Professional Documents
Culture Documents
Owari No Seraph Guren Ichinose 6
Owari No Seraph Guren Ichinose 6
3
Owari no Seraph: Guren Ichinose - catástrofe a los 16
TRADUCCIÓN SAO ALICIZATION
4
Owari no Seraph: Guren Ichinose - catástrofe a los 16
TRADUCCIÓN SAO ALICIZATION
PRÓLOGO
Encuentro con un Hada
De repente recordó las cosas que sucedieron cuando la conoció por vez primera.
Fue una noche de verano. Sucedió después que Guren terminara sus
entrenamientos diarios. Él fue al cauce de río cerca de su casa para calmar un poco
su cuerpo herido.
— ¿…eres Guren?
— ¿Quién?
Él se volvió, y vio a una hermosa chica con cabello cenizo allí de pie.
Probablemente tenían la misma edad. Era una niña de unos 5 o 6 años de edad.
Sin embargo, él nunca había visto su rostro. Los terrenos vecinos pertenecían a
la Casa Ichinose, no debería haber nadie en las cercanías, que él no reconociera.
La chica miró la parte superior desnuda del cuerpo de Guren y entrecerró sus
ojos.
— Esas son unas heridas bastante serias. ¿Te estaban intimidando?
— No –respondió él–, no me estaban intimidando.
— ¿Entonces por qué tienes esas heridas tan serias?
— Es por el entrenamiento.
— ¿Entrenamiento?
— Si.
— ¿Qué tipo de entrenamiento?
Él dirigió su mirada hacia la espada de madera que estaba clavada en las rocas
del cauce del río. Cuando ella miró dicho objeto, dijo:
— Eh. Entonces debes ser fuerte, Guren.
Volvió a decir Guren. Eso quiere decir que ella sabe quién soy.
— Oye, ¿de dónde eres? –preguntó él.
— Me pregunto dónde… si te digo que soy el hada de este bosque, ¿qué vas a
hacer? –dijo sonriendo traviesamente.
— Este no es un bosque, es una montaña.
— Bueno, el hada de la montaña.
— Si.
— ¿Te gustan mucho, cierto?
— ¿A ti no?
— ¿Hmm? Eh, nunca antes he comido uno.
— ¿Ehhhh, nunca has probado un pastel?
— Asi es.
— Entonces comamos uno la próxima vez. Recuerda prepararlo, Guren.
— ¿Eh, se supone que debe ser así?
— ¿Acaso quieres que una chica lo prepare?
—…sobre eso, no tengo dinero, por lo que no podré comprarlo.
Al oír eso, Mahiru lo miró y sonrió amablemente.
— Bueno, hagamos un pastel de arena.
— Lo siento –se disculpó Guren.
— ¿Por qué te disculpas?
— Por no poder comprar un pastel.
— Tranquilo, está bien. Incluso si no tengo el pastel, el poder jugar cada día
contigo, me hace feliz.
—…………
— Más que eso, definitivamente te volverás fuerte, y un día me conseguirás un
pastel, ¿cierto, Guren?
Aunque él no creía que pudiese elaborar un pastel solo siendo fuerte, él
respondió:
— Si.
Si se fortalecía, probablemente tendría dinero para comprar pasteles.
Probablemente.
Después de eso, Mahiru rió alegremente.
— Bueno, esperaré hasta que te hagas fuerte.
— Me tomará mucho tiempo. Actualmente, no tengo dinero de bolsillo.
— Está bien. Pero debes dejarme convertirme en una novia muy linda.
— ¿Eh?
Durante todo ese momento, Guren, quien no sabía por qué estaba avergonzado,
quedó completamente en silencio.
Aun podía recordar a su padre bastante complacido.
Su padre siempre era así. Observándolo alegremente mientras crecía.
A Guren le gustaba eso de su padre. Poderoso, gentil, y respetado por sus
seguidores. Él levantaba la mirada a tal existencia.
Después de eso, él fue a comprar el pastel. Con mil yenes, él podía comprar un
pastel incluso si todavía no se había fortalecido. Como había una gran variedad de
pasteles, él no sabía cuál comprar. Por eso, él le preguntó al asistente de ventas:
¿Cuál puede ser el pastel, que al dárselo a una chica, la haga feliz?, y compró el
pastel de fresas y uno de chocolate.
Fue en eso cuando le preguntaron qué cuánto tiempo lo iba a preservar, con eso
recordó que, al igual que otros días, él solo podría verla temprano en la mañana.
Por eso, él guardó el pastel en el refrigerador.
Esta noche, junto al lecho del río, él disfrutaría un pastel con la hermosa hada del
bosque.
Sin embargo, cuando llegó la noche, un grupo desconocido invadió la Casa
Ichinose. Aparentemente, era gente del «Mikado no Oni», una organización
religiosa más grande que la que la Casa Ichinose regía. Luego de eso, se dijo que
una persona, bajo la cual el «Mikado no Oni» operaba, estaba desaparecida.
El nombre de la desaparecida era Mahiru Hiiragi.
Por primera vez en todo el tiempo, Guren presenció los rostros de completo
pánico de la Casa Ichinose y de los maestros más fuertes del «Mikado no Tsuki»,
esos que lo entrenaron a él.
Su padre parecía estar bastante asustado. Muchas veces bajó su cabeza.
Cuando preguntó lo sucedido, se le dijo, por primera vez, la relación entre la Casa
Hiiragi y la Casa Ichinose, y la relación entre el «Mikado no Oni» y el «Mikado no
Tsuki».
La diferencia opresiva en relación a la fuerza. Era una existencia que la Casa
Ichinose no podía desobedecer. Que palabras tan veraces aunque desesperanzada.
Y Mahiru…
Ella era un miembro de la Casa Hiiragi.
Esa noche, Guren tomó el pastel y lo llevó al lecho del río.
El hada del bosque apareció.
Estaba tan alegre como antes. Viendo lo que él sostenía en las manos, sonrió
amablemente.
—…trajiste el pastel.
Él asintió y ella volvió a reír.
— ¿Es porque creíste que eso me alegraría?
—……
— Guren.
— ¿Hmm?
— Lo amo mucho.
— ¿Amas el pastel?
— Te amo, Guren.
—……..
Fuese lo que fuese que le pasara, los latidos de su corazón se incrementarían y
se le dificultaría hablar.
Mahiru se inclinó hacia él y dijo:
— ¿Qué tipo de pastel?
— Chocolate y frutillas.
— ¡Ambos me fascinan! ¡Oye, Guren, vamos a dividirlos!
— No es necesario, si te gustan tantos, puedes quedártelos.
Sin embargo, ella sacudió su cabeza.
— Quiero partirlos a la mitad. Oye, oye, ¿dónde está el cuchillito?
— Ah…
— ¡Bueno, vamos a comerlos con las manos!
Mientras decía eso, ella tomó el pastel de frutillas y comenzó a comerlo.
— ¡Que rico!
Ella parecía bastante feliz al decirlo. Guren comenzó a alegrarse con solo ver su
rostro. Luego de eso, ella dio un pequeño mordisco a la fresa. Sus labios tocaron la
fruta y quedó con una pequeña marca de su mordida. Luego de eso…
— Oye, Guren.
— ¿Qué?
El cuello de su camisa fue agarrado por el hombre. Un cuerpo joven era ligero.
Él estaba siendo levantado fácilmente y su cuello resultó herido. Sin embargo, en
lugar de dolor, él sintió ira ante esa injusticia repentina.
— Oye, mocoso. Había noticias que tenían reuniones secretas con una persona.
¿Quién es?
Guren no sabía si debía responder esa pregunta.
Él no sintió la presencia de Mahiru. Quizá ya ella había escapado. En cuanto
Mahiru, sería bastante terrible para ella si sus reuniones allí eran expuesta. Si él
quería protegerla, entonces no podía decir su nombre.
Pero en ese momento, su padre dijo:
— Guren, habla con la verdad.
Él miró a su padre, quien parecía extremadamente cansado, no sabía que
elección tomar.
El hombre levantó su puño. Su movimiento fue bastante lento. Incluso ahora, él
podía fracturarle ese brazo que lo sujetaba, sacarle los ojos y matarlo.
Y su padre era incluso más fuerte.
A pesar de eso, su padre no se movió.
Quizá era porque incluso su ellos asesinaban a esos hombres, ellos serían
inútiles cuando las fuerzas principales de la Casa Hiiragi llegaran. No importa cuán
fuerte sea un cuerpo. No importa cuán habilidosos sean con la espada. Nada de
ello importaría.
— ¡Maldito mocoso, respóndeme! –le gritó.
— ¿Con quién te reunías aquí?
Él no sabía cómo responder a esa pregunta. Ni sabía cuál era la respuesta
correcta. Sin importar qué, no tenía idea.
Por eso, él eligió lo que quiso.
— No.
— ¿En serio?
— Es cierto.
— No puedo garantizar tu vida tan insignificante si mientes.
— No miento –en realidad, Guren si estaba mintiendo.
Otro hombre tiró de la espalda del hombre y dijo:
— No debería existir razón alguna para que Mahiru-sama viniese aquí, ¿cierto?
— Pero de acuerdo a la información que tenemos…
— Eso podría ser información falsa entregada por ella misma…
— Que fastidio… ella sigue siendo una niña, ¿en qué está pensando realmente,
Mahiru-sama?
En eso, el hombre soltó a Guren.
Justo cuando él creyó que todo había acabado, el hombre estuvo a punto de
patear a Guren. Él podía evitarlo también.
Pero recibió el golpe a propósito. Le pegó en medio del estómago. No podía
respirar.
— Ugh…
Dejó escapar un gemido y aterrizó en el suelo.
— Basura de la familia secundaria, que vista tan molesta.
Él escupió a Guren, quien estaba tosiendo. La saliva cayó en su cabeza.
Su padre no se movía. La tristeza se marcaba en su rostro.
En otras palabras, esta era la relación entre la Casa Hiiragi y la Casa Ichinose.
Los chicos de la Casa Hiiragi se fueron.
Solo quedó su padre.
Era tarde en la noche.
Todo lo que se podía oír en los alrededores era el sonido del agua fluyendo y el
sonido de los latidos de su corazón. Él podía sentir el dolor de ser pateado en el
abdomen.
Mahiru realmente se había ido.
Su padre dijo:
— Lo siento, Guren.
— ¿Por qué te disculpas?
— Te dejé ver la parte más indignante de mí.
— No fuiste indignante.
—…..
Pero Mahiru tampoco dijo mucho. Ella alegremente se sentó al lado de Guren.
Desde entonces, los días así continuaron por algún tiempo.
Ella ya no aparecía de noche en el lecho del río. En lugar de eso, ella optó por
aparecer durante el descanso vespertino.
Ellos tuvieron muchas conversaciones ingenuas y aburridas.
Ya no hablaban del futuro o de cómo las cosas avanzarían desde entonces.
Sin embargo, él entrenó más fuerte que antes.
Necesitaba ser más fuerte. Mucho, mucho más fuerte.
Pero antes de volverse lo suficientemente fuerte como para obtener lo deseado,
el día en que todo terminara llegó.
Fue en el mismo lugar. En el mismo espacio lleno de pasto.
— Oye, Guren –dijo Mahiru.
—…….
— Oye, Ichinose Guren.
— ¿Hmm?
— Sobre eso… nosotros…
—….
— Luego que nos volvamos adultos… eh, ¿n-nos podemos casar?
Ella, quien siempre habló del futuro, dijo algo así. Ella debió saber en ese
entonces que las cosas como estas llegarían pronto a su fin.
— Tal como estamos ahora, ¿podremos estar juntos por siempre? –dijo. Pero
ese sueño fue despedazado de inmediato.
Ambos fueron separados, y una década transcurrió desde la última vez que se
vieron.
Encima de eso, ellos estaban en lados opuestos cuando se volvieron a encontrar.
Ella estaba siendo poseída. Si no la asesinaban, su familia y subordinados serian
ejecutados.
La fecha límite era el treinta de septiembre. Antes del 30 de septiembre, si Mahiru
no era asesinada, él perdería cosas importantes.
Y hoy era…
CAPÍTULO 1
Humillación y Determinación
2 de octubre.
Guren Ichinose estaba siendo llevado al centro penitenciario.
El mismo en el que su padre estaba siendo retenido. Al ver a su hijo entrar en
prisión, hizo que su padre se mostrara apático.
— ¿…por qué estás viniendo este lugar?
Guren miró el rostro de su padre – Sakae Ichinose. Él no se parecía mucho a su
padre.
Ojos amables, piel blanco-leche. Una personalidad estoica.
Ese padre había sido gentil con Guren mientras él lo bañaba con elogios.
Por eso, comparado conmigo, definitivamente te convertirás en una mejor
Cabeza de la Casa Ichinose.
Él extrañaba a ese padre que no era competitivo y era tranquilo y alegre sin
importar lo que sucediera.
Sin embargo, el actual padre estaba carente de energías. Su cabello estaba
desaliñado y se veía feo. Su blanca cabellera era muy notable. Círculos negros
adornaban sus ojos, haciéndolo parecer más anciano de lo usual.
Aunque a estas alturas Guren no recordaba la edad exacta de su padre, él estaba
seguro que no estaba tan viejo como la última vez que se vieron en Nagoya.
— ¿…te interrogaron? –preguntó Guren.
— No, es falta de sueño. Es todo –dijo su padre, sonriendo amablemente.
—………
— Más que eso, Guren, con respecto a ti. ¿Qué haces acá?
—………..
— ¿Es por mí? ¿Porque te atraje?
— No, padre, no es tu error.
— Pero, Guren.
— Está bien. No me interrogaron. Tranquilo.
— ¿En serio?
— Si.
— Entonces, ¿qué haces aquí?
Al oírlo, él frunció el ceño.
¿Por qué vino?
Estaba allí para mirar a su padre. Para reunirse con él. Eso fue permitido por
Kureto.
—……….
Antes de la ejecución, ellos podrían verse una vez. Hiiragi-sama amablemente le
garantizó tener la oportunidad de venir y reunirse con su padre, aunque era duro de
hacer.
Sus manos temblaban. Parecía como si, aunque estuviese un poco relajado, él
pudiese ser tragado por las llamas de la ira. Porque el Demonio en su cuerpo ya
estaba preparado para aprovecharse. Por eso, él trató mucho de no dejar que sus
emociones aumentaran. Sin embargo, a pesar de eso…
—…padre, lo siento –su voz seguía temblando.
— ¿Qué? –respondió su padre con calma, como siempre.
— No puedo… salvarte.
— ¿Entonces me ejecutarán?
— Si.
— Ya veo.
— Todo es mi culpa.
Su padre sonrió y dijo:
— No, no lo es.
— Pero…
Su padre lo interrumpió y colocó su mano sobre la cabeza de Guren. Tal como
cuando era un niño, le acarició la cabeza. Como ya era más alto que su padre, él
no levantó la mirada como hacía de niño.
En lugar de eso, inclinó su cabeza.
— Lo siento, padre.
Volviendo a sonreír, su padre dijo:
— No llores, idiota.
— Pero…
— Lo has hecho muy bien. Soy afortunado de tener un hijo como tú, y eso me
alegra.
—……..
Las lágrimas fluyeron sin cesar; no podían detenerse sin importar qué. Él quedó
en silencio mientras pensaba en su debilidad lamentable.
— Bueno –dijo su padre–, si muero, ¿los demás subordinados serán rescatados?
Guren asintió.
— Si, ya lo negocié.
Encima de eso, Mahiru le dio un «Kiju» desconocido con Asuramaru residiendo
en él. Esto debería servir como la mayor cosecha de la guerra. Asuramaru tenía la
posibilidad de ser capaz de incrementar substancialmente la capacidad natural de
las armas «Kiju» con una ligera investigación.
Kureto lo recompensó por eso. Al principio fue para que la fecha de ejecución de
su padre y subordinados fuera suspendida.
Sin embargo, no fue así.
Durante la reunión de los altos mandos del «Mikado no Oni», la ejecución de
Sakae Ichinose fue decidida.
Los miembros de la reunión de los altos mandos incluían a la Cabeza de la Casa
Hiiragi –Tenri Hiiragi–, y sus nueve unidades.
Esas nueve unidades consistían en las nueve Cabezas restantes, excluyendo a
la Casa Ichinose.
La Casa Nii.
La Casa Sanguu.
La Casa Shijin.
La Casa Goshi.
La Casa Rikudou.
La Casa Shichikai.
La Casa Hakke.
La Casa Kuki.
La Casa Jūjō.
— ¿Dónde está esa felicidad? Tener todas esas cosas terribles siendo lanzadas
sobre nosotros, solo para morir lamentablemente.
A pesar de eso, su padre sonrió amablemente y le dio una palmadita en la cabeza.
— Pero puedes seguir viviendo. Luego de mi muerte, serás la Cabeza de la Casa
Ichinose. Si se trata de ti, nadie protestará. De eso me siento muy satisfecho.
Su padre parecía bastante feliz con eso mientras miraba a Guren sin duda que
se presentara en sus ojos.
Al oír eso…
—…….
Guren sintió un dolor amargo recorrer su corazón. Sus lágrimas amenazaban con
volver a brotar…
—…f-fui incapaz de ser como tú, padre.
— Puedes hacerlo.
— Pero…
Su padre lo interrumpió:
— Si se trata de ti, entonces, todo se puede lograr. Por eso, continúa haciendo
lo que creas correcto.
En eso, una voz resonó desde fuera.
— Oigan, ustedes, salgan. Es hora de ejecutar a Sakae Ichinose.
Esa frase no sonó como era en realidad. Sin embargo, esas palabras se
convertirían en realidad al instante. Su padre sería ejecutado.
Las puertas de la prisión se abrieron. Unos cuantos hombres desconocidos
entraron corriendo.
A su padre no le importó esos hombres, y abrazó fuertemente a Guren.
— Bueno, es hora de decir adiós, Guren.
— No –Guren respondió con una voz suave y temblorosa.
— Es el final. Sonriamos mientras nos separamos.
— No quiero.
— Gracias, Guren. Por convertirte en mi hijo luego de venir a este mundo.
— No quiero esto.
Sin embargo, su padre fue agarrado por esos hombres y encadenado.
— ¿Ya? ¿Satisfecho?
— Si, mucho.
— Bueno, lárgate.
— Si.
Kureto asintió y se preparó para irse. Pero, deteniendo a mirad del camino, dijo:
— Una última cosa, estuve bastante complacido con lo que trajiste. Por eso, me
opuse a la ejecución. Mi padre fue el que tomó la decisión final.
Guren miró a Kureto y dijo;
— Eh, ya veo.
— Pagaré con lo que trajiste.
— ¿Asi que quieres que te lo agradezca?
— Si, así eso.
— ¿…de qué coño hablar?
Al oír la suave quejad e Guren, Kureto lo miró con un poco de pena.
— Bueno, comprendo cómo te sientes.
Ya él no quería responder. Este bastardo, por nacer en la Casa Hiiragi,
probablemente no podía entender nada de eso.
Sin embargo, Kureto continuó.
— Tus amigos están reunidos aquí. Los dejaré consolarte.
— ¿Ah? ¿Qué fue eso? ¿Estas siendo amable conmigo? ¿Qué tipo de brisita
está soplando hoy?
Kureto le dijo:
— A partir de hoy será la Cabeza de la Casa Ichinose. Serás convocado por mi
padre. Quiero que entiendas tu posición antes de que eso suceda.
— ¿Un esclavo de la Casa Hiiragi?
Sin embargo, Kureto sacudió su cabeza.
— No. Tú eres mi subordinado.
Al oir eso, Guren miró a Kureto.
Kureto dijo algo sobre entender su posición antes de encontrarse con la Cabeza
de la Casa Hiiragi – Tenri Hiiragi.
Sonaba como que debía priorizar las ordenes de Kureto primero que las de Tenri
Hiiragi.
Guren siguió mirando a Kureto y dijo:
— ¿De qué va todo eso?
— Asi como suena.
— Podrías ser sospechoso de rebelión.
— No. ¿O es que acaso discutirás esto en detalla con alguien?
— ¿Y qué si lo hiciera?
— También te ejecutarán –dijo Kureto.
Pero esto era una falta de su propia debilidad. Sus objetivos no estaban claros.
Esto también podía ser una trampa.
Una trampa para determinar si Guren, quien se convertiría en la Cabeza de la
Casa Ichinose, tenía alguna intención de rebelarse.
Por eso, Guren miró a Kureto y dijo:
— Kureto.
— ¿Hmm?
— Hace un momento dijiste que te opusiste a la ejecución de mi padre.
— Si.
— Solo te agradeceré por eso –dijo Guren.
— Tu gratitud es simplemente natural –asintió Kureto y se fue.
Guren se sentó en la prisión por algo más de tiempo. Salir de allí significaba
enfrentar un mundo diferente.
Él lideraría al «Mikado no Tsuki» y a sus seguidores, se convertiría en la Cabeza
de la Casa Ichinose.
El estrés era anormalmente opresivo. Él no creía que sería capaz de emular
inmediatamente a su padre.
Sin embargo…
— No tengo más elección que hacerlo…
Con eso, se levantó.
Porque su padre depositó sus esperanzas en él. Porque él aun quería seguir
siendo elogiado por su padre. Porque él quería que su padre se sintiese orgulloso
de él la próxima vez que se vieran.
Se levantó, salió de prisión, y después de eso, él miró los edificios y dio un paso
al frente.
En el exterior, eso se había convertido en algún punto de congregación. Como si
intentaran rodear algo, la gente del «Mikado no Oni» estaba mirando el centro del
espacio abierto.
Las cámaras alrededor estaban ubicadas de forma estratégica, era como si
transmitieran toda la escena a los exteriores.
Un cuerpo yacía en el centro de ese espacio abierto. Era el cuerpo de Sakae
Ichinose… su padre.
Su cabeza cortada estaba a un lado, en el suelo.
Parecía que a nadie le interesaba levantar el cuerpo. A lo mejor ese era el trabajo
de Guren. Esto también seria filmado por las cámaras, el poder absoluto de la Casa
Hiiragi y la debilidad y servilismo de la Casa Ichinose. Eso sería entregado a los
seguidores.
—……..
De repente, una voz sonó junto a su oreja.
No, quizá era una voz desde su corazón.
La voz del Demonio. El Demonio en el arma demoniaca de Guren: «Noya».
«Ah, ah, ah, que poderoso. Guren. Que odio tan poderoso. Enloquezcamos.
Esto será muy catártico»
—…….
Guren no respondió. Sin embargo, Noya seguía siendo muy ruidoso.
«Incluso si finges estar calmado, no es de utilidad, Guren. Una gran porción
de ti ya está fusionada conmigo. Y con Mahiru. Este odio no cesará»
Noya dijo mientras le daba poder a Guren. Un poder enorme. Uno que le
permitiría difundir su odio de inmediato.
Si este poder se descontrolaba, él, al menos, podría matar a esos bastardos a
ver como sucedía esta broma tan cruel.
Si masacraba, podría liberar su ira, entregar su cuerpo a la ira parecía una
elección bastante correcta.
—……….
Ocultó su debilidad.
Sin importar en qué tipo de situación lo pusieran, él juró responder con calma y
paciencia, tal como su padre.
Guren se acercó al cuerpo de su padre. Al hacerlo, el odio, nuevamente, surgió
de la desesperación, el miedo y la melancolía. Las llamas de la indignación se
volvieron a encender. La debilidad e intención de escapar aparecieron.
A pesar de eso, él lo suprimió todo.
—…está bien, papá –dijo–. Está bien, lo haré. Me convertiré en el buen chico que
esperabas que fuera. Por eso, por favor, observa.
Él murmuró eso mientras tomaba la cabeza cortada de su padre y la sujetó cerca
de su pecho.
Después de eso, él cargó con el cuerpo decapitado.
En ese momento, él prestó un poco del poder del demonio.
Noya le fortaleció sus habilidades físicas.
Si no fuese por Noya, probablemente él no habría tenido valor y no podría haber
sido capaz de mover el cuerpo de su padre.
Los espectadores que observaban a Guren estaban en completo silencio.
Estaban inmersos en la vista. Observaron calmada mente a la escoria Ichinose que
estaba moviendo el cuerpo de su padre.
Luego de eso, había más cosas por hacer, ¿no? Él no tenía más elección que
vivir una vida estructurada, ¿verdad?
Guren siempre sintió que vio la respuesta ese día.
La posición en la que estaba y lo que debía proteger.
Y en ese día, en medio de la humillación…
Guren Ichinose se convirtió en la Cabeza de la Casa Ichinose.
CAPÍTULO 2
El Funeral
El tiempo fluyó a una velocidad asombrosa en los días siguientes. El cuerpo de
su padre le fue permitido se llevado de vuelta a la casa ancestral en Aichi para su
respectivo funeral.
El «Mikado no Tsuki» tenía la práctica de un entierro natural. Por eso, Guren tuvo
que unir la cabeza al cuerpo de su padre antes de enterrarlo en la tumba ancestral.
Un gran funeral tomó lugar luego. Duró una semana entera.
Para entonces, todos habían recibido información de que Guren se convertiría en
la nueva Cabeza. Los representantes de las prominentes casas que apoyaban al
«Mikado no Tsuki» siempre se habían centrado en el padre para sus saludos. Pero
esta vez, ellos desviaron su atención hacia Guren.
Quizá todos habían visto la transmisión de la escena en el patio de ejecuciones.
La ejecución del padre y la silueta de Guren.
Todos vieron –se les permitió ver– esa escena inapropiada de él, y así,
prometieron contribuir incansablemente con el progreso del «Mikado no Tsuki»
dedicándolo todo. Se podía decir que ahora, la organizaciones taba más unida.
Por otro lado, bajo esa situación, ¿cómo progresaría el «Mikado no Tsuki» desde
aquí? Cada vez que a él le preguntaban eso, solo podía pensar duramente en esa
pregunta.
¿Qué debería hacer exactamente, cuando su padre fue asesinado de esa forma
y siendo incapaz de hacer algo?
—……..
Sin embargo, esa cadena meditativa no podía durar para siempre. Como recibía
a los visitantes, él no tuvo mucho tiempo de dormir durante unos cuantos días.
—….huh.
Guren dejó el depósito de cadáveres y regresó a casa para poder descansar un
poco. Una vez que entró, él vio la sala de estar de estilo patio que su padre adoraba
y se sentó.
La ropa que llevaba puesta era la que su padre solía usar también.
Ya sea que se tratase de una gran ceremonia, su padre vestía eso. Él nunca
esperó usar eso tan pronto.
Se sentó de piernas cruzadas en frente de la mesita del café y analizó la sala de
estar con una mirada de asombro. Ese jardín también era una creación de su padre.
— ¡Estamos bien!
— Le prepararemos un cambio de ropa de inmediato, Guren-sama, descanse un
poco.
Guren sacudió su cabeza,
— Aun es temprano.
— Pero…
— Pero descansaré esta noche. Ya he saludado a la gente de las Casas
prominentes. Además de eso, ¿podrían traerme una taza de té? Estoy sediento.
Ambas parecieron bastante alegres.
— Ah, ah, lo prepararé de inmediato.
Ellas se fueron mientras respondían.
Ambas parecían estar buscando algo con lo que ayudar. Trabajar de forma tan
incesante, las podría hacer colapsar un día.
Hay gente que debería tener un pequeño descanso. Les ordenaré descansar un
poco luego que vuelvan –pensó Guren.
—……….
Con una mirada de asombro, él permitió que el tiempo pasara.
Sin preocuparse por el futuro, él vagamente miraba el jardín que su padre
adoraba.
Se oía el susurro de las hojas. Y el fluir del agua. Ahora que pensaba en ello,
había unas carpas en el estanque. Aun podía recordar cuan orgulloso estaba su
padre cuando logró comprar unas cuantas carpas enormes.
Muy impresionante, ¿no, Guren?
¿Cómo respondió a eso? Él dijo algo como si no estuviese interesado. Si tan solo
hubiese podido compartir la diversión junto a su padre ese día. Ahora que todo era
cosa del pasado, él comenzaba a lamentarse.
Justo en eso, un hombre que vestía un traje negro y una corbata negra apareció
en frente del estanque: era Shinya Hiiragi.
Él sostenía una caja grande en su mano. Luego de analizar los alrededores, miró
a Guren, y luego:
— Hola, Guren –saludó con una sonrisa.
— No te llamé para que vinieras –respondió Guren.
Imposible. Pero esos tipos podían usar sus armas «Kiju». Podían hacer cosas
que estaban mucho más allá de los límites de las habilidades humanas. Ellos
pudieron evadir las CCTV, y desactivar la red de seguridad debería ser un trozo de
pastel.
Más que eso, todo el «Mikado no Oni» ha comenzado a utilizar las armas «Kiju».
Los rumores también dicen que el veneno del Demonio ha sido inyectado en las
masas inocentes por las calles.
Una experimentación humana con miles de sujetos experimentales ha
comenzado.
Si ese fuera el caso, la red de seguridad necesitaba ser revisada para evitar
objetivos no humanos.
Mito miró a su alrededor y luego a Guren.
— ¡Ah, allí está! –dijo mientras apuntaba a Guren.
Goshi miró también y se acercó, saludando.
— Eh, ¿qué tal, Guren? ¿No estás rebosando de vitalidad?
Mito continuó,
— ¡Estúpido Goshi! ¡¿Cómo puede estar rebosando de vitalidad?! ¡Guren, eh,
¿estás bien?! Esto, ehhh…
Esos dos entraron saludando también. Mito parecía sentir dolor mientras
observaba.
— Ehh…
— ¿Qué?
— Por favor, no te sientas triste…
Parecía que le tomó mucho tiempo decir eso. Aun así, Guren asintió.
— Si –dijo. Y Mito continuó:
— Bueno, si existe algo con lo que pueda ayudar…
— No hay nada.
— Pero…
Con su presencia es suficiente, gracias.
— Ah…
Mito se detuvo. Lo miró, parecía querer decir algo, pero se limitó a no hacerlo.
— ¿Es así, Guren? De serlo, entonces, solo por esta vez, te permitiré
satisfacerte… y leer algo como esto que está aquí.
Mito estaba sonrojada por alguna razón. Incluso tenía una mirada misteriosa en
su rostro.
◆
El funeral duró dos días más.
Los fieles seguidores, esos que estaban esparcidos por el país y no se veían con
regularidad, se habían congregado en Aichi.
Guren se reunió con todos y cada uno de ellos.
Todos lamentaron la muerte de Sakae Ichinose y felicitaron a Guren por
convertirse en la nueva Cabeza.
Le juro mi lealtad a usted.
He escuchado mucho sobre usted, Guren-sama.
Al tener un sucesor tan excepcional, Sakae-sama debe estar muy feliz.
Los mismos saludos se repitieron durante todo el día, dos jóvenes de
aproximadamente diez años de edad aparecieron ante él.
Uno habló:
— ¡Oye, Guren Ichinose!
Todos los adultos que estaban cerca quedaron sorprendidos por la forma en
como ese chico se dirigió hacia Guren.
— Oye, tú.
Pero Guren levantó su mano para detener al adulto.
— Tranquilo, déjenlo continuar. Después de todo, él vino al funeral.
Luego miró al chico, este tenía un cabello marrón té, y unos parpados ligeramente
caídos.
Detrás de él estaba un chico de cabello negro y una expresión calmada.
— ¿Tu nombre? –preguntó Guren.
Parpados caídos respondió:
— Soy Makoto, y él es Shusaku.
— Makoto Narumi y Shusaki Iwasaki –añadió el que se llamada Shusaku.
Guren había oído esos nombres con anterioridad.
Narumi e Iwasaki.
Aunque ellos no eran parte de las reconocidas familias fundadoras, ellos habían
liderado numerosos seguidores durante bastante tiempo. Familias extraordinarias.
Por lo que él pudo recordar, ellos residían en Nagoya.
Guren asintió y dijo:
— Asi que eso era. Parece que tienen algo que decir.
CAPÍTULO 3
La Mano Cortada
En las profundidades de un calmado sitio residencial en Shibuya, se encontraba
un edificio.
Era un lugar que podía llamarse: la sede del «Mikado no Oni».
Esta era la primera vez que a Guren lo hacían ir. Aparentemente, se decía que,
sin importar lo que pasase, era necesario reportar al «Mikado no Oni» acerca de la
llegada de la nueva Cabeza de la Casa Ichinose.
Luego del estricto chequeo de seguridad y la verificación de identidad, él fue
llevado a situarse frete a una enorme puerta negra.
La dama que lo recibió le dijo:
— Por favor, espere aquí a que sea llamado –y se fue. Guren asintió y esperó allí
desde ese momento.
Parecía que la Cabeza de la Casa Hiiragi –Tenri Hiiragi–, que también era padre
de Kureto, Mahiru y Seishirō, se encontraba en esa habitación.
La figura autoritaria que gobernaba todo el «Mikado no Oni».
Además de él, se decía que las nueve Casas que decidieron la ejecución del
padre de Guren también estaban presente.
—…que lentos.
Nadie pareció responderle. En ese espacio vacío, 10… no, 20 minutos
transcurrieron.
¿Acaso era para reforzar la diferencia en su estatus, o lo había olvidado por
completo? Él no lo sabía. En eso, una hora pasó…
—…adelante –habló alguien, y con eso, Guren entró en la habitación.
Había una mesa redonda. Unos cuantos hombres y mujeres de mediana edad
estaban sentados alrededor de la misma.
Eran 10 personas en total.
Probablemente, Tenri Hiiragi y las nueve Cabezas de las Casas. En otras
palabras, los padres o madres de Goshi y Mito deberían estar presentes. Pero
Guren no estaba seguro de quienes eran.
El hombre sentado en la parte más interna de la mesa redonda, habló:
— ¿Eres el hijo de Sakae Ichinose?
— ¿Cómo podría? Eso fue una simple broma. No creí que Seishirō-sama
escucharía a alguien como yo.
— Si –asintió Tenri–, es cierto. Fue culpa de Seishirō por haberle creído a una
escoria como tú. La Casa Hiiragi no necesita cobardes. Si no fuera mi favorito, no
me interesara que fuese asesinado.
— Le ruego que no diga esas bromas.
— Porque por una broma como esta podría matar a todos los del «Mikado no
Tsuki».
— SI, lo entiendo.
— Ya que lo entiendes, ¿dime por qué tienes esa mirada en tus ojos?
— Me disculpo profundamente. Incluso si este es el caso, seguiré siendo
obediente.
Tenri lo miró como si lo juzgara.
— Oye, ¿conoces el significado de tu existencia?
— ¿…disculpe?
— Te estoy haciendo una pregunta. ¿Conoces la historia de cómo la Casa Hiiragi
y la Casa Ichinose se dividieron?
Claro que lo sabía. Una mujer Ichinose se enamoró del segundo hijo de la Casa
Hiiragi –el primogénito de dicha Casa enloqueció de la rabia por eso. El momento
en el que él cargó contra esa pareja por desesperación, fue el momento en el que
la historia del «Mikado no Tsuki» comenzó.
Desde entonces, la humillación constante que la Casa Ichinose recibía fue
permitida por la Casa Hiiragi. Menospreciar a la Casa Ichinose ya era parte del
sistema educativo de la Casa Hiiragi y del «Mikado no Oni».
— Una basura de Casa Secundaria como ustedes solo existen para ser
discriminados –dijo Tenri.
—……
— Aunque no tengo intención de contar la historia de amor de los ancestros hasta
la actualidad, este sistema parece funcionar muy bien. Los seguidores del «Mikado
no Oni» fueron capaces de reforzar sus identidades y unirse para discriminarlos a
ustedes.
—………
— Esta es la razón por la que vives. Si esta razón no existiera, se hubiesen
desintegrado hace mucho. Es mejor que aceptes tu destino.
Su frente golpeó el piso con tanta fuerza, que la piel se le rasgó y la sangre
comenzó a fluir de la herida. Pero él no se quejó.
Incluso si se sentía como si fuese a ser despedazado por la humillación, él no se
quejó.
Debió ser en el mismo lugar.
En esa misma habitación, su padre experimentó algo similar.
Una vez cada tantos años, su padre era llamado a asistir a la reunión de los altos
mandos del «Mikado no Oni». Cada vez que esto sucedía, su padre sonreía y decía:
«Iré a pasear a Tokio», antes de salir de casa.
Luego de eso, este tipo de cosas pasaban.
Si ese fuera el caso, entonces él también debería ser capaz de tolerar esto.
Su cabeza fue pisoteada otra vez. El dolor ya no se sentía. La ira era la única
cosa que se encontraba en su corazón; hizo lo posible para suprimir esa furia.
—…muy bien –dijo Tenri–. Ahora te reconozco como la Cabeza de la Casa
Ichinose. Por mi bien, esfuérzate en mantener tu existencia obediente.
Su hombro fue pateado, forzando su cabeza a levantar la mirada.
La sangre brotando de su herida tiñó su ojo derecho; él no podía abrir ese ojo.
Por eso, Guren estudió la habitación con su ojo izquierdo.
Unos cuantos hombres se reían de él. Parecía que esa era una escena divertida.
En eso, Guren comprendió que Mahiru realmente había crecido en ese lugar.
Detrás de este padre.
Ella solía ser un sujeto de experimentación humana. Una pequeñita, en medio de
un ambiente tan cruel. Durante su crecimiento, ella nunca recibió el amor de nadie.
¿En qué tipo de persona se convertiría? Todo eso era lo que él pensó.
Guren recordó su rostro durante su primer encuentro. Ella dijo ser un hada del
bosque.
— Oye, ¿de dónde eres?
— Me preguntó dónde. Si te digo que soy el hada de este bosque, ¿qué vas a
hacer?
— Este no es un bosque, es una montaña.
— Bueno, el hada de la montaña.
— ¿Entonces que negocios tiene conmigo, hada ojou-san?
Parecía que él estaba de buen humor. Fue salvado por una vez. Guren se frotó
el ojo derecho con su palma. La sangre había cesado. Quizá la herida comenzaría
a sanarse también. Ese era el poder del «Kiju». Una habilidad curativa que los
humanos normales no poseían. Guren se frotó los rastros de sangre.
Kureto le entregó un pañuelo.
— Usa esto.
Guren lo ignoró y Kureto se encogió de hombros.
Ambos quedaron en silencio mientras avanzaban por los pasillos y salían del
edificio. El coche con chofer de Kureto estaba estacionado afuera.
— ¡¿Quieres pasear?! Puedo llevarte de vuelta.
— ¿Qué tipo de brisita está soplando hoy? –respondió Guren.
— Al verte en tus débiles momentos, pensé en venderte un poco de amabilidad.
Pero no era necesario. Kureto tenía la autoridad absoluta. Eso era algo que
Guren no podía contradecir.
Después de todo, este desgraciado estaba reservado para ser la próxima Cabeza
de la Casa.
Por esa razón, si existiese una necesidad para ayudar a Guren, entonces esa
era…
—…el débil, ¿no eres tú, Kureto? –dijo Guren.
Por alguna razón, él pensó en Mahiru. Pensó en ella, quien nació en la Casa
Hiiragi y que esperaba redención.
Kureto sonrió ligeramente. Mientras se sentaba en la parte trasera del vehículo.
— Bueno, él hecho de que no te hayan matado hoy es bueno. Porque tu eres una
pieza de ajedrez importante para mí.
Pero, ¿qué es lo que estaba tratando de lograr? Eso fue algo que Guren pensó
en silencio.
Kureto lo tenía todo. El poder de hacer todo posible estaba en sus manos. Si
había algo que faltara, entonces ese sería el poder para rebelarse ante su padre.
Mahiru odió su nacimiento.
¿Con Kureto era igual?
Guren miró al carro irse.
Al final, todos trataban duramente de lograr algo.
◆
Guren fue a casa todo golpeado y ensangrentado. Tanto Sayuri como Shigure
quedaron en shock al ver eso.
— ¡Guren-sama!
— ¿Qué sucedió?
— Nada serio –respondió él.
Sayuri entró en pánico.
— Sin embargo, necesitamos tratar esto de inmediato.
A pesar de eso, la herida ya a estas alturas debería estar sanada. Pues el «Kiju»
ya poseía habilidades regenerativas inhumanas.
Noya estaba ayudando a sanar la herida. Por eso…
— La herida ya ha desaparecido. Déjenme tomar un baño y quitarme la sangre –
respondió Guren.
— Lo prepararé de inmediato.
Mientras decía eso, Shigure se preparó para alistar el agua.
Guren caminó entre el dúo ruidoso y entró en la sala de estar.
Había un visitante. Un hombre de traje negro: el espía de la «Secta Hyakuya»
que conspiró con Mahiru – Saitou.
Saitou estaba sentado en el sofá. Sonrió ligeramente mientras lentamente se
volvía hacia él.
— Yuju, bienvenido de nuevo, Guren-kun.
Guren miró a Saitou y dijo:
— ¿Qué haces aquí?
— ¿Esto no debería sorprenderte, cierto? Despeas de todo, bajo la situación
especial sobre la investigación del «Kiju», la «Secta Hyakuya» y el «Mikado no Oni»
son aliados.
—…..
— Ah, ¿no te vas a enojar? Bueno, no somos amantes, así que, relájate. No me
atrevería acercarme a una muchachita tan terrible…
Guren lo interrumpió y dijo:
— Cállate. No intento involucrarme en una conversación tan aburrida. Solo
respóndeme.
— Solo si haces una pregunta interesante.
— ¿Quién es «Mikaela Shindo»?
Al oír eso, la expresión de Saitou cambió.
— ¿Y «Yūichirō Amane»?
Ambos de los cuales habían aparecido junto a Saitou.
Más allá de ello, esos dos nombres también aparecían en los documentos
provistos por Mahiru.
El experimento militar llamado «El Serafín del Final» que actualmente ella
conducido por la «Secta Hyakuya» y que requería sujetos humanos.
Encima de eso, había muchos nombres escritos.
Amane Yūichirō. Mikaela Shindo.
Saotome Yoichi. Saotome Tomoe.
………… …………..
………… …………..
¿Quién sabía si todos tenían algún tipo de conexión con él? Este tipo
definitivamente apreció junto a esos dos chicos.
Encima de ello, podría decirse que este desgraciado quería que Guren viera eso.
¿De qué iba todo esto?
— ¿Exactamente qué es «El Serafín del Final»? –preguntó Guren.
— ¿Qué era lo que estaba escrito en los documentos que Mahiru ojou-san dejó?
Se plasmaba que era un arma mágica capaz de destruir masivamente. Superaba
al «Kiju» y podría llevar todo a un apocalipsis.
Además de eso, ella dejó unas cuantas pistas. Guren recordó unas palabras
proféticas que ella dijo:
— Ya basta, dame poder. Entrégale a mi yo actual, el poder que pueda hacer que
todo se rinda ante mí.
Él pudo sentir que Noya reía amargamente.
«Me convertí en el Demonio de un anfitrión obstinado»
Luego de eso, él se sintió como recibía el poder más grande. Una inimaginable
cantidad de maldiciones comenzaron a circular en sus brazos y rostro.
Saitou miró a Guren y dijo:
— ¿Vas a volver a usar el mismo truco?
—……
— ¿Hacerme rendir con un poder absoluto, forzarme a darte la información?
— Si.
— Si este es el caso, no puedes volverte fuerte. Incluso me lograr rendirme con
ese poder, no podrás ser capaz de alcanzar a Mahiru ojou-san.
— Si no lo intento, ¿cómo podré saberlo?
— Lo sé. Además, no puedes ganarme.
Guren no lo sentía de esa forma.
Las cadenas de Saitou no fueron muy rápidas.
Seguía siendo el mismo poder que posiblemente podría ser una amenaza. Pero
ahora, una vez que Guren se concentró, él podría solucionar eso de inmediato.
Saitou, con quien peleó unas cuantas veces, también debería saber eso.
La investigación «Kiju» estaba progresando a un ritmo sorprendente. Entre todo
esto, él frecuentemente producía los mejores resultados.
Incluso si Saitou estaba equipado con el «Kiju», aun así él podría ganar –esa era
la conclusión a la que él había llegado.
— Saca tus armas «Kiju». De todas formas la tienes, ¿cierto?
— No. eso no es bueno para el cuerpo.
— ¿Entonces viniste con las manos vacías?
— Si.
— ¿Eres olvidadizo o despreocupado?
— ¿En serio? Yo, por otro lado, siento que podría derrotarte con mis manos
desnudas. Tu yo actual no puede ni siquiera renunciar a su debilidad.
Fuera de los laboratorios del «Mikado no Oni», Guren se sentó en la silla de los
pasillos, esperando que el tratamiento de Shigure terminara.
Cuando ellos llegaron, la vida de Shigure pendía de un hilo. La velocidad de la
pérdida de sangre era mayor a la de su recuperación; si ellos hubiesen llegado un
poco más tarde, ella habría perdido la vida.
Pero ahora, el poder del «Demonio» había sido controlado a la fuerza por equipos
externos y su brazo había sido unido exitosamente.
La persona que le había cortado el brazo había sido él.
Un error cometido por su ser arrogante que creyó que Saitou podía ser derrotado.
Si él tuviese poder, las cosas no habrían terminado así.
Si él tuviese más poder, la ejecución de su padre y el hecho de haber sido forzado
a ir a un punto muerto por Mahiru, no habría sucedido.
Poder.
— ¿…poder, eh?
Guren murmuró suavemente. En eso, su celular volvió a sonar.
— Soy yo.
— Ah, ¿todo está bien?
— ¿Qué?
— Ah, lo escuché todo…
— No andes espiando a los demás.
— ¿Quién salió herido?
— Shigure.
— ¿Qué sucedió?
— Ella estaba a punto de cortar un rábano, pero vio algo raro en esa cosa y al
final se picó el brazo1.
— ¿…qué fue lo que pasó exactamente?
Guren respondió.
— Estoy seguro que hay otros allí que comparten tu mal hábito de estar espiando.
1
N.T. No sé ustedes, pero esta frase a mí me recordó al meme-noticia de: ‘fue al hospital por un dolor de
estómago, y le amputaron el brazo’. Podrá no tener nada que ver, pero fue lo primero que me pasó por la 79
mente.
— Bien. Entonces hablaremos cuando nos veamos. Iré esta noche a tu casa.
El realmente estaba acaramelándose nuevamente con sus amigos.
Esa fue la elección que tomó.
A pesar de ello, ¿qué era lo que le esperaba adelante exactamente?
— Si. Volveré cuando la condición de Shigure se estabilice.
La llamada terminó. Su teléfono volvió a sonar. Parecía que Sayuri acababa de
despertar.
— ¡G-GUREN-SAMA!
— Cálmate, ahora todo está bien.
Sin embargo.
— Está bien. En estos momentos nos están interviniendo. No digas nada.
— Ah…
— Shinya irá más tarde. Por favor, limpia la habitación.
La habitación en este momento debería ser un mar de sangre. Pura sangre de
Shigure.
Normalmente, tras perder tanta sangre, uno no sería capaz de sobrevivir.
Si el tratamiento se hubiese tardado ligeramente.
Si Kureto no hubiese enviado el helicóptero.
Si la energía de Shigure no hubiese sido conservada.
Él habría matado a un amigo. Si él se hubiese detenido y renunciado a la lucha
luego que el brazo hubiese sido cortado, no habría sido nada tan serio. Sin embargo,
él había hecho eso.
¿Era equivalente a dejar que su amiga muriera?
—………
— Si. Ni siquiera pude bloquear un ataque con mis poderes «Kiju». Ese
desgraciado dijo ser el Segundo Progenitor. Pero parece que también ha traicionado
a los vampiros. Asi que no tengo ni la menor idea de adonde pertenece.
Kureto se situó junto a Guren. Cruzó sus brazos, miró al laboratorio donde
Shigure estaba siendo tratada.
—…este tipo de desgraciado, ¿qué méritos piensa recibir por cooperar con
Mahiru?
— Quien sabe.
— ¿Por qué fue a tu casa?
— No tengo idea. Parece que Mahiru estaba buscándome.
— ¿Con qué razón?
Guren se encogió de hombros.
— Si lo supieras, no habría revelado tantos detalles.
Kureto sonrió.
— Esa mujer problemática está encaprichada contigo.
— ¿Acaso no es tu hermana?
— Tenemos el mismo padre, pero madres distintas.
A pesar de eso, había demasiadas similitudes entre Mahiru y Kureto.
— Bueno –dijo Kureto–, ¿cómo te las arreglaste con ese monstruo?
— No hice nada. Él quería que yo matara a mis subordinadas y lo siguiera… se
resignó luego que lo rechacé. Realmente no estaba siendo tomado en serio. Y así
terminó.
— Bueno, gracias por esforzarte. ¿Cómo está la condición de tu subordinada?
— Parece estar recuperándose.
— Ahora, ¿dónde quedaron los agradecimientos?
— Odio eso de ti –respondió Guren.
— Jajaja.
— Pero, ¿será suficiente con solo agradecerte?
— Si –asintió Kureto–. Eso será suficiente. Trataré de investigar a ese tal Saitou.
Si hay casos serios que involucren a los vampiros, necesitaríamos poder para
cambiar.
— ¿Ese tipo de poder será algo que seremos capaces de obtener de inmediato?
Kureto lo miró y dijo:
— Gracias al «Asuramaru» que trajiste, nuestra comprensión del «Kiju» ha
mejorado a un nivel notable. Con eso, deberíamos ser capaces de superar cualquier
cosa, incluso si se trata de Mahiru o los vampiros.
¿En serio? ¿Ya esto no estaba bajo su control?
— Estamos llevando el poder del «Kiju» al próximo nivel. En un mes
comenzaremos la distribución masiva. Espero me ayudes con eso.
— ¿No he estado ayudándote con eso todo este tiempo?
— Es cierto. Pero ayúdame más.
Ya eso no importa –pensó Guren. Si él podía alcanzar a Mahiru, aportaría toda
la ayuda necesaria. Sin embargo.
— Kureto.
— ¿Hmm?
— Voy en serio con lo de alcanzar a Mahiru.
—……
Kureto lo miró y dijo:
— Sígueme, y serás capaz de alcanzarla.
Guren sonrió y levantó la mirada.
— ¿Seguirte aun cuando eres más lento que Mahiru?
— Nuestro método de acercarnos es distinto, te digo. Yo seré el ultimo ganador.
— Eh.
— Si sientes que no es suficiente, ven y ayúdame.
Guren asintió.
— Haré lo que pueda. En fin, es necesario superar a Mahiru.
Por esto, era necesario utilizar los poderes del «Mikado no Oni» y de la «Secta
Hyakuya». Él admitía su debilidad actual. Admitía que era una débil hormiga que no
podía cumplir nada sin esa gente.
Encima de eso, él planeaba ir más allá de la imaginación de Mahiru.
Kureto habló:
— Esto es cómo lo ponemos. Pero no es algo que se pueda lograr en un dia. Por
eso, descansemos. Debes estar cansado, ¿no?
Ciertamente había sido un día bastante agotador.
Forzado a arrodillarse, su cabeza fue pisoteada, incluso se vio forzado a saber
que su padre bailó desnudo y además de haber cortado el brazo de Shigure.
Kureto lo miró una vez y se fue.
Parecía que Shigure aún no recuperaba el conocimiento. Pero eso era porque se
encontraba anestesiada, quizá mañana despertaría.
Aunque su brazo había sido unido, quedaba una cicatriz.
Guren se quedó a su lado durante unas horas más antes de decidir irse a casa.
◆
◆
De regreso a casa, él se enfrentó con una tropa de fuerzas armadas que le
tendieron una emboscada.
De pie en el centro de ella, estaba Seishirō Hiiragi.
— Oye, basura Ichinose, maldito, te atreviste a subestimarme.
Él parecía bastante enojado. Aparentemente había comprendido la mentira de
Guren. Quizá también fue reprendido por su padre.
Todos tenían armas «Kiju» con ellos.
Diez soldados rodearon lentamente a Guren.
Parecía que él no sería capaz de ganar esa batalla por su cuenta. Quizá lo
asesinarían.
A pesar de eso, Guren suspiró ante esa gente. Sintió que estaba siendo salvado
por su ingenuidad – que ellos apenas habían llegado luego de ser avergonzados y
buscaban venganza. Al menos no se trataba de vampiros.
— Ah, mierda, si solamente todo fuera ingenuo.
— ¡¿AH?! ¿Qué murmuras? –rugió Seishirō.
— Una débil basura Ichinose… ¡déjame decirte cuales son las consecuencias de
haberme mentido!
—…….
— ¡JA! ¿Qué tipo de actitud es esa? ¿Estás tan asustado que quedaste sin
habla? ¡Si no quieres esto, entonces arrodíllate!
Recibió la orden de arrodillarse. Era la segunda vez en ese dia. Este desgraciado,
ciertamente, era hijo de Tenri.
— ¡Arrodíllate aquí mismo, di soy tan estúpido, discúlpate conmigo y teme como
un perro!
Al oír esas palabras, Guren sonrió cansadamente.
— Jajaja, realmente te las arreglaste para pensar en un dialogo tan extenso y
estúpido.
En eso, la expresión de Seishirō cambió.
— ¿Qué dijiste?
Guren continuó:
—…hablando de ellos, la culpa es tuya. Tú te dejaste engañar.
— ¡¿AH?!
— Tu padre lo dijo antes. Para un bastardo inútil que ni siquiera es digno del
apellido Hiiragi, incluso si muere, no es algo que importe mucho.
— ¡¿QUÉ?! ¿Qué dijiste? ¡P-padre nunca diría cosas como esas!
Sin embargo, este tipo sabía que su padre dijo algo así. Sin su padre como
escudo, este bastardo colapsaría en el primer golpe.
— Imposible. Soy excepcional.
Él ciertamente no era una persona de nivel tan bajo. Él también produjo unos
resultados bastante impresionantes en los experimentos de prueba del «Kiju».
Aunque él era peor que Guren, Kureto, Shinya…
— Maldito. Incluso te atreviste a menospreciarme. Ni siquiera pienses que te
dejaré salir de esta, ¿de acuerdo?
Claro que no. cualquier cosa que dijera no lo beneficiaria. Por eso, la elección
correcta arrodillarse de inmediato. Dejar que su cabeza fuese pisoteada una o dos
veces. Este bastardo se sentiría satisfecho, ¿cierto? Así no incrementaría el número
de enemigos aburridos.
Sin embargo, su humor había tocado fondo hoy.
Perdió ante Saitou.
Le ordenaron arrodillarse 2 veces.
En otras palabras, era momento de descargar esta ira en alguien. Encima de eso,
este desgraciado una vez derrotó a Sayuri. La venganza era algo necesario.
Guren miró a Seishirō y dijo:
— Ay, ya baste. Muévete.
— ¿Ah? ¿Eres estúpido o qué? ¿No eres capaz de ver los soldados que tengo…?
— No me interesa cuanta gente tengas –le interrumpió Guren–. Si te mato, todo
acabará, ¿no es así, Seishirō Hiiragi?
— ¿Qu…?
Guren colocó su mano en la katana en su cintura. Y llamó el poder del «Kiju». El
poder fluyó por todo su cuerpo.
— Oye, oye, ¿no crees que por hacer esto, tú…?
— Ya me dieron permiso de matar a los bastardos inútiles.
— ¡Tonterías! ¡Y-yo soy un Hiiragi!
— Cállate y desenvaina tu espada.
— O-oigan, protéjanme…
Guren ya había corrido hacia adelante. No había forma de acabar con esto tan
rápido.
Era necesario suprimir a Seishirō antes de que las interferencias problemáticas
llegaran.
Él solo dio un gran paso al frente y ya la distancia entre Seishirō y él había sido
recortada notablemente.
La reacción de esos guardias fue muy lenta. Esto era completamente
incomparable con Saitou. Un grupo de ellos finalmente había desenvainado sus
armas. Pero ni siquiera pudieron igualar a Guren.
— Muere.
Guren levantó su espada. Seishirō desenvainó la suya de inmediato para
bloquear el ataque.
Ciertamente, este era un joven maestro de la Casa Hiiragi. Su respuesta fue
totalmente distinta a la de los soldados.
Las espadas de Guren y Seishirō chocaron entre sí, produciendo ruidos metálicos
ensordecedores.
Luego de unos cuantos intercambios, Seishirō sonrió.
— Jajaja, debiste haberme matado con el primer golpe. Oigan, chicos, ¡maten a
este bastardo!
— Mostré piedad –dijo Guren–. Debiste sentir miedo, ¿no?
— Eh.
En eso, Guren osciló su espada con todas sus fuerzas. Esta vez, él estaba
apuntando a la espada de Seishirō.
Si el quisiera cortarlo, la cabeza de Seishirō ahora estuviese rodando. Pero con
el fin de que su oponente entendiera la diferencia entre sus poderes, él cortó hacia
la espada.
Un choque resonó; ni siquiera sonó como una colisión metálica. Fue más bien un
sonido anormal. Seishirō fue incapaz de bloquear el golpe, su brazo fue lanzado
hacia atrás y hacia afuera. La espada voló y giró en el aire.
Guren rió.
— Muere…
En ese momento, desde un lateral, una voz resonó.
— No puedes hacer eso…
Era la voz de Shinya.
Por eso, él se vio forzado a parar. Guren fue golpeado y voló hacia un lado. Rodó
unas cuantas veces en el suelo y se detuvo.
Mientras Shinya clavaba a Guren en el suelo…
— Oye, Guren. Si realmente matas a un Hiiragi, sin importar qué, te castigarán –
dijo. Y Guren sonrió mientras decía.
— Te vi.
— Eh, ¿así que querías detenerme como el prerrequisito, eh?
— Luego de esto, utilizaré la autoridad de Hiiragi-sama para tratar con esto.
— Eh… siento que se aprovecharon de mi masivamente.
— Somos amigos, ¿no?
— Siempre usas esa palabra en situaciones así.
Shinya se levantó. Al ver esto, Seishirō gritó.
— ¡Oye, SHINYA! ¡Ese desgraciado es un rebelde! ¡Mátalo!
Shinya entrecerró los ojos, y miró a Seishirō.
— See, lo vi todo, esa fue una batalla, ¿cierto…? Además, perder luego de tener
un equipo respaldándote, ¿qué crees que pensará padre de esto?
— Ehh…–Seishirō frunció el ceño–. Tú simplemente eres un adoptado, UN
ADOPTADO. ¿Cómo puedes entender a padre?
— Incluso si no puedo comprenderlo, sigo estando muy consciente de la situación
aquí entre los Hiiragi. Pues me educaron a la fuerza de esta forma.
—……….
— Por eso, sea lo que sea que haya pasado, no lo divulguemos. Esta es la mejor
elección. Además, Seishirō-nii…
— ¿Qué?
— Vengarte de una escoria Ichinose y cosas similares es algo que no se puede
hacer. Esto es algo inapropiado para un Hiiragi. Después de todo, tu y yo –el
adoptado–, somos diferentes. El verdadero Hiiragi aquí, eres tú.
—……
— Además, Guren es el tipo de persona que se escapa de las manos una vez
que se enoja. Por eso, lo convenceré. ¿Podrías irte?
Seishirō los miró por un momento. Rastros de temor aun colgaban en su rostro.
Eso fue suficiente. Seishirō miró a Guren.
— Oigan, chicos, me voy.
Y se fue. Luego de verlo irse, Shinya miró a Guren y dijo:
— ¿Qué tipo de cosas tan molestas se te atravesaron en el camino esta vez?
— Un montón –respondió Guren.
— ¿Quieres contarme?
— Luego que llegue a casa, y tome un baño.
Al final, la sangre de la herida en su frente, la que tuvo en horas de la tarde, aun
no había sido limpiada apropiadamente. Aunque se la limpió con una toalla.
Shinya extendió su mano y dijo:
— Ven, toma mi mano.
Guren tomó esa mano y se levantó.
— Huh.
Guren suspiró y Shinya rió.
— En este mundo, queda claro que poner esfuerzos hace que uno salga
perdiendo. Pero tú seguiste esforzándote como un idiota. Ocultando tu fuerza hasta
más no poder.
—……..
—…sin embargo, este aspecto parece algo carismático. Entendí de inmediato
por qué a Mahiru le gustas. Porque nunca renuncias a nada. A diferencia de mi, tu
sigues teniendo una meta.
— ¿Cuál meta?
— Proteger a alguien. Quieres fortalecerte y protegerlos a todos, ¿cierto?
—……..
— Al final, sigues fortaleciéndote para hacer amigos. Solo te interesa proteger a
los demás. Entonces, ¿qué hay de volver esta meta ilimitada?
—…entonces, tu punto es, ¿quieres que nuestra relación se vuelva más íntima?
— Si. Verás, hay muchas cosas melancólicas que han sucedido recientemente.
Está bien si quieres actuar como un niño mimado frente a mí. ¿Quieres que te traiga
una taza de café?
— ¿Qué tontería es esa?
— Jajaja.
— Además, quiero es gaseosa.
Shinya sonrió. Sacó su billetera y caminó hacia una maquina dispensadora que
había cerca. Parecía que quería servirle a Guren.
Mirando su espalda, Guren preguntó.
— Entonces, ¿has encontrado tu objetivo?
— No del todo –respondió Shinya–. Pero quiero intentarlo y proteger a partir de
ahora a mis amigos.
— ¿En serio?
— Si.
— Oh, ¿e incluso hacer más amigos?
— Jajaja, te daré una paliza, ¿bien?
Shinya sonrió y tomó la gaseosa y se la lanzó a Guren.
La gaseosa estaba bastante fría por la máquina. Al tomar un poco, él se relajó.
CAPÍTULO 4
Pastel de Navidad
2 de diciembre:
Mahiru Hiiragi finalmente fue liberada de la ciudad subterránea de los vampiros.
Ahora caminaba en la superficie. Por las calles de Tokio.
Como siempre, había mucha gente.
¿Qué hora era?
Ella levantó su cabeza para mirar al cielo. Aunque el sol se estaba ocultando, ella
sintió el calor de ese sol que no había visto en mucho tiempo.
De entre la multitud, ella sintió que alguien la estaba mirando. Al principio, ella se
imaginó que fuese Guren para buscarla, pero naturalmente comprendió que eso era
imposible.
De inmediato, ella ubicó la fuente de la mirada.
Era un hombre de traje negro: Saitou.
Acercándose, le dijo:
—…ah, buen trabajo.
— Ni siquiera me cansé. ¿Cuál es la situación en el exterior?
— Transcurren sin problemas. El mundo se mueve sin problemas hacia la
destrucción.
Si hoy realmente era 2 de diciembre, entonces solo quedaban 23 días.
Luego de eso, el telón hacia la destrucción del mundo se levantaría.
Mientras miraba a Mahiru, una sonrisa se dibujó en el rostro de Saitou, luego dijo:
— Entonces, ¿obtuviste la fuerza que querías?
— Con solo verme, ya deberías saberlo.
— Seguro. Bueno, incluso si está anocheciendo, la luz solar te debe estar
afectando. Los vampiros odian el sol.
Al oír eso, Mahiru volvió a mirar al cielo.
Ella miró al cielo con sus pupilas color carmesí – eran pupilas con el color de la
sangre.
El cielo era igual de rojo. La puesta del sol.
Parecía más hermoso que antes, probablemente su visión había mejorado.
Comparado a cuando ella había solo simplemente humana, ella podía discernir más
sombras de colores.
Sus sentidos también se habían agudizado.
Los movimientos y la temperatura del aire. La humedad. Todas esas cosas se
sentían hermosas, hacían que uno sintiera que tales cosas eran importantes.
Este mundo era extremadamente importante. Sin embargo…
—……….
Frente a todas esas cosas hermosas, ella no se sintió del todo conmovida. Aún
estaba sedienta. Sed de sangre.
Sin embargo, ella nunca lo preguntó. En fin, incluso si lo hacía, ella no recibiría
respuesta alguna, ella ni siquiera tenía interés en la vida de él.
Por eso, Mahiru dijo:
— Si no hay nada más, ¿te puedes largar?
— Aunque no hay más nada, ¿te di un presente, no?
Él se refería al anillo de luz ultravioleta.
— Ah, esto, gracias.
— Bueno, me voy. No tenemos mucho tiempo, hazle un elogio a la humanidad.
Con eso, Saitou se desvaneció.
El tiempo restante era demasiado corto. Solo quedaban 23 días.
Luego de ese tiempo, Saitou y la «Secta Hyakuya», comenzarían con el «Serafín
del Final».
Y su fuerza actual no era suficiente para detenerlos.
Si es así, ella necesitaba mucha más fuerza.
Una fuerza enorme, que aunque el mundo acabase, ella pudiese ser capaz de
sobrevivir.
Fuerza para ser capaz de estar junto a Guren.
—……….
Mahiru agarró el anillo de luz UV y lo reventó.
La luz del sol nuevamente se volvió cegadora. Aunque el sol se había puesto, y
el cielo ya se tornaba oscuro.
—…este anillo, ¿qué estructura tiene? Necesito investigarlo y hacerme uno.
Ella no quería ser manipulada por Saitou. Ella no podía ser tragada por el
desastre y ser asesinada.
Ella tenía su propia investigación. A diferencia del «Serafín del Final», su
investigación estaba apuntada hacia el robo de la fuerza del «Kiju».
Su transformación en vampiro solo era por ese objetivo. Aunque le había tomado
algo de tiempo, si quedaban 23 días, entonces, probablemente…
— ¿…pueda completarlo… quizá?
Ella murmuró con algo de nerviosismo.
Fuera de todo, ella de repente quiso ver a Guren.
◆
10 de diciembre.
Quince días para navidad.
En una escuela ubicada en Shibuya, unos demonios aparecieron.
Ya que los armamentos «Kiju» fueron puesto en uso y entregados a los
estudiantes de la Secundaria Shibuya, los estragos comenzaron a producirse
periódicamente.
— ¡Uwahhhhh! ¡Voy a matarlos a todos, A TODOS!
En la distancia, los aullidos de un estudiante poseído por un demonio se podían
escuchar.
Estaba anocheciendo en la escuela.
Los estudiantes corrían caóticamente en todas direcciones.
Yendo contra el flujo de la multitud, Guren avanzó por el patio escolar.
Kureto había dado órdenes de matar a los estudiantes descontrolados.
—……….
Él no había estado en esa escuela en mucho tiempo.
Gracias a su entrega de «Asuramaru», la investigación «Kiju» se incrementó de
repente, por lo que, durante los últimos meses, él pasó casi todo su tiempo en el
laboratorio y el salón de entrenamiento.
Por eso, él ya no usaba el mismo uniforme escolar que tenían los estudiantes
que escapaban.
En lugar de eso, él usaba un uniforme militar provisto por el «Mikado no Oni». Al
ver ese uniforme, los estudiantes gritaron:
— ¡La ayuda llegó! ¡Los rescatistas del «Mikado no Oni» están aquí!
— ¡Pero si solo es una persona!
— ¡Idiota, ese es Guren Ichinose-sensei! ¡La mano derecha de Kureto-sama!
Parecía que él ahora era la mano derecha de Kureto. Bueno, ya que estaba bajo
el mando de él, no importaba lo que él hiciera, no sería sospechoso por la Casa
Hiiragi, eso probablemente era algo afortunado.
Guren entró en el bloque de docencia.
Los estudiantes estaban huyendo con lágrimas recorriéndoles el rostro. Ese
grupo de estudiantes debería estar armados con equipos «Kiju», por lo que incluso
si este número de estudiantes era incapaz de derrotar al descontrolado, entonces
ese chico debería de ser bastante poderoso.
Kureto también debió haberle dado órdenes a Shinya, Shigure, Sayuri, Mito y
Goshi. Ellos también deberían estar dirigiéndose allí, pero…
—…parece que seré el primero en verlo –dijo, mientras corría hacia la escuela.
Subía las escaleras, hasta llegar al tercer piso.
Ya en ese piso había algunos cadáveres. Los estudiantes habían desenvainado
sus espadas, pero aun así fueron asesinados.
Él contó el número de cuerpos. De los que estaban armados con el «Kiju» eran
27.
Aunque no parecía que hubiesen atacado al unísono, significaba que para esos
que usaban el «Kiju» normal, este era un descontrolado que ni siquiera 27 personas
podían detener.
En ese momento, una estudiante femenina llegó volando desde un salón distante.
La chica no tenía mano derecha ni pierna izquierda. La habían cortado.
— ¡No, no! ¡NOOOOOOOOOO!
Aunque gritó y lloró, ella no estaba en una distancia en la que pudiera ser salvada.
El chico que permitió que su «Kiju» se descontrolara salió corriendo del salón.
Preparándose para asestarle el golpe de gracia a la chica, él levantó su espada.
— ¡OYE! –gritó Guren audiblemente en dirección al estudiante. Este miró en su
dirección. Sus ojos eran netamente negros. La maldición rodeaba su cuerpo.
De sus labios, una sonrisa se marcó, y lentamente dijo:
— ¿Quién eres?
— Tu cazador.
— ¿Eres un negociante del «Mikado no Oni»?
— Si, he venido a matarte.
Mientras decía eso, Guren desenvainó su espada. Sin embargo, el estudiante
dijo, sonriendo.
— No puedes hacerlo.
— ¿En serio? Vamos a intentarlo.
El estudiante continuó:
— No, no. Te estoy diciendo que no puedes salvar a esta mujer.
Al decir eso, su espada vagamente se clavó en el cuello de la chica.
— Ah, ah, ah…
Llorando, la chica murió. Él no había sido capaz de salvarla.
— ¡Jajajajaja, no te muestres tan decepcionado! ¡Pronto te le unirás!
El estudiante pateó la superficie y saltó. Y con una velocidad imposible para los
humanos, recortó la distancia en un abrir y cerrar de ojos.
Guren avanzó lentamente. Dejando algo de espacio detrás de su espalda a la
oportunidad que pudiese necesitar.
— Jajajaja –dijo el estudiante–, ¿estás temblando, no? ¿Asustado?
¿Aterrorizado? ¡Soy yo! ¡Yo soy el más fuerte! ¡Solo yo soy el más fuerte de este
mundo! ¡Asi que todos ustedes, MUERÁNSE!
Parecía que esto era lo que él quería.
Pateando el piso, paredes y techo, él se abalanzó hacia Guren.
El estudiante ahora debería estar experimentando un inmenso placer. Como
Guren había sido así cuando se descontroló, él podía entenderlo.
Cuando usaba el sello para controlar la fuerza de uno, era imposible que alguien
comprendiera el placer de liberar su propio poder. Sin embargo…
— ¿Cómo que el más fuerte del mundo? Nada cambia con solo tener esos
movimientos estando descontrolado.
Guren sacó su espada. El sello fue liberado a un nivel que no pudiese causarle
daño a su cuerpo. Liberando la cantidad mínima de la fuerza de Noya.
Esta fuerza, es decir, la cantidad que podía controlar en ese momento, era el
30% del poder de Noya. Ya era mucho más fuerte que en la batalla con los 2
vampiros que tuvo 2 meses atrás.
Pues en ese tiempo él se la pasó entrenando.
— Noya, vamos.
Cuando dijo eso, el Demonio respondió.
«De acuerdo»
Pateó hacia el techo, luego, la espada del estudiante que estaba atacando a una
velocidad terrorífica, fue –con solo usar su mano derecha–, bloqueada por Guren
usando a Noya.
Allí, se produjo el choque del metal contra el metal.
— ¡Muere, muere, muere! –dijo el estudiante, oscilando su espada, y Guren
bloqueó los ataques mientras sacaba un talismán con su mano izquierda. Luego lo
lanzó.
— ¡¿Cómo pude ser golpeado?! ¡AHHHHH!
Gritó el estudiante. Él usó su espada para cortar el talismán. En el momento en
que este fue partido a la mitad, Guren murmuró.
— Explota.
Y así, el talismán explotó. En eso, la espada del estudiante vaciló. Aprovechando
esa abertura, Guren clavó su espada.
— Maldición –el estudiante asustado levantó su espada con dificultad para
bloquear la espada de Guren. Aunque la bloqueó…
— Se acabó –dijo Guren. Lanzó una patada hacia el rostro del estudiante. Su
tacón alcanzó el mentón del chico. Debido al impacto, la cabeza del estudiante giró
hacia un lado.
— Agh.
El estudiante fue incapaz de ver en dirección a Guren. En ese momento, Guren
dio un paso al frente, pisando en el punto ciego del estudiante.
«Mátalo»
Gritó Noya, pero Guren lo ignoró y le dio una vuelta a su espada. Con el dorso
de la misma, él golpeó la espalda del chico.
— Ugh.
El estudiante salió volando. Todo su cuerpo se estrelló contra la pared.
— Ugh…maldición.
Si hubiese sido una persona normal, él habría muerto por el impacto. Sin
embargo, el cuerpo de este estudiante había sido fortalecido por el demonio.
Incluso así, él no debería ser capaz de resistirlo. En primer lugar, Guren había
lanzado su ataque con la intención de otorgar tal daño.
— Mierda, mierda, mierda, te mataré.
— Cállate.
De nuevo, él pateó la cabeza del estudiante. Y así, el chico perdió el conocimiento.
El descontrol del demonio no se detendría simplemente por quedar inconsciente.
Él tuvo que despojar al chico del arma, y luego imponer un sello…
En ese momento, hubo un sonido de aplauso.
Clap, clap.
— Que fuerte, Guren –se escuchó una voz femenina muy clara.
Guren conocía esa voz. Su cuerpo se tensó. La mujer que se había estado
ocultando, regresó.
—….Mahiru.
Se volvió en dirección al aplauso. En la parte opuesta del pasillo. En dirección al
salón de clases de donde había salido el estudiante.
Si, se trataba de Mahiru. Ella estaba usando un uniforme de marinero de la
Secundaria Shibuya, como siempre. Ella se había infiltrado en la escuela.
Mirando a Guren con jovialidad, habló.
— Ese uniforme realmente te queda bien.
—……….
— Bueno, pareces bueno en algo, Guren.
Ignorando esa habladuría sin sentido, Guren apuntó al estudiante a sus pies y
dijo:
Al mismo tiempo, la bala que Shinya disparó llegó volando hacia ellos. Tenía la
forma de un tigre gigante. La bala del demonio manifestado que Shinya usaba.
El tigre se preparó para clavar sus colmillos en Mahiru.
Con un movimiento de su mano, una guadaña apareció, y cortó la bala.
Guren miró sus movimientos. Eran ligeramente más lentos que los suyos.
Él sentía que podía hacerlo. Que finalmente podía capturarla…
— ¡No te he dado tales expectativas, ¿cierto?!
Mahiru sonrió y se volvió.
Ella osciló la guadaña a una velocidad muchas veces mayor a lo que Guren
imaginó.
Guren levantó a Noya. La guadaña chocó con el cuerpo de la espada. Un impacto
inimaginable recorrió su brazo.
—…ugh.
Él permitió que la guadaña se deslizara. Pues, si la bloqueaba, él sería enviado
a volar hacia atrás.
La guadaña llegó a él otra vez.
Una, dos, tres, cuatro veces. Trató desesperadamente de pensar en una forma
de contrarrestar los ataques de esa guadaña.
Todo lo que podía hacer era no dejarse asesinar por el arma.
Era obvio que ella era más fuerte.
Él no podía entender por qué había una enorme diferencia entre sus poderes. Su
análisis sobre el «Kiju» ya debería estar casi completo.
A cierto nivel, él podía predecir cuán poderoso podría ser uno cuando ser
respondía al «Kiju».
Asumiendo que Mahiru estuviese usando el «Kiju», el que ella fuese más fuerte
qué, también estaba en sus predicciones.
Sin embargo, sus movimientos anteriores fueron notablemente distintos a los de
él usando el «Kiju».
Si era así, ella estaba usando otro tipo de fuerza. Sin embargo…
— Si no puedes matarme en un instante, puedo ganar yo.
Guren miró a Mahiru, y ella sonrió.
En otras palabras, debido a su unión con el demonio, ella ahora era más fuerte
que los humanos, pero para Guren, quien estaba equipado con un Demonio Negro,
ella había quedado débil.
— Entonces, perderás ante una chica desarmada que originalmente no puede
hacer nada.
Guren fijo su mirada con esos ojos llenos de confianza que ella tenía.
Eran unos ojos negro azabache, muy claros.
En esos ojos, parecía que brillaba un ligero brillo rojo.
— Tu…
Sin embargo, para entonces, ella ya se había movido. Ella lanzó una patada hacia
Guren. Ese movimiento fue más rápido que cuando estaba usando a «Shikama
Doji».
— Ugh…
Guren usó todas sus fuerzas para evadir esas patadas, pero falló. El dorso de su
pie se conectó con el mentón de él.
— Ah…
Aunque solo lo rozó ligeramente, su cabeza fue echada hacia atrás con violencia.
Su cerebro traqueteó en su cráneo. Eso era malo. Él había sufrido una herida
traumática. Sus rodillas también comenzaron a sacudirse, y fue usando la fuerza
del «Kiju» que se las arregló para no perder el conocimiento.
Mahiru habló, sonreía.
— Ah, ¿viste dentro de mi falda? Que pervertido, así que, por favor, acepta mis
ataques al mismo nivel que hace poco…
El tintineo en sus oídos no desapareció. El mundo giraba ante sus ojos.
— Ugh…
Guren quiso empujarla. Le agarró el hombro. Era suave como el de una chica,
sin embargo, no se movió.
La maldición no se había manifestado en su piel. Ella no parecía estar usando el
«Kiju».
Sin embargo, esto no se parecía a la fuerza de un humano que no usara el «Kiju».
Guren trató de dar un puñetazo con su mano izquierda al rostro de Mahiru,
intentando apartarla. Pero su brazo fue agarrado.
Si fuese solo para proteger lo que era más importante para ella, ¿habría que
llegar tan lejos?
Ella retrocedió. Luego se desvaneció en las profundidades del pasillo.
Unos días después, el telón hacia una guerra se abriría.
Y en quince días, el mundo acabaría.
Sin embargo, él todavía carecía de la fuerza necesaria para cambiar todo eso.
Para proteger a sus compañeros. Para proteger lo que era importante para él,
¿qué debía hacer?
Mientras era salvado por sus compañeros, él seguía pensando en todo ello.
◆
◆
11 de diciembre:
Guren no formó parte del entrenamiento «Kiju».
Él estaba sentado en el sofá de su casa, considerando sus ideas sin torcer un
musculo.
¿Qué debería hacer para emerger en frente de Mahiru? Era la pregunta que se
repetía.
Probablemente ella estaba anticipando eso. Esperando que él la alcanzara.
Actuando como si necesitara ayuda.
Él miró el armamento «Kiju» de color negro y con forma de varita pequeña,
llamado «Shikama Doji» que estaba ubicado sobre la mesa.
Ella le había dicho que era algo necesario para vivir luego que este mundo
terminada.
Lo miró fijamente:
—……
¿Eso de querer proteger a su hermana, era cierto? ¿O era que ella quería
manipularla?
Si él llevaba el «Shikama Doji» al laboratorio del «Mikado no Oni», probablemente
él fuese incapaz de entregárselo a Shinoa.
Como precedente, estaba «Asuramaru». Este armamento «Kiju» que Mahiru le
había confiado, ahora era un sujeto de prueba, y ya no podía sacarlo de allí.
Luego, él apagó el monitor. Pues, si él le fuese entregar eso a Shinoa, tenía que
asegurarse de que nadie lo viese. Y Mito podría estropearle el plan.
Sin embargo, el timbre volvió a sonar.
— Que molesta. ¿Ahora qué?
— Eh… tengo algo que decirte.
— Dilo desde allí.
— No, eh… si me quedo afuera, no puedo decirlo…
— Bueno, lo dirás luego. De todas formas, todos tienen que ir esta noche a la
reunión sobre la batalla. En ese momento….
Sin embargo, ella habló con un tono de súplica.
— Por favor. No te quitaré mucho tiempo, te lo pido, déjame entrar. Antes de
morir mañana, tengo algo que decirte…
Ella dijo eso con una expresión preocupada.
Mañana ellos se dirigirían a las líneas delanteras de la batalla, por eso, la
supervivencia no estaba garantizada.
Guren dudó un momento, luego presionó el botón del seguro automático.
— Entra.
La expresión de Mito brilló. La imagen del monitor se desvaneció.
¿Qué tenía que decir?
Dado que podrían morir mañana, ¿en qué estaría pensando?
—…….
Volvió a la mesa, recogió a «Shikama Doji» con un paño, y lo guardó en su bolsillo
sin tocarlo directamente.
Luego se volvió a sentar en el sofá. Encendió el televisor. En ese momento, lo
que se mostraba en la pantalla era la transmisión de las noticias de entretenimiento
del día.
Como siempre, ellos estaban parloteando sobre quien podría estar teniendo una
cita, cosas sin importancia.
—……….
No, era posible que ese tipo de cosas fuese más importante.
— Eh, eh, en ese momento, debido a la ilusión de Mahiru-sama, tuve algo así
como, una pérdida de la razón o algo así… por eso no te transmití voluntariamente
mis sentimientos…
— Sin embargo, Guren la interrumpió.
— Bueno, hoy es igual. La batalla de mañana será cruel. Por eso, estás
temblando, solo debes estar malinterpretando todo.
— ¡D…de ninguna manera! –gritó. Luego lo miró.
Al verla así, Guren dijo:
— Pero, que yo te guste, no es nada bueno.
— Ah…
En eso, su expresión se convirtió en pena. Se apretó su pecho con dolor.
— E-entonces… ¿eso significa que he sido rechazada?
Parecía que estuviese luchando por no llorar, quizá eso se podría decir que era
hermoso.
Mirando esa expresión tan linda. Ella decía que era su primer amor. Hasta ahora,
ella solo había perseguido entrenamientos religiosos, y nunca antes había tenido
amigos.
Entonces, ¿él debería aceptar su confesión?
—……….
En su corazón, él pensó que estaría bien aceptarla. Él no la odiaba. Si ellos
muriesen mañana, si ellos pudiesen al menos disfrutar el momento actual, entonces
estaría bien aceptar sus sentimientos.
Sin embargo, Guren dijo:
— Entonces, ¿tú lo que quieres es acostarte conmigo ahora?
Al oír eso, Mito abrió sus ojos de par en par. Todo su rostro se ruborizó.
— ¿Q-que estás diciendo…?
Guren la interrumpió y dijo:
— ¿Entonces quieres hacer algo más? ¿Casarte? Pero eso es algo que tus
padres no aprobarán, ¿cierto?
—…es verdad.
— La Casa Jūjō siempre ha sido una de las familias más prestigiosas que sirven
a la Casa Hiiragi en el «Mikado no Oni». Es definitivo que ellos no te permitirán
casarte con una escoria de la Casa Ichinose. La Casa Hiiragi también se rehusará.
Podrían castigarme, incluso todos los de la Casa Jūjō lo harían.
Mito probablemente ya entendería las cosas. Esa era una relación prohibida.
Incluso si ambas partes compartieran los mismos sentimientos, ellos no tenían
futuro, solo sería una relación fugaz.
Como ellos podrían morir mañana, eso no era algo del todo malo. Más que eso,
abrazarse completamente desnudos con el fin de liberar su mente del miedo, era
algo tentador. Al final, en las noticias de entretenimiento, ese tipo de cosas seria
discutido como algo importante.
Sin embargo…
—…Mito –dijo Guren.
Aun llorando, ella lo miró.
— No trato de morir mañana.
—…pero.
— Y mucho menos dejarte morir. Pues eres una compañera muy importante para
mí.
Al oír lo que Guren decía.
—…compañera.
Ella dijo con voz temblorosa. Como si soportara la pena en su corazón, ella
frunció el ceño, pero no pudo soportarlo, las lágrimas cayeron por su rostro.
—…no soy atractiva, ¿cierto?
Ella susurró tan suave que él casi no podía oírla. Fue en ese momento en que él
lo notó, ella se había maquillado un poco. Ella también llevaba ropa un ligeramente
más atractiva de lo usual.
Era bastante atractiva. Desde la primera vez que la vio, él lo creyó así.
Guren siguió pensándolo, ¿cómo lograr que ella lo entendiera? Que entendiera
que ella era una compañera importante por la que él arriesgaría su vida para
protegerla.
— Eres muy atractiva. Puedo aceptar tu declaración de hoy, puedo abrazarte
también. Pero, ¿qué utilidad tiene? Si te abrazo, entonces ya no seriamos
compañeros.
—….
◆
12 de diciembre:
De acuerdo al plan secreto, el ataque apuntado a la investigación del «Serafín
del Final» de la «Secta Hyakuya», comenzó.
Las enormes arenas donde la investigación «Serafín del Final» se llevaban a
cabo, daban un total de 8 solo en Japón. Ellos las atacarían al mismo tiempo. El
«Mikado no Oni» había pasado todo un mes preparando eso.
Se suponía que Guren y los demás atacarían un instituto de investigación oculto
en los bosques de Saitama.
Conteniendo sus alientos y ocultos en el pasto, el escuadro de doscientas
personas armadas con el «Kiju», y liderados por Kureto Hiiragi, esperaban la señal
del inicio del ataque.
Sin embargo, ellos no atacaron el instituto de investigación de la «Secta
Hyakuya».
Unos cuantos helicópteros flotaban en el aire.
De esos helicópteros, unas cuantas figuras humanas descendieron al instituto, y
luego de eso, hubo explosiones en las áreas cercanas al lugar.
Guren observó esas rojas y furiosamente ardiendo bolas de fuego.
Detrás de él, Shinya preguntó.
— ¿Qué diablos pasa?
No tenía forma de saberlo.
Los eventos sucedieron repentinamente antes del ataque.
Kureto se levantó, y desplegó órdenes de retirada a los 200 hombres del
escuadrón, incluyendo a Guren.
En ese momento, alguien saltó del helicóptero, y aterrizó cerca de un grupo de
personas.
Cuando tocó tierra, hubo un estruendo. La gente normal habría sido asesinada
por saltar de tal altura. Incluso si activaban el «Kiju», los huesos de sus piernas
hubiesen terminado rotos.
Sin embargo, la persona que aterrizó parecía estar desarmada. Era un hombre
que usaba un uniforme de batalla de color blanco, uno que ya habían visto antes.
Sus ojos eran rojo sangre.
En su boca, unos colmillos hacían presencia.
— ¿…vampiros otra vez? –suspiró Guren.
Recientemente, parecía que los vampiros aparecían con más frecuencia frente a
él. Habiendo obtenido el «Kiju», él debería haber obtenido más fuerza que los
humanos, pero justo cuando la obtenía, una fuerza aun mayor aparecía ante sus
ojos.
Después de todo, cuando luchó con un vampiro, incluso con la tecnología del
«Kiju» que había avanzado a tal estado, él no sería capaz de ganar – esa era su
conclusión actual. Para ser honestos, el escuadrón de seis personas que Guren
lideraba no había sido capaz de tratar con Mahiru.
En otras palabras, en este momento, ellos no podían ganarse de enemigos a la
organización de los vampiros.
Kureto también debería entenderlo. Si ellos fuesen vistos, todos serian matados
en un instante.
El vampiro ni siquiera volvió su cabeza antes de dirigirse al escuadrón camuflado
en el pasto.
—…hermanitos de las hormigas, ¿quiénes son ustedes?
— No somos la «Secta Hyakuya». Venimos a atacarlos a ellos.
— ¿El «Serafín del Final», es su objetivo?
—…si digo que sí, ¿qué harás?
— Matarlos a todos.
Mirando a Kureto, uno podía decir que él comenzaba a preocuparse.
Los vampiros probablemente matarían a los humanos relacionados al «Serafín
del Final».
El instituto de investigación seguía siendo destruido por las explosiones. Los
humanos y la investigación seguían dentro, todos eran quemados y se reducirían a
cenizas.
Todos los vampiros del mundo unieron fuerzas para atacar las fortalezas de la
«Secta Hyakuya».
En el mundo de las organizaciones mágicas, este fue reportado como un gran
evento. La organización mágica más grande, la cual había quedado ubicada en
primer o segundo lugar en términos de fuerza global, había sido destruidas casi por
completo en tan solo 10 días.
En los corazones de todos, eso quedó profundamente grabado, el destino que
cayó sobre aquellos involucrados en la investigación del «Serafín del Final».
Era probable, que por ahora, no hubiese más organizaciones que quisieran
formar parte en esa investigación.
Era demasiado peligroso. Sin importar cómo lo colocaran, era cierto que la
«Secta Hyakuya» fue aniquilada en un instante.
Por eso era que esto sería el fin de ello.
Siempre y cuando ellos no investigaran al «Serafín del Final», el mundo no sería
destruido.
En otras palabras, el mundo había sido salvado.
Los humanos no recibirían la retribución divina.
Sin embargo.
— ¿Ese era realmente el caso?
◆
23 de diciembre:
Guren decidió de repente ir al Orfanato Hyakuya operado por la «Secta Hyakuya»,
es decir, el edificio experimental de dicha organización al que Mahiru no quería que
él se acercara.
La investigación del «Serafín del Final» también debería estarse llevando a cabo
allí. Él recordó que Saitou parecía estar con un sujeto de prueba llamado Mikaela.
Ese era un nombre que también aparecía en la información que Mahiru dejó, esa
relacionada al «Serafín del Final».
Él pensó que el orfanato estaría vacío esos niños ya debería estar muertos.
Como estaban relacionado al «Serafín del Final», ellos debieron haber sido
masacrados por los vampiros.
Guren caminó por el edificio vacío.
Aun había rastros de que los niños vivieron antes allí.
— ¡De ninguna manera! Eso no puede ser. El orfanato no fue atacado. No hay
rastros de sangre o daño.
— Tsk…
Él pudo escuchar el sonido de Kureto quedando sin habla.
— ¿De quién recibiste el reporte? –preguntó Guren.
— La gente a cargo perteneciente a Nii y Kuki.
Nii y Kuki eran los apellidos de dos familias prestigiosas e influénciales entre los
sirvientes de la Casa Hiiragi.
Si Nii y Kuki se habían convertido en traidores…
Si ellos estuviesen siguiendo a la «Secta Hyakuya».
— Investiga esto de inmediato. Estás a la espera.
— ¿Dónde?
— Te enviaré un mensajero. No me llames. Si esto es cierto…
Ellos estarían siendo espiados. Eso era cierto. Sin embargo, antes de esas
últimas palabras, Kureto jadeó débilmente.
— ¿Qué sucede?
—…….
— Oye, ¿Kureto?
— El enemigo está aquí –respondió Kureto.
— ¿Enemigo? ¿Quién demonios es el enemigo?
En eso, Kureto habló fríamente.
—…Mahiru y la Casa Nii están liderando a los escuadrones aquí.
— ¿…qué?
— Voy a colgar, Guren. Mataré a los traidores.
— Espera un minuto. Iré a ayudar…
Pero en ese momento, la llamada finalizó.
Guren miró su celular, el cual acababa de ser colgado. Luego consideró lo que
realmente debía hacer a continuación.
Él no entendía lo que iba a pasar ahora.
Justo cuando estaban pensando en eso, desde una distancia detrás de la van,
varias balas con forma de tigre llegaron volando.
Las balas se tragaron la van.
Eran balas disparadas por el Demonio de Shinya llamado «Byakkomaru». Esas
balas se tragaron el vehículo. Con una explosión feroz, la van se desvaneció.
Unos segundos después, la motocicleta que Shinya conducía se detuvo detrás
de Guren.
— Wow, eso fue peligroso, Guren.
Guren miró a Shinya.
— La situación…
Pero Shinya asintió rápidamente.
— Lo escuché todo.
— ¿Quién te crees? ¡¿El rey del espionaje?!
Shinya lo ignoró y dijo:
— La situación actual es bastante grave. Ya estamos a 23 de diciembre.
— Es grave, por eso estoy corriendo.
— ¿Tienes algún método para salvar el mundo?
— ¿Cómo voy a saberlo? En fin, no hay tiempo que perder. Goshi y los demás.
Pero Shinya sacó un teléfono de su bolsillo, girándolo de un lado a otro.
— Ya he confirmado que están bien. Sayuri, Shigure y yo nos reagrupamos, y
matamos a 20 enemigos. Sorprendente, ¿no? Somos asesinos en serie.
Al oírlo hablar así, Guren se relajó. Todo estaba bien siempre y cuando ellos lo
estuviesen. Más que eso, ellos habían matado a 20 de sus antiguos camaradas.
Sus oponentes también deberían poseer equipos «Kiju». En otras palabras,
Goshi y los demás – sus compañeros eran excelentes.
— Muy bien, agárrate.
Shinya extendió una mano hacia él. Sujetándola, Guren se levantó.
En eso, Goshi y los demás también llegaron en una van. Goshi, quien estaba
sentado en el asiento del conductor, dijo:
— ¡Suban! ¡Es un carro robado, por eso hay policía siguiéndonos!
Guren y Shinya entraron en el vehículo.
— Quiero comer una torta de lujo. De esas con muchas fresas –dijo Mito.
— ¡Ah, bueno, haré ambas! –se unió Sayuri.
Shinya sonrió:
— Después de eso, ¿quieren intercambiar regalos?
— ¡No está mal! –dijo Goshi. En ese momento, Shigure habló delicadamente.
— Eh, eh… si este es el último pastel de mi vida, me gustaría comer ese pastel
de castañas…
Como era raro que Shigure expusiera sus ideas, todos rieron.
Sin embargo, si el apocalipsis llegaba en dos días, este tema de pasteles sería
un sueño dentro de un sueño.
Por eso…
— Escuchen, voy a contactar a Mahiru, y pedirle ayuda. Esta conversación
probablemente sea espiada por el «Mikado no Oni». Así que, creo que incluso si
tenemos éxito en detener la destrucción del mundo, también nos convertiremos en
traidores y seremos ejecutados.
—…..
Todos escuchaban en completo silencio. Guren continuó:
— Si hay alguien que no quiera continuar, se puede bajar. Incluso si estoy solo…
— Ah, bien, está bien –lo interrumpió Shinya–. Apresúrate y muévete.
A esto, Goshi se le unió.
— Si el mundo se acaba, la conclusión seria la misma que ser ejecutado con
todos.
— Confío en ti, Guren –añadió Mito–. Pues eres nuestro compañero más
importante.
Compañero más importante. Ella le dijo eso.
Sayuri y Shigure no dijeron nada. Incluso si no lo hacían, sus expresiones
dejaban en claro que ellas seguirían a Guren.
Mirando a sus compañeros, Guren rió.
— Sabía que dirían eso. Por eso, si podemos sobrevivir a la Navidad, comamos
pastel de chocolate, castañas y de lujo mientras jugamos juntos.
Todos sonrieron y asintieron.
2minutesofyourtime
JOSÉ D. LÓPEZ
JOSÉ D. LÓPEZ
JOSÉ D. LÓPEZ
SAO ALICIZATION
https://traducciontsa.wordpress.com
TSA
Owari no Seraph: Guren Ichinose - catástrofe a los 16 147