tener un acceso
privilegiado a la realidad y hacerlo desde ningún lugar; el relativismo es una forma de
no estar en ningún lugar pretendiendo estaU HQ WRGDV SDUWHV ³$PERV QLHJDQ ODV
apuestas en la localización, en la encarnación y en la perspectiva parcial, ambos
impiden ver bien. La moraleja es sencilla: sólo la perspectiva parcial promete una
YLVLyQREMHWLYD´S+D\XQDPXOWLSOLFLGDGGHFRnocimientos e interpretaciones
posibles, sólo que para conocer de manera profunda y objetiva es necesario
posicionarse, politizarse, optar por una interpretación que se construye en la relación
HQWUHTXLHQ³FRQRFH´\TXLHQ³HVFRQRFLGR´1RWRGDVODVLQWHUpretaciones valen; no
todos los mundos son posibles. Ésta no es una forma privilegiada de tener acceso a la
realidad, sino una interpretación políticamente situada, que es colocada en el espacio
público de la academia y de la militancia para ser debatida.
Los conocimientos de danza, comunidad y vidas de las participantes que están siendo
producidos son construidos entre nosotras, situados en este momento y lugar, y se
oponen a la visión del Ojo Divino, de pretender ver todo desde ningún lugar. En este
abordaje, el conocimiento producido es necesariamente situado, sin una pretensión
universalista, pero pudiendo ser útil en diferentes situaciones que se conectan
parcialmente. Por ejemplo, además de trabajar de forma activista con danzas árabes
en Ciranda, me fue posible hacerlo en un centro social okupado en Barcelona (León
Cedeño, 2006), acercando a hombres y mujeres entre sí y en torno a una causa
común: la lucha por la preservación de ese espacio artístico y la denuncia de la
especulación inmobiliaria; o también como una forma de acercar activistas palestinas
e israelitas; o para colocar lado a lado diversas personas en un servicio público de
salud brasileño, yendo más allá de su jerarquía cotidiana (médicas, agentes
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comunitarias, pacientes, personas de la comunidad); o para compartir con niñas
caraqueñas que perdieron su casa y todas sus cosas, pero que no perdieron las ganas
de vivir y se interesaban por bailar en el refugio en el que estaban viviendo en 2011.
Un autor muy útil para hacer este tránsito es Stanley Keleman (1995), pues gracias a
él pude descubrir que en nuestras clases pasamos la mitad del tiempo de pie en una
SRVWXUD ³JURXQGHG´ (enraizada en el suelo, algo fundamental para que nos
centremos); que okupamos espacios de femineidad y contacto emocional con
nosotras mismas que son practicados por las mujeres desde hace milenios (ésta es la
danza más antigua que se conoce en el mundo: tiene de 6 a 7 mil años de antigüedad);
que a partir de la postura enraizada practicamos con detalle los cambios de postura
para después volver a nuestro eje (se ve muy claramente quién no está centrada, y en
esas horas conviene recordar a Keleman cuando dice que las tempestades pueden
desenraizarnos y hacernos crecer); que el cuerpo sabe lo que quiere y lo expresa en
los gestos, por lo que si abrimos espacios en los que el cuerpo pueda expresarse y
podamos escucharlo, podremos ir cambiando en la danza y en la vida. Nuestra
postura cambia al bailar y al vivir; éste es un proceso cotidiano que en algunos
aspectos puede ser corto y en otros es largo y difícil. Si vamos relacionando lo que
nuestro cuerpo nos dice con nuestra vida, el proceso es mucho más rico. Le
agradezco este aprendizaje al Grupo Contato (São Paulo, Brasil), coordinado por
Tatiana Bichara, que es un ejemplo de la enorme potencia de trabajar con danza y
salud mental en moldes horizontales.
La danza árabe trabaja diversos estilos y emociones y todas son importantes, dándole
la razón a Keleman cuando dice que, si pulsamos y variamos nuestra autoexpresión,
ello no significa que seamos inestables, no confiables, o que no sepamos quiénes
somos (p. 33). Cuando nos abrimos a ejecutar movimientos y entrar en posturas hasta
entonces desconocidas, practicamos una discontinuidad que es emancipatoria:
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No hay continuidad que no incorpore algún tipo de discontinuidad.
Vivir esa discontinuidad pulsatoria destruye estereotipos, exige que
dejemos ir lo viejo y creemos nuevos espacios, nuevas formas, nuevas
conexiones. Negar esta discontinuidad es una tentativa de establecer
seguridad, posesiones permanentes, una estructura social rígida (p. 33).
Discutiendo este trabajo con las estudiantes: efectos de la danza y crítica al Ojo
'LYLQRGH³LQWHUYHQWRUHV´
Necesitamos dejar de pensar sobre interpretar, analizar y sistematizar,
imaginando que podemos ofrecer una interpretación mejor de la realidad;
en cambio, concentrémonos en narrar lo que las personas nos están
diciendo y en buscar diferentes maneras de hablar sobre las cuestiones
actuales que pueden ser más útiles que las que tenemos (Spink, 2007, p.
566).
Respeto VH UHIHUtD D UHVSHWDU HO ULWPR GH FDGD XQD ³Vp TXH WHQJR GLILFXOWDGHV SHUR
VR\DFHSWDGDSRUWRGDV\HVRPHKDFHVHQWLUELHQ\PHD\XGDDDSUHQGHU´DDEULUXQ
espacio en el que todas nos sintLpVHPRVDFHSWDGDVHQQXHVWUDVLQJXODULGDG³FDGDXQD
HVGHXQDPDQHUD\DTXtGHVDUUROODVXSURSLRHVWLOR´DSRGHU SUDFWLFDUDOJRTXHGH
RWUR PRGR QR SRGUtDQ HMHUFHU ³HVWD GDQ]D HV FDUD \ VL QR IXHVH DVt QR SRGUtDPRV
DSUHQGHUQXQFD´\DTXH la presencia de nuestros hijos/as (yo también tengo el mío)
IRUPH SDUWH GH OD DFWLYLGDG \ QR VHD XQ HVWRUER ³PXFKDV YHFHV ODV PDGUHV QR
podemos ir a actividades porque no tenemos con quién dejar a nuestros hijos y no
podemos llevarlos. Aquí ellos están con nosotras. Eso me gusta, porque donde mi
KLMRQRHVELHQYHQLGR\RWDPSRFRORVR\\QRTXLHURHVWDUDOOt´³(QODXQLYHUVLGDG\
en los espacios académicos no se puede llevar a los niños, ellos incomodan aunque
HVWpQTXLHWRV\VLQPROHVWDUDQDGLH´6LHVWDPRVFRQVWUX\endo iniciativas académicas
o laborales en las cuales actuamos como si los niños/as no existan o sean un estorbo,
y con ello escindimos la vida personal (privada) de la laboral (pública), necesitamos
repensar qué sociedad estamos construyendo a partir de nuestras prácticas cotidianas.
Al decir que este espacio parece terapia, pero es alegre VH UHIHUtDQ D TXH ³\D KDQ
venido psicólogas a trabajar aquí y yo me sentía atacada y me defendía, y aquí no
venimos a hacer terapia, pero haciendo los movimientos vemos si estamos abiertas o
cerradas, si alguien no esWiELHQTXpHVORTXHQRVFXHVWDPiV´³HQODWHUDSLDVDOtD
llorando porque me sentía inferior, tenía más dificultades que los demás, y aquí lo
encaro de una manera más liviana, aprendí a verme en el espejo, ya estoy preparada
para bailar en público, aunqXH PH DVXVWH´ 7DPELpQ HQ HVH SXQWR RWUD SRVLELOLGDG
que el curso ha fortalecido es la de percibir las propias inseguridades y trabajarlas con
XQOHQJXDMHVHQFLOOR3RUHMHPSORGLJRTXHHOODVVRQ³XQDVUHLQDV´\TXH³ODVUHLQDV
QRPLUDQDOSLVR´\³QXQFD VHDSXUDQ´8QDGHHOODVPHGLMRTXHOHKDEtDJXVWDGRHVWD
PHWiIRUD \ OD OOHYDED D RWUDV iUHDV GH VX YLGD ³VL VR\ XQD UHLQD PL FDVD HV PL
SDODFLR´GLMRGDQGRDHQWHQGHUTXHGHVGHODVHJXULGDG\OLYLDQGDGGHVHUXQDUHLQD
podía mirar profundamente sus dificultades y miedos, trabajando hasta diluirlos y,
paralelamente, perfeccionar sus movimientos. Otras frases que sirven como ejemplo
VRQ ³\D VDEHPRV TXH HUHV XQa guerrera, pero aquí puedes desarmarte y dejar la
DUPDGXUDDIXHUD´R³W~FRPRTXHHVWiVFDUJDQGRHOPXQGRVREUHWXVKRPEURV´/DV
chicas se ríen, se observan y van soltándose, y yo también. Esto puede parecer trivial,
pero no lo es: ellas, como líderes comunitarias comprometidas, viven mucha presión
y frustración que a veces es expresada corporalmente y que este curso les ayuda a
observar, elaborar y compartir.
En ese sentido, trabajo con una visión crítica de formas de poder, dominación y
control que atraviesan nuestra cotidianidad. Por ejemplo, critico las versiones
comerciales que presentan la danza del vientre como mera seducción de los hombres,
reproduciendo así la lógica del hombre que desea y la mujer-REMHWRFX\R³GHVWLQR´
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es ser observada por la mirada masculina, y que aprende desde temprano a que no le
guste su propio cuerpo, de manera que pueda ser una buena consumidora de la
industria de la belleza: dietas, moda, gimnasios, cirugías plásticas, maquillaje,
cremas, vitaminas. Así, considero que este curso trabaja con un proceso de aceptación
del propio cuerpo ±algo que parece tan simple, pero que puede ser tan profundamente
subversivo y difícil, particularmente en Brasil, donde se practica exacerbadamente el
culto al cuerpo escultural. En este punto es importante recordar que las feministas no
sólo reivindican lo corporal, sino que critican las maneras de entender el cuerpo
femenino en una sociedad patriarcal, basada en la racionalidad científica (Pujol,
Montenegro y Balasch, 2003).
En la segunda reunión para discutir una primera versión de este texto, emergió un
tema duro y fundamental de ser discutido: el prejuicio, específicamente el prejuicio
proveniente de la academia y de algunos profesionales formados en instituciones
XQLYHUVLWDULDV 'HFtDQ HOODV TXH OD DFDGHPLD ³KDEOD RWUR LGLRPD \ VL TXLHUHV OOHJDU
allí, tienes que arreglártelas para aprender a hablar ese idioma que es muy difícil, y
nuestro idioma parece que no vale nada allí; parece que ellos no quieren aprender de
QRVRWURV´6HGHVDKRJDURQFRQWDQGRTXHHVWDEDQKDUWDVGHWDQWRVSUHMXLFLRV³FRPRVL
no bastase escuchar que vivimos en un hueco, que aquí todos son bandidos, que todo
el mundo es malandro, que pobrecitos nosotros, hay varias profesoras del preescolar
y de la escuela del barrio que piensan lo mismo; van a trabajar con ropa carísima,
seleccionan a los niños mejor vestidos o a los más blancos y discriminan sutilmente a
ORVRWURVTXHWDOYH]QHFHVLWHQPiVDWHQFLyQ´³(QODHVFXHODFDVLWRGRVORVSURIHVRUHV
llegan en carro y, como tienen miedo de que se los roben, los estacionan en el patio
de la escuela. Por eso no hay recreo y los niños pasan todo el día sentados. Y cuando
llegan las clases de educación física y el profesor sale a caminar con los niños(as) por
el barrio, le dicen que es absurdo, que es un mal profesor y que arriesga las vidas de
ORV QLxRV´ ³/R PiV WULVWe es que esta gente pasa en los concursos públicos con un
discurso de igualdad, de diversidad, de respeto a las diferencias. Y probablemente
WHQJDQ EXHQD LQWHQFLyQ DO YHQLU 3HUR DVt KDFHQ PiV GDxR TXH ELHQ´ ³1R VH PH
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olvida cuando venían los estudiantes universitarios y se quedaban impresionados
porque nunca habían visto una favela, y entendemos que no es culpa de ellos no
haber nacido aquí ni haber venido; lo que no nos cabe en la cabeza es que no quieran
VDEHUTXHHVWRH[LVWH´
Al hacer esta crítica, mis alumnas-líderes comunitarias denunciaban, sin conocer esas
palabras, el Ojo Divino y la ciencia descorporeizada criticadas por Haraway (1995).
'HQXQFLDEDQ HO VHQWLUVH LQWHUYHQLGDV ³FRQ SUREOHPDV´ VHSDUDGDV
HSLVWHPROyJLFDPHQWH GH ORV LQYHVWLJDGRUHV ³H[SHUWRV´ TXH WLHQHQ HO FRQRFLPLHQWR
SDUD ³DVHVRUDUODV´ SDUD TXH PHMRUHQ VXV FRQGLFLRQHV GH YLGD ±en palabras de
Marisela Montenegro, 2001, y Karla Montenegro, 2005, para referirse a la
intervención social desde perspectivas participativas. Esta separación epistemológica
puede ser sutil o implícita: una de mis alumnas de danza, con gran experiencia en esta
iUHD DILUPy TXH ³HO GLVFXUVR TXH WLHQHQ FLHUWDV PDHVWUDV HV PX\ ERQLWR SHUR
FXDQGROOHJDODKRUDGHDFWXDUDSDUHFHQXQPRQWyQGHSUHMXLFLRV´
Tal comRGLVFXWHQHVWDVDXWRUDVDTXtODVDOXPQDVGHQXQFLDQTXHORV³LQWHUYHQLGRV´
VRQ GHILQLGRV FRPR HVWDQGR ³HQ IDOWD´ WRGDV ODV SHUVRQDV GHO EDUULR VHUtDQ YLVWDV
FRPREDQGLGDVPDODQGUDVYXOQHUDEOHVFRQIDPLOLDVGHVHVWUXFWXUDGDV³SREUHFLWDV´
Los profesoreV\SURIHVLRQDOHVOOHJDUtDQD³VDOYDUORV´SURSRUFLRQiQGROHVHGXFDFLyQ\
RSRUWXQLGDGHV TXH D HOORV ³OHV VREUDQ´ \ TXH SRU HVR SRGUtDQ GDU HQ DEXQGDQFLD
Simultáneamente, estarían corporeizando una jerarquía en que ellos son superiores (al
guardar los carros en el patio de la escuela o vestir ropa carísima para dar clases) y
UHSURGXFLHQGRPLHGRVGH³ORVEDQGLGRV\PDODQGURV´\SUHMXLFLRVFRQWUDQLxRV-as
más pobres, más negros o que estén más sucios) que contribuyen con que estas
personas sigan colocadas coPRHVWDQGR³HQIDOWD´\FRQTXHODVDFFLRQHVHGXFDWLYDVR
de intervención social continúen justificándose. Karla Montenegro argumenta que los
³LQWHUYHQLGRV´TXHHVWiQ³HQIDOWD´UHFLEHQDTXHllo de lo cual carecen (en este caso,
educación, disciplina o higiene), mientras que los llamados interventores
27
³SHUPDQHFHQ HVWiWLFRV H LQDOWHUDEOHV VXV IXHQWHV GH FRQRFLPLHQWR \ SRGHU SDUHFHQ
LQDJRWDEOHV´0RQWHQHJURS
Gracias a las denuncias de las alumnas y a textos anteriormente citados (como los de
Marisela Montenegro, 2001; Karla Montenegro, 2005 o Balasch, León y y
Montenegro, 2003), puedo criticar la construcción de dos grupos de personas, que
serían diferentes HQWUH Vt \ KRPRJpQHRV LQWHUQDPHQWH ORV ³DJHQWHV H[WHUQRV´
(investigadores-LQWHUYHQWRUHV FRQ FRQRFLPLHQWR FLHQWtILFR \ ORV ³DJHQWHV LQWHUQRV´
(investigados-intervenidos, con conocimiento popular). Aunque en perspectivas
participativas como la psicología comunitaria y la educación popular se afirme que
los agentes internos son también investigadores y co-constructores del conocimiento,
OD FUHDFLyQ GH HVWRV GRV ³EORTXHV´ puede generar HIHFWRV GH SHUVRQDV ³HQ VREUD´ \
SHUVRQDV ³HQ IDOWD´ \ PXHVWUD OR TXH 3Hter Spink (2007) denomina escisión
epistemológica entre investigador e investigado. La investigación parte de dos entes:
³W~´\³\R´QRGH³QRVRWURV´
6SLQNGHILHQGHODLPSRUWDQFLDGHSDUWLUGH³QRVRWURV´1RXQ³QRVRWURV´TXHHOLPLQH
nuestras diferencias, que esconda conflictos ni que nos idealice: como dice Antar
Martínez (2009), los entrevistados no son iguales a nosotros ni tienen por qué serlo, y
la gente de la comunidad no es homogénea. (VWH ³QRVRWURV´ VH UHILHUH D XQD
29
dimensión colectiva, de seres humanos que somos diversos, pero que tenemos en
común un horizonte de transformación y podemos trabajar juntos buscando
acercarnos a él. 'LFH 3HWHU 6SLQN ³¢SRU TXp LQVLVWLU HQ TXH VRPRV GLIHUHQWHV D ORV
otros?¿Somos capaces de reconocer que estamos aquí , con los hombres y mujeres
cocineros, fontaneros, bomberos, herbolarios, líderes comunitarios y otros,
simplemente como una parte más de un colectivo esforzándose para construir
utopías?´ S 3DUD 6SLQN HQWRQFHV HO FRQRFLPLHQWR
generado por la psicología social es un conocimiento más y no un conocimiento
HVSHFLDO QL PXFKR PHQRV VXSHULRU ³HQ VREUD´ &RQVWUX\H VDEHUHV MXQWR D RWURV
conversando, pasando tiempo juntos, conviviendo, debatiendo, actuando. Esta
posición es afín a la de Haraway, cuando dice que conocer se da gracias al contacto o
conexión parcial con otras posiciones, trabajando juntas en lo que nos afecta de este
encuentro y construyendo así un conocimiento localizado, una objetividad encarnada,
posicionada.
30
Para avanzar en este sentido, Peter Spink argumenta que puede ser mucho más útil
trabajar fortaleciendo las iniciativas que ya hay en vez de dedicarnos a crear grupos
nuevos, que en teoría podrían ser muy buenos, pero que nadie del lugar pidió (y crear
grupos nuevos es algo que los/las psicólogos sociales y otros profesionales del área
social tenemos por costumbre). Para trabajar de manera más útil -y enraizada, diría
Keleman-, Spink propone pasar un buen tiempo conociendo lo que hay: el lugar, sus
organizaciones, sus iniciativas formales o informales, sus formas de funcionamiento,
sus maneras de hablar, las personas que viven o trabajan allí, sus historias y acciones,
sus deseos y necesidades. (VWR~OWLPRSXHGHD\XGDUDUHGHVFULELUOD³FRQVWLWXFLyQGHO
HTXLSR´TXHYDDWUDEDMDUSRUTXHTXHDYHFHVVtHVSHUWLQHQWH TXHVHDQHJRFLDGRH
LQVWLWXLGR SHUR D YHFHV \D HVWi FRQVWLWXLGR R VH IRUPDOL]D SDUD ³LQFOXLU´ DO DJHQWH
H[WHUQRR³FRQWHQWDUOR´y otras veces es una iniciativa mucho más informal y difusa
TXHOD³FRQVWLWXFLyQGHOHTXLSR´SURSXHVWDHQODSVLFRORJtDFRPXQLWDULD
31
La familiarización es la fase mayor y más profunda, diría infinita, y familiarizarnos a
través de la danza o de otras manifestaciones artísticas trae una gran riqueza al
trabajo, porque nos permite enraizarnos, desenraizarnos (cuando lo necesitemos)
contando con una red de apoyo y conocernos desde el movimiento, aceptando
nuestras limitaciones y las de los demás y creando colectivamente a partir de nuestras
facilidades y dificultades. Pero no sólo de arte vivimos: los psicólogos sociales
fundamentalmente actuamos conversando (Spink, 2008). No pretendo que todos los
psicólogos comunitarios tengan que bailar, ni mucho menos, pero sí me interesa
destacar la dimensión corporal que ha comenzado a ser rescatada en la psicología
social apenas a partir de mediados de los años 90 (Pujol, Montenegro y Balasch,
2003). Me interesa que, cuando sea el caso, se pueda considerar la danza como una
posibilidad de trabajo y no como una actividad menor, banal o meramente recreativa.
Es vital defender la danza y la conversación como dos momentos del mismo proceso
y cRQFUHWDUOD³WUDGXFFLyQ´GHORTXHODGDQ]DQRVWUDHSDUDTXHYD\DPRVDFODUDQGROR
que nuestros movimientos y gestos nos expresan y lo que la danza nos puede
proporcionar.
32
En ese sentido, la priorización y las realizaciones pueden ocurrir de formas
determinantes en momentos clave del proceso, pero también pueden darse día tras
día, cuando priorizamos parar de bailar y conversar sobre la frustración por la gente
que no viene, o sobre las dificultades con los hijos o la pareja, o sobre las alegrías de
la fiesta comunitaria organizada la semana anterior, o sobre la vecina que está presa y
dejó a su bebé sin leche materna. Y la acción es todo, como ya dijo Nietzsche. No
QHFHVDULDPHQWH YDPRV D YHUOD VyOR HQ XQ PRPHQWR ³HO PRPHQWR GH ODV
UHDOL]DFLRQHV´VLQRDWUDYpVGHWRGRHOSURFHVR/D,$3FOiVLFDVHJXtDODSURSXHVWDGH
realizar planificando, ejecutando y evaluando (Martínez, 2009), receta occidental que
parece haber sido cooptada por el Banco Mundial, pero si la acción ocurre en todo el
proceso comunitario, no siempre ocurre con estos tres momentos, o en esta orden.
Igualmente, la devolución sistemática de la información puede ir ocurriendo a lo
largo de nuestros encuentros, de manera más informal, aunque haya también
momentos más formales en los que escuchemos los conocimientos de las personas
del lugar y les entreguemos un informe, relato, video o mural que narre lo que
hicimos conjuntamente.
A partir de mi convivencia con las alumnas de danza y con otros colectivos defiendo
la utilidad de posicionarse en una ética que sigue a Haraway (1995) y en una postura
metodológica influenciada por Peter Spink y coherente con Haraway, porque pensar
epistemológicamente de forma situada y a partir del encuentro nos lleva
metodológicamente a construcciones mas libertarias y, digamos, "desordenadas",
porque parten del trabajo conjunto, de la convivencia. A veces ocurren en el
acontecimiento y no en la planificación, ejecución y evaluación que propone la más
clásica IAP. Hay procesos que no se sabe qué van a ser ni cómo van a salir, o
actividades que se planifican y salen de forma totalmente diferente a lo previsto, o
acciones que van variando y otras que sí siguen una planificación previa. El trabajo
psicosocial comunitario no es apenas un conjunto de reuniones y OD³FRQVWLWXFLyQGHO
eTXLSR´TXHLPSOLFDXQDFRQFHSFLyn más cerrada de grupo: puede ser también gente
que entra y sale, son varias agrupaciones en una, es comer juntos o bailar juntos o
33
trabajar juntos. Y al trabajar de esta forma más suelta y menos clásicamente
³FLHQWtILFD´SDJDPRVXQSUHFLRFRPRGLFH3HWHU6SLQNSRGHPRVVHUMuzgados
SRUODFRPXQLGDGDFDGpPLFD³FRPRH[WUDxRVFRPRDFWLYLVWDVILQJLpQGRVHFLHQWtILFRV
R FRPR SHUVRQDV GH EXHQ FRUD]yQ SHUR PHWRGROyJLFDPHQWH GHPHQWHV´ S
Históricamente, quien trabaja con IAP ha sido tildado con estos adjetivos por los
científicos positivistas. La IAP menos planificada, entonces, probablemente recibirá
aún más críticas, pero en determinadas prácticas tiene mucho sentido. No en todas:
siguiendo a Haraway, ésta no es una propuesta universalista, sino una perspectiva
parcial que nos posibilite ver bien en ciertos procesos.
¢&yPRSRGHPRVXVDUOD,$3LQFRUSRUiQGROHSURSXHVWDVPHWRGROyJLFDVPiV³VXHOWDV´
cuando sea necesario? Dentro del marco metodológico del campo-tema (Spink,
2003), y con base en la formación teórico-metodológica de la IAP, propuse un
PpWRGR GH WUDEDMR OODPDGR SURYLVRULDPHQWH ³WUXHTXH FRQVWUXFWLYR´ /HyQ &HGHxR
2006, 2007), que se refiere a apoyar la autoorganización de colectivos trabajando
conjuntamente con ellos y ayudándolos en lo que nos sea posible y a ellos les
interese. El trueque constructivo se construye en tres principios: ayudar sin estorbar,
trabajar por intercambio y ayudar a fortalecer la red afectiva de los colectivos hasta
donde éstos juzguen pertinente. Tales principios se han mostrado útiles en este curso
de danza y en el trabajo conjunto con diversos colectivos de diferentes lugares
geográficos (León Cedeño, 2006).
En el caso del curso de danza, uso estos tres principios día a día. Procuro ayudar sin
estorbar fortaleciendo las formas de trabajo de Ciranda, trabajando actividades que a
todas nos sirvan e interesen y escuchando lo más posible para que ellas vayan
poniendo y reformulando las reglas de funcionamiento del curso de danza y de las
reuniones de madres. Trabajo por intercambio ofreciendo actividades que les
interesen y teniendo el privilegio de poder discutir mis aprendizajes con ellas y
escribir este artículo que es escrito firmado por mí, pero que fue vivido
colectivamente. Y ayudo a fortalecer la red afectiva entre ellas conversando,
bailando, llevando a mi hijo y a mi esposo a jugar con los hijos de ellas, participando
en otras actividades que ellas organizan con gran compromiso y abriendo con ellas
estos espacios de posibilidades en que nos conocemos más profundamente y
sentamos bases firmes para un trabajo enraizado.
Por último, quiero repetir que ésta ha sido una forma increíble de familiarización. A
partir de lo que las alumnas de danza me contaron pude ver cuán arrogantes y
excluyentes podemos ser en lo cotidiano sin darnos cuenta de ello. Como
académicos/as podemos excluir a los hijos/as de aquéllas/os con quienes trabajamos y
después reclamar porque no vienen a las reuniones para cuidar su casa y sus hijos, en
vez de hacer actividades conjuntas o que los incluyan de alguna manera. Como
académicos/as podemos tener un discurso lindo de la igualdad, la diversidad, el
trabajo con las diferencias, podemos creérnoslo y seguir ejerciendo nuestros
prejuicios, nuestra separación Sujeto-Objeto, nuestro Ojo Divino, ejerciendo una
Psicología Social de la Distancia y simultáneamente defendiendo posturas que optan
por la entrega para construir nuevas formas de vida. Quiero una Psicología Social
desde la entrega, desde las conexiones parciales, desde la acción conjunta; una
35
psicología libertaria que busque la transformación social que es también personal,
que se enraíza en el cuerpo y en lo cotidiano, en las formas como conversamos,
escuchamos y sustentamos físicamente las consecuencias de nuestras palabras. Y los
principios psicosociales comunitarios nos ayudan, más aún revisitados una y otra vez;
pero los tres principios metodológicos del trueque constructivo atraviesan toda esta
discusión; los sigo y pueden parecen obvios pero aquí son fundamentales: ayudar sin
estorbar, trabajar por intercambio y ayudar a fortalecer la red afectiva de los
colectivos hasta donde ellos juzguen pertinente. Si escuchamos a la gente con quien
trabajamos, ellos nos indicarán cómo podemos trabajar de forma ética y útil para
crear cada vez más espacios de vida intensa y resistencia.
Referencias bibliográficas
36
-HERRERO, Juan (2004): Redes sociales y apoyo social. En MUSITU, Gonzalo,
HERRERO, Juan, CANTERA, Leonor y MONTENEGRO, Marisela: Introducción a
la Psicología Comunitaria (195-230). Barcelona: Editorial UOC.
-KELEMAN, Stanley (1995): O corpo diz sua mente. São Paulo: Summus.
38
Capítulo 2: Revisión danzada de los principios teóricos de la psicología
comunitaria
Sin pretender hacer un tratado sobre este tema en construcción, empecé a presentar
pinceladas de reflexión que nos llamasen al diálogo y al debate sobre la unión entre
teoría y práctica, la transformación social como meta, la concientización, la
socialización, el poder y control en los miembros de la comunidad, la autogestión y
la participación en esta sociedad mutante.
(Q HVWH FRQWH[WR GH SHUVRQDV FRQWUDGLFWRULDV DWUDYHVDGDV SRU ³PXURV YLVLEOHV R
LQYLVLEOHV´ TXH FRQVWLWX\HQ VRFLHGDGHV JOREDOL]DGDV FDGD YH] PiV GHVLJXDOHV OD
³WUDQVIRUPDFLyQ VRFLDO FRPR PHWD´ a veces parece un sueño irrealizable y a veces
parece avanzar con importantes pasos concretos que deben ser defendidos y
profundizados 3HUR VL SDUWLPRV GH TXH OD WUDQVIRUPDFLyQ HVWUXFWXUDO R ³PDFUR´ HV
LQGLVRFLDEOHGHODVWUDQVIRUPDFLRQHVFRWLGLDQDVHQHOSODQR³PLFUR´\VLGHIHQGHPRV
apoyando a Peter Spink (2008), que es en lo cotidiano donde transcurre nuestra vida y
donde podemos cambiarla, encontramos que la psicología social (y específicamente
la psicología comunitaria de lo cotidiano) puede traer contribuciones para concretar la
40
transformación social en los pequeños o grandes pasos de todos los días. Tal
transformación, en nuestro ámbito de psicólogos/as sociales, sería vista como un
proceso lento, constituido por muchas microtransformaciones cotidianas en lo
personal y en lo colectivo, en las que nuevas materialidades (espacios, proyectos,
casas, murales) y nuevas sociabilidades (relaciones, hábitos) se van constituyendo
mutuamente; en muchos lugares, simultáneamente, se va tejiendo esta red de
transformaciones, de iniciativas con preocupaciones libertarias, de autocrítica de las
propias contradicciones, desigualdades y muros invisibles.
Por ejemplo, una ONG de Londrina, que recibe diariamente a 180 niños, niñas y
adolescentes para darles clases artísticas y deportivas después de la escuela, comenzó
a hacer un trabajo cada vez más cohesionado y a observar transformaciones pequeñas
(o grandes) en un tiempo relativamente rápido: llamaron a varias personas de la
comunidad para darles cursos a los niños (capoeira, hip hop, artes plásticas), de modo
que no sólo tuvieran gente "de fuera del barrio" como educadores/as. Hicieron el
"carrito de la lectura", un carrito de mercado lleno de libros con el cual pasaban una
vez a la semana por todas las calles del barrio preguntando quién quería leer; le
hicieron un carnet de biblioteca a todos los vecinos/as y simplemente la gente escogía
lo que quería leer, lo registraba en su carnet y devolvía el libro de la semana anterior
(o lo renovaba), con lo cual se aumentó exponencialmente el índice de lectura en el
barrio. Hicieron un mural con ofertas de empleos que aparecían sólo en internet y
que, por lo tanto, no llegaban a muchas personas que podrían interesarse pero que no
tenían acceso a internet; en fin, con una red de medidas sencillas que llevan las
políticas públicas hasta los usuarios están ayudando a reducir los índices de violencia
en el barrio y aumentando el número de actores y actrices, bailarinas/es, deportistas,
lectores y lectoras, gente que consiguió trabajo.
Hay múltiples formas de trabajo corporal y cada una tiene su espacio: vale recordar,
por ejemplo, que los juegos de fútbol o basketball han sido usadas en las periferias
norteamericanas y latinoamericanas para dirimir conflictos entre bandas de jóvenes
armados. Igualmente, el trabajo con juegos teatrales y Teatro del Oprimido puede ser
un apoyo increíble para hacer las paces con el propio pasado y construir opciones
diferentes de vida, conforme cuenta Ana Carolina Di Giorgi (2011): una vez, por
ejemplo, un grupo de niños escogió dramatizar una situación vivida por una niña del
grupo, de 8 años, en que el padre golpeó brutalmente a la madre. La niña no sólo
dirigió la escena, sino que también representó a su madre. Posteriormente
conversaron sobre lo vivido, que removió mucho a todos los niños. Al escoger la
escena, dejaron claro que aquello no les era extraño: estaba cerca de sus vidas. Pero
dramatizándolo, aunque no hubiesen cambiado la situación en la "vida real", podían
hacerse más fuertes para expresar y compartir lo que habían vivido -especialmente la
pequeña directora y actriz, que estaba viendo la escena como una escena, con más
liviandad que en el momento del evento violento.
/D ³concientización´ FREUD PiV VHQWLGR FXDQGR VH SLHQVD HQ HOOD GtD D GtD HQ ORV
pequeños actos, desde el cuerpo; en darnos cuenta de cómo nos movemos y dónde
nos bloqueamos, relacionando nuestras posturas con nuestra vida; así, vemos dónde
se alojan nuestros miedos, dudas y dificultades, y también nuestra potencia. En ese
sentido, tiene mucho sentido el argumento de Bader Sawaia (1999, p. 24) de que es
PiV SHUWLQHQWHVXVWLWXLU ODSDODEUD ³FRQFLHQWL]DFLyQ´SRU ³SRWHQFLDFLyQ´SRUTXH ³QR
siempre el avance de la crítica social resulta en potencia para actuar a favor de sí y
GHO RWUR´ \ SRUTXH OD SRWHQFLDFLyQ DPSOtD HO FRQFLHQWL]DU DO ³XQLU OR TXH HVWDED
HVFLQGLGR UD]yQ DIHFWLYLGDG FXHUSR \ GHVHR´ /D SDODEUD FRQFLHQWL]DFLyQ SDUHFe
traer consigo muchos vicios: el predominio de lo racional, la existencia de UNA
realidad independiente de quien la observa, el desprecio de quien no ve lo que yo veo
³QR WLHQH FRQFLHQFLD´, pero si la vemos corporalmente, podemos pensar en si
estamos conscientes de cómo respiramos, de dónde acumulamos tensiones, de cuáles
son nuestras facilidades y dificultades de movimiento, de si tenemos noción del
espacio alrededor para bailar o actuar en él, o como dice Ana Carolina Di Giorgi
(2011), podemos ver cuántos dolores, tensiones y alergias se acumulan en los cuerpos
de los niños que no tienen acceso a los servicios médicos y se acostumbran a vivir
con problemas de salud.
El principio de socialización TXH XVXDOPHQWH VH YH FRPR ³UHVRFLDOL]DFLyQ´ GH ORV
miembros de la comunidad hacia prácticas colectivas y críticas, debe volcarse con
urgencia a revisar, criticar y cambiar prácticas ya cristalizadas en la academia que
acaban colocándonos como Ojo Divino que ve todo sin ser visto. Si no asumimos el
lugar del cual venimos y nuestra visión a partir de ese lugar, vivimos en una gran
LQFRKHUHQFLD WUDEDMDQGR FRQ ORV ³H[FOXLGRV´ \ H[FOX\HQGR D ORV FROHJDV R D ORV
trabajadores subalternos, o a quienes cuidan a nuestros hijos (que deberían ser
cuidados por nosotros mismos, o por una red de cuidado en la cual podamos ser
protagonistas); trabajando con personas y despreciándolas sutilmente, trabajando con
el alma humana y dejando de escuchar nuestra propia alma. Aprendemos mucho
resocializándonos al andar por las calles de la comunidad, hablando con la gente,
sintiendo el barrio, el malandro, el ama de casa, los sabios y sabias del lugar, los
usuarios y traficantes de drogas que también son gente, como nos enseñan los
reductores de daños y en especial el reductor Tiba, de Londrina.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
-DI GIORGI, ANA CAROLINA (2011): Pelo direito à beleza: um estudo sobre
oficinas de teatro para crianças e adolescentes em uma ONG na periferia de
Londrina. Monografia de Especialización en Psicología Organizacional y del
Trabajo. Londrina: Universidade Estadual de Londrina.
48
-MONTERO, Maritza (1994): Psicología Social Comunitaria. Teoría, método y
experiencia. México: Universidad de Guadalajara.
49
Capítulo 3: Pensando en principios teórico-prácticos de la Psicología
Comunitaria de lo Cotidiano a partir de experiencias de siete psicólogos/as
En este libro, a partir de la experiencia con danza árabe en Ciranda, hemos revisado
los principios metodológicos de la psicología comunitaria (en el capítulo 1) y los
principios teóricos (en el capítulo 2). Sin embargo, cuando se trata de evaluar qué
estamos haciendo y para qué sirve, pienso y repienso y nunca sé exactamente qué
estamos produciendo.
Por eso conversé con siete profesionales que trabajan en políticas públicas de
asistencia social, que fueron estudiantes de esta disciplina y me ayudan a construirla
día a día. Les pregunté qué de la materia les es útil en su trabajo cotidiano. A partir de
sus respuestas, puedo decir que la Psicología Comunitaria de lo Cotidiano se resume
en cinco principios interrelacionados, que se separan sólo por razones didácticas:
"centralidad de las relaciones", "ayudar sin estorbar", "la contradicción somos
nosotros", la necesidad de considerar los "muros invisibles" y el "derecho a la
belleza".
50
Estos cinco principios fueron nombrados en la discusión del capítulo anterior sobre
los principios teóricos de la Psicología Comunitaria y se derivan de la revisión de los
mismos. A continuación los explicaré, mezclando mis palabras con las de ellos/as.
El dicho africano "Soy porque somos" es una excelente expresión de eso. Y es muy
diferente a la visión de ser humano que estudiamos en la universidad, que en muchos
casos es individual -e individualista: un ser humano un tanto aislado, escindido, con
relaciones superficiales. De forma distinta, "soy porque somos" se refiere a la
dilución de por lo menos tres separaciones: la escisión "tú/yo", la escisión
"macro/micro" y el corte entre la potencia y el sufrimiento de la gente. La dilución de
la escisión entre "tú" y "yo" fue mencionada en el parágrafo anterior; la dilución del
corte entre lo micro y lo macro se refiere a que, como dice Spink (2008), uno es
expresión del otro: en cada sucesión de pequeños eventos relacionados con políticas
públicas en un barrio específico hay directrices gubernamentales, relaciones -tensas o
no- con el FMI y el Banco Mundial, influencia del tráfico internacional de armas y
drogas (cuyos altos comandantes deben ser altos jefes mundiales, pero eso nunca se
menciona), entre muchos otros. Y la dilución de la separación entre el sufrimiento de
51
una persona y su potencia, en las palabras de psicólogos/as de la Asistencia Social,
necesita ser discutida, puesto que en el trabajo cotidiano de los servicios sociales se
hace mucho más énfasis en el sufrimiento. Como somos profesionales del sufrimiento
humano, tendemos a ver al otro -el "usuario" de los servicios- como un ser "en falta"
y separado de nosotros. Consecuentemente, intentamos actuar como reductores de
daños de ese sufrimiento. Y eso es importante hacerlo. Sólo que cuando se trabaja
con la potencialidad de esas mismas personas que también sufren -como todos
nosotros sufrimos-, se abren posibilidades creativas y bellas, por pequeñas que sean,
donde antes parecía haber sólo un suelo estéril.
Nuestra profesión debe buscar y priorizar las relaciones, porque en ellas, en estos
lazos, están las posibilidades de transformación. Este construir conjuntamente,
contextualizar la práctica y tener la libertad de crear, cambiar y aprender con la vida
cotidiana y estando en ella me ayudó a ampliar la visión de nuestro quehacer y de
todas las posibilidades que tenemos con él (J.)
Así, el que lo central sean las relaciones necesita un compromiso e implicación muy
grandes con el trabajo, para que entre nosotros haya conexiones plenas de sentido,
como ya decía Fals Borda, insistía Maritza Montero y argumenta R.B:
Yo no podía ser aquél que aparecería apenas una vez a la semana, que llevaría un
cuestionario ya elaborado para que me lo respondieran, que iría a clasificar a las
personas de acuerdo con algunas habilidades y competencias, que iría a decirles lo
que ellas necesitaban de acuerdo con la clase social a la cual pertenecían. Para mí ya
estaba muy claro que mucho de lo que estábamos dispuestos a hacer extrapolaba las
demandas institucionales de los diferentes programas de aquí: CRAS, CREAS. VIVA
VIDA, sin olvidar que esas instituciones son creadas por personas, pero que tienden a
responder a cuestiones más inmediatas cotidianamente, con poco espacio para
elaboraciones colectivas, no sólo por falta de disposición y límites de esas
instituciones, sino también por la dificultad en realizar un trabajo en el cual la gente
se sienta implicada.
-Ayudar sin estorbar: este es un principio del método del "trueque constructivo",
que mencioné en el capítulo 1 y fue propuesto para trabajar con grupos
contrahegemónicos, pero que puede servir también para trabajar en políticas públicas.
Muchas veces pretendemos ayudar y terminamos estorbando porque, en vez de
escuchar y contribuir con lo que la gente ya hace, nosotros que venimos de la
psicología -profesión del escuchar, paradójicamente- muchas veces llegamos a los
proyectos e iniciativas comunitarias proponiendo una especie de "creación sorda": en
vez de conocer lo que ya hay para ver si podemos contribuir para su fortalecimiento,
y ver cómo contribuir, proponemos crear un grupo, una red, una iniciativa de ingresos
propios... J. expresa eso con claridad al decir que ayudar sin estorbar es fundamental
"en el sentido de que si estamos dentro de un contexto, tenemos que sumar
considerando aquello que ya existe".
R.B. y S. también hablaron en este sentido, pensando en cuánto las políticas públicas
contribuyen y cuándo pueden estar estorbando sin querer, por venir de disposiciones
institucionales muchas veces dictadas de arriba hacia abajo, y hechas para millones
de personas en todo el territorio brasilero (o de otros países), sin necesariamente
construir una política que "sea como nosotros" y en la cual podamos participar
activamente:
Si hoy podemos percibir algo en la esfera de las relaciones es que ellas son
singulares. Y siempre lo serán. Éste es el cuidado que las políticas públicas deben
tener -en políticas públicas entiendo las personas que las construyen- el mayor
desafío es respetar las singularidades, porque frente a las desigualdades sentidas
existen sufrimientos diferentes vividos por personas diferentes. Pienso que hoy nos
encontramos más cercanos a la construcción de políticas públicas, formando parte de
los mecanismos participativos como conferencias, foros, consejos. A partir de esos
aparatos podemos posicionarnos frente a las directrices y formas de lidiar con el otro,
bien sea el "usuario" (no me gusta esta palabra, pero...), los profesionales, las
instituciones, a veces casi totalitarias (risas), buscando ayudar sin estorbar (S.)
Sin embargo, siguiendo a M.L, a A. y a C., debemos tomar en cuenta que a veces es
necesario hacer ruido, estorbar en medio de las organizaciones que constituyen las
políticas públicas. Estorbar en el sentido de cuestionar, ser críticos, no naturalizar lo
que ocurre, buscar formas creativas de hacer. Dice C.:
56
hacer eso si no es a través de un posicionamiento político y encarnado, como
defendemos siempre... cada vez me convenzo más de eso (C.).
Entendí que dentro de un trabajo como el nuestro, como diría nuestro amigo Augusto
Boal (el creador del Teatro del Oprimido), hacemos siempre CON las personas y no
PARA ellas y esto es muchas veces el talón de Aquiles de las políticas públicas,
principalmente las de asistencia... el servicio muchas veces es realizado de una
manera que no tiene sentido para los "usuarios" y ellos encima son culpabilizados por
no "participar" en el servicio...
Detalles tan cotidianos como que el o la psicóloga visite los barrios donde trabaja
yendo a pie o en carro pueden producir muchas diferencias: según A., caminar por el
barrio proporciona una cercanía mucho mayor con la gente; es un gesto que da una
sensación mayor de ser un "nosotros", mientras ir en carro, a pesar de que a veces es
58
necesario, ayuda a construir una distancia, una especie de escisión entre los
profesionales de los servicios sociales y los habitantes del barrio.
Como si no bastasen los "muros invisibles", también hay muros bastante visibles en
las dificultades burocráticas de las políticas públicas, en la aparente dificultad para
hacer cualquier cosa nueva o que se salga de lo establecido, en las peleas entre
psicólogos de abordajes o formaciones diferentes, en las riñas entre psicólogos y
trabajadores sociales -y de otros profesionales también-, o en la dificultad de
justificar el sentido de una acción que tiene sentido, pero que no fue instituida en el
funcionamiento de esa política. R.C. señala:
Estas discusiones nos ayudan a saber que, tratándose de políticas públicas, siempre
vamos a encontrar muchas dificultades para realizar nuestro trabajo, pero siempre
tenemos que estar claros en que podemos ir poco a poco y discretamente para
alcanzar un objetivo y efectuar un cambio, que la comprensión y elaboración de estos
conflictos en los espacios de trabajo deben servir para ampliar nuestra discusión y
contribución en el trabajo con políticas públicas (R.C)
A. también argumenta:
Tú hablabas sobre una tal conexión que necesitamos tener. Hasta surgió el ejemplo de
la película AVATAR... es un bello ejemplo de cómo nos podemos conectar con el
mundo a nuestro alrededor. Pienso que es importante que cada vez aprendamos cómo
podemos conectarnos con el otro. La conexión entre dos mundos (el mío y el del
otro) es un punto esencial que necesitamos saber e interpretar. Hoy las políticas
públicas están enfermas y necesitan tratamiento. No tenemos políticas públicas
efectivas que puedan generar cambios, transformaciones, y proporcionar nuevas e
intensas creaciones. Veo que esa falta de conexión con el mundo del otro torna las
políticas públicas frágiles y difíciles.
Me pregunto: hasta cuándo vamos a crear políticas públicas para "pobres"? Hasta
cuándo vamos a pensar que solamente una parcela de la sociedad necesita políticas
59
públicas? Digo esto pensando en el área de la Asistencia Social... la universalidad de
los derechos necesita expandirse y llegar a todos, sin excepción...
Pienso que si todos pudiesen ayudar sin estorbar, entender nuestros límites, miedos y
deseos, aprender que existen muros invisibles y visibles que necesitan ser quebrados
y enfrentados, mirar el mundo con los ojos de los demás y conectarse con el otro de
manera de entender el contexto de vida de cada uno para una posible unión de ideas,
sentimientos y deseos, sin duda las políticas públicas en este país serían efectivas y
proporcionarían mejores condiciones de vida a la población.
61
Finalizo contando un sueño que tengo y que conversé con veintidós psicólogos/as de
los servicios sociales en Londrina: sueño con abrir un espacio de cuidado para
psicólogos/as y otros trabajadores/as en políticas públicas, y también para otras
personas que quieran participar (vecinos de la comunidad sede, "usuarios" de los
servicios, familiares, personas amigas o simpatizantes de este proceso, siguiendo la
lógica de la mezcla). Sueño con que ése sea un espacio de formación en todas las
artes, en el cual, usando la conversación y las diversas manifestaciones artísticas
(danza, música, artes plásticas, teatro) como partes de un mismo proceso, podamos
fomentar discusiones y posibilidades creativas de trabajo en políticas públicas,
ayudando a construir lo que está siendo más difícil de crear: espacios de encuentro y
aproximación entre diferentes personas que participan de este proceso. Espacios de
vínculo, o mejor, de amistad; espacios de acción conjunta y lucha colectiva por
mejores condiciones de vida; espacios de alegría por las pequeñas y grandes
conquistas y por las pérdidas que sufrimos todos los días; espacios de construcción de
la vida como una obra de arte y, en ese vivir artísticamente, necesariamente
transformar el mundo -o algunos rinconcitos de resistencia dentro de él- en obras de
arte construidas con cada vez más belleza.
Referências bibliográficas:
-CHOMSKY, N.: Notas sobre o Anarquismo. São Paulo, Imaginário, 2004.
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB³'DQ]DQGROD3VLFRORJtD6RFLDO&RPXQLWDULDUHYLVLWDQGR
OD,$3DSDUWLUGHXQFXUVRGHGDQ]DHQXQDDVRFLDFLyQFXOWXUDOGHEDUULR´ Athenea
Digital, No. 17: 255-270, marzo 2010a. Disponível em:
http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital/article/viewFile/653/5
10
62
BBBBBBBBBBBBBBBBBBBBB ³(O 7UXHTXH &RQVWUXFWLYR Buscando formas respetuosas
GHWUDEDMRFRQSUiFWLFDVFRQWUDKHJHPyQLFDV´ Fermentum, Revista de Sociologia y
Antropologia, septiembre-diciembre 2007. Año-volumen 17, No. 50, pp. 626-645.
Disponível em: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/705/70505010.pdf
-63,1. 0- ³3HVTXLVDQGR QR FRWLGLDQR 5HFXSHUDQGR PHPyULDV GH SHVTXLVD HP
PsicolRJLD 6RFLDO´ Psicologia e Sociedade, v.19 n.1 Porto Alegre jan./abr. 2007.
Disponível em: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-
71822007000100002&lng=pt&nrm=iso&tlng=pt
63
Capítulo 4: Mujermorfosis - una experiencia de Psicología Comunitaria de lo
Cotidiano en la práctica
64
Para los que llegaron tarde
Para los que no leyeron los capítulos anteriores, o decidieron empezar por éste, la
Asociación "Ciranda da Cultura" (en Londrina, Brasil) les proporciona una
experiencia singular de creación colectiva a los/las habitantes del barrio y a quienes
dan cursos allí. Con total autonomía, a partir del deseo de vecinos/as y amigos/as de
la asociación, Ciranda ocupa un espacio cultural en una región periférica con poco
acceso a proyectos culturales. Personas del barrio o de otros lugares dan cursos
artísticos y de salud, organizan eventos festivos y culturales en el barrio, ceden el
espacio para que ocurran las reuniones de la Red de servicios públicos de la región y
tienen articulaciones con los servicios sociales y de salud del barrio. Una
colaboradora de esta red, Elis, dice que Ciranda es una Zona Autónoma Temporal
que vamos construyendo semana a semana desde 1999; donde todas/os vamos
porque queremos ir y ejercemos formas de resistencia a través de la presencia, la
conversación, las artes, la participación colectiva. Ciranda funciona sin
financiamiento; nadie paga para participar en los cursos o eventos y nadie cobra para
darlos u organizarlos. Cada persona que va lo hace por voluntad propia y contribuye
con algo: su presencia, apoyo en actividades y eventos, preparación de algún plato o
jugo (zumo), donación de pequeñas cantidades de dinero o recursos materiales.
Doy clases de danza del vientre en Ciranda desde 2008. Eso me permite "pensar
danzando" en opciones creativas para la psicología en las políticas públicas y me
ayuda a construir la Psicología Comunitaria de lo Cotidiano, no para separarme de la
psicología comunitaria, sino para contribuir con ella con lo que estamos
desarrollando aquí en cuanto a Artes y Acción Social.
Uso a Donna Haraway, Peter Spink y Maritza Montero como bases del trabajo.
Siguiendo a Haraway (1995), ello ayuda a construir un "conocimiento situado",
localizado, que se construye en las "conexiones parciales" entre nosotras -porque sólo
se conoce en la conexión con el otro, o en este caso con las otras, y esa conexión
siempre es parcial, no total-; que trabaja buscando una "objetividad encarnada", con
cuerpo, danza, expresión, movimiento. Construimos un conocimiento que, a pesar de
ser específico de allí, busca conectarse de formas libertarias con otras experiencias
afines o parecidas (como es el caso de los cursos artísticos y deportivos en la
"Associação Mãos Estendidas" y en la escuela "Heber Soares Vargas", ambos en
Londrina). Construimos este trabajo con lentes feministas, socialistas libertarios y
ecológicos (Haraway, 1991); con una mirada basada en conexiones parciales
profundamente amorosas y, por lo tanto, profundamente aguerridas cuando hace falta.
Cómo trabajamos
Las clases de danza del vientre (o danza de las entrañas) en Ciranda ocurren todos los
sábados por la tarde, durante dos horas, con un grupo abierto y heterogéneo. Por tres
años, funcionaron exclusivamente con mujeres; casi todo el tiempo las alumnas eran
líderes comunitarias de la región; después llegaron otras mujeres y adolescentes que
salieron en 2011. En ese año, además de 2 líderes comunitarias, 7 niñas de 6 a 11
años vinieron todas las semanas; otras 9 bailaron con nosotras en algunas ocasiones y
otras 10 adolescentes vinieron esporádicamente. Algunas se fueron tornando más
asiduas. Las dos niñas pequeñas, por ejemplo, después de preguntar si podían venir
siempre que quisieran y escuchar que sí, vinieron a todas las clases. De acuerdo con
Peter Spink (1989), sería más apropiado hablar de un "agrupamiento" en vez de un
grupo, para entender mejor su forma y particularidades. De acuerdo con este autor, es
terrible ver cómo la Psicología (o sea, nosotros) suele reducir cientos de formas
organizativas a una única palabra: grupo, representado como un círculo cerrado en
cuyo interior hay individuos, preferiblemente no más de 15. Lo que ocurre aquí es
muy diferente de eso. Es mucho más caótico y también más vivo, más bello y
singular y por eso es tal vez más difícil y menos "organizado" que una aula de danza
"normal".
El contenido de mis clases parte de mi relectura del trabajo de Rhamza Alli (mi
profesora de danza del vientre) y de Stanley Keleman (1995). Gracias a Keleman,
trabajo "enraizando" a las niñas en el suelo para ayudarlas a centrarse, puesto que
ellas saben mucho sobre "desenraizarse" y lo ejercen en medio de las clases,
especialmente al principio, cuando salían corriendo para hacerse visibles para los
niños del barrio en la placita de Ciranda, o peleaban entre ellas o se cambiaban de
68
ropa varias veces. Con cierto aire de ritual, hacemos un círculo al comienzo,
estiramos el cuerpo y nos sentamos para hacer trabajo de manos, que pueden ser
útiles para niñas que perdieron todo y necesitan recordar que cuentan con su propio
movimiento y su propia respiración para sentirse mejor y reerguirse. Aprendí eso con
las niñas de un refugio en Caracas (Venezuela) que perdieron su casa por las fuertes
lluvias de 2010. Estos movimientos son el de "limpiar todo alrededor", "esparcir
buena energía", "llevar esa buena energía al centro del círculo", "guardarla en el
corazón", "volar", "salir volando" y permitirse soñar sin preocuparse en cómo
concretar los sueños. Después trabajamos, más desordenadamente que en una clase
con adultas, movimientos de disociación de tronco y caderas, vibraciones,
ondulaciones, pasos de danza, improvisación con velo (o escenas teatrales que ellas
inventan) y una coreografía que ellas presentaron en diciembre, junto con sus
improvisaciones.
Durante las clases grito algunas frases que han marcado a las niñas y también a las
mujeres: "las reinas nunca se apuran"; "sonriendo sale más fácil"; "las reinas
mantienen la cabeza en su lugar y los pies en el suelo"; "danza el vientre es un funk
de princesita: todos los pasos son con las piernas cerraditas..." Son frases sencillas,
que se refieren a los movimientos, pero que hacen alusión directa y profunda a
nuestra vida.
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El espacio de danza está creciendo y madurando, y con él, nosotras también lo
hacemos, volviéndonos niñas y mujeres más centradas y seguras de sí, a pesar de
nuestras inseguridades. Éste es un proceso lento, de innumerables vaivenes, pero que
avanza y ello es visible en la danza y en la postura de las que participamos en este
proceso. Me incluyo, porque mentiría si no declarase que esta experiencia me
transforma profundamente, me ha ayudado a asumirme y trabajar en la integración de
mis partes que parecían no tener relación entre sí. Todas crecemos, nuestra danza
mejora, nuestras conversaciones se profundizan, nuestros sueños se amplían. Esto
ocurre de formas más lentas y caóticas de lo que nos gustaría, pero somos humanas y
hacemos lo que podemos para sembrar belleza en suelo estéril, lleno de violencias
contra mis niñas y contra todos nosotros.
No deseo contar los resultados y momentos específicos por los que hemos pasado,
porque sería como mostrar nuestras entrañas y no me parece correcto. Pero sí puedo
decir que alrededor de esta experiencia se ha tejido una verdadera red de mujeres en
ayuda mutua: una le hace ropas increíbles a las niñas, otras van a bailar en Ciranda,
otra me sustituye dando clases cuando lo he necesitado, otras donan maquillaje, telas,
bordan cinturones de danza o "caderines"; las niñas me maquillan y nos maquillan a
las mujeres, algunas se hacen ropas de danza, otra le hizo ropa a las más pequeñas
espontáneamente. Se han reunido para ensayar en casa de alguna de ellas y eso las
aproxima. Se han peleado también y eso nos enseña. No es una experiencia idealizada
ni perfecta. Es pequeña y caótica en diversos momentos. Pero es hermosa.
La red de apoyo se extiende a la formación de una red cultural. Así como nos
rehacemos como niñas y mujeres al bailar y conversar, nuestras transformaciones
reverberan en la vida del proyecto Ciranda. A partir de este espacio fueron creados o
reinventados otros: arte para niños ("Cirandinha"), curso de ballet infantil y juvenil,
teatro, cine, todos vinculados a la Psicología Comunitaria de lo Cotidiano.
Igualmente, estamos construyendo un proceso de articulación con otras iniciativas de
Londrina: grupos de teatro, Biblioteca Viva Itinerante, "villas culturales", proyecto
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LEAFRO, que han ido al barrio a mostrar su trabajo y empiezan a invitarnos para que
mostremos el nuestro. Vimos la presentación "Hombres libres"; tuvimos talleres de
zancos, confección de juguetes con basura reciclable, pintura, cuentacuentos, lectura
y show de payasos con la Biblioteca Viva Itinerante, quien además nos invitó a bailar
en su última presentación, con muchísima gente del barrio presente -entre ellos
amigos/as y familiares de las niñas. Tuvimos un festival de Cine Negro en Ciranda.
Rhamza Alli y varias bailarinas de su compañía, incluyendo a su hija, han bailado en
Ciranda y seguirán haciéndolo.
Ocupamos cada vez más espacios de participación urbana al articularnos con
segmentos de la Universidad Estatal de Londrina, donde trabajo, a partir de cursos y
pasantías: desde la UEL hemos tenido cursos de teatro, danza árabe, street dance,
fútbol, música y balonmano en una escuela pública; trabajos artísticos/psicosociales
en grupo con niños/as en alta vulnerabilidad, en políticas públicas de asistencia
social; trabajo en grupo y cursos de deportes urbanos (patineta, patines, bicicleta) con
adolescentes en conflicto con la ley; coral, grupo de teatro y apoyo a las actividades
de los Centros de Atención Psicosocial (sustitutos de los manicomios) para adultos,
para niños/as y para adictos a alcohol u otras drogas. Nos articulamos con políticas
públicas de asistencia social (formando informalmente a sus profesionales para que
osen y creen trabajos más grupales y artísticos, lo cual viene ocurriendo con belleza);
formamos redes con asociaciones de la sociedad civil, como la Pastoral de los Niños
del barrio, que organiza eventos y nos invita, o la Asociación "Mãos Estendidas", de
quienes apoyamos su trabajo con teatro, su semana cultural y mandamos pasantes que
trabajaron con los educadores sociales y con educación sexual. Este año tuvimos
varios eventos organizados por la gente de Ciranda; fueron lindos y divertidos. Así,
vamos construyendo una red de acción cultural comunitaria que ejerce su potencia
reivindicando y practicando el derecho a la belleza, o como diría Paulo Freire, la
vocación ontológica de ser más.
Por último, pero no menos importante, a partir de nuestras vivencias argumento que
estamos construyendo un proceso que llamo Mujermorfosis, por las profundas
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transformaciones que estamos viviendo como mujeres al trabajar con nuestras
pérdidas, al rehacernos y construir con belleza nuevas oportunidades de vida. Así
como las mujeres del desierto que crearon esta danza hace 6 o 7 mil años, y que
tienen el conocimiento milenario de lo que es vivir sin agua, sin luz, sin casa, casi sin
comida, con poquísimos recursos materiales, casi nómadas, y que sobrevivieron a un
machismo de los más marcantes de la historia, nosotras también somos
sobrevivientes. Danzamos las heridas que hemos vivido como mujeres o futuras
mujeres. Bailamos la pérdida, que puede ser de la madre, del padre, de los hijos, de la
relación de pareja, de la libertad fuera de la prisión, de la oportunidad de ser niña y
jugar como niña, del derecho a una escuela pública de calidad, de personas queridas
que se mudan lejos, de los momentos en que la participación en el barrio disminuye.
Y bailando y conversando nos rehacemos. Tal como lo hicieron las mujeres pioneras
de la danza del vientre, vemos que aún en el peor de los golpes podemos
conectarnos con nosotras mismas y con el mundo a través de nuestra respiración, y
hacernos más fuertes. A partir de allí, únicamente con el movimiento de nuestro
cuerpo -o con las bellas ropas colectivas o que nos hace Mariângela- comenzamos a
producir belleza en suelo estéril, sea material o emocionalmente. Y nos centramos
con los dos pies enraizados en el suelo, para comenzar en la vida lo que hicimos en la
danza. Para pasar de basura a mujer y de mujer a diosa. Danzando también la alegría,
la euforia, la unión. Y también la rabia, los celos, la inseguridad y el vacío. Nuestras
emociones pueden ser danzadas y cuando lo hacemos entendemos mejor lo que nos
sucede, podemos elaborarlo de una mejor manera y empezar a actuar en
consecuencia; nuestra salud mental se expande, nuestra belleza crece y vamos
transformándonos como seres humanos. Podemos bailar -o pintar, o cantar o actuar-
todo lo que perdemos, todo lo que nos violenta, para metamorfosearlo en otra cosa,
más bella y más plena de sentido.
Esta es la historia que quería contarles. Para el momento en que la lea, ya habrá
cambiado y habrá mucho más que decir. Los/as invitamos, entonces, a que no se
pierdan el próximo capítulo, o mejor aún, a que lo escriban en sus propias vidas, con
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sus propias acciones singulares y colectivas. Ciranda los espera. Pero estoy segura de
que muy cerca de cada uno de ustedes hay una flor que brota del asfalto. Cuiden esas
flores, fortalézcanlas, únanlas con otras, cada quien a su modo, para que hagamos una
enorme red mundial que respete las particularidades y riquezas locales. La belleza va
naciendo y potencializándose todos los días. Y así me despido, con gratitud por la
belleza que podemos generar, y agradeciendo a todos los que contribuyeron de alguna
forma para que esto fuese posible.
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Índice
Intoroducción.................................................................................................................3
Capítulo 1: Danzando la Psicología Social Comunitaria y revisitando la
IAP..............................................................................................................................13
Capítulo 2: Revisión danzada de los principios teóricos de la Psicología
Comunitaria...............................................................................................................39
Captíulo 3: Pensando en principios teórico-prácticos de la Psicología Comunitaria de
lo Cotidiano a partir de experiencias de siete psicólogos/as....................................50
Capítulo 4: Mujermorfosis - una experiencia de psicología comunitaria en la
práctica......................................................................................................................64
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