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NIKOLAS ROSE TERAPIA Y PODER: TECHNE Y ETHOS i i Ey sociélogo britinico Nikolas Rose no es un autor desconocido para los lectores de Archipidlage. En el nimero 29 de la revista aparecié publicado un articulo ticulado “El gobierno en las democracias liberales ‘avanzadas’: del lberalismo al acoliberalismo”, en el que analiza algunas de las tecnologias que se despliegan cn el ¢jezcicio de la gubernamentalidad. ° Reve e uno de los referentes indispensables en el estudio de la historia social y polltica de las cien- cias hamanas. De hecho, debe ser considerado uno de los animadores del debate que ha impulsado el discurso crftico en ciencias sociales con aportaciones que, a dia de hoy, consticuyen reflexiones y andli- sis indispensables para enfocar con rigor cualquier discusién sobre el pensamiento social. Su obra ha dado origen a numerosos estudios que no slo se han beneficiado de los Ambitos teméticos que Rose ha inaugurado, ha explorado o ha desarroado en profundidad, sino que también han aprovechado la dis- tintiva impronta de los trabajos de Nikolas Rose (deudora de la obra de Michel Foucault), definida por su particular manera de problematizar y examinar los objetos de investigacién. ‘Los estudios y anilisis sobre genealogfa y construccién de la subjetividad, control social, biopoliti- a, implicaciones sociopoliticas y éticas de las investigaciones y pricticas en ciencias de la vida, neu- rologta y genética, la psicologizacién de la vida cotidiana y los trabajos sobre gubernamentalidad, son algunas de las dreas en las que Nikolas Rose ha focalizado su atencidn. Gubernamentalidad y “gobierno de si mismo”, “cura de almas” o “nuevo régimen del yo” podrfan serlos epfgrafes que ayudasen a sintetizar el texto que presentamos a continuacién. La premisa que s0s- tiene el texto, que es la que sostiene buena parte de los trabajos de Nicolas Rose, es que_¢l poder inter- © viene en la conformacién y en la actualizacién de la libertad individual y lo hace en base a su cardcter tslacional. Es decir, el poder es una accién. Es una accién sobre otr in. O dicho de otra mane! | “Tas relaciones de poder se hacen més eficaces y acrian con mayor efectividad cuando intervienen cre- ando la superficie y propiciando las condiciones en las cuales los individuos cjercen su libertad. Avchipidlago 101 Escaneado con CamScanner AprROpOSITO = Rose toma como contexto privlegindo de anti las pacio de estudio excepcional los saberes y précticas ps ae ein ee ctetcas han originado nucras formas de auroridad (podriamos S=O0 a Stutorigad terapéutica”) ue, legitimadas por el poder que le otorga a Cad a LG Conger a Bins 0 y el conocimiento positivo, se han exigido en principios que informan sabre cémo logy’, , 1980, Conducimos y gobernar nuestra vida. Asimismo, estos principios 5° han traducido en todo un conjunto de tecnologtas que no son ota cosa que estrategias précicas de tra- bajo sobre nosotros/as mismos/as, La obligacién de los ciudadanos de conyertits ci duos que deben *ralizarse asf mismos/s", constiruye una de [as earactritcas de la tgubernamentalda en las sociedades neoliberales. En efecto, el "gobierno de sf mismo aaerrae tos saberesy pricticas po un léxco y un marco mediante el cual articular lr descripcién sobre la existencia y as relaciones entre individuos. Pero encuentra, ade- tds formas de accién y espacios de intervencién que permiten insttuir, vertebra, im- plementary difundir verdades acerca de las personas. En este sentido, conviene destacar fis teenologlas terapéuticas como dispositivos ambivalentes que también proporcionan ‘alos individuos una manera de aproximarse a sus malestares y que, ademés, intervienen I sobre los mismos y los transforman. ¢ en “sujetos responsables”, en indivi- Qué significa el término “poder” cuando nos referimos a las psico- terapias? Me siento un poco perplejo ante esta pregunta. Mi perplejidad no proviene de que lo que vaya a decir sea demasiado critico con los en- fermos que acuden a las terapias, sino més bien, por Jo contrario, del he- cho de que las enfermedades puedan ser demasiado benignas, demasiado leves. A mi juicio el valor de las posiciones radicales simplistas ya esta agotado. Para comprender cémo operan las terapias, y cémo han llegado a cjercer una amplia influencia entre todos aquellos que acuden a ellas, y también entre los que las practican, parece que debemos abstenernos de optar por la denuncia, Por supuesto, tendremos que emitir juicios sobre los efectos de las terapias en los que acuden a ellas, 0 sobre el papel que . éstas juegan en la sociedad, pero para fundamentar tales juicios es preci- so recurrir antes a la descripcién y al diagnéstico. Hace ahora cuarenta afios el filésofo e historiador francés de la cien- cia George Calguilhem impartié una conferencia en la Sorbona que se titulaba “Qué es la psicologfa?”!. En esta conferencia analizé la natura- leza peculiar de aquellos tipos de conocimiento que se denominan a s{ mismos psicologia o psicoterapia, conocimientos que en Francia suelen denominarse psi. Tras una provocativa diseccién de estas disciplinas en fa que puso de manifiesto los elementos hibridos que componen estos saberes, finaliz6 su intervencién recurriendo a una pequefia metéfora: “Cuando los psicdlogos salen de la Sorbona por la Rue Saint Jacques pueden dirigitse hacia arriba 0 hacia abajo. Si se dirigen: hacia arriba desembocan en el Panteén en donde, como todo el mundo sabe, los fi- ' Idsofos descansan en compafiia de los grandes hombres. Pero si, por el ! contratio, se dirigen hacia abajo, se dan de bruces con la Prefectura de policta”. Esta metéfora resulta bastante elocuente. Sin embargo, desgraciada- mente, es también un tanto equivoca, pues sugiere que se puede pensar acerca de los conocimientos psi en términos de oposicién entre una espe- Arcipidage 176 102 Escaneado con CamScanner Scie de conocimiento filoséfico blando y una especie de conocimiento perverso de control. Evidentemente lo que Canguilhem querla provocar ¢s que los psicélogos eligiesen el camino que conduce al Panteén en vez de optar por el camino opuesto. Algo similar parece que subyace a mu- chas criticas planteadas en los afios 70 y 80 al psicoandlisis y a las psico- terapias, Los crfticos argumentaron. que, por supuesto, en nuestras s0- OLAS ROSE, —<$—$——_ “En la terapia Ia tutela conforma y sobredetermina el contrato” ciedades contempordneas, sociedades consideradas racistas, capitalistas y patriarcales, ls rerapias eran claramente un instrumento de normaliza- tidn y de control. Pero aceptando este papel normalizador, o al menos ho desafindolo, lo que ocurrié fue que el potencial radical de la teorla terapéutica —y concretamente el psicoandlisis— se vio “recuperado”. En este tipo de crftica parece sobreentenderse la idea de que hay, 0 po- drla haber, una “psicoterapia pura” o un “psicoandlisis puro” que podria ser culturalmente critico y estar dotado de potenciales capacidades emancipatorias. Las criticas radicales pretenderfan asf liberar esta pura potencialidad de todas las deformaciones que subyacen a las précticas rrormalizadoras destinadas a producir individuos a la vez obedientes y deciles Mi visién es muy distinta, pues no creo que se pueda trazar una clara linea de demarcacién entre las teorias y las practicas tetapéuticas. Me pa- rece que es mejor comenzar por percibir la otra cara de la realidad. En lu- gar de ver las précticas actuales de psicoterapia como una “aplicacién” 0 “desaplicacién” de la teorfa terapéutica, mi punto de partida es contem- plar la realidad de las pricticas terapéuticas actualmente existentes tal y como funcionan, La cuestién que hay que resolver serfa, por tanto, cémp los conceptos, las teorfas, las explicaciones de las diferentes escuelas tera~ ‘péuticas hacen posible estas pricticas y cmo operan en su interior. Por supuesto, cuando me refiero a las practicas terapéuticas actualmente exis- tentes estoy hablando de ese abigarrado surtido que va desde una semana de cinco dias, cincuenta minutos al dia, pasando por el potencialmente interminable psicoandlisis, hasta una psicoterapia breve, estoy hablando de la terapia cognitiva, de la terapia de conducta, de la terapia racional- emotiva y de todo ese variado conjunto de pricticas terapéutticas diversas, tales como los locutorios de radio asf como el recurso a técnicas terapéu- ticas en hospitales, escuelas y otras instituciones. Serfa absurdo pretender que en todas estas prdcticas las relaciones de poder son las mismas. Pero, para desarrollar mi argumentacién, voy a servirme del término un tanto indiferenciado de “psicoterapia” que sirve para englobar indiferentemen- tea todas estas pricticas psicodindmicas y psicolégicas que aglutinaré bajo la nibrica de la “cura de almas”, Més adelante explicaré las razones de esta denominacién. Los terapeutas no necesitan que un sociélogo les ponga de manifiesto las relaciones de poder que existen-en estas prdcticas porque en muchos sentidos resultan obvias —lo que no significa que no sean importantes. A continuacién voy a sefialar, sin seguir un orden especial, algunos de es- tos tipos de ejercicio de un poder manifiesto en las psicoterapias. 103 Archipitlage 11 Escaneado con CamScanner t APROPOSITO DE odex cemel ae ar En primer lugar, Tapsicorerapia una reacidn entlat 2O0! ne fica esto? El diccionario proporciona un niimero de significados tos del término “cliente”. A comienzos del siglo xvit el término solfa re- fetta alguien que recutia als servicios de un profesional. En el siglo ax también se utilizé este término para referirse a una persona que ¢ra asistda por uintrabajador social. Peroy'si nos remontamos a finales de la Edad Media inglesa, concreramente en torno al siglo XIV, existe un signi- ficado mis antiguo, segin el cual “cliente” es alguien que estd baja Ja roteccién y el patronazgo de inalgui Y En has psicoterapias parecen confundirse los tes significados: el cliente es alguien que acude alos servicios de un profesional, es alguien que re- cibe agin tipo de asistencia, pero es también una persona que esté so- metida a una relacién de subordinacién y dependencia Asi pues, habrli ue esforzarse mucho para considerar que esta relacidn es igualsas ‘lemplo, para realizar esta actividad llamada terapéutica una persona tie- | ne que desplazarse al lugar en el que trabaja la otra..que es la que con- j trola el tiempo, la frecuencia, el lugar fisico y la disposicidn de la sala.en i Ta gue transcurre a actividad terapéutica, Todos estos aspectos dan lugar i iclertos vectores de poder. Hay no obstante algunos casos en los que es el psicoterapeuta quien se desplaza hasta donde esta el paciente, pero esto sucede sobre todo cuando éste esté confinado en tn hospital psi- quidtrico o en una prisién. En segundo lu, 4 . ; dinero esth generalmente mediando la relaci6n. 1 La terapia no es algo que se hace libre y desinteresadamente como sise t 1 tratase de una ayuda a una persona que sufre, El cuidado aquf funciona a través de un contrato, Se podrfa hablar mucho, y de hecho se ha ha- blado, acerca del papel que el dinero y los cambios financieros juegan en tuna relacién psicoterapéutica, Existe una amplia literatura que argu- menta de diferentes modos que el intercambio de dinero tiene un valor en la terapia, pero también hay otra que argumenta que la relacién fi nanciera disfraza una relacién desigual de poder, por no decir de explo- tacién. Me limitaré a afiadir brevemente algo a todo esto. En nuestro Ambito cl intercambio de dinero es percibido como un fenémeno libe- rador, como lo que libera al individuo que paga de la dependencia, con- firiéndole a 4] oa ella un cierto poder sobre el que le presta un servicio “en contraprestaciéa por el pago que recibe, de modo que se establecen expectativas leg{timas acerca de la naturaleza y calidad del servicio que recibe. El contrato, especialmente en la década de los 80, tanto en Ingla- terra como en Estados Unidos, fue visto como un mecanismo que esta- blecia una equivalencia entre las dos partes. La nocién legal y clésica de contrato significa un intercambio libre y reciproco realizado entre igua- les, que obliga a las dos partes y especifica que ciertos servicios o bienes ‘van a ser proporcionados por tna de las dos partes en intercambio por tun especifico precio, Pero a veces pienso que todo esto indica que el contrato en terapia no es de este tipo, sino que en realidad es més bien un pseudocontrato, Sin duda existe un intercambio financiero, pero re- " Anchipiblage 176. 104 Escaneado con CamScanner je dificil ver al paciente como a un cliente 0 como a.un usuario, en ¢| ————— jamo sentido que se dice de un usuario que utiliza el ten y que es c@- “El poder paz de eegi I compafia en la que visi, y del cliente que dspone es una accién eas garantaslegalesen el caso de que no quede satisfecho con ls et- sobre la accién, vicios que se Je prestan. Pog eso a mi juicio Ja relacién terapéutica es mas ¢s decir, interviene 5 i jeuta es més ” una relaci6n de cutela que una relacién contractual. El terape on la conformacién un tutor que un fontanero. Y la persona que recibe Ja terapia es mésal- nla atitabicacin © suien que esté bajo custodia que un comprador. Todo esto conforma por x 1a Ebert a 7 el encuentro. Una persona esta sometida a cui. 0° 07 U37eram completo la estructura di Pp d sometida ‘individual’ F” dados, a otra no; una persona establece las pasos seguir, la dizecciéayla estructura; la secuencia, el lenguaje, las normas del encuentro, la otra tie- etinicamente una capacidad limitada para ejercer su influenci estas cuestiones. Por supuesto, no estoy diciendo que sea una relacién ex- EAE CJusivamente unidireccional ya que ninguna relacién existente entre un BF maestro y un discipulo es totalmente unidireccional. Pero seria absurdo E negar que en la terapia la cutela conforma y sobredetermina el contrato. ‘Algunos han sostenido con contundencia que el contrato es un instru- ‘mento liberador, y que el movimiento hacia la contractualizacién de los servicios sociales y de las profesiones de ayuda significa un avance res- pecto alas relaciones de dependencia pues significa conferir poderes a los usuarios, a los clientes. Pero creo que las psicoterapias no forman parte deeste modelo, al menos de una forma clara, pues aunque la mayoria de {as terapias son voluntarias y contractuales algunas veces no lo son, y no que me he referido, Por ejemplo, en las cdxceles y en los hospitales, hay ‘un uso creciente del recurso a las técnicas terapéuticas como condicién, previa a la concesién de la libertad provisional. Y en algunas jurisdiccio- nes, més en Estados Unidos que en Inglaterra, sospecho que entrar en una relacién terapéutica es condicién para que no se apliquen ciertos castigos severos. Por ejemplo, a una madre se la puede requerir para que F acepte alguna forma de terapia si no quiere que su hijo sea recogido en, una institugién. En terchMugas, ue puede ser de- nominado sacerdotal, Una persona confiesa y es conocida; la otra no, permanece silenciosa, recubierta de una aureola de misterio, y se limita a escuchar la confesién. Este tipo de relacién implica lo que Pierre Bour- dieu denominé “violencia simbélica”. Una. rsona ¢s una persona de co- nocimiento, la otra no, Una persona tiene la cay acidad de reestructurar 5 i i ficados a través de los cuales la otra confiere sentido a su vida gus acciones. Sobre esto volveré més adelante. Por tiktimo, este catdlogo demasiado répido y rudimentario de las di- mensones del poder en la terapiacontiene aspectos que han servido de be pa es crteas alas terapias desde hace lrgo tiempo. Pidnsese, por jemplo, en el argumento de que las psicoterapias transforman en cul : Perrarner Jas enfermedades que tienen una base social y politica. critica era muy habitual en los afios 60 y 70 cuando se acu- 109 Archipitlage 176 Escaneado con CamScanner s APROPOSITO DE despolitizadores. Las terapias blemas producidos por dafios debidos alas desigualdades mas relatives a patologfas familiares y se- swale, ala discriminacién cultural o ética, a la opresién, y, conscient= © aacontcienremente,convierten estos problemas en dificultades privadas, problemas individuales susceptibles de ser solucionados trabajando so- clos sintomas individuales mAs que operando sobre ls causas que los roducen, Al plantear las cosas asl, estas criticas estén condenadas a dis- a par estas abundances enfermedades o a admitir su impotencia para modificarlas. Lo que quiero decir en relacién a todo este tipo de criticas es que yo no estoy muy seguro de que den en el clavo. Muchos pueden argumentar que pueden existir terapias que no normalicen —por ejem- plo orientando a las mujeres clientes para que se casen y tengan un nifio. Otros pueden decir que el terapeuta, en su prictica profesional, no tiene otra opcién més que trabajar con individuos que acuden a él, aunque en otras dimensiones de su vida acrie politicamente enfrentandose a las discintas enfermedades de nuestra sociedad. Por supuesto, incluso si uno objetiva estas dimensiones del poder, no necesariamente tiene que hacerlo desde una perspectiva normativa y cr{- tica. El poder sin duda puede llevar consigo relaciones de coercién, re- presién, exclusién y negacién, El poder puede también implicar relacio- net de tutla,autoridad y subordinacién, Pero el poder prede Tambigy ereak cosas. El poder, como Michel Foucault sefial6, puede ser contem- lado como una accién que gufa las acciones de otros". Las relaciones de Uc sou Was pata conlocrier condioee de Io oro’ acriones aus FRensiones y sur deciiones bien dejan una pare libre para acmuat Fl der actia mas fuertemente, mis efectivamente, cuando lo hace mode- {ede las via através de ls cules lo individuos ejercitan su libertad. Y To que me gustarla sugerir es que la Forma mds interesante de analizar esta cuestién del poder y de su influencia en la psicoterapia es examinando las ‘vias mediante las cuales los terapeutas conforman el camino a través del cual los seres humanos ejercen su libertad. ignifica que yo niegue que existen decerminadas formas de poder en Ia psicoterapia que se pueden considerar perjudiciales, sin tener por ello que recurrir a brllantes anilisis sociolégicos o éticos realizados por expertos que ast nos lo confirman. Por ejemplo, resulta fécil conde- nar las terapias cuando implican mentiras, charlatanismo, explotacién, abusos sexuales o, incluso, cuando se basan en prejuicios o en el descré- dito de ciertos acontecimientos 0 sucesos. Pero estas vias equivocadas no son monopolio exclusivo de la psicoterapia, Existen mecdnicos de coches que cobran por avetfas falsas, 0 constructores que hacen mal su trabajo y que pueden ser charlatanes. También trabajadores sociales que se ocupan de menores en dificultad y pueden explotarlos sexualmente. La policfa puede abrir arestados que sirven para desacreditar y falsear los hechos. En las psicoterapias es frecuente recurrir al término “ética” para designar 106 saba al psicoandisis de ejercer unos efectos asumen los pra sociales y polticas, os proble ‘Archipidlage (76 NOTAS 2.M, Foucault, A Fovceul p, ed. P. Rabinow, Londres, pats 1986. 3, M, Weber [1918], "Science ay vocation’, en H. Genh y Cry, Mills (eds), From Max Wibe, Londres, Routledge and Kegan Paul, 1948. 4, BMW, Nieesche, The Gerealgy of Moral, wad, Francis Golfing, Nueva York, Doubleday, 1956, Escaneado con CamScanner i NIKOLAS ROSE ade tal modo que estos malos efectos sever ast reduldos, por no de- —_—_ * gr totalmente eliminados. No voy a negar Ia importancia que tiene, en. “Lg visita F ot sentido, la deontologia en el ejercicio interno de las profesiones te af zerapeuta Tepéaticas, pero creo que se puede entender la ica de forma disintay hq ocupado ell mp jerto sentido de un modo mucho mis interesante. Brice, en est dp Jq ‘Pt sth gar les los seres huma- Geet E sentido, tiene que ver.con las vias através de las cual el veraphita F pos conducen sus vidas, Is vasa través de Jas cuales adoptan decisiones i a , 1 eerea de cémo deben vivir, qué deben evitar y por qué tienen ave ju. 24 asumido el papel lon los diferentes valores, ef sacerdote char. Ftica es por tanto el peso relativo acon * eaterios de juicio sobre lo que es bueno, lo que es malo, lo que es in- los Creo que se puede vincular la éti- S seligente, estuipido, virtuoso 0 vicioso, ta, entendida en este sentido diferene, ala idea que he propussto antes sede que el poder es una accion sobre la acci6n, es decis, inten wee conformacién y en la acwalizaci6n de la libertad individual. A esto me voy a feferiren el resto del articuo., Bxpertos en el arte de vivir? En 1918 Max Weber impartié una famosa conferencia tiulada “La ciencia como vocacién’3. En esta conferencia el socidlogo alemén hizo vsferencia 2 la observacién realizada por Tolstoi o, més bien, a un juicio Smitido por el escritor ruso: “La ciencia carece de sentido porque no nos proporciona una respuesta ala iia cuestién importante para nosotros: faué hacer y cémo vivir”. Bueno, se puede estar ono de acuerdo con Biscoi,y con Weber, depende de lo que uno esté dispuesto a entender por cienca, y si desca incluir las teraplas en ella. El propio Weber pro- nuncié palabras criticas contra los psicélogos y los,psicote us Friedrich Nietasche, quien hizo una critica “dcida de los psicélogos y de los terapeutas denomindndoles “los uiltimos Fombres que inventaron Ia felicidad”4, Nietesche puso en solfa que clegir : dir ser un tipo de persona que se convierte en maestro Ip ere de sf mismo y se encamina a la buisqueda de la felicidad sea algo que se pueda simplemente alcanzar mediante ténicas cientificas 0 racionales, Por supuesto, Nietzsche, y creo que también Weber, sentfan un profun- do desprecio por la felicidad, a la vez que un sentimiento de alegrla por tuna ética de la existencia. Consideraban la felicidad a través del prisma c la moral de los esclavos, pues la naturaleza de los seres humanos con- it i [es, no en estar Ss. fecho. Podemos estar de acuerdo con su tipo de normatividad. Algunos puc- den decir que el propio Freud compartia este punto de vista, y que su bien conocido pesimismo terapéutico estaba ligado a un pesimismo acer- cade ls perspectivas o las atracciones de la felicidad o del contento. Pese a esto creo que puede ser util diferir nuestro.juicio por un momento acerca del valor ético de la vida que ofrecen las psicoterapias y analizar lo que hacen en ciertos aspectos no triviales relacionados con la cuestién que plantea Tolstoi, que se puede considerar en cierto modo, en este sen- tun camino y deci 107 Avciptege 176 Escaneado con CamScanner A proPOsITO. DE an ———> et hacer experto”, Con el nacimiento de ic - NOTAS a ey nmin wt anseurso del siglo 2 hay una cierta sensaci6n de qv y cetthrase @ cae jhe intemado responder 2 la cuestion de Tolstoi gue debemos hasty cana Rationale Srey ‘mo debemes vv Las conocimienos po se han enfrenado #7 = Read oeaertat es i in: jeomo debemos vivittg i 1994 y T. Osborne y N. Rove, ae at seo debemos conducir nuestra existencia? Toes s TRE Normal and the Patiloge ee de oe eltas por la ciencia, han sido 2), aimero doble especial de Fo. este tipo de cuestones no pueden ser resus is Pe miento nomy and Society dedicado a Geor- consideadasy planteada a parti de una dimensién del conocimiento nr and Srey on 2 Ser posiiv, Por conocimiento positivo no entiendo nada valorativo, no sig 2°"057191'5. 1998 hifica que sea bueno 0 verdadero, sino algo que es veridico. Georges Canguilhem, a quien me he referido antes, sefialé que los conocimientos 6,P. Heder, Palngpy «Wag cientificos pueden o no ser verdaderos, pero son veridicas,es decir, pue- 2... (), Comeience end. Ca den ser organizados internamente en torno a normas de verdad y e0% Y iy in Eaiy Moder Earp, a través de una constante atencién a la comisién de errores estn someti- eee ridge Universicy dos a una correccién criticaS. En este sentido los conocimientos cientifi- ""” cos son abiertos, Ahora bien, sabemos que distintos autores, entre ellos el més conocido, Karl Popper, niegan este estatuto al psicoandlisis. Popper argumenta que el psicoandlisis es un conocimiento cerrado, que no se corrige a través de sus errores, sino reafirm4ndose constantemente a par- _tit de su verdad. Cuando se lee la actual historia de las psicoterapias me parece sin embargo que es posible observar algo diferente. Las terapias se han apropiado, quiaés de forma poco sincera, del dispositivo de conoci- miento positivo, lo que incluye revistas, seminarios, presentacién de re- sultados, investigacién, evaluacién, etc., junto con todo un conjunto de dispositivos de formacién as{ como de credenciales impartidas por los te- rapeutas. : Ast pues, la demanda de terapias, al menos en este sentido, se basa en que es posible un conocimiento experto, es posible un técnica propia de expertos, es posible encontrar expertos a quienes se Jes puede plantear la - Questién ética fundamental de quiénes somos y de cémo podemos vivir, ‘e'al menos de cémo podemos proveernos de espacios y de instrumentos a través de Jos cuales se puedan formular estas cuestiones. La linea de di- visidn entre lo ético y lo cientifico no esté tan clara como Max Weber crey6. Lo que quiero sugerir es que con la aparicién a lo largo del siglo XX de estas técnicas y conocimientos terapéuticos esta cuestién de cémo disigir nuestra vida ha entrado en el terreno del conocimiento positivo y en el Ambito del saber-hacer experto, Nuevas formas de autoridad, nue- vas formas de autoridad terapéutica, han surgido para decirnos cémo hemos de conducir la vida. ¥ ha habido un amplio proceso de transfor- macién terapéutica de otros tipos de autoridad. Un amplio espectro de gobernantes de la conducta en nuestra cultura —trabajadores sociales, enfermeros, ¢ incluso funcionarios de prisiones— poseen la legitima- cién de su autoridad porque se han dotado de un tipo de mutacién tera- péutica, Bjercen una autoridad terapéutica, lo que proporciona a esta autoridad nuevas bases éticas, una forma de legitimarse por si misma en tido, como un cierto tipo de “sa los conocimientos psicol6gicos ¥ : “108 6,2. Hados, Philorophy as a Way of | Escaneado con CamScanner cn a : dererminado espacio, un tempo enc erminado tiempo, ¥ en un i ee 2 dd ene que jostficar la autoidad que poe ‘Al equipar 0 per a los seres humane 1 ondiciones con un nuevo : lenguaje del yo El nacimiento de la autoridad terapéutica no se produjo en dl waco se bace posible Eggo que estuvo relacionado con Scermpinadastransformaciones ECS pang nosotros Fas en el desarrollo dela vida y en fe forma en l quelosseres humangs re varnos te pensaron a st mismos en siglo 2% En Ja medida en que estas cond prem sree sigan transforméndose todavia ms es probable que las terapias aoe ce puedan perder su significacion cultural y ica, : pat frecuencia que las umano Sesuele, afrmat con é 4 rica tet pias. han. minadoytc- emplazado a la religidn y 2 a too fogia en nuestros cbdigos morales. es : le Z vas han ocupado el lugar de Ja religién. La visa al eS ates 22 rapeuta ha ocupado el Tugar de fa confesién y el terapeuta ha asumido ¢ {papel del sacerdote, Me parece sin embargo que éste es un argumento panto simplista, a pesar de que sirve para hacernos ver algunos rasgos snceresantes de las relaciones entre las terapias Y el poder. Sear primer ugar 2 considera a organizacin actual dels psi- coterapias en st mismas, Las traps e han cransformado desde fo que se asada en el liderazgo ca- “puede desribir como una estructura de sect, Ll a regular el estatus profesional iavés del aprendizaje- los dixetos ss Jerde iniciaci6n, jerarquiza los tinulos necesarios para la précti Tas rivalidades entre la escucas, disfi jas par influsn- “Gasocial, ex, En este sentido la analogia entre el “complejo terapéurico” y el “complejo religioso” es elativamente acertada. : Pero me gustasfa aproximarme a estas cuestiones desde una perspecti- va diferente y seftalar la relacidn de las terapias con la préctica de la di- reccién epiritual. Ya habia sefialado que podemos pensar sobre la “éxica” en técminos de sistenias practicos, tipos de juicio, lenguajes y ejercicios de los que la gente se sirve para modelar y dirigir su propia conducta bajo la guia de otros. Desde los griegos han existido, en mayor o menor medids, doctinas y prictiassistemiticas destinadas a ordenar conduc- tas, sistemas que han guiado a la gente en sus elecciones respecto a lo que deben o no deben hacer, c6mo lo deben hacer, por qué deben hacer esto no lo otro, cémo deben evitar los vicios, cOmo deben transformarse en Personas virtuosas, etc, Cada una de estas pricticas éticas ha estado en relacién, en distintos sentidos, con una cierta visién acerca de cémo d ben ser modeladas ls personas que on objeto ue deben estar sometidas ala ét _abjeo de gia, ls personas que a la ética, es decir, han estado basadas en cit resupuest equ 7 ey tol mnacipisgs ueaiccas eae ortadora ipos éti ; imkcszo, elev, honebrs ibe, ee Scio: Homes ase: Creo que, desde esta perspectiva, podemos trazar una linea entre las 109 E sa Escaneado con CamScanner SS APROPOSITO DE pricticas psicorerapéuticas del yo y estos ejecicios espirituales antiguos. ~~ Por ejemplo, Benjamin Nelson ha epuntado que Freud jugé un papel central en la invenci6n de un nuevo esquema global para la direccién de las almas’. La cerapia ha sido vista, por lo tanto, en términos de la in- vencién de un conjunto de nuevas vis partic de la cuales los sereshu- manos pueden asumirse a sf mismos en tanto que objeto de su propio pensamiento y de su propia prictica, actuar sobre sf mismos en nombre desu salud mental. En este sentido las terapias, en cierto modo, suponen tuna continuacién, y no un cambio radical, respecto al conjunto de otras técnicas de gufa espiritual. Por supuesto, antes de Freud ya existfan otras técnicas semipsicolégicas de gula espiritual, como, por ejemplo, las de Mesmer, y Freud adopté muchas de estas précticas, como puso de mani- fiesto su uso temprano de la hipnosis, que contaba con una larga historia en las précticas de los alienistas del siglo xn‘. @Por qué en nuestra cultura las terapias han venido a reemplazar, o al menos a desplazar, a estas antiguas técnicas de guia espiritual? Me parece jue las psicoterapias, al igual que el conocimiento psicoldégico, hz i= do con la transformacién de lo que se supone que los seres humanos tie. inen que llegar a ser. El modemno sefse considera —en una perspectiva histérica inusual— que debe sér auténomo, libre, y que debe comvettine en un actor. Esta idea acerca de cémo se debe ser induce a considerar que NOTAS 7. B. Nelion, “Sel Spsiems of Spitiual Din the History of European set en Kes) Ty Que for Self Controh New Free Press, 1565. ia 8M. Cardinal, The Words to Sey Jt, Londres, Picador, 1984, s£.es.un ser mds completo cuando se es habil para elegis, para realizar una Harrativa propia. Esta nocion z yo que es libre-para elegir no es una simple y abstracta nocién cultural, sino que Se imbHicate Sn Toe una Setic de pricticas que atraviesan toda nuestra soci lad. La més notable de estas pricticas es el consumo a través cual nosotros, seres humanos, “etnimos el po de yo que heme ee 240 materializaa la vex nuestra personalidad en la eleccién que hacemos ¥ proyecta una especie de luz sobre el tipo de persona que somos. Pero el yo en nuestra sociedad no és simplemente libre para elegir, el yo esté obligado a elegir, esta obligado a conferir sentido a su vida como si ésta fuese el resultado de toda una serie de elecciones: casarse 0 no casarse, te- ner hijos o no tenerlos, decidir el nimero de hijos, trabajar 0 no trabajar en el caso de que seas madre, qué vestir, cémo orientar tu vida, qué equi- po de fiitbol apoyar, etc. Se considera cada decisién como algo destinado a realizar una cierta dimensién de la personalidad que nos hace inteligi- bles en relacién con nosotros mismos y los otros, como si fuese una ex- presién de ciertos rasgos subyacentes a la personalidad global. Cada uno tiene que asumir su responsabilidad acerca de la felicidad o la infelicidad de su propia existencia. Cada uno tiene que ser actor en el drama de su propia existencia. A.un nivel més general creo que el nacimiento de las psicoterapias, en tanto que técnicas de guia espiritual, esté intimamente ligado con esta visién de que el yo debe constituirse en sujeto de eleccién en su vida co- Archipitlege 176, i513 120 a fob 5 ab Yale? Escaneado con CamScanner P giana con el fin de hacer realidad sus potencialidades y convertirse en lo que realmente es. Las terapias se considera que son necesarias para os in- - Fr jduos cuando se sienten inhdbiles para hacer frente a las obligaciones a eg ign los individuos son llevados a la terapia cuando otros os consideran inhabiles para existir como personas capaces de hacer por, se omas elecciones responsables. Y aunque se defienda que estos siste- ras terapéuticos no son normatives no cabe duda de que confieren un articular valor a esta nocién de ser aur6nomo y con capacidad de elegir. _ Sus términos més visibles son autocontzol, autodireccién, autonomi{a, vveoestima, autoconciencia, hacerse capaz de ser uno mismo, ser cons: » Gente del tipo de persona que se es, etc. Lo que me gustaria sugerir, en tltimo término, es que las éticas de la personalizacién adoptadas por las terapias son perfectamente acordes con los nuevos regimenes del yo que sean impuesto en el siglo xX. La tesis fuerte que me gustarfa defender, ; “gunque de momento no voy a tatar de justificarla, es que las terapias, sus lenguajes, sus técnicas y tipos de autoridad, han jugado un papel sig- nificativo en hacer de nosotros un modo determinado de ser sujetos. EH tipo de personas que consideramos que debemos ser esté estrechamente umnido al tipo de proyecto de nuestras propias identidades: debemos vivir para descubrir nuestra identidad como objeto de nuestra propia liber- aL Atin mis, es posible que todo esto parezca una etérea critica cultu- val el ipo de critica que tanto gusta alos sociélogos, pese a que resulta menos relevante para los terapeutas. Me gustarfa no obstante defender que lo que he dicho puede ser mostrado descendiendo a un nivel micro- social, Ast pues, déjenme que a continuacién cambie de escala. Atando cabos Bruno Bettelheim contribuyé con un postfacio a la tormentosa au- tobiografla de Marie Cardinal. Este libro se titulaba The Words to Say Try era una narracign de su experiencia con la esquizofrenia y el psico- anilisiz, En el postfacio, Bettelheim escribié lo siguiente: “Una vez que su libertad profunda se hizo auténtica para sf misma se afadié ala otra libertad para acompafiar su propia vida y completarla, de modo que lo “que gand con sus afios de andlisis Te evitd en Ios afios subsy e u jentes la ne- cesidad de pedir ayuda a un analista,., Fila misma se convirtié en algo ajeno a su andlisis, pero no en algo ajeno al psicoandlisis. El psicoandlisis _permanecerd con ella durante toda su vide", {Qué quiere decir con esto? ;Qué significa el tivulo del libro de Cardi- nal The Words 10 Say J# Bueno, en la actualidad Cardinal es portadora de = us complejo conjunto de ceenias en las que no vamos a entra aun nivel de cierta imparcialidad el titulo sugiere : , ; que el punto d Pata debe ease mediante palabras. , como saberos, or apa on en gan medida un asunto de intercambio de palabras. Ast pues igué podemos deci de las palabras del trap? Es un ugar comin afr. que la terapia es nuestra respuesta al viejo mandato de “condcete a ti i “Las psicoterapias son algo mds que lenguaje, son tecnologias, vias de trabajo sobre nosotros mismos en una linea predominantemente prdctica” términos particul: eee ontemporine- ; c . ‘ Agustin urgid 2 Sus ¢ NOTAS mismo”. En los tempos os Sora en el interior del hombre es sor i ‘Agustin como SUS 9, p, Hadot, Philosophy as a We os a que setornasen SORE © incerion que tanto ABUSED os aico Life ombre interion que TN” 50 Lift op. cits p- 65» cad la verdad? Pero ext hombre INC inc al YO psicolégie if op conremporineos er crue en el se encuentra nucstia verdad. Yr a 49 1, packing, ering he St or fasalineedl ce seul que urge dese Peete de eta pssonalidad ines eee Pcs ie, h menos en part Gqueremos conocernos a nosotros mismos Ho que of Momence, 1995. debemos descubsir oe ogins parades FL nacimi ruajes psicolgico a + Nengusje, El nacimiento de los lenguajes psicolgicos POE scan Paychiatee Asoc ve con lenge Lami eu eemiaes DOs EO 1! AST ed cribia fs pessoas ones o campos de nust0 nIeiOr UESOD Wat of eel Diodes, eh “Tocalizados en sue nos obligan a hablar acerca de nosotros mismos.€n Eden eM Watkingon significativas v.que nos obligan a hablar acerca de-nosotro® TATE FA erica Pychise Andis Soros oe ern de evaluamos en reacién con determi-, DC. Ameren 9 ‘ienci nosotros mismos formas, y narrar nuestra experiencia a otros y a 0 / Sa le mnales”, 12.M. Foucaulk, The Histary ofSe- ; rar nuestra CxPCt Sa ae emociol mediante un, lenguaje psicolégico: “traumas, “carencias emocionales»_ 12-1 ioe of wvaciones”, “descos”, sul, vol, 1: An Ineducton “depresiones”, “tepresiones”, “proyecciones”, “moth ual len Lane, 1979. ce lon ¢ "inuoversione®”. Disponemos en a actualidad de todo dan amplio vocabulario psicolbgico —o mejor, una familia de vocabula rios divergentes para describirnos a nosotros mismos— y cualquiera que sea el origen de estos lenguajes del yo son indispensables dadas las vias a través de las cuales nosotros podemos hacernos a nosotros mismos obje- tos de nuestra propia reflexién, Son lenguajes indispensables porque son las vias mediante las cuales nos conocemos a nosotros mismos. ‘Al equipar a los seres humanos con un nuevo lenguaje del yo se hace posible para nosotros experimentarnos y actuar como un tipo particular de seres humanos. Jan Hacking observa que podemos experimentarnos como determinados tipos de criaturas debido unicamente a que pode- mos acceder a un determinado tipo de descripcién!?, Unicamente por gue podemos describirnos a nosotros mismos de determinadas formas somos capaces de reflexionar sobre nosotros mismos y actuar, Surgen ‘nuevos lenguajes de descripcién sobre la existencia de los seres humanos, y Hacking sugiere que actualmente estan surgiendo “nuevos tipos huma~ nos”. El denomina a esto el efécto looping de los nuevos tipos humanos. ~ Paso a poner un ejemplo sirviéndome del término “trauma’, un ejemplo ue retomo de Hacking, “Trauma”, segin a, ¢ cavun teaming welizade afios el término se ha prdcticamente psicologizado por completo. En Se ee an idea de que las beridas & le ben po @ waves de la idea de que las heridas de Ia cabeza podfan causar pérdidas de memoria y otros sintomas psicol6gicos sin que se ma- nifestase un dafio neurolégico; més tarde, cuando Janet afirmé que las experiencias horrorosas eran causa suficiente para producir s{ntomas histéricos sin que se produjese ninguna violencia fisica sobre el cuerpo, y que podfan ser tratadas recurtiendo a la hipnosis. Y también cuando Freud sostuvo que la represién de la memoria de los hechos pasados era suficiente para generar sintomas histéricos, Una vez que este término fue psicologizado podemos pensar en otros muchos sucesos y experiencias como trauméticos —en términos no tanto del dafio que hacen a nuestra Archipilego 176 U2 Escaneado con CamScanner ers huss, 2 nsenra cabea, sao del dao que bases & 2 3 SOS in aoe desl, 2 pues sucevia “Confesar See ban tnd lagu ea roman ia emp es um acto Se a engin wz pena, sparen har ome de iden 3 ieeversbble ée un dao pricalégico. Ea el caso de los adultos vense eo identificaciéns i idenes de eific 0 proeaciar tn Fuego 0 una rerun 2 vote sone pare generar cv por runes, De send 97 mois recient wenn del D5 de la Asociacién Psiquistrca Noni” Cee ds poreruumisen acanza porcnajes Gus Yan desde 1 Nee rrlogn, diagnos, eazamicao 7 progoss de wd 370 ¢ weet inn que todos nosotros podemos tener auesras ProP* SPE" srecins eaumcicas. Podemos extar deprimides was disuse coo EES ez un examen, porque todos ést05 son, Al aplcas nuevos lenguajes a nosotros mismos, en tanto qos S68 bu 10s, podemos experimentar las cosas dewn nuevo modo, formar nuc- os proyectos 7 hacer un nucvo tipo de cosas, por ejemplo, iniciar una telacién de ayuda psicolégica, 0 mantener diferentes relaciones con Taussttes sexes queridos. También esto hace posible wees sue un nuevo ‘ipo de personas 7 que podamos convertimos en Dor supUEsto, siempre fabe era con los nifios, gente cruel, malvad2 o simple- mente equivocada que los maltrat6, pero ahora disponemos de nuevos wéaminos para referimos 2 estas personas: la gente que antes era puede converse en “maltratadora de nifios", que ¢s un tipo expecifico Ge persona, con una personalidad especifica, una decerminada estructura pelquice, etc. Alguien puede ser cruel con los nifios pero “el maltratador de nifos” es lo que Hacking denominé un nuevo tipo humano. ‘Asi pues, el lenguaje es importante en lo que se refiere a este asunto del poder y de la influencia de las psicoterapias. Pero las psicoterapias son go més que lenguaje, pues son, si se me permite el término, xecnologias, son vias de trabajo sobre nosotros mismos en una linea predominante- “mente prictica, Michel Foucault eligié la confesion, Ia confesion en tan- une to que dispositive de poder sacerdotal en la iglesia catélica, y la cligisen € tanto que modelo tosco de la tecnologia de las terapias'?, La confesién, fal Fouls ena peer dvb Al confesarse, uno ¢5 subjetivado por otro, ya que uno se confiesa bajo la presencia real o ima- ginaria de una figura que prescribe la forma de confesarse, que valora, que consuela, que comprende. La confesi6n es también subjetivadora porque en el proceso de confesién uno se constituyea s{ mismo. Foucault tenia en mente la naturaleza reflexiva del discurso que uno pronuncia en ‘un contexto confesional: el "yo" que habla se identifica a sf mismo con el yo que es el sujeto de quien se habla, de los actos confesados. Confesar es tun acto de identificacién. Uno se identifica a si mismo con el yo que ha- 1 a3 Archipitlge (76 wee 2 Escaneado con CamScanner APROPOSITO DE. i ula en esta situacién. sla, se identifica con y a través del lenguaje que form: diecast n palabras que son, en de confesidn. A través de la obligacidn de producir Sita deedee la verdad de tins realidad profunda, a través del examen 13. Ver nora 9. del yo que precede y acompafia a la confesién, uno se convierteen sujer og a a to para sf mismo, . Lees (eh), Para Foucault la confesién es un diagrama de un cierto tipo de poder ee nad {que nos vincula unos a otros, que nos vincula a aquellos con quienes nos 15. Mi Sete Ue ke confesamos y a aquellos que han re el lenguaje con el que nos ae een 1k santos, al mismo tiempo que nos vincula a nosotros mismos con nucs . propia identidad. Pore tanto, cuando me sirvo de palabras tales como, fected ey meet rene “yrauma’, “estrés”, “neurosis”, “aucoestima’, no estoy simplemente recu- Eicasim Leadee, Macmilin rriendo a palabras y significados. Cuando hago esto no estoy simplemen- 1988. fe conténdome historias con un determinado vocabulario que tiene que \ercon mi experiencia, no sélo estoy codificando y clasificando den nodo determinado y proporcionando aspectos de varios tipas de valora- jones positivas y negativas, cuando hago esto estoy al mismo tiempa2c- -tivando un “régimen de verdad” en su conjunto, estoy reconociendo i wtuna serie de autoridades que estin detrds de este lenguaje y qu ii t cian, estoy asumiendo todo un amplio complejo de pricticas y de proce- dimicntos. Sivolemos por un momento a la cuestién de los ¢jercicios espiritua- les, podemos ver que este diagrama de poder no es en esencia particular- mente novedoso, Me he referido antes a la investigacién ‘histérica de Pictre Hadot sobre estas pricticas espirituales!3, Hadot afirma que este vonjunto de éticas de autogobierno, es decir, la instruccién y la prictica dle las téenicas particulates para la terapia de las pasiones, de la mente, del cuerpo y de la voluntad, pueden ser bien entendidas si se las analiza en cl interior de este campo de los ejercicios espirituales. Para Hadot el significado de la filosofia en la Antigiiedad estaba ligado con este tipo de pricticas, El filésofo no era alguien que ejercitaba una disciplina acadé- mica particular, sino alguien que ejercitaba una disciplina ética prictica en st Vida cotidiana, Los estoicos constituyen un ejemplo claro a este respecto para Hadot, pero muchos de estos principios y pricticas eran comunnes también a los epiciiteos y a otros colectivos. Alguien que que- tia llevar una vida filoséfica debfa practicar el autoexamen, una vigilan- cia constante y presente de la mente, debfa cultivar la atencién sobre el tiempo presente, dedicarse a las obligaciones para consigo mismo, culti- var la indiferencia para con las cosas indiferentes, mantener siempre pre sentes clertas cosas, practicar ejercicios para contener la ira, la gula, la curiosidad malsana, meditar como primer acto de la mafiana, anotar lo que acontecié durante el dia como ultimo acto de la tarde, servirse dela retdtica y de las metéforas para movilizar la imaginacién, Todos estas ti- pos de cosas eran ejercicios espirituales que el flésofo debfa asumir para Negara ser un determinado tipo de persona con un determinado tipo de relacién ética consigo mismo. Por supuesto, los ejercicios espirituales que realizaban los griegos eran NOTAS Aoshipiage 7 us Escaneado con CamScanner roueron cjercicios tinicamente para una élite, Estos ejercicis estaban destinados _ orpoldeat el alma de wn muy pequefio grupo de individuos que eran los “Las técnicas ‘psi sue estaban concernidos por este tipo de ascetismo, por una prictica pueden ser Be aifeivada del arte de vivie. Pero estas prcticas de ejercicio y de guta espi- “gurendidas ritual no mutieron con el mundo antiguo ya que fueron los principios coma sy, " pee neigne P cesoras gue organizaron los principis de cristianismo temprano. Desde el siglo Comsempordried Rit en adelante la nueva prictica de la administracién cristiana del “eui- (7 7 borane | Gado de almas” se extendié a lo largo y a lo ancho de toda Europa: "A los viejos ejercicios } partir de 1215, cuando la confesin ‘anual se convirtié en una obligacién epee ream para todos los cristianos, estos tratados se convirtieron en gulas para las Para e! cuida lo timnas cristianas en todas partes", Es bien conocido y familiar el razo- de almas’ ramiento sociol6gico segin cl cual con el nacimiento del cristianismo estas pricticas para el cuidado de las almas se expandieron a todas las personas cristianas. Max Weber, a quien ya he mencionado, sefialé en ee ext famoso el camino a través del cual el protestantismo universali- nd el aseetismo cristiano y 10 experimenté en cada individuo pfo en el vaundo secularizadol8, En el siglo XIX en Europa y en Estados Unidos se inconporaron elementos de los ejercicios teligiosos para la formacién y administracién de una conciencia interior y personal, plio rango de pricticas seculares —en particular aquellas gjercitadas en Jas escuelas— para [a inculeacién y administracién de los habitos de vida los modos de auto-observacién y vigilancia!s. Es en este otro sentido en el que a mi parecer las viejas analogias exis tentes entre las terapias y la religién pueden cobrar un poco més de nue- va vida, Las cécnicas psi y las terapias que han sido promovidas por es- ccuelas rivales, desde el psicoandlisis hasta la terapia de conducta, y desde las psicologtas humanistas hasta la terapia familiar, pueden ser entendi- das, a mi parecer, como sucesoras contempordneas de los viejos ejercicios espirituales cristianos para el cuidado de almas. De esta forma se ha dise- minado todo un conjunto de procedimientos variados a través de los cuales los individuos, por sf mismos o en grupo, pueden recurrir a técni- cas elaboradas por expertos psicol6gicos para actuar sobre sus cuerpos, sus emociones, sus creencias y sus formas de conducta en orden a trans- formarse ellos mismos. Este conjunto de tecnologias pone en marcha un determinado tipo de relacién que el yo tiene consigo mismo y nos pro- porciona determinados tipos de procedimientos para descifrarnos, para examinarnos, para juzgarnos y para rectificarnos a nosotros mismos. Eticas _ Voy a-referirme ahora mids directamente a las vias por las cuales este tipo de reflexiones sobre las éticas pueden ayudanos a comprender las psicoterapias. Lo haré a pastir de cuatro dimensiones: los escenarios éti- os, los materiales 05. NG hay que asustarse demasiado con estos términos, pues se trata més bien de una terminologla pretenciosa para designar cosas que son bastante prosaicas. 1s Archipit Escaneado con CamScanner lio todo un amp Por escenatios ticos entiendo lavia através de Ja cual aia NOTAS . conjunto de problemas espacial ban Sido ean rete rice mead Tpecein de conocimientos terapéuticos & & : Pe ieae tema con mis detalle en ot IUEAE a subjetivizacién del trabajo. Dénde wwe cabal : el trabajo, la eleccién del trabajo, todo b Sewaeae cea ee eubjeos: decidir qué tipo de cabajoreallas 8 parr de cnt eae cbjetivas, ener expectativa subjetivas de qe 180 ene se ajo del mejor modo posible ser consciente Ae 3 OT Sa sabjetivas que se deivan del tabajo para J vida dire. Nos vamos Sbligados 2 creer qu el trabajo es crucial canto por sus Bev AU ol6gicos, como por sus benefcios econémicos, Pues a avis © cubrimos nuestro potenci vin nos descubrimos a nosotros mismos ©, él ‘menos, a uia parte de nosotros mismos. ‘sf pues, tanto el trabajo como el conjunto complejo de Jas relaciones que gitan en torno a a se han vis- to saturados por los lenguajes terapéuticos y se han convertido en asun- tos psicol6gicos profundos. 7” En segundo lugar, se encuentra la psicologizacién de la vida cotidiana. ‘Toda una amplia gama de asuntos cotidianos se ha convertido en algo i psicolégico, es decir, en materias objeto de discusién y de comprensién a f través de un lenguaje terapéutico. Ya no se trata tinicamente del naci- miento de la terapia de ayuda en general, o del asesoramiento matrimo- nial, o del consejo técnico sobre la sexualidad, sino que estamos ante ed asesoramiento relativo al empleo del dinero, a las dietas, a la reproduc- cién, alos partos y a todo un conjunto de asuntos que tienen que ver con la minucia de cémo uno dirige su vida, Todo esto ha sido reelaborado en. lenguajes terapéuticos y a través de juicios que han traspasado las salas de consulta para adentrarse en la televisibn, en la radio, en la prensa y en las revistas, hasta alcanzar al discurso de cada uno en la vida cotidiana. Este proceso posiblemente afecte més a las mujeres que a los hombres, y més a los ticos que a los pobres, pero el estudio de esta epidemia precisa and- lisis més afinados. En tercer lugar, se encuentra la nueva térapia de la finitud, lo que en- tiendo como el compromiso terapéutico con todos los implacables limi- tes de la existencia humana: enfermedad, suftimiento y muerte. Estos aspectos de la finitud humana se han convertido en un campo abonado para la generacién de conocimientos y técnicas psicoldgicas. Y esto es asi no sélo porque se haya producido un crecimiento de los especialistas en psicologia y de las subprofesiones psicoterapéuticas en tanto que conse- jetos de malestares, sino también porque las cuestiones relativas a nues- ttos limites, a nuestras pérdidas, a nuestro final se han visto inundadas por todo un lenguaje terapéutico que va mas allé de la situacién tera- ‘péutica y de la significacién psicodindmica en el interior de la situacién terapéutica. : sei pus, aro eto ao que me refero cuando hablo de a proli- s escenarios éticos que han sido conformados a través de las Archipidlage 176 ie Escaneado con CamScanner ier tipo de cuestiones, aunque no sean Linch eee uestra sociedad mediante una terminologla teraphutica, ba “Toda una amplia aiedo no obstance en el tera dela terapia y ello por dos motives: gama de asuntos porque se mucven en lz rutina prictica de ja terapiz, 7 porque han sido “Copidianor Epjeco de una problematizacién terapéutica por partede otros expertoty se a convertido 1 parce de la propia gente. terias obj Pee egunda re Bla dica esa que he denominado tica ma- 7 prairie te cetal para referieme a aquellos aspectos dl yo, dotados deuna signin emai traces Son fica, que son evaluados, problematizados y sobre los cuales se [eerie andes Geabajr Cuando se intenta proyecar una mirada sobre uno mismo, mesh qué es lo que se considera significative? Para muchos al nacimicnso del terapéutico pricoanlisis en su forma freudiana fue ejemplas. EL pricoandlisis parece nostrar que, en todas las terapias, lo que debe considerarse ¢ ignificativo aoeno nuttancia &tica es el deseo, el deseo sexual. De este modo, Ia semua a Tidad aparece como la verdad que ha estado oculta en nuestro interior 7 quella terapia va a descubri con el fin de que exista una concordancia de ce principio con la vida que uno vive. Por supuesto, el psicoandlisis fue critieado por proporcionar 2 la sexualidad una forma particular y por Conceder un valor especial en su teorfa a un tipo particular de relacién doméstica: papé, mam4 y el nifio. Me parece que esta focalzaci6n en la sexualidad, el hecho de aceptar que la sexualidad y el deseo son el inico tipo de material sobre el que tra- Dajan las cerapias, resulta engafioso. Me parece més significativa la via ‘mediante la cual la autonomia y Ia identidad, !2 auronomia del yo y la au- toposesién de nuestra jdentidad, es decir, quiénes somos realmente, se ha convertido en el asunto central que vertebra la organizacién de los dis- cursos terapéuticos. Nuestra identidad, el descubrimiento de nuestra identidad, la liberacién de nuestra identidad, la capacidad para ser lo que verdaderamente somos, han sido fabricados como la verdad que debemos descubris, la verdad que debemos proclamar y la verdad que debemos re- conocer en otros. Debemos encontrar a la persona que somos en nuestro propio interior, debemos liberar nuestro potencial, debemos llegar a ser Jo que de verdad somos. Por supuesto, la valoracién terapéutica de la autonomia y de la identi- dad de los individuos es tinicamente una parte de una exaltacién cultural | mucho més amplia de la auronoms, la individualidad y la identidad en | nuestra sociedades,y quiz mis ain en Estados Unidos en donde la po- | kia de reconocimicnto de la identidad ha egado a ser absoluramente | poderosa y ha producido al mismo tiempo consecuencias positivas y | consecuencias més bien problemiticas. Las criticas de lo terapéutico planteadas en los afios 70 se centraron sobre todo en este 25 significacién culcural!”. Pero quizas lo més interesante que fa conde en los ikimos veinteafios ha sido la formacién de una comprensién del yecomo un dpo de complejo de comperencias y hibitos adquiridos. Tal Gl material éico propueso por ls terapas de conduca: a formacién yo en tanto que un conjunto de destrezas de la conducta de la vida 17 Archigitieg 176 Escaneado con CamScanner pRowvares: ee pai ees —_—— — cosas que ha sido as ‘idas, Una de jan- ser ensefiadas Y 4 rendidas Fag es ed modo medial Buebavlenral aK ait ehanle i fos logy au a Salad Pree: Tom cas que han proliferado re i ralud y 01708) 105 Ph ig othe Coie Je lo ei oe mina eS no te tc icodindmicos que soll cate ima! no, publicads, Gollan i junto de razones para arta 0 i eaidad de Londres, i HE, Bxiste todo un conjunto de on calle ; bol ee Ea ala consecuencas 8 PEEMNSE cambit aqu, is i icho mis di- Gia que han adquirido formas de ani queconcemen ho std ividuos. Estas ter ; ci aente a la conducta de los individuos. ‘ ay cognitvas abordan la conducta de los individuos como algo problem co que debe set reformado, En los mis simples de esos tipos de séenicas terapetiticas la cont que pueden menos reconocida ei te el cual en Jas préctica Ye los trabajadores sociales, de | Tenguses psicoterapeuticos ¥ Pel % S32 S S & z 8 vy Ja literatura iducta se ha parcelado en toda una serie de 4reas pro- bleméticas; en cada una de estas Areas se identifican objetivos ¥ Ja meta es alcanzarlos. El individuo tiene que poner en prictica los pequefios ha- Frese necesarios para conseguir aquellos objetivos por st solo —caminos particulares para hacer frente a situaciones criticas, por ejemplo, ealmar a tun nifio angustiado. Estas técnicas no son totalmente distintas de los cjercicios espiricuales, como ya hemos sefialado: la persona Wars de aprender estas técnicas ¢ interio' varlas en forma de hdbitos con el fin de akangar una vida mejor. El material ético, en este caso, es Ja conducta en Sf misma, bajo la forma de destrezas y capacidades sociales que hay que acquit, La terapia, en este caso, consiste en el cultivo de competencias, Hay toda una historia que contar para conocer cbmo estas destrezas Y capacidades han llegado a suplantas a otro tipo de objetivos en muchos de los trabajos terapéuticos de los trabajadores sociales, médicos, psicélo- 0s clinicos, trabajadores de la salud, enfermeros, etc. En parte esto se Glebe a que las capacidades pueden ser especificadas y medidas, y en con- secuencia convertidas en rendimientos (ouspurs), capacidades de ejecu- cién, etc, Y en parte a que parece que las competencias pueden realizarse tn un perfodo de tiempo corto, por lo que aparentemente se prestan bien a ser intervenidas, guiadas y evaluadas. ¥ en parte también porque los propios terapeutas pueden sentir satisfaccién al producir un cambio perceptible, pues los terapeutas pueden sentir que sus clientes tienen algo que llevar consigo cuando se van de la consulta, lo cual es impor- tante para las éticas profesionales contempordneas centradas en los usua- trios y en los clientes. Me parece que estamos ante un ejemplo de algo que es mis bien difi- cil de evaluar en términos de poder. De hecho, aquellos que practican estas formas de terapia cognitivo-conductual se sirven con frecuencia del Ienguaje del poder. Dicen que estas técnicas confieren poder, confieren poder a la gente as{ como capacidades para vivir sus propias vidas, aun- que estas formas de psicoterapia no terminan nunca, suponen una inter- minable relacién de tutela entre un discfpulo —el cliente o paciente—, a quien nunca se'lo conoce demasiado, y una persona poderasa —el te- Fapeuta—, que quiere conocer més, controlar més, ser mAs. Esta des- cripcién podrfa llevar fécilmente a ser {nico y decir que estas formas de Archipitlag 176 fig Escaneado con CamScanner aque conien poe son formas de sometimiento, autopromo- cat uitoengafio. Pero quiads este cinistno pueda estar en parte equivo- cy at erics did, de moldeanint at07 consciente del yo, cepted delberada de competencis capacdadesimfgens del do que uno gir ey I vids que uno que ers yn en si mismas algo nuevo. Estas tEenicas han sido la preogat d 1 sleds, lox arsteratas los boheris Ls aus long del annoy sobre os Yale contenids en [os pte tempo. Debemos pre : anes terapéuticos contempordineos de ‘automodelacién, debemos pre- antanos cab Tos medios que emplean Y Jos problemas en toro a los Brnles han sugido. Debemos también pregunarnos €n qué medida estas yo han sido clegidas actvamente por sus destinatarios nuevas formas del ss elle j impuestas coeritivamente, Sin embargo, la idea de que uno puede o> garaconformar Ja persona que uno ¢s mediante gjercicios précticos, es Benerazaion de esto mis alt de una lie, no me parecen 2 mi cosas de Yas que uno pueda simplemente burlase, oe a exces lugar, ddjenme decir algo acerca de las eenicas teas la canctdenica de as cosas ala que he aludido en relacidn con estas terapias omportamentales me parece que es exremadamente significa, Las cris no proporcionan simplemente ala gente un certo lengua} no eagpan alt gente con un cierto tipo de medios pata descubrity valor api mundo interior y eonfesarlo o verbalizaro, en certo sentido, las venicas no proveen ala gente simplemente de un modo de entender ae lestares,eambién sirven para proporcionatles determinadas téeni- tas para aetar sobre lls mismos con el fin de rehacerse. Algunas tera pias y a psicoandlisis en particular, niegan que proporcionen dichas téenicas, Los psicoanalsta rechazan set vistos simplemente como técni- tox del alma, como aquellos que proporcionan a la gente pequefias téc- nics para ditigit sus vidas de una forma més satisfactoria, Pero incluso al psicoanliss, cuando proporciona a la gente ciertos modos de refle | Sionar sobre s{ misma, la estimula a esa auto-reflexién, a interpretar sus heciones, sus conductas y sus palabras de ua determinado modo, y 16 | hace sobre todo en determinadas situaciones que proporcionan alla gen- te una “tecnologia mental” para actuar en su vida mental, y por tanto | quizds en su actuar, He sugerdo en otro lugar que podemosinventariar estas tcnica i cas en cattoregisr0s, “Técnicas de compromisocon eye: un modo epistemolégico que busca nl pasado estados determinants de los estados del presente, un modo inept en quel par o eat son entendidos en términos atcgaetanttorel eaeeg are oie desciptvo que ba jal aencién ola conduca en mirocompete- lo, nadas, come i gue deaf emncaaies nomleslé eeees bear be Bogle de desicas anche ¥ proporcionar la materia peda- ‘Técnicas de expresion del yo: modos de hablar no sblo en la sala de ug Escaneado con CamScanner wos nose “El material ético es la conducta en st misma, bajo la forma de destrezas xy capacidades sociales que hi que dyin” Arcbipitege 176 ‘- ApROPOSITO DE 4 ————— j Jeados, a los consulta, sino también a los nifios, @ re ifs 1 ot eae a i meh amantes, Nosotros no poscemos simplemente « sd aed Sino todo un amplio espectto de vias para deposita® Ia verdad del yo € 55,2, bex age ae i ‘able, ma- rainy Life Tee Cooaracion of Mitacuro, hacerlo audible, visible, inserbible, es deci tmansjable, mar rae Le Te Corer % nipulable. Poseemos toda una proliferacién de 4m ae bitos en los gue Nos se Oe Graney Pot 905. res humanos estin obligados a reflexionar sobre sf mismos 62 TOE ee ame psicoldgicos y o veealiar 1 reflexiones, ambitos que van desde lacon 078 a. 6 ae? sulta del médico hasta la entrevista en la radio. | Mae 8 Ban "Oe Bese Técnicas de evaluacién del yo: diagnosticar sus enfermedades, calibrar ie sus cafdas y sus avances en términos de normas intelectuales 0 en térmi- 7, ie ne 2D nos de personalidad tal y como la define !a psicologia, repertorios de Ba. Scntimientos y emociones diseminados por las terapias, formas de nor seninatte malidad certificadas por los representantes de los sistemas cognitivos eines ne ip comportamentales.~ . gee sha mo ba tito Largs Técnicas de reforma del yo: los efectos purgativos de verbalizas, el Fetes A Fee ieee efecto liberador de la comprensién, el efecto reestructurador de la inter- ee epee! To pretacién, las pequefias pricticas de entrenamiento de pensamientos y PED, Go ‘emociones, las técnicas que uno puede adoptar para potenciar su auto- confianza y maximizar la autoestima. Como ya he dicho, resulta aqui de particular importancia la invencién de nuevos métodos para las terapias de conducta y cognitivas, microprocedimientos versatiles que pueden ser ideados por toda una amplia gama de profesionales y wtilizados por los individuos con el fin de remodelar su yo psicolégico para “lograr el control de sus vidas” en el interior de una ética que confiere poder. delantecs, Etnografias Por tilkimo, podria estar muy bien poder decir que estas observaciones més bien abstractas pueden ser confirmadas por evidencias empiricas so- bre la préctica actual de la psicoterapia. Pero desgraciadamente carece- mos de etnografias suficientemente detalladas que nos informen acerca de cémo funcionan las psicoterapias. Si se pudiese observar en la préctica cémo funcionan, seria posible confirmar o negar el tipo de aproximacio- nes que he intentado esbozar acerca del modo en el que cierto tipo de co- sas han cobrado existencia en la siruacién terapéutica. Los socidlogos han realizado toda una serie de estudios, en las wltimas décadas, sobre otro tipo de empresas, en particular sobre las ‘empresas cientificas. Por ejemplo contamos con detallados estudios emogréficos acerca de lo que pasa en los laboratorios cientificos!®. Estas emografias muestran cémo en los laboratorios aparecen ahora ciertos fenémenos que antes no existian. Los hechos que la ciencia teoriza han cobrado nueva cexistencia a través de los procedimientos y los dispositivos experimenta- les. Los estudios etnogréficos, incluso los de las clencias aparentemente mis “duras”, como la astrofisica, han mostrado la existencia de un traba- jo implicito en la construccién de Jos hechos cientificos y de la teorfa, que confiere naturaleza incluso a los hechos aparentemente més objetivos Arcbipitaga 176 120 Escaneado con CamScanner eS ee FORE eee gg “Tea No se waa de contr 5 estos hechos cintficos —medidas, ——————— J pgervaciones, grificos y otros—, que han sido producidos mediante “Las sitwaci cpa compleja manipulacién del aparato cientifico tendente a medir pro, sreaciones unt ientos y mecanismos de inscripcién, son verdaderos 0 flsos. erapeubicas gue producen es un tipo de mundo “irreal”, el mundo de la realidad Bina . arcific. Las centfcos tratan de hacer salir ala realidad —mediante ies lanorateney, ceobservaciones, medidas, inscripciones, etc — las cosas que ya han penzado en lator, siviéndse de conceptos,eorias yomas formas de explicacién. PA mi juicio se podrlan observar las simuaciones terapéuticas de una forma bastante simila. Si por ejemplo, considersemos las descripciones gue hace Bion en Experience in Groups, podemos observar cémo, en la aN sefera“cargada” de los grupos que él deliberadamente provoca, se ha- sen vsiblesciertos Fendmenos de las relaciones que se establecen entre Jos componentes del grupo que no son visibles en otras situaciones®. Es- se endgnenos salen a relucir a través de una intensficacién de efecos Gque es muy similar a intensificacién que es producida deliberadamen- see en Izboratorio cienifico para hacer visible lo invisible. En este sen- ido creo que las siuaciones terapéutias se parecen a Jos laboratories pues provocan la apariién de ciertos fenémenos. ¥ del mismo modo {que ciertos experimentos convierten ciertas cosas ¢n realidad, también se Convierten en realidad cosas que han sido sofiadas con anterioridad por Jas mentes de los rerapeutas. ‘Al puts, al igual que los cientiios, os erapeutas no pueden hacer aque sua cualgier cota dela nada, Bese alo que a vees dicen los ext se las ‘memoria recuperadas” raramente se trata de casos de simple Sugestiino de implancacién de ideas 0 creencias por parte del terapeura sobre el paciente 0 cliente, Pero el modo de hacer que algo sea visible, audible, por lo tanto, suscepible de ser descrto, el modo de presentar tiertas cosas y de hacer certascoses, me parece una caracteristica propia Ge las situaciones terapéuticas y una de las vias en las que éstas constatan sus efectos, Tales el modo en elque se produce la realidad “ireal” de los encuentros terapéuticos. “A mi jucio, si contésemos con detalladas etnografia acerca de lo que sucede en las situaciones terapéuticas, se podria abservar el modo en cl Gque a wavés de un complejo suc camino la labor conjunta del rer peuta y del paciente modula los problemas de acuerdo con cieras gr nities, repertorios y marcos, Ian Hodges, por ejemplo, ha analizado un tipo particular de situacién terapéutica: la del radio-teléfono en la teres pia, Esta siruaci6n es muy interesante porque consiste en la condenss- Gibn muy intensa, en dos o tres minutos, de algo que esté teniendo lugar fz una velocidad més lenta y de un modo que es més dificil de discernir fen otros contextos terapéuticos. En esta situacién de radio-teléfono, en la que se producen dos o tes intercambios entre una persona que lama yuna que aconseja, el que aconseja ha transformado el problema que le plantea el que llama pues el problema ha sido reconducido hacia la tera- mes provocan la aparicién de ciertos fendmenos” 121 Arciptlge (7% Escaneado con CamScanner aPROPOSITO DE i aticos, Por ha sido transformado y planteado en teminct Te sroble= tjemplo, el que llama puede haber telefoneado para plantear Wt [ re i cit + esta cuestidn es transformada cn Un ma sobre un marido recalcitrante y es TK auraudadiolcan'el prcblema qu dene el qu face a ama con I autoridad 9 600 modo de manifestat amor. Este es un proceso de remedelacién del maz el que llama, o en un sentido mis amplio el) cliente necesita eared tirseen un buen sujeo de terapia mediante la presentacion de sus proble~ mas en un especifico molde terapéutico, ya que se trata de un asunto en ef que se plantea la relacién entre el mundo interior y la conducta mani- fiesta, entre el mundo interior y sentir emociones, 0 deseos. ‘Asf pus, a través de toda tuna serie de encuenttos basados en convers saciones —pues en esta situacién todo ocurre a través de las palabras el problema es configurado recurriendo a un pequefio mimero de técni- cas discursivas. Atin mas, uno puede describir cémo alguien se identifica con un determinado tipo de persona que forma parte de un repertorio particular de personas: esto se produce en el momento del diagndstico, incluso en las terapias en las que el diagndstico est menos explicito, Se puede percibir el mecanismo mediante el cual el que llama esté propor- cionando instrucciones sobre determinadas vias para conducir su yo o, al menos, realizando una evaluacién de determinadas normas de conducta y de habla, asf como una clasificacién de los otros que deben recibir tra- tamiento, que deben realizar un trabajo y, mas concretamente, un traba- jo sobre sf mismos. : Soy consciente de que terapeutas sofisticados conocen desde hace mucho todo esto aunque tienden a aplicarselo mas bien a los otros que a si mismos. Michael Balint, en The Basic Faul, cena cosas poco agra- dables que decir acerca de lo que denominaba “la escuela kleiniana’™2, De hecho, Balint dijo que los kleinianos desarrollaron “un caracteristico ¥ peculiar lenguaje disparatado, y no obstante los pacientes adoptan este Jenguaje cuando se les aplica con suficiente insistencia”. “Como resulta- do de la interaccién entre un analista implacable y su subordinado pa- cciente”, Balint sefialé que “se crea una atmésfera en la que determinados acontecimientos inevitablemente se producirén”. Llega incluso a decir que las interpretaciones que se hacen de estos eventos “crean la impre- sién de originar a partir de un seguro, comperente y posiblemente su- perdirectivo analista una imagen aparentemente compartida por sus pa- cientes". Si esto es as, sugiere Balint, “esta actitud del analista puede ser tuna de las razones por la que, por una parte, surja en sus pacientes una cexcesiva agresividad, envidia y odio y, por otra, por la que los pacientes parecen sentirse muy afectados con la introyeccién y la idealizacién, Es- tos son Jos dos mecanismos de defensa mds frecuentes existentes en una relacién terapéutica en la que la parte mas débil y oprimida tiene que arreglirselas con otra poderosa y superdirectiva"3, ‘Como todos los que conocen la obra de Balint sabrén, él mismo sugi- 116 que la mayor parte de los terapeutas remodelan el problema que se les plantea y lo transforman. Balint piensa que la mayor parte de los tera- pia, ree 122 NOTAS 22M, Balint, The Basie: Bande, Therapentic Aipets of Regresion Londies, Tavistock, 1968, NM, Balint, of cits pp 106. el Escaneado con CamScanner ste ets ungencia de organi los ma fc ¢esentes para convertittos en una enfermedad y que esto prod ‘ ie errr acer! cen los cients una commpulsidn a transformar su propia condicién en un “easo cfinico” que tiene poco que ver con su original mal-estar. Ast pues, las I{-

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