You are on page 1of 12
La préctica lacaniana nstituciones I Vilmia Coccoz (comp.) Bruno de Halleux Daniel Ro’ d Seynhhaeve ~ Philippe Lacadée Diagndstico y Abordaje La adolescencia en el siglo dei objeto hablaré desde 10 que soy: alguien que tiene lo que llamamos transferencia con el psicoandlisis, alguien que ha hecho un andlisis, que ejerce la profesién de psicoanalista, y que se orienta con las referencias de Sigmund Freud, de Jac- ques Lacan y de los psicoanalistas de mi comunidad analitica, como Jacques-Alain Miller. Me gustarfa hablacles del jugar que puede o que quiere ocupar el psicoanélisis en la comuni- dad de los hombres: el de acoger lo que provoca dificultades al sex humano, aquello que cojea. ‘La adoiescencia no es un concepto psicoanalitico. Se esc cha y se habia al nifio, al adolescente o al adulto, de igual manera, Sus preocupaciones no son las mismas. Con los nifios se juega, se cuentan historias, se repasa con ellos las lecciones, se hacen los deberes, se lee, se aprende. Pero, a fin de cuen- tas, Ia clinica con los adultos es la misma que la clinica con nifios o con adalescentes. Las referencias clinicas, basadas en Ja estructura subjetiva y 1 tratamiento ~caso por caso~ de lo real del goce que nos han transmitido Freud y Lacan, som as mismas cea cual sea la edad de los individuos. 'Y fo ands sorprendente es que lo que cuentan las personas al final de andlisis, los remite siempre a mamé, a papé, a la historia de su primera infancia. Siempre van a abrevar en st historia infant] para intentar comprende: sus sintomas. Ni Freud ni Lacan hicieron uso de este significante en tanto con. cepto psicoanalitico, 120 BERNARD SEYNHAEVE La crisis de Ia adolescencia El uso del significante adolescencia en el discurso corriente implica el de crisis. Al igual que Molitre podia decir “es el pul- mén’, en El enfermo imaginario, decimos muy a la ligera res- pecto de un joven que se sale un poco del camino: "es la ado- lescencia”. No podemos subestimar la dimension creacionista del uso de una palabra que se invents en el siglo diecinueve. Actualmente, los médicos estén de acuerdo en decir que cada semana se crean nuevas enfermedades con slo inventar una palabra nueva, y desde el momento en que dicha palabra se ha inventado, aparece el medicamento que acompatia al neo- logismo. La nominacién tiene este efecto creacionisia, Ass{ pues, el significante adolescencia estd asociado al de crisis, Se habla de Ja crisis de Ja adolescencia, Esta palabra, que se utiliza desde la segunda mitad del siglo diecinueve, implica que este periodo de la vida se ha convertido en un periodo complicado, incluso diffeil, para los hombres. Unica- mente para los hombres, es decir, para los que hacen uso dela palabra, ya que no parece ser este el caso de los animales. Fo- demos planteamos la siguiente pregunta: ,Por qué este mo- mento de la vida es tan complicado para Ios seres humanos? La tesis que sostienen Freud y Lacan es que la fragilidad sub- jetiva que encontramos en la adolescencia no tiene una causa biolégica, contrariamente a lo que normalmente se piensa. Esta idea es la que me gustarfa desacrollar. @Hlay una dificultad, un sufrimiento particular localizado en los adolescentes? Por qué la adolescencia es, para el ser humano, un momento dificil de superar? La respuesta més inmediata serfa: porque los seves humanos estén provistos de lun rgano que los otros animales de la tierra no tienen, Bste 6rgano es el lenguaje. El animal humane es un ser que habla y, en consecuencia, no tiene un saber sobre lo real. Ahora bien, también estd el despertar de Ia primavera: el hombre esté con- fronfado con esta nueva emergencia, con un goce que invade su cuerpo, con el otro sexo, con algo que pasa en su cuerpo ¥ que él no conoce, que no comprende. No sabe cémo ta- LA PRAGTICA LACANIANA BN INSTITUCIONES 12 tax, cémo aprehender lo zeal que le invade. No tiene un saber sobre es0 y es particularmente torpe, ya que debe hacer uso de este érgano suplementario -el lenguaje- para abordar este real. Los animales no estén dotados de este drganc del len guaje y, por consiguiente, las imagenes que perciben no engavian; les proporcionan signos que son inmediatamente percibides por ellos sin equivoco, sin embigitedad. Su instin- to no los engafia. A tal imagen, a tal signo, corresponde comportamiento. Para los animales, el paso de la infancia a la edad adulta no es un problema. Para los animales, io que cuenta es la conservacidn de la especie y, por consiguiente, lo importante es mutrirse, protegerse de otras especies y, si llega el caso, zeproducisse. No parece que los animales pasen por una crisis de la adolescencia. No se escucha hablar de Ia crisis de la adolescencia de Ja temera, por ejemplo. Sin embargo, los animales (al menos los mamfferos), conocen también estas mutaciones y la aparicién de los caracteres sexuales, Para los humanos, el problema radica en cémo hacer uso de este érgano suplementario que es el lenguaje. Esto, para todas las edadies de la vida. Voy a desarrollar este punto. ‘Por supuesto que hay un indicador orgénico preciso que marca [a salida de la infancia: la pubertad. Las causas a las que frecuentemente se apunta para explicar los trastornos de Ia adolescencia, son: la pubertad, Jas hormonas, el desarrollo de los caracteres sexuales. No es totalmente falso, pero no es suficiente para concluir: “y por eso, su hija es muda”, Para el psicoandlisis, la pubertad no es la causa de! males tar en la adoleseencia. Intentemos aproximames un poco més a lo que produce dificultades en los seres humanos durante este pericdo de la Vida, Veamos lo que ocurre en las erfas dei hombre que deben pasar ala edad adulta Primera observacién: los nifios no saben cémo funciona T Stevens, Alexandse, La adolescencia sintom de fa pubertad, en Actiali~ ad de la practien psiconnultien,psicaamidisis con nifos y bores, Bdicio~ nes Labrador, Argentina, 1998, BERNARD SEYNESAEVE xualidad. Se constata que hasta la pubertad, los nifios roran por completo a existencia de Ja vagina en Ja ni mismo, la nifia pequefia, aunque pueda incluso tener co- hocimiento de esta cavidad, ignora su funcién en la sexual E] uno y [a otza inventan lo que llamamos teorias (las {fas sexuales infantiles) para tener una idea de eémo llegan ‘se hacen los nifios, Fabrican ideas, fantasmas. Esto: Jantasmas se constrayen a partir de un objeto que han inves- io, que kan privilegiado en su primera infancia. Gozan de an Srgano, o mas bien de un agujero del cuerpo, que intentan ompletar con un objeto, Estos objetos privilegiados vienen a Henar los bo ados del cuerpo (aquellos que, justa- mente, bore gujeros del cuerpo) como, por ejemplo, él seno, los exerementos, etcétera. Son objetos otorgacios po: Otro, o demandados por el Otro. Y de ahf podemos dedi cir las diferentes variantes de las teorias sexuales infantiles, pin el objeto que se privilegie: la boca, ¢l ano... Los nifios Seben aprender ~del Otro— como funciona Ja cosa, Del Otro iene el saber sobre la relacién con el Otro sexo. Y si bien renden cémo funciona, psicolégicamente todavia no saber Smo arreglarselas con el otz0 sexo, No saben. qué rodeos hay Gue dar antes de pasar a los actos. Pero, incluso si han tenido conocimiento a través del Otro, del manual de instrucciones, Stas instrucciones no les dicen nada sobre el propio goce, posque el goce depende de lo real, y lo zeal es imposible de © incluso cuando piensan que saben cOmo arreglérse- acasan. La relacién sexual no existe, porque eso no fun ona entre Ios sexo, Segunda observacién: hay que tener en cuenta que, para el hombre, Ia satistacciéa de las necesidades (sean cuales ni comer, bebet, sexualidad...) est4 completamente sub- 1. Una made sabe bien que el nifio que Hora no espera que se satisfagan suis necesidacies. Bl acceso a la satisfaccién de las necesid sa por ia palabra, por una demanda, La Gemanda del nifio no espera la satisfaccion de la necesidad. rece reclamar. Para satisfacer sus necesidades, el ca- fe debe pasar por la palabra, y ésta subviei pao : orto del hom [LA PRACTICA LACANIANA EN INSETTUCIONES 1 a3, te algo esencial en los seres humanos. Para la satisfacci6n ce sus necesidades, el hombre debe pasar por una demanda, que debe comenzar a dirigir al Otro; tiene que pasar por el Oiro. La palabra subvierte la necesidad. Y hay algo que falla en la demanda, porque la estructura del lenguaje esta hecha de tal forma que nunca se puede deci la ultima palabra de Io que deseamos. Podemos intentar satisfacer la necesidad, pero no la demanda, porque cualquier cosa que se sitte mas all de la demanda no puede ser satisfecha. Hay algo en la necesidad que no puede decirse, no puede articularse en Ja demanda. Y lo que falla -el retofio, dice Lacan~ para el hombre, se presenta como el deseo, Para el hombre, el deseo tiene algo paraddjico, escandaloso, que lo diferencia de la necesidad. Més alld de la demanda ~formulada por el nifio para satisfacer su necesidaci— esté el deseo. Y el desea queda insatisfecho. Es estructural. ¥ no sélo es necesario que el de- seo del nifio sea perpetuado, sino que ademés el nifio debe suscitar el deseo del otro. En el fondo, demandar es avivar las Jamas del deseo. Entonces, hay un més allé de la deman- da: el deseo. ‘Que e] niftc pase por la demanda para satisfacer sus nece- sidades implica algo més: la demanda de amor. Toda deman- da es, primero, una demanda de amor. Lacan decia al respec- to: “La demanda en sf misma, se refiere a otra cosa que a las, satisfacciones que reclama. Es demanda de una presencia © de una ausencia”. Es lo que pide el nifto cuando reclama el pecho. La madre que no hace sino satisfacer la necesidad del nifio, le pone en un aprieto, ya que no es eso lo que pide. La madze (el Otzo primordial), puede darle a su antojo, tiene el poder de satisfacer Ia necesidad segtin su capricho: posee el privilegio de satistacerle o privarle, Este privilegio del Otro (de este lado, por tanto, de la satisfaccién) dibuja—dice Lacan~ la forma radical del don de lo que ella no tiene, es deciz, del don de su amor. El amor, en efecto, como sabemos, es dar lo gue no $e tiene. Por lo tanto, cuando el nifio demanda al Otro satisfacer sunecesidad, espera, sobre todo, una prueba de amor. ¥ si el 124 BERNARD SEYNHAEVE ‘Otro pretende, ante todo, satistacer las necesidades del nifto, no hace sino aplastar lo que no se ha dicho pero es primor- dial: la demanda de amor: Por un lado, el deseo, mas allé de la demanda de satisfaccidn de las necesidades del nifto; por otro lado, el amor, del lado de la demanda de satisfaccion de sus necesidades; el deseo y el amor son dos cosas funda- mentales propias del ser humano, que no encontramos en los animales. Este es un aspecto preliminar que debe permitirnos avan- zar en el tema de la adolescencia, Podemos observar cémo el “problema de la adolescencia” se desplaza. Ya no se trata de Ja adolescencia come crisis de la pubertad que aparece entre los doce y los veinte aftos. De este modo, Freud nos ensefia ~gracias a sus trabajos sobre la histeria-, que la adolescencia es la teedicién de un trauma de la primera infancia. Y Lacan -que se apoy6 en los progresos de Freud y en los desarrollos cel estructuralismo del siglo pasado-, dice que para el hombre, el verdadero mal encuentro, el verdadero trauma, es la entrada en el lengua- je; 8 decis, un encuentro que esté en el origen de la vida. El traumatismo: froumatisme?, insiste Lacan, ya que en lo que concierne a Io real, se trata de un agujero estructural en el len- guaje. La pubertad es una repeticién sexualizada a posteriori de este traumatismo del primer tiempo en el lenguaje. Freud inventa el complejo de Edtpo para intentar explicar como un nifio toma de su padre los rasgos, las identificaciones que le permitirén poner distancia con su madre. De este modo, el nifio entra en el lenguaje, en el discurso familiar, con los va- lores del padre como briijula. BI niffo comenzara a practicar una lengua singular, ya que es la de la familia ~Ia lengua ma- tena, en Ja cual las palabras utilizadas tienen sus referenies privados, Asi, durante un tiempo, el nifto puede encontrar cierto apaciguamiento, encontrar cémo detenerse y abrirse al saber, al mundo, lograr interesarse por el saber y aprender. Se Troumatisme: neologismo acuado por Lacan con la palabra éraume- tisme (raumatismo) y la palabra trow (agujero) [N. de T] LA PRACTICA LACANIANA TN INSTTTUCIONES | 125 inscribe en el discurso familiar y, con su propia lengua, entra enel mundo. En el momento de [a pubertad, el ser hablante se enfrenta aalgo nuevo, que surge y ante lo cual se encuentra indefenso. Es el mismo problema que se le planteaba al ser hurnano que ilega al mundo. ,Cémo podemos enfrentarnos a 10 real que surge en este momento de la vida? Una de las definiciones de lo real es, precisamente, lo que es imposible decir, 1o que no se simboliza a través de la palabra. El goce que surge en Ia aclo- lescencia es, justamente, un nuevo real que irrumpe. ‘La pubertad reactiva la neurosis infantil con un nuevo re- parto de cartas. En la adolescencia Jas cosas se complicen de huevo. En ia medida en que el hombre habia, en que para 1 el leguaje debe anudarse ai cuerpo, en que el Ienguaje hace que haya inconsciente; no podemos reducir este real al fend- meno de la pubertad, ya que la estructura del lenguaje hace que haya siempre algo de lo real que no se deja atapar por tas palabras. Nos encontrarnos aquf también con el arriesga- do problema de la demanda de satisfaccion de una necesidad sextiel, con sus dos dimensiones, su mas acd y su més alld: las dimensiones del amor y del deseo. El nifio que se enfrenta a esta emengencia, se verd Heva- do a tener que reorgenizar dolorosamente el universo de su infancia, Todo lo que habla construido ser4 cuestionado. Los ‘objetos que habia privilegiado quedan obsoletos. Va a tomar distancia de sus padres, y va a realizar Ia experiencia de su sexuslidad con un partenaire sexual. El problema del adolescente se presenta entonces en sus dos vertientes: dejar a su familia y modificar su sexualidad. ‘La sexualidad infantil, segdin Freud, es perversa y polimorfa. Es deciz, que todos los orificios del cuerpo estén més o menes, erotizados. Por ejemplo, Freud llamé a Dora “la chupeteado- ya” porque cuando era nifia habia privilegiado él objeto oval “la boca como érgano libidinizado. Las personas que se ocu- pan de los nifios pequefios pueden atestiguar acerca de este fendémeno. Todos los orificios del cuerpo se erotizan, se sexua- lizan, durante la infancia. Todos los objetos que pueden llegar BERNARD SEYNHABVE tizados. Con el desarrollo de ica sexual seré modificada: se a colmar esos orificios, estén acteres eexuales, la préct en ciertas partes del cuerpo. Una nueva lengua En la adolescencia, la palabra desfallece frente a esta isrup- in de goce. “Este real, més que orgénico, es la emergencia algo nuevo, frente a fo cual el sujeto no tiene una respuesta eparada”.* Hay un agujero, una carencia de saber sobre esta Los jévenes ignoran lo que hay que decir y le ¥y que hacer para cortejarse y unirse en el acto amoroso. historia de Dafnis y Cloe nos aporta una idea al respecto, novela griega cuenta que tendsén que aprenderlo de una mujer. Lacan dice en relacién con esto: “..-la relacién a las explicaciones que (el Otto] le anciana de la cual es necesario que Da- 's aprenda lo que hay que hacer para hacer el amor [...] La mujer de ia historia de Dafnis y Cloe, cuya fabula nos ‘timo campo, el campo de Ja relacion sexual, sobre cl que, a fin de cuentas, el inocente no conoce los caminos”.* Bl adolescente se las arregla como puede con jere decir que va a tener que materna, los recursos del borde. Esto qu ib ‘un rmuevo discurse, porque su leng curso familiar, ya no resiste como deberfa hacerlo pare fre te “algo nuevo”. Este agujero en el saber por en cuestién todo el saber establecido por el discurso familiar En este momento, [os ideales de la familia fracasan para de- 95 no resisten lo sificiente Jo real. Las referencias farnili ara hacer frente a este nuevo teparto de cartas. Tene ventar una nueva lengua, significantes nuevos, estable- vos vinculos, inscribirse en un nuevo lazo social, t sinario, Libro 21, Los cuatro conceptos fundementates det psiconmiisis, Paid6s, Bs, As., 1987, p. 212 LA PRACTICA LACANIANA BN INSTITUCIONES nz bign hacer nuevas alianzas, encuentros, él, que experimenta un fracaso en el amor y el deseo. Su tarea va a consistir en separarse del discurso familiar, tomar distancia respecto de su familia, Pero en la espera se encuentra en un intervalo, pierde sus puntos de referencia, y puede adentrarse en un momento de extravio subjetivo. Siempre es un momento delicado. EI adolescente inventa sus palabras (un diccionario com- pleto y una nueva sintaxis), que le permitan construir un lazo social en el cual no cabe la generaci6n que le precede. Los adolescentes son verdaderamente inventores de lenguas. Te- nemos en mente bastantes ejemplos, Nosotros mismos hemos pasado por ello. Los adolescentes se sirven de la lengua para tratar, verdaderamente, lo real que encuentran. Y este uso les permite construir nuevos lazos. Necesitan tejer este Lazo so- cial para mansjar la enorme y dificil soledad que, a menudo, allan frente < lo real de este goce. Es una verdadera soledad existencial. También podemos damos cuenta del riesgo que corren de caet en trampas en este momento de fragilidad. ‘Més adelante veremos las vias que se dibujan para el adoies- cente y los avatares de sus soluciones. Antes de eso, me gustarfa intentar definir el nuevo contex- toenel que se encuentran los adolescentes del siglo veintiuno. Me parece que hay, efectivamente, dos discursos que se han conjugado y que, con el tiempo, han modificado visible- mente nuestra civilizacién y nuestra percepcién de la vida, nuestros modos de vida, nuestra vida sexual. En primer luger, hay un discurso que proviene del Siglo de las Luces y de toda la conmocién que éste provocd. En se- gundo lugar, esté el discurso de la ciencia, que ha tenido como efecto profundas mutaciones del curso de la vida. Las consecuencias del Siglo de las Luces Como sabemos, el Siglo de las Luces produjo la Declara- cién Universal de los Derechos Humanos. Nadie duda de que la Declaracién de los Derechos Humanos sea un enorme 128 BERNARD SEYNUHAEVE avance para la humanidad, Coneretamente, es lo que ha per- mitido el nacimiento de las demoeracias, También podemos preguntamos si esto fue tan magnifico como creemos. Sin embargo, la noci6n de igualdad entre los hombres ha tenido grandes consecuencias sobre la vida y sobre las 1e- laciones sociales. Eric Laurent, apoyandose en los trabajos de Francoise Hurstel, nos muestra cémo “el problema de la igualdad entre hombres y mujeres, que esta en el corazdn de Jos derechos humanos, sostiene toda interrogacién sobre le simetrfa de las posiciones entre hombre y mujer” $ En los tex- tos juridicos que rigen las relaciones sociales en Francia, se ha sto el acento sobre la igualdad de derechos de la mujer, después dle Ios derechos e intereses del nifio No hay duda de que es un gran progreso para la humanidad. Pero esta vic- toria ha producide efectos colaterales inesperades, acerca de los que el psicoandlisis no hace ningtin juicio de valor. Por ejemplo, la civilizacin moderna se feminiza, los hombres son menos viriles, para desesperacién de las mujeres. En [a misma légica, otro efecto de los derechos univer- sales que el psicoandlisis ~pero no s6lo el psicoandlisis~ ha puesto en evidencia, es el declive de la funcién paterna, de Ia imagen del padire en Ia civilizacién. Ya no se cuenta con el padre, Eric Laurent plantea también esta cuestion: “zAtin po- demos decir que el padre de un nifio es un padre en el sentido freuciano?”,/ No obstante, debemos remarear que ef psicoa- nélisis no lamenta ni realiza ningtin juicio moral respecto de esta constataci6n. El psicoandlisis acoge y escucha a los hom- bres y a las mujeres que quieren hablar de sus sintomas, sfn- tomas que se articulan, precisamente, con la carencia paterna. El fendmeno de Mayo del 68 se inscribe también en la logi- 5 Laurent 5, "El nombre del padre entre reaismo y nominalisno”, en Slog-Note de stoma, Tres Haches, Ba. As, 2005, 6 Lambrichis, L., Citada por Eric Laurent, “De ark. d'icominader tos pores" (El arte de intimidar a los padres), en Le Nowvel Obseronet fovs sie N49, diciembre 2001 ~ enero 2003. Laurent &, "EI nifo y Ios enigmas de la sexualidad femenina’, Hay amin de ailisis po ls mos, Diva, Bs, As, 2003. pie LA PRACTICA LACANIANA BN INSTTTUCIONES 1 129 ca de los derechos humanos. Si el padre ya no es un ideal en Ia familia, se modifica considerablemente la problemética del adolescente. “Ya no hay una separacién entre los jévenes y la ideologia y los modos de vida supuestos a los padres. Desde 1968, existe una continuidad, sin ruptura, de valores entre hi- jos y padres” 2, Los efectos del discurso de ta ciencia ‘Los efectos del discurso de la ciencia sobre la vida y sobre la sexualidad no tienen limite y atin son incaleulables. En el siglo de este padre disminuido, en el siglo de la cri- sis del padre, es el objeto lo que brilla; el objeto en todas sus formas, la imagen, el gadget. La ciencia no ha parado dle pro- ducirle y seproducirlo. EI objeto ha destronado al padze y las consecuencias, como podemos observat, han transformado la vida de los humanos y, especialmente, la de los adolescen- tes. Cada dia se inventan nuevos objetos que fascinan a los nifios y a los adolescentes. La globalizacisn y el capitalismo han abierto un campo -sin ninguin imite- para la invencion de nuevos objetos. En efecto, la genialidad humana no tiene Imite, y lo que el hombre quiera inventar, serd creado, esto es, seguro. Volveré sobre este punto. ‘La ciencia se ha entramatida también en el prncesn de pro~ creacién; diré algo sobre ello més adelante. Y, ademas, ha pro- Iongado la duracién de la vida de los hombres. Los progresos de la medicina han incrementado la longevidad. La esperanza, de vida casi se ha duplicado en un siglo. Esto ha tenido gran- des consecuencias sobre nuestra modo de vida. Como sefiela Philippe La Sagna: "Es extraordinario que esta prolongacién de la vida no sea homogénea. Ast, la edad de la primera infan- cia y la de la infancia parecen acortarse, condensarse cada vez. més [,..] La adolescencia y la tercera edad no dejan de crecer |...] La salida de la adotescencia y la entrada en la edad adults BERNARD arecen demorarse cada vez més; [...] es lo que P eguradamente, el tiempo de la adolescencia, Por el con: o, los hombres entran en la tercera edad, ose jubilan, cada tear nds tarde”? Los adolescentes se quedan cada vez més tiempo en casa as padves, y su entrada en la vida adulta esté, 2 menudo, gada con su entrada en el mundo del trabajo. Habiendo per- dado el padre sus insignias, a partir de Mayo del 68 ei discurso de los padres no es cuestionado necesariamente, Por otra par te, la adolescencia es valorada socialmente, como ha seftalado .gna. Los propios padres permanecen como adolescentes mayores ¥ se musstran tolerantes con el discurso de sus ado- , Se podria pensar que esto es mejor, Sin embargo, o esta libre de plantear problemas para los adolescentes, e cada vez tienen més dificultades para dejar a sus padres, va tomar distancia respect del lenguaje familiar. Nose p lesignar con un neologismo, adulescentes, a estos adultos que se consideran atin ellos mismos adolescentes rezagados? ‘9s padres aportan a sus hijos mayores los medios materiales pare ocupar un espacio de libertad. Ese espacio de libertad no ‘ponde, por ot79 lado, a los problemas existenciales que se plantean sus hijos, ni colma el agujero en lo real que encuen- sujeto, ya que, frente a lo real, el propio sujeto debe faz su soluci6n y encontrar sus respuestas. No es debido que ia funcién paterna se haya desvanecido, ni a su conse- cuencia (que no haya separacién entre generaciones), por Io que la adolescencia no ocasiona problemas, como podemos ver. En efecto, el problema queda sin resolver. Philippe La Sagna también subraya que la

You might also like